Nuevo album de zoología

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Álbum de zoología José Emilio Pacheco Ilustrado por alumnos del Laboratorio de Diseño CEART


Álbum de zoología José Emilio Pacheco Ilustrado por alumnos del Laboratorio de Diseño CEART



A la memoria del maestro José Emilio Pacheco, un pequeño homenaje con mucho respeto y cariño, de quienes han disfrutado de sus poemas con una devoción y emoción cada tarde, desde la primavera a el comienzo del verano del año 2015.

Fotografía de Rocío Hernández © 2015


Fábula del cazador

Un hombre comienza a pensar en un lobo. Al principio este lobo es sólo una silueta inmóvil: Un bulto parduzco agazapado en la oscuridad, Un hocico jadeante. Días después el pensamiento del lobo regresa. Se adueña de la memoria con cuatro patas poderosas. El hombre dirige entonces una débil linterna Y localiza la acechante figura de ese lobo pensado. Bajo la repentina calidad despiertan dos pupilas amarillas, Dos hileras de colmillos afilados, relucientes. Desde el centro del círculo un gran lobo gris lo mira, Con la fija atención del animal frente al peligro. Cada músculo sometido a una tensión precisa. La pelambre del lomo erizada, eléctrica. Húmedos los belfos, punzantes las garras.

Ilustración de Boris © 2015


Escorpiones

El escorpión atrae a su pareja Y aferrados de las pinzas se observan Durante un hosco día o una noche Anterior a su triste cópula. Termina El encuentro nupcial: Sucumbe el macho Y es devorado por la hembra Que, dijo El Predicador, Es más amarga que la muerte.*

Ilustración de Beto © 2015


Caracol (Homenaje A Ramón López Velarde)

Tú, como todos, eres lo que ocultas. Debajo Del palacio tornasolado, flor calcárea del mar O ciudadela que en vano Tratamos de fingir con nuestro arte, Te escondes indefenso y abandonado. Artífice o gusano: caracol Para nosotros tus verdugos. Ante el océano de las horas alzas Tu castillo de naipes, tu fortaleza erizada. Vaso de la tormenta, recinto de un murmullo que es nuevo siempre. Círculo de la noche, eco, marea, Tempestad en que la arena se vuelve sangre. Y tú sin fuerzas puedes levantar Una estructura milagrosa, insondable. Nunca terminará de resonar en mi Lo que preserva y esconde. En principio te pareces a los demás; la babosa, El caracol de cementerio. Eres frágil como ellos y como todos. Tu fuerza reside En el prodigo de tu concha, Evidente y recóndita manera De estar aquí en el planeta.

Ilustración de Carlos Joaquín Ramírez © 2015


Por ella te apreciamos y te acosamos. Tu cuerpo No importa mucho y ya fue devorado. Ahora queremos autopsiarte en ausencia, hacerte Un millo de preguntas sin respuesta. Defendido del mundo en tu exterior interno Que te revela y encubre, estás Prisionero de tu mortaja, Expuesto como nadie a la rapiña. Durará más que tú, provisional habitante, tu obra mejor que el mármol tu moral de la simetría A vivir y morir hemos venido. Para eso estamos. Pasaremos sin dejar huella. El caracol es la excepción. Que milenaria paciencia irguió su laberinto irisado, la torre horizontal en que la sangre del tiempo pule los laberintos y los convierte en espejos, mares de azogue opaco que eternamente ven fijeza de su propia cara. Esplendor de tinieblas, lumbre en reposo, la superficie es su esqueleto y su entraña.

Ilustración de Beto © 2015


Ya nada puede liberarte de ti: Habitas el palacio que secretaste. Eres él. Sigues aquí por él. Estás para siempre envuelto en tu perpetuo sudario. Llevas impresa la huella de tu cadáver. Pobre de ti, abandonado, escarnecido, tan blando si te desgajan del útero que es también tu cuerpo, tu rostro, la justificación de tu invisible tormento. Cómo tiemblas de miedo a la intemperie, expulsado de los dominios en que eras rey y te veneraban las olas. De nuevo Moctezuma ante Cortés que llega de otro mundo y viene armando por los dioses de hierro y fuego. Del habitante nada quedó en la playa sombría. La caracola que fue su obra vivirá un poco más y al fin también se hará polvo.

Ilustración de Gerardo © 2015


Cuando termine su eco perdurará sólo el mar que está muriendo desde el principio del tiempo. Es plenitud su clamoroso silencio. Agua que vuelve al agua, arena en la arena, sangre que se hunde en el torrente sanguíneo, circulación de las palabras en el mar del idioma: la materia que te hizo único pero también afín a nosotros, jamás volverá a unirse, nunca habrá nadie igual que tú, semejante a ti, siempre desconocido en tu soledad pues, como todos, eres lo que ocultas.

Ilustración de Celia © 2015


Inmortalidad del cangrejo

Y de la inmortalidades sólo creo En la tuya, cangrejo amigo. Te aplastan, te echan en agua hirviendo, Inunda tu casa. Per la represión y la tortura De nada sirven, de nada. No tú, cangrejo ínfimo, Caparazón mortal de tu individuo, ser transitorio, Carne fugaz que en nuestros dientes se quiebra; No tú sino tu especie eterna: los otros: El cangrejo inmortal Toma la playa.

Ilustración de Boris © 2015


El colibrí Ilustración de Lorena Gil © 2015

El colibrí es el sol, La flor del aire Entre las dos tinieblas.


Cerdo ante Dios

Tengo siente años. En la granja observo Por la ventana a un hombre que se persigna Y procede a matar un cerdo. No quiero ver el espectáculo. Casi humanos, escucho Alaridos premonitorios. (Casi humano es, dicen los zoólogos, el interior del cerdo inteligente, aún más que perros y caballos) Criaturitas de Dios, los llama mi abuela Hermano cero, hubiera dicho san Francisco. Y ahora es el tajo y el gotear de la sangre. Y soy un niño pero ya me pregunto: ¿Dios creó a los cerdos para ser devorados? ¿A quién responde: a la plegaria del cerdo o al que se persignó para degollarlo? Si Dios existe ¿por qué sufre este cerdo? Bulle la carne en el aceite. Dentro de poco, tragaré como un cerdo. Pero no voy a persignarme en la mesa.

Ilustración de Beto © 2015


Las moscas

Mientras yo sobre ti, tú sobre mí, los dos a lado, dos alados insectos se persiguen. Obscenamente sobrevuelan el lecho, miran zumbonas o tal vez excitadas. Para él sin duda no eres la más hermosa y deseable. (Tal un lirio entre las espinas es su mosca entre muladares Los contornos de su trompa son como joyas, como púrpura real sus vellosidades.) ¿Despreciarán sus ojitos poliédricos nuestros cuerpos, nuestras torpes maniobras, nuestros brazos que no son alas? Y juntas se levantan como la aurora, grandiosas como ejércitos en batalla. Han puesto de cabeza el rastrero infierno y se adueñan al fin de su cielo raso. Bocabajo, ya inaudibles, jadeantes, colgadas de las patas sobre el abismo, hacen lo suyo sin pensar en la muerte. Ilustración de Carlos Joaquín Ramírez © 2015


Monólogo del mono Ilustración de Gerardo © 2015

Nacido aquí en la jaula, yo el babuino Lo primero que supe fue: este mundo Por dondequiera que lo mire tiene Rejas y rejas. No puedo ver nada Que no esté entigrecido por las rejas. Dicen; hay monos libre. Yo no he visto Sino infinitos monos prisioneros, Siempre entre rejas. Noche a noche sueño Con la selva erizada por las rejas. Vivo tan sólo para ser mirado. Viene la multitud que llama gente. Le gusta enardecerme. Se divierte Cuando mi furia hace sonar las rejas. Mi libertad es mi jaula. Sólo muerto Me sacarán de estas brutales rejas.


Siempre que veo elefantes pienso en las guerras púnicas y especialmente en la batalla de Zama

Observa su estructura casi templo. Su tolerancia suele tener un límite. Su dignidad ofendida estalla de pronto. Pregúnteselo a Aníbal: los elefantes, Los propios elefantes cartagineses, Vencieron a Cartago. Así pues, de no ser por los elefantes No existiría está página (tampoco La lengua castellana ni Occidente)

Ilustración de Tony Gogan © 2015


La tortuga

Quizá en el fondo estábamos tratando De fingir que fingíamos - pero dijimos la verdad. En efecto, la vida No es la resonancia, es la piedra Que antes de dibujar ecos en el agua Despierta círculos De penumbra y de moho en las paredes. Y en la hondura del pozo cae sin fuerzas En la mustia tortuga que arrojaron Como instrumento o talismán o conjuro Para purificar con su devoraciones El agua o la conciencia, Sin darnos cuenta de que nuestros ardides son las trampas donde caemos invariablemente. Claro está, la tortuga no limpia: contamina. La piedra que cae a plomo nos engaña. Nunca sabremos la extensión del pozo ni su profundidad ni el contenido de sus emponzoñadas filtraciones. Ilustración de Beto © 2015


El ave fénix

Arde en la hoguera de su propio vuelo. Bajo el cuerpo de lumbre ella el sol. Su resplandor la trae y la convierte en ceniza. Viaja a su íntima noche, se asimila Al leve polvo errante de los muertos. Por entre lo deshecho se rehace. Toma fuerzas del caos, se teje en luz Y amanece en la llama indestructible.

Ilustración de Tony © 2015


Las enseñanzas del zancudo

Como en otras zonas del español, en México el zancudo es el mosquito, pero es sobre todo el insecto parecido a él aunque de mucho mayor tamaño que en inglés llaman daddy long legs y dragonfly. Aquí nadie emplea su verdadero nombre: típula. Julián Hernández, Breves apuntes sobre el Español hablado en México (1952)

Entra bajo el calor, mide mi cuarto. Su torpe vuelo no produce ruido. Da vueltas por la lámpara. No se atreve a inmolarse. Pegado a la pared se queda inmóvil. Se limita a observarme y a temerme. Se resigna a morir, triste, seguro De que voy a aplastarlo. Su pasiva fijeza es un misterio: Está retando al mundo y a lo humano. El anticolibrí, muerta irrisoria Del total desamparo, Sin duda es (como yo) lento, antiestético. Pero no dice: “Apiádate” Odia la compasión. A su manera Es valiente entre los valientes. Otros dirán: “Imbécil” Pueden escapar: hay puertas y ventanas”.

Ilustración de Gerardo © 2015


No voy a destruir a un inocente. ¿Quiero ostenta misericordia altiva? ¿O estoy paralizado como él, incapaz de aceptar su desafío. El zancudo me dicta sin quererlo Su lección indeseable: “Sí aún sigue aquí No es por tu mérito. Se trata nada más de que hasta ahora Alguien ha decidido perdonarte”.

Ilustración de Celia © 2015


La sirena

En el domingo de plaza, la feria Y la barraca y el acuario con tristes Algas de plástico, fraudulentos corales. Cabeza al aire, la humillada sirena, Acaso hermana de quien cuenta la historia. Pero el relato se equivoca:¿De cuando acá La sirenas son monstruos O están así por castigo divino? Mas bien sucede lo contrario: son libres, Son instrumentos de poesía. Lo único malo es que no existen. Lo realmente funesto es que sean imposibles.

Ilustración de Beto © 2015


El pulpo

Oscuro dios de la profundidades, Helecho, hongo, jacinto, Entre rocas que nadie ha visto, Allí en el abismo, Donde el amanecer, contra la lumbre del sol, Baja la noche al fondo del mar y el pulpo le sorbe Con las ventosas de sus tentáculos tinta sombría. Que belleza nocturna su esplendor si navega En lo más penumbrosamente salobre del agua madre, Para él cristalina y dulce. Pero en la playa que infestó la basura plástica Esa joya carnal del viscoso vértigo Parece un monstruo; y están matando /a garrotazos/ al indefenso callado. Alguien lanzó un arón y el pulpo respira muerte Por la segunda asfixia que constituye su herida. De sus labios no mama sangre; brota la noche Y enluta el mar y desvanece la tierra, Muy lentamente mientras el pulpo se muere.

Ilustración de Boris © 2015


La salamandra

De esta noche se fue la luz. En tinieblas Vibra la llama de una vela. Mil sombras En la pared cambiante, nube de piedra. En las manches del muro Leonardo vio Dibujarse la salamandra. Nace el fuego o es el fuego. Encarna La vida invulnerable que vuelve siempre. Para encenderse y seguir ardiendo se nutre De lumbre y muerte. Cuando se acabe la noche, Cuando se extinga la vela, Consumirá su llama la salamandra Y entonces De su muerte nacerá el sol. Él también es fuego, Es vida y muerte: parece La salamandra del incendio celeste.

Ilustración de Boris © 2015


Boris


Boris


Boris


Boris


Boris


Boris


7 vidas, 7 coincidencias, un autor y un maestro. experiencias todas de un tiempo enriquecedor. gracias por compartir... gracias por la enseĂąanzas... y el tener la oportunidad de ilustrar un libro de realidades tambiĂŠn humanas. Boris


Celia


Celia


Celia


Celia


Celia


Celia


... y como te fue con el niĂąo japonĂŠs? - no le entiende ni su abuela...!! Celia


Beto


Beto


Beto


Beto


Beto


Beto


El libro fue el motivo que nos llevó a un pequeño viaje sobre la realidad vista desde los ojos de los animales y a partir de eso, tener el combustible que nos inspirara a la creación. Tuvimos flexibilidad suficiente para plasmar, en algunos casos, la cruda realidad que viven esos seres y, en otras ocasiones, dedicarnos a explorar la forma en sí misma. El taller fue divertido. Muchas risas, bromas y anécdotas llenaron bastantes horas del tiempo asignado mientras trabajábamos. Hubo momentos en que de pronto se calmaba todo el parloteo y no era sino porque estábamos concentrados experimentando con alguna nueva técnica a lo que Charlie preguntaba ¿por qué tan serios?. El tiempo siempre se fue volando. ¡Excelente taller y convivencia! Beto


Lorena


Lorena


Lorena


Lorena


Lorena


Lorena


El compa単ero


El compa単ero


El compa単ero


El compa単ero


El compa単ero


Tony


Tony Gogan


Tony Gogan


Tony Gogan


Tony Gogan


Tony Gogan


Tony Gogan


... quieres vender o empe単ar Tony? - Vender!!! Tony


Gracias a todos los que hacen posible que podamos seguir reuniéndonos los miércoles y jueves, con frio y calor, con lluvia y con zancudos y sobre todo con energía y buen humor... A Boris, co su amabilidad de siempre y los dulces que nos trae y los recuerdos de sus viajes... a Celia, y sus aventuras con los niños y sus altares... a Lore, por su sonrisa y sus comentarios siempre puntuales... a Beto, por su actividad y energía siempre listo para la buena charla... a el Compañero Soledense, siempre listo para la lectura en su perfecto castellano español y su conocimiento de los pantanos y el rock and roll... a Tony, con sus ofertas oportunas y sus chistes malos... Chio e Isela, guerrilleras... a David Bear, por su apoyo incondicional... a los chicos de la biblioteca siempre serios, pero de buen humor... a Fidel Briano por su buen tono de voz... pero sobre todo a José Emilio Pacheco y a Francisco Toledo por su inspiración... CR


San Luis PotosĂ­, SLP., a 2 de julio de 2015


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