Diseñador fotográfico residente en Quito – Ecuador Buscador de nuevas tendencias y estilos, siempre en la búsqueda de transmitir un mensaje social plasmado en cualquier género fotográfico.
Las raíces arquitectónicas forjan nuestro centro patrimonial, para nunca olvidar la historia de nuestro país con sus portones añejos, iglesias asombrosas y calles de piedra, junto con el monocromo establece una relación de nostalgia y memoria.
La memoria se vuelve olvidadiza y pierde su magnificencia, pureza y significado, las lĂneas se transforman en grietas las cuales invitan a la luz ser la protagonista de la escena, la cual se fue formando con el tiempo y el deterioro a fin de nunca olvidar la huella que deja el ser humano en el espacio.
Metales viejos y vidrios rotos, el 贸xido del ambiente se siente, lugares desolados donde hubo mucha actividad humana, fueron consumidos por el olvido, el abandono y la muerte. El paisaje toma color para denotar dichos espacios.
Se corrompe pero no durante tanto tiempo, como la energĂa, el espacio no se crea sino se transforma y muta, evoluciona segĂşn el antojo humano el cual crea espacios estilizados y hasta surreales.
¡Más alto! Siempre más arriba, hasta que las nubes se reflejen en nuestras ventanas, líneas rectas, minimalistas conducen un discurso evolutivo, progresista y sustentable, hemos creado, olvidado, destruido y crear de nuevo, para lograr siempre estar a la vanguardia junto con nuestra ideología moderna.
Entre tantas lĂneas necesita aislarse un momento, buscar respuestas en la naturaleza la cual lucha por permanecer intacta entre la intervenciĂłn humana, el cielo, las figuras y la luz se vuelven ingredientes fundamentales de esperanza y armonĂa.
Poco a poco abandona el concreto, asfalto y electricidad para poder tener un contacto fidedigno con la naturaleza.
Encuentra sus respuestas en las luces naturales, para luego inspirarse y crear escenarios e historias acerca de la cotidianidad y cuentos fantรกsticos.
Fantasía y realidad, como un reflejo de nuestras realidades y sueños utópicos, en escena transforman el tiempo y espacio en realidades paralelas, entre la oscuridad se va pintando luces de colores las cuales forman figuras hermosas, oníricas para un poco salir de la realidad, pero siempre cargando con un mensaje social adornado con vestuarios, escenarios y maquillaje.
Colores y luces crean melodías visuales las cuales se mezclan con el movimiento y la falta del mismo, para generar poesía y oraciones gráficas.
El congelar del tiempo, podemos ver la asombrosa belleza de la danza y el teatro, las expresiones se vuelven familiares y poco a poco nos identificamos con la obra teatral.
Inspirados seguimos creando, incursionando y siendo objetos de experiencias las cuales nos ayudan a crecer y lo mejor de todo, nos recuerda que somos humanos nada mĂĄs ni nada menos, lo cual crea un discurso retrospectivo acerca de nuestros actos, sueĂąos, virtudes y errores, de ese modo se logra crear un mundo mejor que el de ayer.