Suplemento Cultural- Esmeralda Flores

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Magic World Magazine

MISTERIOSO EGIPTO ¿Cómo construyeron las pirámides de Egipto?


Julio 2013

Magic World Magazine En Español

Alejandro Jiménez, director del proyecto Qubbet el-Hawa, ante un ataúd de la dinastía XII.

Reportajes ¿Cómo se construyeron 2 las pirámides en Egipto? Historia Egipto

del

Antiguo 3

Estos fascinantes sólidos geométricos, de base cuadrada y de cuatro caras de triángulos equiláteros, existen en diversas partes del mundo, en distintos tamaños y con diferentes complejidades. En el denominado Imperio Antiguo, durante la tercera dinastía, con Dyeser (Zoser), encontramos un dominio del arte y la arquitectura monumental en piedra.

El misterioso individuo 4 de la tumba número 33

Arqueólogos de la Universidad de Jaén han descubierto la tumba de un importante gobernador del Antiguo Egipto en la necrópolis de Qubbet el-Hawa, en Asuán.

Los Templos Egipcios

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el templo egipcio representaba la casa del dios, pero, más que entendido como simple morada, el templo debía ser indestructible ya que era la residencia de los inmortales.

La música en el Antiguo 7 Egipto

«La música es la expresión y la imagen de la unión de la tierra y el cielo; sus principios son inmutables; fija el estado de todas las cosas; actúa directamente sobre el alma y hace entrar al hombre en tratos con los espíritus celestes». PORTADA Los métodos, los medios y la forma en la que se construyeron las pirámides de Egipto es un tema que le ha quitado el sueño a los historiadores, arqueólogos y a diversos miembros de la comunidad científica durante muchos años. REVISTA OFICIAL DE MAGIC WORLD MAGAZINE


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P IRÁMIDES

¿Cómo construyeron las pirámides de Egipto?

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as pirámides del mundo constituyen las estructuras más impresionantes e interesantes de la antigüedad. Estos fascinantes sólidos geométricos, de base cuadrada y de cuatro caras de triángulos equiláteros, existen en diversas partes del mundo, en distintos tamaños y con diferentes complejidades. Las hay tanto en América Central como en Grecia, en China o en Egipto, siendo en este último lugar en donde se encuentran algunas de las más complejas y asombrosas. Uno de los aspectos que más llama la atención acerca de estas colosales construcciones es la forma en la que hicieron, ya que entre otras cosas, los Hombres del Antiguo Egipto construyeron estas edificaciones hace más de 4.500 años, en medio del desierto y con herramientas que hoy no nos servirían prácticamente para nada. Te invito a conocer cómo se construyeron las pirámides de Egipto. Las pirámides de Egipto y la falta de evidencias Los métodos, los medios y la forma en la que se construyeron las pirámides de Egipto es un tema que le ha quitado el sueño a los historiadores, arqueólogos y a diversos miembros de la comunidad científica durante muchos años. De hecho, aún hasta nuestros días es un tema de debate constante y todo ello se debe a que no existe absolutamente ningún registro que hable de los planes ni métodos para la construcción. Así es que muchos arqueólogos e ingenieros, basándose en los pocos datos que se pueden recabar, han trabajado en formular diversas teorías para dar con la forma en la que se construyeron las pirámides. Algunas parecen ser muy eficaces mientras que otras parecen sacadas de un cuento de ciencia ficción, veamos algunas posibilidades.

Escritura Egipcia Egipto tiene una historia compleja, que empieza muy pronto. La escritura aparece en torno al año 3000 y los egipcios atribuían su creación al dios de la sabiduría, Thot. Hay tres tipos de escritura egipcia: Escritura jeroglífica, que es la más conocida. Es fundamentalmente monumental (está asociada a los monumentos) y se realiza en relieve. Va a tener una interpretación muy difícil (a veces se lee de izquierda a derecha y otras veces de modo contrario, etc.). Escritura hierática, que es una escritura cursiva, abreviada de la anterior, más usada en la vida común. Aparece en los textos. Escritura demótica, que es más rápida y más popular. Es la que aparece más tardíamente y es la que se usa en Egipto hasta la invasión romana. La escritura ha sido un instrumento fundamental para el conocimiento de Egipto. Los pueblos que viven en Egipto son de origen camita. Se trata de hombres altos, de hombros anchos y con algunos rasgos negroides. Estos pueblos se asientan y se organizan en nomos o cantones independientes, dirigidos por reyes sacerdotes.


H ISTORIA

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ANTIGUO EGIPTO Los primeros pobladores de Egipto alcanzaron las riberas del Río Nilo, por entonces un conglomerado de marismas y foco de paludismo, escapando de la desertización del desierto del Sahara. Geografía

La geografía del Antiguo Egipto es muy significativa y va a influir muchísimo en su arte. Egipto está situado en el nordeste de África y está muy aislado de otros países por su situación geográfica. Sus límites son: por el oeste, el desierto de Libia; por el este, el desierto de Arabia; por el norte el mar Mediterráneo y por el sur el macizo de Etiopía y el desierto de Nubia. Está recorrido de sur a norte por el río Nilo, que va a tener muchísima importancia en el desarrollo de esta civilización. (Heródoto dice “Egipto es un don del Nilo”). Al Nilo le llaman río de los dioses ya que tiene un carácter sagrado y es honrado por los egipcios. El Nilo da vida al valle que se desarrolla a lo largo de él. Este valle va a tener una anchura muy pequeña, de 5 a 30 km, dependiendo de las zonas. Es un río muy irregular en cuanto al caudal debido a las lluvias monzónicas, por lo que crea inundaciones, que beneficiaban la fertilidad, por lo que la cosecha depende de las crecidas del Nilo, y de ella el trabajo y la vida.

Historia Antigua: el Imperio faraónico

En el denominado Imperio Antiguo, durante la tercera dinastía, con Dyeser (Zoser), encontramos un dominio del arte y la arquitectura monumental en piedra. De esta época se datan las tres colosales pirámides de Seneferu, la Gran Pirámide de Guiza atribuida a Keops (Jufu) por Heródoto, con la inestimable ayuda de su hija, así como la de Quefrén (Jafra) y Micerino (Menkaura) en la cuarta dinastía. La capital se establece en Menfis y el periodo de mayor esplendor económico se desarrolló a partir del 2400 a. C. con la quinta dinastía. El comercio es fundamental: el trigo se cambia por madera de ébano, oro y especias. La artesanía gozó de un gran auge. Posteriormente se vive un periodo de descentralización, en el que se llegan a formar pequeñas dinastías territoriales hasta la aparición de los príncipes de Tebas que vuelven a unificar el país y crean el llamado Imperio Medio que durará hasta 1700 a. C. En este momento el país se extiende desde las primeras cataratas del Nilo (Kush) al mar Mediterráneo, con una gran influencia en todo oriente y norte de África. La organización política y social de Egipto se ve reflejada tanto en su religión como en su arte. No hay una organización política estable en todos los momentos. Es una monarquía absoluta dirigida por el faraón, que es considerado como un dios y al que se le representa con una serie de símbolos característicos: La doble corona, que son las dos coronas unificadas y con el ureus (la cobra), o una de ellas. El nemes, una tela rallada que lleva sobre la cabeza ceñida sobre la frente y que cae sobre los hombros de forma más o menos triangular. Este atributo también pueden llevarlo otros miembros de la familia real, para distinguirlo sólo el faraón llevará encima la cobra o ureus.


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D ESCUBRIMIENTO El misterioso individuo de la tumba número 33

Arqueólogos de la Universidad de Jaén han descubierto la tumba de un importante gobernador del Antiguo Egipto en la necrópolis de Qubbet el-Hawa, en Asuán.

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n 2008, un equipo multidisciplinar, dirigido por la Universidad de Jaén, emprendió la primera campaña de excavaciones en la necrópolis de Qubbet el-Hawa, que se localiza en la margen occidental del río Nilo, justo enfrente de la moderna ciudad de Asuán, al sur de Egipto. «Las inscripciones jeroglíficas de las diferentes tumbas estaban ampliamente recogidas en el material bibliográfico, pero desde el punto de vista arqueológico no había nada de información», explica Alejandro Jiménez a Historia National Geographic. Alejandro es profesor de la Universidad de Jaén y director del proyecto Qubbet el-Hawa, en el que también participa el Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto. «El yacimiento nunca había sido excavado con una metodología apropiada y se había perdido mucha información, , explica Alejandro Jiménez a Historia National Geographic. Alejandro es profesor de la Universidad de Jaén y director del proyecto Qubbet el-Hawa, en el que también participa el Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto. «El yacimiento nunca había sido excavado con una metodología apropiada y se había perdido mucha información. La idea principal consistía en retomar las excavaciones con una metodología moderna, para obtener la mayor cantidad de información posible», añade.

Los arqueólogos acometieron las primeras excavaciones en la colina de Qubbet el-Hawa con cierta incertidumbre por los derrumbes que observaron en algunas de las tumbas y ante la posibilidad de que ya hubieran sido profanadas en el pasado. Sin embargo, con los años han podido comprobar que «es relativamente sencillo encontrar tumbas intactas». Cinco años después, y a las puertas de la quinta campaña de excavaciones, Alejandro Jiménez afirma que se trata de «uno de los yacimientos más importantes de Egipto, no sólo por los descubrimientos ya realizados, sino también por las relaciones interculturales que se desarrollaron en esta zona durante la Antigüedad». En la necrópolis de Qubbet el-Hawa se enterró a los gobernadores de la provincia más meridional del Antiguo Egipto, cuya capital estaba situada en la isla Elefantina, frente a la moderna Asuán. «En la actualidad cuenta con unas 100 tumbas, de las cuales unas 70 están completamente excavadas y otras 30 están parcialmente excavadas, sin excavar o simplemente descubiertas. Creemos que todavía hay en torno a 200 o 300 tumbas por descubrir», destaca Alejandro Jiménez. «Los restos más antiguos que hemos excavado datan del año 1800 a.C., a finales de la dinastía XII, y los más modernos son de mediados del siglo V a.C., de

la dinastía XXVII. Es decir, abarcan un periodo de casi 1.400 años», añade. A lo largo de las cuatro campañas arqueológicas, los investigadores se han centrado en dos tumbas que estaban descubiertas, pero que no habían sido excavadas anteriormente: la QH33 y la QH34. La primera de estas dos, una de las más grandes de la necrópolis, es la que más sorpresas ha deparado. «La magnífica tumba número 33 pertenece a un gobernador que vivió a finales de la dinastía XII. Todavía no sabemos con total seguridad de quién se trata, pero tenemos un candidato que tiene muchas posibilidades de ser su dueño. Seguramente fue construida a comienzos del reinado de Amenemhat III. El individuo que ocupa la tumba no sólo tenía el título de gobernador, sino que también establecía contactos con las poblaciones del sur y del desierto oriental, además tenía funciones diplomáticas y responsabilidad en el comercio», asegura Alejandro.


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T EMPLOS

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omo en cualquier religión el templo egipcio representaba la casa del dios, pero, más que entendido como simple morada, el templo debía ser indestructible ya que era la residencia de los inmortales. Las primeras construcciones, realizadas como imitación de aquellas destinadas a albergar a los hombres, fueron pronto desechadas y sustituidas por otras realizadas en piedra y materiales más duraderos. El templo se construía para albergar la imagen del dios y como lugar en el que los sacerdotes oficiaban sus ritos.

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e estos primeros templos los más destacables eran el Templo de la Esfinge, en Guiza, y el Templo solar de Nyuserra en las proximidades de Abusir. Por el contrario a partir del Reino Nuevo sí tenemos una alta representación de templos, como los de Karnak, Abidos o Luxor y los ptolemaicos de Edfú, Dendera y Kon-Ombo. Es a partir de la XVIII dinastía cuando se puede hablar de la creación de un tipo de templo clásico, unido lógicamente al gran poder que la clase sacerdotal iba adquiriendo en el país. Esto supone un constante esfuerzo por parte de la realeza para mantener y construir los grandes templos que han llegado hasta nosotros.

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pesar de que la estructura y planta de los templos era similar se pueden distinguir 3 tipos dependiendo de la función para la que se construían. El primero es el templo propiamente dicho que estaba consagrado a una divinidad y se construía en honor a uno o varios dioses. El segundo tipo es el templo mortuorio consagrado directamente al faraón. En estos se realizaban todos los ritos funerarios del rey desde su muerte hasta el momento del enterramiento y era el lugar en el que se veneraba su memoria. Los mejores ejemplos de estos templos son el Ramesseum y los templos de Medinet Habu. El último tipo era el cenotafio, construidos por los faraones como templos mortuorios.


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T EMPLOS

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diferencia de las religiones posteriores no era en absoluto un lugar de culto sino una zona para albergar al dios y de hecho el pueblo no podía acceder más que a ciertas dependencias exteriores. Era el único edificio construido en piedra y no en adobe u otros materiales menos resistentes, pues si el dios era eterno también debía serlo su casa. No existen demasiadas referencias acerca de los templos del Reino Antiguo, debido a que la mayor parte no ha llegado hasta nosotros.

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demás podemos hacer una clasificación de los templos en oficiales y del pueblo, de la misma forma que existía una religión oficial y una popular. Los primeros representan la religión estatal y el papel del faraón. Los segundos la preocupación del pueblo ante sus problemas cotidianos. Si en los templos oficiales encontramos ofrendas e imágenes del rey a los dioses en los segundos el pueblo depositaba pequeñas imágenes o utensilios relacionados con su trabajo como ofrenda o agradecimiento ante un embarazo, una buena cosecha, etc. El modelo básico estaba constituido por 3 zonas claramente diferenciadas; el patio, la sala hipóstila y las dependencias del dios.

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a iluminación de los templos se basaba en la disminución de luz según se iba accediendo al santuario, que era la zona más oscura. Los patios, abiertos, representaban la parte más iluminada, el contacto con el pueblo. Los templos más importantes incluían otra serie de elementos exteriores, como tribunas, mamisi, pertenecientes a la era ptolemaica, y el lago sagrado. La tribuna se encontraba delante de los pilares y unida a ellos por una avenida enlosada bordeada de esfinges: el dromos. Se empleaba como lugar en el que el faraón supervisaba las ceremonias religiosas que se celebraban en el patio. Todo el recinto del templo estaba rodeado por un muro.


M ÚSICA

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a egiptología es una ciencia que ha avanzado mucho en los últimos tiempos, aportando datos que nos acercan a los enigmas de esta milenaria civilización. Sin embargo, hay un capítulo que todavía está por descifrar y que suscita gran cantidad de hipótesis y conjeturas; se trata de su arte sonoro, el más sutil de todos: la música. ¿Cómo era la música egipcia de hace miles de años? Averiguarlo no sólo se supedita a conocer su estilo musical, sino que requiere poder conocer la mentalidad con que la escuchaban, pues tan importante como saber leer sus jeroglíficos, es comprender su escala de valores.


M ÚSICA La música en el Antiguo Egipto Para poder profundizar en este tema, debemos tratar de entender primero qué era la música para los egipcios. Su mentalidad trascendente la consideraba como una manifestación física de la armonía que envuelve al cosmos. Según sus creencias, los Dioses, grandes fuerzas de la Naturaleza, habían creado el universo según unas leyes que eran las mismas para el cielo, la tierra y el hombre: «La música es la expresión y la imagen de la unión de la tierra y el cielo; sus principios son inmutables; fija el estado de todas las cosas; actúa directamente sobre el alma y hace entrar al hombre en tratos con los espíritus celestes». Todo en la Naturaleza guarda una estrecha relación entre sí, y por ello el concepto más cercano es el de armonía, equilibrio, que representaron en la diosa Maat. Los hombres, como partícipes del cosmos, sienten la necesidad y la responsabilidad de colaborar en el mantenimiento de este orden y es por ello que necesitan de la música para reflejar ese equilibrio. De la misma manera que en todas las cosmogonías el origen del Universo se atribuye al Verbo, a la palabra o al sonido, la voz humana, y por ende el canto, es una expresión concreta del mundo espiritual. De ahí que el canto sea el vehículo de la palabra sagrada. Una forma de decir música es hst, que es «canto» entendido como «fuerza creadora del universo». Gracias a todo lo anterior, podemos entender por qué los egipcios no buscaban en la música la innovación y la originalidad, sino la perfección de las formas y su mantenimiento. No es de extrañar, pues, que tuvieran unas reglas musicales muy precisas y una técnica muy concreta, donde nada se dejaba al azar o a la improvisación. Su carácter ritual requería de unos músicos que, además de ser buenos intérpretes, buscaran el perfeccionamiento y el dominio de sí mismos dentro de la búsqueda espiritual, para poder ser fieles transmisores de Maat, del equilibrio cósmico. Consideraban que si ellos no estaban «afinados» internamente según la armonía celeste, era imposible hacer música sagrada. Se entiende así por qué los músicos solían ser sacerdotes o estar vinculados a los templos. Por otra parte, la profesión estaba muy reconocida, especialmente la de cantante; numerosas tumbas así nos lo demuestran. Conviene aclarar que además de la música sacra tenían, como siempre ha existido, la popular, que abarcaba desde la música de la corte –con una función de entretenimiento y que alcanzó un alto nivel de refinamiento-, hasta los cantos y melodías tradicionales, donde la alegría era protagonista. No hay que olvidar que otra palabra para «música» era Ihy, que significa «alegría, disfrute». Su símbolo era un loto florecido y por eso muchas arpas aparecen ornamentadas con dibujos de lotos en flor: «Que haya música y canto ante ti, deja tras de ti todo cuidado y preocúpate de alegrarte hasta que venga ese día en que viajemos a la tierra que ama el silencio». Contaban con música para animar las diferentes labores de cosecha, pesca, caza… con ritmos que marcaban una cadencia que transmitía fuerza y energía. Para los egipcios, la música tiene la capacidad de modificar la sensación del tiempo real y abrir la conciencia a otra dimensión. Esta capacidad, que todos hemos vivido en mayor o menor medida, se relaciona con el término «en-cantar». Es decir, el canto nos hechiza, nos transporta… por supuesto, siempre en función de nuestra sensibilidad. Otra ciencia que dominaban era la curación por sonidos o musicoterapia. Se ha comprobado que en muchos templos tenían hospitales donde aplicaban la música como método de sanación. Hoy, a nivel científico, se ha podido demostrar la capacidad curativa de la música, tanto en el cuerpo (soma) como en la psique, lo que nos constata que simplemente estamos redescubriendo una ciencia que ya conocía el hombre antiguo. A continuación vamos a pronfudizar en lo poco que se sabe sobre la música egipcia. Las fuentes de investigación son, además de sus jeroglíficos, los instrumentos que se han podido rescatar, su iconografía musical y la actual liturgia copta; ésta consta de diferentes técnicas musicales que, según comentan, realizan «a la manera del antiguo Egipto». Los instrumentos más antiguos fueron probablemente los idiófonos («los que suenan por sí mismos»): sonajeros de cerámica en forma de fruto o huevo, que al percutirse movían semillas en su interior (símbolo de fertilidad); tablillas que chocan entre sí, generalmente hechas de marfil y que producían un sonido agudo; en cambio, los realizados con madera tenían un sonido más grave. Destacan las tablillas hathóricas, con forma de mano y brazo, durante el Imperio Antiguo. El sistro es un instrumento egipcio que produce un sonido de susurro de cañas.

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