Hidrátate
Bebe mucha agua y mantén una dieta equilibrada rica en fruta y verdura, que ayudan a la hidratación del organismo. Las grasas insaturadas (como la de los frutos secos o el aguacate) también son recomendables para pieles con tendencia a la sequedad puesto que son humectantes naturales.
Evita los malos hábitos, como el tabaco y el exceso de alcohol, que, entre otros muchos efectos, deshidratan tu piel.
Lávatelas con mimo
Al lavarte las manos, no uses agua demasiado caliente pero tampoco demasiado fría. Procura usar jabones de manos hidratantes y sin alcohol, que no resequen tu piel. Evita los secadores de aire siempre que puedas.
Protégelas de los productos agresivos