Serie ejemplos de fe

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Serie de artĂ­culos extractados de La Atalaya de 2008 hasta el 2015, para complementar nuestro estudio del libro Ejemplos de fe. Pertenece a:_____________________________________________


E J EMPLOS DE FE

LÍAS contemplaba a la muchedumbre mientras esta ascendia con dificultad las faldas del monte carmelo. Incluso a la tenue luz del amanecer, eran muy evidentes la pobreza y el hambre que afligían a aquel pueblo. Los tres años y medio de sequfa habían causado estragos. junto a ellos ca m inaban arrogantes los 450 profetas de Baal, llenos de orgullo y de odio asesino hacia Elías, el profeta de jehová. Para entonces, la reinajezabel ya había ejecutado a muchos siervos de Dios, y este hombre aún se oponía con firmeza al culto a Baal. Pero ¿cuánto tiempo más resistiría el profeta? Quizás aquellos sacerdotes pensaran que un solo hombre jamás podría con todos ellos (1 Reyes 18:3, 19, 20). También llegó en su carruaje el rey Acab, quien tampoco le tenía ninguna simpatía a Elías. A ese solitario profeta le esperaba el dfa más extraordinario de su vida. Ante sus ojos se estaba preparando el escenario para uno de los enfrentamientos más sobrecogedores entre el bien y el mal que el mundo haya conocido. ¿Cómo se sentiría a medida que despuntaba el dfa? Elfas "era hombre de sentimientos semejantes a los nuestros", de modo que no sería inmune al miedo (Santiago 5:17). Por lo menos, podemos estar seguros de lo siguiente: frente a un pueblo infiel, un rey apóstata y unos sacerdotes sedientos de sangre, Elías debió sentirse terriblemente solo (1 Reyes 18:22). ¿Cómo habfa llegado Israel a aquella deplorable situación? ¿Y qué tiene que ver con usted este relato? La Biblia anima a los cristianos a que sigan el ejemplo de siervos fieles de Dios y a que "imiten su fe" (Hebreos 13:7). Examinemos, pues, el ejemplo de fe del profeta Elfas.

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La culminación de una antigua disputa Durante la mayor parte de su vida, Elías había observado con impotencia cómo se arrinconaba y pisoteaba el aspecto más valioso de su tierra y de su pueblo. Israel estaba inmerso en una antigua disputa, una guerra entre la religión verdadera y la falsa, entre la adoración a Jehová Dios y la idolatría de las nadones vednas. En tiempos de Elías, esta pugna había adquirido un cariz especialmente inquietante. El rey Acab se había casado con]ezabel, la hija del rey de Sidón. Ella estaba decidida a erradicar la adoración a jehová y a difundir el culto a BaaJ por todo Israel. Acab se dejó influir enseguida por su esposa y edificó un templo y un altar a Baal. De hecho, estuvo entre los primeros en postrarse ante ese dios pagano, y de ese modo ofendió gravemente a jehová (1 Reyes 16:3033).* ¿Por qué era tan malo el culto a Baal? Porque había extraviado a la nación, alejándola del Dios verdadero. Además, era una religión asquerosa y brutal, con sus prostitutas y prostitutas de templo, sus orgías sexuales y sus sacrificios de niños. Por eso, jehová habfa enviado a Elfas ante Acab para anunciarle una sequía que duraría hasta que el profeta de Dios decretara su fin (1 Reyes 17:1). Pasaron algunos años antes de que Ellas volviera a presentarse ante el rey, esta vez para decirle que reuniera al pueblo y a los profetas de Baal en el monte Carmelo. Pero ¿qué tiene que ver esta disputa con naso* Si desea más información sobre lo que ya habla sucedido entre Elfas y Acab, lea el artículo "¿Tiene usted una fe como la de Elfas?", de La Atalaya del 1 de abril de 1992.


tros? Tal vez algunos piensen que una historia sobre el culto a Baal carece de importancia hoy dfa, pues ya no existen templos ni altares a ese dios. Sin embargo, no se trata de un simple relato histórico (Romanos 15:4). La palabra baa/significa "dueño" o "amo", y jehová pedía a su pueblo que lo escogiera a él como su "baal", como su "dueño marital" (lsaías 54:5). ¿No le parece que la gente todavía sirve a una gran variedad de amos en lugar de al Dios todopoderoso? En efecto, las personas escogen y adoran a un amo distinto de jehová cuando ponen su vida al servicio del dinero, la profesión, las diversiones, los p laceres sexuales o cualquier otro de los innumerables "dioses" que hoy existen (Mateo 6:24; Romanos 6: 16). En cierto sentido, los aspectos más distintivos del culto a Baal están cada vez más extendidos. En cualquier caso, aquella confrontación entre Jehová y Baal puede servirnos para decidir a quién serviremos. ¿En qué sentido estaban "cojeando"? Desde su cumbre azotada po r el viento, el mo nte Carmelo cuenta con una espectacular vista de Israel: desde el cercano mar Grande (el Mediterráneo) y el valle torrencial de Cisón, abajo, hasta las distantes montañas del Líbano al norte.* Pero, conforme el Sol salfa en este dfa trascendental, se iba descubriendo un paisaje deprime nte. Un manto de muerte cubría la que an taño fue la fértil tierra que Jeh ová había entregado a los hijos de Abrahán. Ahora, en cambio, era una tierra abrasada por el Sol, arruinada por la insensatez del propio pueblo de Dios. Cuando la muchedu mbre se reunió en aquel lugar, Elfas se acercó al pueblo y dijo: "¿Hasta cuándo irán cojeando sobre dos opiniones diferentes? Si jehová es el Dios verdadero, vayan siguiéndolo; pero si Baallo es, vayan siguiéndolo a él" (1 Reyes 18:21). • El Carmelo generalmente está verde y frondoso debido a que los vientos procedentes del mar y cargados de humedad ascienden por sus laderas, dejando caer lluvias y abundante rocío. Puesto que de Baal se decfa que traía la lluvia, este monte era al parecer un emplazamiento importante en su adoración. Asf que un estéril y árido Carmelo constituía el lugar ideal para poner al descubierto que la adoración a Baal era un fraude.

¿Qué quiso decir Elfas con la expresión "cojeando sobre dos opiniones"? Buen o, aquellas personas no se daban cuenta de que tenían que elegir a quién iban a adorar: si a jehová o a Baal. Pensaban que era posible andar en ambos caminos; es decir, que podían apaciguar a Baal con sus repugnantes ritos y pedir también la bendición de jehová Dios. Quizás razonaban que Baal bendeciría sus cosechas y su ganado, mientras que "Jehová de los ejércitos" los protegería en el campo de batalla (1 Samuel 17:45). Pero habían olvidado una verdad fundamental, una verdad que muchos olvidan hoy también: jehová no comparte su adoración con nadie. El Creador exige y merece devoción exclusiva. Por eso, toda adoración que esté mezclada con cualquier forma de idolatría es para jehová inaceptable, incluso o fensiva (Éxodo 20:5). Asf que aquellos israelitas estaban "cojeando", como alguien que intentara seguir dos caminos a la vez. Hoy día, muchas personas cometen un error parecido al permitir que otros "baales" e ntren en su vida y las vayan apartando de la adoración a Dios. La clarísima advertencia de Elfas a los israelitas para que dejaran de titubear nos impulsa a reconsiderar cuáles son nuestras prioridades y a examinar nuestra adoración.

Una prueba decisiva A continuación, Elfas propuso una prueba muy sencilla. Los sacerdotes de Baal tenían que preparar un altar y poner un sacrificio sobre él, orar a su dios y pedirle que encendiera el fuego. Elías harfa lo mismo. ¿Con qué fin? Él mismo les dijo: "El Dios verdadero que responda por medio de fuego es el Dios verdadero". Por supuesto, Elfas sabfa muy bien quién era el Dios verdadero, y su fe era tan fuerte que no dudó en cederles el primer turno a los profetas de Baal. De hecho, les dio todas las ventajas, pues hasta les dejó escoger el to ro que iban a sacrificar y orar a Baal primero (1 Reyes 18:24, 25).* • Cabe notar lo que El fas les dijo con respecto al sacrificio: "No deben ponerle fuego". Algunos eruditos afirman que los idólatras a veces usaban altares con una cavidad secreta debajo, de modo que parecl~ra que una fuerza sob renatural h abla encendido el fuego. LA ATALAYA • 1 DE ENERO DE 2008

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Nosotros no vivimos en una época de milagros. Sin embargo, puesto que Jehová no ha cambiado, podemos confiar en él tal como lo hizo Elfas. Por ejemplo, cuando otros están en desacuerdo con lo que la Biblia afirma, ho hay por qué temer que expresen sus ideas. Al igual que Elfas, d~jemos que sea el Dios verdadero quien zanje la cuestión. ¿De qué manera? Apoyándonos en su Palabra inspirada, que fue escrita "para rectificar las cosas", en vez de confiaren nosotros mismos (2 Timoteo 3:16). Los profetas de Baal procedieron a preparar su sacrificio y a llamar a su dios. "¡Oh Baal, respóndenos! ", gritaron una y otra vez. Continuaro n clamando, y los minutos se convirtieron en h oras. "Pero no hubo voz, y n o hubo quien respondiera", dice la Biblia. Al mediodía, Elías empezó a ridiculizarlos, afirmando en son de burla que Baal debía estar muy ocupado para responderles, que estaba haciendo sus necesidades o que se había quedado dormido y alguien debía ir a despertarlo. "Llamen a voz en cuello", les instó a aquellos impostores. EvidenSeguir a temente, veía la adoración a Baal como una farsa absurda, y quería que el pueblo de Dios descubriera aquel fraude (1 Reyes 18:26, 27). Al oír aquello, los sacerdotes de Baal se pusieron histéricos y empezaron a "clamar a voz en cuello y a cortarse según su costumbre con dagas y con lancetas, hasta que hicieron chorrear la sangre sobre sf". ¡Y todo para nada! "No hubo voz, y no hubo quien respondiera, y no se prestó ninguna atención." (1 Reyes 18: 28, 29.) Asf es, no había ningún Baal, pues se trataba de una invención de Satanás para apartar a la gente de Jehová. Tanto entonces como ahora, seguir a cualquier amo que no sea Jehová acabará por decepcionarnos e incluso avergonzarnos (Salmo 25:3; 115:4-8). La respuesta Ya a última hora de la tarde, le llegó el turno a Elías. Primero reparó un altar de Jehová que había sido demolido, sin duda por los enemi20

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gos de la adoración pura. Con ese fin, empleó doce piedras, tal vez para que la nación de diez tribus de Israel recordara que todavía estaba bajo la Ley dada a las doce tribus. Entonces preparó su sacrificio y empapó todo con agua, que posiblemente obtuvo del cercano mar Mediterráneo. Incluso cavó una zanja alrededor del altar y también la llenó con agua. Tal como les había dado todas la~ ventajas a los profetas de Baal, le puso a Jehová todos los inconvenientes. Así era la confianza que tenía en su Dios (1 Reyes 18:30-35). A continuació n, Elías hizo una oración sencilla pero elocuente, en la que mostró claramente a qué le daba prioridad. Lo primero y más importante para él fue dar a conocer que Jehová era el único "Dios en Israel", y no ese Baal. Lo segundo fue que todos supieran que su posición era la de siervo de Jehová y que toda la glo ria y mérito debía darse a Dios. Por último, demostró que seguía preocupado por su pueblo, pues ansiaba que Jehová volviera "atrás el

cualquier amo que no sea Jehová acabará por decepcionarnos corazón de ellos" (1 Reyes 18:36, 37). Pese a las desgracias que habían provocado por su falta de fe, Elías todavía Jos amaba. ¿Qué hay de nuestras oraciones? ¿Revelan el mismo amor por el nombre de Dios, la misma humildad y la misma compasión por los que necesitan ayuda? Antes de la oración de Elías, las muchedumbres tal vez se preguntaran si Jehová resultaría ser una total mentira, como lo había sido Baal. Sin embargo, no hubo tiempo para dudas, pues el relato dice que "ante eso, el fuego de Jehová vino cayendo, y se puso a comer la ofrenda quemada y los pedazos de leña y las piedras y el polvo, y lamió el agua que estaba en la zanja" (1 Reyes 18:38). ¡Qué respuesta tan espectacular! ¿Cómo reaccionó el pueblo? Todos ellos gritaron: "¡Jeh ová es el Dios verdadero! ¡Jehová es el Dios verdadero!" (1 Reyes


18:39). Por fin reconocieron la verdad. Sin embargo, todavía no habían demostrado su fe. Siendo francos, admitir que jehová es el Dios verdadero después de ver fuego cayendo del cielo no es una gran demostración de fe. Asf que Elfas exigió más de ellos. Les pidió que hicieran Jo que deberían haber hecho muchos años antes: obedecer la Ley de jehová. Y la Ley decretaba que se debía ejecutar a los falsos profetas y a los idólatras (Deuteronomio 13:5-9). Los sacerdotes de Baal eran enemigos acérrimos de jehová Dios y querían frustrar sus propósitos. ¿Merecían clemencia? Pues bien, ¿acaso tuvieron ellos alguna clemencia con todos Jos niños inocentes que quemaron vivos en sacrificio a Baal? (Proverbios 21: 13; jeremías 19:5.) Definüivamente, aquellos hombres no merecían ninguna misericordia. De modo que Elfas o rdenó que fueran ejecutados, y el pueblo obedeció ( 1 Reyes 18:40). En la actualidad, algunos críticos condenan el desenlace de esta prueba en el monte Carmelo. Les preocupa que religiosos fanáticos e intolerantes lo utilicen para justificar actos vio-

lentos. Y desgraciadamente, existen muchos religiosos de esta clase. Pero Elías no era ningún fanático. Lo que hizo fue defender la adoración de jehová ordenando una ejecución justa. Por otra parte, los verdaderos cristianos saben que no pueden tomar las armas contra los malvados, como lo hizo Elfas. Una vez que vino el Mesías, este fijó la norma para todos sus discípulos cuando le dijo a Pedro: "Vuelve tu espada a su lugar, porque todos los que toman la espada perecerán por la espada" (Mateo 26:52). En el futuro, será j esucristo mismo quien haga justicia en el nombre de jehová. El cristiano verdadero debe demostrar por su modo de vivir que tiene fe Uuan 3:16). Y para ello hace bien en imitar al fiel Elfas. Él adoró únicamente a jehová e instó a los demás a hacer lo mismo. Con valentía, puso al descubierto el fraude que había tras una religión que Satanás había utilizado para alejar a la gente de jehová. Además, confió en Dios para zanjar una importante cuestión, en vez de confiar en sí mismo. Está claro que Elías fue un fiel defensor de la adoración pura. Por lo tanto, ¡imitemos su gran ejemplo de fe!


EJEMPLOS D E F E

Se n1antuvo vigilante )T¡ esperó con confianza LÍAS ansiaba estar a solas para orar a su Padre celestial. Sin embargo, la muchedumbre que lo rodeaba acababa de verlo pedir que bajara fuego del delo, por lo que probablemente muchos tratarían de congradarse con él. Pero antes de ascender a las cumbres del monte Carmelo -siempre azotadas por el viento- y orar alü en privado, Elías debía encararse a la desagradable tarea de hablar con el rey Acab. Era difícil encontrar dos homb res más diferentes. Por un lado, Acab, vestido con sus espléndidas prendas reales, era un apóstata avarid oso y sin fuerza de voluntad. Por otra parte, Ellas, con su atuendo ofidal de profeta -posiblemente una sencilla y tosca prenda confecdonada con piel animal o con pelo de camello o de cabra-, era un hombre de fe, vaJiente e íntegro. El dfa que estaba a punto de concluir había revelado la dase de hombre que era cada uno de ellos.• Habfa sido un día nefasto para Acab y los demás adoradores de Baal. Se había asestado un golpe devastado r a la religión pagana que Acab y su esposa, la reinaJezabeJ, pro movían en el reino de diez tribus de Israel. Baal había resultado ser un fraude. Aquel dios inerte había sido incapaz de encender un simple fuego en respuesta a las súplicas desesperadas, las danzas y el ritual sangriento de sus profetas. Tampoco había podido librar a aquellos 450 hombres de una ejecudón bien merecida. Pero este dios falso había fallado en algo más, y ese fracaso estaba a punto de evidendarse por completo. Por más de tres años, sus profetas le habían implorado que pusiera

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• Hallará más detalles en el artículo "Fiel defensor de la adoradón pura", de La Atalaya del 1 de enero de 2008.

fin a la sequfa que padecía el país, pero Baal no había podido. Sin embargo, Jehová no tardaría en demostrar su supremacía al hacer que lloviera (1 Reyes 16:30-17:1; 18:1-40). Pero ¿cuándo intervendría Jehová? ¿Qué haría Elfas entretanto? ¿Y qué podemos aprender nosotros de este hombre de fe? Veamos las respuestas mientras analizamos el relato de 1 Reyes 18:41-46. Un homb re de oración Elías se dirigió a Acab y le dijo: "Sube, come y bebe; porque hay el sonido de la ruidosa agitación de un a&ruaccro" (versículo 41). ¿Había aprendido algo este perverso rey de todo lo ocu rrido aquel día? El relato no da detalles al respecto, pero no encontramos palabras de arrepentimiento ni ninguna petición al profeta para que intercediera ante Jehová a fin de obtener su perdón. No, Acab simplemente "procedió a subir a comer y beber" (versículo 42). Pero ¿qué hay de Elías? "En cuanto a Elías, subió a la cima del Carmelo y empezó a agazaparse a tierra y a mantener su rostro puesto entre las rodillas." Mientras que Acab se preocupaba de llenar su estómago, Elfas aprovechó la oportunidad para orar a su Padre. Llama la atención la humilde postura que adoptó el profeta: arrodillado con la cabeza tan agachada que el rostro quedaba cerca de las rodillas. ¿Qué estaba pidiendo? No hace falta que lo adivinemos, pues la Biblia dice en Santiago 5:18 que Elías o ró para que se acabara la sequía, y todo indica que el profeta elevó dicha oración cuando se hallaba en la cima del monte Carmelo. LA ATALAYA • 1 DE AB RI L DE 2008

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En nuestro caso, la preocupación por el bienestar de los demás y la gratitud sincera también deberían caracterizar nuestras oraciones (2 Corintios 1: 11; Filipenses 4:6).

Con plena confianza y actitud vigilante

Las oraciones de Elfos reflejaban su enorme deseo de ver realizada la voluntad de Dios

Elfas sabía que Jehová había dicho: "Estoy resuelto a dar lluvia sobre la superficie del suelo" (1 Reyes 18:1). Por lo tanto, lo que pidió fue que se efectuara la voluntad de su Padre, lo mismo que jesús enseí'iarfa a sus discípulos a pedir en oración unos mil años más tarde (Mateo 6: 9, 10).

El. ejemplo de Elías nos enseña mucho sobre la oración. Lo principal para él era que se cumpliera la voluntad de su Padre celestial. Del mismo modo, nosotros al orar debemos recordar las siguientes palabras: "No importa qué sea lo que pidamos conforme a su voluntad, él nos oye" (1 Juan 5:14). Obviamente, debemos conocer cuál es la voluntad de Dios para que nuestras oraciones le agraden, y esa es una buena razón para adoptar la costumbre de estudiar la Biblia todos los dfas. Además, es probable que Elfas orara por el fin de la sequía al ver todo lo que sus compatriotas estaban sufriendo. Y es posible que también expresara su agradedmiento después de presenciar el milagro que Jehová había efectuado aquel mismo día. 18

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Si bien Elías estaba seguro de que jehová terminarla con la sequía, de lo que no estaba seguro era de cuándo lo haría. ¿Qué hizo el profeta mientras tanto? Regresemos al relato de 1 Reyes 18:41-46 y notemos lo que dice el versículo 43: " [Elfas le] dijo a su servidor: 'Sube, por favor. Mira en dirección al mar'. Él subió, pues, y miró, y entonces dijo: 'No hay nada absolutamente'. Y él pasó a dedr: 'Vuelve', siete veces". El ejemplo de Elías nos enseña por lo menos dos lecdones: que tenemos que confiar en Jehová y que debemos mantener una actitud vigilante. Hablemos de la primera lección. Elías anhelaba ver cualquier evidencia de que jehová iba a actuar, asf que mandó a su ayudante a un lugar alto para buscar en el horizonte alguna señal de lluvia inminente. Cada vez que regresaba, su siervo le repetía sin entusiasmo: "No hay nada absolutamente". El horizonte se vefa claro, y el cielo, despejado. Pero ¿nota usted algo extraño en el relato? Recuerde lo que Elías le acababa de dedr al rey: "Hay el sonido de la ruidosa agitación de un aguacero". Pues bien, ¿cómo podía afirmar tal cosa cuando no se veía ni una sola nube? Elfas sabía lo que Jehová había prometido. Y como su profeta y representante, tenia la seguridad de que cumplirla su palabra. Tanta confianza tenía en él, que era como si ya escuchara el aguacero. Puede que esto nos recuerde lo que la Biblia dice de Moisés: "Continuó constante como si viera a Aquel que es invisible". ¿Es Dios así de real para usted? Él nos ha dado razones de sobra para tener esa clase de fe en él yen sus promesas (Hebreos 11:1, 27). Ahora fíjese en la actitud vigilante de Elfas. El profeta envió a su servidor, no una vez ni dos, sino siete veces. Podemos imaginarnos que el siervo se iría cansando de tanto ir y


venir. Pero Elfas siguió esperando con anhelo una señal sin darse por vencido. Por fin, después del séptimo viaje, el ayudante le informó: "¡ Mira! Hay una nubecilla como la palma de la mano de un hombre, que viene ascendiendo del mar" (versículo 44). ¿Se imagina al servidor con su brazo extendido, indicando con la ma no el tamaño de la nubecilla que ascendía sobre el ho rizonte del mar Gra nde?* Puede que el siervo n o estuviera demasiado impresionado, pero para Elfas aquella nube e ra impo rtantísima. A continuació n le dio a su ayudante instrucciones urgentes: "Sube, di a Acab: '¡Engancha el carro ! ¡Y baja para que no te detenga el aguacero!' ·~ • Hoy con ocemos al mar Gran de com o mar Mediterráneo.

De nuevo, Elfas nos da un gran ejemplo. Nosotros también vivimos en una época e n la que Dios pronto actuará para cumplir su propósito. Elías tuvo que esperar el fin de una sequía, y hoy los siervos de Dios espe ra mos el fin del corrupto sistema de cosas mundial (1 Juan 2:17). Hasta que llegue el mo mento en que jeh ová intervenga, tenemos que permanecer vigilantes como Elías. A este respecto, j esús, el Hijo de Dios, advirtió a sus seguido res: "Manténganse alerta, pues, porque no saben en qué dfa viene su Seño r" (Mateo 24:42). ¿Quiso decir que sus discípulos no tendrían ninguna idea de cuándo vendrfa el fin? Pues no, po rque él habló largo y tendido sobre cómo sería el mundo en sus últjmos días. Además, a todos se n os brinda la opo rtunidad de aprender sobre Jos

mente larga e intensa. En realidad, Elfas, el profeta de jehová, le dijo ¿Cuánto había e mpezado casi medio año al rey Acab que aquella larga seantes. Así que cuando Elfas proclaquía pronto iba a terminar. Esto duró mó su fin " al tercer año" desde su ocurrió "al tercer año", contando a nterior anuncio, llevaba sin lloevid entemente desde el día que la sequía? ver casi tres años y medio. CuanElías habfa anunciado la sedo todo el pue blo se reunió para quía (1 Reyes 18:1 ). Y jehová hizo ser testigo de la gran prueba en que lloviera poco después de que el monte Carmelo, ya habían trasElfas dijera que así ocurri ría . Decurrido los "tres años y seis meb ido a ello, qui zás algunos concluyan que la sequía terminó en ses". el transcurso del tercer año y que, Pie nse en la ocasión en que Elías por tanto, de bió durar menos de le anunció al rey Acab la sequía . tres años. Sin embargo, tanto jesús La gente creía que Baal era "el jinecomo Santiago afirmaron que la te de las nubes", el dios que traesequía se prolongó por "tres años ría la lluvia al final de la tempoy seis meses" (Lucas 4:25; Santiarada seca. Como est a ya ha bía go 5:17). ¿Se trata de una contradurado más de lo normal, es prodicción? bable que la gente se preguntara: "¿Dónde está Baal y cuándo traerá No, en absoluto. Tengamos en la lluvia?". El anuncio de Elías de que ni caecuenta que la temporada seca en el antiguo Isría lluvia ni rocío hasta que él dijera lo contrarael era bastante larga, hasta de seis meses. rio debió ser un tremendo golpe para aquellos De seguro Elfas le anunció a Acab la sequía adoradores de Baal (1 Reyes 17:1 ). cua ndo la temporada seca ya era excepcional-

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numerosos aspectos de la señal de "la conclusión del sistema de cosas" (Mateo 24:3-7). * Cada uno de los aspectos de esta señal nos suministra pruebas claras y convin centes. ¿Son sufidentes estas pruebas para impulsarnos a actuar con urgenda? Bueno, una nubecilla en el horizonte fue suficiente para convencer a Elías de que jehová estaba a punto de intervenir. ¿Quedaría decepci.onado aquel fiel profeta?

jehová alivia y bendice El relato sigue diciendo: "Mientras tanto aconteció que los cielos mismos se oscurecieron con nubes y viento, y empezó a haber un gran aguacero. Y Acab siguió adelante montado en su carro, y se encaminó a jezreel" (versículo 45). Los hechos se sucedieron con extraordinaria rapidez. Mientras el ayudante de Elías e ntregaba el mensaje del profeta a Acab, aquella pequeña nube se convirtió en muchas, cubriendo y oscuredendo el cielo, y un fuerte viento empezó a soplar. Después de tres años y medio, por fin llovió sobre el suelo de lsraeJ.It La reseca tierra absorbió el agua. A medida que la lluvia se convertía en un aguacero, el río Cisón crecía, limpiando la sangre de los profetas de Baal allí degollados. Y a los israelitas descarriados también se les brindó la oportunidad de limpiarse de la terrible mancha que la adoración de Baal había dejado sobre la nación. De seguro, eso era lo que Elfas esperaba que hicieran. ¿Se arrepentiría Acab y se apartaría de la contaminación del culto a Baal? Los sucesos de aquel día le había n dado razones de sobra para efectuar tales cambios. No podemos saber lo que pasaba por la cabeza de Acab en aquel momento, pues el relato solo indica que el rey "siguió adelante montado en su carro, y se encaminó ajezreel". ¿Había aprendido algo? ¿Estaba decidido a cambiar su vida? Lo que ocurrió más tarde nos • Hallará más pruebas respet"to al cumplimiento actual de las palabras de jesús en el capft ulo 9 del libro ¿Qué ense1in realmente In Biblia?, editado por los testigos de jehová. • Hay quienes se preguntan si la Biblia se contradice en cuanto a la duración de la sequfa. Véase el recuadro de la pág. 19. 20

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da a entender que no. Pero el día aún no había terminado para él... ni para Elfas. Acto seguido, el profeta de jehová tomó el mismo camino que Acab. Por delante tenía un largo trayecto, bajo los negros nubarrones y la intensa lluvia; pero entonces, algo insólito ocurrió. "La misma mano de jehová resultó estar sobre El fas, de modo que él se ciñó las caderas y se fue corriendo delante de Acab todo el camino hasta jezreel." (Versículo 46.) Obviamente, la "mano de Jehová" estuvo sobre Elfas de un modo sobrenatural. jezreel se encontraba a unos 30 kilómetros (20 millas), y Elfas no era precisamente un muchachito.• lmagfneselo dñéndose sus largas prendas, anudándolas a sus caderas para que sus piernas pudjeran moverse con libertad, y entonces corriendo por aquel camino empapado por la lluvia, corriendo tan rápido que alcanzó, adelantó y dejó atrás el carro del rey. ¡Qué bendición para Elfas! Debió ser una experiencia emocionante tener tanta fuerza, vitalidad y resistencia, tal vez hasta más que en su juventud. Sin duda, mientras corría por aquel camino mojado, Elfas sabfa que contaba con la aprobación de su Padre, el único Dios verdadero, jehová. Lo que ocurrió quizás nos traiga a la memoria las profecías que aseguran que los siervos fieles de Dios disfrutarán de vigor y salud perfecta en el futuro Paraíso terrestre (lsaías 35:6; Lucas 23:43). Dios anhela darles muchas bendiciones a sus siervos, y vale la pena que hagamos todo lo posible por obtenerlas. Al igual que Elfas, debemos mantenernos vigilantes y dar la importancia debida a las pruebas contundentes de que jehová va a actuar en estos tiempos tan peligrosos y apremiantes. Y como aquel fiel profeta, hacemos bien en cifrar toda nuestra confianza en las promesas de jehová, "el Dios de la verdad" (Salmo 31 :5). • Poco despu~s de todo esto, Jehová comisionó a Elfas para que capacitara como profeta a Eliseo, quien llegó a ser conocido como el que "derramaba agua sobre las manos de Ellas" (2 Reyes 3: 11 ). Esto parece Indicar que Elfas tuvo a Eliseo como asistente y recibió sus cuidados durante la vejez.


EJ EM PLOS DE FE

"¡Mira! ¡La esclava de Jehová!" ARfA levanta la vista y mira asombrada al visitante. Este no pregunta por su padre o su mad re; es a ella a quien quiere ver. No puede ser de Nazaret, de eso está segura. En una ciudad tan pequeña, los extraños no pasan inadvertidos, y el que tiene delante se destacaría donde fu era. Y ahora él le dirige este insólito saludo: "Buenos días, altamente favorecida, jehová está contigo" (Lucas 1:28). Así nos presenta la Biblia a María, hija de Helí, de la ciudad galilea de Nazaret. Este es un momento decisivo en su vida. Está comprometida con un carpintero llamado José, quien no es un hombre rico, pero sí fiel a Dios. Así que el futuro de María parece bastan te claro: llevará una vida sencilla trabajando junto a su esposo y criando una fami lia. Sin embargo, de pronto se e ncuentra ante aquel visitante que le trae una asignación procedente de Dios, una responsabilidad que va a cambiar por completo su vida. Q uizás a usted le sorprenda saber que la Biblia no habla mucho de María. Apenas nos dice algo sobre su familia, incluso menos sobre su personalidad, y absolutamente nada sobre su apa riencia . No obstante, lo poco que la Palabra de Dios revela sobre ella es muy significativo. Para conocer a María, primero tenemos q ue desechar muchas ideas preconcebidas que tienen su o rigen en las e nseñanzas de diversas religio nes. Así que dejemos a un lado las in numerables representacio nes que se han hecho de ella, ya sea en pintura, en mármol o e n yeso. Dejemos a un lado también los dogmas y las corr.plicadas doctrinas teológicas que otorgan

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a esta humilde mujer títulos tan impresionantes como "Mad re de Dios" y "Reina de los Cielos". Más bien, ciñ ámo nos a lo que la Biblia revela en cuanto a ella, pues en sus páginas hallamos lecciones muy valiosas sobre su fe y sobre cómo podemos imitar su ejemplo.

La visita de un ángel Como tal vez ya sepa, quien visitó a María no e ra un simple ho mbre, sino el ángel Gabriel. Cuando la llamó "altamente favorecida", ella "se turbó profundamente" y se preguntó porqué la había saludado de manera tan extraña (Lucas 1:29). ¿Altamente favorecida por quién? María no esperaba que otras personas le otorgaran favo res especiales, pero el ángel se estaba refiriendo al favor de jehová Dios, y eso sí que le interesaba. Aun así, ella no dio por sentado q ue te nía el favor divino. Si nosotros nos esforzamos por conseguir el favor de Dios y no suponemos altivamente que ya lo tenemos, aprenderemos una lección importante, u na lecció n que la joven María comprendía muy bien. ¿Cuál? Que Dios se opone a los altivos, pero ama y apoya a los humildes (Santiago 4:6). Era necesario que María tuviera esa humildad, pues el ángel puso ante ella un privilegio casi inconcebible. Le anunció que iba a dar a luz a un niño, el cual llegaría a ser la persona más importante de la h isto ria h u mana. Gabriel le dijo: "Jehová Dios le dará el trono de David su padre, y reinará sobre la casa deJacob para siempre, y de su reino no habrá fin " (Lucas 1:32, 33). Sin duda, María sabía que, más de mil años antes, Dios le había prometido a Da-


vid que sus descendientes gobernarían para

siempre (2 Samuel 7:12, 13). En efecto, ¡su hijo seria el Mesías que el pueblo de Dios llevaba siglos esperando! Por sí fuera poco, el ángel añadió que sería llamado "Hijo del Altísimo". ¿Cómo podría una simple mujer dar a luz al Hijo de Dios? Lo que es más, ¿cómo sería posible que María siquiera tuviera un hijo? Estaba comprometida con José, pero aún no se habían casado, así que preguntó con franqueza: "¿Cómo será esto, puesto que no estoy teniendo coito con varón alguno?" (Lucas 1:34). Observe que, para María, ser virgen no era ninguna vergüenza. Muy al contrario, valoraba muchísimo su castidad. Hoy en día, numerosos jóvenes de ambos sexos están ansiosos por dejar de ser vírgenes, y los que no piensan como ellos se vuelven el blanco de sus burlas. Ciertamente, el mundo ha cambiado mucho, pero jehová no (Malaquías 3:6). Como en los tiempos de María, Dios siente un gran aprecio por quienes obedecen sus normas morales (Hebreos 13:4). Aunque María era una fiel sierva de Dios, no dejaba de ser una mujer imperfecta. Por eso, ¿cómo podría producir una descendencia perfecta, el Hijo de Dios? Gabriel le explicó: "Espíritu santo vendrá sobre ti, y poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, también, lo que nace será llamado santo, Hijo de Dios" (Lucas 1:35). "Santo" significa limpio, puro, sagrado. Los seres humanos siempre han pasado a sus descendientes su propia condición impura y pecaminosa. Pero en este caso, Jehová realizaría un milagro sin precedentes. Iba a transferir la vida de su Hijo desde el cielo a la matriz de María y a emplear su fuerza activa, el espíritu santo, para 'cubrirla', protegiendo así al bebé de toda mancha del pecado. ¿Creyó Maria en la promesa del ángel? ¿Qué le respondió?

gen p udiera dar a luz. A pesar de todos sus estudios, no captan la sencilla verdad de que, como lo expresó Gabriel, "con Dios ninguna declaración será una imposibilidad" (Lucas 1:37). María no dudó de las palabras del ángel, pues era una joven de gran fe. Pero esa fe no era credulidad. Al igual que cualquier persona razonable, María quería pruebas en las cuales basar su fe. YGabriel estaba preparado para dárselas. Le dijo que su pariente Elisabet, mayor que ella y considerada estéril desde hacía mucho, había concebido milagrosamente un hijo. ¿Qué hizo María entonces? ·tenía una misión que cumplir y suficientes pruebas de que Dios iba a hacer todo lo que Gabriel le había anundado. No debemos creer que este privilegio no suponía ninguna amenaza ni dificultad. Para empezar, María tenía que pensar en su compromiso con José. ¿Querría él tomarla por esposa cuando se enterara de que estaba embarazada? Por otro lado, quizá se haya

La respuesta de María A los escépticos, incluidos algunos teólogos de la cristiandad, les cuesta creer que una v irLA ATALAYA • 1 DE JULIO DE 2008

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sentido abrumada por la responsabilidad. Llevaría en sus entrañas al ser que Dios consideraba más valioso: nada menos que a Su amado Hijo primogénito. Luego tendría que cuidarlo mientras fuera un bebé indefenso y protegerlo de este mundo malvado. Era una inmensa responsabilidad. La Biblia muestra que, a veces, hasta varones que servían a Dios fielmente vacilaron en aceptar misiones difíciles que él les confió. Moisés objetó que no tenía la fluidez necesaria para hablar en nombre de Dios (Éxodo 4:10). j eremías dijo que no era más que "un muchacho", que era demasiado joven para encargarse de la tarea que Dios le había encomendado (Jeremías 1:6). ¡Y j onás incluso huyó de su asignación! (Jonás 1:3.) Pues bien, ¿qué contestó María? Sus palabras han resonado a lo largo de los siglos por la sencillez, humildad y obediencia que reflejan. Ella le dijo a Gabriel: "¡Mira! ¡La esclava de jehová! Efectúese conmigo según tu declaración" (Lucas 1:38). Las esclavas jóvenes eran las siervas de más baja condición; su vida estaba completamente en manos de su amo. Eso era lo que sentía María para con su Amo, Jehová. Ella sabía que él es leal con sus leales y que la bendeciría si cumplía lo mejor que pudiera con aquella dificil misión , así que se sentía a salvo en sus manos (Salmo 18:25). En ocasiones, Dios nos pide cosas que nos parecen difíciles o hasta imposibles. No obstante, en su Palabra nos da sobradas razones para confiar en él, para ponernos en sus manos como hizo María (Proverbios 3:5, 6). ¿Seguiremos su ejemplo? Si así lo hacemos, Dios nos recompensará y nuestra fe en él crecerá aún más.

La visita a Elisabet Lo que dijo Gabriel sobre Elisabet significó mucho para María. De todas las mujeres del mundo, ¿quién podría entenderla mejor que Elisabet? Así que Maóa decidió visitarla, y para ello viajó a la región montañosa de Judá, un 16

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trayecto de tres o cuatro días. Cuando entró en el hogar de Elisabet y Zacarías el sacerdote, jehová la recompensó con una señal que fortaleció su fe. Al oír su saludo, Elisabet sintió a su bebé saltar de alegría en su matriz y, llena de espíritu santo, llamó a María "la madre de mi Señor". Dios reveló a Elisabet que el hijo de María sería su Señor, el Mesías. Además, la inspiró para alabar a María por su fidelidad y obediencia con estas palabras: "Feliz también es la que creyó" (Lucas 1:39-45). No cabía duda: todo lo que Jehová le había prometido a María iba a hacerse realidad. La respuesta de María se ha preservado cuidadosamente en Lucas 1:46-55. Es, con diferencia, su intervención más larga registrada en la Biblia, y nos dice mucho de ella. Po r ejemplo, era una joven agradecida, como se desprende de sus expresiones de alabanza a j ehová por concederle el privilegio de ser la madre del Mesías. Sus palabras también muestran la profundidad de su fe, pues se refirió a Jehová como aquel que humilla a los altivos y poderosos, pero ayuda a los pobres y humildes que desean servirle. Además, lo que dijo evidencia su amplio conocimiento bíblico, pues se calcula que hizo más de veinte referencias a las Escrituras Hebreas. Está claro que María acostumbraba meditar en la Palabra de Dios. Sin embargo, en vez de decir algo que reflejara su propio punto de vista, con toda humildad prefirió que fueran las Escrituras las que hablaran. El hijo que ahora crecía en su matriz mostraría con el tiempo esa misma d isposición y diría: "Lo que yo enseño no es mío, sino que pertenece al que me ha enviado" (Juan 7:16). Hacemos bien en preguntarnos: "¿Manifiesto ese mismo respeto y reverencia por la Palabra de Dios? ¿O prefiero enseñar mis propias ideas?". La respuesta de María deja bien claro lo que debemos hacer. María se quedó con Elisabet tres meses, y podemos estar seguros de que se animaron muchísimo la una a la otra (Lucas 1:56). Esto nos recuerda la importancia de elegir buenas com-


pañfas. Si buscamos amigos que sientan verdadero amor por nuestro Dios, Jehová, sin duda creceremos espiritualmente y nos acercaremos más a él (Proverbios 13:20). Por fin llegó el momento de que María regresara a casa. ¿Qué diría José cuando se enterara de su embarazo?

María y José Sin duda, María no esperó a que su embaraw se hiciera evidente para hablar con ]osé. Antes de darle la noticia, quizá se preguntara cómo reaccionaria aquel hombre temeroso de Dios. Sin embargo, le contó con valor todo lo que le había ocurrido. Como podemos imaginarnos, ]osé se preocupó muchísimo. Deseaba creer en las palabras de su amada, pero nunca antes había ocurrido nada como aquello. La Biblia no revela qué pensamientos se le cruzaron por la cabeza, pero sf nos dice que decidió divorciarse de ella, puesto que a las parejas comprometidas ya se las consideraba casadas. Sin embargo, no deseaba exponerla a la ver-

El amor a Dios es el mejor fulllda1me• para el ma'trtnr~on

güenza pública o al castigo, así que optó por divorciarse en secreto (Mateo 1:18, 19). María n o se amargó porque José no le creyera. Más bien, debió dolerle ver a este ho mbre bondadoso sufrir por toda aquella situació n. ]osé no llegó a h acer lo que planeaba, pues Jehová no se lo permitió. En un sueño, un ángel le dijo que el embarazo de María realmente era milagroso. Ya mucho más tranquilo, José decidió hacer lo que Marfa habfa hecho desde el principio: seguir la dirección de Jehová. Se casó con ella y se dispuso a as u m ir la responsabilidad sin igual de cuidar al Hijo de jehová (Mateo 1:20-24). Tanto las personas casadas como las que están pensando en casarse pueden aprender mucho de aquella joven pareja que vivió hace dos milenios. Cuando José vio cómo ella cumplía con sus deberes de madre, debió alegrarse de haber seguido las instrucciones del ángel de j ehová. Además, comprobó que es necesario apoyarse en Dios al tomar decisiones importantes (Salmo 37:5; Proverbios 18:13). Y, sin duda, sus decisiones como cabeza de familia siguieron reflejando consideración y bondad. Por otra parte, ¿qué aprendemos de queMaría estuviera dispuesta a casarse con ]osé? Aunque en un principio a José le costó aceptar lo que María le había contado, ella supo esperar y siguió confi ando en el hombre que serfa el cabeza de la familia. No hay duda de que comprobó la impo rtancia de ser paciente, y esa es una buena lección para las cristianas de hoy día. Ypor último, todo lo sucedido debió enseñar tanto a José como a María la importancia de la comunicació n franca y sincera. Ciertamente, aquella joven pareja comenzó su matrimonio con el mejor fundamento. Ambos amaban a jehová sobre todas las cosas y deseaban agradarle siendo padres responsables y amo rosos. Por supuesto, les aguardaban enormes bendiciones y también enormes retos. Tenían ante sí la tarea de criar a jesús, quien llegarla a ser el ho mbre más grande que el mundo ha conocido . LA ATALAYA • 1 DE JULIO DE 2008

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EJE MPLOS DE FE

Sacó "conclusiones en su corazón" ARÍA trató de acomodarse sobre la pequeña bestia de carga. Llevaba muchas horas ~entada. Su esposo, José, ca minaba adelante, guiándolos en su camino hacia la distante Belén. De nuevo, ella sintió al niño moverse en su interior. Parece que le faltaba poco para dar a luz, pues la Biblia dice que se encontraba "en estado avanzado de gravidez" (Lucas 2:5). Es posible que, al verlos pasar, algunos labradores se preguntaran qué hacía de viaje una muje r en ese estado. Ahora bien, ¿qué habfa llevado a María tan lejos de su hogar en Nazaret? Todo comenzó varios meses atrás, cuando esta joven judía recibió una comisión única en toda la historia humana: ser la madre del futuro Mesías, el Hijo de Dios (Lucas 1:35). Estando ya próximo el momento del parto, Marra tuvo que salir de viaje. En vista de que varios ~ucesos durante ese viaje pusieron a prueba su fe, veamos qué la ayudó a mantenerse fuerte en sentido espiritual.

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El viaje a Belén José y Marra n o eran los únicos que estaban de viaje. Por orden del emperador César Augusto, todos los habitantes del país tenían que ir a su lugar de origen a que se les inscribiera en un censo. ¿Qué hiw José? "Subió desde Gal ilea, de la ciudad de Naza ret, a judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser miembro de la casa y familia de David." (Lucas 2:1-4.) 22

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No fue por casualidad que el césar emitió dicho decreto en ese preciso momento. Unos siete siglos antes se había predicho que el Mesías nacería e n Belén. Había una ciudad con ese no mbre a apenas 11 kilómetros (7 millas) de Nazaret, pero la profecía indicaba que nacería en "Belén Efrata", un pequeño pueblo situado más al sur (Miqueas 5:2). Por carreteras modernas, la distancia e ntre esta localidad y Nazaret es de unos 150 kilómetros (93 millas) a través de las montañas. Pues bien, hacia allá tenía que ir José, ya que ese e ra e l lugar de origen de la familia del rey David, a la que tanto él como María pertenecían. ¿Y qué hay de María? ¿Apoyaría la decisión de José de obedecer el decreto? A fin de cuentas, e l viaje sería particularmente duro para ella. Es probable que estuvieran a principios del otoño, cuando la estadón seca daba paso a las lloviznas. Además, el relato bfblico dice quejosé "subió desde Galilea". Yasf fue, pues Belén se encontraba al fina l de una empinada subida, a más de 760 metros (2.500 pies) sobre el nivel de l mar. Tras varios días de camino, esta última parte debfa resultar muy ago~adora. Hasta es posible que el viaje les tomara más tiempo de lo habitual, pues seguramente tendrían que hacer frecuentes


paradas para que Marfa descansara un poco. En su estado, cualquier mujer preferiría quedarse en su casa, cerca de familiares y amigos que pudieran ayudarla cuando llegara el parto. Sin duda, necesitaría valor para emprender semejante viaje. Así y todo, Lucas dice que José fue a inscribirse "con María". También indica que ella "le había sido dada [a José] en matrimonio" (Lucas 2:4, 5). El hecho de estar casada influyó mucho en las decisiones de María a partir de ese momento. De seguro, ella respetaba el papel que Dios asignaba a la esposa como colaboradora de su marido -que era su cabeza en sentido espiritual- y, por tanto, apoyaba fielmente las decisiones de él.* Así que la obedienda la ayudó a superar esta prueba. ¿Qué más pudo haber impulsado a María a obedecer? ¿Conocería la profecía de que el Mesías iba a nacer en Belén? La Biblia no dice nada al respecto. Con todo, no podemos descartar la posibilidad, pues esa profeda era muy conodda entre Jos líderes reli• Hay una interesante diferencia entre este viaje de María y otro anterior. Segün la Biblia, en ese otro viaje, "María se levantó ¡...] y fuen a visitar a Elisabet (Lucas 1:39). Para ese entonces, Marra estaba comprometida pero no casada, así que tal vez tomó esa decisión sin consultar a jos~. Sin embargo, una vez casados, la dedsión de viajar a Belén se le atribuye a jos~. y no a ella.

giosos de su tiempo, e induso entre el pueblo (Mateo 2:1-?;Juan 7:40-42). Además, María no era una joven sin conodmiento de las Escrituras (Lucas 1:46-55). Ya fuera por obedecer a su esposo, por acatar un decreto civil, por cumplir la profecía de Jehová o por una combinadón de estos factores, el caso es que María realizó el viaje. Así nos dejó un magnífico ejemplo. Jehová valora muchísimo tanto a los hombres como a las mujeres que demuestran una actitud obediente y humilde. Yen estos tiempos en que ser sumiso no se considera predsamente una virtud, María es un excelente modelo para todas las personas fieles a Dios. El nacimiento de Cristo María debió respirar aliviada cuando por fin vio Belén a lo lejos. Mientras subían por una ladera llena de olivos -cuyo producto era de los últimos en cosecharse-, puede que José y María recordaran la historia de Belén. Era una localidad tan pequeña que, como había dicho Miqueas, ni siquiera se la contaba entre las ciudades de Judá. Aun así, personajes como Boaz, Noemí y David habían naddo allí más de mil años antes. Debido al censo, el pueblo estaba lleno de gente. Muchos otros habían llegado antes que ellos, y no había espado en el lugar de hospedaje.* Asf que no les quedó más remedio que pasar la noche en un establo. Podemos imaginarnos el nerviosismo de José al ver que su esposa empezaba a sufrir dolores que nunca antes habfa sentido. ¡Los dolores de parto habían comenzado! Muchas mujeres de todo el mundo saben por lo que estaba pasando María. Cuatro mil años antes, Jehová había predicho que, debido al pecado heredado, la mujer sufriría durante el parto (Génesis 3:16). Y nada indica que María fuese la excepción. Mostrando * En los pueblos de aquellos días era habitual preparar un lugar para alojar a los viajeros que iban de paso. LA ATALAYA • 1 DE OCTUBRE DE 2008

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mucho respeto po r la privacidad del acontecimiento, Lucas simplemente dice que ella "dio a luz a su hijo, el primogé nito" (Lucas 2:7). Asi es, este fue el primer hijo de María, quien por lo menos tuvo otros seis (Marcos 6:3). Pero este hijo era especial. No solo era su primogénito, sino también "el primogénito de toda la creació n": ¡el Hijo unigénito de Dios! (Colosenses 1:15.) A continuació n, el relato aporta otro conocido detalle: "Lo envolvió con bandas de tela y lo acostó en un pesebre" (Lucas 2:7). Numerosas representaciones, pinturas y obras teatrales en todo el mundo suelen pintar esta escena de forma encantadora. Pero la realidad es otra. Para empezar, el pesebre es un cajó n donde se echa la comida a los animales. Además, la familia se encontraba en un establo, un lugar que ni siquiera hoy se caracteriza po r estar limpio y ventilado. ¿Qué padres elegirían un lugar asf para traer al mundo a su hijo? Los padres no rmalmente quieren darles lo mejor a sus hijos. ¡Cuánto más josé y María, que tenían con ellos al Hijo de Dios! Sin embargo, ellos no se amargaron por la situación; más bien, hicieron todo Jo que estaba en sus manos. María, por ejemplo, envolvió al bebé con bandas de tela y lo acostó a dormir en el pesebre, procurando que estuviera cómodo y no pasara frío. Dadas las circunstancias, Jo atendió lo mejor que pudo. Además, tanto ella como José tenían claro que lo más importante era cuidarlo en sentido espiritual (Deutero nomio 6:6-8). Aunque hoy día se desprecian los valo res espirituales, los buenos padres tienen el mismo orden de prioridades que José y María. Una animadora visita La calma se interrumpe cuando un grupo de pastores entra a toda prisa en el establo. Llega n deseosos de ver a la familia, especialmente al recién nacido. No caben en sf de la 24

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emoción, y sus rostros irradian alegría. Han llegad o corriendo desde las laderas donde viven con sus rebaños.* De inmediato les cuentan a los sorprendidos padres lo q ue acaba de sucederles. Se les ha aparecido un ángel en el campo de noche. La brillante gloria de j ehová los ha rodeado y el ángel les ha anunciado que el Cristo, o Mesías, acaba de nacer en Belén y que lo encontrarán envuelto en bandas de tela en un pesebre. Y luego ha sucedido algo todavía más espectacular: ¡un grandioso coro de ángeles se ha reu nido para alabar a j ehová! Con razón llegaron corriendo a Belén. Podemos imaginarnos la emoción de estos humildes ho mbres al encontrar al recién nacido exactamente donde el ángel les había dicho. Y no se callaro n las buenas noticias. Al contrario, "dieron a conocer el dicho que se les había hablado [...1. Y cuantos oyeron se maravillaron de las cosas que les dijeron Jos pastores" (Lucas 2:17, 18). Es muy probable que Jos líderes religiosos de aquel tiempo menospreciaran a los pasto res. Sin emba rgo, resulta evidente que jehová apreciaba mucho a estos ho mbres humildes y fieles. Ahora bien, ¿qué impresió n ca usó en Marfa la visita de los pastores? Seguramente, ella estaba agotada por el parto. Aun así, prestó mucha atención a todo lo que se dijo. No solo eso, "Maria iba conservando todos estos d ichos, sacando conclusiones en su corazón " (Lucas 2:19). Esta joven reflexiva comprendió enseguida la relevancia del mensaje angélico. Su Dios, j ehová, q uería que ella conociera la identidad de su hijo y se diera cuenta de lo importante que este era. Así que ella hizo más que solo escuchar. Fue guardando estas palabras en su • El hecho ele que los rebaños estuvieran a la Intemperie confirma lo que indica la cronologfa bfblica: que Cristo nació en algún momen to a principios ele octubre, y no en clidembre, cuando los rebaños estarían resguardados cerca de las casas.


corazón a fin de meditar en ellas mes tras mes y año tras año. Sin duda, la meditación contribuyó a que la fe de María se mantuviera siempre firme. Y usted, ¿imitará a María? jehová ha llenado las páginas de la Biblia con verdades espirituales. Pero estas no nos servirán de nada si no les prestamos atención. Para eso, tenemos que leer la Biblia con regularidad, conscientes de que no es un libro más, sino la Palabra de Dios (2 Timoteo 3:16). Luego debemos guardar esos dichos espirituales en nuestro corazón y sacar lecciones útiles, tal como hizo María. Si meditamos en Jo que leemos y buscamos maneras de poner en práctica a mayor grado los consejos bfblicos, nuestra fe se hará más fuerte. Más dichos en Jos que meditar A los ocho días de nacer el niño, sus padres lo circuncidaron de acuerdo con la Ley mosaica y, tal como se les habfa indicado, lo llamaron j esús (Lucas 1:31). Luego, cuando cumplió cuarenta días, lo llevaron de Belén al templo de jerusalén, a pocos kilómetros de distancia, y allí presentaron la ofrenda de purificación que la Ley estipulaba para los pobres: dos tórtolas o dos pichones. Tal vez se sintieran mal por no poder ofrecer un carnero y una tórtola, como otros padres¡ pero si fue así, no dejaron que eso les afectara. El caso es que recibieron mucho ánimo mientras estuvieron en el templo (Lucas 2: 21-24). Un anciano llamado Simeón se les acercó y les dio más ideas en las que meditar. Dios le había prometido a este hombre que vería al Mesías antes de morir, y el espíritu santo de Jehová le había revelado que el pequeño j esús era el predicho Salvador. Simeón le comunicó a Marra que un día iba a sentir un g ran dolor, como si una larga espada la atravesara (Lucas 2:25-35). Puede que estas palabras la ayudaran a aguantar cuando llegó ese

momento, más de treinta años después. Una profetisa de nombre Ana también reconoció al pequeño j esús y empezó a hablar de él a todos los que esperaban la liberación dejerusalén (Lucas 2:36-38). ¡Qué buena decisión tomaron José y María al llevar al niño al templo de jehová en j erusalén ! Esta fue la primera de muchas visitas al templo que su hijo haría fielmente durante toda su vida. En aquella ocasión ofrecieron lo que pudieron y, a cambio,

Sime6n tuw el honor de ver al predicho Salvador

recibieron instrucción y áni mo. Seguro que ese día María salió del templo llena de fe y con el corazón repleto de dichos espirituales en los que podría meditar y que podría compartir con los demás. Es hermoso ver que hoy d ía muchos padres siguen este ejemplo. Los testigos de jehová también llevan regularmente a sus hijos a las reuniones cristianas. Estos padres dan lo que pueden: entre otras cosas, ofrecen palabras de ánimo a sus compañeros de creencia. A su vez, salen fortalecidos, felices y llenos de cosas buenas que compartir con los demás. ¿Por qué no los acompaña? Hágalo y verá que su fe se fortalece, como en el caso de María. LA ATALAYA • 1 DE OCTUBRE DE 2008

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Aprend ió de sus errores O SOLO es el espeluznante silbido del N viento atravesando la cubierta; tampoco es ensordecedor estruendo de las olas romel

piendo ininterrumpidamen te contra la borda y haciendo estremecerse hasta el último rincón del barco. Lo peor son los gritos de los marineros luchando a muerte por mantener la embarcación a flote. Jonás siente que ya no puede soportarlo más. Está convencido de que todos van a morir... ¡y la culpa ha sido solo suya! ] onás se encuentra en esta angustiosa situación porque ha cometido un grave error. Pero ¿cuál fue ese error? Ylo que es más importante aún, ¿está a tiempo de arreglarlo? A continuación examinaremos el relato de}onás para encontrar la respuesta a estas preguntas. También aprenderemos buenas lecciones para todos nosotros. Veremos, por ejemplo, que los siervos fieles de Dios pueden cometer errores, pero también pueden rectificarlos.

Un profeta de Galilea A menudo, cuando se menciona a ]onás, la gente suele recordar únicamente sus defectos: que desobedeció a Dios en varias ocasiones y que fue un tanto testarudo. Sin embargo, también era un buen hombre que tenía grandes virtudes. Jehová Dios no lo habría elegido para ser su profeta si no hubiera sido un siervo fiel y justo. Sabemos, por lo que dice 2 Reyes 14:25, que procedía de Gat-héfer, que estaba a solo cuatro kilómetros (dos millas y media) de Nazaret, el pueblo donde unos ocho siglos después se cria-

rfa jesucristo.* jonás profetizó cuando jeroboán II gobernaba sobre las diez tribus del reino de Israel. Ya hada mucho tiempo que Elías había desaparecido; y su sucesor, Elíseo, había muerto durante el reinado del padre de Jeroboán 11. Ambos profetas -enviados por Jehová- habían conseguido erradicar la adoración de Baal, pero Israel habfa vuelto a descarriarse. El país se hallaba ahora bajo la influencia de un rey que "hac[ía] lo que era malo a los ojos de jehová" (2 Reyes 14:24). De modo que ser profeta en esos tiempos no debió ser fácil ni agradable. Aun así, Jonás cumplió fielmente su comisión. Pero cierto día, su vida dio un giro inesperado: recibió un encargo divino que le pareció extremadamente difícil. ¿Cuál fue? "Ve a Nínive" "Ve a Nínive la gran ciudad -le dijo Jehová-, y prodama contra ella que La maldad de ellos ha subido delante de mf." Uonás 1:2.) ¿Qué tenia de difícil esta nueva comisión? Nínive - la capital de Asiria- estaba a unos 800 kilómetros (500 millas) en dirección este, y Llegar allí a pie podria tomarle un mes. Pero eso no era lo peor. Una vez en la ciudad, tendría • Es interesante que j onás fuera galileo porque, siglos después, los arrogantes fariseos dijeron lo siguiente: "Escudriila, y ve que de Galilea no ha de ser levantado ningún profeta" Uuan 7:52). Aun si estas palabras dichas para desautorizar a Jesús fueran una simple generalización de que era imposible que hubiera profetas en la humilde reglón de Galilea -como las interpretan muchos traductores e investigadores-, demuestran que los fariseos desconodan tanto su historia como las profecías (lsaras 9:1, 2}. LA ATALAYA • 1 DE ENERO DE 2009

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que proclamar la sentencia de Jehová contra los asirios, un pueblo muy conocido por su extremada violencia y crueldad. Si la predicación de Jonás había tenido poco éxito en el pueblo de Jehová, ¿qué podía esperarse de los paganos de la populosa Nfnive? ¿Cómo le iría a un solitario siervo de Jehová en este peligroso lugar, al que posteriormente se llamó "la ciudad de derramamiento de sangre"? (Nahúm 3:1, 7.) No sabemos qué ideas le pasaron aJonás por la cabeza. Lo que sí sabemos es cómo actuó. Jehová le dijo que fuera hacia el este, y él huyó lo más lejos posible en dirección contraria. Bajó hasta el puerto de Jope y allí se embarcó hacia Tarsis. Según algunos comentaristas, esta región se encontraba en España, a nada menos que 3.500 kilómetros (2.200 millas) de Nfnive. De ser así, aquel viaje hacia el extremo más lejano del mar Grande -como se conocía entonces al Mediterráneo- podía tomarle un año entero. Es o bvio que Jonás no tenía la más mínima intención de cumplir la comisión de Jehová. ¿Acaso era un cobarde? No lo juzguemos precipitadamente, pues más adelante veremos que dio muestras de gran valor. Como todos nosotros, era un hombre imperfecto que tenía que luchar contra sus debi lidades (Salmo 51:5).

A fin de cuentas, ¿quién no ha tenido miedo alguna vez? Puede que a veces creamos que Dios nos pide cosas dificilísimas, casi imposibles. Tal vez nos intimide, por ejemplo, cumplir el mandato cristiano de predicar las buenas nuevas del Reino de Dios (Mateo 24:14). En esas circunstancias es fádl olvidar que, como dijo Jesús, "todas las cosas son posibles para Dios" (Marcos 10:27). Si a nosotros nos ha ocurrido esto en alguna ocasión, es probable que entendamos mejor la reacción de Jonás. Ahora bien, ¿tuvo consecuencias lo que hizo? Jehová disciplina al profeta Tratemos de imaginarnos la escena. Ya a bordo de la nave -probablemen te un barco de carga fenicio-, jonás observa al capitán y a la tripuladón afanándose para sacar la embarcación del puerto. Mientras la costa desaparece lentamente de su vista, j onás respira aliviado pensando que ya está a salvo. Pero la calma no dura mucho. De repente, fuertes vientos comienzan a agita r el mar con rabia desmedida, levantando olas tan grandes que harían que barcos modernos parecieran diminutos juguetes. En poco tiempo, la nave se convierte en un frágil casca-

Obedeciendo la petición de jonás, los marineros lo levantaron y lo lanzaron al mar


rón de madera perdido en la inmensidad del océano, a merced de las embraveddas olas. ¿Sabe ya jonás que es "Jehová mismo" quien está provocando "un gran viento en el mar"? Es difídl predsarlo. Lo que sí sabe es que de nada servirán las invocaciones de los marineros a sus dioses. Como él mismo indica, la nave está "a punto de ser destrozada" (Jonás 1:4; Levítico 19:4). El único Dios que puede ayudarlos es jehová. Pero¿ cómo va a pedirle ayuda cuando está huyendo de él? Viendo que no puede hacer nada, jonás baja a la bodega del barco, se acuesta en un rincón y cae dormido.* Cuando el capitán lo encuentra, lo despierta y le dice que ruegue a su dios, como hacen todos los demás. Los marineros están convencidos de que el origen de la tormenta es sobrenatural, así que echan suertes entre ellos para averiguar quién ha provocado la ira de los dioses. Seguro que ajonás se le forma un nudo en el estómago cuando ve que uno a uno se va descartando a todos los marineros y solo queda él. Enseguida jonás se da cuenta de lo que está ocurriendo: es jehová quien dirige las suertes y quien ha provocado la tormenta (Jonás 1:5-7). De inmediato confiesa a los marineros que él es el culpable. Se había subido al barco para huir del Dios todopoderoso, jehová, a quien había desobedecido. Pero al hacerlo, los había puesto a todos en peligro. Con el terror dibujado en sus rostros, los hombres le preguntan qué deben hacer para salvar la nave y sus vidas. ¿Cómo reacciona jonás? Es probable que la idea de morir ahogado en ese mar frío y enfurecido le hiciera estremecerse. Pero ¿cómo va a condenar a estos hombres a una muerte segura sabiendo que él puede salvarlos? "Álcenme, y • Segón la Septuaginta, jonás estaba tan profundamente dormido que roncaba. Sin embargo, esto no significa que no le importaba lo que estaba pasando. Recordemos que a veces quienes está n muy deprimidos sienten la irresistible necesidad de do rm ir. Mientras j esús oraba angustiado en el jardin de Getsemanf, los apóstoles Pedro, Santiago y Juan también cayeron "adormitados de desconsuelo" (Lucas 22:45).

arrójenme al mar - contestó-, y el mar se les aquietará; porque me doy cuenta de que por causa de mf está sobre ustedes esta gran tormenta." (Jonás 1:12.) Esta no es la respuesta de un cobarde, ¿verdad? De seguro, a j ehová le conmovió este gesto sacrificado y valiente, pues reflejaba gran fe en Dios. jonás dio un buen ejemplo al preocuparse por el bienestar de los demás antes que por el suyo, algo que nosotros podemos imitar (Juan 13:34, 35). ¿Nos esforzamos por dar ayuda -física, emodonal y espiritual- a quienes la necesitan? En tal caso, estaremos complaciendo a Jehová. Puede que el gesto dejonás también conmoviera a los marineros, porque al principio se negaron a arrojarlo al mar. Hicieron todo lo que se les ocurrió para capear el temporal, pero no sirvió de nada. La tormenta arreciaba, así que no les quedó más remedio que levantar a jonás y, pidiendo que su Dios, jehová, le tuviera misericordia, lo lanzaron por la borda (Jonás 1:13-15). SaJvado por la misericordia divina jonás cae sobre el furioso mar. Quizá distingue el barco alejándose a través de una cortina de espuma mientras lucha contra las olas para mantenerse a flote. Pero, finalmente, la corriente lo va arrastrando hacia el fondo, y él pierde toda esperanza. Podemos saber qué sientejonás durante esos angustiosos momentos gracias a lo que puso por escrito tiempo después. Allf nos cuenta cómo rápidas imágenes empiezan a desfilar por su cabeza. Piensa con gran pena que nunca volverá a ver el hermoso templo de jehová en jerusalén . Además, tiene la sensación de estar bajando a lo más profundo del mar, a donde nacen las montañas. Las algas se le enredan en la cabeza. Está convencido de que aquella será su tumba (Jonás 2:2-6). Pero ¿qué es esa inmensa sombra que se mueve a su lado? Parece un ser vivo. De repente, se acerca, se abalanza sobre j onás con sus LA ATA LAYA • 1 DE ENERO DE 2009

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grandes mandíbulas abiertas y lo engulle de un bocado. Ahora sí que es el fin. Pero ¿cómo es posible? ¡Sigue vivo! No ha sufrido ningún daño. ¡Si hasta puede respirar con normalidad ... ! Su asombro es mayor a cada minuto que pasa. Solo hay una explicación posible: fue Jehová quien "asignó un gran pez para que se [lo] tragara" (Jonás 1:17).* Las horas pasan . En medio de la más absoluta oscuridad, jonás tiene tiempo para poner en orden sus pensamiento s y orar a jehová. Su oración - reproducida en el capítulo 2 del libro de jonás- nos enseña más detalles de él. En ella hace frecuentes citas de los Salmos, lo cual indica que tiene un gran conocimien to de las Escrituras. Sus palabras de conclusión también revelan que posee una valiosa cualidad: la gratitud. Por ello le dice a jehová: "En cuanto a mí, con la voz de acción de gracias ciertamente te haré sacrificio. Lo que he prometido en voto, ciertamente pagaré. La salvación pertenece a jehová" (Jonás 2:9). Este episodio le enseñó a jonás una importante lección: jehová puede salvar a cualquier siervo suyo, sin importar el lugar y el momento. Nada pudo impedir que salvara a jonás, ni siquiera el hecho de que se encontrara "en las entrañas del pez" (Jonás 1:17). Únicamente jehová puede mantener a un hombre sano y salvo durante tres días y tres noches en el estómago de un animal marino. No olvidemos nunca que jehová es el "Dios en cuya mano [nuestro] aliento está" (Daniel 5:23). En efecto, a ~lle debemos nuestra mismísima existencia. ¿No es este un buen motivo para estarle agradecidos? Pues no hay mejor modo de demostrarlo que obedeciéndole. • l.a palabra hebrea para "pez" se traduce al griego como "mon~truo marino" o "pez enorme". Aunque es impo~ ible determinar qu~ tipo de "gran pez" era este, se sabe que en el McditNráneo hay tiburones capaces de tragarse a un hombre entero. Y estos no son los anima· les marinos más grandes que existen. El tiburón baile· na, por ejemplo, puede alcanza r los 15 metros (45 pies) de largo, o incluso má ~ . 28

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Eso fue lo que hizo jonás. Veamos cómo. Después de tres días y tres noches, la enorme criatura marina se acercó a la costa y "vomitó a jonás en tierra seca" (Jonás 2:10). ¿No es increíble? ¡Ni siquiera necesitó nadar para llegar a la orilla! Claro que, una vez en la playa, tuvo que arreglárselas él mismo para salir de allf. Al poco tiempo se le presentó la oportunidad de demostrar lo agradecido que estaba. En jonás 3:1, 2 leemos: "Entonces la palabra de jehová le ocurrió a jonás por segunda vez, y dijo: 'Levántate, ve a Nfnive la gran ciudad, y proclámale la proclamación que te voy a hablar' ". ¿Qué haría el profeta ahora? Sin dudarlo un instante, "se levantó y fue a Nínive según la palabra de jehová" (Jonás 3:3). Es obvio que aprendió de sus errores, pues obedeció de inmediato. He aquí algo más que podemos imitar del fiel jonás. Está claro que todos pecamos y cometemos errores (Romanos 3:23). Pero ¿cómo reaccionamos? ¿Nos damos por vencidos? ¿O aprendemos de nuestros errores y regresamos al buen camino? En el caso dejonás, ¿vio él recompensa da su obediencia? Claro que sí. Para empezar, parece que tiempo después se enteró de que los marineros habían sobrevivido. Como la tormenta había amainado justo después de que lanzaran a jonás por la borda, habían "empeza[do] a temer en gran manera a jehová" y, llenos de gratihtd, habían hecho un sacrificio a jehová, y no a sus dioses falsos (Jonás 1:15, 16). Sin embargo, lo mejor vino mucho tiempo después. jesús utilizó el período que jonás pasó dentro del pez para profetizar el tiempo que él mismo estaría muerto, es decir, en el Seol (Mateo 12:38-40). Imaginémon os cómo se sentirá jonás cuando resucite en la Tierra: sin duda será para él un gran honor enterarse de que el propio jesucristo mencionó sus experiencias (Juan S: 28, 29). Pues bien, jehová también tiene recompensas para nosotros. Pero si queremos redbirlas, debemos hacer como jonás: aprender de nuestros errores, ser obedientes y poner los intereses de los demás por encima de los nuestros.


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Críticas contra Jonás • ¿De veras ocurrieron los sucesos narrados por jonás? Desde siempre, este libro bíblico ha sido objeto de muchos ataques. De hecho, la alta crítica lo descalifica tachándolo de fábula, leyenda, mito o mera ficción. Asf, en cierta revista del siglo XIX se publicó la peculiar interpretación que un eclesiástico hizo del relato de jonás y el gran pez. Según él, jonás estaba alojado en una posada del puerto de jope llamada La ballena, de la que lo echaron al quedarse sin dinero. Por eso podía decirse que una ballena había "tragado" a jonás y luego lo había "vomitado". Parece que los críticos de la Biblia tenían más ganas de "comerse" a jonás que el propio pez ... Pues bien, ¿a qué se debe tanto escepticismo? Básicamente a que el relato narra milagros y, por lo visto, muchos parten de la idea de que los milagros son imposibles. Pero ¿lo son realmente? Tomemos por caso la oración con la que comienza la Biblia: "En el principio Dios creó los cielos y la tierra" (Génesis 1:1). ¿Cree usted esta declaración? Millones de personas de todo el mundo la encuentran muy razonable. Y sin embargo, esta simple afirmación hace referencia a un milagro mucho mayor que cualquiera de los que se registraron posteriormente en la Biblia.

Pensemos por un momento en el poderoso Ser que creó el inmenso universo y las maravillosas formas de vida en la Tierra. ¿Qué sucesos del libro de jonás resultarían imposibles para él? ¿Provocar una tormenta? ¿Hacer que un enorme animal marino se tragara a un hombre y luego lo vomitara? Para alguien con

Los escépticos también aseguran que nadie podría sobrevivir dentro de un pez durante tres días sin asfixiarse. Con todo, el ser humano ha descubierto cómo respirar bajo el agua durante largos períodos usando tanques llenos de oxígeno. ¿No podría Dios, que es infinitamente más poderoso y sabio, mantener vivo a jonás durante tres días? Como le dijo cierto ángel a María, "Con Dios ninguna la madre de jesús, "con declaración será Dios ninguna declaración [es] una imposibilidad." una imposibilidad" (Lucas 1:37). (LUCAS 1 :37) Veamos otros datos que confirman la credibilidad del tanto poder, cualquiera de es- relato de jonás. Por un lado, tos actos sería un juego de ni- tenemos su descripción miños {lsafas 40:26). nuciosa y realista del barco y Además, a veces se produ- su tripulación. En jonás 1:5 se cen sucesos asombrosos sin dice que los marineros lanzaningún tipo de intervención ron su mercancía al mar divina. Cuentan, por ejemplo, para aligerar la nave, una que en 1758, un marinero cayó práctica que, según los histoal mar Mediterráneo y fue tra- riadores antiguos y la ley ragado por un tiburón. Tras dis- bínica, era habitual en caso pararle una bola de cañón, de mal tiempo. También tela tripulación consiguió que el nemos la descripción que joanimal vomitara al hombre y nás hace de Nínive, igualmenasí pudieron recuperarlo sano te respaldada por la historia y y salvo. Puede que este relato la arqueología. Pero la mayor -sea cierto o no- nos resu l- de las pruebas es la relación te sorprendente e incluso nos que el propio jesús estableimpresione, pero no diríamos ció entre los tres días que joque fue resultado de un autén- nás estuvo dentro del pez y el tico milagro. Pues bien, si su- tiempo que él estaría muerto cesos semejantes son posibles {Mateo 12:38-40). Su testimosin que Dios intervenga, ¿no nio confirma más allá de toda será él capaz de hacer mucho duda que el relato de jonás es más con su poder? auténtico. LA ATALAYA • 1 DE ENERO DE 2009

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EJEMP LOS DE FE

Aprendió a ser misericordioso ONÁS tiene tiempo de sobra para pensar. Le aguarda un viaje de más de 800 kilómetros (500 millas), que seguramente le tomará un mes o más. . Lo primero es elegir qué ruta seguir: la más corta o la más segura. Luego tendrá que cruzar un sinnúmer o de valles y montañas, bordear el inmenso desierto de Siria, vadear ríos tan caudalosos como el Éufrates y hospedarse con extranjeros en pueblos de Siria, Mesopotamia y Asiria. Durante su viaje, probablem ente piensa día tras día en su destino: Nínive, aquella ciudad asiria a la que tanto teme y a la que se acerca con cada paso que da. Él sabe perfectamente que no puede echarse atrás y de nuevo intentar eludir su comisión, como había hecho la vez anterior. jehová le había ordenado que se dirigiera a esa fortaleza asiria para advertir a sus habitantes que iban a ser destruidos, pero jonás se había embarcad o en dirección contraria. Así que Jehová envió una violenta tempestad contra su barco, y jonás comprend ió que, pese a los esfuerzos de la tripulació n por mantener la nave a flote, su desobediencia iba a costarles la vida a todos. Para salvar a aquellos intrépidos marineros, pidió que lo arrojaran por la borda. A regañadientes, estos lo lanzaron al agua. Cuando jonás ya estaba convencido de que iba a morir, Jehová hizo que un gran pez lo engullera. Tres dí&s después, este lo depositó sano y salvo en una playa. Sin duda, aquella impresion ante experiencia le enseñó a jo-

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nás a ser más obediente (Jonás, capítulos 1 y2).*

Yuna vez más, jehová le ordenó que fuera a Nfnive. Pero en esta ocasión, el profeta obedece y emprende eJ largo viaje hacia el este (Jonás 3:1-3). ¿Significa eso quejonás ha permitido que la disciplina divina cambie por completo su actitud? jehová le ha mostrado misericord ia al salvarlo de morir ahogado, al no castigarlo por su desobedie nda y al darle una segun da oportunid ad para realizar sucomisión. Pero ¿ha aprendido Jonás a ser misericordioso con los demás? Esta es una cualidad que a los seres hu manos imperfectos nos cuesta trabajo cultivar. Veamos qué sucedió con Jonás y qué podemos aprender nosotros de ello. Una p rofecía condenat oria y una reacción inesperad a jehová y jonás veían a Nfnive con ojos muy distintos. La Biblia dice que "Nínive misma era una ciudad grande ante Dios" (Jonás 3:3). Yen el libro de jonás, jehová llama tres veces a Nínive "la gran ciudad" (Jonás 1:2; 3:2; 4:11). ¿Por qué la consideraba Dios tan importante? Nínive era una dudad muy antigua, pues fue una de las primeras que Nemrod fundó tras el Diluvio. Aquella metrópoli, que probablemente englobaba a otras ciudades, era tan grande que atravesarla a pie tomaba unos tres días (Génesis lO:ll;joná s 3:3). Sus majestuo• Véase el artículo "Ejemplos de fe: Aprendió de sus errores", en el número dell de e nero de 2009 de út Ata· ill}fl.


sos templos, imponentes muros y demás edificios debían de conferirle un aspecto impresionante. Con todo, no era por eso que Dios la consideraba important e. Lo que a él le interesaba era toda la gente que vivía allí. En aquel tiempo, Nínive era muy populosa. Y aunque sus habitantes cometían muchas maldades, jehová se preocupaba por ellos. ¿Por qué? Porque Dios valora la vida de todos y cada uno de los seres humanos, y por ello desea que se arrepienta n y dejen el mal camino. Cuando jonás llegó a Nínive y vio su enorme población -compuesta por más de ciento veinte mil personas -, es probable que se sintiera aún más intimidado.* Caminó todo un dfa, internánd ose en el bullido de la ciudad, tal vez en busca de un lugar céntrico para difundir su mensaje. No sabemos exactamente de qué forma lo comunicó. Puede que supiera hablar el idioma o que jehová le concediera dicha habilidad de forma milagrosa. También es posible que jonás se valiera de un intérprete para traducir el hebreo a los ninivitas. Sea como fuere, su mensaje era claro y no precisamente agradable: "Solo cuarenta días más, y Nínive será derribada " (Jonás 3:4). Habló con determinación y repitió el mensaje varias veces, y así demostró que tenía gran fe y valor. ¿No es cierto que los cristianos necesitamos hoy más que nunca esas cualidades? Su mensaje no pasó desapercibido. Seguramente,]on ás se había preparado para una respuesta hostil, o hasta violenta. Sin embargo, ocurrió algo totalment e inesperado: ¡la gente le hizo caso! Sus palabras se extendier on como reguero de pólvora, y en poco tiempo la condena profética dejonás estaba en boca de todos. ¿Cuál fue el resultado? "Los hombres de Nínive empezaron a poner fe en Dios, y • Se calcula que la capital de Israel, Samarl~, contab~ en tiempos de jonás con 20.000 ó 30.000 habitantes: m siquiera una cuarta parte de la población de Nfnive. En su momento de mayor apogeo puede que Nfnive fuera la ciudad más grande del mundo.

procedieron a proclamar un ayuno y a ponerse saco, desde el mayor de ellos aun hasta el menor de ellos." (Jonás 3:5.) Ricos y pobres, poderosos y débiles, jóvenes y viejos ... todos se arrepintieron de sus pecados. Finalmente, las noticias de la reacción del pueblo llegaron a oídos del mismísim o rey. El monarca también se contagió del temor de Dios. Se levantó de su trono, se quitó sus vestiduras reales, se vistió con la misma prenda rudimenta ria que llevaban sus súbditos y "se sentó en las cenizas". Luego promulgó un decreto junto con "sus grandes" -es decir, los nobles- para que todo el mundo se sumara al ayuno que se había iniciado voluntariamente. Ordenó que todos se vistieran de saco, incluidos los animales domésticos.* Además, el rey reconoció con humildad que su pueblo había cometido grandes maldades y que eran muy violentos. Al parecer, tenía la esperanza de que Dios viera su arrepentim iento y les mostrara misericordia, pues dijo: "¿Quién hay que sepa si el Dios verdadero [...] se vuelva de su cólera ardiente, de modo que no perezcamos?" (Jonás 3:6-9). Hay críticos a los que les cuesta creer que los ninivitas se arrepintieran de forma tan súbita. No obstante, algunos biblistas señalan que semejante reacción encaja con el carácter cambiante y supersticioso de esas culturas antiguas. En cualquier caso, el propio jesucristo aludió tiempo después al arrepentimiento de los ninivitas (Mateo 12:41). Ysabía de lo que hablaba, pues cuando ocurrieron aquellos hechos, él estaba en el cielo y vio por sí mismo todo Jo sucedido (Juan 8:57, 58). Ahora bien, ¿cómo respondió jehová ante el arrepentim iento de Nínive? • Este detalle puede sonar extrailo, pero existen precedentes en la antigüedad. El historiador griego Heródoto narra una ocasión en que los antiguos persas incluyeron a su ganado en ciertos ritos fun erarios en honor de un general muy apreciado.


Misericordia divina, intransigencia humana

su conducta, como hicieron los ninivitas (Ezequiel 33:11). En cierta ocasión le aseguró al profeta jeremías: "En cualquier momento que yo hable contra una nación l--·1 pa ra desarraigarla y para demolerla y para destruirla, y esa nación realmente se vuelva de su maldad contra la cual haya hablado, yo también ciertamen te sentiré pesar por la calamidad que haya pensado ejecutar en ella" (Jeremías

"El Dios verdadero llegó a ver las obras de ellos, que se habían vuelto de su mal camino; y por eso el Dios verdadero sintió pesar en cuanto a la calamidad de que había hablado que les causaría; y no la causó." (Jonás 3:10.) ¿Por qué no castigó Jehová a los ninivitas? ¿Concluyó que los había juzgado mal? No. 18:7, 8). Su juicio no podía estar equivocado, pues la Entonces, ¿se quedó sin cumplir la profecía Biblia dice: "Perfecta es su actividad, porque de]o nás? No, pues sf cumplió con su propósitodos sus caminos son justicia. Dios de fidelito: advertir a los ninivitas para que cambia(Deuteroinjusticia" hay no dad, con quien ran. Pero si volvían a su mal camino, no escaensencillam fue nomio 32:4). Lo que ocurrió parían del castigo profetizado. De hecho, eso aquellas que Vio te que su justa ira se aplacó. fue justo lo que sucedió tiempo despersonas habían cambiado y decidió pués (Sofonfas 2:13-15). Dios desea que ya no era necesario castigarlas, Y jonás, ¿cómo reaccionó cuando sino mostrarles misericordia y comque los de la sentencia pasión. malvados se vio que la ejecución divina no llegó cuando esperaba? Jehová no se parece en nada al arrepien tan El relato informa que "le desagradó Dios estricto y cruel que describen y cambien te, y llegó a estar enardecisumamen contraAl muchos líderes religiosos. su conducta, do de cólera" (Jonás 4:1). Incluso se ioso. misericord rio, es razonable y como atrevió a dirigirle al Todopoderoso Antes de ejecutar un castigo, envía hicieron una oración en la que parecía querer sieradvertencias por medio de sus ninivitas los reprenderlo. El profeta insinuó que vos humanos, pues desea que Jos haberse quedado en su hodebería malvados se arrepienta n y cambien


gar, en su propia tierra. Afirmó que siempre había sabido que jehová no castigaría a Nínive, y utilízó ese argument o como excusa para justificar por qué había huido a Tarsis. Por último, le pidió a Dios que le quitara la vida, asegurando que prefería morir a seguir vivo (Jonás 4:2, 3). ¿Qué era lo que en realidad le molestaba? Bueno, no podemos saber qué le pasaba por la cabeza, pero sí sabemos que el juicio contra los ninivitas lo había proclamado él. Estos le habían creído, pero el castigo no llegaba. ¿Será que temía que se burlaran de él y lo tacharan de falso profeta? Quién sabe ... El caso es que no se alegró ni por el arrepentim iento de los ninivitas ni por la misericordia que les mostró jehová. Más bien, se sintió herido en su orgullo y se dejó llevar por el resentimiento y la autocompasión. Pero a pesar del caprichoso enojo de jonás, Dios seguía viendo algo bueno en él. Asf que, en lugar de castigarlo por su falta de respeto, le formuló con paciencia una pregunta para hacerlo razonar: "¿Es con razón que te has enardecido de cólera?" (Jonás 4:4). ¿Y qué respondió jonás? La Biblia no lo dice. Una lecdón de misericor dia El profeta salió de Nínive muy abatido. Pero en vez de volver a su hogar, partió hacia el este, a una zona montaños a desde la que se divisaba toda la región. Allí levantó un pequeño cobertizo y esperó a ver qué ocurría con Nínive, pues por lo visto aún tenía esperanzas de presenciar su destrucción. ¡Qué hombre tan testarudo!, ¿verdad? ¿Cómo le enseñó jehová a ser más compasivo? Durante la noche, Dios hizo que brotara una calabaza vinatera. Al despertar, jonás se encontró con una planta exuberant e que le proporcionaba mucha más sombra de la que jamás tendría bajo su tosco cobertizo. Al verla, "empezó a regocijarse mucho", quizás porque consideraba que el milagroso crecimiento de la planta era una señal del favor divino.

Dios se valió de una calabaza vinatera para enseñar a Jonás a ser misericordioso

Pero j ehová pretendía algo más que protegerlo del calor y aplacar su caprichoso temperamento: quería llegarle al corazón. Asf que hizo que un gusano atacara la calabaza y la secara. Luego envió "un viento abrasador del este", tan agobiante que jonás "se desmayaba". ¿Cómo reaccionó él? Volvió a desmoralizarse y a pedirle a Dios que acabara con su vida (Jonás 4:6-8). De nuevo, jehová le preguntó si tenía razón para enojarse, en este caso por la muerte de la calabaza vinatera. Pero jonás se justificó así: "Con razón me he enardecido de cólera, hasta el punto de la muerte". jehová decidió que e ra el momento de hacerle ver la seriedad del asunto (Jonás 4:9). Para hacerle razonar, primero señaló que jonás estaba triste por la muerte de una simple planta que había crecido en una noche y que él ni siquiera había plantado ni regado. Y luego le preguntó: "Por mi parte, ¿no debería yo sentir lástima por Nínive la gran ciudad, en la cual existen más de ciento veinte mil hombres que de ningún modo saben la diferencia entre su mano derecha y su LA ATALAYA • 1 DE ABRIL DE 2009

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EJE MP LO S D E F E

Un a Inujer sen sat a N CUANfO vio al joven, Abigail se dio cuenta de que un grave peligro se les venia encima. Era obvio que estaba aterrorizado ... y con razón. Cuatrocientos guerreros se dirigían hacia ellos dispuestos a matar a todos los varones de la casa. Pero ¿por qué iban a hacer algo asf? Por culpa de Nabal, el esposo de Abigail. Como era habitual en él, se había comport ado de forma cruel e insolente. Pero esta vez se había metido con' la persona equivocada: el comandant e de un grupo de leales y experimentado s guerreros. De ahí que uno de los trabajadores de Nabal-q uizás un pastor- fuera a contárselo a Abigail, con la esperanza de que a ella se le ocurriera algo para evitar aquella matanza . Sin embargo, ¿qué podía hacer una mujer contra semejante ejérdto? Antes de saber lo que hizo, conozcámosla mejor. ¿Qué clase de mujer fue Abigail? ¿Qué sucesos provocaron esta crítica situación? ¿Y qué nos enseña su ejemplo de fe?

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Sensata y hermosa Difícilmente podría decirse que Abigail y Nabal eran tal para cual. Él tuvo la fortuna de encontra r una esposa como Abigail, pero ella salió perdiendo. Es derto, Nabal era rico, y seguro que eso lo hada sentirse muy importan te. Pero todo parece indicar que los demás no tenían muy buena opinión de él. En la Biblia cuesta encontra r a otro personaje del que se hable con tanto desdén. De hecho, su propio nombre significa "Insensato" o "Estúpido". No se sabe si se lo pusieron al nacer, o si él mismo se ganó ese apodo con el tiempo. 18

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El caso es que le encajaba a la perfección. Nabal era "áspero y malo en sus prácticas". Era un bravucón y un borracho, un hombre temido y despreda do por todos (1 Samuel 25:2, 3, 17, 21, 25). Sin embargo, Abigail era totalmen te diferente. Su nombre significa "Mi Padre Se Ha Regocijado". Todo padre se siente orgulloso de que su hija sea hermosa, pero si es sabio, también querrá que sea una hermosa persona. Por desgracia, suele ocurrir que quienes disfrutan de belleza física no se molestan en cultivar virtudes como la sensatez, la sabiduría, la valentía y la fe. Pero Abigail no cometió ese error. Según la Biblia, además de ser hermosa, era "buena en cuanto a discreción"; en otras palabras, era una mujer sensata (1 Samuel25:3). Entonces, ¿por qué se casó esta inteligente joven con un hombre que no servía para nada? Recordemos que en aquellos tiempos se tenía m uy en cuenta la opinión de los padres a la hora de casarse. Tanto es así que muchos concerta ban el matrimo nio de sus hijos. Aun cuando este no fuera el caso de Abigail, puede que sus padres la presionaran a casarse con Nabal. Quizás lo hicieran deslumb rados por su riqueza y promin encia, o presionados por las dificultades económicas. La triste realidad es que Nabal-p ese a todo su dinero- no fue una buena elecdón. Los padres sensatos enseñan a sus hijos a respetar la institución del matrimo nio. Por eso no los animan a casarse por dinero, ni los presionan para que empiecen a salir con alguien cuando todavía no tienen la madurez nece-


saria (1 Corintios 7:36). Pero Abigail ya estaba casada y no había vuelta de hoja, así que se esforzó por ser la mejor esposa posible.

"Les gritó reprensiones" Pero ahora la situación estaba peor que nunca. Nabal había ofendid o ni más ni menos que a David, el fiel siervo de Dios a quien el profeta Samue l había ungido como suceso r del rey Saúl (1 Samuel16:1, 2, 11-13). Escapando de la furia asesina de este celoso rey, David y sus 600 hombr es se habían refugiado en el desierto. Aunqu e Nabal vivía en Maón, tenía sus rebaños -y posible mente alguna s tierras - en las cercanías de la ciudad de Carmelo.* El lugar era idóneo para que pastaran las 3.000 ovejas de Nabal, pues ambas ciudades daban acceso a mesetas con abunda nte pasto. El resto de la región era árida e inhósp ita: al sur estaba el vasto desierto de Parán; y en dirección este, luego de atravesar desolados terrenos montañ osos, estaba el mar Salado. Era en estas regiones de desfiladeros y cuevas donde David y sus hombres sobrevivían a duras penas alimen tándos e de lo que cazaban. Y es probable que se cruzaran a menud o con los jóvenes pastores de Nabal. • l'.sta ciudad del sur de Israel, situada al borde del dede Parán, no tiene nada que ver con el conocid o monte Carmclo, ubicado mucho más al norte. ~icrto

¿Cómo los trataban? En vez de apropiarse de alguna que otra oveja -como sin duda habrían podido hacer- , estos curtidos soldados fueron como un muro protect or para los siervos y rebaños de Nabal (1 Samue l 25:15, 16). Y es que la vida de aquellos pastores no era fácil. En esos tiempo s abunda ba n por allí los depredadores y, por estar cerca de la frontera sur de Israel, eran habituales las incursiones de saqueado res extranjeros.* De seguro, para David tampoc o era fácil alimentar a tantos hombr es en aquellas tierras desérticas. Se entiend e, por lo tanto, que cierto día enviara a diez mensajeros para pedirle ayuda a Nabal David eligió un buen momen to: la época en que se esquila ban las ovejas, la cual solfa celebra rse con grandes banque tes. También eligió bien las palabras de su mensaje: se dirigió a Nabal de forma educad a y cortés. Por consid eración a su edad, lo trató con el respeto que se le debe a un padre y se refirió a sf mismo con la fórmula "tu hijo David". Pues bien, ¿cómo reaccionó Nabal? (1 Samuel25:5-8.) ¡Se puso fu rioso! Según el joven que le describió la escena a Abigail, Nabal "les gritó reprensiones" a los mensajeros. Alegando que David no era más que un esclavo fugitivo, se negó a compa rtir con ellos su pan, agua y carne. Incluso se burló de él, tratánd olo como a un don nadie. Es posible que Nabal lo despreciara tanto como lo hacía Saúl. Pero jehová no opinab a igual: él amaba a David y, en Jugar de considerarlo un esclavo rebelde, lo veía como el futuro rey de Israel (1 Samuel 25:10, 11, 14). Cuand o David se enteró, su reacció n no se

hizo esperar. "¡Cíñase cada uno su espada!", ordenó . Y tras armarse él tambié n, empren dió el camino con 400 hombres, dispuesto a cumplir su jurame nto de matar a todos los varone s • En aquel entonces, el propósito de jehová para los descend ientes de Abrahán , Isaac y jacob era que moraran en esas tierras. De modo que es probable que David considerara que esta protección contra los invasores extranjeros fuera una forma de rendir servicio sagrado a Dios. LA ATALAYA • 1 DE JULIO DE 2009

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de la casa de Nabal (1 Samuel 25:12, 13, 21, 22). Su indigna ción estaba justificada, pero no su forma de expresarla. Como dice la Biblia, "la ira del hombr e no obra la justicia de Dios" (Santiago 1:20). Aho ra bien, ¿qué podía hacer Abigaíl para salvar a los suyos? "Bend ita sea tu sensat ez" En realidad, Abigail ya había dado el primer paso para corregir el terrible error de Nabal. A diferencia de él, ella h abía estado dispuesta a escuch ar. El joven siervo describió a Nabal como alguien que "no sirve para nada" y a quien "no se le puede hablar" (1 Samuel 25:1 7).* Nabal se creía tan import ante que no escuch aba a nadie. Esta actitud arrogante todavía es muy común hoy día. Pero Abigail no era así, y su criado lo sabía. Sin duda, esa fue la razón por la que acudió a ella. Dándo se cuenta de la gravedad de la situación, "en seguida Abigail se apresuró" a actuar. Está claro que era una mujer resuelta. De hecho, en este relato se le atribuye cuatro veces la acción de apresur arse o darse prisa a hacer algo. ¿Y qué fue lo que hizo? Reunió generosas cantidades de pan, vino, carne de oveja y grano tostado, así como tortas de pasas y de higos, para llevárse las a David y sus ho mbres. Como buena ama de casa, era hacendosa y sabía las provisiones con las que contab a. Sin duda, era como la esposa ejemplar que se describió en el libro de Proverbios mucho tiempo después (Proverbios 31:10-3 1). Luego mandó a sus siervos que se adelan taran con el regalo, y ella los siguió detrás sola. "Pero - según el relato- no inform ó nada a su esposo." (1 Samuel 25:18, 19.) ¿Indicaba esto que Abigail no respeta ba la autorid ad de su esposo como cabeza de familia? De ningun a manera . La vida de mucho s hombres inocen tes estaba en juego porque • Este joven empleó una expresió n que literalme nte significa "hijo de belial (inutilid ad)". Cierta versión de la Biblia llama a Nabal "un insensat o que n o atiende a palabras de nadie". 20

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Nabal le había faltado el respeto al mismis imo ungido de Dios. Si ella se hubier a quedad o de brazos cruzados, ¿habría compa rtido hasta cierto grado la culpa por el grave error de su esposo? No lo sabemos. En cualquier caso, Abigail reconocía que le debía obedie ncia y lealtad a Dios an tes que a su esposo. Cuand o por fin se encont ró con David y sus hombr es, Abigail se bajó de inmedi ato del asno y se inclinó ante David (1 Samuel 25: 20, 23). Humild emente se disculpó y, de form a muy emotiva, le implor ó que tuviera misericordia de su esposo y su casa. Veamos qué dijo para tocar el corazón de David. Para empezar, asumió la culpa por el error de Nabal y le pidió a David que la perdon ara. Después recono ció que su esposo era tan insensa to como su propio nombr e lo indicaba. Con estas palabra s, quizá le diera a entender que no val fa la pena que se rebajara a castigarlo. Además, demos tró que veía a David como un represe ntante de Dios al afirma r que él peleaba "las guerras de jehová ". Tambi én conocí a la promes a divina de conver tir a David en rey, pues declaró: "Jehová [... ] ciertamente te comisionará como caudillo sobre Israel". Incluso le dijo a David que no manch ara sus manos de sangre , un error que luego molestaría - o haría "trastabillar"- su concie ncia (1 Samue l 25:24-31). ¡Qué sabias y conmo vedo ras palabras! En su conversación con David, Abigail demostró humild ad, valen tia y buen juicio


¿Cómo respondió David? Tras aceptar el regalo de Abigai l, exclamó: "¡Bendito sea jehová el Dios de Israel, que te ha enviado este día a mi encuentro ! Y bendita sea tu sensatez, y bendita seas tú que me has restringido este día de entrar en culpa de sangre". Luego, David la alabó por tener el valor de ir a buscarlo sin demora, y admitió que ella le había impedido cometer un grave pecado. "Sube en paz a tu casa", dijo. Y humildem ente añadió: "He escuchado tu voz" (1 Samuel25:32-35). "Aquí está t u esclava" De camino a su casa, es probable que Abigail se quedara pensando en aquella conversación. De seguro notó lo diferente que era el fiel y amable David del hombre necio con el que se había casado. Aun así, no le dio vueltas a lo que no podía cambiar. La Biblia dice que "más tarde Abigail entró donde Nabal". Está claro que regresó con su marido decidida a seguir siendo una buena esposa. Además, debía informar a Nabal del regalo que les había llevado a David y sus hombres para evitar la matanza. Al fin y al cabo, tenía derecho a saberlo. Como habría sido una deshonra para él enterarse por otra fuente de lo que había hecho su esposa, ella misma decidió contárselo todo. Sin embargo, no pudo hacerlo al llegar, ya que Nabal estaba celebrando un regio banquete y se había emborrachado a más no poder (1 Samuel25:36). Demostra ndo una vez más su buen juicio, Abigail decidió esperar a contárselo por la mañana, cuando los efectos del alcohol hubieran disminuid o. Pero también demostró valor, pues aunque para entonces ya estaría sobrio y podría entender lo que le dijera, también habría más probabilidades de que estallara en cólera. Aun así, le contó lo que había pasado. Probablemen te esperaba que él se pusiera furioso o incluso violento. Pero para su sorpresa, Nabal se quedó inmóvil, quieto "como una piedra" (1 Samuel25:37). ¿Qué le pasó? Según el relato bíblico, su "corazón [... ] llegó a estar muerto dentro de él".

No sabemos si sufrió algún tipo de ataque. El caso es que murió diez días después, y no parece que se debiera únicamen te a un problema de salud. La Biblia dice que "Jehová hirió a Nabal, de modo que murió" (1 Samuel 25:38). Así pues, el difícil matrimon io de Abigail llegó a su fin gracias al merecido castigo que Dios impuso a Nabal. Hoy día jehová no interviene tan radicalmente. Sin embargo, este relato nos recuerda que a él no se le escapa ningún caso de tiran fa o maltrato doméstico y que, a su debido tiempo, hará justicia. Sin duda, fue una bendición para Abigail verse libre de aquel hombre, pero jehová le ten fa reservada otra. Cuando David se enteró de que Nabal había muerto, le propuso matrimonio mediante unos mensajeros. ¿Cómo respondió ella? "Aquí está tu esclava como sierva para lavar los pies de los siervos de mi señor", contestó. ¡Qué humildad! Al ofrecerse a realizar esta sencilla tarea, demostró que ni siquiera ante la perspectiva de ser la esposa de David se crefa superior a los demás. Abigail actuó nuevamen te con decisión y se presentó de inmediato ante David (1 Samuel25:39-42). ¿Significa esto que a partir de entonces su vida sería como un cuento de hadas? Desde luego que no, pues ser la esposa de David no siempre sería fácil. Él ya estaba casado con Ahinoam, así que Abigail seguramen te se enfrentó a los mismos problemas que otras siervas de Dios que formaban parte de matrimonios polígamos." Además, a David todavía le quedaban muchos obstáculos y dificultades por superar antes de convertirse en rey. Con todo, la abnegada vida que Abigail llevó al lado de David -a quien le dio un hijo- se vio recompensada con el amor y la protección que él le brindó. En una ocasión incluso la rescató de unos malhechores que la habían secuestrado (1 Samuel 30: 1-19). Está claro que David, al igual que jehová Dios, sabía valorar la sensatez, la valentía y la fidelidad de una mujer. • Véase el articulo" ¿Aprueba Dios la poligamia?" , que aparece en la página 30. LA ATALAYA • 1 DE JULIO DE 2009

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EJEMPLOS DE FE

Superó sus dudas yten1ores H

ACE horas que la oscuridad se ha adueñado del mar de Galilea, y Pedro continúa remando con todas sus fuerzas. De repente, alcanza a ver un ligero resplandor a lo lejos. ¿Será que pronto va a amanecer? Las olas chocan violentamente contra la proa de la barca. El fuerte viento que azota su cara ha despertado la furia del mar. Empapado y con el cuerpo adolorido, Pedro sigue remando sin detenerse un instante. Aunque hay otros discípulos con él en la barca, jesús no está con ellos, pues se quedó en la costa. Ese mismo dia, jesús habfa multiplicado unos cuantos panes y pescados para alimentar a miles de personas. Como resultado, la gente quiso hacerlo rey. Sin embargo, éJ estaba resuelto a no involucrarse en asuntos políticos y a impedir que sus discípulos adoptaran las ideas de aquellas personas. De modo que se escabulló de la multitud y les ordenó a sus apóstoles que se fueran en la barca a la ribera opuesta. Mientras tanto, él se irfa a una montaña para orar a solas (Marcos 6:35-45; Juan 6: 14, 15). Cuando los discípulos salieron, la luna -casi llena- estaba muy elevada sobre el horizonte, pero ahora ya está cerca del poniente. Con todo, solo han logrado avanzar unos pocos kilómetros. Volcados en su lucha contra el mar y ensordeddos por el estruendo del viento y las olas, no pueden hablar entre ellos. Así que es muy probable que Pedro esté enfrascado en sus pensamientos. Tras dos intensos años acompañando a jesús de Nazaret, seguro que tiene bastante en qué pensar. Aunque ya ha aprendido mucho, sabe

que aún le queda un largo camino por recorrer. Desea llegar a ser un excelente disdpulo de Cristo, y es precisamente ese deseo de mejorar, de superar obstáculos como las dudas y temores, lo que lo convierte en un magnífico ejemplo para nosotros. A continuación profundizaremos en esta faceta de su personalidad. "Hemos hallado al Mesías" Pedro jamás olvidarfa el día en que conoció a jesús de Nazaret. Fue Andrés, su hermano, quien le dio la sorprendente noticia: "Hemos hallado al Mesías". Poco se imaginaba cuánto cambiaría su vida a partir de ese momento Uuan 1:41). Pedro vivía en Capemaum, ciudad situada a orillas del mar de Galilea, un enorme lago de agua dulce. Andrés y él tenían un negocio de pesca con Santiago y Juan, hijos de Zebedeo. En la casa de Pedro y su esposa vivían también su suegra y Andrés. Para mantener a su familia, los pescadores tenían que ser hombres diligentes, fuertes y diestros. No era raro que pasaran largas noches trabajando sin descanso, echando y recogiendo las redes entre dos barcas para sacar del lago los peces que este quisiera darles. Su jornada continuaba por la mañana, pues entonces tenfan que separar y vender los peces, así como limpiar las redes y remendadas. ¿Y cómo fue que Pedro llegó a convertirse en seguidor de jesús? La Biblia indica que su hermano Andrés era discípulo de Juan el Bautista. Es posible que él le contara a Pedro lo que aprendfa de Juan y que este lo escuchara con mucho interés. Pero un día, Andrés fue testigo de algo importante. Señalando a jesús de LA ATALAYA • 1 DE OCTUBR E DE 2009

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Nazaret, Juan dijo estas palabras: "¡Miren, el Cordero de Dios!". Enseguida, Andrés se hizo seguidor de jesús y, lleno de emoción, fue a buscar a Pedro para anunciarle que el Mesías por fin había llegado (Juan 1:35-40). Unos cuatro mil años antes, cuando se produjo la rebelión en Edén, jehová Dios había prometido enviar a alguien especial que brindaría esperanza de salvación a la humanidad (Génesis 3:15). Y era precisamente a este Salvador, el Mesías prometido, a quien Andrés acababa de conocer. Al enterarse, Pedro fue corriendo a su encuentro. Hasta entonces, el nombre con el que se conocía a Pedro era Simón, o Symeón. Ahora bien, la primera vez que jesús lo vio le dijo: "'Tú eres Simón, hijo de Juan; tú serás llamado Cefas' (que se traduce Pedro)" (Juan 1:42). Todo parece indicar que jesús le puso de manera profética el nombre "Cefas", que significa "piedra" o "roca". Seguramente vio en Pedro a un hombre que llegaría a ser como una roca: alguien firme y confiable que ejercería una influencia estabilizadora en la congregación cristiana. Pero ¿tenía Pedro ese concepto de sf mismo? Es probable que no. De hecho, tras leer los Evangelios, muchas personas opinan que no reflejó esas cualidades. Hay quienes induso lo tachan de inseguro, inestable e indeciso. Por supuesto, jesús sabía muy bien que Pedro tenía sus defectos. Sin embargo, a imitación de su Padre, él siempre se fijaba en lo mejor de las personas. Por eso estaba seguro de que Pedro tenía mucho potencial y quería ayudarle a ir puliendo sus cualidades. En la actualidad, Jehová y jesús también se concentran en nuestras virtudes. Pero ¿qué hay si nos cuesta creer que puedan hallar algo bueno en nosotros? Aun así, tenemos que confiar en el punto de vista de ellos y dejarnos enseñar y moldear como lo hizo Pedro (1 Juan 3:19, 20).

"Deja de tener miedo" Después de conocer a jesús, parece que Pedro viajó con él durante parte de su ministerio. Así que posiblement e presenció el primer mi22

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jesús sabfa que este humilde pescador tenfa mucho potencial

lagro de jesús, que fue cuando convirtió el agua en vino estando en un banquete de bodas en Caná. Más importante aún, escuchó de boca de jesús el maravilloso mensaje sobre el Reino de Dios. Pero luego tuvo que partir y regresar a su negocio de pesca. Meses más tarde, sin embargo, Pedro volvió a encontrarse con jesús y, en esa ocasión, este le hizo una invitación especial: que fuera su seguidor durante toda la vida. A Pedro no le había ido nada bien en la pesca la noche anterior. Él y sus compañeros habían estado echando las redes, y recogiéndolas vacías una y otra vez. Con toda la experiencia que Pedro poseía, de seguro había probado en varias zonas de llago en donde podía haber peces. Puede que hubiera momentos en que deseara poder ver entre las aguas turbias para encontrar los bancos de peces y, de algún modo, atraerlos hacia las redes. Desde luego, pensar en eso únicamente lo habría desanimado más. Y es que no pescaba por placer; lo hacía para mantener a su familia. Frustrado, regresó a tierra con las manos vacías y se puso a limpiar las redes. Fue en ese momento cuando llegó jesús. Con él venía una muchedumb re que anhelaba oír sus enseñanzas. La gente se agolpaba a su alrededor, asf que se subió a la barca de Pedro y le pidió que se alejara un poco de la orilla. Desde allf, su voz seria más audible gracias a la acústica del agua. Al igual que los que estaban en tierra, Pedro lo escuchaba fascinado. Podía pasarse horas y horas oyendo hablar a su Maes-


"Soy varón pecador, Señor'

tro sobre el Reino de Dios, el tema prindpal de su predicación. ¡Qué privilegio sería colaborar con Cristo en difundir por todas partes este mensaje de esperanza ! Pero ¿podría hacerlo? ¿De qué vivirían? Puede que recordara lo mal que le había ido en la pesca la noche anterio r (Lucas 5:1 -3). Cuando j esús terminó de hablar, le dijo a Pedro: " Rema hasta do nde está profundo, y echen sus redes para la pesca". Aunque Pedro tenía sus dudas, le respondió: "Instructor, toda la noche nos afanamos y no sacamos nada, pero porque tú lo dices bajaré las redes". De seguro, lo que menos deseaba Pedro era volver a echar las redes, pues ya había pasado e l mejor momento para pescar. De todos modos le obedeció y probablemente les indicó a los hombres de la otra barca que lo siguieran (Lucas 5:4, 5).

Al empezar a recoger las redes, Pedro y sus compañeros sintieron un peso inesperado. Sorprendidos, tiraron de ellas con fuerza y viero n que sacaban una increíble cantidad de peces. De inmediato les hicieron sefias a los pescadores de la otra barca para que les ayudaran. Había tantos peces que ambas barcas no tardaro n en llenarse, e incluso se hundían por el peso. Pedro no podía creerlo. Y es que, aunque había

visto en otras ocasiones cuánto poder tenía Cristo, este milagro le afectaba en lo personal. ¡Estaba frente a un hombre que podía atraer a los peces hacia las redes! Invadido por el temor, Pedro se arrod illó ante jesús y le dijo: "Apártate de mí, porque soy varón pecador, Señor". Está claro que Pedro no se consideraba digno de estar junto al Mesías, aquel que contaba con el poder de Dios (Lucas 5:6-9). Sin embargo, jesús le dijo con bondad: "Deja de tener miedo. De ahora en adelante estarás pescando vivos a hombres" (Lucas 5:10, 11). Aquel no era m omento de dudar o sentir temor, pues j esús lo estaba invitando a participar en una obra única en la historia. Pedro no tenía por qué abrigar dudas respecto a cómo cubriría sus necesidades básicas. Tampoco tenía razones para inquietarse por sus limitaciones y defectos. Podía confiar en que servía a un Dios que "perdon [a] en gran ma nera" y que se encargaría de satisfacer todas sus necesidades, tanto físicas como espirituales (lsafas 55:7; Mateo 6:33). Pedro aceptó la invitadón de inmediato, y lo mismo hideron Santiago y Juan. La Biblia dice que "volvieron a traer las barcas a tierra, y abandonaron todo y le siguieron" (Lucas 5:11). Dejando a un lado sus miedos e inseguridades, LA ATA LAYA • 1 DE OCTUBRE DE 2009

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"Al mirar a la tempestad de viento, le dio mledoH

Pedro tomó la mejor decisión: ejercer fe en jesús y en aquel que lo había enviado, jehová Dios. En nuestros dias, los cristianos que para servir a Dios superan sus dudas y temores demuestran esta misma clase de fe. Ellos también pueden tener la certeza de que jehová nunca los defraudará (Salmo 22:4, S). "¿Por qué cediste a la duda?" Ya han pasado dos años desde que Pedro conoció a jesús. Él y sus compañeros están remando con fuerza en medio de una noche tempestuosa en el mar de Galilea. No hay forma de saber en qué está pensando Pedro, pero lo cierto es que tiene muchas vivencias que recordar. Ha presenciado varios milagros de jesús. Por ejemplo, cuando su propia suegra enfermó, vio cómo jesús la sanaba. También ha escuchado de primera mano sus enseñanzas, como las que pronunció en el Sermón del Monte. Después de todo esto, Pedro puede estar seguro de que jesús es el Mesías, el escogido de jehová. Conforme han transcurrido los meses, ha mejorado en algunos aspectos de su personalidad, como su tendencia a ceder repentinamente a sus miedos y dudas. Tanto es así que jesús lo escogió para que fuera uno de sus doce apóstoles. Con todo, como veremos a continuación, Pedro todavía no ha ganado la batalla contra esta inclinación. 24

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Ya es la cuarta vigilia de la noche, es decir, entre las tres de la mañana y el amanecer. De pronto, Pedro vislumbra algo a lo lejos que se mueve sobre las aguas. Deja de remar y se levanta para ver lo que es. ¿Será el reflejo de la luna en la espuma de las altas olas? No puede ser, parece más bien algo sólido y erguido que avanza de forma constante. Cuando al fin lo distingue, no da crédito a sus ojos: ¡es un hombre que viene caminando sobre el mar y va a pasar junto a ellos! Los discípulos, asustados, creen que es un fantasma. Pero el hombre les dice: "Cobren ánimo, soy yo; no tengan temor". En efecto, es jesús mismo (Mateo 14:2528). Ante esto, Pedro responde: "Señor, si eres tú, mándame venir a ti sobre las aguas". Ueno de valor y entusiasmo ante este espectacular milagro, quiere vivirlo más de cerca y asf fortalecer su fe. Bondadosamente, j esús hace lo que le pide y lo llama. Pedro, sin dudarlo un instante, se baja de la barca y pisa las agitadas aguas. ¿Puede imaginarse lo que siente? ¡Sus pies no se hunden mientras se dirige con paso firme hacia jesús! Una profunda admiradón lo embarga, pero, de repente, otro sentimiento se apodera de él (Mateo 14:29). jesús responde a la fe de Pedro haciendo que, con el poder de jehová, camine sobre el mar.


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Ahora bien, Pedro tiene que mantener la vista enfocada en jesús; pero en estos momentos críticos, se distrae. "Al mirar a la tempestad de viento, le dio miedo", explica la Biblia. Cuando Pedro ve el mar agitado y las olas chocando violentamente contra la barca, se llena de pavor. Quizás incluso piense que morirá tragado por las aguas. En unos instantes, el miedo ahoga su fe. Y Pedro - a quien Jesús habfa llamado "Roca" por la estabilidad que vislumbraba en él- empieza a hundirse como una piedra lanzada al mar. Aunque es un nadador experto, comienza a gritar: "¡Señor, sálvame! ". Enseguida, jesús lo saca de la mano hacia la superficie y, de pie sobre las aguas, le dice: "Hombre de poca fe, ¿por qué cediste a la duda?" (Mateo 14: 30, 31). ¡Qué valiosa lección para Pedro! Ceder a las dudas es muy peligroso, pues estas ejercen un tremendo poder sobre nosotros. Pueden llegar a devorar nuestra fe y ahogarnos espiritualmente. Por eso, hemos de estar resueltos a luchar contra los temores y las dudas. Y para ello

tenemos que mantener el enfoque adecuado. Si nos concentramos en lo que puede intimidarnos, desanimarnos o distraernos de seguir a jehová y a Cristo, nuestras dudas crecerán. Pero si mantenemos la vista fija en ellos -es dedr, en sus obras pasadas, presentes y futuras a favor de quienes los aman-, estaremos a salvo de las dudas destructivas. Pedro sigue a jesús mientras este se dirige a la barca. Al subirse, ve que la tormenta se ha aplacado. El mar de Galilea ha recobrado la calma. Tanto Pedro como los demás discípulos reconocen admirados: "Verdaderamente eres Hijo de Dios" (Mateo 14:33). Después de esta impactante experienda, Pedro de seguro se sintió muy agradeddo. Esa noche aprendió a confiar más en jehová y jesús, dejando a un lado sus dudas y temores. Pero aún le faltaba mucho para llegar a ser aquel pilar que Cristo predijo. No obstante, estuvo deddido a seguir luchando. Y nosotros, ¿estamos resueltos a seguir el ejemplo de Pedro y combatir nuestras dudas y temores?

P ESCADOR ES

DEL MAR DE GALILEA •C

ÓMO era la vida de un pescador del mar de Galilea en el siglo primero? Conocer algunos detalles nos permitirá comprender mejor muchos relatos evangélicos, como los que aparecen en el artículo anterior. El mar de Galilea es en realidad un lago de agua dulce que mide unos 21 kilómetros (13 millas) por 12 kilómetros (8 millas). Desde la antigüedad, los pescadores h an explotado su abundancia de vida. De hecho, de este lago procedía parte del pescado que se vendía en un mercado de Jerusalén cerca de la llamada Puerta del Pescado (Nehemfas 3:3).

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El apóstol Pedro era originario de una dudad a orillas del mar de Galilea llamada Betsaida, que quizás signifique "Casa del Pescador". Otra ciudad al borde del lago era Magadán o Magdala, adonde jesús dirigió a sus disdpulos tiempo después de haber caminado sobre el agua (Mateo 15:39). Según un investigador, el nombre griego de esta población podría traducirse como "la ciudad del pescado curado". Era famosa por sus grandes procesadoras, donde el pescado del lago se secaba y salaba o se preparaba en salmuera y se conservaba en jarras de arcilla llamadas ánforas. Estos productos se distribuían probablemente por todo Israel e incluso en el extranjero. Por tanto, la industria pesquera de Galilea se consideraba un negocio floreciente en Jos tiempos de jesús. Y sería fácil suponer que producía buenas ganancias a la gente del lugar. Sin embargo, no era precisamente así. La pesca "no era 'el negocio redondo' que Jos lectores actuales del Nuevo Testamento quizás imaginen", dice un especialista. Era parte de "un negocio regulado por el Estado que solo favorecía a una minoría". Nombrado por Roma, Herodes Antipas fue el gobernador, o príncipe territorial, del distrito de Galilea, por lo que controlaba sus caminos, puertos y recursos naturales (productos mineros, forestales, agrfcolas y pesqueros). Todos estos recursos eran su fuente principal de ingresos tributarios. 26

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No poseemos datos concretos sobre el siste- i ma de impuestos en la Galilea del siglo primero, pero debió de ser muy parecido al que f utilizaron Jos gobernantes helenísticos o al que estableció el Imperio romano en las de- § más provincias orientales. Es probable que gran parte de los beneficios extraídos de las actividades económicas de la zona y de la explotación de sus recursos fueran a parar a manos de una minoría privilegiada en vez de a la gente común, que cargaba con la mayoría del trabajo.

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El peso del sistema tributario En los tiempos de jesús, las mejores tierras de Galilea pertenecían a la casa real y estaban divididas en grandes propiedades, que Herodes Antipas regaló a sus nobles y apoyadores. Sus súbditos tuvieron que financiar los cuantiosos gastos de su vida lujosa, sus ambiciosas construcciones, su pomposa administración y los presentes que ofrecía a amigos y ciudades. Se sabe que el peso de los tributos, cánones y gravámenes sobre el pueblo fue aplastante. Herodes, además, poseía el monopolio de la ~xplotación de lagos y ríos. Así que la pesca era parte de un negocio a gran escala que era controlado por la casa real o por los titulares de las tierras donadas por el rey. En las regiones bajo la directa administración real, los recaudadores de impuestos autorizados -individuos ricos que habían adquirido el puesto


mediante subasta- tenfan la potestad de firmar contratos con los pescadores estipulando los derechos de pesca. Algunos comentaristas sugieren que, en vista de que Mateo cobraba los tributos en Capernaum -importante centro pesquero de Galilea-, es posible que haya "tramitado los derechos reales de pesca" para uno de tales recaudadores de impuestos.* Documentos de los siglos primero y segundo antes de nuestra era demuestran que los impuestos de Palestina se solían pagar en espede, en vez de en efectivo. Algunos pescadores profesionales cedían entre el 25 y el 40% de sus capturas a cambio de los derechos de pesca. Dichos documentos indican que, al menos en algunas zonas bajo la administradón romana, la pesca continuó siendo un monopolio estatal controlado por inspectores. En Pisidia, un tipo de policía se aseguraba de que nadie pescara sin la debida licencia y que los pescadores vendieran sus capturas solo a medianeros o mayoristas autorizados, cuya actividad también estaba sujeta a los tributos y a la supervisión del Estado. Según un analista, todos estos controles e impuestos hacían que "el rey o gobernador del Estado percibiera abundantes beneficios, mientras que las ganancias de los pescadores eran muy escasas". Los ingresos de los trabajadores de otros sectores económicos se veían recortados de igual modo por los exagerados tributos. Si bien los impuestos nunca han sido del agrado del contribuyente, la hostilidad general hacia los recaudadores que se desprende de los Evangelios se veía magnificada por la avarida y la total falta de honradez de quienes se enriquecían a costa de extorsionar al pueblo (Lucas 3:13; 19:2, 8). • Los pescadores de los Evangelios Los Evangelios nos muestran que Simón • El apóstol Pedro se mudó de Betsaida a Capernaum, donde posela un negodo pesquero junto con su hermano Andrés y los hijos de Zebedeo. jesús también residió cierto tiempo en Capernaum (Mateo 4:13-16).

Pedro no estaba solo en su negocio pesquero. Uno de los relatos menciona a "sus socios que estaban en la otra barca", y dice que lo ayudaron a sacar la milagrosa cantidad de peces que había capturado (Lucas 5:3-7). Los entendidos explican que "los pescadores formaban cofradías [... ] para participar en las subastas y conseguir los contratos o permisos de pesca". Quizás esta fue la manera como los hijos de Zebedeo, Pedro, Andrés y sus socios obtuvieron la autorización para fundar su negocio pesquero. Las Escrituras no especifican si estos pescadores galileos eran propietarios de los botes e instrumentos de pesca que utilizaban. Hay quienes opinan que sí; de hecho, Lucas 5:3 dice que jesús subió en una barca "que era de Simón". Sin embargo, un articulo especializado en el tema indica que ,existe la posibilidad de que los botes fueran propiedad de los intermediarios y que los utilizara la cofradia". Sea como fu ere, las Escrituras mencionan cierta ocasión en la que Santiago y Juan estaban remendando sus redes. Los pescadores probablemente también tendrían que negociar la venta de sus capturas y, si era necesario, contratar jornaleros. Como hemos visto, hay detalles de la vida de los pescadores galileos del siglo primero que pasan desapercibidos al leer los relatos evangélicos. Su oficio formaba parte de un complejo sistema de relaciones económicas. Si tenemos esto presente, entenderemos mejor tales relatos y las palabras de jesús referentes a la pesca y los pescadores. Por otra parte, toda esta información nos ayudará a valorar más la fe de Pedro, Andrés, Santiago y Juan. La pesca era su medio de vida, el oficio que conocían y una fuente constante de ingresos. Pero independientemen te de su situación económica, estuvieron dispuestos a abandonarlo todo ct.tando jesús los llamó para convertirse en ,pescadores de hombres" (Mateo 4:19). LA ATALAYA • 1 DE OCTUBRE DE 2009

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Un hombre de lealtad incondicional PEDRO miraba con preocupación las caras de q uienes escuchaban a jesús. Se encontraban en la sinagoga de Capernaum, la ci udad donde vivían tanto Pedro como sus familiares, sus amigos y sus compañeros de trabajo. Su negocio de pesca también estaba al lí, a orillas del mar de Galilea. Sin duda, Pedro deseaba que toda aquella gente compartiera con é l la emoción de escuchar al mismísimo jesús, e l mejor maestro de la historia, hablándoles del Reino de Dios. Sin embargo, pareda que las cosas no iban a salir como Pedro esperaba. De hecho, muchos habían dejado de prestar aten ción. Algunos incluso estaban murmurando y criticando descaradamente e l mensaje de jesús. Pero lo que más inquietaba a Pedro era que algunos de los discípulos de Cristo tampoco parecían cómodos. Sus rostros ya no reflejaban la alegría de estar aprendiendo la verdad. Se los veía daramente molestos. Varios de ellos afirmaron que el discurso de jesús era ofensivo, se negaron a seguir escuchando y se marcharon de allf. Es más, a partir de ese momento dejaron de segu ir a jesús. A Pedro y a los demás apóstoles también les costó asimilar las palabras de su Maestro. Seguramente Pedro se daba cuenta de que, tomadas al pie de la letra, podrían resultar ofensivas. ¿Qué haría él? No era la primera vez que se ponía a pmeba su lealtad a jesús, y tampoco sería la última. Veamos, pues, cómo logró este hombre superar las pruebas de fe y mantenerse leal. Cu a ndo los demás no fueron leales En realidad, fueron muchas las ocasiones en las que las palabras y reacciones de jesús dejaron desconcertado a Pedro. El día an24

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terior, por ejemplo, después de haber ali mentado milagrosamente a varios miles de personas, intentaron nombrarlo rey, pero él no lo perrrtitió. Luego o rdenó a sus discípulos que subieran a una barca y se dirigieran a Capernaum. Esa misma noche, mientras navegaban, volvieron a quedarse admirados al ver a jesús caminar hacia ellos sobre las aguas del mar de Galilea en medio de una tormenta. En aquella ocasión, también le enseñó a Pedro una importante lección sobre la fe.* Al amanecer se dieron cuenta de que la multitud los había seguido. Y ¿qué hizo jesús? Reprendió a la gente, pues lo que buscaban no era aprender verdades espiritua• Véase el artfcu lo "Ejemplos de fe: Superó sus dudas y temores", de La Atal11yn del 1 de octubre de 2009.


les, sino recibir más comida milagrosamente. En la sinagoga de Capernaum, jesús continuó hablando del asunto y les transmitió una compleja pero importante enseñanza. Sin embargo, su explicación volvió a dejarlos a todos sorprendidos. jesús quería que aquellas personas cambiaran su actitud materialista, que comprendieran que tenían ante sf al enviado de Dios, quien entregaría su vida para darle a la humanidad la posibilidad de vivir para siempre. Para lograrlo, jesús se comparó a sí mismo al maná, el pan que cayó del cielo en los días de Moisés. Como vio que algunos lo criticaban, añadió una gráfica comparadón: explicó que para obtener la vida era necesario comer su carne y beber su sangre. Fue entonces cuando, como vimos al principio, muchos se molestaron y decidieron abandonarlo. Dijeron: "Este discurso es ofensivo; ¿quién puede escucharlo?" Uuan 6:48-60, 66).* ¿Reaccionó igual Pedro? Es probable que también se sintiera confundido, pues aún no había comprendido que jesús tenia que morir para cumplir la voluntad de Dios. Con todo, no se marchó con aquellos discípulos tan susceptibles. Sin duda, había algo en lo • La reacción de estas personas llama la atención, pues solo un dfa antes habfan aclamado a jesús como profeta de Dios (Juan 6: 14).

que Pedro era muy diferente a ellos. ¿Qué era? Sigamos analizando el relato. jesús les preguntó a los apóstoles: "Ustedes no quieren irse también, ¿verdad?" Uuan 6:67). Aunque la pregunta iba dirigida a los doce, fue Pedro quien respondió. Solfa ser así, no sabemos si porque tal vez era el mayor de todos o, sencillamente, porque era incapaz de caJlar lo que sentía. Y su respuesta fue de lo más memorable: "Señor, ¿a quién nos iremos? 1ü tienes dichos de vida eterna" Uuan 6:68). iQué conmovedor! Es obvio que su fe en Jesús le había hecho cultivar una valiosa cualidad: la lealtad. Pedro ten fa claro que jesús era el único Salvador y que su vida dependía de que escuchara esas enseñanzas sobre el Reino de Dios. Y aunque no siempre entendiera todo lo que jesús decía, no había otro modo de obtener el favor de Dios y recibir la vida eterna. ¿Opina usted lo mismo? Hoy dfa, muchas personas afirman que aman a jesús pero, por desgracia, no son leales de verdad. Ser realmente leal a Cristo implica ver sus enseñanzas como las veía Pedro. Hay que esforzarse por aprenderlas, comprenderlas y vivirlas, aun cuando algunas de ellas nos sorprendan o no encajen con nuestras preferencias personales. La lealtad es el único camino para recibir la vida eterna que jesús nos ofreció. Cuando fue corregido

Poco después, Jesús partió con los apóstoles y otros discípulos en un largo viaje hacia el norte. La cumbre nevada del monte Hermón, ubicado en la frontera norte de la Tierra Prometida, podía verse desde las azules aguas del mar de Galilea. A medida que se acercaban, la

Pedro se man tuvo leal Incluso cuando fue corregido

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La lealtad de Pedro fue recompensada con una inolvidable visión

montaña iba creciendo ante sus ojos, mientras subían por el camino que les llevaba hasta las aldeas cercanas a Cesarea de Filipo.* Fue en ese lugar, con una inmejo rable vista de la Tierra Prometida a sus pies, donde jesús les planteó a sus discípulos una cuestió n crucial. "¿Qu ién d icen las muchedumbres que soy?", preguntó. Nos imaginamos a Pedro clavando su mirada en los bondadosos ojos de su Maestro, consciente de su extraordinaria inteligencia. jesús quería averiguar a qué conclusión habían llegado las personas a las que había hablado. Los disápulos le contaron algunos de los rumores que circu laban sobre su identidad. Con todo, jesús deseaba indaga r más, quería saber si sus discípulos más allegados también los habían creído. Por eso insistió: "Pero ustedes, ¿quién dicen que soy?" (Lucas 9:18-22). • Desde el mar de Galilea, situado a unos 210 metros (700 pies) bajo el nivel del mar, recorrieron u nos 48 kllómetros (30 millas) por bellas regiones hasta alcanzar los 350 metros (1.150 pies) sobre el nivel del mar. 26

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De nuevo, Pedro no lo pensó ni un segundo antes de contestar. Su respuesta expresó el sentir de muchos de los presentes: "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo". Seguramente con una sonrisa, jesús lo felicitó complacido y le explicó que es jehová Dios -y no el hombre- quien revela esa importante verdad a sus siervos fieles. En efecto, jehová le había permitido a Pedro comprender una de las enseñanzas divi nas más importantes que se hayan revelado jamás: la identidad del Cristo, el Mesías prometido (Mateo 16:16, 17). Las Escrituras se habían referido a Cristo como "la piedra que los edificadores rechazaron" (Salmo 118:22; Lucas 20:17). Teniendo presentes esta y otras profedas, jesús reveló que jehová fundaría una congregación sobre la piedra (o masa rocosa) que Pedro acababa de identificar.* A continuación, le confirió a Pedro un gran honor dentro de dicha congregación. No le dio un puesto superior al de los ~tras apóstoles -como algunos afirman-, smo que le otorgó importantes responsabilidades. El relato indica que le prometió "las llaves del reino" (Mateo 16: 19). Es decir, le encargó abrir las puertas de entrada al Reino de Dios primero a los judíos, luego a los samaritanos y, fi nalmente, a los gentiles (los no judíos). Eso sf, jesús advirtió posteriormente que se exigiría más de quienes recibieran más responsabilidades, y poco después, Pedro comprobó cuánta razón tenía (Lucas 12:48). jesús siguió explicando verdades sobre el Mesías, como que pronto sería torturado y asesinado en jerusalén. Pero a Pedro le disgustó tanto escuchar aquello que lo llevó aparte y lo reprendió: "Sé bondadoso contigo m ismo, Señor; tú absolutamente no tendrás este destin o" (Mateo 16:21, 22). • Véase el recuadro "¿Quién es la masa rocosar en la página 28. '


hombre viniendo en su reino" (Mateo 16:28). ¿Quiénes tendrían ese extraordinario honor? Seguro que Pedro se morfa de curiosidad. Pero después de la reprimenda que acababa de redbir, tal vez se preguntaba: "¿Estaré yo entre ellos?". Sin embargo, una semana más tarde, jesús se llevó a Santiago, Juan y Pedro "a una montaña encumbrada", quizás al monte Hermón, que se encontraba a unos pocos kilómetros. Posiblemente era de noche, pues a aquellos tres hombres les costaba mantenerse despiertos. Ahora bien, mientras jesús oraba, ocurrió algo que los despejó de golpe (Mateo 17:1; Lucas 9:28, 29, 32). De repente, la cara de jesús comenzó a brillar, hasta hacerse tan reluciente como el Sol. Su ropa también se volvió de un blanco deslumbrante. Entonces vieron aparecer a su lado dos figuras, que representaban a Moisés y Elfas. Ambos conversaban con jesús sobre su "partida", es deci r, sobre su muerte y resurrección en jerusalén. Desde luego, estaba claro que Pedro se había equivocado al afirmar que jesús no tendría que sufrir esa horrible experiencia (Lucas 9:30, 31). Según parece, Pedro sintió el impulso de tomar parte de algún modo e n aquella fasonante visión. En cierto momento, pareció como si Moisés y EHas estuvieran alejándose de jesús, asf que Pedro dijo: "Instructor, es excelente que estemos aquí; por eso, erijamos tres tiendas: una para ti y una para Moisés y una para Elfas". Aquellos personajes no necesitaban tiendas de campaña, pues no eran más que representaciones simbólicas de dos siervos de jehová que habían muerto tiempo atrás. Está daro que Pedro no sabía muy bien lo que estaba didendo, pero ¿verdad que nos conmueve la actitud tan noble y entusiasta de Recompensado por su lealtad Poco después, jesús realizó otra sorpren- este hombre? (Lucas 9:33.) Aquella noche, Pedro, Santiago y Juan recidente afirmación: "Hay algunos de los que están en pie aquí que de ningún modo gustarán bieron otro honor. Por encima de sus cabezas la muerte hasta que primero vean al Hijo del se formó una nube en la montaña, y de ella

Por supuesto, lo dijo con la mejor intendón del mundo. Por eso, debió quedarse atónito cuando jesús le dio la espalda y, mirando a los demás disápulos -quienes tal vez opinaran como Pedro-, exclamó: "¡Ponte detrás de mi, Satanás! Me eres un tropiezo, porque no piensas los pensamientos de Dios, sino los de los hombres" (Mateo 16:23; Marcos 8: 32, 33). Todos podemos aprender mucho de la respuesta de jesús. Admitámoslo: es muy fácil que nuestra mentalidad humana desplace a la espiritual. Y si no vigi lamos n uestros comentarios, sin quererlo podríamos ponernos del lado de Satanás, aun cuando nuestra intención sea contribuir a la voluntad de Dios. Pero volvamos al relato de Pedro y veamos cómo reaccionó ante aquella reprensión. Pedro comprendía que Cristo no estaba hablando literalmente cuando lo llamó "Satanás". A fin de cuentas, cuando jesús se dirigía al Diablo, lo hada en otros términos. En cierta ocasión, por ejemplo, le dijo: "Vete", mientras que a Pedro le dijo: "Ponte detrás de mí" (Mateo 4:10). Por tanto, no estaba rechazando a Pedro como apóstol, pues veía su buen corazón y su potendal; sencillamente estaba corrigiendo su forma de pensar. En otras palabras, el Maestro le estaba pidiendo que dejara de estorbarle el paso y que se colocara detrás de él para seguirlo y apoyarlo. En lugar de ofenderse o replicarle, Pedro fue humilde y aceptó la corrección. ¡Cuánto podemos aprender los cristianos de este hombre tan leal! Todos necesitamos que nos corrijan de vez en cuando, pero si queremos que eso nos sirva para acercarnos más a jesucristo y a su Padre, Jehová Dios, debemos aceptar la disciplina y aprender la lección (Proverbios 4:13).

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salió una voz que dijo: "Este es mi Hijo, el que ha sido escogido. Escúchenle". iEra la voz de jehová mismo! Con eso conduyó la visión, y los tres volvieron a quedarse a solas con jesús (Lucas 9:34-36). Pedro debió sentirse muy privilegiado por tener aquella visión, y nosotros podemos sentirnos igual por saber lo que ocurrió esa noche. Décadas después, el apóstol afirmó contarse entre los que fueron "testigos oculares de [la] rnagnificenda" de j esús. En efecto,

tuvo el honor de verlo en su futuro puesto como glorioso Rey celestial. La visión confirmó muchas profedas de la Palabra de Dios y fortaleció a Pedro para superar posteriores pruebas de fe (2 Pedro 1:16-19). Y a nosotros también nos bendecirá jehová si somos como Pedro. Pues bien, ¿cómo podemos imitar su ejemplo? Manteniéndonos leales al Maestro que Dios ha nombrado, aprendiendo de él, aceptando su corrección y siguiendo sus enseñanzas dfa a dfa.

¿Quién es la masa rocosa? "Tú eres Pedro -dijo jesús-, y sobre esta masa rocosa edificaré mi congregación." (Mateo 16:18.) Al leer estas palabras, hay quienes concluyen que e l apóstol Pedro serra el fundamento de la congregación cristiana. Según la Iglesia Católica, jesús situó a Pedro por endma de los demás apóstoles y lo convirtió asr en el primer papa. De hecho, en la parte interior de la cúpula de la basrtica de San Pedro (Roma) puede verse este verskulo escrito en latrn con enormes letras. Ahora bien, ¿quiso decir jesús que Pedro era la "masa rocosa" sobre la cual edificarfa su congregación? No. Veamos tres argumentos que lo demuestran. En primer lugar, los demás apóstoles estaban presentes en aquella ocasión, y ninguno entendió que jesús hubiera puesto a Pedro por encima de ellos. Si no fuera asf, ¿por qué siguieron debatiendo después cuál de ellos era el más importante? (Marcos 9:33-35; Lucas 22:24-26.) En segundo lugar, el apóstol Pablo explicó posteriormente que la "masa rocosa" en realidad era jesucristo (1 Corintios 3:11; 10:4). Yen tercer lugar, años después, el propio Ped ro mostró que ni siq uiera é l pensaba que fuera la "masa rocosa". Al contrario, escribió que jesús era la predicha "piedra angular de fundamento" elegida por Dios (1 Pedro 2: 4-8).

Pese a todo, algunos insisten en que Pedro significa "roca" y que, por tanto, jesús estaba identificándolo como la "masa rocosa". Sin embargo, el nombre de Pedro y la palabra que se traduce "masa rocosa" en Mateo 16:18 son dos términos griegos diferentes y no significan lo mismo. El nombre de Pedro es un sustantivo masculino que significa "trozo de roca" o "piedra", mientras que el término que se traduce "masa rocosa" es un sustantivo femenino. Entonces, ¿cómo han de entenderse las palabras de jesús? Es como si hubiera dicho: "Tú, a quien he llamado Pedro (es decir, 'Piedra' o 'Trozo de roca'), has captado la verdadera identidad de la 'masa rocosa', el Cristo, quien será el fundamento de la congregación cristiana". Sin duda, para Pedro fue un gran honor participar en la revelación de esa importante verdad.


Aprendió lo que significa el perdón PEDRO nunca olvidaría aquella mirada. ¿ Habrá visto en los ojos de jesús algún rastro de decepción o de reproche? En realidad no lo sabemos, pues el relato inspirado solo dice que "el Señor se volvió y miró a Pedro" (Lucas 22:61 ). Pero esa sola mirada le bastó a Pedro para comprender la gravedad de su error. Acababa de pasar lo que jesús había d icho, lo que Pedro mismo dijo que jamás sucedería: renegó de su amado Maestro. Este fue tal vez el peor momento del peor día de su vida . Pedro había tocado fondo . ¿Estaba todo perdido? No. Como Pedro era un hombre de gran fe, supo aprovechar la oportunidad que se le presentó más tarde. Pudo corregi r sus errores y aprender de j esús lo que es el perdón. De hecho, esa es una importante lección que todos necesitamos asimilar. La dolorosa experiencia de Pedro puede ayudarnos. le quedaba mucho por aprender Unos seis meses antes, mientras estaban en Capernaum, la ciudad natal de Pedro, este le había preguntado a jesús: "Señor, ¿cuántas veces ha de pecar contra mf mi hermano y he de perdonarle yo? ¿Hasta siete veces?". Sin duda, Pedro se creía muy gen eroso, pues los lfderes religiosos enseñaban que solo debía perdonarse a alguien tres veces. Para su sorpresa, jesús le contestó: 11 NO te digo: Hasta siete veces, sino: Hasta setenta y siete veces¡¡ (Mateo 18:21, 22). ¿Estaba confirmando jesús que debe llevarse la cuenta de los errores de los demás? No; al convertir el 7 de Pedro en 77, en realidad estaba diciendo que no hay que ponerle límites al perdón. jesús quería hacerle ver a Pedro que su modo de pensar era igual al de la gente insensible de su día, quienes llevaban la cuenta del

perdón como si se tratara de una libreta de deudas. El perdón que está basado en las normas divinas es mucho más abarcador. Pedro no refutó el punto, pero ¿le habrán llegado al corazón las palabras de su Maestro? A veces solo logramos entender lo importante que es el perdón cuando necesitamos desesperadamente que se nos perdone. Eso fue lo que ocurrió justo antes de la muerte de jesús. En aquellas horas cruciales, Pedro necesitó muchas veces que jesús lo perdonara. Perdonado una y otra vez Esta es una noche trascendental, la última noche de jesús como ser humano en la Tierra. Y todavía tiene mucho que enseñarles a sus apóstoles. Para empezar, les da una hermosa lecdón de humildad. ¿Cómo? Lavándoles los pies, una tarea que solfan realizar solo los sirvientes de más baja condición. Al principio, Pedro cuestiona lo que hace j esús. Después se niega a que le lave los pies, para luego, ante la explicación de jesús, insistir en que también le lave las manos y la cabeza. En lugar de perder la paciencia, j esús explica calmadamente a sus apóstoles el significado y la relevancia de sus acciones (Juan 13:1-17). LAATA LAYA • 1 DEABRILDE2010

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Al poco rato, los apóstoles comienzan a discutir sobre quién de ellos es el más importante. De seguro, Pedro también se involucra en esta vergonzosa muestra de orgullo. No obstante, Jesús los corrige con bondad y hasta los felicita por las buenas cosas que han hecho, entre ellas, mantenerse fieles junto a él. Pero también les dice que más tarde lo abandonarán. Al instante, Pedro objeta asegurándole que siempre estará junto a su Maestro aunque su vida corra peligro. Jesús, por su parte, le indica que pasará todo lo contrario: aquella misma noche, antes de que un gallo cante dos veces, Pedro Jo habrá negado tres veces. Entonces, el apóstol no solo contradice a Jesús, sino que alardea diciendo que va a demostrar ser más fiel que todos los demás (Mateo 26:3135; Marcos 14:27-31; Lucas 22:24-28). Es sorprendente que jesús no pierda la paciencia. De hecho, aunque son momentos muy difíciles para él, sigue fijándose en las virtudes de sus apóstoles imperfectos. Sabe que Pedro le fallará, y sin embargo, dice: "He

Pedro necesitó muchas veces que jesús lo perdonara. Pero ¿acaso hay alguien en el mundo que no tenga que pedir perdón cada dfa? hecho ruego a favor de ti para que tu fe no desfallezca; y tú, una vez que hayas vuelto, fortalece a tus hermanos" (Lucas 22:32). ¡Qué actitud tan admirable! Jesús confía en que Pedro se recuperará espiritualmente y volverá a ser fiel. Más tarde, en el jardín de Getsemanf, Pedro tiene que ser corregido en varias ocasiones. Ajesús lo invade un intenso dolor emocional y necesita el apoyo de sus amigos. Por eso les pide a Pedro, Santiago y Juan que se mantengan alerta mientras él ora, pero se quedan dormidos una y otra vez. Con todo, jesús los perdona. "El espfritu, por supuesto, está pronto, pero la carne es débil", les dice con comprensión (Marcos 14:32-38). 22

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Poco tiempo después, llega al lugar una multitud con antorchas, espadas y garrotes. No cabe duda de que es momento de actuar con cuidado y discreción. Pero Pedro hace justo Jo contrario. Saca precipitadamente su espada y le corta la oreja a Maleo, el esclavo del sumo sacerdote. Jesús tampoco pierde la calma en esta ocasión; corrige a Pedro y sana la herida. Además, les dice a sus disdpulos que no deben ser violentos, principio que los cristianos seguimos hasta el día de hoy (Mateo 26:47-55; Lucas 22:47-51; Juan 18:10, 11). ¡Cuántas veces la paciencia del Maestro ha sido puesta a prueba por Pedro! La experiencia de este apóstol es muestra clara de que "todos tropezamos muchas veces" (Santiago 3:2). ¿Acaso hay alguien en el mundo que no tenga que pedir perdón cada día? Para Pedro, sin embargo, la noche no ha terminado. Aún falta lo peor.

El peor de sus errores Jesús dice a la multitud que, si lo están buscando a él, dejen ir a sus apóstoles. Incapaz de evitar que se lleven a su Maestro, Pedro se da a la fuga junto con los demás. Al rato, Pedro y Juan dejan de huir. Quizás se hallan cerca de la casa del anterior sumo sacerdote, Anás, adonde primero llevan ajesús pa.ra interrogarlo. Así que se dirigen hacia allá. Cuando jesús es trasladado a otro lugar, Pedro y Juan van siguiéndolo, pero "de lejos" (Mateo 26:58;Juan 18:12, 13). No se puede deci.r que Pedro sea un cobarde. Se necesita valor para atreverse a seguir a una multitud armada. Además, no hay que olvidar que ya había herido a uno de ellos. Con todo, ¿dónde estaba la lealtad de la que tanto presumió? ¿A.rriesgó su vida para salvar a jesús como había dicho? (Ma.rcos 14:31.) Al igual que Pedro, hoy muchas personas siguen a Cristo "de lejos"; no quieren que otros se den cuenta. Pero como más tarde escribió Pedro mismo, la única manera de seguir correctamente a Cristo es manteniéndonos lo


más cerca posible de él. Debemos seguir su ejemplo con valor, sin miedo a las consecuencias (1 Pedro 2:21). Los sigilosos pasos de los dos apóstoles los llevan hasta la entrada de la casa del acaudalado y poderoso sumo sacerdote Caifás, una de las mansiones más impresionantes de toda jerusalén. Casas como esta solían construirse con un patio interior y tenían una puerta al frente. La portera no deja pasar a Pedro. Pero Juan, que ya estaba dentro, regresa para hablar con ella y consigue que lo deje entrar. Al parecer, Pedro no se queda con Juan ni hace el intento de acercarse a Jesús. Prefiere quedarse en el patio, donde varios esclavos y sirvientes pasan la fria noche frente a una fogata, mientras los falsos testigos entran y salen de la casa para declarar en contra de jesús (Marcos 14:54-57; Juan 18:15, 16, 18). A la luz de la brillante lumbre, la muchacha que dejó entrar a Pedro puede verlo mejor. Lo reconoce y le dice: "¡1ü, también, estabas con jesús el galileo!". La acusación lo toma por sorpresa. Afirma que no conoce a jesús y hasta niega saber de lo que está hablando la muchacha. Entonces se va a la entrada, tratando de pasar desapercibido. Allí otra muchacha lo ve y también dice: "Este hombre estaba con jesús el Nazareno", a lo que Pedro responde: "¡No conozco al hombre! " (Mateo 26:69-72). Hasta ahora, Pedro ha negado a jesús dos veces. Puede ser que después de esta segunda vez haya oído cantar a un gallo; sin embargo, está tan nervioso que no se acuerda de lo que había profetizado jesús unas cuantas horas antes. Pedro sigue tratando desesperadamente de no llamar la atención, pero un grupo de personas se acerca a él. Uno es pariente de Maleo, el esclavo a quien Pedro hirió en Getsemaní. Él le dice: "Yo te vi en el huerto con él, ¿no es verdad?". Pedro trata de convencerlos de que todos están equivocados; jura y perjura que está diciendo la verdad. Apenas salen estas palabras de su boca, un gallo canta, el segundo

" El Señor se volvió y miró a Pedro"

que Pedro escucha en la noche Uuan 18:26, 27; Marcos 14:71, 72). En ese momento, Jesús sale a un balcón con vista al patio, y su mirada se encuentra con la de su amigo. Ahora Pedro se da la cuenta del grave error que ha cometido. Le ha fallado a su Maestro. Aplastado por el peso de su culpa, abandona el lugar. Camina sin rumbo por las sombrías calles bajo la débil luz de la luna llena que casi ha desaparecido. Con los ojos inundados de lágrimas trata de avanzar, pero no puede. Entonces no aguanta más y se echa a llorar desconsoladamente (Marcos 14:72; Lucas 22:61, 62) . Después de cometer un error como este, es fácil pensar que el pecado ha sido tan terrible LA ATALAYA • 1 DE ABRIL DE 2010

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que uno no merece el perdón. Sin duda, Pedro debió haber pensado asf. ¿Lo perdonaría su Maestro? ¿Fue imperdonable su pecado?

Es dificil imaginar la avalancha de sentimientos que arrolló a Pedro esa mañana y en el transcurso del día. ¡Qué culpable tuvo que haberse sentido luego cuando Jesús murió tras largas horas de sufrimiento! ¡Cuánto debió estremecerlo la idea de haberle causado más dolor a su Maestro el último día de su vida como ser humano! No cabe duda de que Pedro estaba destrozado, pero no se hundió

en la desesperación. El relato muestra que pronto estaba reunido con los demás discípulos (Lucas 24:33). De seguro, todos se reprochaban haberse portado como cobardes en aquella funesta noche y, al estar juntos, pudieron consolarse unos a otros. Podemos decir que Pedro tomó aquí una de las decisiones más sabias de su vida. Cuando un siervo de Dios cae, lo que importa no es la magnitud de la caida, sino la determinación que tiene para levantarse y reparar su error (Proverbios 24:16). Pedro demostró tener fe genuina al decidir estar con sus hermanos a pesar de sentirse desanimado. Cuando la tristeza y el cargo de conciencia se apoderan de nosotros, la idea de aislarnos pudiera ser atractiva, pero es muy peligrosa (Proverb ios 18:1). Para fortalecernos espiritualmente, tenemos que mantenernos cerca de la congregación (Hebreos 10:24, 25). Gracias a que estaba con sus hermanos cristianos, Pedro se enteró de la desconcertante noticia de que el cuerpo de jesús había desaparecido de su tumba, pese a que su puerta había sido sellada. Pedro y Juan salieron corriendo hacia allá. Como al parecer Juan era más joven, llegó primero. Pero cuando vio la tumba abierta, no se atrevió a entrar. En cambio, Pedro, aún sin aire, no se detuvo y, sin pensarlo dos veces, entró. No había duda: la tumba estaba vacía (Juan 20:3-9). Al principio, Pedro no creyó que jesús había sido resucitado. Ni siquiera les ere'¡El Señor se apareció a Simón!'


yó a las mujeres fieles que informaron a los discípulos que unos ángeles les habían anundado la resurrección de jesús (Lucas 23:55-24:11). No obstante, al final del dfa desaparecteron todas las dudas que tenía y los residuos de tristeza que abrigaba en el corazón. ¡jesús estaba vivo! Ahora era un espíritu poderoso y, para demostrarlo, se aparedó a sus apóstoles. Pero antes hizo algo especial. ¿Qué fue? Los apóstoles mismos dijeron: "¡Es un hecho que el Señor ha sido levantado y se ha aparecido a Simón!" (Lucas 24:34). Más tarde, el apóstol Pablo también escribió acerca de este singular día en el que Jesús "se aparedó a Cefas, entonces a los doce" (1 Corintios 15:5). Simón y Cefas son otros nombres de Pedro. Estos relatos dejan claro que, aquel dfa, mientras Pedro estaba solo, Jesús se le aparedó. La Biblia no da detalles de este conmovedor encuentro entre Pedro y Jesús. Solo podemos imaginarnos lo emocionado que estaría Pedro al ver vivo a su amado Maestro y, además, poder dedrle lo triste y arrepentido que estaba por lo que había hecho. Más que nada en el mundo, querría que jesús lo perdonara. Y no cabe la menor duda de que jesús lo hizo, sin ningún reparo. Hoy dfa, los cristianos que han pecado deben recordar el ejemplo de Pedro y nunca pensar que no merecen recibir el perdón divino. Jesús refleja a la perfección la personalldad de su Padre, quien 'perdona en gran manera' (Isaías 55:7). Perdón sin reservas

jesús les dice a sus apóstoles que vayan a Galilea, donde se encontrará otra vez con ellos. Cuando llegan, Pedro decide ir al mar a pescar, y varios de los discípulos lo acompañan. Una vez más, Pedro se encuentra en las aguas donde ha pasado la mayor parte de su vida. El crujir de la madera del bote, el movimiento de las olas y el peso de las redes entre sus manos sin duda lo hacen sentirse cómodo. ¿Estará pensando en el rumbo que tomará su vida ahora que el ministerio de jesús en la

Tierra ha terminado? ¿Le resultará atractiva la idea de volver a la vida sencilla de un pescador? Es posible. Pero en toda la noche no pescan nada (Mateo 26:32; Juan 21 :1-3). Al amanecer, una figura les dice desde la costa que arrojen las redes por el otro lado de la barca. Así lo hacen ... ¡y atrapan nada menos que 153 pescados! Al reconocer Pedro quién les habla, rápidamente salta de la barca y nada

hasta la orilla. En la playa, jesús les da de comer algunos pescados que ha cocinado sobre carbón. Entonces se dirige a Pedro. Señalando la gran cantidad de peces que habían atrapado, jesús le pregunta: "¿Me amas más que a estos?". ¿Podría el amor que siente Pedro por la pesca competir con el amor que siente por jesús? Hace unos di as, Pedro negó a jesús tres veces. Ahora jesús le da la oportunidad de reafirmar tres veces su amor por él frente a sus compañeros, lo cual Pedro hace. El Maestro le pide a su vez que se lo demuestre. ¿De qué manera? Poniendo en primer lugar el servicio sagrado: cuidando al rebaño de Cristo, es decir, a sus seguidores Uuan 21:417). De este modo, jesús le hace entender a Pedro que todavía es una persona valiosa tanto para él como para su Padre, y que será muy LA ATALAYA • 1 DE ABRIL DE 2010

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útil en la congregación bajo la dirección de Cristo. ¡Qué prueba tan sobresaliente de per­ dón! Seguramente la misericordia de Jesús le llegó al corazón. Pedro cumplió fielmente su comisión por muchos afios. Fortaleció a sus hermanos, tal como Jesús le había mandado en la víspera de su muerte. Con paciencia y amor, cuidó de las ovejas de Cristo. Simón, a quien Jesús ha­ bía llamado Pedro, hizo honor a su nuevo nombre -que significa "piedra" o "trozo de roca" - y llegó a ser una persona fuerte, firme y confiable para todos en la congregación.

Esto se evidencia en las dos afectuosas cartas escritas por él, que llegaron a ser parte de la Bi­ blia. Estas cartas también demuestran que Pe­ dro nunca olvidó la lección que recibió de parte de Jesús sobre el significado del verdade­ ro perdón (1 Pedro 3:8, 9; 4:8). Aprendamos nosotros la misma lección. ¿Le pedimos a diario perdón a Dios por los mu­ chos errores que cometemos? ¿Aceptamos ese perdón con la seguridad de que borra lo que hayamos hecho? ¿Perdonamos a los demás? Si así lo hacemos, estaremos imitando la fe de Pedro y la misericordia de su Maestro.


le abrió su corazón a Dios ANA se halla atareada con los preparativos del viaje, tratando de mantener su mente ocupada. Se supon ía que fu era una ocasión feliz. Elqaná, su esposo, tiene por costumbre lleva r a toda la familia e n estos viajes anuales para rendir adoración en el tabernáculo que está en Siló. Además, la orden de jehová es que en tales ocasiones reine el gozo (Deuteronomio 16:15). Y sin duda el la las ha disfrutado desde pequeña. Pero las cosas han cambiado en los últimos años. Sí, es cierto, su esposo la ama, y eso es una bendición. Pero él tiene otra esposa. Es Peniná, quien al parecer se ha dado a la tarea de hacerle a Ana la vida imposible. Incluso se las ingenia para que tales ocasiones anuales de alegría sean para ella como un puñal clavado en el pecho. ¿Cómo lo hace? Lo que es más, ¿cómo logra Ana, con la ayuda de su fe, afrontar lo que a menudo parece ser una situación insoportable? Si usted está pasando por problemas que lo desgastan y le roban la alegría de vivir, la historia de Ana le servirá de inspiración.

"¿Por qué se siente mal tu corazón?" La Bibl ia nos revela dos grandes problemas en la vida de Ana. Sobre el primero tiene poco control y sobre el segundo, ninguno. El primero es que forma parte de un matrimonio polígamo y tiene que soportar el odio de la esposa rival. El segundo es que no puede tener hijos: es estéril. Esto de por sf es un problema para cualquier mujer que anhele tener hijos. Pero en los días y la cultura de Ana, ser estéril es fuente de amargo dolor, pues toda familia cuenta con los hijos para perpetuar su nombre. Así que la esterilidad se considera una deshonra y una vergüenza. 14

LA ATA LAYA • 1 D E JULIO DE 2010

Ana podría sobrellevar con entereza su dolor si no fuera por Peniná. La poligamia nunca ha producido ni producirá un ambiente ideal. Las competencias, las peleas y los dolores de cabeza son el pan de cada día. Yes una costumbre muy alejada de la norma que Dios estableció en el jardín de Edén: la monogamia (Génesis 2:24). * La amarga historia de esta familia es un simple pero revelador trazo del desventurado cuadro que pinta la Biblia de la poligamia. Ana es a quien más ama Elqaná. Según la tradición judia, llevaban algunos años casados cuando llegó Peniná. Sea esto cierto o no, lo que sí está claro es que, cegada por los celos, Peniná encuentra mil formas de hacer sufrir a su rival. Su gran ventaja son los hijos. Ha tenido uno tras otro, y su arrogancia crece con cada hijo que trae al mundo. En vez de compadecerse de Ana y consolarla, Peniná se vale de su frustración. La Biblia dice que la irrita con el único fin de "hacer que se [sienta] desconcertada" (1 Samuel 1:6). Sus actos son deliberados. Quiere lastimar a su rival, y vaya si lo logra. • En cuanto a por qué Dios toleró por un tiempo la poligamia entre su pueblo, véase el artfculo "¿Aprueba Dios la poligamia?", de La Atalaya del 1 de julio de 2009, página 30.


Por lo visto, el momento favorito de Peniná es el viaje anual al tabernáculo de Siló. A cada uno de los muchos hijos de Peniná -"a todos los hijos e hijas de ella"-, Elqaná le da una porción de los sacrificios ofrecidos a Jehová. A Ana no le da más que una: para ella sola. Con aires de superioridad, Peniná aprovecha para recordarle burlonamente su esterilidad con tal saña que la pobre se deshace en llanto y hasta pierde el apetito. Elqaná, obviamente, se da cuenta del dolor que embarga a su amada Ana y de que no come, así que intenta consolarla. "Ana -le dice¿por qué lloras, y por qué no comes, y po~ qué se siente mal tu corazón? ¿No soy yo mejor para ti que diez hijos?" (1 Samuel1:4-8.) Un punto a favor de Elqaná es haberse dado cuenta de que la tristeza de Ana tiene que ver con su infertilidad, y ella de seguro valora sobremanera sus confirmaciones de cariño.* Pero él no menciona la malicia de Peniná, y el registro tampoco indica que Ana le haya hablado del asunto. Tal vez considera que hacerlo solo empeorará las cosas. ¿Realmente cambiará su esposo la situación? ¿No aumentará el odio de Peniná, así como el de sus hijos y sirvientes? Con aquella perversa mujer de enemiga, cada día que pase es posible que se sienta más extraña en su propio hogar. Esté enterado o no Elqaná del alcance del comportamiento insidioso y malévolo de Peniná, Jehová lo ve todo. Su Palabra expone el cuadro entero, dando una solemne advertencia a todo el que por celos y odio cometa ese tipo de actos aparentemente inofensivos. Por otro lado, las personas sin malicia y pacíficas, como Ana, pueden sentirse aliviadas al saber que el Dios de la justicia endereza todo a Su tiempo y a Su manera (Deuteronomio • Aunque el relato bíblico dice que jehová "había cerrado la matriz" de Ana, no hay pruebas de que Dios estuviera descontento con esta fiel y humilde mujer (1 Samuel 1:S). A veces .la Biblia atribuye a Dios sucesos que simplemente ocurneron porque él lo permitió por un tiempo.

32:4). Ana quizás lo sabe, pues es a Jehová a quien acude. "No volvió a mostrar preocupación"

A primera hora, la familia está sumamente atareada. Todos, hasta los pequeños, se están preparando. El viaje a Siló llevará a esta numerosa familia po r más de 30 kilómetros (20 millas) a través del terreno montañoso de Efraín .* A pie, tardarán un día o dos. Ana ya sabe lo que le espera de la esposa rival, pero aun así, no se queda en casa. Con esto nos da un excelente ejemplo a los siervos de Dios de la actualidad. Nunca es prudente permitir que la mala conducta de otros estorbe nuestra adoración a Dios. Si lo hacemos nos perderemos precisamente las bendicio~ nes que nos darían las fuerzas para aguantar. Después de un largo día de andar por serpenteantes caminos accidentados, la familia por fin divisa Siló. Allí está, sobre una colina rodeada de otras más altas. Al irse acercando1 Ana seguramente piensa mucho sobre lo que le dirá a Jehová en oración. Una vez en el sitio, todos se sientan a comer. Ana se retira del grupo tan pronto como puede y se dirige al tabernáculo de j ehová. Sentado junto a la jamba de la puerta del templo se encuentra el sumo sacerdote Elí. Pero Ana está concentrada en su Dios. Aquí, en el tabernáculo, siente la confianza de que será oída. Si nadie más puede entender completamente su dolor, su Padre en los cielos sí puede. Es tal su quebranto que le resulta imposible contener las lágrimas. Sin poder dominar el estremecimiento que invade su cuerpo, Ana le habla en silencio a jehová. Sus labios tiemblan a medida que intenta encontrar las palabras que expresen su congoja. Se toma su tiempo para orar, derramar el corazón delante de su Padre. Pero hace más que simplemente pedirle a Dios que le • Para calcular la distancia, se da por hecho que el pueblo natal de Elqaná, Ramá, es el mismo sitio que en los días de jesús se conoce como Arimatea. LA ATALAYA • 1 DE JULIO DE 2010

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conceda su desesperado anhelo de tener un hijo. Ana no solo está interesada en recibir bendiciones de Dios, sino también en darle a él lo que esté a su alcance. Así que le hace un voto prometiéndole que, si tiene un hijo varón, lo dedicará de por vida a su servicio (1 Samuel1:9-ll). De este modo, Ana nos da un ejemplo de cómo se espera que nos dirijamos a Dios en oración. Jehová bondadosamente invita a su pueblo a hablarle con franqueza, sin reservas, desahogando sus preocupaciones con él, tal como un niño lo haría con su cariñoso padre (Salmo 62:8; 1 Tesalonicenses 5:17). El apóstol Pedro escribió por inspiración estas consoladoras palabras relacionadas con la oración a jehová: "Ech[e]n sobre él toda su inquietud, porque él se interesa por ustedes" (1 Pedro 5:7). Lamentablemente, los seres h umanos no somos tan comprensivos y compasivos como Jehová. Mientras Ana ora con lágrimas en los ojos, una voz la sacude. Es Elf, el sumo sacerdote, quien la ha estado observando. "¿Hasta cuándo te portarás como una borracha? Aparta tu vino de ti", le dice. Elí ha visto cómo le tiemblan los labios a Ana, sus sollozos, su quebranto emocional. Pero en vez de preguntarle qué le pasa, se precipita a concluir que la mujer está borracha (1 Samuel 1: 12-14).

¿Cuál fue el resultado de que Ana le abriera el corazón a Jehová y le rindiera adoración en el tabernáculo? El relato nos dice que "la mujer procedió a irse por su camino y a comer, y su rostro no volvió a mostrar preocupación por su propia situación" (1 Samuel 1:18). En este pasaje, La Biblia de las Américas dice: "Y ya no estaba triste su semblante". Ana sintió alivio. En cierto sentido, había colocado el peso de su carga emocional sobre

¡Qué doloroso es, en estos momentos

unos hombros infini tamente más anchos y

de zozobra, tener que hacer frente a tan infundada acusación, y de parte de alguien con tan honorable puesto! Con todo, Ana nos vuelve a dejar un precioso ejemplo de fe. No permite que las imperfecciones de ningún hombre se interpongan en su adoración a Jehová. Le contesta a Elí con respeto y le explica su situación. Elí, quizás un tanto avergonzado, responde en un tono más suave: "Ve en paz, y q ue el Dios de Israel conceda tu petición que le has pedido" (1 Samuel 1: 15-17).

fuertes que los suyos: los de su Padre celestial (Salmo 55:22). ¿Existe algón problema demasiado grande para él? Jamás, ni entonces ni ahora ni nunca. Cuando se sienta pesaroso, abrumado o abatido por la tristeza, siga el ejemplo de Ana y hable abiertamente con Aquel a quien la Biblia llama "Oidor de la oración" (Salmo 65:2). Si lo hace con fe, también descubrirá que su desconsuelo se transforma en "la paz de Dios que supera a todo pensamiento" (Filipenses 4:6, 7).

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Ana se siente hondamente perturbada por su esterilidad, y Peniná hace lo imposible por amargarte más la vida


¿Puede usted imitar el ejemplo de Ana orando de corazón 7

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las dos oraciones de Ana, registradas en 1 Samuel 1:11 y 2:1-1 O, contienen varios detalles sobresalientes. Veamos unos cuantos: • En la primera, Ana se dirige a "Jehová de los ejércitos". Es la primera persona mencionada en la Biblia que utiliza este título. Con algunas variaciones, el título se halla en las Escrituras doscientas ochenta y cinco veces y alude al dominio de Dios sobre una vasta multitud de hijos espirituales. • Ana expresa su segunda oración, no al momento de nacer su hijo, sino cuando ella y Elqaná lo presentan para servir a Dios en Siló. Por tanto, se entiende que su gran gozo no proviene de haber silenciado a su rival, Peniná, sino de haber recibido la bendición de jehová.

Aunque Elf la juzga mal,

Ana no se da por ofendida

"No hay roca como nuestro Dios" A la mañana siguiente, Ana vuelve al tabernáculo con Elqaná. Es m uy probable qu e le h aya contado de su petición y su prom esa, ya que la Ley mosaica establece q ue el esposo tiene el derech o de anular u n voto que la esposa haga sin su consentimiento (Nú meros 30:10-15). Pero este hombre fiel no lo anula,

• Al decir: "Mi cuerno realmente está ensalzado en jehová", tal vez Ana piense en el toro, una poderosa bestia que usa sus cuernos de forma temible. En otras palabras, está diciendo que jehová la hace fuerte (1 Samuel 2:1 ). • Su referencia al"ungido" de Dios se considera profética. Ana utiliza la misma palabra que en otros pasajes se trad uce "mesías" y es la primera persona del registro bíblico que la emplea para referirse a un rey ungido futuro (1 Samuel 2:10). • Unos mil años más tarde, María, la madre de jesús, evoca algunas frases de Ana en su propia expresión de alabanza a jehová (Lucas 1:46-55) .


sino que, junto con Ana, rinde adoración a Jehová en el tabernáculo antes de emprender el regreso a casa. ¿En qué momento se da cuenta Peniná de que ha perdido el poder de mortificar a Ana? El relato no lo aclara, pero la expresión "no volvió a mostrar preocupación por su propia situación" nos da a entender que los ánimos de Ana mejoran de ese momento en adelante. En todo caso, Peniná muy pronto descubre que su crueldad no tiene efecto alguno en Ana. La Biblia jamás vuelve a mencionar su nombre. Pasan los meses, y la paz mental de Ana se transforma en una alegría incontenible. ¡Está embarazada! Pero su júbilo no le hace olvidar la fuente de su bendición. Al nacer su hijo, le pone por nombre Samuel, que significa "Nombre de Dios" y evidentemente se refiere a invocar el nombre divino, como ella lo había hecho. Ni ese año ni los dos siguientes se une a su esposo y el resto de la familia en el viaje a Siló, sino que se queda en casa con el pequeño hasta que lo desteta. Mientras tanto, va haciendo acopio de valor para el día en que tenga que separarse de su amado hijo. Llega el momento de la separación, y no resulta sencillo. Claro, Ana sabe que Samuel estará bien atendido en Siló, quizás al cuidado de algunas de las mujeres que sirven en el tabernáculo. Pero es tan pequeño ... y ¿qué madre desea separarse de su hijo? Con todo, ella y su esposo llevan al muchachito, no a regañadientes, sino con gratitud. Ofrecen sacrificios en la casa de Dios y llevan a Samuel ante EH, recordándole el voto que Ana había hecho allí algunos años atrás. Entonces Ana pronuncia una oración que Dios

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considera digna de ser incluida en su Palabra inspirada. En cada línea del pasaje de 1 Samuel2:1-10 percibimos cómo palpita la honda fe de esta mujer. Ella alaba a Jehová por su maravilloso uso del poder: su inigualable aptitud para humillar al altivo, bendecir al oprimido y quitar la vida o incluso salvar a alguien de la muerte. Alaba a su Padre por su singular santidad, su justicia y su fidelidad. Con buena razón, Ana puede expresar: "No hay roca como nuestro Dios". Jehová es totalmente confiable y estable y un refugio para todo oprimido y pisoteado que acuda a él por ayuda. No hay duda: el pequeño Samuel es privilegiado al tener una madre con tal fe en jehová. Aunque de seguro la echa de menos mientras crece, nunca se siente abandonado. Año tras año su madre acude aSiló, llevándole una vestidura sin mangas para su servicio en el tabernáculo. Cada puntada que ella hace en la tela es una manifestación del amor e interés que siente por él (1 Samuel 2:19). ¿Puede imaginar la escena? Ahí está Ana, colocándole la nueva prenda al muchacho, alisándola y mirándolo con ternura al tiempo que le expresa palabras alentadoras. ¡Qué bendición es para Samuel tener una madre así! Y cuando él crezca, se convertirá asimismo en una bendición para sus padres y para todo Israel. En cuanto a Ana, Dios le concedió ser madre y darle a Elqaná otros cinco hijos (1 Samuel 2:21). Pero quizás su mayor bendición haya sido el vínculo entre ella y su Padre, Jehová, que se fue haciendo más fuerte con el paso de los años. Que lo mismo ocurra en el caso de usted por imitar la fe de Ana.


EJEMPLOS DE FE

´ ´ “Continuo creciendo con Jehova” ´ ERA el mes de mayo o junio —segun el calendario moderno—, ´ y los dorados campos de trigo estaban listos para la siega. Habıa comenzado la temporada seca. Samuel, un hombre fiel que llevaba ´ ´ ´ decadas sirviendo como profeta y juez, habıa convocado a la nacion de Israel en la ciudad de Guilgal. Observando los rostros de la muchedumbre, que ´ ´ ´ ya se habıa aquietado, se preguntaba como lograrıa sensibilizar sus corazones. El pueblo no se daba cuenta de la gravedad de ´ ˜ su situacion. Se empenaban en tener un rey hu´ ´ ´ mano. No entendıan que esta peticion suponıa una descarada falta de respeto a su Dios, Jeho´ ´ ´ va, y al profeta que el les habıa enviado. Esta´ ´ ban rechazando a Jehova como su rey. ¿Podrıa Samuel convencerlos de que se arrepintieran? Al dirigirse a la multitud, el profeta dijo: “He envejecido y encanecido”. Su cabello blanco ´ sin duda infundıa respeto y daba peso a sus pa´ ˜ ´ labras. A continuacion anadio: “Yo he andado delante de ustedes desde mi juventud hasta ´ este dıa” (1 Samuel 11:14, 15; 12:2). Aunque ´ ˜ ´ habıan pasado muchos anos, sus dıas de juventud estaban frescos en su memoria. Gracias a ´ ´ las decisiones que tomo mientras todavıa era ´ un muchacho, llego a ser un hombre de fe, un fiel siervo de Dios. Samuel tuvo que fortalecer y proteger su fe ´ constantemente, pues vivıa rodeado de perso´ nas impıas y desleales. Puesto que nosotros vivimos en un mundo de gente infiel y corrupta, ´ ´ tambien nos resulta difıcil cultivar la fe. Veamos lo que podemos aprender del ejemplo de Samuel, comenzando por su infancia.

´ “Ministrando delante de Jehova, como muchacho” Samuel tuvo una infancia fuera de lo co´ ´ mun. Poco despues de ser destetado, como a ˜ ´ los cuatro anos de edad, comenzo a servir en el 14

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´ ´ ´ ´ tabernaculo de Jehova, en Silo, a mas de 30 ki´ ´ lometros (20 millas) de Rama, su ciudad natal. ´ ´ Los padres de Samuel, Ana y Elqana, lo habıan ´ apartado para un servicio especial a Jehova: se´ ´ rıa nazareo de por vida.1 ¿Por que lo hicieron? ´ ¿Acaso no lo querıan? ´ En lo absoluto. Ellos sabıan que su hijo esta´ ´ ´ rıa bien atendido en Silo. Elı, el sumo sacerdo´ te, sin duda superviso su cuidado, pues Samuel ´ ´ trabajaba con el. Y en el tabernaculo contaban ´ con la colaboracion de algunas mujeres que ´ ´ servıan allı de forma organizada (1 Samuel 2: 22, nota). ´ ´ Lo que es mas, Ana y Elqana nunca se olvida´ ron de su´ querido hijo, el primero que les habıa ´ nacido. El fue la respuesta a una oracion en la ´ ´ que Ana le pidio a Dios un hijo varon y le pro´ ´ metio entregarselo para el servicio sagrado. To˜ dos los anos, cuando lo visitaban, Ana le llevaba una vestidura sin mangas que ella misma ´ habıa confeccionado para que la usara en el ta´ bernaculo. De seguro el muchacho esperaba con anhelo las visitas de sus padres, quienes ´ le daban consejos y animo, a la vez que lo ayu´ daban a valorar el gran privilegio que tenıa de ´ servir a Jehova en aquel lugar tan especial. ´ 1 El voto de nazareato incluıa, entre otras cosas, no tomar ninguna bebida embriagante ni cortarse el cabello. ´ Por lo general, se hacıa por un tiempo limitado, pero Sa´ muel, al igual que Sanson y Juan el Bautista, fue nazareo de por vida.


´ ´ He aquı una leccion para quienes tienen hi´ jos. Muchos padres suelen preocuparse mas por las necesidades materiales de sus hijos que por su salud espiritual. No obstante, Ana y ´ Elqana dieron prioridad a las necesidades es´ pirituales de Samuel, lo cual determino en ´ buena medida la clase de persona que llego a ser (Proverbios 22:6). Es muy probable que, mientras iba crecien˜ do, el pequeno Samuel explorara las colinas ˜ ´ ´ aledanas a Silo. Desde lo alto podıa divisar el ´ ´ pueblo y el valle que mas abajo se extendıa, y ´ sin duda se llenaba de orgullo y satisfaccion ´ cada vez que fijaba la vista en el tabernaculo de ´ ´ Jehova. Este sagrado lugar, que habıa sido cons˜ truido unos cuatrocientos anos antes bajo la di´ ´ ´ reccion del propio Moises, era el unico centro ´ ´ de adoracion a Jehova en todo el mundo.1 ´ El joven Samuel llego a amar su servicio en ´ ´ el tabernaculo. En el relato que escribio luego dice que “estaba ministrando delante de Jeho´ ´ ˜ va, como muchacho, y tenıa cenido un efod de lino” (1 Samuel 2:18). El hecho de que Samuel llevara un efod —una prenda de vestir simple y sin mangas— indica que ayudaba a los sacerdo´ tes. Aunque no pertenecıa a la clase sacerdotal, estaba a cargo de ciertas tareas, entre ellas, ˜ abrir las puertas del patio por las mananas y ´ asistir al envejecido Elı. Samuel disfrutaba mucho de sus privilegios, pero algo malo que esta´ ´ ba pasando en la casa de Jehova comenzo a ´ perturbar el buen corazon de este muchacho.

Conserva la pureza en un ambiente inmoral Desde muy joven, Samuel tuvo que presen´ ciar terribles actos de maldad y corrupcion. 1 En esencia, el santuario era una amplia tienda rectangular con estructura de madera. Sin embargo, estaba ´ hecho con materiales de la mas alta calidad: pieles de foca, hermosas telas bordadas y maderas nobles laminadas con oro y plata. Se encontraba en un patio rectangular en el ´ ´ que tambien habıa un precioso altar para los sacrificios. ´ Todo parece indicar que con el tiempo se erigieron camaras para uso de los sacerdotes, seguramente a los lados del ´ tabernaculo. Es probable que Samuel durmiera en una de ´ esas camaras.

En el libro de Samuel leemos que los dos hijos ´ ´ ´ de Elı —Hofnı y Finehas— “eran hombres que ´ ´ no servıan para nada; [que] no reconocıan a ´ Jehova” (1 Samuel 2:12). Estas dos ideas van de ´ ´ la mano. Hofnı y Finehas eran “hombres que ´ no servıan para nada” (literalmente, “hijos ´ de la inutilidad”) porque “no reconocıan”, o ´ respetaban, a Jehova. Su desprecio por las jus´ tas normas de Dios los llevo a cometer graves pecados. La Ley de Dios regulaba las tareas de los ´ sacerdotes y la manera en que debıan ofrecerse ´ los sacrificios. Y con razon: aquellos sacrificios representaban los medios que Dios dispuso para perdonar los pecados de las personas a fin ´ de que estuvieran limpias ante el y pudieran re´ ´ cibir su guıa y bendicion. El mal ejemplo de ´ ´ Hofnı y Finehas hizo que otros sacerdotes trataran con falta de respeto las ofrendas del pueblo.1 ´ Imaginemos lo conmocionado que debio de sentirse el joven Samuel al ver que en el taber´ ´ naculo ocurrıan tales abusos sin que nadie hi´ ´ ciera nada. ¡A cuantas personas habra visto sa´ lir de allı desmoralizadas y humilladas! Entre ellas se contaba gente pobre, humilde y opri´ mida que habıa ido en busca de alivio y fortale´ ´ za espiritual. Y para colmo, mas tarde se entero ´ ´ de que Hofnı y Finehas se burlaban de las leyes divinas sobre la moralidad sexual teniendo re´ laciones con las mujeres que servıan a la entra´ ´ da del tabernaculo (1 Samuel 2:22). ¿Como ´ cree que se sintio entonces? Tal vez esperaba ´ que Elı hiciera algo al respecto. ´ De hecho, Elı era la persona indicada para atender este problema, que iba de mal en peor. 1 El relato nos proporciona dos ejemplos. Por un lado, ´ la Ley dejaba claro cuales eran las porciones del sacrificio ´ que le correspondıan al sacerdote (Deuteronomio 18:3). ´ Pero los sacerdotes corruptos instituyeron una practica ´ muy diferente: hacıan que sus servidores metieran un tenedor grande en la olla hirviendo y tomaran cualquier ´ porcion de carne que saliera. Por otro lado, cuando la gen´ te llevaba sus ofrendas, los servidores —siguiendo las or´ denes de los sacerdotes— exigıan que se les entregara la carne cruda, incluso antes de que la grasa se ofreciera a ´ ´ Jehova sobre el altar (Levıtico 3:3-5; 1 Samuel 2:13-17). L A ATAL AYA ˙ 1 DE OCTUBRE DE 2010

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Como sumo sacerdote, era responsable por lo ´ ´ que sucedıa en el tabernaculo. Y como padre, ´ ´ tenıa la obligacion de corregir a sus hijos. Des´ pues de todo, no solo se estaban perjudicando ´ ´ ´ a sı mismos, sino tambien a un sinnumero de ´ ´ ´ habitantes del paıs. Pero Elı fracaso como ´ sumo sacerdote y como padre, pues se limito a darles una leve reprimenda a sus hijos (1 Samuel 2:23-25). Ellos necesitaban una discipli´ na mucho mas severa. Por sus pecados, se me´ recıan la muerte. ´ ´ ´ Tanto se agravo la situacion que Jehova en´ vio a “un hombre de Dios”, un profeta cuyo ´ nombre no se menciona, para transmitir a Elı ´ una fuerte condena. Primero, Jehova le dijo a ´ ´ Elı: “Sigues honrando a tus hijos mas que a ´ ´ mı”. Luego le informo que sus perversos hijos ´ ´ morirıan en un mismo dıa y que su familia su´ ´ frirıa intensamente y hasta perderıa su privile´ giada posicion en la clase sacerdotal. ¿Tuvo al´ gun efecto este contundente aviso? El relato muestra que no (1 Samuel 2:27–3:1). ´ Y Samuel, ¿se dejarıa corromper? De ningu´ na manera. En esta sombrıa historia nos encontramos de vez en cuando con alegres destellos de luz: comentarios positivos sobre el desarrollo de Samuel. Recordemos que, en me´ ´ dio de todo esto, el siguio “ministrando delan´ te de Jehova, como muchacho” (1 Samuel 2: ˜ ´ 18). Desde muy pequeno se concentro en su ´ ´ servicio a Jehova. Mas adelante, el relato nos ´ dice algo todavıa mejor: “El muchacho Samuel ´ ´ continuo creciendo con Jehova” (1 Samuel ˜ 2:21). En efecto, el paso de los anos no hizo ´ ´ ´ mas que estrechar su relacion con Dios. ¡Y que ´ mejor antıdoto puede haber contra la corrup´ cion moral que una estrecha amistad con ´ Jehova! ´ ´ Para Samuel habrıa sido muy facil pensar: “Si hasta el sumo sacerdote y sus hijos pecan ´ contra Jehova, yo puedo hacer lo que se me antoje”. Pero los errores ajenos, aun los de personas con autoridad, no nos dan permiso para ´ pecar. Actualmente, muchos jovenes cristia´ nos imitan a Samuel y continuan “creciendo 16

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´ con Jehova” a pesar de que haya gente a su alre´ dedor que les de un mal ejemplo. ´ ¿Y que recompensa obtuvo Samuel? La Biblia dice: “Mientras tanto, el muchacho Sa´ ´ muel iba creciendo y haciendose mas agrada´ ble, tanto desde el punto de vista de Jehova ´ como del de los hombres” (1 Samuel 2:26). Ası ´ que este joven fiel se labro una buena repu´ tacion, al menos a los ojos de quienes realmen´ ´ te importaba. De hecho, Jehova mismo llego a ˜ tenerle carino. Y Samuel albergaba la esperan´ ´ za de que Dios eliminarıa la maldad de Silo. ´ Ahora bien, tal vez se preguntaba cuando lo ´ harıa.

“Habla, porque tu siervo ´ esta escuchando” Cierta noche se disiparon sus dudas. Era de ´ madrugada y todavıa estaba oscuro. La tem´ ´ blorosa llama de la lampara del tabernaculo ´ ´ aun seguıa encendida. En el silencio, Samuel ´ ´ escucho una voz que lo llamaba y penso que ´ ´ Elı, quien ya era muy viejo y se habıa quedado ´ practicamente ciego, precisaba ayuda. Samuel ´ ´ se levanto y “fue corriendo” donde el. Imaginemos al muchachito descalzo yendo a toda ´ ´ prisa hasta donde dormıa su amo. ¡Que escena ´ tan bonita! Samuel trataba a Elı con mucha ´ ´ ´ consideracion y respeto. Despues de todo, Elı ´ ´ seguıa siendo el sumo sacerdote de Jehova (1 Samuel 3:2-5). ´ ´ Samuel desperto a Elı con estas palabras: ´ ´ ´ “Aquı estoy, pues me llamaste”. Elı le contesto ´ ´ ´ que el no lo habıa llamado y lo mando a dor´ ´ mir. Esto sucedio dos veces mas. Pero a la terce´ ra, Elı se dio cuenta de lo que estaba pasando. ´ ´ En aquel tiempo, Jehova no solıa comunicarse ´ con su pueblo por visiones o mensajes profeticos, y las razones eran obvias. No obstante, ´ ´ ´ Elı comprendio que Jehova deseaba hacerse ´ oır mediante este muchachito. Por tanto, le or´ ´ deno que regresara a su cama y le indico lo que ´ ´ debıa responder. Pronto la voz se volvio a escu´ char: “¡Samuel, Samuel!”. Y el, siguiendo las ´ ´ instrucciones de Elı, respondio: “Habla, por-


´ que tu siervo esta escuchando” (1 Samuel 3:1, 5-10). ´ ´ Por fin habıa alguien en Silo que le prestara ´ atencion a Dios. A partir de ese momento, Jeho´ va le hablaba a Samuel, y este siempre lo escuchaba. ¿Lo hacemos nosotros? Para escuchar a ´ Jehova, no hace falta que una voz ´ sobrenatural nos hable durante la noche. El siempre nos habla mediante su Palabra escrita, la Biblia. ´ Mientras mas escuchemos a Dios y lo obedez´ camos, mayor sera nuestra fe. Eso fue precisa´ mente lo que le sucedio a Samuel. ´ Aquella noche le cambio la vida a Samuel. ´ Desde entonces llego ´ ´ a conocer a Jehova de Samuel se armo de valor para transmitir una manera especial, con fe el juicio ´ pues se convirtio en su divino contra Elı´ profeta y vocero. Ahora ´ le tocaba transmitir a Elı un aviso final: el cum´ plimiento de la profecıa contra su familia era inminente. Al principio, Samuel se retrajo, ´ pero luego se armo de valor. Cuando por fin ´ ´ ´ hablo, Elı se resigno humildemente a la volun´ tad divina. Con el tiempo se cumplio todo lo ´ que Jehova predijo. Los israelitas emprendieron una guerra contra los filisteos, y en un mis´ ´ ´ ´ mo dıa cayeron Hofnı y Finehas. El propio Elı ´ ´ murio tras enterarse de que el arca de Jehova ´ habıa sido tomada (1 Samuel 3:10-18; 4:1-18). Mientras tanto, la fama de Samuel como ´ profeta fiel fue consolidandose. La Biblia dice ´ ´ ´ que “Jehova mismo resulto estar con el” y nun´ ca dejo que fallaran sus predicciones (1 Samuel 3:19).

´ ´ “Samuel clamo a Jehova” ´ ¿Quiere decir entonces que Israel siguio la ´ ´ direccion de Samuel y se convirtio en un pue´ blo fiel y espiritual? Para nada. Llego el mo´ ´ mento en el que la nacion no se conformo con ´ que un simple profeta los dirigiera. Querıan un ´ ´ rey como las demas naciones. Samuel accedio a su solicitud por mandato divino. Sin embar´ go, tenıa que advertirles de la gravedad de aquel pecado. No estaban rechazando a un


´ ´ simple hombre, sino a Jehova mismo. Ası que convo´ co al pueblo en Guilgal. ´ Allı se respiraba un ambiente tenso. El envejecido ´ Samuel repaso su historial de fe e integridad con el ´ ´ ´ pueblo. Entonces “clamo a Jehova” y le pidio que enviara una tormenta (1 Samuel 12:17, 18). ¿Una tormenta en la temporada seca? ¡Aquello era algo inconcebible! Pero cual´ Samuel pidio con fe quier indicio de incredulidad ´ ´ que Jehova enviara o animo de burla pronto desauna tormenta, y ´ ´ parecerıa. De repente, oscuras su oracion obtuvo nubes cubrieron el cielo y un respuesta ´ fuerte viento doblego el trigo de los campos. Retumbaron truenos ensordecedores y ´ ´ ´ finalmente comenzo a llover. ¿Como reacciono el ´ pueblo? “Tuvo gran temor de Jehova y de Samuel.” Por fin se daban cuenta de la gravedad de su pecado (1 Samuel 12:18, 19). ´ ´ Fue Jehova, no Samuel, quien logro sensibilizar el ´ corazon de aquel pueblo rebelde. Desde la infancia ´ hasta la vejez, Samuel ejercio fe en su Dios y fue ben´ decido por ello. Jehova no ha cambiado: podemos estar seguros de que si cultivamos una fe como la de Samuel, contaremos con su apoyo.


EJEMPLOS DE FE

´ Siguio adelante pese a los golpes de la vida ´ ´ EN UN solo dıa, la guerra contra los filisteos se habıa cobrado la vida de 30.000 israelitas. Y eso sin contar las 4.000 bajas de un ´ ´ ˜ combate anterior. El pueblo de Silo estaba anegado en lagrimas. Incontables ninos ´ y mujeres lloraban la perdida de sus seres queridos: padres, esposos, hermanos e hijos ´ ´ que jamas volverıan a casa. Tales muestras de dolor tuvieron que haber afectado profundamente al profeta Samuel (1 Samuel 4:1, 2, 10). ´ Esta desgracia es parte de una serie de tragi´ ´ cos sucesos. Todo comenzo cuando Hofnı y Fi´ nehas, los malvados hijos del sumo sacerdote ´ ´ Elı, llevaron el arca del pacto —sımbolo de la ´ presencia divina— desde Silo hasta el campo de batalla. Al parecer, los israelitas pensaban ´ que tenerla con ellos les asegurarıa la victoria. ´ Pero aquel cofre, que solıa guardarse en un lu´ gar sagrado del tabernaculo (la tienda que ser´ vıa de templo), no era un simple amuleto. Los filisteos vencieron a los israelitas, tomaron el ´ Arca y mataron a los hijos de Elı (1 Samuel 4:311). ´ ´ Hacıa siglos que el Arca habıa honrado con ´ su presencia a Silo. Por eso, al enterarse de que ´ estaba en manos de los filisteos, Elı —quien ya ´ ˜ ´ tenıa 98 anos de edad— se cayo de su silla y ´ murio. Y su nuera, que acababa de enviudar, ´ ´ ´ tambien fallecio ese mismo dıa dando a luz. ´ Sus ultimas palabras fueron: “La gloria se ha ´ ido de Israel al destierro”. Ası es: sin el arca del ´ ´ pacto, la gloria de Silo quedarıa en el olvido (1 Samuel 4:12-22). ´ Todo aquello debio de ser un duro golpe ´ para Samuel. Pero su fe no podıa fallarle ahora. Su deber era ayudar al pueblo a recuperar el ´ ´ favor y la proteccion de Jehova. Puesto que ´ nosotros tambien estamos expuestos a sufrir 24

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´ desilusiones y golpes en la vida, veamos que podemos aprender del ejemplo de Samuel. ´ Defendio la justicia Tras la historia que acabamos de leer, la Biblia pasa a contarnos el castigo que sufrieron ´ los filisteos por tomar el Arca y como se vieron obligados a devolverla. Cuando reaparece el profeta en escena, ya han transcurrido veinte ˜ ´ anos de eso (1 Samuel 7:2). ¿Que hizo durante todo ese tiempo? No hay que adivinarlo. ´ La Biblia dice que, en el perıodo anterior a la ´ guerra, “la palabra de Samuel continuo llegando a todo Israel”, lo cual indica que el profeta ´ habıa estado instruyendo al pueblo constante´ mente (1 Samuel 4:1). Y tras la guerra siguio haciendo lo mismo. En 1 Samuel 7:15-17 lee´ mos que tenıa la costumbre de visitar las mis˜ ˜ mas tres ciudades ano tras ano para solucionar las disputas de sus habitantes y darles instruc´ ´ ciones. Luego regresaba a Rama, donde tenıa su hogar. No hay duda, entonces, de que ˜ durante esos veinte anos se mantuvo, como siempre, muy ocupado. ´ El mal ejemplo de los hijos de Elı —hombres ´ corruptos e inmorales— habıa erosionado la fe del pueblo. Como resultado, muchos se entre´ ˜ garon a la idolatrıa. Tras veinte anos de labor y ´ afan, Samuel les dijo a sus hermanos israelitas:


´ ´ ´ “Si con todo su corazon estan volviendose a ´ Jehova, quiten de en medio de ustedes los dio´ ´ ses extranjeros y tambien las imagenes de Asto´ ret, y dirijan su corazon inalterablemente a ´ ´ ´ ´ ´ Jehova y sırvanle solo a el, y el los librara de la mano de los filisteos” (1 Samuel 7:3). Lo cierto es que “la mano de los filisteos” es´ taba oprimiendo sin compasion al pueblo. ´ ´ ´ Como el ejercito israelita habıa sido practicamente destrozado, sus enemigos pensaban ´ que podıan abusar de ellos con impunidad. Y ahora Samuel les presentaba la posibilidad ´ de regresar a Jehova y recuperar la libertad. ´ ¿Lo escucharon? Sı, pues se deshicieron de sus ´ ıdolos y “empezaron a servir solo a Jeho´ va”. El profeta, sin duda muy complacido, los ´ ´ congrego a todos en Mizpa, una ciudad que ´ ˜ quedaba en la region montanosa al norte de ´ ´ Jerusalen. Allı ayunaron y le demostraron a ´ Jehova que estaban arrepentidos de su idola´ trıa (1 Samuel 7:4-6). ´ Pero los filisteos vieron aquella reunion como una oportunidad para aplastar a los ado´ ´ radores de Jehova, ası que fueron contra ellos. Cuando los israelitas supieron del peligro que los amenazaba, se aterrorizaron y le pidieron a ´ Samuel que clamara a Jehova por ayuda. Este ´ ˜ ´ ´ accedio y acompano su oracion de una ofren´ ´ da quemada. Aun no habıa terminado de hacer el sacrificio cuando los filisteos atacaron la

´ ´ ciudad. Pero Jehova escucho el clamor de su pueblo e hizo que el cielo “tronara con gran estruendo [...] contra los filisteos”, con lo que ´ ´ provoco una gran confusion (1 Samuel 7:710). Sin embargo, los filisteos eran guerreros cur˜ tidos en fieras batallas; no eran ninos, que con un simple trueno corren a la falda de sus ma´ ´ dres. Aun ası, huyeron por sus vidas. ¿Que los ´ asusto tanto? Tal vez el “gran estruendo” re´ ´ tumbo en las colinas, o quiza provino de un cielo despejado. En cualquier caso, aquel acto ´ sobrenatural convirtio a los depredadores en ´ presas. Los israelitas salieron de Mizpa y persi´ ´ guieron a los filisteos por kilometros y kilome´ tros hasta llegar al suroeste de Jerusalen (1 Samuel 7:11). ´ ´ La batalla de Mizpa marco un antes y un des´ pues en la historia de Israel. Durante el resto de ´ ´ los dıas que Samuel sirvio de juez, los israelitas siguieron ganando terreno y recuperaron mu´ chas de las ciudades que los filisteos habıan conquistado (1 Samuel 7:13, 14). ´ ´ ´ Siglos mas tarde, el apostol Pablo incluyo a Samuel entre los jueces y profetas que “efec´ tuaron justicia” (Hebreos 11:32, 33). Ası es, Sa´ muel contribuyo a que se hiciera lo que era jus´ ´ to y recto a los ojos de Jehova. Y lo logro porque, en lugar de dejarse vencer por las difi´ cultades, siguio realizando su labor mientras ´ esperaba con paciencia a que Jehova endereza´ ´ ra los asuntos. Ademas, demostro ser una persona agradecida. Tras la victoria en ´ ´ Mizpa, levanto un monumento para re´ cordar lo que Dios habıa hecho a favor del pueblo (1 Samuel 7:12). Si queremos hacer lo que es ´ justo a los ojos de Jehova, tenemos que ser pacientes, humildes y agradecidos, como lo ´ ´ ¿Como ayudo Samuel al pueblo a reponerse de una terrible tragedia?


´ fue Samuel. ¿Y quien no tiene necesidad de cultivar esas cualidades? A Samuel le fue muy ´ ´ util desarrollarlas cuando todavıa era un hom´ bre joven, pues en su vejez afronto pruebas y ´ desilusiones mucho mas graves, como vere´ mos a continuacion.

“Tus propios hijos no han andado en tus caminos” La siguiente vez que aparece Samuel en el relato, ya ha envejecido y necesita ayuda para escuchar las causas del pueblo. Por eso, nombra ´ jueces a sus dos hijos: Joel y Abıas. Pero estos no hacen honor al nombre de su padre. En vez de seguir su ejemplo, abusan de su autoridad, cometen injusticias y aceptan sobornos (1 Samuel 8:1-3). ´ Un dıa, los ancianos de Israel presentaron la siguiente queja a Samuel: “Tus propios hijos no han andado en tus caminos” (1 Samuel 8: ´ ´ 4, 5). ¿No sabıa Samuel lo que hacıan sus hijos? El registro no lo indica. Pero seguro que ´ ´ tras ver lo que hizo Jehova con Elı por ser per´ misivo y honrar a sus hijos mas que a Dios, Sa´ muel se esforzo por ser un padre irreprensible

´ (1 Samuel 2:27-29). Y, de hecho, Jehova no ha´ llo falta en la conducta del profeta. ´ El relato tampoco dice lo que sintio Samuel al enterarse del mal comportamiento de sus hijos. Pero muchos padres saben lo vergonzoso y descorazonador que eso puede ser. Hoy es co´ mun que los hijos se rebelen contra sus padres. ´ La falta de respeto y sumision se ha convertido en una verdadera plaga (2 Timoteo 3:1-5). ¿Sufre usted a causa de un hijo que ni oye consejos ´ ni responde a la disciplina? En tal caso, hallara ´ consuelo y gu´ ıa al analizar la forma de actuar de Samuel. El se mantuvo fiel, sin desviarse ´ ni un milımetro de su camino. Recuerde: las ´ palabras mueven, pero el ejemplo arrastra. Ası que nunca subestime la influencia que su ejemplo de fidelidad puede ejercer en su hijo. ´ ´ ´ Ademas, su propio Padre, Jehova, se sentira orgulloso de usted por su conducta leal.

´ “Nombranos un rey” ´ Jamas se imaginaron los hijos de Samuel ´ ´ los efectos que su ambicion producirıa en ˜ otras personas. Tras senalar su mala conducta, ´ los ancianos le pidieron al profeta: “NombraSamuel tuvo hijos rebeldes. ´ ´ ¿Que le permitio superar ´ esa decepcion?


´ nos un rey que nos juzgue, sı, como todas las ´ naciones”. ¿Tomo esto Samuel como un re´ chazo a su persona? Despues de todo, llevaba ´ ´ decadas juzgando al pueblo en representacion ´ ´ de Jehova. Y ahora ellos querıan que los gobernara un monarca, no un simple profeta como ´ ´ ´ el. Estaban cansados de ser el unico paıs de la ´ ´ region que no tenıa su propio rey. Pues bien, ´ ´ ´ ¿que le parecio a Samuel dicha peticion? El relato dice: “Aquella cosa fue mala a [sus] ojos” (1 Samuel 8:5, 6). ´ Samuel expuso el problema a Jehova, quien ´ le contesto: “Escucha la voz del pueblo en cuanto a todo lo que te digan; porque no es a ti ´ a quien han rechazado, sino que es a mı a quien han rechazado de ser rey sobre ellos”. ´ ´ ´ ´ Ası Jehova le hizo ver que no habıa raz ´ on para que se sintiera ofendido, pues era a El a quien ´ el pueblo habıa insultado. Entonces, mediante ´ ´ el profeta, Jehova les advirtio a los israelitas ´ que tener un monarca les saldrıa caro. Pero ellos no dieron su brazo a torcer e insistieron: ´ “No, sino que un rey es lo que llegara a haber ´ sobre nosotros”. Cuando Dios les eligio uno ´ ´ y mando a Samuel a ungirlo, este obedecio, ´ como siempre habıa hecho (1 Samuel 8:7-19). ´ Pero ¿obedecio esta vez de mala gana? ¿Per´ ´ mitio que la desilusion envenenara su cora´ ´ zon? Mas de uno se ha amargado en situaciones parecidas, pero no Samuel. Reconociendo ´ ´ que Dios habıa seleccionado a Saul para gober´ ´ nar al pueblo, lo ungio y hasta lo beso, demos´ ´ ´ trandole ası que lo recibıa con agrado y que le ´ ´ ˜ ´ ofrecıa su lealtad. Ademas, les senalo a los is´ raelitas: “¿Han visto al que Jehova ha escogido, ´ que no hay ninguno como el entre todo el pueblo?” (1 Samuel 10:1, 24). Samuel siempre mantuvo una actitud positi´ va. En vez de fijarse en los puntos debiles del ´ ´ hombre a quien Dios habıa elegido, se centro en sus virtudes. Y en vez de amargarse por ´ no contar con la aprobacion de aquella gente ´ caprichosa, se concentro en el fiel servicio que ´ ´ le habıa ofrecido a Dios desde hacıa tantos

˜ ´ ´ anos (1 Samuel 12:1-4). Ademas, siguio cum´ ´ pliendo con su comision, pues advirtio a la ´ nacion de los peligros espirituales que la ame´ nazaban y la animo a permanecer leal a Jeho´ va. Sus palabras conmovieron tanto a los israelitas que le pidieron que orara por ellos. A esto, ´ Samuel respondio: “Es inconcebible, por mi ´ parte, pecar contra Jehova cesando de orar a favor de ustedes; y tengo que instruirles en el camino bueno y recto” (1 Samuel 12:21-24). ¿Alguna vez le han concedido a otra persona un puesto o privilegio que esperaba recibir us´ ted? ¿Se sintio decepcionado? Si imitamos a ´ ´ Samuel, jamas dejaremos que echen raıces en ´ nuestro corazon los celos ni la amargura. Recordemos que Dios le concede a cada uno de sus siervos fieles la oportunidad de realizar muchas tareas gratificantes.

´ ´ “¿Hasta cuando estaras ´ de duelo por Saul[?]” ´ ´ Saul en verdad poseıa virtudes muy valiosas. No le faltaba ni coraje ni ingenio y su porte era ´ imponente. Ademas, al menos en sus comienzos, fue un hombre modesto y sin pretensiones (1 Samuel 10:22, 23, 27). Y, como todos, ´ contaba con el precioso don del libre albedrıo, ´ o sea, la capacidad de elegir por sı mismo el curso de su vida y tomar sus propias decisiones ´ (Deuteronomio 30:19). ¿Usarıa bien ese don? Lamentablemente, la gloria y el poder suelen anular las buenas cualidades de los hombres, y la primera que desaparece es la modes´ tia. En poco tiempo, Saul se hizo arrogante. ´ En lugar de obedecer las ordenes divinas que ´ ´ ´ Samuel le transmitio, se impaciento y ofrecio ´ ´ un sacrificio, labor que le correspondıa unica´ mente al profeta. Por eso, Samuel lo reprendio ´ ´ y le anuncio que la corona no pasarıa a sus ´ descendientes. Pero en vez de corregirse, Saul ´ ´ ´ desobedecio a Dios de forma aun mas descarada (1 Samuel 13:8, 9, 13, 14). ´ ´ Jehova le habıa ordenado mediante Samuel que guerreara contra los amalequitas, L A ATAL AYA ˙ 1 DE ENERO DE 2011

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destruyera sus posesiones y ejecutara a Agag, ´ ´ su malvado rey. Sin embargo, Saul le perdono ´ ´ la vida al rey y conservo lo mejor del botın. Al corregirlo, Samuel pudo darse cuenta de lo ´ ´ mucho que Saul habıa cambiado. Lejos de aceptar con humildad la disciplina, se puso a ´ discutir con el profeta, justificandose y tratan´ do de minimizar su error. ¡Hasta le echo la cul´ pa al pueblo! Una de sus excusas fue que habıa ´ ˜ tomado lo mas selecto del rebano para sacrifi´ ´ carlo a Jehova. Cuando escucho esto, Samuel ´ le contesto: “Obedecer es mejor que un sacrifi´ ´ cio”. Sin ningun temor, le comunico al rey la ´ sentencia divina: su reino le serıa arrancado y ´ ´ alguien mejor que el ocuparıa su lugar (1 Samuel 15:1-33). Samuel estaba tan apenado por las faltas de ´ ´ Saul que se paso toda una noche clamando a ´ ´ ´ Jehova, y mas adelante se puso de duelo por el. ´ ¡Que desilusionado lo debieron hacer sentir su ´ arrogancia y su desobediencia a Jehova! Y pen´ ´ sar que cuando lo conocio tenıa tanto poten´ cial... Ya no quiso volver a verlo jamas. Al notar ´ ´ que el asunto lo tenıa tan consternado, Jehova ´ ´ ´ ´ le llamo la atencion, diciendole: “¿Hasta cuan´ ´ do estaras de duelo por Saul, en tanto que yo, por otra parte, lo he rechazado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite y ´ ´ anda. Te enviare a Jese el betlemita, porque entre sus hijos me he provisto un rey” (1 Samuel 15:34, 35; 16:1). ´ Para cumplir su voluntad, Jehova no depende de seres humanos imperfectos, quienes ˜ pueden ser hoy leales y manana no. Si alguien ´ ´ escogido por el lo traiciona, busca a otro. Ası ´ ´ que Samuel dejo de lamentarse por Saul y se ´ ´ ´ dirigio a la casa de Jese en Belen para ungir al ´ ´ ´ nuevo rey. Allı vio que Jese tenıa varios hijos ´ que a primera vista parecıan ser buenos candi´ ´ datos. No obstante, Jehova se encargo de recordarle: “No mires su apariencia ni lo alto de su estatura [...]. Porque no de la manera como el hombre ve es como Dios ve, porque el simple hombre ve lo que aparece a los ojos; pero en 28

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´ ´ ´ cuanto a Jehova, el ve lo que es el corazon” (1 Samuel 16:7). Por fin, le trajeron a David, el ´ ´ mas joven de los hijos, y ese resulto ser el elegido. Antes de culminar su vida, Samuel pudo ver ´ ´ que la decision de reemplazar a Saul con David ´ ´ ´ ´ habıa sido acertada. Saul se hacıa cada vez mas ´ ´ perverso, convirtiendose en un apostata dominado por los celos y el odio asesino. En cambio, David dejaba ver hermosas cualidades: valor, integridad, fe y lealtad. La fe de Samuel ´ ´ ´ ´ se fortalecio aun mas durante sus ultimos dıas. ´ ´ Comprobo que Jehova nos puede ayudar a re´ ponernos de cualquier desilusion y a superar nuestras dificultades, y que puede convertir los golpes y sinsabores de la vida en bendiciones. Tras la muerte de Samuel, el pueblo ente´ ˜ ro lloro su ausencia. Y no es de extranar, pues ´ por casi un siglo se labro un intachable histo´ rial de fiel servicio. Aun hoy, los siervos de ´ Dios hacen bien en preguntarse: “¿Imitare yo la fe de Samuel?”.


EJEMPLOS DE FE

´ “He creıdo” MARTA no lograba quitarse de la cabeza la imagen de la tumba de su hermano: una cueva sellada con una piedra. Su pena era tan negra y ´ pesada como aquella losa. No podıa creer que su amado hermano la ´ ´ ´ hubiera abandonado. Desde que el habıa exhalado su ultimo aliento, ´ ´ ´ ´ cuatro dıas atras, su vida se habıa convertido en una larga sucesion de lamentos, visitantes y condolencias. Y ahora, ante ella, estaba el hombre que ´ ´ mas apreciaba su hermano Lazaro. Ver de ´ ´ ´ nuevo a Jesus le abrio la herida de su corazon, ´ ´ pues era el unico ser en el mundo que podıa ´ haberlo sanado. No obstante, Marta hallo ´ ´ consuelo al hablar con Jesus allı, en las afueras de la aldea de Betania. En pocos minutos ´ volvio a sentirse reconfortada por la dulce mi´ rada y la profunda compasion que siempre la ´ animaba. Jesus le hizo preguntas que la ayudaron a centrarse en su fe y en su creencia en ´ ´ la resurreccion. La conversacion condujo a Marta a pronunciar una de las expresiones ´ ´ mas significativas que jamas salieran de su ´ ´ boca: “Yo he creıdo que tu eres el Cristo, el Hijo de Dios, Aquel que viene al mundo” (Juan 11:27). Marta era una mujer de gran fe. Lo poco que dice la Biblia sobre ella nos transmite magistrales lecciones que hacen que nuestra fe se fortalezca. Pero antes de centrarnos en su ´ ejemplo, repasemos el primer relato bıblico en que aparece nuestro personaje.

´ A pesar de su dolor, Marta permitio ´ que Jesus la ayudara a concentrarse en temas que fortalecieran su fe

“Inquieta y turbada” ´ ´ Aquello acontecio meses atras en Betania. ´ Estando bien de salud, Lazaro se dispuso a ´ acoger en su casa a la visita mas importante ´ de todas, nada mas y nada menos que a Jesu´ ´ ´ cristo. Lazaro, Marta y Marıa componıan una

familia diferente: los tres hermanos compar´ tıan el mismo techo. Algunos estudiosos indi´ can que Marta debio de ser la mayor, pues ´ parece que actuo como anfitriona y se la menciona primero (Juan 11:5). No tenemos L A ATAL AYA ˙ 1 DE ABRIL DE 2011

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´ forma de saber si alguno de los tres se caso alguna vez, pero lo que en realidad importa es ´ ´ que cultivaron una amistad ıntima con Jesus. Durante su ministerio en Judea, donde se en´ ´ ´ frento a mucha hostilidad y oposicion, Jesus ´ vivio en casa de sus amigos. Sin duda, estaba muy a gusto en aquel remanso de paz y amistad. ´ Marta tenıa un papel fundamental en la hospitalidad y comodidad de su hogar. Era una mujer hacendosa que siempre andaba ´ trajinando por la casa, y para la visita de Jesus ´ no iba a ser menos. De modo que planeo una comida especial con muchos platos que delei´ taran a su distinguido huesped y a sus posi˜ bles acompanantes. La hospitalidad era muy importante en la sociedad de aquel tiempo. ´ Cuando llegaba un invitado, lo recibıan con un beso, le quitaban las sandalias, le lavaban los pies y le untaban el cabello con relajante ´ aceite aromatico (Lucas 7:44-47). Y en cuanto ´ al alojamiento y las comidas, no podıa faltar ´ ningun detalle. ´ ´ Marta y Marıa tenıan mucho trabajo que ´ hacer. Seguramente Marıa, que a veces se pin-

Aunque estaba “inquieta y turbada”, ´ ´ Marta acepto humilde la correccion

´ ta como la mas sensible y espiritual de las dos, ´ ayudo a su hermana al principio, pero´ las co´ ´ sas cambiaron en cuanto llego Jesus. El apro´ ´ ˜ vecho la ocasion para impartir sus ensenan´ ´ zas, ¡y con que maestrıa! A diferencia de los ´ ´ ´ lıderes religiosos de su dıa, Jesus respetaba a las mujeres y con gusto les hablaba del Reino ´ de Dios, el tema de su ministerio. Marıa, en´ ´ tusiasmada, se sento a los pies de Jesus y no se ´ perdio ni una sola palabra. ´ Es facil imaginar que a Marta le hirviera la ´ ´ sangre. La tension e inquietud crecıa en su in´ terior a medida que cocinaba y hacıa todos ´ los demas preparativos para sus invitados. ¿Se ´ ´ ´ le subirıan los colores, suspirarıa o fruncirıa el ˜ ceno al ir de un lugar a otro y ver a su herma´ na allı sentada sin hacer nada por ayudarla? ´ ´ ´ Quiza sı. Al fin y al cabo, ella sola no podıa hacerlo todo. ´ Al final, Marta no pudo aguantar mas su ´ ´ ´ disgusto y exploto. Interrumpio a Jesus di´ ˜ ciendole: “Senor, ¿no te importa que mi her-


mana me haya dejado sola para atender las cosas? Dile, por lo tanto, que me ayude” (Lucas 10:40). Aquella pregunta llevaba mucha ´ ´ carga. Acto seguido le pidio a Jesus que rega˜ ´ nara a Marıa y que la obligara a volver a sus tareas. ´ Probablemente, la respuesta de Jesus sor´ prendio a Marta, como ha sorprendido a tantos lectores de la Biblia desde entonces. ´ ´ ˜ ´ El le contesto con carino: “Marta, Marta, estas inquieta y turbada en cuanto a muchas cosas. Son pocas, sin embargo, las cosas que se nece´ ´ sitan, o solo una. Por su parte, Marıa escogio ´ ´ la buena porcion, y no le sera quitada” (Lucas ´ ´ 10:41, 42). ¿Que quiso decir Jesus? ¿Estaba acusando a Marta de materialista o subesti´ mando el trabajo arduo que suponıa preparar una buena comida? ´ No. Jesus vio enseguida que los motivos de ´ Marta eran nobles. Ademas, evidentemente ´ no creıa que estuviera mal hacer gala de una ´ hospitalidad exquisita, pues habıa acudido con gusto al “gran banquete” que Mateo ha´ ´ bıa ofrecido en su honor poco tiempo atras (Lucas 5:29). El problema no era la comida, sino las prioridades de Marta, que estaba tan ´ enfrascada elaborando los platos que perdio ´ de vista lo principal. ¿De que se trataba? ´ ´ ´ Jesus, el Hijo unigenito de Dios, habıa ido a ˜ la casa de Marta a ensenar la verdad. Nada po´ ´ dıa ser mas importante, ni siquiera la deliciosa comida ni los bondadosos preparativos ´ ´ que ella habıa hecho. Seguramente, Jesus se ´ ´ sintio triste al ver que su amiga se perdıa esa ´ oportunidad unica de aumentar su fe, pero la ´ ´ dejo que tomara su decision. Ahora bien, Je´ ´ ´ sus no iba a obligar a Marıa a que tambien se la perdiese. A fin de calmar los exaltados nervios de ´ ´ Marta, Jesus la corrigio repitiendo con dulzu´ ´ ra su nombre. Le aseguro que no habıa necesidad de estar “inquieta y turbada en cuanto a muchas cosas”, pues una comida sencilla de

´ uno o dos platos habrıa sido suficiente, sobre ´ ´ todo cuando tenıan ante sı un banquete espiritual. Pero lo que estaba claro era que ´ ´ no iba a quitarle a Marıa “la buena porcion” ´ que habıa elegido, es decir, la de escucharlo. ´ Esta escena domestica contiene muchas ´ lecciones para los discıpulos de Cristo hoy. Por ejemplo, que no debemos permitir que nada nos impida satisfacer nuestra “necesidad espiritual” (Mateo 5:3). Aunque quere´ mos imitar el espıritu generoso y diligente de Marta, nunca debemos inquietarnos tanto por los aspectos secundarios de la hospitali´ dad que nos perdamos lo mas importante. Nuestro principal objetivo al juntarnos con nuestros hermanos no debe ser disfrutar de un banquete, sino animarnos e intercambiar dones espirituales (Romanos 1:11, 12). La co´ mida mas sencilla puede dar pie a una oca´ sion sumamente edificante. Recobran a un hermano amado ´ ´ ´ ¿Acepto Marta la reprension de Jesus y ´ aprendio de ella? No hace falta especular. ´ ´ El apostol Juan, en la introduccion del apasio´ nante relato de Lazaro, nos dice: “Ahora bien, ´ ´ Jesus amaba a Marta y a su hermana y a Laza´ ro” (Juan 11:5). Habıan pasado meses desde ´ ´ la ultima vez que Jesus estuvo en Betania, y ´ ´ esta claro que Marta no estaba dolida con el ´ ni le abrigaba ningun rencor. Todo lo contra´ rio, habıa aceptado su consejo de buena gana. ´ ´ En este campo tambien Marta dio un magnı´ fico ejemplo de fe, porque ¿quien no necesita ´ ´ de vez en cuando algun tipo de correccion? ´ ´ ´ Cuando Lazaro enfermo, Marta se encargo de cuidarlo. Hizo todo lo que pudo para que se aliviara y recuperara; sin embargo, empeo´ ´ raba cada vez mas. Hora tras hora, dıa tras ´ ´ dıa, sus hermanas lo atendıan con esmero. ´ ´ ¿Cuantas veces mirarıa Marta el demacrado ´ ´ rostro de su hermano y recordarıa las alegrıas ´ y las penas que habıan vivido juntos durante ˜ tantos anos? L A ATAL AYA ˙ 1 DE ABRIL DE 2011

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´ ´ Al ver que Lazaro no tenıa remedio, las her´ manas enviaron un mensaje a Jesus, que esta´ ba predicando a dos dıas de distancia. Sus pa˜ ´ labras fueron directas: “Senor, ¡mira!, esta ˜ enfermo aquel a quien le tienes carino” (Juan ´ ´ 11:1, 3). Sabıan que Jesus apreciaba mucho a ´ ´ su hermano y tenıan la certeza de que harıa cualquier cosa por ayudarlo. No obstante, sus ´ esperanzas de que Jesus llegara antes de que fuera demasiado tarde quedaron truncadas: ´ ´ Lazaro murio. Juntas lloraron a su hermano, se encargaron de los preparativos del funeral y recibieron a las muchas visitas de Betania y sus ´ ´ alrededores. Pero Jesus no aparecıa. Segura´ ´ mente Marta se sentıa cada vez mas descon´ ´ certada. Por fin, cuatro dıas despues de la ´ ´ ´ muerte de Lazaro, se entero de que Jesus ve´ nıa de camino y estaba cerca de la aldea. Con ´ ese ımpetu que la caracterizaba, incluso en ´ ´ este momento sombrıo de su vida, se levanto ´ ´ y, sin decir ni una palabra a Marıa, corrio al ´ encuentro de Jesus (Juan 11:20). ´ En cuanto Marta vio a su Maestro, expreso ´ con palabras la idea que habıa atormentado a ´ ˜ las dos hermanas por dıas: “Senor, si hubieras ´ ´ estado aquı mi hermano no habrıa muerto”. ´ Con todo, no habıa perdido su fe y esperanza, ´ ´ ˜ pues anadio: “Y sin embargo, actualmente se que cuantas cosas pidas a Dios, Dios te las ´ ´ dara”. Al instante, Jesus le dijo algo que avi´ ´ vo su esperanza: “Tu hermano se levantara” (Juan 11:21-23). ´ ´ ´ ´ Ella penso que Jesus se referıa al futuro, ası ´ ´ ´ que contesto: “Yo se que se levantara en la re´ ´ ´ surreccion en el ultimo dıa” (Juan 11:24). ´ ¡Que fe tan impresionante! Pese a que los sa´ duceos —maestros religiosos judıos— nega´ ´ ban la resurreccion, Marta creıa firmemente ˜ en esta ensenanza tan clara de las Santas Es´ crituras (Daniel 12:13; Marcos 12:18). Sabıa, ´ ´ ´ ademas, que Jesus predicaba la resurreccion y ´ que incluso habıa devuelto la vida a varias 14

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personas, aunque hasta la fecha a nadie que ´ ´ hubiera estado muerto tantos dıas como La´ ´ zaro. Marta se preguntaba que pasarıa. ´ ´ ´ A continuacion, Jesus hizo una declaracion ´ insolita que confirma que su Padre le ha dado la potestad para que en el futuro realice resurrecciones a escala mundial. Dijo: “Yo soy ´ ´ ´ la resurreccion y la vida”. Jesus le pregunto a ´ Marta: “¿Crees tu esto?”. Entonces ella dio la ´ respuesta que vimos al inicio del artıculo. ´ ´ Marta tenıa fe en que Jesus era el Cristo —o ´ ´ Mesıas—, que era el Hijo de Dios y que habıa de venir al mundo, como anunciaron los profetas (Juan 5:28, 29; 11:25-27). ´ ¿Valoran Jehova y Jesucristo esa clase de fe? Los acontecimientos que se sucedieron su´ ministran una respuesta inequıvoca. Marta ´ corrio a buscar a su hermana. Luego vio que ´ ´ Jesus se emociono profundamente cuando ´ ´ hablo con Marıa y los muchos dolientes que ˜ ´ la acompanaban. Fue testigo de las lagrimas ´ que derramo su Maestro al no ocultar su intenso pesar por el dolor que causa la muerte y, ´ ´ ademas, lo oyo pedir que se retirara la losa que sellaba la tumba de su hermano (Juan 11: 28-39). ´ ´ Tan logica como siempre, Marta objeto di´ ´ ciendo que el cuerpo olerıa mal despues de ´ ´ ´ cuatro dıas. Pero Jesus le recordo: “¿No te dije ´ ´ que si creıas habrıas de ver la gloria de Dios?”. ´ Marta creyo, y vio de manera espectacular la gloria de Dios. En aquel preciso instante, Dios ´ ´ faculto a su Hijo para resucitar a Lazaro. Pen´ ´ semos en las imagenes que quedarıan grabadas a fuego en la memoria de Marta: la orden ´ ´ que Jesus dio a Lazaro para que saliera; el leve ´ sonido que este producirıa al levantarse envuelto en telas mortuorias y avanzar hasta la ´ entrada; el mandato de Jesus para que lo ‘desataran y lo dejaran ir’, y, por supuesto, el en˜ tranable abrazo con el que se fundieron los tres hermanos (Juan 11:40-44). La losa en el ´ ´ corazon de Marta habıa desaparecido.


La fe de Marta fue recompensada cuando vio resucitar a su hermano

´ Este relato demuestra que la resurreccion ´ de los muertos no es una mera ilusion; es una ˜ ´ consoladora ensenanza bıblica probada con ´ hechos reales. Jehova y su Hijo desean recompensar la fe de sus siervos, como lo hicieron ´ ´ en el caso de Marta, Marıa y Lazaro. Las re´ compensas seran innumerables para todos ´ los que cultiven una fe solida como la de Marta.1 “Marta estaba sirviendo” ´ El relato bıblico menciona a Marta una vez ´ ´ mas. Fue al principio de la ultima semana de ´ la vida terrestre de Jesus. Conocedor de las ´ ´ pruebas que le aguardaban, Jesus volvio a buscar tranquilidad en casa de sus amigos de ´ ´ Betania. Desde allı caminaba los tres kilome´ ´ ´ tros (dos millas) hasta Jerusalen. Jesus y La´ zaro estaban cenando en casa de Simon el ´ ´ leproso, y allı se nos da una ultima pincelada de nuestro personaje: “Marta estaba sirviendo” (Juan 12:2). ´ ´ ´ ˜ ´ 1 Hallara mas informacion sobre la ensenanza bıblica ´ ˜ ´ ´ de la resurreccion en el capıtulo 7 del libro ¿Que ensena ´ realmente la Biblia?, editado por los testigos de Jehova.

´ ¡No podıa ser de otra manera! La primera vez que leemos sobre ella en la Biblia la halla´ ´ mos trabajando, y la ultima tambien la deja´ ´ mos trabajando, esforzandose al maximo por ´ atender las necesidades ajenas. Hoy en dıa, las congregaciones cristianas disfrutan de tener mujeres como Marta, mujeres resueltas y generosas, cuya fe las impulsa a desvivirse por ´ ´ ´ los demas. De seguro Marta siguio siendo ası. ´ ´ En ese caso hizo bien, pues aun habrıa de en´ frentarse a muchos obstaculos en la vida. ´ A los pocos dıas, Marta tuvo que soportar la ´ terrible muerte de su amado Maestro, Jesus, a ´ manos de unos asesinos hipocritas. Ellos mis´ ´ mos habıan tratado de matar a Lazaro, por´ que, a causa de la resurreccion de este, mucha ´ ´ gente creıa en Jesus (Juan 12:9-11). Y, por su´ puesto, tarde o temprano la muerte corto ´ los afectuosos lazos que unıan a Marta y a ´ ´ sus hermanos. No sabemos como ni cuando ´ ocurrio, pero podemos estar seguros de que la ´ devota fe de Marta la ayudo a aguantar hasta ´ ´ ´ el fin de sus dıas. ¡Que magnıfico ejemplo de fe! L A ATAL AYA ˙ 1 DE ABRIL DE 2011

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EJEMPLOS DE FE

´ Se dejo consolar por Dios ´ ELIAS corre bajo la lluvia mientras la oscuridad se cierne sobre la ´ ´ region. Todavıa queda un buen trecho para llegar a Jezreel, y ya ´ no tiene el vigor de la juventud. Aun ası, avanza infatigable, pues ´ ´ ´ “la misma mano de Jehova” esta sobre el. La fuerza que impulsa ´ su cuerpo es distinta a todo lo que ha sentido antes. De hecho, ¡ha dejado atras a los caballos que tiran del carruaje del rey Acab! (1 Reyes 18:46.) Va muy por delante del monarca y tiene ´ ´ ´ ante sı un largo camino. Imagınelo quitandose las gotas de lluvia de los ojos a la vez que re´ ´ cuerda todo lo acontecido ese dıa, el mas trascendental de su vida. Ya lejano y oculto por la tormenta se alza el monte Carmelo, en cuyas ´ alturas azotadas por el viento Jehova lo ha utilizado para asestar un tremendo y milagroso golpe al culto de Baal. Cientos de profetas paganos han sido justamente ejecutados tras ˜ quedar al descubierto sus viles enganos. Sin ´ duda, una gran victoria para el Dios de Elıas, ´ ´ ´ Jehova, y para la adoracion pura. Elıas ruega a ´ ´ Jehova que cese la sequıa que ha castigado la ˜ tierra por tres anos y medio. ¡Y entonces rompe a llover!1 (1 Reyes 18:18-45.) Mientras recorre bajo la intensa lluvia los ´ 30 kilometros (19 millas) que lo separan de ´ Jezreel, quizas va pensando que las cosas por ´ ´ fin mejoraran. ¡Acab tendra que cambiar! ´ Despues de presenciar lo sucedido en el mon´ ´ ´ te Carmelo, el rey no tendra mas opcion que abandonar el culto a Baal, controlar a su reina, Jezabel, y dejar de perseguir a los siervos ´ de Jehova. Es normal que nos hagamos ilusiones ´ ´ 1 Veanse los siguientes artıculos de la serie “Ejemplos de ´ fe”: “Fiel defensor de la adoracion pura” y “Se mantuvo ´ vigilante y espero con confianza”, de La Atalaya del 1 de enero y 1 de abril de 2008, respectivamente.

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cuando todo parece ir bien. Tal vez pensemos ´ que las cosas seguiran mejorando, e incluso que nuestros peores problemas por fin se aca´ ´ ˜ ´ baran. No serıa extrano que Elıas se hubie´ ra sentido ası, pues “era hombre de sentimientos semejantes a los nuestros” (Santiago 5:17). No obstante, sus quebraderos de cabeza estaban lejos de terminar. Pocas horas des´ ´ pues sentirıa tanto miedo y desaliento que ´ ´ ´ ´ desearıa morir. ¿Que ocurrio? ¿Y que hizo ´ Jehova para reavivarle la fe e infundirle valor? Un giro inesperado Cuando Acab llega a su palacio en Jezreel, ¿da muestras de haber cambiado, de ser un ´ poco mas espiritual? El relato dice: “Acab refi´ ´ ´ rio a Jezabel todo lo que Elıas habıa hecho y ´ ´ todo acerca de como habıa matado a todos los profetas a espada” (1 Reyes 19:1). Observe ´ que el rey ni siquiera menciona a Jehova al relatar aquellos sucesos. Es un hombre carnal que ve esos milagros desde un punto de vista meramente humano y se refiere a ellos como ´ ´ “lo que Elıas habıa hecho”. Es obvio que ´ ´ no ha aprendido a respetar a Jehova. ¿Y como reacciona la vengativa Jezabel? ´ Se pone furiosa. Llena de ira, envıa este ´ ´ ´ mensaje a Elıas: “¡Ası hagan los dioses, y ası ˜ ˜ anadan a ello, si manana a esta hora no hago tu alma como el alma de cada uno de ellos!”


´ (1 Reyes 19:2). Es una autentica amenaza de muerte. De hecho, la reina ha jurado que si ´ no lo asesina en el plazo de un dıa para vengar a los profetas de Baal, ella misma debe´ ´ ra morir. Entretanto, Elıas duerme en una humilde morada de Jezreel durante aquella noche tormentosa. De pronto, lo despiertan para que escuche al mensajero de la reina ´ pronunciar esas espantosas palabras. ¿Que ´ siente al oırlas? Vencido por el temor y el desaliento ´ ´ Si Elıas penso por un momento que la ´ guerra contra la adoracion de Baal estaba por ˜ acabar, sus ilusiones se hacen anicos en ese

preciso instante. Jezabel no se da por vencida. Ya se ha encargado de asesinar a muchos ´ otros profetas fieles de Jehova, y ahora todo ´ ´ parece indicar que Elıas sera el siguiente. ´ La Biblia afirma que “a el le dio miedo”. ¿Lle´ ´ go Elıas a visualizar en su mente la terrible ´ muerte que Jezabel le tenıa reservada? Si el profeta le dio muchas vueltas a ese pensamiento, no sorprende que se desalentara. ´ En cualquier caso, “empezo a irse por su ´ alma”, es decir, salio huyendo para salvar el cuello (1 Reyes 18:4; 19:3). ´ ´ Elıas no fue el unico hombre de fe que ce´ ´ ´ dio al temor. Al apostol Pedro le ocurrio ´ ´ algo parecido siglos despues. En una ocasion, ´ ´ cuando Jesus hizo que anduviera con el sobre ´ el agua, el apostol se puso a “mirar a la ´ tempestad de viento”, con lo que se asusto ´ y comenzo a hundirse (Mateo 14:30). Los ´ ˜ ejemplos de Pedro y de Elıas nos ensenan ´ una valiosa leccion: para conservar el valor, no debemos pensar mucho en lo que pueda ´ pasarnos. Necesitamos fijar la atencion en la Fuente de nuestra esperanza y poder. “¡Basta!” ´ ´ ´ Presa del panico, Elıas huye 150 kilometros (95 millas) al suroeste, a Beer-seba, ciudad si´ ´ tuada cerca de la frontera sur de Juda. Allı deja ´ a su servidor y se adentra en el desierto el ˜ solo. El relato anade que se fue por “camino ´ ´ de un dıa”. Ası que podemos imaginarlo partiendo al amanecer, por lo visto sin nada que echarse a la boca. Deprimido, impelido por el temor y bajo un sol abrasador, lucha por ´ avanzar por un territorio arido y despiadado. A medida que el cegador disco solar se enroje´ ce al descender sobre el horizonte, Elıas se queda sin fuerzas. Agotado, se sienta bajo una ´ retama... lo mas parecido a un refugio en ´ aquel esteril paraje (1 Reyes 19:4). ´ ´ Jehova bendijo a Elıas de un modo extraordinario, tanto en los buenos momentos como en los malos


´ ´ En su desesperacion, le pide a Jehova que le quite la vida. “No soy mejor que mis antepasados”, clama. Sabe que estos solo son polvo y huesos en la tumba, y que no pueden hacer ´ ´ nada bueno por nadie (Eclesiastes 9:10). Elıas ´ se siente igual de inutil. Por eso es natural que ´ se pregunte por que seguir viviendo y que grite “¡Basta!”. ´ ¿Deberıa sorprendernos que un siervo de Dios se haya sentido tan deprimido? No necesariamente. En la Biblia se mencionan varios hombres y mujeres fieles que se sintieron tan tristes que desearon morir, entre ellos Re´ ´ beca, Jacob, Moises y Job (Genesis 25:22; ´ 37:35; Numeros 11:13-15; Job 14:13). ´ Actualmente vivimos en “tiempos crıticos, ´ difıciles de manejar”, y por eso muchas personas, incluso siervos de Dios, a veces caen ´ en el desanimo (2 Timoteo 3:1). Si alguna vez ´ ´ usted se siente ası, siga el ejemplo de Elıas: exprese sus sentimientos a Dios. Al fin y al ´ cabo, Jehova es “el Dios de todo consuelo” ´ ´ (2 Corintios 1:3). Veamos como consolo a ´ Elıas. ´ Jehova anima a su profeta ´ ´ ´ ¿Como cree usted que se sintio Jehova cuando vio desde el cielo a su amado profeta bajo aquel arbusto del desierto implorando la ´ muerte? No hace falta adivinarlo. Despues ´ ´ ´ ´ que Elıas se duerme, Jehova le envıa un angel que, tras tocarlo suavemente para despertar´ ´ lo, le dice: “Levantate, come”. Y ası lo hace ´ ´ Elıas, pues el angel bondadosamente le sirve ´ una comida sencilla: pan recien hecho y agua. ¿Se acuerda siquiera el profeta de darle ´ las gracias al angel? El relato solo pasa a indicar que come y bebe y se vuelve a dormir. ´ ¿Esta tan descorazonado que es incapaz de ´ hablar? En cualquier caso, el angel lo despier´ ta por segunda vez, quizas al alba, para decir´ ˜ le: “Levantate, come”. Y anade estas notables palabras: “Porque el viaje es demasiado para ti” (1 Reyes 19:5-7).

Gracias a la perspicacia que Dios le ha ´ ´ dado, el angel sabe adonde se dirige el profe´ ´ ´ ta. Tambien percibe que Elıas no podra realizar ese viaje con sus propias fuerzas. ¿Verdad que nos consuela servir a un Dios que conoce nuestros deseos y limitaciones mejor que no´ sotros mismos? (Salmo 103:13, 14.) ¿Como ´ ´ ayudo aquella comida a Elıas? ´ ´ ´ ´ El relato continua: “El se levanto y comio y ´ ´ bebio, y siguio yendo por el poder de aquel ´ alimento durante cuarenta dıas y cuarenta ˜ noches hasta la montana del Dios verdadero, Horeb” (1 Reyes 19:8). Al igual que hicieron ´ ´ Moises unos seis siglos antes y Jesus casi mil ˜ ´ ´ ´ ´ anos despues, Elıas ´ ayuno cuarenta dıas y cuarenta noches (Exodo 34:28; Lucas 4:1, 2). ´ ´ Aquella unica comida no se llevo todas sus penas, pero lo mantuvo vivo milagrosamente. Imagine a ese hombre de edad luchando ´ para avanzar por aquel desierto inhospito du´ ´ rante casi un mes y medio... dıa tras dıa, semana tras semana. ´ ´ Jehova tambien cuida a sus siervos en nues´ tros dıas, no con comidas milagrosas, sino ´ con algo mucho mas importante: alimento espiritual (Mateo 4:4). Aprender de Dios mediante su Palabra y publicaciones rigurosamente fundadas en la Biblia nos nutre en sen´ tido espiritual. Este tipo de alimento quizas no haga desaparecer todos nuestros proble´ Desde su desesperacion, ´ ´ ´ Elıas le abrio su corazon ´ a Jehova


´ ´ Jehova utilizo su asombroso poder ´ para consolar y animar a Elıas

´ mas, pero sı nos ayuda a aguantar ´ lo que de otro modo podrıa ser ´ insoportable. Ademas, nos conduce a la vida eterna (Juan 17:3). ´ ´ Elıas camina unos 320 kilometros (200 millas) hasta que por fin llega al monte Horeb, donde mu´ ´ cho antes Jehova se habıa apareci´ ´ do mediante un angel a Moises en la zarza ardiente y donde, tiempo ´ ´ despues, habıa establecido el pacto de la Ley con Israel. En ese mismo ´ lugar, Elıas se cobija en una cueva. ´ Jehova consuela y fortalece a su profeta En el monte Horeb, “la palabra” ´ de Jehova —obviamente transmiti´ da mediante un angel— consiste en una sen´ ´ cilla pregunta: “¿Que negocio tienes aquı, ´ ´ Elıas?”. Es probable que el angel se la haga con amabilidad, pues el profeta se siente invi´ tado a expresar sus sentimientos. ¡Y como los expresa! Le cuenta: “He estado absolutamen´ ´ te celoso por Jehova el Dios de los ejercitos; pues los hijos de Israel han dejado tu pacto, tus altares los han demolido, y a tus profetas los han matado a espada, de modo que solo quedo yo; y empiezan a buscar mi alma para ´ quitarmela” (1 Reyes 19:9, 10). Sus palabras ´ revelan al menos tres razones por las que esta tan abatido. En primer lugar, cree que su labor ha sido en vano. A pesar de haber sido “absoluta´ mente celoso” en su servicio a Jehova duran˜ te anos y de haber dado total prioridad al sa´ grado nombre de Dios y su adoracion, ve que ´ la situacion va de mal en peor. El pueblo si´ gue igual, rebelde y sin fe, y la religion falsa se ´ extiende como la peste. La segunda razon de

´ su desanimo es la soledad que siente. “Solo ´ quedo yo”, se lamenta, como si fuera el unico ´ ´ ´ que aun sirve a Jehova en toda la nacion. Y en tercer lugar, tiene miedo. Muchos profetas ´ ´ como el ya han sido asesinados, y esta con´ vencido de que ha llegado su turno. Quiza ´ no se le haga facil exteriorizar estos sentimientos, pero no deja que el orgullo o la ver¨ ´ guenza se lo impidan. Al abrir su corazon en ´ oracion, da un excelente ejemplo a todas las personas fieles a Dios (Salmo 62:8). ´ ´ ¿Como alivia Jehova los temores e inquie´ ´ tudes de Elıas? El angel pide al profeta que se ´ ponga de pie a la entrada de la cueva. El obedece sin saber lo que va a ocurrir. De repente, ´ se desata un vendaval. Las rafagas deben de emitir un rugido ensordecedor, pues son tan ˜ fuertes que desgarran montanas y quiebran ˜ ´ ´ penascos. Intente visualizar a Elıas cubrien´ dose los ojos y apretandose contra el cuerpo ´ su pesada y rustica vestidura de pelo. Acto seguido tiene que luchar para mantener el L A ATAL AYA ˙ 1 DE JULIO DE 2011

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equilibrio, pues el suelo comienza a estreme´ cerse. ¡Un terremoto sacude la region! Apenas se ha recuperado, cuando una enorme llamarada lo obliga a entrar en la cueva para resguardarse del calor abrasador (1 Reyes 19: 11, 12). ´ ´ Segun el relato, Jehova no se halla dentro de ninguna de estas espectaculares demostra´ ciones de las fuerzas naturales. Elıas sabe que ´ ´ Jehova no es un dios mitologico de la natura˜ leza como Baal, a quien sus enganados adeptos aclaman como “el Jinete de las Nubes”, el ´ que trae las lluvias. Jehova es la verdadera ´ Fuente de todas las increıbles fuerzas naturales y es infinitamente superior a todas sus ´ creaciones. De hecho, ni siquiera los cielos fısicos pueden contenerlo (1 Reyes 8:27). Pero ´ ¿como ayuda todo esto al profeta? Recuerde el miedo que lo atenaza. Ahora, teniendo a Dios a su lado, con todo ese poder sobreco´ gedor, ¡ya no hay razon para que tema a Acab y a Jezabel! (Salmo 118:6.) Tras el fuego, todo queda en calma. Enton´ ces Elıas oye “una voz calmada y baja” que lo insta a desahogarse de nuevo, de modo que expresa sus preocupaciones por segunda ´ ´ ´ vez.1 Aunque eso quizas lo alivia aun mas, lo que la “voz calmada y baja” dice a continua´ ´ cion es sin duda de mayor consuelo para el: ´ ´ Jehova le asegura que es muy valioso. ¿Como ´ lo hace? Le revela gran parte de su proposito a largo plazo respecto a la guerra contra el culto ´ de Baal en Israel. Y puesto que ese proposito avanza imparable, es obvio que la labor de ´ ´ ´ Elıas ha valido la pena. Ademas, Jehova toda´ ´ vıa cuenta con el, pues le encomienda una 1 Tal vez esa “voz calmada y baja” procediera del mis´ ´ ´ mo angel que transmitio “la palabra de Jehova” mencio´ nada en 1 Reyes 19:9. El versıculo 15 simplemente se re´ ´ ´ ´ fiere a el como “Jehova”. Quizas esto nos recuerde al angel ´ ´ que Jehova envio para guiar al pueblo de Israel por el´ de´ ´ sierto, de quien dijo: “Mi nombre esta dentro de el” (Exo´ do 23:21). Aunque no podemos ser categoricos en este ˜ ´ asunto, cabe senalar que Jesus, antes de venir a la Tierra, ´ fue “la Palabra”, el Portavoz especial de Jehova para sus siervos (Juan 1:1).

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´ ´ nueva mision y le da instrucciones especıficas para cumplirla (1 Reyes 19:12-17). ´ ¿Y que puede decirse de los sentimientos ´ ´ de soledad de Elıas? Jehova toma dos medidas para aliviarlos. En primer lugar, le manda que unja a Eliseo para que sea el profeta que ´ con el tiempo lo reemplazara. Este hombre ´ ´ ˜ mas joven sera su companero y ayudante por ˜ ´ ´ unos cuantos anos. ¡Que medida tan practi´ ca! En segundo lugar, Jehova le revela esta emocionante noticia: “He dejado que siete mil permanezcan en Israel, todas las rodillas que no se han doblado a Baal, y toda boca ´ que no lo ha besado” (1 Reyes 19:18). Elıas ´ no esta solo, ni mucho menos. Debe de sentirse muy bien al saber que esos miles de fieles se han negado a idolatrar a Baal. Ellos ne´ ´ cesitan que el continue con su fiel servicio, ´ que les de un ejemplo de lealtad inquebrantable en tiempos tan tenebrosos. Las palabras ´ del mensajero de Jehova —la “voz calmada y baja” de su Dios— sin duda lo conmueven profundamente. ´ ´ Al igual que a Elıas, quizas nos sobrecojan, ´ y con toda razon, las imponentes fuerzas de la ´ naturaleza. La creacion deja patente el poder ´ del Creador (Romanos 1:20). Jehova sigue ´ complaciendose en utilizar ese poder infinito ´ para ayudar a sus siervos fieles (2 Cronicas ´ 16:9). Ahora bien, el se comunica con noso´ ´ ´ tros mas detalladamente a traves de las pagi´ nas de su Palabra (Isaıas 30:21). En cierto sentido, la Biblia es hoy como esa “voz calmada y ´ ´ baja” con la que Jehova nos guıa, corrige, alienta y reafirma su amor. ´ ´ ´ ¿Acepto Elıas el consuelo que Jehova le dio ´ en el monte Horeb? Por supuesto que sı. ´ ´ Aquel intrepido y fiel profeta, que tanto habıa ´ luchado contra la adoracion falsa, se puso ´ otra vez manos a la obra. Si nosotros tambien tomamos a pecho las palabras inspiradas de Dios, o sea, “el consuelo de las Escrituras”, ´ podremos seguir el ejemplo de fe de Elıas (Romanos 15:4).


EJEMPLOS DE FE

´ Defendio al pueblo de Dios ´ SEGUN se acerca a los patios del palacio en la ciudad de Susa, Ester ´ ´ procura conservar la calma. Pero no es facil, pues la construccion es imponente. Saltan a la vista sus coloridas paredes de ladrillo esmaltado —con relieves de toros alados, leones y arqueros—, sus columnas de piedra acanaladas y sus formidables estatuas. El castillo luce espectacular, erigido sobre unas inmensas plataformas cerca de las cumbres nevadas de los ´ montes Zagros, con las cristalinas aguas del rıo Coaspes a sus pies. Atravesando este re´ cinto, donde todo esta cuidadosamente estudiado para exaltar el inmenso poder de su ˜ dueno, Ester va a comparecer ante Asuero, quien se hace llamar “el gran rey” y es, ade´ mas, su esposo. ´ Eso sı, ¡vaya esposo! No es para nada el ´ ˜ hombre con el que habrıa sonado casarse ´ cualquier judıa fiel.1 No trata de parecerse a ´ ´ personajes como Abrahan, quien obedecio humildemente la orden divina de escuchar a ´ su esposa, Sara (Genesis 21:12). Sabe muy ´ poco o nada de Jehova —el Dios de Ester— y ´ su Ley. Pero sı conoce muy bien las leyes per´ sas, una de las cuales prohıbe justo lo que su ´ esposa esta a punto de hacer: presentarse ante el rey de Persia sin haber sido convocada. ¡Y el castigo por desobedecer es la muerte! Aun ´ ası, ella se dirige al patio interior del palacio y se coloca a la vista del trono real, con la certe´ za mas que probable de estar cavando su propia tumba (Ester 4:11; 5:1). ´ ¿Que razones tiene para arriesgar su vida ´ ´ esta mujer de excepcional fe? ¿Que leccion aprendemos de ella? Para averiguarlo, exami´ ´ nemos como llego a ser la reina de Persia.

“Era de [...] hermosa apariencia” ´ Ester es una joven huerfana. No sabemos mucho de sus padres, salvo que la llamaron 1 Por lo general, se cree que Asuero es el rey Jerjes I, emperador de Persia de principios del siglo V antes de Cristo.

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´ Hadassa, nombre que recibe en hebreo el mirto, hermoso arbusto de delicadas flores blancas. Al morir ellos, un buen hombre llamado Mardoqueo —primo de Ester, aunque ´ ´ bastante mayor— se compadecio y se la llevo ´ a vivir con el. Desde entonces la ha criado como si fuera su propia hija (Ester 2:5-7, 15). Los dos viven exiliados en la capital de Persia, donde seguramente son despreciados por ´ ´ su fidelidad a la religion y la Ley de los judıos. Sin duda, el afecto de Ester por su primo ha ´ ido creciendo a medida que el le hablaba de ´ Jehova, el Dios compasivo que tantas veces li´ ´ bro a su pueblo y pronto volvera a hacerlo ´ ˜ (Levıtico 26:44, 45). No es de extranar que ´ entre ambos exista un fuerte vınculo de cari˜ no y lealtad. Al parecer, Mardoqueo trabaja de funcionario en el castillo de Susa, a cuya puerta suele sentarse junto con otros servidores del rey (Ester 2:19, 21; 3:3). No disponemos de infor´ macion sobre las ocupaciones de Ester durante su juventud, pero es bastante probable que cuide de su primo y atienda la casa, situada tal vez en la zona humilde de la ciudad, en la ´ ribera opuesta del rıo. Probablemente le gus-


ta ir al mercado de Susa, donde los orfebres, ´ plateros y demas comerciantes venden sus ´ ´ productos. ¡Quien le iba a decir que llegarıa a ´ ´ disfrutar todos los dıas de esos artıculos de lujo! En ese momento no tiene ni idea del futuro que le aguarda.

Destituyen a la reina ´ Cierto dıa, una noticia se extiende como la ´ ´ polvora por toda la ciudad: ¡escandalo en la familia real! En el transcurso de un gran banquete, en el que los nobles disfrutan de vino y ricos manjares, Asuero manda llamar a la her´ mosa reina Vasti —que esta con las mujeres en una fiesta aparte—, pero ella se niega a ´ presentarse. El rey monta en colera. Humi´ llado, pregunta a sus consejeros que castigo imponerle. Finalmente, decide destituirla de su cargo y buscar una nueva reina. Sus ´ Mardoqueo podıa estar orgulloso de su hija adoptiva

´ ´ servidores salen en busca de las vırgenes mas bellas de todo el reino, de entre las cuales ´ elegira el monarca su nueva esposa (Ester 1:1–2:4). Cuando se entera, Mardoqueo tal vez se de´ bate entre el orgullo y la preocupacion al ob˜ servar con carino a su prima y constatar un hecho innegable: se ha convertido en toda una mujer... y muy linda, por cierto. De hecho, la Biblia dice que “la joven era de bonita figura y hermosa apariencia” (Ester ´ 2:7). Claro, Ester necesita mas que nunca de´ mostrar sabidurıa y humildad. Si no, puede pasarle como a tantas personas, que, como vemos a menudo, terminan cayendo en la va´ nidad y el orgullo (Proverbios 11:22). ¿Que le ´ ´ ocurrira a Ester? ¿Se convertira su belleza en ´ una trampa? El tiempo lo dira. En cuanto los servidores de Asuero la ven, ´ deciden llevarsela de su casa y trasladarla al ´ otro lado del rıo, al palacio real, con las de´ ´ mas candidatas (Ester 2:8). ¡Cuanto debe de ´ dolerle la separacion a Mardoqueo, que la quiere como a una hija! Desde luego, no desea que se case con un pagano —por muy rey que sea—, pero no puede impedirlo. Antes de que se marche, le da consejos, que de seguro ´ ella escucha con atencion. De camino a la ciudadela de Susa, Ester no deja de preguntar´ ´ ´ ´ se que sera de ella y que clase de vida le estara esperando.

“Se granjeaba favor ´ a los ojos de todos los que la veıan” ´ De un dıa para otro, Ester se encuentra en un mundo nuevo y desconocido, junto con ´ un grupo de chicas traıdas de todos los rincones del extenso imperio Persa. Sin duda, entre ellas se da una amplia variedad de personalidades, costumbres e idiomas. To´ das estan al cuidado de un oficial de la corte llamado Hegai, quien se encarga de ˜ que durante un ano reciban un exclusivo tratamiento de belleza que incluye masajes ´ con aceites perfumados (Ester 2:8, 12). ¿Que L A ATAL AYA ˙ 1 DE OCTUBRE DE 2011

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´ ´ ´ ´ ´ Ester sabıa que la humildad y la sabidurıa valıan mucho mas que la belleza fısica

´ impacto tienen en su caracter tantas atencio´ nes? Como cabrıa esperar, muchas se vuelven presumidas y coquetas, y se obsesionan con ´ ´ ´ ser la mas bella. ¿Sera ese tambien el caso de Ester? ´ Sin duda, el mas preocupado por la posibilidad de que le vayan mal las cosas es su pri´ ´ mo Mardoqueo. Dıa tras dıa se acerca todo lo que puede a la casa de las mujeres para ver si Ester se encuentra bien (Ester 2:11). Y la in´ ´ formacion que consigue, tal vez de algun ´ servidor, lo llena de orgullo y alegrıa. ¿Por ´ que? Ester es tan buena que se ha ganado el cari˜ no de Hegai, quien le dispensa un trato especial: le concede siete sirvientas y el lugar prin´ cipal en la casa de las mujeres. Lo que es mas, el relato indica: “Durante todo aquel tiempo [...] se granjeaba favor a los ojos de todos ´ ´ los que la veıan” (Ester 2:9, 15). ¿Por que cau´ sa tan buena impresion? ¿Por su belleza sin ´ igual? No. Ella es mucho mas que una cara bonita. ´ Fijemonos en lo que dice la Biblia: “Ester ´ no habıa informado acerca de su pueblo ni de 20

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sus parientes, porque Mardoqueo mismo le ´ habıa impuesto el mandato de que no lo informara” (Ester 2:10). Como vemos, su primo ´ le ha pedido que no revele que es judıa, pues sabe que entre la realeza persa hay muchos ´ ´ ´ prejuicios. Ası que esta claro que, aunque el ´ no esta presente, Ester es sabia y le sigue obe´ deciendo. ¡Que contento debe de estar Mardoqueo! ´ ´ Hoy dıa, los padres y tutores tambien se ´ alegran mucho cuando ven que los jovenes son obedientes en todo momento, incluso ´ cuando no los estan viendo. Y aunque a veces ˜ ´ se encuentren rodeados de companeros frıvolos, inmorales o violentos, pueden resistir sus malas influencias y cumplir con su deber. En tales casos, al igual que Ester, hacen muy feliz a su Padre celestial (Proverbios 27:11). Volvamos a Ester. Cuando por fin le llega el turno de presentarse ante el rey, tiene la oportunidad de elegir los adornos que desee para ´ ´ verse aun mas atractiva. Pero como es modes´ ta, se arregla unicamente con lo que le ofrece Hegai (Ester 2:15). Tal vez razona que, para


´ ´ ganarse el corazon del monarca, no bastara ´ ´ ´ con ser bella, sino que seran mucho mas utiles cualidades como la humildad y la modes´ tia, que tanto escasean en la corte. ¿Estara en lo cierto? ´ El relato nos da la respuesta: “El rey llego a ´ ´ amar a Ester mas que a todas las demas muje´ ´ res, de manera que ella se granjeo mas favor y ´ ´ bondad amorosa ante el que todas las demas ´ ´ ´ vırgenes. Y el procedio a poner el adorno de realeza sobre la cabeza de ella y a hacerla rei´ na en lugar de Vasti” (Ester 2:17). Ası es como esta humilde joven se convierte en la nueva ´ reina, la esposa del emperador mas poderoso ´ ´ de la epoca. ¡Que cambio tan grande para ´ ´ ´ ella! ¿Como se adaptara a su nueva situacion? ´ ¿Se le subira a la cabeza? ´ ¡Nada mas lejos! En primer lugar, con´ tinua obedeciendo a su padre adoptivo y ´ manteniendo en secreto su origen judıo. ´ Ademas, cuando Mardoqueo descubre que unos traidores pretenden asesinar al rey, Ester sigue sus instrucciones y advierte a Asuero, logrando detener el complot (Ester 2: 20-23). Nuevamente demuestra humildad y obediencia, cualidades que revelan lo fuerte ´ que es su fe. Claro, hoy dıa, la gente no aprecia mucho la obediencia y prefiere rebelarse contra todo. Pero quienes tienen verdadera fe, como Ester, valoran como es debido esa cualidad.

Se somete a prueba su fe ´ Andando el tiempo, un tal Haman comienza a adquirir prominencia en la corte. Asuero ´ lo nombra primer ministro —convirtiendolo en su mano derecha y principal consejero— y ´ ordena que todos se inclinen ante el (Ester 3: 1-4). Aunque Mardoqueo es leal al rey, consi´ dera que obedecer ese mandato serıa una fal´ ta de respeto a Dios. Sabe que Haman es agaguita, lo que probablemente indica que es descendiente de Agag, rey amalequita ejecutado por el fiel profeta Samuel (1 Samuel ´ 15:33). Por si fuera poco, la nacion de Amaleq

´ ´ ´ actuo con muchısima maldad, y Jehova ter´ ´ mino condenandola por su hostilidad contra ´ el y su pueblo (Deuteronomio 25:19).1 ¿Va a arrodillarse Mardoqueo ante un miembro de ´ la realeza amalequita? ¡Jamas! La actitud ´ de este buen judıo nos recuerda a la que han mostrado muchos siervos fieles de Jeho´ va a lo largo de los siglos. Incluso cuando su vida corre peligro, no dudan en decir: “Tenemos que obedecer a Dios como gober´ nante mas bien que a los hombres” (Hechos 5:29). Ante la negativa de Mardoqueo a hacerle ´ reverencias, Haman se pone tan furioso que ´ maquina un plan para acabar con el y, de hecho, con todos sus compatriotas. En primer lugar, acude a Asuero y le habla mal de ´ los judıos, pero sin mencionarlos por nombre. Los presenta como un pueblo insignificante, “esparcido y separado entre los pueblos”, pero rebelde y muy peligroso, pues no acata las leyes del rey. Finalmente, se ofrece a donar una enorme cantidad de dinero al tesoro real para erradicarlos de todo el impe´ rio.2 ¿Como le responde Asuero? Le da permiso para emitir una orden y le entrega su anillo de sellar para que pueda aprobar en su nombre cualquier ley que necesite (Ester 3:510). ´ En cuanto Haman da la orden, los emisarios recorren el imperio al galope, proclamando a los cuatro vientos la sentencia de ´ muerte para el pueblo judıo. La noticia debe ´ de causar gran conmocion entre los habitan´ tes de la lejana Jerusalen, quienes han regre´ sado del exilio en Babilonia y estan tratando de reconstruir la ciudad. ¡Si ni siquiera ´ ´ 1 Puede que Haman fuera uno de los ultimos amalequi´ tas, pues el “resto de Amaleq” habıa sido exterminado en ´ ´ tiempos de Ezequıas (1 Cronicas 4:43). ´ ´ 2 Haman ofrecio 10.000 talentos de plata, lo que hoy ´ ´ equivaldrıa a varios cientos de millones de dolares. ´ ´ Si Asuero era Jerjes I, la proposicion debio de resultarle tentadora, pues en sus infructuosas batallas contra los ´ ´ griegos —segun parece, antes de casarse con Ester— habıa perdido una gran fortuna. L A ATAL AYA ˙ 1 DE OCTUBRE DE 2011

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´ Ester arriesgo su vida para proteger al pueblo de Dios

´ cuentan todavıa con murallas para protegerse! Sin duda, el propio Mardoqueo no puede ´ evitar pensar en ellos, ası como en sus pro˜ pios amigos y familiares de Susa. En senal de tristeza, se rasga la ropa, se viste de saco, se echa ceniza en la cabeza y sale por la ciudad ´ dando gritos. Haman, por el contrario, se sienta a beber con el rey, sin conmoverse lo ´ ´ mas mınimo por el sufrimiento que ha oca´ sionado a los judıos y sus amigos de Susa (Ester 3:12–4:1). Mardoqueo sabe que no debe quedarse de ´ brazos cruzados. Pero ¿que puede hacer? Es´ ter le envıa unas vestiduras para animarlo, ´ pero el se niega a aceptarlas. Al final llega a entender algo que probablemente lleva tiem´ ´ ´ po preguntandose: la razon por la que Jehova ha permitido que se lleven a su prima y la ca22

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´ sen con un rey pagano. Sin demora, le envıa a ´ Ester un mensaje rogandole que interceda ante Asuero “por el propio pueblo de ella” (Ester 4:4-8). Cuando la reina recibe el mensaje, el cora´ zon le da un vuelco. Se enfrenta a la mayor prueba de fe de toda su vida, y en su respuesta a Mardoqueo admite sin reparos que siente ´ miedo. ¿A que se deben los temores? A que la ´ ley persa ordena la ejecucion de quien se presente ante Asuero sin ser convocado. Cuando alguien no sigue esta regla de protocolo, su ´ unica escapatoria es que el rey extienda su cetro de oro para perdonarlo. Pero si anterior´ mente no mostro clemencia a Vasti cuando se ´ ´ nego a acudir a su llamado, ¿por que va a tratarla mejor a ella? Para colmo, hace ya treinta ´ dıas que no la ha invitado a verlo, lo que tal


quien siempre cumple sus promesas y nunca ´ permitira que su pueblo sea aniquilado (Jo´ sue 23:14). Finalmente, le pregunta a Ester: ´ “¿Quien hay que sepa si has alcanzado la dignidad real para un tiempo como este?” (Ester 4: 12-14). Sin duda, la fe de Mardoqueo es muy ´ fuerte. ¿Podrıa decirse lo mismo de la nuestra? (Proverbios 3:5, 6.)

vez signifique que ya no le interesa al caprichoso monarca (Ester 4:9-11).1 Mardoqueo trata de fortalecer la fe de su pri´ ´ ´ ´ ma asegurandole que Jehova librara a los judıos ´ del ataque, sea valiendose de ella o de cualquier otro medio. Y le aclara que, si se niega a actuar, ´ ´ difıcilmente podra salvarse cuando la persecu´ cion cobre fuerza. De esta manera, Mardoqueo ´ demuestra que confıa plenamente en su Dios, ´ 1 Jerjes I tenıa fama de antojadizo y violento. El histo´ riador griego Herodoto ofrece ejemplos de su mal genio ˜ ´ al relatar las campanas militares que realizo contra Grecia. ´ ´ En cierta ocasion ordeno construir un puente sustentado ´ sobre barcos a traves del estrecho del Helesponto. Cuan´ ´ do una tempestad lo destrozo, se enfurecio tanto que man´ do decapitar a los ingenieros y “castigar” a las aguas mal´ ´ ´ diciendolas en voz alta y azotandolas con latigos. Durante ˜ la misma campana, cuando un hombre acaudalado le su´ ´ plico que eximiera a uno de sus hijos de servir en el ejer´ cito, el rey ordeno que cortaran al joven por la mitad y ex´ pusieran su cadaver para escarmiento de todos.

La fe de Ester supera el miedo a la muerte Ester comprende que ha llegado el momento de la verdad. Le pide a Mardoqueo que todos ´ los judıos se unan a ella en un ayuno de tres ´ dıas. Y demuestra su extraordinaria fe y valen´ tıa al pronunciar unas palabras que han resonado a lo largo de los siglos: “En caso de que tenga ´ que perecer, tendre que perecer” (Ester 4:15´ ´ 17). Durante los tres dıas, sin duda ora con mas fervor que nunca. Cuando llega la hora, se viste ´ con sus mejores galas, con la intencion de agradar al rey, y sale de sus aposentos. Como vimos al principio, Ester se dirige a la presencia del rey. De camino, seguro que ora sin parar, llena de inquietud. Luego entra al patio, desde donde ve a Asuero sentado en el tro´ no. Tratando de intuir su estado de animo, probablemente se fija en su rostro, enmarcado por ´ los cuidadısimos rizos de su cabello y de su bar´ ba perfectamente cuadrada. ¿Cuanto tarda su esposo en reparar en ella? No lo sabemos, pero ´ los segundos deben de hacersele eternos a Ester. Lo cierto es que, aunque se sorprende al ´ verla, enseguida relaja su expresion facial y le extiende el cetro de oro (Ester 5:1, 2). Ester ha conseguido que el rey le conceda ´ una audiencia. Se ha puesto inequıvocamente ´ ´ del lado de Jehova y su pueblo. ¡Que ejemplo ´ de fe para los siervos de Dios de todas las epo´ cas! Ahora bien, esto no es mas que el principio ´ ´ de la historia. ¿Como se las arreglara Ester para convencer a Asuero de que su conseje´ ´ ro favorito, Haman, no es mas que un infa´ me conspirador? ¿Lograra salvarles la vida a ´ ´ los judıos? Lo descubriremos en un proximo ´ artıculo. L A ATAL AYA ˙ 1 DE OCTUBRE DE 2011

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EJEMPLOS DE FE

´ ´ Actuo con sabidurıa, valor y altruismo ´ ´ ESTER se acerca lentamente al trono con el corazon latiendole con fuerza. De repente, la gran sala real del palacio persa de Susa se sume ´ en el silencio, un silencio tan profundo que ella puede oır sus suaves pisadas y el roce de la tela de sus vestiduras reales. No puede distraerse admirando el esplendor de la corte, ´ las esbeltas columnas o los magnıficos techos con relieves en madera de cedro importada ´ ´ del lejano Lıbano. Toda su atencion se centra en el hombre sentado en el trono, el hombre que tiene la vida de ella en sus manos. El rey la mira fijamente y extiende hacia ella su cetro de oro. Con este sencillo gesto le salva ´ la vida a Ester, pues ası indica que le perdona el delito que acaba de cometer: presentarse ante ´ el sin haber sido invitada. Ester alarga la mano y, muy agradecida, toca el extremo del cetro (Ester 5:1, 2).1 Asuero es un rey imponente, de gran riqueza ´ y poder. Segun algunos expertos, el atuendo ´ de los monarcas persas de aquella epoca costa´ ba el equivalente a cientos de millones de dolares. Con todo, Ester puede ver cierto afecto ´ en los ojos de su esposo, pues a su manera, el la ´ ama. Le dice: “¿Que tienes, oh Ester la reina, y ´ cual es tu solicitud? ¡Hasta la mitad de la go´ ´ bernacion real... que aun se te de!” (Ester 5:3). ´ Ester ya ha demostrado una fe y una valentıa excepcionales: se ha presentado ante el rey a fin de proteger a su pueblo de un complot para exterminarlo. Hasta ahora le ha ido bien, ´ 1 En el anterior artıculo de esta serie vimos que Ester era ´ huerfana y fue adoptada por su primo Mardoqueo, quien ´ ´ era mucho mayor que ella. Tambien vimos que resulto seleccionada para ser esposa de Asuero, rey de Persia. El con´ ´ ´ sejero del rey, Haman, tramo una conspiracion para exter´ minar a los judıos, el pueblo de Mardoqueo. Debido a ´ ello, Mardoqueo le solicito a Ester que intercediera por los ´ ´ ´ judıos ante el rey (vease “Ejemplos de fe: Defendio al pueblo de Dios”, en La Atalaya del 1 de octubre de 2011).

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´ ´ ´ ´ pero lo mas difıcil esta por venir. Aun tiene que convencer al orgulloso monarca de que su consejero de confianza es un individuo malva˜ do que, con enganos, lo ha llevado a decretar ´ ´ la aniquilacion del pueblo de Ester. ¿Como lo ´ ´ persuadira, y que aprendemos de la fe de esta mujer sobresaliente? ´ Eligio sabiamente el “tiempo de hablar” ¿Debe Ester revelarle al rey todo el asunto ´ delante de la corte? Eso podrıa humillarlo y ´ darle tiempo a Haman para cuestionar las acu´ ´ saciones. ¿Que hara Ester? Siglos antes, el ´ ´ sabio rey Salomon habıa escrito por inspi´ ˜ racion divina: “Para todo hay un tiempo senalado, [...] tiempo de callar y tiempo de hablar” ´ (Eclesiastes 3:1, 7). De seguro el padre adopti˜ ´ vo de Ester, el fiel Mardoqueo, le enseno a la ´ joven ese tipo de principios mientras crecıa. Es evidente que ella entiende la importancia de elegir con cuidado el “tiempo de hablar”. Ester dice: “Si al rey de veras le parece bien, ´ venga hoy el rey con Haman al banquete que ´ he hecho para el” (Ester 5:4). El monarca acce´ de y manda llamar a Haman. ¿Ve lo sabia que es Ester? A la vez que preserva la dignidad de su ´ esposo, crea la situacion apropiada para expre´ sarle su preocupacion.


´ Ester agradecio humildemente la clemencia del rey

Sin duda, ella prepara el banquete con esmero, procurando satisfacer todos los gustos de su esposo. Y no falta el buen vino para alegrar el ambiente (Salmo 104:15). Tanto disfruta Asue´ ro de la ocasion, que se siente impulsado a pre´ guntarle de nuevo a la reina cual es su peti´ ´ cion. ¿Sera este el momento para hablar? Ester cree que no. Por eso, invita al rey y a ´ ´ Haman a otro banquete al dıa siguiente (Ester ´ 5:7, 8). ¿Por que retrasa el asunto? Recuerde que todo el pueblo de Ester se enfrenta a la muerte debido al decreto real. Con tantas vidas en juego, ella tiene que asegurarse de elegir ´ el mejor momento. Ası que espera y organiza ´ ´ otro festın para demostrarle a su esposo cuanto lo estima. La paciencia es una virtud escasa y valiosa. Aunque angustiada y ansiosa por expresar lo ´ que siente, Ester aguarda el momento idoneo. Hacemos bien en seguir su ejemplo, ya que es probable que todos hayamos visto cosas que deban corregirse. Si intentamos convencer a alguien con autoridad para que resuelva un problema, tal vez tengamos que imitar a Ester ˜ y ser pacientes. Proverbios 25:15 senala: “Por paciencia se induce a un comandante, y una lengua apacible misma puede quebrar un hue-

so”. Si aguardamos el momento oportuno y hablamos con apacibilidad, como hizo Es´ ter, podremos “quebrar” cualquier oposicion, aunque sea tan dura como un hueso. ¿Bendice ´ Jehova, el Dios de Ester, su paciencia y sabidu´ rıa?

La paciencia allana el camino de la justicia La paciencia de Ester propicia una notable ´ serie de sucesos. Haman sale del primer banquete muy animado, “gozoso y alegre de cora´ zon” porque el rey y la reina lo han honrado ´ con su invitacion. Pero cuando atraviesa la ´ puerta del castillo, ve al judıo Mardoqueo, ´ quien sigue negandose a tratarlo con especial reverencia. Mardoqueo no lo hace por faltarle ´ al respeto, sino por su conciencia y su relacion ´ ´ con Jehova Dios. Sin embargo, “Haman inmediatamente se llen[a] de furia” (Ester 5:9). Cuando este les cuenta a su esposa y amigos el desaire que acaba de sufrir, ellos le aconsejan que mande hacer un madero enorme, de ´ un poco mas de 22 metros (72 pies) de altura, ´ y que consiga la autorizacion del rey para colgar a Mardoqueo. Encantado con la idea, Ha´ man enseguida la pone en marcha (Ester 5:1214). L A ATAL AYA ˙ 1 DE ENERO DE 2012

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˜ Pero entonces sucede algo extrano. La Biblia ˜ ´ relata que esa noche “el sueno del rey huyo”. Desvelado, Asuero ordena que le lean en voz alta los registros oficiales. La lectura incluye ´ la denuncia de un complot para asesinarlo. El recuerda que los conspiradores fueron captura´ ´ dos y ejecutados. Pero ¿que ocurrio con Mar´ doqueo, el hombre que denuncio la trama? ´ El rey, de repente mas despierto que nunca, ´ pregunta como se le ha recompensado, y le responden que no se ha hecho nada (Ester 6: 1-3). ´ Muy agitado, Asuero quiere saber que fun´ ´ cionarios de la corte estan allı para ayudarlo a ´ corregir este descuido. ¡Y que coincidencia! ´ Haman se halla en el patio del rey. Parece que ´ ha llegado temprano porque esta ansioso por obtener el permiso para ejecutar a Mardoqueo. ´ Pero antes de que el pueda expresar su solici´ ´ tud, Asuero le pregunta cual serıa la mejor manera de honrar a un hombre que tiene el favor ´ ´ del rey. Haman supone que el monarca esta ´ ´ pensando en honrarlo a el, ası que le propone un fastuoso homenaje: vestir al hombre con prendas reales y hacer que un alto funcionario lo pasee sobre el caballo del rey alrededor de ´ ´ Susa, alabandolo a voces. Imagınese la cara de ´ Haman cuando se entera de que el hombre al que se va a honrar es nada menos que Mardo´ queo. ¿Y a quien le encarga el rey cantar ala´ ´ banzas a Mardoqueo? ¡Al mismısimo Haman! (Ester 6:4-10.) Muy a su pesar y lleno de odio, este cumple el mandato. Enseguida regresa a su casa angustiado por lo sucedido. Su esposa y sus amigos le dicen que este giro de los acontecimientos ´ no presagia nada bueno y que esta condenado ´ a caer ante Mardoqueo el judıo (Ester 6:12, 13). ´ ´ Como Ester es paciente y espera un dıa mas ´ para presentar su solicitud al rey, Haman tiene tiempo para, sin pretenderlo, preparar su pro´ ´ ´ pia caıda. Ademas, es muy posible que Jehova causara el insomnio del rey (Proverbios 21:1). No sorprende, pues, que la Biblia nos anime a 26

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tener “una actitud de espera” (Miqueas 7:7). Cuando dejamos las cosas en manos de Dios, ´ quizas nos encontremos con que sus soluciones a nuestros problemas son mejores que cualquier cosa que se nos pudiera ocurrir. ´ Fue valiente y hablo Ester no se atreve a seguir poniendo a prue´ ba la paciencia de su esposo, ası que decide contarle todo en el segundo banquete. Pero ´ ¿como? El rey mismo le da la oportunidad ´ cuando vuelve a preguntarle cual es su solicitud (Ester 7:2). Por fin ha llegado el “tiempo de hablar”. ´ Es muy probable que Ester haga una oracion silenciosa a Dios antes de pronunciar estas palabras: “Si he hallado favor a tus ojos, oh rey, y ´ si al rey de veras le parece bien, que se me de ´ ´ mi propia alma por peticion mıa, y mi pueblo ´ por solicitud mıa” (Ester 7:3). Observemos que ´ ´ le asegura al rey que respetara su decision. ´ ¡Que distinta de Vasti, la reina anterior, que ´ ´ habıa humillado a proposito a su esposo! (Ester 1:10-12.) Por otro lado, Ester no lo critica ´ ´ por la insensatez de confiar en Haman. Mas bien, le suplica que la proteja porque su vida corre peligro. Sin duda, su solicitud conmueve y, al mis´ mo tiempo, asombra al rey. ¿Quien se ha atrevido a amenazar de muerte a la reina? Ester


´ ´ Ester denuncio con valor al malvado Haman

prosigue: “Hemos sido vendidos, yo y mi pueblo, para que se nos aniquile, mate y destruya. Ahora bien, si se nos hubiera vendido para simplemente ser esclavos y simplemente ser ´ siervas, me habrıa quedado callada. Pero la angustia no es apropiada cuando resulta en perjuicio para el rey” (Ester 7:4). Note que Ester ˜ expone con franqueza el problema, pero ana´ de que se habrıa quedado callada si ella y su pueblo hubieran sido vendidos como esclavos. Sin embargo, el genocidio que se planeaba eje´ cutar serıa tan costoso para el rey mismo, que ´ ella no podıa quedarse sin decir nada. ˜ El ejemplo de Ester nos ensena la utilidad de saber persuadir. Si alguna vez necesitamos exponer un problema grave a un ser amado o a una persona con mucha autoridad, la combi´ nacion de paciencia, respeto y sinceridad nos ´ sera de gran ayuda (Proverbios 16:21, 23). Al escuchar las palabras de Ester, Asuero pre´ ´ gunta: “¿Quien es este, y precisamente donde ´ esta el que se ha envalentonado para obrar ´ ˜ ası?”. Imagine a Ester senalando con el dedo mientras dice: “El hombre, el adversario y ene´ migo, es este miserable Haman”. Todo parece ´ detenerse por un instante. El panico se apode´ ´ ra de Haman. Este ve como el rostro del irritable Asuero cambia de color al comprender que su consejero de confianza lo ha inducido con astucia a firmar un decreto para matar a su

´ amada esposa. El rey sale a toda prisa al jardın para recobrar la serenidad (Ester 7:5-7). Expuesto como el cobarde manipulador que ´ es, Haman cae a los pies de la reina para suplicarle clemencia. Cuando el rey vuelve a entrar ´ ´ y lo ve rogandole a Ester encima de su divan, se enfurece y lo acusa de intentar violar a la rei´ na en su propio palacio. Haman ha firmado su sentencia de muerte. Acto seguido se lo llevan con el rostro cubierto. Entonces, un funcionario le revela al rey que su malvado consejero ha levantado un enorme madero para colgar a Mardoqueo. Asuero ordena que el propio Ha´ ´ man sea colgado en el (Ester 7:8-10). ´ En el mundo en que vivimos, es facil creer ´ que la justicia nunca triunfara. ¿Se ha sentido ´ ´ usted alguna vez ası? Ester nunca perdio la es´ ´ peranza ni se amargo ni perdio la fe. Llegado el momento, se puso con valor de parte de la jus´ ´ ´ ticia y confio en que Jehova harıa el resto. Hagamos nosotros igual. Dios sigue siendo el mismo que era entonces. Sigue siendo capaz de atrapar a los malvados y astutos en sus pro´ pias trampas, como hizo con Haman (Salmo 7: 11-16). ´ Defendio con altruismo ´ a Jehova y su pueblo Finalmente, el rey se entera de que Mardo´ ´ queo no solo es el leal subdito que impidio su L A ATAL AYA ˙ 1 DE ENERO DE 2012

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Preguntas sobre Ester ´ ´ ¿Por que permitio Mardoqueo que Ester se casara con un pagano? Algunos investigadores alegan que Mardoqueo ´ era un oportunista que querıa casar a Ester con el rey para ganar prestigio,´ pero esa afir´ ´ macion no tiene fundamento. El era un judıo ´ fiel y, por tanto, no podıa aprobar ese tipo de ´ matrimonios (Deuteronomio 7:3). Segun la ´ ´ ´ antigua tradicion judıa, Mardoqueo trato de impedir el matrimonio de su prima. Sin embar´ go, parece poco probable que el o Ester pudie´ ran hacer algo al respecto, pues no eran mas que extranjeros en la tierra de un dictador que se consideraba un dios. Con el tiempo se hizo ´ ´ patente que Jehova se valio del matrimonio de Ester para proteger a su pueblo (Ester 4:14). ´ ¿Por que no aparece el nombre de Dios, ´ Jehova, en el libro de Ester? Parece que Mardoqueo fue el escritor de este libro inspirado por Dios. Es posible que, antes ´ de ser llevado a Jerusalen, el libro se guardara entre los registros oficiales persas. Si hubiera contenido el nombre divino, es probable que los devotos de los dioses persas lo hubieran ´ destruido. Sin embargo, la intervencion de ´ Jehova en los hechos narrados es clara. Cabe destacar que el nombre de Dios se encuentra oculto en el texto original hebreo en forma de ´ acrosticos. Al parecer, ciertas palabras se colocaron en orden sucesivo para que las letras iniciales o finales formaran el nombre divino (Ester 1:20, nota). ¿Concuerda el libro de Ester con los regis´ tros historicos? ´ Algunos crıticos aseguran que el libro no es ´ historicamente exacto. En cambio, hay exper˜ tos que han senalado que el escritor del libro ´ tenıa un profundo conocimiento de la corte, la arquitectura y las costumbres persas. Es cierto ´ que los documentos extrabıblicos que han llegado hasta nosotros no mencionan a la reina ´ Ester, pero ella no serıa el primer miembro de la realeza que se ha eliminado de los registros ´ ´ publicos. Ahora bien, tales registros sı indican ˆ que un hombre llamado Marduka —equivalente persa de Mardoqueo— fue funcionario en la ´ corte de Susa en la epoca descrita en el libro de Ester.

´ asesinato, sino tambien el padre adoptivo de Ester, y lo nombra primer ministro en lugar de ´ Haman. A Ester le da la casa y la inmensa fortu´ na de Haman, y ella las pone a cargo de Mardoqueo (Ester 8:1, 2). ´ Ahora que ella y Mardoqueo estan a salvo, ´ ´ ¿podra descansar la reina? Lo harıa si fuera ´ egoısta, pero en esos momentos el decreto de ´ ´ ´ Haman de matar a todos los judıos esta llegan´ ´ ´ do hasta el ultimo rincon del imperio. Haman ´ habıa recurrido a lo que obviamente era una ´ practica espiritista a fin de determinar el mejor ´ dıa en que llevar a cabo su despiadado ataque. ´ Dice la Biblia que habıa echado la suerte, o, se´ gun el idioma original, Pur (Ester 9:24-26). To´ ´ davıa faltan meses para que llegue ese dıa, pero ´ se va acercando deprisa. ¿Podra evitarse la tragedia? Sin pensar en ella misma, Ester vuelve a ´ arriesgar su vida presentandose otra vez ante el ´ rey sin una invitacion oficial. Esta vez llora por su pueblo y le suplica a su esposo que revoque el terrible edicto. Sin embargo, las leyes que se promulgan en nombre de los monarcas persas no pueden revocarse (Daniel 6:12, 15). Por eso, el rey faculta a Ester y a Mardoqueo para que ´ emitan nuevas leyes. Como resultado, se envıa ´ un segundo decreto que permite a los judıos defenderse. Los mensajeros galopan a todos los confines del imperio para llevarles la buena Ester y Mardoqueo enviaron decretos ´ a los judıos del Imperio persa


´ Otra profecıa cumplida noticia, y la esperanza vuelve a brillar en muchos corazones (Ester 8:3-16). Podemos imagi´ nar a los judıos por todo el vasto imperio ar´ ´ mandose y preparandose para la batalla, algo ´ ´ que jamas habrıan podido hacer sin el nuevo ´ ´ edicto. Pero hay otra cuestion mas importante ´ ´ ´ ´ aun: ¿apoyara “Jehova de los ejercitos” a su pueblo? (1 Samuel 17:45.) ´ Cuando por fin llega el dıa designado, el ´ pueblo de Dios esta listo. De hecho, muchos funcionarios persas se han puesto de su lado, pues la noticia de que el nuevo primer minis´ tro es Mardoqueo el judıo se ha extendido por ´ todo el imperio. Jehova otorga a su pueblo una ´ gran victoria. Y a fin de que este no sea vıctima de terribles represalias, se encarga de que sus enemigos sufran una derrota total (Ester 9:1-6).1 ´ ´ Ademas, los diez hijos de Haman son ejecutados para que Mardoqueo pueda administrar sin peligro la que anteriormente fue la casa de ellos (Ester 9:7-10). De este modo, Dios cum´ ´ plio su profecıa de destruir por completo a ´ los amalequitas, que habıan demostrado ser ´ acerrimos enemigos de su pueblo (Deuteronomio 25:17-19). Es muy posible que los hijos de ´ ´ ´ 1 El rey concedio a los judıos un segundo dıa para ani´ quilar a sus enemigos (Ester 9:12-14). Hasta el dıa de hoy, ´ los judıos conmemoran esa victoria todas las primaveras, ´ ´ en la fiesta de Purim, llamada ası por las suertes que echo ´ ´ Haman en su afan de destruir a Israel.

Al proteger al pueblo de Dios, Ester y Mar´ doqueo cumplieron otra profecıa de la Biblia. ´ ´ ´ Mas de doce siglos antes, Jehova habıa inspirado al patriarca Jacob para que profetizara ´ ´ sobre uno de sus hijos: “Benjamın seguira ˜ desgarrando como lobo. Por la manana se co´ mera el animal prendido, y al atardecer divi´ ´ dira el despojo” (Genesis 49:27). En la “ma˜ nana”, o comienzo, de la historia de los reyes de Israel hubo valientes guerreros —como el ´ rey Saul y otros— que eran descendientes de ´ Benjamın y defendieron al pueblo de Dios. ´ Y durante el “atardecer” de la nacion de Is´ rael, cuando ya no habıa reyes sobre el trono, otros dos descendientes de la tribu de Benja´ mın, Ester y Mardoqueo, vencieron a los ´ enemigos de Jehova. Puede decirse que se repartieron el despojo porque recibieron todo ´ ´ lo que pertenecıa a Haman.

´ ´ Haman fueran los ultimos miembros de esa ´ nacion condenada a desaparecer. La joven Ester tuvo que asumir responsabilidades muy serias, como promulgar decretos ´ reales que implicarıan luchas y ejecuciones. ´ ´ ´ No debio ser facil. Pero la voluntad de Jehova ´ exigıa que su pueblo no fuera exterminado, ´ ´ ´ pues de la nacion de Israel saldrıa el Mesıas ´ prometido, la unica esperanza para la humani´ dad (Genesis 22:18). A los siervos de Dios de la ´ actualidad nos alegra saber que Jesus, cuando ´ ´ vino a la Tierra, prohibio a sus discıpulos que ´ de ahı en adelante guerrearan en sentido literal (Mateo 26:52). ´ No obstante, los cristianos sı libramos una ´ ´ ´ lucha espiritual, ya que Satanas esta mas ansioso que nunca por acabar con nuestra fe en ´ ´ ´ Jehova (2 Corintios 10:3, 4). ¡Que bendicion contar con el ejemplo de Ester! Al igual que ella, demostremos nuestra fe persuadiendo ´ con sabidurıa y paciencia, siendo valerosos y defendiendo con altruismo al pueblo de Dios. 29


EJEMPLOS DE FE

Un cabeza de familia ejemplar ´ ´ JOSE pone el ultimo bulto sobre el asno. Es de noche en la aldea de ´ Belen. Con atentos ojos mira a un lado y otro de la calle, y con sus ma˜ nos da suaves palmadas al pequeno pero robusto animal de carga. Probablemente piensa ´ ´ ˜ en el largo viaje hasta Egipto. Allı, todo sera extrano: la gente, el idioma, las costumbres... ´ ˜ ¿Lograra adaptarse su pequena familia? ´ ´ ´ No debe ser facil para Jose contarle a Marıa, su amada esposa, el mensaje divino que le ha ´ ˜ transmitido un angel en un sueno. Pero se arma de valor y le da la mala noticia: ¡el rey Herodes pretende matar a su hijito! Deben ´ apresurarse a salir de Belen (Mateo 2:13, 14). ´ ´ ´ Marıa esta preocupadısima. Ni a ella ni a ´ Jose les cabe en la cabeza que alguien quiera ´ asesinar a su inocente hijo. ¿Que peligro pue˜ ´ de representar un nino indefenso? Aun ası, ´ ´ confıan en Jehova y se disponen a huir. ´ Todos los habitantes de Belen duermen aje´ ´ nos a la tragedia que se avecina. Jose, Marıa y ´ Jesus abandonan sigilosamente el pueblo en la oscuridad. Mientras el alba despunta por el este y ellos avanzan por la ruta que va al sur, es ´ ´ ´ posible que Jose piense: “¿Como hare yo, un simple carpintero, para proteger a mi familia ´ de enemigos tan poderosos? ¿Podre cubrir ´ siempre las necesidades de los mıos? ¿Cumpli´ ´ re pase lo que pase con la tarea que Jehova me ˜ ha confiado de cuidar y criar a este nino tan es´ ´ ´ pecial?”. Jose se enfrento a obstaculos que po´ drıan haber parecido insalvables. Al analizar ´ ´ ´ como los supero, veremos por que es necesario que todos en general, y los padres en particular, imitemos su fe.

´ ´ ´ vivıa en la ciudad de Nazaret. Allı se habıa ´ ´ comprometido con Marıa, la hija de Helı. A sus ojos, ella era una joven casta y de profunda fe. ´ ´ Pero un dıa se entero de que estaba embaraza´ da. Para protegerla de un vergonzoso escanda´ lo, planeo divorciarse de ella en secreto.1 Justo ´ ´ ˜ entonces, un angel le explico en un sueno que ´ ´ ´ Jehova habıa empleado su espıritu santo para ˜ que ella quedara encinta. Respecto al nino, el ´ ´ ´ ´ angel anuncio: “El salvara a su pueblo de sus ´ ´ pecados”. Tambien pronuncio estas alentadoras palabras: “No tengas miedo de llevar a Ma´ rıa tu esposa a casa” (Mateo 1:18-21). ´ Como Jose era justo y obediente, hizo tal ´ ´ ´ ´ como se le indico. Acepto la asignacion mas ´ importante que un hombre podıa recibir: criar y cuidar, no a su propio hijo, sino al amado Hijo de Dios. Posteriormente, acatando un de´ ´ creto del emperador romano, Jose viajo con su esposa, que estaba embarazada, para inscribir´ ´ ´ ˜ se en Belen. Fue allı donde nacio el nino.2 ´ En vez de regresar a Nazaret, Jose se estable´ ´ cio con su familia en Belen, situada a pocos ki´ ´ lometros de Jerusalen. Aunque eran pobres, ´ Jose hizo todo lo que estaba en su mano ´ ˜ para que Marıa y el nino no pasaran nece´ sidad. De hecho, poco tiempo despues de

Protege a su familia ´ ´ ´ La vida de Jose cambio para siempre mas de ˜ ´ un ano antes de este episodio, cuando todavıa

´ 1 En aquella epoca, estar comprometido era casi como estar casado. ´ ´ ´ 2 Vease el artıculo “Ejemplos de fe: Saco ‘conclusiones ´ en su corazon’ ”, en La Atalaya del 1 de octubre de 2008. L A ATAL AYA ˙ 1 DE ABRIL DE 2012

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´ Jose estuvo resuelto a sacrificarse para proteger a su hijo

´ nacer Jesus, se instalaron en una casa humil´ ´ de. Y cuando Jesus ya no era un bebe sino un ˜ ´ ˜ ninito —tal vez de mas de un ano—, sus vidas volvieron a dar un giro inesperado. Un grupo de hombres —con actitud muy ´ ´ respetuosa— llegaron a casa de Jose y Marıa. ´ ´ Eran astrologos que procedıan del Oriente, ´ probablemente de la lejana Babilonia. Habıan ´ seguido una estrella hasta allı buscando al ˜ ´ ´ nino que serıa rey de los judıos. ´ Lo supieran o no, estos astrologos pusieron ˜ ´ en grave peligro al pequeno Jesus. La estrella ´ ´ ´ no los llevo primero a Belen, sino a Jerusalen, ´ donde habıan revelado su objetivo al malvado ˜ rey Herodes: encontrar al nino que se conver´ ´ ´ ´ tirıa en rey de los judıos. Ası no habıan hecho 24

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´ ˜ mas que echar lena al fuego de los celos y la ira ´ del monarca. (Consulte el artıculo “Nuestros ´ ´ lectores quieren saber: ¿Quien envio la estrella ´ ´ de Belen?”, en la pagina 29.) ´ Menos mal que alguien mas poderoso que ´ ´ Herodes intervino. ¿Que ocurrio? Los visitan´ tes trajeron valiosos regalos —“oro, olıbano y ´ mirra”— sin esperar nada a cambio. ¡Que sor´ ´ presa debieron llevarse Jose y Marıa! Como los ´ ´ ´ astrologos tenıan la intencion de decirle al rey ´ ˜ ´ ´ Herodes donde estaba el nino, Jehova tomo ˜ ´ cartas en el asunto. En un sueno les ordeno ´ que regresaran a su paıs por otro camino (Mateo 2:1-12). ´ Es entonces, poco despues de la partida de ´ ´ los visitantes, cuando el angel de Jehova alerta ´ ´ ˜ a Jose: “Levantate, toma al ninito y a su madre, ´ ´ y huye a Egipto, y quedate alla hasta que yo te ´ diga; porque Herodes esta para buscar al ni˜ ´ nito para destruirlo” (Mateo 2:13). Ası que, ´ como ya vimos al principio de este artıculo, ´ Jose obedece de inmediato. Da prioridad a la ˜ seguridad del nino y se lo lleva a Egipto. ´ Y gracias a los valiosos regalos de los astrologos, la familia dispone de los recursos que po´ drıan ayudarles durante su estancia en el extranjero. ´ Ciertos mitos y leyendas de origen apocrifo han convertido la huida a Egipto en un viaje ´ ˜ lleno de fantasıas. Cuentan que el pequeno Je´ ´ sus acorto de forma milagrosa el camino, lo´ gro que peligrosos bandidos no los atacaran e incluso hizo que palmeras datileras se inclina´ ran para poner sus frutos al alcance de Marıa.1 Pero la realidad es que fue un trayecto largo y duro por territorios desconocidos. Los padres pueden aprender mucho del ´ ejemplo de Jose, quien, sin pensarlo dos veces, ´ ´ dejo su trabajo y sacrifico su comodidad para proteger a su familia. Se tomaba muy en se´ ´ rio la responsabilidad que Jehova le habıa ´ 1 La Biblia muestra claramente que Jesus hizo su primer ´ ´ ´ milagro despues de bautizarse (Juan 2:1-11). Hallara mas ´ ´ ´ informacion sobre los relatos apocrifos en el artıculo de la ´ ´ pagina 18, titulado “Los evangelios apocrifos: ¿contienen ´ verdades ocultas sobre Jesus?”.


´ ´ encomendado. Hoy dıa, los padres crıan a sus hijos en un mundo peligroso, repleto de influencias que pueden corromper y hasta ´ arruinar la vida de los jovenes. Sin duda, son ´ dignos de admiracion los padres y las madres ´ ´ que, tal como hizo Jose, estan resueltos a proteger a sus hijos.

´ funcionaba moviendo el arco hacia atras y hacia adelante. Y es posible que hasta tuviera unos cuantos clavos, aunque eran muy costosos. ´ ˜ Imagine a Jesus, ese nino que contempla ´ como trabaja su padre adoptivo. Sus ojos bien abiertos revelan curiosidad. Se fija en cada

Cuida de su familia ´ Parece que Jose y su familia se quedan poco ´ tiempo en Egipto, ya que un angel no tarda en ´ informar a Jose de la muerte de Herodes. Una ´ ˜ ´ ´ antigua profecıa senalaba que Jehova llamarıa a su hijo para que saliera de Egipto (Ma´ ´ teo 2:15). Jose colaboro en su cumplimiento al ´ ´ salir de allı y regresar con su familia a su paıs ´ de origen. Pero ¿adonde se dirigen exactamente? ´ Jose, que es un hombre prudente, tiene razones para temer al sucesor de Herodes, Ar´ quelao, quien tambien es un sanguinario ho´ micida. Dirigido por Dios, Jose viaja con su ´ familia al norte, lejos de Jerusalen y sus intri´ ´ gas. Jose y Marıa regresan a Nazaret de Galilea, ´ ´ donde echan raıces y crıan a sus hijos (Mateo 2:19-23). ´ Llevan una vida sencilla pero difıcil. La Bi´ ´ blia presenta a Jose como carpintero, termino que abarcaba arduas labores. Los carpinteros ´ ´ talaban arboles, cargaban troncos y los ponıan ´ a secar. Con la madera que obtenıan cons´ ˜ truıan casas, barcos y pequenos puentes, o fabricaban carretas, ruedas, yugos y todo tipo de utensilios de labranza (Mateo 13:55). Era un ´ ´ oficio que exigıa gran esfuerzo fısico. Estos artesanos a menudo trabajaban cerca de la entrada de su modesto hogar o en un taller contiguo a la casa. ´ ´ Jose tenıa a mano una amplia variedad de ´ herramientas, muchas de las cuales quizas ha´ ´ bıan pertenecido a su padre. Debio contar con escuadra, plomada, cordel entizado, hacha, ´ serrucho, azuela, martillo y mazo, ası como distintos tipos de formones y pegamentos. Puede que utilizara un taladro de arco que

´ Trabajo duro para mantener a su familia

´ movimiento de Jose. Al observar sus manos, sus brazos, su ancha espalda y su mirada, per´ cibe que su padre es un hombre habil, fuerte ´ ´ ˜ ´ e inteligente. Quizas Jose comienza ensenandole algunos trabajos sencillos —como lijar las asperezas de la madera con piel seca de pesca´ do—, ası como las diferencias entre las made´ ras de sicomoro, roble y olivo, por mencionar algunas. ´ Jesus ve que esas robustas manos que talan ´ ´ arboles, cortan vigas y encajan piezas tambien ˜ ´ son tiernas y carinosas tanto con el como con ´ su mama y sus hermanos. En efecto, la familia ´ ´ sigue creciendo, pues Jose y Marıa tienen al ´ menos otros seis hijos (Mateo 13:55, 56). Ası ´ que, con tantas bocas que alimentar, Jose debe ´ trabajar cada vez mas. L A ATAL AYA ˙ 1 DE ABRIL DE 2012

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´ ´ ´ Jose llevaba a su familia a adorar a Jehova en el templo de Jerusalen

´ Pero para el la prioridad es alimentar a su familia en sentido espiritual. Por eso dedica ´ tiempo a hablar a sus hijos acerca de Jehova y ´ ´ sus leyes. Jose y Marıa suelen llevarlos a la sinagoga de la ciudad, donde todos pueden es´ cuchar la lectura y la explicacion de la Ley. ´ ´ Despues, Jesus tal vez bombardee a sus padres ´ con preguntas. De seguro, Jose hace todo lo posible el hambre espiritual de su ´ por saciar ´ hijo. El tambien lleva a su familia a las fiestas religiosas anuales que se celebraban en Jerusa´ len. Por ejemplo, para asistir a la Pascua deben ´ ´ recorrer mas de 110 kilometros (unas 70 millas) de ida y otros tantos de vuelta. Entre el ´ viaje y la fiesta quizas pasan unas dos semanas fuera de casa. En la actualidad, los cabezas de familia cristianos hacen algo muy parecido. Se sacrifican ´ por sus hijos y anteponen su educacion espiri´ tual a todo lo demas, por encima incluso de las comodidades materiales. Hacen grandes esfuerzos para llevar a sus hijos a las reunio˜ nes, sean grandes o pequenas. Estos padres 26

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´ son como Jose, pues entienden que la mejor herencia que le pueden dar a sus hijos es la espiritual.

“Con la mente angustiada” ´ El relato bıblico narra un episodio que ´ ´ ´ ˜ ocurrio cuando Jesus tenıa 12 anos. Como de ´ ´ costumbre, Jose lleva a su familia a Jerusalen para celebrar la Pascua. Grandes grupos familiares caminan en caravana, y como ya es primavera, el paisaje es hermoso. Al atravesar los abruptos terrenos que ascienden hasta Je´ rusalen, muchos entonan las famosas Canciones de las Subidas (Salmos 120 a 134). Es probable que cientos de miles de personas abarroten la ciudad. Tras la fiesta, las familias ´ emprenden el camino de vuelta a casa. Jose y ´ Marıa, tal vez con mil y una cosas en la cabeza, ´ dan por sentado que Jesus va en el grupo, qui´ zas con algunos parientes. Pero cuando ya han ´ viajado todo un dıa, se llevan un buen susto: ´ ´ Jesus no aparece por ningun lado (Lucas 2:4144).


´ Con el corazon encogido, dan media vuelta ´ y regresan a Jerusalen. Recorren las calles, que ahora parecen desiertas, buscando a su hijo ´ ´ ´ ´ y gritando: “¡Jesus, Jesus!”. ¿Donde estara? ´ ´ Ya han pasado tres dıas, y puede que Jose se pregunte si, al perder al muchacho, le ha falla´ ´ do a Jehova. Finalmente, van a buscar a Jesus ´ al templo y entran en una sala donde estan reunidos muchos maestros expertos en la Ley. ´ ´ ´ Jesus esta allı sentado con ellos (Lucas 2: ´ 45, 46). ¡Que alivio! ´ ´ Jesus esta escuchando e interrogando a los maestros, quienes quedan asombrados por su ´ ´ entendimiento y sus respuestas. Marıa y Jose, ´ ´ por su parte, estan atonitos. El relato no in´ ´ dica si Jose dice algo. Sin embargo, Marıa expresa muy bien los sentimientos de ambos: ´ “Hijo, ¿por que nos trataste de este modo? Mira que tu padre y yo te hemos estado buscando con la mente angustiada” (Lucas 2: 47, 48). Con unas pocas pinceladas, las Escrituras pintan una imagen realista de las preocupaciones que conlleva la paternidad. Y eso que en este caso se trataba de un hijo perfecto. Aunque este mundo peligroso provoca que muchos padres vivan “con la mente angustiada”, la Biblia los consuela reconociendo los retos que afrontan. ´ Felizmente, Jesus se encuentra en el templo, ´ donde mas cerca se siente de su Padre celestial. ´ Esta absorto asimilando todo lo que le ense˜ nan. Por eso pregunta a sus padres sin malicia: ´ ´ “¿Por que tuvieron que andar buscandome? ´ ¿No sabıan que tengo que estar en la casa de mi Padre?” (Lucas 2:49). ´ Seguro que Jose le da muchas vueltas a esas ´ palabras de Jesus. Hasta puede que se sienta ˜ orgulloso, pues se ha esmerado en ensenar a ´ su hijo adoptivo a amar a Jehova. Y aunque Je´ sus es solo un jovencito, la palabra padre ya le ´ inspira afecto. Sin duda, Jose tiene mucho ´ ´ que ver con que Jesus se sienta ası. ´ Si usted es padre, ¿se da cuenta de cuanto in´ fluye su ejemplo en la opinion que se forme su

´ ´ ´ ¿Cuando fallecio Jose? ´ Sabemos que Jose estaba vivo cuando ´ ´ ˜ Jesus tenıa 12 anos. A esa edad, muchos ´ ´ jovenes judıos comenzaban a aprender el oficio de sus padres, y a los 15 se conver´ ´ tıan en aprendices. Es obvio que Jose tuvo ˜ tiempo de ensenar a su hijo las destrezas de un carpintero. Ahora bien, cuando Je´ ´ ˜ sus emprendio su ministerio a los 30 anos, ´ ´ ´ ¿aun vivıa Jose? Parece poco probable. En la Biblia se menciona a la madre, los ´ hermanos y las hermanas de Jesus duran´ te esa etapa, pero no a Jose. De hecho, en ´ ´ una ocasion se llama a Jesus “el hijo de ´ ´ Marıa”, no el hijo de Jose (Marcos 6:3). ´ ´ Ademas, se muestra a Marıa tomando sus propias decisiones, sin consultar a su esposo (Juan 2:1-5). Y eso no era lo habitual ´ en tiempos bıblicos, a menos que la mujer ´ fuera viuda. Por ultimo, poco antes de ´ ´ morir, Jesus confio el cuidado de su madre ´ ´ al apostol Juan (Juan 19:26, 27). Si Jose ´ hubiera estado vivo, eso no habrıa sido necesario. Por tanto, es razonable concluir ´ ´ ´ ´ que Jose fallecio cuando Jesus todavıa era joven. Siendo el mayor de los hijos, es ´ muy probable que Jesus tomara las riendas del negocio y que mantuviera a su fa´ milia hasta que se bautizo.

´ hijo de lo que es un buen padre? ¡Que bonito privilegio! Y si tiene hijastros o hijos adopti´ vos, recuerde lo que hizo Jose y trate a cada ´ uno de ellos como alguien valioso y unico. ´ ´ Ayudelos a acercarse mas a su Padre celestial, ´ Jehova.

Cumple con su responsabilidad ´ La Biblia aporta pocos detalles mas sobre la ´ vida de Jose, pero vale la pena analizarlos. ´ ´ ´ En sus paginas leemos que Jesus “continuo su´ jeto” a sus padres y “siguio progresando en L A ATAL AYA ˙ 1 DE ABRIL DE 2012

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˜ ´ Enseno a su hijo el oficio de carpintero

´ ´ sabidurıa y en desarrollo fısico y en favor ante Dios y los hombres” (Lucas 2:51, 52). ´ ¿Que nos dan a entender estas palabras? Entre ´ otras cosas, que Jose era un buen cabeza de familia, pues su hijo perfecto lo respetaba y se sujetaba a su autoridad, es decir, le obede´ cıa. ´ ´ ´ Tambien se nos dice que Jesus “siguio pro´ ´ gresando en sabidurıa”. Es logico pensar que ´ ´ Jose contribuyo mucho a la madurez de Je´ sus. En aquel entonces circulaba entre los ´ judıos un proverbio muy antiguo que afir´ maba que solo podıa llegar a sabio el hom´ ´ bre que disponıa de tiempo libre. Se decıa que los obreros y artesanos —como carpin28

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teros, campesinos o herreros— “no entienden de justicia y derecho [...] ni se encuentran entre los que inventan pa´ rabolas”. En su vida adulta, Je´ ´ sus demostro que ese punto ´ de vista era absurdo. ¡Cuantas ´ veces habıa escuchado a su padre adoptivo —un humilde carpintero— hablar con maes´ trıa sobre la “justicia y [el] de´ recho” de Jehova! ´ Y por ultimo, puesto que ´ ´ Jesus se convirtio en un hombre fuerte y vigoroso, per´ ´ cibimos que Jose velo por su ´ ´ bienestar fısico. Es mas, lo pre´ ´ paro para ser habil en un ofi´ cio que era fısicamente exi´ gente. De hecho, a Jes us ´ no solo se le conocio como el hijo del carpintero, sino como “el carpintero” (Mar´ cos 6:3). A todas luces, Jose ´ logr o su objetivo. Los cabezas de familia hacen bien en ´ imitarlo preocupandose por ´ ´ el bienestar fısico de sus hijos y asegurandose de que sepan ganarse la vida. ´ ´ ´ El relato bıblico, que continua cuando Jesus ˜ se bautiza a los 30 anos de edad, no vuel´ ve a mencionar a Jose. Los hechos apun´ ´ tan a que Marıa ya era viuda cuando Jesus ´ ´ emprendio su ministerio (vease el recuadro ´ ´ ´ ´ “¿Cuando fallecio Jose?”, en la pagina 27). ´ ´ ´ Aun ası, Jose dejo una huella profunda: el ´ ejemplo imborrable de un padre que cumplio ´ con su responsabilidad y que siempre protegio ´ y cuido a su familia. Todos los padres, todos los cabezas de familia y, en realidad, todos los cristianos, hacemos bien en imitar la fe de ´ Jose.


EJEMPLOS DE FE

´ ´ “A donde tu vayas yo ire” ´ RUT y Noemı recorren a pie un camino que atraviesa las llanuras ´ de Moab. Ahora estan solas. Sus siluetas apenas se distinguen en el inmenso paisaje azotado por el viento. Rut se da cuenta de que las sombras de la tarde ´ son cada vez mas alargadas. “Tal vez sea hora de buscar un lugar donde pasar la noche”, ´ ´ piensa mirando a su suegra. La quiere muchısimo y esta dispuesta a hacer todo lo que ´ este en su mano para cuidar de ella. Cada una carga sus propias penas. Hace ˜ ´ anos que Noemı es viuda y ahora llora la ´ ´ muerte de sus hijos, Mahlon y Kilion. Rut ´ ´ ´ tambien esta muy afligida, pues Mahlon era su esposo. Las dos se dirigen al mismo sitio, ´ la ciudad de Belen en Israel. Sin embargo, ´ cada una tiene su propia vision del viaje. ´ Mientras que Noemı regresa a su lugar de origen, Rut se adentra en tierra desconocida, ´ ´ dejando atras a sus parientes, su paıs y su cultura, lo que incluye a sus dioses (Rut 1:3-6). ´ ´ ¿Por que una joven como Rut darıa un giro ´ ´ tan radical a su vida? ¿De donde saco las fuerzas para comenzar de nuevo y cuidar de Noe´ mı? Rut la moabita es un gran ejemplo de fe, ´ y en este artıculo descubriremos muchos aspectos en los que podemos imitarla. Antes ¨ ´ que nada, averiguemos por que estas dos mujeres emprendieron el largo camino que las ´ ´ llevarıa a Belen. Una familia rota por la tragedia ˜ ´ ´ El pequeno paıs de Moab, donde se crio Rut, estaba situado al este del mar Muerto. ´ Se encontraba en una region de altas mesetas cortadas por profundos barrancos y don´ de los arboles escaseaban. “Los campos de ´ ´ Moab” solıan ser tierras de cultivo fertiles,

incluso cuando el hambre asolaba Israel. ´ ´ De hecho, esa fue la razon por la que Mahlon y su familia conocieron a Rut (Rut 1:1). ´ Debido a la hambruna que habıa en Is´ ´ ´ rael, Elimelec —el esposo de Noemı— decidio abandonar su lugar de origen y mudarse a Moab con su esposa y sus dos hijos. Esta mudanza de seguro puso a prueba la fe de toda la ´ ´ familia, pues los israelitas debıan ir periodi´ camente al lugar sagrado que Jehova eligiera para ser adorado (Deuteronomio 16:16, 17). ´ ´ Y aunque Noemı logro mantener viva su fe, ´ ´ el dolor la desolo cuando fallecio su esposo (Rut 1:2, 3). ´ Es muy probable que Noemı volviera a sufrir al ver que sus hijos se casaban con ´ mujeres moabitas (Rut 1:4). Ella sabıa que ´ Abrahan, antepasado de Israel, hizo todo lo posible por conseguir una esposa para su hijo Isaac de entre sus parientes, pues estos adora´ ´ ´ ban a Jehova (Genesis 24:3, 4). Ademas, la ´ Ley mosaica advertıa a los israelitas del peligro de que sus hijos e hijas se casaran con ex´ ´ ´ tranjeros: la nacion podıa caer en la idolatrıa (Deuteronomio 7:3, 4).1 ´ ´ 1 Vease el artıculo “Nuestros lectores quieren saber: ¿Por ´ ´ que mando Dios a los israelitas que solo se casaran entre ´ ellos?”, en la pagina 29. L A ATAL AYA ˙ 1 DE JULIO DE 2012

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´ ´ ´ Aun ası, Mahlon y Kilion eligieron a dos moabitas como esposas. Aunque tal vez Noe´ mı estaba preocupada o decepcionada, se es´ forzo por mostrar bondad y amor a sus nue´ ras, Rut y Orpa. A lo mejor abrigaba la ´ ´ esperanza de que algun dıa adoptaran su reli´ gion. De cualquier modo, sabemos que ellas ´ la amaban. La buena relacion que las tres ha´ bıan forjado las mantuvo en pie cuando la ´ tragedia volvio a azotar a la familia. Cuando ´ ni siquiera habıan podido tener hijos, Rut y ´ Orpa enviudaron (Rut 1:5). ´ Ante semejante golpe, ¿le sirvio de algo a ´ ´ Rut su religion? Lo mas probable es que no. ´ En Moab se rendıa culto a muchos dioses, ´ ´ entre quienes destacaba Kemos (Numeros ´ 21:29). Segun parece, los moabitas llegaron a ˜ sacrificar ninos, lo que muestra que la cruel´ dad y los horrores de aquella epoca im´ pregnaban su religion. Cualquier cosa que ´ ´ ˜ Mahlon o Noemı le hubieran ensenado a Rut sobre el amoroso y misericordioso Dios de Is´ ´ rael debio haberla impresionado muchısi´ mo. ¡Tremenda diferencia! Jehova gobierna con amor y no infunde terror en sus siervos ´ (Deuteronomio 6:5). Tras una perdida tan

En un momento tan doloroso, ´ ´ Rut busco el consuelo de Noemı


devastadora, es probable que Rut se acercara ´ ´ mas a Noemı. Podemos imaginarla escuchando a su envejecida suegra mientras esta le hablaba del Dios todopoderoso, de sus ´ ´ magnıficas obras y de como cuida de su pue´ blo con amor y compasion. ´ ´ Noemı estaba pendiente de como iban las ´ ´ cosas por su paıs. Un buen dıa, tal vez de boca ´ ´ de un mercader, oyo que ya no habıa hambre ´ ´ en Israel porque Jehova habıa acudido en ´ ´ ayuda de su pueblo. Belen volvıa a hacer honor a su nombre, que significa “Casa de ´ ´ ´ Pan”. Ası que Noemı decidio regresar a su antiguo hogar (Rut 1:6). ´ ´ ´ ¿Que harıan Rut y Orpa? (Rut 1:7.) La terri´ ble experiencia que vivieron las unio mucho a su suegra. Parece que a Rut, en particular, le ´ ´ atraıan mucho la bondad de Noemı y su fe ´ en Jehova. Al final, las tres viudas partieron ´ juntas con destino a Juda. ˜ Este relato nos ensena que las desgracias azotan a todo el mundo, tanto a los buenos ´ como a los malos (Eclesiastes 9:2, 11). Tam´ ´ bien encierra otra valiosa leccion: cuando ´ afrontamos una perdida muy dolorosa, es bueno buscar el consuelo que otros nos pue-

dan dar y, muy en especial, el de quienes se ´ ´ refugian en Jehova, el Dios de Noemı (Proverbios 17:17). El amor leal de Rut A medida que las tres viudas avanzan por el ´ camino, otra preocupacion ronda por la ca´ ´ ´ beza de Noemı. Esta pensando en las dos jo˜ venes que la acompanan y que tanto amor le han dado a ella y a sus hijos. No quiere que ´ ´ sufran mas. Esta convencida de que no ten´ dra nada que ofrecerles si dejan todo para ir ´ con ella a Belen. ´ ´ Noemı no puede contenerse mas y les su´ plica: “Anden, vuelvanse, cada una a la casa ´ de su madre. Que Jehova ejerza bondad amo´ rosa para con ustedes, ası como ustedes la han ejercido para con los hombres ya muer´ tos y para conmigo”. Noemı les desea que ´ Jehova las recompense a cada una con un es´ poso y una nueva vida. El relato continua: ´ “Entonces las beso, y ellas se pusieron a alzar ˜ la voz y llorar”. No es de extranar que Rut y ´ Orpa quisieran tanto a su bondadosa y generosa suegra. De hecho, las dos mujeres le responden con insistencia: “No, sino que contigo volveremos a tu pueblo” (Rut 1:8-10).

“Tu pueblo ´ sera mi pueblo, y tu Dios mi Dios”

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´ Pero Noemı no da el brazo a torcer. Trata ´ de hacerles entender que no podra hacer mucho por ellas en Israel, pues no tiene esposo que la cuide ni hijos para que se casen con ´ ´ ellas. Ademas, no cree que esta situacion vaya a cambiar. Incluso reconoce que le angustia mucho no poder cuidar de ellas (Rut 1:1113). ´ Orpa enseguida lo ve claro: debe quedarse en Moab, donde la esperan sus parientes ´ ´ y su casa. En terminos practicos, esta parece ´ ´ ser la mejor opcion. Ası que, con mucha tristeza, besa a su suegra y da media vuelta (Rut 1:14). ¿Y a Rut? ¿La convencen los argumentos ´ de Noemı? El relato sigue: “En cuanto a Rut, ´ ´ ´ se adhirio a ella”. Quizas Noemı ya ha reemprendido la marcha. Sin embargo, cuando se ´ percata de que Rut la esta siguiendo, le dice: ˜ “¡Mira! Tu concunada enviudada se ha vuel´ to a su pueblo y a sus dioses. Vuelvete con tu ˜ concunada” (Rut 1:15). Las palabras de Noe-

Una obra de arte en miniatura Se ha descrito el libro de Rut como una pe˜ quena joya, una obra de arte en miniatura. Comparado con el libro de Jueces, que lo precede en la Biblia y nos da el contexto his´ ´ torico, Rut es mucho mas corto (Rut 1:1). Parece ser que ambos fueron escritos por el profeta Samuel. Salta a la vista que Rut se halla en el lugar acertado dentro del canon ´ bıblico. Tras tantos relatos de guerras, ataques y contraataques, el lector se encuentra con esta breve “joya” que nos demuestra ´ ´ que Jehova esta siempre atento a las inquie´ tudes cotidianas de la gente pacıfica. Se trata de una sencilla historia familiar que encierra profundas lecciones para todos. Nos habla del dolor de perder a seres queridos, ´ ası como del amor, la fe y la lealtad.

´ mı revelan al lector un detalle muy impor´ ´ tante: Orpa no solo volvıa a su pueblo, sino ´ tambien “a sus dioses”. No le molestaba se´ guir siendo devota de Kemos y otras deidades ´ falsas. ¿Harıa lo mismo Rut? ´ ´ Su corazon rebosa de amor por Noemı y ´ ´ ´ por su Dios. Ası que no tiene ni la mas mınima duda de lo que quiere hacer. Sola con ´ Noemı en el camino, la mira a los ojos y le dice: “No me instes con ruegos a que te aban˜ done, a que me vuelva de acompanarte; por´ ´ ´ que a donde tu vayas yo ire, y donde tu pases ´ ´ la noche yo pasare la noche. Tu pueblo sera mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde mueras ´ ´ ´ ´ tu, yo morire, y allı es donde sere enterrada. ´ ´ ˜ Que Jehova me haga ası y anada a ello si cosa alguna aparte de la muerte hiciera una sepa´ ´ racion entre tu y yo” (Rut 1:16, 17). ´ ¡Que palabras tan memorables! Tanto es ´ ˜ ´ ası que, unos tres mil anos despues de que ´ Rut las pronunciara, siguen recordandose. Resaltan una hermosa cualidad: el amor leal. ´ Este amor que Rut siente por Noemı es tan grande que no le importa ir con su suegra a ´ otro lugar. Solo la muerte podrıa separarlas. ´ Rut esta lista para formar parte del pueblo de ´ ´ Noemı y dejar atras todo lo que conoce en Moab, incluidos sus dioses. A diferencia de ´ ´ Orpa, ella desea de corazon servir al Dios de ´ ´ Noemı, Jehova.1 De modo que ambas retoman el largo ca´ ´ ´ mino que las conducira a Belen. Segun cierto ´ calculo, el viaje bien pudo tomarles una semana. Pero seguro que hacer el trayecto jun´ tas hace las penas mas llevaderas. ´ Hoy dıa vivimos rodeados de sufrimiento. Tal como dice la Biblia, estos son “tiem´ ´ pos crıticos, difıciles de manejar”, en los que ´ ´ ´ 1 Es digno de mencion que Rut no solo empleo el tıtu´ lo “Dios”, como otros extranjeros podrıan haber hecho, ´ ´ ´ sino que tambien utilizo su nombre: Jehova. En La Biblia, de Salvatore Garofalo, se comenta: “Al emplear el nombre ´ [ Jehova] para el juramento de fidelidad, Rut muestra que pertenece ya al pueblo de Israel”.


afrontamos todo tipo de desgracias (2 Timo´ teo 3:1). Por eso es mas necesario que nunca ´ manifestar amor leal. ¿En que consiste esta sobresaliente virtud? Se trata de una fuerza motivadora en este mundo cruel. Quien la manifiesta es leal al objeto de su amor y persevera, no se da por vencido. Es impres´ cindible en el matrimonio, en las demas relaciones familiares, en las amistades y en la ´ congregacion cristiana. Si cultivamos este ´ tipo de amor, estaremos imitando el magnıfico ejemplo de Rut. ´ ´ Rut y Noemı en Belen ´ Claro esta, una cosa es decir que uno siente amor leal por alguien y otra muy distinta ´ es demostrarlo. Sin embargo, Rut probo su ´ ´ amor leal por Noemı... y por Jehova, el Dios ´ ´ que habıa elegido. Veamos como. ´ Por fin las dos viudas llegan a Belen, situa´ da a unos 10 kilometros (6 millas) al sur de ´ ´ Jerusalen. La conmocion que causa el regre´ so de Noemı parece indicar que ella y su fa-

´ milia habıan sido bastante prominentes en ˜ esta pequena ciudad. Las mujeres la observan detenidamente y se preguntan: “¿Es esta ´ Noemı?”. De seguro, su aspecto y su porte re˜ ´ flejan las desgracias que por anos vivio en Moab (Rut 1:19). ´ Noemı les cuenta sus penas a sus parientes y antiguas vecinas. Hasta ruega que le cambien el nombre —que significa “Mi Agradabi´ lidad”— por Mara, que quiere decir “Amar´ ´ ga”. ¡Que triste esta! Al igual que Job, ella ´ cree que es Jehova quien la ha hecho sufrir (Rut 1:20, 21; Job 2:10; 13:24-26). Suegra y nuera se adaptan poco a poco a la ´ ´ vida de Belen, y Rut piensa en como cuidar ´ ´ de sı misma y de Noemı. Se entera de que la ´ ´ Ley que Jehova entrego a Israel incluye la rebusca, una bondadosa medida para ayudar a los pobres. Durante la temporada de la reco´ leccion pueden entrar en los campos para ir ´ recolectando lo que los segadores dejan atras. ´ Tambien pueden recoger lo que ha crecido

´ ´ ´ Rut trabajo duro y en una labor humilde para cuidar de sı misma y de Noemı

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en las orillas y esquinas de los terrenos de ´ cultivo (Levıtico 19:9, 10; Deuteronomio 24: 19-21).1 Ha llegado el tiempo de recolectar la ceba´ da (alrededor del mes de abril segun nuestro calendario). Rut sale a los campos en busca de alguien que le permita trabajar de rebuscadora. Por casualidad, acaba en las tierras de un ˜ senor llamado Boaz, un rico terrateniente y ´ pariente del difunto esposo de Noemı. Aunque ella tiene el derecho de entrar a rebuscar, no lo da por sentado y le pide´ permiso al joven capataz de los segadores. El se lo concede, y Rut se pone a trabajar de inmediato (Rut 1:22–2:3, 7). Mientras los segadores cortan la cebada ´ con sus hoces de pedernal, Rut va detras. Se agacha para recoger lo que se les cae o pasan por alto, hace gavillas atando las espigas ´ y las coloca en un lugar donde despues pueda sacar el grano. Es una labor lenta y agota´ ´ ´ dora que se vuelve mas y mas difıcil a medida ˜ que avanza la manana. Con todo, Rut no se distrae y solo se detiene para secarse el sudor y comer algo “en la casa” (posiblemente un refugio para que los trabajadores descansen a la sombra). Es probable que Rut ni espere ni busque ´ llamar la atencion. Pero cuando Boaz la ´ ve, pregunta al joven capataz quien es ella. ´ ¿Y que clase de persona es Boaz? Es un hombre de admirable fe y profundo amor a Dios ´ ´ ´ que saluda ası a sus trabajadores: “Jehova este con ustedes”. Y ellos —algunos tal vez sean jornaleros o extranjeros— le responden de forma parecida. Boaz, que es mucho mayor que Rut, se preocupa por ella como por una hija (Rut 2:4-7). 1 Esta era una medida muy solidaria, distinta a todo lo ´ que Rut habıa conocido en Moab. En el antiguo Oriente ´ Proximo no se trataba bien a las viudas. Una obra de consulta explica: “Por lo general, tras la muerte de su esposo, ´ ´ la viuda dependıa de sus hijos. Y si no tenıa, solo le que´ daba venderse como esclava, vivir de la prostitucion o morir”.

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Por eso la llama “hija” y le aconseja que siga rebuscando en sus campos y se mantenga ´ cerca de las jovenes de su casa para que nin´ guno de los trabajadores la moleste. Ademas, se asegura de que no le falte comida a la hora del almuerzo. Ante todo, la felicita y anima. ´ ¿Por que? (Rut 2:8, 9, 14.) ´ Rut le pregunta a Boaz a que se debe ´ que la trate tan bien pese a ser extranjera. El le responde que se ha enterado de todo lo que ha ´ hecho por Noemı. Esta debe haber hablado bien de su querida nuera a las mujeres de Be´ ´ ´ ´ len. Es mas, el tambien sabe que Rut ha deci´ dido servir a Jehova, pues le dice: “Que Jeho´ va recompense tu manera de obrar, y que llegue a haber para ti un salario perfecto pro´ cedente de Jehova el Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a buscar refugio” (Rut 2:12). ´ ¡Cuanto deben haber animado estas palabras a Rut! No cabe duda de que se ha refu´ giado bajo las protectoras alas de Jehova, tal como un polluelo se acurruca bajo las alas de su madre. Tras agradecerle a Boaz sus tranquilizadoras palabras, sigue trabajando hasta que cae la tarde (Rut 2:13, 17). Las obras de fe de Rut son un ejemplo mag´ nıfico para todos nosotros hoy, en especial en ´ ´ esta epoca de tantas dificultades economicas. ´ Como Rut no daba por sentado que tenıan ´ que ayudarla, agradecıa todo lo que le ofre´ cıan. No se avergonzaba de trabajar tanto ni tan duro en una labor humilde para cuidar de ´ ´ la persona que amaba. Ademas, valoro y acep´ ´ to los buenos consejos sobre como trabajar ˜ ´ con seguridad y en buena companıa. Pero so´ ´ bre todo, nunca perdio de vista quien la esta´ ba protegiendo: su Padre y Protector, Jehova. Si demostramos amor leal como hizo Rut y seguimos su ejemplo de humildad, laboriosi´ ´ dad y gratitud, nuestra fe tambien inspirara a ´ ´ ´ otros. Ahora bien, ¿como cuido Jehova de ´ ´ Rut y Noemı? Lo analizaremos en un proxi´ mo artıculo de esta serie.


EJEMPLOS DE FE

“Una mujer excelente” ´ RUT se arrodilla junto al monton de cebada que ha recogido durante ´ ´ el dıa. Ya esta cayendo la noche sobre los campos, y muchos trabaja˜ ´ dores se ponen en camino hacia la entrada de la pequena ciudad de Belen, enclavada en ´ ´ una cordillera cercana. Seguro que Rut se siente adolorida despues de este largo dıa de ˜ ´ trabajo, pues casi no ha parado desde la manana. Pero su jornada aun no ha terminado. Ahora se pone a golpear la cebada con una vara para desgranarla. A pesar de todo, le ha ido mejor de lo que esperaba. ´ ¿Estan por fin mejorando las cosas para esta ˜ ´ joven viuda? Rut siente carino por Noemı, su suegra, y le ha prometido quedarse con ella y ´ ´ hacer de Jehova, el Dios de Noemı, su propio ´ Dios. Las dos viudas llegaron a Belen procedentes de Moab, la tierra de Rut, y ella ha vis´ to que la ley de Jehova contiene disposiciones ´ practicas que dignifican a los pobres de Israel, ´ y tambien a los extranjeros.1 Ahora se percata ´ de que en el pueblo de Jehova, que vive de acuerdo con la Ley, hay quienes se destacan por su espiritualidad y bondad, y su afligido ´ corazon se conmueve. Una de esas personas es Boaz, el hombre rico y de cierta edad en cuyos campos Rut ha espigado hoy y que la ha tratado como a una hija. Rut recuerda satisfecha las bondadosas palabras con que la ha alabado por cuidar de su suegra, ya mayor, y por buscar refugio bajo ´ las alas del Dios verdadero, Jehova (Rut 2:1113). ´ Aun ası, a Rut probablemente le preocupa su futuro. Siendo una extranjera pobre, viuda ´ y sin hijos, ¿como va a cubrir sus necesidades ´ ´ ˜ y las de Noemı durante los proximos anos? ´ ´ ´ 1 Vease el artıculo “Ejemplos de fe: ‘A donde tu vayas yo ´ ire’”, en La Atalaya del 1 de julio de 2012.

´ Rut trabajo duro para cubrir ´ sus necesidades y las de Noemı

´ ´ ´ ¿Le bastara con espigar? ¿Y quien la cuidara a ella cuando envejezca? No sabemos si la abru´ maban estas inquietudes, pero serıa compren´ ´ sible si ası fuera. Hoy dıa, con las dificultades ´ economicas que existen, a muchas personas les asaltan esas mismas inquietudes. Al ir des´ ´ ´ cubriendo como ayudo a Rut la fe que tenıa, veremos muchos aspectos en los que podemos imitarla. L A ATAL AYA ˙ 1 DE OCTUBRE DE 2012

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´ ¿Que constituye una familia? Cuando Rut termina de desgranar la cebada y recogerla, ve que tiene aproximadamen´ te una medida de efa, el equivalente a unos 20 litros de capacidad. Toda aquella cebada pesa nada menos que 14 kilos (30 libras). La amontona encima de una pieza de tela, hace un fardo, se lo coloca sobre la cabeza y ´ emprende el camino hacia Belen mientras anochece (Rut 2:17). ´ Noemı se alegra de ver llegar a su querida ´ nuera y quizas hasta suelta un grito de sorpresa al ver el pesado fardo de cebada que carga. ´ Rut tambien trae algunas sobras de la comida ´ que Boaz ofrecio a los trabajadores, y con eso ´ ´ cenan las dos. Noemı le pregunta: “¿Donde ´ espigaste hoy, y donde trabajaste? Llegue a ser ´ bendito el que se fijo en ti” (Rut 2:19). Al ver ´ ´ todo lo que Rut ha traıdo, Noemı se da cuenta de que alguien se ha fijado en ella y la ha tratado con amabilidad. Las dos se ponen a hablar, y Rut le cuenta a ´ Noemı lo amable que ha sido Boaz con ella. ´ Noemı, conmovida, responde: “Bendito sea ´ ´ el de Jehova, que no ha abandonado su bondad amorosa para con los vivos y los muertos” (Rut 2:19, 20). Para ella, las bondades de ´ ´ ´ Boaz venıan de Jehova, pues el impulsa a sus siervos a ser generosos y promete recompensarles por sus buenas acciones (Proverbios 19:17).1 ´ Noemı aconseja a Rut que acepte la oferta de Boaz de continuar espigando en sus cam´ pos cerca de las jovenes de su casa para que los cosechadores de otros campos no la mo´ lesten. Rut le hace caso y, ademas, “sigu[e] morando con su suegra”, lo cual pone de re´ lieve una vez mas su cualidad distintiva: el ´ ´ ´ 1 Como Noemı indico, la bondad de Jehova no se limi´ ta a los vivos, sino que se extiende tambien a los muertos. ´ ´ Noemı habıa perdido a su esposo y a sus dos hijos. Rut era viuda de uno de esos hijos. No hay duda de que aquellos tres hombres significaban mucho para ambas. De modo ´ que todo acto de bondad que les hicieran a Noemı y a Rut, ´ ´ serıa como si se lo hicieran a ellos, ya que los tres habrıan querido que se cuidara de ellas.

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amor leal (Rut 2:22, 23). ¿Y nosotros? ¿Hon´ ramos a nuestra familia, apoyandola y ayu´ ´ dandola cuando hace falta? Jehova siempre se percata de los actos de amor leal. ´ ´ ¿Se puede decir que Noemı y Rut constituıan una familia? En algunas culturas se cree que para que una familia lo sea en el pleno sentido de la palabra tiene que contar con un padre, una madre, hijos, abuelos, etc. Pero el caso de ´ Noemı y Rut nos ayuda a ver que cuando uno ´ es siervo de Jehova, su familia —aunque peque˜ na y tal vez incompleta— puede llevarse muy bien y rebosar de bondad y amor. ¿Agradece´ ´ mos la familia que tenemos? Jesus recordo a sus seguidores que aun quienes no tienen fami´ lia la pueden encontrar en la congregacion cristiana (Marcos 10:29, 30).

“Es uno de nuestros recompradores” Rut se queda espigando en los campos de Boaz desde la cosecha de la cebada (alrededor de abril) hasta la del trigo (alrededor de junio). Las semanas transcurren, y seguro que ´ Noemı sigue pensando en lo que puede hacer por su querida nuera. Antes de partir de ´ Moab, Noemı estaba convencida de que ja´ ´ mas podrıa encontrarle otro esposo a Rut (Rut 1:11-13). Pero ahora empieza a pensar de ´ otra forma. Aborda a Rut y le dice: “Hija mıa, ¿no debo buscarte lugar de descanso[?]” (Rut 3:1). En aquellos tiempos la costumbre era ´ que los padres se encargaran de buscar conyu´ ges para sus hijos, y Rut habıa llegado a ser ´ ´ una verdadera hija para Noemı. De ahı que ´ Noemı quisiera encontrarle a Rut un “lugar de descanso”, es decir, un esposo y un hogar que le proporcionaran seguridad y protec´ ´ ´ cion. Pero ¿que puede hacer Noemı? ´ Cuando Rut menciono a Boaz por primera ´ vez, Noemı dijo: “El hombre es pariente nuestro. Es uno de nuestros recompradores” (Rut ´ ´ 2:20). ¿Que querıa decir con eso? La Ley que ´ ´ Jehova dio a Israel incluıa unas disposiciones amorosas para aquellas familias que atravesa´ ban dificultades por haber caıdo en la pobre-


´ Rut y Noemı se ayudaron y animaron mutuamente

za o haber perdido a un ser querido. Si una mujer enviudaba sin haber tenido hijos, su ´ dolor se veıa incrementado por el hecho de ´ que su esposo no tendrıa posteridad y su ´ nombre se perderıa. Pero la Ley de Dios per´ ˜ mitıa que el cunado se casara con la viuda para que esta diera a luz un heredero que perpetuara el nombre del difunto y heredara los bienes de la familia (Deuteronomio 25:5-7).1 ´ Noemı le explica a Rut su plan. Podemos ´ imaginar como se le abren los ojos a la joven al escuchar sorprendida a su suegra. Proba´ blemente Rut aun no conoce bien la Ley, y muchas de sus costumbres de seguro le resul˜ tan extranas. Pero como respeta tanto a Noe´ ´ mı, escucha con atencion todo lo que le dice.

´ La recomendacion que le da tal vez le resulte chocante o bochornosa y, en cierto sentido, hasta humillante. No obstante, Rut accede y obedientemente responde: “Todo lo que me ´ dices lo hare” (Rut 3:5). ´ ´ A los jovenes a veces les resulta difıcil obedecer los consejos de quienes son mayores ´ y tienen mas experiencia, pues piensan que no son capaces de entender los retos y problemas que afronta la juventud. Pero el ejemplo de humildad de Rut nos recuerda que hacer ´ caso de la sabidurıa de las personas mayores que nos aman y velan por nuestros intereses ´ puede ser muy provechoso. Ahora bien, ¿cual ´ ´ fue el consejo de Noemı? Y ¿resulto premiada la obediencia de Rut?

´ 1 El derecho de casarse con la viuda se extendıa prime´ ro a los hermanos del difunto y luego a sus familiares mas ´ cercanos, al igual que sucedıa con los derechos heredita´ rios (Numeros 27:5-11).

Rut en la era Al atardecer, Rut se va a la era, un espacio llano, de tierra firme, al que varios agricultores L A ATAL AYA ˙ 1 DE OCTUBRE DE 2012

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llevan su mies para trillarla y aventarla. Nor´ malmente se escogıa un lugar que estuviera en la ladera o la cima de un monte, donde las brisas soplaran con fuerza al atardecer. A fin de separar el grano de la paja y el tamo, se utilizaba un bieldo o una gran pala para echar la mies al viento, que se llevaba el tamo y la paja. Al ser ´ ´ mas pesados, los granos caıan de nuevo en la era. ´ ´ Rut contempla con discrecion como los aventadores terminan poco a poco su trabajo conforme va anocheciendo. Boaz ha estado supervisando el aventado de su mies, y ya ha juntado una gran cantidad de cereal. Come con ganas y luego se acuesta al lado de su ´ monton de grano. Posiblemente esa era una ´ ´ ´ practica comun en aquella epoca para proteger la preciada cosecha de ladrones y merodeadores. Cuando Rut ve que Boaz se acuesta, sabe que ha llegado la hora de llevar a cabo el ´ plan de Noemı. ´ Con el corazon acelerado, Rut se le acerca ´ sigilosa y al constatar que esta profundamen´ te dormido, sigue las instrucciones de Noemı: ´ le destapa los pies, se acuesta allı y espera. Pasa el tiempo, que para Rut debe ser como una eternidad. Entonces, a medianoche, Boaz ´ empieza a moverse. Temblando de frıo se incorpora, probablemente para cubrirse de nuevo los pies. Pero nota que hay alguien. ´ ´ El relato bıblico lo expresa ası: “¡Mire!, ¡una mujer acostada a sus pies!” (Rut 3:8). ´ ´ “¿Quien eres?”, pregunta el. Ella responde, tal vez con voz temblorosa: “Soy Rut tu esclava, y tienes que extender tu falda sobre tu es´ clava, porque tu eres un recomprador” (Rut 3:9). Algunos comentaristas modernos han tratado de insinuar que las acciones y las pala´ bras de Rut tenıan cierto trasfondo sexual, pero pasan por alto dos detalles. En primer lugar, Rut estaba siguiendo las costumbres de la ´ epoca, muchas de las cuales no se entienden ´ ´ ´ hoy dıa. Ası que serıa un error juzgar sus actos ´ segun las bajas normas morales y la mentali22

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dad retorcida propias de estos tiempos. En se´ gundo lugar, la reaccion de Boaz indica que, a sus ojos, la conducta de Rut era moralmente casta y muy encomiable. Boaz, sin duda con un tono dulce y tranqui´ lizador, le dice: “Bendita seas de Jehova, hija ´ mıa. Has expresado tu bondad amorosa me´ jor en el ultimo caso que en el primer caso, al ´ ´ no ir tras los jovenes, fueran de condicion humilde o ricos” (Rut 3:10). “El primer caso” se ´ refiere al amor leal que mostro Rut al acom˜ ´ ´ panar a Noemı hasta Israel y cuidarla. “El ultimo caso” es este. Boaz reconoce que una ´ joven como Rut podıa haber buscado un es´ poso mucho mas joven, fuera rico o pobre. ´ Pero ella quiere hacerle bien no solo a Noemı ´ ´ sino tambien al difunto esposo de Noemı, es decir, desea perpetuar el nombre de este en su ´ ´ tierra natal. Es facil ver por que le impresiona a Boaz el altruismo de Rut. ˜ ´ Boaz anade: “Y ahora, hija mıa, no tengas ´ miedo. Todo lo que dices lo hare para ti, porque toda persona en la puerta de mi pueblo se da cuenta de que eres una mujer excelente” (Rut 3:11). Le agrada la idea de casarse con Rut y ˜ puede que no le haya extranado del todo que le pida ser el recomprador. Pero Boaz es un hombre justo, y no solo busca satisfacer sus propias preferencias. Le dice a Rut que, en vista de que ´ hay otro recomprador con una relacion de pa´ ´ rentesco mas cercana, le va a dar a el la oportunidad de casarse con ella. Boaz insta a Rut a que vuelva a acostarse y ´ descanse hasta que se acerque el ´ amanecer; ası ´ podra marcharse sin ser vista. El desea proteger ´ ´ la reputacion de ella y tambien la suya, pues alguien pudiera pensar equivocadamente que ´ han incurrido en algun tipo de conducta inmoral. Rut vuelve a acostarse a los pies de Boaz, ´ ´ ´ quizas mas tranquila en vista de que el ha res´ pondido con tanta bondad a su peticion. Unas ´ ´ ´ horas despues, mientras todavıa esta oscuro, Boaz le llena la capa de cebada, y ella regresa a ´ Belen con el generoso regalo.


´ Rut busco a Boaz con motivos puros y altruistas

Rut debe sentirse sumamente satisfecha de que Boaz haya dicho que todo el mundo la considera “una mujer excelente”. Seguro que algo que ha influido mucho en que tenga tan ´ buena reputacion es su anhelo de conocer a ´ ´ Jehova y servirle. Ademas, ha demostrado ´ una gran bondad y sensibilidad hacia Noemı y su pueblo, pues ha estado dispuesta a adaptarse a una cultura y unas costumbres que se´ guramente desconocıa. Si imitamos la fe de ´ Rut, nos esforzaremos por tratar a los demas, ´ ası como su cultura y costumbres, con profundo respeto. Y si lo hacemos, puede que ´ tambien nos labremos una excelente repu´ tacion.

Un lugar de descanso para Rut ´ ´ ´ “¿Quien eres, hija mıa?”, dice Noemı cuando Rut llega a la casa. Aunque es posible que con la oscuridad no la haya podido recono-

´ cer, lo que seguramente quiere saber Noemı ´ es si Rut todavıa es la misma viuda de antes, una mujer sola y sin compromiso, o si ya tiene la perspectiva de casarse. Rut enseguida le cuenta a su suegra todo lo que ha pasado y le entrega el generoso regalo de cebada que ´ Boaz le envıa (Rut 3:16, 17).1 ´ Noemı, con la sensatez que la caracteriza, exhorta a Rut a sentarse en casa tranquila y ´ no salir ese dıa a espigar en los campos. Luego ´ le asegura: “El hombre no tendra descanso a menos que haya acabado con el asunto hoy” (Rut 3:18). 1 Boaz le dio a Rut seis medidas de un peso no especifi´ cado, lo cual quizas diera a entender que, tal como a seis ´ ´ ´ ´ dıas de trabajo les seguıa un sabado —un dıa de descan´ so—, a los trabajosos dıas de viudez de Rut pronto les se´ guirıa el “descanso” de un hogar seguro y un esposo que ´ pudiera mantenerla. Tambien es posible que seis medidas ´ —o tal vez paladas— fuera todo el peso que Rut podıa llevar en la cabeza. L A ATAL AYA ˙ 1 DE OCTUBRE DE 2012

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Y eso es precisamente lo que hace Boaz. Va a la puerta de la ciudad —donde suelen ´ reunirse los ancianos de Belen— y espera hasta que pase el hombre que tiene un parentes´ ´ co mas cercano con la familia de Elimelec, el ´ difunto esposo de Noemı. Delante de testigos, Boaz le ofrece la oportunidad de ser ´ el recomprador casandose con Rut. Pero el hombre no acepta, alegando que con ello ´ arruinarıa su propia herencia. Entonces, ante ´ los testigos que ha reunido allı, Boaz declara ´ ´ ´ que el sera el recomprador y comprara todo lo ´ ´ ´ que le pertenecıa a Elimelec y se casara con ´ ´ Rut, la viuda de Mahlon, su hijo. La razon ´ ´ para obrar ası, segun las propias palabras de Boaz, es “para hacer que el nombre del muerto se levante sobre su herencia” (Rut 4:1-10). Desde luego, Boaz es un hombre recto y altruista. ´ Boaz se caso con Rut y, como dice el relato ´ ´ ´ bıblico, “Jehova le concedio a ella concebir, y

´ ella dio a luz un hijo”. Las mujeres de Belen ´ bendijeron a Noemı y alabaron a Rut por serle mejor que siete hijos varones. Con el tiempo, ˜ ´ como anade el relato, el hijo de Rut llego a ser antepasado de un gran rey: David (Rut 4: 11-22). David, a su vez, fue antepasado de Jesucristo (Mateo 1:1).1 ´ Rut fue realmente bendecida, y tambien ´ ´ ˜ Noemı, quien la ayudo a criar al nino como si fuera suyo. La vida de estas dos mujeres cons´ tituye un claro recordatorio de que a Jehova Dios no le pasan desapercibidos todos los que trabajan duro efectuando tareas humildes para mantener a su familia y, al mismo tiempo, le sirven lealmente con su pueblo ´ escogido. Jehova siempre recompensa a las ´ personas fieles que se labran una reputacion excelente a sus ojos, como hizo Rut. 1 Rut es una de las cuatro mujeres que constan en la ge´ ´ ´ nealogıa bıblica de Jesus. Otra es Rahab, la madre de Boaz, que al igual que Rut tampoco era israelita (Mateo 1:3, 5, 6).

´ ´ Jehova bendijo a Rut con el privilegio de llegar a ser antepasada del Mesıas


EJEMPLOS DE FE ABEL

´ “Aunque ´ murio, todavıa habla” ˜ BEL contemplaba su rebano de ovejas que pastaba tranquilamente en la ladera al atardecer. ´ ´ ´ Entonces, miro a la distancia, mucho mas alla de ´ sus ovejas, a donde se veıa un leve resplandor. ´ ´ ´ El sabıa que allı estaba una espada envuelta en llamas que giraba y giraba sin cesar, bloqueando el ´ ´ ´ camino al jardın de Eden. Sus padres habıan vivi´ ´ ´ do allı, pero ahora ni ellos ni nadie mas podıa en´ trar. Imagınese a Abel, con el cabello un tanto alborotado por la brisa, alzando los ojos al cielo y ´ pensando en su Creador. ¡Cuanto deseaba que al´ ´ gun dıa se cerrara la brecha entre el hombre y Dios! ´ ´ Abel, el segundo hijo de Adan, nos esta hablan´ do hoy. ¿Puede usted oırlo? Tal vez le parezca que ´ eso es imposible, pues murio hace mucho tiempo. Sus restos se convirtieron en polvo hace casi se´ ˜ senta siglos. Ademas, la Biblia nos ensena que los muertos “no tienen conciencia de nada en absolu´ to” (Eclesiastes 9:5, 10). Y no solo eso, sino que en las Escrituras no aparece ni una sola palabra pro´ nunciada por Abel. ¿Como puede entonces hablarnos? ´ Inspirado por Dios, el apostol Pablo dijo lo siguiente sobre Abel: “Por [medio de] ella, aunque ´ ´ murio, todavıa habla” (Hebreos 11:4). ¿Por medio ´ de que sigue hablando? Por medio de su fe. Abel ´ fue el primer ser humano que cultivo esa hermosa cualidad. Tuvo una fe tan ferviente y profunda que ´ su ejemplo continua vivo. Si estudiamos su ejem´ plo y nos esforzamos por imitarlo, es como si el realmente nos estuviera hablando. ´ Pero ¿que podemos aprender de Abel y su fe si ´ se dice tan poco de el en la Biblia? Veamos.

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LA ATALAYA

´ EL MUNDO EN EL QUE SE CRIO ´ Abel nacio casi al principio de la historia huma´ ´ ´ na. Siglos despues, Jesus dijo que habıa vivido en ´ el tiempo de “la fundacion del mundo” (Lucas 11: ´ 50, 51). Todo indica que con el termino mundo Je´ sus se estaba refiriendo al conjunto de los seres humanos que tienen la esperanza de ser redimidos, o rescatados, del pecado. Aunque Abel fue el cuarto ser humano de la historia, al parecer fue el prime´ ro a quien Dios considero redimible.1 Es eviden´ te que Abel no se crio en el mejor de los ambientes. Aunque el mundo acababa de empezar, la fa´ milia humana ya vivıa circunstancias muy lamen´ tables. Adan y Eva seguramente eran muy bien ´ ´ parecidos y dinamicos; habıan sido perfectos y ha´ ´ bıan tenido ante sı la perspectiva de vivir para siem´ pre. Pero habıan cometido un grave error, y lo sa´ ´ ´ bıan: se habıan rebelado contra Jehova Dios y por ´ ´ eso habıan sido desterrados de su hogar paradisıa´ ´ co, el jardın de Eden. Por anteponer sus deseos a ´ todo lo demas —incluso a las necesidades de sus hi´ ´ jos—, perdieron la perfeccion y la vida eterna (Genesis 2:15–3:24). ´ ´ La vida de Adan y Eva fuera del jardın era muy ´ dura. Con todo, cuando les nacio su primer hijo, ´ 1 La palabra original para “fundacion” abarca la idea de sem´ ´ brar semilla. La expresion “la fundacion del mundo”, por su parte, se usa en el sentido de “sembrar hijos” y se refiere al ´ ´ nacimiento del primer hijo de Adan y Eva. Entonces, ¿por que re´ ´ ´ ´ laciono Jesus “la fundacion del mundo” con Abel y no con Caın, ´ si este fue el primero que nacio? Porque las decisiones y accio´ ´ nes de Caın fueron una muestra de rebelion deliberada contra ´ ´ ´ Jehova Dios. De modo que es logico concluir que Caın, al igual ´ ´ ´ que sus padres, no tendra resurreccion ni redencion.


´ lo llamaron Caın, que significa “Algo Producido”, y ´ Eva exclamo: “He producido un hombre con la ayu´ da de Jehova”. Tal vez pensaba en ´ la promesa que ´ ´ ´ ´ Jehova habıa hecho en el jardın. El habıa profeti´ zado que cierta mujer producirıa una “descenden´ ´ cia” que destruirıa al ser malvado que los habıa des´ ´ carriado (Genesis 3:15; 4:1). ¿Creıa Eva que ella era ´ ´ la mujer de la profecıa y que Caın era la “descendencia” prometida? En ese caso, estaba muy equivocada. ´ ´ Es mas, si ella y Adan inculcaron esa idea en ´ ´ Caın durante su crianza, lo unico que consiguieron fue alimentar su orgullo imperfecto. Con el tiempo, Eva dio a luz a su segundo hijo, pero no encontramos expresiones tan pretenciosas acerca de ´ el. Lo llamaron Abel, que posiblemente significa ´ ´ ´ “Exhalacion” o “Vanidad” (Genesis 4:2). ¿Querıa ´ decir la eleccion de ese nombre que sus expectativas eran menos ambiciosas, que no esperaban tan´ ´ to de Abel como de Caın? Quizas, pero no podemos saberlo a ciencia cierta. Sea como fuere, los padres de hoy pueden aprender mucho de los errores de aquellos pri´ meros padres. ¿Alimentaran con sus palabras y ´ acciones el orgullo, la ambicion y las tendencias ´ ˜ ´ egoıstas de sus hijos? ¿O les ensenaran a amar a ´ Jehova Dios y buscar su amistad? Lamentablemen´ te, Adan y Eva no cumplieron con su responsabili´ dad. Pero de todas formas, habıa esperanza para sus hijos.

´ ¿DE DONDE OBTUVO SU FE ABEL? ´ Al ir creciendo los dos muchachos, Adan segura˜ ´ mente les enseno a efectuar los trabajos necesarios ´ ´ para alimentar y cuidar a la familia. Caın opto por la agricultura y Abel se hizo pastor de ovejas. ´ Pero Abel hizo algo mucho mas importante: con ˜ los anos fue cultivando fe, esa hermosa cualidad de ´ ´ ´ ´ la que despues escribio el apostol Pablo. ¿De don´ ´ ´ de obtuvo la fe en Jehova si no la veıa en ningun ser humano? Su fe posiblemente se asentaba sobre tres ´ ´ solidas bases. Analicemoslas. ´ ´ ´ La creacion de Jehova. Es cierto que Jehova ha´ ´ bıa pronunciado una maldicion contra el suelo, el ´ ´ ´ cual producirıa espinos y cardos y serıa muy difıcil ´ de cultivar. Aun ası, la tierra daba con generosi´ dad para el sustento de la familia de Abel. Ademas, ´ Dios no maldijo a las aves, los peces y demas ani˜ ´ males; ni las montanas, los lagos, los rıos y los mares; ni el cielo, las nubes, el Sol, la Luna y las estre´ llas. Dondequiera que Abel miraba, veıa prueba del ´ profundo amor y la inmensa sabidurıa y bondad de ´ Jehova Dios, el Creador de todas las cosas (Romanos 1:20). Y cada vez que meditaba agradecido en ´ la creacion y las cualidades de Dios, su fe se forta´ lecıa. ´ Seguramente Abel dedico tiempo a reflexionar ´ en asuntos espirituales. Imagıneselo cuidando de ´ ˜ su rebano. La vida de un pastor exigıa caminar mu´ ˜ cho. Conducıa a sus mansas ovejas por montanas ´ ´ y valles, a traves de rıos..., siempre buscando la

´ Durante toda su vida, Abel vio que los querubines eran siervos leales y obedientes de Jehova


´ hierba mas verde, los mejores abrevaderos y los lu´ gares de descanso mas protegidos. Las ovejas pare´ ´ cıan ser las mas indefensas de todas las criaturas de Dios, como si hubiesen sido creadas con la necesidad de que el hombre las guiara y protegiera. ´ ´ ¿Se daba cuenta Abel de que el tambien necesita´ ´ ba guıa, proteccion y cuidado de Alguien mucho ´ mas sabio y poderoso que cualquier ser humano? ´ Seguro que en sus oraciones incluıa reflexiones de ´ este tipo, y con ello su fe siguio aumentando. ´ ´ Las promesas de Jehova. Adan y Eva tuvieron ´ que haberles contado a sus hijos lo que ocurrio en ´ ´ ´ el jardın de Eden y por que fueron expulsados de ´ ´ ´ allı. Ası que Abel tenıa mucho en que meditar.

´ Contemplar la creacion ´ dio a Abel base solida para tener fe en un Creador amoroso ´ ´ Jehova dijo que el suelo estarıa maldecido, y Abel ´ podıa ver claramente el cumplimiento de esas pala´ ´ bras en los espinos y cardos que crecıan. Jehova ´ ´ predijo, ademas, que Eva sufrirıa dolores en los embarazos y los partos. Y seguro que cada vez que Eva iba a tener un hijo, Abel se daba cuenta de que esa ´ ´ ´ ´ ´ prediccion tambien se cumplıa. Jehova previo que ´ Eva sentirıa una necesidad desequilibrada de reci´ ´ bir la atencion y el amor de su esposo, y que Adan, ´ a su vez, la dominarıa. Y no hay duda de que Abel ´ ´ ´ presencio en mas de una ocasion esta lamentable ´ realidad. Vez tras vez comprobo que todo lo que ´ ´ Jehova dice se cumple. Por tanto, disponıa de buenas razones para tener fe en la promesa de Dios so´ ´ bre la “descendencia” que un dıa corregirıa los ma´ ´ ´ les que se originaron en el jardın de Eden (Genesis 3:15-19). ´ Los siervos de Jehova. Dentro de su familia, Abel ´ no encontro a nadie que fuera un buen ejemplo. ´ Pero los seres humanos no eran las unicas cria´ turas inteligentes que habıa en la Tierra en aquel ´ tiempo. Cuando Adan y Eva fueron expulsados del ´ ´ ´ ´ jardın de Eden, Jehova se aseguro de que ni ellos ni ninguno de sus descendientes pudieran entrar ´ en aquel Paraıso terrenal. Para vigilar la entrada,

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´ ´ ´ aposto allı a unos querubines —angeles de muy alto rango— y “la hoja llameante de una espada” que gi´ raba continuamente (Genesis 3:24). ´ ˜ Imagınese a Abel, de nino, mirando a aquellos querubines materializados en cuerpos humanos. ´ No hay duda de que la apariencia de esos angeles reflejaba su inmenso poder. Y la espada que ´ ´ echaba llamas y giraba sin cesar tambien serıa sobrecogedora. ¿Vio alguna vez que los querubines se ´ aburrieran y abandonaran su puesto? No. Dıa y no˜ ˜ ´ ´ che, ano tras ano, decada tras decada..., aquellas inteligentes y poderosas criaturas se mantuvieron ´ ´ en su lugar. Abel pudo ver que Jehova Dios tenıa siervos justos y perseverantes. En los querubines ´ vio una clase de lealtad y obediencia a Jehova que ´ no veıa en su familia. Seguro que el ejemplo de es´ ´ tos angeles fortalecio su fe. ´ Al meditar en la creacion, las promesas divinas y el ejemplo de los siervos de Dios, la fe de Abel se ´ ´ ´ ´ fortalecıa cada vez mas. ¡Cuanto aprendemos de el! ´ Es como si nos estuviera hablando. Y ¡que anima´ dor puede ser para los jovenes saber que es posible ´ llegar a tener verdadera fe en Jehova Dios, sin importar lo que haga su familia! Con las maravillas ´ de la creacion que nos rodean, la Biblia completa a ´ ´ nuestra disposicion y un sinnumero de ejemplos ´ humanos de fe, ¿que impide que tengamos una fe ´ solida? ´ POR QUE FUE SUPERIOR EL SACRIFICIO DE ABEL A medida que la fe de Abel iba creciendo, tam´ ´ bien crecıa su deseo de demostrarla con obras. Pero ´ ´ ¿que podrıa darle al Creador del universo un simple ser humano? Dios no necesitaba regalos ni ayu´ ´ da de ningun hombre. Sin embargo, Abel llego a ´ ´ comprender una gran verdad: si le ofrecıa a Jehova ´ lo mejor que tenıa y con el motivo adecuado, su ´ amoroso Padre celestial lo aceptarıa con gusto. ´ De modo que decidio ofrecerle a Dios algunas ˜ ´ ovejas de su rebano. Para ello escogio las primeras ´ ´ y mejores crıas y las ofrecio, incluidas las partes ´ ´ que el consideraba mas selectas, a saber, “sus tro´ ´ ´ zos grasos”. Por su parte, Caın tambien querıa con´ seguir la bendicion y el favor de Dios, y por eso ´ preparo una ofrenda de sus cosechas. Pero su mo-


´ Abel ofrecio su sacrificio con fe, ´ Caın no

´ tivacion no era como la de su hermano, y la diferencia se hizo obvia cuando presentaron sus ofrendas. Posiblemente ambos utilizaron altares y fuego para hacer sus ofrendas, y tal vez las presentaron a la vista de los querubines, que en aquel tiempo eran ´ los unicos representantes de Dios en la Tierra. El re´ lato dice que Jehova “miraba con favor a Abel y su ´ ´ ´ ofrenda”, aunque no indica como lo demostro (Ge´ nesis 4:4). ¿Por que lo miraba con agrado? ´ ´ ¿Era por la ofrenda en sı? Abel ofrecio la vida de ´ unos corderos y derramo su preciada sangre. Si´ ´ glos despues, Dios uso el sacrificio de un cordero sano, sin defectos, para representar el sacrificio de su propio´ Hijo perfecto, “el Cordero de Dios” (Juan 1:29; Exodo 12:5-7). Aunque, obviamente, ´ ´ Abel desconocıa mucha de esa informacion. ´ ´ ´ Una cosa sı es segura: ofrecio lo mejor que tenıa. ´ ´ ´ Jehova no solo aprobo la ofrenda, sino tambien al ´ ´ hombre que la presento, pues se la presento moti´ ´ vado por el amor que le tenıa y la fe que habıa de´ positado en el. ´ El caso de su hermano fue distinto. Jehova ´ ´ “no miraba con ningun favor a Caın ni su ofrenda”

´ (Genesis 4:5). No es que la clase de ofrenda fuera ´ ´ inadecuada, pues siglos despues la ley de Moises ´ ´ permitirıa ofrecer a Jehova productos de la tierra ´ ´ (Levıtico 6:14, 15). El problema era Caın, ya que la Biblia dice que “sus propias obras eran inicuas” (1 Juan 3:12). Tal como les ocurre a muchos hoy, pa´ ´ rece que Caın pensaba que bastarıa con una mues´ tra superficial de devocion. Su falta de fe en Jeho´ ´ va y de amor por el se hizo patente enseguida por ´ su reaccion. ´ ´ Cuando Caın vio que no se habıa ganado el fa´ vor de Dios, ¿trato de aprender del ejemplo de su ´ hermano? No. Hervıa de odio contra Abel. Jeho´ ´ va vio lo que estaba ocurriendo en su corazon y ´ ´ ´ razono pacientemente con el. Le advirtio que si ´ ´ ´ seguıa ası, acabarıa cometiendo un grave pecado, ´ ´ pero tambien le dijo que si cambiaba, recibirıa “en´ ´ salzamiento”, es decir, su aprobacion (Genesis 4: 6, 7). ´ Lamentablemente, Caın no hizo caso de la adver´ tencia divina. Invito a su hermano menor a que lo ˜ ´ acompanara al campo, y este acepto confiado. Una ´ ´ ´ ´ vez allı, lo ataco y lo asesino (Genesis 4:8). En cier´ to sentido, Abel llego a ser el primero en sufrir per´ ´ ´ ´ secucion religiosa, el primer martir. Murio, sı, pero aquel no fue el final de su historia, ni mucho menos. ´ La sangre de Abel clamaba a Jehova, como si le estuviera suplicando que lo vengara, que hiciera ´ justicia. Y Dios respondio castigando al malvado ´ ´ Caın por el asesinato (Genesis 4:9-12). Hoy, Abel ´ nos esta hablando mediante su ejemplo de fe. Pro´ ˜ bablemente vivio unos cien anos, pocos en compa´ ´ ´ racion con lo mucho que vivıa la gente de su epo´ ´ ca. Pero los aprovecho bien y murio sabiendo que ´ contaba con el amor y la aprobacion de su Padre celestial (Hebreos 11:4). De modo que podemos tener ´ la certeza de que esta seguro en la infinita memo´ ´ ria de Jehova, a la espera de resucitar en un paraı´ ´ so terrestre (Juan 5:28, 29). ¿Estara usted allı para ´ recibirlo? Sı, siempre y cuando haga todo lo posible por escuchar la voz de Abel e imitar su sobresaliente fe. ˇ 1 DE ENERO DE 2013

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´ EJEMPLOS DE FE NO E

“Andaba con el Dios verdadero” ´ OE se toma un respiro del trabajo. Sentado en una ancha viga de madera, endereza la espal´ da y estira sus doloridos musculos mientras con´ templa la inmensa estructura de lo que sera el arca. ´ Hay un fuerte olor a alquitran caliente en el aire y se oye el sonido de las herramientas. Desde don´ ´ de esta, Noe ve a su familia trabajando arduamente en la gran estructura de madera. Sus hijos, sus ´ nueras y su amada esposa ya llevan decadas cola´ ´ borando con el en la construccion del arca. Tienen ´ mucho adelantado, pero aun les queda mucho por hacer. ´ La gente dice que estan locos. Conforme el arca ´ ´ va tomando forma, mas se rıen de que vaya a venir un diluvio que inunde la Tierra entera, como les ´ ´ esta advirtiendo Noe. La sola idea de que pueda ´ ocurrir una catastrofe de tales dimensiones les pa´ ´ rece increıble, absurda. No entienden por que ese hombre desperdicia su vida —y la de su familia— ´ ´ en una tarea tan ridıcula. Pero Jehova, el Dios de ´ Noe, ve a su amado siervo de una manera muy diferente. ´ La Biblia nos dice: “Noe andaba con el Dios ver´ ´ dadero” (Genesis 6:9). ¿Que significan esas palabras? No quieren decir que Dios hubiera bajado a ´ la Tierra ni tampoco que Noe hubiera ido al cielo. ´ ´ Se refieren a que Noe obedecıa a Dios al pie de ´ la letra y lo amaba profundamente; para el era un ´ ˜ ´ amigo muy ıntimo. Miles de anos despues se regis´ traron en la Biblia estas palabras acerca de Noe: ´ “Por [su] fe condeno al mundo” (Hebreos 11:7). ´ ´ ´ ¿Como lo hizo? ¿Que leccion podemos extraer de ´ ´ la fe que Noe demostro?

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UN HOMBRE RECTO EN UN MUNDO TORCIDO ´ ´ ´ Noe se crio en un mundo que iba rapidamente de mal en peor. Ya estaba mal en tiempos de su bisabuelo Enoc, otro hombre justo que anduvo con ´ ´ Dios y que anuncio un dıa de juicio contra toda la ´ ´ gente malvada. Pero en los dıas de Noe, la maldad ´ ´ habıa llegado a lımites impensables. De hecho, ´ la violencia era tanta que a los ojos de Jehova la ´ Tierra estaba arruinada (Genesis 5:22; 6:11; Judas ´ ´ 14, 15). ¿Por que habıan empeorado hasta ese grado las cosas? ´ ´ Por algo terrible que ocurrio entre los angeles. ´ Uno de ellos ya se habıa rebelado contra Jeho´ ´ ´ va, calumniandolo y llevando a Adan y Eva al pe´ ´ cado, con lo que se convirtio en Satanas, el Dia´ ´ ´ blo. En los dıas de Noe, otros angeles se unieron a ´ ´ esa rebelion contra la justa autoridad de Jehova. ´ Abandonaron el puesto que Dios les habıa asignado en el cielo, vinieron a la Tierra en forma de hombres y se casaron con hermosas mujeres. ´ ´ Aquellos angeles rebeldes, orgullosos y egoıstas eran una influencia muy nociva para los seres hu´ manos (Genesis 3:1-5; 6:1, 2; Judas 6, 7). ´ Ademas, de esas uniones contranaturales entre ´ ´ angeles y mujeres nacieron unos hijos hıbridos de ˜ tamano gigantesco y fuerza descomunal. La Biblia los llama nefilim, palabra que significa “derribadores” o “los que hacen caer a otros”. Aquellos seres salvajes hicieron del mundo un lugar suma˜ mente perverso. No es de extranar que a los ojos del Creador “la maldad del hombre [abundara] en ´ la tierra, y que toda inclinacion de los pensamien-


´ tos del corazon de este [fuera] solamente mala ´ ´ todo el tiempo”. Jehova decidio eliminar esa so˜ ciedad malvada en un plazo de ciento veinte anos ´ (Genesis 6:3-5). ´ ´ Noe encontro una buena esposa y, cuando ya ´ ´ ˜ ´ tenıa mas de 500 anos, llego a ser padre de tres ´ ´ ´ hijos: Sem, Cam y Jafet.1 ¡Que difıcil le debio resultar criar a sus hijos en un mundo tan terrible! ´ El y su esposa tuvieron que protegerlos de las malas influencias que los rodeaban. Los nefilim te´ ´ ˜ nıan las caracterısticas que todo nino admira: eran ´ hombres “poderosos” y “de fama”. Noe y su espo´ sa no podıan evitar que sus hijos se enteraran de ´ las barbaridades que cometıan aquellos sanguina´ ´ ˜ rios gigantes, pero sı podıan ensenarles la atrayen´ te verdad acerca de Jehova Dios, quien odia todo ´ tipo de maldad. Tenıan que ayudarles a compren´ ´ der que a Jehova le dolıa ver la violencia y la rebe´ ´ lion que reinaban en el mundo (Genesis 6:6). Los padres de hoy pueden ponerse en el lugar ´ ´ ´ de Noe y su esposa. Nuestro mundo tambien esta ´ envenenado de violencia y rebeldıa. Hasta el entre˜ tenimiento dirigido a los ninos suele estar saturado de esos temas. Pero los buenos padres hacen todo lo posible por contrarrestar tales influencias ˜ ensenando a sus hijos acerca del Dios de la paz, ´ ´ Jehova, quien acabara con toda la violencia (Salmo ´ 11:5; 37:10, 11). Sı, es posible criar buenos hijos ´ en un mundo malo. Noe y su esposa lo consiguieron. Sus hijos llegaron a ser hombres de bien y se ´ ´ 1 En aquel entonces, las personas vivıan mucho mas que aho´ ´ ra porque estaban mucho mas cerca del tiempo en que Adan y ´ Eva gozaban de vitalidad y perfeccion.

casaron con mujeres que, al igual que ellos, esta´ ban dispuestas a obedecer a Jehova por encima de todo. “HAZ PARA TI UN ARCA” ´ ´ ´ ´ Llego un dıa en que la vida de Noe cambio para ´ ´ ´ ´ siempre. Jehova hablo con el, le dijo que habıa decidido poner fin al mundo de aquel tiempo y le ´ mando lo siguiente: “Haz para ti un arca de made´ ´ ra de arbol resinoso” (Genesis 6:14). El arca no era un barco, como algunos se imagi´ nan, con superficies curvas. No tenıa ni proa ni ´ ´ popa ni quilla ni timon. Era basicamente una enor´ ´ me caja. Jehova le dio a Noe las dimensiones exac´ tas que debıa tener, algunos detalles sobre su dise˜ no e instrucciones de recubrirla por dentro y por ´ ´ fuera con alquitran. Y le explico: “Voy a traer el di´ luvio de aguas sobre la tierra [...]. Todo lo que esta ´ ´ en la tierra expirara”. Pero tambien le dijo: “Tienes ´ que entrar en el arca, tu y tus hijos y tu esposa y ´ ´ las esposas de tus hijos contigo”. Ademas, tenıa que introducir en el arca ejemplares de toda cla´ se de animales. Solo se salvarıan del venidero Di´ luvio los que estuvieran dentro del arca (Genesis 6:17-20). ´ Noe se enfrentaba a una tarea colosal. El arca ´ iba a ser enorme. Medir ıa unos 133 metros (437 pies) de largo, 22 metros (73 pies) de ancho y ˜ ´ 13 metros (44 pies) de alto. Su tamano serıa mu´ cho mas grande que el de los mayores barcos ma´ rıtimos de madera construidos en tiempos moder´ ´ ´ ´ nos. ¿Rechazo Noe esta comision? ¿Se quejo de las ´ dificultades que presentaba? ¿Altero los detalles ´ Noe y su esposa tuvieron que proteger a sus hijos de las malas influencias que los rodeaban


´ ´ para que el trabajo le resultara mas facil? La Biblia ´ ´ responde: “Noe procedio a hacer conforme a todo ´ lo que le habıa mandado Dios. Hizo precisamente ´ ´ ası” (Genesis 6:22). ´ ´ El trabajo le tomo varias decadas, puede que ˜ ´ unos cuarenta o cincuenta anos. Habıa que talar ´ arboles, arrastrar troncos y cortarlos para hacer vi´ ´ gas, tablas y demas. Luego habıa que unir todas ´ esas piezas. El arca tendrıa tres plantas, o cubiertas, diversos compartimientos y una puerta en uno ´ ´ de los lados. Por lo visto tambien tendrıa ventanas a lo largo de la parte superior y un techo elevado por el centro con una ligera pendiente hacia los la´ dos para que el agua escurriera (Genesis 6:14-16). ˜ Con el paso de los anos el arca fue tomando for´ ´ ´ ma. ¡Que contento debıa estar Noe de contar con ´ el apoyo de su familia! Pero habıa otra faceta de su ´ ´ ´ ´ ´ comision que debio ser aun mas difıcil que la cons´ ´ truccion del arca. La Biblia nos dice que Noe fue “predicador de justicia” (2 Pedro 2:5). Eso significa que tuvo el valor de avisar a aquella sociedad ´ ´ ´ malvada de que venıa una destruccion. ¿Como res´ pondio la gente? Jesucristo dijo que “no hicieron caso”, que estaban tan ocupados con los asuntos de la vida cotidiana —comer, beber y casarse— que ´ ´ no prestaron atencion a Noe (Mateo 24:37-39). Se´ guro que muchos se burlaron de Noe y su familia; y puede que hasta lo amenazaran y llegaran a atacarlo con violencia. ´ A pesar de todo, Noe y su familia no se rindieron. Siguieron construyendo el arca aunque la gente pensara que estaban perdiendo el tiempo, que ´ aquello era una locura. Hoy dıa, las familias cristianas pueden aprender mucho de la fe que de´ ´ mostro la familia de Noe. Al fin y al cabo, vivimos ´ en un tiempo al que la Biblia llama “los ultimos ´ ´ dıas” de este mundo (2 Timoteo 3:1). Y Jesus dijo ´ ´ ´ ´ que esta epoca serıa como la epoca en que Noe ´ construyo el arca. Si la gente responde al mensaje ´ del Reino de Dios con apatıa, burlas o hasta per´ secucion, los cristianos hacen bien en recordar a ´ ´ ´ ´ Noe, pues el tambien afronto esas dificultades. “ENTRA [...] EN EL ARCA” ´ ´ La construccion llego por fin a su etapa final. ´ ´ ˜ ´ Para cuando Noe tenıa casi 600 anos, murio su pa-

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˜ ´ ´ dre, Lamec.1 Cinco anos despues murio su abue´ ´ ˜ lo Matusalen, quien habıa vivido 969 anos y es el ´ hombre mas longevo que se menciona en la Bi´ ´ blia (Genesis 5:27). Tanto Matusalen como Lamec ´ ´ habıan sido contemporaneos del primer hombre, ´ Adan. ˜ ´ ´ El mismo ano en que murio Matusalen, el pa´ ´ ´ triarca Noe recibio un nuevo mensaje de Jehova ´ ´ Dios: “Entra, tu y toda tu casa, en el arca”. Tambien le dijo que introdujera en ella todo tipo de animales: siete ejemplares de cada uno de los limpios —o aceptables como sacrificio— y dos de cada uno ´ ´ de los demas (Genesis 7:1-3). ´ Debio ser impresionante ver venir del horizon˜ te a centenares de animales de todo tamano, forma ´ y temperamento: caminando, volando, arrastran´ dose, balanceandose... Pero no hemos de imagi´ narnos al pobre Noe tratando de acorralar, arrear o atraer de alguna manera a todos aquellos animales salvajes para obligarlos a entrar en el arca. El re´ lato bıblico dice que ellos mismos “entraron [...] en ´ el arca” (Genesis 7:9). A algunas personas les cuesta creer que eso haya sucedido. No se pueden imaginar a todos aquellos animales compartiendo en paz el mismo ´ espacio. Pero pensemoslo bien: ¿no tiene el Crea´ ´ 1 Lamec llamo a su hijo Noe —que probablemente significa ´ ´ ´ ´ “Descanso” o “Consolacion”— y profetizo que Noe darıa descanso a la humanidad del duro trabajo de cultivar un suelo que Jeho´ ´ ´ ´ va habıa maldecido (Genesis 5:28, 29). Pero Lamec no vivio para ´ ver cumplida esta profecıa.


´ ´ ´ Pese a toda la evidencia de que Jehova estaba bendiciendo a Noe, la gente se burlaba de el y no escuchaba su mensaje

dor del universo poder para controlar a los anima´ les y hacer que sean mansos y dociles? Recorde´ ´ mos que Jehova es el Dios que dividio las aguas ´ del mar Rojo e hizo que el Sol se quedara inmovil. ´ ¿No podıa entonces hacer todo lo que se narra en ´ ´ el relato de Noe? Claro que sı. ´ Dios podıa haber salvado a los animales de otra manera, nadie lo niega. Pero en su sabidu´ ´ rıa escogio un modo de hacerlo que nos recuerda ´ la confianza que habıa depositado en el hombre cuando le dijo que cuidara de todos los seres vivos ´ del planeta (Genesis 1:28). Cabe mencionar que ´ hoy muchos padres usan la historia de Noe para ˜ ´ ensenar a sus hijos que Jehova valora no solo a las ´ ´ personas, sino tambien a su creacion animal. ´ ´ ´ Jehova le dijo a Noe que en una semana vendrıa ´ el Diluvio. Debieron ser unos dıas muy ajetrea´ dos. Imagınese el trabajo de colocar en su lugar a todos los animales y su comida y de subir a bordo las pertenencias de la familia. Seguro que la espo´ sa de Noe y las esposas de Sem, Cam y Jafet se esforzaron por preparar el interior del arca para que se pudiera vivir en ella. ´ ¿Como reaccionaron las personas al ver todo aquello? Continuaron sin hacer caso pese a toda ´ la evidencia de que Jehova estaba bendiciendo a ´ Noe y su labor. Ni siquiera el que los animales estuvieran entrando en el arca los hizo reaccionar. ´ ´ Su actitud no deberıa sorprendernos, pues hoy dıa pasa algo parecido. La gente tampoco hace caso de

´ la innegable evidencia de que vivimos en los ulti´ ´ mos dıas de este mundo. Ademas, como predijo el ´ apostol Pedro, muchos se burlan de quienes hacen ´ caso de la advertencia divina (2 Pedro 3:3-6). Noe y su familia seguramente tuvieron que pasar por lo mismo. ´ ¿Cuando acabaron las burlas? La Biblia nos dice ´ que una vez que Noe introdujo a su familia y los ´ ´ ´ animales en el arca, “Jehova cerro tras el la puerta”. ´ Aquella accion divina tuvo que acallar a la gente ´ ´ que estuviera burlandose allı cerca. Y si eso no los ´ ´ ´ ´ acallo, la lluvia sı que lo hizo, pues llovio y llovio y ´ ´ llovio hasta que toda la Tierra quedo inundada, tal ´ ´ ´ como Jehova habıa dicho (Genesis 7:16-21). ´ ´ ¿Se alegro Jehova de que muriera toda aquella gente malvada? No (Ezequiel 33:11). Al contrario, ´ ´ el les habıa dado suficientes oportunidades para ´ que cambiaran. ¿Podıan haber obedecido a Dios y ´ sobrevivido al Diluvio? Por supuesto que sı, si hu´ ´ bieran obrado como Noe. Noe andaba con Dios, es ´ ˜ decir, le obedecıa en todo. Y la Biblia anade que ´ ´ “por [su] fe condeno al mundo” de su dıa. En efecto, su fe puso de manifiesto la gran maldad que ca´ racterizaba a sus contemporaneos. Y no solo eso: ´ ´ ´ la fe de Noe resulto en su salvacion y la de su fami´ lia. Seguir ese ejemplo de fe tambien puede significar vida para usted y los suyos. Al igual que ´ Noe, usted tiene la posibilidad de andar con Jeho´ va Dios y disfrutar de su amistad, una amistad que puede durar para siempre. 1 DE ABRIL DE 2013

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´ EJEMPLOS DE FE NO E

Fue protegido junto “con otras siete personas” ´ ´ OE y su familia estan acurrucados juntos. ´ Afuera cae un diluvio. Sus rostros estan escasamente iluminados por la luz temblorosa de ´ una lampara de aceite. Tienen los ojos bien abiertos. El torrencial azota el techo y los costados del arca. El ruido es abrumador. El patriarca mira a su leal y querida familia: su ´ esposa, sus tres hijos y sus tres nueras. Su corazon rebosa de gratitud, sin duda. En aquel momento ´ ´ tan difıcil, cuanto debe consolarlo tener entre sus ´ brazos a las personas que mas ama, sanas y sal´ vas. De seguro hace una oracion de agradecimiento junto con ellos, casi a gritos para que lo alcancen a escuchar en medio del estruendo. ´ Noe fue un hombre de extraordinaria fe, gra´ ´ cias a la cual su Dios, Jehova, decidio protegerlo a ´ ´ el y a su familia (Hebreos 11:7). Pero ¿acabarıa la necesidad de tener fe ahora que estaban a salvo ´ ´ de la lluvia? Al contrario, la necesitarıan mas que ´ nunca en los dıas siguientes. Y eso mismo puede ´ decirse de nosotros, que vivimos en esta epoca ´ tan trascendental. Veamos que lecciones nos en˜ ´ sena el ejemplo de fe de Noe. ´ “CUARENTA DIAS Y CUARENTA NOCHES” ´ ´ La lluvia duro “cuarenta dıas y cuarenta noches” ´ ´ ´ (Genesis 7:4, 11, 12). El nivel del agua subio y subio ´ ´ ´ y subio. En esos momentos, Noe pudo ver como ´ ´ Jehova protegıa a los justos a la vez que castigaba a los malvados. ´ ´ El Diluvio puso fin a la rebelion que estallo ´ ´ tiempo atras entre los angeles. Influenciados

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´ ´ por el egoısmo de Satanas, muchos de ellos ha´ ´ bıan dejado su posicion en el cielo para vivir en la Tierra con mujeres, con quienes tuvieron hi´ ´ jos hıbridos llamados nefilim (Judas 6; Genesis ´ 6:4). Satanas tuvo que haber estado feliz, pues ´ ´ ´ ´ dicha rebelion degrado aun mas a la humani´ dad, la obra maestra de la creacion terrestre de ´ Jehova. Sin embargo, las aguas del Diluvio obligaron a ´ los angeles rebeldes a abandonar sus cuerpos de ´ ´ carne y hueso y regresar a la region de los espıri´ ´ tus; nunca mas volverıan a adoptar forma huma´ na. Atras dejaron a sus esposas e hijos, quienes murieron ahogados junto con el resto de la sociedad de aquel tiempo. ´ Ya en los dıas de Enoc, casi siete siglos antes ´ ´ ´ del Diluvio, Jehova habıa advertido que destruirıa ´ a los malos (Genesis 5:24; Judas 14, 15). Pero la ´ gente empeoro, al punto de arruinar la Tierra y lle´ narla de violencia. Finalmente llego el momento ´ ´ de la ejecucion. ¿Se alegraron Noe y su familia por lo que estaba sucediendo? ´ De ningun modo. Y tampoco su compasivo ´ Dios (Ezequiel 33:11). Jehova hizo todo lo posi´ ble por salvar a cuantos pudiera. Envio a Enoc ´ ´ a advertir a la gente y ordeno a Noe construir ´ ´ un arca. Noe y su familia pasaron decadas en esa labor monumental a plena vista de sus contem´ ´ ´ poraneos. De hecho, Dios nombro a Noe “predicador de justicia”, y este, al igual que Enoc, ´ informo a las personas sobre el juicio que se ave´ cinaba (2 Pedro 2:5). ¿Que respuesta obtuvo? Je-


´ ´ sus, quien observo aquellos sucesos desde el cie´ lo, dijo siglos mas tarde: “No hicieron caso hasta ´ que vino el diluvio y los barrio a todos” (Mateo 24:39). ´ ¿Se imagina lo que debieron haber pasado Noe ´ ´ ´ y su familia despues que Jehova cerro la puer´ ta del arca? Durante los primeros cuarenta dıas, ´ mientras la tromba caıa sin cesar sobre el arca, ´ es muy probable que hayan formado algun tipo ´ de rutina: cuidarse entre sı, atender su nuevo hogar y las necesidades de los animales que estaban ´ ´ con ellos... De pronto, despues de varios dıas, la ´ inmensa estructura comenzo a sacudirse. ¡Se estaba moviendo! Las aguas, que no dejaban de subir, la levantaron del suelo y la elevaron cada vez ´ ´ mas, hasta que quedo “flotando muy por encima ´ ´ ´ de la tierra” (Genesis 7:17). ¡Que demostracion ´ tan extraordinaria del poder de Jehova, el Dios omnipotente! ´ ´ Cuan agradecido tuvo que estar Noe, no solo ´ de que el y su familia estuvieran seguros, sino ´ de que Jehova hubiera sido misericordioso y los hubiera usado para advertir a las personas que murieron fuera del arca. En su momento, ˜ aquellos anos de arduo trabajo debieron parecer ´ poco gratificantes. ¡La gente habıa sido tan ter´ ´ ca! Detengamonos a pensar: de seguro Noe te´ nıa hermanos, hermanas y sobrinos, pero nadie, nadie aparte de su familia inmediata quiso escu´ charlo (Genesis 5:30). Ahora, en la seguridad del arca, los ocho debieron de sentir consuelo al pensar en todo el tiempo que pasaron ofreciendo a ´ sus contemporaneos la oportunidad de sobrevivir. ´ ´ Jehova no ha cambiado (Malaquıas 3:6). Jesu´ ´ ´ cristo explico que nuestros dıas serıan muy pa´ ´ recidos a “los dıas de Noe” (Mateo 24:37). Vivi´ ´ mos en una epoca especial, una epoca de gran ´ ´ turbulencia que culminara en la destruccion de ´ ´ este mundo corrupto. Y tambien hoy dıa, el pue´ blo de Dios esta advirtiendo a todo el que quiera ´ escuchar. ¿Respondera usted a su mensaje salvador? Y si ya ha aceptado la verdad de dicho men´ ´ saje, ¿estarıa dispuesto a llevarla a otros? Noe y su familia nos pusieron el ejemplo.

Aun en los peores momentos, ´ ´ Noe velo por la espiritualidad de su familia

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´ “A SALVO A TRAV ES DEL AGUA” Al desplazarse el arca por aquel creciente ´ oceano, sus ocupantes debieron haber escuchado ´ toda una sinfonıa de rechinidos y crujidos. ¿Le ´ ˜ preocupaba a Noe el tamano de las olas o la soli´ dez de la nave? No. Los escepticos de hoy dudan ´ que el arca haya podido resistir, pero Noe nunca ´ ´ ´ dudo. La Biblia dice: “Por fe Noe [...] construyo ´ un arca” (Hebreos 11:7). ¿Fe en que? En el pacto ´ ´ ´ de Jehova. Dios habıa prometido cuidar a Noe y ´ su familia durante el Diluvio (Genesis 6:18, 19). ´ ¿No podrıa el Creador del universo, la Tierra y todo lo que la habita conservar intacta el arca? ´ ´ ´ ´ ¡Claro que sı! Noe tenıa toda razon para confiar en ´ ´ que Jehova cumplirıa su promesa, y eso fue preci´ ´ samente lo que sucedio: el y su familia “fueron ´ [llevados] a salvo a traves del agua” (1 Pedro 3:20). ´ Al cabo de cuarenta dıas y cuarenta noches ´ ´ dejo de llover. Segun nuestro calendario, eso ´ ´ sucedio en algun momento de diciembre del ˜ ano 2370 antes de nuestra era. Pero la aventura a bordo del arca estaba lejos de terminar. Aquella ´ nave llena de vida vago solitaria por el gigantes´ ´ co oceano, muy por encima de las cumbres mas ´ ´ ´ elevadas (Genesis 7:19, 20). Imagınese a Noe or´ ganizando las tareas mas pesadas con sus hijos, Sem, Cam y Jafet, a fin de mantener a los animales alimentados, limpios y sanos. Por supuesto, el ´ mismo Dios que amanso a estas criaturas salvajes ´ para que entraran en el arca podıa mantenerlas en ese estado durante todo el Diluvio.1 ´ ´ Noe llevo un cuidadoso registro de los sucesos. ˜ Dicho registro senala el momento en el que co´ ´ ´ menzo y termino la lluvia. Tambien revela que la ´ Tierra permanecio completamente inundada por ´ 150 dıas. Finalmente, las aguas comenzaron a re´ troceder. Entonces, en un inolvidable dıa del mes ´ de abril de 2369, el arca toco tierra suavemente ˜ “sobre las montanas de Ararat”, ubicadas en la ac´ ´ ´ tual Turquıa. En junio, 73 dıas despues, aparecie´ ´ ron las cumbres mas altas. Y tres meses mas tar1 Hay quienes creen que Dios bien pudo someter a los anima´ les a un estado de letargo parecido al de hibernacion, lo cual ´ habrıa disminuido su necesidad de alimento. Sea como fuere, ´ ´ Jehova cumplio su promesa de proteger a todos los que iban a bordo del arca.

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´ ´ de, en septiembre, Noe retiro parte de la cubierta, o techo, del arca. De seguro, el esfuerzo se vio recompensado con luz solar y aire fresco. Ya desde ´ ´ antes, Noe habıa empezado a probar el entorno ´ para ver si era seguro y habitable: primero solto un cuervo, el cual estuvo volando sin encontrar ´ donde posarse aparte del arca; luego solto una pa´ loma; esta regreso al arca las primeras veces, pero ´ ´ ´ mas tarde encontro un lugar en tierra (Genesis 7:24–8:13). ´ Sin duda, las actividades mas importantes para ´ Noe eran las espirituales. Podemos imaginarnos a ´ su familia reuniendose con frecuencia para orar y hablar a su Padre celestial, que tanto los prote´ ´ ´ ´ gıa. Noe tomo en cuenta a Jehova en cada deci´ sion importante de su vida. Incluso cuando vio que ´ ´ la Tierra se habıa secado por completo —despues ´ ˜ ´ de mas de un ano a bordo del arca—, no decidio ´ abrir la puerta del arca y salir del encierro (Gene´ ´ ´ sis 8:14). No, sino que espero ordenes de Jehova. Los cabezas de familia tienen mucho que ´ ´ aprender del fiel Noe. El era ordenado, trabajador y paciente, y velaba por el bien de los suyos. Pero ´ sobre todo ponıa en primer lugar la voluntad de ´ Jehova. Si seguimos su ejemplo de fe, nuestros se´ res queridos se beneficiaran en gran manera. “SAL DEL ARCA” ´ ´ ´ Finalmente, Jehova ordeno: “Sal del arca, tu y tu esposa y tus hijos y las esposas de tus hi´ jos”. Obedientemente, la familia salio, seguida por los animales. Pero no debemos imaginarnos ´ una estampida caotica. La Biblia dice lo siguiente ´ sobre los animales: “Segun sus familias salieron ´ del arca” (Genesis 8:15-19). Ya afuera, respirando ˜ el aire puro de la montana y con las tierras altas ´ ´ del Ararat a sus pies, Noe y su familia tenıan ante ´ sı un planeta limpio: sin los nefilim, sin violencia, ´ sin angeles rebeldes, sin aquella sociedad malva´ da.1 Por fin, la humanidad tenıa la oportunidad de comenzar de cero. ´ ´ ´ ´ Noe sabıa lo que tenıa que hacer. Empezo por ´ ´ ´ 1 Todo apunta a que el Diluvio tambien barrio el jardın de ´ Eden, dejando libres a los querubines que vigilaban la entrada ´ ´ del jardın para regresar al cielo. Su comision de mil seiscientos ˜ ´ ´ anos habıa terminado (Genesis 3:22-24).


´ Al salir del arca, Noe y su familia encontraron una Tierra limpia

´ ´ ´ adorar a Jehova: construyo un altar y utilizo algunos de los animales que Dios consideraba limpios ´ ´ —de los que habıa traıdo al arca en grupos de sie´ te— para hacerle una ofrenda quemada (Genesis ´ ´ 7:2; 8:20). ¿Como reacciono Dios? La Biblia contesta con estas consoladoras pala´ ´ bras: “Jehova empezo a oler un olor conducente ´ ´ a descanso”. Ası es, el dolor que habıa embarga´ do su corazon durante el tiempo en que la hu´ manidad lleno el planeta con violencia fue reem´ plazado por la placentera sensacion de ver a una familia de siervos fieles decididos a cumplir su voluntad en la Tierra. Pero Dios no esperaba que fueran perfectos, pues como sigue diciendo el ´ ´ ´ ´ versıculo, el sabe que “la inclinacion del corazon ´ del hombre es mala desde su juventud” (Genesis ´ ´ 8:21). Veamos como siguio demostrando pacien´ cia y compasion a la humanidad. ´ ´ Dios habıa pronunciado una maldicion contra ´ el suelo cuando Adan y Eva se rebelaron, mal´ ´ ´ dicion que hacıa muy difıcil la labor de cultivar. ´ Pero llegado este momento, decidio anularla. La´ ´ mec, el padre de Noe, predijo que su hijo traerıa ´ descanso a la humanidad de aquella maldicion. ´ De hecho, el nombre Noe al parecer significa ´ “Descanso” o “Consuelo”. Noe tuvo que haberse ´ sentido feliz al enterarse de que verıa cumplida ´ ´ ´ esa promesa y de que le serıa mucho mas facil tra´ ´ bajar la tierra. ¡Con razon se dedico tan pronto a ´ la agricultura! (Genesis 3:17, 18; 5:28, 29; 9:20.) ´ ´ Jehova les dio a los descendientes de Noe le´ yes sencillas y claras como guıa para la vida, entre ellas las prohibiciones de asesinar y de dar mal

´ ´ uso a la sangre. Ademas, realizo un pacto con la ´ ´ ´ humanidad: prometio que jamas volverıa a acabar ´ con la vida terrestre mediante una inundacion. ´ ´ Y como garantıa nos dio un espectacular fenome´ no natural: el arco iris. Hasta el dıa de hoy, cada arco iris que admiramos en el cielo es un tranquilizador recordatorio de la hermosa promesa de ´ ´ Jehova (Genesis 9:1-17). Si esta historia fuera un simple cuento, no ha´ ´ brıa mejor final que un arco iris. Pero Noe real´ mente existio, y su vida no fue nada sencilla. ´ ´ ´ En aquellos dıas, la gente vivıa mucho mas que ´ ´ ´ ahora, y el no fue la excepcion: vivio trescien˜ ´ tos cincuenta anos despues del Diluvio..., pero en medio de muchas penurias. Por ejemplo, una vez ´ cayo en el grave error de emborracharse. Su nieto, ´ ´ ´ Canaan, aprovecho la situacion para hacer algo ´ ´ todavıa peor, lo que les acarreo terribles conse´ ´ cuencias a sus hijos. Noe vivio lo suficiente para ´ presenciar la violencia de los dıas de Nemrod, y vio a sus descendientes cometer otros pecados ´ ´ como la idolatrıa. Claro, tambien hubo cosas positivas. Una de ellas fue que su hijo Sem se con´ virtio en un extraordinario ejemplo de fe para su ´ familia (Genesis 9:21-28; 10:8-11; 11:1-11). ´ Al igual que Noe, debemos seguir con aguante en la senda de la fe. Aunque haya a nuestro alrededor quienes ignoren al Dios verdadero o incluso lo abandonen, no debemos perder el curso. ´ ´ Jehova valora muchısimo nuestra lealtad y per´ severancia. Como bien dijo Jesus: “El que haya ´ aguantado hasta el fin es el que sera salvo” (Mateo 24:13). ˇ 1 DE AGOSTO DE 2013

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EJEMPLOS DE FE RAHAB

“Fue declarada justa por obras” ´ ´ L SOL amanece una vez mas sobre Jerico. Rahab mira por la ventana a las fuerzas invasoras de Israel. Han montado campamento en la ´ planicie que rodea la ciudad y estan caminando de nuevo a su alrededor. Los soldados dejan a su paso una estela de polvo. Los cuernos vuelven a retumbar en el aire. ´ Rahab vive en Jerico. Ella conoce a su gente, sus calles, sus casas, sus bulliciosos mercados y ´ tiendas. Puede percibir como crece el temor ge´ neral conforme pasan los dıas y los israelitas rea˜ lizan su extrano ritual diario: dar una vuelta alrededor de la ciudad. Sin embargo, el rugido de los cuernos, que hace eco en las calles y plazas de Je´ rico, no produce en Rahab el miedo y la angustia que genera en el resto de la gente. La mujer observa desde la ventana de su casa ´ —la cual esta sobre la muralla— que Israel co´ ´ mienza temprano su septimo dıa de marcha. Alcanza a ver entre los soldados a los sacerdotes tocando sus cuernos y cargando el arca sagrada que ´ ´ representa la presencia de su Dios, Jehova. Esta ´ sujetando con la mano el cordon rojo escarlata ´ que cuelga de su ventana. Ese cordon le recuerda que ella y su familia tienen la esperanza de so´ brevivir a la devastacion que le espera a la ciu´ ´ dad. ¿Sera ella una traidora? Para Jehova no; para ´ el es una mujer de gran fe. Analicemos la histo´ ria de Rahab desde el principio y veamos que podemos aprender de su vida.

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RAHAB LA PROSTITUTA

Rahab era prostituta. Esta idea ha escandali´ zado tanto a algunos comentaristas bıblicos que prefieren pensar que se trataba de una simple encargada de posada. Pero la Biblia es clara y ´ no disfraza la verdad (Josue 2:1; Hebreos 11:31; Santiago 2:25). Es probable que en la sociedad ´ cananea la profesion de Rahab fuera, hasta cier´ to grado, respetable. Aun ası, la cultura no siempre puede acallar la conciencia, ese sentido interno de lo bueno y lo malo que nos ha dado ´ ´ Jehova (Romanos 2:14, 15). Quizas Rahab estuviera consciente de que su oficio era degradante. ´ Quizas, como les sucede hoy a muchas mujeres ´ ´ que estan en su misma situacion, se sintiera atra´ pada, sin mas opciones para mantener a su familia. De seguro anhelaba una vida mejor. En su tierra abundaban la violencia y los actos degene´ rados, como el incesto y el bestialismo (Levıtico ´ ´ 18:3, 6, 21-24). Los excesos del paıs se debıan en ´ gran parte a la religion. Los templos fomentaban ´ ´ la prostitucion ritual, y la adoracion de dioses de´ ´ ´ monıacos como Baal y Molek exigıa la quema de ˜ ninos vivos. ´ ´ ´ Jehova conocıa muy bien la barbarie que tenıa ´ ´ lugar en Canaan. Tanto es ası que dijo: “La tierra ´ ´ esta inmunda, y traere sobre ella castigo por su ´ error, y la tierra vomitara a sus habitantes” (Le´ ´ ´ vıtico 18:25). ¿Que incluıa dicho castigo? “Jeho´ ´ va, tu Dios, ira expulsando a estas naciones de delante de ti poco a poco”, fue la promesa que


Rahab puso fe en el Dios de los israelitas

Dios hizo a su pueblo (Deuteronomio 7:22, Rei´ ´ na-Valera, 1995). En realidad, siglos atras, el ya ´ ´ habıa prometido que darıa aquella tierra a los ´ descendientes de Abrahan, y “Dios [...] no pue´ de mentir” (Tito 1:2; Genesis 12:7). ´ Sin embargo, habıa algunos pueblos a los que ´ ´ Jehova habıa condenado a desaparecer (Deuteronomio 7:1, 2). Siendo el justo “Juez de toda la ´ ´ ´ ´ tierra”, el habıa leıdo sus corazones y podıa ver lo arraigadas que estaban su maldad y su depra´ ´ ´ vacion (Genesis 18:25; 1 Cronicas 28:9). Ese era ´ ´ ´ el caso de Jerico. ¿Como habra sido para Rahab vivir en una de aquellas ciudades condenadas? ´ Solo podemos imaginar lo que debio sentir al ´ ´ ´ oır hablar de los israelitas. Escucho que decadas ´ ´ ´ atras Jehova le habıa dado a Israel —aquella na´ cion de esclavos oprimidos— una aplastante vic´ toria sobre el ejercito de Egipto, la potencia mili´ ´ tar numero uno del planeta. ¡Esa era la nacion ´ que estaba a punto de atacar Jerico, y sin em´ bargo sus habitantes insistıan en hacer el mal! Se comprende que la Biblia diga que los compatriotas de Rahab “obraron desobedientemente” (Hebreos 11:31). Pero Rahab era distinta. Es probable que a lo ˜ largo de los anos hubiera escuchado los informes ´ que llegaban sobre Israel y su Dios. ¡Que diferente era de los dioses cananeos! Este Dios luchaba ´ por sus adoradores, no los oprimıa; elevaba sus normas morales, no las rebajaba. Este Dios valo´ raba a las mujeres, no las veıa como objetos se´ xuales que se podıan comprar, vender y humillar

´ en ritos pervertidos. En cuanto Rahab escucho ´ ´ que Israel habıa llegado al Jordan y que estaba ´ preparando un ataque, debio de sentirse aterra´ da por lo que le esperaba a su pueblo. ¿Se habra ´ ´ ´ fijado Jehova en esta mujer? ¿Habra leıdo su co´ razon? ´ Hoy dıa, muchas personas se sienten como Rahab: atrapadas por un estilo de vida que les ´ roba la dignidad y la alegrıa; sienten que son invisibles, que no valen nada. La historia de esta mujer es un consuelo para todas ellas, pues nos deja ver que ninguno de nosotros pasa desapercibido para Dios. No importa lo bajo que haya´ ´ ´ mos caıdo, el “no esta muy lejos de cada uno de ´ nosotros” (Hechos 17:27). Dios esta cerca, listo ´ ´ para dar esperanza a quienes confıan en el. ¿Fue ese el caso de Rahab? ´ ´ RECIBIO A LOS ESPIAS

´ Unos cuantos dıas antes de que los israelitas ´ marchen alrededor de Jerico, dos forasteros llaman a la puerta de Rahab. Quieren pasar desa´ ´ percibidos, pero los habitantes de Jerico estan en ´ alerta, tratando de descubrir a posibles espıas de ˜ Israel. Para Rahab no es raro recibir a extranos en casa, pero estos hombres solo quieren alojamiento, no los servicios de una prostituta. La avispada mujer no debe tardar en atar cabos. ´ Los hombres son, en efecto, espıas israelitas. ´ Josue, su comandante, los ha enviado a descu´ ´ brir los puntos fuertes y debiles de Jerico. Esta ´ es la primera ciudad de Canaan que Israel va a 1 DE NOVIEMBRE DE 2013

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´ ´ ´ invadir, y quizas la mas poderosa de todas. Josue ´ ´ quiere saber a que se van a enfrentar el y sus ´ hombres. Los espıas no llegan a casa de Rahab ´ por casualidad. En un lugar ası, un forastero de ´ seguro pasarıa inadvertido. Tal vez puedan inclu´ ´ so conseguir informacion util escuchando algu´ na conversacion indiscreta. Rahab los recibe hospitalariamente (Santiago 2:25). Les permite la entrada en su hogar, y si tie´ ´ ´ ne sospechas sobre quienes son o que hacen allı, ´ ´ eso no la detiene. Quizas quiere aprender mas sobre su Dios. De pronto llegan unos mensajeros del rey de ´ ´ Jerico. Corre el rumor de que hay unos espıas is´ ´ raelitas en casa de Rahab. ¿Que hara ella? Si pro´ tege a estos enemigos, ¿no pondra en peligro a su ´ familia entera? ¿No los mataran a todos por su ´ traicion? Por otro lado, Rahab sabe a ciencia cier´ ta quienes son estos hombres. Si reconoce que ´ el Dios de Israel es mejor que el suyo, ¿no sera esta una buena oportunidad de ponerse de par´ te de el? Aunque no hay mucho tiempo para pensar, ´ Rahab es ingeniosa y actua enseguida. Escon´ de a los espıas entre los tallos de lino que tiene ´ secandose en la azotea. Entonces les dice a los ´ mensajeros del rey: “Sı, es cierto que los hom-

´ ´ ´ bres vinieron a mı, y yo no sabıa de donde eran. ´ Y acontecio que, al tiempo de cerrar la puerta, al oscurecer, los hombres salieron. Simple´ ´ ´ mente no se adonde se habran ido los hombres. ´ Corran tras ellos rapidamente, porque los alcan´ ´ zaran” (Josue 2:4, 5). Imagine a Rahab mirando a ´ los emisarios a la cara. ¿Percibiran el miedo que siente por dentro? ˜ ¡El engano funciona! Los hombres del rey sa´ ´ len corriendo hacia los vados del Jordan (Josue 2:7). Rahab debe de dar un tenue suspiro de alivio. Con esa sencilla estrategia ha logrado despistar a aquellos asesinos que no tienen derecho ´ a conocer la verdad. Y ası ha salvado la vida de dos siervos del Dios verdadero. Rahab sube corriendo a la azotea y les cuenta ´ ´ a los espıas lo que ha hecho. Pero ademas les ´ ´ revela un dato crucial: Jerico esta desmoralizada y tiembla de miedo a causa de los invasores. ´ ¡Que buenas noticias para estos dos israelitas! ´ ¡Los malvados cananeos estan aterrados ante el ´ poder de Jehova, el Dios de Israel! Luego, la mu´ jer dice algo que es de mucha mas trascenden´ cia para nosotros. Ella asegura: “Jehova su Dios es Dios en los cielos arriba y en la tierra abajo” ´ (Josue 2:11). Los informes que ha escuchado le han bastado para entender que el Dios de Israel

´ ´ Rahab arriesgo su vida escondiendo a dos siervos de Jehova entre tallos de lino


´ merece su confianza, ası que decide poner su fe ´ en el. ´ No hay dudas en la mente de Rahab: Jehova le ´ dara la victoria a su pueblo. De modo que pide ´ misericordia a los espıas; les ruega que les perdonen la vida a ella y a su familia. Ellos aceptan, ´ pero con una condicion: tiene que guardar su se´ creto y debe colgar un cordon rojo escarlata de su ventana, sobre la muralla de la ciudad. De ese ´ ´ modo, los soldados podran protegerla (Josue 2: 12-14, 18). ˜ El caso de Rahab nos ensena una verdad fundamental sobre la fe. Como indica la Biblia, “la ´ ´ fe sigue a lo oıdo” (Romanos 10:17). Rahab oyo informes confiables sobre el poder y la justicia ´ ´ de Jehova, lo cual la llevo a ejercer fe y confiar en ´ ´ ´ el. Nosotros tenemos muchısima mas informa´ ´ cion disponible sobre Jehova. ¿Nos esforzaremos ´ por llegar a conocerlo? ¿Nos impulsara lo que he´ mos aprendido en la Biblia a poner fe en el? LA PODEROSA CIUDAD SE DESPLOMA

´ Rahab prepara el escape de los espıas: cuelga una soga de su ventana para que puedan bajar ˜ por el muro y escabullirse hacia las montanas. En las empinadas laderas que hay al norte de Je´ ´ rico abundan las cuevas donde podran esconderse hasta que sea seguro volver al campamento israelita con las buenas noticias que les ha dado la mujer. ´ ´ ´ Poco despues, Jehova detiene el curso del rıo ´ ´ Jordan e Israel cruza sobre suelo seco (Josue 3: ´ 14-17). De seguro, Jerico se sacude de terror al enterarse de lo ocurrido. En cambio, a Rahab esta noticia le confirma que ha hecho bien en po´ ner su fe en Jehova. ´ Llegan entonces los largos dıas de las marchas ´ ´ de Israel alrededor de Jerico: seis dıas, seis mar´ ´ chas. Pero el septimo dıa es diferente. Tal como ´ ´ se menciono al inicio del artıculo, la marcha comienza al amanecer, y tras rodear la ciudad una ´ ´ ´ vez, el ejercito continua caminando (Josue 6:15). ´ ´ ¿Que esta pasando? Los soldados rodean la ciudad siete veces y se detienen en seco. Los cuernos dejan de sonar.

Se hace un silencio sepulcral. Dentro de las mu´ rallas, la tension es casi insoportable. De pron˜ ´ ´ to, a la senal de Josue, el ejercito alza sus vo´ ces por primera vez. ¡Que grito tan poderoso! ´ ´ Pero solo estan gritando. “¿Que clase de ataque ´ es ese?”, quizas se pregunten los guardias apostados sobre la muralla. La respuesta no tarda en llegar. La gran estructura de piedra comienza a temblar bajo sus pies. Se sacude, se resquebraja y se derrumba por completo. Pero ocurre algo curioso: al asentarse la nube de humo, se obser´ va una seccion de la muralla que ha quedado en pie. Es la casa de Rahab, un monumento solitario a la fe de una mujer sobresaliente. Imagine ´ ´ como debe sentirse al ver que Jehova la ha pro´ ´ tegido.1 ¡Su familia esta sana y salva! (Josue 6:10, 16, 20, 21.) ´ ´ ´ El pueblo de Jehova tambien actuo con respeto ante la fe de Rahab. Al ver que su hogar sobre´ salıa entre las ruinas de la muralla como una palmera en el desierto, los israelitas reconocieron ´ que Jehova estaba con ella. Rahab y su familia so´ ´ brevivieron a la ejecucion de aquella impıa ciu´ dad. Tras la batalla, se le permitio a Rahab acomodarse cerca del campamento de Israel, y con ´ ´ ´ el tiempo se integro a la nacion. Se caso con un ´ hombre llamado Salmon, y su hijo, Boaz, fue un ´ hombre de gran fe que se caso con Rut, la moabita (Rut 4:13, 22).2 De hecho, el rey David y has´ ta Jesucristo —el Mesıas— descendieron de esta ´ extraordinaria familia (Josue 6:22-25; Mateo 1:5, 6, 16). La historia de Rahab demuestra ´ que nadie es ´ insignificante a la vista de Jehova. El nos ve a todos y lee nuestros corazones. Y cuando descubre ´ ´ una chispa de fe, como la que habıa en el corazon ´ de Rahab, se llena de alegrıa. La fe de esta mujer ´ la movio a actuar. Tal como dice la Biblia, “fue declarada justa por [sus] obras” (Santiago 2:25). ¡Sin duda, un ejemplo de fe digno de imitar! ˇ ´ ´ 1 Es interesante el hecho de que Jehova respeto el acuerdo en´ tre los dos espıas y Rahab. ´ ´ ´ 2 Para mas informacion sobre Rut y Boaz, vea la seccion “Ejemplos de fe” de La Atalaya del 1 de julio y 1 de octubre de 2012.

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EJEMPLOS DE FE | ELÍAS

Se mantuvo firme ante la injusticia E

LÍAS camina por el valle del Jordán. Viene del sur, del lejano monte Horeb. Lleva semanas viajando, pero al fin ha llegado a su país, Israel. Ha habido muchos cambios: los efectos de la larga sequía están desvaneciéndose y las suaves lluvias otoñales han comenzado, por lo que los campesinos están arando sus campos. De seguro, al profeta lo alivia ver que la tierra se está recuperando, pero lo que más le preocupa es el pueblo. La espiritualidad de la gente deja mucho que desear y la adoración de Baal continúa muy extendida. Elías tiene mucho trabajo por delante. Cerca del pueblo de Abel-meholá, Elías observa una gran obra de cultivo. Doce yuntas de bueyes en línea están formando surcos paralelos en la tierra reblandecida. El conductor de la última yunta es el hombre al que Elías está buscando: Eliseo, el elegido de Jehová para sustituirlo. Tiempo atrás, el profeta había pensado que era el único siervo de Dios que quedaba, así que debe de estar ansioso por conocer a su sucesor (1 Reyes 18:22; 19:14-19). ¿Se habría sentido Elías inseguro por tener que delegar parte de sus obligaciones o por la perspectiva de ser reemplazado? No lo sabemos, pero tampoco podemos afirmar que no hayan cruzado por su mente esos pensamientos. Después de todo, era un “hombre de sentimientos semejan-

tes a los nuestros” (Santiago 5:17). En cualquier caso, la Biblia dice que fue “a donde [Eliseo] y echó sobre él su prenda de vestir oficial” (1 Reyes 19:19). Esta prenda —probablemente de piel de oveja o de cabra— era una especie de capa que representaba la comisión especial que Elías había recibido de Jehová, de modo que el acto de ponérsela sobre los hombros a Eliseo estaba lleno de simbolismo. Elías cumplió con gusto la orden de Jehová de nombrar un sucesor. Confió en él y lo obedeció. Por su parte, Eliseo estaba ansioso por servir al profeta. Desde luego, no ocupó su lugar de inmediato. Pasó unos seis años acompañándolo y asistiéndolo humildemente, al punto que se lo conocía como el que “derramaba agua sobre las manos de Elías” (2 Reyes 3:11). ¡Qué reconfortante debió de ser contar con un ayudante tan capaz y servicial! De seguro se hicieron amigos. El ánimo mutuo les dio fuerzas para resistir a pesar de las terribles injusticias que se cometían a diario en Israel y, en particular, la maldad del rey Acab, que iba de mal en peor. ¿Alguna vez ha sufrido usted una injusticia? En este mundo corrupto, eso es de lo más común. Conseguir un amigo que ame a Dios lo ayudará a aguantar. Además, meditar en la fe de Elías lo ayudará a enfrentarse a las injusticias.

Jehová provocó una sequía de tres años y medio para mostrar la impotencia de Baal, a quien los israelitas consideraban el dios de la lluvia y la fertilidad (1 Reyes, capítulo 18). Vea los artículos de “Ejemplos de fe” del 1 de enero y 1 de abril de 2008 de La Atalaya.

“LEVÁNTATE, BAJA AL ENCUENTRO DE ACAB”

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LA ATALAYA

Elías y Eliseo se esforzaron por fortalecer la espiritualidad del pueblo. Al parecer, se encarga-


ron de capacitar a otros profetas, para lo cual es posible que los hayan organizado en algún tipo de escuela. Pasado un tiempo, Elías recibió una nueva comisión de Jehová: “Levántate, baja al encuentro de Acab el rey de Israel”, le ordenó (1 Reyes 21:18). ¿Qué había hecho el monarca? Acab se había vuelto apóstata, el peor de los reyes de Israel hasta ese momento. Se había casado con Jezabel, quien promovió el culto a Baal en el país. El rey mismo participó en la idolatría (1 Reyes 16:31-33). El baalismo incluía ritos de fertilidad y prostitución, y hasta sacrificios de niños. Además, Acab había desobedecido recientemente la orden de Jehová de ejecutar al malvado rey sirio Ben-hadad, seguramente por intereses económicos (1 Reyes, capítulo 20). Pero la codicia y la violencia del rey y su esposa alcanzarían niveles insospechados. Acab tenía un imponente palacio en Samaria y otro en Jezreel, a 37 kilómetros (23 millas) de

Elías fue humilde y nombró como sucesor a Eliseo

distancia. Junto a esta segunda residencia había un hermoso viñedo que pertenecía a un hombre llamado Nabot. El rey quería la propiedad, por lo que habló con él y le pidió que se la diera a cambio de otra mejor o de dinero. Nabot respondió: “Es inconcebible por mi parte, desde el punto de vista de Jehová, que yo te dé la posesión hereditaria de mis antepasados” (1 Reyes 21:3). Hay quien piensa que Nabot fue terco y temerario. Pero en realidad estaba obedeciendo la Ley de Jehová, que prohibía la venta definitiva de la herencia familiar (Levítico 25:23-28). Para Nabot era inconcebible violar las leyes de Dios. Además, requirió fe y valor, pues sabía el riesgo que significaba no acceder a la petición del rey. A Acab, por supuesto, lo tenía sin cuidado la Ley de Jehová. Se marchó a su palacio, “sombrío y decaído” por no haber podido salirse con la suya. “Entonces se acostó sobre su lecho y mantuvo su rostro vuelto, y no comió.” (1 Reyes 21:4.) Cuando Jezabel vio a su marido haciendo ese berrinche como si fuera un niño malcriado, tejió una trampa para conseguirle lo que quería y, de paso, destruir a una familia justa. Es difícil leer sobre su plan sin estremecerse ante tal crueldad. La reina Jezabel sabía que la Ley de Dios exigía un mínimo de dos testigos para darle validez a una acusación grave (Deuteronomio 19:15). Así que, en nombre de Acab, envió cartas a los ancianos de Jezreel pidiéndoles que consiguieran dos hombres que estuvieran dispuestos a acusar a Nabot de blasfemia, delito que se penaba con la muerte. Su plan funcionó a la perfección. Dos “individuos que no servían para nada” declararon en falso contra Nabot, y este fue apedreado. Pero no solo eso: ¡sus hijos también fueron asesinados! (1 Reyes 21:5-14; Levítico 24:16; 2 Reyes 9:26.) Como vemos, Acab Es posible que Jezabel haya tramado el asesinato de los hijos de Nabot para asegurarse de que no heredaran la viña. Si quiere saber por qué permite Dios tales actos de injusticia, lea el artículo “Nuestros lectores quieren saber” en esta misma revista.

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le cedió el papel de cabeza de familia a su esposa, la dejó a rienda suelta y ella destruyó a aquellos inocentes. Imagínese lo que sintió Elías cuando Jehová le reveló lo que habían hecho el rey y la reina. Puede ser muy abrumador ver a los malos aplastar a la gente buena (Salmo 73:3-5, 12, 13). Hoy día a menudo se observan espantosas injusticias, a veces incluso cometidas por individuos poderosos que dicen representar a Dios. Pero este relato nos infunde aliento, pues nos recuerda que no hay nada que esté oculto a Jehová. Él lo ve todo (Hebreos 4:13). ¿Y cómo reacciona al ver el mal? “HAS VUELTO A ENCONTRARME, ENEMIGO MÍO”

Jehová envió a Elías a ver a Acab. Le dijo: “Allí está en la viña de Nabot” (1 Reyes 21:18). En cuanto Jezabel le dijo a su esposo que la viña ya era suya, este se fue a ver su nueva adquisición. Nunca se le ocurrió pensar que Jehová lo estaba observando. Imagine su rostro al admirar aquel viñedo. Cuántas ideas habrán pasado por su mente para convertir aquel lugar en un hermoso jardín. Entonces, de repente, apareció Elías. Su expresión de alegría se transformó en una de

“Has vuelto a encontrarme, enemigo mío”

rabia y odio, y con total desprecio le dijo: “Has vuelto a encontrarme, enemigo mío” (1 Reyes 21: 20, Biblia de Jerusalén, 1975). Las palabras de Acab reflejaron su insensatez por dos razones. En primer lugar, al decirle a Elías “Has vuelto a encontrarme”, demostró su ceguera espiritual. Jehová ya lo había encontrado. Lo había visto hacer algo malo a sabiendas y alegrarse por el resultado del malvado plan de su esposa. Dios examinó su corazón y vio que el amor a lo material había eclipsado todo sentido de compasión y justicia. En segundo lugar, al decirle a Elías “enemigo mío”, demostró que odiaba a un hombre que era amigo de Jehová, un hombre que hubiera podido ayudarlo a volverse de su mal camino. Tenemos mucho que aprender de la insensatez de Acab. Nunca debemos olvidar que Jehová lo ve todo. Él es nuestro Padre y nos ama. Por eso desea de corazón que retomemos el buen camino si nos hemos desviado de él. Nos ayuda por medio de sus amigos, hombres fieles como Elías a quienes utiliza para transmitir sus palabras. Sería un grave error verlos como enemigos (Salmo 141:5).


Elías le dijo a Acab: “Te he hallado”. Él sabía la clase de persona que era el rey: un ladrón, un asesino y un rebelde. ¡Cuánto valor demostró el profeta al hacerle frente a un hombre tan perverso! A continuación, Elías le informó a Acab la sentencia divina. Jehová había visto que la maldad de la familia de Acab estaba infectando a la nación, así que había decidido barrerlos a todos. Y en cuanto a Jezabel, ella también recibiría su merecido (1 Reyes 21:20-26). Elías no creía que la gente puede hacer cosas malas y salirse con la suya. Hoy día es fácil pensar así. No obstante, este relato de la Biblia nos recuerda que Jehová lo ve todo y que siempre hace justicia en el momento preciso. Su Palabra nos asegura que llegará el día en que pondrá fin a la injusticia de una vez por todas (Salmo 37:10, 11). Pero quizás alguien se pregunte: “¿Es inflexible Dios al juzgar, o puede mostrar misericordia?”. “¿HAS VISTO CÓMO SE HA HUMILLADO ACAB?”

El relato continúa: “Luego que Acab oyó estas palabras, procedió a rasgar sus prendas de vestir y a ponerse saco sobre la carne; y emprendió un ayuno y siguió acostándose en saco y andando desalentadamente” (1 Reyes 21:27). Es probable que esta reacción haya sorprendido a Elías. ¿Se habría arrepentido el rey? Por lo menos podemos decir que dio pasos en la dirección correcta. Acab se humilló, lo cual no debió de ser fácil para un hombre tan orgulloso y arrogante como él. ¿Pero fue sincero? Para responder, veamos el caso de un rey posterior que al parecer superó a Acab en maldad: Manasés. Cuando Jehová castigó a Manasés, este se humilló y le suplicó su ayuda. Pero no se detuvo allí. Le dio un giro de 180 grados a su vida, destruyó los ídolos que había fabricado, se esforzó por servir a Jehová e incluso animó al pueblo a seguir su ejemplo (2 Crónicas 33:1-17). ¿Reaccionó de igual modo Acab? Lamentablemente no. Jehová observó la reacción de Acab. Por eso le dijo a Elías: “¿Has visto cómo se ha humillado Acab a causa de mí? Por razón de que se ha humi-

llado a causa de mí, no traeré la calamidad en sus propios días. En los días de su hijo traeré la calamidad sobre su casa” (1 Reyes 21:29). ¿Estaba perdonando Jehová al rey? No. Solo si realmente se hubiera arrepentido habría sido digno de su misericordia (Ezequiel 33:14-16). Pero como por lo menos mostró cierto grado de pesar, Jehová le mostró cierto grado de compasión. El rey no sufriría el espantoso trauma de ver aniquilada a su familia entera. Lo que no cambió fue el veredicto de Jehová contra el propio Acab. A los pocos días, Dios consultó con sus ángeles la mejor manera de engañarlo para que participara en una batalla que le costaría la vida. Poco después se ejecutó la sentencia; Acab fue herido en batalla y murió desangrado en su carruaje. El relato ofrece este crudo detalle: cuando se lavó el carruaje real, unos perros se acercaron y lamieron la sangre del rey. Las palabras de Jehová que Elías le transmitió a Acab se cumplieron a la vista de todos: “En el lugar donde los perros lamieron la sangre de Nabot, los perros lamerán tu sangre” (1 Reyes 21:19; 22:19-22, 34-38). Para Elías, Eliseo y los demás siervos fieles de Dios, el final de Acab es un tranquilizador recordatorio de que Jehová no olvidó el valor y la fe de Nabot. Puede ser más tarde o más temprano, pero el Dios de la justicia nunca deja sin castigo a los malos. También es consolador saber que, si el caso lo amerita, su misericordia lo mueve a reducir la severidad del castigo (Números 14:18). ¡Qué valiosa lección para Elías, un hombre que tuvo que soportar por décadas la tiranía de un rey perverso! ¿Ha sido usted víctima de alguna injusticia? ¿Le gustaría que Dios interviniera? Pues imite el ejemplo de Elías, quien siguió proclamando junto con su fiel compañero, Eliseo, los mensajes de Dios y se mantuvo firme ante la injusticia.

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EJEMPLOS DE FE | MARÍA

Sobrevivió al dolor de una espada ARÍA cayó de rodillas. El dolor era indescriptible. En sus oídos retumbaba el último gemido de dolor de su hijo antes de morir, tras sufrir horas y horas de tortura. El cielo llevaba rato oscurecido, aunque era pleno día. Entonces, la tierra se sacudió con violencia (Mateo 27:45, 51). A María debió parecerle que Jehová estaba hablándole al mundo, diciéndole que no había nadie a quien le hubiera dolido más la muerte de Jesús que a él. Allí, en el Gólgota, o “Lugar del Cráneo”, mientras las tinieblas daban paso a la luz del atardecer, María lloraba a su hijo (Juan 19:17, 25). De seguro estaba inundada de recuerdos. Probablemente le viniera uno en particular a la mente: treinta y tres años atrás, ella y José habían llevado a su querido bebé a Jerusalén para presentarlo en el templo. En ese lugar, un anciano llamado Simeón comenzó a profetizar por inspiración. Predijo cosas extraordinarias sobre el niño, pero también mencionó que, un día, María sentiría una larga espada atravesarle el corazón (Lucas 2:25-35). Solo en ese momento tan trágico logró comprender el significado de aquellas palabras. Se ha dicho que la muerte de un hijo es el dolor más intenso que puede sufrir el ser humano. La muerte es un espantoso enemigo y de un modo u otro nos hiere a todos (Romanos 5:12; 1 Corintios 15:26). ¿Es posible sobrevivir a sus heridas? El análisis de la vida de María, desde el comienzo del ministerio de Jesús hasta un poco después de su muerte, nos enseñará mucho sobre la fe que la ayudó a resistir un golpe tan terrible.

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“TODO CUANTO LES DIGA, HÁGANLO” Retrocedamos tres años y medio. María podía percibir que se avecinaba un cambio. Incluso en el pueblecito de Nazaret, la gente estaba hablando sobre Juan el Bautista y su conmovedora invitación al arrepentimiento. Jesús veía este hecho como una señal de que había llegado el momento de comenzar su ministerio, y María lo sabía (Mateo 3:1, 13). Pero la ausencia de su hijo significaría un desequilibrio para ella y su familia. ¿Por qué? Todo parece indicar que José, el esposo de María, había fallecido. De ser así, ella conocería bien el sentimiento de pérdida. Ahora a Jesús no solo lo llamaban “el hijo del carpintero”, sino “el carpintero”. Por lo visto, había tomado las riendas del negocio de su padre y se había convertido en el sostén de la familia, la cual incluía por lo menos seis hijos nacidos después de él (Mateo 13: 55, 56; Marcos 6:3). Aun si le estuviera enseñando el oficio a Santiago —que al parecer era el que le seguía en edad—, su partida no sería fácil para sus hermanos y su madre. La situación ya era de por sí complicada para María. ¿Temía este nuevo cambio? No podemos saberlo. Pero hay una pregunta más importante aún: ¿cómo habrá reaccioLa última vez que los Evangelios mencionan a José es durante un incidente que tuvo lugar cuando Jesús tenía 12 años. Después de ese momento, solo hablan de María y los hermanos de Jesús. De hecho, en una ocasión se llamó a Jesús “el hijo de María”, no de José (Marcos 6:3). Como Jesús no era hijo biológico de José, sus hermanos realmente eran sus medio hermanos (Mateo 1:20).


nado al enterarse de que Jesús se había convertido en Jesucristo, el Mesías prometido? Hay un relato bíblico que nos ayudará a descubrir la respuesta (Juan 2:1-12). Jesús fue a ver a Juan para que lo bautizara, tras lo cual se convirtió en el Mesías, o Ungido de Dios (Lucas 3:21, 22). Entonces comenzó a seleccionar a sus discípulos. Aunque su labor era urgente, pasó tiempo con sus familiares y amigos en ocasiones festivas. Una de ellas fue en el pueblo de Caná, ubicado a unos 13 kilómetros (8 millas) de Nazaret, al parecer en la cima de un monte. Allí se celebró una boda a la cual asistió con su madre, sus discípulos y sus hermanos. Durante la fiesta, María se dio cuenta de que había un problema. Quizás alcanzó a ver que los familiares de los novios se miraban con nerviosismo o se susurraban al oído. ¿Qué sucedía? ¡Se había terminado el vino! Entre los judíos, este era un terrible descuido que dejaría en vergüenza a la familia y arruinaría la boda. Angustiada, María se dirigió a Jesús. “No tienen vino”, le dijo. ¿Qué esperaba que hiciera? No sabemos, pero ella comprendía que él era un gran hombre y que haría cosas admirables. Tal vez esperaba que comenzara en aquel preciso momento. En otras palabras, le estaba diciendo: A María, una espada le atravesó el alma

“Hijo, por favor, haz algo”. La respuesta de Jesús debió tomarla por sorpresa: “¿Qué tengo que ver contigo, mujer?”. Algunos han interpretado estas palabras como una falta de respeto, pero se equivocan. En el idioma original expresaban una simple objeción. Jesús solo le estaba recordando amablemente a su madre que a ella no le correspondía dirigir su ministerio. Jehová, su Padre, era el único que podía hacerlo. María, que era una mujer prudente y humilde, aceptó la corrección de su hijo. Aunque Jesús compartía su preocupación por los recién casados, ella se dio cuenta de que no podía seguir dándole instrucciones; al contrario, ahora ella y los demás tenían que seguir las instrucciones de él. De modo que se limitó a decirles a quienes estaban sirviendo en la fiesta: “Todo cuanto les diga, háganlo”. A continuación, Jesús realizó su primer milagro: transformó agua en un vino de excelente calidad. Como resultado, “sus discípulos pusieron su fe en él”. Y María también; para ella, Jesús ya no era tan solo su hijo, era su Señor y Salvador. Los padres de hoy tienen mucho que aprender de la fe de María. Es cierto que ninguno ha criado a un hijo como Jesús, pero todos se enfrentan al mismo reto: ver a sus hijos convertirse en adultos. Y es que la tendencia es seguir tratándolos como si fueran niños, pero eso no es apropiado (1 Corintios 13:11). ¿Cómo pueden los padres ayudar a sus hijos adultos? Una manera es dejándoles saber que confían en ellos, en que desean obedecer a Jehová y en que él los bendecirá a cambio. Sus expresiones humildes pueden hacerles mucho bien. Sin duda, Jesús agradeció tener el apoyo de su madre durante los trascendentales años que siguieron. “SUS HERMANOS [...] NO EJERCÍAN FE EN ÉL” Durante los tres años y medio que duró el ministerio de Jesús, a María se le menciona pocas veces en los Evangelios, lo cual es comprensible. No olvidemos que probablemente era viuda y que, como tal, tenía que atender sola a sus hijos, algunos de los cuales quizás todavía vivían 1 DE MAYO DE 2014

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bajo su techo. En esas condiciones le hubiera sido muy difícil seguir a Jesús por todo el país (1 Timoteo 5:8). A pesar de ello, no dejó de reflexionar en las enseñanzas que aprendía del Mesías ni de acudir a las reuniones de la sinagoga local, como siempre había hecho su familia (Lucas 2:19, 51; 4:16). ¿No podría ser, entonces, que estuviera presente cuando Jesús habló en la sinagoga de Nazaret? ¡Qué emocionante debió de ser para ella oírlo decir que se estaba cumpliendo en él una profecía mesiánica de siglos de antigüedad! Pero de seguro la angustió mucho ver que el resto del pueblo le daba la espalda a su hijo. ¡Incluso intentaron matarlo! (Lucas 4:17-30.) Por si fuera poco, Juan 7:5 dice que ninguno de los cuatro hermanos varones de Jesús compartía la fe de su madre. Allí leemos: “Sus hermanos [...] no ejercían fe en él”. Jesús tenía por lo menos dos hermanas. ¿Cómo reaccionaron ellas? La Biblia no lo dice. En cualquier caso, María sufrió el dolor de vivir en un hogar dividido por cuestiones religiosas. Tuvo que aprender a permanecer fiel a Dios y a la vez esforzarse por ganar el corazón de sus hijos sin ser intolerante ni insistente. En una ocasión, los familiares de Jesús —incluidos de seguro sus hermanos—, lo buscaron para llevárselo, pues decían: “Ha perdido el juicio” (Marcos 3:21, 31). María no pensaba eso, desde luego, pero decidió acompañar a sus hijos, tal vez con la esperanza de que escucharan algo que los hiciera creer en él. Pero ni siquiera los milagros y las extraordinarias enseñanzas de Jesús lograron cambiar su opinión. “¿Qué más se necesita para llegar a su corazón?”, quizás se haya preguntado María al borde de la desesperación. ¿Y usted? ¿Vive en un hogar dividido por cuestiones religiosas? En ese caso, el ejemplo de fe de María le dará ánimo. Ella nunca dio por perdidos a sus familiares no creyentes. Quería que vieran la alegría y la paz que le producía su fe. Además, siempre apoyó a su hijo. ¿Lo extrañaba? ¿Hubo ocasiones en las que hubiera preferido seguir teniéndolo en casa? De ser así, supo controlar sus sentimientos. Para ella era un honor darle su res-

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LA ATALAYA

Muchas de las ilustraciones de Jesús reflejan la educación que recibió de José y María

paldo incondicional. ¿Está usted animando a sus hijos a poner a Dios en primer lugar? “UNA ESPADA LARGA TE ATRAVESARÁ EL ALMA” ¿Fue recompensada María por poner fe en Jesús? Jehová siempre siempre bendice la fe de sus siervos, y ella no fue la excepción (Hebreos 11:6). Imagínese lo feliz que se sentía cuando oía los sermones de su hijo o cuando otras personas se los contaban. Al escuchar las ilustraciones de Jesús, ¿habrá pensado María que se basaban en sus recuerdos de infancia? Él habló de una mujer que barrió su casa hasta encontrar una moneda extraviada, de dos mujeres que molían harina y de una mujer que encendió una lámpara y la puso sobre una base. ¿Habrá recordado María a Jesús de niñito a su lado mientras ella realizaba esas mismas labores? (Lucas 11:33; 15:8, 9; 17:35.) Cuando Jesús dijo que su yugo era suave y su carga ligera, ¿habrá pensado ella en alguna tarde soleada de mucho tiempo atrás en la que José le enseñó a su hijo cómo construir un yugo para que un animal pudiera cargarlo sin lastimarse? (Mateo 11:30.) Sin duda, María sentía una gran satisfacción al reflexionar en el privilegio único que recibió de Jeho-


vá: criar y educar al niño que llegaría a ser el Mesías. ¡Y qué feliz debió hacerla escuchar al mayor maestro de la historia! Un maestro que era capaz de extraer las lecciones más profundas de los objetos y escenas más ordinarios. A pesar de ello, María no perdió la humildad. Su hijo nunca la aduló y mucho menos le hizo creer que mereciera devoción o adoración. En cierta ocasión, una mujer le gritó a Jesús: “¡Feliz es la matriz que te llevó[!]”. Pero él respondió: “No; más bien: ¡Felices son los que oyen la palabra de Dios y la guardan!” (Lucas 11:27, 28). De igual modo, cuando le dijeron que su madre y sus hermanos venían de camino, dijo que todo aquel que creía en él era como su madre o su hermano. ¿Se habrá ofendido María? Al contrario; de seguro comprendió el punto que quería resaltar su hijo: que los lazos espirituales son mucho más importantes que los familiares (Marcos 3:32-35). Con todo, es imposible describir con palabras el dolor que sintió al ver a su hijo agonizando en el madero. El apóstol Juan, también testigo presencial, incluyó en su Evangelio este revelador detalle: María se mantuvo de pie “junto al madero de tormento de Jesús”. Nada impidió que esta leal madre apoyara hasta el final a su querido hijo. Este la miró, y aunque cada respiro era una agonía y cada palabra, un suplicio, le pidió a Juan que se hiciera cargo de ella. ¿Por qué él, si Jesús

tenía hermanos? Porque no eran creyentes. Con esta acción demostró lo importante que es para un hombre de fe cubrir las necesidades de los suyos, sobre todo las espirituales (Juan 19:25-27). Finalmente, cuando Jesús murió, María sintió cumplirse las palabras que había escuchado años atrás: que una espada le atravesaría el alma. Si es difícil imaginar su dolor, mucho más lo es imaginar la alegría que experimentó tres días después, cuando tuvo lugar el más grande de los milagros: la resurrección de su hijo. Pero eso no fue todo; poco después, Jesús se le apareció a su medio hermano, Santiago, seguramente en privado (1 Corintios 15:7). Esa reunión les tocó el corazón a Santiago y a sus demás medio hermanos. ¿Cómo lo sabemos? Hechos 1:14 dice que a los pocos días estaban junto con su madre en una reunión cristiana, orando sin cesar. Como vemos, habían aceptado que su hermano era el Mesías. Incluso dos de ellos, Santiago y Judas, escribieron una carta de la Biblia cada uno. La última vez que se menciona a María es en aquella reunión, orando. ¡Qué mejor manera de terminar, y qué ejemplo nos dejó a todos! Su fe le permitió sobrevivir a la espada que le atravesó el alma y recibir la recompensa celestial. Si imitamos su fe, también nosotros sobreviviremos a cualquier herida que nos produzca este mundo malvado y recibiremos una recompensa que superará todas nuestras expectativas.

María estaba encantada de ver a sus hijos aceptar el cristianismo


EJEMPLOS DE FE JOS É

“Escuchen, por favor, este sueño” OSÉ mira con angustia hacia el este. ¡Cómo quisiera salir corriendo y huir de la caravana! Detrás de aquellas colinas, no muy lejos de allí, está su hogar, en Hebrón. Su padre, Jacob, tiene que estar a punto de irse a dormir sin imaginarse lo que le ha ocurrido a su hijo preferido. Pero no hay manera de escapar, y lo más probable es que jamás vuelva a ver los tiernos ojos del hombre que le dio la vida. Los mercaderes lo vigilan mientras arrean sus camellos por la ruta que baja al sur. Han comprado al muchacho y no piensan quitarle la vista de encima. Seguro que obtendrán jugosas ganancias cuando lo vendan en Egipto junto con las resinas y los aceites aromáticos de su cargamento. José debe de tener a lo más 17 años. Ahora mira al oeste, hacia el mar Grande. Con ojos entrecerrados observa el Sol, que se oculta en el horizonte. ¿Cómo es posible que su mundo se haya derrumbado de esa manera? ¿Cómo es posible que sus hermanos hayan estado a punto de matarlo y que lo hayan vendido como esclavo? Apenas puede contener las lágrimas. ¡Y lo peor es que no tiene ni idea de lo que sucederá con él! ¿Qué fue lo que sucedió exactamente? ¿Y qué podemos aprender de la fe de este joven que sufrió tanto a manos de su propia familia?

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LA ATALAYA

UNA FAMILIA COMPLICADA

José pertenecía a una familia numerosa que ni era feliz ni estaba unida. Su familia es prueba indiscutible de los graves problemas que produce la poligamia, una costumbre muy arraigada de los judíos que Dios toleró hasta que su Hijo restableció la norma original de la monogamia (Mateo 19:4-6). Jacob, el patriarca de dicha familia, tuvo al menos 14 hijos con cuatro mujeres: sus dos esposas, Lea y Raquel, y las siervas de ellas, Zilpá y Bilhá. La mujer de la que Jacob estaba enamorado era Raquel. En cambio, a Lea —hermana mayor de Raquel— nunca la amó. En realidad se casó con ella porque su suegro lo engañó. Siempre hubo envidias entre las dos hermanas, y esa rivalidad afectó a sus hijos, pues también en-


tre ellos había envidias (Génesis 29:16-35; 30:1, 8, 19, 20; 37:35). Aunque Raquel fue estéril durante mucho tiempo, finalmente logró quedar embarazada y dio a luz a José. Jacob le dio un trato especial a este hijo de su vejez. Veamos un ejemplo. En cierta ocasión, Jacob fue a encontrarse con Esaú, su hermano. Tenía mucho miedo, pues Esaú había dicho años atrás que quería matarlo. Como llevaba a toda su familia, tomó medidas para protegerla, pero sobre todo pensó en Raquel y el pequeño José: a ellos los colocó al final de la caravana. Aquel tenso día debió de quedar grabado en la mente del niño también por otra razón. Jacob era un hombre entrado en años, pero todavía estaba fuerte. Sin embargo, al despertar esa mañana, José lo vio cojeando. Y qué sorprendido debió de quedar al enterarse de la razón: su padre había pasado toda la noche luchando con un poderoso ángel para conseguir la bendición de Jehová. Dios lo bendijo dándole un nuevo nombre, Israel. De él saldría una nación entera que llevaría este nombre (Génesis 32:22-31). Con el tiempo, José descubrió que él y sus hermanos serían los padres de las tribus que formarían esa nación. Algunos años después, José experimentó en carne propia el dolor de perder a la persona más querida de su corta vida: su madre murió mientras daba a luz a su hermano, Benjamín. Jacob su-

frió terriblemente. Imagíneselo limpiándole las lágrimas a su joven hijo y hablándole de la resurrección, una esperanza que en el pasado consoló a su abuelo, Abrahán. ¡Cómo debió de haber aliviado a José saber que algún día Jehová le devolvería la vida a su querida madre! Es probable que esa esperanza hiciera crecer aún más su amor por el “Dios [...] de vivos” (Lucas 20:38; Hebreos 11:17-19). Jacob siempre trató con mucho cariño a los dos hijos que le dio Raquel (Génesis 35:18-20; 37:3; 44:27-29). Con tantos mimos, muchos adolescentes se harían unos malcriados, pero José imitó las hermosas cualidades de sus padres y cultivó una fe sólida, así como un agudo sentido del bien y del mal. A los 17 años, mientras estaba ayudando a sus hermanos a cuidar las ovejas, se dio cuenta de que habían hecho algo malo. ¿Se quedaría callado pensando que así ellos lo aceptarían? La Biblia no dice lo que pasó por su mente, pero sí dice que hizo lo correcto: se lo contó a su padre (Génesis 37:2). Tal vez esa acción valiente confirmó la opinión que Jacob tenía de su hijo. José es un excelente ejemplo para los jóvenes cristianos. Si saben que su hermano o un amigo han cometido un pecado grave, no deben quedarse callados, sino asegurarse de que se enteren quienes estén en posición de ayudar al pecador (Levítico 5:1). A José le arrancaron su libertad, pero no su fe


Pero hay otras lecciones que podemos aprender de la familia de José. Aunque hoy día los siervos de Dios no practican la poligamia, existen entre ellos muchas familias con padrastros, hijastros y hermanastros. Los miembros de esas familias deben recordar que el favoritismo causa divisiones. Los padres sabios hacen todo lo posible por confirmarles tanto a sus hijos como a sus hijastros que los quieren, que cada uno tiene cualidades valiosas y que todos pueden contribuir a la felicidad de la familia (Romanos 2:11). LAS ENVIDIAS AUMENTAN

Jacob le concedió un gran honor a José, tal vez debido a que había defendido con valor lo que es justo: mandó que le hicieran una prenda de vestir especial (Génesis 37:3). Es muy probable que se tratara de una elegante túnica de manga larga, como la que se pondría un príncipe. Sin duda, Jacob tenía buenas intenciones, y José debió de estar muy agradecido por las atenciones y el cariño de su padre. Pero esa prenda le causó muchísimos problemas al muchacho. Para empezar, José era pastor, una labor de campo muy difícil. Ya podemos imaginarlo vestido con semejante túnica y caminando con dificultad por entre la hierba crecida, trepando rocas o tratando de liberar una oveja perdida de un arbusto espinoso. Pero eso no era lo peor. ¿Qué iban a pensar sus hermanos cuando se enteraran de que su padre le había hecho este regalo tan especial? La Biblia cuenta que cuando sus hermanos vieron que su padre lo amaba más que a ellos, “empezaron a odiarlo, y no podían hablarle pacíficamente” (Génesis 37:4).1 Aunque es comprensible que se pusieran celosos, no debieron dejarse llevar por esta emoción tan dañina (Proverbios 14:30; 27:4). ¿Le ha sucedido a usted algo pare1 Segnn algunos investigadores, los hermanos de José interpretaron este regalo como una prueba de que su padre tenía la intención de transferir al muchacho el derecho del primogénito, es decir, del hijo mayor. Ellos sabían que José era el primer hijo que Jacob había tenido con su esposa preferida, la mujer con la que él hubiera querido casarse primero. Además, Rubén, el primogénito, había deshonrado a su padre al acostarse con una de sus concubinas y había perdido el derecho que le correspondía (Génesis 35:22; 49:3, 4).

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LA ATALAYA

Jacob bendijo a José por su fe y rectitud

cido? ¿Alguna vez ha sentido envidia porque alguien recibió la atención que usted quería? Pues no olvide a los hermanos de José. La envidia los empujó a hacer cosas terribles de las que más tarde se arrepintieron. Su ejemplo nos recuerda a los cristianos que lo mejor es “[regocijarse] con los que se regocijan” (Romanos 12:15). De seguro, José percibió el odio de sus hermanos. ¿Se habrá quitado la túnica cuando estaba con ellos? Tal vez se sintiera tentado a hacerlo. No obstante, debemos recordar que Jacob se la había dado como muestra de su cariño y aprobación, y José no quería perder la confianza de su padre, por lo que siempre la llevaba puesta. Su ejemplo nos enseña mucho. Aunque Dios no es parcial, a veces trata con especial favor a algunos de sus siervos. Además, espera que


su pueblo se distinga de este mundo corrupto e inmoral. La conducta de los cristianos verdaderos es como la túnica de José: los hace diferentes de quienes los rodean. Claro está, en ocasiones, su manera de comportarse produce envidias y rechazo (1 Pedro 4:4). ¿Deberían ocultar lo que son para evitarse problemas? No, tal como José no ocultó su túnica (Lucas 11:33). LOS SUEÑOS DE JOSÉ

Al poco tiempo, José tuvo dos sueños extraordinarios. En el primero se vio a sí mismo y a sus hermanos, cada uno atando una gavilla, o manojo de cereal. Entonces la gavilla de él se levantó y las de sus hermanos la rodearon y se inclinaron ante ella. En el segundo sueño vio al Sol, la Luna y 11 estrellas inclinarse delante de él (Génesis 37: 6, 7, 9). Sus sueños fueron muy reales, pero muy extraños. ¿Qué debía hacer José ahora? Los dos sueños vinieron de Jehová y los dos eran proféticos. Dios quería que José diera a conocer el mensaje que contenían. En cierto sentido, el muchacho debía actuar como los profetas de épocas posteriores, quienes informarían los mensajes y advertencias de Dios a su pueblo rebelde. Con tacto, José les dijo a sus hermanos: “Escuchen, por favor, este sueño que he soñado”. Ellos comprendieron de inmediato lo que les dijo y no les gustó nada, así que le reclamaron: “¿Vas a ser rey sobre nosotros de seguro?, ¿o vas a dominar sobre nosotros de seguro?”. El relato dice que “hallaron nueva razón para odiarlo por sus sueños y por sus palabras”. Cuando les contó el segundo sueño a ellos y a su padre, la reacción no fue mucho mejor: “Su padre empezó a reprenderlo y a decirle: ‘¿Qué significa este sueño que has soñado? ¿Acaso yo y también tu madre y tus hermanos vamos a venir de seguro e inclinarnos a tierra ante ti?’ ”. Con todo, Jacob se quedó pensando en el asunto. ¿Podría ser que Jehová se estuviera comunicando con su hijo? (Génesis 37:6, 8, 10, 11.) José no fue ni el primer ni el último siervo de Dios a quien rechazaron y persiguieron por el

mensaje que se le pidió proclamar. El principal mensajero de Jehová fue Jesús, y él les advirtió a sus discípulos: “Si ellos me han perseguido a mí, a ustedes también los perseguirán” (Juan 15:20). Los cristianos de todas las edades tienen mucho que aprender de la fe y el valor del joven José. EL ODIO ALCANZA UN PUNTO CRÍTICO

No mucho después, Jacob le encargó algo a José. Sus hijos mayores estaban cuidando los rebaños en el norte, cerca de Siquem, lugar donde hacía poco habían hecho muchos enemigos. Era lógico que Jacob estuviera preocupado por ellos, así que envió a José a comprobar que no les hubiera pasado nada malo. ¿Cómo se habrá sentido José? Sus hermanos lo odiaban a muerte y él lo sabía. ¿Qué harían cuando les dijera que su padre lo había enviado? Independientemente de la reacción, José estaba decidido a obedecer (Génesis 34:25-30; 37:12-14). El viaje fue largo, tal vez de cuatro o cinco días a pie. Siquem estaba a unos 80 kilómetros (50 millas) al norte de Hebrón. Pero al llegar, José se enteró de que sus hermanos se habían marchado a Dotán, que estaba unos 22 kilómetros (14 millas) más al norte. Ya cerca de allí, sus hermanos alcanzaron a verlo y sintieron que les hervía la sangre. Entonces se dijeron: “¡Miren! Ahí viene ese soñador. Y ahora vengan y matémoslo y arrojémoslo en una de las cisternas; y tenemos que decir que una feroz bestia salvaje lo devoró. Entonces veremos en qué vendrán a parar sus sueños”. Rubén intervino y los convenció de que no lo mataran; les dijo que solo lo arrojaran en una cisterna. Su intención era rescatarlo en algún momento (Génesis 37:19-22). Sin imaginarse lo que le esperaba, José llegó a donde sus hermanos, seguramente con la esperanza de que su encuentro fuera pacífico. No obstante, ellos se le echaron encima. Le arrancaron su hermosa túnica, lo arrastraron hasta una cisterna vacía y lo arrojaron en ella. ¡Qué golpe debió de darse al caer! Se puso de pie como pudo. No había manera de salir de allí sin ayuda. Desde abajo solo se alcanzaba a ver la boca de la 1 DE AGOSTO DE 2014

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cisterna. A gritos les rogó que lo sacaran, pero ellos lo ignoraron. Se fueron a comer sin ningún remordimiento. Por alguna razón, Rubén se marchó y los demás empezaron a pensar de nuevo en matar al muchacho. Ahora fue Judá quien los convenció de no quitarle la vida, sino de venderlo a algún comerciante que pasara por allí. Como Dotán estaba cerca de la ruta comercial que llevaba a Egipto, no tardó en pasar una caravana de ismaelitas y madianitas. El trato quedó cerrado antes de que Rubén regresara: José fue vendido por 20 siclos (Génesis 37:23-28; 42:21).1 Y así regresamos al punto de partida de este artículo. José se dirige al sur, hacia Egipto. Parece que le han arrebatado todo. ¡Se ha quedado solo! Pasarán años antes de que vuelva a saber algo de su familia, antes de que se entere de la an1 Incluso este pequeño detalle de la Biblia es exacto. Según documentos de la época, el precio que se pagaba por un esclavo en Egipto era 20 siclos.

José hizo lo correcto y sus hermanos lo odiaron por ello

gustia que sintió Rubén al no encontrarlo y del dolor que sintió su padre al pensar que su amado hijo estaba muerto. Tampoco sabrá nada de su abuelo, Isaac, quien continúa vivo, ni de su querido hermano menor, Benjamín, a quien extrañará con todo el corazón. Pero ¿realmente lo ha perdido todo? (Génesis 37:29-35.) No, José aún tiene algo que sus hermanos no han podido arrancarle: la fe. Él conoce muy bien a su Dios, Jehová, y no hay nada que pueda cambiar eso, ni la pérdida de su hogar ni los sufrimientos que vivirá durante el largo viaje a Egipto; ni siquiera la humillación de ser vendido como esclavo a un egipcio rico llamado Potifar (Génesis 37:36). Las pruebas fortalecerán su fe y su deseo de mantenerse cerca de Jehová. En futuros artículos veremos que la fe le dio fuerzas a José para servir mejor a su Dios y socorrer a su familia. Sin duda, él es un ejemplo de fe digno de imitar. ˇ


EJEMPLOS DE FE JOS É

Se negó a hacer lo malo A CARAVANA de mercaderes avanza por la ribera del gran río Nilo. El aire es cálido y está cargado con el aroma de los lotos y otras flores acuáticas. José puede percibirlo al respirar. Aquí y allá salen volando una garza o un ibis, asustados por la larga hilera de hombres y camellos. La caravana va camino a otra ciudad egipcia. ¡Qué lejos está José de las montañas de Hebrón, el hogar del que fue arrebatado! ¡Qué mundo tan distinto es este! En las copas de las palmeras y los sicómoros que bordean el río se escuchan los gritos y el parloteo de los monos. El idioma de la gente con la que José se cruza por el camino debe sonarle igual de incomprensible. El joven trata de captar todas las palabras que puede. Más vale que aprenda pronto. Lo más seguro es que jamás vuelva a casa. José es apenas un adolescente de 17 o 18 años y ya tiene problemas que asustarían a muchos adultos. Sus hermanos lo envidiaban por ser el favorito de su padre. Lo odiaban tanto que habían planeado asesinarlo, pero al final cambiaron de opinión y lo vendieron a los comerciantes con los que está ahora (Génesis 37:2, 5, 18-28). Tras varias semanas de viaje, sus dueños se sienten cada vez de mejor humor, ya que están a punto de llegar a la gran ciudad donde venderán a José con el resto de sus mercancías y obtendrán jugosas ganancias. ¿Qué hará el joven para no dejarse aplastar por la tristeza y la angustia? ¿Cómo podemos nosotros evitar

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LA ATALAYA

que las dificultades y los obstáculos acaben con nuestra fe? Sin duda tenemos mucho que aprender de la historia de José. JEHOVÁ ESTUVO CON JOSÉ

El relato bíblico continúa. Una vez llegados a su destino, los mercaderes venden a José a un egipcio llamado Potifar. Este hombre es ni más ni menos que el jefe de la guardia personal del faraón, el rey de Egipto (Génesis 39:1). José debe sentirse humillado al ser vendido por segunda ocasión. ¡Lo están tratando como simple mercancía! Allí va, caminando detrás de su nuevo dueño, recorriendo las abarrotadas calles de la ciudad por entre tiendas y bazares. Se dirige a su nuevo hogar. Hogar es un decir, por supuesto; el lugar donde vivirá ahora no se parece en nada al hogar que abandonó a la fuerza. José viene de una familia de nómadas, quienes viven en tiendas y se mudan de un lugar a otro con sus rebaños. En cambio, la casa de Potifar es como la de muchos egipcios ricos: elegante y bellamente pintada. Según los arqueólogos, a los antiguos egipcios les gustaba tener hermosos jardines con árboles frondosos y estanques con papiros, flores de loto y demás plantas acuáticas. Algunas casas estaban en el mismo centro de un gran jardín y tenían terrazas donde se podía disfrutar de la brisa, ventanas altas, muchas habitaciones, un amplio comedor y cuartos para los criados.


¿Se dejó impresionar José por semejante residencia? Seguramente no. Lo más probable es que estuviera pensando en lo solo que se sentía. Todo le parecía extraño: el idioma, la forma de vestir y arreglarse de la gente... Y ni qué decir de la religión. Se sabe que los egipcios adoraban a cientos de dioses, que practicaban artes mágicas y estaban obsesionados con la muerte y el más allá. Hubo solo una cosa que impidió que la soledad aplastara al muchacho. ¿Cuál fue? La Biblia responde: “Jehová resultó estar con José” (Génesis 39:2). ¡Cuántas veces tuvo que haber orado el joven para desahogarse! Salmo 145:18 asegura que “Jehová está cerca de todos los que lo invocan”. ¿Qué más hizo José para acercarse a su Dios? No dejarse vencer por la tristeza. José se puso a trabajar y decidió hacerlo lo mejor posible, lo cual le dio buenas razones a Jehová para bendecirlo. Potifar no tardó en notarlo. Se dio cuenta de que si gozaba de más prosperidad aún era porque Jehová estaba bendiciendo a su esclavo. Poco a poco, José se fue ganando la confianza de su dueño, hasta que este lo puso a cargo de todo cuanto poseía (Génesis 39:3-6). José es un extraordinario ejemplo para los jóvenes cristianos de hoy. En la escuela o el institu-

to están rodeados de otros jóvenes que están obsesionados con el espiritismo y van sin rumbo por la vida. Es lógico que se sientan fuera de lugar en un ambiente como ese. Si tú te sientes así, recuerda que Jehová no ha cambiado (Santiago 1:17). Él sigue cerca de los jóvenes que son leales y bendice a los que se esfuerzan por obedecer sus normas. Volvamos al relato. Han pasado varios años, y José se ha convertido en un hombre fuerte y apuesto. Lamentablemente, el peligro lo acecha, pues el don de la belleza suele atraer la atención de gente con malas intenciones. “NO LA ESCUCHÓ”

José era un hombre leal. Todo lo contrario a la esposa de Potifar. La Biblia dice que ella empezó a fijarse en él y a insistirle con estas palabras: “Acuéstate conmigo” (Génesis 39:7). ¿Se sintió José tentado a aceptar sus propuestas? Bueno, la Palabra de Dios no dice que estuviera libre de los deseos normales en los jóvenes. Tampoco dice que la mujer fuera fea. ¿Buscaría José excusas para ceder? Su amo no tenía por qué enterarse. Además, una relación con la esposa de un oficial rico e influyente podía traerle beneficios. ¿Habrá pensado en eso? La esposa de Potifar se encaprichó con José


La realidad es que no podemos saberlo. Lo que sí sabemos es lo que había en su corazón. Es fácil deducirlo por la respuesta que le dio a la mujer: “Mira que mi amo ignora lo que está conmigo en la casa, y todo lo que tiene lo ha dado en mi mano. No hay nadie mayor que yo en esta casa, y él no ha retenido de mí cosa alguna salvo a ti, porque eres su esposa. Así es que, ¿cómo podría yo cometer esta gran maldad y realmente pecar contra Dios?” (Génesis 39:8, 9). Las palabras de José son claras y directas. La simple idea de hacer lo que ella le pide lastima su conciencia. ¿Por qué? Como él mismo dijo, Potifar confía plenamente en él. Lo ha nombrado administrador de su casa entera. Lo único que José no puede tocar es a su mujer. ¿Cómo podría traicionarlo? Pero hay algo que lastima todavía más su conciencia: la idea de pecar contra su Dios, Jehová. Él sabe lo que Dios piensa sobre la fidelidad en el matrimonio. Lo aprendió de sus padres. Sabe que Jehová celebró el primer matrimonio y que expresó claramente su deseo de que las parejas se mantuvieran unidas y fueran “una sola carne” (Génesis 2:24). También sabe que quienes intentaron romper otros matrimonios estuvieron a punto de despertar la cólera de Dios. Por ejemplo, los hombres que querían acostarse con la esposa de Isaac, su abuelo, y con la de Abrahán, su bisabuelo, se salvaron por poco de sufrir graves consecuencias (Génesis 20:1-3; 26:7-11). José conoce el principio detrás de aquellos sucesos y planea obedecerlo toda su vida. A la esposa de Potifar no le gusta nada lo que escucha. ¡Qué atrevimiento! ¡Rechazarla y encima decir que su ofrecimiento es una “gran maldad”! De todos modos, no está dispuesta a rendirse. Han herido su orgullo y eso es razón más que suficiente para insistir hasta salirse con la suya. ¡Qué actitud tan parecida a la del Diablo! Él también falló en su intento de hacer caer a Jesús, pero en vez de darse por vencido, esperó a que se presentara “otro tiempo conveniente” (Lucas 4:13). Los siervos de Dios hacen bien en imitar el ejemplo de José: aunque la situación conti-

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nuó “día tras día”, él se mantuvo firme. La Biblia dice que no cedió (Génesis 39:10). Sin embargo, los ataques no habían terminado. Un día, la mujer de Potifar espera hasta que todos los criados estén fuera de la casa y se pone al acecho. Cuando José entra a realizar sus labores, lo sujeta por la ropa y le suplica una vez más: “¡Acuéstate conmigo!”. Sin pensarlo, él se echa para atrás en un intento por escapar. Ella tira con más fuerza. Él se retuerce, se libera como puede de su prenda de vestir y sale huyendo. Lo único con lo que se queda la mujer es con la ropa de José (Génesis 39:11, 12). Esta acción decidida nos recuerda lo que dijo siglos después el apóstol Pablo: “Huyan de la inmoralidad sexual” (1 Corintios 6:18, Nueva Versión Internacional, 1999). ¡Qué extraordinario ejemplo para los cristianos! Hoy día, muchos de nosotros nos vemos obligados a tratar con personas a las que no les importan las leyes de Dios. No podemos dejarnos contagiar por su actitud. Tenemos que huir, por decirlo así. Cueste lo que cueste. ¡Y vaya si le costó cara a José su determinación! La esposa de Potifar se pone furiosa y decide vengarse. Se pone a gritar a voz en cuello hasta que los criados corren a ver lo que sucede. Entonces les dice que José trató de violarla, pero que salió corriendo en cuanto ella comenzó a gritar. Para probarlo les enseña la ropa. Cuando su esposo llega a casa, le repite la misma mentira y además le echa la culpa a él por haber traído a alguien como José. ¡A Potifar le hierve la sangre! De inmediato ordena que lo metan en la cárcel (Génesis 39:13-20). “ATARON UNA CADENA A SUS PIES”

Aunque los arqueólogos han hallado las ruinas de algunas prisiones egipcias, se conoce muy poco sobre ellas. Lo que se sabe es que eran una especie de fortaleza en las que había celdas subterráneas. José llamó “hoyo” a la prisión en la que estuvo, lo cual nos hace pensar en un lugar oscuro y deprimente (Génesis 40:15). De hecho, el libro de los Salmos dice que fue torturado:


Aunque estaba en prisión, José le dio buenas razones a Jehová para bendecirlo

“Ataron una cadena a sus pies y le pusieron un aro de hierro en su cuello” (Salmo 105:17, 18, La Palabra de Dios para Todos). En ocasiones, a los prisioneros les colocaban los brazos detrás de la espalda y les juntaban los codos con una cadena; a otros los encadenaban por el cuello. José debe haber sufrido muchísimo por aquel castigo tan injusto. Pero lo peor es que su encarcelamiento no fue breve. Según el relato, pasó mucho tiempo en aquel espantoso lugar.1 Además, él no sabía si saldría de allí. Los días se convirtieron en meses; los meses se convirtieron en años. ¿Qué hizo para no caer presa de la desesperación? De nuevo, la Biblia contesta con estas animadoras palabras: “Jehová continuó con José”. Así es, Dios fue leal con su siervo y lo trató con cariño (Génesis 39:21). Ninguna celda ni ninguna prisión puede impedir que Jehová muestre lealtad y cariño a sus siervos (Romanos 8:38, 39). ¿Puede ver a José abriéndole el corazón a su querido Padre celestial y contándole sus angustias? ¿Puede percibir cómo le responde “el Dios de todo consuelo” dándole paz y tranquilidad? (2 Corintios 1: 3, 4; Filipenses 4:6, 7.) Pero eso no fue todo lo que 1 De acuerdo con la Biblia, José tenía unos 17 o 18 años cuando llegó a casa de Potifar y pasó allí suficiente tiempo como para convertirse en adulto. En prisión estuvo hasta los 30 años (Génesis 37:2; 39:6; 41:46).

Jehová hizo por José. La Biblia nos dice que lo ayudó a ganarse la confianza del responsable de la prisión. Al parecer, los presos recibían tareas en la cárcel, así que José puso manos a la obra, trabajó lo mejor que pudo, y Jehová bendijo su esfuerzo. Poco a poco, se fue ganando el respeto del encargado de la prisión hasta que, como dice la Biblia, este “entregó en la mano de José a todos los presos [...]; y resultó que él era quien se encargaba de que se hiciera todo lo que ellos hacían allí. El oficial principal [...] no atendía a absolutamente nada de lo que estaba en su mano, porque Jehová estaba con José, y lo que él efectuaba, Jehová hacía que tuviera éxito” (2 Corintios 1:3, 4; Filipenses 4:6, 7). ¡Qué alivio debió de sentir José al ver que su Dios no lo había olvidado! La vida puede darnos amargas sorpresas, pero podemos hacerles frente con una fe como la de José. Si oramos con insistencia a Jehová, si obedecemos fielmente sus mandatos y si nos esforzamos por hacer su voluntad, él nos colmará de bendiciones, igual que hizo con José. De hecho, al joven le esperaban muchas cosas buenas, como veremos en futuros artículos de esta serie. ˇ

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EJEMPLOS DE FE JOS É

“¿No pertenecen a Dios las interpretaciones?” OSÉ recorre el tenebroso corredor empapado en sudor. El trabajo es duro y el calor, insoportable. Afuera es de día, pero aquí no hay luz, solo oscuridad. La prisión es como un horno chamuscado por las brasas del Sol. José se ha aprendido de memoria cada grieta de cada ladrillo de cada muro; este es su mundo. Es cierto que aquí es respetado, pero no por eso deja de ser lo que es: un prisionero. ¡Cómo extraña su hogar, los rebaños de su padre, las montañas de Hebrón! Tenía unos 17 años cuando tuvo que recorrer decenas de kilómetros para cumplir un encargo de su padre. Ahora no puede recorrer más que la distancia que separa los muros de la prisión. Sus hermanos habían tratado de asesinarlo en un arranque de odio y al final lo habían vendido a unos comerciantes. Fue llevado a Egipto, y allí trabajó en casa de un funcionario llamado Potifar. Con el tiempo José se ganó la confianza del hombre, pero la mujer de este lo acusó falsamente de querer violarla y eso le costó su libertad. Ahora está aquí, en esta espantosa cárcel (Génesis, capítulos 37 y 39).1 José ha cumplido ya 28 años, 10 de ellos en esclavitud o en prisión. Esta no es ni mucho menos la vida que planeaba vivir. ¿Recuperará algún día la libertad? ¿Volverá a ver de nuevo a su querido padre y a Benjamín, su hermano menor? ¿Cuánto tiempo más le queda en este horrible agujero?

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1 Vea “Ejemplos de fe” en los números del 1 de agosto y 1 de noviembre de 2014 de esta revista.

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LA ATALAYA

¿Alguna vez se ha sentido como José? A veces la vida resulta muy distinta de lo que soñábamos de jóvenes. A veces la angustia parece no terminar nunca y resulta difícil encontrar la salida o resistir. ¿Cómo puede ayudarnos esta historia de fe? Veamos. “JEHOVÁ CONTINUÓ CON JOSÉ”

José sabe que Jehová nunca se ha apartado de su lado y eso de seguro le da fuerzas para seguir aguantando. Aun aquí, en esta oscura prisión, ha recibido la bendición de su Dios. La Biblia dice que “Jehová continuó con José”, mostrándole su bondad amorosa y haciendo que se ganara la simpatía del jefe de la cárcel (Génesis 39: 21-23). Por su parte, José ha trabajado duro y le ha dado a Dios buenas razones para bendecirlo. Saber que no está solo debe ser un alivio para él. “¿Me dejará en este sitio para siempre Jehová?”, quizás se pregunte José, sin saber la respuesta. No hay duda de que ora sobre este asunto vez tras vez. Y como suele suceder, la respuesta llega del modo menos esperado. Un buen día se produce gran conmoción por la llegada de dos nuevos presos. Se trata de dos miembros del personal que atiende directamente al faraón de Egipto: el panadero principal y el copero en jefe, responsable de las bebidas del rey (Génesis 40: 1-3). El jefe de la prisión pone a estos dos hombres hasta ahora prominentes bajo el cuidado


de José.1 Cierta noche, ambos tienen un sueño muy real y desconcertante. A la mañana siguiente, José nota que algo no marcha bien y les pregunta: “¿Por qué razón están tristes hoy sus rostros?” (Génesis 40:3-7). Es probable que la amabilidad con la que les ha hablado les diera la confianza para revelarle su preocupación. José no lo sabe, pero esa conversación cambiará su vida para siempre. Cabe preguntarse: ¿Se hubiera dado aquella conversación si no hubiera mostrado interés en ellos? Su ejemplo debería hacer que nos preguntáramos si nosotros nos interesamos por los demás. Esa es una manera de demostrar que tenemos fe en Dios. Los hombres le explican a José que han tenido un sueño y no saben lo que pueda significar. Los egipcios le dan muchísima importancia al tema de los sueños y siempre están buscando a alguien que pueda interpretarlos. Estos hombres no saben que fue Jehová, el Dios de José, quien les envió su sueño, pero José sí. Por eso los tranquiliza diciendo: “¿No pertenecen a Dios las interpretaciones? Cuéntenmelo, por favor” (Génesis 40:8). 1 En el antiguo Egipto había más de noventa variedades de pan, así que el panadero en jefe del faraón era un hombre prestigioso. Por su parte, el jefe de los coperos supervisaba a un equipo de sirvientes encargados de verificar que el vino y probablemente la cerveza fueran de la mejor calidad y estuvieran libres de veneno, pues eran frecuentes las conspiraciones y los asesinatos. Por lo tanto, el copero era un hombre de confianza que podía convertirse en consejero del rey.

José trataba a los demás presos con bondad y dignidad

¡Qué palabras tan sabias! Todo estudiante de la Biblia del día moderno debe actuar con esa misma humildad. Debemos hacer a un lado el orgullo y solicitar ayuda a Dios para descubrir la interpretación correcta de su Palabra (1 Tesalonicenses 2:13; Santiago 4:6). El primero en hablar es el copero. Él soñó con una planta, una vid con tres ramitas de donde brotaban unos racimos de uvas. Las uvas maduraron y él las exprimió en la copa del rey. Con la ayuda de Jehová, José comprende de inmediato el significado del sueño y le dice al hombre que las tres ramitas significan tres días: dentro de tres días, el rey le devolverá su puesto. Mientras el copero respira de alivio, José le suplica: “Por favor, tienes que ejercer bondad amorosa conmigo y mencionarme a Faraón” (Génesis 40:9-15). Animado por las buenas noticias que su compañero acaba de recibir, el panadero le cuenta su sueño a José. Él soñó que tenía tres canastas, o cestas, en la cabeza. Estaban llenas de pan y había pájaros que se estaban comiendo el pan de una de ellas. Jehová le da de nuevo la interpretación a José, pero en este caso las noticias son malas. José dice: “Las tres cestas son tres días. Dentro de tres días Faraón [te cortará la] cabeza [...] y ciertamente te colgará en un madero; y las aves ciertamente comerán tu carne” (Génesis 40:16-19). Igual que cualquier otro siervo fiel de


Dios, José revela con valor los mensajes divinos sin importar si se trata de buenas o de malas noticias (Isaías 61:2). Pasan tres días y las palabras de José se cumplen al pie de la letra. El faraón está celebrando su cumpleaños —una costumbre que el pueblo de Dios de tiempos bíblicos no tenía— y allí mismo enjuicia a sus dos siervos. El panadero es ejecutado, tal como predijo José, pero el copero es perdonado y regresa a su puesto. Por desgracia, el descuidado hombre se olvida de José (Génesis 40:20-23). “A MÍ NO SE ME TIENE QUE TOMAR EN CUENTA”

Han pasado dos años completos (Génesis 41:1). José tiene que estar frustradísimo. Después de recibir la ayuda de Jehová para interpretar los sueños de aquellos hombres, de seguro se veía ya fuera de la cárcel. Día tras día debió despertar con la esperanza de que en cualquier momento lo liberaran, y noche tras noche debió sentir la angustia de continuar allí encerrado. Es probable que esos fueran los dos años más difíciles de su vida, pero ni siquiera así se dejó vencer por la desesperación; siguió confiando en Jehová. Estaba decidido a salir adelante, y esa terrible prueba no hizo más que fortalecerlo (Santiago 1:4). En esta época tan difícil que vivimos, ¿a quién de nosotros no le hace falta aguante? Si queremos resistir los muchos golpes de la vida, necesitamos la paciencia y la paz que solo Dios puede darnos. Él ayudó a José y nos ayudará a nosotros a luchar contra el desánimo y a conservar la esperanza (Romanos 12:12; 15:13). Puede que el copero del rey se olvidara de José, pero Jehová no lo ha hecho. Una de tantas noches Dios le envía al faraón dos sueños inolvidables. En el primero, el rey ve salir del río Nilo siete vacas gordas y sanas seguidas por siete vacas flacas y enfermas. Entonces, las vacas flacas se tragan a las gordas. En el segundo sueño ve siete espigas grandes y cargadas de grano, tras lo cual ve siete espigas delgadas y marchitas que se tragan a las primeras. Por la mañana, el rey despierta muy agitado a causa de los sueños y llama a sus sabios, adi14

LA ATALAYA

vinos y magos para que se los interpreten, pero ninguno lo logra (Génesis 41:1-8). ¿Se habrán quedado mudos? ¿Habrán respondido algún disparate? No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que su intento fue decepcionante y que el faraón estaba desesperado por encontrar respuestas. Finalmente el copero recuerda a José. Su conciencia lo molesta, así que se dirige al faraón y le habla del extraordinario joven que dos años atrás interpretó de forma atinada su sueño y el del panadero. El faraón ordena que traigan de inmediato a José (Génesis 41:9-13). Apenas podemos imaginarnos cómo se sintió José al ver llegar a los mensajeros reales. De inmediato se cambia la ropa y se afeita. Es probable que se afeite incluso la cabeza, pues esa era la costumbre egipcia. ¡Cómo tiene que haber orado a Jehová para que bendijera su audiencia ante el rey! En menos de lo que canta un gallo ya está en el majestuoso palacio real, de pie delante del faraón. La Biblia menciona que el rey le dijo a José: “He tenido un sueño que nadie puede interpretar. Pero me han informado que te basta oír un sueño para interpretarlo”. De nuevo, la respuesta de José demuestra su humildad y su fe en Dios: “No soy yo, sino Dios, el que dará al Faraón la respuesta conveniente” (Génesis 41:14-16, El libro del Pueblo de Dios). Jehová valora muchísimo a las personas humildes y fieles; por eso se entiende que le diera a José la respuesta que tanto buscaban los sabios y los sacerdotes de Egipto. José le explica al faraón que los dos sueños significan lo mismo. La repetición del mensaje se debe a que la profecía ha sido “firmemente establecida” por Jehová, es decir, se cumplirá sin falta. Las vacas gordas y las espigas cargadas de grano representan siete años de abundancia para Egipto. Las vacas flacas y las espigas marchitas representan siete años de hambre, que vendrán a continuación. Habrá tanta hambre que la gente olvidará los años de abundancia (Génesis 41:25-32). El rey sabe que la interpretación de José es la correcta. Pero ¿qué se puede hacer? José le reco-


José le dijo con humildad al rey: “No soy yo, sino Dios”

mienda que siga este plan de acción: el rey debe buscar a un hombre “discreto y sabio” que almacene en graneros el exceso de grano que producirá la tierra durante los primeros siete años para luego distribuirlo durante los años de hambre (Génesis 41:33-36). Curiosamente, la experiencia que José ha obtenido en el campo de la administración lo ha preparado de sobra para realizar esa labor, pero el joven no hace ningún intento por promocionarse delante del faraón. Es tan humilde y tiene tanta fe que ni siquiera le pasa por la cabeza tal idea. Si nosotros confiamos de verdad en Jehová, tampoco necesitaremos promocionarnos ni ser ambiciosos. Dejaremos los asuntos en sus manos y esperaremos tranquilos, seguros de que él sabrá cómo resolver cualquier situación. ¿PODRÁ HALLARSE OTRO HOMBRE COMO ESTE?

El faraón y sus siervos comprenden que la sugerencia de José es la acertada. El faraón también reconoce que el joven cuenta con el apoyo de su Dios, así que allí mismo, ante todos sus siervos, pregunta: “¿Podrá hallarse otro hombre como este en quien está el espíritu de Dios?”. A José le dice: “Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay nadie tan discreto y sabio

como tú. Tú estarás personalmente sobre mi casa, y todo mi pueblo te obedecerá sin reserva. Solo [yo seré] más grande que tú” (Génesis 41:38-41). El faraón cumplió su palabra. Ordenó que vistieran de inmediato a José con ropas de lino fino, se quitó su anillo de sellar y se lo entregó. También le dio una cadena de oro, un carruaje real y autoridad absoluta para viajar por el país a fin de llevar a cabo su plan (Génesis 41:42-44). Increíble: José empezó el día en prisión y lo termina en el palacio del rey; empezó el día como un prisionero y lo termina como el segundo hombre más poderoso de Egipto. Ese día quedó más que demostrado que confiar en Jehová fue lo mejor que pudo haber hecho. Su Dios vio las injusticias que sufrió a lo largo de los años y las corrigió en el momento preciso y de la mejor manera posible. Pero la intención del Creador no solo es corregir esas injusticias, sino proteger a la futura nación de Israel. De eso hablaremos en otro artículo de esta serie. Si usted lleva años sufriendo por una injusticia o por cualquier otra situación angustiosa, no se desespere. Recuerde a José: él nunca perdió la humildad, la fe ni su carácter amable. Aguantó hasta el fin y le dio razones de sobra a Jehová para bendecir sus esfuerzos. ˇ 1 DE FEBRERO DE 2015

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EJEMPLOS DE FE JOS É

“¿Estoy yo en el lugar de Dios?” NOCHECE, y José está en el jardín de su casa. Puede que esté rodeado de palmeras de dátiles, árboles frutales y estanques con plantas acuáticas, y que más allá del muro, se vea la silueta del palacio del faraón. A lo lejos, José oye a Manasés, su hijo mayor, jugando con el pequeño Efraín y haciéndole reír. Seguro que puede recrear en su mente la imagen de su esposa riéndose de las gracias de los niños. Entonces, él mismo sonríe, pues reconoce que Dios lo ha bendecido. El nombre de su hijo mayor, Manasés, significa “Que Hace Olvidar” (Génesis 41:51). Y seguro que la forma en que Dios ha cuidado de José lo ha ayudado a aliviar el dolor que le produce recordar a su padre, a sus hermanos y su antiguo hogar. El odio que sus hermanos mayores le tenían cambió su vida. Lo maltrataron, e incluso pensaron en matarlo. Finalmente lo vendieron como esclavo a unos mercaderes. Desde entonces, su vida ha sido de todo menos tranquila. Fue esclavo por años. Luego estuvo en la prisión, y allí pasó un tiempo encadenado. Pero todo eso es historia. Ahora José es, después del faraón, la persona más poderosa de la imponente nación de Egipto.1 Durante los últimos años, José ha visto que todo lo que Jehová había predicho se ha cumplido. Ya ha pasado la mayor parte de los siete años

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1 Vea los artículos de la serie “Ejemplos de fe” publicados en los números del 1 de agosto de 2014, 1 de noviembre de 2014 y 1 de febrero de 2015 de esta revista.

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de abundantes cosechas profetizadas para Egipto, y José se ha encargado de almacenar el sobrante de grano. También se ha casado con una egipcia llamada Asenat y ha tenido dos hijos. Pero no ha dejado de pensar en su familia, allá en Canaán, especialmente en su hermano pequeño, Benjamín, y en su padre, Jacob. Puede que José se pregunte si seguirán bien y si sus demás hermanos habrán dejado de ser tan envidiosos y violentos. ¿Podría él hacer algo por mejorar las cosas y unir de nuevo a su familia? ¿Se siente usted identificado con José? Puede que la paz de su familia también se haya visto afectada debido al odio, la envidia o la traición. En ese caso, tal vez le resulte útil repasar el ejemplo de fe de José y ver cómo trató a su familia. “VAYAN A JOSÉ”

José estaba tan ocupado que los años se le pasaron volando. Tal como Jehová había predicho en el sueño que tuvo el faraón, después de los siete años de abundancia empezó un período de escasez. ¡Las cosechas se malograron! El hambre no tardó en alcanzar a las naciones vecinas. Pero, como dice la Biblia, “en toda la tierra de Egipto se halló pan” (Génesis 41:54). Sin duda, el don de José para interpretar sueños y organizar las cosas benefició al pueblo egipcio. Los egipcios tal vez se sentían en deuda con José y reconocían que era un excelente organizador. Pero José quería que todo el mérito fuera


para su Dios, Jehová. Igualmente, si nosotros utilizamos nuestro talento para servir a Dios con humildad, él puede aprovecharlo para lograr cosas que jamás hubiésemos imaginado. Con el tiempo, el hambre también azotó a los egipcios. Cuando estos le pidieron ayuda al faraón, él simplemente les dijo: “Vayan a José. Lo que les diga, eso han de hacer”. Entonces, José abrió los graneros, y los egipcios pudieron comprar alimento (Génesis 41:55, 56). Pero la situación era muy distinta en los países vecinos, como Canaán, donde vivía la familia de José. Su padre, Jacob, llegó a oír que había grano en Egipto, así que les dijo a sus hijos que viajaran hasta allá para traer comida (Génesis 42:1, 2). Jacob envió a todos sus hijos varones menos al menor, Benjamín, pues tenía aún muy fresca en su memoria la ocasión en la que mandó a José a Como José siempre fue humilde, Jehová lo usó

visitar a sus hermanos y nunca más lo volvió a ver. Sus hijos le entregaron la elegante túnica de José rasgada y llena de sangre y le hicieron creer que este había sido devorado por una bestia (Génesis 37:31-35). “INMEDIATAMENTE SE ACORDÓ”

Tras recorrer cientos de kilómetros, los hijos de Jacob por fin llegaron a Egipto. Cuando preguntaron dónde podían comprar alimento, les informaron que tenían que hablar con un alto funcionario llamado Zafenat-panéah, que en realidad no era otro que José (Génesis 41:45). Al verlo, no lo reconocieron en absoluto; simplemente vieron a un funcionario egipcio de alto rango. Necesitaban su ayuda y, en muestra de respeto, hicieron lo que era normal en su día: “se inclinaron ante él, rostro a tierra” (Génesis 42:5, 6). Pero José sí que reconoció a sus hermanos. Cuando estos se inclinaron ante él, le vinieron a la memoria los sueños que Jehová le había dado en su juventud. El relato dice que “inmediatamente se acordó José de los sueños que había soñado acerca de ellos”, en los que había visto a sus hermanos inclinarse ante él, tal y como lo hacían ahora (Génesis 37:2, 5-9; 42:7, 9). ¿Qué haría José? ¿Salir corriendo a abrazarlos, o vengarse de ellos? José sabía que no debía dejarse llevar por sus impulsos, fueran los que fueran. Jehová quería que la descendencia de Jacob llegara a ser una nación poderosa, así que no había duda de que era Dios quien estaba detrás de lo que acababa de ocurrir (Génesis 35:11, 12). Después de todo, si sus hermanos seguían siendo hombres violentos, egoístas y sin escrúpulos, ¿cómo se cumpliría el propósito de Dios? Y si decidía vengarse de ellos, podía poner en peligro la vida de su hermano Benjamín y de su padre, que tal vez se encontraban en una situación delicada. Ni siquiera sabía si estaban vivos. José decidió no decir a sus hermanos quién era, ponerlos a prueba y averiguar si habían cambiado. De esa forma podría 1 DE MAYO DE 2015

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asegurarse de hacer lo que Jehová quería que hiciera. Difícilmente nos veremos alguna vez en una situación como esta. Sin embargo, hoy es común que las familias se peleen o se separen. En esas ocasiones, puede que lo más fácil sea dejarse llevar por los sentimientos y hacer lo primero que se le pasa a uno por la mente. Si nos enfrentáramos a ese problema, sería mucho mejor copiar el ejemplo de José y tratar de averiguar cómo quiere Jehová que actuemos (Proverbios 14:12). Claro, aunque llevarse bien con la familia es importante, más importante aún es tener una buena relación con Jehová y con su Hijo, Jesús (Mateo 10:37). “MEDIANTE ESTO SERÁN PROBADOS”

Sin perder un minuto, José puso a prueba a sus hermanos para descubrir qué había en su corazón. Primero, los acusó de ser espías y, mediante un intérprete, les dijo cosas muy duras. Ellos trataron de defenderse diciendo que eran hombres de familia y que tenían un hermano pequeño que se había quedado en casa. ¡Qué alegría habrá sentido José al descubrir que su hermano estaba vivo! Esto le dio una idea. Les dijo a sus hermanos: “Mediante esto serán probados. [...] No saldrán de aquí sino hasta que venga acá su hermano menor”. Pocos días después, les permitió regresar a su hogar para traer a Benjamín con la condición de que uno de ellos se quedara como garantía de que volverían (Génesis 42:9-20). Pensando que Zafenat-panéah no los entendía, los diez hermanos se pusieron a hablar de lo que habían hecho con José veinte años atrás: “Indisputablemente somos culpables tocante a nuestro hermano, porque vimos la angustia de su alma cuando suplicaba de nosotros que tuviéramos compasión, pero no escuchamos. Por eso nos ha sobrevenido esta angustia”. José, que entendía perfectamente todo lo que decían, “se apartó de ellos y empezó a llorar” (Génesis 42: 21-24). Ahora bien, él sabía que el verdadero arre14

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pentimiento es algo más que lamentar las consecuencias de lo que uno hace. Así que decidió seguir con la prueba. Retuvo a Simeón y envió a sus demás hermanos a Canaán. También ocultó dinero en sus sacos de alimento. Cuando estos llegaron a casa, le contaron la historia a Jacob. Tras mucho insistir, lo convencieron para que permitiera que Benjamín volviera con ellos a Egipto. Ya otra vez en casa de José, le dijeron a su siervo que habían encontrado dinero en sus sacos y que estaban dispuestos a devolverlo. Aunque era un gesto admirable, José quería ver más pruebas de su sinceridad. Disimulando a duras penas sus sentimientos al ver a Benjamín, invitó a sus hermanos a un banquete. Entonces los dejó regresar a casa, pero esta vez mandó esconder una copa en el saco de Benjamín (Génesis 42:26–44:2). Al rato, José mandó buscar a sus hermanos para reclamarles su copa. Cuando se encontró la copa en el saco de Benjamín y se le acusó de ladrón, todos decidieron acompañarlo hasta la casa de José. Ahora José tenía una oportunidad para ver qué clase de personas eran sus hermanos. Judá tomó la palabra y se ofreció junto a todos sus hermanos como esclavos de José. Pero este rechazó la oferta y dijo que solo Benjamín debía quedarse en Egipto (Génesis 44:2-17). La respuesta de Judá le salió del alma: “Él [Benjamín] es el único que queda de su madre, y su padre de veras lo ama”. Aquellas palabras debieron de conmover a José, que también era hijo de la madre de Benjamín, Raquel. Al igual que su padre, José recordaba con cariño a Raquel, quien murió al dar a luz a Benjamín. Puede que por esa razón se sintiera tan apegado a su hermano (Génesis 35:18-20; 44:20). Judá volvió al ataque y le rogó a José que no retuviera a Benjamín como esclavo. Hasta se ofreció para ocupar su lugar. Finalmente, le hizo una desgarradora súplica: “¿Cómo podré yo subir a donde mi padre sin el muchacho junto conmigo, por temor de que entonces mire la calamidad


José se dio cuenta de que sus hermanos estaban realmente arrepentidos

que descubrirá a mi padre?” (Génesis 44:18-34). No había ninguna duda: Judá era un hombre nuevo. No solo mostró arrepentimiento, sino consideración, generosidad y compasión. José ya no aguantaba más tantas emociones reprimidas. Así que mandó salir a todos sus siervos y comenzó a llorar a pleno pulmón; tan fuerte que se le pudo oír desde el palacio del faraón. Por fin, dijo quién era: “Yo soy José su hermano”. Sus hermanos se quedaron de piedra. Pero José los abrazó y los besó, indicándoles así que los había perdonado (Génesis 45:1-15). De este modo, reflejó la misericordia de Jehová, quien nos perdona generosamente (Salmo 86:5). Y nosotros, ¿somos así? “TODAV ÍA ESTÁS VIVO”

Cuando el faraón se enteró de la historia de José, le dijo que trajera a Egipto a su envejecido padre y a toda su familia. Así que José no tardó mucho en reunirse con su padre. Al ver a su hijo, Jacob lloró y le dijo: “Esta vez estoy dispuesto a morir, ya que he visto tu rostro, puesto que todavía estás vivo” (Génesis 45:16-28; 46:29, 30). Tras el reencuentro, Jacob vivió diecisiete años más. Antes de morir, bendijo a sus 12 hijos y predijo lo que ocurriría con ellos en el futuro. A José,

el penúltimo de sus hijos, le dio la porción doble de la herencia que debía haber sido para el primero. Además, de los hijos de José saldrían dos de las doce tribus de Israel. ¿Y qué pasó con Judá, el cuarto hijo de Jacob? Puesto que demostró arrepentimiento de manera más sobresaliente que sus hermanos, Jacob predijo que el Mesías sería descendiente suyo (Génesis, capítulos 48 y 49). Jacob murió a los 147 años. Tras su muerte, sus hijos temían que José usara su poder para vengarse de ellos. Pero José los tranquilizó. Como les había dicho antes, él había visto la mano de Jehová en los asuntos; así que no tenían por qué seguir lamentándose. Les dijo: “No tengan miedo, ¿pues acaso estoy yo en el lugar de Dios?” (Génesis 15:13; 45:7, 8; 50:15-21). Para José, el mejor juez era Jehová. ¿Debía él castigar a los que Jehová había perdonado? (Hebreos 10:30.) Y a usted, ¿le resulta difícil perdonar? Aunque no es fácil cuando sabemos que quien nos ha ofendido lo ha hecho a propósito, si perdonamos a quienes están realmente arrepentidos, aliviaremos no solo nuestro propio dolor, sino también el de la persona que nos ofendió. Además, imitaremos la fe de José y la misericordia de nuestro Padre, Jehová. ˇ 1 DE MAYO DE 2015

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EJEMPLOS DE FE D ÉBORA

“Me levanté como madre en Israel”

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ÉBORA mira a los soldados reunidos en la cima del monte Tabor. Se siente conmovida al verlos. Con los primeros rayos del Sol, piensa en la valentía de esos hombres y en la fe de su comandante, Barac. Aunque son un ejército grande de 10.000 soldados, todos verán puesta a prueba su fe y valor. Tienen muy pocas armas y están por enfrentarse a un enemigo sanguinario que los supera en número. Pero aquí están, listos para la batalla, y gracias al valor de una mujer. Imagínese a Débora en la cima del monte Tabor, sus vestidos mecidos por la brisa, contemplando junto a Barac un paisaje imponente. Desde la plana cima de esta montaña, a más de 400 metros (1.300 pies) de altura, tienen una vista estratégica de la llanura de Esdrelón, o Jezreel, que se extiende hacia el suroeste. El río Cisón se abre camino por el verde valle para desembocar en el mar Grande, pasando cerca del monte Carmelo en su recorrido. Quizás el río estaba seco aquella mañana; sin embargo, algo brillaba en la planicie. ¿Qué era? El ejército de Sísara se estaba acercando. Y lo que destellaba era una poderosa arma que lo llenaba de orgullo: 900 carros equipados con afiladas cuchillas de hierro que les salían de los ejes, una visión que no auguraba nada bueno. ¡Sísara pretendía eliminar a aquellos israelitas apenas armados como si de cortar hierba se tratara! Débora sabía que Barac y sus hombres estaban a la espera de que les diera alguna orden o les hiciera alguna señal. ¿Cómo habrá sido para ella ser la única mujer presente y tener una responsabilidad tan grande sobre sus hombros? ¿Se habrá preguntado

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qué hacía allí? ¡Claro que no! El propio Jehová, su Dios, fue quien le dijo a ella que iniciara esta guerra. También fue él quien le dijo que la guerra acabaría por “mano de una mujer” (Jueces 4:9). ¿Qué nos enseña sobre la fe la historia de Débora y aquellos valientes guerreros? “TIENES QUE DESPLEGARTE SOBRE EL MONTE TABOR”

La primera vez que se menciona a Débora en la Biblia, se dice que es una profetisa. Aunque no es un título común en la Biblia, Débora no fue la única.1 Además, esta fiel mujer también actuaba de jueza, zanjando disputas y dando las respuestas de Jehová cuando surgían problemas en la nación (Jueces 4:4, 5). Débora vivía en la región montañosa de Efraín, entre Betel y Ramá. Tenía la costumbre de sentarse debajo de una palmera para recibir a las personas y ayudarlas con la guía de Jehová. Sin duda, la tarea era difícil, pero a ella no la intimidaba. Además, la situación era preocupante. En una canción que más adelante compuso con Barac, declaró la razón al decir: “Ellos procedieron a escoger dioses nuevos. Fue entonces cuando hubo guerra” (Jueces 5:8). En vista de que los israelitas le habían dado la espalda a Jehová para servir a otros dioses, él los había abandonado en manos de sus enemigos. Ahora estaban bajo el dominio del rey cananeo Jabín, quien tenía al frente de su ejército al temible general Sísara. Los israelitas temblaban con solo oír el nombre 1 Otras profetisas fueron Míriam, Huldá y la esposa de Isaías (Éxodo 15:20; 2 Reyes 22:14; Isaías 8:3).


de Sísara. La religión y la cultura de Canaán se caracterizaban por su terrible crueldad. De hecho, el sacrificio de niños y la prostitución en los templos eran prácticas habituales. ¿Se imagina lo que sería estar bajo el dominio de un general cananeo y de todo su ejército? Según el canto de Débora, viajar por la nación era casi imposible y las aldeas estaban deshabitadas (Jueces 5:6, 7). Seguramente, la gente vivía aterrorizada y tenía que esconderse en los bosques y las colinas, sin poder cultivar sus campos ni andar por los caminos por temor a ser atacados, a que secuestraran a sus hijos o a que violaran a sus mujeres.1 Los israelitas estuvieron veinte años bajo esta cruel dominación, hasta que Jehová vio que su terco pueblo había cambiado de actitud. O como dice la canción de Débora y Barac: “Hasta que yo, Débora, me levanté, hasta que me levanté como madre en Israel”. Débora estaba casada con un hombre llamado Lapidot. Aunque no se sabe si tenían hijos, ella fue “madre en Israel” en el sentido de que Jehová la escogió para que cuidara de la nación como una madre. Le encargó que mandara llamar a un hombre fiel y valiente, el juez Barac, para que se enfrentara a Sísara (Jueces 4:3, 6, 7; 5:7). Mediante Débora, Jehová le comisionó a Barac que juntara en el monte Tabor a 10.000 hombres de dos tribus de Israel. Débora le transmitió la promesa de Dios de que vencerían a Sísara, a su ejército y a sus 900 carros de guerra. Esta promesa habrá sorprendido a Barac, dado que Israel no tenía un ejército y contaba con muy pocas armas. Aun así, Barac estuvo dispuesto a pelear. Pero con una condición: que Débora subiera con ellos al monte Tabor (Jueces 4:6-8; 5:6-8). Algunos opinan que Barac tenía poca fe y que por eso hizo esa petición, pero eso no es cierto. A fin de cuentas, no le pidió a Dios más armas; sino

que un representante suyo fuera con él y sus hombres para darles ánimo (Hebreos 11:32, 33). Jehová estuvo de acuerdo y permitió que Débora los acompañara. De todos modos, hizo que ella profetizara que el mérito de la victoria se lo llevaría una mujer (Jueces 4:9). Dios había decidido que una mujer mataría al cruel Sísara. En la actualidad, las mujeres son víctimas de muchas injusticias, actos de violencia y abusos. Pocas veces se las trata con la dignidad que Dios quiere que reciban. Pero él valora por igual a hombres y Débora animó a Barac a actuar como libertador del pueblo de Dios

1 La canción de Débora indica que Sísara acostumbraba regresar de sus campañas militares trayendo consigo muchachas como parte del botín para sus soldados. A veces, entregaba más de una joven a cada uno (Jueces 5:30). En la canción se utiliza la palabra hebrea para matriz, que también significa “muchacha” o “doncella”. El uso de ese término indica que a las mujeres se las valoraba solo por su capacidad reproductiva. Es probable que la violación fuera una práctica común.

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mujeres, y todos pueden recibir su aprobación (Romanos 2:11; Gálatas 3:28). El caso de Débora nos recuerda que Dios también honra a las mujeres al encargarles tareas importantes, demostrando que confía en ellas. Por eso es fundamental que no adoptemos los prejuicios que abundan en este mundo. “LA TIERRA SE MECIÓ, LOS CIELOS TAMBIÉN GOTEARON”

Barac puso manos a la obra y reclutó 10.000 hombres que tuvieran el valor de enfrentarse a las aterradoras fuerzas de Sísara. Sin duda, al dirigirse al monte Tabor, le tranquilizaba tener a su lado a alguien que les infundiera ánimo. “Débora fue subiendo con él.” (Jueces 4:10.) Para aquellos soldados habrá sido muy motivador ver que esta valiente mujer subía con ellos, dispuesta a arriesgar su vida por amor a Jehová. Sísara reaccionó de inmediato cuando se enteró de que Israel había juntado a un ejército para luchar contra él. Varios reyes cananeos enviaron sus ejércitos para apoyar a las fuerzas del rey Jabín, que al parecer era el más poderoso de todos ellos. El avance de las tropas y los 900 carros hacía un ruido ensordecedor, y la tierra temblaba bajo su paso. Los cananeos estaban seguros de que acabarían rápidamente con el lastimoso ejército israelita (Jueces 4:12, 13; 5:19). ¿Qué harían Barac y Débora? Si se quedaban en las laderas del Tabor, tendrían ventaja sobre las fuerzas cananeas, ya que los carros solo funcionaban en terreno plano. Pero Barac pelearía únicamente como Jehová le indicara, así que esperó las instrucciones de Débora. Por fin, el momento llegó. “Levántate —le dijo Débora—, porque este es el día en que Jehová ciertamente dará a Sísara en tu mano. ¿No es Jehová quien ha salido delante de ti?” Y eso hizo Barac. Descendió del monte Tabor con sus 10.000 hombres (Jueces 4:14).1 Las tropas de Israel se lanzaron colina abajo y lle1 La batalla que tuvo lugar a continuación se describe dos veces en la Biblia. En el capítulo 4 de Jueces se narra lo que ocurrió, y en el capítulo 5 se menciona en el canto de Débora y Barac. Ambos relatos se complementan, pues cada uno aporta detalles que el otro no incluye.

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garon a campo abierto, a la planicie, dirigiéndose directamente a aquellas temibles máquinas de guerra. ¿Los ayudaría Jehová? ¿Saldría delante de ellos, como había dicho Débora? La respuesta no se hizo esperar: “La tierra se meció, los cielos también gotearon”, dice el relato. El orgulloso ejército de Sísara se desconcertó cuando les cayó encima un tremendo aguacero. Parece que llovió tanto que el terreno enseguida se inundó. De un momento a otro, los pesados carros quedaron inservibles. Se hundieron en el fango y no había manera de sacarlos de allí (Jueces 4:14, 15; 5:4). A Barac y sus hombres no les importó la lluvia. Sabían que Jehová la había enviado. Así que empezaron a atacar a los soldados cananeos. En su función de ejecutores divinos, no dejaron ni a un enemigo con vida. El río Cisón creció e inundó el valle, arrastrando los cadáveres río abajo, hacia el mar Grande (Jueces 4:16; 5:21). En nuestro tiempo, Jehová ya no envía a sus siervos a ninguna guerra. Pero sí quiere que peleemos por nuestra fe en una guerra espiritual (Mateo 26:52; 2 Corintios 10:4). Al obedecer a Dios demostramos de qué lado estamos en esa lucha. Debemos ser valientes porque los enemigos de Dios pueden llegar a ser muy crueles. Sin embargo, Jehová sigue siendo el mismo y protegiendo a quienes confían en él, como Débora, Barac y los valientes soldados israelitas. “MUY BENDITA ENTRE LAS MUJERES”

Pero... ¡uno de los enemigos, el peor, ha escapado! Sísara, que tanto dolor causó al pueblo de Dios, salió corriendo. Abandonando a sus hombres en el lodo, se escurrió entre los soldados israelitas hacia terreno más firme. Corrió muchos kilómetros para refugiarse con alguno de sus aliados. Aterrorizado ante la posibilidad de que los israelitas dieran con él, se dirigió al campamento de Héber, un quenita que se había separado de su gente para establecerse más al sur y que tenía un acuerdo de paz con el rey Jabín (Jueces 4:11, 17). Sísara llegó agotado al campamento de Héber, que no estaba en casa; pero Jael, la esposa, lo recibió. Sísara habrá dado por sentado que ella respe-


Tal como predijo Débora, Jehová luchó por su pueblo y derrotó al ejército de Sísara

taría el acuerdo de su esposo con el rey Jabín. Probablemente ni se le pasó por la cabeza la idea de que una mujer tuviera una opinión diferente a la de su esposo. ¡Qué equivocado estaba! Sin duda, Jael conocía la maldad de los cananeos y cómo oprimían a la gente. Así que tuvo que tomar una decisión: podía ayudar a este hombre cruel o podía ponerse del lado de Jehová y acabar con el enemigo del pueblo de Dios. Pero ¿cómo podría una mujer derrotar a un fuerte y curtido guerrero? Jael no tenía tiempo que perder, así que invitó a Sísara a entrar en su tienda. Él le mandó que no dijera a nadie que se había escondido allí si alguien preguntaba por él. Entonces, Sísara se acostó a descansar, y Jael lo cubrió con una manta. Cuando él le pidió agua, ella le sirvió leche tibia. El hombre no tardó en quedarse profundamente dormido. En eso, Jael agarró una estaca y un martillo, dos objetos que, como toda mujer nómada, sabía usar muy bien. Se acercó despacio a él para hacer algo que requirió mucho valor: acabar con ese enemigo de Jehová. Si tan solo hubiera dudado un instante, habría fracasado. ¿Actuó pensando en el pueblo de Dios, que por tantos años había sufrido la crueldad de este hombre? ¿O lo hizo por el privilegio de po-

nerse de parte de Jehová? La Biblia no lo dice. Solo sabemos que ejecutó a Sísara en un momento (Jueces 4:18-21; 5:24-27). Poco después llegó Barac persiguiendo a su enemigo. Cuando Jael le mostró el cuerpo con la estaca clavada en las sienes, enseguida se dio cuenta de que la profecía de Débora se había cumplido. ¡Una mujer había derrotado al poderoso Sísara! Muchos escépticos de nuestro tiempo han criticado a Jael, pero para Barac y Débora, lo que ella hizo fue muy loable. En la canción que compusieron bajo la guía divina, la llaman “muy bendita entre las mujeres” por su valentía (Jueces 4:22; 5:24). Evidentemente, Débora no envidió la honra que Jael recibió, pues para ella lo más importante era que se cumpliera la palabra de Jehová. Con la muerte de su general, el rey Jabín perdió su poder. ¡Por fin había acabado la tiranía cananea! Israel disfrutó de paz por los siguientes cuarenta años (Jueces 4:24; 5:31). No hay duda de que la fe de Débora, Barac y Jael fue recompensada. Como Débora, seamos valientes, pongámonos de parte de Dios y animemos a otros a hacer lo mismo. Si así lo hacemos, con la ayuda de Jehová venceremos y disfrutaremos de paz por la eternidad. ˇ 1 DE AGOSTO DE 2015

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EJEMPLOS DE FE TIMOTEO

Un hijo amado y fiel T

IMOTEO se aleja a paso firme del que había sido su hogar, concentrado en lo que tiene por delante. Sigue a sus compañeros por los campos que conoce perfectamente bien. La ciudad de Listra, asentada sobre una pequeña colina en el centro de un valle, va desapareciendo a sus espaldas. Timoteo sonríe mientras recuerda a su madre y a su abuela tratando de ocultar las lágrimas al verlo partir. ¿Debería girarse y mirar por última vez? De vez en cuando, el apóstol Pablo lo mira y le sonríe para animarlo. Pablo sabe que Timoteo aún es un poco tímido, pero admira el entusiasmo de este joven. Timoteo quizás tiene unos 20 años y respeta y quiere mucho a Pablo. Ahora, acompaña a este hombre fiel y lleno de energía en un viaje que lo llevará muy lejos de su hogar. Viajarán a pie y por barco, y se enfrentarán a muchos peligros en el camino. Timoteo no sabe si algún día volverá a ver a su familia. ¿Por qué decidió este joven darle ese rumbo a su vida? ¿Valió la pena hacer tantos sacrificios? ¿Qué aprendemos de la fe de Timoteo? “DESDE LA INFANCIA”

Remontémonos un par de años antes de su partida. Listra, donde probablemente se crió, era una pequeña ciudad en un apartado y verde valle. Es posible que la gente entendiera griego, pero hablaban el idioma local, el licaónico. Cierto día se formó un alboroto en ese tranquilo lugar: dos misioneros cristianos, Pablo y Bernabé, acababan de llegar de la vecina ciudad de Iconio. 12

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Mientras predicaban, Pablo se fijó en un hombre inválido que parecía creer lo que el apóstol enseñaba. Así que Pablo efectuó un milagro y lo sanó (Hechos 14:5-10). Muchos de los habitantes de Listra creían en las historias sobre dioses que usaban cuerpos humanos y que habían estado en esa región en el pasado. Por eso, la gente confundió a Pablo con el dios Hermes y a Bernabé con Zeus. Aquellos dos humildes cristianos a duras penas lograron impedir que hicieran sacrificios en su honor (Hechos 14:11-18). Sin embargo, unos cuantos en Listra no creyeron que se tratara de dos dioses mitológicos, sino de dos personas normales con un mensaje maravilloso. Por ejemplo, Eunice, una mujer judía casada con un griego,1 y su madre Loida escucharon fascinadas a Pablo y Bernabé. Por fin recibieron las noticias que todos los judíos anhelaban oír: el Mesías había llegado y había cumplido muchas de las profecías sobre él. ¿Qué impacto tuvo en Timoteo la visita de Pablo? Al joven le habían enseñado “desde la infancia” a amar los santos escritos hebreos (2 Timoteo 3:15). Al igual que su madre y su abuela, se dio cuenta de que Pablo y Bernabé enseñaban la verdad sobre el Mesías. Ahora, piense en el hombre inválido a quien Pablo sanó. Seguro que desde niño, Timoteo lo había visto muchísimas veces por las calles de Listra. ¡Y ahora lo veía caminar 1 Vea el artículo “¿Lo sabía?” en esta misma revista.


por primera vez! No sorprende que su madre, su abuela y él se convirtieran al cristianismo. Los padres y abuelos de nuestros días pueden aprender mucho de Eunice y Loida. Ustedes también pueden ser un excelente ejemplo para los jóvenes. “A TRAVÉS DE MUCHAS TRIBULACIONES”

Seguro que todos los que se convirtieron al cristianismo en Listra estaban encantados con su nueva esperanza. Pero también descubrieron que ser cristiano no les sería fácil. Los fanáticos opositores judíos de Iconio y Antioquía llegaron a Listra y alborotaron aún más a las personas en contra de Pablo y Bernabé. Enseguida aquella muchedumbre enojada fue tras Pablo y lo apedreó. Después de muchos golpes, cayó al suelo. Aquella chusma lo arrastró fuera de la ciudad dándolo por muerto (Hechos 14:19). Los discípulos de Listra fueron hasta donde estaba y lo rodearon. ¡Qué alivio sintieron cuando Pablo empezó a moverse, se levantó y con valentía entró de nuevo en la ciudad! Al día siguiente, él y Bernabé se fueron a Derbe para continuar predicando. Después de hacer discípulos allí también, se armaron de valor y regresaron a Listra, a pesar de los peligros. ¿Por qué volvieron? Para seTimoteo aceptó de corazón las enseñanzas de Pablo

guir “fortaleciendo las almas de los discípulos, animándolos a permanecer en la fe”. Imagínese al joven Timoteo, escuchando asombrado a Pablo y Bernabé. Les estaban diciendo a los cristianos que la esperanza que tenían para el futuro era tan maravillosa que hacía que los sufrimientos del momento valieran la pena. Les dijeron: “Tenemos que entrar en el reino de Dios a través de muchas tribulaciones” (Hechos 14:20-22). Timoteo vio que Pablo vivía de acuerdo con esas palabras, enseñando las buenas nuevas a otras personas a pesar de la oposición. Timoteo sabía que si seguía su ejemplo, tendría que enfrentarse a la persecución de sus vecinos. Quizás hasta su propio padre se opondría. Pero no iba a permitir que nada ni nadie lo desanimara de servir a Dios. Hoy también hay muchos jóvenes como Timoteo. Muestran la misma sabiduría cuando buscan amigos con una fe fuerte que los animen y los ayuden a seguir adelante. Ellos tampoco permiten que la oposición les impida servir al Dios verdadero. “DABAN BUENOS INFORMES ACERCA DE ÉL”

Dos o tres años después, Pablo regresó a Listra, como se menciona al principio del artículo.


Seguramente en la casa de Timoteo estaban muy emocionados de volver a ver al apóstol, esta vez acompañado por Silas. Sin duda, Pablo también estaba contento de regresar. Ahora podría ver con sus propios ojos cómo habían crecido las semillas de la verdad que había sembrado. Ahí encontró a Loida y a Eunice, su hija, dos cristianas leales a quienes Pablo admiraba por su “fe sincera” (2 Timoteo 1:5, La Palabra de Dios para Todos). ¿Y qué había sido de Timoteo? Pablo se enteró de que el joven había madurado mucho desde su última visita. Los hermanos “daban buenos informes acerca de él” tanto en Listra como en Iconio, que estaba a 32 kilómetros (20 millas) al noreste (Hechos 16:2). ¿Cómo había logrado tener tan buena reputación? Entre “los santos escritos” que a Timoteo le habían enseñado su madre y su abuela “desde la infancia” había consejos útiles para los jóvenes (2 Timoteo 3:15). Uno de ellos dice: “Acuérdate de tu Creador ahora que eres joven” (Eclesiastés 12:1, Dios habla hoy). Estas palabras cobraron mayor significado cuando Timoteo se hizo cristiano. Se dio cuenta de que la mejor manera de acordarse de su Creador era predicar las buenas nuevas sobre su Hijo, Jesucristo. Poco a poco fue superando su timidez y declaró con valentía aquellas buenas noticias. Los hombres que dirigían las congregaciones vieron el progreso de Timoteo. Sin duda, les conmovió ver cómo aquel joven animaba a quienes lo rodeaban. Y más importante aún es que Jehová también vio ese progreso espiritual. Dios inspiró algunas profecías sobre Timoteo, quizás sobre la futura labor que llevaría a cabo en muchas congregaciones. Cuando Pablo visitó Listra, se dio cuenta de que podría serle de mucha ayuda en sus viajes misionales. Los hermanos que conocían al joven estaban de acuerdo con el apóstol. Impusieron las manos sobre Timoteo, un gesto que demostraba que había sido elegido para llevar a cabo una misión especial para Dios (1 Timoteo 1: 18; 4:14). 14

LA ATALAYA

Seguramente, Timoteo no se lo esperaba y se sorprendió de que sus hermanos tuvieran tanta confianza en él. Estaba listo para ir con Pablo.1 ¿Cómo habrá reaccionado el padre de Timoteo, que no era cristiano, al enterarse de que su hijo tendría que estar viajando para cumplir con la comisión que había recibido? Lo más probable es que tuviera otros planes para él. ¿Y qué pensarían la madre y la abuela de Timoteo? Sin duda, estaban muy orgullosas de él, pero intentaban disimular los temores que tenían sobre su bienestar. Al principio del artículo hablamos de la mañana en la que Timoteo inició una nueva vida que lo llevaría a muchos lugares junto con Pablo. A medida que se alejaba de Listra, cada sonido de las piedras y de la hierba bajo sus pies significaba un paso hacia un mundo desconocido lejos de los suyos. Al final del día, después de mucho caminar, Pablo, Silas y Timoteo llegaron a Iconio. El joven observó a Pablo y Silas informar de las últimas decisiones tomadas por los apóstoles y ancianos de Jerusalén. También vio cómo edificaron la fe de los creyentes de aquella ciudad (Hechos 16: 4, 5). Pero esto era tan solo el comienzo. Después de visitar las congregaciones de Galacia, dejaron atrás las amplias calzadas romanas y caminaron cientos de kilómetros a través de las extensas llanuras de Frigia, dirigiéndose primero al norte y luego al oeste. Siguiendo la dirección del espíritu santo de Dios, llegaron a Troas y se embarcaron rumbo a Macedonia (Hechos 16:612). Para ese momento, Pablo ya se había dado cuenta de lo útil que le era Timoteo. Lo dejó en Berea con Silas (Hechos 17:14). Incluso permitió que fuera solo a Tesalónica. Timoteo imitó con mucho cuidado los ejemplos que había observado, y fortaleció la fe de los cristianos fieles de allí (1 Tesalonicenses 3:1-3). Pablo escribió sobre Timoteo: “No tengo a ningún otro de disposición como la de él, que genui1 Cuando Pablo se lo pidió, Timoteo estuvo dispuesto a circuncidarse. Aunque no era un requisito cristiano, Pablo quería evitar que los judíos a los que iban a predicar pusieran objeciones a la presencia de aquel joven cuyo padre no era judío (Hechos 16:3).


namente cuide de las cosas que tienen que ver con ustedes” (Filipenses 2:20). Timoteo no se ganó esta reputación por casualidad, sino por ser muy trabajador, humilde y por aguantar fielmente las pruebas. ¡Qué ejemplo tan sobresaliente para los jóvenes de hoy! Si eres joven, recuerda que se te conocerá por lo que hagas ahora. Tienes una oportunidad única: la de crearte una buena reputación si pones a Jehová en primer lugar en tu vida, y si eres amable y respetuoso con los demás. “HAZ LO SUMO POSIBLE POR VENIR A M Í”

En el transcurso de catorce años, Timoteo pasó mucho tiempo trabajando al lado del apóstol Pablo, su amigo. Junto a él disfrutó de muchas alegrías, aunque también se enfrentó a muchos peligros (2 Corintios 11:24-27). En cierta ocasión, hasta estuvo preso por causa de su ministerio (Hebreos 13:23). Como Pablo, Timoteo sentía mucho cariño por los hermanos y se preocupaba por ellos. El apóstol le escribió: “Recuerdo tus lágrimas” (2 Timoteo 1:4). Timoteo también lloraba con los que lloraban, pues se ponía en el lugar de los demás, y les daba ánimo y consuelo (Romanos 12:15). Todos deberíamos aprender a hacer lo mismo. No sorprende que Timoteo llegara a ser un siervo de Dios sobresaliente. Por eso, Pablo le encargó que, además de visitar las congregaciones para animarlas y fortalecerlas, nombrara a hombres capaces para que sirvieran de ancianos y siervos ministeriales (1 Timoteo 5:22). Pablo quería muchísimo a Timoteo; como un buen padre, le dio guía y consejos. Vez tras vez le recordó que debía cuidar su relación con Dios y que tenía que seguir progresando (1 Timoteo 4: 15, 16). Lo animó a que no dejara que su juventud ni sus defectos le impidieran hacer lo que es correcto cuando fuera necesario (1 Timoteo 1:3; 4:6, 7, 11, 12). Pablo incluso le aconsejó sobre cómo aliviar un problema de salud, probable-

Desde joven, Timoteo se dedicó a servir a Dios

mente debido a frecuentes dolores de estómago (1 Timoteo 5:23). Con el tiempo, Pablo se dio cuenta de que pronto sería ejecutado, por eso decidió escribirle una última carta a Timoteo. Le suplicó: “Haz lo sumo posible por venir a mí dentro de poco” (2 Timoteo 4:9). Pablo quería profundamente a Timoteo, incluso lo llamó: “Mi hijo amado y fiel en el Señor” (1 Corintios 4:17). No es de extrañar que deseara que estuviera con él en los últimos días de su vida. Y nosotros, ¿somos una fuente de consuelo? ¿Buscan nuestra compañía quienes pasan por un mal momento? ¿Logró Timoteo ver a Pablo antes de su ejecución? No lo sabemos. Pero podemos estar seguros de que hizo todo lo que pudo para consolar y animar a Pablo y a muchos otros cristianos. No puede negarse que Timoteo estuvo a la altura de su nombre, que significa “que honra a Dios”. Tanto a jóvenes como a adultos nos ha dejado un gran ejemplo de fe. ˇ 1 DE NOVIEMBRE DE 2015

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