Traen como consecuencia una deficiencia en la lectoescritura y dificultades en aprendizajes escolares, como as铆 tambi茅n en la vida de relaci贸n. Por ello se hace necesario un diagn贸stico temprano.
El nivel inicial de la enseñanza puede ser un lugar apropiado para la detección precoz de condiciones adversas en la comunicación oral, que obstaculiza la socialización entre pares. Esta situación adquiere mayor peso en el ingreso al primer año de la escuela primaria básica, donde los requerimientos son aún mayores. Muchas veces los papás pueden advertir algunos indicadores, pero como en general estos niños utilizan otros medios para hacerse entender, pueden llegar a no consultar a un profesional.
Las causas pueden ser de lo más variadas. Por esta razón la observación y detección es importante para otorgar al niño los medios para una buena resolución. Los trastornos del lenguaje pueden derivar en dificultades más complejas en el futuro.
¿Qué pueden observar los docentes? • Dificultades para expresarse. • Lentitud en la concreción de frases. • Que no pueden expresarse verbalmente, recurriendo a señas para poder comunicarse con los demás. • Se puede encontrar que un niño repita un sonido, casi desconectados del mundo. • Escaso vocabulario. • Niños de tres años o más que no hablan. • Tartamudeo. • Hablan sin modular dificultando la comprensión de lo que dicen. • Niños que se manejan con sonidos y no con palabras.
¿Cuándo consultar? • Si el bebé no balbucea ni hace arrullos cuando le hablan. • Si el niño no presta atención a los ruidos o a la voz. • Si, después del primer año de vida, no se encuentran modulaciones vocálicas y dicen sólo papá y mamá. • Si, después de los 3 años, su lenguaje es ininteligible fuera del ámbito familiar. • Si, presentan ecolalia (repetición de vocablos) y/o frases.