2014 RESEÑAS GANADORAS
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CERTAMEN 2014
CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA
HOMENAJE LUCTUOSO A GABRIEL GARCÍA MARQUEZ
UNA UNIVERSIDAD, UN LIBRO Difusión Cultural y Proyectos Educativos
Gabriel García Márquez
Crónica de una muerte anunciada
G
abriel García Márquez (Arataca, Colombia 1927México D.F, 2014) fue periodista, editor y uno de los
grandes escritores de la lengua castellana. El multipremiado Gabo, como le apodaron sus amigos, fue uno de los creadores del género conocido como Realismo Mágico, un estilo entre lo fantástico y lo ordinario que tanto fascinó al mundo entero. La obra aquí reseñada fue publicada por primera vez en 1981 y debido a su éxito rotundo fue traducida a múltiples idiomas. Un año después Gabo, como le nombraban sus amigos, fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1982. Crónica de una muerte anunciada es una novela policiaca. En ella se conjuga el género periodístico y la narrativa, al inspirarse en los hechos y personajes de un asesinato real ocurrido en 1951. La trama transcurre en un pequeño pueblo del Caribe, y narra la violenta muerte de un joven a manos de dos hermanos, que motivados por la defensa del nombre y el honor mancillados de su hermana, y bajo el amparo y complicidad de todo un pueblo, los llevó a perpetrar el fatal crimen.
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Ganador del Certamen 2014
1er lugar: La muerte es canija, cuando te llega te llega
Javier Torres Maldonado Alumno de 2do Tetramestre de LCC javitorres91@gmail.com
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Mención Honorífica: El otro asesino
Carlos Alberto Mendoza Chávez Profesor de la Facultad de Psicología carlos.mendoza1313@hotmail.com
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La muerte es canija, cuando te llega te llega
Por Javier Torres Maldonado
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ay un dicho popular que dice “cuando te toca, te toca”, por más que te quites o te pongas si no te toca no te
tocará, y fue lo que le pasó al protagonista de la historia “Crónica de una muerte anunciada”; Santiago Nasar, galante joven que debido a su forma de ser podía volver loca a cualquier damisela que se le pusiera en su camino, situación que le pasó a Ángela Vicario, mujer sumisa que se entregó en cuerpo y alma a Nasar provocando que éste fuera el primer hombre en su vida, acontecimiento que provocó la tragedia más significativa en la vida de ambos. Cuando la honra de una persona y de una familia se ve destruida provoca que los sentimientos más crueles invadan a las personas, hecho que sucedió con dos hermanos, que
su
sed de venganza los llevó a cometer la mayor atrocidad que los marcara para el resto de su vida. La fiesta, el placer, el deseo carnal, el deseo de alcanzar lo que más se quiere en la vida, ya sea positivo y negativo, lágrimas, llantos, violencia, machismo y sobre todo venganza y justicia son los elementos
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principales que rodean a la historia, la cual es contada años después, por medio de una crónica, con ayuda de gran parte de los actores que vivieron en carne propia la muerte más anunciada que hasta el momento había existido para ellos. Algo que la mayoría de las personas quisiéramos saber es cuándo vamos a morir, algo que realmente es incierto y nos parece ilógico saberlo, ya que nunca está escrito porque nadie programa nuestra muerte, pero en esta historia sí se sabía que era el último día de una persona a la cual muchos apreciaban y otros tantos odiaban; quién no quisiera que le manden un recado avisándole que no vaya a tal lugar porque ya lo están esperando para matarlo, y lo más lamentable es que ese recado no te pueda salvar la vida porque por azares del destino no llegó a tus manos, o que las vecinas chismosas puedan impedir tu muerte llevándote el recado y no lo hagan, parece burla pero realmente era el tiempo para dejar de existir. Los errores se pagan caro y más cuando son por placer y no por amor, en ocasiones creemos que podemos ocultar el sol con un dedo y mentir sin ser descubiertos, y olvidamos que al final de cuentas la verdad sale a la luz y en esta historia, escrita por Gabriel García Márquez, sale para llevar el alma de una persona al cielo, la vida de dos personas a la
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cárcel, de una a la burla, de otra a la soledad y de un pueblo a vivir con la incertidumbre de la culpa. En conclusión, es una muy buena obra que por su enredo
atrapa,
desde
un
principio,
al
lector
en
el
acontecimiento de aquél “lunes trágico” en donde todos pensaban que después de la mejor boda que sus ojos habían visto y con la visita del Obispo, se iba a poder respirar un ambiente de paz y felicidad, sin saber que para las ocho de la mañana el pueblo estaba inmerso en una confusión llena de sangre, llanto y dolor.
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El otro asesino Por Carlos Alberto Mendoza Chávez
C
onvertirse en asesino puede ser una tarea difícil. Quizá resulte
más
sencillo
profesar
la
complicidad.
Un
encubridor sólo mancha de sangre su conciencia, pero al final, la conciencia no es nada. Vivimos en un mundo donde lo tangible es lo que existe, lo trascendente… ¿Quién será el verdadero asesino?,
¿aquél que con sus manos apuñala por la
espalda o ese que tiene el temple para mirar a los ojos –sin decir nada-,
a
sabiendas
que
tu
muerte
fue
anunciada?
Definitivamente, para ser cómplice se requiere un menor esfuerzo, aunque, en el fondo, nadie desea sentirse asesino, muchas veces, las circunstancias son inevitables. Este es el panorama descrito por el autor colombiano Gabriel García Márquez en la novela: Crónica de una Muerte Anunciada.
El
escritor, de manera indirecta, deja al descubierto que los habitantes de Riohacha son culpables de la muerte de Santiago Nasar. Más de seis décadas han transcurrido del desafortunado asesinato, tal vez, en la vida real, muchos ya olvidaron al chico soñador de descendencia árabe, tal vez, ya nadie
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recuerde a Santiago Nasar: ese joven de 21 años que murió a manos de todo un pueblo. Es cierto, en Riohacha se pudo borrar aquella escena donde los gemelos Vicario defienden a puñaladas el honor de su hermana Ángela. Lo que nunca podrán borrar es la obra magistral de Gabriel García Márquez, una novela de corte periodístico, donde la realidad inmortaliza la ficción a través de narraciones profundas y descripciones muy cotidianas. Crónica de una Muerte Anunciada expone las costumbres y tradiciones que comparten algunos pueblos de América. Hábitos que permanecen vigentes dejando mucho que desear en pleno siglo XXI: el fervor eclesiástico, la virginidad, el honor de la familia y un machismo descomunal. En el contexto de la historia, pareciera que también permanece viva la ley del Corán: “Ojo por ojo, diente por diente”. Todos se hacen a un lado para que la deuda del robo de la inocencia sea saldada. Al consumarse el asesinato de Santiago Nasar, cada una de las siete puñaladas
estuvo justificada por un
simple ajuste de cuentas. ¿Será posible vivir tranquilo cuando se duerme bajo la sospecha de haber asesinado a un inocente? Las personas mueren,
no
obstante,
sus
pecados
las
inmortalizan
impidiéndoles descansar. Conviene preguntarse si Victoria Guzmán y su hija Divina Flor, fueron capaces de conciliar el
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sueño, luego de ser partícipes del asesinato de su patrón. ¿Acaso, Plácida Linero –madre de Santiago- vivió tranquila después de cerrarle la puerta en la cara a su propio hijo?; ella pudo salvarle la vida, sin embargo, el destino le hizo una mala jugada. Es cierto, los asesinos viven bajo la sentencia: “en su conciencia lo llevarán” y es que Margot, el Padre Amador, Cristóbal Bedoya, Luisa Santiaga y el pueblo entero, son los verdaderos asesinos. Pedro y Pablo Vicario fueron sólo un conducto para perpetuar el asesinato masivo, en el fondo, todos tenían una razón para aniquilar al joven rico: envidia, traición, rencor, desamor… el matrimonio fallido de Bayardo San Román y Ángela Vicario fue un pretexto para satisfacer los instintos sádicos de un pueblo sediento de espectáculo y sangre. Convertirse en asesino puede ser una tarea difícil. Quizá resulte más sencillo profesar la complicidad: basta con lavar la conciencia, así la paz interna, brindará esperanza hasta al asesino más exigente. Y es que, matar sin mancharse de sangre las manos, resulta más fácil de lo que se piensa. Ángela Vicario siempre lo supo, su voz resonó entre las sombras cuando sentenció el destino de Santiago Nasar, al señalarlo como su agresor, ella sabía que todo un pueblo participaría en la defensa de su honor, porque en los pueblos de América:
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“es preferible morir por honor que vivir con la vergüenza en el alma” (anónimo).
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