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ESCRITORES Nº 42

La revista del contador de historias

A

11 euros

Revista Bimestral

CLUB

Tipo Palatino Lynotipe

ESCRIBIR CON EL CORAZÓN TOCAR EL CORAZÓN DEL LECTOR EL HÉROE, LOS 9 TIPOS DE PERSONALIDAD Y SUS 7 PECADOS CAPITALES. MIENTRAS ESCRIBO

ENTREVISTA Scouts CONSTRUYENDO la premisa de una novela FACEBOOK PARA ESCRITORES

Revista Exclusiva para escritores socios del club. Sólo suscripción


E D I T O R I A L Estatua al escritor desconocido. Budapest, Hungría Saludos: He cambiado el diseño de la revista porque algunos la imprimis en papel. Ahora tiene más margen a la izquierda de modo que sea fácil archivarla en una carpeta de anillas, sin entorpecer la lectura. También he aligerado la carga de tinta por el mismo motivo, sacrificando cierta vistosidad por una mejor economía de recursos de impresora.

ESCRIBIR con el corazón (1) Pag. 2 ESCRIBIR tocando el corazón (2) S por ISABEL SANMARTIN U Pág. 4 M EL HÉROE ROMÁNTICO y sus 7 pecados capitales A Pág. 6. R Compartir & Colaborar Pág. 14 I ENTREVISTA A UN SCOUT O Pág. 15 COMO ESCRIBO por ARACELI VEGA Pág 23 Software para escritores Pag. 27 COMO CONSTRUIR UNA PREMISA Pág 29 FACEBOOK PARA ESCRITORES Pág. 33

Escritores Club Número 42

Pasando a otros temas: Me gustaría tener cierto feedback, tanto sobre la revista como con colaboraciones vuestras, si deseais compartir algo con los demás socios. Artículos como los de Isabel o Araceli, sobre cómo escriben o aspectos dedicados a la escritura y la creatividad. Compartir este tipo de cosas y ver las que les funcionan a los demás es uno de los pilares sobre el que pensé hace tiempo esto del club. Un saludo y gracias por seguir ahí, al Otro Lado. Juan Manuel & Anna.


La fuerza emocional es uno de los componentes más poderosos de una historia, y uno de los más complicados de conseguir. Este artículo habla del enfoque de la pasión en tu obra. Al margen del estilo. Unos sencillos pasos pueden ayudarte a conseguir que tus historias estén llenas de emoción. 1. Busca la emoción Cada trabajo de ficción debería tener un sentimiento emocional, un tono que es lo que el autor quiere que sus lectores experimenten. Este sentimiento puede ser romántico o misterioso, lírico o aventurero. Todos ellos son tonos emocionales. El primer paso para encontrar la emoción que tu historia necesita es pensar en ese tono que quieres dar a tu historia y luego… bucear en tu propio baúl de emociones hasta dar con aquella que te ayude a describir ese tono en concreto que quieres utilizar. Basándonos en la técnica teatral de Constantin Stanislavsky debemos bucear en nuestra

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memoria emocional hasta encontrar en nuestros recuerdos la emoción que queremos describir y centrarnos en todo lo que la rodea: olores, sabores, colores... Recreando la información sensorial estaremos más cerca de la emoción que queremos contar y resultará más cercana al lector. Los sentidos te ayudarán a experimentar la emoción de nuevo. Otra técnica para trabajar con las emociones es la música. Puedes crear una colección de canciones o bandas sonoras que conlleven la sensación que quieres narrar en cada momento. Escucharlas te ayudará a contárselo al lector con mayor facilidad. Stephen King ha contado que no puede trabajar sin su colección de clásicos del rock. Otros escritores buscan en las bandas sonoras de películas o en la música clásica su fuente de inspiración.

2. Improvisa En el escenario de la mente, aprendemos a dejar a los personajes y las escenas fluir libremente. Dejamos que jueguen e interaccionen entre sí con la esperanza de encontrar ideas interesantes. De esto trata el segundo paso. Cierra los ojos y piensa en un personaje de alguno


de tus textos, el que mejor hayas dibujado. Sitúalo en una escena o un ambiente, el que se te ocurra. Síguelo durante un rato. ¿Cómo se mueve? ¿Qué lleva puesto? ¿Cómo reacciona con la escena? Dale una razón para estar allí. ¿Dónde va? ¿Por qué? Haz que se vuelva hacia el público y le cuente qué busca. Después haz que eso sea muy importante para él. Ahora que ya sabes qué persigue tu personaje, introduce a otro en esa escena, alguien que se oponga a lo que tu primer personaje quiere conseguir. Observa cómo se desenvuelve la escena. No la controles. Deja que las emociones fluyan. Haz que tus personajes se peleen, encuentra la pasión. Puedes realizar este ejercicio en cualquier momento de tu proceso de escritura. Puede ayudarte a trazar el argumento o incluso a escribir una escena determinada. Observa la película mental hasta que te sientas tan emocionado que quieras escribirla.

3. Planifica las escenas Ahora es el momento para el raciocinio. Observa y analiza hacia donde te ha llevado tu imaginación y organiza las escenas. Pregúntate sobre el tono emocional que quieres que predomine. La escena en la que estás trabajando ¿debe ser activa o reflexiva? ¿Deben los personajes moverse o reflexionar después del clímax? Una vez tengas claro el tono que debes usar en esa escena, puedes hacerla consistente. Observa especialmente el final de la escena. Es aquí donde debes dejar al lector con ganas de dar la vuelta a la página. Cómo lo hagas depende de ti, pero hay un truco importante: No tengas prisa por resolver nada. Prolongar el suspense es una manera de mantener atrapado al lector.

4. Escribe con el corazón

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Una vez tengas un esquema de lo que quieres contar y tengas claro el tono emocional de cada escena, escribe, escribe y escribe. No te preocupes si es literario o no. Márcate un objetivo (tantas palabras al día o a la semana) y cúmplelo. Es importante. Y es importante que cuentes por palabras. (Véase el artículo especial: “Cómo escribir cuando no se tiene tiempo para escribir”) Después ya corregirás. Acompaña la escritura con la música de la que hablábamos en el primer punto. Ayúdate de cualquier sentido (oído, tacto, olfato...) para contar cómo se sienten tus personajes.

5. Acaba el trabajo Si sigues los cuatro pasos anteriores, tendrás un borrador con muy buenas posibilidades. Ahora necesitas acabar el trabajo. Primero quita todo lo que veas que sobra. Todo lo que realmente no aporte nada a la historia. A veces necesitarás eliminar secciones enteras, a veces sólo una palabra o dos. Sé implacable. Has trabajado duro para conseguir tu historia. No dejes que tu autoestima como escritor o escritora la eche a perder. Corrige lo que has escrito. Como has escrito pensando más en las emociones que en el estilo, es fácil que haya cosas que haya que retocar. No te preocupes. Es más fácil corregir escenas escritas con pasión que intentar insuflar algo de vida en escenas muertas. La mejor ficción pasa por el corazón. Haz que tus personajes y tus escenas vivan intensamente, escribe con pasión y después... corta con frialdad. El resultado será un manuscrito lleno de pasión, y no sólo un buen argumento. Tus lectores se encontrarán con personajes verosímiles y no de cartón piedra. JML & A. Serra.


Por Isabel Sanmartín

TOCAR EL CORAZÓN. Lo que sigue es una reflexión personal, y no tiene otra pretensión que la del saludable feed-back que pueda generar su lectura. Estoy convencida de que nos emocionamos y, en consecuencia, nos transformamos con aquellas historias que, de un modo u otro, nos tocan el corazón (o el cerebro). Tocar el corazón es conmover. Pero también lo podemos llamar de otras muchas maneras como sorprender, perturbar, atrapar, cautivar. Sin duda admiramos una buena estructura, una estética cultivada, un buen comienzo, un giro inesperado, un final sorpresivo, un lenguaje preciso y elocuente, una voz poderosa. Pero, en el fondo, y como lectores, lo que ansiamos es conocer la historia, queremos saber más sobre el quién, el cuándo, el cómo, el porqué… Y eso se traduce en interés verdadero, en atención concentrada.

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Una historia nos llega al corazón cuando conecta con nuestras emociones. Cuando trasciende lo individual y pasa a dar voz a lo universal (ese territorio en donde somos como todos los demás), nos vincula con las emociones, con los sentimientos. Como lectora, me gusta apasionarme con las historias, dejarme seducir por los personajes, que una chispa eléctrica me atraviese de norte a sur, o que la magia de la historia me conduzca al descubrimiento de algo único. Algo que te deslumbre, eso es lo que buscas. Como escritores, queremos provocar en el lector eso mismo que antes hemos buscado para nosotros. Queremos que sufra con los avatares de nuestros personajes y que, llegado el momento, con ellos también se alegre. Que recorra con ellos cada uno de sus estados anímicos y, ante todo, que nunca le resulten indiferentes. Aspiramos a que los personajes estén tan vivos que sus pensamientos, sus acciones y sus dilemas puedan suscitar un debate.


¿Cómo podemos disparar ese dardo Podemos recurrir a la metáfora, al símbolo y a la comparación para evocar certero al corazón del lector? Para conmoverle, todo lo que escribimos tendría que nacer en el corazón. Y la falta de imaginación no debería ser una excusa, puesto que contamos con el inmenso caudal de nuestras propias experiencias (no sólo lo que hemos vivido, sino también lo que sentimos cuando miramos, escuchamos, leemos…). El dolor, el amor, la vulnerabilidad… nunca pasan de moda. Podemos rescatarlos desde lo más profundo de nuestra memoria. Usando nuestras propias emociones, nuestros sentimientos más auténticos, nuestros sueños y obsesiones. Todo lo que sabemos sobre nosotros mismos es útil. Apelando a lo que nos conmueve, nos irrita, nos duele o nos seduce, para conseguir que el lector sienta esa inquietud, esa rabia, ese dolor o esa devoción. Podemos conectar con nuestros anhelos reprimidos, con esos pensamientos prohibidos que guardados bajo llave podrían volverse tóxicos. Aquello que se relaciona con el lado más inseguro, sincero y vulnerable, el que mantenemos oculto y que se identifica con esa historia que nos absorbe. Si atrapamos esas imágenes que conservamos en la memoria, dotaremos a los personajes de vida, de impacto… El personaje se hace carne, y nos turba. Recorremos con él su camino vital, hacemos nuestros sus conflictos emocionales, nos inquietan las disyuntivas inaplazables a las que se enfrenta. Por lo tanto, no tenemos otra alternativa que conocerlo, observar cómo crece y comprender por qué llega a ser lo que es ahora. El motor de la historia es nuestro propio entusiasmo, el que sentimos cuando estamos inspirados. El entusiasmo se contagia; la emoción y los sentimientos, también.

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sentimientos y emociones profundas. Y los podemos describir con el sentido del tacto, con el del olfato, con el del gusto… Y así como la banda sonora de una película induce un estado anímico en los espectadores, nosotros expandimos, definimos y caracterizamos una emoción con la musicalidad de nuestra voz y con el tono narrativo. Podemos leer nuestros textos en voz alta para apreciar mejor el efecto que nos causan esas emociones que hemos volcado en la historia. Contamos además con otras herramientas. La acción, por ejemplo. Podemos dejar ver, con los hechos de esos personajes, sus emociones, en lugar de describirlas. Si empleamos los diálogos para exponer los sentimientos de los personajes. Si les dejamos hablar, que sus voces revelen las complejidades que viven en su interior. Si sabemos transmitir esa emoción que conocemos, eligiendo las palabras y los silencios, entonces podremos tocar el corazón del lector. Lo mismo que leemos para aprender, para vivir las vidas de otros y emocionarnos con sus penas y sus alegrías, escribimos para no sufrir, para que nos quieran o nos admiren, para no volvernos locos con las mezquindades de la gente que nos rodea, o para no volvernos ruines con las propias. Escribimos, seguramente, por todas esas razones y por otros mil motivos diferentes. Pero, si aspiramos a que nuestras historias permanezcan vivas durante largo tiempo en la cabeza del lector, una vez que éste haya cerrado definitivamente el libro, tal vez vaya siendo hora de volver sobre los textos de aquellos escritores a quienes admiramos y descubrir cómo logran llegar hasta nosotros, qué resortes tocan para engancharnos, para emocionarnos, para llevarnos sin resuello hasta el punto final.


Todos soñamos con crear al heroe perfecto. Y acompañarlo con la heroina perfecta. Queremos que nuestro héroe y nuestra heroina seán los mejores, los más maravillosos, los más valientes, los más guapos, los más... No, espera un momento. No pueden serlo. Porque si ambos protagonistas son valientes, guapos, honestos y amables con todo el mundo, no sólo pareceran irreales, sino que además no habrá ningún conflicto en su relación.

Y tiene que haber conflicto. No sólo un conflicto externo como el secuestro de un niño, o el ataque nuclear a una ciudad importante o una guerra civil, sinó también conflicto interno en el que los personajes andan muy lejos de sentirse felices consigo mismos. Si tu heroína está completamente satisfecha consigo en la página uno y acepta al héroe en la página dos, no habrá mucho romance, ¿verdad?. El conflicto más interesante es el que se deriva de las personalidades de la gente. ¿Qué puede haber en las personalidades

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de tu héroe y de tu heroina que evite que se enamoren locamente el uno del otro y se casen en el mismo minuto de conocerse? Esto es lo que convierte a tu historia en interesante. Claro que necesitarás un conflicto externo entre tus personajes (algo que les separe en la superficie, como unos enfrentamientos familiares, o la búsqueda de un tesoro...) pero también necesitarás un conflicto interno para cada uno de tus personajes... el defecto mortal en su personalidad que tienen que superar para crecer y aprender, y cambiar en el transcurso del libro. Los defectos en la personalidad son esenciales, porque estos personajes tienen que sufrir si quieres que consigan algún triunfo al final del libro. Y es importante que estos defectos sean los que les hagan sufrir. Al crear los personajes para tu historia, tienes que tener en cuenta que no solo debes crear un conflicto entre heroe y heroina, sino uno con ellos mismos. Una herramienta muy útil es el eneagrama en el que se describen 9 tipos de personalidad distintos. Cada personaje puede relacionarse específicamente con uno de ellos. Hablamos de heroes románticos, pero el esquema se puede aplicar a cualquier tipo de personaje.


LOS NUEVE TIPOS DE PERSONALIDAD Tipo Uno. El Perfeccionista, el Mejorador. Son gente que tiene unas expectativas muy altas de si mismo y para el mundo. Saben cómo deberían ser las cosas y hacen todo lo que pueden para asegurarse que ellos mismos y el mundo las cumplen. Nunca se cuestionan lo que está bien o lo que está mal, no tienen areas grises. Su lema es “Trabajo para perfeccionar un mundo imperfecto” y su mayor deseo es evitar la crítica y hacerlo todo bien.

El éxito es algo importante para ellos. Creen, y es su lema que “El mundo valora a un campeón... debo evitar el fracaso”. Puedes imaginar el conflicto interno cuando un heroe Tipo Tres se enfrenta al fracaso. En sus peores momentos, el tipo Tres significa encanto superficial, en sus mejores, la excelencia por si misma. Los pjs del tipo tres suelen ser o el más viejo o el hijo único puesto que siempre estan orientados a hacer lo mejor. El playboy Jay Gastby, de “El Gran Gastby” de Fitzgerald.)

Este es un personaje heroico, que siempre quiere defender en lo que cree y sabe muy bien lo que está bien y lo que está mal. Su rasgo más importante es el coraje moral, pero también cometen errores fatales, como veremos más adelante. Un ejemplo podría ser Hermione Granger, de la serie de Harry Potter.

Tipo Dos. El protector, el que Da. Es el que ama cuidando al otro y sientiendose necesitado. Se pasarán tratando de cuidar a todos los que tienen a su alrededor, siempre preocupados por las necesidades de los demás. Frecuentemente olvidarán sus necesidades y después se sentirán heridos si no se lo agradecen lo suficiente. Su lema es “La gente depende de mi” y viven para que les necesiten. Un ejemplo podría ser la Beth de “Mujercitas”.

Tipo Cuatro. El Romántico, el Artista, el Individualista.

Esta gente adora el drama, la tragedia y enamorarse. Tienen grandes sentimientos, no les gustan las cosas ordinarias o demasiado planas. Nada es demasiado grande para ellos. Sueñan con el amor Tipo Tres. El Conseguidor, el perfecto y te ofrecen mucha simpatía Exitoso. cuando te sientes mal. Son buenos profesores, actores y consejeros. Dedican Este tipo de personajes son muy toda la vida a su arte o a su amor. Enma, conscientes de su imagen. Siempre se de la novela del mismo título de Jane sienten en un escenario proyectando lo que cada situación requiere que proyecten. Austen, es el arquetipo perfecto.

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Tipo Cinco. El Observador, el Pensador. Este personaje estará más cómodo detrás de un libro que relacionandose con el mundo. Les gusta estar consigo mismos, y observan desde la distancia. Tienden a compartimentar sus vidas: trabajo, familia, amigo, un grupo. Se sienten orgullosos con poca cosa y suelen guardar celosamente un espacio personal y su privacidad. Sherlock Holmes parece un tipo Cinco porque no se relaciona con el mundo excepto a nivel intelectual. Otros podrían ser Albert Einstein, Greta Garbo (con su famosa “Quiero estar sola”) y George Lucas. Los Tipo Cinco viven en otro mundo, que suele ser su mundo interior.

Tipo Seis. El Defensor, el Soldado. Hablamos de la gente que hace el trabajo. Son conscientes de cualquier amenaza al bienestar de la gente a la que quieren; son conscientes de las reglas y siempre tratan de seguirlas... o romperlas. Son muy leales y siempre buscan el peligro. Es bueno tener uno de tu lado. El protagonista de “Rebeldes”, de Susan Hinton, por ejemplo.

Tipo Siete. El Aventurero, el Entusiasta. Quieren tener nuevas experiencias, probarlo todo. Les interesa todo, y todo el mundo, al menos la primera vez que los ven. Planean viajes, nuevas actividades

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aunque no siempre lleven a cabo todos los planes. Les gusta mantener las opciones abiertas en lugar de decidirse por una. Suelen ser muy encantadores. Quizá no muy fiables a lo largo del tiempo pero seguro que son buena compañía a lo largo de una cena. Cuando no están bien es muy posible que eviten pasar mucho tiempo consigo mismos para no pensar. Los Siete que se examinan a si mismos son más realistas, más generosos y más alegres, curiosos y abiertos a nuevas experiencias. Suelen ser gente fascinante, que despiertan la intriga y te hacen pasar un buen rato. James Bond, el personaje de Ian Fleming, o Tom Ripley, de Patricia Higsmith, serían buenos exponentes. El segundo del tipo introvertido.

Tipo Ocho. El Controlador, el Agresor, el Jefe. El lider natural con autoconfianza. Están acostumbrados a mandar, a que las cosas se hagan, a que todo el mundo mueva el culo a sus órdenes. Van a por lo que quieren, siempre con un ojo en que las personas a las que quieren estén protegidas. Son individuos fuertes que hacen de su vida la defensa de los más débiles, un poco como la mentalidad de los antiguos heroes del Oeste. El lema de los Ochos es “Defiendo a los débiles de un mundo injusto”, algo completamente heroico, excepto que no todo el mundo estará de acuerdo en quien es débil e inocente, o cuál es la justicia verdadera. Así que habrá alguna gente que


pensará que el tipo Ocho es simplemente un capullo. Que a veces hasta puede ser simpático: El personaje de James Cagney en el clasico largometraje “Uno, dos, tres...” de Billy Wilder. El de Walther Mathau como jefe de redacción en el film “Primera Plana”, también de Billy Wilder. El genial director odiaba a estos tipos, a pesar de que él era uno de ellos. En la literatura recuerdo a la Dolores Umpdricke del tomo 5 de la serie “Harry Potter”, en la versión más oscura de este tipo de personalidad.

Tipo Nueve. El Pacificador, el Mediador. Quieren que todo el mundo se lleve bien, que todo sea bonito y kumbayá señor, totalmente parecidos. Una razón son los kumbayá. No les gusta el conflicto, no subtipos: Autoconservación, intimidad, les gusta elegir bandos... incluso escoger y área social. Cada uno los valora de entre chocolate y vainilla. Tienden a maneras distintas. Cuando te escondes confundirse con la masa, sea cual sea estudiando para un examen final, esto esa masa, y en lugar de es autoconservación. Cuando te pasas explorar sus preferencias, Con este horas charlando con alguien en una escogen lo que les dice resumen puedes cena íntima, esto es intimidad. Y la tele o los que tienen ver que todos los cuando estás en una masa de fans alrededor. Suele tipos tienen rasgos animando a tu equipo favorito haber algo de furia positivos y negativos. esto es social. Todos tenemos escondida, pero está Estos rasgos maravillosos, una parte de cada y en cada muy profundamente llevados al extremo pueden situación preferimos una sobre escondida. Son muy incluso hacer del heroe un la otra. buenos escondiendo sus villano. Todo lo cual es Idealmente todos tenemos un propios sentimientos. bueno para nuestros equilibrio entre los tres subtipos Son los que se sentarán conflictos. pero en realidad siempre hay un área y dejaran que las cosas más importante que las demás. Y esta es sucedan a su alrededor. Ned la que nos dará más fuerza porque somos Flanders, de “The Simpson’s” podría ser uno de ellos, en su versión más buenos en ella y también será una fuente de debilidad porque dejaremos las otras religiosa. áreas descubiertas. Pero las debilidades son una buena cosa cuando se trata de crear conflicto para nuestros personajes.

LOS SUBTIPOS

Si conocieras a Greta Garbo y a Sherlock Holmes en un chat online no tendrías ningún problema en distinguir uno del otro. Los dos pertenecen al Tipo Cinco, pero los tipos en el eneagrama no son

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Los subtipos son: LA AUTOCONSERVACIÓN. En este rasgo la principal preocupación del personaje es esa: la conservación. ¿Tu personaje tiene en su casa suficiente


agua y provisiones para sobrevivir a un invierno nuclear? ¿Cómo pagarán la escuela de sus hijos? ¿Hay alguna manera de conseguir privacidad? ¿Dónde encontrará su comida favorita? Esta gente se preocupa de cuestiones básicas de supervivencia del cuerpo y del espíritu o de ambos. Si les abandonaras en una isla desierta con herramientas de supervivencia se sentirían bien consigo mismos. Veamos como este rasgo de autoconservación puede funcionar en el romance de la novela. No es el tipo de personaje que esperas encontrar en un romance típico. Quizá en un thriller romántico si, si quieres que el héroe o la heroina salve el bote de hundirse y eluda a los nazis, pero a nivel emocional esta autoconservación puede ser un rasgo maravilloso para construir conflictos internos. Imagina a alguien tratando de conservar su salud, su bienestar, su corazón, luchando contra su enamoramiento. Imagina la tensión mientras descubren que se enamoran, pero se resisten, caen, se resisten... La autoconservación es un gran rasgo para un personaje de novela romántica. Eo

típico personaje que se niega el amor para que no le hagan más daño. LA INTIMIDAD El tipo que valora la intimidad es alguien muy preocupado por las relaciones uno a uno. No sólo con su amante sino con cada amistad individual. Quieren pasar tiempo solos con cada persona que les importa, los dos solos, hablando tan íntimamente como puedan. Si estuvieran en esa isla desierta lo único que querrían sería otra persona tan involucrada como ellos en esa relación. No es bueno para tu romance si tu heroe y tu heroina son del subtipo intimidad que quieren lo mismo a la vez, porque se pasarán toda la novela besándose y dándose la mano como dos preadolescentes. Pero supongamos que un personaje quiere esta intimidad no sólo con su amante, sinó también con su amiga, o su vecina o su jefa y la camarera de su bar favorito y la abuela de su novia. ¿Habrá conflicto? Imagina al heroe como trabajador social que quiere tiempo con sus chicos y que cuando tiene planificada una cena con la novia, uno de sus chicos entra en una crisis. LA SOCIABILIDAD. El Subtipo social se preocupa de la comunidad en su conjunto. No les

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fin de semana salimos con los amigos y el siguiente alquilamos una peli y no salimos de casa). Otra manera es que cada uno de ellos puede sobreponerse a si mismos y esto es fascinante de observar y hará que los lectores se sientan aún más empaticamente cerca de nuestros personajes. Pero este crecimiento personal no ocurrirá si la persona no tiene algo que vencer. Necesitan errores fatales que sean interesantes y que puedan conducirlos, una vez corregidos, al final feliz.

Lord Byron

interesa lo que les suceda a sí mismos o a una persona en concreto. Les interesa el grupo como conjunto y antepondrán el bienestar de una mayoría al de un individuo. El grupo puede ser el de sus compañeros de trabajo, la gente con la que se reune en el bar, su grupo de teatro, su comunidad... No quiere quedarse solo en la isla desierta, quiere a toda la pandilla con él. ¿Puedes ver el conflicto en una novela romántica, verdad? El heroe es una persona social, la madre una persona íntima. Uno querrá tiempo de soledad y el otro querrá salir con toda la tribu. Ten en cuenta que ninguno de estos subtipos son unos mejores que otros. Todos tenemos que preocuparnos de nosotros mismos, del nosotros y de todo el grupo para estar equilibrados pero seguro que puedes encontrar conflicto entre cualquier subtipo de personaje y afortunadamente para los escritores este conflicto da lugar al crecimiento. Porque el crecimiento es el que nos lleva a los finales felices típicos del romance. El crecimiento puede deberse a dos cosas. La pareja puede aprender a negociar (un

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LOS 7 PECADOS CAPITALES Es facil encontrar ideas sobre los defectos fatales que nuestros personajes tendran que vencer, porque las teorias del eneagrama ya nos dicen que cada tipo tiene un pecado mortal en su misma concepción. Aunque hay siete pecados capitales y nueve tipos en el eneagrama, habrá dos que se repetirán. El pecado mortal del TIPO UNO es la Ira. Los perfeccionistas se enfadan cuando algo no llega a la perfección. Imagina un heroe cuya vida ha dedicado a lo que está bien, manteniendo unas altas expectativas sobre si mismo y todos los que están a su alrededor, siendo muy riguroso consigo mismo y con los demás. Se enfadará


cuando los demás no cumplan sus expectativas, pero se enfadará aún más cuando sea él quien no pueda cumplirlas. Habrá mucho conflicto antes de que el heroe se de cuenta de que tiene que Kira Knightley, en “Orgullo dejar la ira y ser más y Prejuicio” tolerante, perdonar las imperfecciones en los demás y en si mismo.

El pecado mortal del TIPO DOS es... el Orgullo. Imagina a los cuidadores que se suponen a si mismos indispensables para la gente que les preocupa. Es imposible cuidar a los demás y crear un mundo perfecto. Puede ser un personaje muy poderoso para utilizar en una novela. Sobreponerse al orgullo de ser indispensable, ver que -aunque deje de hacer algo- el mundo no se detendrá, es un gran triunfo. Cuando puede dejar de hacer algo para los demás como una manera de encajar descubrirá su poder de verdad y a partir de entonces su fuerza vendrá de la fuerza del amor en lugar de la debilidad del orgullo.

El pecado mortal de los TIPO TRES es el Engaño. Son los personajes que montan un espectáculo tanto para el mundo como para si mismos. Tendrán que superar el

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hábito del engaño y el del autoengaño. Olvidarse de poner siempre buena cara y descubrir su interior de verdad. Imagina el impacto que tendría en alguien cuando descubre que su vida no es sino una serie de actuaciones, intentos de ser el mejor en lo que sea, en hacer lo que sea para poner su mejor cara ante el público. Imagina alguien que tiene que descubrir como es por dentro de una vez por todas. Este es un buen momento para que un amante le descubra al tipo tres que se le puede amar por si mismo, sin que tenga que parecer perfecto delante del mundo. Este es un buen final para el tipo tres.

El pecado mortal de los TIPO CUATRO es la Envidia. Estos son los que creen que todo el mundo a su alrededor tienen una vida mejor y más satisfactoria. Tendrán que abandonar la envidia y valorar lo que tienen y esto será duro para ellos. Alguien cuya vida gira alrededor del drama y la tragedia no quiere abandonar los altibajos emocionales, la gloria y la ira de los sentimientos. Pero lo maravilloso es que no tienen porqué hacerlo. Todavía pueden tener ese sabor artístico, más grande que la vida misma, siempre y cuando abandonen la autocompasión. Esto se puede conseguir con la ayuda de alguien que les haga tocar con los pies en el suelo. Ver a un tipo cuatro aceptar lo que tiene puede ser una experiencia maravillosa.

Los TIPO CINCO deberán sobreponerse a la Avaricia. Son los observadores que codician su tiempo y su espacio. Deberán superar el pecado dejando de codiciar su espacio y aprendiendo a compartirlo. Alguien que se pasa el


día en su propia compañía lo pasará mal dejando entrar a los demás en su propio mundo. Aquí encontrarás un conflicto muy intenso. Imagina a alguien que no habla de sus sentimientos y que finalmente se abre a un amante por primera vez. Es increible ver como un tipo cinco abre su mundo privado a alguien más. Por fin puede dejar abierta la puerta del amor.

El pecado mortal del TIPO SEIS es el Miedo. Son los defensores los que siempre son conscientes de los posibles peligros y como manejarlos. Los tipo seis deberán abandonar el miedo y darse cuenta de que no pueden garantizar la seguridad total. Imaginate un personaje que vive con el miedo en el cuerpo. No del tipo de heroina en peligro, una Penelopé asustada del oscuro Barón sanguinario y sus bigotes y su sombrero de copa, sino alguien preocupado realmente por la seguridad. Puede ser la seguridad financiera, puede ser la seguridad emocional, la de su domicilio, lo que sea que les impida vivir la vida en toda su extensión. Y aquí llega el amante ofreciendo un nuevo tipo de vida salvaje, y el tipo seis dudando asustado de correr cualquier clase de riesgo. “¿Por qué arriesgar mi vida confortable y la seguridad de mi corazón para enamorarme? No puedo hacerlo.” Pero pueden arriesgarse por el amor verdadero y cuando lo hacen es una buena historia.

El pecado mortal del tipo SIETE es la Gula. Esos aventureros que lo quieren todo, todas las nuevas experiencias,

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una detrás de otra. He aquí alguien que deberá aprender que la libertad constante no es tan bonita, que el compromiso con el otro tiene sus recompensas. Imagina el conflicto para aprender esta lección. Un personaje cuya vida es una fiesta, un peterpan que no quiere crecer, listo para ir a todas partes pero de repente tienen que detenerse y observar cara a cara, corazón a corazón a otra persona. Comprometerse. Los tipo siete se resistirán con todo lo que tienen: más fiestas, quedarse fuera hasta las tantas, escaparse con otra distracción... y de repente la libertad no será tan atractiva a no ser que les acompañe la persona amada. Pero sólo cuando se comprometan con el amor se darán cuenta de lo que se perdían, lo que han estado buscando desde el principio.

El pecado capital del tipo OCHO es la Lujuria. Son los líderes que codician el poder y el control, llevar el mando y que las cosas se hagan a su manera. Estas personas deben dar un paso atrás y compartir el control. He aquí alguien que se ha pasado su vida llevando la parte cantante, haciendo que las cosas sucedan a su manera y de golpe alguien les quita el control. La mayoría no tendrían muchos problemas en compartir el control con alguien a quien quieren, pero a los tipo ocho no los dibujaron así. Nunca llegan a acuerdos. Se resisten. Y quizá el amor se vaya por ello. Tratan de hacerlo todo para volver con esta persona. Quieren dárselo todo a la persona amada, pero quieren hacerlo a su manera.


Sólo cuando abandonan la necesidad de controlarlo todo se darán cuenta de que compartir ha sido la clave del éxito que nunca habrían esperado.

El pecado del tipo NUEVE es la Pereza. Son los pacificadores que sólo quieren sentarse y que todo sea bonito y confortable. Tendrán que abandonar la neutralidad y aliarse con alguien. Se han pasado la vida buscando las cosas fáciles, rechazando la acción. Y ahora tienen que elegir un bando, tendran que declararse: esto es lo que quiero, lo que creo, quien soy. Quizá en un romance les de pánico que el amante se vaya. Nunca les ha sucedido antes, pero es que nunca han estado en una situación donde tuvieran que poscionarse. Ahora tienen que actuar de alguna manera, y abrir sus ojos a una nueva manera de vivir. ***** Cada uno de estos tipos es alguien con quien podemos simpatizar porque son gente con un tremendo potencial de aprender, crecer y cambiar. Y porque estos pecados capitales se pueden vencer, los lectores pueden dejar el libro satisfechos con otro final feliz.

CO M PA R T I R CO L A B O R A R En varias ocasiones, a lo largo de estos años he escrito esta frase: “Lee como escritor”. Un escritor ha de ser antes que cualquier cosa, un buen lector. Incluso leyendo lo que no te guste. Conocer los géneros, a los autores o autoras, las tendencias, las cifras de ventas y las críticas. Pero sobre todo ha de leer a los demás escritores como un escritor, Si leemos como escritores, veremos la mecánica oculta de los textos, detectaremos los errores si los hay, la caracterización del personaje principal, los meandros de la trama y sus resoluciones, y el propio estilo del autor. Leyendo a Stephen King, por ejemplo, podemos aprender su manera de empatizar a los personajes con los lectores. Y en esto es un maestro. Leyendo a Patterson con cuidado, aprenderíamos las técnicas que usa para que no se pueda abandonar sus libros hasta el final. Y podríamos seguir con todos los autores conocidos, de éxito y publicados, porque de todos ellos se puede aprender algo.

Y ahora viene la pregunta: ¿Que aprendiste de qué autor o de qué obra? Escríbenos contándolo en 500 palabras y lo publicaremos en la revista. Comparte con los demás. Lo que te sirvió a ti le puede servir a otros. Y viceversa.

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Aurelio Major nació en 1963. Es editor, traductor y poeta canadiense. Dirigió la editorial adscrita a la revista Vuelta y la filial mexicana de Tusquets Editores. Entre otras responsabilidades, codirige la versión española de Granta desde Barcelona y asesora a editoriales italianas, francesas y estadounidenses. Ha traducido a Susan Sontag y George Steiner, y recientemente ha editado una antología de ensayos y correspondencia del crítico norteamericano Edmund Wilson en un volumen publicado por la editorial Lumen. (Reproducimos esta entrevista por su extraordinario interés para los socios.)

Juan Pablo Mojica: ¿Qué es un scout? Aurelio Major: Un scout es una especie de consejero. Como si se tratara de un abogado que una empresa tiene a sus servicios permanentemente. Es un consultor que trabaja para un grupo editorial o unas editoriales que les interesa saber qué es lo que está pasando en determinado mercado editorial, porque les resulta muy

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complejo o casi inabarcable. En el caso de Estados Unidos o de Inglaterra se publican aproximadamente unos 200 mil títulos nuevos cada año y, para hacer criba de todo ello, necesariamente debes tener a alguien especializado que lo haga. Sin embargo, si eres editor, los agentes no son los rectores más confiables, porque ellos están vendiendo una parcela muy pequeña del universo total. Por lo tanto, ese consejero que conoce el mercado te asesorará acerca de qué libros se publican, qué títulos pueden “viajar”, qué libros pueden ser interesantes, si existe una tendencia nueva y, entre los autores que están enarbolando la bandera de esta tendencia, cuáles son los más destacables. Se trata de un fenómeno que viene sucediendo desde hace muchos años en lengua inglesa con consultores para las lenguas europeas. El mercado editorial a nivel mundial es en buena parte europeo, yo diría que el 75% de los derechos que se intercambian son europeos. Es un


mercado mucho más denso, los temas son muy distintos y hace falta un intercambio constante de información. A través de estos consejeros las editoriales conocen no solamente el mercado en el que están trabajando, sino también el mercado al que quieren ofrecer sus títulos. No todos los libros en lengua española pueden resultar exitosos en todos los mercados europeos. El caso, por ejemplo, de El niño del pijama a rayas ha sido un éxito en Holanda y en España, pero no en el resto de los países europeos. Hay variaciones en todos los mercados que a veces tienen que ver con elegir la editorial correcta, que el libro se publique correctamente o que se publique de determinada manera. En todos esos pequeños detalles son en los que el scout puede orientar al editor extranjero para saber si puede invertir su dinero o no. JPM: Los scouts tienen una larga tradición en el mundo anglosajón, donde comenzaron a figurar desde los años sesenta. Casi cinco décadas más tarde, España comienza a tener sus propios scouts, ¿a qué se debe este nuevo giro en el modelo de negocio español? AM: Las razones son varias, pero yo las concentraría en el auge de la literatura en lengua española, sobre todo de autores españoles que han escrito recientemente novelas de estilo decimonónico, para el amplio público. Entre ellos podemos hablar a Ildefonso Falcones o Carlos Ruiz Zafón, que han sido éxitos internacionales. La última vez que la literatura en lengua española tuvo un auge semejante, fue

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justamente a mediados de los sesenta y principios de los setenta con las novelas latinoamericanas del boom. Ahora este fenómeno se da en España, pero no con novelas semejantes a las que se publicaban en aquel entonces, que rompieron con una tradición de realismo, sino con literatura de índole más convencional. Esto está precedido por algunas experiencias previas. Una de ellas es la de dos mujeres latinoamericanas, Laura Esquivel e Isabel Allende, que fueron la segunda oleada de interés por la literatura en español. Después está Pérez-Reverte, como autor español de novela de género; luego, el fenómeno de Carlos Ruiz Zafón, sobre todo en Inglaterra y algo menos en Estados Unidos; Ildefonso Falcones en otros países europeos y Javier Sierra en Estados Unidos, especialmente. Todo ello ha despertado una suerte de interés internacional, y esto también hay que entenderlo en el contexto de la nueva demografía de la lengua española en el mundo anglosajón. Hacia el 2050, la población hispana va a ser la minoría más importante en Estados Unidos. Por ello, este fenómeno literario es necesario entenderlo o subsumirlo en este contexto histórico. La valoración que ha ido adquiriendo la lengua española en Estados Unidos es muy alta. La población hispana ya está en segundas terceras, cuartas generaciones y son personas que están adaptadas al medio, no son los jardineros o las camareras en busca de oportunidades, son


auténticos estadounidenses y requieren sus derecha” de un scout, ¿los agentes, los propios mitos. autores, la prensa o las editoriales? JPM: ¿Eso podría explicar en parte la entrega el premio Pulitzer del 2008 de Junot Díaz por su novela La maravillosa vida breve de Óscar Wao, escrita originalmente en spanglish? AM: En alguna medida yo creo que sí. Eso independientemente del valor que tiene la novela. No me atrevería decirlo como causa efecto pero se inscribe en el contexto. JPM: Además de los buenos resultados en términos de rentabilidad en el país local, ¿existe algún otro factor que determine la elegibilidad de un título en otro país? AM: Justamente una de las cosas peculiares de los lectores de otros países es que un libro puede haber tenido un éxito moderado en países como España, Argentina, Colombia o México, y en otro país al que se exponga, ese mismo libro puede tener un éxito inusitado. Los criterios que rigen para que determinado título interese a los editores extranjeros no necesariamente dependen de las ventas en el país de origen. Intervienen otros factores, entre ellos está, desde luego, aunque no es el más importante, el éxito en ventas de un título, pero también el éxito entre la crítica y la calidad misma del libro. Esos datos se inscriben en un país distinto y luego en un catálogo específico, que es el que representa un editor determinado, interesado en un tipo de autor con perfil muy preciso. Eso reduce la cantidad de autores que les interesarán a un abanico total de unos 50 autores al año. JPM: Quién representa la “mano

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AM: Todos, el tejido editorial se ha ido complicando cada vez más. Hace siglo y medio, la relación era impresorautor; ahora se han ido agregando intermediarios porque cada vez se van publicando más libros. En los últimos veinte años probablemente se hayan publicado más libros que en la historia entera de la humanidad porque la producción ha crecido geométricamente. A esta cadena se agrega ahora el eslabón del scout. Pero no deja de ser otra criba adicional de acuerdo con los perfiles específicos de alguien que está buscando información concreta, autores que le funcionan en un mercado particular. Esto es un testimonio de que la producción editorial en lengua española ha madurado enormemente. Lo que antes no existía, el autor de best seller puro y duro, escritores comerciales, como ha habido en Estados Unidos e Inglaterra desde hace muchos años, ahora son figuras que empiezan a despuntar en España y América Latina. En países anglosajones es común que el editor se dedique a la construcción de los autores para que se conviertan en éxitos de ventas, no desde el punto de vista del mercadeo o marketing editorial, sino desde el punto de vista editorial estrictamente; es decir, el trabajo de un manuscrito para que desarrolle toda su potencialidad. No obstante, es una suerte de imposición, porque a la gente le termina gustando lo que está acostumbrada a leer, lo que el mercado le va poniendo en las manos.


Esta imposición de ingeniería mercantil ha llevado a que editoriales como Random House construyan autores casi desde la nada; en otras palabras, se trabaja más o menos a largo plazo. Y quienes están aliados en una labor como esta son los agentes, interesados en colocar sus autores en el extranjero, las editoriales que poseen un catálogo susceptible de ser exportado y, claro está, los autores. En mi caso particular, como scout y como director de Granta en Español, hay una labor paralela, ya que publicamos autores jóvenes, escritores que se están desarrollando. Esto me permite prestar atención a ciertos autores y determinar si alguien tiene talento cuando apenas está comenzando, a veces antes de que tenga agente o incluso editor. Luego de seguirlo por un tiempo y constatar que el autor está maduro, que tiene una obra exportable, sólo entonces, se ofrece. La virtud de alguien que es consejero de determinada editorial es la oportunidad y la velocidad y, desde luego, la pertinencia. Hay que recomendar las cosas que la editorial está buscando, pero hay que hacerlo antes que nadie para que sus competidores en sus respectivos países no lo vean antes. Esto implica que las recomendaciones deban ser anteriores a la publicación y, desde luego, siempre anteriores a la lista de los más vendidos, que sería como tradicionalmente los editores europeos solían investigar otros mercados. En el caso anglosajón, por poner un ejemplo, los derechos de autor se compran en la Feria de Frankfurt con un año o dos años de antelación. Lo que yo hago constantemente es leer manuscritos, no leo libros terminados sino libros de gente que va a publicar en dos o tres meses y cuyas obras fueron contratadas mucho antes. JPM: ¿No es contradictorio que, dada la tendencia a reducir intermediarios en el

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mercado, aparezca ahora otro eslabón más en la cadena comercial como es el scout? AM: Desde el punto de vista del negocio total, sólo una editorial grande puede contratar scouts. Estos cobran un sueldo que en algunos casos puede llegar a ser una suma considerable, pero para una editorial grande los costes que esto puede representar, diluidos en mil libros al año, es prácticamente nada. Para las editoriales pequeñas la situación es más compleja. Sin embargo, hay editoriales que tienen informadores de otro orden, se trata a veces de los propios autores y en otros casos de otras editoriales extranjeras, con catálogos semejantes, y con la que se ha creado un vínculo amistoso. Por ejemplo, cuando en Francia una editorial va publicar un libro, le avisa a su par en España para que esté atento por si le interesa comprar los derechos para su país. JPM: Ésta, como usted dice, es una manera de ser editor, manejar información, seleccionarla y venderla; servir de espía pero también de


“lámpara de Diógenes”. ¿Cómo llega usted a recomendar un libro o autor determinado? AM: Cuando digo espía me refiero al sentido puramente figurado, nadie tiene pinchados mis teléfonos, por decirlo así. Lo que se hace como scout es apenas iluminar un sitio. Hay que tener un criterio parecido al de un editor y al del crítico literario, porque lo que tienes que hacer es discriminar, hacer un discernimiento permanente de las cosas que hay.

trabajando desde hace muchos años y por lo tanto conoce el mercado mejor que la competencia, porque hay menos agentes literarios. En España, el agente literario es enormemente poderoso y representa muchos autores importantes. Por lo tanto, el editor en España es un eslabón relativamente débil en la cadena.

Entonces, si tenemos un determinado universo de literatura escrita para el público más amplio, sobre determinado asunto o del género tal o cual (seis o diez o setenta autores) la pregunta es: a cuáles vale la pena verdaderamente prestar atención y a cuáles no. Se trata de una criba permanente en la que no involucras tus propios gustos. En un 95% de las veces yo recomiendo libros que sé que le interesan a las personas para las que yo trabajo y a las que tengo la obligación de asesorar, pero no son necesariamente los autores que yo publicaría en Granta o que yo leo o que yo admiro. Porque grandes escritores hay como cinco o seis cada 25 años. Estamos hablando de la base de la pirámide, no de la punta. JPM: ¿El trabajo del Scout podría evitar que pasaran talentos inadvertidos para ciertos editores? Estoy pensando en casos como el de grandes editoriales españolas que dijeron “no” a libros como Harry Potter y El código Da Vinci.

En los grandes grupos es el gerente general quien decide a quién le compra los libros, quién le da los libros para ganar dinero y seguir en el negocio, y es el agente quien se encarga de proveer por lo menos la mitad de esos libros.

AM: Este es un defecto que tiene que ver con otros aspectos del mundo editorial. El grave problema con las grandes editoriales es que los editores no tienen tiempo de leer. Esto es un diagnóstico más o menos claro en España.

Esta relativa debilidad de los editores presenta ciertas excepciones: editores que vienen de clases pudientes, proveídos de una cartera que les ayuda a mantener sus editoriales, y el caso de los sellos independientes, que buscan maneras alternativas a los agentes.

El editor en otros países europeos tiene permanencia en la editorial, ha estado

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Este es el caso de muchos editores y es


tremendamente preocupante. Los editores están ocupados más en la gestión de la publicación que en lo más importante que es el manuscrito y el trato con los autores. Esta tensión permanente es muy difícil de resolver, ya que intervienen muchos sectores contrapuestos que están en constante lucha con el papel del editor. El editor puede estar muy agobiado en su día a día, no solamente por la mera gestión diaria y las puñaladas que pueda recibir desde dentro de la empresa, sino también por las puñaladas que le pueden dar desde afuera, los reclamos permanentes, la intervención en el libro propiamente dicho y luego todas las personas que lo llaman para proponerle libros. Entonces, hay que hacer caso a tantas personas que llega un momento en que la gente se bloquea y el editor pasa por alto las cosas. Puede llegarle un buen manuscrito, pero estás tan saturado, hay tanto que hacer, que se da cuenta. JPM: En ese sentido usted apoyaría el método de Herralde, quien en un 99% de las veces dice “No”. AM: Claro, es que no se puede. Yo diría que la palabra más importante parta un editor debe ser “No”. Hay más escritores que lectores, “Hay mas poetas que estiércol” como decía González de Eslava. La proliferación es de tal magnitud que la criba empieza desde el agente literario y el editor hasta el crítico y el librero. JPM: Se ha especulado mucho sobre el impacto de la crisis en el sector editorial, hay quienes aseguran que el 2009 será el

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año del libro de bolsillo; por otro lado, algunos editores aseguran que recortarán la producción de novedades y explotarán su fondo… ¿Cuál es la perspectiva de sus clientes extranjeros a este respecto?, ¿cree que la crisis los hará sopesar con mayor detenimiento la pertinencia de hacer nuevos lanzamientos, de comprar derechos? AM: Desde luego, la crisis está afectando a todo el mundo. Está habiendo menos compra y más devoluciones, y es claro que habrá una baja en todo el sector. Por lo tanto, los editores extranjeros van a comprar menos libros y van a ser más cautos en la adquisición de derechos. Hay varias visiones sobre la crisis: hay personas que dicen que la industria editorial no se va a ver tan afectada. Sin embargo, a mi entender, las vacaciones más baratas que puede haber es sentarse y leer un libro. Entonces el comercio del libro, en ese sentido, no decaerá tanto como otras cosas. El libro es un bien suntuario que es menos prescindible que otros. Por otro lado, las editoriales independientes medianas, con una estructura relativamente pequeña, 18 o 20 personas, cuyos gastos estructurales no sean muy altos, van a tener menos problemas que las editoriales muy grandes, con más de 800 empleados. Una editorial, por definición, no da tantos beneficios, no los ha dado nunca. Puede ser un gran negocio pero no da los beneficios que puede dar el tráfico de mujeres o vender droga. Hay que ser muy ambicioso, pero tampoco codicioso. Si alguien tiene mucha codicia, el negocio


que ha habido un descenso, sobre todo en esa franja del gran público. Una novela como El código Da Vinci, de 500 páginas y con párrafos de tres o cuatro líneas, hace veinte años habría sido impublicable. Los lectores están cambiando, alimentado por lo que las propias editoriales han ido imponiendo: un determinado criterio. Pero el criterio se puede cambiar.

del libro no es el suyo. JPM: ¿A qué cree que se debe el “buen viento” de las editoriales independientes en Iberoamérica en los últimos 5 años? AM: Cuando hablas de “buen viento” hay que hacer una precisión, si te refieres a términos económicos, hay muchas que han ido cerrando aunque sus catálogos eran excelentes. Para las editoriales pequeñas las crisis también va a ser fuerte. JPM: Sí, pero también ha habido una proliferación de editoriales independientes con catálogos bien pensados y que poco a poco se han ido ganando un espacio en el mercado. AM: Esto es algo que razonó [Rodrigo] Fresán en un artículo muy notable que publicó en el ABC, respecto al cambio del gusto de las personas no por la “literatura difícil” o para expertos, sino por la literatura menos comercial. Por ejemplo, hace veinte o treinta años, lo que podría considerarse autores best seller ahora pasan por ser autores muy solventes y en aquel entonces eran autores de segunda fila. Lo que ocurre ahora es

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Ahora, podríamos hablar de aquella conspiración de los poderes fácticos que trata que la gente lea menos y tenga menos criterio, porque entonces es más “dominable”. Pero fuera de esta idea paranoica (aunque la paranoia sea un estado de conciencia elevado, diría Claude Steiner), no deja de ser cierto que los parámetros por los que se rige la literatura comercial han bajado notablemente. JPM: Las redes de editoriales independientes parecen estar dando resultado. En el caso colombiano, la Reic ha dado visibilidad a editoriales pequeñas con propuestas arriesgadas; en Francia, ya es notable la acción de la Alianza Internacional de Editores Independientes y en España recientemente el proyecto Contexto recibió el premio a la labor editorial cultural. ¿Cree que este tipo de asociaciones pueda reducir el efecto “semillero”; es decir, que grandes editoriales absorban o se lleven autores de editoriales pequeñas? AM: Va a ser muy difícil porque estamos hablando de los intereses de los editores y no desde el punto de vista de los intereses de los autores. Si yo soy un autor y comienzo a publicar mi primera novela con 2 mil ejemplares en España o Latinoamérica, y a lo mejor mi novela le ha gustado a muchas más personas, va a haber un editor que querrá aprovecharse de ese éxito. En lugar de darle un anticipo de mil euros se le ofrecerá un anticipo de 25 mil euros, y ¿qué autor puede negarse a eso? Si vives


de la literatura, o aspiras a ello, entonces no te puedes negar. Y en ese caso tampoco hay editor que en su sano juico pueda negarse a dejar ir al autor. Hay quienes se han visto en la necesidad de reconstruir sus empresas luego de que su mayor éxito se ha ido con otra editorial más grande.

comercializados por éste. De manera que el librero no dependerá de cierto circuito de distribución que le garantiza el suministro de ciertos libros, sino que verá qué es lo que aparece en la prensa y en función de eso hará sus pedidos al distribuidor.

Es algo que he visto una y otra vez, autores que comienzan publicando en editoriales marginales, después se pasan a editoriales independientes que les dan una presencia pública importante y después se van con una editorial más grande que les ofrece más dinero y mayor promoción. Pero esta editorial a veces no sabe cómo promover a estos autores o no tiene los resultados que esperaban, los contratan quizás por el prestigio que pueden aportar a su catálogo o simplemente para fastidiar al editor independiente, porque también se hace por esas razones. Entonces el autor también se ve atrapado porque tampoco obtiene los resultados esperados, la editorial con la que está no lo promueve y tampoco puede volver a la editorial independiente.

JPM: Claro, pero ¿Planeta no aprovecharía la plataforma que tiene Editis en libros de texto para competir con Santillana en Latinoamérica?

JPM: ¿Entonces qué es lo que garantiza la asociación de las editoriales en redes? AM: Lo que garantiza una red de editores es mayor fuerza al momento de negociar con los distribuidores y las librerías para que la colocación de los libros sea mejor. Una red puede también tener mayor presencia al momento de pedir ayudas de los ministerios y además pueden crear estrategias bajar costes de producción y marketing, hay muchas cosas que se pueden abaratar. Pero el tema de la distribución es vital. En España hay cerca de doscientos distribuidores y aún así la distribución es un problema, siendo además un país geográficamente más o menos simétrico. No es como Italia cuya morfología es más bien alargada. En Alemania y en Holanda hay un solo distribuidor y todos los libros son

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AM: Hay muchas personas que los piensan, Manuel Rodríguez Rivero, por ejemplo, publicó en El País una nota al respecto. Todavía no está claro si va a ser así. Pero si Planeta necesita crecer en el libro de texto debería tener una plataforma ya dada para hacerlo. Los grandes competidores del libro de texto en América Latina son Santillana por una parte, Norma por otra y Macmillan. JPM: Aparte de España, ¿cuál es el país europeo que mayor receptividad tiene hacia los autores latinoamericanos? AM: Yo te diría que está repartido, pero los principales son Italia y Francia. JPM: En 2004, usted afirmaba que la revista Granta llegó a influir “casi con prescripción” sobre lectores y editores por igual, cuatro años más tarde, ¿cree que el balance de Granta en español es similar? AM: No, desde luego que no lo es. Granta en Inglaterra está perfectamente reconocida como una publicación literaria para un lector más o menos culto, que allí es una masa mucho mayor que la que hay en lengua española. Granta estaba perfectamente consolidada en Inglaterra cuando nosotros decidimos echarla a andar aquí desde España. que el proyecto sea sostenido y las decisiones puedan tomarse sin tener que recurrir a otras instancia

Publicado en El País. 18 de octubre, 2008


Desde que tenía seis años empecé a escribir poemas y a los siete escribí mi primer “libro”, un relato de siete cuartillas. Así que la afición a escribir me atrajo desde la edad más temprana, al igual que el gusto por la lectura; las dos aficiones que suelen presentarse parejas. Durante toda mi infancia buscaba cualquier rincón apartado de la casa en donde no me molestara nadie para devorar todos los libros que encontraba en la biblioteca infantil de mi ciudad, y después escribía inspirada en aquellas lecturas. Este viejo sueño de infancia de convertirme en escritora profesional cuando creciera, se fue diluyendo con la edad adulta hasta hace seis años. Después de catorce años enseñando latín, griego, cultura clásica y otras materias, sentí un enorme deseo de escribir para los niños y los adolescentes. Así que el antiguo despacho de profesora de instituto en mi casa, lleno de estanterías del suelo al techo con libros de cultura clásica, docencia y literatura de diversas clases, presidido por una amplia mesa negra de escritorio, se convirtió en mi despacho de escritora. Y en el ordenador, ocupado por decenas de exámenes, trabajos y programaciones, creé una carpeta con el título de “escritos”.

las torres gemelas se derrumbaban, cuando formalicé todo el papeleo para pedir una excedencia de mi puesto de profesora funcionaria. Entonces empecé formalmente mi nueva vida de escritora profesional, con el completo apoyo de mi pareja que asumía por un tiempo indefinido todo el sostenimiento económico de nuestra casa hasta que yo pudiera tener éxito en mi empeño. Después llegaron algunos trabajos de escribir para dos fundaciones y mi primer libro, cuya publicación fue una auténtica aventura. La fundación que lo subvencionaba no tenía experiencia en este asunto y yo debía de encargarme de todo el proceso de publicación, incluidas la revisión de pruebas con las visitas al impresor y las negociaciones con la distribuidora. Fue una buena experiencia de aprendizaje para conocer todas las vicisitudes por las que pasa un libro para llegar a las manos del lector y también para comprobar lo poquito que se puede llegar a ganar como escritor profesional sin un marketing fuerte que te respalde.

El libro en cuestión era de cuentos para niños con el tema principal del pensamiento positivo y la primera edición de tres mil ejemplares se agotó pronto. Fue un éxito en diferentes colegios entre Al principio combinaba mi trabajo de profesora con el de escritora sin decidirme los niños y entre el personal docente. (Aun hoy en día le envío fotocopias de él a dar el salto definitivo al mundo de a alguna profesora desesperada que busca las letras de manera profesional. Fue en herramientas de trabajo para alumnos con septiembre de 2001, en el tiempo en que

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dificultades). Después vinieron trabajos diversos subvencionados por otras fundaciones y organismos escribiendo para miles de niños en los que tenía que combinar mis horas de escritora con viajes, presentaciones, actos públicos y eventos de diferentes clases. Y finalmente llegó el nacimiento de mi hija que interrumpió mi esquema inicial de trabajo como escritora al ocupar todo mi tiempo. Nació con problemas de salud y, al cuidado normal de un bebé dedica cualquier madre, se añadieron muchos cuidados extras y preocupaciones que físicamente me alejaron del ordenador para escribir. Sin embargo, quizá por el hecho de que tener un hijo constituye uno de los actos más creativos de la vida, las ganas de escribir historias no se iban de mi cabeza. Así mientras le daba el pecho a mi hija, pensaba en algún modo de organizarme para escribir un poco Deseché la noche porque el poco tiempo libre que tenía estaba lo suficientemente agotada como para quedarme dormida sin hacer nada más. Empecé a pensar en qué momentos del día podía encajar escribir o hacer algo relacionado con ello (como leer sobre la técnica para hacerlo bien, por ejemplo). Valoré incluso la preciosidad de un cuarto de hora o media hora como una buena posibilidad y encontré más cuartos de hora y medias horas de los que en principio pensaba: en el parque cuando me sentaba junto a mi hija dormida, cuando esperaba en la consulta del pediatra con ella tranquila. En esos momentos, cuando sacaba el cuaderno y escribía, toda mi creatividad

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se concentraba en los más cortos periodos de tiempo. Aprendí a escribir en los momentos y circunstancias que nunca lo había hecho antes. Recientemente durante las vacaciones de verano, una mañana me desperté con una idea importante para el cuento que estoy escribiendo, y mientras estaba con mi hija sentada en una toalla junto a la orilla de la piscina, escribí la idea en el cuaderno. Aunque la niña tocaba el bolígrafo y hacía intentos de arrugar el papel jugando, fui capaz de permitir que saliera el flujo de las palabras antes de que la idea se diluyera en el olvido. Todo esto me ha hecho aprender a concentrarme de una manera asombrosa y a aprovechar el tiempo como nunca lo había hecho. Si anteriormente necesitaba un buen rato para tomar contacto con mi inspiración, ahora he aprendido a concentrarme mucho más rápido porque sé que mi tiempo es muy limitado. El pasado otoño busque a alguien que cuidara de mi hija una hora y media, y establecí ese tiempo como un espacio sagrado y exclusivo para escribir, en el cual no me permitía hacer otra cosa diferente con la excepción de aquello que de un modo directo contribuyera a la escritura. También me fijé metas concretas y decidí presentarme a varios concursos. No tenía esperanzas de ganarlos, pero me servían para dos cosas: una para tener plazos concretos para terminar los cuentos, y otra, abrir la posibilidad de que las editoriales de los concursos se fijaran en mis escritos y quisieran publicarlos. Este plan me permitió escribir cinco libros de cuentos.


Ahora estoy ante una nueva etapa que se abre el próximo otoño cuando mi hija comienza a ir a la escuela infantil. En mi planteamiento profesional de escribir antes que ella naciera, incluía actividades relacionadas con los escritos como presentaciones de trabajos, promociones o colaboraciones afines a la escritura de forma indirecta. Pero en mi planteamiento actual no cabe esta posibilidad e imagino mi futuro inmediato sentada en mi lugar favorito de trabajo, frente al ordenador, ocupada varias horas al día dedicándome exclusivamente a escribir o a aquello que se relacione de forma directa con ello. Pienso en esta posibilidad con ilusión porque tengo muchas ideas que no pueden plasmarse en escritos simplemente por falta de tiempo. Rara es la vez que después de escribir no estoy contenta y relajada. Me encanta sentarme frente a mi ordenador, con música clásica de fondo, rodeada de fotos que me gustan y me inspiran, así como de pequeños postit con frases o recortes de textos que me inspiran o me sugieren algo. A veces tengo muy claras las directrices principales de la historia que quiero escribir y simplemente me siento a hacerlo. Entonces surgen de manera fácil los personajes secundarios y los detalles. Otras veces tengo pequeñas ideas y comienzo a escribir. En estos casos es a partir de lo que escribo cuando van surgiendo las ideas principales y el resto de los personajes. Otras tengo una idea y la historia da un giro de ciento ochenta grados mientras escribo que parece interesante y lo que había planeado cambia completamente. En general parto del hecho de que cualquier historia requiere una gran dosis de flexibilidad una vez que las palabras van surgiendo y estoy abierta a los cambios sobre el plan inicial. Algunas veces el relato se queda detenido y no hay ideas para sacar

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adelante. Cuando ocurre esto, no me suelo intranquilizar porque sé que la historia me está pidiendo un poco más de profundización o cambio y necesito unos días, horas, semanas o meses (dependiendo de la urgencia del escrito) para ver qué quiere sacar mi creatividad. Cuando eso ocurre, he comprobado siempre que estoy ante algo interesante que tendrá mucha “sustancia” o que me dará bastante juego para sacar un buen cuento. En el momento que llego a uno de estos “parones creativos”, dedico el resto del tiempo a corregir porque siempre hay mucho que corregir en lo que escribo; de hecho creo que rara vez acabo de corregir un escrito y al menos a mí siempre me queda la sensación de que aun se puede mejorar más. Tan sólo detengo la corrección porque hay un plazo de tiempo que me lo indica o porque he llegado a un cierto nivel de logro que me parece suficiente, pero pocas veces he tenido la sensación de tener el escrito completamente terminado. No me


importa trabajar en un escrito tanto como sea necesario; el proceso de corregir me resulta tan creativo, agradable y fascinante como el de crear. De hecho el de crear a veces me produce una cierta inseguridad porque me parece que estoy yendo por un camino nuevo y desconocido que no sé hasta donde me lleva y si verdaderamente funciona. En el de corrección me muevo como pez en el agua porque ya está la base hecha y sé que tan sólo tengo que trabajar para encontrar el ritmo interno de las palabras y de la historia puliendo y puliendo tanto como sea necesario. Nunca fuerzo el proceso de creatividad cuando no me salen las palabras, porque sé que cuando la historia esté madura en mi cabeza, me saldrá la idea con total facilidad. Y para facilitar el proceso creativo de la historia dedico también tiempo intencionado a pensar en ella. Por ejemplo, en los momentos en que ordeno la cocina después de comer o arreglo alguna habitación, pienso en qué voy a hacer con tal o cual personaje y en qué dirección quiero que vaya la historia. A veces no me sale nada y además las distracciones propias del momento me quitan la concentración, pero tampoco me importa mucho porque sé que en mi mente está en marcha el proceso y en cualquier momento encontraré la idea que necesitaba. Cuando aparece y es la adecuada, surge con toda la fuerza y la necesidad imperiosa de escribirla. Así que procuro tener a mano un boli y un papel para no olvidarla. No tengo horas especiales para escribir: solo por una cuestión organizativa

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escribo por la tarde, pero también me gusta escribir muy temprano por la mañana o al medio día o por la noche: en realidad cualquiera de estas horas me van bien, excepto por la noche actualmente porque suelo estar muy cansada después del trabajo del cuidado de la niña. He aprendido cómo poder escribir cuando no se tiene tiempo para ello y a ser mucho más concisa y concreta al hacerlo.

En general lo que me suelo decir a mí misma muchas veces es: ¿quieres escribir? ¿esto es lo que más te gusta? Pues simplemente... siéntate y hazlo. No importa si no sale bien a la primera, a la segunda o a la tercera. Simplemente siéntate y escribe, escribe y escribe hasta que salga lo mejor que puedes ofrecer. Araceli Vega.


Yo si.. Estás escribiendo tan ricamente un diálogo que transcurre en un bar, lleno de matices y sobreentendidos, y de pronto recuerdas que uno de los personajes que hablan no bebe porque acaba de salir de A.A. Lo dibujaste así. El hecho de su desintoxicación es solo una mera frase en otro diálogo del capítulo 2 y ni siquiera es importante... pero tu estás en el capítulo 12. Y ya no recuerdas si el pj ha seguido bebiendo como una esponja hasta el agua de los floreros. O... Estás escribiendo tan ricamente una escena de amor en una cena y de pronto recuerdas que tenías apuntada una frase genial para el amante masculino cuando ella le dice que no le gusta la langosta con codornices... Pero no sabes dónde la pusiste. O estamos corrigiendo la segunda versión de nuestro manuscrito, vamos por la página 115, y recordamos que —gracias a unos estupendos cambios que hemos hecho en el nombre del personaje— tendremos que cambiar su nombre y su tratamiento en todo el manuscrito, todas las veces que salga a escena. Y podría seguir escribiendo las cosas que pasan al escribir una novela, pero para eso

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ya está la revista. Lo que es seguro es que alguna vez te has sentido como el tipo de la fotografía y has bailado arriba y abajo de tu procesador de texto, corriendo por entre las páginas de tu obra, escalándolas a veces. Bien. Pues ya no lo hago. Fue gracias a Agustín, uno de los socios del club del que quizá este año vereis alguna colaboración en la revista, que supe de este programa para el ordenador (PC). Gracias a él puedo: * Establecer relaciones entre los personajes sin perderme. * Desarrollar las escenas de cada capítulo antes de escribirlas, incluso con fotografias de los personajes (Sacadas previamente de FLICKR). * Relacionar las figuras arquetípicas del mito con los personajes. * Crear, a partir de esas relaciones, nuevas escenas o nuevos secundarios de apoyo. * Valorar los efectos de cada escena en la trama general. * Relacionar las subtramas con la trama general manteniendo un equilibrio entre ellas.


* Guardar varias versiones de párrafos, diálogos o capítulos enteros. Tengo un capítulo 2 de una novela cuyo título es “capitulo 2 V.19”. * Tener diferentes dossiers de personajes, un dossier para cada uno, incluidos los secundarios y su foto. Sacada de “flickr”

capitulo, escenas, etc. * Puedo añadir recursos externos como mp3 para la música, páginas webs de referencia para documentación, fotografías en jpg (Mejor pequeñas) y crear galerías asociadas al plan de esa novela.

* Puedo hacer una copia de respaldo * Incluir la banda sonora de las escenas (Backup) en zip de todo los archivos (Para inspirarme, para ambientar, etc.) usados para una novela o un libro y * Tener un archivo para cada Subtrama, guardarla en otro sitio o en un dvd o cd. ¡Y puedo tener varios libros metidos en y estas -a su vez- en la trama general. la biblioteca del programa! Cada uno con * Tener un plan de escenas para cada sus archivos. capítulo. Pudiendo intercambiarlas y con Este programa se le ocurrió, como no, a el personaje que sale en cada escena y su foto como guía. Evaluando así los posibles un escritor de No-Ficción que dominaba algún tipo de lenguaje de programación efectos de esas escenas en el capítulo. (Aún no sé en qué está hecho, pero no * Contar las palabras para cada es la tipica plantilla de access o de word capítulo en las estadísticas, de forma que que venden por ahi para hacer guiones unos no sean mas largos que otros y con de cine) Y tiene incluso un grupo de una alarma sonora para cuando me paso resolución de dudas en yahoo, en el que de palabras o llego a mi objetivo diario. los usuarios se ayudan unos a otros (En inglés, pero el traductor de google no se * Puedo ver de un solo vistazo todas porta mal). mis notas, guardadas en archivos especiales por temas. Estoy, estamos, encantados con esta * Puedo ver de un sólo vistazo todas las cosa y cada día le descubro nuevas ideas a incluir, que voy anotando mientras aplicaciones. Se me ocurrió la idea de meter las 100 preguntas del personaje escribo o añado de mi grabadora. dentro de los dossiers de personajes y fue * Cuando estoy escribiendo, según el facilisimo (Trae por defecto las tipicas plan, no me disperso en absoluto, porque preguntas de genero, edad, etc.) abro el plan general, donde estan todos Asi que os lo recomiendo los archivos y o bien meto más ideas, encarecidamente. Esta en inglés, pero otro diálogo, una ocurrencia, o amplío existe un parche para los menús en el caracter de un pj en un dossier, por español y se puede descargar de la misma necesidades de la propia escritura. web de los creadores del programa. * Guardo los capítulos por separado, Probadlo 30 días. Y luego pagarlo por en todas sus versiones, en otras carpetas 45 dolares. Serán una buena inversión. del mismo libro. Y puedo tenerlos todos Seguiremos hablando del Liquid Story a la vista en un momento si los meto en Binder. Descargadlo: un “builder” (Un archivo especial del http://www.plimus.com/jsp/download_ programa). trial.jsp?contractId=1669225&referrer= * Puedo hacer búsquedas universales Aserra por palabras o frases en todos los archivos del libro: Dossiers, notas, capitulos, planes, tramas, subtramas, planes de

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Toda novela nace con una idea, una chispa que un día cualquiera salta y contagia con su entusiasmo al escritor… que en aquel momento puede estar haciendo cualquier cosa. Incluso escribiendo. Pero la premisa puede saltar con una imagen, un olor, una asociación de ideas después de oír una conversación… Están en todas partes. La premisa, sin embargo, no siempre se forma de manera completa en esta primera chispa. Algunos escritores la van formando mientras escriben el primer borrador, otros mientras corrigen e incluso otros no llegan a tenerla clara hasta que escriben su carta de presentación a las editoriales. Para otros está muy clara antes de empezar a escribir su primera palabra en la página en blanco, pero no siempre es lo mejor. Una premisa que no se sustenta en los personajes, el escenario, el conflicto y el tema, puede ser difícil de sostener. Todos tenemos a lo largo de nuestra vida ideas que pueden acabar en una premisa para una historia. El truco no radica en el relámpago de inspiración sino en saber como

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desarrollar esa chispa en una premisa sólida y en descartar las ideas que no sustentarían todo el armazón de una novela. Las premisas no tienen porque ser un mini guión. Puede ser algo aún más pequeño pero debe contener la misma energía de un atómo de plutonio. Una premisa es una imagen, momento, sentimiento o creencia que tiene poder y significado personal suficiente para el autor como para encender la chispa de la historia y lanzarla varios cientos de páginas adelante. La mayoría de los escritores se comprometen con su premisa de manera instintiva. Pero deberían ser capaces de analizarla antes de darle el visto bueno definitivo.

¿Cómo diferenciar una premisa buena de una mala? Cuatro elementos son importantes para convertir una premisa en algo que funcione de verdad. Veamos:

Verosimilitud La primera pregunta que debes hacerte una vez has tenido una idea es “¿Puede suceder?”. Es una pregunta extraña. La ficción


no es la vida. Pero por alguna razón, la mayoría de los lectores necesitan sentir que la historia presenta alguna base de realismo. Esto sucede, sobre todo, porque nos preocupamos por los personajes de la historia y también por nosotros mismos. En otras palabras, nos preocupa lo que sucede a los personajes porque podría sucedernos a nosotros, aunque la historia transcurra en un futuro apocalíptico. Como en las mejores mentiras, una buena premisa siempre tiene un gramo de verdad. Y es esta pequeña cantidad de verdad la que nos convence de que la historia contiene vida.

Conflicto inherente La siguiente pregunta importante es “¿Tiene el mundo de mi historia conflicto suficiente para construir?”. Fuerzas opuestas, quizá con algo de razón en cada bando. Si los problemas ya están en tu escenario, es un buen punto a favor. Buenos escenarios donde encontrar fuentes de conflicto pueden ser el patio de la escuela, un juzgado, una estación de policía, el espacio… es decir cualquier sitio que no sea cómodo ni seguro. No importa que sea el hombre contra la

naturaleza, el hombre contra el hombre o el hombre contra si mismo. Donde hay conflicto, hay un suelo rico donde plantar una historia.

Originalidad Aunque la naturaleza humana nunca cambia, nuestra manera de mirarla si. Para escribir sobre un tema familiar hay que encontrar un nuevo ángulo. No hay argumentos nuevos ni escenarios que no se hayan usado con anterioridad o profesiones extrañas que no se hayan dado ya a los protagonistas de una u otra historia. Buscar una nueva manera de aproximarse a ello es el reto de todo escritor. Lo que hay que ofrecer de nuevo es el ángulo no explorado de la historia. Dos maneras de ofrecer originalidad a una historia son haciendo lo opuesto de lo que se espera y combinando elementos de dos historias.

Atractivo emocional La cuestión final sería “¿Tu novela hace temblar de emoción a los lectores?”. Una de las características más importantes para una novela de éxito es que tienen que tener un atractivo emocional que entronque directamente con el lector.

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La misma idea de la novela hace que el lector imagine personajes, complicaciones y clímax emocionales. Y esto sucede sobretodo porque toca emociones profundas, reales y comunes para todos nosotros.

Pero, ¿Cómo se construye una premisa? Como diría el ogro Shreck: Por capas, como las cebollas. Empecemos con una historia corriente y veamos como podemos añadirle capas para convertirla en una premisa de una novela original. A partir de una historia trillada, por ejemplo la un chico que sueña con ser atleta. Podemos hacer la historia aún más previsible si el chico va en silla de ruedas. Esto parece el material para una serie B de esas que ponen las tardes entre semana. Veamos como añadir originalidad a esta premisa. ¿Dónde situamos la historia? ¿En una escuela marginal? Demasiado obvio. Hagamos lo contrario: Situemos a nuestro protagonista en una escuela privada donde tiene todas las ventajas que, por desgracia,

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no le ayudan a conseguir su objetivo: buenos amigos, buenos profesores, un buen entrenador. ¿Qué le falta? Nadie lo sabe. Lo único que sabe es que aunque no lo hace mal en las carreras en silla de ruedas, raramente gana. He aquí un conflicto psicológico más sutil que el simple objetivo-obstáculo. Compliquemos las cosas un poco más. Pongamos por caso que el chico tiene un héroe al que admira: un atleta de maratón. Pongamos que es negro, nigeriano. Es creíble. Es un atleta entrenado pero que corre como un


antílope asustado. Cuando nuestro héroe puede ver su cara de cerca en la televisión se le ve asustado. Quizá nuestro héroe queda fascinado al mirarlo en televisión y ver ese miedo que no puede entender. Pero ¿cómo situamos a los dos en un mismo escenario? El atleta va a una maratón a un lugar cercano donde está la escuela del chico. Nuestro héroe es quien dará el trofeo al ganador. Pero sería demasiado predecible que se conocieran en la tribuna. Hagamos que el atleta quede el segundo, pero el chico sigue fascinado por él, por lo que lo buscará después de la entrega de premios. Haciendo avanzar la silla hacia él le preguntará “¿De qué tienes miedo?”. Salgamos del camino fácil y hagamos que el nigeriano se ofenda y se enfade. Que empiecen con muy mal pie su relación. Pero la semana siguiente hay unas pruebas para los Special Olimpics y el nigeriano se acerca al chico en el parking. Le dice que piensa demasiado. Y empiezan a formar una especie de vínculo. Pero mejor, compliquemos más la relación. Podemos poner, por ejemplo, que el chico envidie el miedo que le da la rapidez al atleta profesional, ese algo que le hace correr tanto. Nuestro héroe es normal, con buena familia pero no tiene éxito. Sus ventajas le impiden ganar casi tanto como sus piernas inservibles.

periodista… Todos ellos traerán nuevos matices a la relación admirador/héroe. Diferencias culturales, racismo y racismo inverso, psicología deportiva… Todos pueden complicar la nueva amistad que puede ser la clave no sólo para cumplir los sueños de nuestro estudiante sino que también pueden significar la liberación del corredor de sus miedos. La cuestión principal es, desde luego, de qué tiene miedo el atleta. Escoge algo: su padre se muere y corre para que su padre tenga una razón para mantenerse vivo. Pero puedes decantarte por una razón política o por una más oscura y psicológica. En este momento ya no importa. La premisa que en un primer momento resultaba algo predecible se ha convertido en algo mucho más grande.

¿Quieres contarnos tu premisa para el próximo número de la revista?

Adelante. Comparte tu premisa con los Ya hemos encontrado el motivo por el demás socios, si quieres. que el chico necesita a su héroe, pero ahora habría que encontrar el conflicto externo y el motivo por el cual el atleta profesional puede necesitar la relación con el chico en silla de ruedas. Habrá que construir una serie de personajes secundarios: padres, entrenadores, una novia, los organizadores de la carrera, un

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COMO UTILIZAR FACEBOOK PARA VENDER TUS LIBROS Si finalmente has conseguido ver tu libro en papel puede que no haya terminado todo. Sobre todo si has publicado en una editorial pequeña sin recursos para realizar campañas de marketing tan impactantes como las de Alfaguara o quizá cansado de esperar has decidido probar suerte y publicar tu mismo el libro.

Entra en http:// www.facebook. com y crea una cuenta. Es bastante fácil y puede hacerse en cuestión de minutos. Ten en cuenta que deberás utilizar el nombre que sale en las portadas de tus libros. Si firmas bajo seudónimo puedes crear una cuenta con el seudónimo. Añade información relevante. A tus fans les gustará saber más cosas de ti a parte de que te guste escribir.

De cualquier manera, es importante que tu libro llegue al 1.Utiliza una público. En estos fotografía de la tiempos de crisis portada de tu las editoriales último libro como cada vez gastan foto de perfil. Con menos dinero en la esto conseguirás que publicidad si no es en los grandes nombres tu libro sea lo primero que vea cualquiera con los que esperan recuperar el máximo que visite tu perfil y le llame la atención. de sus ganancias. Las redes sociales son una buena herramienta para empezar a mover el título de tu libro sin gastarte dinero en el empeño. Ya hemos hablado en números anteriores sobre Twitter. Ahora le toca el turno a Facebook, quizá la red más grande en estos momentos que ha superado ya a Myspace.

Los pasos a seguir

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2.Añade las portadas de tus otros libros en la sección de fotografías de tu perfil. Esto se verá en el hilo de tus contactos y en tu página y generará interés en tus libros. 3.Añade trailers de tus libros en tu perfil bajo la sección de vídeo. Otro día hablaremos de la necesidad de crear trailers de tus libros y de las nuevas


tendencias que se observan en Estados Unidos sobre este tema. Muchos libros se venden directamente porque alguien vio el trailer en YOUTUBE antes de comprarlo. Ten en cuenta que deben de pesar menos de 100MB y tener menos de dos minutos. En un próximo número te explicaremos cómo se hace.

España, una vez más, apenas se hace. 12.Entra a grupos de autores y lectores. Es una gran manera de crear relaciones y conocer potenciales compradores de libros. Si no encuentras grupos que te interesen, créalos. Pero asegúrate de que siguen vivos y tienen discusiones interesantes.

4.Añade amigos. Cuantos más amigos tengas en Facebook, más libros puedes vender porque habrá más gente viendo tu perfil. No añadas solo escritores sino también gente que lee, son tu mercado potencial. 5.Pon un link a tu perfil de Facebook en tus tarjetas de visita, en tu página web y en la firma de tu correo electrónico. Cada vez que envíes un correo electrónico o hables en un grupo de yahoo o Google ofreces un link a tu perfil. Es también una manera de encontrar nuevos amigos. 6.Crea una carátula de Facebook con tu información para tu página web, tu blog y tu perfil en otras redes sociales. 7.Usa el muro para dejar mensajes a los que visiten tu perfil sobre cualquier noticia que pueda interesarles, concursos y otras novedades. 8.Si ofreces un ebook gratuito puedes colgarlo en Facbook Marketplace bajo la sección gratuita. Conseguirás llegar a más gente que se bajarán tu libro y quizá compren tus otros libros. 9.Si has publicado con Lulu o Bubook asegúrate de añadir un link a tu almacén desde tu perfil. 10.Cuelga tus acontecimientos, tanto online como offline en tu perfil de Facebook. Es una buena manera de invitar a tus amigos, sobretodo a los chats online y las discusiones en foros. 11. Cuelga los BLURBS que tengas. Son esas pequeñas frases de halago que verás en algunos libros, en la contraportada, generalmente de otros escritores. En

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Desde este número felicitaros en este día del libro, de Sant Jordi. Deseando que tengais muchos libros y muchas rosas y que un día uno de esos libros que se regalan en el día de hoy, sea el vuestro. Un saludo cordial.


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