CIUDAD DE DIOS Ciudad de Dios, es una película brasileña, basada en la vida real, dirigida por Fernando Meireles y que se desarrolla en el contexto de las favelas de Río de Janeiro. La producción, que es contada de manera no lineal, relata la historia, entre otras, de Buscapé, un niño que busca convertirse en fotógrafo profesional, plasmando a través de imágenes, la difícil, violenta y también trepidante vida de la Cidade de Deus. Protagonizada por: Alexandre Rodrigues (Buscapé); Matías Padilla (Ze Pequeño); Phelippe Haasengen (Bené); Douglas Silva (Dadinho) y Alice Braga (Angélica), esta cinta es magistral. La encarnación de los personajes es sumamente realista y muy bien ejecutada, pues tiene la capacidad
de zambullirnos en un mar de sentimientos que van desde el odio y el rencor, hasta la alegría y el amor. “Lucha y nunca sobrevivirás; corre y nunca escaparás“. Ciudad de Dios es una producción sumamente bien lograda. Su complejidad es grande, pero el director, Fernando Meireles, hizo un excelente trabajo dirigiéndola, pues todos los arcos argumentales, subtramas y líneas de tiempo con las que cuenta esta grandiosa historia, logran resolverse satisfactoriamente y, más que satisfactoria, es brillante. La historia dentro de la película es trepidante, dado que retrata la cruenta y violenta vida dentro de uno de los barrios marginales de Rio de Janeiro, en donde
Por Fernando Ramírez pareciera que no se conoce otro idioma más efectivo que la violencia. El entorno lleno de carencia, miseria y violencia, obliga a muchos jóvenes habitantes del barrio a convertirse en crueles criminales, pero sus historias se entrelazan y relacionan en medio de una selva de sentimientos: amor, pasión, lujuria, violencia, odio, entre otras cosas, es lo que sienten, ejecutan y viven los personajes dentro de esta maravillosa obra. Técnicamente es compleja, pues debido a que hay diversas historias que contar para explicar el origen de los personajes y sus motivaciones, la narrativa da un brinco de complejidad al contarnos la historia en diversas líneas de tiempo, además del uso de diversos flash backs, o incluso de lo contrario, flash forewards. Al final, Ciudad de Dios termina siendo un logro cinematográfico, avasallador, trepidante, magistral y soberbio.
VEREDICTO ESTILO CAPITAL
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Cidade de Deus es entonces, una estupenda y gloriosa película, y joya del cine sudamericano. Cargada de un abanico de emociones, su acción, el realismo y el profundo entendimiento de la vida y emociones de los habitantes del bajo mundo de las favelas, logra entonces, crear y hacernos experimentar una poderosa experiencia.