NUESTRA Novena Navideña
Parroquia La Dolorosa. Frailes Dominicos. San José, Costa Rica.
Centro de Cultura y Espiritualidad
Parroquia La Dolorosa. Frailes Dominicos. San José, Costa Rica.
Centro de Cultura y Espiritualidad
El camino que lleva a Belén baja hasta el valle que la nieve cubrió. Los pastorcillos quieren ver a su Rey, le traen regalos en su humilde zurrón al Redentor, al Redentor.
Yo quisiera poner a tu pies algún presente que te agrade Señor, mas Tú ya sabes que soy pobre también, y no poseo más que un viejo tambor. (rom pom pom pom, rom pom pom pom)
¡En tu honor frente al portal tocaré con mi tambor !
Dios de Amor y misericordia, que tanto nos has amado, que nos has dado en tu Hijo la más valiosa prenda de tu amor, hecho Hijo de Mujer en las entrañas de María para nuestra reconciliación. Te damos gracias de todo corazón por habernos ofrecido tan inmenso beneficio. Te ofrecemos de nuestra parte el esfuerzo permanente por cooperar con tu gracia y ser más fieles a tu Plan. Te pedimos, por los méritos de tu Hijo, que dispongas nuestros corazones en esta Navidad con la reverencia y humildad necesarias para acogerlo con gozo y anunciarlo a los demás.
Dios hizo todo hermoso en su momento, y puso en la mente humana el sentido del tiempo, aun cuando el hombre no alcanza a comprender la obra que Dios realiza de principio a fin.
Y oí a cuanta criatura hay en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra y en el mar, a todos en la creación, que cantaban: «¡Al que está sentado en el trono y al Cordero, sean la alabanza y la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos!»
Reflexión
Laudato si 85
Dios ha escrito un libro precioso, «cuyas letras son la multitud de criaturas presentes en el universo». Bien expresaron los Obispos de Canadá que ninguna criatura queda fuera de esta manifestación de Dios: «Desde los panoramas más amplios a la forma de vida más ínfima, la naturaleza es un continuo manantial de maravilla y de temor. Ella es, además, una continua revelación de lo divino». Los Obispos de Japón, por su parte, dijeron algo muy sugestivo: «Percibir a cada criatura cantando el himno de su existencia es vivir gozosamente en el amor de Dios y en la esperanza». Esta contemplación de lo creado nos permite descubrir a través de cada cosa alguna enseñanza que Dios nos quiere transmitir, porque «para el creyente contemplar lo creado es también escuchar un mensaje, oír una voz paradójica y silenciosa». Podemos decir que, «junto a la Revelación propiamente dicha, contenida en la sagrada Escritura, se da una manifestación divina cuando brilla el sol y cuando cae la noche». Prestando atención a esa manifestación, el ser humano aprende a reconocerse a sí mismo en la relación con las demás criaturas: «Yo me autoexpreso al expresar el mundo; yo exploro mi propia sacralidad al intentar descifrar la del mundo».
Santa María, Madre del Niño Jesús y Madre nuestra, tú supiste responder con generosidad a los planes de Dios en cada circunstancia concreta de tu vida. Ayúdanos a nosotras a tener la misma prontitud para responder al Señor en las alegrías y en los dolores; ayuda a todas las madres a seguir tu ejemplo de maternidad en la vida cotidiana y a educar a sus hijos en la fe. Concédenos acoger a tu Hijo, con el mismo amor y ternura con que tú lo acogiste en tu corazón.
Dios te salve María...
San José, casto esposo de Santa María, Varón prudente a quien Dios confió el cuidado y protección de su propio Hijo, el Señor Jesús, y el de la Virgen Madre. Modelo de fidelidad y de paternal solicitud; tú cuidaste al Niño Jesús, lo recibiste con amor y lo educaste con tu ejemplo. Te pedimos que intercedas por nosotros para que durante este tiempo de Adviento nos preparemos para acoger, como tú, en nuestro corazón, a Jesús que ha querido poner su morada entre nosotros. También te pedimos que intercedas para que obtengamos los bienes que necesitamos para la misión y para que en las familias no falte el pan de la fe, el pan del amor y para que tengan siempre el pan de cada día.
Padre Nuestro...Ven, que ya María previene sus brazos, do su niño vean, en tiempo cercano. Ven que ya José, con anhelo sacro, se dispone a hacerse de tu amor, sagrario.
Estribillo: Ven, Ven, Ven, Ven a nuestras almas, Niñito ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Niñito ven a nuestras almas No tardes tanto, no tardes tanto, Niñito ven.
Dulce Niñito Jesús, sabemos que tú eres el centro de la Navidad y el que nos da la alegría en nuestro corazón. Queremos pedirte que bendigas nuestras familias y nos ayudes a ser limpios de corazón, obedientes y esforzados en nuestras responsabilidades.
Te pedimos que, al prepararnos para celebrar tu nacimiento, podamos acogerte en nuestro corazón y renovemos nuestro empeño por ser apóstoles incansables de la Reconciliación. Amén.
El camino que lleva a Belén voy marcando con mi viejo tambor, nada hay mejor que yo pueda ofrecer, su ronco acento es un canto de amor al Redentor, al Redentor.
Cuando Dios me vió tocando ante El me sonrió.