SEMIOLOGIA DEL COLOR Utilización en el área tecnológica
17 DE OCTUBRE DE 2018 TIC´S Centro Educativo Bertrand Russell
La semiótica del color Toda la comunicación se da a través de unos signos, y hablando del color, el lenguaje del color son aquellos signos que son cromáticos. Los colores son signos o elementos comunicantes: importantes para la comunicación de masas, sin olvidar el uso que se ha hecho de ellos en las diferentes épocas en religiones, magia etc. Para hablar del signo antes tenemos que hablar de la semiótica. La semiótica se trata de una disciplina que se encuentra en la base del sistema cognitivo humano, la cual permite analizar los elementos de la comunicación audiovisual, la cual establece una relación entre los elementos que integran un mensaje y los procesos culturales. Charles Morris usa una concepción tríadica del signo: 1. La dimensión sintáctica en la cual se consideran las relaciones de los signos entre sí. En los estudios a nivel sintáctico, es donde la parte física de la teoría del color alcanza sus mayores logros. Podemos considerar numerosos sistemas de orden de color desarrollados, las variables para la identificación y definición de todos los colores posibles, las leyes de combinaciones e interacciones de los colores, las armonías cromáticas y cada aspecto que hace posible hablar de la percepción del color. 2. La dimensión semántica en la cual se consideran las relaciones de los signos con los objetos representados. Dentro de esta dimensión se han hecho también numerosos trabajos. Aquí se exploran las relaciones entre colores y los objetos que estos puedan representar, los códigos y asociaciones establecidas mediante los colores, y las maneras en que los significados del color cambian según el contexto de aparición. Por ejemplo, cuando vemos una botella con bebida y etiqueta roja y blanca, aunque no aparezca la marca, sabremos que se trata de una botella de Coca- Cola. 3. La dimensión pragmática, donde se consideran las relaciones de los signos con los intérpretes. En este caso se toman en cuenta las relaciones que existen entre los signos cromáticos y sus intérpretes o usuarios. Entre los temas considerados en esta dimensión están las reglas por las cuales los colores son utilizados como signos, el funcionamiento del color en el ambiente natural y cultural… La semiótica del color, es decir, la parte de sentido que este aporta a una imagen, es función de dos componentes:
El grado de iconicidad cromática
La psicología de los colores
O sea, lo que la imagen en su conjunto evoca además de lo que representa: la intimidad de un interior, la luminosidad dorada de un atardecer, por ejemplo, donde cada elemento representado tiene su propio color que lo identifica: el cielo, las hojas, etc. Las interpretaciones y significados del color, que han sido utilizadas y fomentadas conscientemente, se encuentran en toda expresión humana, como en la heráldica, el arte, la vestimenta, etc. Estas interpretaciones cambian de acuerdo con las diferentes culturas, grupos humanos, e incluso entre personas de un mismo grupo. Esto permite que para un mismo color existan significados duales y en algunos casos opuestos. La perspectiva semiótica provee el más completo marco de herramientas para el estudio del color ya que, para la mayoría de las personas, el aspecto importante es que el color funciona como un sistema de signos y estos son una herramienta poderosa a la hora de articular mensajes de comunicación visual, es por eso que conoceremos los diferentes significados que los colores poseen. Peirce fue un filósofo y físico norteamericano contemporáneo de Saussure que, trabajando independientemente de éste, desarrolló una teoría de los signos a la que denominó Semiótica. Su formación e interés en disciplinas como la lógica, la filosofía, las matemáticas y la psicología lo llevaron a desarrollar la lógica simbólica. Su búsqueda era ambiciosa, se orientaba a hallar una universalidad de pensamiento a partir de la cual fuera posible entender la totalidad del mundo. La semiótica de Pierce si es considerada desde el punto de vista filosófico, se constituye en una teoría del conocimiento, en cuanto que plantea problemas que giran en torno a la representación y la significación, en el sentido de que esta semiótica analiza y propone las condiciones de posibilidad de una teoría de los signos. En los estudios en el nivel sintáctico –donde se requiere la identificación de las unidades elementales, sus reglas de transformación y organización y sus leyes de combinación para formar unidades mayores con sentido “gramatical”– es donde la parte física de la teoría del color alcanza sus mayores logros.Aquí podemos considerar los numerosos sistemas de orden de color desarrollados, las variables para la identificación y definición de todos los colores posibles (desde el punto de vista netamente físico), las leyes de combinaciones e interacciones de los colores, las armonías cromáticas y cada aspecto que hace posible hablar de la percepción del color. En la dimensión de la semántica –donde los signos son considerados en su capacidad para representar o significar otras cosas, para transmitir información o conceptos que están más allá de los signos en si mismos– se han hecho también numerosos trabajos en el campo del color. Aquí se
exploran las relaciones entre colores y los objetos que estos puedan representar, los códigos y asociaciones establecidas mediante los colores, y las maneras en que los significados del color cambian según el contexto de aparición y en relación a factores humanos tales como cultura, edad, sexo, etc. Por ejemplo, cuando vemos una botella con bebida cola en su interior, con etiqueta roja y blanca, aunque no aparezca la marca del producto, automáticamente adquiere un significado por parte de quien la observa, asociando los colores a la marca reconocida mundialmente Coca-Cola. Así también, si vemos una paloma no tiene ningún significado en general, pero si vemos una representación de una paloma blanca, adquiere el significado de paloma de la paz. También han sido investigados algunos de los aspectos de la dimensión pragmática del color. En este caso se toman en cuenta las relaciones que existen entre los signos cromáticos y sus intérpretes o usuarios. Entre los temas que se consideran en este ámbito están las reglas por las cuales los colores son utilizados como signos, el funcionamiento del color en el ambiente natural y cultural, la sinestesia producida por el color, la influencia del color en la conducta. La semiótica del color, es decir, la parte de sentido que éste aporta a una imagen o un diseño, es función de dos componentes: el grado de iconicidad cromática (correspondencia relativa entre el color y la forma y con la realidad representada) y la psicología de los colores, o sea, lo que la imagen en su conjunto evoca además de lo que representa: la intimidad de un interior, la luminosidad dorada de un atardecer, por ejemplo, donde cada elemento representado tiene su propio color que lo identifica: el cielo, las hojas, etc. Pero el conjunto posee una atmósfera, una tonalidad o expresividad que está por encima de los colores particulares de las cosas y vincula la imagen a sentimientos y emociones. Las interpretaciones y significados del color, que han sido utilizadas y fomentadas conscientemente, se encuentran en toda expresión humana, como en la heráldica, el arte, la vestimenta, etc. Este simbolismo se establece de manera intuitiva al relacionar el parentesco con la naturaleza. Pero a su vez, cambia de acuerdo con las diferentes culturas, grupos humanos, e incluso entre personas de un mismo grupo. Esto permite que para un mismo color existan significados duales y en algunos casos opuestos: por ejemplo, en el mismo objeto, una cinta, solo el color nos otorga diferentes significados. La cinta roja representa la lucha contra el SIDA, la cinta negra representa la lucha contra la violencia, y la cinta blanca representa la lucha contra la violencia contra la mujer. La perspectiva semiótica provee el más completo marco de herramientas para el estudio del color ya que, para la mayoría de las personas, el aspecto importante es que el color funciona como un sistema de signos; estos signos pueden evocar estados de ánimo, así como guiarnos en nuestra vida diaria, son manifestación de características psicológicas y son una herramienta poderosa a la hora de articular mensajes de comunicación visual, es por eso que conoceremos los diferentes significados que los colores poseen. El signo cromático El elemento esencial en la comunicación a través del color es el signo cromático. Un signo cromático está constituido por un significante –expresión– y un
significado o contenido. Se trata entonces de una representación compuesta por una imagen cromática (presencia de colores) y un concepto, los cuales se hallan unidos recíprocamente. Para la comprensión del signo cromático, tomaremos veremos el siguiente ejemplo: de la figura A, tiene por significante la suma de los elementos cromáticos de la figura B, y por significado el concepto que, como chilenos, tenemos de lo que es la patria. La perspectiva semiótica provee el más completo marco de herramientas para el estudio del color ya que, para la mayoría de las personas, el aspecto importante es que el color funciona como un sistema de signos; estos signos pueden evocar estados de ánimo, así como guiarnos en nuestra vida diaria, son manifestación de características psicológicas y son una herramienta poderosa a la hora de articular mensajes de comunicación visual, es por eso que conoceremos los diferentes significados que los colores poseen. El signo cromático El elemento esencial en la comunicación a través del color es el signo cromático. Un signo cromático está constituido por un significante –expresión– y un significado o contenido. Se trata entonces de una representación compuesta por una imagen cromática (presencia de colores) y un concepto, los cuales se hallan unidos recíprocamente. Para la comprensión del signo cromático, tomaremos veremos el siguiente ejemplo: de la figura A, tiene por significante la suma de los elementos cromáticos de la figura B, y por significado el concepto que, como chilenos, tenemos de lo que es la patria.
Como dice el refrán “para gustos los colores” y si mezclamos colores con tecnología, hay ejemplos para casi todo. Aunque, no todos los colores inspiran lo mismo ni ayudan a vender de la misma forma, lo cierto es que son fundamentales para que los compradores identifiquen una marca o interpreten un mensaje. Conociendo la importancia de los colores, hemos querido hacer una recopilación con los más habituales de la industria tecnológica. Además de conocer el significado de los colores y las empresas más representativas que lo usan, esperamos que este ejercicio pueda servir para ayudarnos en un cambio de imagen corporativa o en un replanteamiento de la estrategia de vuestra tienda. Los colores utilizados en diferentes gamas llegan a los usuarios para trasladar una u otra impresión. Y realmente lo hacen. Porque no es lo mismo la agresividad del rojo de Media Markt que la paz del azul celeste de HP. De hecho, en las grandes corporaciones el color es tan importante que incluso se registra para que otros lo no lo puedan utilizar. Es el caso del azul de Tiffany. Aunque en muchos casos las empresas juegan con un par de colores corporativos, nos hemos quedado con el color que oficialmente utilizan en el logotipo de su web para dar los ejemplos.
Rojo Pasión, amor, agresividad, valor, energía, coraje son los sentimientos que aporta el rojo. Un color por definición muy potente que busca la toma de decisiones rápidas. Aunque en tecnología empresarial no es el color más utilizado -hay algunas excepciones como Fujitsu-, en consumo lo vemos más frecuentemente para incentivar la compra con mensajes agresivos. Empresas que lo emplean: Media Markt, Worten, Fujitsu, Avnet… Azul Estabilidad, profundidad, transparencia, calma y sinceridad son los valores asociados al azul. Un color que se utiliza para reflejar paz y la toma de decisiones más calmada. En el plano de la tecnología profesional es uno de los más utilizados. Tanto si miramos a la mayoría de mayoristas como si nos fijamos en fabricantes con un portfolio corporativo veremos que el color es muy frecuente. En consumo, los casos se reducen. Empresas que lo emplean: Tech Data, Aryan, Westcon, Diode, HP, Samsung, Cisco, Panda, 1&1, D-Link… Naranja Felicidad, entusiasmo, alegría, creatividad o actividad mental son las sensaciones que encajan con el naranja. Con la combinación del rojo y el amarillo, este color puede cansar rápido pero busca el movimiento. En tecnología el naranja se emplea mayoritariamente en el plano de venta on-line. También las operadoras apuestan por este tono que llama mucho la atención pero no es tan agresivo como el rojo. Empresas que lo emplean: Amazon, Alibaba, PC Componentes, Jazztel, Orange… Verde Frescura, armonía, crecimiento, seguridad o relajación están relacionados con el verde. El color de la naturaleza por excelencia inspira paz y relajación ya que es relajante. En tonos oscuros tiene mucha relación con el dinero. En tecnología no es el color más utilizado. Sin embargo, algunas empresas apuestan por él en pequeñas dosis como parte de su logo para aportar esa tranquilidad que se le asocia al tono. Empresas que lo emplean: APP Informática, PC Box, Sage, Veeam… Blanco
Luz, bondad, pureza, seguridad, limpieza o frescura son los valores que inspira el blanco. El color tiene mucho que ver también con la simplicidad y minimalismo. Tanto es así que este color cada vez es más popular en diseño. La tecnología no se escapa a las tendencias en diseño y cada vez más empresas apuestan por un logo oficial en blanco. Compañías de todo tipo, sobre todo fabricantes tradicionales, buscan con este tono seguir dando pureza y seguridad. Empresas que lo emplean: Mountain, IBM, VMware, Cisco, Arsys, Apple Negro Poder, elegancia, formalidad, autoridad, fortaleza son aspectos relacionados con el negro. Aunque es un color muy potente también tiene un lado negativo relacionado con la muerte y el dolor. Viendo sus significados no es el color que más empresas tecnológicas utilicen en su logo. Sin embargo, si es muy recurrente como parte de la imagen corporativa para aportar esos primeros valores que comentábamos. De las pocas empresas que apuestan por el negro, al menos en una parte importante de su marca, es Microsoft.
La Interacción Humano-Computadora o Human Computer Interaction (HCI), es el estudio de la interacción entre el ser humano, las computadoras (haciendo referencia también a todo tipo de dispositivos) y las tareas que se desarrollan. Principalmente se enfoca a conocer cómo la gente y las computadoras pueden interactuar para llevar a cabo tareas por medio de sistemas y software. Hassan Montero (2012) define a la Interacción Humano-Computadora como la disciplina dedicada al estudio de la relación interactiva entre las personas y la tecnología y a cómo mejorar dicha relación a través del diseño. Interacción es un término que se refiere a la relación dada entre el ser humano o la persona y la máquina a través de una interfaz. A ésta definición le podemos sumar la aportación de John Wiley, que precisamente en su libro Diseño de la interacción, más allá de la interacción humano computadora (2015), precisa que el diseño de la interacción significa desarrollar productos interactivos para apoyar la forma en que la gente se comunica e interactúa en su vida cotidiana y su trabajo. En otras palabras, se trata de crear experiencias de usuario más enriquecedoras. Terry Winograd, considerado uno de los padres de la HCI, afirma que: “La interacción persona-ordenador es el tipo de disciplina que no es ni el estudio de los seres humanos, ni el estudio de la tecnología, sino más bien el puente entre ambos. (Fragmento de la entrevista a Terry Winograd extraída de “Human-Computer Interaction”, JennyPreece, 1994).
Definición etimológica y aproximación conceptual a la interfaz Atendiendo a su etimología, la palabra “interfaz” está compuesta por dos vocablos: Inter del latín inter, que significa, “entre” o “en medio”, y Faz del latín facĭes, que significa “superficie, vista o lado de una cosa”. Por lo tanto una traducción literal del concepto de interfaz podría ser “superficie, vista, o lado mediador”. En el contexto de la HCI, hablamos de interfaz de usuario para referirnos de forma genérica al espacio que media la relación de un sujeto y la computadora o sistema interactivo. Es esa “ventana” de un sistema informático que posibilita a una persona interactuar con ella. Por otro lado, interfaz gráfica hace referencia a un tipo específico de interfaz que usa metáforas visuales y signos gráficos como paradigma interactivo entre la persona y la computadora o dispositivo. La inclusión del concepto “gráfica” supone un dato que nos acerca un poco más a su propia naturaleza visual y como un objeto de análisis de la investigación desde la perspectiva de la teoría de la imagen y la gramática
visual; es decir que nos da pistas sobre el modelo de interacción y la tipología de signos que contiene esta superficie mediadora. Considerando un análisis semiótico, habría dos “enfoques” posibles, el sintáctico y el pragmático: El enfoque semiótico-sintáctico, abstrae, en el análisis, al sujeto con un mensaje (conjunto de signos), se aproxima al objeto de forma “objetiva”, pero ficticia. Desde este mismo punto de vista la interfaz es un dispositivo físico, que como tal exige del usuario una serie de condicionantes fisiológicas, y supone el uso de dispositivos que permitan poner en contacto al sujeto con el sistema tecnológico. El enfoque semiótico-pragmático, en cambio, toma la relación de objeto y sujeto, teniendo en cuenta las variables cognitivas del sujeto en un ambiente natural y el problema desde la realidad mental del mismo. La interfaz gráfica, desde el lado del objeto (abstrayendo al sujeto que contempla), no es más que el dispositivo de un sistema informático, un área funcional tan importante como sería la carrocería si se tratase de un coche. Desde un punto de vista objetual (sintáctico) la interfaz gráfica de usuario es la parte del sistema desde la que es posible realizar cambios sobre dicho sistema. Por lo tanto el análisis sintáctico de la interfaz nos aleja de la definición “conceptual” y nos acerca a la realidad objetual de la interfaz, como parte física del sistema informático. Desde esta perspectiva, la interfaz gráfica, tiene peso, medidas, localización física, limitaciones tecnológicas y propiedades, que habría que analizar y describir. Si nos acercamos al problema desde el lado del sujeto (enfoque pragmático), entonces sí podríamos entender que una interfaz gráfica pueda ser un método de interacción con un sistema. Cuando se habla de ella se hace referencia al proceso mediante el cual un sujeto se acerca a un sistema tecnológico con el que interacciona a través de los signos inscritos en dicha superficie. Entonces, el proceso interactivo, requiere de una serie de “requisitos” cognitivos básicos por parte del sujeto, como percibir, decodificar, memorizar, decidir y navegar a través de la interfaz gráfica (Delgado, et al., 2004). Desde esta perspectiva, la interfaz sólo cobraría sentido en cuanto el sujeto es capaz de “comprender” el significado y el proceso de interacción, y sus facultades cognitivas son capaces de interpretar adecuadamente los signos que se producen sobre esa interfaz y usarlos adecuadamente. Por lo tanto podríamos decir que según el punto de vista sobre el objeto de análisis, obtendremos una información o la otra. En este caso, las dos posibles desde el punto de vista semiótico nos dan dos resultados diferentes pero complementarios: por un lado tenemos un área física que pertenece a un sistema informático o interactivo, y por otro un sujeto limitado por sus capacidades lingüísticas y cognitivas que debe dar respuestas de interpretación y acción sobre el sistema interactivo.
Comunicación y su relación con la interacción Aun aceptando que la interfaz gráfica de usuario, al igual que una fotografía, es un artefacto que dispone como tal de dimensión física y simbólica, abierta a los procesos semióticos y comunicativos, valdría la pena preguntarse, ¿es la interfaz gráfica un espacio de comunicación o de interacción? Entendemos por comunicación, en el contexto de la comunicación humana, cuando dos o más individuos o entes son capaces de establecer a través de algún medio o canal una transmisión de información significativa. De una forma u otra, la comunicación implica compartir códigos lingüísticos, un mismo canal de comunicación, e implica necesariamente por parte del receptor de la información la capacidad de interpretar los signos expuestos en el mensaje informativo de modo que resulten significativos. En lo que respecta a la comunicación visual, el proceso comunicativo se acota donde se produce la transmisión de información entre un medio audiovisual y un individuo, el cual debe ser capaz de interpretar adecuadamente un conjunto de signos visuales dentro de un contexto y dotarle sentido a aquello que ve. La comunicación y la interacción están íntimamente relacionadas, ya que, en el proceso de comunicación siempre existe cierta interacción entre el usuario y el artefacto: para poder ver la tele (comunicación), hace falta encenderla y elegir un canal (interacción) (Manzini & Enzio, 1996). Igualmente, para que sea posible la interacción es necesaria la existencia de algún tipo de comunicación o transmisión de información de un sujeto a otro, o desde un artefacto a un sujeto o viceversa. Para realizar una acción concreta dentro de un contexto interactivo, por ejemplo, pulsar el botón de encendido, antes debo percibir, interpretar, y por lo tanto conocer (dentro del contexto de la comunicación) el significado del dispositivo que contiene la acción de encendido, para poder accionar adecuadamente sobre el mismo. En el caso de la interfaz, es evidente que una de sus particularices como artefacto es esa dimensión interactiva que implica todo objeto simbólico. Una interfaz gráfica provee interacción visual cuando el usuario para comunicarse con el sistema puede expresarse seleccionando, señalando, arrastrando, moviendo objetos presentes en la pantalla. Y esto generalmente se logra de la mano de los elementos simbólicos o icónicos que permiten de manera asociativa darle indicios de lo que puede realizar, es decir le confieren cierto control a través de esa manipulación directa. También debe utilizar mecanismos visuales para expresarse ante el usuario, esto es en el caso de dar indicaciones, aclaraciones, mensajes de error u otro tipo de diálogo que vaya dirigido desde la máquina al usuario.