Raimon Panikkar
Paz y desarme cultural BoletĂn No. 2 en torno a la propuesta de paz de Raimon Panikkar
Centro de Cultura y Espiritualidad Frailes Dominicos La Dolorosa Volumen 1/NĂşmero 2
Paz y desarme cultural
El don de la paz En esta segunda entrega abordamos el capítulo dos de “Paz y desarme cultural”. Invitamos a las y los lectores a dejarse cuestionar por el pensamiento de Raimon Panikkar, ya que se nos invita a valorar y aceptar la paz como un don, que requiere la capacidad femenina de “saber recibir”.
“
Y ahí está la gran tentación actual: en querer construir la paz como lo fabricamos todo” Raimon Panikkar
Introducción Narrativa Un Samurai, conocido por todos por su nobleza y hones7dad, fue a visitar a un monje zen en busca de consejos, no obstante, en cuanto entró en el templo donde el maestro rezaba, se sin7ó inferior, y concluyó que a pesar de haber pasado toda su vida luchando por la jus7cia y la paz, no se había ni tan siquiera acercado al estado de gracia del hombre que tenía frente a él.
-¿Por qué me estoy sin7endo tan inferior? – le preguntó, no bien el monje hubo acabado de rezar. – Ya me enfrenté muchas veces con la muerte, defendí a los más débiles, sé que no tengo nada de qué avergonzarme. Sin embargo, al verlo meditando, he sen7do que mi vida no tenía la menor importancia.
-Espera. En cuanto haya atendido a todos los que me han buscado hoy, te daré la respuesta.
Durante todo el día el Samurai se quedó sentado en el jardín del templo, viendo como las personas entraban y salían en busca de consejos. Vio como el monje atendía a todos con la misma paciencia y la misma sonrisa luminosa en su rostro. Pero su estado de ánimo iba de mal en peor, pues había nacido para actuar, no para esperar. Por la noche, cuando ya todos habían par7do, insis7ó:
-¿Ahora podrá usted enseñarme?
El maestro lo invitó a entrar y lo llevó hasta su habitación. La luna llena brillaba en el cielo y todo el ambiente respiraba una profunda tranquilidad.
-¿Ves esta luna, qué bonita es? Ella cruzará todo el firmamento y mañana el sol volverá a brillar. Solo que la luz del sol es mucho más fuerte y consigue mostrar los detalles del paisaje que tenemos a nuestra frente; árboles, montañas, nubes. He contemplado a los dos durante años, y nunca escuché a la luna decir “¿Por qué no tengo el mismo brillo que el sol? ¿es que quizás soy inferior a él?”
-Claro que no, -respondió el Samurai,- la luna y el sol son dos cosas diferentes, y cada uno 7ene su propia belleza. No podemos comparar a los dos.
-Entonces, ya sabes la respuesta. Somos dos personas diferentes, cada cual luchando a su manera por aquello que cree, y haciendo lo posible para tornar a este mundo mejor; el resto son solo apariencias.
Desde esta perspectiva, ¿qué es la paz?
¿Se puede construir la paz?
Raimon Panikkar nos invita a descubrir que la paz no es una construcción humana, sino un don para la humanidad. Si por algo nos hemos caracterizado los seres humanos es por construir: cultura, civilización, productos…, sin embargo, la paz no entra dentro la producción humana, sino en lo que le es concedido al ser humano. De allí que la paz no puede ser el producto de la puesta en escena de la lógica y razonamientos humanos, aunque los implique en algún momento. Para comprender el planteamiento de Raimon Panikkar es necesario experimentar una “metanoia”, una conversión de cómo nos entendemos dentro del fluir de todo cuanto es en el universo. Si nos entendemos como ajenos al fluir del universo, nos vemos y actuamos por encima o fuera de la realidad, lo que nos impide recibir la paz. Veamos qué nos dice Panikkar.
La paz como un don.
“… la paz se recibe, no como algo debido, merecido, conquistado, sino como un don, como una dádiva, como una gracia… Se recibe, no como un derecho o como un deber; no como algo debido, ni siquiera como algo sabido. Es una gracia, una sorpresa. Entramos en el mundo real, que no es el mundo de la deducción lógica, sino la novedad, de lo inmerecido e impensado, de lo gratuito.” (23)
“La paz es un fruto del Espíritu Santo, dice la tradición cristiana; un algo que pertenece al árbol mismo de la realidad, aunque puede no llegar a madurar y florecer. La paz sólo puede ser una armonía de la misma realidad en la que nosotros participamos cuando estamos en situación de receptividad por no poner obstáculos al ritmo de la realidad, al Espíritu, a la estructura última del universo, o como se le quiera llamar.” (25)
«Para ser persona, hace
f a lt a
ser
monje y político.» R. Panikkar
El presente boletín es un servicio del Centro de Cultura y Espiritualidad de los Frailes Dominicos de La Dolorosa, para la Universidad De La Salle, Costa Rica. Responsable: Fr. Estuardo López Milián, O.P.