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PRESIENTE DE LA CUT EN LA UTADEO
Cartagena Mes de ABRIL de 2017 / No. 32 , Edición Especial
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Año
¡Aleluya, Cristo ha resucitado, Aleluya!
Porque creo Soy capaz de vivir la misión Salesiana dad es poniéndose al servicio de sus vecinos y amigos, y que la oración constante es el soporte espiritual del hombre. Cómo nos falta pensar un poco más como estas personas. La experiencia de compartir la fe con personas ajenas a nuestro día a día, vivir en comunidad con posibles desconocidos, compartir con personas que no nos conocen pero confían en nosotros, nos recuerda que Dios nos ubica en el lugar correcto y que para Él nada es casual, y lo más importante es que el Padre nunca deja de
llamarnos a servirle, su llamado también puede ser ponernos en el lugar preciso con las personas indicadas para aprender de cada una de esas personas y crecer en algo que nos falta muchísimo y es la fe colectiva, que no es más que hacer crecer el espíritu en comunión con quienes nos rodean. Cómo nos hace falta. Cerrando esta editorial, me gustaría que quien la lea no sienta que luego de la experiencia en Minca acaba la misión, la verdad ni siquiera comenzó cuando nos fuimos. La verdadera Misión Salesiana es el día a día, y muchas veces comienza con uno
mismo, con la forma cómo edificamos nuestra fe. La misión salesiana es en el colegio, en la casa, en la calle; es dar fe con acciones concretas de la resurrección de Jesús, y llevar Su luz a todas las personas que se nos atraviesan diariamente. Todos, todo los días estamos llamados a misionar, porque misión es hoy, mañana y siempre.
Dios nos ubica en el lugar correcto; para Él nada es casual.
Por: Guillermo Cano, Consejero Inspectorial
Irme de Misión siempre me deja cosas qué reflexionar conmigo mismo, muchas razones para cuestionarme cosas, y muchas enseñanzas muy significativas. Este año al volver de Minca no se hicieron esperar las enseñanzas que motivan y dan ganas de volver. Aun cuando sé que en mi vida tengo una experiencia de fe viva, acepto que hay cosas en dicha experiencia que podrían crecer mucho más, y son experiencias como las misiones las que hacen ver qué tan importante es reencontrarse con Jesús desde el rostro de las demás personas, y aprender a sentir la viva llama de Cristo resucitado en nuestros corazones para luego llevarla con quien más lo necesita. Cuando partimos a una experiencia como esta, corremos el riesgo de pensar que las personas que nos recibirán necesitan más de nosotros, y que somos nosotros quienes vamos a llenar los corazones de estas personas, y aunque puede ser cierto en alguna medida, la gran verdad de las experiencia de misión es que los vacíos que más se llenan son los del mismo misionero al despojarse de su propia vida y reconocerse simples servidores del amor de Dios para las demás personas, personas que en sus poca formación académica, en la sencillez de sus vidas, reconocen que el centro de sus vidas es Jesús, y creen ciegamente en que su resurrección les dará la salvación, saben que la mejor manera de ser felices en comuni-
“La gran verdad de las experiencia de misión es que los vacíos que más se llenan son los del mismo misionero al despojarse de su propia vida”
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PRESIENTE DE LA CUT EN LA UTADEO
Cartagena Mes de ABRIL de 2017 / No. 32, Edición Especial
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Año
¡Aleluya, Cristo ha resucitado, Aleluya!
Minca le dijo SÍ a los Misioneros salesianos Por: P. Johao Caicedo, Delegado de pastoral
La experiencia fundamental de la fe Cristiana es la RESURRECIÓN y ésta ha sido la experiencia que se ha vivido en la misión salesiana en el área rural de Minca, en la sierra nevada de Santa Marta; el grupo de misioneros procedentes de la presencia salesiana de Cartagena y de Barranquilla partieron cargados de equipaje, mercado y sobre todo, de mucha Fe. El encuentro con las comunidades inició el domingo de ramos con la celebración de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén y continuo a lo largo de toda la semana con los encuentros juveniles y con niños, las catequesis, el rezo del Santo Rosario y la amistad y la fraternidad que poco a poco fueron creciendo hasta experimentar la experiencia de Jesús vivo y resucitado, que se manifiesta de manera especial en el encuentro con el prójimo y la celebración de la Fe. La misión salesiana es misión de la Iglesia y por tanto el principal objetivo de la misión fue anunciar a Cristo vivo y resucitado presente en cada uno de los creyentes, hombre y mujeres de buena voluntad. Además fue una experiencia enriquecedora para todos los jóvenes del MJS y algunos ex alumnos que pudieron participar de la misión; el hecho de compartir la fe con otras personas, de pasar algunas “inco-
modidades” de ver la presencia de Dios en la naturaleza, de caminar, de respirar aire puro, de orar, cantar, jugar, compartir con niños, jóvenes, adultos y con los mismos misioneros, hace de la misión una experiencia inigualable, gratifi-
cante y muy enriquecedora. Que como Comunidad Educativa Pastoral, podamos seguir adelante con todas nuestras actividades recordando que todos de una u otra manera somos misioneros salesianos y que estamos llamados a
anunciar que Cristo esta resucitado; somos salesianos misioneros en el colegio, la casa, en la calle, en las redes sociales y en cada lugar donde el mismo Dios nos envíe, llevando y anunciando nuestra fe en Cristo vivo y resucitado, Aleluya!
“Una gran experiencia que llena espiritualmente” oración y nos acostábamos haciendo oración. Ir de casa en casa celebrando la eucaristía, rezar un rosario, convivir con personas que necesitan de afecto humano, jugar con los niños, eso no tiene precio. Ir a caminar horas por caminos muy largos, donde el frío ni te dejaba hablar para hacer una misa, esa es una gran experiencia que te llena espiritualmente, hacer servicio a los demás y ver una sonrisa en la cara de esas personas no tiene precio. El triduo pascual para todos fue una experiencia de cambio y reflexión, donde se notó la participación de la gente en la última cena y en el lavatorio de los pies, donde muchos incluso lloraron viendo el viacrusis Por: Andy Acosta, Estudiante
Desde el momento que me dijeron que iba a misiones para Minca, supe que todo era por voluntad de Dios. Todo tiene un resultado, y el resultado de la misión fue un cambio, y ese cambio sin duda fue para bien. los que tienen la suerte de ser misioneros tienen la oportunidad de aprender muchas cosas que pueden cambiar la vida. Desde el primer día que estuve en Minca, lugar de misión, supe que el propósito principal era ayudar a las familias más necesitadas, especial-
mente a las ancianos, enfermos y personas que por ciertas circunstancias de la vida están solas y no tienen a nadie para compartir, convivir, ni mucho menos para ser tratados como nosotros estamos acostumbrados. Todos nosotros, que seguramente tenemos mas cosas materiales que las personas de las veredas en Minca, no somos tan felices como ellos lo son, porque los habitantes no necesitan muchas cosas materiales para ser buenas personas y ayudar al prójimo. Todos los días nos levantábamos haciendo
y el sermón de las siete palabras y donde la comunidad estuvo muy unida en la bendición del agua y el fuego; esa fue una experiencia que tocó a muchos desde su corazón y fueron llamados a ayudar y a prestar servicio a las demás personas. He aprendido que no se necesita de muchas cosas materiales para ser feliz, que lo único necesario es solo dejarse tocar por Dios y la disposición para ayudar a las demás personas. Tal vez estamos llenos por fuera, ¿Pero por dentro?, ¿Será que realmente somos felices? Estamos invitados a ser misioneros, pero no solo ir ayudar a la gente porque sí, sino hacerlo y hacerlo de corazón.