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Piezas para un retrato
María López Vigil
Lo Buscaban Principalmente Los Borrachitos
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Dicen que su hermano Gustavo había agarrado la bebida y que de eso murió y que iba por las calles de San Miguel bien bolo y que todo mundo lo sabía
Dicen que llegaba a la parroquia buscando a su hermano, el padre Romero, y que él lo regañaba, pero que también le tenía mucha paciencia Y a los picados hay que tenérsela, porque mucho molestan
Con mi hermano Angelito lo comprobamos Cuando llegaba a casa borracho, con la gran sirindanga, y el padre Romero estaba allí, no consentía que nadie le reprocháramos ni lo hostigáramos
-Vení, Angelito, sentate a la par mío -le decía- y tocame la dulzaina.
Y le tocaba canciones mexicanas y folclores de Guatemala, lindos los entonaba Y la música iba amansando a Angelito
Así que el padre Romero tuvo siempre mano para borrachos y desgraciados de la vida
Elvira Chacón
CADA DÍA LO QUE ÉL DECÍA era lo que nos daba vida Sus homilías eran lo más esperado de la semana Yo trabajaba en las comunidades de San Ramón y el día domingo salía de mi casa a pie hasta Catedral. Y no necesitaba llevar radio para oír su homilía, porque la iba oyendo en todo el camino. No había casa que no tuviera prendido su radio escuchándolo a él
¡Toda mi ruta era homilía! Como si hubiera una cadena de radio, una sola emisora
Martina Guzmán
CUANDO NOS LLEGÓ LA NOTICIA, fue un desorden por el dolor y la sorpresa Yo salí fletado de la reunión y me dio por correr hacia el arzobispado En las escaleras me encontré a dos pobres mujeres, sentadas en las gradas, descalzas, llorando sobre sus faldas de colores
Me senté queriendo consolarlas
O consolarme yo
-Ya no, ya no, se nos murió nuestro padre. ¿Y ahora, quién más?
Nos habían dejado huérfanos.
José Simán