SIEMPRE ES DE NOCHE EN LOS BOLSILLOS TOMÁS SALVADOR GONZÁLEZ
Literatur solasaldia / Tertulia literaria Errenteria, 2015 / 04 / 14
http://liburutegiak.blog.euskadi.net/errenterialiburutegia/lang/es/
TOMÁS SALVADOR GONZÁLEZ
Tomás Salvador González (Zamora, 1952) Es autor de los libros de poemas Reunida estación de las ciudades (edición clandestina, Valladolid, 1975), La entrada en la cabeza (Endymión, 1986), Aleda (Ediciones Portuguesas, 1988), Favorables país poemas (Icaria, 1996), La sumisión de los árboles (Ave del paraíso, 1996), El poeta en su taller (La hoja de roble,1998), La divisoria de las aguas (Icaria, 2002) y Siempre es de noche en los bolsillos (Papeles mínimos, 2014). También de la novela El territorio del mastín (Juventud, 1995). Reside en Arenas de San Pedro (Ávila)
https://sites.google.com/site/tomassalvadorgonzalez/
SIEMPRE ES DE NOCHE EN LOS BOLSILLOS Los poemas que componen Siempre es de noche en los bolsillos alumbran la memoria a través de una indagación y un recuento. Más allá o más acá del problema de la identidad, y sirviéndose de unas poéticas halladas en Lorenzetti, Giotto y Piero della Francesca, la poesía de Tomás Salvador González dibuja las líneas y pinta los trazos de un tiempo que se aleja. http://papelesminimos.com/ficha.php?producto=44
LA LUZ PERDIDA Por Pilar Martín Gila http://www.culturamas.es/blog/2014/12/03/siempre-es-de-noche-en-losbolsillos/
Al parecer la memoria configura nuestra experiencia con una capacidad de seducción tan fuerte que pensamos en la vida como si la hubiéramos vivido de la forma en que la recordamos. Y cuando alguien recuerda de la forma en que lo hace el poeta Tomás Salvador en su último poemario, Siempre es de noche en los bolsillos, el lector puede tener la impresión de que la vivencia misma, esa que se da en un momento presente, puede nacer ya tocada por la nostalgia, como si ésa fuera la condición que luego la fijará en la memoria hasta casi fundir la vida y la añoranza en la misma realidad. Aparece aquí, en este libro, uno de esos mundos que se van formando en las grietas de la conciencia y que te terminan acompañando siempre. Al fin y al cabo, si sobre recuerdos construimos lo vivido, también sobre
recuerdos precipitados hacia adelante ideamos un porvenir. Tal vez, el recuerdo no nos devuelva a ningún sitio ni nos reintegre nada, pero nos pone en relación con lo oculto, lo inadvertido de la vida. “Todo está en el aire y a la vista pero todo está lleno de secretos y misterios.” Hay en este poemario, sobre todo, un deseo de ver, de poner en la mirada un mundo que se dobla desde la memoria individual, el autobiográfico quién soy yo, hacia una memoria compartida, quiénes somos nosotros, que coincide con una parte ya desplazada de nuestra historia, extraña, ya casi impensable, un paisaje en el territorio del deseo que, más que realizarse, se preserva, se guarda dentro de los ojos para seguir deseando. “…La mirada / absorta en su puro vivir; / cerraba los ojos para llorar su deseo.” Es posible que todo sea recuerdo, que de alguna forma, siempre estemos recordando y nunca alcancemos lo vivido como tal si no es invocando una realidad que apenas atisbamos en los márgenes de
nuestras construcciones, la vida saliéndose siempre de la fantasía. “Ni los maestros japoneses, / ni Kline, ni la línea / capaz de resumir de Brueghel / podrían compararse a las ramas vivas / y desnudas de estos castaños. /…/ Pero no es tanto la precisión / como la luz perdida que se escapa / de nuestras intenciones.” Es, entonces, la realidad lo que persigue nuestro deseo, lo que nos falta, lo que echamos de menos; es lo real el objeto de nuestros sueños. Sin embargo, también podemos recordar que en la Grecia arcaica, así lo entendía Detienne, la palabra misma se concebía como algo real, eso que dice lo que hace, alcanza a la voluntad, es comprendida como parte de la physis, “Pero los pájaros son de verdad, y si esto es posible, todo es posible y es verdad”. Podríamos decir que este mirar hacia atrás, en el presente poemario, no incumbe sólo al tiempo sino que añade perspectiva y con ella, agranda el espacio del mundo, una distancia que proyecta la escritura, y donde la propia lengua forma parte de lo que se ve. Tal vez, con
algo de esto tienen que ver las poéticas de Lorenzetti, Giotto y Piero de la Francesca que Tomás Salvador pone en juego aquí, es decir, con la construcción del lugar, con la aparición del mundo ante nuestros ojos. En Lorenzetti surge la ciudad, la vida civil; Giotto encuentra el volumen, abre un hueco en el plano, y Piero della Francesca traza la distancia entre el yo y el mundo. Aquí se dibujan los límites que van a intensificar nuestra conciencia, el espacio comienza a definirse por el lugar que ocupa quien observa y con ello hacemos la pregunta por la mirada. Se fija una manera de ver que, recordando a Manuel Padorno, sigue siendo nuestra manera de ver contemporánea, y que tal vez sea lo que, en Siempre es de noche en los bolsillos, permite hacer una parada ante la memoria para que las cosas vayan prendiendo un paso más allá de donde está el que mira.
ENTREVISTA Reivindico la sobriedad y el lenguaje que tenía el medio rural "La lectura es uno de los grandes regalos de la vida y la poesía, una mirada que trata de conocer el mundo" Natalia Sánchez, (La opinión de Zamora, 31/05/2014)
El escritor Tomás Salvador González presenta esta tarde su último poemario Siempre es de noche en los bolsillos a partir de las 20.00 horas en el Café Aureto. Usted ha sido profesor de manera vocacional, pero ¿cómo llega a la escritura? Fue por la lectura de Hambre, de Knut Hamsun, a los 13 años. La promesa de escritura que contenía la novela me llevó a desear ser escritor desde esa edad.
Su hacer literario lo conforman tanto poesía como narrativa. He escrito varios poemarios y mi anterior incursión fue una novela. Con ella me di cuenta de que la escritura de una novela exigía un
trabajo diario, cotidiano, incluso que requería una mente centrada en ella. Cuando la publiqué me dije que me pondría con otra hasta que no dispusiera del tiempo necesario.
La poesía centra Siempre es de noche en los bolsillos, un libro que agrupa distintas temáticas. ¿Por qué los ha reunido bajo el paraguas de este poemario?
Porque tienen un elemento en común que es la memoria. Es un libro que incluye una parte de teoría sobre la memoria, un recuento de
recuerdos, algunos cercanos como un viaje que realicé a Italia en los
años 90 que se manifiestan en referencias pictóricas. Lorenzetti, Giotto y Piero della Francesca actúan como modelos a seguir en la escritura.
En algunos de sus versos emplea un vocabulario vinculado al medio rural y ahora casi en desuso.
La mayoría de poemas dedicados a la infancia, casi la mitad del
poemario, están contados desde el punto de vista de un niño y acudo al vocabulario que tenía ese menor. Procuro contarlo desde el
lenguaje que tenía yo antes de cumplir los diez años. El libro está dedicado a mi hijo y lo que aprendí con su crianza me llevó a mostrarle una infancia muy distinta a la que él había vivido.
Reivindicando la pobreza y sobriedad que tenía el mundo rural y su lenguaje, casi desaparecido. Además, aparecen elementos de la
geografía rural pero me fijo en el paisaje humano que yo conocí, Su
manera de ver el mundo y de estar en el mundo me ha preocupado y me sigue preocupando. No hay más forma de renacer que teniendo en cuenta el pasado. Todo este mundo de nuevos ricos que se ha caído
tiene mucho que ver con el olvido en el que hemos dejado lustros y años el mundo rural al que tenemos que tener muy presente. Los diez años que viví entre Piedrahita de Castro y Fontanillas han sido una
especie de tesoro que he guardado toda mi vida y de alguna manera ha ido apareciendo e iluminando mi obra poética.
Usted también opta por la prosa poética. Durante la escritura de los versos me di cuenta de que también
necesitaba un lenguaje mucho más flexible. Tenía muchos recuerdos que contar, pero el verso me imponía unos límites que quería transgredir a través de la prosa.
¿Cree que volverá a trabajarla? Creo que sí, aunque ahora estoy centrado en una novela. De vez en
cuando me surge un poema, pero hasta que no concluya la novela no retomaré la poética. La poesía para mí es un regalo. No voy buscando los poemas, sino que me los encuentro. Siento una emociono o bien percibo de una manera acrecentada algo que me permite hacer un
poema. La escritura es una manera de acceder al mundo, una mirada que trata de conocer el mundo y de recuperar la vida que he vivido sin darme cuenta.
Un escritor es un buen lector. ¿Qué es para usted la lectura? Uno de los grande regalos de la vida, casi el decisivo. En este país se escribe mucho, pero se lee poco. Me interesa mucho la imagen y el cine, pero creo que la lectura es insustituible. No sé si las nuevas
generaciones lo pueden ver así pues están requeridas por formas de expresión de más fácil percepción que pueden hacer que dejen de lado la lectura.
http://www.laopiniondezamora.es/zamora/2014/05/29/reivindico-sobriedadlenguaje-tenia-medio/764438.html
ENLACES http://www.chusdominguez.com/wpcontent/uploads/2009/03/Laboratorio-poetico.pdf http://tamtampress.es/2014/04/25/siempre-es-de-noche-en-losbolsillos-tomas-salvador-gonzalez/ http://www.culturamas.es/blog/2014/12/03/siempre-es-denoche-en-los-bolsillos/ http://lamilanabonita.com/2014/05/11/un-viaje-a-los-recuerdos/ http://www.laopiniondezamora.es/zamora/2014/05/29/reivindic o-sobriedad-lenguaje-tenia-medio/764438.html http://critica.deletras.es/tomas-salvador-gonzalez/