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La Alternancia de la Alternancia Estrategias del PRI opositor: Chihuahua (1998), Nuevo León (2003) y Yucatán (2007)
Mentor Tijerina Gabriela Salazar Armando Rocha
Monterrey, N.L., diciembre del 2007
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Presentación El 2007 fue un intenso año electoral a nivel estatal y municipal en todo México que arrancó con la elección de Gobernador en Yucatán. Al reflexionar sobre esta elección, quisimos ponerla en perspectiva con otras elecciones similares en donde el PRI diseñó una serie de estrategias para recuperar el poder desde la oposición. El estudio comparado de los casos de Chihuahua (1998), Nuevo León (2003) y Yucatán (2007) dio como resultado este ensayo sobre “La Alternancia de la Alternancia: Estrategias del PRI opositor”. El modelo de estrategias que presentamos del “PRI opositor” arroja también importantes luces para comprender los factores que produjeron la derrota del PAN en cada uno de estos estados. Nos complace presentar, además, el “Anuario Electoral 2007” y los “Mejores spots políticos del 2007”. Esperamos que estos ensayos y videos contribuyan no solamente a comprender nuestra cambiante realidad política, sino, también, a generar estrategias que contribuyan al mejoramiento de nuestra comunidad.
Mentor Tijerina mentor@publicum.com.mx
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Contenido
Presentación Introducción I. El fin del “dedazo” II. Referéndum al cambio III. Un nuevo estilo de liderazgo IV. Ganar la agenda social V. Reinventar la estrategia de tierra Conclusión Anexos
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Introducción Nuestro propósito es analizar el fenómeno conocido en México como la “alternancia de la alternancia”: el regreso del PRI al poder en los estados después de haberlo perdido en la elección inmediata anterior. Para ello identificamos los factores que hicieron posible la victoria del PRI después de haber vivido, por primera vez en su historia, seis años como partido opositor. Describiremos las estrategias que permitieron al PRI, como dirían algunos analistas, descubrir que “hay vida después de la derrota electoral”. Hasta ahora la “alternancia de la alternancia” se ha producido en cuatro estados del país: a) Chihuahua 1998: Patricio Martínez del PRI gana la gubernatura a Ramón Galindo del PAN, b) Nuevo León 2003: Natividad González Parás de la Alianza Ciudadana obtiene la victoria sobre Mauricio Fernández, c) Nayarit 2005: Ney González del PRI gana a Miguel Ángel Navarro del PRD-PT, y d) Yucatán 2007: Ivonne Ortega del PRI triunfa sobre Xavier Abreu del PAN Para llevar a cabo el análisis hemos tomado como referencia los tres casos en los cuales el PRI se enfrentó al PAN: Chihuahua, Nuevo León y Yucatán. Hemos dejado a un lado el estudio del caso Nayarit, pues ahí la coalición PRD-PAN que llevó al poder a Antonio Echevarría en 1999, se dividió en el 2005 presentando candidatos por separado. Las reflexiones y datos presentados en este documento se refieren a los elementos que conforman el diseño de una estrategia de campaña electoral, en ningún momento pretenden ser una explicación teórica del comportamiento del voto. Sin embargo, creemos que el estudio comparado de casos nos ayuda a poner de relieve nuevas perspectivas de análisis, al
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establecer semejanzas y diferencias, continuidades y rupturas entre fenómenos políticos similares, y a proponer nuevas hipótesis para explicar y comprender nuestra cambiante realidad política. Vistos en perspectiva, los tres casos de estudio nos muestran cómo el PRI desarrolló nuevas ventajas competitivas que le permitieron adaptarse al escenario democrático de los noventa. El PRI perdió el poder en Chihuahua en 1992 en una contienda que enfrentó a Francisco Barrio con Jesús Macías , en Nuevo León en 1997, cuando se enfrentaron Fernando Canales contra Natividad González Parás, y en Yucatán en el 2001, con Patricio Patrón Laviada contra Orlando Paredes. Los procesos de alternancia, municipales primero y estatales después, fueron la antesala del proceso de transición democrática que culminaría a nivel nacional con la alternancia en el poder en el año 2000. La derrota del PRI a nivel local se inscribe en el contexto de democratización del escenario electoral que se dio a partir de los años ochenta y noventa. Como ya muchos han señalado, la transición democrática mexicana siguió una ruta periferiacentro. Sin embargo, hasta ahora son pocos los estudiosos que se han detenido a analizar de cerca los fenómenos de alternancia a nivel local. De ahí que nuestro interés sea contribuir a explicar las transformaciones de nuestra vida política desde una óptica regional. Hasta antes de la liberalización electoral del llamado “primer ciclo de las reformas políticas” (1977-1996), el PRI mantenía el control de los procesos electorales en un escenario de pluralismo político limitado, como diría Juan J. Linz. Esto produjo un PRI con pocas aptitudes para la competencia en un ambiente democrático. Con las reformas electorales que se fueron generando con mayor velocidad en ciertos estados del país, entre los cuales se encuentran Chihuahua y Nuevo León, se creó un ambiente de alta competencia electoral para el cual el PRI no estaba preparado, pues su pesada y lenta estructura respondían al contexto de un “partido de Estado”.
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Nuestra tesis, luego de estudiar los tres casos de alternancia aquí presentados, es que el PRI perdió en un primer tiempo el poder frente al PAN por no haber generado respuestas y estrategias adecuadas a la ola de cambio y a los reclamos crecientes de democratización y participación política de la sociedad mexicana a finales del siglo XX y principios del XXI. El PAN, por el contrario, llegó al poder a nivel estatal gracias a que supo capitalizar el movimiento social a favor del cambio político, a que encabezó los reclamos democratizadores a favor de la alternancia en el poder, a que opuso el tema del municipalismo y federalismo frente al centralismo que representaba el PRI, y a que lanzó candidatos en sintonía con los más sentidos reclamos ciudadanos del momento. Después de seis años en la oposición -en ocasiones a punto de perder el registro, como sucedió en 1999 en Nuevo León cuando se acusó penalmente a sus dirigentes por desvío de recursos públicos-, el PRI pudo recuperar la confianza ciudadana y regresar al poder porque supo adaptarse al nuevo escenario democrático desarrollando nuevos mecanismos para la competencia electoral. Si bien los PRI a nivel local estuvieron lejos de reinventarse, o de dar el gran salto a la democratización integral, sí pudieron incorporar a su estructura original -a su ADN corporativista y autoritario- elementos innovadores que le dieron un nuevo valor agregado a los ojos de los electores. El PRI regresó al poder en los estados, sin duda, porque se pudo transformar en un partido más competitivo. El factor que desencadenó toda la serie de cambios fue la decisión de abrir el proceso de elección de su candidato a Gobernador, en los casos de Chihuahua y Nuevo León, al voto de todos los ciudadanos, poniéndose fin al “dedazo” como método de designación de sus candidatos. Esta innovación en el modus operandi del PRI produjo una extraordinaria apertura hacia la sociedad que permitió a sus candidatos generar un nuevo estilo de liderazgo. Ahora ya no tendrían que buscar su legitimidad política en el centro del país, alejados de su estado y de sus electores. Los aspirantes a candidato a Gobernador tuvieron la opción de buscar su legitimidad en la arena electoral, generando con ello candidatos con más cercanía y empatía con las preocupaciones reales de los electores.
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Conviene recordar brevemente que bajo las reglas del viejo régimen, la élite política local del PRI se reclutó, en especial a partir de los años setenta, siguiendo un modelo central-burocrático. Para ser Gobernador de un Estado, primero había que hacer carrera en las entrañas burocráticas del Gobierno federal en la Ciudad de México. Frente a este patrón de reclutamiento que desarraigaba a los aspirantes priístas, el PAN mantuvo un modelo de reclutamiento eminentemente local, que recompensaba el arraigo de sus candidatos al terruño, enarbolando la defensa de los intereses locales frente al poder central. La polarización electoral que se hizo de los temas local/central fue uno de los factores que permitió al PAN, en especial en el norte del país, desarrollar ventajas competitivas frente a la “imposición” de los candidatos priístas desde el centro. La elección del candidato a Gobernador del PRI en elecciones primarias abiertas a todos los ciudadanos produjo dos transformaciones esenciales que hicieron posible la supervivencia del PRI en el nuevo escenario de mayor competencia electoral: por un lado, como ya lo dijimos, le permitió romper con el modelo de reclutamiento electoral central-burocrático sustituyéndolo por un modelo de reclutamiento local-electoral; y por el otro, permitió a sus candidatos optar por un nuevo estilo de liderazgo cercano a los electores, recuperando los temas de la defensa de los intereses locales y del arraigo, que en ese momento monopolizados por el PAN. Paralelamente a esta serie de reformas que le permitieron abrirse a la sociedad y a nuevas formas de reclutamiento político, el PRI desarrolló una serie de nuevas estrategias de movilización de sus bases, que le hicieron posible revitalizar a su militancia y ganar movilidad electoral. Apertura a la sociedad, desde arriba, y una mayor capacidad de movilidad electoral de sus militantes, desde abajo, dibujan en pocos trazos la respuesta que puso en marcha el PRI para recuperar el poder desde la oposición.
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El modelo de apertura y competitividad que desarrolló el PRI como partido opositor puede ser interpretado como una respuesta coyuntural que le permitió sobrevivir bajo las nuevas reglas del juego democrático. El reto es saber si este modelo de un PRI abierto a la sociedad va a seguir siendo la regla cuando el PRI deja de ser oposición. En Chihuahua 2004, el PRI volvió a repetir el modelo de elecciones primarias abiertas a todos los ciudadanos para elegir a su candidato a Gobernador. El factor que pesó en esta decisión fue el escenario de alto riesgo que se hubiese generado para el PRI con el regreso al modelo de imposición del candidato. Está por verse si en Nuevo León en el 2009, o en Yucatán 2013 se siga con el mismo modelo de apertura que le permitió pasar de la oposición al gobierno. La pregunta es saber si las ventajas competitivas del PRI opositor podrán convertirse en ventajas competitivas duraderas, y si la apertura por conveniencia podrá, alguna vez, convertirse en una apertura por convicción. Nuestra percepción es que estas ventajas competitivas que desarrolló el PRI como partido opositor, no necesariamente las asimiló como parte de una nueva cultura democrática. Observamos que, una vez en el poder, la tendencia es que el PRI vuelva a su viejo modus operandi y haga a un lado el conjunto de prácticas e innovaciones que le permitieron recuperar la confianza ciudadana desde la oposición. Parafraseando a George Lavau historiador del Partido Comunista Francés- el PRI adopta la apertura democrática cuando está en la oposición, pero la abandona cuando regresa al poder. El PRI sigue y seguirá ganando elecciones a nivel municipal y estatal sin aplicar el modelo de apertura a la sociedad que se desarrolló en Chihuahua (1998), en Nuevo León (2003) y en Yucatán (2007), pero es necesario que tengamos presente, así sea para el caso del análisis, que una cosa es ganar una elección agregando ventajas competitivas y valor agregado a la marca, como fue el caso del modelo de apertura del PRI en la oposición aquí estudiado, y otra muy distinta es ganar una elección por los errores o la ausencia de ventajas competitivas de los adversarios.
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Sin lugar a dudas, el PRI puede optar entre muchas estrategias para ser competitivo a nivel estatal y municipal. Para efectos de explicación y análisis proponemos tener presentes tres modelos: uno de ellos es el aquí analizado del PRI opositor que consiste en abrirse a la sociedad desde arriba y, al mismo tiempo, ser más eficiente en la movilización de sus militantes, desde abajo: el modelo del “PRI-opositor”; otro es mantenerse cerrado a la sociedad, sin elecciones primarias abiertas a todos los ciudadanos, pero optar por ser más eficiente en la movilización de su base militante, como sucede en muchos otros estados del país en donde el PRI ha ganado elecciones en base a innovaciones en las estrategias de tierra: el modelo del “PRI-movilizador”; y finalmente, en algunos casos, ante la imposibilidad de transformarse e innovar, se mantiene cerrado desde arriba, con una fuerte fuga de su base militante, con poca o nula capacidad de movilización: el modelo del “PRI-no competitivo”. El PRI puede triunfar en escenarios de baja competitividad electoral por el recuerdo que se tiene de él, o porque los errores de la oposición son mayores que los aciertos del PRI. El PRI puede triunfar siguiendo el modelo del “PRImovilizador”, postulando “candidatos ganadores” y asegurando la asistencia a las urnas de su voto duro. Pero pensamos que, en la medida en que se siga democratizando la vida política mexicana, la única ventaja competitiva para que el PRI pueda postular candidatos ganadores en el largo plazo es avanzar en el modelo del “PRI-opositor” y dar un paso más para transformarse en un partido democrático, abierto a la sociedad y con visión de futuro. El otro protagonista de los casos de “alternancia de la alternancia” es el PAN. Creemos que algunos elementos del modelo presentado en este ensayo pueden aplicarse, igualmente, para identificar los factores que permitieron al PAN vencer al PRI en los Gobiernos estatales. El PAN en la oposición desarrolló ventajas competitivas únicas que luego abandonó en el ejercicio del poder. Tal parece que en México, el síndrome del ejercicio autoritario del poder afecta en igualdad de circunstancias al PRI y al PAN.
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Los factores que jugaron a favor del PAN para llegar al poder son:
Abanderar el movimiento ciudadano en favor del cambio y el futuro
Encabezar la lucha por el cambio democrático
Defender los intereses locales vs. la imposición y el centralismo (ser “el partido de casa”)
Hacer un referéndum a los gobiernos del PRI con el tema de la corrupción y
Postular candidatos con arraigo y un estilo de liderazgo democrático
Por el contrario, el PAN pierde el poder seis años después por:
Abandonar el tema del cambio
Practicar procesos de elección de candidatos cerrados o fallidos
La incapacidad de transformar el cambio político en cambio social
Perder la empatía y la cercanía con el electorado volátil
Perder el liderazgo democrático y la visión de futuro
La estructura de este trabajo está dividida en cinco apartados que corresponden a los cinco factores clave que identificamos como aquellos que conforman la estrategia de lo que llamamos el modelo del “PRI opositor”: I.
La elección de su candidato a Gobernador mediante elecciones primarias abiertas a todos los ciudadanos.
II.
Plantear la elección como un referéndum al cambio panista.
III.
Postular candidatos con un estilo de liderazgo ciudadano.
IV.
Apoderarse de la agenda social.
V.
Reinventar la estrategia de movilización de sus militantes de base.
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I.
EL FIN DEL “DEDAZO”
La elección del candidato a Gobernador abierta a la ciudadanía que echó a andar el PRI por primera vez en Chihuahua en 1998, abrió una nueva etapa en las estrategias electorales de ese partido. El proceso de elección abierta fue fundamental para transmitir un mensaje de “renovación” del PRI y generar un efecto de recuperación de confianza ciudadana, que en términos coloquiales se manifestaba con expresiones como: “Ya los castigamos durante seis años, pero ahora, con la elección abierta de su candidato por todos los ciudadanos, vemos que ya aprendieron la lección”. El fin del “dedazo” priísta a nivel local produjo una nueva actitud en sus actores políticos derivada de que los candidatos que surgen de procesos internos democráticos y competidos, reales no simulados, fortalecen sus ventajas competitivas y tienen, desde le inicio, mayores posibilidades de consolidar un liderazgo de alta empatía con la ciudadanía, que aquellos que son electos mediante otro tipo de mecanismos (asambleas, convenciones o imposiciones directas). Entre el proceso democrático y la imposición puede haber una serie de gradaciones intermedias como la última practicada en Yucatán a través de la aplicación de encuestas a la ciudadanía en general. Sin embargo, lo que parecen decirnos los casos estudiados es que la elección de un candidato de forma abierta y democrática:
Da legitimidad al candidato frente a los ciudadanos: los aleja del pasado y los ubica en el presente
Mejora la imagen-marca del partido político
Fortalece el liderazgo del candidato, le permite generar empatía con las demandas ciudadanas, y rompe con las deudas y viejos compromisos corporativistas que, con el viejo modelo, lo mantenían maniatado al status quo
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Como en toda regla hay excepciones, la elección del candidato por sí misma no es garantía para desarrollar un liderazgo eficaz y menos aún para obtener el triunfo electoral. Por el contrario, las divisiones y fracturas al interior del partido, los enfrentamientos y rupturas, por la falta de una auténtica cultura democrática, tienen un efecto negativo no sólo sobre la imagen del partido, sino también sobre los candidatos que participan en este tipo de disputas. En los tres casos que estudiamos, el proceso de elección de los candidatos del PRI fue determinante porque se convirtió en un claro factor de diferenciación frente al PAN que practicó procedimientos cerrados1 que dividieron al partido, desgastaron su imagen y dieron por resultado candidatos sin apoyo y legitimidad social que no pudieron remontar esta desventaja inicial y estratégica. En los tres casos en cuestión se invirtieron los papeles con relación a lo que sucedió a seis años atrás: ¡mientras que el PRI abrió su proceso de elección, el PAN lo mantuvo cerrado!
A) Chihuahua 1998: “Yo sí te puedo mirar a lo ojos” En las elecciones federales de 1997 el PRI perdió, por primera vez en su larga historia, la mayoría de la Cámara de Diputados. La crisis económica de 1995 y los escándalos en torno al encarcelamiento de Raúl Salinas aumentaron considerablemente el voto anti-PRI y el deseo de cambio entre los electores. De 1994 a 1997, el PRI perdió 5.5 millones de votos. Como respuesta a la debacle, se intentaron nuevas estrategias electorales. El primer paso en esta dirección fue la elección del candidato a Gobernador de Chihuahua mediante consulta abierta a todos los ciudadanos En el proceso de elección interna del PRI -celebrado de marzo a abril de 1998la campaña de Patricio Martínez se diferenció de la del senador Artemio Iglesias ganando los espacios televisivos y lanzando un claro mensaje de deslinde del viejo PRI con la frase muy norteña: “Yo sí te puedo mirar a los ojos”. 1
El PAN, a diferencia del PRI y del PRD, es el único que mantiene en sus estatutos la elección de candidatos a través del procedimiento de convenciones de delegados con derecho a voto. PRI y PRD en cambio dejan abierta la posibilidad de elegir el método (convención, consulta abierta a los ciudadanos u otra).
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La elección interna de Patricio Martínez dio al PRI una imagen de renovación, y apertura democrática que no se había visto en el país y lo apuntaló como el candidato de la sociedad, surgido de un proceso transparente, abierto y democrático. Uno de los primeros efectos del proceso democrático del PRI fue la sensible disminución del voto anti-PRI, es decir del segmento de electores que declara que jamás votaría por ese partido. A raíz de la crisis económica del 95, el voto anti-PRI había aumentado sensiblemente en todo el país: ¡en Chihuahua era del orden del 40%!. Después del proceso abierto para elegir a su candidato, el voto anti-PRI disminuyó a niveles del 20%. El proceso interno del PRI estuvo acompañado de un spot de televisión que comunicaba un mensaje de renovación: “antes el PRI elegía a sus candidatos por ‘dedazo’, ahora la elección del candidato a Gobernador del PRI en Chihuahua es de todos.” El PAN por su lado, tuvo una tradicional convención de delegados en la que eligió a Ramón Galindo, derrotando al precandidato del Gobernador panista Francisco Barrio, Eduardo Romero Ramos, surgiendo así una división al interior del partido que marcó un inicio accidentado a la campaña de Galindo.
B) Nuevo León 2003: una elección competida que mantuvo la unidad de los contendientes En noviembre del 2002, en Nuevo León, Natividad González Parás ganó una competida y participativa elección interna en la que contendieron otros cuatro priístas y a la que acudieron a votar 350 mil ciudadanos. Nati ganó con el 47% de los votos (164 mil), veinte puntos más que su más cercano competidor.
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Resultados elección interna, 17 nov 2002 Natividad González Parás
47% 164 mil 27% 94 mil
Abel Guerra Ricardo Canavati
18% 63 mil 7% 24 mil
Eloy Cantú Romeo Flores Caballero
0.5% 1.7 mil 0%
10%
351, 000 votos
20%
30%
40%
50%
13% de la lista nominal
Fuente: Publicum Estrategias. Derechos reservados.
El éxito de la elección interna del PRI se debió a que:
Fue abierta a ciudadanos
Hubo cinco contendientes de peso
Se convirtió en un referéndum al gobierno del PAN
Fue una elección de alta competitividad
Se mantuvo la unidad de los contendientes mediante un pacto político con el triunfador
El PAN llevó a cabo un proceso cerrado a su militancia, en el que una de las principales reglas fue no criticar ni a Fox ni a Canales, además fijó bajos topes de gasto para las precampañas y limitó la presencia de los precandidatos en los medios de comunicación. La elección interna del PAN no se convirtió en ventaja competitiva para este partido porque:
Se hizo cerrada a militantes
Se usó un modelo altamente centralizado de control del proceso
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Fue reglamentado en extremo, imponiendo una camisa de fuerza a los precandidatos
Prohibió las críticas a los gobiernos de Canales y Fox y,
Se alejó del sentir ciudadano al no reconocer los problemas de la población
Mauricio Fernández Garza surgió de un proceso cerrado, en el que los candidatos no pudieron expresar sus ideas o críticas a los gobiernos del PAN y en el que se limitó en extremo el gasto de comunicación: dos millones de pesos para un proceso de diez meses. La inconformidad con el Gobierno de Canales quedó así oculta para los panistas, mientras que el PRI supo captar el descontento ciudadano y convirtió su elección interna en un espacio en el que la gente pudo manifestar su decepción hacia el primer gobierno panista en Nuevo León. La elección del candidato del PAN mediante convención de sus miembros dejó de ser una ventaja competitiva frente a la elección primaria del PRI abierta a todos los ciudadanos. Seis años antes, cuando el PAN eligió a Fernando Canales como su candidato con el mismo procedimiento, la convención del PAN -que se desarrolló de agosto a noviembre de 1996- sí fue una ventaja competitiva frente al método de designación del candidato del PRI con el aval del centro. Curiosamente, el candidato del PRI fue el mismo en ambas elecciones. Cuando se le designó con el apoyo del centro, perdió; cuando salió airoso en una elección interna, ganó.
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C) Yucatán 2007: la encuesta como método de elección En Yucatán, el PRI no realizó una elección directa a los ciudadanos, como en Chihuahua y en Nuevo León, sino que aplicó una encuesta a la opinión pública para saber cuál de los 6 precandidatos estaba arriba en las preferencias electorales. Los seis precandidatos tuvieron un plazo de un mes para hacer proselitismo. Consulta Mitofsky realizó la encuesta en la que surgió como ganadora Ivonne Ortega, superando a la ex presidenta nacional del PRI, Dulce María Sauri, a los ex senadores Eric Rubio Barthell y Orlando Paredes Lara, al ex presidente estatal del tricolor, Carlos Sobrino Sierra y al dirigente cenecista Rubén Calderón Cecilio. Los resultados de la encuesta no se hicieron públicos, simplemente el nombre del ganador. El proceso no fue terso del todo, pues Dulce María Sauri se inconformó con el resultado, pero finalmente no rompió con el partido y se logró mantener la unidad en torno a Ivonne Ortega. La encuesta como mecanismo de elección de candidatos presenta algunas ventajas e inconvenientes que es importante tener en cuenta al momento de decidir qué método de elección aplicar: Por el lado de las ventajas están:
El bajo costo de la encuesta frente al alto costo de organizar un proceso de elección abierto a todos los ciudadanos
La segunda es que ante electorado poco participativo, en un ambiente de escepticismo ciudadano, de alto voto anti-PRI, o en donde no existen las condiciones para organizar un proceso de elección decoroso, la encuesta evita el problema de una elección interna sin credibilidad ni poder de convocatoria ciudadana, con un alto grado de
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abstencionismo, que lejos de enviar un mensaje de renovación, lanza uno de involución
La tercera ventaja de la encuesta frente a la elección es que en escenarios de alta polarización puede evitar las fracturas que se generan por un proceso interno en donde los aspirantes no resistan la tentación de atacarse
Finalmente, en escenarios con poca cultura democrática, la encuesta evita el espectáculo nada grato del fraude electoral y el desgaste que se genera en la opinión pública con acusaciones de este tipo entre los aspirantes
Entre las desventajas encontramos las siguientes:
El voto secreto en la elección directa es una garantía de que gane aquel candidato que haya obtenido el mayo número de votos, así sea uno más. En cambio, en una situación de competencia cerrada entre dos o más aspirantes, el error estadístico de las encuestas, no permite identificar con precisión al ganador. El resultado final puede ser de empate técnico, o no quedar del todo claro si se cae en situaciones de “guerra de encuestas”
En algunos escenarios con un fuerte aspirante “oficial”, la encuesta podría ocultar las preferencias electorales hacia el candidato “retador” por temor a manifestarse abiertamente (la espiral del silencio)
La encuesta elimina el factor tierra como ventaja competitiva de algunos de los precandidatos, factor que suele ser decisivo para el triunfo electoral
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Si la encuesta no va precedida de un periodo razonable de proselitismo, se corre el riesgo que se elija al aspirante mejor posicionado al momento del levantamiento, y no se tome en cuenta la capacidad de crecimiento de los demás aspirantes una vez arrancada la contienda. El mejor posicionado puede, al mismo tiempo, tener una alta carga negativa y no necesariamente ser el candidato con mayores posibilidades de ganar
El método de elección por encuesta que el PRI utilizó en Yucatán funcionó y puede considerarse exitoso no tanto por sus cualidades intrínsecas, sino porque el proceso interno del PAN resultó comparativamente negativo, dejando como saldo fracturas internas graves, la salida de la candidata Ana Rosa Payán del PAN y un candidato con baja legitimidad y ligado a la cúpula del poder. El proceso interno del PAN se desarrolló así: en noviembre de 2006, GAUSSC publicó una encuesta en la que Ana Rosa Payán superaba por 17 puntos porcentuales en intención de voto a Xavier Abreu (40% frente a 23%). Los entrevistados que se declararon panistas consideraban en una proporción de 2 a 1 que Ana Rosa debía ser su candidata y no Abreu (54% vs 26%), incluso quienes desaprobaban la gestión del gobernador Patricio Patrón contestaron que Ana Rosa debía ser la candidata del PAN (33% frente a 24%), la misma opinión tenían quienes sí aprobaban a Patrón Laviada (44% frente a 22%). A pesar de las encuestas a favor de Ana Rosa Payán, en la convención de delegados resultó electo Xavier Abreu, panista cercano al Gobernador y al propio Felipe Calderón (fue coordinador de la campaña presidencial en el sureste). Payán impugnó formalmente el resultado de la elección interna y se dijo víctima de una “elección de Estado”. Buscó ser la abanderada del PRD, pero finalmente compitió bajo las del PT y de Convergencia.
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Finalmente, en la elección constitucional, Ana Rosa Payán sólo obtuvo 27 mil votos (3% de la votación total). Ana Rosa era la candidata “natural” del PAN, que contaba con el apoyo popular y de las mujeres. Pero una vez que deja el partido, pierde el grueso de su fuerza. Esto nos dice que probablemente el voto volátil panista hubiera sido para Ana Rosa, pero al cambiarla por un candidato que no gustó y que se consideró impuesto, las preferencias se fueron con Ivonne Ortega: otra mujer joven y con un liderazgo que atrajo mayoritariamente al voto femenino. La relación de Abreu con Calderón y con el Gobernador fueron elementos que jugaron en contra del PAN en contraste con el PRI. Mientras que Ivonne Ortega surgía de un proceso de consulta ciudadana (con las limitaciones que apuntamos) el panista representaba el candidato “del poder”. Aquí es importante subrayar dos hechos: El primero es que el voto de Calderón no se tradujo en un voto para Xavier Abreu: Yucatán fue uno de los estados ganados por Calderón: obtuvo el 46% de la votación frente al 32% de Madrazo, una diferencia de 13 puntos. La encuesta de salida realizada el día de la elección estatal en Yucatán por Consulta Mitofsky muestra que casi un 20% de los votantes de Calderón en el 2006, optaron por otra alternativa en la elección de Gobernador (13.6% por Ivonne Ortega y 7.3% por algún otro candidato). Es decir, uno de cada cinco votantes por el PAN en el 2006 cambió el sentido de su voto en la elección local. Esto confirma el hecho que hemos encontrado en otros análisis2: la elección presidencial responde a una lógica distinta que las elecciones locales. El voto local no se traduce en un triunfo en elecciones federales y viceversa, el voto presidencial (como observamos en Yucatán) no se transfiere automáticamente a los candidatos locales.
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Ver Publicum Estrategias, “Reflexiones sobre la elección presidencial 2006”, www.publicum.com.mx.
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El segundo es que la aprobación del Gobernador Patricio Patrón Laviada no aseguró tampoco el triunfo del PAN: el Gobernador panista Patricio Patrón era aprobado por el 58%3 de los ciudadanos, calificación que aunque no muy alta mostraba una aprobación aceptable del electorado, que sin embargo no fue suficiente para que se diera el voto por la continuidad. De acuerdo a la encuesta de salida de Consulta Mitofsky, 7 de cada 10 votantes aprobaban la gestión del Gobernador panista, sin embargo, un 33% de quienes lo aprobaban votaron por la candidata del PRI. El problema de designar a los candidatos mediante encuesta se presentaría para el PRI cuando el PAN adopte un proceso de elección a través de una convención de delegados exitosa, como sucedió en Nuevo León a finales de 1996, o bien, en el eventual caso de que el PAN llegase a adoptar el método de elección abierto a todos los ciudadanos, como proponen algunos de sus miembros, que lo ven como una seria desventaja competitiva frente al PRI.
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Según El Universal (4 de mayo), la gestión del gobernador saliente era aprobada por el 58% de los encuestados y entre los principales logros de su Gobierno se recordaban las obras públicas y el apoyo a la gente. Entre los aspectos negativos se encontraban la corrupción, el nepotismo y respaldo a su hermano.
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II.
REFERÉNDUM AL CAMBIO
Otro factor decisivo para los triunfos del PRI fue haber hecho de la elección un referéndum al cambio prometido por el PAN, mostrando la falta de resultados y el fracaso de las administraciones panistas respecto a las expectativas creadas en el electorado. En los noventa, el PAN llegó al poder porque supo capitalizar el reclamo ciudadano a favor del cambio. A la vuelta de un sexenio, el PRI aplicó la receta contraria: el PAN no cumplió con las expectativas de cambio que prometió. En el centro del debate está el hecho de que, como lo expresó Mauricio Fernández, candidato a Gobernador del PAN en Nuevo León: “El cambio político producto de la alternancia en el poder, no se tradujo en un cambio social”. En esta línea, es innegable que los triunfos del PRI, tanto en Chihuahua como en Nuevo León y en Yucatán, fueron posibles gracias a una estrategia de campaña que evidenciaba el fracaso de los gobiernos del PAN en lograr el cambio social. Un dato relevante es que en los tres casos aquí analizados, los candidatos post-alternancia del PAN abandonaron el tema del cambio como eje de sus campañas. Por el contrario, el eje estratégico del cambio social fue recuperado por el PRI.
A) Patricio Martínez: “Yo sí puedo continuar con el cambio” En 1998 Patricio Martínez tomó como tema principal de su campaña “Hacer una cruzada para transformar Chihuahua”, centrándose básicamente en los temas de seguridad y educación pública, que eran los principales déficit del Gobierno de Francisco Barrio4 y que habían detonado una crisis social por los casos de las muertas de Juárez.
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Barrio gozaba de una excelente imagen: de acuerdo con una encuesta realizada por el CIDE: el 82.1% de la población lo consideraba eficiente para gobernar, el 72.8% lo consideraba cercano a la población y el 86.1% lo consideraba honrado.
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Estudios realizados en ese año mostraban que un atributo importante de Patricio Martínez era su capacidad versus la incapacidad para resolver el problema de la inseguridad de Ramón Galindo quien había sido, precisamente, Presidente Municipal de Ciudad Juárez. Patricio Martínez apuntaló al PRI con el tema de la continuidad del cambio a través del mensaje: “Yo sí puedo continuar con el cambio”, que fue la evolución natural en la campaña constitucional de la frase de precampaña “yo sí te puedo mirar a los ojos” y que significaba: encabezar un gobierno con visión de futuro, que continuara con los aspectos positivos que los chihuahuenses le reconocían a Francisco Barrio, sobre todo en materia de empleo, pero, a la vez, saldar los déficit sociales más notables del gobierno panista en materia de seguridad y educación pública, en donde el Gobierno de Barrio se caracterizó por un constante enfrentamiento con el sector magisterial. Patricio Martínez lanza un mensaje a futuro, trasciende los logros de Barrio y polariza frente al candidato del PAN a quien ubicó como incapaz de proseguir el cambio social, en seguridad y educación, que anhelaban los chihuahuenses.
B) Natividad: “Con el PAN: ni un metro al metro…” En el 2003 en Nuevo León, la “Alianza Ciudadana” encabezada por Natividad González Parás definió la elección como un referéndum al Gobierno de Canales a través de su punto más débil: la insensibilidad social. El objetivo de la estrategia fue mostrar cómo el primer Gobierno panista de Fernando Canales había actuado de manera insensible frente a los problemas de la gente de escasos recursos y no había cumplido con las expectativas de cambio que prometió en su campaña. En el mensaje se destacaba que Canales no había realizado obras de beneficio social a la gente que menos tiene y, por el contrario, había hecho obras de “relumbrón”. En este sentido frases como “Ni un metro al Metro”, “Cero Hospitales” y “Cero Escuelas” ponían de manifiesto que los temas como el
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transporte, la salud o la educación no habían sido prioridades del Gobierno, frente a la obra del sexenio, el “Puente Atirantado”, que era una obra calificada como “elitista” y que no respondía a las necesidades ciudadanas. Por otro lado, varios casos, en los que participaron tanto autoridades municipales como estatales, tuvieron alta resonancia en los medios de comunicación para proyectar una imagen de lejanía y prepotencia del PAN: los sobrecobros a los usuarios de Agua y Drenaje, la expropiación de terrenos de panteones para ampliar avenidas sin negociar con los deudos de los muertos,
o el retiro, con lujo de fuerza, de vendedores ambulantes o
“payasitos” de los cruceros viales. Además, un factor negativo que jugó en contra de Canales fue el aumento de las ejecuciones en la vía pública, que nunca se habían visto en el estado, y que pusieron en la agenda el tema de la inseguridad. Finalmente, Canales deja la gubernatura para ir al Gabinete del presidente Fox, hecho que generó un efecto negativo en la opinión pública por no haber concluido el mandato para el que fue elegido. Con este contexto adverso, Mauricio Fernández difícilmente podría enarbolar de nuevo el tema del cambio. Intentó parecer cercano y sensible con su lema “Mauricio está con la gente”, que no tuvo un impacto favorable en la opinión pública porque la imagen del panista era la de un empresario alejado. Mauricio quiso hacer de su principal debilidad su principal fortaleza, objetivo que, a la postre, le costaría muy caro en las preferencias electorales, pues su mensaje carecía de credibilidad, obligándolo a rectificar su estrategia, un mes antes de la elección, y a cambiar el tema de la cercanía por el de carácter: “Un Gobernador con carácter”, tema que le hubiese sido mucho más rentable si lo hubiere adoptado desde el principio de la contienda. La lección que nos deja este episodio es que un candidato debe concentrarse en proyectar sus fortalezas, no en cubrir sus debilidades. Sus posturas como el aumento a las cuotas en la Universidad Autónoma de Nuevo León o la legalización de las drogas en el estado, lo alejaron aún más del electorado y reforzaron la idea que representaba la continuidad del liderazgo empresarial de Canales.
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C) Ivonne: la imposición de Abreu, antítesis del cambio La imagen del Gobernador Patrón Laviada se desgastó al maniobrar para imponer a Xavier Abreu como candidato del PAN frente a la favorita que era Ana Rosa Payán. Este fue un costosísimo error político, un mal cálculo, que dividiría al PAN, lo alejaría del tema del cambio y del sentir ciudadano, y, a la postre, se sumaría con otros factores críticos como el nepotismo del Gobernador, pues su hermano fue sorprendido comprando credenciales de elector un día antes de las elecciones, además de la fama de “hermano incómodo” que supuestamente hizo negocios al amparo del poder. La renuncia de Ana Rosa Payán al PAN, sus severas críticas al Gobierno de Patricio Patrón durante toda la campaña, la imposición de un candidato impopular, y la actuación del hermano incómodo fueron elementos determinantes que, en su conjunto, crearon las condiciones idóneas para plantear un referéndum al cambio panista. Si bien el Gobierno de Patrón Laviada no era desaprobado del todo y se le reconocían algunos logros, como la obra pública, la imposición de un candidato impopular y la división causada al interior del PAN con la renuncia de Ana Rosa Payán, alejaron al PAN del tema cambio-futuro y lo ubicaron en el regreso al pasado. La imposición de Abreu pudo interpretarse como un mensaje de machismo autoritario contra Ana Rosa Payán que inmediatamente ubicó al PAN en el conservadurismo extremo. Ivonne supo capitalizar esta situación al reivindicar la figura de la mujer como factor de cambio. Un dato importante en este escenario fue la muestra de carácter y fuerza de voluntad que mostró Ivonne al transformarse físicamente, ya que para ser candidata perdió 30 kilos de peso. La fuerza de la voluntad de Ivonne lanzó un mensaje de fuerte contraste frente al anti-mensaje autoritario del PAN, en especial cuando éstos deciden utilizar el tema de la pasada obesidad de Ivonne para hacer campaña negativa en su contra.
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III. UN NUEVO ESTILO DE LIDERAZGO El declive generalizado de los partidos políticos hoy en día y su falta de credibilidad en la opinión pública, han hecho de la figura del candidato uno de los ejes centrales de las campañas electorales. Las últimas elecciones en nuestro país han refrendado la tesis de que el
elector vota
preponderantemente en función del candidato5. Aunque persisten sectores con adhesiones partidistas e ideológicas (voto duro), la presencia de un voto independiente o volátil que no es atraído plenamente por ningún partido y que se ejerce de manera circunstancial de acuerdo a factores externos (campañas electorales, estímulos y mensajes) como internos (emocionales, sicológicos, funcionales) del elector ha sido decisivo en los últimos procesos electorales en México. Una encuesta realizada por María de las Heras6 en septiembre del 2007, señala que el 24% de los electores mexicanos dicen identificarse con el PAN, 24% con el PRI y11% con el PRD, mientras que el 36% dice que no se identifica con ninguno y el 5% no sabe. Hoy, los llamados electores independientes pueden llegar a definir la elección a favor de uno u otro candidato. En este contexto, el estilo de liderazgo se convierte en factor decisivo para el triunfo electoral. Tanto Patricio Martínez, como Natividad González Parás e Ivonne Ortega, adoptaron, en su momento, un estilo de liderazgo ciudadano, alejado del viejo patrón de liderazgo priísta, caracterizado por la sensibilidad a escuchar las necesidades sociales, estar cerca de la gente y generar empatía y calidez. Este estilo de liderazgo les permitió trascender las fronteras de militantes del PRI para generar apoyos ciudadanos más amplios.
5
La desafección por los partidos políticos no es tema privativo de México y tiene que ver con factores complejos y múltiples: desde las características propias de su sistema de partidos, la corrupción, la cultura política y educativa de los ciudadanos, la cultura política general. 6 María de las Heras, encuesta sobre partidos políticos, Milenio, 3 de septiembre de 2007.
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Por el contrario, los candidatos del PAN representaron un estilo de liderazgo alejado de las demandas ciudadanas y de poca conexión emocional con los electores.
A) Chihuahua 1998: una nueva legitimidad al liderazgo El caso de Patricio Martínez como ya vimos fue paradigmático al ser el primer candidato a Gobernador del PRI surgido de una elección directa y abierta a la ciudadanía. La elección interna que lo llevó a la candidatura frente al candidato de la estructura priísta, le dio a su estilo de liderazgo una nueva legitimidad democrática: Patricio era el candidato elegido por la sociedad y no por el “dedazo”.
CHIHUAHUA 1998 RAMÓN GALINDO Negativo Proceso interno dividido No es el candidato de los “ricos” del PAN Imagen de “peleonero ” No tiene el apoyo de Chihuahua capital Demasiado agresivo Poca clase Poca imagen de Gobernador No resolvi ó la inseguridad en Juárez No enfrent ó el problema de las muertas de Ju árez Uso de helic óptero municipal para fines personales
Positivo Presidente Municipal de Ju árez Logros de Francisco Barrio como Gobernador PAN Candidato de Francisco Barrio Forma parte del grupo panista de Cd. Ju árez
El candidato del panismo de Cd. Juárez
PATRICIO MARTÍNEZ Negativo Cuestionamiento sobre su patrimonio Demasiado duro Bronco Ataques porque como Presidente Municipal hizo “puros parques y estatuas ”
Positivo Fue Presidente Municipal de Chihuahua Logros como Presidente Municipal: eje., Parque El Palomar Candidato de la sociedad civil, no de la clase pol ítica Empresario Buena imagen Directo Franco Líder Defiende a Chihuahua Fue electo candidato mediante un proceso exitoso de elecci ón abierta
El candidato de la gente
Fuente: Publicum Estrategias, derechos reservados.
Patricio Martínez representó un estilo de liderazgo diferente en las filas del priísmo tradicional. Fue empresario y posteriormente presidente municipal de Chihuahua, en donde realizó un trabajo importante de transformación urbana de la capital. Se le reconocía como un líder directo y franco, que defendía los intereses de Chihuahua y representaba los valores de los chihuahuenses. Su
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estilo de hacer campaña recorriendo en tenis casa por casa, contribuyó a recuperar la confianza ciudadana. En contraposición, Ramón Galindo, el candidato del PAN, representaba un estilo de liderazgo surgido de un grupo de poder ligado al panismo de Ciudad Juárez. La personalidad de Galindo –de acuerdo a los estudios- era “agresiva”, “sin clase para ser gobernador” y su estilo era considerado por algunos como el de un “peleonero”. Como presidente municipal de Ciudad Juárez cargaba con el lastre del tema de la inseguridad y de las muertas de Juárez y surgió de un proceso interno dividido que también afectó su imagen personal.
B) Nuevo León 2003: “Nati, la Fuerza Ciudadana” En el caso de Nuevo León sucedió algo similar. Natividad González Parás enarboló un estilo de liderazgo cercano y sensible frente al estilo empresarial que representaba Mauricio Fernández. En 1997, Canales triunfó representando un estilo de liderazgo “empresarial”, que los electores identificaron como sinónimo de honestidad, eficiencia y capacidad para generar empleos, que era la principal demanda después de la crisis económica de 1995. Seis años después, sin embargo, el estilo de liderazgo empresarial perdió los atributos positivos que permitieron la llegada de Canales al poder. Ese estilo empresarial de gobernar se identificó con atributos como lejanía, prepotencia, afán recaudatorio y falta de sensibilidad social. El estilo de liderazgo político, el “estilo Nati”, por el contrario, se revaloró en atributos como experiencia, capacidad para conciliar intereses y escuchar a los que menos tienen. Mauricio Fernández, empresario regiomontano, exitoso, proveniente de una de las familias más ricas de Nuevo León, al igual que Canales, era percibido como la continuidad de un gobierno frío y alejado de la gente. Los estudios de opinión realizados en ese año7, muestran cómo el candidato del PRI era visto como una persona sencilla y cercana para entender y resolver los
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Grupos de enfoque. Publicum Estrategias 2003. Derechos reservados.
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problemas de la gente, mientras que Mauricio adolecía de los atributos negativos que minaron la imagen de Canales.
NUEVO LEÓN 2003 MAURICIO FERNÁNDEZ Lejano Tiene el Se quiere mucho apoyo de Fox Está solo Combativo Está vacío Estratega No conoce los Carácter problemas de la gente Trabajador Ya “reservó” toda la Empresario ciudad para él exitoso “Coagulo”, sangr ón Demasiada autoestima No se mezcla con la gente No le queda el corte de pelo Provoca dudas Rebelde No negocia Poco serio Vanidoso El candidato
NATIVIDAD GONZÁLEZ PARÁS Priísta Le falta car ácter, empuje Carrera de escritorio Le falta fuerza Ya perdi ó una vez
alejado
Cercano Experiencia Serio Sencillo Preocupado por la gente Noble Confiable Negociador Ve para abajo Entiende los problemas de la gente Nos va a consultar Más “raza” Formal
El candidato cercano
Fuente: Publicum Estrategias. Derechos reservados.
La campaña de Natividad tuvo como eje central la oposición y el contraste entre estos dos estilos de liderazgo. De esta estrategia se derivaban las demás: hacer un referéndum al gobierno de Canales e integrar una gran alianza ciudadana que aglutinara los deseos de cambio de la gente hacia un gobierno que respondiera a las necesidades sociales. La imagen de cercanía de Nati se consolidó con una estrategia de recorridos, casa por casa, en las secciones prioritarias del voto priísta.
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C) Yucatán 2007: Ivonne Gobernadora: ¡el cambio tiene rostro de mujer! Yucatán es un caso muy claro de contraposición de estilos de liderazgo que hizo posible el triunfo de Ivonne a través de la empatía que generó entre las mujeres, los jóvenes y los electores independientes. El liderazgo de cercanía, juventud y sensibilidad de Ivonne fueron determinantes al lado de un candidato tradicional, viejo (Abreu tenía 57 años, frente a los 34 de Ortega) y ligado al poder. De acuerdo con las encuestas que se realizaron el 4 de mayo por Grupo Reforma, El Universal y Milenio, los dos candidatos gozaban de un nivel de conocimiento muy similar: El Universal señalaba que ambos aspirantes eran igualmente conocidos (95% PAN y 96% PRI), pero la priísta gozaba de mejor opinión entre la población (58% frente a 50% del panista). Ambos tenían una opinión favorable prácticamente igual (46% de Abreu frente a 47% de Ortega). Sin embargo, la priísta Ivonne Ortega superaba en el vis-àvis a su contrincante en cada uno de los atributos de liderazgo, en especial a los relativos al tema de cercanía. Ella era considerada más inteligente, honesta, cercana y más preocupada por la gente, con más experiencia para gobernar y con más capacidad para resolver problemas. En contraste, Abreu era percibido como menos honesto, más lejano y con menos capacidad para entender y resolver los problemas de la gente.
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YUCATÁN 2007 MILENIO XAVIER ABREU
IVONNE ORTEGA
Más inteligente
33
40
Entiende problemas de la gente
31
44
Más honesto
30
38
Capacidad para resolver problemas
34
41
Más cercano a la gente
32
45
Más responsable
34
Más experiencia para gobernar
37
Más se preocupa por la gente
32
42
Persona m ás trabajadora
32
41
Encuestas publicadas el 4 de mayo de 2007, 15 d
UNIVERSAL XAVIER ABREU
IVONNE ORTEGA
Más cercana a la gente
28
42
41
Más inteligente
33
35
38
Más honesto
26
29
ías antes de la elecci ón.
Ivonne Ortega captó mayoritariamente el voto de la mujer, un amplio sector de los jóvenes y mantuvo la preferencia de las personas mayores, que tradicionalmente votan por el PRI. Según la encuesta de salida realizada por Consulta Mitofsky el día de la elección, del 100% de las mujeres que votaron, el 46% lo hizo por Ivonne Ortega, mientras que sólo el 35.4% votó por Xavier Abreu. La misma encuesta nos dice que respecto a las edades, Xavier Abreu y Ortega obtuvieron un porcentaje de votación muy cercano en el segmento entre los 18 y 29 años (45% frente al 43% del PRI). Ivonne Ortega tuvo la mayor captación de votos entre los electores de 30 a 49 años (44% frente a 40% del PAN) y ganó considerablemente entre los electores mayores de 49 años (44% frente a 32%) Ivonne Ortega realizó además una campaña de contacto ciudadano: personalizada y cercana, en la calle y casa por casa, lo que multiplicó su posicionamiento como una persona sensible a las necesidades y dispuesta a escuchar los problemas de los ciudadanos de viva voz.
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El Universal apunta en su encuesta que el 37% afirmó que la priísta fue quien más veces visitó su comunidad frente a 21% que mencionó al panista y un 33% dijo que estas visitas ayudaron a decidir su intención de voto. La candidata recorrió los 106 municipios del estado y tuvo una publicidad que contrastó con la de Abreu porque fue más emotiva generando más resonancia y conexión con la gente.
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IV.
GANAR LA AGENDA SOCIAL
Los candidatos del PRI integraron una agenda de propuestas en temas sociales que creaba alta resonancia con las necesidades y expectativas de los ciudadanos, que reforzaba su estilo de liderazgo y ahondaba la diferenciación con el PAN. Además, si partimos de que el proceso político es aquel que se nutre de necesidades y expectativas sociales para transformarlas en resultados y beneficios para los ciudadanos, en las campañas electorales, los candidatos que son portadores de una agenda que recoja y proyecte las necesidades y aspiraciones sociales tendrán siempre más posibilidades de atraer el voto.
A) Chihuahua 1998: ¡Seguridad y educación! La campaña de Patricio Martínez polarizó en Ciudad Juárez con el tema de la seguridad, contraponiendo la incapacidad del Gobierno de Francisco Barrio y de Ramón Galindo, como presidente municipal de Ciudad Juárez, para solucionar los casos de las “muertas de Juárez”. En esos años, los casos de las “muertas de Juárez” habían provocado una verdadera crisis social y además, una condena de la Comisión Nacional de Derechos Humanos al Gobierno de Chihuahua por su negligencia en las investigaciones. Martínez retomó las críticas al PAN en materia de seguridad y además lanzó una fuerte propuesta educativa en base a la reconciliación del gobierno con el sector magisterial, que había sido maltratado bajo el Gobierno de Barrio, y la construcción de varias Universidades tecnológicas para los jóvenes. El PRI transmitió en Ciudad Juárez uno de sus primeros spots negativos en una campaña contra el PAN. En este spot, de nombre Rosa, aparecía el testimonio
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de una mujer que decía: “Hola, mi nombre es Rosa. Mi hija fue violada y asesinada aquí en Cd. Juárez cuando salía de la escuela. ¿Por qué mi hija tuvo que perder la vida? ¿Por qué hay tanta violencia y asesinatos en Cd. Juárez? ¿Por qué las autoridades no actúan…?, ¿Podemos hacer algo más? ¡No entiendo…!. Merecemos algo mejor”. Cuando el Gobernador Francisco Barrio se dio cuenta que la elección se había cerrado, empezó a actuar a favor de Ramón Galindo. La respuesta del equipo de campaña de Patricio Martínez fue un spot con voz en off con el siguiente mensaje: “Señor Gobernador: la serenidad es importante en este momento. No use los recursos públicos para apoyar a su partido. Usted llegó al poder en un clima de Democracia. Deje que los chihuahuenses decidan en libertad. ¡Gobierne para todos!. ¡Admita la Democracia!. Chihuahua junio de 1998: Amigos de la Democracia”.
B) Nuevo León 2003: “Apoyos a la tercera edad, mujeres y discapacitados” Los estudios de opinión en Nuevo León mostraban dos tipos de problemas: la inseguridad y la mala situación de las economías familiares. La estrategia de campaña de Nati decidió dejar a un lado el tema de seguridad como eje de la campaña para concentrarse en el tema social. El tema social resultó ser un tema más rentable desde el punto de vista electoral y marcaba la más clara diferenciación frente al Gobierno y al candidato del PAN. El enfoque publicitario de la campaña de Nati marcó la diferenciación en el estilo de liderazgo posicionando al candidato con una imagen más acorde con este objetivo: Nati, la fuerza ciudadana. La promesa de campaña se concentró en tres segmentos específicos: apoyos a la tercera edad, a las madres trabajadoras y a los discapacitados. Al igual que la campaña de Chihuahua, un elemento importante en la estrategia de Nuevo León fue atacar la principal debilidad del Gobierno del
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PAN, que era la ausencia de programas y de obras de beneficio social. La obra emblemática del Gobierno de Canales, el Puente Atirantado, se usó como un ejemplo de derroche en obras sin sentido social.
C) Yucatán 2007: Más empleo y viviendas La propuesta política de Ivonne Ortega se centró igualmente en las expectativas de los yucatecos que no atendió el Gobernador del PAN. En Yucatán, la baja generación de empleo y falta de oportunidades de desarrollo para los jóvenes eran los problemas principales. Su propuesta estaba dominada por la agenda social:
Empleo: Generar 100 mil empleos en 5 años (Apoyo a emprendedores graduados universitarios, la conformación de un fondo estatal para la creación de trabajos, y la atracción de una mega inversión para Yucatán)
Construir 80 mil viviendas
Otorgar 30 mil becas a jóvenes que quisieran llegar a la universidad
Pensión al adulto mayor
Sistema de salud para todos
Creación de la policía vecinal
Mejores carreteras y un tren rápido
Economía exportadora que pague salarios más altos
Fortalecer la industria turística
Antes de las elecciones, las encuestas decían ya que la gente pensaba que Ivonne Ortega era quien tenía las mejores propuestas de campaña: 42% frente a 35% de Abreu (Milenio). Es importante destacar además que gran parte del discurso y propuestas de Ivonne Ortega fueron dirigidas a ganar el voto de los segmentos de mujeres y de jóvenes, específicamente, las clases urbanas de Mérida. El mensaje fue bien posicionado: Ivonne obtuvo el voto de la mayoría de las mujeres, una
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buena parte de los jóvenes y la mayor parte de los electores independientes, que desde antes de la elección se inclinaron favorablemente por el PRI8.
8
Los electores independientes constituían la mayoría en las elecciones locales de Yucatán. Según la encuesta realizada por El Universal (4 de mayo), el PRI obtendría la victoria. Los electores que no se consideraban cercanos a ningún partido, llamados independientes, que llegaban a 49% y se inclinaban mayoritariamente por la coalición priísta. El 39% de los independientes votarían por el PRI y tan sólo 25% por el PAN-Panal. Según estos datos, el PRI obtendría la victoria, a pesar de que en Yucatán había más votantes que se consideraban panistas (26%) que priístas (22%).
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V.
LA REINVENCIÓN DE LA ESTRATEGIA DE TIERRA
En 1997, el PRI perdió la elección en Nuevo León, entre otros factores, por una fallida estrategia de tierra. Lejos de concentrarse en las secciones de fuerte votación priísta, el enfoque de la campaña se concentró en las secciones de alta votación volátil. El proceso de movilización se hizo con las estructuras tradicionales del partido. El día de la elección las secciones priístas se abstuvieron de votar y los volátiles, en su mayoría, se pronunciaron por el cambio. Seis años después una de las principales innovaciones de la campaña de Natividad González Parás fue reinventar la estrategia de tierra: sustituyó la estrategia tradicional por la del voto focalizado, que consistió en concentrarse en las secciones de alta votación priista y ahí tener una estructura de movilización a través de la designación de “movilizadores” que tienen la misión de visitar, convencer e invitar a votar a una cierto número de “promovidos” el día de la elección.
A diferencia del 97, el candidato
concentró sus recorridos casa por casa en las zonas de alta votación priísta. Los efectos de esta estrategia fueron determinantes para el triunfo tan holgado que se tuvo en Nuevo León en el 2003 gracias a la alta participación en las secciones tradicionalmente priístas. Paralelamente a la movilización del voto priísta, en Nuevo León se echó a andar una estrategia de promoción entre los electores volátiles bajo la fórmula de los “Círculos Ciudadanos” cuyo objetivo fue promover el voto a favor de Nati entre las ONG’s y todo tipo de agrupaciones y asociaciones de la sociedad civil. En este apartado no pretendemos hacer una descripción de las estrategias de tierra utilizadas en cada uno de los estados, pues tal propósito excede las dimensiones del presente análisis. Baste mencionar que la nueva actitud del PRI en relación a las estrategias de tierra le inyectó un nuevo aire de
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renovación y profesionalismo a las anquilosadas estructuras seccionales que ya no eran garantía de triunfo. El trabajo de reinvención de las estructuras de tierra, a través del voto focalizado, revitalizó al PRI desde abajo y se vino a sumar al trabajo de apertura logrado con la elección democrática del candidato a Gobernador. La conjunción de estos dos factores -elección democrática del candidato y reinvención de la estrategia de tierra-, hizo posible que en términos de resultados electorales la victoria del PRI fuese contundente. En especial, conviene resaltar el caso Nuevo León en donde la diferencia de votación entre el PRI y el PAN fue de casi 23 puntos, mientras que en Chihuahua y Yucatán la diferencia entre el triunfador y el perdedor fue de 7 puntos. Mencionaremos brevemente que el PRI de Chihuahua fue de los primeros en el país en renovar sus estrategias de tierra a través del estudio del comportamiento electoral de cada sección y del armado de una estructura de promoción y movilización de sus votantes. En el caso de Yucatán el trabajo de movilización se hizo en base al modelo de voto focalizado de Nuevo León.
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RESULTADOS ELECTORALES FINALES CHIHUAHUA 1998 Participación electoral: 57% PRI
PRD
PT
PVEM
No reg
Nulos
Votos
PAN 417,071
497, 231
54,258
10, 322
9,317
229
20,079
Porcentaje
41.36%
49.3%
5.38%
1.02%
0.92%
0. 02%
1.99%
No reg
Nulos
Fuente: Consejo Electoral de Chihuahua.
RESULTADOS ELECTORALES FINALES NUEVO LEÓN 2003 Participación electoral: 53.9 % PRD
PT
Votos
PAN 491, 973
824, 567
PRI
14, 934
72, 620
Porcentaje
33.8 %
56.6%
1%
4.9 %
Otros
42, 989 3%
2.95%
Fuente: Memorias y Estadísticas, Comisión Estatal Electoral N.L.
RESULTADOS ELECTORALES FINALES YUCATÁN 2007 Participación electoral: 69.5% PAN
PRI
PRD
Votos
354,805
414,452
22,496
Todos somos Yucatán 27,126
Porcentaje
42.07%
49.14%
2.67%
3.22%
PVEM
No reg
Nulos
3,860
159
13,055
0.46%
0.02%
1.5%
Fuente: Instituto Electoral de Yucatán.
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CONCLUSIÓN Los tres casos de “alternancia de la alternancia” que hemos analizado, se inscriben en lo que hemos llamado el “ciclo electoral del cambio” que, a nivel nacional, abarca de 1997 al 2006. Este ciclo electoral se caracteriza por la democratización del escenario electoral mexicano, por la serie de alternancias a nivel local y nacional y porque el cambio tanto político como social sintetiza el principal reclamo de los electores.
Ciclo electoral del cambio 1994 -2006 18000000 16000000 14000000 12000000 PAN
10000000
PRI PRD
8000000 Partido Nueva Alianza 2006: 397, 550 (0.95%)
6000000 4000000 2000000 0
1994
1997
2000
2003
2006
PAN
8733384
7696197
15988740
8189699
14,916,927
PRI
16851082
11311963
13576385
9804043
9,237,000
PRD
5590368
7436466
6259048
4694365
14,683,093
A nivel local, el PRI perdió el poder, en un primer tiempo, por no ser competitivo en el nuevo escenario político de la transición mexicana. Seis años después lo recupera en Chihuahua, Nuevo León y Yucatán gracias a que supo adaptarse a este nuevo escenario de competencia democrática generando nuevas ventajas competitivas. En el centro de esta nueva actitud competitiva del PRI opositor está la decisión de elegir a sus candidatos a Gobernador por elección directa a los ciudadanos, en los casos de Chihuahua y Nuevo León, o mediante encuesta en el caso de Yucatán.
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Votos en Elecciones Locales 2001 - 2007 20,000,000 15,000,000 10,000,000 5,000,000 0 PAN PRI PRD OTROS
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
6,611,787 1,244,435 11,460,786 10,593,870 2,799,506 17,664,231 10,128,472 9,555,543 2,569,020 11,842,827 16,875,208 6,358,266 15,074,090 13,508,242 4,013,506 1,281,507 6,511,812 5,464,876 3,900,670 14,193,661 5,016,415 1,821,781 651,535 3,898,534 1,760,720 635,471 3,464,539 3,252,896
La elección de los candidatos a Gobernador del PRI es, sin duda, el factor clave que produjo un PRI más competitivo en los estados. El factor que le permite abandonar el pasado poniendo fin al “dedazo”, y que le permite generar sintonía con las demandas más sentidas de la población. Los candidatos del PRI con una nueva legitimidad democrática podían proyectar su visión al futuro, lejos de los compromisos corporativos, inherentes al “dedazo”, que los mantenían atados al pasado. Paralelamente a la nueva legitimidad de sus candidatos, el PRI ganó movilidad en sus anquilosadas estructuras a través de la reinvención de las estrategias de tierra. El regreso del PRI al poder fue posible gracias a que estableció una fuerte diferenciación frente a los procesos cerrados o fallidos del PAN para elegir a sus candidatos. Las ventajas competitivas que desarrolló el PRI opositor en Chihuahua, Nuevo León y Yucatán, nos marcan el sentido por donde podrían continuar las reformas del PRI, ahora que es oposición a nivel nacional, si quiere sobrevivir en el nuevo escenario democrático mexicano del siglo XXI. Desafortunadamente nuestra impresión es que estas nuevas ventajas competitivas que hicieron posible la resurrección del PRI después de la 40
derrota, responden a estrategias coyunturales de los estados analizados, y no han sido asimiladas del todo como parte de una nueva cultura democrática de este partido. En el fondo la cultura política del PRI sigue marcada por los rasgos autoritarios del viejo régimen. Lo asombroso de los tres casos aquí estudiados, es que el PRI opositor, forzado por el nuevo escenario de alta competitividad electoral a nivel local, haya podido dar un paso adelante en la vía de su democratización, y todo ello sin transformar su estructura nacional que sigue siendo, en esencia, la misma que en el pasado. En 1999 el PRI, todavía en el gobierno a nivel nacional, echó a andar un proceso de elección “democrática” de su candidato presidencial que terminó con la elección del precandidato que todos sabían era el “candidato oficial”. El resultado fue que la estrategia del “nuevo PRI” no duraría mucho pues carecía de soportes reales. En el 2006, el proceso de elección del candidato a Presidente de la República del PRI se llevó a cabo en medio de una fuerte polémica entre el grupo de Gobernadores conocido como el TUCOM (Todos Unidos Contra Madrazo) y Roberto Madrazo. El ensayo de democratización del TUCOM abortó por las acusaciones de corrupción de que fue objeto su precandidato, Arturo Montiel, y la elección competida de su candidato presidencial no fue posible.
Madrazo, como Presidente del partido, se
enfrentó en un proceso interno de nula competitividad a Everardo Moreno Cruz, con los resultados que ya todos conocemos. En el 2004 el PRI volvió a ganar la gubernatura de Chihuahua con un modelo similar al de seis años atrás: elección abierta a todos los ciudadanos de su candidato a Gobernador, ganar la agenda social y movilizando a sus militantes a los largo de todo el estado. Esto demuestra que, aunque aislado, el modelo de democratización del PRI opositor sigue dando resultados en un escenario de alta competencia electoral. Lo que no debemos confundir es que el PRI gane elecciones generando nuevas ventajas competitivas, como en los casos aquí estudiados, con el hecho que triunfe movilizando a su voto duro, capitalizando los errores, la mala gestión gubernamental y la pérdida de las ventajas competitivas de sus adversarios.
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Creemos que a menos que un partido desarrolle ventajas competitivas duraderas, podrá aspirar a seguir ganando elecciones en un escenario de alta competitividad electoral. En el caso del PRI, si bien el modelo del “PRI movilizador” puede asegurarle triunfos, siempre y cuando sus adversarios pierdan sus ventajas competitivas o los enfrente en un escenario de baja competitividad electoral, en el largo plazo, la única estrategia que le asegura ventajas competitivas para seguir ganando elecciones es seguir avanzando por el camino de apertura y democratización del “PRI opositor”.
El cambio: ¡la asignatura pendiente! Finalmente, quisiéramos tocar el tema del cambio como aspiración de los electores. En los casos analizados el primer ciclo de la alternancia se dio porque los electores vieron el cambio político como una condición necesaria para lograr el cambio social. No debemos perder de vista que los electores, como diría Jacques Séguéla, “votan por ellos mismos”. Después de haber logrado la alternancia política, el PAN perdió en poder, en gran parte, por sus magros resultados gubernamentales. Como bien lo señaló Mauricio Fernández, el candidato a Gobernador del PAN en Nuevo León en el 2003, el PAN perdió porque “el cambio político no se tradujo en cambio social”. Si partimos de que la transición democrática en México es una ruptura gradual pero constante con el pasado de 70 años de hegemonía partidista, el “cambio” representa el futuro, la transformación y la renovación que la sociedad busca como un proceso natural de mejoría constante a su situación individual y de grupo. El cambio le funcionó al PAN como mensaje, pues era el antídoto perfecto frente al pasado autoritario. El problema sobreviene cuando el PAN llega al poder y sucede alguna o todas de las siguientes situaciones: se burocratiza, impone un estilo gerencial de hacer política (lejano y frío), se desconecta del electorado o cae en los mismos vicios que el viejo PRI (corrupción, abuso de
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poder, chapulineo, etc.). El resultado es el que vimos en los casos estudiados: paga en las urnas la decepción causada. La decepción social ante el incumplimiento del cambio es uno de los factores que provocan que el electorado vuelva a dar su confianza al PRI o a algún otro partido político, o bien, se abstenga de participar con su voto. Esta decepción por el cambio tiene sus raíces en aspectos mucho más complejos que tienen que ver con la cultura política de las nuevas democracias, en las que los ciudadanos esperan resultados rápidos e inmediatos en un solo sexenio o trienio. A la vez que el contexto negativo creado en torno al incumplimiento de las expectativas de cambio juega en contra del PAN, es necesario que se presente, por el contrario, un escenario favorable que soporte la decisión de los electores por “regresar” su confianza y su voto al PRI. En los tres casos, se conjugan los dos lados de la moneda: un PAN que comete errores y un PRI que conjuga aciertos. En todos los casos el gran reto de los partidos políticos es responder a las expectativas de cambio de los electores.
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ANEXOS
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CUADRO 1
Estrategias de Competencia Electoral PRI Opositor
PRI – Movilizador
PRI – No Competitivo
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Movilización del Voto duro
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Unidad
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Reducción Voto Anti-PRI
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Mensaje de futuro
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Agenda social
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Voto joven y femenino
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Escenario de alta competencia electoral Escenario de baja competencia electoral Movilización focalizada Movilización de la base Fuga de la base Elección abierta (consulta o encuesta) Elección cerrada (delegados o imposición) Atracción del Voto volátil
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CUADRO 2
Factores clave de la “alternancia de la alternancia” Candidatos Patricio Martínez (PRI)
Tipo de Elección
Aprobación del Gobernante saliente
Ramón Galindo (PAN) Bien evaluado
Natividad González Parás (PRI)
Ivonne Ortega (PRI)
PRI
PAN
Abierta
Cerrada
Mauricio Fernández (PAN) PRI
PAN
Abierta
Cerrada
Francisco Barrio (PAN)
Mal evaluado Canales (PAN)
Origen del Candidato Patricio Martínez
Ramón Galindo
Local
Local
(ex presidente municipal)
(ex presidente municipal)
Natividad González Parás
Mauricio Fernández
Nacional Bien evaluado Elizondo (PAN)
Xavier Abreu (PAN)
(diputado federal y senador)
Ivonne Ortega PRI Encuesta
PAN Cerrada
Mal evaluado Patricio Patrón (PAN)
Local (ex presidenta municipal)
Local
Estilo de Liderazgo
Patricio Martínez
Ramón Galindo
Ciudadano
Partidista
Natividad González Parás
Mauricio Fernández
Ciudadano
Empresario
Empresario
Xavier Abreu Local (ex secretario de Desarrollo Social)
Ivonne Ortega Ciudadano
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Xavier Abreu Partidista Impuesto
GRÁFICA 1 RESULTADOS DEL PRI OPOSITOR: CHIHUAHUA
Chihuahua (Participación y Votación) 1992 - 2004 Chihuahua (Participación y Votación) 1992- 2004 70.00% 60.00% 50.00% 40.00% 30.00% 20.00% 10.00% 0.00% 1992
Participaci ón
1998
2004
386,948
51.2%
417,041
41.36%
411,162
335,303
44.3%
497,231
49.3%
561,106
62.20%
57.08%
41.38% 56.48% 44.20%
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GRÁFICA 2 RESULTADOS DEL PRI OPOSITOR: NUEVO LEÓN
Nuevo León (Participación y Votación) 1997 - 2003 Participación y Votación 70.00% 60.00% 50.00% 40.00% 30.00% 20.00% 10.00% 0.00% 1997
Participaci ón
2003
656,993
48.6%
491,973
567,462
42%
824,567
62.5%
33.8% 56.6% 54.4%
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GRÁFICA 3 RESULTADOS DEL PRI OPOSITOR: YUCATÁN
Yucatán (Participación y Votación) 2001 - 2007 Elecciones de Gobernador 2001 - 2007 80.00% 70.00% 60.00% 50.00% 40.00% 30.00% 20.00% 10.00% 0.00% 2001
Participaci ón
2007
335,280
53.5%
358,116
302,340
45.5%
421,035
68.5%
42.5% 49.9% 69.5%
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