FINALMENTE, REY

Siete décadas después de la coronación de Isabel II, Inglaterra ungió a un nuevo rey. La larga espera de Carlos terminó por fin y a los 74 años tiene la misión de “renovar” una monarquía cada vez más menos popular entre las nuevas generaciones.

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A bordo de la carroza Diamond Jubilee, Carlos y Camila salieron del Palacio de Buckingham rumbo a la Abadía de Westminster en la “procesión del rey”, un recorrido de dos kilómetros por el centro de la ciudad.

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Carlos III llegó a la abadía con la túnica de Estado de su abuelo Jorge VI, elaborada con terciopelo carmesí y armiño, y que cubría sus pantalones de la Marina Real y sobrecamisa ceremonial de seda inglesa. Los pajes, entre ellos su nieto George, sostenían la cola de tres metros de la túnica.

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La pareja real a bordo de la moderna carroza fabricada para el Jubileo de Diamante de Isabel II en 2012, tirada por seis caballos Windsor Grey y escoltada por miembros de la Caballería de la Casa Real y 200 soldados.

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Camila con un vestido de Bruce Oldfield con flores, emblemas y los nombres de sus hijos y nietos bordados; sobre el que llevaba la túnica de Estado que usó la reina Isabel para su coronación, el collar de coronación y aretes elaborados para la reina Victoria en 1858 y zapatos de Elliot Zed.

La princesa Ana, la única entre las mujeres de la familia real británica que puede usar el uniforme militar con pantalones, portó la Orden Real de la Jarretera

El 2 de junio de 1953, la joven Isabel II entró a la Abadía de Westminster para protagonizarunahistóricaceremonia.Tenía 26 años y tras la muerte de su padre, Jorge VI, fue coronada soberana del Reino Unido, así como de la Mancomunidad de Naciones y gobernadora suprema de la Iglesia de Inglaterra. Sin entender muy bien lo que eso significaba, su hijo Carlos, de entonces cuatro años, presenció la ceremonia sentado al lado de su abuela, la reina madre Isabel II. Como hijo mayor de la monarca, aquel chico algo tímido era el heredero al trono, un título por el que tendría que esperar 70 largos y agitados años. Finalmente, el seis de mayo de 2023, ocho meses después de la muerte de Isabel II, su hijo llegó a la misma abadía para ser ungido como el nuevo rey de una nación con enormes desafíos y la promesa de modernización y de mayor frugalidad en institución de la monarquía, cuya popularidad ha ido en descenso. Mientras una ligera lluvia caía sobre la capital inglesa, Carlos III bajó de la carroza del Jubileo de Diamante acompañado de su esposa Camila para ser coronado en un servicio religioso cargado de rituales milenarios y presidido por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby.

Harry, a quien se le prohibió usar traje militar para la coronación de su padre, usó un frac en lana de mohair hecho a la medida por Kim Jones para Dior, que complementó con su banda e insignia de la Orden del Cardo y la Estrella de la Jarretera junto con sus medallas lució la

William usó un manto de terciopelo azul de la Orden de la Jarretera sobre un uniforme de gala ceremonial de la Guardia Galesa, mientras Kate lució un vestido de Alexander McQueen con bordados en plata de rosas, cardos, narcisos y tréboles, que representan las cuatro naciones del Reino Unido y sobre el que llevó la capa ceremonial con la Estrella de la Gran Cruz de la Real Orden Victoriana. En lugar de tiara, Kate eligió un tocado de Jess Collett x Alexander McQueen con lingotes de plata, cristal y bordado de hojas. Detrás de ellos, sus hijos Louis y Charlotte, quien llevó el mismo look de su madre en versión mini.

Louis, con un traje de Dege and Skinner y Charlotte, llevó vestido y capa de Alexander McQueen Como paje de honor, el príncipe George vistió una casaca roja con bordados de oro sobre un chaleco de satén blanco y guantes

Kate usó unos aretes de perlas y diamantes pertenecientes a Lady Diana