¿Por qué los adolescentes, menores de edad, están consumiendo bebidas alcohólicas?

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¿Por qué los adolescentes, menores de edad, están consumiendo bebidas alcohólicas? ¿Qué factores influyen? La personalidad del adolescente. La adolescencia es el momento de desarrollo cerebral por excelencia, los adolescentes tienen la energía para cambiar el mundo si ellos lo desean. Como padres y/o maestros debemos procurar generar ambientes sanos y óptimos para que nuestros hijos o alumnos puedan desarrollarse armónicamente, en cuerpo y mente. Sin embargo, todos los que trabajamos con adolescentes o pre-adolescentes nos hemos topado con dos términos cuyo enlace es controversial pero que no debe sorprendernos, y al que además debemos poner atención: Alcohol y Adolescencia1

¿Qué hace que un adolescente quiera consumir bebidas alcohólicas? ¿Cuáles son sus motivos? Los adolescentes probablemente son un grupo más propenso a adquirir conductas de riesgo, las cuales se definen como aquellas acciones, sean activas o pasivas, que involucran peligro para el bienestar y que acarrean directamente consecuencias negativas para la salud o comprometen aspectos del desarrollo. Estas conductas están en relación con los estilos de vida, sumados a la curiosidad y la experimentación de situaciones nuevas; las cuales son partes naturales del crecimiento que les da la sensación de ser adultos. La personalidad de los adolescentes tiene todas las características y cumple todos los requisitos para desarrollar una relación de riesgo con cualquier sustancia psico-activa como el alcohol. Para este grupo los efectos del consumo de bebidas alcohólicas resultan sumamente atractivos ya que logran muchas sensaciones deseadas por ellos como sentirse seguros, tener valor, relajarse, terminar con la angustia y ansiedad, olvidarse de los problemas, reducir el stress, entre otras razones. Todas estas situaciones hacen que el consumo de bebidas con contenido alcohólico sea muy seductor. Sin embargo, uno de los factores que frena el proceso de desarrollo de nuestros adolescentes, y que podría inhabilitarlos a alcanzar sus potenciales, tanto personales como intelectuales, es el consumo de sustancias que puedan dañar o afectar su organismo, dentro de las cuales se encuentran las bebidas alcohólicas. Cuando un adolescente aprende a solucionar problemas cambiando su estado de ánimo por consumir una sustancia como el alcohol, y logra establecer relaciones más o menos de acuerdo a sus intereses, y que le son gratificantes, aprende a comportarse e interrelacionarse con otros solo bajo los efectos de esta sustancia. Las pautas de consumo en los adolescentes tienen características peculiares de este grupo de edad, alejadas del modelo adulto y tradicional de consumo, nos dicen Carlos Valderrama Zurián2 y María Purificación de Vicente Manzanaro desde la Unidad de Conductas Adictivas, de la Conselleria de Sanitat de Alicante, España. Estos profesionales destacan que los adolescentes españoles (entre 14 y 18 años) muestran ciertas características en su relación con las bebidas alcohólicas, tales como:  Búsqueda de nuevos motivos para el consumo, destacando sobre todo la evasión de lo cotidiano, conseguida mediante la embriaguez, bebiéndose más alcohol y de más graduación.  Concentración de los períodos de bebida durante el fin de semana o períodos festivos, con incremento de "borracheras", lo que conlleva a alteraciones del orden público. Cabe señalar, que el consumo los fines de semana no es exclusivo de los menores de edad o adolescentes, es un patrón de consumo de algunas sociedades: jóvenes y adultos.  Progresivo descenso de la edad de inicio de consumo de bebidas alcohólicas, que según algunos estudios, se localiza sobre los 13 años, aunque es en torno a los 16 años donde se produce una modificación de las pautas de consumo.  En España, la cerveza (entre semana) y las bebidas de alta graduación "combinados" (los fines de semana), encabezan el ranking de bebidas preferidas entre los jóvenes. 1 En este artículo al referirnos a él o los adolescentes estamos haciendo referencia a los adolescentes menores de edad. 2

Juan Carlos Valderrama Zurián, Doctor en Medicina de la Universidad de Valencia, trabaja en la Unidad de Información e Investigación Social y Sanitaria de dicha universidad. Es especialista en temas de adicciones y drogodependencias.


 En el entorno adolescente y juvenil el consumo de alcohol se suele producir fuera de casa y en espacios donde se producen las relaciones sociales de los jóvenes. Así mientras el consumo se produce en lugares donde hay relaciones entre iguales, hay una ausencia de consumo en el contexto familiar.  Las creencias predominantes sobre el alcohol siguen destacando sus "efectos positivos”, dejando los aspectos negativos "para los demás", "eso no me pasará a mí". Los adolescentes, por considerarse invulnerables, sienten que son ajenos a cualquier riesgo en general. Si bien lo descrito por estos autores se da en el contexto español, en nuestros países latinoamericanos, y en el Perú, esto no deja de tener características similares. En el Perú en el III estudio de DEVIDA realizado a escolares de secundaria (2005-2006), el inicio del consumo está en el orden de los 14 años, 13.7 para ser exactos; mientras que en el estudio del 2006 en la población en general, el inicio para el grupo de 12 a 18 años se centra en los 14.4 años. Es importante señalar que en esta investigación se muestra cómo el inicio del consumo se va dando cada vez a edades más tempranas, lo cual constituye un factor crítico y de riesgo. Por ello es necesario desarrollar acciones preventivas desde los diferentes sectores y en los diversos contextos donde se desenvuelven o participan los menores de edad. El espacio escolar es una oportunidad inmejorable para estas acciones preventivas.

¿Y la familia y los amigos? ¿Qué rol juegan? Hemos hablado de la personalidad de los adolescentes como factor de riesgo hacia el consumo temprano de bebidas alcohólicas; sin embargo, existen otros factores que juegan un rol muy importante en relación al por qué los menores de edad están consumiendo bebidas alcohólicas. Estos son el entorno social, las costumbres, las influencias familiares, el modelo de consumo que tienen los menores por parte de los padres, de los adultos a su alrededor, incluyendo a sus maestros; y, sobretodo la presión de los pares y amigos, que empuja a los menores a consumir para no sentirse diferentes. La familia y los pares se constituyen como los espacios en los cuales los menores de edad inician su consumo. Según estudio de DEVIDA3 el 39% de encuestados manifestaron iniciar su consumo en el entorno familiar (padres, hermanos, primos), 27% con compañeros de estudio y 24.6% con sus amigos del barrio. El alcohol es una sustancia que puede afectar a cualquier adolescente; sin embargo, hablar de marihuana, cocaína, éxtasis, pasta básica, etc., aterra a la mayoría de personas, pero no ocurre lo mismo con las bebidas alcohólicas. Muchos adultos son bastante permisivos en relación a ellas, por costumbres, creencias, cultura, o por que ellos las usaron cuando eran menores y no les pasó nada. Inclusive en nuestro país es común que los mismos padres envíen a su hijo a comprar bebidas alcohólicas y peor aún que los adultos, los bodegueros, o expendedores se las venden. Y aquí encontramos otro punto que tenemos que tomar en cuenta y es el tema de la accesibilidad de los menores a las bebidas alcohólicas, la cual es cada vez mayor, a pesar de las prohibiciones impuestas de su venta, en la mayoría de países en el mundo. En resumen, los adolescentes suelen consumir bebidas alcohólicas por varias razones como son sus características de personalidad, por curiosidad, por sentirse bien o sentirse personas adultas, por pertenecer a un grupo y algunos por escapar de sus problemas o reducir el stress. Esto se ve influenciado por el entorno social al cual pertenecen, las costumbres, la familia y los amigos; así como la accesibilidad y facilidad con que se las venden.

Compromiso de todos Desde donde estamos, debemos comprometernos a prevenir su uso y abuso; ya sea hablando con nuestros hijos (como padres), con acciones y programas eficientes y efectivos desde la escuela (como maestros), con estudios e investigaciones científicas que aporten al entendimiento y evolución de la problemática (académicos y especialistas), haciendo cumplir la ley (policía), no vendiendo bebidas a menores de edad (bodegueros y vendedores), con campañas de sensibilización y educación (gobierno, ONGs, empresas), etc.

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III encuesta nacional sobre prevención y consumo de drogas, DEVIDA, 2006, pag.19


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