BLANK FLAKE. ABR. 03
Boletín Bimestral - QPC Recopilatorio de información, artículos Gratis y medios diversos sobre el mundo del tabaco y la pipa.
Editorial
Eduardo Daniel Crespo Cuesta.
E
scribir un buen editorial no es fácil, y más aún cuando se trata del primero para una publicación que se espera sea de largo aliento. Me siento, no hallo las palabras; enciendo mi pipa, me sirvo un whiskey; pongo a Jordi Savall y empiezo a rememorar. Mis primeros escarceos con la pipa, una chapuza tras otra de la que la pipa de mi bisabuelo salió, gracias a Dios, indemne; buscar en Internet toda la información fiable a mi alcance, prueba y error: estaba todavía muy lejos de conocer gente que supiera algo de esta novedad, de esta rareza; no tenía idea de que estaba entrando en los terrenos de un arte y de una forma de ver la vida. Luego llegarían mis primeras pipas, el comprar tabaco con un atisbo de conocimiento y mucha ignorancia de por medio. A continuación mis primeras juntadas, los viajes y un mundo de nuevos tabacos, aromas y texturas; ya no pude salir, y no quiero, no espero, hacerlo nunca. Y con el tiempo pude descubrir que, detrás de este placer individual, existía una comunidad de gente que, por un camino similar u otro, compartía un gusto por el solaz y aquello que llamo el placer lento, un placer que es una manifestación altiva, mas sobria y reposada, ante un mundo violento en su velocidad, agresivo en sus avatares y también en sus placeres. Parecería que lo inmediato, lo fugaz, es lo único válido y certero para el hombre de nuestros tiempos. ¡Qué lejos parecen estar las lecturas pausadas, sopesadas, el releer pasajes enteros por el deleite de saborearlos una vez más, de memorizar esas frases que tocaron nuestra alma! O de escuchar esa melodía sublime, tres, cuatro, cinco veces, como hacen los niños con las películas que los embelesan. Todo parecería reducirse a la velocidad de un trino o de una publicación en redes sociales, al trago veloz de una sentada o al cigarrillo de la esquina antes de volver al puesto de trabajo. Y aunque al principio no fui consciente de ello, la pipa fue mi camino al silencio y a la pausa, porque la pipa es una amante celosa: no acepta apuros ni apremios, exige que nos sentemos con ella y le demos nuestro tiempo para disfrutarla. Y si oímos su llamado, recordamos que ese libro también requiere unos minutos más, o que ese disco amerita una atención mayor a la que podríamos darle mientras hacemos varias cosas al propio tiempo. La pipa no es eficaz en términos actuales, no es un paliativo de tres minutos: es un alegato contra los tiempos modernos y su culto a lo inmediato.
Habrán otros que aprecien con mayores destrezas que las mías la calidad de una mezcla, de un maridaje, pero para mí esa posibilidad de un placer pausado es algo que estimo sobre todo lo demás y que hoy he optado por compartir: me ha permitido ver al mundo de otra forma y de relacionarme con él a un ritmo más humano. Por supuesto, no niego otros caminos, quizá más sublimes o sugerentes. Pero el misticismo del humo me ha cautivado, como a muchos quienes hoy y mañana leerán estas líneas. Y no encuentro mejores argumentos que estos para dar inicio a este boletín, el primero del Quito Pipa Club, “hermandad de fumadores y bohemios sin fines de lucro, amigos del solaz y el buen tabaco”, como reza el primer artículo de nuestros estatutos. Un amigo mío, quien no es un pipafumador pero que tuvo el placer de acompañarnos en la última juntada del club, en marzo de este año, me dijo algo que me ha quedado grabado: lo agradable que fue ver a un grupo de personas que comparten juntos un placer común dándose a sí mismos, sin egoísmos, en un auténtico espíritu de camaradería. Porque cuando nos juntamos somos como niños pequeños, llevamos emocionados nuestras pipas cual juguetes, cargados de tabaco y dispuestos para compartir y disfrutar juntos. Todos distintos, todos iguales, todos camaradas: qué mejor manera de enfrentar al frenesí mundano y formar parte de una comunidad por definición tolerante y libre, porque si no fuera de esta manera no podríamos enfrentar a un mundo donde lo uniforme y políticamente correcto trata de imponerse olvidando los valores que le permitieron ser.
“Salud y buenos humos camaradas, hemos decidido darle una bocanada de pausa y reflexión al mundo moderno.”
LA ÚLTIMA
PIPA.
Rev. John White Quito - Ecuador
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uizá una de las cosas más recurrentes entre las costumbres de nosotros los pipa fumadores es el presumir la última pipa que hemos adquirido. Éstas pueden ir desde una pipa de maíz hasta una pipa costosa de marca, de esas que te hacen levantar el dedo meñique cuando las fumas. Y es que el único círculo social en el que está bien visto presumir tus pertenencias es justamente un club de fumadores de pipas, no importa si tus pipas son caras o baratas, si son nuevas o usadas, aquí se anima a todos a que presuman sus pipas sin que esto desate sentimientos de envidia o celos, sino todo lo contrario, aquí se admira lo que tenemos y nos alentamos unos a otros, se trata de un ambiente de camaradería en la que de una forma sana podemos presumir aquellos objetos de valor ‘piperil’ que tanto apreciamos. Sin embargo, aún en este ambiente sano de camaradería, algún problema debe generarse, y ese es justamente el síndrome de adquisición de pipas, o como a mi me gusta llamarlo: el síndrome de “la última pipa.” Por alguna extraña razón, a todos nosotros nos encanta mirar pipas; buscamos en páginas de internet, miramos entre las diferentes marcas y empezamos a seleccionar aquellas pipas que nos gustaría tener. No importa que tu armario, anaquel, o pipero, ya se encuentre rebosante de pipas, siempre hay espacio para “una” pipa más, especialmente aquella que te hace soñar con tenerla.
El proceso siempre es el mismo: -Miras por “casualidad” una pipa que te llamó la atención -La agregas a tu lista de deseos en tu web de compras, o haces una lista mental -Te convences a ti mismo de que necesitas esa pipa -Empiezas a imaginarte cómo se vería tu rostro con esa pipa -Analizas tu presupuesto para calcular si puedes comprarte esa pipa -Finalmente, no haces caso del presupuesto y de todas formas te compras la pipa Cuando la pipa llega a tus manos, es una sensación maravillosa, casi caes en éxtasis al abrir el paquete del correo, abres la caja de tu pipa y los latidos de tu corazón ya casi no se pueden controlar… y luego de esto, lo primero que haces es colocarla en tu boca, sentir su peso, sentirla en tus manos, imaginarte que fumas en ella, y hasta te miras al espejo con la pipa en la boca para ver si realmente te ves como te habías imaginado. ¡Este es el momento que estabas esperando! También te has asegurado de tomar fotos de cada momento que has saboreado, desde la llegada del paquete a tu casa, hasta la selfie con la pipa en tu boca; hay quienes incluso sacan capturas del portal web donde compraron sus pipas para admirarla mientras no la tienen en sus manos y para hacer un presumido por adelantado a sus compañeros de humos. Todo esto, para llegar finalmente al punto culminante: la siguiente reunión con tus camaradas de humos. Una vez que has presumido tu pipa y que tus compañeros te han felicitado, vuelves a casa, con la sensación de haber pasado un excelente momento, y, lo mejor de todo, es que en tu bolsa tienes la pipa con la que tanto habías soñado hasta este instante; guardas tu pipa debidamente limpiada, y te prometes a ti mismo luego de respirar calmadamente: “esta es la última pipa que me compro por este mes, semestre, año, etc.” Pero tanto tú, que estás leyendo esto, como yo, que lo escribí, sabemos que esa es una mentira que nos gusta decirnos a nosotros mismos, muy pronto volveremos al sitio web a admirar otras pipas y a repetir el proceso que tanta emoción nos brinda, volvemos al inicio, y hablamos de “la siguiente pipa que nos gustaría comprarnos” y esta nueva pipa, se convierte una vez más en “la última pipa”. Hasta entonces, buenos humos a todos.
Breves consideraciones jurídicas sobre el tabaco en el
Ecuador
Nicolás Subía Cigarrillo fumador desde los 15 años Pipa fumador desde los 18. Quito - Ecuador
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n la República del Ecuador las personas pueden hacer casi todo lo que consideren como bueno, dentro de esta limitación está el consumo del tabaco en algunas circunstancias. Es tal la preocupación del Estado para cuidar a los ciudadanos de aquellos pervertidos que fuman con maldad sus pipas para hacer daño al resto que ha emitido, en el año 2011, la Ley Orgánica para la Regulación y Control del Tabaco. Recordemos que las leyes orgánicas son aquellas que regulan derechos constitucionales y temas de vital trascendencia para la Nación. El primer artículo de esta ley dice: “La presente Ley tiene por objeto promover el derecho a la salud de los habitantes de la República del Ecuador, protegiéndolos de las consecuencias del consumo de productos de tabaco y sus efectos nocivos” ¿Por qué el Estado debe “proteger” cuando la decisión de fumar es voluntaria? ¿Qué límite debería tener esta ley? ¿Qué pesa más la libertad o el derecho a la salud? La máxima de estas preguntas debe ser: ¡Mientras no afecte al resto qué le importa al Estado!
Esta misma norma jurídica establece que la Autoridad Sanitaria Nacional deberá: “Ofrecer tratamiento y rehabilitación a las y los fumadores que así lo requieran y crear centros especializados para el efecto”. Loable si se considera como un vicio. ¿No se podrá utilizar el mismo argumento de los centros para “curar” la homosexualidad con estos centros de rehabilitación para fumadores? Debe primar, como ya hemos dicho anteriormente la libertad individual, pero así no lo entienden los legisladores que poco más adelante dice: “La Autoridad Sanitaria Nacional, en el marco de la política pública en salud, definirá e implementará el programa para el control del tabaco y la desestimulación de su consumo” e incluso ordena a las entidades educativas para que tengan programas de “prevención, detección e intervención temprana del tabaquismo en el currículo educativo” ¿Con base a esto se puede “adoctrinar” sobre la maldad intrínseca del tabaco en las escuelas?
Me permito copiar enteramente el artículo 13 de esta ley para que quede clara cual es la postura del Estado ecuatoriano ante el consumo del tabaco: “La Autoridad Sanitaria Nacional y la Autoridad Educativa Nacional, en coordinación con otras instituciones públicas, privadas y de la sociedad civil, programarán y ejecutarán actividades y campañas de información, comunicación y educación y hará uso de todos los recursos y herramientas tecnológicas para prevenir el consumo de tabaco por parte de la población y, en particular, de las y los trabajadores, la niñez y la juventud.”
c. Comercializar, vender, distribuir, exhibir, promocionar o producir cualquier objeto, que no sea un producto de tabaco, que contenga elementos de una marca del producto de tabaco; y, d. Fabricar, importar, vender y distribuir dulces, refrigerios, juguetes y otros objetos que tengan la forma y el diseño de productos del tabaco y que puedan resultar atractivos para los niños, niñas y adolescentes.
“El estado ha Art. 17.- Prohibición distribución gratuita.- Se condenado de prohíbe distribuir gratuitamente de tabaco al público el tabaco productos Para que este bien visto fumar en general con fines de en el Ecuador uno debe ser desde una promoción, así como emplear desempleado entre los 18 y 45 incentivos que fomenten la años. concepción compra de tales productos. Cuando la Ley habla sobre los lugares en los que se prohíbe puritana” Así tenga dinero para adquirirlos, la venta del tabaco incluye: escenarios destinados a la práctica del deporte y espectáculos deportivos, artísticos y culturales. No puedo comprar tabaco mientras veo un partido de fútbol o un concierto. Si parecían ya atentatorios contra la libertad de poder matarse uno mismo lentamente los artículos anteriores son ya el colmo los que citaré a continuación:
Art. 16.-
Restricciones para la venta.La venta de los productos de tabaco está sujeta, en forma obligatoria, a las siguientes restricciones, por lo que se prohíbe: a. Colocar cigarrillos en sitios que permitan al consumidor tomarlos directamente; b. Comercializar, vender, distribuir o exhibir cualquier producto de tabaco mediante máquinas expendedoras automáticas;
sea desocupado entre 18 y 45 años, el Estado, para cuidar de mí indefenso e inocente súbdito, debe poner trabas físicas para que yo no caiga en el pecado mortal de fumarme una pipa con mis amigos. Existen máquinas dispensadoras de condones en centros educativos pero hipócritamente no puede haber de tabaco. Y si yo, mecenas de la libertad sexual, decido regalar un camión de condones y anticonceptivos a impúberes seré condecorado como Cristina Fernández de K. pero si yo, depravado corruptor de menores, decido regalar una fundita de tabacos a mi primo para que pruebe mereceré el repudio público. “Declárese espacios cien por ciento (100%) libres de humo de tabaco y prohíbase fumar o mantener encendidos productos de tabaco en:
a. Todos los espacios cerrados de las instituciones públicas; b. Todos los espacios cerrados que sean lugares de trabajo y de atención y acceso al público; c. Todos los espacios cerrados o abiertos, públicos o privados, que correspondan a dependencias de salud y educación a todo nivel; con excepción de los espacios abiertos de los establecimientos de educación superior debidamente señalizados; Tobacco Field, Southern Maryland
d. Los medios de transporte público en general; y, e. Los ambientes públicos y privados cerrados, destinados a actividades deportivas.” Efectivamente, si su esposa gorda hace ejercicio en la sala de su casa viendo un video de bailoterapia, Usted está impedido de fumar allí. La Ley obliga a la Autoridad Sanitaria Nacional a promover la “educación para la prevención y control del tabaquismo en establecimientos de educación, barrios y comunidades urbanas y rurales” convirtiendo a esta entidad pública en por lo menos testigos de Jehová que van de dos en dos por las comunidades urbanas y rurales repartiendo la bendición del aire puro.
Tobacco farm, Moldovan village.
Si usted tiene una tienda y le vende una cajetilla de cigarrillos a un ciudadano que ya puede elegir los mandatarios de la Nación y que tiene 16 o 17 años, que tiene derecho a recibir un aborto sin consentimiento de sus padres. Si usted corruptor socrático le vende a este ciudadano una cajetilla tendrá una multa de hasta 5 remuneraciones básicas unificadas, esto es en la actualidad una multa de US$1.875,00. Más aún, si sigue con esta conducta perniciosa la multa podrá ser de hasta US$3.750,00 y una clausura temporal del establecimiento de comercio. Todo esto porque al Estado paternalista ecuatoriano le preocupa más el humo que la vida. Postura, que para el autor, es demasiado puritana. Todo esto se agrava a niveles nunca antes vistos si el que comete la infracción de difundir publicidad del tabaco es un medio de comunicación. La
sanción, aunque suene ridículo, será de hasta 100 remuneraciones básicas unificadas la primera vez, y si reinciden puede llegar a 400 remuneraciones básicas unificadas. Mejor ser culpable de delitos como peculado, corrupción y otros semejantes que se castigan con una embajada o en el peor de los casos con el exilio a un eterno matrimonio. Como nombre sacado de algún libro de Orwell, en el Ecuador tenemos el Comité Interinstitucional De Lucha Antitabaquica (CILA) con jurisdicción nacional. Para no extendernos en esta institución dejamos como botón de muestra dos de sus objetivos que deberán conseguirse con sus “planes estratégicos plurianuales”: Contribuir a incentivar el abandono y cesación del consumo de tabaco, en los fumadores habituales y conmemorar los “Días Mundiales Sin Tabaco”. El Reglamento es todavía más chistoso. No se sí los legisladores nunca se fumaron un tabaquito en la Universidad o si lo hicieron se ruborizaron hasta la médula. El Reglamento a esta Ley establece que sobre la publicidad de este tipo de productos lo siguiente:
“Art. 9
La publicidad de cigarrillos y otros productos de tabaco será permitida exclusivamente en el interior de establecimientos de acceso exclusivo para adultos. En ningún caso la publicidad será vista desde el exterior del establecimiento ni podrá ser exhibida fuera del mismo. La publicidad en estos locales deberá ocupar un máximo de un metro cuadrado en cualquiera de las superficies internas del local y no podrá hacer referencia a mensajes o imágenes deportivas, artísticas, culturales, de éxito sexual o social, de bienestar o salud, ni podrá estar dirigida, hacer mención o incluir de ninguna manera imágenes de niños, niñas y adolescentes o que simulen serio” Básicamente solo puede haber publicidad en prostíbulos pero sin contenido sexual. Poker face. Podríamos seguir con develando las misteriosas normas de nuestro país en relación al tabaco, pero estas breves consideraciones bastan para saber el derrotero de todas las demás.
REVISIÓN DE TABACO PARA PIPA “BOB´S CHOCOLATE FLAKE” GAWITH, HOGGARTH & CO.
Fabián Cuesta R. Quito - Ecuador
P
rocedencia: Kendal, Inglaterra
algo dulce. Es considerado, por tanto, un tabaco transición entre un aromático y una mezcla inglesa, Oferta en el Mercado: Disponible en latas de 50 gr lo que lo hace un tabaco muy particular. y a granel. Se distribuye a todo el mundo. Notas olfativas en frío: Presentación: lata hermética de 50 gr. de color Al abrir la lata es evidente el aroma dulce y verde. El tabaco viene empacado al vacío y achocolatado. La latakia solo puede percibirse de recubierto por un plástico delgado para garantizar modo muy tenue y esporádico. Definitivamente el olor predominante es el delicioso y profundo olor su frescura. a chocolate, que no es exagerado ni empalagoso; Corte y apariencia: flakes alargados, de color antes por el contrario, junto con los virginias (algo marrón con tonos claros y oscuros. Viene muy dulces y herbales) y el burley, componen una labor que embriaga por la delicia de su olor. húmedo. Generalidades: Bob´s Chocolate Flake es un original tabaco en corte de flakes alargados y algo Preparación para la carga en la pipa: sueltos, aunque bien podría decirse que es más El tabaco viene bastante húmedo, de modo que bien un broken flake, de tonos bastante oscuros. es prudente airearlo al menos una hora antes de Está compuesto por Virginia, Burleys de Malawi, desmenuzarlo y cargarlo en la pipa. Una vez dado al casi en un 90% de su composición, y según dice la aire, su desmenuzado y carga es bastante sencillo. casa Gawith & Hoggarth, un 8% de Latakia. Tiene Es aconsejable también no cargarlo demasiado además un sabor añadido de chocolate negro, justo en la pipa, sino más bien algo más suelto.
¿
Notas sobre la fumada: Al primer encendido se siente de manera clarísima el chocolate que lleva esta labor. Y al contrario de lo que sucede con su primo hermano, el Samuel Gawith Mayor´s Chocolate Flake, la latakia es casi imperceptible, salvo alguna calada en la que se percibe el dejo ahumado y robusto que ofrece ese tabaco oriental. El sabor de esta labor es fantástico. Los virginias y burleys son dulces y con cuerpo y el aroma del chocolate negro está siempre presente. Hay, sin embargo, un aroma y sabor algo floral o jabonoso, tan propio de las labores de esta clase inglesa, que a momentos se hace un poco pungente, pero no excesiva ni desagradable. Exige una fumada lenta y pausada, para evitar humedades y calentar la pipa.
Kendal, Inglaterra
Es un tabaco que tiene bastantes matices: esos virginias y burleys que dan cuerpo y otorgan tonos que van desde el dulzor, pasando por las texturas achocolatadas y algo terrosas o cremosas del burley, que se acompañan muy bien con el aromatizado de chocolate de la mezcla que, como digo, no es sobrecargada sino bastante bien lograda. Al contrario de lo esperado, la latakia es un condimento discreto y que se hace presente muy ocasionalmente. Hacia la segunda mitad de la cazoleta, la fumada decurre entre los matices antes descritos, los sabores florales (típicos de esta casa, estilo Lakeland) o jabonosos, que curiosamente no cansan sino que más bien generan más ganas de fumarlo. Quema parejo y lento, si se aplica una cadencia moderada. Casi siempre requiere algunos reencendidos, sin que esto sea un demérito de esta labor. Al final de la fumada deja una ceniza bastante oscura y algo terrosa y una sensación de satisfacción en el fumador. No es una mezcla para fumarla a diario. Al ser un aromático, y de un carácter muy particular, puede ser una labor para fumarla ocasionalmente. Un tabaco sabroso, sin duda, con cuerpo y sustancia. Recomendable para quienes gustan de los aromáticos.
Kendal, Tobacco Farm
¿Por qué fumo en pipa? Rev. John White Quito - Ecuador
¿Por qué hacemos lo que hacemos?
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sta es quizá una de las dudas que con menor frecuencia se pasan por nuestra mente.
Es interesante que como personas, estamos acostumbrados a realizar una serie de actividades casi de forma automática, nos levantamos, nos cepillamos los dientes, salimos al trabajo, y así sucesivamente sigue la lista de cosas que hacemos a diario sin que nos paremos por un segundo a cuestionarnos la razón del por qué realizamos este tipo de actividades. Recuerdo la vez que miré “Amelie” en mis clases de “Historia del Cine,” y en las escenas donde te presentan al personaje principal, es decir: Amelie, no existe una definición concreta del personaje sino una lista de cosas que Amelie gusta hacer; Amelie disfruta meter las manos en un costal de frijoles, disfruta mirar las caras de las personas cuando ven una película, etc. El punto es mostrar a un personaje tan similar a nosotros mismos por medio de las cosas que hace, pero tan distante de nosotros al mismo tiempo mediante la actuación de la protagonista. Pero en ningún momento se nos dice en toda la película la razón del porqué Amelie hace lo que hace. Para los que se han visto la película: no, “ser feliz con las cosas simples de la vida,” no es la respuesta a la pregunta, sino el resultado de la actvidad; felicidad es lo que ella obtiene, pero no es lo que la impulsa, porque muchos de sus experimentos claramente no tienen finales felices. El resultado de todo esto, es en definitiva, la empatía del espectador por un lado, pero al mismo tiempo el total desapego que el observador siente; no encuentra una razón coherente a las actividades de la protagonista, y eso lo desconecta
inmediatamente del personaje llevándole por una “montaña rusa” de emociones. En este punto quizá, al leer esto, te estás preguntando: ¿qué tiene que ver “Amelie” con fumar pipa? Bien, yo creo que muchísimo, como había dicho al principio, conocer la razón del porqué hacemos las cosas, es una duda que muy poco se nos pasa por la cabeza, y en ese sentido vivimos en medio de una cultura que cada vez con menor frecuencia se cuestiona la razón detrás de sus propias acciones. Si no me crees, pregúntale a un Universitario ¿porqué compartió la publicación de apoyo a cierto candidato político sin pensar en el campo de batalla en el que se convertiría su muro privado de Facebook?, o quizá algo más simple, ¿porqué escogió almorzar hot-dog, en lugar de pizza? Al final del día, como seres humanos, no somos tan diferentes del personaje principal de la película arriba mencionada, todos hacemos cosas para las cuales no tenemos una razón aparente, y sin embargo las repetimos todo el tiempo y muchas veces sin darnos cuenta. Recuerdo, por ejemplo, aquél profesor de la Universidad que le encantaba caminar de un lado al otro mientras dictaba la clase; ¿por qué lo hacía? ¿sentía que así llamaba la atención de los estudiantes? o ¿acaso pensaba que con ese tipo de movimiento se veía más profesional? Nunca supe la respuesta, pero era interesante observar que cuando su clase terminaba, el caminado también. Ahora, piensa un momento en todas las cosas que haces a diario, en aquellas que incluso son tan repetitivas que son casi mecánicas. ¿Por qué las haces? ¿Por qué me cepillo los dientes todos los días? ¿Acaso la salud dental era tan importante para mis ancestros como lo fue para mí? ¿Cuál es la razón de todo lo que hacemos? Observarás pronto, que donde sea que mires, todos tenemos hábitos que podemos o no, justificar de una u otra forma. Todos caemos en el mismo agujero, podemos o no darnos cuenta, pero todos lo hacemos. Pienso que aquellos que son peores de todos, son aquellos de los que no nos damos cuenta: como el recorrido del aula que realizaba mi profesor, o en mi caso, el frotar mi anillo de la mano derecha con mis dedos. Ya sea una cosa u otra todos tenemos algo. Pero lo más interesante de esto, es que existe un
“hobbie”, o “costumbre” o como le queramos llamar, a tener ánimo para ello. Y además, uno no puede ir que parece romper con este esquema, y justamente y comprar una pipa ya armada (como en el caso de los cigarrillos), y fumarla en quince o diez minutos, se trata de fumar en pipa. eso es algo impensable debido a los costos y al En este punto, si tú eres una persona que nunca manejo del tiempo que algo así implicaría. antes ha fumado en pipa, quizá no entiendas mucho de lo que estoy hablando, y hasta incluso puedes El fumar en pipa, es, si se me permite el término, pensar que le estoy haciendo “publicidad” al “vicio” una costumbre que exige que te detengas a pensar de fumar. Pero créeme, no existe nada más alejado la razón del porqué lo vas a hacer, y va mucho más allá. Inicia con la razón del acto y no se consuma de la verdad. sino hasta el momento en el que estás guardando Sin embargo, también me gustaría aclarar algo: no tu pipa, es decir una o dos horas después, soy un evangelista de fumar en pipa, mi intención debidamente limpiada y admirada. no es promoverlo a toda costa, ya que reconozco Hay días y estados de ánimo que no se prestan para que no es para todo el mundo. fumar en pipa, y hay días que son todo lo contrario, Y, a pesar de lo que acabo de aclarar arriba, pienso pero no es primeramente algo que se “siente” sino que fumar en pipa es uno de esos mal llamados más bien algo que va directamente relacionado con “hábitos” que te permiten romper con la rutina de tu el razonamiento. “Deseo enfocarme, tener mi mente vida, y por primera vez en un largo tiempo sentarte lúcida y leer un buen libro, por lo tanto me siento con ánimo de fumar una pipa.” a pensar en la razón del porqué haces las cosas. A diferencia de un cigarrilo, la pipa requiere paciencia, requiere un estado de ánimo correcto, y requiere Además, esto no termina aquí, sino que la siguiente tiempo; uno no puede simplemente sentarse de mal pregunta es: ¿qué pipa voy a escoger y por que? humor y tratar de llenar su pipa, sencillamente, no va Alguien quizá podría responder: “voy a escuchar
música, así que quizá es tiempo de usar una pipa curva” o “voy a leer, por lo tanto necesito una pipa larga y recta.” Para luego continuar con el siguiente paso: ¿Que tipo de tabaco voy a fumar hoy? Quizá vas a leer una novela algo liviana, entonces piensas fumar un aromático, o quizá vas a leer las obras de algún historiador o filosofo, entonces escoges un tabaco inglés, o quizá (como yo suelo hacerlo) vas a leer la Biblia, entonces no querrás fumar un aromático, sino un Va/Per (mezcla de virginas con perique), en definitiva, la actividad que vayas a realizar influirá directamente en el tipo de tabaco que vayas a escoger. De esta manera, el pipa fumador de principio a fin rompe con el esquema robotizado del siglo XXI, ya que de principio a fin,todo el tiempo se está preguntando acerca de la actividad que está realizando. En mi experiencia, no existen muchos pipa fumadores que no sepan el motivo del porqué están fumando el tabaco que están fumando en ese momento y junto con esa actividad. Para el pipa fumador, el momento de sentarse a fumar no puede ser tachado como un “vicio” sino con un ejercicio mental, en el que en todo momento está considerando cada punto de la actividad que está realizando, incluso el ambiente debe ser perfecto, la más mínima intromisión en todo este ritual va a ser suficiente para poder frustrar una buena fumada. De igual manera, el fumar en pipa requiere de tiempo, esto hace que tomes al menos dos horas de tu día para preparar todo para tu fumada. No es algo simple, sino complejo, que va conectado de principio a fin. Es totalmente cierto, que al igual que otros seres humanos, el pipa fumador realiza actividades para las cuales no tiene una razón concreta, y sin embargo, a pesar de eso, también es cierto que este bello hobbie del pipa fumador, le permite detener el tiempo, sentarse con calma y pensar en lo que está pasando al rededor, pensar en lo que está haciendo en ese momento; por unas cuantas horas, el pipa fumador deja de ser un autómata rodeado de preocupaciones, y se embarca en la búsqueda de los pensamientos más profundos junto a su compañera de humos.
Richard Dunhill: grandson of Dunhill Pipe and Tobacco company founder, Alfred Dunhill.
Es cierto, puede estar pensando en lo gracioso que fue la caída de un compañero de la oficina, pero lo que estoy resaltando aquí no es la calidad del pensamiento, sino el hecho de detenerse y pensar, de meditarlo, de saborear el momento, y de asimilarlo, lo que le da la ventaja que no muchos otros tienen a su al rededor, es decir generar un espacio para decirle alto a los ajetreos de la vida y le permite en definitiva elevar sus pensamientos (incluyendo el evento de su desdichado compañero) a un nivel que otros no lo han hecho.
detenerme un momento y apreciar su creación.
El fumar en pipa no se trata de hacer algo mecánico, sino se trata de algo orgánico, es decir que se conecta con tu esencia (no en el sentido holístico sino en el sentido relacional), que te permite saborear el mismo material del que estás hecho, porque al igual que el tabaco cuando se quema: “polvo eres, y al polvo volverás”; nos permite pensar en lo bello de la vida, pero también en su brevedad, y personalmente me permite observar la bondad de Dios al crear algo tan maravilloso que me permite
Mark Twain: Author, Humorist, Public Speaker, & Pipe Smoker. He was a friend to presidents, artists, industrialists, & European royalty - Tobacco Pipe Smoking
SEMBLANZA DEL MES
Eduardo Daniel Crespo Cuesta. Quito - Ecuador
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ovelista, poeta, filólogo y académico inglés, considerado uno de los mayores autores británicos de la segunda mitad del siglo XX. Profesor en Oxford por varias décadas, fue un aventajado filólogo, creador de varias lenguas artificiales y de todo un legendarium que dio vida a su creación literaria, dentro de la cual destacan libros como El Hobbit o El Señor de los Anillos, obras emblemáticas de la llamada alta fantasía literaria. Católico devoto y practicante, de inclinaciones conservadoras (ha sido considerado un anarquista monárquico), amante de la naturaleza y dueño de una visión romántica del mundo, que añoraba a la Inglaterra rural que asociaba a su niñez, alejada de los males que estimaba ligados a la industrialización y al maquinismo. Pipafumador empedernido, este fue uno de los rasgos emblemáticos de su personalidad, algo que lo definía al igual que a sus Sus amados hobbits, que encarnan lo que él personajes más queridos, los hobbits: consideraba la esencia del inglesismo, como En verdad soy un hobbit, excepto por el tamaño. nos lo recuerda Joseph Pearce (autor de la Me gustan los árboles, los jardines y las granjas biografía Tolkien. Hombre y mito), eran además los sin máquinas; fumo en pipa, me gusta la comida descubridores de la hierba de fumar, y su gusto por sencilla (no refrigerada) y detesto la comida la pipa es una de sus características. Dentro de su francesa; me agradan, y hasta me atrevo a usar en legendarium, personajes como Aragorn o Gandalf estos días oscuros, los chalecos adornados. Tengo gustaban del fumar tanto o más que aquellos predilección por las setas (del campo); tengo un medianos de los que habían aprendido ese arte. sentido del humor muy elemental (que incluso mis críticos favorables hallan fastidioso); me acuesto y me levanto tarde (cuando puedo), y no viajo mucho. (Carpenter (ed.), J.R.R. Tolkien: una biografía, p. 196).
Aunque no se sabe a ciencia cierta cuándo Tolkien se inició en la pipa, parece ser que empezó a fumar durante la Primera Guerra Mundial, mientras estuvo en el frente de batalla. Y desde entonces verlo sin una pipa, en su boca o en su mano, sería una tarea casi imposible (al parecer, tenía preferencia por las billiards inglesas pequeñas). Fue su compañera durante sus largos años en Oxford, tanto como maestro y literato, aunque hierbas tales como la Old Toby, la Longbottom Leaf o la Southern Star solo poblasen la Comarca de su imaginación.
REMEMBRANZASDE MI PIPA Alfredo Baquerizo Neira Guayaquil - Ecuador.
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o podría decir cuando empezó mi fijación por ese instrumento tan perfecto llamado pipa; la memoria no me alcanza para recordar la primera vez que tuve una en mis manos, lo que sí recuerdo, fue donde tuve ese primer encuentro. Una noche lluviosa hace unos 50 años tal vez, mi padre, un fumador de pipa estaba fumando su última cazoleta -normalmente fumaba tres al dia- eran ya mas de las doce de la noche y yo con escasos ocho años me desperté y baje despacio por la escalera de mi casa, una casa al pie del caudaloso Guayas ubicada en el barrio las Peñas, el más antiguo y tradicional de la ciudad de Guayaquil; el crujir de la madera de la escalera de la casa de 120 años donde vivía con mis padres y mis cinco hermanos se podía escuchar hasta el soportal de la casa, la estructura era de madera. Gran parte de la casa fue fabricada por mi bisabuelo con madera de árboles endémicos de la costa. Mi padre, pipa en mano, estaba concentrado en su cuarto de estudio leyendo a Cortazar su autor preferido. Desde siempre en mi casa se escuchó buena musica, Jazz generalmente, el género preferido de mi padre; en esa noche en particular escuchaba un álbum de Jazz que marcó mi niñez: Kind of Blue de Miles Davis; el aroma que su pipa despedía era una mezcla que en la actualidad ya no existe: Balkan Sobraine 759, llamado por muchos, el Santo Grial de los tabacos de pipa. Un aroma proveniente de la mezcla de Virginias y hojas orientales como son la Latakia y el Yenidje, perfectamente equilibradas que creaban un humo denso el cual innundaba el ambiente, ¿La pipa? una Savinelli Hercules con una cazoleta gigante.
Siempre me gustaba ver a mi padre fumar su pipa; el ritual de tomar su pipa llevársela a la boca aspirar el humo, saborearlo y arrojarlo por la nariz, es una imagen que se quedó grabada en mi mente desde niño. Parado al pie de la entrada del estudio con la puerta entre abierta podía quedarme ahí sin moverme el tiempo que a mi papa le tomaba acabarse esa cazoleta gigante llena de ese delicioso tabaco. A veces el me descubría y me decía con un tono de voz firme pero muy sutil - Hijo anda a dormir mañana tienes escuela y debes levantarte temprano -, a lo que yo le respondía - no tengo sueño papa me quiero quedar contigo acompañandote - su respuesta era, - está bien hijo -. Mi padre un hombre de 45 años que fumaba en pipa desde los 17 años siempre fue un hombre ecuánime. A veces de difícil carácter pero con un corazón gigante, siempre prestó a ayudar a las personas y a dar lo que muchas veces no tenía por otro. Era de las personas que si tenía que quedarse sin comer por darle su comida a un tercero, lo hacía sin pensarlo, eso fue lo que me inculcó en la vida: respeto, tolerancia, amabilidad y ayuda al prójimo. Esa noche lluviosa de marzo mi padre no me vio, pero recuerdo claramente que canciones como So what, Freddie freeloader, Blue in green, sonaban; me conocía el álbum de Miles Davis de memoria ya que era el preferido de mi padre y lo tocaba permanentemente en su tocadiscos marca Marantz, ese album ha sido mi preferido también desde que tengo uso de razón.
Estos episodios se repitieron a lo largo de mi niñez, tabacos como el Dunhill Nightcap, 965, Durbar, y Three Nuns eran aromas que siempre acompañaban mi casa en mi niñez. Mi padre era abogado de profesión, trabajaba para un Estudio Jurídico que manejaba casos en el exterior, por lo que mi padre tenía que viajar frecuentemente. Estados Unidos a veces España o Italia eran sus destinos, por lo que su conocimiento de tabacos y pipas era bastante amplio. En esa época no existía el internet como ahora, en que sólo con un clic se puede obtener cualquier información, en esa época las revistas eran el medio más importante para conocer las últimas noticias del mundo de la pipa, su hobbie. Mi padre estaba suscrito a varias con lo que conocía las criticas a los tabaco y eso lo ayudaba a escoger sus mezclas, normalmente era muy clásico en cuanto a tabacos se refería y gustaba mucho de las mezclas Inglesas. Su gusto en pipas era por las italianas como Savinelli seguidas de las Francesas como Chacom, Butz Choquin o GBD. “Y así fue como desarrolle el gusto por este noble arte” - le comentaba a mi hijo Vittorio cuando nos tomábamos un café juntos y recordaba estos episodios grabados en mi mente. Estábamos sentados en el malecón al pie del río muy cerca de la casa en la que viví toda mi niñez antes de irme a estudiar derecho a Argentina, le dije a Vittorio estamos cerca de la casa de mi niñez, vamos para que la conozcas -. Vittorio dijo: ¡perfecto!. Las Peñas es donde la ciudad de Guayaquil empezó, se ubica en las faldas del cerro Santa Ana. El nombre de “Las Peñas” se debe a la cantidad de peñazcos que poseía dicho cerro cuando los Españoles se asentaron en ese sitio en el siglo dieciséis. A través de la historia fue ocupado principalmente por artesanos y pescadores pero a raíz del Boom Cacaotero de los años 20 que convirtieron al Ecuador en el principal productor y exportador mundial de Cacao de fino aroma del mundo o la llamada Pepa de Oro, el barrio fue ocupado por familias acaudaladas de la época. Mi abuelo fue una de esas personas. Hombre acaudalado con bastas tierras de cultivos de Cacao y una exportadora. La casa se la dejaron a mi padre cuando mi abuelo murio. En las Peñas vivieron desde presidentes como Baquerizo Moreno y Eloy Alfaro, hasta personajes mundialmente conocidos como Ernst Hemmingway y el Che Guevara, estos dos últimos coincidentemente fumadores de Pipa.
Conocido originalmente como La calle de la orilla o Malecón Guayaquil, el ahora denominado Malecón 2000 recibió oficialmente el nombre de Malecón Simón Bolívar mediante una ordenanza Municipal, el 7 agosto de 1936, en homenaje al Libertador Simón Bolívar mediante una ordenanza Municipal, del 7 agosto de ese año, en homenaje al Libertador Simón Bolívar. En 1997 la Fundación Malecón 2000 propone un ambicioso proyecto para rescatar la belleza y resaltar el valor histórico y comercial del Malecón Simón
La entrada a las Peñas se la realiza o desde el Malecón a pie o desde el otro lado del cerro o también desde Puerto Santa Ana, obra del Guayaquil moderno. Nosotros con Vittorio entramos por el camino empedrado de la calle principal, el cual se ha mantenido por lo menos dos centenas de años incolume. Es increíble lo pintoresco del barrio, actualmente viven ahi muchos artistas y bohemios. Varias casas se han convertido en Galerías de Arte, Bares o Cafeterías todo siempre orientado al arte. Una vez que llegamos Vittorio se sorprendió y me comentó - ¡Padre, que sitio más espectacular! - le dije si, y le explicaba que en las noches, la brisa del río acaricia a todos los que entran en contacto con ella, un aire fresco y lleno de vida. Cuando encendía mi pipa en el balcón, el silencio combinado con el ir y venir de las corrientes del río convertían ese momento en un momento mágico. Recuerdo una vez que tuve una conversación con mi padre a los diecisiete años más o menos, ya el llegando a los cincuenta años mas o menos, la típica conversación sobre la vida, la familia, los estudios.. recuerdo una frase que el mencionó y que se me ha quedado grabada en la memoria desde aquella época: “Un simple acto de caridad crea una espiral sin fin que siempre vuelve hacia ti”. - Hijo, en ésta vida lo único
que nos llevamos a la tumba son nuestras acciones, ya que a través de ella seremos recordados, se un hombre bueno, justo y generoso, la riqueza siempre le llega al que más da -. En ese momento procedimos a entrar con Vittorio la casa; la casa como tal ya no existía, se había convertido en una Galería de Arte, caminamos por ella a través de las galerías que anteriormente habían sido la cocina, las habitaciones, el estudio de mi padre. El ambiente seguía ahí aunque ahora ya la casa sea distinta, recordé a mi madre cocinando un Arroz con Menestra y Carne , plato típico que comíamos en las noches como la mayoría de Guayaquileños de la época. Hace mucho tiempo no me sentía en tal simbiosis con mi hijo, al salir me dijo: “Gracias Papá por ser como eres, ahora comprendo muchas cosas, que antes no las podía comprender, los amo a ti y a mi madre”.... Ataqué y encendí mi pipa, continuamos nuestro camino de vuelta a casa. El ritual que mi padre me enseñó lo continúo realizando todos los días de mi vida, ahora que mi hijo empieza a fumar en pipa, espero que esta le pueda dar la serenidad que necesita como ser humano para poder comprender la grandeza de Dios y la nuestra.
JosĂŠ Carlos Guijarro Quito - Ecuador.
EN NOCHES
COMO ESTA. Fabián Cuesta R. Quito - Ecuador
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oche cerrada ya. Impera un silencio inusual que solo se rompe a momentos con el ladrido de unos perros, que parecen contarse sus aventuras callejeras y con el humilde y pausado discurso de un grillo que se atreve a cantar su historia a pesar de mi impertinente presencia. Noche declarada en este campo aún verde, que invita a contemplarlo, a disfrutarlo en los amaneceres o cuando ya el sol se despide, dejando cortada en el horizonte la silueta del majestuoso Pichincha, que nos mira y nos cuida eternamente. Es en noches como esta, con el cielo despejado y contaminado de estrellas, que me siento afortunado, bendecido y dueño absoluto de este espacio tan simple como hermoso. Afortunado y bendecido porque puedo sentarme aquí sin más planes ni pretensiones que mirar las luces en el cielo, verme a mí mismo a través de las horas que ya se fueron y hacer el infaltable balance de la jornada. He escogido para el momento una de mis pipas. Una de maíz, sencilla y rústica; y, desde luego, un tabaco para fumarlo. Uno gentil, natural. De esos que últimamente disfruto por su carácter herbal, terroso y profundo.
Pipa y tabaco. Tabaco y pipa. Continente y contenido que dicen mucho con tan poco. Ambos sencillos, frutos de la tierra y de la ancestral necesidad del hombre por conectarse con sus antepasados y creencias. Ese rito que se repite día a día en cada ser que profesa el arte y rito de fumar en pipa. Tomo esa pieza de mazorca entre mis manos, siento su rusticidad y dejo que su naturaleza transmita en mis manos su pasado reciente, tan vinculado a la tierra y al trabajo del hombre. Y empiezo el rito de cargarla con la hierba de Virginia, con o sin condimentos. Dejo caer las hebras de tabaco dentro del hoyo negro de la pipa, así como cae la lluvia desde el cielo y moja el verde pasto. Dos, tres, cuatro pellizcos de tabaco entran sin complicaciones en la pipa. Presiono de modo gentil con mi pulgar y acomodo la carga. Enciendo la lumbre y empieza el misterio. El fuego entra en contacto con la hierba, que se despierta y encrespa tomando vida. Brota el humo generoso y embriagante, explota en mi boca un abanico de sabores ¿Puede haber momento más intenso? Es un auténtico orgasmo que abre el camino a la introspección.
Cada hebra quemada es un pensamiento. En cada voluta de humo que se esparce por el aire se va el día que fue y quizá mis aspiraciones y anhelos. En cada matiz que percibo nacen los recuerdos o aquellos parajes en los que nunca estuve. Gracias al rito del humo emanado de una pipa puedo emprender viajes insospechados, creo personajes nunca conocidos y viajo de regreso a los años de infancia. Entonces veo a mi viejo ejercitando el mismo rito de fumar en pipa, sentado por las tardes en su sillón predilecto, junto a la puerta del balcón. La tarde es espléndida y luminosa y faltan pocos días para la navidad. Todo está dispuesto: el árbol con sus bombillos, luces y guirnaldas; listo está también el nacimiento, con su base de fragante y verde musgo, que hace pocos días lo terminamos con mamá y mi hermana. Suena la música. Es uno de los conciertos para piccolo y orquesta de Vivaldi. Papá lee y lee. En su pipa fuma una labor de Cavendish aromatizado –ahora lo sé- con un aroma fantástico. Yo lo miro mientras hago la tarea en la mesa del comedor. Mamá, mientras tanto, prepara el café de la tarde en la cocina. La casa está repleta de música y del olor del pan recién horneado y Cavendish. Y yo no puedo ser más feliz. Los perros del barrio han ladrado de nuevo y de golpe regreso del pasado. Vuelvo a este momento, aquí y ahora, bajo el cielo negro tapizado de luces diminutas de un color blanco azulado. Y tan pronto he vuelto de los años de infancia, empiezo a trasladarme a otro lugar. Vuelvo a cargar mi boca con una calada plena de sabor. Mi mente configura un escenario distinto esta vez: es un gran espacio abierto, lleno de tupidos bosques con alucinantes
tonos de verde. Hay un lago ancho en la gran explanada, por cuyas orillas paseo mirando cómo el viento desfigura la perfecta superficie del agua. Las diminutas olas de agua, traídas por el viento hacia la orilla, parecen hablarme de su larga permanencia en este sitio, de su serena existencia en armonía con este mágico entorno. Sigo caminando y decido internarme por un sendero estrecho, montaña arriba. Ya estoy en medio del bosque. Cruje la madera. Las ramas conversan entre ellas y bailan cadenciosamente, mientras el viento sopla impetuoso. Me maravillo de estar ahí, en medio de este bosque antiguo, intocado, con sus árboles enormes, imponentes y hasta ominosos. Llego hasta una explanada, que se abre al final de este flanco del bosque, y me encuentro con un campo verde que desciende de modo gentil hacia otra mancha de bosques más jóvenes. Me siento por un largo rato para dejar el que viento acaricie mi cara. Pero hace algo de frío y las nubes que corren presurosas parecen anunciar que el día va a cerrarse sobre mí. Respiro profundo y huelo a heno, a hierba fresca y a madera. De pronto me doy cuenta de que no es el aroma del campo lo que percibía. Esos efluvios no son sino los intensos matices de esta hierba fina que estoy fumando ahora, bajo este cielo estrellado, mientras estoy sentado en el patio posterior de mi casa. He vuelto. La fumada va llegando a su fin. Lo sé porque la pipa se me va apagando. Ya la carga de humo de cada calada va siendo menor. Es hora de culminar el viaje, la reflexión, la introspección. Este espacio personal, tan mío, ha de quedar para otro momento. Quizá será otra labor la que escoja para viajar, para recordar, para crear ideas, soñar nuevos proyectos o, simplemente, para sentarme aquí y admirar a mi hijo jugando en el jardín, de la mano de la mujer que amo, mientras tabaco y pipa cumplen con su humilde misión de regalarme momentos únicos e irrepetibles.
“El tabaco es la pasión de los
hombres de bien y él que vive sin el tabaco no es digno de vivir.”
Moliere (Jean Baptiste Poquelin)
Black Parrot McClelland Virginia & Perique
MM3 Curse Of Mixture Monster Cornell & Diehl Black Cavendish, Cavendish
Frog Morton’s Cellar (Craftsbury Series) McClelland Latakia & Virginia
The Virginia Cream (Heirloom Collection) G. L. Pease Black Cavendish, Kentucky, Perique, Virginia
Don Alfonso Sentimiento Nacional Virginia & Burley
El mundo de la pipa está lleno de sorpresas placenteras. Para muchos, es un mundo lejano, desconocido, casi inaprensible. Hay quien no se atreve a penetrar en él, quien lo hace tímidamente, se adentra unos pasos y desiste aterrado por los primeros obstáculos, aunque intuye que, más adentro, hay algo que le atrae. Hay quien sigue adelante y a cada paso va descubriendo, uno a uno, los secretos de la pipa.
Agradecimientos especiales a todos los miembros del Quito Pipa Club que hicieron posible esta primera ediciĂłn del boletĂn, contribuyendo con sus artĂculos y otros medios referentes al mundo de la pipa y el tabaco. Buenos humos. Aportes a proximas ediciones: erikvalium@gmail.com