La leyenda de Los Isondúes Había una vez un niño en bicicleta que iba a la casa de su abuela.
Era un día muy lluvioso, y tenía que sacarla de su casa para que se salve de la inundación que provocó la lluvia.
Entonces al niño se le pinchó una rueda de la bicicleta y la abuela le dijo: sigamos a pie. Entonces siguieron a pie hasta un árbol para refugiarse.
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Así
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que el niño le preguntó a la abuela: ¿vamos a estar mucho
tiempo acá arriba de este árbol? Y la abuela contestó: ¿quién sabe? pero yo sé hacer que el tiempo vuele. ¿Cómo? ¿Me vas a contar un cuento? dijo el niño. ¡Oh!, ¡un montón!, contestó la abuela.
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Entonces empezó a contar un cuento: Hace mucho tiempo Tupá creó a los hombres y a las mujeres.
Pero necesitaban algo para calentarse y entonces también creó al fuego y fueron felices.
Cocinaron lo que cazaron.
Y luego lo comieron.
Disfrutaron un montón del fuego.
Hasta que llegó Añá, que es el Dios del mal y el diablo y entonces sopló y sopló hasta que apagó el fuego de los hombres.
La gente se puso triste y así Tupá creó a los Isondúes que eran bichitos de luz, como les decimos a las luciérnagas.
Entonces Añá sopló y sopló pero no pudo apagar a los Isondúes. Después Tupá sopló suave como diciendo un secreto.
Y prendió el fuego de los hombres otra vez, y Añá todavía está furioso soplando y soplando a los Isondúes y no puede apagarlos.
Fin Autoras: Catalina y Emilia. Pegadoras de imĂĄgenes: Emilia y Catalina.
Esta leyenda es de de origen GuaranĂ.