Historia General de Veracruz s
MartĂn Aguilar SĂĄnchez Juan Ortiz Escamilla coordinadores
Aguilar Sánchez Martín y Juan Ortiz Escamilla (coords.) Historia general de Veracruz / coord. y pról. de Martín Aguilar Sánchez, Juan Ortiz Escamilla ; present. de Javier Duarte de Ochoa ; maps. de Rafael Palma Grayeb, Samuel Morales . – México : Gobierno del Estado de Veracruz, Secretaría de Educación del Estado de Veracruz, Universidad Veracruzana, 2011 Incluye: bibliografía comentada al final de cada capítulo 725 p. : gráfs., fots., maps. ; 23 x 17 cm ISBN 1. Historia – México –Veracruz-Llave I. Ortiz Escamilla, Juan, coord. II. Duarte de Ochoa, Javier, present. III. Palma Grayeb, Rafael, maps. IV. Morales, Samuel, maps. V. t. Library Congress F1371
Dewey 972.62 A325h
Diseño de portada e interiores: Héctor Opochma López Vázquez y Mónica Zacarías Najjar Ilustración de la portada: Horace Vernet, Vista del puerto de Veracruz o Veracruz de noche © Museo de Arte del Estado de Veracruz D. R. © 2011, Secretaría de Educación-Gobierno del Estado de Veracruz; Km 4.5 carretera federal Xalapa-Veracruz, 91190 D. R. © 2011, Martín Aguilar Sánchez y Juan Ortiz Escamilla Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuere el medio, sin la anuencia por escrito del titular de los derechos. ISBN 978-607-XX-XXXX-X Impreso en México • Printed in Mexico
Presentación
Con la publicación de Historia general de Veracruz se fortalece la colección Veracruz siglo xxi que ofrecerá una biblioteca con los conocimientos alcanzados hasta ahora sobre nuestra entidad, tanto en las ciencias naturales como en los múltiples campos de las ciencias sociales, las artes y la cultura. El Gobierno de Veracruz impulsa con empeño todas las empresas intelectuales encaminadas a forjar una conciencia de rescate ecológico, restauración ambiental y salvaguarda del patrimonio histórico, cultural y artístico del estado. La tarea de acopio y análisis crítico de todos estos conocimientos ha sido encargada a los más destacados conocedores y ordenada en obras rigurosas; el componente gráfico de esta serie de obras de muy diversos temas constituyen el corpus visual más actualizado en la historiografía regional: mapas, fotografías, grabados, dibujos y pinturas que nos ofrecen una radiografía de los recursos naturales del estado y de su potencial aplicación para un desarrollo equilibrado, pero también nos presentan los grandes retos de la agenda de política pública. Cada uno de los autores de Veracruz siglo xxi se caracteriza por su claridad expositiva, alejada de los tecnicismos académicos, y porque combina la máxima actualización del conocimiento con el lenguaje más asequible. 5
En este sentido, esta nueva serie de obras, que busca fungir como un elemento de identificación y cohesión entre los veracruzanos, representará un instrumento indispensable para la formación de los jóvenes universitarios y del público lector en general. Significa un ejercicio de recapitulación y análisis crítico, emprendido en una coyuntura histórica de especial importancia, que contribuirá a generar una conciencia de lo obtenido hasta el presente y de los escenarios previstos para el futuro próximo. El conjunto de esta obra podrá reforzar y alentar nuevos empeños por consolidar el conocimiento, con el rigor y solidez de la nueva década del siglo xxi que ya hemos comenzado. Dr. Javier Duarte de Ochoa Gobernador del Estado de Veracruz
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Prólogo
Historia general de Veracruz cumple con uno de los objetivos primordiales del gobierno del estado, preservar la memoria y acercar a sus habitantes con su pasado y su presente. Desde 1950, cuando fue publicada la Historia de Veracruz, escrita por Manuel B. Trens y José Luis Melgarejo Vivanco, bajo el sello de la Secretaría de Educación y Cultura, sólo cincuenta años después Carmen Blázquez Domínguez dio a la estampa la Breve historia de Veracruz, coeditada por El Colegio de México y el Fondo de Cultura Económica. De allí la perentoria necesidad de explicar a los veracruzanos del siglo xxi el proceso de construcción y conformación del estado desde una perspectiva lo más completa posible, es decir, la que tiene presente la geografía, la política, las instituciones, los movimientos sociales y los conflictos bélicos tanto nacionales como internacionales, la demografía, la economía, el uso y aprovechamiento de los recursos naturales y la cultura. La historia aquí narrada inicia con una explicación de los testimonios más remotos de las culturas mesoamericanas registrados por la arqueología, sigue de cerca las consecuencias de la guerra de la Conquista, que inició precisamente en las costas veracruzanas con el establecimiento del orden colonial; se detiene en la guerra civil de 1810 que promovió la instauración de un nuevo régimen, al tiempo que derivó en una nueva guerra, ahora por la independencia de Mé7
xico, cuyo desenlace, en 1825 tuvo como escenario, de nueva cuenta, las costas de Veracruz. El periodo más estudiado por la historiografía regional ha sido el de la conformación del estado en el siglo xix. En particular, las primeras y últimas décadas de la mencionada centuria. A ese primer periodo suele llamársele Porfiriato, en su momento fue aniquilado por otra guerra civil mejor conocida como la Revolución mexicana, y cuyas secuelas todavía perviven en el discurso y la conciencia de los veracruzanos. La tarea no ha sido nada fácil. En primer lugar, resulta imposible incluir en una obra de divulgación todos los eventos históricos, más aun cuando los estudios recientes centran su atención en localidades, temas y periodos muy específicos, y porque algunos de ellos han sido más estudiados que otros, lo que impide construir una visión más o menos homogénea y equilibrada que cubra todas las regiones de Veracruz. En segundo lugar, porque la geomorfología del estado no ha sido la misma a lo largo de su historia, se ha ido modificando como resultado de los procesos políticos y socioculturales. Si algo distingue nuestra entidad del resto de los estados de la República mexicana –señala Joaquín Roberto González– son sus gradientes altitudinales, sus numerosas cuencas hidrológicas y nichos ecológicos, que descienden desde las montañas nevadas hasta las llanuras costeras en un territorio relativamente corto. No menos importante es su diversidad cultural resultado de factores históricos y procesos socioeconómicos determinados por el medio natural. Por ejemplo, la pervivencia de las culturas de origen mesoamericano, en las partes serranas, con sus formas tradicionales de producción e interacción con el medio natural; los patrones de poblamiento urbano, mejor conocidos como “ciudades medias”, que prácticamente cubren todo el territorio, y desde las cuales se definen las relaciones económicas y políticas con sus pueblos. Para una mejor compresión y articulación de los procesos sociohistóricos de larga duración, desde el punto de vista metodológico hemos 8
utilizado dos variables para su análisis: la primera inicia con un estricto orden cronológico para explicar las rupturas, las reformas, las mutaciones y las continuidades que experimentó la sociedad veracruzana a lo largo de su historia; la segunda variable está relacionada con el carácter regional, propio de la configuración de su territorio, y sin el cual resulta imposible entender y explicar la conformación y delimitación del estado. Desde una perspectiva histórica, la extensión de tierra que hoy conocemos con el nombre de Veracruz ha experimentado su propio proceso de transformación, condicionado por el medio natural y el aprovechamiento de sus recursos, los patrones de asentamiento, las relaciones socioeconómicas y los elementos culturales. Cada periodo histórico es estudiado a partir de cuatro ejes temáticos: la organización político-administrativa; la economía y los recursos naturales; la población, la identidad y los procesos culturales. El primer apartado del segundo capítulo se ocupa de la época de esplendor de la civilización Olmeca, la que dio origen a las culturas mesoamericanas y cuyos testimonios datan de hace miles de años. Los trabajos de Enrique Florescano y Sergio Vásquez nos explican las características de estas civilizaciones, las que antecedieron al tiempo histórico de la conquista española, la cual inició en 1519, precisamente en las costas de lo que después sería Veracruz. Luis Juventino García y Paulo César López recuperan los estudios más actualizados sobre la ruptura del antiguo orden mesoamericano y la implantación del régimen colonial tras la conquista española. Entre las modificaciones o alteraciones de dicho orden destacan: el genético resultado de las mezclas raciales entre americanos, europeos, africanos y asiáticos; la introducción de nuevas plantas y animales; y la organización de la sociedad a partir del modelo castellano de pueblo con su marco jurídico, civil y religioso. En la medida en que los españoles se iban adaptando a las formas de vida de las sociedades conquistadas e iban extendiendo su dominio sobre territorios y pueblos, también iban apareciendo las enfermedades hasta entonces des9
conocidas en América como la viruela, el tifo y el sarampión, las cuales provocaron una de las mayores catástrofes demográficas de la historia de la humanidad. Los demógrafos consideran que entre los siglos xvi y xvii desapareció más del 80% de la población nativa, a causa de las enfermedades y de la explotación de la que fueron objeto por parte de los conquistadores-encomenderos. Con los sobrevivientes y las nuevas migraciones de colonos y servidores reales se fue reconfigurando la sociedad colonial, sus instituciones, la organización social basada en el privilegio, las corporaciones y la calidad étnica. En gran medida, el desarrollo económico adquirió nuevos impulsos gracias a los pródigos recursos naturales de la minería, la agricultura y el comercio. El sincretismo religioso tuvo como resultado la fusión de los referentes mesoamericanos y cristianos. La recuperación demográfica –señala Silvia Méndez Maín– de la población veracruzana fue más lenta que otras regiones de la Nueva España debido a las enfermedades endémicas de carácter infectocontagiosas como la fiebre amarilla y el paludismo en buena parte de su territorio. Las llamadas “reformas borbónicas”, las que desde mediados del siglo xviii comenzaron a aplicarse en Veracruz –señalan Michael Ducey y Juan Ortiz– fueron la base de las transformaciones más significativas en todo el territorio. En primer lugar, por la gran cantidad de estudios científicos que de él se hicieron; y en segundo lugar, por las obras de infraestructura construidas en el puerto, en la isla de San Juan de Ulúa y en el pueblo de Perote; en la construcción del camino real que partía del puerto de Veracruz y comunicaba a Xalapa, Perote y Puebla con la ciudad de México. En tercer lugar, la región de Orizaba-Córdoba-Zongolica fue una de las más beneficiadas porque en ella se monopolizó la producción del tabaco que se consumía en toda la Nueva España. La reforma también se reflejó en las estructuras político administrativas con la creación de la intendencia de Veracruz en 1789 y cuyo territorio quedó dividido en partidos con sus respectivas ca10
beceras de gobierno, y éstos a su vez en ayuntamientos de españoles y en repúblicas de naturales. Fue la época en que inició el proceso de militarización de la población civil como una medida preventiva ante un eventual ataque del exterior. Desde entonces, el fantasma de la guerra se hizo presente entre la población veracruzana y, a partir de 1810, cobró la forma de una guerra civil, que después derivó en una lucha por la independencia de México. De 1829 a 1867 los veracruzanos debieron enfrentar cuatro agresiones de potencias extranjeras e infinidad de guerras intestinas. De manera paralela a dichos fenómenos, la sociedad fue cambiando de fisonomía. En primer lugar, con la jura de su primera Constitución política en 1825 dejó de ser una sociedad de corporaciones para dar lugar a una de ciudadanos pero con derechos políticos limitados; en segundo lugar, se diseñó una misma estructura político-administrativa para todo su territorio; y finalmente, se autorizó la libertad de comercio, de industria, de cultivos, de oficios y de las artes. Se podría asegurar que el siglo xix, aun con sus momentos de crisis, fue el gran periodo de construcción y formación de la identidad de los veracruzanos. En lo que respecta al siglo xx iniciamos con el capítulo “Política y movimientos sociales en Veracruz” dentro del cual tenemos el texto “El primer tercio de un corto siglo xx” de José González Sierra, quien analiza la coyuntura sociopolítica de inicios del siglo xx para reflexionar en torno al Porfiriato y los procesos que articulan la llamada Revolución mexicana en Veracruz. Posteriormente, Martín Aguilar Sánchez hace un recorrido por las principales luchas y movimientos sociales, y establece un vínculo con los cambios sociopolíticos en el estado; analiza las condiciones laborales y sociales, haciendo hincapié en los actores sociales y la acción colectiva. Vinculado a este capítulo encontramos el texto de Fernanda Núñez Becerra sobre “La irrupción de las mujeres en la escena pública veracruzana 1900-1953”, el cual llama la atención sobre la importancia que tuvieron en el proceso revolucionario y resalta que las 11
mujeres han tenido un rol significativo en la construcción del espacio público. El texto de Leopoldo AlafitaMéndez estudia los acontecimientos que dieron lugar al escenario político del Veracruz contemporáneo a partir de tres momentos: la reconfiguración de la política nacional desde el fin de la fase armada de la Revolución mexicana, pasando por la formación y consolidación del actual sistema de partidos y de las reformas legislativas, para avanzar hacia la transición a la democracia. David Alan Skerritt Gardner analiza los cambios poblacionales y las características de la tenencia de la tierra, su acaparamiento durante el Porfiriato y la conformación del sistema ejidal posterior al proceso revolucionario, sin olvidar las nuevas políticas agrarias. Feliciano García Aguirre estudia las características de la economía veracruzana del siglo xx, la acumulación de capital en diversos sectores y reflexiona en torno a la importancia del petróleo en la configuración socioeconómica del estado. Articulado a estos temas, encontramos el capítulo “Historia ambiental de Veracruz” de Hipólito Rodríguez Herrero, quien ofrece un panorama amplio del tema desde inicios del siglo xx hasta nuestros días. El autor plantea que el desarrollo socioeconómico y cultural va transformando el paisaje veracruzano y el medio ambiente; estudia las causas de la contaminación de importantes cuerpos de agua, las variaciones en el uso del suelo, la pérdida de bosques y el agotamiento de las fuentes de energía. En el último capítulo, Bernardo García Díaz y Alfredo Delgado Calderón nos muestran la diversidad étnica y cultural de nuestro estado, al tiempo que analizan y describen la importancia de las inmigraciones internacionales en la región de Veracruz. Los coordinadores y autores de esta obra nos hemos esforzado por ofrecer una lectura fluida y ágil, de ahí la ausencia de notas a pie de página. En cambio, decidimos comentar la bibliografía fundamental de cada tema en un apartado que se encuentran al final de cada 12
una de las ocho secciones. Enrique Florescano, impulsor de esta empresa, solicitó a los autores la utilización de un lenguaje asequible que no descuidara el rigor y la solidez de las fuentes. Confiamos en que aquí se encuentran los estudios más actualizados narrados de una manera muy didáctica. Hace más de cincuenta años de la primera historia veracruzana y once de la última y breve relación sobre nuestro estado. Los historiadores teníamos una deuda con las nuevas generaciones de estudiantes y lectores, para ellos son estas páginas que a continuación se despliegan. Finalmente, deseamos expresar nuestra gratitud, a nombre de los autores, al doctor Enrique Florescano por su invaluable apoyo para la publicación de la obra; a Nelly Palafox por el cuidado de la edición, a Héctor López por su trabajo en el diseño, a Beatriz Morán por la corrección, y a los asistentes de investigación Edwin Alberto Morales y Marcela Valdivieso.
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