LA ARAÑA MARTINA
CREADO POR: Gustavo Esaú López Amaro.
La araña Martina estaba escondida, hacía rato que su madre salió y no volvía.
Así pues la araña Martina salió a buscar a su madre, era de noche así que la luz era escasa.
Busco por todos lados, debajo del escritorio.
Debajo de una mesa extraña que subía y bajaba y se inclinaba, curiosa realmente.
La busco de bajo de la cama de un gigante, uno que hacía mucho ruido en las noches, parecía que tenía dos bocas ya que cuando dormía una la otra empezaba a tocar trompetas.
Siguió buscando más no encontraba nada, Martina se puso a llorar ya que pensó que jamás vería de nuevo a su madre.
Martina decidió regresar al escondite a esperar a su mamá, pasaron las horas y está no llegaba.
De repente escucho unas fuertes pisadas, Martina se sintió aterrada.
Al observar solo vio un par de botas que caminaban hacia ella, el gigante se abra despertado? Martina quería llorar.
Martina corrió lo más rápido que pudo mientras oía las pisada del gigante, paso tras paso lo sentía más cerca.
Después inesperadamente los pasos cesaron, Martina no sabía que estaba pesando, cuando de la nada *PUUM* el gigante aterrizó frente a ella Martina se quedó congelada del miedo, vio como la bota se alzó hacía ella y cuando estaba apunto de pisarla
El gigante callo de espaldas, de repente de entre las botas del gigante salió su madre -Vamos hija, hay que irnos- le dijo, -que le pasó al gigante- pregunto Martina, -Lo dormí un poquito ya que es un poco gruñón, pero estará bien, vamos hay que cenar- Le dijo su madre a Martina.
-Tienes que aprender a esperarme en casa Martina es muy peligroso que salgas- dijo la madre -Pero si el gigante entro al escondite mamá- replicó Martina -Es cierto pero te dije que no salieras de casa no del escondite- dijo la madre -Bueno eso es cierto supongo- dijo Martina.
Entraron a una caja que al parecer era su casa Martina no volvió a escuchar al gigante así que supuso que se había dormido mucho tiempo o que se había mudado de casa, en fin no era que le importará mucho.
Después de ese día, Martina no volvió a escaparse de casa para buscar a su mama, ya que entendió que era demasiado peligroso para ella y si en verdad quería ayudar a su mama, lo mejor era buscar a un adulto que la ayudara a encontrarla
FIN