Libro de las Virtudes

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libro de las virtudes Titulo Original: A pocket Book on Virtue Primera edición en castellano: Octubre 2002 Copyright de la edición en inglés: © 2002 Brahma Kumaris Information Services Ltd. asociados con Brahma Kumaris World Spiritual University (UK) Copyright de la edición en español: © Asociación Espiritual Mundial Brahma Kumaris, Barcelona 2002 c/ Diputación, 329, pral. 08009 – Barcelona, España bkpublicaciones@teleline.es Autora: Dadi Janki Traducción: Susana Rodríguez-Vida Diseño Gráfico: Esmeralda Morales Publicado por la Asociación Espiritual Mundial Brahma Kumaris que ha producido y editado este libro. Es una organización no lucrativa cuyo objetivo es compartir conocimiento como un servicio a la comunidad para el crecimiento espiritual de las personas. No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright. Reservados todos los derechos. Impreso en Talleres Gráficos Canigó, Barcelona 2002 Depósito Legal: B-14181-2002 ISBN: 84 – 931939 – 3 - 3


Contenido introducci贸n................... 7 prefacio........................ 11 aceptaci贸n.................... 15 alegr铆a........................... 17 aliento.......................... 19 alivio............................ 21 amor............................ 23 amor propio................. 25

apreciaci贸n................... 27 ascenso......................... 29 autogobierno................ 31 benevolencia................. 33 bondad......................... 35 calma............................ 37 cambio......................... 39 caridad......................... 41


compasión.................... 43 comprensión................ 45 concentración............... 47 confianza...................... 49 constancia.................... 51 cooperación.................. 53 coraje........................... 55 creatividad.................... 57 cuidado........................ 59 dadivosidad.................. 61 decisión........................ 63 delicadeza..................... 65 despreocupado............. 67

determinación.............. 69 dignidad....................... 71 discernir....................... 73 disciplina...................... 75 dulzura......................... 77 empatía........................ 79 entusiasmo................... 81 entrega......................... 83 equidad........................ 85 equilibrio...................... 87 estabilidad.................... 89 fe 91 felicidad....................... 93


fidelidad....................... 95 generosidad.................. 97 grandeza....................... 99 honestidad.................. 101 humildad.................... 103 imparcialidad............. 105 inocencia.................... 107 integridad................... 109 introversi贸n................ 111 libertad....................... 113 limpieza...................... 115 madurez..................... 117 misericordia................ 119

modales...................... 121 nobleza....................... 123 obediencia.................. 125 observaci贸n................ 127 optimismo.................. 129 paciencia ................... 131 paz............................. 133 perseverancia.............. 135 poder.......................... 137 positivo...................... 139 precisi贸n..................... 141 prontitud.................... 143 puntualidad................ 145


pureza........................ 147 receptividad................ 149 respeto........................ 151 responsabilidad........... 153 satisfacci贸n................. 155 sencillez...................... 157

servicio....................... 159 silencio....................... 161 sinceridad................... 163 tolerancia................... 165 uni贸n......................... 167 valent铆a....................... 169


introducción Solemos pensar que el mundo sería un lugar mucho más agradable si todos nos rigiéramos por elevados valores humanos y espirituales. Pero es muy poco lo que hacemos para ayudar al florecimiento de tales valores, ya sea en nuestro hogar, nuestra comunidad o nuestra sociedad. El secreto para lograrlo es regir nuestra vida por los valores en que creemos, y hacerlo de tal modo que no sólo los valores hablen por sí mismos sino que también afecten a los demás. Veríamos entonces cómo todo parece cambiar mágicamente a medida que los valores enriquecen nuestras relaciones y aumenta nuestra capacidad para hacer que en


nuestra vida y la de los demás sobrevengan cosas buenas. De hecho, los valores sólo adquieren importancia cuando los hacemos nuestros conscientemente e intentamos vivir de acuerdo con ellos. De nada sirven si los mantenemos confinados en el mundo de las ilusiones, a la espera de tiempos mejores. Los valores son guías para la conducta y debemos dejar que arraiguen en nuestra mente, que florezcan en nuestro corazón y se expresen en nuestras acciones, hasta que pasen a ser parte constitutiva de nuestros pensamientos, nuestro ser y nuestra conducta. A fuerza de poner en práctica un valor de un modo constante, éste se vuelve un hábito y acabamos por expresarlo espontáneamente sin que tengamos que sopesar antes los pros y los contras de tal conducta. Estos buenos hábitos son


virtudes. Una virtud es una fuerza silenciosa que está llena de belleza, pero que tiene a la vez todo el poder de la verdad. Las virtudes nos colman el corazón y dan sustento a nuestra alma, de modo que nuestras acciones devienen obras de arte que confortan y nutren a los demás y dan significado a lo que somos y hacemos. Así como los valores son los componentes básicos de la virtud, el elemento guía de ésta es la pureza de la espiritualidad, una espiritualidad que nos induce a volver los ojos hacia nuestro mundo interior, a mirar más allá de lo físico para ver el alma y recordar que el Ser Supremo es la fuente de todas las virtudes. En este pequeño libro hemos recolectado algunas de las flores que crecen en el jardín de las virtudes, un ramillete El libro de las virtudes


de pensamientos que pueden servirnos de inspiración, guía y apoyo en nuestro intento de cultivarnos. Nos ayudarán a despojarnos de las malas hierbas que son los pensamientos negativos, a recuperar nuestras raíces divinas y a llenar nuestra vida de colores y fragancias. Os invito a que de vez en cuando os paseéis pausadamente por este jardín, que os detengáis cuando algo os llame la atención, que regreséis a él en diferentes momentos, que aspiréis su fragancia de la vida eterna y que luego llevéis siempre con vosotros su sutil esencia.

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prefacio He aquí el Libro de las virtudes. La virtud es un tema muy profundo y a la vez muy sencillo. En su estado original, toda alma humana está colmada por la belleza y la fragancia de cualidades divinas. Esas cualidades se manifiestan entonces en la vida personal y en las relaciones con los demás porque el alma se expresa en cada acción. Pero últimamente hemos olvidado nuestra identidad espiritual, y de ese modo hemos perdido contacto con nuestras cualidades interiores. No obstante, si cada día dedicamos un rato de silencio a ponernos en contacto con el Ser Supremo y a nutrir nuestra


mente con pensamientos espirituales, reviviremos dichas cualidades. ConfĂ­o en que este pequeĂąo libro sirva de ayuda en esta tarea y sea un estĂ­mulo para que volvamos a expresar la belleza original del ser en la vida cotidiana. Dadi Janki Directora Adjunta Administrativa de la Brahma Kumaris World Spiritual University

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aceptación Al aceptar incondicionalmente a los demás los ayudamos a que se despojen de sus máscaras y se sientan a gusto con lo que son. La seguridad de que se los acepta les da la libertad de ser ellos mismos, y con ello pueden llegar a conocerse fácilmente y a aceptarse a sí mismos.

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alegría Alentar mi optimismo es el mejor modo de conservar la alegría. Para lograrlo puedo empezar el día meditando sobre cómo derramar luz y amor en las situaciones que se me presentarán a lo largo del día. Si luego me mantengo en contacto con el espíritu de Dios y con su benévola mirada, la felicidad interior que me embargará me ayudará a afrontar cualquier situación sin sentirme agobiado.

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aliento Una vez que he aprendido a amarme y aceptarme, ya no compito con los demás sino que gozo alentándolos a que hagan realidad sus sueños. Puedo festejar sinceramente su éxito y alegrarme al ver que me superan.

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alivio Una de las mejores maneras de mantenerse liviano, aun en medio del caos y el exceso de responsabilidades, es estar en comunicación con Dios. Al conversar con Dios, cuyas responsabilidades son ilimitadas, y compartir con Él las trivialidades que nos agotan, adquirimos una visión más amena de la vida. Se requiere cierta calma mental para oír sus consejos, pero con un poco de práctica aprendemos a ver nuestras pequeñas preocupaciones desde su perspectiva. Dado que su espíritu irradia luz y amor, el solo hecho de abrirle a nuestra alma nos alivia de nuestras cargas. Libro de las virtudes

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amor Todos deseamos que nos amen por lo que somos. Cuando amo plenamente a los demรกs, refuerzo su autoestima y ayudo a que ellos a su vez traten con amor a los otros. Aunque no vea resultados inmediatos, el amor siempre estรก actuando.

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amor propio El amor propio suele confundirse con la arrogancia, pero en realidad es lo opuesto. Cuando conozco con objetividad tanto mis buenas cualidades como mis defectos, puedo sentir por mí el mismo aprecio que por un buen amigo y experimentar el confortable resplandor interior del amor propio. Para emprender el camino que me conduce a mi pleno potencial, necesito convertirme en mi propio maestro. Incitándome a ser mejor persona, crecerá mi amor propio y mi vida se volverá sagrada.

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apreciación Aunque no me proponga ser crítico, inconscientemente me fijo en la debilidad y los errores de los demás. Cuanto más me acostumbro a apreciar lo que está bien y centrarme en lo bueno que hay en los demás y en las situaciones, más crece mi propio sentimiento de bienestar. Si pienso continuamente en los errores de los demás, creo una barrera que me impide acceder a lo bueno que hay en mí.

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ascenso Si busco conseguir una buena posición social en la vida, en el camino tendré que aniquilar mi conciencia. Si decido ganar a expensas de los demás, dejaré de amarme y respetarme. En realidad, sólo me elevaré a ojos de los demás en la medida en que los sirva desinteresadamente y guiado por motivos puros.

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autogobierno Si me someto a mi negatividad, mi existencia se vuelve precaria ya que nunca estoy seguro de poder resolver las situaciones difĂ­ciles. Mediante la prĂĄctica puedo hacer que mis pensamientos se vuelvan bondadosos y compasivos. Ya no necesito entonces entregarme al resentimiento, la amargura o la aversiĂłn. Si me ejercito en reaccionar con calma y sabidurĂ­a, obtengo enormes beneficios. He de hablarme en silencio con amor y alentarme con firmeza y, como los sabios soberanos de los cuentos de hadas, gobernar con benevolencia el reino interno de mi mente. Libro de las virtudes

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benevolencia El único modo de aportar a los demás algo verdaderamente provechoso y duradero es tener hacia ellos una actitud benévola, sean cuales sean sus características. Para ayudar a que surja lo mejor de cada uno, sea o no buena su disposición, debo plantearme qué contribución positiva puedo hacer en esa circunstancia en lugar de preguntarme qué puedo lograr por mí mismo de tal situación y tal persona. Esta actitud de benevolencia es uno de los principales secretos de la satisfacción interior.

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bondad Las almas grandes aprovechan cada momento y cada oportunidad para hacer felices a los demĂĄs gracias a la bondad de sus pensamientos. Tales almas estĂĄn siempre dispuestas a pasar por alto las debilidades y los errores, y ansĂ­an ayudar a los demĂĄs a alcanzar su potencial.

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calma Cuando mantengo un estado de calma interior evito ser esclavo de mis emociones. Asimismo ello me ayuda a conservar la calma cuando los demรกs se acaloran y se irritan. Tener calma no significa mantenerse distante o despreocuparse. Por el contrario, requiere una naturaleza profundamente bondadosa y conciliadora, y servir a los demรกs del mejor modo posible.

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cambio La travesía de la vida está llena de cambios. La vida es cambio, movimiento y crecimiento. Cuando estamos en medio de un vendaval de cambios e inconstancia, debemos fijar la mirada interior en la calma y la estabilidad. Esto nos dará la fuerza interna para afrontar las situaciones nuevas y diferentes que nos sobrevienen, y nos servirá de sustento para pensar con claridad y tomar decisiones apropiadas. Con el firme asidero de las verdades espirituales, eternas e inmutables, no necesitaremos resistirnos al cambio y podremos aceptarlo. Tal vez sea una señal de que ha llegado el momento y una llamada para despertarnos. Después de todo, el camino a la virtud es un sendero de cambios, un sendero de transformación interior y crecimiento personal. Libro de las virtudes

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caridad Suele decirse que la caridad comienza en casa. Sin embargo, a veces parece más fácil dar algo a las víctimas de un lejano país que brindar tiempo y energía a los que tenemos cerca. No siempre nos resulta sencillo respetar a quienes no se respetan a sí mismos, tratar a los más jóvenes con la misma delicadeza que mostramos con los mayores. Y respetar nuestro propio ser puede ser aún más difícil. El primer paso es hablarme en silencio de un modo afectuoso. Cuando cometo errores debo alentarme y tomarme tiempo para meditar en las cosas más hermosas de la vida: el amor por la humanidad, el respeto por los amigos y la familia, y el supremo amor de Dios, presente en el corazón del universo. Libro de las virtudes

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compasión Una persona compasiva sabe ver en los demás las cualidades que los hacen especiales. Aun cuando alguien esté en su peor momento, es posible ayudarlo a recuperar la confianza en sí mismo si se conserva una clara visión de todo lo bueno y especial que hay en él. Si sé dar aliento con delicadeza, nunca daré a nadie por perdido.

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comprensión Si acepto escuchar con atención mis propios pensamientos y sentimientos, puedo aprender muchísimo acerca de la naturaleza humana. Cuando también me muestro receptivo a las preocupaciones de los demás y los escucho con atención, evito verme envuelto en malentendidos.

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concentración Cuando me enfrento con urgencias, plazos y problemas debo resistir el impulso de inquietarme y saltar de una cosa a la otra, o bien de irritarme o de culpar a los demás, lo cual me restará aún más energía. En lugar de eso debo intentar tener una actitud afectuosa hacia mí mismo y hacia la situación, pues ello llenará de energía mi espíritu. Una actitud afable y comprensiva hacia la vida ayuda a mantener la mente clara y concentrada y a alcanzar un nivel más elevado de inteligencia espiritual.

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confianza Si en algún momento empiezo a perder la confianza en mí mismo, simplemente debo mirar dentro de mi corazón y ver todas las buenas acciones que alguna vez he hecho, tanto las más grandes como las más pequeñas. Cuando veo toda la felicidad que he dado, es fácil recordar el propósito de mi vida.

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constancia Para tener la firmeza de una roca para los demás, necesito pisar suelo firme. Debo saber quién soy y qué tengo para dar a los demás. Esta clase de constancia sólo se logra si tengo la disciplina de recargar mis baterías espirituales día a día. Las primeras horas de la mañana son las más apropiadas para recibir paz y amor de Dios mediante la meditación. Puedo entonces encarar mi jornada con un bagaje de sabiduría y amor, y con la certeza de que siempre estaré preparado para asistir a los demás en sus momentos de necesidad.

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cooperación La cooperación está basada en la fe, el amor y la confianza. Su fuerza se manifiesta cuando hay amor tanto por la tarea como por el papel especial que cada uno desempeña para llevarla a cabo. La verdadera cooperación requiere buenos deseos y sentimientos puros entre unos y otros. El mayor de todos los logros es cooperar con Dios en su tarea.

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coraje Una de las mayores formas de coraje es la capacidad de afrontar la propia negatividad sin culparse ni sentirse mal consigo mismo, y luego proponerse cambiar. Ante todo, me pongo en contacto con mi núcleo espiritual más profundo. Al reflexionar en todas las cosas que tomo a mi cuidado vislumbro mi innata bondad. Con mi consentimiento, Dios puede entonces mostrarme mi naturaleza afectuosa y compasiva que incluso merece llamarse divina. Cuando acepte que mi ser superior divino no está separado de mí sino que es la esencia de lo que soy, tendré el coraje de desprenderme de los pensamientos y sentimientos no deseados.

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creatividad Las acciones virtuosas surgen de lo más profundo, de un refugio interior de silencio donde nace toda inspiración. Toda acción tiene su semilla en un pensamiento, y todo pensamiento es producto del pensador, el alma. Escojo qué pensamientos quiero crear y, tal como son mis pensamientos, son mis acciones y mis experiencias. Si me vuelvo hacia mi interior, alcanzo la quietud y el amor que residen en el centro de mi ser, y cada pensamiento que creo es beneficioso para mí y para toda la humanidad.

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cuidado Manifiesto mi preocupación respondiendo a las situaciones con espíritu tranquilo, y a la gente con la calidez del corazón. Si en todo momento tengo presente que como seres humanos formamos parte de una misma familia y que incluso el más mínimo gesto puede repercutir en la vida de los demás, siempre me veré bendecido con un corazón bondadoso. Cuesta muy poco mostrar que me preocupo, y no obstante significa mucho.

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dadivosidad La falta de fuerza espiritual me vuelve susceptible a la energía negativa de los demás. Cuando elijo estar despierto espiritualmente se libera en mí una energía benévola que puede transformar lo negativo en positivo. Gracias a mi espíritu, me vuelvo un donador constante y natural.

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decisión Si soy capaz de tomar distancia de las situaciones y observar con calma sin juzgar ni criticar, comienzo a saber qué debo hacer. Una buena regla práctica para tomar decisiones es preguntarme: “¿En qué medida beneficiará esto a todos los que están implicados? Si le preguntara a Dios cómo manejaría Él esta situación, ¿cuál sería su consejo?”.

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delicadeza La no violencia es una filosofía muy profunda. No sólo exige no dañar a nadie físicamente, sino también evitar causar merma alguna al amor propio de los demás. Ello requiere una conciencia y sensibilidad extremas. Cuando he aprendido a tratarme con delicadeza, puedo hacer lo mismo con los demás.

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despreocupado Aceptar las responsabilidades sin sentirse agobiado por ellas puede parecer algo difícil de lograr. No obstante, es posible si me mantengo en contacto con mi ser interior y mi fuerza interna. Si confío en ellos, los valores y principios espirituales actúan como una mano invisible que guía todos mis pasos en la dirección apropiada. Cuando soy consciente de la acción de esta fuerza, puedo aceptar responsabilidades y cumplir con ellas sin que me inquiete el resultado. Sin duda los frutos serán así provechosos.

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determinación La determinación es una cualidad esencial que hay que cultivar para avanzar por el sendero espiritual. Por mucho entusiasmo que tenga y muy claro que sea mi objetivo, sin determinación acabaré por renunciar tarde o temprano. En momentos de prueba tengo el cuidado de que esta determinación no se vuelva obstinación. Entonces me libero de toda resistencia y no opongo mi mente a nadie ni a nada. En lugar de ello, dedico un tiempo a la meditación, reflexiono en el modo más compasivo de afrontar la situación, y espero con calma que surja una manera. Libro de las virtudes

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dignidad Trato a los demás como querría que me traten. Antes de actuar y tomar decisiones, medito con calma en mis principios supremos. De ese modo conservo mi dignidad, y los demás siguen teniéndome en gran estima.

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discernir Regir nuestra vida por elevados principios éticos es un gran reto. Nadie puede decirme qué principio debe guiarme en cada situación. No hay normas fijas para seguir. La solución reside en mi propia capacidad para captar lo esencial de un asunto. Para percibir qué ocurre realmente en una situación, primero debo asegurarme de que mi mente está libre de la confusión que nace de la negatividad. De ese modo tendré la claridad mental necesaria para comprender los motivos que impulsan a los demás.

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disciplina No hay mayor disciplina que vivir con obediencia a los valores que me son más preciados. Tal vez tenga que sacrificar algo para lograrlo, quizá reconocimiento, dinero o posición social. Pero la recompensa es enorme: respeto por mí mismo, confianza en mí mismo y la capacidad de afrontar las adversidades con coraje y optimismo.

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dulzura A muchos les agrada hacer gala de un humor cáustico y manifestar críticas sutiles. Pero, por lo habitual, esto resulta hiriente para los demás y los vuelve recelosos. Para evitar toda mordacidad en mis relaciones, he de pasar por alto las equivocaciones, tanto las mías como las de los demás. Cuando he aprendido a amar de un modo puro y a adoptar una actitud positiva, mi personalidad se impregna de dulzura. Mi naturaleza ha de volverse tan dulce que nunca más humille a nadie ni resalte sus debilidades.

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empatĂ­a La capacidad de sentir empatĂ­a por los demĂĄs, de escucharlos y comprenderlos, genera en ellos un sentimiento de confianza y amistad. Si estoy siempre dispuesto a escucharlos, puedo ayudarlos a descubrir sus propias soluciones a los problemas que afrontan.

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entusiasmo Sin entusiasmo la vida se vuelve una experiencia monótona e insípida. Cualquiera puede sentir entusiasmo por unos momentos, pero conservar un entusiasmo permanente a lo largo de la vida es todo un arte. No obstante, el secreto es extremadamente simple: vivir en un estado de admiración; admirar las cualidades especiales de cada uno; admirar la maravilla de la naturaleza y dar gracias al ciclo de la vida y a la contribución que cada uno hace a él. El entusiasmo es contagioso, en especial cuando está basado en la admiración y el amor por la vida. Libro de las virtudes

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entrega Muchas personas relatan haber sentido la fuerza y la ayuda divinas cuando se encontraban en una situaci贸n l铆mite. La verdad es que la ayuda divina siempre est谩 a nuestro alcance, pero solemos estar tan ocupados con nuestras menudencias que s贸lo la buscamos cuando nos enfrentamos a una derrota total. La tranquila naturaleza de un alma iluminada proviene de su capacidad para contar con la ayuda de Dios en todo momento. Un estado de total entrega me depara la victoria en todo lo que hago.

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equidad Cuando estoy obsesionado con algo, cuando me concentro en un único lado de la historia, pierdo mi objetividad. La perspectiva más amplia es la que se contempla desde la ventajosa posición de Dios. Él ve el enorme alcance de la historia y, con su amor ilimitado, no toma partido y siempre perdona. El amor puro e incondicional no tiene favoritos ni posiciones que defender, y desea lo mejor para todos. Libro de las virtudes

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equilibrio La mejor señal de equilibrio en la vida es un sentimiento de bienestar, optimismo y una clara conciencia. La base para lograrlo es cuidar la propia espiritualidad, conservar en todo momento un espíritu apacible, afable y reflexivo. De ese modo sabré intuitivamente cómo cumplir con otras responsabilidades. Sólo puedo dar a los demás lo mejor de mí mismo cuando estoy en plena forma.

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estabilidad La capacidad de reposar en mi calma interior cada vez que lo necesito me protege del acoso de las presiones y exigencias. Cuanto mayores son las exigencias, mรกs necesito nutrir mi calma interior y mi estabilidad. Si las abandono, las circunstancias me zarandearรกn con sus inesperadas vueltas y revueltas. Una vez que he aprendido a generar mi propia felicidad y paz estables, no hay nada que no pueda afrontar.

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fe Cuando las tempestades de la vida se abaten incesantemente sobre mí y mi propio espíritu flaquea, todo lo que debo hacer es aferrarme a ese don que es la fe, el único puntal capaz de soportar los embates de las tormentas. La fe no requiere una mente lúcida, sino sólo confianza: confianza en el ser interior y en su fuerza. La fe es la simiente de la victoria y la base para hacer posible lo imposible.

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felicidad Hay felicidad cuando cada momento se usa de un modo valioso. La felicidad es un sustento tan poderoso que puede volver fuerte a una persona dĂŠbil. Hace fĂĄciles las cosas difĂ­ciles y ligeras las pesadas. Mantenerse feliz y compartir la felicidad con los demĂĄs es un gran acto de caridad. Pase lo que pase, no debo dejar de ser feliz.

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fidelidad Cuanto más sincero soy en mis relaciones con los demás más confían éstos en mí. La sinceridad es algo muy profundo. Es frecuente que la gente diga una cosa y sienta otra, lo cual, claro está, no es sincero. Sólo puedo ser sincero si examino mi conciencia y me mantengo fiel a mis valores supremos. De este modo mi corazón es plenamente sincero y yo me veo bendecido con la confianza de los demás.

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generosidad Si sólo doy mi amor a una o dos personas, éste acabará por extinguirse. Si aprendo a llenar mi corazón de amor y a brindárselo en silencio a todo aquel que encuentro, el amor embellecerá cada rincón de mi vida.

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grandeza Es habitual que las grandes personas hayan tenido que soportar ostracismo y rechazos, y que esto mismo haya hecho surgir su grandeza. Naturalmente, para que un gran talento sea realmente Ăştil a la humanidad, el ego no debe tomar parte. Una experiencia de soledad puede generar humildad, ser enormemente fortalecedora y hacer surgir cualidades hasta entonces ocultas. Cuando sĂłlo podemos buscar apoyo en nosotros mismos, es mĂĄs fĂĄcil reconocer la fuente de la verdadera grandeza y sentir la necesidad de volver a conectarnos con lo divino.

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honestidad Se necesita mucho coraje para ser honesto. Una de las cualidades más nobles de una persona es la capacidad de decir: “Lo siento. Estaba equivocado y tú tenías razón”. Lo que importa no es tener razón, esgrimir argumentos contundentes o lograr que acepten mis ideas. Lo que importa es ser capaz de reconocer mis errores, hacerme responsable de ellos, aprender la lección y seguir adelante con mayor grado de madurez.

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humildad La humildad crece un poco más cada vez que dejo a un lado mis propios sentimientos y opiniones y presto real atención a la experiencia de otro ser humano. La humildad es dedicarse a los demás sin buscar el propio reconocimiento. Sólo cuando he aprendido a valorar a los demás tanto como a mí mismo puede decirse que soy realmente humilde.

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imparcialidad Ser imparcial es ser independiente y libre de influencias, ser dueño de mí y mantenerme fiel a mi ser superior y a mis cualidades originales de serenidad,amor y alegría. Las circunstancias cambiantes y la negatividad de los demás no me afectan. El caos siempre vuelve al orden, el mal humor pasa. Con una actitud benévola y positiva me coloco en armonía con lo que es verdadero y eterno, y de ese modo todos los problemas pueden resolverse.

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inocencia Un coraz贸n inocente es muy provechoso para el ser. Cuando reencuentro mi inocencia, vuelvo a experimentar el asombro de un ni帽o, me desprendo de todo cinismo y aprecio las cosas sencillas de la vida.

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integridad Regir mi vida por principios elevados es algo bueno, siempre y cuando tenga el cuidado de no condenar a los demás. Permanecer fiel a mis valores, hagan lo que hagan los demás, y evitar la tentación de hacer alarde de mi rectitud es señal de integridad. Los valores que se practican en silencio son mucho más admirables que los que se pregonan.

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introversión La capacidad de gozar con la propia compañía es uno de los grandes dones de la vida. Cuando, al final de la jornada, dejo de pensar en mis responsabilidades y lleno mi mente de paz y benevolencia, puedo tomar sobre mí cargas más y más pesadas sin por ello sentirme agobiado. Si mi paisaje interior está colmado de hermosos pensamientos, todo lo que hago es placentero. Con delicadeza, llevo la calma a las situaciones caóticas y ofrezco consuelo a las mentes alteradas. Libro de las virtudes

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libertad La clave de la libertad es comprender al ser. Cuanto más se comprende al ser más fácil es liberarse de las cadenas de lo inútil y lo negativo. La libertad es un estado mental. La libertad es no dejarse influir ni afectar, es estar en paz con el ser. La verdadera libertad es experimentar la auténtica esencia del propio ser.

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limpieza Son sobre todo mi mente y mi corazón los que debo mantener limpios. Si permito que surjan pensamientos que no me agradaría ver reflejados a la luz del día, nunca podré sentir verdadero respeto por mí mismo. Si comienzo cada día meditando en silencio y colmando mi mente de pensamientos positivos y llenos de amor, poco a poco desalojaré todo cinismo y hostilidad. Mi espíritu debe ser tan hermoso y acogedor que el propio Dios quiera venir a visitarme.

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madurez A medida que maduramos espiritualmente, cada vez necesitamos menos de las alabanzas y la atención de los demás para sentir respeto por nosotros mismos. Cuanto más compasivos y menos egoístas se hacen nuestros pensamientos, mayor es la satisfacción que sentimos con nosotros mismos y con nuestra vida. Nos relacionamos más fácilmente con los demás, y no necesitamos atraer su atención con nuestros éxitos ni agobiarlos con nuestros problemas.

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misericordia A nadie le agrada inspirar lĂĄstima a alguien, pues es una experiencia humillante. No obstante, unas cĂĄlidas palabras de aliento pueden hacernos recuperar la confianza en nosotros mismos y revivir nuestro optimismo y coraje. Quien tiene la gracia de la misericordia actĂşa con tal delicadeza que su ayuda nunca humilla ni pone de relieve la debilidad de la otra persona.

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modales Una persona sabia y espiritual tiene unos modales exquisitos que nacen de un respeto y amor genuinos por toda la humanidad. Tales modales no dependen de la cultura o la educaci贸n, sino sencillamente de la humildad. Cuando nos vemos beneficiados por modales de esa clase, sentimos que se nos honra 铆ntimamente. De hecho, nadie merece menos que eso.

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nobleza La nobleza espiritual nace de un estado interior de dignidad y una actitud de servicio a la humanidad. Antes de hacerme cargo de los demás, he de aprender a regir mi corazón y mi mente por el amor y la compasión; a no centrarme en las debilidades de la gente ni exigir nada de nadie, sino estar siempre dispuesto a ayudar y alentar. Un guía de esta índole no persigue el poder ni una posición social, no espera obediencia de nadie, y no obstante los demás lo siguen de forma natural.

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obediencia Si obedecemos el principio del amor puro, nuestra vida siempre ir谩 en la direcci贸n correcta. El amor puro es altruista e incondicional, y nace de nuestra verdad interior. Cuando obedecemos a esa verdad interior, nuestra vida es una danza gozosa.

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observación La práctica de contemplar en silencio la vida desde el ventajoso punto de vista de un observador me permite comprender más claramente los hechos, así como las cualidades y preocupaciones internas de los demás. En lugar de apresurarme a juzgar, reacciono de un modo reflexivo, sin dejarme influir por la propia situación ni por sutiles presiones internas o de otra persona.

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optimismo A medida que crece nuestra fuerza espiritual, abandonamos el hábito de preocuparnos. Para nada sirve, como no sea para llenarnos de tensión y hacernos sentir desdichados. Cuando dejo de inquietarme por cosas que están más allá de mi control, y en cambio me concentro en crear pensamientos optimistas y bondadosos, mi vida se encauza en direcciones mucho más positivas. Al encarar la vida con espíritu liviano y optimista puedo afrontar con calma todo lo que ella me depare.

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paciencia Hay muchas razones por las que la gente se enfrenta entre sí: malentendidos, resistencia al cambio, competitividad. Si alguien decide aferrarse a su negatividad, no hay análisis ni razonamiento alguno que puedan suavizar la situación. En casos así, sólo la paciencia y más paciencia pueden lograr que una mente cerrada se abra suavemente.

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paz Si quiero llevar la paz a los demás, la primera lección que debo aprender es dejar de estar en guerra conmigo mismo. Durante la meditación me retiro al refugio interior de mi alma y me regocijo con el tranquilo fluir de los pensamientos de amor que pasan por mi ser. Sólo cuando he acallado la turbulencia de mi propia mente puedo estar en paz con el mundo. Cuando he alcanzado cierto grado de paz interior, logro oír la voz de mi sabiduría y sé cuándo y dónde aplicar mi energía para mayor beneficio de todos.

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perseverancia Si aprendo a gozar del momento presente y dar lo mejor de mĂ­ mismo en cualquier situaciĂłn, evito llegar a sentirme hastiado de la vida. Cuando mi energĂ­a empieza a agotarse, basta con recordarme que debo gozar de cualquier cosa que haga y verter amor en todas mis tareas, para sentirme otra vez pleno de energĂ­a.

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poder Cuando combino el poder de la confianza en mĂ­ mismo con motivos puros, poco es lo que no puedo lograr. Si utilizo este poder con sabidurĂ­a en beneficio de todos aquellos con quienes me cruzo, puedo confiar en que siempre tendrĂŠ lo que necesito.

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positivo Si mantengo mi mente en calma, logro ver el significado profundo de cada situaci贸n. Por muy malo que parezca ser un problema a primera vista, si soy positivo acabar茅 por ver c贸mo todo se ha resuelto de la mejor manera.

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precisión La precisión no se refiere a hacer las cosas de un modo perfecto o según una norma. Desde el punto de vista espiritual, ser preciso es ante todo ser consciente de la actitud apropiada para crear armonía en las propias relaciones. Si inspiro entusiasmo, fe y confianza en los que me rodean, sean éstos colegas, amigos o familiares, también crece mi propia estima y mi habilidad para hacer que las cosas marchen bien.

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prontitud Preocuparme por cómo se hará todo o por si seré capaz de hacerlo sólo limita considerablemente mi capacidad para responder a los retos. Cuanto menos pienso sobre lo que haré y antes me pongo a hacerlo, menos problemas me ocasiono. Planificar bien las cosas es una gran ayuda, pero el tiempo que pierdo preocupándome y dilatando la ejecución de algo sólo sirve para mermar mi energía. Cuanto más dispuesto estoy a responder positivamente a las oportunidades, más crece mi capacidad.

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puntualidad Si conozco el valor de mi propio tiempo, es natural que tenga consideraci贸n con el tiempo de los dem谩s. Llegar puntualmente a una cita no es m谩s que un modo de demostrar respeto. Ese gesto de consideraci贸n reduce las tensiones y ayuda al libre fluir de la vida diaria.

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pureza La pureza de espíritu es un hermoso estado del ser. Para adquirirla, abro completamente mi alma a la energía pura de Dios y dejo que poco a poco desaparezca de mí todo vestigio de negatividad. A medida que crece la pureza, los pensamientos se hacen más simples y reducidos y se llenan de amor y compasión por cada persona que se cruza en mi camino. Los pensamientos puros tienen un enorme poder. Todos los planes que se elaboran durante ese estado de benevolencia se ven bendecidos con el éxito. Libro de las virtudes

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receptividad Si me dejo dominar por la amargura y el resentimiento, mis relaciones estarán llenas de desconfianza y serán insatisfactorias. Cuanto más me aparte de los demás, más extraño me volveré ante mí mismo. Si me desprendo de mis aflicciones y mi negatividad, conservo una naturaleza receptiva y bondadosa. El único modo de alcanzar mi pleno potencial es permanecer abierto y receptivo a las continuas aventuras y oportunidades para crecer que me brinda la vida.

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respeto Cuando aprendo a respetarme a mí mismo, los demás también me respetan. ¿Cómo adquirir respeto por mí mismo? Teniendo pensamientos positivos y alentándome a crecer y cambiar para mejor. Exigir respeto simplemente por mi posición no es más que arrogancia. Por el contrario, si escucho con humildad a los demás y valoro sus consejos, me gano su respeto. Recibo exactamente lo que doy.

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responsabilidad El mundo es un escenario en el que todos somos actores. Cada actor desempeĂąa un papel Ăşnico y es responsable de sus propias acciones. Responsabilidad es hacer las cosas bien sin importar si la tarea es grande o pequeĂąa. Cada uno de nosotros tiene un papel especial que representar para hacer del mundo un lugar mejor.

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satisfacción Cuanto más positivos son los pensamientos que cruzan por mi mente, mayor es la satisfacción que siento. Es fácil sentirse satisfecho cuando nos alaban y nos aprecian, pero el verdadero signo de fortaleza espiritual es conservar el sentimiento de satisfacción cuando nos critican o nos rechazan. Para adquirir esta fortaleza debo aprender cómo ama Dios. Sólo en lo más profundo de mi meditación Dios me muestra la clase de amor que debo expresar de modo que yo mismo nunca rechace ni critique a los demás y no abrigue más que buenos deseos hacia ellos. Entonces me sentiré satisfecho, sea lo que sea lo que la vida me depare. Libro de las virtudes

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sencillez Las complicaciones parecen ser una consecuencia inevitable de la vida moderna. Pero la inspiración nace de la simplicidad. La manera más sencilla de solucionar las situaciones complicadas es mantener la mente clara y calma. Llevando una vida equilibrada, simple y cómoda a la vez, y utilizando sólo aquellos recursos de la Tierra realmente necesarios, siempre tendré abundancia en la vida.

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servicio Aunque la codicia sea un motor habitual de la conducta, la riqueza y el poder raramente hacen feliz a nadie. Sea lo que sea lo que persigamos, una vez que lo hemos conseguido deja pronto de interesarnos, y pasamos a codiciar algo nuevo. La rueda de los deseos s贸lo lleva a m谩s deseos. En realidad, el secreto para lograr la plena satisfacci贸n reside en servir a los dem谩s. Un jefe que cuida de su personal y sus clientes como si fueran de su propia familia es un buen jefe y un ser humano feliz.

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silencio Sólo cuando acallamos la cháchara de nuestra mente podemos oír realmente lo que hay en nuestro corazón y descubrir la límpida y calma pureza que anida en nuestra alma. El amor espiritual nos conduce al silencio de nuestro estado original del ser. Este silencio tiene el poder de generar armonía en todas las relaciones, y la delicadeza necesaria para conservarla. Y es precisamente en el momento en que reina el silencio en mi interior, cuando Dios se presenta en mi corazón y mi mente y me colma de paz, amor y poder.

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sinceridad La prรกctica de contemplar en silencio la vida me permite comprender las inquietudes internas de los demรกs. No emito juicios tan rรกpido y me vuelvo mรกs capaz de responder con apertura y convicciรณn.

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tolerancia Quien tiene tolerancia es capaz de aceptar cualquier situaci贸n y adaptarse a ella. Una persona tolerante valora la riqueza que representa para la vida la diversidad de opiniones y perspectivas, y por ello se mantiene tranquila y satisfecha. All铆 donde reina el verdadero amor, la tolerancia es ilimitada.

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unión Unión es la armonía que reina entre la gente. Surge de una visión compartida sobre lo que es bueno para todos, y de un objetivo común. Unión es apreciar el valor de cada persona y su contribución única. Cuando hay voluntad de adaptarse a los demás, florece la unión.

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valentía Si sé cómo mantener la mente clara y tranquila, puedo afrontar cualquier reto. Y Dios siempre está a mi alcance para ayudarme si tengo la valentía de apartar mis sentimientos negativos y mis preocupaciones y dejarme guiar sólo por el amor.

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