Universidad de San Carlos de Guatemala
USAC
Curso: Textos Indígenas.
Catedrática: Ivonne Putzeys.
Alumno: Isaac Ernesto Martínez Ramírez.
Carrera: Arqueología.
Carnet: 201480013.
Introducción
El presente ensayo trata sobre la historia prehispánica en el Popol Vuh, en este caso particular, se brindara un análisis sobre determinados pasajes que pueden considerarse unos como míticos y otros como históricos apoyándonos en documentos escritos por otros autores. Al ser una obra que narra ciertos hechos históricos del pueblo quiché, será el periodo postclásico el punto de atención de este escrito.
Mitología Y Aspectos Históricos En El Popol Vuh
El Popol Vuh es especialmente reconocido por el panorama mítico que ofrece en la mayor parte de sus páginas, brindando de esta manera, una ventana para el conocimiento de las concepciones religiosas de la sociedad maya prehispánica en general, y de los quiches del postclásico en particular. Como ha anotado Chinchilla (2011), el Popol Vuh constituye una fuente de primerísima importancia para la comprensión de la mitología maya, esto debido a las características que posee, entre ellas: su extensión, calidad narrativa y antigüedad, por las que sobresale sobre otras fuentes escritas. Si bien la riqueza de las narraciones míticas de la obra, está fuera de duda, los aspectos esenciales de estas narraciones no son exclusivos del Popol Vuh, pues son compartidos en un amplio espacio geográfico por diversos pueblos mesoamericanos, siendo demostrable este hecho a partir de las recopilaciones de narraciones míticas realizadas en Guatemala y México (ibíd.). Chinchilla subraya dicha circunstancia con las siguientes palabras: “Estas comparaciones revelan que los mitos del Popol Vuh son versiones particulares de creencias y narraciones ampliamente difundidas en toda Mesoamérica, que en algunos lugares se conservan todavía en la tradición oral de las comunidades indígenas” (ibíd.: pág. 25). Por lo escrito anteriormente, para Chinchilla (ibíd.), las narraciones míticas contenidas en el Popol Vuh vendrían a ser versiones específicas de un conglomerado más extenso de mitos mesoamericanos, variando por lo tanto los aspectos superficiales (aventuras y hazañas particulares de héroes y dioses) de estos mitos de una región a otra del área mesoamericana. De estas concepciones comunes, se desprende, que aun a pesar de las distancias geográficas (y que resaltan mucho más por la ausencia en Mesoamérica de animales domesticados como el caballo) que existían entre sociedades distintas, la interacción incesante entre ellas en tiempos prehispánicos, es un factor que explica la existencia de mitos comunes a las culturas mesoamericanas (ibíd.). Por lo tanto, en cuanto a
concepciones religiosas entre las culturas de Mesoamérica, nos encontramos con que estas concepciones son un rasgo panmesoamericano. Jansen señala que el Popol Vuh, muestra una división de la historia en dos apartados: “(1) una primera parte, la historia sagrada, que trata de la formación del cosmos y del ciclo de vida y muerte, (2) una segunda parte, la historia humana, que se refiere a la formación del reino quiché, así como al origen y a la genealogía de las dinastías gobernantes” (Jansen, 1997: pág. 2). Es en el segundo apartado, en el que se busca legitimar políticamente a los linajes gobernantes quichés, por medio de la expresión literaria (u oral en otros casos), ya que en la obra se menciona claramente que los principales linajes del estado quiché descienden directamente de los primeros ancestros: Balam-Quitzé, Balam Acab, Mahucutah, siendo antepasados directos de los linajes Caveh, Nihaib y Ahau Quiché respectivamente. En la traducción y transcripción al español de Recinos (1981: pág. 158), se tiene esta asociación de los reinados con estos primeros hombres: “He aquí, pues, las generaciones y el orden de todos los reinados que nacieron con nuestros primeros abuelos y nuestros primeros padres, Balam- Quitzé, Balam Acab, Mahucutah e Iqui Balam, cuando apareció el sol y aparecieron la luna y las estrellas”. Las palabras que continúan a lo anterior dentro de la obra, son aún más explícitas: “Ahora, pues, daremos principio a las generaciones, al orden de los reinados, desde el principio de su descendencia, cómo fueron entrando los Señores, desde su entrada hasta su muerte; cada generación de Señores y antepasados, así como el Señor de la ciudad, todos y cada uno de los Señores. Aquí, pues, se manifestara la persona de cada uno de los Señores del Quiché. Balam-Quitzé, tronco de los de Cavec” (ibíd.). De las funciones que desempeñan los mitos, la que resulta preponderante en este caso particular, es la de la legitimación de las instituciones políticas y sociales, asunto ya tratado por Chinchilla (2011) que toma como referente científico-intelectual al historiador Alfredo López Austin para el análisis de la mitología mesoamericana. Otro pasaje del libro, que ejemplifica la legitimación política de los linajes gobernantes quichés, es el concerniente al viaje que llevan a cabo los hijos de Balam-Quitzé, Balam Acab y Mahucutah hacia el oriente, más
específicamente a la ciudad de Tulan, en donde el “gran” Señor Naxcit, identificado en las notas como el soberano tolteca Topiltzin Quetzalcóatl por Adrián Recinos, les brinda las insignias reales y los inviste como gobernantes (Recinos, 1981). López Austin y López Lujan (2004), expresan que después del desmoronamiento del sistema estatal de Teotihuacán, Mesoamérica sufre una readecuación de carácter económico y político, surgiendo un culto dedicado a Tollan y Quetzalcóatl, que se fue extendiendo a través del territorio mesoamericano. La emergencia del culto a Tollan y Quetzalcóatl, responde a determinadas condiciones históricas: “El nuevo culto, con un intenso contenido político, se ajustaba a las inestables relaciones mesoamericanas, y los seguidores imponían sus principios e instituciones con el auxilio de las armas y el predominio mercantil. Las figuras míticas de Tollan y Quetzalcóatl postularían entonces un orden político que justificaba el naciente poder de estados pluriétnicos, hegemónicos, militarizados, cabeceras de sistemas regionales que rivalizaban entre sí por el control del comercio” (ibíd.: pág. 41). En pocas palabras, justificación ideológica y legitimación política de los linajes gobernantes (en variados estados mesoamericanos) por medio de la vinculación con la ciudad de Tula y la deidad Quetzalcóatl.
Bibliografía:
Chinchilla, Oswaldo. -
2011 “Imágenes De La Mitología Maya”. Primera Edición, Museo Popol Vuh, Guatemala.
Edmonson, Munro S. -
1964 “Historia De Las Tierras Altas Mayas, Según Los Documentos Indígenas”. En Desarrollo Cultural De Los Mayas, (Editado por Evon Z. Voght y Alberto Ruz L.), pp. 255-278. Ediciones dela Universidad Nacional Autónoma De México, México DF.
-
1978 “Los Popol Vuh”. En Estudios De Cultura Maya, Volumen XI, pp. 249266. Ediciones de la Universidad Autónoma De México, México DF.
Jansen, Maarten. -
1997 “La Serpiente Emplumada Y El Amanecer De La Historia”. En Códices, Caciques Y Comunidades, (Editado por M. Jansen y L. Reyes), pp. 11-63.
Lenkersdorf, Gudrun. -
2003 “El Popol Vuh: Algunas Consideraciones Históricas”. En Estudios De Cultura Maya, Volumen XXIV, pp. 47-60. Ediciones de la Universidad Autónoma De México, México DF.
López Austin, Alfredo y Leonardo López Lujan. -
2004
“Tollan Y Su Gobernante Quetzalcóatl”. En Arqueología Mexicana,
Núm. 67, pp. 38-43.
Recinos, Adrián. -
1981
“Popol Vuh. Las Antiguas Historias Del Quiché”. Décimo cuarta
reimpresión, Fondo de Cultura Económica, México DF.