Oarso1972

Page 1

OARSO

RENTERIA/1972


SEG U ND A

EPOCA,

N.°

10

RENTERIA,

22

DE

JULIO

DE

1972




S A L U T A C IO N E n la R evista del año pasado hablaba yo , en la introducción, de las «voces amigas» que me alentaron. L a vuestra y la de todos fu e una de ellas. Vosotros me anim asteis a tender ese puente entre los renterianos de aquí y los que residen fu e r a , ese lazo de unión trenzado de añoranzas y recuerdos. L a empresa no era nada sencilla, el echar a andar después de un largo descanso no es fá c il. Y o veía que la tarea era ardua y económicamente costosa; sobre todo, con la doble proyección de que la Revista llegara gratis a todos los rincones del m undo donde hubiera un renteriano, y se repartiera a un precio sim ­ bólico entre la población. S i me he anim ado a seguir adelante es por la satisfacción ín tim a que me han producido las cartas de agradecimiento que he recibido de todos los países. A lg u n a de ellas me ha emocionado. E n estas publicaciones soy partidario de buscar un tema central, aunque no toda la R evista gire alrededor del m ism o. H a y un hombre en cada pueblo, a quien un día sin saber n i cómo n i por qué, le arrancan de su m undo, de su profesión, de sus negocios, un poco tam bién de su fa m ilia , y le ponen a gobernar a esa otra gran fa m ilia que es la com unidad de veci­ nos, con sus disgustos y sinsabores y alguna que otra satisfac­ ción ín tim a . A ese hombre anónim o, a ese Alcalde de todos los tiem pos, a ese que se va sucediendo cada ciertos años, se dedica esta publicación. Cierto día cayeron en m is m anos reproducciones estupen­ das de antiguos Alcaldes de R entería, algunos de p rincipios de siglo. M e pareció que debían ser recopiladas y publicadas y de a h í nació la idea. Y p a ra term inar, m i agradecimiento a todos y p a rticu la r­ m ente, en este caso, a don José M a ría Salaverría Errazquin, corresponsal de El Diario Vasco, que ha sido el autor y reco­ p ilad o r de esta magnífica colección de fotografías. Y nada más. Os deseo unas felices «m agdalenas»,

Vuestro Alcalde, R am ón M ágica Lecuona

J o a n zan urteko errebislan itz-aurrez esaten nizuten zuen gogò o n a k, zuen iritzia k , berotu età beartu nindutela O A R SO berriro argitaratzera, ik u s ir ik a n gañera errenderiar g u zio k, erritik urruti d auzkagunak, età, emen erri berean bizi geranok elkarganatzeko, O A R SO genduela biderik zuzenena. B ertan azaltzen dirán goraberak, zenbat eta zenbat oroigarri ekartzen dizkigute... batez ere ez dagozteneri, zenbateraño gogoarazten die bere erria...! Orduan esan nu a n bezela, lana ez zan erreza. Izk u tu a n edo lo età geldi zegon lanari berriro ekiteak, buruauste a u n d ia k em an zizk ig u n ; lan biltzeak batetik eta diru bearrak bestetik. Batez ere onek gure asm orik beroena bete naiean: m undu g u zia n sakabanatuta dauzkagun errenderiarrak, gure errebista artu zezatela ezertxo ordaindu gabe, eta erritarren artean ere ezin zitekela garestigi zabaldu. A urrera ja rra itu badet, zuek em an didazuten laguntzari esker da. K arta asko artuak ditut, bai emen bertako erritarrenak, baño batez ere, m u n d u zear dabiltzaii erriko-seme askorenak. Batzu-batzuek biotza ederki ik u tu didate... Errebistan gai nagusi bat erabiltzea da nere naia. Onek ez du esan nai beste g a ia k ez dirala ik u tu k o . Badegu, eta beti izan da, erri guzietan gizon bat. Gabetik goizera, bat batean, ateratzen dute bere bizi m o d u tik, bere lanetik, bere lagun artetik, eia baita ere p ix k a bat, bere fa m ilitik . Gizon au beste fa m ili aundiagoa agintzen jartzen dute, bere erritarrak osatzen dutenena; batzuen txaloekin, beste batzuen asarrearekin. Gizon izk u tu ori, betiko A lk a te ja u n ori, urteen zear agintean aldatzen dan gizon ori, degù aurtengo O A R SO errebistaren gai, nagusia. A la k o egun batean nere eskuetara eldu zan ErrenderVko A lka te izandutakoen argazki sorta eder bat. Gizaldiaren asierakoak batzuek. E z al zulen merezi A lka te ja u n aiek gure oroipena? Zergatik danak bildu ta argitaratu ez? B u ru ra tu eta egin. E m en dezute ondorena. B ukatzera noa. B iotz biotzez eskerrak guziori, eta batez ere, gure lagun on dan Joxe M a ri Salaverria E rrazquin ja u n a ri, bera izan baida argazki oien età bere bildum aren egillea. B esterik gabe, guziori festa zoriontsuak opatuaz, Z uen A lk a te, R. M u g ik a , k

3


INFORMACION MUNICIPAL

CONCURSO DE JARDINES EN RENTERIA La p rim a v e ra es la más colorida y la m ás b o n ita de las estaciones del año. Claro, que h a y lugares en los que ésta pasa to ta lm e n te desapercibida. E n algunos es porq ue no tiene cabida n a d a de lo que ta n g enerosam ente la p rim a v e ra p uede regalarnos. E n otros, sim plem ente, es por falta de cuidados. A fo rtu n a d a m e n te , son los menos, pero esto no ocurre (por suerte) en el barrio de G a lz a ra b o rd a . E n este barrio, c u a n d o alguien pasa, no puede por menos de fijarse en los bonitos ja rd in e s que, de form a salpicada y alegre, se e n ­ c u e n tra n en m u c h a s de las m árgenes de las calles de este barrio. Más que agradab le, es reconfortable, p ara los tra n se ú n te s, ver las flores en todo su vigor, con su inm ensa g a m a de colo­ res que, au n sin q uerer, llam an la atención y a b stra e n al q ue tiene la suerte de p a s a r por allí, haciéndole olvidarse un poco del reloj y el a n d a r siem pre de prisa, que parece ser el signo d esag radable de nuestro tiempo. A p a rte de lo a grad able que la c ontem plación de los j a r ­ dines resulta, no podem os olvidarnos del c o m etido de tipo biológico (jue las flores, a rb u sto s y árboles tienen que cumplir.

4

Tales como la purificación del aire que nosotros respiram os (es u n a p en a que no h a y a más), puesto que la flora a lo largo d e la vida, sin descanso, presta este gran servicio a la n atu ra le z a, desde que nace h a s ta que muere. Ni que decir tiene que, en las casas en las que está n esos herm osos ja rd in e s en sus e n tra d a s, causan la doble sensación de a m o r y respeto, t a n t o e n tre los que las h a b i ta n como en las personas que p a s a n por sus inmediaciones, y hacen m ás a gra da b le el paseo. Y es por esto por lo que agradecem os a estos vecinos de G a lz ara b o rd a su e ntusiasm o po r las flores y por los bonitos ja rd in e s que, con su esfuerzo y m ucho am or, nos hacen p en sar siempre que pasam os cerca en lo herm osa que es la p rim avera. A c o n tin u a c ió n citam os los ja rd in e s que nos h a n parecido d estacar, e n tre todos los visitados, sin que ello quiera decir que siempre h a y a n sido los m ejores; n u e stra visita no fue a n u n c ia d a , y m uchos e sta b a n en período de poda, arreglo y re p la n ta c ió n , lo que en aquel m o m e n to no les e q u ip a ra b a en esplendor a los recientem en te te rm in a d o s de arreglar. Sabem os que si n u e stra visita se volviese a realizar, con sólo u n a sem ana de diferencia, m ás ta r d e , la diferencia de seleccionados sería m ucho más larga. El E xcm o. A y u n ta m ie n to h a establecido unos premios y trofeos, que serán a d ju dicad os en fecha o p o rtu n a . Com isión de Cultura


CENTROS INAUGURADOS EN EL CURSO 1971-72 U-n I n s titu to N acional de E n se ñ a n z a Media. Dos Centros de E d u ca c ió n Preescolar, pertenecien tes al P a t r o n a to de E d uc a c ió n Preescolar.

5


CENTROS A FUNCIONAR EN EL CURSO 1972-73 Y EN EJECUCION U n Colegio N acional de E du ca c ión General Básica, de 16 u n i­ dades, con un a c a p a c id ad p a r a 640 alum nos. U n C entro de Educación Preescolar, de 4 unidades, con un a c a p a c id a d p a r a 160 alum nos. Dos Centros de E ducación Preescolar, de 8 unidades, con u na c a p a c id ad p ara 320 alum nos c a d a uno. Dos Centros de E du ca c ión Preescolar, de 6 unidades, con u na c a p a c id ad de 240 alum nos cada uno.

U n Centro de E d u c a c ió n Preescolar, de 2 unid ad es que alber­ g a rán a 80 niños. T O T A L : un Colegio N acional de E d ucación General Básica (34 parvularios). T O T A L A L U M N O S: 2.000 (dos mil). N O TA . E l Colegio de E d u ca ció n G eneral B ásica es p a ra escolares en e d ad es c o m p re n d id a s e n tr e 6 y 14 años. Los C en tro s de E d u ca ció n P re e sco la r son p a ra niños de 4 y 5 años, a m ­ bas e d ad e a inclusive.

Polígono de C A S T A Ñ O .

Poligono de PO N TIK A

Polígono de OLIBET

Polígono de BERAUN

6


OBRAS EN LA RESIDENCIA SAGRADO CORAZON

Com isión J u n ta Beneficencia

EL CARILLON Los pueblos crecen en torno a las iglesias. Son la casa de todos. L a casa de D IO S . Muchos vientos, lluvias y soles h a b ía n resbalado por sus v e tu s ta s piedras. La a n ta ñ o ocre p ie d ra de sillería habíase to r n a d o negruzca. Muchos eran los h um os procedentes de las chim eneas de las fábricas que las c u atro esferas del reloj, cual ojos vigilantes, h a b ía n visto acercarse, seguidos por el v ie n to y se h a b ía n ceñido, ju g a n d o con él, en to rn o a la torre, d e ja n d o su huella al pasar.. P ero se m a n te n ía erguida, e nclav ad a en el angosto valle, d o m in a n d o desde su a ltu r a al pueblo form ado en su torno. A h o ra p a rte de éste la d o m in a b a a ella. E l pueblo h ab ía seguido creciendo, invad iend o las la d e ­ ras, luego las pequeñas lomas, sobresaliendo, por su s i tu a ­ ción, sobre la vieja torre. Y se sentía em pequeñecida, vieja... y e sta b a triste , po rq ue así como su vieja fábrica h ab ía resistido los e m b a te s del tiem po, sintiéndose llena de v id a c u a n d o el rayo resbalab a desde su re m a te m etálico, rin d ié n ­ dole honores al en tregarse a la tierra, haciéndole v ib r a r em ocionada, y este placer to d a v ía no ex ting uido hacíale gallarda su cita con las to r m e n ta s ; sí, sentía que la p a r te latien te , su corazón que d a b a m o v im ie n to a las saetas de sus ojos, fallaba. H acía m ucho tiem po que no m arc a b a las horas con la de b id a corrección, a tr a s a b a o a d e la n ta b a , o se p a r a b a , sin causa a p a r e n te m e n te justificada. Pusieron calces y tacos de m a d era en los desgastados engranes, solucionaban p re c a riam e n te su a n d a r re n q u e a n te p e r o volvía a fallar y sufría. Se sentía en su e xterior fu erte y llena d e vida, qu e ría o c u lta r su fallo in terio r y seguir siendo lo que siem pre fue en su p le n itu d : d o m in a r el valle y las a ltu ra s, porqu e todos eran su pueblo. A hora, ni su to rre ni su reloj llegaba h a sta

ellos. E r a como u n gigante m ud o, ap o se n ta d o en el valle. Ella sabía que sus hijos, los hijos del pueblo, la a m a b a n y que de alguna m a n e ra no la d e ja ría n perecer, y vio con alegría cómo resolvían la situación. E n tr a r o n en su interior; con m anos ex p e rta s, d e s m o n ta ­ ron su vieja m a q u in a ria , de la que se dejó d e p o ja r con p e n a y alegría al mismo tiem p o; lloró a las p a rte s de su todo que se le iban y acogió con gozo a las que le e n tre g a b a n . Y u n a noche, po rq u e estrenó la noche p a r a sentirse u n a con sus n u evas e n tr a ñ a s , lanzó al viento, al valle y a los altos, el sonido melodioso y p o te n te de un carillón. M arcó las horas, los c u a rtos y las m edias, al son de viejas canciones que h abía apre n d id o de sus po etas, de los mozos, y n u n c a soñó saldrían de ella. Llegó a los lugares más alejados del pueblo y se sintió revivir; y a no im p o r ta b a que algunas de las viejas uniones de sus piedras o ste n ta se n las canas verdes de las hierbas crecidas e n tre ellas. Se sentía como m a d re em perifollada con galas juv eniles, p o r sus hijos, los que n u n c a la v en envejecer. Su voz p o te n te y sonora la estrem ecía h a s ta los cim ien­ tos, sentía casi el m ismo cosquilleo y placer que cuand o el rayo , resbalan do p or el cable c on du cto r, la envolvía en su violáceo velo. E r a o tra vez el p u n to de m ira del pueblo y sentía que aú n la n e cesitaban, que n ecesitaban la m ira d a de sus c u a tro esféricos ojos orien tad os a los c u a tro p u n to s cardinales.

El carillón se colocó en setiem b re de 1970. Su potencia es de 100 w atios. Su costo fue de 220.000, pesetas. F u n c io n a m ie n to a u to m á tic o . D oble equipo de amplificación. P ro v isto de seis altavoces. Com isión de Gobernación

7


PARQUES MUNICIPALES DE LISTORRETA Y BARRENGOLOIA Pocos serán los h a b ita n te s de R e n te ría , a m a n te s de la n a tu ra le z a , que desconozcan el cam ino de «Cuevas». H ace algunos años, este cam ino, y con el fin de facilitar el acceso a los caseríos disem inados por la zona rural, fue a s f a lta d o po r el procedim ien to de apo rtació n de m ate ria le s p o r p a r te del A y u n ta m ie n to y m an o de obra facilitada po r los propios du eñ os de los caseríos beneficiados, Caja de A h o ­ rros Provincial, p a rtic u la re s y A y u n ta m ie n to de San Sebas­ tiá n . 4 1 9 0 Con este cam ino asfaltado, las zonas que a n te s eran sola­ m e n te visitadas por m o n ta ñ e ro s y jóvenes que hacían sus prim ero s pinitos de espeleología en las cuevas de L a n d a rbarsó', com enzaron a séf~vlsitadas p*6r familias ¡ion niños d(f" c o rta eda d , que b u s c a b a n p a sa r u n día en el cam po. Se in sta la b a n , con sus sillas y mesas, a las orilla del c am i­ no y los niños c o rre te ab a n po r d onde p o dían. Los coches o c u p a b a n gran p a r te de la c a rre tera y se oc a sio na ron algu­ nos conflictos de circulación y estacio nam ien to . H a b ía n creado un p a r q u e público sin conocer que efec­ t i v a m e n te existía, a u n q u e inaccesible a causa de la m aleza que in v a d ía su superficie. E n los pertenecidos del m unicipio d en om in ad os Listor r e ta y B arrengoloia, alguna corporación m unicip al de las que nos precedieron, con el lau d a b le propósito de proveer de frondosas nu estros bosques, crearon u n vivero de estas especies. P o r circunstancias que desconocemos, el vivero q uedó en desuso y la maleza y m a to rra le s hicieron que fuese inaccesible el acceso a su in terior, sin que pudiese apreciarse la belleza de las especies que h a b ía n conseguido sobrevivir. La Comisión de Aguas y Montes, previo asesoram iento del señor Ingeniero del D istrito F orestal de G uipúzcoa, un a vez conocidos los límites de las propiedades m unicipales, p ro p u so y p resentó al E x cm o. señor Alcalde u n a p ro pu estap ro y e c to p a ra con v e rtir estos té rm inos en p arqu es públicos municipales. P o rq u e , a u n q u e como sabem os casi todos los h a b ita n te s del municipio, que las dos terceras p a r te del m ism o son de zona ru ra l y de m o nte, no existen por sus características especiales de configuración lugares p a ra que las familias con niños de corta edad p u e d a n llegar a ellas. Son nu m ero sas las pistas ab ie rta s con fines de re p o b la ­ ción forestal, pero los lugares a que d a n acceso no son p r o ­

8

pios, como indicáb am os a n te rio rm e n te, p a r a esparcim iento y recreo. E n estos enclavados, cercanos a la zona u r b a n a , y con u n a riqu eza forestal v a ria d a y de gran belleza, sí se po día p en s a r en convertirlos en lugares de recreo y esparcim iento. E r a n necesarios algunos tr a b a jo s de v a ria d a índole, y por ello se creyó conveniente realizarlos en varias fases. La prim era consistiría en tra b a jo s de limpieza general y po da de m ateriales, previa clasificación de las especies a conservar. Colocación de recipientes p a r a recogida de d e s p e r ­ dicios y cercado con estacas y ala m b re liso de los p e r te n e ­ cidos m unicipales, con el fin de que los niños y m ayores no pasase n a propiedades pa rticulares. Se acondicionaría al otro lado de la c a rre tera , ta la n d o , lim p ia n d o y rellenando con piedra u n a fr a n ja de te rren o, asim ism o de p ropie da d m unicipal, p a ra a p a rc a m ie n to de vehículos, con c a p a c id ad de 30 a 40 unidades, colocados en E l costo de los tr a b a jo s de esta prim e ra fase de ac o n d i­ cionam ien to s u p o n d ría n a las' arcas municipales u n d e se m ­ bolso de 37.785 pesetas. L a p ro p u e s ta fue acogida p or to d a la corpo ració n con g ra n interés y p a r a c uando esta noticia llegue a n u e stro s lectores, algunos de ellos h a b rá n visitado estos p arques. E n la s eg un da fase se p ro y e c ta in sta la r algunas m esas y asientos de tipo rústico, agua p o ta b le y posiblem ente en la época de v era n o algún pu esto de v e n ta de bebidas, pero estos p ro y e c to s q u e d a n un poco en espera de la opinión del público. Mucho agradecería la Comisión de Aguas y Montes, las sugerencias de los usuarios de estos p arques m unicipales de L isto rre ta y Barrengoloia, porque de lo que se tr a t a , es de que todos nos demos cu e n ta que podemos u s a r de las p r o ­ piedades m unicipales de b id a m en te , de que estas in stala c io ­ nes se p r o y e c ta n y realizan p a r a pro po rcion ar a todos unos lugares de des canso y expansión p a ra niños y mayores. No se pide m ás que respeto a los árboles e xistentes, u tili­ zación de los recipientes de recogida de desperdicios, que los p a d res te n g a n cuidado de que los niños no in v a d a n las p r o ­ p iedades p riv a d a s colindantes y que los vehículos no e s t a ­ cionen en los lu g a re s destinados al público y cualquier o tra acción q u e p u d ie ra m olestar a los demás. C uenta el A y u n ta m ie n to de R e n te r ía , que quiere decir tod o el público que en él h a b ita , con dos bonito s y hermosos p a rq u e s públicos m unicipales; de todos d epend e que sea por m uchos años. C om isión de A guas y M ontes


"SAN JOSE DE CALASANZ" PREMIO LITERARIO INFANTIL Establecido por el Excelentísimo Ayuntamiento de Rentería

U nas se perderían, otras se las comerían los lobos, otras se despeñarían... E l maestro es el pastor en la escuela, que cuida de que no se descarrile del camino bueno ningún niño.

María del Mar Pascual Carvajal Grupo Escolar Calvo Solelo Hace unos días fu i a coger la ficha de trabajo para empezar m i labor en la escuela y me encontré una, que decía:

El 27 de noviem bre de 1971, tuvo lugar en el Salón On-Bide el rep a rto de premios correspondientes al concurso de redacción organizado con motivo de la festividad de San José de Calasanz. El tem a a desarrollar era el de «El maestro» y p a rtici­ pa ro n todos los niños de las escuelas nacionales de R e n ­ tería. A continuación publicamos los premios correspon­ dientes a las categorías A y B.

Eseuelas Graduadas Pake-Tokia Micjuel Larruscain Caballero, 8 años. EL MAESTRO E l maestro es una persona que nos enseña lo que el día de mañana nos hará jaita para ser miembros útiles de la sociedad. E s quien nos indica el buen camino para ser buenos. E l está la mayor parte del día en la escuela ro­ deado de niños. Cuando los niños atienden mucho está alegre, pero está triste cuando no aprenden. E s m uy nece­ sario. En todos los pueblos y ciudades debe haber maestros. Algunas veces nos castiga pero es por nuestro bien. Nuestro deber es comportarnos bien con él. Tenemos que estarle m uy agradecidos. N os quiere mucho. Tenemos que hacer'todo lo que nos diga. Lo que nos dice es por nuestro bien. E s nuestro segundo padre. Todo lo que sabemos se lo debemos a él. E l maestro dedica su vida a enseñar y educar a los niños. Tiene que tener mucha paciencia. E l se ocupa mucho de nosotros. Cuando nos habla, también nos explica lo que nos dice. E l maestro nos enseña y nos educa con alegría, esperando que el día de mañana tengamos un puesto adelantado en la sociedad. N os dice lo bueno y lo malo, lo que debemos hacer y lo que no debemos hacer. ¿Qué sería de un rebaño de ovejas sin pastor?

¿ Te gustaría hablar o escribir algo dedicado al maestro? Puedes escribir todo lo que más le guste del maestro, así podrás participar en un concurso convocado por el A y u n ­ tamiento de Rentería. V i en principio que era m uy fácil y me puse a trabajar. Pero pensaba y pensaba y quise dejarlo. Pero me daba vergüenza que m is compañeras me vieran dejar la ficha. Pensaba que los niños van a la escuela para aprender y tener los conocimientos elementales. También pensaba que el maestro tiene que llegar puntual para darnos ejemplo a nosotros. Sabía que el maestro nos tiene que soportar cuando hablamos, desobedecemos y cuando no queremos trabajar. Cuida de nosotros cuando nos peleamos o nos pegamos, él nos dice, que debemos seguir el mandamiento de Jesús: «Un mandamiento nuevo os doy: que os améis unos a otros como yo os he amado. E n esto conocerán lodos que sois mis discípulos: si os leñéis amor unos a otros». Pero estoy en una escuela, que el Ayuntam iento de la localidad construyó no hace muchos años, y como otros muchos niños somos emigrantes y casi puedo decir que de muchas regiones españolas hay un niño por compañero mío, y el maestro, que como no sabe hablar vasco, también será de otra provincia. Junios lodos, niños y maestros, como he visto en T V ., nos enseña, con la nueva forma de educación, a querer más y más al pueblo en que actualmente estamos viviendo. Este pequeño trabajo que estoy haciendo es un ejemplo de amar mucho el lugar que por el cual caminé por sus calles, jugué en sus plazas, y en sus escuelas me eduqué con las maestras y maestros que he tenido y que aquí quiero demostrar, con m i pequeña participación en el concurso.

9


LA CENA Por Adolfo LEIBAR U n a te n to «B.L.M .» del alcalde reúne en « A m u lle ta» a los ha bituales colaboradores de la R e v ista O A R SO . G rup o de ren teriano s de a y e r y de hoy y de sim p a tiz a n te s de siem pre. Somos unos 30 los que a las 20,30 del 29 de m ayo to m a m o s posiciones estratégicas a n te la ala rg a d a mesa p a ra d a r comienzo a ‘lo que, hoy ta n en boga, se titu la «cena de tra b a jo » ; otros, se excusan. X a b ie r Lete lo hace en oyartz u a r r a : « I, Léibar! E z a n k iy o te k afaltzea ezin naizela jo n , m iñ ó n rebistako lanin la u n d u k o dutela». Y con un escrito e stup e ndo lo hace F a u s to Arocena. El alcalde inform a que este año, ap rov e c h a n d o la cir­ cu nstan c ia de que c u e n ta con las fotografías de los alcaldes de R entería que desde el año 1900 h a s ta la fecha han sido, el te m a p re d o m in a n te de la revista será la figura del alcalde; girará en torno al alcalde-vasco-tipo. Un ingenuo, a m a n te de la precisión, p re g u n ta si se p uede escribir ta m b ié n de los malos. «Sí, pero sin diferenciarlos de los dem ás...» Goñi indica que sería conveniente c o n c re ta r los aspectos del te m a p a ra rep artirlo s y e v ita r así las repeticiones. Luego, «Boni» re m a c h a diciendo que las colaboracio­ nes las precisa a ntes del 20 de ju nio. ¡Qué corto nos lo pones; h a b r á que c om en zar ahora mismo!

10

Y la cena, p r e p a ra d a , ¡cómo no!, p or «V ishente»— qu ien al final recibió aplausos— es a t a c a d a y vencida sin que los comensales manifiesten prejuicio alguno sobre la gula, que ta m b ié n es pecado. ¡Qué am orales! H acia el segundo p lato descubro que quien está a m i derecha con el rostro oculto por una m a r a ñ a de b a r b a y cabello ra sp u tin ia n o s, es A izarna; el amigo «S hanti», a q uien en este m o m en to le dice « A n to n tx u » : « P a r a mí, t ú eres el que m ejo r se ríe en todo E u ro p a » (afirmación por cierto no ex en ta de riesgo, puesto que e n tre los comensales se halla «don Anselmo», quien a la hora de carcajearse tam p o c o es manco). Le p re gun to a «S hanti» : «¿ Y c uando to m a s sopa de fideo cómo te las arre gla s? » « ¡H o m b re , pues, hago así!» (Y se recoge p a r te de la b a rb a d e n tr o del puño). « ¡Ja , ja , ja , qué p u ñe te ro s sois! ¡Cómo es metéis conmigo!», tru e n a el hom bre de I tu rrio tz . Cubriendo to do el fondo de la mesa, sin d e ja r resquicio alguno, « P e d ro tx o » se e n te ra por Z abala que ha ba tid o un record de « T xirrita »: éste pesaba 140 Kg. y « P ed ro tx o » dos más... an tes de la cena. Loidi se dirige a P e ñ a : « ¿ T e has dado c u e n ta de que las colum nas de la iglesia de F u e n te r ra b ía son casi to d a s dis­ tintas». «Pues, no. ¡Tom o nota, tom o nota!» E n la o tra esquina de la mesa, «Mikel», Obeso y Cobreros hab lan de París, de la novela francesa, del cine f r a n ­ cés y, como está obligado, in tu y o que ta m b ié n de la m u je r francesa. ¡Oh, l a m our!


E n mi zona el te m a se polariza en los recientes d escu­ brim ientos rom anos de I r ú n y en la localización de posibles calzadas y poblados en el valle de O y arzun. Se especula sobre las vías de acceso desde las m inas de A rd itu rri a Ir ú n . Los eruditos (creo que m ejor sería clasificarlos en escala­ dores) o p ta n por subir desde A rd itu rri, a cara de perro, h a s ta P ik o k e ta y luego «tiras todo ’’p ’a b a jo ” y y a está Irún ». Mi teoría es: «Tú cargas un bu rro o un ’’m a n d o ” en A rd itu rri y dile: ¡Arre! ¿ A que no tira ’’p ’a r r ib a ” ? Si le e m p u ja s irá a B ost-bidieta, b o rd e a rá L e u n go -ark aitzak y, desde allí, p or A m eztoieta, b a ja rá a B arrokozelaieta para c o n tin u a r por G u ru tz e y A n d rearriag a h a sta el estuario del Bidasoa. E s te es u n cam ino lógico: la calzada c o nstruida de acuerdo con el ’’sentido c o m ú n ” (pie caracteriza a los animales mencionados». Pero h a y quien filosofa con m a y o r ironía: «Tú estás h a b la n d o del b u rro y del ’’m a n d o ” , pero yo te hablo del esclavo. Y éste iría por donde se les pusiese en las narices a los centuriones rom ano s, quienes, a ju z g a r por los medallones y las esculturas, no eran chatos precisam ente.» (Y cu and o dice esto le m ira fijam ente a «Mikel» com o re m e m o ra n d o algo.) E n cu an to a la posible ubicación de un poblado rom ano en O y a rz u n — y en esta ocasión prescindo de otros sentidos com u ne s— , sin d u d a (pie sería el casco, d onde se a sien ta la p a rro q u ia : orientad o al mediodía, protegido del norte, do m in a n d o el valle. Claro que p a ra c om probarlo h ab ría que tir a r la iglesia. ¿ Y quién, S a n c h o ? No creo que sea suficiente ni siquiera el peso enorm e de considerarlo como lugar ideal p a ra la construcción de un co qu e tó n cam po de fútbol p a ra párvulos. H acia las 11,30, A rbide, por no p e rd e r la co stu m b re, exclam a: « ¡H a b rá que ir pensan do en m a rc h a rn o s a casa!, ¿ n o os p a re c e ? » . ¡Y ni Blas le hace caso! B ro ta, p u ja n te , el te m a de las «ikastolas»: al aplicar la N u e v a Ley de E d ucación , éstas, sin d u d a , te n d rá n c o m ­ plicaciones. Parece ser por o tra p a r te que en las escuelas nacionales se llegará a d a r clases de euskera. Desde luego que esto es in te re sa n te y resp on de a u n deseo m u y acusado por la c o m u n id a d — saber eu sk e ra — , sobre todo en tre los jóvenes. Pero de to d a s form as conviene d e sta c a r que no es lo m ismo a p re n d e r euskera que a p re n d e r E N euskera. Será necesario m u ltip lic a r m uchos esfuerzos p a ra que la sociedad sea bilingüe, pero lo su p e rla tiv o de la em presa bien los j u s t i ­ ficará. ¡Si hubiera c u a tro com o «Bittor»! T a m b ié n hay chistes, pero no todos sa lva ría n la censura. E ste sí, porque es «iñoxente» : «Un p a d re de gemelos se lleva a uno, al m udo , a Lourdes, en espera del m ilagro que le diera el habla. Al m eterle en las frígidas aguas, el m udo chilla: ’’¡Jolín, p a d re , (pié fría que está; sácam e que me m u e ro !” Y el p a d re , lleno de alborozo e impaciencia, le llam a por teléfono a su m u je r: ’’¡Matilde, Matilde, milagro, milagro! ¡Que el m u d o ya h a b la !" ^ M atilde: ” ¡ Qué m ila ­

gro ni qué ocho c ua rto s! ¡Lo que p a sa es que te has llevau al bueno, so a t o n ta u , al bueno! ¡El m ud o se quedó aquí, conm igo!” ». «B ord ari» c u e n ta uno en euskera, m u y ocu rren te, en relación con el pleno de un a y u n ta m ie n to , pero como p r o b a ­ ble m e n te lo so ltará en su tr a b a jo no quiero pisárselo. Salta a la p a le s tra el R e n te ría de antes y el de ahora: Aquel de los pelotaris, la boina y la a lp a rg a ta , y la sidrería con su toca y todo. Y el a c tu a l con sus m axis, sus minis, sus L P , sus a utom óviles y electrodom ésticos. Desde e n to n ­ ces se nos ha m ultiplicad o por cinco. A ntes sabíam o s quién era «B eñantxio» , el de Goiko-kale y los «lu k ain k a » ; ahora no se sabe quién es el an daluz, p ortugu és o argelino qu e pasa a nuestro lado. « ¿ Q u é ? » . Se puede opinar, pero es difícil saber qué es m ejor o peor; eso sí, es m u y d istin to . « ¿ T e has e n te r a d o ? U na cueva in é d ita en O y a rz u n » . «¿Si ? ¡Me e x tr a ñ a ! ¿Cómo se llam a y dónde e s tá ? » «¡No lo sé!». Y esta conversación da pie p a ra d a r un repaso a las de esta zona: A itz b ita rte (K uku-zulo y L a n d arb a so ), T x ^ to la , E rre k a -tx u lo , Sarjiña... Y m etidos en da nz a , a los dólmenes de Igoin-akola y T x o rito k ie ta ; cromlechs de Oyeleku, B a sa te k o -k a x k u a , Egi-eder, E rre n g a (M airu-baratza, ho y am en a z ad o por u na carre tera forestal) y el de Jaizkíbel (destruido al c o nstruir el depósito del hostal). E fe c tiv a m e n te , vivimos en una zona que no d a t a y de la cual estam os eli­ m in a n d o h a sta sus m ás pétreos testim onios. ¿P or qué t a n difícil p a ra nosotros el binomio progreso-cultura ? Se hab la, casi con ardor, sobre la novela, el periodism o, la poesía, la m úsica, el baile y el cine. Y de las m u sas que los inspiran y de las vivencias que los condicionan. « ¿Se irá de R e n te ría la in d u stria ?». E s t a p re g u n ta sus­ cita com entarios m u y densos: Su in fra e stru c tu ra (dispone de im p o r ta n te s vías de acceso y p u e rto , aero p u e rto y f ro n te ­ ra, próximos), así corno las posibilidades de form ación de sus h a b ita n te s, hace que R e n tería disponga del suficiente a tra c tiv o como p a ra pensarlo más de dos veces a ntes de t o ­ m a r la drá stic a m e d id a de tr a s la d a r u na in d u stria. Sin e m b a r ­ go, es cierto que algunas y a lo h a n hecho y o tra s h a n c o m ­ pra d o terrenos en poblaciones próxim as. A b u n d a ta m b ié n en este sentido el criterio ex presado por algunos em presarios de (jue si tu v ie ra n que ubicar de nuevo su in d u s tria no lo h aría n en R e n te ría , a c tu a lm e n te . Y es que la in d u stria del lugar se e n c u e n tra cada día más constreñida po r los c in tu r o ­ nes residenciales, con las exigencias que ello c o m p o rta . Si interesa que la in d u stria se quede, crezca o au m e n te , será necesario po tenciar la actual al mismo tie m p o que se crean polígonos industriales. ¿Pero, d ónde ? El te rre n o adecuado p a ra la ind ustria se halla casi sa tu ra d o , q u e d a n d o como posibilidad las zonas altas, con sus inconvenientes. E n defi­ nitiv a, parece ser que el re n te ria n o te n d rá que to m a r con­ ciencia de que tr a b a j a r fuera del térm ino municipal (m u ­ chos y a lo hacen) no es gran problem a. Y menos, si, como

11


se está viendo, la solución está en la com arca. Y si la comarcalizaeión es irreversible el re n te ria n o le h a r á frente con el criterio realista y el optim ism o que le son característicos. A parece u n a adm irab le fotografía de A rteche qu e su s­ cita, ine vitab le m e n te , e n tra ñ a b le s com entarios sobre «Jox é». ¡Qué cosas hubiese dicho— y c u á n ta s callado— sobre n u es­ tros alcaldes! T a m b ié n el baserri suscita amplio com entario. Y es que a n a d a que le a ra ñ e n a uno la piel surge el baserritarra, v presionando u n p oq uitín m ás aparece el artzaya. Y b r o ta esta im p o r ta n te d u d a : «Cuando se le concede u n crédito al b a se rrita rra , ¿se le a y u d a ? » . No hace m u ch o la acción pública c e n tra b a sus directrices en las vacas p a r a ordeño y luego resultó (pie el precio de v e n ta de la leche no d a b a beneficio; hubo ta m b ié n la fiebre del insigne «insignis» y a hora el pino ruso puesto en R en te ría parece ser más r e n ­ ta b le y... con m enos peligro de incendio en nuestros m on tes. ¡Adiós a la e s ta m p a pa tria rc al y bucólica del blanco caserío con su perro bullicioso, pacientes vacas, sufrido y sonoro bu rro , secular g u rd i, z a ra n d e a d a s m a rm ita s, verdes prad os y con esa su magnífica institución d e n o m in a d a etxekoandre! El caserío actual c on ju ga problem as de bigote y el del futuro será m u y distin to , y sus m oradores te n d rá n que m entalizarse al son que m a rq u e n sus colegas europeos. El caserío como ente se verá precisado a integrarse en u n a a g ric u ltu ra evolucionada, de elevada técnica y con ideas planificadas. P a ra racionalizar la em presa agrícola será necesaria su concentración y cooperación. Y por ello y p a ra ello el baserritarra te n d r á (pie tra n sfo rm a rse convirtiéndose en em presario agrícola. ¡Gran resp on sab ilid ad — y qué reto ta n bello— p a ra las escuelas de capacitación! De to d a s form as, y según los técnicos, de cara al fu tu ro 110 h a y por qué ser pesimistas, puesto que t a m b ié n los agricultores de otros países europeos so p o rta ro n y so p o rta n la industrialización con to d a su secuela de a te n ta d o s a la a g ric u ltu ra (ta m b ié n tiene sus pros, como son el fuerte consum o de alim entos y la apo rtación de medios mecánicos, químicos, etc., p a ra la la bra nz a ) y, sin em bargo, han sup erad o lo más fuerte de la crisis m oviéndose a ctu a lm e n te con los riesgos inherentes a todo negocio. E sta m o s seguros, pues, que n ue stro baserri s u p e ra rá ta m b ié n la fase evolu tiva que comienza a configu­ rarse. De to d as form as, el p rim e r sín to m a de positiva fuerza en el cambio lo observarem os el mismo día en que se con s­ tr u y a 1111 n uevo caserío. ¡Esta sí que será la p u r a v erdad! ^ amos q u e d an d o los penú ltim os de siem pre, d e sho ja nd o los dos ú ltim os pétalos clásicos de la m a d r u g a d a : la política y la fe. Y esta ú ltim a y la hora que es me re c u e rd a n a un amigo e n tra ñ a b le que s u s te n ta la teoría de que las mejores horas p ara hacer apostolado, en tre los amigos, son las de la m a d ru g a d a . No es e x tra ñ o , pues, que, consecuente con su idea, sea 1111 c o n tu m a z c ateq uista. La ex h a u s tiv a conversación, ya en la calle, v a d e c a y e n ­ do. Y uno de los dos que hemos qued a d o da pie p a ra r e m a ­ ta rla : « ¿ N o crees que pueden hacernos daño a los ojos las luces del a m a n e c e r? » «Sí; creo que sí. Y a dem ás 110 es cosa de ir al cúrrelo sin d e sa y u n ar, no v a y a a ser que nos dé " m in t x u r iy a " » .

12


ERRIKO AGINTARIAK ETA DANTZAK LEKUONA’tar Manuel’ek Erriko A ginta ria k eta Dantzak elkarrekin lotu-loturik arkitzen ditugu gure Errien Edesti-istorian. Bi eratan lo turik: Dantzak zaitu ta babesten zituztela, eta A g in ­ tariak berak dantzari zirala. XVII gizaldian oraindik gure Errietan A ginta ria k berak dantzatzen ziran, Erri guziaren aurrean, Erriko Jaietan, Jaietako «número» bat bezela; eta ez Erri-Agintariak bakarrik, baita aiekin batean Apaizak ere, ambos Cabildos, orduko paperak dioten bezela. Oyartzun’ en, Zim itorioa n —San Juan Basilikaren aurrean—ateratzen zuten bi Kabildoak dantza bikote ori. Bañan, ortaz gañera jakiña da, Erriko A ginta ria k ardura izan dutela beti, zenbait jaitan Errian dantzari-

taldeak izan ditezen, erriarentzat jolas ta ikusgarri Erriko Plaza Nagusian, zirala makil-dantzariak, ezpatadantzariak, aurreskulariak; zirala Erriko Jaietan, zirala Korpus-eguneko Elizjira-Prozesioetan—51 ezpata-dantzari dantzatu ziran, Korpusetan Oyartzun’ en, 1682’gn urtean, dantzarien egun artako alboka Erriak ordaintzen zuala. Ortaz gañera, Erriko Jaietan gazte-jendeak danbolin-soñuan egiten zuten dantza bera ere, Erriko A g i n ­ tariak Kontzejuko balkoi nagusitik begira zeudela egin oi zan beti. Dantza oietarako, batez ere, eraturik egon oi ziran gañera Erri guztietan, Erriko lekurik eroso ta egokienean, Plazak, Pelota-plazarekin batean: daña, Erriko

13


_______ A gintarien eginkizun berezi bezela, Erriaren jolasetarako. Eta nolako Plazak! ikusi besterik ez dago; bai Erri aundietan—dala Donostia, dala Irun, Oñati, Mondragon, Elgoibar, Oyartzun, Errenteria bera...—bai Erri txikietan—dala Altzaga, Orendain, Abaltzizketa... Gure Erriak—Erriko A g in ta ria k—ardura aundi izan dute beti gai ontan—Erriarentzat «entretenigarriak» antolatzeko gai ontan—salbo-ta Erroma’ ko A ginta ria k panem et circenses («ogia ta jolasak») antolatzen zituzten bezela.

Bigarren gauza onek ez gaitu gaur orrenbeste arritzen. Bañan lenengo beste orrek? A g in ta ria k berak dantza ateratze orrek? Gaur arritu egiten gaitu, batez ere, Erriko A g in ta riakin batean, Erriko A paiz Jaunak berak ere dantzaegiten zutela jakiteak. Bañan ez ginduzke orrenbeste arrituko, dantza-gauzari berari sakon xamarretik begiratuko bagenio.

Erritar guztiok, Erriari diogun zorra, garai artan gaur baño askotaz ere sentituago sentitzen zuten. Erriko oiturak, alegia, Erriko oiturak sakon-sakon sartu rik zeuden orduan erritar guztien izaera osoan. Ez azaleko erromantizismo bat bezela; izaera osoan zuztartutako gauza sakon bat bezela baizik. Eta A g in ta ­ riak Erriari zioten zor bat orixe zan: jolasak eratzea —erdaldunen solaces, erromatarren panem et circenses. Eta, citura, zanez, ez nolanai jolasak eratuaz; beren buruak ere Erriaren entretenigarri dantzan azalduaz. Erraiari zioten zor ori, XVII gizaldian oraindik, ondotxo betetzen zuten gure orduko Agintariak, bai Errikoak, bai Elizakoak. Oiturazko zor santu bat bezelaxe.

Norbaitek pentza lezake «rito bat bezela»: erlijiozko rito bat. Ez det uste. Zor bat, «gizarte-zor bat bezela» baizik. Gauza onen argigarri, Elizaren aldetik ba zan orduan beste oitura bat.

Gauza jakiña da, ez Iñauteritan bakarrik, baita San Ju an ’ etan ere mozorroak izaten zirala errietan (1). Mozorroak, erriko jende xumeak eratu izan ditu beti, berak bere kasa. Bañan mozorroai ere, A ginta ria k «kategoria» zenbait aitortzen zieten, beren jolasakin «jendea entretenitzen zutelako». A la diote orduko Erriko Paperak. Eta Elizak berak ere egiten zien mozo­ rroai olako zerbait aitormen. Jai aietan Elizan egiten zan opillezko «ofrenda», Oyartzun'go Eliz-gizoak berak oso-osorik mozorroai opa izaten zieten. Ortarañoxe. Eta jakiña da, mozorroak, ezer bada-ta, dantzariak izaten zirala, eta dantza-ta-dantza, entretenitzen zutela jendea, gaur oraindik Zuberoa’ ko Dantzari ta Xaribarizaleak egin oi duten bezela. El iza bera ikusten degù, beraz, XVII gizaldian Dantzariai aitormen au egiten. Gero etorri ziran, nunbait, XVIII gizaldian, gure A ita M endiburu’ ren garaiko iritzi estu ta murritzak Dantzarien kontra—A ita Larramend i’ rengan izan bait zuten ezik gure dantza jator aiek apolojeta defentsazalle jator bat, jakiña dan bezela. Ez, ordea, berriz esanda ere, dantzak erlijiozko rito bat ziralako, Erriarenganako «zor» eder bat bezela baizik. Orregatik, ain xuxen, Apaizak berak ere etziran lotsatzen, Erri-A g in ta ri Jaunakin batean, San Juan eta San Pedro’ z erritarren dantza orokarrari asiera ematen, berak ere, serio-serio. Erriko Plazan dantza egiñaz eta ola Erriari zioten zor ori aitortuaz.

Zer dantza-mueta zan, ordea dantza ura? Ortan bait dago, besteak beste, problema onen giltzarria. Ba da oraindik Nafarroa’ n dantza-era bat—itzal aundiko dantza—edozein gizon formalek seri-serio dantza lezakena: Mutil-dantza, Karrika-dantza... Ingurutxo bezela, Plaza guzian zear egiten daña. Gaur oraindik, Erriko Gizon guztiak, Alkate Jauna buru dutela, Nafarroa’ ko Lanz’en Iñauterietan dantzatu oi dutena. Gizasemeak bakarrik... A lkate Jauna ta Justizikoak aurren-esku dirala... Plazaren inguru guzian zear... Olako zerbait bait da, gañera, Baztan’ go Mutil-

(1)

14

Ikus nere «Del Oyarzun antiguo» 146'gn or.


dantza ere; itzal eta errespetu aundiko edozein Jaunek dantzatzeko neurri-neurrikoa. Olaxe egiten da sinistagarriago, Erriko A gintarien eta Apaizen arteko, San Juan eta San Pedro jaietako Dantza.

Bego, beraz, ontan gauza: gure A gintariak, Errietan dantzarako Plaza ederrak eratuaz, eta besterik dantzaraziaz gañera, berak dantzatzen ere zirala, antziñako urte aietan... oitura oiek, gaur, «arrigarri» bilakatzeraño galdu badira ere.

LA A U TO R ID A D Y LAS D A N Z A S POPULARES (RESUMEN) N uestras autoridades locales han cuidado siem pre de p ro po rcion ar a sus súb dito s e l solaz de la danzas, tanto pro cura ndo equipos de dantzaris com o danzando e llo s m ism o s en las fiestas populares a m odo de un núm ero m ás de ellas. Y n o sólo e l cab ild o c iv il, sin o tam ­ bién e l eclesiástico. En 1662, en O yarzun, am bos cab ild os danzaron p o r las fiestas de San Juan y San Pedro, en e l «c im ito rio » de la iglesia, frente a la basílica de San Juan. A sim ism o, en 1682, en la procesión de la fe stivid a d d e l C orpus, fig u ra ro n 51 dantzaris, costeados p o r e l m u n ic ip io . E l baile p o p u la r de las fiestas patronales, p o r su parte, era presen­ ciado p o r las autoridades desde e l balcón de la casa concejo. Desde luego, para tales solaces y reg ocijos populares se ha c o n ­ tado siem pre en todos los pueblos con plazas adecuadas, presididas p o r la casa c o n ce jil, tanto en poblaciones mayores (San Sebastián, Tolosa, Vergara, M on dra gón , Oñate, E lgóibar, etc.) com o en las pe­ queñas (Alzaga, B alia rra in , O rendain, Abalcisqueta, etc.) H oy nos extraña que, ju n to con las autoridades civile s, danzasen los eclesiásticos. Q uizás se crea que la danza co n stitu ía entonces un rito re lig io so . R ito re lig io s o no lo creem os, pero s i un trib u to social religiosa m ente pagado p o r ambas autoridades a l pueblo. La conciencia cívica en aquellas fechas era m uy honda en todas las clases sociales, y todo lo que fuese una «costum bre p o p u la n >se cum p lía con toda se­ riedad com o un deber sagrado. Tal creemos la explicación d e l caso. Desde luego, nada de exh ib icio n ism o fo lk ló ric o n i de ro m a n ticism o de n in g ú n género. Aparte de que las pro pias danzas referidas eran de una sobriedad m uy grande, sin cabriolas n i contoneos de n ing una clase, sin o sólo pasos rítm ico s en grave marcha alrededor de la plaza pú blica, a l e s tilo de la m u til-d a n tza d e l Baztán, o de las danzas de las autoridades y vecinos de lo s carnavales de Lanz, en Navarra.


16


EN TORNO AL AYER Y EL ANTEAYER DE RENTERIA Por ESTEBAN LOS SANTOS No estoy de a c u e r d o con lo que dijo Bozas U r r u tia . No s e ñ o r. Este p e rio d is ta re n te ria n o , al c o m e n z a r el cap ítu lo IV de su libro b a u tiz a d o con el títu lo de Andanzas y m udanzas de m i pueblo, el cua l fue e d ita d o en el año 1921 y en el que su a u to r ag a v illa b a una s e rie de c ró n ic a s p u b lic a d a s a n te r io rm e n te en la p re ns a diaria, e s c r i b ió : «En t ie m p o s a n tig u o s se p ro d u jo en R entería una v e r ­ d a de ra f lo ra c ió n in te le ctu al» . Y c o n tin ú a d ic ie n d o qu e estaba c o m p u e s ta po r poetas, f iló s o f o s , o ra d o re s, c o s m ó g r a fo s , c a te ­ d rá ticos, e c le s iá s tic o s in s ig n e s , m ilita re s y a lm ir a n te s de gran relie ve. Con t o d o s los r e s p e to s , te n g o que d e c ir que esto no me p a r e ­ ce co m p le ta m e n te cie rto . Evaristo Bozas U rru tia, en mi cr.te rio , se vio un tan to d e s lu m b ra d o po r la n ó m in a de re n te ria n o s ilu s tre s c o n fe c c io n a d a p o r J u a n Ignacio de G am ón , cuyo tr a b a jo —N oticias h istó rica s de Rentería—no había s id o ed ita d o todavía c u a n d o este p e r io d is ta pre p a ra b a su libro, p u es el A y u n t a m ie n t o a c o rd ó su p u b lic a c ió n el día 1 de a g o s to de 1927, te n ie n d o , sin em b arg o, a su d is p o s ic ió n el m a n u s c r ito del m is m o , según p ro p ia m a n ife s ta ­ ció n. No ob stante, en h o n o r a la verd ad y en c ie r to m od o en fa v o r de Bozas U rru tia , hay qu e d e c ir qu e él no fue el ú n ic o en in c u r r ir en este e r r o r ba stante p e rd o n a b le de v a lo r a r un ta n to d e s m e s u r a ­ da m en te la ca te g o ría y el n ú m s r o de los r e n te r ia n o s más o m e n o s d e s c o lla n te s a través de la h is to ria . Fue po r a q u e llo s a ñ o s c u a n d o se e m p r e n d ió la ob ra de le va n ta r un m o n u m e n to en m e m o r ia de lo s r e n te ria n o s ilu s tr e s . Pero ya en la Revista O A R S O de 1931 se decía que «su orig e n fue una d e s p r o p o r c ió n e n tre el m ito qu e se quería fes tejar y la rea lid ad de la histo ria ...» C re o qu e lo p rim e ro que d e b e m o s te n e r p re s e n te es que la h is to ria de n u e s tra pu eb lo n o e s n i m u c h o m á s n i m j c h o m a n o s b rilla n t e que la de c u a lq u ie r a de lo s p u e b lo s c ir c u n d a n te s . Y d e c ir esto de su pasad o, es d e c ir de lo s h o m b r e s qu e lo p r o ta g o n iz a ro n . Sin em b arg o, con t o d o esto no q u ie ro lle g a r a d e c ir qu e a n t i­ g u a m e n te no s u rg ie ro n en n u e s tro p u e b lo in d iv id u a lid a d e s más o m e n o s d e s ta c a d a s o d e s ta c a b le s . No. Lo que p ie n s o es qu e, a u n q u e t e n d a m o s a im a g in a r q u e n u e s tro p u e b lo f u e m á s t r a n q u ilo en c u a lq u ie r tie m p o pasado, no e n c o n tra b a el a n tig u o re n te r ia n o el s o s ie g o c o n v e n ie n te ni el a m b ie n te p ro p ic io para el d e s a rr o llo de un a vo ca ció n e n c a m in a d a al d e s a r ro llo de s u s f a c u lta d e s e s p iritu a le s . R e c o rd e m o s qu e la cerca nía de la villa a la f r o n te r a d e te rm in ó qu e a q ué lla se vie ra en v u e lta en v a rio s c o n flic to s b é lic o s. T e n g a m o s p re s e n te —en p a la b ra s de M ú g ic a y A r o c e n a — que en las O rd e n a n z a s de 1651 se decía que los v e c in o s y m o r a d o ­ r e s de la villa c o m p r e n d id o s e n tre lo s 18 y los 60 años, e s ta ban o b lig a d o s a te n e r c ad a un o su a rca bu z o m o s q u e te con sus f r a s ­ cos, pó lvo ra , c u e rd a s y bala s n e c e s a r ia s . A esto hay qu e añ a d ir la v in c u la c ió n de Re ntería al mar, g e o g rá fic a m e n te c e r c a n o al c a s c o u rb a n o en la an tig ü e d a d . P or e sto pa rece ló g ic o d e d u c ir qu e era m ás fácil que en n u e s tro p u e b lo s u r g ie ra n b iz a rro s m a r in o s

de b rilla n te h is to ria l bélico, lo cu a l p o d e m o s c o n f ir m a r lo con d a r un vis tazo a la o b ra de G am ón . Los h o m b r e s de m a r son m ayoría. Me v ienen estas id ea s al b o líg ra fo a raíz de h a b e r c o n t e m p la d o un re tra to de Martín de Z a m a lb id e , u n o de los h o m b r e s de m a r de m ás r e n o m b r e de e n tre los n a c id o s en Rentería, el cua l se halla e x p ue sto a ctu a lm e n te en un bar del b a r r io de Z a m a l b id e p r e c is a ­ m ente, no le jo s de la c a s a natal de este re n te r ia n o . El c u a d r o se r e p r o d u c e en estas m is m a s p á g in a s y se de be a lo s p in c e le s de un ta l F. de G uevara.¿ No sería in te re s a n te c o n o c e r la p e r s o n a lid a d del pin tor, así c o m o in d a g a r d e d ó n d e ob tu v o el artista la im agen de este ca b a lle ro de in q u is id o r a n r r a d a , c a b e llo s la r g o s y o n d u la d o s , con la m an o iz q u ie r d a en un a p o s tu r a un ta n to a b a n d o n a d a , qu e c o n tra s ta con la altivez que pa rece s o s t e n e r su h u m a n id a d c o m o una s e g u n d a c o lu m n a v e r t e b r a l ? Los r ante rían os t e n e m o s la gran s u e rte y l a p e q u e ñ a de s g ra c ia de que don J u a n Ig n a c io de G a m ó n e s c r ib ie s e s u s N o ticia s h is ­ tóricas de Rentería. Sin du d a a lg u n a — no es que lo diga yo po r mi c ue nta y r ie s g o —el t ra b a jo de G a m ó n se p u ed e a d je tiv a r de im p o r ­ tan tís im o . Llegó in c lu s o a a g o ta r a lg u n o s te m a s r e fe re n te s al p a s ad o de n u e s tro p u eb lo . P or esto, cad a vez q u e h e m o s t e n id o n e c es idad de s a b e r a lgo de h is to ria re n te ria n a h e m o s r e c u r r id o a G am ón , «el c a s c a rra b ia s de G am ón , aquel c lé r ig o re n te r ia n o del s ig lo X V III en qu ie n iban e m p a ta d o s el s a b e r y las m alas pulg as», seg ún c a r ic a tu r a lite ra r ia de don J o s é L u is Banús. T e n e m o s que c o n f e s a r qu e no s h e m o s v u e lt o un ta n to c o m o ­ done s. Q ue la h is to rio g r a fía de Re ntería n e c e s ita a c tu a lm e n te r evisar a lg u n a s c o s a s an tig u a s y t r a t a r de c u b r i r la g u n a s . Sin ir más le jo s, ya que a n t e r io r m e n t e no s h e m o s r e fe r id o a lo s re n te r ia n o s ilu s tre s , r e c o r d e m o s el «caso C r is tó b a l de G a ­ món», qu e según el h is to r ia d o r del m is m o a p e l lid o era n a tural de Rentería. Echegara y d u d ó de la na turaleza re n te ria n a de este e s c rito r . M ú g ic a y A r o c e n a h a lla r o n en el a rc h iv o m u n ic ip a l «copia a u to r iz a d a de la p a rtida b a u tis m a l de un C ris tó b a l de G am ón na c id o en 1573 y co e tá n e o , p o r ta n to — si f u e ra via ble la exp re sió n t ra tá n d o s e de la m is m a p e r s o n a —d el c o n s e je r o priva d o de Enrique IV.» V u e lv e Fausto A r o c e n a a h a b la r de este p e rs o n a je en el n ú m e r o de esta revista c o r r e s p o n d ie n te al a ñ o 1961, a c e p ­ t an do, al parece r, la naturaleza r e n te r ia n a de C r is tó b a l de G am ón. Sin em b a rg o , en el n ú m e ro de O A R S O del año 1964, L u is M ic h e le na nos in d u c e a p e n s a r e n la p ro b a b ilid a d de que no sea muy a c e p ­ ta b le a q u e lla a f ir m a c ió n . No t o d o está d ic h o en lo re fe re n te al p re té r ito re n te ria n o . A h í están lo s s u c e s iv o s d e s c u b r im ie n t o s qu e se están lle v a n d o a c a b o en Irún y que, seg ún voces a u to riz a d a s , de s plazan d e fin itiv a m e n te la o p in ió n de la s itu a c ió n de la c iu d a d ro m a na de O a r s o a aq ue l t é r m in o m u n ic ip a l.

17


No. No d e b e m o s a b a n d o n a r n o s en la ¡dea de que. G am ó n lo d ijo t o d o . Ello no podía s e r y a d e m á s d e b e m o s t e n g r en c u e n ta las c irc u n s ta n c ia s en las qu e tra b a jó , la s c u a le s d e te r m in a ro n que su obra se vie ra te ñ id a de un m a rc a do tin te a p o lo g é tic o . T e n g a m o s ta m b ié n en cuenta que desde que G am ón te r m in ó su obra ha t r a n s c u r r id o un pe río do de s ig lo y m edio , p le tò ric o de in te r e s a n te s t ra n s f o r m a c io n e s s u f r id a s po r Rentería. V e a m o s c o m o e je m p lo s a lg u n o s tra b a jo s que podrían e m p r e n ­ d e rs e para a m p lia r el h o riz o n te del c o n o c im ie n to h is tó r ic o s o b r e Re ntería. ¿ N o sería in te re s a n te que la B ib lio te c a M u n ic ip a l a d q u ir ie s e alg ú n e je m p la r de la ob ra Vicente A n to n io de Icuza, com andante de corsarios, e s c r ita po r do n V ic e n te de A m é z a g a A r e s t i y e d i­ tad a en V e n e z u e la ? T e n e m o s n o tic ia de la ed ició n de este lib ro g ra c ia s a un a rtíc u lo de J o s é de A r t e c h e p u b lic a d o en La Voz de España el día 24 de ju lio de 1966, y seg ún p o d e m o s le e r Icuza fue ba utiza d o en la p a rro q u ia de n u e s tro pu eb lo el día 8 de ju n io de 1737 con lo s n o m b r e s de V ic e n t e A n t o n i o José , s ie n d o su p a d re m éd ic o de la villa . O tro ejem p lo po dría re fe rirs e a la le yenda del C r is to de Z a m a lbide, d e s c o n o c id a p o r la mayoría de los r e n te ria n o s po r no ha b e r s id o nu nca re c o g id a en le tra im p re s a , y de in d u d a b le v a lo r h i s tó ­

18

rico. No m en os in te re sa n te sería in v e s tig a r s o b r e la c o s t u m b r e —que no sé si c o n t in ú a —de que el alca ld e re g ale un pa r de z a p a ­ t o s al m u c h a c h o qu e se viste de San M ig u e l en las p r o c e s io n e s de la S em a n a Santa. A no d u da r, m ere c ería la pena ha cer un e s t u d io de lo qu e p r o v is io n a lm e n te p o d e m o s d e n o m in a r «las g e ne rac io ne s ». Los p e lo ta ris , los poetas, lo s p in to re s, la g e n e ra c ió n in te le c tu a l de 1930... Esp e cia lm e n te in te r e s a n te s en o rd en al c o n o c im ie n to del p a sad o más re c ie n te de Re ntería son las revista s e d itad as con m o tiv o de las fie sta s p a tro n a le s y las f o to g ra fía s qu e d o rm ita n en a r m a rio s y de svanes. Por esto es a mi p a r e c e r im p o r ta n tís im o el e m p e ñ o de la A s o c i a c i ó n de F om en to C u ltu r a l qu e, c u a n d o e s c r i­ bo estas líneas, t ra b a ja en la re c o g id a de t e s t im o n io s g rá fico s del a n ta ñ o lo ca l, con el fin de e x p o n e r lo s en su lo cal so c ia l d u r a n te las p ró x im as fie sta s p a tro n a le s. Sería un buen f r u t o qu e esta e xp o s ic ió n , al m o s t r a r las g ra n d e s tra n s f o r m a c io n e s fís ic a s s u ­ f r id a s po r Rentería d u ra n te el p re s e n te sig lo, d e s p e rta s e en n o s o ­ tro s el in te rés de v e l a r po r la p u reza de los t o p ó n im o s . I n te r e s é m o n o s en c o n o c e r m e jo r la h is to ria de Rentería. No nos d e je m o s lle v a r p o r la in culta in d ife r e n c ia ni p o r el ace cha nte c h a u v in is m o .


F O T O G R A F IA DE

UN A L C A L D E Por Santiago AIZARNA La evocación del A lcalde me asalta la niñez desde un estrafalario in dum ento: algo como un sombrero de copa, un traje oscuro, botas negras, una capa... En realidad, todo ello habla de una com posición del gesto, quizás. Me estoy refiriendo a un A lc a ld e de pueblo, y por lo tanto, netamente campesino, y todos sabemos cómo el campesino se coloca, se compone ante la fotografía. Está la trascendencia del hecho. Para un campesino—y en aquel tiem po mucho más—sacarse una fotografía era un gesto trascendente. Era como proyectarse hacia el futuro, alguno pensaría que a la e'ernidad acaso. Y para un A lca lde campesino el gesto era doblemente trascendente. Porque en el A lcalde no estaba solamente un individuo, no estaba solam en­ te un campesino; ni siquiera dos: el A lca lde y el cam ­ pesino, sino todos los campesinos que formaban el pueblo desde una banda, y todos los A lca lde s que habían formado parte del pueblo, todos los A lca lde s que habían existido en el pueblo, por la otra. L A T R A D IC IO N . L A H IS T O R IA Por lo tanto, posiblemente, cuando aquel A lc a ld e de la fotografía, primera de un A lca lde que recuerdo se estaba dejando fotografiar, no estaba dejándose hacer nada. Porque el dejarse hacer era una actitud pasiva que aquel Alcalde, no es que no tenía en aquel caso, es que no podía tener. Y la im posibilidad le nacía, precisamente, de ese primer gesto trascendente, de ese hincamiento, de esa asum ición, de esa asunción también, que en su imagen se verificaba. Ese hincamiento, esa vertica li­ dad de la representación, porque cuando un hombre se responsabiliza, se representativiza, se verticaliza asim ism o inmediatamente. Por eso a gran im portancia de la verticalidad en las fotograf as campesinas sobre todo, porque en la per­ sona del campesino se daba como en nadie la lucha entre naturaleza y artificiosidad, naturaleza de una fo r­ ma de ser enfrentada a la artificiosidad de la máquina, de forma que se podía decir que nunca acababa de curarse del miedo, pero que no era en modo alguno miedo a a cámara, sirio el miedo a su responsabilidad, el miedo a su posible no verticalidad, el miedo a su trascendencia futura en definitiva.

19


E igualm ente en el A lcalde. A q u e l A lca lde de la fotografía de que hemos hablado, casi todas las fotografías de los A lc a ld e s de hace algún tiempo, tenían que venir forzosamente desde esta verticalidad absoluta e inevitable. Porque el retrato, su imagen no iba dirigida a él, ni siquiera dirigida a su pueblo, sino que dirigida hacia la tradición, hacia la historia El A lca ld e dejaba de ser A lca ld e para convertirse en símbolo y los símbolos tienen que gozar, al menos, de la verticalidad, verticalidad esencial y aparencial al mismo tiempo. O sea, que el A lca lde aquél, como todos los A lc a l­ des en definitiva, como todos los que llegan a ser símbolos de algo, tenían por delante un tiempo en d on ­ de proyectar su sombra, pero por detrás, cargándoles las espaldas, pesándoles en las espaldas, estaban la tradición y la historia, porque el A lca lde nunca es algo por sí mismo solamente, como un A lca lde individual, ni siquiera cuando su proyección sea tan alta como el del fam oso de Móstoles, sino que es un eslabón más en la cadena de los A lcaldes, y es entre todos como llegan a co n s titu ir ese sentido de tradición, y es así como llegan a fra gu a r la Historia.

L A IMAG EN DE L A F O T O G R A F IA Todo, desde arriba abajo, da un sentido de verti­ calidad en este hombre, en esta fotografía de un hom ­ bre, de un Alcalde. A som a a la vista, como primer promontorio, el sombrero de copa. Y una clara relación desde este prim er signo, desde este primer vestigio y desde este primer símbolo, con el prestigio, con la autoridad. Sin saber yo por qué—si no es otra vez por la tradición de que los hombres de prestigio la llevaban—lo cierto es que el sombrero de copa estaba revestido de un aura de mito y de poder. Bastaría para ello girar una vista a la historia del sombrero de copa, tanto en la literatura como en el cine, como testigos los dos de los tiempos, de las épocas, y veríamos que aparte del espantapájaros en donde también se hace tópico el sombrero de copa, en todo lo demás, su proyección es, siempre hacia las esferas altas, quedándose quizás, por ello, contagiado de su brillantez y lustre. Y de lo protocolario. Porque, en cualquier acto de protocolo, y era acto de protocolo la fotografía para este Alcalde, como era protocolo cuando habitualmente se vestía, mejor dicho se ponía, el sombrero de copa, que era, acaso, en las fiestas patronales tan sólo, o

20

cuando el A yun ta m ie nto tenía que recibir en corpora­ ción a alguna autoridad, ni siquiera seguramente en la misa mayor dom inical—cuando el respeto del acto sagrado descendía a las calles del pueblo, y había un batir de campanas, y hasta otro sagrado juego, el ju e go de la pelota en el frontón municipal se prohibía—, ni siquiera entonces el acto era tan solemne como el sombrero de copa demandaba, porque la sacralidad del acto estaba erosionado por la habituidad, y era tradición también, es decir,costum bre, queel sombrero de copa estuviera el mayor tiempo posible en el gran arcón, y se colocara en la cabeza del A lca ld e con aires de fiesta, es decir, con aires de naftalina, porque siempre en las fiestas protocolarias la naftalina es como un aditamento esencial. El traje oscuro, también protocolario, también ceñido a las exigencias del protocolo, quizás éste a un protocolo más esencial, a la esencialidad de que el hombre enraizado en la tierra cuando tiene un gesto trascendente se viste siempre de oscuro, algo como una sombra, su misma sombra sobre su misma tierra, quizás hombre que se disfraza de sombra, que no quiere ser otra cosa que sombra, por miedo también de la gran responsabilidad, de los grandes símbolos, cuando a lo que se acoge verdaderamente es al sím­ bolo. Hasta el chaleco por dentro de este traje, con todo lo que el chaleco compone y estiliza también la figura, o verticaliza la figura más bien, porque en el fondo, de lo que se trata es de hincar al hombre sobre la tierra, hacerle un poco monumento, mojón o señal, hacerle un poco un G essler para un lugar donde no haya ningún G uillermo Tell, igual que el símbolo de Gessler: la pica en el suelo; y cuando un hombre quiere conver­ tirse en pica es im prescindible casi el encorsetarle, que nada se desparrame, que la carne no se desparrame, que la humanidad del señor A lca lde se mantenga en sus límites, que son siempre límites crecidos en torno a su verticalidad, y para los que sirve absolutamente, este chaleco, también oscuro, que se ve en la fotografía. Y las botas... ¿quién dirá ya que no se ha buscado la verticalidad absoluta cuando las botas aprietan y sujetan los tallos del hombre como rodrigones im pla­ cables? Cualquier hombre que se ponga las botas, y mucho más cuando es para sacarse una fotografía, es que tiene conciencia absoluta de su misión, ya sabe que tendrá que fijarse en el tiem po y en la historia. Que es lo que ha hecho este hombre de la fotografía, este A lca lde de la fotografía.


¿Y L A V A R A ...? En el mismo viejo arcón con aromas de pasado de donde salió el fantasma de esta fotografía descansaba la vara que al principio tuvo que ser una vara fina que descansaba en las manos del A lc a ld e —mejor dicho, no descansaba porque nada descansaba en el A lca lde en el momento de fotografiarse, sino que también participaba de su tensión y vig ilia —, pero que cuan­ do emergió del viejo arcón era un mimbre retorcido sobre sí mismo, quizás uno pensaba que para que cupiese mejor en el arcón, que claro que no era esta la razón, pero qué importa. El mimbre arrollado como vara de mando desdecía totalm ente de la verticalidad absoluta asumida por el Alcalde, cuando quizás el mimbre y su arrollam iento estaban hablando de otra virtud esencial en este hom ­ bre, de la virtud convivencial por así decirlo, algo así como la virtud política, la virtud ciudadana del replegamiento desde las estructuras mentales hacia la menta­ lidad de los otros, no como sinuosidad sino como adecuación, que es lo que ganaba el mimbre arrollado con referencia a la cachava, aunque con ostentosa pérdida de la verticalidad. Pero este mimbre arrollado o enrollado no estaba en la fotografía, ni tam poco la cachava, ni el palo seco y alto, sino la vara enjuta y larga, sin nudosidades ni promontorios, esbelta y ágil vara, tal como cumplía en los paralelos del símbolo. Que junto al tallo del A lc a ld e creciese este otro tallo paralelo, este otro tallo mimètico, como una asistencia del pueblo en la vara, como la compañía del pueblo en la vara y no la espalda del pueblo bajo la vara. ¿QUE ES EL A L C A L D E ? De lo que se desprende de la fotografía de tiempos remotos, así como de lo que es en realidad, e lA lc a ld e es, solamente una vertical, la asistencia del pueblo, la presencia del pueblo, su representatividad, no su amo sino su carne, no su mando sino su espíritu, no su tiranía sino su voluntad. El Alcalde, de tanto serlo en función del pueblo no es nada por sí propio, porque alguien empieza a serse cuando abandona o empieza a abandonar las verticales, cuando la representación se sustituye por la realización. El A lca ld e mira desde esa fotografía, con su indu­ mento estrafalario, con su indumento de representa­ ción, y es todo el pueblo, todo el pueblo por él repre­ sentado, quien nos mira.


TXISTU I o

50" R-A. TXISTU 2

J a ie ta n gaituzue. U rte osoan lanean jard u n a denak, jaiak ere bear ditu. Ta, errenteriarrak, Madalen jaiak bereziki ospatzen dituztelako sona, nun nai dezakegu. Gazteak... diralako, età gazte izanak dik ere gazteen sua daram atelako. U dalak eraltzen dituen jaiei, errita r denak, zearo susperturik, bearrezkoa duten bizitasun ta berotasun em aten die. ................ Bere izena ezarri zion kalearen m ugan, daukag Madalenako elizatxoa. U rte osoa bere b a rm a n egina dugu, erriko Zaindaria. Ta, inork egitekotan, berak egin bear ba, errian zear urteroko ibilaldia. Ja ia k dirauten b ita rte a n berriz, Eleiz Nagusian dizu ostatu. Dagokionez, aundikiro egin oi du joan-etorria. Gizon indartsuen bizkarrean, zutik, lerden... Ortarako bereganatzen dira, Alkatea buru dutela udal-gizonak: bidaldian laguntzeko. An egoten dira, ere, zai-zai, erriko semeak... betikoak. . Ba tìatoz!!... Ikusi ezarren, tx is tu otsak adierazten digli. A lkate soinua cntzun dezakegu... Betidanik, alako zirrara gozoa sortzen du gure barrenean, Alkate soinua entzuteak. Erriko jaietan batez ere. Ain dugu aundi, ozentsu, eder... Or erriko agintariak... Baina, zer ikusten dugu?. Nun utzi ote ditue A lkate ta ordezkoak, agintearen seinale diren zum eak?... Uztai b iu rtu ta k o zigorren ordez, menpeko dituzten ertzainen kideko m akilak dituzte eskuetan... Ta, ori ez! !... O itura zaarrekoak, ai zume zigorrakk dira! « T T T ~~ I hl ñ Gorrotorik gabe , legeak bigundu, ta guraso m aitaleen antzera bete arazten dituen zigorra. L a z ta su n ik gabe, bete bear direla adierazten duen zigorra. Biurtu, biribildu, uztai eginarren, inoiz ere ausi ez ditekean zume biguna. N orbaitek m altzurki, legez kanpo ibili nai izatera, gorputzaren neurriak biziro ongi a rtu ditzazkean zigorra. Gurea!... Ezin o n a rtu diteke inolaz ere, gogorkeriaz baizik ez dakian makil arrotza. Gurea ez dan aginte ezaugarria. Orrekin ez diteke A lkate izan gure errian. Ezin babestu ditzake erritarrak, m akila arrotza eskuan daram alarik. >mea Ziur gaude, oitura zaarren, m aitale ta denak, b ila tu ezik aurkituko ere duala, aginte seinalea en zigorra. U ztai biu rtu ta k o zume biguna. Erabili be a r izatera ere, gizonki ta zuzen, gogorkeri gabe erabili dezakean zigorra. Orduan, bai, Alkate soinuarekii Madalenara. E r rita rra ez izan arren, ainbeste m aite zuan L a v illa ’k eresbatzaren (bandaren) laguntza eman zionez gero, inoiz baino ere ederragoa den Alkate soinua.

et t

22

f i..

r

n

2 .


RENTERIA Y S U MXJSICA. Por ISIDORO ECHEVERRIA

O A R S O acude puntual a su cita de todos los años, las «magdalenas» están en puertas, cuando parece que las anteriores finalizaron ayer. De esas casi recién pasadas fiestas, algo quedó, queda y quedará por mucho tiem po en el recuerdo del aficionado a la m ú­ sica. El 23 de ju lio de 1971—noche memorable en la parro­ quia de los Padres C apuchinos—la Coral «Andra Mari», la Orquesta Sin fónica del Conservatorio de San Sebastián—¿qué es de ella?—y la extraordinaria batuta de Enrique García A sensio, ofrecieron a la afición de Rentería, y sus alrededores, un concierto que puede considerarse como uno de los de máxima calidad artística celebrados en nuestro pueblo. «Andra Mari» se superó, tanto cantando «a capella» a las órdenes de su director titular, como con la orquesta y García A sensio. Nuestra Coral dio comienzo al año musical que nos ocupa—de «magdalenas» a «magnalenas»—, rayando a gran altura. Y, afortunadamente, no paró ahí la cosa. «Andra Mari» ha desarrollado una actividad probablemente inigualada por ninguna otra de nuestras corales. No es fácil alcanzar, en un año, la cifra de docena y media de actuaciones, todas ellas dignísimas y algunas francamente extraordinarias. Y ahora, animados por constantes éxitos, se aprestan a viajar a Bélgica, a tierras de Flandes—conseguirán éxitos donde antes se ponían picas—, para ofrecer cuatro conciertos en Gante, Termonde, Averbode y Brujas.

23


« Andra Mari» empezó el ciclo sensacionalmente y parece que lo va a cerrar al mismo nivel. José Luis Ansorena, su director, exige mucho a sus dirigidos, pero ahí están los resultados. Nuestra Coral destaca, claramente, en ofrecer constantes novedades en su repertorio, dentro de una selección minuciosa y de alta calidad musical. ¿No ha llegado la hora de que «Andra Mari», sin dejar de cultivar su estilo habitual de reper­ torio, arremeta con obras de mayor hondura y em pa­ que, como pueden ser los oratorios, poemas sinfónico-corales, etc.? Siguiendo con la música coral, aunque quizás en un tono algo menor, el ochote «Karnaba» continúa en su línea habitual. Es uno de los ochotes veteranos de la provincia, que a base de una dedicación plena al trabajo—más, quizás, hace algún tiem po que en la actualidad—, ha conquistado un puesto destacado entre los mejores grupos de la región. En el pasado año que comentamos, ha actuado en Bayona, Santan­ der y Logroño. Es uno de los ochotes que más «sale» de la región. En el recientemente celebrado Concurso Internacional de Ochotes «Beraun», consiguió un lugar digno—cuarto entre doce o catorce grupos co n ­ cursantes—y cantó bien, dentro de su línea y estilo habituales que los conserva desde hace ya más de siete años. Lucha siempre contra gustos de jurados que parecen prestar una gran atención al volumen sonoro, olvidándose, muchas veces, de otros valores muy im portantes—tanto o más que aquél—, pero que no cuentan, en muchas ocasiones, demasiado. Pero ellos siguen fieles a la línea adoptada hace mucho tiempo. Siempre la eterna pregunta: ¿es un ochote un grupo de ocho amigos que cantan un poco a lo «arlóte», con defectos claros de emisión de voz, d ic­ ción, etc., sin demasiados academ icism os y cuidado de detalles, o es un pequeño coro de cámara, con un estilo más refinado, capaz de abarcar obras de varia­ dos estilos? La respuesta la suelen dar los diferentes jurados en sus calificaciones. Pero no debemos olvidar que existe otra clase de jurado: el pueblo llano, que dispone de finos oídos y una gran sensibilidad na­ tural. Y, muchas veces, unos y otros, no se ponen de acuerdo.

24

Nuestra Banda de Música, como siempre, y ello ya tiene su gran mérito, conserva su puesto también entre las buenas bandas de la provincia. Recientemen­ te ha sido renovada la Junta Directiva de la A s o c ia ­ ción de Cultura Musical, y, como todo lo que experi­ menta renovación—y sin subestimar lo anteriormente hecho—, aportará a la entidad nuevas inquietudes. Resultará interesante una posible vuelta a organiza­ ciones que hace aún no mucho tiempo, en forma de conciertos de solistas y agrupaciones musicales de variado tipo, dieron un alto tono a sus actividades y satisfacción a una afición reducida, pero constante. Todos sabemos de las dificultades con que se tro pie ­ za para su realización, pero... Buena tarea tienen por delante los Ubiría, Lecuona y compañía. ¿Podremos disponer alguna vez de un local adecuado en Rentería para concierto s? ¿Existe mayor torm ento musical que escuchar un concierto en nuestra A la m e da ? ¿Qué oímos en ella? ¿Música, o pedorreos de tubos de es­ cape con acom pañam iento de b u llic io de bares ve­ cinos?... La calle es marco ideal, a nuestro juicio, para nues­ tros «txistularis». No negamos que puedan tener—eje­ cutantes e instrum entos—la suficiente altura artística como para presentarse en los escenarios, no. Pero nos suena mejor, y más apropiadamente, al aire libre. Las «vueltas» mañaneras de nuestros «txistularis» dan un aire y un color característicos a las tempranas horas de los dom ingos. Lástima que Rentería sea ya muy grande para que los Lizardi, Goicoechea, Mendizábal y Gabarain, puedan abarcarla de una «tirada». Pero lo im portante es que, aunque sea por turnos y barriadas, no dejen de sonar en nuestras calles las alegres y entrañables notas del «txistu». Y para term inar este repaso somero a las activida­ des musicales de nuestro Rentería, algo que podemos considerar como muy im portante dentro del año que com entam os: la creación del ochote fem enino «Alai», de la Coral «Andra Mari». (Esta fea palabreja —ochote—, ni castellano ni euzkera, ni carne ni pesca­ do, suena aún peor aplicada a un conjunto de voces femeninas. ¿ No iría mejor el de «doble cuarteto vocal», aunque resulte un poco más largo?.)


La presentación de estas ocho voces femeninas ha constitu id o un éxito rotundo. Debutaron en el I C on­ curso Internacional de O chotes «Beraun», y se cla sifi­ caron en un destacado segundo puesto. A l margen de clasificaciones, fueron la revelación del Concurso, por su calidad y por su buen cantar y decir. Ocho buenas voces, bien empastadas y de un colorido y sonaridad como muy poquitas veces—sí, am igos—es dado oír. Y hacemos un punto lo merece.

y aparte,

porque

la cosa

Nosotros, particularmente, nos quedamos con el «Ay, Anjela!», del Padre Donosti, si tenemos que elegir el momento de mayor calidad artística de todo el co n ­ curso y de todos sus concursantes. ¡Qué interpreta­ ción y qué calidad derrochó el «Alai» en esta obra! José Luis A nso re n a ha creado algo que dará m u­ cho que hablar en nuestro ambiente musical. Desea­

mos una larga vida a esta agrupación que, estamos seguros, dará brillo del bueno a nuestra música y a Rentería. Estimamos, a la vista de la actividad de nuestros grupos musicales y a su bien hacer, que la música en Rentería disfruta de una extraordinaria salud y promete un futuro esperanzador. La Sociedad «Ereintza» rea­ liza una buena la b orco n sus clases de solfeo y« txistu » ; «Andra Mari», por iniciativa de su director, cuida y prepara una cantera infantil que dará cantores a su debido tie m p o; abunda el número de educandos en nuestra Banda de Música... La continuidad, pues, de un buen nivel musical, parece asegurada. Sólo nos falta, para com pletar el cuadro, el marco de esa soñada y necesaria sala de conciertos que Rentería y su música precisan. ¿La tendrem os algún día?

25


ONELAKOAK ZIRAN Por FERNANDO ARTOLA «BORDARI» G ip uzkoarro k, A lkate d eitzen diogu. Beste izenak ere b a d it u eu skal-errietan ; auzapez, endore, b aldern apez... Y a u n -m e ra . G u re tz a t, beraz, A lk a te J a u n a . A r a b e ta r r e n «al cadi»’n (epailaria) om en d u su straía. A a lm e n a u n d ia k z itu a la erri-agintari bezela, gauza n a b a r ia da. Ik u s dezagun alaere. O n d a rrib ia , nere sor-lekua, itx a s-b a z te rre k o u ri ap ain b a t duzu. Bidasoa ib aiak ongi e z a g u tz en du. O n d a rrib ik eta O n d a rra iz u k egiten b a it diote, engi-etorria itx a so ra doan e a n ; be re-b a t, azken agu rra... eten gabeko diosala. Bidasoa iltzen dalarik... beti, bizi-bizi dago. Azken oatzea, e rratillu zabal a n tzeko a, a ld ita n urez b e te a ikusiko du z u ; b e ste ta n , d a n a o n d a rtsu . Its a so a re n ju a n - e to r ria k (illargiarekin zer ikusia d u te n a k ) dira m an a tzalle. O n d a rrib ia k , o nd a r-bide a esan gura luke. Z A T IK E T A O rtziok pa! M u n d u a deño... au neretzat!, lu rralde z a tik e ta t a b a n a k e ta d a k u sg u n un a i. B erd in em en ere: o ntasu nla p u rr e ta k , bereizketak, g a ra itz a k , auziak,... g u d a te a k . E t a gure arb a so a k , uste -g a be a n atz e aren m en de, arro tz e n e s k u ta n erori. D a n a dala; m end i a rte k o g a tzag a, p a d u r a edo iiztokia; guzia igei, d a n a aingira, sa s tr a p a t a a intzira zan. A n tz a r a k , a te a k , k u rlin k a k , kaio ta m a r la x k a k to ki erosoa, be rd in gabea. Bide b a tc z milla-milloika eltxo, ta auen garbitzalle, u d a r a n , millaka a in ara, t a bes^alde orain b año m a rtin -tx o ri gei ago.

26

D an a -d a la , diot berriz ere; Onerano nereal Z aintzeko, esi, arresi, g a z te lua k oinarritzeko leku a p a r t a . E t à jakifia, O n d a rrib ia egundoko arresiz in g u r a tu z u te n — oraindik d ir a u te — b e a r z a n ea n gogor eusteko. B eraz, O n d a rrib ia gudaltegi b a t zan, bo rtiz k i s e n d o tu ta k o gaztelu-uri b a t. N ijo a n esatera. E d e stia a r beza, zeatz e t à m e a tz e tà izenez o rn itu rik g a u z a k ja k in n a i d itu a n a k . N ere la n tx o o n e ta n esan n a i d u t 1638 g a rre n e an p ra n tz e z g u d a ro ste a k O n d a rrib ia esitu zuela; t a itz b ita n k o n t a t u ere o rduko A lk a te J a u n a r e n jok a bide k e m e n ts u a ; su a r r a t a gaingaiiekoa, alderdi g u z tie ta tik b e g ir a tu ta . GUDATEA Illa b e te tsu -b i z e ra m a zk ite n esituak... Sua, n eg arra, d u n b a te k o a k , b a la k ... G uda! Arresiko ate guziak, b a t ez b este d a n a k , arriz ondo to le s ta tu a k . A te ireki zite k ea n a, aren giltza On Diego de B u t r a n ’en e sk u e ta n . Onela zuen izena O nd arrib ik o a lk a te a k . G izonak erne gezi-leioetan, zirritu e ta n . O rain ezezik, e m a k u m e a k gizon ja n tz ia z , a r m a k e sk u e ta n . E r r i guztia zutiiiik! M ina-zuloak em en, d in a m ita lertzea an, b e n e ta k o sutegia; t a b e ti bezela, z a u ritu a k , e lb a rritu a k , erioa, n egarra. O rtz a k e tà u kabillak estu g u d a lb u ru a k , gudari z intzo a k jarraitzalle. E ts a ia gara i-b id etan , e tà ostik a d a a r t u t a ondoren... Perez-E g ea aserre bizian; goazen! au egin b e a r degù. E t à A lkate b u ru ts u a k esan; — Gaizki jo k a tz e r a zoaz; e g u n - tx in ta n gaude t a o r ta r a k o b e r a n d u tx o da, u tz zazu biy a rk o . A gintzen d u e n a k m a n a tz e n du ; ta an j u a n zan a nk az gora b este eun e tà geiago g ud ariekin b a te a n . Arresi b a r r u e ta n d a n a k d a r d a ra z ; ja te k o r ik ez, e tà ez e tà b e ru n a rik ere b a la k egiteko. NORTASUNA U n e la rria k e tà G u d a ri-b u ru -b iltz arrea n ... etsipena. G ure a k egin du! E tsa ia nagu situ zaigu... b e ru n a rik ere ez degù gure izkilluentzat! E t à A lkate t a gizona zanak, oju.


«N ik ez d a k it g u re ir a u te a k n u n d a u k a n m u g a. B a la k fa lta tz e n d ira n e a n , zillarra, nere zillarra f u n d itu k o d u t. E tx e a n d a u z k a t emezortzi milla «peso» o rta r a k o b e a r izan ezkero (Z ortzireunen b a t kilo). Gure o n d a su n a k amaitu k o dira, gure ekiña... sekulan! T a n o rb a it su sm u rrea n s u m a tz e n b a d u t, n eron ek z a z ta k a tu k o d u t! T a k a n p o tik d a to r r e n la g un tz a ez b a d a irixten , oraindik aski gera gure u ria gordetzeko etsaiek m en detik! B a ita , Condé p ra n tz e z g ud a l-b u ru a k ... m ezularia igorri ere. « K o n tu a n eduki zazu, adiskide, alaba ezkongai duzula... t a ezp adezu am or em aten... u ria n sartz e ra k o a n , gudarien e sk u e ta n g eldituko dala b e ra re n g orpu tz ederra». « N o rk dio olakorik garaille izan baiño lenago! Nere e z p a ta gertu d a u k a t etxeko en oorea gordetzeko! Irurogei t a b o st egun zera m a zkiten esituak, eta Iraillaren la u a , ain-x ux en, urrengo eguna. G araipen a iritxi naiez, p ra n tz e z -o z te a k ikarag arrizko indarrez ekin! A rre si-m u rru a k ero riak alderdi b a tz u e t a n eta onela ezin k o n ta la k o m a tx in a d a so rtu zan. Aal zu te n m o d u a n ; arrika, esku ka, m akilka, la b a in k a , tiro ka... autsikika! Bazirurin... a zk ena zala; ta O n d a rrib ia k oraindik beste lau egunean eutsi. Lenago il! AMAIA E t a Ira illa k zortzi— A m a b irjiñ a re n K a io k u n d e egunean g u d a ro z te adiskidea G u a d a lu p e tik beerà etorri. J a k iñ a , k a n p o -lib re a n in d a r r a k n e u r tu ziran. Orain, igeska dijoa e tsaia. Bi m illa tik p a sea k itto z iran ak , beste bi milla k atig u... G u rend a! G a ra itz a ! B esarkak , n e g a rra k , Gora, Gora A m a G u ad alu peko a! A lk a te b a te n g iz a ta su n a , t a j a to r ta s u n a g o ra ip a tu nai n uen . B a d a k iz u bere izena: D IE G O D E B U T R O N . O ndarribian... itx a s - e r r ia n , bid e-xabal b a te k d a r a m a bere izen ospetsua. G a ur, in tz ira k galdu ziran. E ltx o a k i z k u ta tu . A ina ra k gu tx itu ... A lk ateak ... E t a , o rd u ezkeroz o spatzen d u g u oroitzapena. T a E r r ia k onela a b e stu tz e n d u; E s itu a iz a n d u zan bein b a te z O nd arribia. Z ug an zeukan konfiantza, G ua d a lu p ek o Mària. G a r itu r ik a n etsaia, lib r a tu zan gure erria. K r is ta u e n A m a gozoa, gutzaz erruk i zaitea.

27


LA R E N T E R IA R O M A N T IC A Por V. C O B R E R O S U R A N G A Existe una como laguna desde que el ínclito «errikoxeme», don J u a n Ignacio Gamón, term ina de escribir su a p a ­ sionada «Historia de Rentería», hasta la prim era guerra carlista. A pasionada— decimos—porque creemos que así se debe escribir la historia: defendiendo el «txoko»

28

entrañable de las dentelladas de sus vecinos. Arrestos los del buen beneficiado de nuestra parroquia, para, viejo y casi ciego, term in a r los últimos capítulos de su obra dictándoselos a un mozo am anuense, en un escondite asturiano, huido de la furia napoleónica, que asolaba a España. Lo que sabemos de R entería hasta entonces es p u ra ­ m ente literario. Una literatura leguleya, las más de las veces, referente a pleitos y más pleitos, entre pueblos colindantes, por la que se entresaca el modo de vivir y de pensar de nuestros «erribatecos» de aquellas calendas. La prim era guerra carlista coincide— ¡cómo no!— con la eclosión explosiva del romanticism o. Es cuando acuden a España gentes de allende—«y más allá»— los Pirineos, movidos por el virus romántico. El pretexto es


la guerra; la verdad, la av e n tu ra rom ántica. E n tre otros, nos quedan como recuerdo, en San Sebastián, el Cemen­ terio de los Ingleses; en los plúteos de nuestras bibliote­ cas, unos cuantos libros, en los que sus autores t r a t a n de descubrir una España insólita; y en las paredes de nuestras casas, unas encantadoras litografías. E sta visión plástica— la que entra por los ojos— de los rincones de nuestra tierra, es lo nuevo. Y lo que fue un día novedad es hoy motivo de añoranzas. Quizá quien más influyera en el aspecto romántico, entre los artistas de su época y posteriores, fuera el inglés David Roberts. Dice de él un crítico—y conviene tener presentes estas palabras, para comprender aquel m om ento y, por ende, aquel a rte —que «su paisaje es efectista, luminoso, de ruinas, castillos, catedrales y ciudades pintorescas; tom a sus notas dibujando del natural, con no exacta e x a ctitu d y, luego, pincel en m ano, mancha, magnifica, deforma y fantasea». Si no fuera así— pensamos— no tendría su obra ni la de sus epígonos, esa tilde enfática del romanticismo, que tan to nos a tra e hoy. Obras de a rtistas contem poráneos de David Roberts son las dos litografías, impresas por Wilkinson, en Lon­ dres, que reproducimos del Museo de San Telmo, de San Sebastián, que a ta ñ e n a nuestro «txoko». La titu la d a «Rentería», vista al pie de Alaberga, es como contempló, «soñando», nuestra villa su autor. Una R entería con más de telón de fondo para una ópera que de realidad, en la que, sin embargo, nos gustaría vivir. La otra, que lleva por pie «Alza, Rentería and Lesso», tiene más intríngulis, porque Wilkinson «mueve» la

iglesia de nuestra villa, para que podamos verla a la vera de Capuchinos. E stá tom ada la vista desde Herrera. A este respecto, siendo yo niño, le oí contar más de una vez a don Paco Arrache—¿ se acuerda algún renteriano de la tienda de lienzos Arrache, del comienzo de la calle Carretera, hoy de V ite ri? — , señor ya m ayor en­ tonces, un ta n to aventurero de joven en, tierras mejica­ nas y que presenció el fusilamiento del em perador Maximiliano, en Querétaro, que en su infancia, para ir a San Sebastián, los renterianos se em barcaban en bote, cerca del puente de Lezo (frente al actual P anier Fleuri), recorrían el pequeño «fiord» del Oarso; doblaban Ca­ puchinos, cruzaban la bahía p a saitarra y se a d e lantaban por la ensenada de H errera, hasta unas escaleritas (por donde está ahora el túnel del Topo) por las que accedían al pino camino que llegaba al alto de Miracruz, conti­ nuando por él, hacia abajo y A tegorrieta adelante, h asta las dunas del Chofre y p a rte de los arenales de la Zurrióla, y alcanzar así el p uente de m adera de Santa Catalina. No existía la carretera que ahora conocemos. Ju sta m en te , el camino por el que, en la litografía, a t r a ­ viesa el pelotón de tropa, es el que iba de las escalerillas citadas h a sta Miracruz. Después de estas litografías inglesas vendrán otras muchas, en las que empiezan a verse chimeneas de fábricas, de la que luego habría de llam arla un conspicuo renteriano, «la pequeña Manchester». Y, por último, las prim era fotografías, con su prosaico detallismo docu­ m ental, antítesis de las rom ánticas litografías. Pero esto — acabam os de decirlo— es prosa; prosa que quizás nos haga pensar, pero no soñar.

29


LAS CORPORACIONES MUNICIPALES EN RENTERIA EN EL SIGLO XX

Gracias al meritorio esfuerzo de dos conocidos renterianos, OARSO puede ofrecer este año un trabajo singularm ente interesante p a ra conocer el cam inar his­ tórico de nuestro pueblo, concretam ente, desde princi­ pios del presente siglo h a sta nuestros días. E sta publicación in te n ta alcanzar diversas metas. De entre ellas, no sabríamos destacar una como la más im portante. Desea, por una parte, establecer una unión entre R entería y aquellos hijos suyos que han fijado su vivir lejos de la tierra que les vio nacer. Tam bién busca, por otro lado, inform ar y llevar inquietudes a los renterianos de hoy, es decir, a todos aquellos que por n a tu r a ­ leza o adopción pueden ser así denominados. Al socaire de am bas vertientes, nuestra revista procura alcanzar un objetivo que podemos calificar como histórico, pues desea servir de testimonio a las generaciones venideras, a la p a r que abriga en sus páginas tra bajos encam inados a divulgar el conocimiento del pretérito renteriano. E n la línea del último aspecto señalado puede consi­ derarse el trabajo que presentam os, el cual está desti­ nado a ofrecer una imagen de las corporaciones m unici­ pales de Rentería en el siglo X X . Al hablar de quienes lo h a n hecho posible, perm ítanos el lector apearnos de todo tra tam ie n to . Joxeba Goñi ha recopilado los datos históricos, sacrificando en su tarea todo lucimiento personal. Sirva pa ra poner de manifiesto su a u toridad en este campo el recordar que su tra b a jo titulado «Historia de Rentería» resultó prem iado en el Concurso Literario «Pueblos de Guipúzcoa» organizado por la Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián. Joxe Mari Salaverría se ha encargado de tra e r a estas páginas la imagen física de los alcaldes de Rentería habidos en el presente siglo. P a ra poner de manifiesto su am or a Rentería, recordemos, como ejemplo, la valiosa colección de fotografías de todos los caseríos renterianos publicada hace algunos años en estas páginas de OARSO.

30


1 de e n e ro de 1899 - 1 de en ero de 1901 Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr.

D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D.

J U A N FERMIN B E R R O N D O Z U B E LZ U , A lc a ld e P re s id e n te . Ricardo de U rg o iti y G ala rreta, p r im e r te n ie n te alcald e. Ramón O la n o y U rd a m p ille ta , s e g u n d o t e n ie n te alcald e. M o d e s to B e r r o n d o y Z u b e lz u , re g id o r sínd ic o. A n t o n i o Eztenaga y G oñi, s ín d ico s u p le n te . P edro Ignacio J á u r e g u i y Eche verría, re g id o r. Eugenio Z ala cain y J a u r e g u ia lz o , re g id or. J o s é M ig u e l A r r i e t a y A r r ie t a , re g id o r. J e s ú s María Echeverría y U rtiz b erea , re g id o r. C ip r ia n o Elícegui y Le cuo na , re g id o r. M a m e rto R ecald e y Ubi ría, re g id o r.

1 de e n e ro de 1901 - 1 de en ero de 1903 Sr. D. JE S U S M A R I A E C H E V E R R IA Y U R T IZ B E R E A , A l c a l d e P r e s id e n t e . Sr. D. T o m á s G astam in za y Lasarte, p r im e r te n ie n te a lc a ld e (* ). Sr. D. H e r m in io Sáez y A n d u e z a , s e g u n d o te n ie n te alc a ld e (*). Sr. D. J u l ián de J á u r e g u i y A z a ld e g u i, r e g id o r s ín d ic o (* ). Sr. D. J o s é M ig u e l A r r ie t a y A r r ie t a , s índ ic o su p le n te . Sr. D. R ica rd o de U rg o iti y G a la rre ta , re g id o r. Sr. D. C ip ria n o Elícegui y Le cuo na , re g id o r. Sr. D. Eugenio Z ala cain y J a u re g u ia lz o , re g id or. Sr. D. A n t o n io Eztenaga y Goñi, re g id o r. Sr. D. M a m e rto R ecald e y U b iria , re g id o r. Sr. D. Lu is María P o r tu g a l y B e r ro n d o , re g id o r( * ). Sr. D. F ra n c is c o A r r i e t a y Z a p ia in , r e g id o r( * ). (*)

El asterisco significa que son concejales de nueva elección.

1 d e e n e ro d e 1903 - 1 de en ero d e 1906 Sr. D. J E S U S M A R I A ECH E V E R R IA Y U R T IZ B E R E A , A l c a ld e P r e s id e n t e (1). Sr. D. T o m á s G as tam in za y Lasarte, p r im e r te n ie n te alcalde. Sr. D. H e rm in io Sáez A n d u e z a , s e g u n d o t e n ie n te alcalde. Sr. D. J u liá n de J á u r e g u i y A z a ld e g u i, re g id o r síndico. Sr. D. Eusebio G u ru c e a g a M iq u e o , r e g id o r ( *). Sr. D. C ip ria n o Elícegui y Le cuo na , re g id o r. Sr. D. J o s é In s a u s ti Irig o yen , r e g id o r ( * ) . Sr. D. M a m e rto Recalde y Ubiría, r e g id o r . Sr. D. Lu is María P o rtu g a l y B e rro n d o , re g id or. Sr. D. M ig u e l A r a n g u r e n S agardoy, re g id o r ( * ) . Sr. D. F ra n c is co A r r i e t a y Z a p ia in , re g id or. (*) (1)

Concejales de nueva elección que se realiza cada dos años. La elección de alcade la realiza la nueva corporación form ada con los nuevos elegidos. En esta ocasión el alcalde presidente obtiene de 10 votos (desconta­ do uno para ejercer la presidencia del acto), la mayoría absoluta con ho l­ gura: 7 votos a Echeverría, 1 a Gastaminza y 2 en blanco.

1 de e n e ro de 1906 - 1 de ju lio de 1909 Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr.

D. D. D. D. D. D.

JO SE DE I N S A U S T I E IRIGO YEN, A l c a l d e P r e s id e n te (1). M ig u e l A r a n g u r e n y S agardoy, p r im e r te n ie n te alcald e. Enrique Elizechea y A r r ie ta , se g u n d o te n ie n te alcald e(*). V ic e n te I p a rra g u ir r e y A r r e g u i , sín d ic o (*). Eusebio G u ru c e a g a y M iq ue o, re g id o r. C ip r ia n o Elícegui y Le cuona, re g id o r.

Sr. Sr. Sr. Sr. Sr.

D. D. D. D. D.

R a im u n d o A r b i d e y S o ro n d o , re g id o r( * ). Six to H u erta y M eriz, r e g id o r( *) . F ranc isco S a n s e b a s tiá n , re g id o r (* ) . Ign acio Echeverría y T e lle c h e a , r e g id o r ( *). J e s ú s María Echeverría y U rtiz b erea , re g id o r.

(*) (1)

Concejales de nueva elección. El alcalde obtuvo para su elección justam ente la mayoría absoluta, o sea, 6 votos; 1 para A ranguren y 4 en blanco.

1 de ju lio d e 1909 - 1 de en ero de 1910 Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr.

D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D.

T E O D O R O G A M O N Y L A F O Z , A l c a ld e P r e s i d e n t e ( * ) (1). Enrique Elizechea A rr ie ta , p r i m e r t e n ie n t e alcald e. J o s é Pérez y García, s e g u n d o te n ie n te a lc a ld e (* ). V ic e n te I p a rr a g u ir re A r r e g u i , síndico. Sixto Hu erta Meriz, sínd ic o s u p le n te . M ig u e l G oe nag a B id e g a in ( * ). R a im u n d o A r b i d e S o r o n d o . N ic as io A g u i r r e u r r e t a O la z a rán (*). Ignacio M ic h e le n a O te r m in ( * ) . Ignacio Echeverría T e lle c h e a . Lázaro B e n g o e c h e a S e in (* ).

(*) (1)

Concejales de nueva elección. La homogeneidad del color político de esta Corporación queda clara­ mente reflejada en la votación de alcalde: de 10 votos, Gamón 9 y Elizechea 1.

1 de e n e ro d e 1910 - 1 d e en ero d e 1912 Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr.

D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D.

T E O D O R O G A M O N y L A F O Z , A lc a ld e P r e s i d e n t e (1). Enrique Elizechea A r r ie ta , p r i m e r t e n ie n t e a lc a ld e (2). J o s é Pérez García, s e g u n d o te n ie n te a lc ald e. V ic e n te I p a rr a g u irr e A r r e g u i , s índ ic o (2). M ig u e l G o e nag a Bid eg ain , s índ ic o su p le n te . Sixto H u e rta M e riz (2). C a rm e lo Echeverría U rtiz b e re a (*). R a im u n d o A r b i d e S o r o n d o (2). Rafael G a r m e n d ia G o ic o e c h e a (* ) . Lázaro B e n g o e c h e a S ein. Ign acio M ic h e le n a O te rm in .

(*) (1) (2)

Concejales de nueva elección. En la elección de alcalde: Gamón, 8 votos; 2 votos en blanco. Concejales reelegidos.

1 de e n e ro de 1912 - 1 de e n e ro de 1914 Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr.

D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D.

JO S E DE I N S A U S T I IRIGOYEN, A lc a ld e P r e s i d e n t e ^ ) (1). Enrique Elizechea A r r ie ta , p r i m e r t e n ie n t e alcald e. Six to H u erta Meriz, s e g u n d o te n ie n te alcald e. V ic e n te I p a rr a g u ir r e A r r e g u i , síndico. R a im u n d o A r b i d e S o ro n d o , s ín d ico s u p le n t e . A n s e lm o V iñ a r á s A lo n s o ( * ) . J o s é A n t o n io Lasa E ceiza(*). J ua n María A r o c e n a Eche verría(*). C a rm e lo Echeverría U rtiz b erea . Rafael G a rm e n d ia G o ico e c h e a . M a rcia l O la c ir e g u i M ir a n d a (* ) .

(*) (1)

Concejales de nueva elección. Elección de alcalde: Insausti, 6 votos; Elizechea, 1; en blanco, 4.

31


32


1 de en ero d e 1914 - 1 de en ero d e 1916

1 de a b ril de 1920 - 1 de a b ril de 1922

Sr. D. M A R C I A L O L A C I R E G U I M I R A N D A , A l c a ld e P r e s i d e n ­ te (1) (2). Sr. D. C arm elo Recalde Díaz, p r im e r t e n ie n te a lc a ld e (* ). Sr. D. V ic to ria n o Echeverría, s e g u n d o t e n ie n te a lc a ld e (* ). Sr. D. Juan María A r o c e n a , s ín d ico . Sr. D. C o s m e Echeverría Retegui, s ín d ic o s u p le n t e ( * ) . Sr. D. J o a qu ín A n d u e z a A z a n z a ( * ) . Sr. D. S a lv a d o r A z ú a lz u rr a te g u i(* ). Sr. D. G e ra rd o M ig u e l A g u a d o ( * ) . Sr. D. A n s e l m o V iñ a rá s A lo n s o . Sr. D. J o s é A n t o n io Lasa Eceiza. Sr. D. J o s é Ramón B a z te rrica lra z á b a l(* ). Sr. D. C ip ria n o Elícegui L e c u o n a .( * ) Sr. D. J o s é de In s a u s ti Irigo y en .

Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr.

D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D.

(*) (1)

Concejales de nueva elección. Elección de alcalde: reñido empate, Huici, 6 votos; Bagüés, 6 votos; resuelto a sorteo a favor del prim ero.

(*) (1) (2)

Concejales de nueva elección. Elección de alcalde: O laciregui, 7 votos, frente a Insausti, 6. A partir de la fecha el municipio tiene derecho al número de 13 miembros en la Corporación, por haber sobrepasado la cifra del censo municipal los 5.000 habitantes. Falleció en ejercicio de sus atribuciones de alcalde a los pocos meses, el 26 de junio de 1914.

1 d e e n e ro d e 1916 - 1 d e e n e ro d e 1918 Sr. D. CO SM E EC H EVER R IA RETEGUI, A l c a ld e P r e s id e n t e (1). Sr. D. V ic to r ia n o Echeverría A r b u r u a , p r i m e r t e n ie n t e a lcald e (r e e ­ le g id o ). Sr. D. C a rm e lo Recalde Díaz, s e g u n d o t e n ie n te a lcald e. Sr. D. Eulogio E c h e na gu sia Imaz, sín d ic o (* ). Sr. D. J o s é Ramón B a z te rric a Irazáb al. Sr. D. J o a q u ín A n d u e z a A za n z a . Sr. D. Enrique Elizechea A r r ie t a ( * ) . Sr. D. L e o n c io Los S a n to s V ic ia n o ( * ) . Sr. D. S a lv a d o r A z u a Iz u rra te g u i. Sr. D. G e r a r d o M ig u e l A g u a d o . Sr. D. Lucas M ic h e le n a A m ia n o ( * ) . Sr. D. Ramón ll la r r a m e n d i L e c u o n a (* ). Sr. D. C i p r ia n o Elícegui Le cuona. (*) (1)

Concejales de nueva elección. Elección de alcalde: Echeverría, 7 votos; lllarram endi, 6.

1 de e n e ro de 1918 - 1 de a b ril d e 1920 Sr. D. R A M O N I L L A R R A M E N D I L E C U O N A , A lc a ld e P r e s i­ d e n te (1) Sr. D. Enrique Elizechea A r r ie ta , p r i m e r t e n ie n t e alc ald e. Sr. D. Le on cio Los San tos V ic ia n o , s e g u n d o t e n ie n te alcald e. Sr. D. Luis Raou V e lá z q u e z s ín d ic o (* ). Sr. D. T o m á s García F e rn á n d e z (*). Sr. D. Lucas M ic h e le n a A m ia n o . Sr. D. J u a n J o s é A ñ o r g a E rc ib e n g o a (*). Sr. D. P o lic a rp o H u ici S a g arza z u(*). Sr. D. M an ue l Ló pe z Elizechea(*). Sr. D. J u a n D e lp u e r t o S o ro a (* ). Sr. D. A n t o n io Z a p ir a in U r a n g a ( *). Sr. D. V ic t o r ia n o E cheverría A r b u r u a . Sr. D. Eulog io E c h e n a g u s ia Imaz. (*) (1)

Concejales de nueva elección. Elección de alcalde: lllarram endi, 12 votos; Elizechea, 1.

P O L I C A R P O HUIC I S A G A R Z A Z U , A lc a ld e P re s id e n te (1). A g u s t ín Bagüés Marín, p r i m e r t e n i e n t e a lc a ld e (* ). A lb e r t o A r r il la g a A m ez to y, s e g u n d o t e n ie n te a lc a ld e (* ). E usebio A r r u a b a r r e n a A z c u e , sín d ic o (*). Pío Echeverría U rb ie ta (* ). T o m á s G arcía Fernández. A n t o n io de Z a p ir a in U ra ng a. Jua n J o s é U r ig o itia ll la r r a m e n d i( * ) . Lu is Raou V elázq uez. J u a n D e lp u e r t o S o ro a . M a n u e l López Elizechea. J u a n J o s é A ñ o r g a E rcib e n g o a . A s c e n s ió n de Lasa Z a p ir a in ( * ) .

1 de a b ril de 1922 - 1 d e o c tu b re d e 1923

Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr.

D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D.

CR U Z LO S S A N T O S V I C I A N O , A lc a ld e P r e s id e n te (1) (*). J o s é María O te g u i A r a n a , p r i m e r t e n i e n t e a lc a ld e (* ). Eusebio A r r u a b a r r e n a A z c u e , s e g u n d o te n ie n te alcalde. J ua n Jo sé U r ig o itia llla r r a m e n d i, síndico. A g u s tín B ag üé s Marín. J o s é León U ra n g a M a n c is id o r ( * ) . J a c in to Royo M o lin a (* ) . S e v e ria n o B id eg ain U rig o itia (* ). F lo re n tin o Lo id i ltu r z a e ta ( * ) . S e ra p io M e n d a rte Ug arte(*). A l b e r t o A r r i l l a g a A m e z to y A s c e n s ió n de Lasa Z a pirain . Pío Echeverría Urb ie ta .

(*) (1)

Concejales de nueva elección. Elección de alcalde: Los Santos, 7 votos; 6 papeletas en blanco

1 de o c tu b re de 1923 - 5 de a b ril de 1924 (1)

Sr. D. C A R L O S I C H A S O - A S U LEG O RBU RU, A lc a ld e P r e s id e n ­ te (2). Sr. D. S alva d o r A z ú a Iz urrategui, p r i m e r t e n ie n t e alcald e. Sr. D. J o s é A n tía G u rru c h a g a , s e g u n d o te n ie n te alc ald e. Sr. D. A n t o n io G o y e n e c h e A r z a c , síndic o. Sr. D. A n g e l B en go ec h ea G araya ld e. Sr. D. J ua n Ign acio E rcib en goa . Sr. D. J o s é C ruz Z u g a sti. Sr. D. F rancisc o María Oyarzábal. Sr. D. Ign acio María B asurto. Sr. D. Roque Pérez. Sr. D. J u liá n M achain. Sr. D. Ig n a cio Erquicia. Sr. D. F ranc isco María M en dizába l. (1) (2)

Instaurado el golpe m ilitar de Primo de Rivera, se siguió la inmediata disolu­ ción de los municipios electivos y de los partidos políticos. La elección de alcalde fue presidida por el Comandante del puesto de la Guardia Civil, don José García Tamayo. Fue convocada al municipio la Junta M unicipal de A sociados del M unicipio; la elección recayó en el señor IchasoA su, por 10 votos a favor, 1 en blanco. Había dos ausencias.

33


1


5 de a b ril d e 1924 - 26 d e fe b re ro d e 1930 Sr. D. C A R L O S I C H A S O - A S U LE G O RBU RU, A l c a ld e P r e s i d e n ­ te (1). Sr. D. S alva d o r A z ú a Izurrate gui, p rim e r t e n ie n te a lc a ld e (* ). Sr. D. T o m á s G as tam in za Lasarte, s e g u n d o t e n ie n te alca ld e . Sr. D. M iguel G oe nag a Bid eg ain , p r i m e r t e n ie n te alca ld e s u s titu to . Sr. D. G e rard o B e rm e jo , s e g u n d o te n ie n te a lcald e sustitu to . Sr. D. Ignacio L e c u o n a O la s co a g a . Sr. D. C a rm e lo R ecald e Díaz. Sr. D. R icardo de U rg o iti G a la rre ta . Sr. D. J e s ú s María Echeverría U rtizb e re a . Sr. D. Bau tis ta A r s u a g a Itu rzae ta . Sr. D. A n t o n io G o y e n e c h e A r z a c ( * ) . Sr. D. Matías J im é n e z T e r r a d ill o s . Sr. D. A g a p i t o G arcía González. (*) (1)

Respetados de la Junta municipal anterior. Reelección de alcalde: Ichaso-A su, 10 votos; 1 voto en blanco. Dos ausencias. La totalidad de los concejales son de nom bram iento del Gobernador Civil Provincial.

Observaciones: Bajo el m ando del m ism o alcald e se suce de n re­ pe tid as s u s titu c io n e s en los c o n c e ja le s . A s í, el 20 de ag osto de 1925, al ce s a r los s e ñ o re s Goyeneche, A r s u a g a y Jim énez, e n ­ tran com o nu evo s m ie m b r o s de la C o r p o ra c ió n : Sr. D. C o s m e Echeverría Retegui. Sr. D. A le ja n d r o Fernández Mateo. Sr. D. M ig u e l A r a n g u r e n S agardoy. A s im i s m o , por d im is ió n del s e ñ o r G astam in za, en tra en la C o r ­ p o ra c ió n , el 23 de n o v ie m b re de 1925: Sr. D. Lu cas M ic h e le n a A m ia n o . Ig u a lm e n te , el 18 de marzo de 1926, p o r c esión del s e ñ o r García Gonzále z, en tra : Sr. D. J o s é León O la s c o a g a Iraeta. Por m uerte del s e ñ o r Urg oiti, e n tra en la C o rp o ra c ió n , el 12 de a b r il de 1926: Sr. D. J a cin to A r r ie t a y U riarte. A l p r o d u c ir s e la vacante del s e ñ o r A r a n g u r e n , po r h a be r sid o d e ­ sig n a d o D ip u ta d o P rov in cia l, entra en la C o rp o ra c ió n , el 4 de o c t u b r e de 1926: Sr. D. J oa qu ín A n d u e z a Az an za. Por m ue rte del s e ñ o r A r r ie ta , se in c o r p o r a al e q u ip o con ce jil, el 27 de f e b e r r o de 1928: Sr. D. V ic e n te Ira zu sta Isasa.

26 de fe b re ro d e 1930 - 19 d e a b ril de 1931 Sr. D. G REG OR IO G O IC O E C H E A A G U IR R E , A lc a ld e P r e s i­ d e nte (1). Sr. D. P o lic a rp o Huic i Sagarzazu, p r i m e r t e n i e n t e alcald e. Sr. D. J o s é A n t o n i o Lasa B id egain , s e g u n d o te n ie n te alcald e. Sr. D. Félix B idegain Indo, t e r c e r t e n ie n t e alcald e. Sr. D. Le on cio Los S an tos V ic ia n o , p r im e r t e n ie n te alcald e su s titu to . Sr. D. Seve ria no B id eg ain U rigoitia, s e g u n d o te n ie n te alcald e s u s titu to .

Sr. D. J ua n J o s é U rig o itia llla rr a m e n d i, te rc e r t e n ie n te alcalde s u s titu to . Sr. D. A g u s t ín Irig o yen Icíar. Sr. D. J o s é A n t o n io Z u b illa g a A zp ia z u . Sr. D. Le on cio Lecuo na Echeverría. Sr. D. Félix B enito M artínez Sr. D. Román Pérez C a pilla s. Sr. D. M a ria n o B arró n Pangua. Sr. D. M an ue l Ló pez Elizechea. Sr. D. Luis Raou Velázquez. S r D. J o s é María O te gu i A r a n a . (1)

La Corporación quedó constituida sin alcalde el 26 de febrero, ejerciendo las funciones provisionales el señor don José A ntonio Lasa. El alcalde definitivo tomó posesión el 31 de marzo del mismo año.

19 de a b ril de 1931 - 7 de s e p tie m b re de 1934 (1) Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr.

D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D.

P A U L I N O G A R C I A M A C H A R A I N , A lc a ld e P r e s id e n t e (2). F lo re n tin o Lo id i Iturzaeta, p r i m e r t e n i e n t e alcalde. Pío de Echeverría Urbieta, s e g u n d o t e n ie n te alcald e. J ua n J o s é U rig o itia llla rra m e n d i, t e r c e r t e n ie n te alcalde. Jua n M ic h e le n a A r b i d e , síndico. J o s é A n t o n io Picabea S ag arza zu. A n t o n io G arcía. S ilv in o López. A r t u r o P rie to C a rba jo . M a rin o B e rm e jo Ruiz. A g u s t ín Bagüés Marín. S e ra p io de M e n d a r te Ugarte. N iceto G o ic o e c h e a A l t o l a g u ir r e . A s c e n s ió n de Lasa Z a p ir a in . J o s é Ereño Z a b a lla . I s id r o B e n g o e c h e a G a ld o c h .

(1)

El 7 de setiembre de 1934, dim ite colectivam ente la C orporación en unión con otras corporaciones municipales, por ha ber atentado el poder central «a las libertades administrativas... en este País». (Cf. A ctas m unicipales, año 1934, pág. 361 .verso).

19 de o c tu b re d e 1934 - 26 de fe b re ro d e 1936 Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr.

D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D.

A N S E L M O V I Ñ A R A S A L O N S O , A lc a ld e P re s id e n te . C e fe rin o Flores G ranado, p r i m e r t e n i e n t e alcalde. F ra n c is co Escrib an o A g u ir r e , s e g u n d o t e n ie n te alcald e. Luis B u ss e lo G oic o ec h ea , t e r c e r te n ie n te alc ald e. Rafael A lz u g a ra y M o re n o , síndico. R ic a rd o Ruiz Díaz. R oque H o rte lá Gald eano. P ed ro C e le ir o O bid e. Román Pérez C a p illa s. C e le d o n io M artínez C u a d rille r o . F rancis co B a rre n e c h e a Bera sateg ui. C a rm e lo R ecald e Díaz. J o s é M aría S a m a tá n . J u a n López Retenaga. L u c io Z a la c a in Elcoro. A le j a n d r o L. B e lm o n te S e rra n o .

26 de fe b re ro de 1936 - 7 de ju lio d e 1936 Se in c o r p o r a a sus p u e s to s la C o rp o ra c ió n ele g id a en los c o m ie n ­ zos de ab ril de 1931. C e le b ró la últim a s e s ió n m u n ic ip a l el 7 de ju lio de 1936.

35


36

D. CAR LO S IC H A S O -A S U

D. GREGORIO GOICOECHEA

D. P A U LIN O G AR C IA M A C H A R A IN

D. ANSELM O V IÑ A R A S ALO N SO


16 de s e tie m b re d e 1936 - 7 de n o v ie m b re d e 1941

6 d e fe b re ro de 1949 - 13 de o c tu b re de 1951

Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr.

D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D.

(1)

Falleció mientras ejercía el cargo, el 1 de noviembre de 1940. En el ínterin, el pri­ mer teniente alcalde ejerció las funciones de alcalde accidental.

Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr.

C A R M E L O R E C A L D E D I A Z , A lc a ld e P r e s id e n t e (1). A le ja n d r o F ern á n d e z Mateo, p r i m e r t e n ie n te alcald e. Pedro A lb is u A rr o a r te , s e g u n d o te n ie n te alcald e. J ua n J o s é Z a p ira in Iriarte, te rc e r te n ie n te alcalde. J u a n Ló pe z R ete naga, sínd ic o. F rancisco B a rre n e c h e a B e ra s a te g u i. M ig u e l U b iria M ira nda . León A r e l l a n o J a n ic e s . Ramón G a la rra g a G a ztelum en di. C a rlo s Ic h a s o - A s u y L e g o r b u r u . Luis Echeverría Iceta.

11 de n o v ie m b re de 1941 - 14 de a b ril de 1943 Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr.

D. D. D. D. D, D. D. D. D. D. D.

Sr. D. J O A Q U I N PEREZ L A P A Z A DE M A R T I A R T U , A lc a ld e P r e s id e n t e (1). Sr. D. A n a t o li o A lo n s o Díaz(*). Sr. D. León A r e l l a n o J a n ic e s (2). Sr. D. F ra n c is co L a rre ta Erviti. Sr. D. Ramón B a s u rto U r b ie ta (2). Sr. D. Estanisla o Echaveguren A g u ir r e z a b a la ( * ) . Sr. D. Rafael B erg u a N a rr o (2). Sr. D. V íc to r Mag aña M ic hel, t e n ie n te a lc a ld e (2). Sr. D. J o s é Lu is N a go re A lc á z a r ( * ) . Sr. D. G a b rie l O ch o a de A ld a F e rná nd ez Sr. D. Serafín A r b e la iz S a ra s o la (2). Sr. D. Jua n Jo s é Elizondo S a la v e rría (2). Sr. D. Lu is Echeverría lce ta (*).

14 de ab ril de 1943 - 6 d e fe b re ro d e 1949

(*)

P re­

Cesan en sus cargos el 7 de mayo de 1943. Son sustituidos por los siguientes:

Sr. D. V irg ilio B la nc o H e rn á n d e z (2). Sr. D. J o s é L a rre Roteta. Sr. D. Felipe A r r u a b a r r e n a A c h ú c a r r o . (1)

Cesan en sus cargos el 22 de mayo de 1945. Son sustituidos por los siguientes:

Sr. D. F ra n c is c o L a r r e ta Erviti. Sr. D. G a b rie l O c h o a de A ld a Fernández. Sr. D. A r s e n i o Sán che z de C a s tro . Se integran el 4 de noviembre los siguientes:

Sr. D. Re gíno S alave rría G uezala . Sr. D. Ignacio G a z te lu m e n d i Z ab a la . (2)

Renuncia al cargo el 15 mayo de 1944. Es sustituido por el

Sr. D. Ramón B a s u r to U rbie ta.

J U A N LO S S A N T O S G A R A Y A L D E , A l c a ld e P re s id e n te . F ranc isco L a rr e ta Erviti. León A r e l l a n o J a n ic e s . A n a t o l i o A lo n s o Díaz. Ramón B a s u rto U rbie ta. J o s é Luis N a go re A lc á z a r. Estanislao Echaveguren A g u ir r e z a b a la . Rafael B erg u a Narro. V íc to r Magaña M ic h e l. G ab rie l O ch o a de A ld a Fernández. Jua n Jo s é Elizondo S alaverría . Sera fín A r b e la iz S a ra s o la . Luis Echeverría Iceta.

13 de o c tu b re de 1951 - 14 de a g o s to de 1956

J O S E I M A Z F E R N A N D E Z , A lc a ld e P re s id e n te . J o a q u ín V illa r Gil, p rim e r te n ie n te alcald e. Ramón M úg ic a Le c uona, s e g u n d o t e n ie n te alcald e. J u a n A lf a r o Itu rria g a , t e r c e r te n ie n te alcald e. Fermín M artínez M e n d ig u r e n . J o s é Luis A r r u a b a r r e n a B e n g o ec h ea. J u a n Bau tis ta Izazoqui Iraola. G r e g o r io A l o n s o S o b r in o . A n a t o l i o A l o n s o Díaz. Jua n Jo s é Y arzá b a l B e rra . Jo s é Luis C a r r e r a Sag astiz á ba l.

Sr. D . J O S E LU IS C A R R E R A S A G A S T I Z A B A L , A lc a ld e sid e n te . Sr. D. J o a qu ín V il la r Gil, p r im e r te n ie n te alcald e. Sr. D. Román Y e ro b i A r a m b u r u (1). Sr. D. J o s é Luis A r r u a b a r r e n a B en g o e c h e a . Sr. D. J u a n B a u tis ta I ra z o q u i Iraola (1). Sr. D. A n a t o ii o A lo n s o Díaz(*). Sr. D. Jua n J o s é Y a rz á ba l B e rr a ( * ). Sr. D. J o s é E che verría Imaz. Sr. D. J a v ie r Echeverría Z a la c a in (1).

D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D.

(*)

Cesan en sus cargos el 3 de febrero de 1952. Son sustituidos por los siguientes:

Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr.

D. D. D. D. D. D.

(1)

La toma de posesión fue presidida por el Gobernador Civil, don Tomás Garicano Goñi. La muerte sorprendió al alcalde en funciones municipales, el 14 de agosto de 1956. Ejerció la alcaldía accidentalm ente el señor Arcauz.

(2)

Cesan en sus cargos el 6 de febrero de 1955. Son sustituidos por los siguientes:

Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr.

D. D. D. D. D. D.

J o s é María A r c a u z A r a m b u r u z a b a la . J o s é U n z u rr u n z a g a O cariz. J u liá n García Elissalt. Luis E c he zarre ta A r b e . J o s é Luis A r r u a b a r r e n a B en go ech ea. L u is García A z u r m e n d i.

F ra n c is c o U rb e Irig o yen . J u a n H e rn á n d e z J u á re z. A n a t o li o A l o n s o Díaz. J u liá n La s a rte O yarzábal. M ig u e l U ra n g a A r z a c . J o s é María M e n d iz á b a l Echeverría.

4 de en ero de 1957 - 29 de a b ril d e 1965 Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr.

D. D. D. D. D. D.

LU IS ECH EVERRIA IC E T A , A lc a ld e P re s id e n t e (1). J o s é María A r c a u z A r a m b u r u z a b a la ( * ) . J o s é U n z u r r u n z a g a O c a r iz ( * ) . F r a n c is c o U rb e lr i g o y e n ( * * ) . J u a n H e r n á n d e z J u á re z ( * * ) . J u liá n G arc ía E lis s a lt( *) .

37


38


Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. S r. Sr.

D. D. D. D. D. D. D.

(*)

Cesan en sus cargos el 2'defebrero de 1958. Son sustituidos por los siguientes:

Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr.

D. D. D. D. D. D.

(**)

Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. (***)

Luis E ch e z a rre ta A r b e ( * ) . A n a t o li o A l o n s o D íez(**). Ju liá n L a s a rte O y a rz á b a l(**). J o s é Luis A r r u a b a r r e n a B e n g o e c h e a ( * ). L u is García A z u r m e n d i. M ig u e l U r a n g a A r z a c . J o sé María M e n d iz á b a l Echeverría.

J o s é U n z u rru n z a g a O c ariz . M ig u e l U rq u iz u A r t o c h a ( * * * ) . M aria n o G üe n e c h e a Z u m a l d e ( * * * ) . V a le n tín Marín S a lc e s ( * * * ) . J o s é Echave S a iz a r ( * * * ) . Regin o S a la ve rría G u e z a la (* * * ) .

Cesan en sus cargos el 15 de febrero de 1961. Son sustituidos por los siguientes:

D. D. D. D. D. D.

Ped ro O te g u i E cen a rro . J o s é María Z a b a la U r ru tia . S e g u n d o Elícegui A r b e la iz . F ra n cisc o U rb ie ta S ie r r a . Ignacio A lb is u M e n d a rte . J o s é María J o r d a n a Sánchez.

c esan en sus cargos el 2 de febrero de 1964. Son sustituidos por los siguientes:

Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr.

D. D. D. D. D. D.

D a n ie l Enciso E guren. J o s é León Echeveste G a z te lu m e n d i. Lu is B u s s e lo B ete ta . Jua n M en dizába l A r r e c h e . A d riá n S alave rría Eche verría. J u a n J o sé Yarzá ba l Berra.

(1)

A sistió a la tom a de posesión del nuevo alcalde el señor G obernador Civil de la Provincia, don José María Pérez del Moral de Zaya.

26 de ab ril d e 1965 - 6 de m a rzo de 1971 Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr.

D. D. D. D. D. D. D. D. D. D.

LUIS B A R I N A G A H E R N A N D E Z , A lc a ld e P re s id e n te . Pedro O te gu i E c e n a rro (*). J o s é María Z a ba la U r ru tia ( * ). D a n ie l Enciso E g u re n (**). J o s é León Echeveste G a z te lu m e n d i(* * ) . S e g u n d o Elícegui A r b e la iz ( * ) . F ra n cisco U rb ie ta S ie rra (*). Luis B u s s e lo B e te ta (* * ). Jua n M e n d iz á b a l A r r e c h e ( * * ) . Ign acio A lb is u M e n d a r te ( * ).

Sr. D. Jo s é María J o r d a n a S án c he z(*). Sr. D. A d r iá n S ala ve rría E cheverría(**). Sr. D. Ju a n J o s é Yarzá ba l B e r r a ( * * ) . (*)

Cesan el 5 de febrero de 1967. El mismo día les sustituyen en los cargos los siguientes:

Sr. Sr. Sr. Sr, Sr. Sr.

D. D. D. D. D. D.

(**)

Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr.

M an ue l E che veste G u b ia . J o s é Luis E che verría Garro. J o s é Lu is Ruiz Royo. Ignacio U s a b ia g a M acicio r. J u a n H e rn á n d e z J uá rez. Jo s é María M artíne z Poza.

Cesan el 7 de febrero de 1971. El mismo día les sustituyen en los cargos los siguientes:

D. D. D. D. D. D.

Isaac O y arzáb al M úg ic a . C a rlo s A r iz c u r e n Z a b a iru . R ic a rd o García Y arz á b a l. M a n u e l M en dizába l U n z u rr u n z a g a . J ua n H e r n á n d e z J u á re z . J o s é María M a rtín e z Poza.

6 de m a rzo d e 1971 Sr. D. R A M O N M U G I C A L E C U O N A , A l c a ld e P r e s i d e n t e (1). Sr. D. Jua n H e rn á n d e z Juá rez, t e n ie n te a lc a ld e . Sr. D. Ignacio U sabia ga M acic io r, t e n ie n te a lc a ld e ( * ) . Sr. D. J o s é Luis Echeverría G arro, t e n ie n te a lc a ld e . Sr. D. R ic ardo G arcía Yarzá ba l, t e n ie n te a lc a ld e ( * ) . Sr. D. M an ue l Echeveste G u b ia . Sr. D. Isaac O yarzáb al M úgic a. Sr. D. C a rlos A r iz c u r e n Z a b a iru . Sr. D. J o s é L u is Ruiz Royo(*). Sr. D. M an ue l M en diz ába l U n z u rru n z a g a (* ). Sr. D. J o s é María M artínez Poza(*). Sra. Dña. Natalia C a sa d o C illa (* * ). Sr. D. J o s é G onzále z B la n c o ( * * ) (*). (*)

Cesan por dimisión e incomparecencia a seis sesiones consecutivas no ju s ti­ ficadas el 6 de abril de 1971. Son sustituidos por una com isión gestora compuesta por:

Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr. Sr.

D. D. D. D. D. D. D.

(**)

J u a n Ignacio S a la v e rr ía C o rta b e rría . J u liá n Y u ste Sánchez. Pedro A r r a s t ia A r r a s t ia . C a rlos Pérez C a rriz o . Jua n L e ic e aga Elizondo. J o s é M endívil B ilbao. Ignacio E rc ib e n g o a Irastorza.

Integrados a la C orporación más tarde, el 7 de abril de 1971.

39


D. LUIS ECHEVERRIA ICETA

D. LUIS B A R IN A G A


BOTICA ZARRA Por Shanti de O A R S O

Este año hace, precisamente, setenta y cinco que mi abuelo vino de farmacéutico a Rentería. La botica del pueblo, entonces la única, se la compró a un tal Rueda, que la tenía en la calle del Medio. No creo que queden muchos renterianos que recuerden aquella botica ni al boticario, pues mi abuelo la trasladó en se­ guida a la calle Viteri, sufriendo desde entonces algunos desplazamientos, pero todos ellos cercanos. Del Rentería de aquellos años— finales de siglo—se ha dicho todo y no se ha dicho nada. Son los años claves

41


en que de rural pasa a ser un pueblo industrial, con todas las consecuencias. H ay quien lam enta que no haya existido, en semejante circunstancia capital, otro Gamón que historiara el salto. Salto, por otro lado, que debieron darlo con gusto y al que cogieron afición los renterianos. Yo me imagino a aquel Rentería como a un pueblo con ya tres o cuatro chimeneas rojas de ladrillo. De aquellas señoras chimeneas que en nuestra infancia vimos escorarse, rajarse y derribarlas. De aquellas chi­ meneas de las que se olvidó papá Freud a la hora de buscar simbolismos fáciles. Y junto a las chimeneas, árboles. Sobre todo plátanos, los t a n añorados plátanos de la antigua Alameda y de la plaza de los Fueros, hoy convertida en bodrio injustificable. Después un tren, un im p o rta n te tren desde cuyas estaciones se despa­ chaban billetes h asta para Bayona. Y junto a todo esto —respirando la carbonilla y disfrutando de atardeceres a la sombra de cualquier guindo— cuatro, diez, cincuenta extranjeros que fueron llegando a R entería, Dios sabe por qué circunstancias. Checos, húngaros, alemanes, franceses, belgas, austríacos. Comerciantes, relojeros, fotógrafos, hombres de empresa, mecánicos, galleteros, cocineros. El nombre de algunos se ha am algam ado ya con la pequeña historia del pueblo. El de otros, sólo sale a relucir en alguna sobremesa nostálgica de las viejas familias renterianas. Algún día—ese día en que se realicen las mil cosas eternam ente aplazadas— debería hacerse el censo de todos ellos y ver el poso que dejaron en un pueblo aún permeable. Las farmacias de entonces tam bién eran distintas. P or de pronto, tenían el m ostrador pequeño y la rebotica amplia. El enfermo iba a por su medicina, precisam ente form ulada para él por el médico y p re p a ra d a —según a rte —por el boticario para su mal. Los efectos sicológicos de tal tipo de medicación tuvieron que c ontrarrestar forzosamente los defectos de una medicina aún empírica en gran parte. El enfermo, m ientras esperaba a que se le prep arara la receta, se enfrentaba a estanterías repletas de botes y frascos con nombres maravillosos, exóticos, ultram arinos, eufónicos: Raíz de jalapa, de Colombo, de ruibarbo; extractos de cáñam o indiano, de cáscara sagrada, de nuez vómica, de Saturno, de condurango, de helecho macho, de hamamelis; hojas de jaborandi, de laurel crezo, de melisa, de coca; jarabe de acónito, de adormidera, de polígala, de yemas de pino; polvo de cantáridas, de cardo santo, de cilantro, de cuasia, de m irra; sal catártica, de Glaubero, de higuera, de Marte; tin tu ra de cúrcuma, de benjuí, de ancusa, de ipecacuana,

42

i

de digital, de valeriana; esencia de lavándula, de clavo, de niauli, de sasafrás... Solía decirse que el boticario debiera ser cojo, para que no se separara ni de la rebotica ni de la farm acopea —su biblia— las veinticuatro horas que entonces duraba su jornada de trabajo. T ra b ajo en el que le a y udaban los mancebos — curiosa palabra sin femenino decente —, de gran predicam ento, por lo general, entre los caseros. Todavía se recuerda la anécdota de aquel al que se le mandó preparar pom ada m ercurial— la más pesada de hacer— diciéndosele que le diera al mortero h asta que oliera a ajos, para indicarle que debería mezclarla d u ran te mucho tiempo. A media tarde, cansado y a , gritó entusiasm ado: «¡Don Zacarías, que ya huele, que ya huele!». «Bueno, pues ahora dale en el otro sentido, hasta que deje de oler». La purga—con el aceite de hígado de bacalao, de ta n g rata memoria en todos—fue la reina de la m edica­ ción de entonces. Quizá así comenzó la autom edicación en esta era tecnológica, pues se purgaba para todo sin consultar a nadie. P a ra describirnos aquellos años, un catedrático solía contarnos que los sábados se bañaba y se purgaba a todos los crios por sistema. La rebotica era otra institución. Reboticas en las que las horas pasaban largas y apacibles, siempre de gran atractivo para médicos y curas. Reboticas en las que se han hecho y deshecho m undos sin ninguna seme­ janza con el original. La de mi abuelo me la imagino con la música de los primeros gramófonos y secretos licores en los que se ponía la honrilla, en invierno. De cerveza en jarra y abanicados veraneantes madrileños, en verano. Todo aquello se ha ido perdiendo. Ya no hay que m a ta r las horas, pues no hay tiempo pa ra charlar en tertulia. Y si lo hubiera, tam poco sabríamos ya hacerlo. Por otro lado, con la aparición de los primeros sueros, la farmacia dio el gran cambio. Después vendrían los salvarsanes, las sulfamidas, los antibióticos, es decir, la industria. Precisam ente a hora— casual casualidad ésta de los aniversarios—hace también veinticinco años que se puso la prim era inyección de penicilina en Rentería. En otro orden de cosas, se crearon los seguros de enfer­ m edad y desaparecieron las igualas, ta n to de médicos como de farmacéuticos. Mi abuelo fue el único boticario de R entería durante muchos años. Al llegar otros al pueblo, a su farmacia se empezó a llam arla «botica zarra». Hoy, después de setenta y cinco años, todavía lo siguen haciendo algunos.


JOSE DE ARTECHE Por BONI OTEG UI

Conocí a José de Arteche, o, m ejor dicho, tu v e la suerte de conocerle hace casi tre in ta años. E n casa de Je sú s Elósegui, amigo com ún al que v isita b a entonces con frecuencia, tu v e ocasión de asistir a una larga sobrem esa, en la que él, Jo x é , hizo el gasto de la charla casi con exclusividad, m ie n ­ tra s por mi p a rte me conv ertía en solo oídos. R e m e m o ra b a hechos, sucesos y h a sta nim iedades del tiem po de «la gue­ rra » , y yo, como cualquiera entonces, que h ab ía oído a t a n t a gente h a b la r de «sus batallas», a nadie había escuchado c o n ta r las suyas con ta n t a propiedad, ra z o n a r con t a n t a ponderación sobre lo que ocurrió y, sobre todo, decirlo con aquellas p a la b ra s que llevaban consigo el inconfundible sello de la sinceridad. Así lo creí entonces y en esto no me equ iv oqu é, ya que A rteche dijo siempre verdades, dijo lo que creía y dijo ad e m á s por qué lo creía. T a m b ién aprecié desde aquel mismo día que, de cu a n to decía, más que el propio relato Valían las consideraciones a que él mismo le conducía, y las pro fu nd as reflexiones a que le inducían los hechos. Po rq u e p ara A rteche, las cosas no ocurrían sólo porque tenía que ser así. P a r a él los hechos, las p ala b ra s y c u a n to acontece, respondían a una causa o

a lb e rg a ba n u na consecuencia y en casi todo p resentía algo tra sc e n d e n te, algo que habki que averiguar, algo sobre lo que era necesario reflexionar. Sobre esta mi p a r tic u la r ap re c ia ­ ción, los que le conocieron creo po d rá n d a rm e la razón, y quizá, al igual que yo, como m ejor se lo im aginen es en aquella su a c titu d de seria y enorm e concentración. R e ­ flexionando. Oírle r e la ta r aquel a m an ecer en Sebigain, cuando, al cabo de varias noches de sucederse sin tre g u a c o n tr a a ta q u e sobre a ta q u e , vio al re q u eté y al gud ari enredado s en m ortal abrazo y casi e n trelazad os el « de te nte» del uno con el ro ­ sario del otro, como e s ta b a n sus fusiles, supuso p a ra mí u n a n u e v a forma de p ensar sobre aquella guerra que, sin vivirla en las trincheras, los chicos de entonces la vivim os ín te g r a ­ m ente, sorbiendo con avidez las noticias de b a ta lla s y peleas, de a ta q u e s y retira d a s, llevando «al dedillo» todo lo que ocurría en los frentes de c o m b a te y con la ilusión de ser m ay ores p a ra p oder e star allí. «H e escrito un libro sobre tod o esto, — nos dijo— , sobre esto y lo que supone. E n él im pera la im presión que recibió mi ánim o ante aquella visión de Sebigain y la reflexión que me inspiró de que la guerra civil es la bancarrota de la ca­ ridad». E s ta sentencia oída de sus labios y en aquella época, ta m b ié n influyó en mí. Las cosas que decía A rtech e influían, cala b a n en los dem ás. T enían el don de hacernos p e r m e a ­ bles, la firmeza de su exposición y el tono de propio c o n v en ­ cim iento con que las decía, fru to de las laboriosas d elibera­ ciones consigo mismo.

43


Y ta n to o m ás o cu rría cu an d o escribía. Siem pre lo hacía con cu id ad o y ta c h a d o m ucho. Sus c u a rtilla s era n al final com p arab les a la o b ra de u n orfebre, p o r lo re p e tid a m e n te lim ad as y p u lid as, h a s ta conseguir p la sm a r en ellas con plena clarid a d lo que q u ería decir y hacerlo con su elegante, recio y personalísim o estilo literario . Sé que a u n escrito r m u y conocido h o y , cu an d o en sus com ienzos fue a v isita rle , le aseguró: «No lo d u d e , el a rte de escribir es el a rte de ta c h a r» , consejo que, p o r o tra p a rte , no creo que éste ha u tilizado dem asiad o . A rtech e escribió d u ra n te to d a su v id a, y lo hizo con u n a lib e ra lid a d que no suele ser n o rm a l e n tre los profesionales. Q uien viv e de su oficio es n a tu r a l que cobre p o r ejercerlo, y de ello quienes nos en cargam os de re v ista s com o OA RSO sabem os b a s ta n te . E n él, sin em bargo, esto no co n ta b a . Se co m p ro m etía «de to d a s, to d as» con las publicaciones regionales y ¡a c u á n ta s de ellas su firm a les dio c a rá c ter e im p o rta n c ia ! No sab ía decir que no a estas cosas, p o rq u e tira b a n de él con la m ism a fu erza, ta n to las to c a n te s a su A zpeitia n a ta l, o riu n d ez que ta n a gala tu v o , como las de c u alq u ie r o tro pueblo de n u e stra p ro v in cia. E n este orden creo que la de G U IPU Z C O A N O es la calificación que m ejor le cu a d ra . Con no so tro s no falló n u n c a . T odos los años en que O A RSO ha llegado a oír u n nuev o « C entenario», llevaba d e n tro de la tin ta que es su san g re, la firm a de A rteche. E l p a sa d o año, p a ra él su u ltim o año, seriam en te «tocado» y a y cu an d o , p o r m a n d a to expreso de quienes c u id a b a n su sa lu d , te n ía p ro h ib id a to d a a c tiv id a d , p o r teléfono y a h u rta d illa s nos decía de su p reocupación p o r no p o der ofre­ cernos u n n u evo original. Y es que el escribir fue su vida. E l escrib ir p a ra los dem ás y com u n icarn o s lo que se n tía, lo que a m a b a y lo que creía h a s ta «vaciarse», o «desnudarse» a n te to d o s, pecado del que con certeza crítica le «acusaba» su hijo el fraile, en el prólogo de su «C anto a M arichu». E n m i concep to , esta su form a de ex p resarse, esta ab ie rta m a n e ra de decir, obedecía, en prin cip io , a su n a tu ra l y cu l­ tiv a d a h o n rad ez, pero creo que ta m b ié n se co rresponde, con la seria y form al a c titu d que ad o p tó a n te los tra sce n d en tales m o m en to s que tu v o que v iv ir d u ra n te los aciagos tiem pos de «la g u erra». No sé si me equivoco con alguno, y si es así por a n ticip ad o le ruego m e p erd o n e, pero he v isto que al h a b la r de A rtech e, después de que h a m u erto , los am igos que le h an dedicado artícu lo s y epitafio s h a n ido trilla n d o sobre la m ism a era, re p itie n d o y sucediéndose en los m ism os calificativos de b ueno , h o n ra d o , gran am igo, etc. Con ser v e rd a d , y au n q u e se h a y a n escrito siem pre con m ay ú scu la, me lia parecido esto u n poco co rto y h a sta un ta n to fácil, p o rq u e fácil me p arece, p a ra quien le conoció, ap lic a r tales ap elativ o s al resp etu o so h erm an o de «m i v en erab le h erm an o m ay o r Ig n acio de L oyola», y al cristia n o con agallas como p a ra

44

escribir de la v id a de Cristo diciéndole desde la p rim e ra p ág in a YO SI C R E O . No p arece difícil decir esto de él y m ás sabiendo que lo que d eja b a escrito lo cum p liría d u ra n te to d a cu v id a, p ra ctic án d o lo a diario. Creo que h ay u n aspecto en A rtech e que no se h a c itad o y que, sin em b arg o , re p re se n ta algo así com o u n a im p ro n ta m arc a d a en su vid a desde 1936, algo que re su lta insoslayable p a ra quien quiera ju zg a rle o n a d a m ás que conocerle. Al que p a ra entonces, a n tes de que em p ezara la g u erra , fue elegido m iem bro del G ipuzko B u ru B a tz a r, cu ando é sta llegó, se le pid iero n dem ostraciones de v a le n tía y de h e ro icid ad . V alen ­ tía y h eroicidad que la gente conoce por el concepto m edieval que a estos térm in o s im p rim ía n n u estro s m aestro s de escuela: al estilo de G u zm án el B ueno, y que alc an zan su n o to rie d ad por un hecho heroico. M uy heroico, pero uno solo. E sto no lo hizo entonces A rtech e, y com o no lo hizo, tu v o que lle v ar ese peso sobre sí. A u nque e n co n tró m a n era p a ra carg ar a iro sa m e n te con ta l la stre . A irosa y h ero icam en te. Con esa v a le n tía que p o r ser c o tid ian a no lo parece, y m enos cuando p o r arm as se em plean p lu m a y papel. Q uizá considere alguien que el escribir d u ra n te m ás de cinco lu stro s con el p ro p ó sito de resucitar a sus p a isa n o s a la conciencia del sen tirse lo que son por n a c im ie n to , tra d ic ió n y lenguaje, no supone g ran cosa, o quizá que no p asa de ser consecuencia del oficio de escrito r que eligió, pero p a ra m í— y no dudo que p a ra otros m uchos ta m b ié n — , lo que A rteche hizo con su plum a com ­ pensa con creces, con m uchas creces, a lo que p u d ie ra h a b er conseguido a p u n ta de lanza o a tiro lim pio. La m ás clara im presión de que los días de su v id a q u e ­ d aro n m arcados desde aquellos de 1936, la tu v e cuando recién pub licad o su libro ta n to s años in éd ito , le oí decirm e: «O tegui, p a ra m í ah o ra se ha acab ad o la g u erra» , p ala b ras que no era n sólo eso, sino la re alid ad que e m a n a b a su sem ­ b la n te , m ás sereno que n u n ca , m ás tra n q u ilo . C uando ah o ra me lo rep resen to , no puedo a p a r ta r de m i m en te aquel m o m en to que y a in tu í como u n a prem onición. L a rea lid ad es que poco m ás vivió. Como si se le a p ag asen los h álito s después de que «Sus M uertos» salieron a la luz. Su corazón, ta n ta carga com o tu v o que so p o rta r, no pudo un día re sisitr el em peño de su dueño de a u m e n ta r su c ap acid ad . T a n ta em oción le rindió. E l d a r c u e n ta de los « ta le n to s» que.recibió creo que a Jo x é 110 le h a b rá su p u esto d ificu ltad , p o rq u e «dale que dale» él iba a lo suyo, iba siem ­ pre a fa vo r del p ró jim o . E n cu alq u ier cosa, p o rq u e el a y u d a r era co n su b stan c ial con su perso n a. Como el día en que desde el tro le b ú s le vi cargado a la esp ald a con un cesto de ropas con el que 110 p o dían una m o n ja y la n iñ a que la a c o m p añ a b a. E llas le seguían, e x tra ñ a d ísim a s, com o si no se lo creyesen, y a los que le conocíam os, al verle así, nos surgió la sonrisa y pensam os... « O tra de las suyas».


IKASTOLA DE RENTERIA 1972

U N RETO NUESTRO PUEBLO Por M I K E L

AURTENGO IK A S T A R O A BU KATZEAR O KO AN , GURE IKASTO LA'REN KAN P A M E N TU A . Foto R. Múgica

A ño tra s año esta R e v ista ha sido, e n tre o tro s, un m edio a tra v é s del cual hem os ido in fo rm an d o al pueblo de la m a r­ cha de la Ik a sto la . U n c e n tro de enseñ an za ta n p ecu liar com o es éste, en el que deb en cum plirse tres prem isas indispensables, es decir, • u n a b u e n a en señ an za de la lengua v asca, • u n alto nivel e d u c a tiv o de la lengua oficial, • u n a s cu o tas lo m ás red u cid as posible, fo rzo sam en te tien e que v iv ir inm erso en u na co n sta n te sucesión de p ro b lem as. P a ra cu m p lir las dos p rim eras prem isas era *preciso c o n ta r con un p rofesorado eficaz. E ste o b jetiv o se ha cu m ­ plido a e n te ra satisfacció n , d ad o que a c tu a lm e n te se dispone de un equipo d o cen te c o m p e te n te y de ab so lu ta dedicación y confianza. L a te rc e ra p rem isa, de ab so lu ta im plicación económ ica, h a ido resolviéndose gracias a la b u e n a v o lu n ta d y eficaz ay u d a de los socios con la a p o rta c ió n de sus cu o tas y tra b a jo , y a la de las d is tin ta s en tid a d e s de n u e stro pueblo, A y u n ta ­ m ien to , C ajas de A horros y L ab o ral, e tc ., y a la D ip u tació n .

P ero ta n to los socios com o los p ad res, a n te la a v a lan c h a de solicitudes de ingreso de n uevo alu m n ad o y, por ta n to , el rechazo a n u a l de u n gran núm ero de solicitan tes, deseaban se a u m e n ta ra el nú m ero de alum nos a in g resar cada año. E ste deseo re p re se n ta b a u n a enorm e carga p a ra la Ik asto la , pues cad a alum no de nuevo ingreso a u m e n ta el déficit eco­ nóm ico y crea adem ás u n problem a de espacio. P ero, este deseo de socios y pad res era asim ism o u n a herm o sa ob lig a­ ción. E ra , pues, de to d o p u n to necesario a ten d e rlo . F o rzo sam en te, se llega a n u e stra a ctu a l situ ac ió n , es decir: Pese a d isponer de unos locales nuevos y am plios éstos h an q u edado desb o rd ad o s; a d u ras penas p u ed en resol­ v er el problem a de espacio p a ra el próxim o curso. ¿ Qué solución q u e d a, pues, en R e n te ría ? C o n ta r con la a d q u isició n de m ás espacio en el c en tro de la población es im posible, pues, a u n q u e c o n tá ram o s con el m ism o, la Ley, m uy exigente en las condiciones que debe re u n ir cad a escuela, n a tu ra lm e n te , no to lera n u ev as escuelas que no re ú n a n u n a serie de condiciones. Así, pues, se p la n ­ te a el p roblem a de en fren tarse con la necesidad de p rev er

45


u n a n u e v a Ik a s to la am p lia, cap az y que cu m p la con lo que la L ey exige. Siendo esto sólo posible en las afu eras de R e n te ría , las gestiones de D ire c tiv a y la b u e n a v o lu n ta d de u n a m a n te del eu sk era h a n hecho posible d isp o n er de un te rre n o ideal (perten ecid o s del caserío A ñ a b ita rte ) a u n precio te rrib le ­ m e n te bajo . L a posesión de este te rre n o d a a Ik a s to la la posibilidad de reso lv er p a ra m uchos años su p ro b le m a de espacio. R esu elto , p u es, éste, se p la n te a el siguiente: • E s preciso llen ar este te rre n o con A U L A S, E D I F I ­ CIO S, CAM POS D E R E C R E O Y D E P O R T E S , etc. E l éx ito de Ik a s to la h a em p u jad o a esta in e v itab le o bra y es a h o ra cu an d o se p la n te a el p ro b lem a de hacer n u e stra Ik a s to la d u ra d e ra y en consecuencia sus o b jetiv o s, es decir, es a h o ra cu an d o de cara al fu tu ro podem os resolver en R e n te ría la p erv iv en cia del eu sk era e n c u a d ra d a adem ás en u n m arco a u té n tic a m e n te e d u c a tiv o . E S T E ES, P U E S , E L R E T O . Som os n o so tro s, n u e stra g eneración, qu ien debe rea liza r e sta o b ra a n u e stra s ex pensas. E s posible que, re su elta p o r p a rte del E sta d o y con éxito la tre m e n d a reno v ació n del sistem a ed u c a tiv o que h a iniciado, p u e d a beneficiar a la in ic ia tiv a p riv a d a co lab o ran d o en la g ra tu id a d de la ense­ ñ a n z a , pero , en ta n to llega esto, somos n osotros, es decir, to d a la co m u n id ad resp o n sab le de la im p o rta n c ia de conser­ v a r n u e stro eu sk era, quienes debem os e n fre n ta rn o s y a c e p ta r el re to . Q ue cad a cual se responsabilice E N LA M E ­ D ID A D E SUS P O S IB IL ID A D E S (aclarem os m al e n te n d i­ dos: a n ad ie se v a a p e d ir que se en fren te con obligaciondf* que su situ ació n económ ica no le p e rm ita ). Y a nivel p erso n al, p lan teém o n o s p re v ia m e n te a n u e stra decisión la sig u ien te p re g u n ta : • ¿M E R E C E V IV IR LA IK A S T O L A ? ¿C U M PL E U N A F U N C IO N Q U E M E R E Z C A LA P E N A C O N SE R V A R Y D E S A R R O L L A R CON N U E S T R O S A C R IF IC IO ? Y que con sin c e rid a d , o b te n id a cad a uno su re sp u e sta , re s­ p o n d a a ésta con in te g rid a d . Mi m ás ferv ien te desea de q u e así sea.

DEI BAT GUBE HERRIARI

,• MIKEL

A ld izk ari h o n e ta n , u rte rò egin olii d u g u n bezela, a u rte n ere gure Ik a s to la re n b erri em an n a h i dizuegu. B a d ira p u n tu b a tz u e k , guk d a ra m a k ig u n ek in tza h o n e­ ta n , n a h i ta n a h i ez, b ete b e h a r d ira n a k . B a ta , E u sk e ra b e h a r bezela e ra k u tsi. B ig a rre n , E rd e ra b este edozein esk o letan bezela ikasta ra z i. A zkenik, um een o rd a in d u b e h a rra k ah al d ira n ttik ie n a k izan ditezela. Z er esan ik ez dago, h e lb u ru a h u e k b e te n a h i b a d itu g u , gure ara z o a k g ure e k in tz a re n gisan h a n d ia k izan b e h a r d u te la . A ita tu d itu g u n lehengo bi p u n tu a k b e te tz e k o , b eh arrezkoa d u g u Ira k a sle iaio ta ja k in ts u a k euki. P u n tu h au , o rain a rte a n b e in tz a t e ra b a t iritx i d ugu. G ure Ik a sto la n d a u d e n a k , ja k in tz a z ain a espiriti! ta gogoz b e te b e te a n bere la n a ri osorik e m a n a k d au d elak o . H iru g a rre n p u n tu a n o la b a it e ra b a k i d u g u gure sozio ta b ere la n a re n bidez. H o n e ta z g ain era, Ile rrik o ze in b a it

46

E n tid a d e , U d a le tx e , A urrezki K u tx a k , L an k id een A u rresk i E tx e e ta a b a r... A h a z tu gäbe ipini dezagun D ip u tazio a k esk ein tzen dig u n a ere. D ena dela, guraso ta sozioak, e ra b a t g a in e z k a tu a k ikusi d ira Ik a sto la ra sartz ek o u rte rò u rte rò egiten d ira n eskabide u g a ria k ik u sita . E ta era b erean , z en b a iteri ta zen b aiteri, ezezk oa esan b e h a rra iritx i d a n e an , H o rreg aitik , u rte tik u rte rà gero ta um e gehiago h a rtz e a e ra b a k i zen. N oia ordea ? G o g o ratu b e h a r b a ita , g u re g an atzen den um e b ak o itz ek o «defizit» eta d iru zorra h a n d itu egiten dela. E ta lek u ald e tik ere, n u n s a rtu ? U ne h o n e ta n , b a d iru d i a ra zo aren sa k o n ta su n b e ra k a g in d u ta , gu g u z tio n e k in tza in d a rtu egin dela ta gure la n a re n z a b a lta su n e ta e d e rta su n guziaz b u r u tu gerala. A razo g aitz eta zailak izan a rren , n o la b a it e ra b a k i b e h a r ziren. B eraz, b id e-g u ru tze b a te a n a rk itu gera. G ure lo k alak eder ta u g aria k d ira. B ain a, guziak u ts a d ira gure u m eak sartzek o . Itsa so p e a n ire n tsita g e ra tu den u g a rte a bezela g e rä tse n d ira. E ta , o zta-o zta, d a to rre n u rte ra k o izango d iran esk ab id eak o n artzek o aina lek u g e ra tz e n zaigu. Z er soluzio em an , b eraz, gure arazo g a rra n tz itsu e ri ? A lper la n a izango litzak e, h e rria re n e rd ian lokal gehiago h a rtz e a . A re ta gehiago, oraingo Ira k a sk in tz a k o Lege b e rri zo rro tzak a g in tz e n d itu n zer-nola g u z tiak e rab ak itzeko. B eraz, e s k u ra tu n a h i d u g u n Ik a sto la k gure u m eak m erezi d u te n ain a k o a ta Lege B e rria k ag in tzen d itu n b a ld in tz a g u z tia k b ete k o d itu a n a izan b eh ark o luke. E sa n a k esan, Ik a sto la k o B atz o rd e a h e rri m u ltz o tik k a n p o ra d a u d e n lur eder b a tz u e ta ra begira ja r r i zan. Beronen ja b e a k , euskalzale fina iza n ik , azken ean izan zitezk ean sa ln eu rri onenean sald u zun. L u r h a u e k A n a b ita rte k o baserria re n a k d ira. L u r h a u bide dela, E rre n d e rik o Ik a sto la k e ra b a k i ditzazke, b este z e n b ait u r te e ta n so rtu dezaizkioken arazo g u ztiak . H o ri honela d elarik , ta aria ri ja rr a itu z , b e h a r b eh a rrezk o a dugu, gure lu r b erria, Ik a sto la zabal, jo las leku, D eporteto k i ta b este g u z tietaz ja z te a . E ta o rain a rte a n gure Ik a s to la k eram an d u n je u p a d a gerora begira ek in tza ira u n k o r b a t izan dedin, g u ztio k erealita te a eg itera u ste k a b e a n b e h a rtu gera. In o ri etzaio b u ru tik ah a z te n , Ik a sto la h onen gero h o rri lo tu a dagola, gure E rre n ­ deriko E u sk e raren geroa. E ta E u sk e rare n eto rk iz u n hori, ja k in tz a m aillan ja rr ia ez b a d a ez d a posible b este m odueta r a E u sk era sa lb atze a. E ta , h e rrita rro k , H A U X E D A G U R E D E IA . G u gera, gau rk o egunez, E rre n d e rik o lu rra re n g ainean bizi geranok, ez gerokoak, lan b id e h au egin b e h a r dugu n o k . E ta gure poltsikoko d iru tik g ainera. B ad ira b id eak , E s ta d u a k eskeintzen d itu n a k , naiz ira k a sk in tz a o rd a in d u gabekoa ta o rta ra k o b e h a r d ira n gelak a ltx a tz e k o b e h a r d an d iru a b e reg aitik artzek o m odua. H o ri eto rtz e n b a ld in b a d a , b e tö r. E ta ongi e to rria. G uk gure ahalegin g u z tia k egingo d itu g u . B ain a bein b ita rte a n , gu gera, G U , gau rk o bizilagunok, lan a rd a tz a ri eldu eta ekin b e h a r diogunok. Asko d a egin n a h i d e g u n a. H e rri b a t, E rre n d e ri eu sk ald u n b a t egin n a h i dugu, ta h o ri ez da edozer gauza! B eraz, n o rb e ra k , bere b a rru a k e tà bere d iru -b id ea k egintzen dion n c u rria n lag u n d u beza. E ta , n o rb a it b ildurtu ta balego, ezin dezak en la g u n tz a e sk a tu k o zaiolako, bego lasai, inori etzaio e sk atu k o ezin d ezak e an ik e ta . E ta , azkenik, g a ld era tx o b a t, denok egin b e h a r d u g u n a : • M E R E Z I A L D U IK A S T O L A R I L A G U N T Z E A ? M E R E Z I O T E D U IK A S T O L A K B E T E T Z E N E D O B E T E D E Z A K E A N E K IN T Z A H O R R E K G U R E S A K R IF IZ IO A ? G ald era honi e ra n tz u n d a , b a k o itz a k , b u r u tu beza bere e ra n tz u k iz u n a, b a rru a k ag in tzen dion n e u rria n . E ta zer gehiago ? - N ere gogorik h a u n d ie n a , au x e izango litz ak e la , alegia.


RECUERDO

R. MUGICA

Un momento de la misa celebrada al pie de la cruz que recuerda la trágica explosión, cuyas consecuencias aún están vivas en la memoria de muchas fam ilias renterianas.

Cruz y lápida conmemorativas instaladas en Jaizkibel, en e l lugar donde el pasado día 1 de abril tuvo lugar el desgraciado accidente que costó la vida a dos muchachos renterianos.

E ra una m añana apacible. La gente bajaba silenciosa entre el pino y el abrojo de Jaizkibel, impregnando de color los torrentes y las laderas. B ajaba silenciosa y preocupada, pero, con ese a n d a r sereno del que va a algo im portante, consciente de sil misión, con esa seguridad característica que impregna la solidaridad a las masas. En el lento cam inar y en el descenso se adivinaban la m archa del m ontañero avezado y la del paciente pescador. C ontrastaban un poco con los pasos inciertos e inseguros de imis de un niño y alguna joven. Todos acudían a una cita, a una cita de amor, que habían sus­ citado en complejo m aridaje la m o n ta ñ a y el mar. Fue un acto sencillo. Un m inuto de silencio largo y hondo como las heridas laceradas y profundas de las rocas que hacían de altar. E n tre el cielo y el m ar azul, que parecía querer contenerse y respetar el gran silencio, se oyó una voz recia, algo desgarrada, que, como queriendo imprimir la serenidad en las almas, como el Maestro en el Sermón de la M ontaña empezó: «Bienaventurados los que lloran...». Y al bendecir con su Presencia aquella comunidad, la Hostia Blanca recibió la ofrenda y el acatam iento de los niños, de los jóvenes, de los padres y de las madres enlutadas, de la m ontaña, del cielo y del mar. Luego, como movida por un afán, volvió a sonar la voz de todos en la oración común. Era como una clamor de fe que brotaba del alma vascongada: «Egin bedi zure naia... Hágase Tu voluntad...». Los brazos de una cruz sobre la desnuda roca, p a ­ recían querer prolongar sus sombras sobre las olas. Estas, en su ir y venir querían com pletar y devolver la paz con su bienaventuranza eterna. «Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados».

47


RENTERIA DEPORTIVA Por RAFAEL BANDRES

No podemos decir que es muy boyante la situación deportiva actual en nuestra villa si la comparamos con la de épocas anteriores, cuando Rentería contaba con algo más que una cuarta parte del censo actual de población, destacando en el mundo deportivo con muy buenos pelotaris, con excelentes boxeadores y con varios equipos de fútbol, a cual mejor, como el Rapid F. C., el C. D. Touring y el Euskalduna. La verdad, la triste realidad, es que tam poco hemos progresado en lo referente a instalaciones deportivas. Quizá éste sea el motivo por el cual nuestra villa atra­ viesa esa falta de figuras deportivas. Tengamos en cuenta que el viejo frontón municipal, hoy en pésimas condiciones para la práctica de la pelota, y el campo de Larzábal, son las mism as instalaciones con que contaba Rentería hace muchos años para la práctica de los deportes. ¿De quién es la culpa de encontrar­ nos en esta situ ación ? No es el m o m ento—no lo creemos o portuno— señalar culpables. Todos como renterianos tenemos nuestra pequeña culpa. Unos como corporativos mu­ nicipales, otros como componentes de sociedades deportivas y, en fin, el pueblo en general. El alcalde anterior, don Luis María Barinaga, seña­ laba con gran ilusión la zona de «La Fandería» como

48

lugar idóneo p a ra la construcción de un gran complejo deportivo, y en el ánimo del actual alcalde, don Ramón Múgica, existe esa misma preocupación, que creemos quedará de momento un poco frenada, hasta la rea­ lización del tan deseado Plan General Urbanístico de la villa, en el cual quedarán señaladas las zonas deportivas. Entonces será el momento oportuno de luchar por conseguir las subvenciones necesarias para tratar de co nstru ir en Rentería todo lo necesario para una mejor práctica de todos los deportes, sin olvidar el atletism o y la pelota. De momento, existe ya proyectado el levantar un hermoso frontón cubierto en los terrenos de la desa­ parecida fábrica de «Galletas Olibet». A u n q u e se tar­ den unos años en comenzar la obra, será una hermosa realidad, aproxim ándose su coste a los 42 millones de pesetas. Después de lo que acabamos de comentar, quere­ mos dar a conocer, a grandes rasgos, los deportes que actualmente se practican en la villa y las entidades deportivas que existen en la misma.

FU TB O L.

El C. D. Touring, situado en Primera Regional, no ha efectuado una mala temporada, ya que ha llegado a clasificarse para jugar el ascenso a Tercera División, perdiendo tal oportunidad en su primer enfrentamiento con el Arechavaleta. En la Copa de Guipúzcoa—que se disputa en los momentos de escribir este comentario—le ha correspondido jugar la semifinal contra su eterno rival: el C. D. Pasa­ jes. Pero vamos a dejarnos de hacer historia de la pasada temporada, porque necesitaríamos para ello toda la revista. Nuestro objetivo es presentar los


clubs y las actividades existentes actualmente en nuestra villa, por lo que continuam os. En Segunda Regional tenemos al C. D. Galzaraborda y al Rentería C. D. En la categoría de juveniles, dentro del Campeonato de Guipúzcoa, al C. D. T ouring, Diablos Rojos y Unión Txiki. Son cuatro los equipos renterianos que han parti­ cipado en el Campeonato Vasco-N avarro: el Niessen, que también participó en la categoría seniors en la playa de Zarauz; el Bukagait de Castaño; el Bar Goyerri, que también actuó en la playa, y el Bar California. En los campeonatos playeros, además del Niessen y el Goyerri, como hemos reseñado, han participado los equipos del T ouring, B.° Castaño, Confecciones Lina y Camping-Gros. En el campeonato inter-bares intervenían c uadri­ llas de los bares La Rosa, Kiosko y Goyerri. Este año no ha tenido lugar. A l menos, esa es la información que tenemos.

B A L O N M A N O . En la categoría de Segunda Regional tenemos al Paisa y al Ereintza, y en el Cam­ peonato de Guipúzcoa de alevines contamos con la presencia del Corazonista de Rentería. En la única categoría existente para el Campeonato Femenino, tenemos al equipo del C. D. Touring. A T L E T IS M O . Existe todavía el Club A tlé tic o Rentería, que, aunque inactivo por el momento, está dispuesto a continuar desarrollando este puro deporte en su improvisada pista, tras el colegio de las Hijas de la Cruz, junto al río Oyarzun, siempre que haya atletas que se pongan a su disposición. Los interesados pueden ponerse en contacto con su actual presidente, Imanol Olascoaga, el cual, con cierta ironía, nos suele recalcar que disponen de cierta cantidad de dinero, pero que no hay jóvenes dispuestos a practicar el más puro deporte, como es el del atletismo. A lg o in s ó ­ lito, cuando en la generalidad de los clubs sucede lo contrario.

BOXEO. Hablando de boxeo, siempre recor­ daremos el antiguo Boxing Club, de la calle Viten, del cual salieron buenas figuras, entre las que destaca­ mos—porque él destacó—al gran Paco Bueno. Tras varios intentos de otros gim nasios de resucitar este duro deporte del boxeo en Rentería, hoy contamos con el de Francisco Garnateo, de San Sebastián, más conocido con el nombre de «Yanci», y que tiene por ayudante al también donostiarra Bujanda. No cuentan con un local adecuado, pero tienen fe en conseguir uno, según promesa del actual alcalde señor Múgica. No obstante el ambiente in cóm odo en el que vienen realizando sus entrenamientos, cuentan con 17 buenos aficionados, habiendo actuado ya en algunos rings de la provincia. Entre ellos destaca Redondo, actual cam­ peón de Guipúzcoa en la categoría de pesos ligeros, el ex campeón Fernández I y esa gran promesa que es el renteriano Martín Erasun, campeón de Guipúzcoa de los pesos medios aficionados, al cual vimos últimamente en el frontón municipal ganar limpiamente por k. o., en el tercer asalto, a lo gran campeón. REMO. Nuevamente vuelve a tom ar vigor este deporte en nuestra villa, esta vez de la mano del co n s­ tru cto r Celestino Oyarzábal, el cual está preparando a un grupo de jóvenes para defender los colores ren­ terianos en las próximas regatas de traineras de la Concha. Participará con el nombre de Beraun de Rentería. G R U P O DE M O N T A Ñ A U R D A B U R U . Dentro de las actividades deportivas que se realizan en el seno de esta gran sociedad está la de escalada, esquí, excursiones, marchas y montaña. El nombre de sus esquiadores, sobre todo en la especialidad de fondo, ha sonado muy fuerte en todas cuantas com peticiones han participado.

C IC L IS M O . Rentería tiene una gran solera c ic lis ­ ta. Pero no vamos a referirnos a los ciclistas renteria­ nos que andan rodando por nuestras carreteras en diversas competiciones, porque éste no es nuestro objetivo.

C A Z A Y P E SC A . La Sociedad de Caza y Pesca Txepetxa también organiza com peticiones de tiro de pichón y al plato, aunque este año, un poco so rpren­ didos, no hemos visto ninguna tirada organizada por esta sociedad en el Calendario Provincial de la Federa­ ción Guipuzcoana de Tiro. Sus asociados participan en cacerías y batidas, habiendo cobrado hermosos ejem­ plares de la especie del jabalí.

En este deporte del pedal, la última sociedad dedicada a este fin, el Club Ciclista Rentería, celebró una reunión el pasado día 3 de junio para tratar de disoverla definitivamente. Esto constituye una triste y penosa liquidación motivada por la falta de activi­ dades ciclistas.

M IN I-B A S Q U E T . En esta especialidad del minibasquet está realizando una gran labor el profesorado de los distintos centros nacionales de nuestra villa, organizando anualmente un campeonato local interescolar.

49


AJEDREZ. Existían anteriormente en nuestra villa algunas peñas dedicadas al ajedrez, las cuales han ido desapareciendo, y podemos decir que la única que exis­ te en la actualidad es la de la A s o ciació n de Fomento Cultural, que cuenta con unos 15 socios ajedrecistas. Celebran torneos anuales con otros grupos de la pro­ vincia y el Torneo Comarcal Individual de Ajedrez, ha­ biéndolo hecho este año en su cuarta edición.

Esta es a grandes rasgos la actual realidad depor­ tiva renteriana, que sobrevive a pesar de la falta de instalaciones adecuadas, como hemos señalado al comienzo de estas líneas.

50

Efectivamente, a nuestro modesto criterio, las acti­ vidades están diseminadas, cargando cada una de ellas con sus problemas. Por ejemplo, debido a la falta de campos de entrenamiento, hay equipos que lo hacen en terrenos antes dedicados a huerta, en zona de gran desnivel y pagando. Creemos, en fin, que debería unirse un poco más toda esa fam ilia deportiva, con el fin de salvar este mal momento, para crear una mayor fuerza y responsabi­ lidad deportivas, si queremos que el nombre de Rente­ ría ocupe el lugar que debería ocupar. Sin olvidar de recordar, a quienes haya que hacerlo, que Rentería existe y que no se olviden de construir lo que nos es tan necesario.


«JA U T A R K O L », gure oleskari ospetsuak idatzitako bertso bateri Itz-aurrea.

Berriro, «OARSO», gure errebistak, gogò oncz jasotzen du J A U R E G I ’ta r K O L D O B IK A ’ren lan bat. Bere atzen denboretako olerkia deg ù ,—gure ustez 1964’goa— . Ain goxoa, ain xam urra... Ezin alde ba te ra utzi. Gure «OARSOK’» ezin baidu aztu bere alde ainbeste lan egin zuan lagun ospetsua.

A IN G E R U T X O A K Esan, amatxo: zer da aingerua? N u n daude aingerutxoak?... Galdetzen dio alargunari Besotan daukan aurtxoak. M alko gozoaz estali dira Am aren begi urdinak, Bere biotzan esnatu dira Oroipen m aiie-sam inak. Besarkatzen du bere aurtxoa Estu-estu biotzean, T ’erantzun dio m usu bero bat Luzaro eman-ostean. Aingeruixoa zer dan diozu? E netxu, ori galdera! Aingeruixoa, ene kutuna, aingeruixoa... zu zer a. Ja u re g i’ta r Koldobika.

51


PRIMER PREMIO DE FO TOGRAFIA. PABLO ORDOÑEZ

es sabido que sólo pocos, m uy pocos, de los que se pre­ sentan v a n a ser premiados. Pero el hecho de presentarse es ya un premio que se otorga uno a sí mismo, pues ello indica que uno está Sí, en los ambientes familiares, ellos, muchachos y dispuesto a medirse consigo mismo y con los demás. m uchachas, fueron personajes destacados. Sus nombres Y vamos ya con la noticia. Los concursos a los que brillaron, ya que en los campos de la literatura, de la nos referimos son: concurso de Belenes, concurso de fotografía y de las artes plásticas supieron a p o rta r su Cuentos, concurso de Felicitaciones y concurso Fotográ­ talento y su bien hacer, supieron dem ostrar su capacidad fico. de estudio y de creación. Nos referiremos en principio al concurso Fotográfico, Ellos son los que pertenecen a la generación más ya que éste se realizó en junio del año pasado. El de este joven de la localidad, los que, por el m omento, se están año, aunque ya se ha realizado cuando este artículo se dedicando, en los diversos centros de enseñanza del publica, lo mencionaremos— habrá sido ya notificado pueblo, a la tare a más im p o rta n te a que el hom bre puede por otros medios inform ativos— , en otra ocasión, ya dedicarse: a la tare a de la propia instrucción, a la tarea que por imperativos de edición estas líneas han sido del aprendizaje y del estudio. Ellos están dedicados, con escritas unos días antes de realizarse el concurso de intención preferente, están comprom etidos consigo este año. mismos, a la labor más noble, la de aprender. El resultado del fallo del concurso de Fotografía Y haciendo un inciso en sus estudios, muchos de ellos fue el siguiente: se presentaron ilusionados a diversos concursos a que Prim er premio: fueron citados. Ya el hecho de presentarse a un concurso Don Pablo Ordóñez. dem uestra el deseo de superación de la persona, pues

ELLOS FUERON PERSONAJES

52


Segundo premio: Don Angel María Zugarram urdi. Tercer premio: Don José Luis Echeverría. Cuarto premio: Señorita Ana Mari Sánchez. Los concursos de Belenes, Cuentos y Felicitaciones se celebraron en las Navidades pasadas. La entrega de premios fue presidida por la prim era autoridad civil del pueblo, don J u a n Ramón. Múgica, entregándose los premios en solemne acto a los siguientes ganadores: Concurso de Belenes: Prim er premio: Don. Luis Miguel Busselo Lete. Segundo premio: Señorita Ana María del P ilar Sánchez, y señorita María Mercedes Sánchez. . Tercer premio: Don Ram ón Ojeda. E n el concurso de Cuentos destacaron los siguientes: Prim er premio: Señorita Pepita Ram os Fernández. Segundo premio: Señorita P a q u ita Castellanos Jiménez. Tercer premio: Señorita María Luisa Pineda Piedra. Y en el grupo B de esta misma faceta artística: Prim er premio: Señorita María Belén Romero. Segundo premio: Don J u a n Angel Portugal. Tercer premio: Don Manuel Piris. £1 por entonces presidente de la Junta Directiva de la A SO C IAC IO N DE PADRES DE FA M ILIA , Iñaki Zapirain, dirige la palabra, en el acto del reparto de premios de fotografía, a los jóvenes participantes.

E n el concurso de Cuentos en euskera: Prim er premio: D on.P erú Sanz Elizondo. Segundo premio: Señorita Begoña Lasa. E n Felicitaciones los premios fueron: Prim er premio: Señorita María Belén de Paula. Segundo premio: Colegio Ikaslola. Tercer premio: Señorita María Pilar Sierra. Y en el grupo B: Prim er premio: Señorita Lourdes Arbelaiz. Segundo premio: Don J u a n R a m ó n Ojeda. Tercer premio: Don Emilio Azcárate. Ellos fueron los protagonistas destacados en estos concursos que anualm ente organiza la ASOCIACION 1)E P A D R E S D E FA M ILIA entre otras actividades que esta Asociación desarrolla. E sta vez hemos querido destacar esta realización de la ASOCIACION D E P A ­ D R E S D E FA M ILIA , sobre otras realizaciones, por la im portancia que deben merecer, en el ám bito social, las obras que nuestros más jóvenes miembros de la localidad son capaces de hacer. A. P. F. 53


GOIKO-HALE Por David M aría TELLECHEA Las ruedas de la carreta chirriaban al subir la cuesta. El paso cansino de la y u n ta de bueyes resonaba en la tarde, sobre los adoquines. El cielo am enazaba lluvia. Un mugido. Y los morros babeantes, en perpetua rumia. «Ooooooo...». El chirrido calló. Y el carro. Quieto. Las reses p a ­ tearon por un momento la calle. Y, al fin, sólo siguieron rum iando. Oyóse la puerta de la tab e rn a con un golpe seco. De la torre, se esparcieron por la calle tres dobles cam panadas. Alguna figura, envuelta en luto, bajaba la cuesta hacia la iglesia. Volvió a sonar la puerta de la tab e rn a. Y las piedras de la calle.

54

«Aidaaaaa...». Las ruedas de la carreta chirriaban al subir la cuesta. El paso cansino de la y u n ta de bueyes resonaba en la tarde, sobre los adoquines. El cielo am enazaba lluvia. Un mugido. Y los morros babeantes, en p erpetua rumia...

«Sardiñaaaa...». La últim a vocal de la serie quedó flotando. E n el aire. Llabía fragancias de sidra. La cesta se posó en el suelo. Y las sardinas fueron contadas con celeridad. Abajo, en la esquina, un rebuzno. Luego, otros. En el portal, sonido de m arm itas. Una m ujer, abrazando panes, cruzó la calle. L a pescadora hablaba. La cesta, al sol, sobre su cabeza. Encim a, las moscas. Volaban. Las golondrinas sobre los tejados...


Sordo ruido de pasos. Cuchicheos. La cruz, enhiesta, frente a la comitiva. La caja, negra. De pino, quizás. Balanceándose... La cruz... La caja... E n las ventanas, caras m udas, silenciosas. La cam ­ p ana toca en la torre. Muy lentam ente. Como cansada. Al llegar al cementerio, el cura lee los latines. Los cipreses se mecen con la brisa de otoño. Las gentes, calladas, boina en mano. Respetuosas. Luego rezan... Ya bajan por la calle. E sta vez, la cruz y el cura, m uy por delante. Vienen en grupos, charlando. Los crios juegan. Gritan. E n las ventanas, caras mudas, silencio­ sas. Y un perro ladra, furioso, al paso del monaguillo. Y la cruz. Balanceándose, desaparece calle abajo. Y en las ventanas, caras mudas, silenciosas...

H a llegado el invierno. Y los adoquines se han sol­ dado con hielo. La niebla cubre la plazoleta. Niños, cartera en mano, bajan la cuesta, pa tin a n d o sobre las piedras. Una mujer, con m antilla, les riñe. Uno cae. Risas. Sube un cura, cauteloso, pegado a las paredes. Los niños se paran. Besan, su mano. Saludos. Al barrendero que empuja la carretilla. La fuente está seca. Recibe una pedrada. El m etal, sonoro, se queja. Repique de verjas. Y luego, silencio...

...silencio en la calle. De vez en cuando, de algún alféizar, surge el canto del grillo. Calle abajo, la iglesia, pétrea. Y más abajo aún, el túnel. H acia arriba, los dos antiguos torreones. Más allá, en el recodo, el cemen­ terio. Suena el reloj de la parroquia. Es medianoche. La luna, pálida, asoma tras una nube. Y su resplan­ dor, dora las piedras. De la calle. Surge un maullido. Sombras rectilíneas. Ojos resplandecientes. Es m edia­ noche...

Esto es, A unque sólo sea en el recuerdo... Aunque la cubra el olvido... A unque haya cambiado su nombre... A unque desaparezcamos quienes la conocimos así... ...G O IK O -K A LE.


RENTERIA Y

EL MAR Los renterianos construían galeones en 1609

Por J. IGNACIO TELLECHEA IDIGORAS En el Diccionario Histórico-Geográfico del País Vasco, publicado por la Real A cadem ia de la Historia a p rin ­ cipios del siglo pasado, se lee en el artículo dedicado a Rentería que aún quedaban rastros de tres astilleros. Tales vestigios son como el acta de defunción de una pasada vinculación de Rentería con el mar, que con el tiem po se ha ido borrando del todo. Mas para el his­ toriador curioso es como un vestigio, una pista in d i­ cadora de una realidad pasada que es preciso conocer. La proximidad de Pasajes y Lezo, donde ciertamente existieron importantes astilleros, fuerza a pensar que Rentería no podía quedar marginada de actividades

56

que requerían muchísimas condiciones tanto en mate­ riales como en mano de obra. Los astilleros reales de Lezo, iniciados a fines del siglo XVI y concluidos en 1618 bajo la dirección del coronel Dom ingo de Idiáquez, conocieron precisamente entonces un gran es­ plendor. Pensemos que en 1609 se hizo en ellos la nao Capitana del Océano y otros quince buenos navios de guerra. También en Rentería se hicieron bajeles reales y naves para el com ercio de 800 toneladas. Juan López de Isasti, lezotarra, fue Comisario de los Reales A s tille ro s de su villa natal, muriendo en Ma­ drid en 1612. Onofre de Isasti ostentó el título de Tene­ dor, cargo en el que sucedió su hermano el Dr. Isasti, hombre polifacético que lo mismo trabajaba en pues­ tos diocesanos de gobierno que en contabilidad de a s­ tille ro s y que es autor del fam oso Compendio H istorial de Guipúzcoa. El reciente hallazgo de algunos papeles inéditos de los Isasti, que serán publicados ínte­ gramente, me permite adelantar algunas noticias relativas a renterianos ocupados al servicio de los astilleros.


Un astillero, entonces como hoy, es un complejo industrial que requiere múltiples colaboraciones. A d e ­ más de sus instalaciones adecuadas, exige enormes cantidades de material: maderas de distinto tipo y d i­ mensión, clavazón, jarcias, betunes, etc... La utiliza­ ción de estos materiales necesita abundante y variada mano de obra: acarreadores, oficiales, peones, carpinteros, calafateadores, entalladores, etc... En largas listas de salarios y cuentas desfilan una m u lti­ tud de nombres y apellidos de la zona: Barrenechea, Ariztizabal, Sein, Olaizola, Yurrita, A rp id e, Irazazabal, etc... En algunos aparece expresada su condición de renterianos. A s í Martín de Calayandía, proveedor de áncoras y cosas de fierro, y Dom ingo de Iguereta, de maderas. Francisco de Udabe se encargó de las balaustras del corredor del galeón San Juan Bautista, percibió 155 reales por la confección de 85 balaustras. Otro renteriano, Martín de Osarin, fue el encargado de pintar tales balaustras y la imagen de San Juan Bau­ tista para la popa de dicho galeón. Una renteriana, Catalina de Zabaleta, es acreedora a 6 reales por un fresno para pinzote del galeón San Juan Bautista. Entre los oficiales calafates y carpinteros de Lezo que trabajaron en la construcción de los cuatro galeo­ nes que se hicieron a cargo del coronel D om ingo de Idiáquez, reaparecen apellidos típicos de la zona: Yerobi, Soroeta, Iturain, Justiz, A rpide, Casares, Sein, Marcotegui; al servicio del Maestre Lazurica trabajaron los Urquiaga, Galardi, Usin, Iturraspe, Aqueche, Landabaso. Los tres entalladores expresa­ mente nombrados son: el renteriano Francisco de Udabe, Martín de Yurrita y Miguel de Amolaiz. Llama la atención la presencia de mujeres. Si ya la ya mencionada se lim itó a vender un fresno, otras cobran por coser las velas, ayudar a los canteros, acarrear arena, etc. Mención especial merecen «Mari López de la Torre y su compañía de barqueras del pasaje de Fuenterrabía». Eran las encargadas de llevar gente hasta el galeón y desembarcarlos en tierra. Cobraron 64 reales por 16 días de trabajo, concluido el 15 de abril de 1609.

El concepto más extenso referido a un renteriano y firmado por Onofre de Isasti se refiere a las provi­ siones de clavazón que aportó a la obra. Para que se

conozca íntegramente este documento, lo tra nscrib i­ mos a continuación: «Digo yo, el tenedor Onofre de Ysasti, que por horden del Sr. Coronel D om ingo de Ydiáquez he recevido de Ramos de Yracacpabal, vecino de Rentería, las clavazones y fierro s ig u ie n te s : Cinco quintales y veinte y seis libras de clavos de dos en libra .. Seis quintales y setenta libras de clavos de tres en lib r a ................... Siete quintales y ochenta libras de clavos de cinco en li b r a ................. Un quintal de perno quadrado de lib r a ..................................................... Setenta y dos libras de perno r e d o n d o ............................................. Un quintal y ciento y veinte y cinco libras de fierro platineta s o t i l . . . .

5 q.

26 I.

64 q.

70 I.

7 q.

80 I.

1 q. 72 I. 1 q.

25 I.

22 q.

73 I.

Que son veynte y dos quintales y setenta y tres libras de clavos y fierro de a ciento y cinquenta libras quintal, peso de la villa de San Sebastián, los quales reciví para la fábrica de los quatro galeones que se azen a cargo del dicho Coronel, de que me hago cargo por quenta de Su Magestad y lo firmé de mi nombre en el estillero real de Leco, a veynte y quatro de abril de mili y seyscientos y nuebe años. ONOFRE DE YSASTI.»

Estos números escuetos son más que rastros. Son testim onios fehacientes de la participación de Rentería en quehaceres de mar, y no de cualquier especie. Construir cuatro galeones, y entre ellos la nao capita­ na, equivalía a gozar del más alto prestigio y de la confianza real, ya que eran las naves de guerra más importantes y grandiosas. La tradición marinera de Rentería queda suficientemente atestiguada y aquella pista inicial confirmada por nuevos rastros. Que sirvan para estimular a algún estudioso que sepa colmar plenamente este vacío de la historiografía renteriana.

57


R E N T E R IA A Y E R A ntes de que lo s postes su stitu ya n a los árboles, y las paredes de cem ento a los setos vivos, y los to rn illo s a las flo re s... LA LEYENDA DE J A U N DE A LZ A T E Pío Baro ja

pocas cosas de las que en 1930—damos ese año nada más que como un punto de referencia—existían, están ante nosotros en este año 1972. Esto hace que un gran número de renterianos puedan decir con razón que los lugares en que fueron niños ya no existen. Tenemos por otro lado la cuestión de que un pue­ blo no puede vivir desligado por completo de su pasa­ do. No por lo que ese pasado haya tenido de bueno y venturoso. Todos los tiem pos son buenos, menos buenos e in cluso desgraciados. Depende de quien los viva y del cristal con que los mire. A pesar de todo ello, la realidad es que la continua sucesión de los días que van pasando e s la q u e .e n d efi­ nitiva, forma la pequeña historia de los pueblos. Y a veces hasta la gran historia.

En una gran parte del Rentería que conocieron quienes habiendo nacido en la antigua Orereta, y que ya han rebasado los cuarenta años de edad, los postes ya han sustituido a muchos árboles y los muros de cemento a muchos setos vivos. También se puede decir sin faltar a la verdad que los renterianos tenemos ante nuestros ojos muchos más to rn illo s que flores. A n te esta realidad que para bien o para mal es irre­ versible, surge la pregunta. ¿Cómo era nuestro pueblo hace veinte, treinta, cuarenta o más años? ¿Cómo eran en aquellos tiem pos los renterianos? Sus co s ­ tumbres, sus diversiones, sus trabajos y quehaceres cotidianos, ¿han variado tanto como el entorno físico del pueblo, tanto como su paisaje? A estas preguntas cada renteriano de nacimiento seguramente daría una respuesta diferente. Y es natu­ ral que así sea por aquello de que cada cual cuenta de la feria según le fue en ella. Adem ás de que es muy difícil hablar con imparcialidad cuando se trata del lugar donde uno vio la primera luz. Lo que si es cierto, lo indiscutible, es que Rentería se ha transformado de tal manera que casi nada, muy

58

Tam poco se debe de ignorar con alegre inco nscie n ­ cia el ayer de un pueblo, el pasado de una comunidad humana. Esta ignorancia puede ser incluso peligrosa ante las preguntas de la juventud. Las ideas hasta aquí expuestas—acaso de una fo r ­ ma excesivamente solemne y un tanto farragosa—fue ­ ron las que hicieron pensar a varios directivos de la A sociació n de Fomento Cultural sobre la convenien­ cia de organizar una exposición basada en el pasado de Rentería. Una exposición retrospectiva en la que por medio de una recopilación de documentos, publicaciones, fotografías, etc., se pudiera ofrecer a los renterianos de hoy una fis ió n del ayer de nuestro pueblo. Una visión que por razones obvias será muy incompleta y también inevitablemente nostálgica para los renterianos maduros o ancianos. Y al mismo tiem po una o p o rtu n i­ dad de que las nuevas generaciones puedan co m p ro ­ bar el hecho de que Rentería siempre ha sido un pue­ blo importante dentro de nuestra Guipúzcoa. Un pueblo que en tiem pos pasados tuvo lo mismo que todos, sus problemas y sus dramas, sus días festivos y alegres. Alegrías y tristezas, ¿qué son sino la vida misma?


Derribo del viejo puente de Santa Clara, con motivo de la canalización del Oyarzun.

Sacar a la luz una parte, mínima si se quiere, de todos esos avatares para exponerlos a la vista curiosa de unos, nostálgica para otros, respetuosa para todos, ¿no es acaso una forma válida de hacer patria? Y es eso precisamente lo que A . F. C. pretende al organizar en las «magdalenas» de este año la exposi­ ción que comentamos. Revalorizar—de una forma sentim ental se nos d i r á todo el pasado de nuestro pueblo. Poner ante los ojos curiosos de los jóvenes y de quienes venidos de otras regiones se han afincado en Rentería antiguas fo to ­ grafías con vistas de viejos rincones que ya no existen, fotografías con la efigie de renterianos que de una fo r­ ma u otra llevaron por el mundo el nombre del pueblo donde nacieron. Exponer también documentos gráficos de aquellas trágicas inundaciones que tantos destrozos e incluso víctimas causaron. V ie jos—antiguos—programas y revistas «magdalenas» de tiem pos que se fueron...

de

las

La imagen de Santa Clara que estaba en la ermita que el agua destruyó, ¿quién la conoce? ¿Quién se acuerda, mejor dicho, cuántos saben de que existió aquella ermita? A n tig u as entidades deportivas, musicales, socie­ dades culturales, ¡oh manes de la Sociedad Cultural

Lagun A rtea!, todos, todos tuvieron su pequeña his­ toria. Pequeñas y entrañables historias cuya suma viene a form ar la historia de Rentería. Sí. Nos imaginamos que tal vez puede haber más de uno que diga que mirar al pasado no sirve para nada práctico. Que lo importante es el porvenir. A s í es ciertamente. Pero también es cierto que de vez en cuando es bueno hacer un alto en el camino para echar un vistazo hacia atrás y ver la andadura realizada. Y comparar. Y recordar. A b r ir un viejo baúl, una antigua «kutxa» y curiosear entre su contenido, hurgando entre viejos libros y papeles, no conduce a nada práctico ni produce divi­ dendos, pero... ¡es tan agradable aspirar la fragancia de las cosas antiguas que se fueron! ' Eso es entre otras cosas lo que se prentende con la exposición retrospectiva en A . F. C. Recordar quien tenga edad para hacerlo. Enseñar una pequeña parte del pasado de Rentería a quien por ser joven no tiene edad para recuerdos. Se dice que se ama lo que se conoce. Quién sabe si alguien, después de contemplar viejas fotos amari­ lleadas por los años, siente en su interior algo que los muros de cemento, los postes y los tornillo s no pudie­ ron despertar. A m o r por el pueblo donde vive. A. de E.

59


A VUELTAS CON EL ESTILO... Por Miguel PELAY OROZGO E n el mes de enero de 1971 acudí al Colegio M ayor de la U n iv e rsid a d de D eu sto , req u erid o p a ra h a b la r acerca del estilo vasco, te m a , n a tu ra lm e n te , difuso, difícil de d e te r­ m in a r con precisión y , p o r lo que uno h a podido ta m b ié n ap reciar, p roclive a los m ás encendidos an tag o nism os. R ecuerdo que d u ra n te el coloquio que sucedió a m i d iser­ ta ció n se p ro d u jo en la sala u n in te re sa n te escopeteo de conceptos, en el que los e stu d ia n te s p areciero n olvidarse un poco del co n feren cian te p a ra d e b a tir e n tre ellos con cier­ ta ex altació n . No h a y d u d a de que este te m a del estilo, por su p ro p ia a m p litu d y p o r las m uchas posibilidades esp ecu lativ as que sugiere, ap asio n a cad a vez m ás a n u e s tra ju v e n tu d estu d io sa.

60

P o r o tra p a rte , las ideas que expuse en D eu sto , y que ap arecen pu b licad as en mi libro L a encrucijada, me h a n pro p orcionado u n elevado nú m ero de com en tad o res y de corresponsales esp o n tán eo s, algunos identificados, otro s anónim os, que las ap o y an o im p u g n an con la v ehem encia que nos c ara c teriz a a los vascos. E s ta in esp erad a repercusión me im p u lsa a ocuparm e de nuevo de la cuestión. Se m e figura que c o n stitu y e u n a o p o rtu n id a d de m a n te n e r cierto co n ta cto con m is lectores — esperanza siem pre g ra ta p a ra el escritor, a u n q u e las m ás de las veces no p á s e l e ser u n a q u im era— , al tiem po que me p e rm ite a m p liar mis p u n to s de v ista. E n m i opinión, con relación al estilo, lo p rim ero que h a b ría que hacer si buscam os u n p u n to inicial de e n te n d i­ m iento, sería t r a ta r de ex plicar con la m ay o r c larid ad posible lo que cada uno e n tien d e por ta l. P ued e que de esta m a n e ra desap a re cieran m u ch as suspicacias y retorsiones. E s in d u d ab le que p a ra m uchos o p in an tes el concepto parece poseer un solo e inequívoco significado. P ero se ve que en c u an to com ienza el in tercam b io de pareceres, e sta d eterm in ació n que se suponía in c o n tra sta b le se v a a g rie ta n ­ do poco a poco h a s ta p e rd e r to d a su firm eza.


E n re a lid a d , sobre el estilo se h a h ab la d o y escrito m ucho. T enem os, p o r ejem plo, la definición clásica de B uffon, co n v e rtid a en c ita in e v ita b le cad a vez que se to c a el te m a : «E l estilo es el h o m b re m ism o» (le style est Vhomme m êm e). Séneca decía que c o n stitu y e la cara del alm a. Sertillanges, algo m u y p arecid o : « M o n style c’est m on visage». P a ra G racián v en ía a ser la co n ju n ció n de la p a la b ra con lo form ai del p e n sa m ie n to . Según M enéndez y P elay o , el ideal del estilo consistía en carecer de él. B e n a v e n te elaboró p a ra la oca­ sión u n a frase u n ta n to cursi: aq u ella del p é ta lo de rosa del sib a rita . F la u b e rt, esq u iv an d o u n poco el busilis del asu n to , afirm a b a que la id e a nace de la fo rm a... E n tr e n u e stro s p en sad o res, O rteg a y G asset fue uno de los que p re sta ro n m a y o r aten ció n a esta cuestión del estilo, au n q u e no lleg ara a d edicarle u n v o lu m en m onográfico — em p resa que, en m i opinión, d eb iera h a b e r aco m etido— . No o b s ta n te , a lo largo de su v a s ta o bra el te m a b ro ta y se re p ite con m u ch a frecu en cia, com o un leitm otiv obsesionante y re ite ra tiv o . U n a re a lid a d q u e m u ch a g en te no parece a c e p ta r en tre n o so tro s es la de que los idiom as e x p e rim e n ta n p ro fu n d as evoluciones. T o d as las lenguas h a n ido fo rm ándose día a día, condicionadas p o r circ u n sta n c ias h istó rica s, sociales, convencionales y am b ie n ta le s. T od as ellas h a n p asado por u n proceso de a d a p ta c ió n y de sed im en tació n , ad m itien d o y rech azan d o elem entos p a ra so b rev iv ir e, incluso, d esp ren ­ diéndose de m il pecu liarid ad es ad m irab les, en b u sca de la n ecesaria p uesta al día. A este resp ecto tien e O rteg a u n ensayo m u y im p o rta n te sobre la evolución e x p e rim e n ta d a p o r la lengua francesa, en el que estu d ia los diversos a v a ta re s sufridos— que él llam a « tonos»— y que co rresp o n d en a las d is tin ta s influen­ cias estilísticas recib id as de unos cu an to s escritores cim eros. Así ten d ría m o s el «to n o M ontaigne», que sería el del estilo m alicioso, su cu len to y nerv io so ; el « tono R abelais», im ­ p reg n ad o de la alegría «eclosiva» del R en a cim ien to , en oposición al riguroso ascetism o que le p re c e d iera ; el «tono D escartes» , que in te n ta p o n er coto a la tu rb u le n c ia rabelesian a, im p a rtie n d o al idiom a la c larid ad y el o rden im p rescin ­ dibles p a ra p e n e tra r en lo que él llam a el « estu ario geom é­ trico » , y que c u lm in a rá , com o u n h ito fu n d a c io n al, en su célebre «D iscurso del m éto d o » ; después se p ro duce u n fenó­ m eno in esp erad o , u n a e x tra ñ a c o rrien te que, p ro ced en te de In g la te rra y to m a n d o a F ra n c ia com o cabeza de p u e n te co n tin e n ta l, ejercerá de rev u lsiv o , re sq u e b ra ja n d o la tie su ra del espacio geom étrico. De u n m odo u o tro , a juicio de O rte ­ ga, serían C ronw ell, Locke y N ew to n , los a u té n tic o s re sp o n sa­ bles de este m o v im ien to d iso lv en te; em erge entonces el «tono V oltaire», es decir, el de la e sp iritu a lid a d corrosiva, el de la negación c read o ra (p ara em p lear las p ro pias p a la b ra s del en say ista), que a rra sa in c o n te n ib le m e n te cu an to s p re ­ dios— políticos, religiosos, a rtístic o s, científicos...— en cu en ­ tr a a su p aso. E s u n m om ento crítico en la h isto ria de la

lengua francesa. De p ro n to , el p árra fo clásico, el período cu id ad o sam e n te elab o rad o , se ro m p en en m il pedazos. El idiom a se desm orona. Y a no p a re c e n q u e d a r sino ru in as. P e ro ... h a y ta m b ié n un fu tu ro , un p o rv en ir que clam a por u n a voz to n a n te y p ro fética que lo re d im a ; y aparece el « tono M irabeau», el de la elocuencia, el de la dem ocracia; después le suceden el «tono C h a te au b ria n d » , un ta n to co n serv ad o r y ro m a n tic ista , y los de T h ie rry , M ichelet y V íc to r H ugo. L a lengua in te n ta u n a p iru e ta re n o v ad o ra de p a sa d a s m agnificencias, pero, según O rtega, no tiene energía p a ra en arcarse p o r sí m ism a p o rq u e, al carecer de originali­ d a d , se n u tre en gran p a rte del recuerdo. P a ra O rteg a, la m akrología, esto es, la am pulosidad lite ra ria , sólo sirve a la po stre p a ra d isfraz ar la v e rd a d , hacien d o fu ertes las razones débiles y débiles.las fuertes. H a y un e n u n ciad o en O rtega que considero m uy im p o r­ ta n te y que creo que debería ser te n id o en cu e n ta por m u ­ chos de los jóvenes escritores que ah ora se e stá n asom ando a la lite ra tu ra . Q uiero referirm e especialm ente a ciertos jó v e n e s— los escritores viejos no m e in te resan , en tre o tras razones, po rq u e la rectificación se hace difícil con el paso de los años— que, iniciándose en el cam po de las le tra s y sir­ viéndose del euskera como vehículo de expresión, p arecen id en tificar la lite ra tu ra con la lin g ü ística , sin re p a ra r en que se tr a t a de dos disciplinas, no y a d iferentes, sino casi siem pre an tag ó n icas. E l te rre n o de la lin g ü ística es u n te rre n o cien­ tífico, h erm ético y riguroso, en el que h ay que p isar con fir­ m eza y seg u rid ad ; m ie n tras que el de la lite ra tu ra carece de cotos, está siem pre a b ierto a la inspiración y a la fa n ta sía y p e rm ite desplegar las alas p a ra v o lar h a s ta las estrellas. E s ta diferenciación en tre Ciencia y A rte , que yo creo que es p a lm aria, no p arecen verla algunos jó v en es. Y si la v en, hacen caso om iso y siguen por el cam ino em p ren d id o , que yo pienso que es equivocado. P ero , vay am o s al enunciado de O rteg a. Lo voy a t r a n s ­ crib ir p a la b ra por p a la b ra . A tención: « E sc rib ir bien consiste en h acer co n tin u a m e n te p e q u e ­ ñas erosiones a la g ra m á tic a , al uso establecido, a la norm a v ig en te de la len g u a. E s un acto de reb eld ía p e rm a n e n te c o n tra el co n to rn o social, u n a su b v ersión. E sc rib ir bien im p lica cierto rad ical denuedo. A hora bien; el tra d u c to r suele ser un p erso n aje apocado. P o r tim id ez ha escogido ta l ocupación, la m ínim a. Se en c u e n tra a n te el enorm e a p a ra to policíaco que son la g ram á tic a y el uso m ostrenco. ¿Qué h a rá con el te x to rebelde ? ¿No es pedirle dem asiado que lo sea él ta m b ié n y por cu e n ta a je n a ? V encerá en él la p u silan im id a d y en vez de c o n tra v e n ir los b an d o s g ra m a ­ ticales h a rá to d o lo co n tra rio : es decir, que le traicio n ará. Traduttore, traditore.» Me h a parecido conveniente re p ro d u cir el p á rrafo com ­ p leto po rq u e se aviene como anillo al dedo con el p u n to de v ista que vengo defendiendo desde hace tiem p o , al contem -

61


p ia r a m ucho jo v e n lite ra to e u sk a ld u n so m etido, con u n a docilid ad u n poco re p u lsiv a , a los m ás rígidos preceptos g ram a tic a les; al v erle in sp irarse en m otiv os an ta ñ o n e s, librescos y filológicos, u tilizan d o fórm ulas y técnicas e x h u ­ m ad as del siglo x v n ... ¡para o cuparse de tem as ra b io sa ­ m en te actu ales y p a ra d ifu n d ir p o stu lad o s renovadores y p ro g resistas! P o r cierto que cuan d o fo rm u lo este tip o de consideracio­ nes no suelo e n c o n tra r u n a rép lica co h eren te. Se m e im p u g n a a m í, no a m is ra z o n a m ie n to s. G en eralm en te, se me ach aca que saco a relu cir los tra p o s sucios— ¡qué idea m ás pequeñob u rg u e sa ésta de los tra p o s sucios! P o d ría e m p a ren ta rse d ig n am en te con aq u ella o tra p ru d e n te in efabilidad del «¡Q ué d irán !» — o se m e llam a « erd al esk rito rea». Sin em bargo, de vez en cu an d o surge alguien que, como A ngel L erch u n d i, confiesa su desacuerdo con uno, pero ex p lican d o los m o tiv o s de la discrep an cia. H ace cosa de dos m eses, el señor L ech u n d i escribió en el sem anario Zeruko A rg ia u n artíc u lo en el que se m e tía u n poco con S antiago A izarn a y conm igo. Se veía que no sim p a tiz a b a con nosotros ni con n u e stra s ideas relacio n ad as con B a ro ja. P ero en su exposición h ab ía re sp e to . Y esto, que es algo difícil de e n ­ c o n tra r en n u e stro s días, e n c u e n tra siem pre reciprocidad. Con re sp e to , pues, v o y a in te n ta r co rresponder a su re tic e n te p la n te a m ie n to sobre si el estilo vasco está en B a ro ­ ja , t a l com o yo lo vengo sosteniendo desde hace m uchos a ñ o s... o, p o r ejem plo, en A x u lar. P o r su p u esto que m e a b ste n d ré de e m itir sentencias categ ó ricas p o rq u e en m a te ria de apreciaciones, no solam ente cab en to d a s las p o stu ra s y ac tiv id a d e s, sino que a m enudo lo q u e c u e n ta n son ciertas afinidades oscuras y de difícil elucidación. D e n tro , pues, de la in ev itab le com plejidad im p lic a d a en el concepto y, y a que hem os venido estu d ian d o algunos p u n to s de v ista de O rteg a relacionados con el tem a, lo que h a ré es serv irm e n u e v a m e n te de su testim o n io . Sabido es que, p a ra O rteg a, el estilo en u n escrito r es la fisonom ía de su o b ra y consiste, de m a n e ra p rim o rd ial, en el tip o de «actos selectivos» que llev a a cabo. E n u n a especie de em ­ barras du croix, p a ra em p lear la gráfica expresión francesa. D esde el u m b ra l m ism o de su c a rre ra se ab re a n te el escrito r un ex ten so p a n o ra m a de elem entos m etafísicos, estéticos, técnicos y te m á tic o s, que a él le to ca seleccionar y — ta m ­ b ié n — asim ilar h a s ta co n v ertirlo s en propios. De su p o sterior sed im en tació n o, m ejor, de la digestión de estos elem entos, nacerá el estilo que h a de c a ra c te riz a r al escrito r a lo largo de su v id a. «Allí e stá — nos dice O rte g a — lo m a te ria l y lo esp iritu a l, lo penoso y lo jo cu n d o , el N o rte y el M ediodía. A hí e stá n las p a la b ra s to d a s del diccionario, colocadas en b a te ría , cada cual con su significación p re sta a d ispararse. Y vem os cóm o el escritor, de e n tre to d a s esas cosas in n u m e ­ rab les, elige u n a y la hace o b jeto general, te m a céntrico de su obra. E n e sta elección p rim era com ienza a co n stitu irse el estilo: es ella la decisiva». E n tr e los elem entos fu n d a m e n ta le s de elección, el en sa y ista h a m encionado dos, que en n u e stro caso ad q u ie ­ ren c a p ita l im p o rta n c ia : el N o rte y el M ediodía. Como sim ple

62

m a te ria de reflexión voy a p ro p o n er al señor L echundi un c o te jo en tre la a c titu d de A x u lar y la de B a ro ja an te esta opción tra sc e n d e n tal. Al m argen de las excelencias co n ten id as en su libro fam oso, de A x u la r sabem os a tra v é s de uno de sus m ás d estacad o s p a n eg iristas, el P . V illasante, que era un escri­ to r « la tin iz a n te en g ran escala»; que «su v o cabulario tiene u na in g en te c a n tid a d de voces rom ánicas»; que « ta n to o m ás qu e en el vocab u lario se a d v ie rte este influjo latin o en la sin tax is y m odo de co n stru ir las oraciones y de e n la ­ zarlas»; que «su léxico es dem asiado to le ra n te en cu an to a a d m itir voces de origen e x tra ñ o » ; que «su construcción y sin ta x is e stá dem asiado calcada según el p a tró n de las le n g u as rom ances» (1). Sabem os, adem ás, que en opinión de don Ju lio de U rq u ijo , u na de las fuentes del Gero pudo ser F r. Luis de G ra n a d a . Y que según el académ ico H a ritsch elh ar, A x u lar se h a b ía inspirado en el siglo de oro de la lite ra tu ra española... L as inclinaciones de B a ro ja las conocem os todos porque él m ism o las h a explicado re ite ra d a m e n te y con gran p re ­ cisión. «La sin tax is tiene g ran im p o rta n c ia — nos ad v ie rte , p o r ejem plo, en un ensayo dedicado al estilo— . Desde un p u n to de v ista psicológico, la sin ta x is que em plea cada uno es u n a consecuencia de su ra za y de su c u ltu ra . No puede ser lo m ism o proceder de un país en que se h a y a h ab la d o d u ra n te siglos u n idiom a que ser hijo de ex tra n je ro s. E n este sentido, los m ás pobres en castellan id ad y en la tin id a d de E sp añ a y de H isp an o am érica tenem os que ser los vascos. Los dem ás españoles no e stá n en n u estro caso, p orque la sin tax is la tin a lo m ism o preside el valenciano, el c a ta lá n y el gallego, que el castellano. L a sin tax is típ ica viene de u n fondo de ra z a , y en el escritor, c u a n to m ás personal es, m ás se n o ta su ascendencia». M ás a d ela n te, a ñ ad iría: «A lgunos dicen: T odo lo que es castellan o se p u ed e y se debe em plear. Yo no lo creo así en to d o s los casos. Si yo em pleara los giros y las frases de F ern án -C ab allero — m u y andaluces y , por ta n to , m uy castellan o s— p a ra h a b la r de la v id a de un pueblo vasco, h a ría a mis ojos una cosa c o m p le tam en te ridicula». D on Pío decía ta m b ién q u e p a ra im p u lsar al vasquism o h a b ría que iniciar un m ovim iento d ecid id am en te a n tila tin o , parecido al pu esto en p rá c tic a en Bélgica por los flam encos, en c o n tra de la influencia valo n a. E n fin. La exten sió n que h a alcanzado este tra b a jo me obliga a concluirlo de u n a m an era ta n a b ru p ta que im pide d eriv arlo hacia m etas concluyentes. D espués de todo, quizá sea m ejo r así. D ejem os que en las m a te rias co n tro v ertib le s — y e sta del estilo es u n a de ellas, en tre n o so tro s— , un clim a sereno de m esura y de reflexión nos alcance a todos. A h o ra bien; si esta exposición m ía o btiene algún tip o de réplica que esté en la m ism a línea co h erente y resp etu o sa in iciada por A ngel L erchundi y que yo he in te n ta d o seguir aquí, puede que v u e lv a a o cuparm e de la cuestión. N o en b a ld e , com o a los estu d ia n te s de D eusto, el te m a me apasiona. (1) Pido p e rdó n al P. V illa sa n te p o r h a b er espigado en sus te x to s con la in te n c ió n de a r ri m a r el ascua a m i circ un stanc ial sardina.


A cto de entrega de premios del Certamen del pasado año, presidido por D. Ramón Múgica, A lcalde de la villa, al cual vemos acompañado por D. A drián Salaverría, presidente del Cine-C lub Rentería.

Nuestro festival

ELCERTAM ENNACIONAL DECINEAMATEUR

63


El día 25 de julio del pasado año, se celebraba en el Cine Alameda el acto final, consistente en la entrega de premios y proyección de películas galardonadas, correspondientes al «V Certamen Nacional de Cine A m ateur de Rentería». Desde este mismo día, nuestro Cine-Club comenzó a t r a b a ja r en la preparación de la VI edición del Certamen, que en estas fechas venimos celebrando. E sta cita anual de cineastas aficionados, que ha dado a Rentería un puesto im portante a escala nacional entre las manifestaciones del cine de pequeño formato, exige, a lo largo del año, una serie de trabajos preparativos que son los que la hacen posible. Veamos, siquiera bre­ vemente, cómo es el Certam en «por dentro». El prim er paso a dar, antes de haber dado el «car­ petazo» a la edición anterior, consiste en la solicitud de permisos a los organismos competentes, a escala nacional, provincial y local. Inm ediatam ente, aun antes de contar con ellos, se p rep ara el presupuesto y se comienzan las gestiones encam inadas a obtener los fondos necesarios para llevarlo a cabo. Como siempre, hay que contar con el dinero. A continuación viene la redacción de las

bases, tom ando como modelo las del año a nterior y t e ­ niendo en cuenta que la experiencia siempre dicta alguna modificación. U na vez confirmados los pasos anteriores, es nece­ sario hacer llegar a todos los posibles concursantes la noticia de la celebración del Certamen con la suficiente antelación, para p a rticip a r en él. Gracias a esto, nuestro festival es am pliam ente conocido. Las películas recibidas son proyectadas ta n to al jurado como al público, los cuales califican las obras en orden a la concesión de premios, que son entregados en el acto de clausura, en el transcurso del cual se proyec­ tan las ganadoras. Nos parece interesante que todos conozcan el funcio­ namiento del Certam en, por lo que representa para Rentería y para valorar en su justa medida la im p o rta n ­ cia que ha alcanzado. Sirvan estas líneas como invitación a aquellas perso­ nas dispuestas a colaborar en el seno de nuestro CineClub, con el fin de que el Certam en brille en el mundo del cine aficionado como nuestro pueblo se merece.

Los autores premiados el pasado año, posan ante el Cine Alam eda, lugar en donde se llevó a cabo la entrega de prem ios y trofeos.


UN V IO L O N C E L IS T A POR EL M U N D O

PEDRO C0R0ST0LA Por A N TH O N OBESO Un solo maravilloso. Se acerca a la universalidad; sabe m anejar con sus ágiles dedos las cuerdas de su instrum ento para transportar el alma y hace vibrar apasionado las notas, al im pulso de su talento... (De E L I M P A R C I A L , M atan zas, C uba, diciem b re, 1959.)

N o sé si P ed ro h a llegado a la cúspide de su a rte o no. Q uizá él lo sepa. O es posible, ta m b ié n , que lo ignore o que ah o ra no se p la n te e esta cu estió n . T am b ién puede ser que to d a v ía p re sie n ta m ucho cam ino a n te sí p o r recorrer. A quí no m e refiero al triu n fo , no p o rq u e P ed ro no h ay a triu n fa d o y a , cosa que es e v id e n te , y p o rq u e sus triu n fo s p u eden ser m ayo res. No. A quí a lo q ue me refiero es si ha llegado y a a los lím ites de su propio a rte o si, p o r el c o n tra rio , a ú n está cap a c itad o p a ra escalar cu m b res m ás a lta s. Todo a rtis ta n ecesita del triu n fo , pero no m enos n e c e sita , ta m b ié n , de esa in q u ie tu d , de esa agonía, que v a fo rjan d o c o n sta n te m e n te su alm a. H ace m uchos años que P ed ro y yo h ab lam o s sobre esto , luego y a no. P o r el m o m en to Pedro C orostola es to d a v ía n o ticia. A caba de g ra b a r su tercer disco, el te rc e r lo n g-play, y sus ú ltim a s actu acio n es h a n sido en H o lan d a y G recia. E s tá p re p a ra n d o , en el m o m en to , u n a obra com p u esta es­ pecialm en te p a ra él por el c a ta lá n M o n tsalv atge, y tam b ié n está p re p a ra n d o u n a «Suite» de B ach, p a ra violoncello solo, que in te rp re ta rá en el F e stiv a l de «L a D ecena de T oledo», y en los F estiv ales de C oruña y S a n ta n d e r d a rá el «C oncierto»

de D v o rak , aco m p añ ad o por la O rq u e sta F ilarm ó n ica H ú n g a ­ ra, el próxim o agosto. H ay m ás p royectos, un posible con­ cierto en V arsovia y luego u n a «to u rn ée» p o r algunos países del E ste . Más ad e lan te , en T elevisión E sp añ o la , la S in fo n ía Concertante, de Prokofieff, p a ra violoncelo y o r­ q u e sta . La ú ltim a vez que estuve con P ed ro fue a finales de m arzo pasado. H ab ía venido a R e n tería a p ro v ec h an d o unos días de fiesta y en say ab a nn m ínim o de cu a tro horas d iarias el concierto que h a b ía de in te rp re ta r, días después, en H o la n d a. U no no sabe si p en sar que p a ra P ed ro no exis­ ten las vacaciones, pues h a s ta los días que él dice e sta r de descanso en say a u n m ínim o de c u a tro horas, o, p o r el con­ tra rio , es que su v id a es una c o n tin u a vacación. De hecho, en P edro, hom bre y a rtis ta v an ín tim a m e n te ligados en su p erso n alid ad . Todo su caudal h u m an o lo h a in v e rtid o , con todos los riesgos que esta inversión im plica, en el a rte de la in te rp re ta c ió n m usical. N u e stra conversación, en este ú ltim o en cu e n tro , fue la de dos am igos que se alegran de verse y que no tien en gran d es cosas que co n tarse, quizá p orque y a se dijeron tiem pos a trá s.

65


D u ra n te las fiestas de N a v id a d ú ltim a s, P ed ro m e ense­ ñó el prem io «S A ID A K L », que le fue en treg ad o en el L íb an o , después de unos conciertos, prem io a n u al que e n ­ tre g a n en dicho país «a la p erso n alid ad m ás re le v an te de la v id a cu ltu ra l» . E sto m e hizo p e n sa r m ucho en u n a e n ­ tre v is ta , que p u ed e considerarse casual, que P edro y yo m a n tu v im o s con uno de los m ás prestigiosos a rtista s guipuzcoanos de la a c tu a lid a d . E l m encionado a rtis ta se la m e n ta b a de que p erso n alid ad es de la ta lla de C orostola tu v ie ra n que salir fu era de G uipúzcoa p a ra triu n fa r o, sim ­ p lem en te, p a ra v iv ir. No sé si esto d ebiera ser así o no; la v e rd a d ta m b ié n es q ue el a rtis ta en cuestió n se hizo fam oso a escala u n iv ersal m u y lejos de las tie rra s guipuzcoanas don d e nació. Y el violoncelo de P ed ro C orostola no sería lo que es hoy si su a rte no h u b ie ra sido escuchado en A frica P o rtu g u e sa , A rgelia, T ú n ez, E g ip to , L íb ano, T u rq u ía, G recia, M éjico, C uba, P u e rto Rico, S uiza, Ita lia , Bélgica, In g la te rra , H o la n d a , F ra n c ia , etc., ni sería hoy P rem io J e a n D u m o n t ni P rem io G a sp a r C assadó, e n tre otros p re ­ m ios. E s, q u izá, que el a r tis ta está co ndenado a ser u n iv e r­ sal, y p o r lo ta n to no debe lim itarse en el espacio. Y todo ello a p esar de su se n tim e n ta lid a d , y, m u ch as veces, de un ex ag erad o am o r al te rru ñ o . R ecu erd o que en c ierta ta rd e es­ tiv a l fuim os p a sean d o por las inm ediaciones de L a n d arb aso . S en tad o s a la p u e rta de u n caserío, bebien d o sidra, c h a rla ­ m os e x te n sa m e n te . E l día e sta b a cediendo y el sol descendía en el h o rizo n te. E n un m o m en to , P ed ro , me dijo: «M irando estos m o n tes v erd es y aq u í, en esta tie rra , es cuando re a l­ m e n te m e siento a mí m ism o. Y me siento vasco, vasco h a sta la m éd u la, to ta lm e n te vasco. Y esta es mi g ran añ o ran za cu a n d o estoy fuera de aquí. Deseo siem pre volver, volver a c o n te m p la r estos m o n tes y estos caseríos que hacen que me sie n ta a m í m ism o». Y , sin em bargo, el a r tis ta está conde­ n a d o a ser univ ersal.

en P arís. El tiem po en que nos dijim os m uchas cosas refe­ ren te s al a rte , las dificultades, el triu n fo y dem ás. E l tiem po en que h ab ía que asu m ir difíciles decisiones. E l tiem po en que te n ía que co m p rom eterse, p a ra siem pre. «C uando se d e te rm in a la fecha en que he de d a r un concierto, se ap o d e ra de m í un nerviosism o que me dom ina h a s ta el m o m en to en que me sitúo en el escenario. Son días o sem anas en que to d o es difícil. Sólo cu ando y a estoy an te el público, c u an d o tengo el arco y el in stru m e n to en mis m anos, u n a e x tra ñ a sensación de calm a y b ie n e sta r me in v a ­ den y la tra n q u ilid a d m ás ab so lu ta se ad u eñ a de mí». H ablam os del tiem po que tra n sc u rriría , e sta b a em p ezan ­ do, pero su visión e sta b a m ás allá del m om ento. P edro me dijo refiriéndose al g ran P ablo Casals: «Le oí en u n a in te rp re ta ció n g rab a d a en cin ta . V erd a­ d e ram en te me im presionó. Casals es m agnífico, pero el tiem p o le h a pasad o . O bservé d u ra n te la audición cierta to r ­ peza en los dedos. Casals es y a m ayor. E sto me hizo sufrir. E sto y seguro que Casals sufrirá al ver que sus condiciones físicas no le aco m p añ an a su e sp íritu to d a v ía jo v en . E s ta to rp ez a de sus dedos no puede percibirla cu alq u iera que le escuche; desde luego, tiene que ser o tro m úsico. A mí me ha ocurrido algo parecido, como una pereza en los dedos. P ero creo que es d istin to a lo de CasaJs, sí, es d istin to . Los dedos no a co m p añ an a la agilidad m en tal. Y esto es v e rd a d e ram e n te m a rtiriz a n te .» H ablam os sobre la elipse que d eterm in a, la actividad del a rtis ta . P rim ero, u n a fase ascen d en te, a veces fácil, a v e­ ces c o rta, en general larg a, casi siem pre difícil y am arg a. Luego, la cum bre, el triu n fo , la seg u rid ad . Luego, el descenso, el triu n fo de otros, el eclipse, el olvido. « E sto es lo que me preo cu p a. Mi ascensión es dem asiado rá p id a , dem asiado fácil. (No hacía m ucho que hab ía conse­ guido el p rim er prem io en P arís). A dem ás la confianza en mí m ism o es cada vez m ay o r. H ace c u a tro años no me h u ­ biese a trev id o a co m p ararm e a (aquí el n o m b re de u n fam o­ so en aquel m om ento). H oy creo que su técnica es m ás perfecta que la m ía, pero com o a rtis ta m e considero superior a él. H ace c u a tro años no me hubiese a tre v id o a co m p ararm e a n ad ie, hoy sí. Y esto, a la vez que me alegra, me causa una p ro fu n d a triste z a . Es e x tra ñ o , pero es así».

E l ho m b re es un m isterio y si ese ho m bre es adem ás a rtis ta el m isterio es m a y o r. P a ra p ro fu n d iz a r en el enigm a de P ed ro C orostola sólo es posible a tra v é s de su violoncelo. De ese in stru m e n to m usical de p ro fu n d as y m a tiz a d a s v ib ra ­ ciones que es p a rte y a de la p ro p ia h u m a n id a d de P edro. De ese m edio de expresión que son un arco y un as cuerdas, por las que P ed ro nos m u e stra su p ro p ia sensibilidad y el alm a de los g ran d es: B ach , B eeth o v en , D ebussy, Y ivaldi, A lbéniz, N in, S ch u m an n , S tra w in sk y , K o d aly , H in d e m ith y, en defin itiv a, el sen tim ien to h u m an o ex p resado en sonido. A quí es donde P ed ro C orostola es. E n esta se n tid a expresión h u m a n a . «E s te rrib le m e n te difícil», me dijo en el v erano de 1965, cu an d o a c a b a b a de d e ja r la o rq u e sta nacional en Lisboa, donde h a b ía a c tu a d o v ario s años, p a ra incorporarse a la o rq u e sta nacio n al en M adrid, y m ie n tra s escuchábam os una g rab ació n su y a , c o n c re ta m en te , S o nata , de Z oltan K o d aly , p a ra violoncelo solo, que le h a b ía llevado dos años de tra b a jo el p re p a ra rlo .

«No quiero llegar a la cum bre n u n ca. No quiero que la lucha cese en m i v id a. Q uiero seguir ten ien d o siem pre el m ism o m iedo, la m ism a in c e rtid u m b re , el m ism o te m o r y nerviosism o a n te un concierto. Siem pre, to d a la v id a. No quiero por n a d a del m undo (pie la tra n q u ilid a d me in v a d a , quiero seguir así siem pre, p orque quiero».

«E s te rrib le m e n te difícil», h a b ía dicho P ed ro refirién­ dose a la lab o r que le supuso p re p a ra r la S on ata , de Z oltan K o d aly , y a la in te rp re ta c ió n en sí. E n el a rte n a d a h a y fácil. T ra to de re c o rd a r los pasos de P ed ro . E l tiem po aquel des­ pués de su p rim e r g ran triu n fo al c o n q u ista r el p rim e r prem io

No sé si P edro h a llegado a la cúspide de su a rte o 1 1 0 . Q uizá él lo sepa. O es posible, ta m b ié n , que lo ignore o que ah o ra no se p la n te e esta cuestión. T am b ién puede ser que to d a v ía p resie n ta m ucho cam ino an te sí por recorrer. P o r el m o m ento, P edro C orostola es n o ticia.

66

E ra el m om ento en que e sta b a asum iendo su p ropia re s­ po n sab ilid ad , en que, dejan d o tra s sí a sus m aestro s, com en­ zaba a quedarse solo a n te su destino.


«OROIPENAK» Por SABIN OLASCOAGA Irudi zait atzo izan zirala «Madalen eguna», «Madalen jaiak», «San J u a n jaiak», «San Marcialak», «San Fermiñak»... gure erri bazterretako jai alai età umore onekoak. A m ar urte barrii nere biotzak a rtu zituben. tau p a d a k , ez dira izan aguro .aztutzekoak, ain izan ziran benetan pozgarriak. San J u a n bezperan, jai alai onetan, nere anaiarekin, Oiartzuna joan nintzan neretzako gauz berri batik u ste ra. «L artaun’go Abesbatza», nere lagun jato rra dan Oñativia zuzendari duana. Abestu zituzten abesti zar aiek entzutean, negar malkoz bete zitzaikidan begiak. Benetan atsegingarria O iartzun’en pasa nuen. gaua, orrenbeste urte igaro barru, lenengoz jo an nintzanian. Urrengo egunean— San J u a n eguna— , Pepito Yanci, nere «Xey'ko» aspaldiko lagun jatorrarekin, gabez, E m a n i altiera joan giñan età an ere a rr itu ta gelditu

nintzan, bertako gaztedi jato rra ikusi ondoren. Zer za n ango umore berdingabea!! Milla eztarri baiìan geiago ziraden gau onetan era bereko ab e st'a k abesten. Oraindik gure izkuntza gogor dabil gure erri geinetan. Festa auek igaro ondoren, etorri ziran «Madalen jaiak» età Madalen bezperan, erriko semea naizelarik, nun. edo nun m u tu rra sartu nai nuben. K larinete zar b a t to p atu nuben età aspaldian jo ez arren, espaiìak benetan aunditurik, jo nuben gure antziiìako «CENTENARIO», gure kale nagusietan. Zer esanik ez dago, ainbeste lagun età ezagun ikusteak nolako m alkoak ixuri zitusten nere begiak. Azkenik gure eguna, «Madalen eguna». Gure Zaindariaren irudia inoiz baiìo politagoa ark itu nuben, gure dantzari, eresbatz, txistulari età erriko zuzendari danen a rte a n — auek alkate jauna buru zutela—Meza nagusi

67


bikaña, antziñeko abeslari askorekin, baño...! ni, e rabat m a rra n ta tu b a , entzun besterik czin egiñean! Dana dala, zorion beroak alkate ja to r eta lagun obe dan Mugika’t a r E r ra m u n ’eri. Festa alai, umore eta pakez betea. Baita ere zorionak, Ansorena abade jato r orreri, aiñ ederki zuzentzen dubelako «Andra Mari Abesbatza», naiz lan neketsua izan, bai gogoangarria e rriarentzat. E ta Iñaxio Ubiria, gure Eresbatzeko zuzendari gazte berri oneri, nere bosteko m aita g a rria —oraindik so ñu ederra dauka gure E re sb a tz a k — . Zer esanik ez gure Txistulari bikaiñ aberi, Lixardi buru dutela, egun gogoangarriak gogora arazi zizkidaten. «Boni’ren» a lpargata aundiaren azpian, goizeko bederatzitako Zortzikoa jo zutenean. Eskerrak danori! U rtee tan a n n e r a joan arren, gazte arkitzen nintzan nere lagun zar eta gazte askoren ondoan. E rria goruntz dijoala zer esanik ez dago. A rriturik ibilli nintzan festa

68

oietan, età oraindik ez det itxaropenik galdu urte asko baño lenago, Jaungoikoaren laguntzarekin, azken kond a rra k b ertan igarotzea. J a u n a k ala nai dezala! Nere etxeko senide guzien azken agurrarekin, negar malko asko ja u rti ondoren, berriro emen gaude IparAm eriketako, New York onetan, orain a m a r urte bezela. J a u n a re n laguntzarekin lantegi polit b a t ark itu det emengo denda zarrenetako batean, eresi sezioan nago eta bertan e n tzuten d itu t egunero txistulari asko — Polentzi Gezala, Donostikoak, eta a b a r— Coro Easo, Maitea, Bikondoa, Yanci, Zelaia eta beste milla... Oieri eskerrak iduritzen z a it nere biotza zuen a rte a n arkitzen dala. Besterik gabe, gazteok, jarrai a u rre ra ü Zuen eskuetan dago Euskalerriko etorkizuna. Zueri, beti erriko-semea izanik, or dijoakizue nere O R O IPE N A ! biotz biotzez.


Comparsa de «minorettes» de Rentería. Otra realización que ha recibido el apoyo de la Caja de A horros M unicipal de San Sebastián.

VEINTICINCO AÑOS DE ACTUACION DE LA CAJA DE AHORROS MUNICIPAL, EN RENTERIA Asomamos esta vez a las páginas de la revista OARSO en un m omento ciertam ente im portante. El pasado 15 de abril se cumplieron los 25 años desde que la Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián instalara su pri­ m era sucursal en Rentería; y esto sucedía muy pocos días después de que se celebrasen los 93 años de la propia fundación de la Caja, allá en el año 1879. Ambos períodos son lo ba sta n te significativos como p a ra recordar, aquí y ahora, algunas de las relaciones que han caracterizado la actuación de nuestra Caja de Ahorros Municipal. E n el pasado año de 1971, se ha alcanzado la desta­ cada cota de los 10.000 millones de pesetas de ahorro depositado por nuestros clientes; a más de 5.000 millo­ nes de pesetas ascienden los créditos concedidos a p a r ­ ticulares y empresas pa ra resolver problemas como el de la vivienda, la agricultura, la pesca, el comercio, la industria, y muchos más; la cantidad distribuida en Obras Sociales ha sido, en ese año, de 72 millones de pesetas, y el número de oficinas abiertas al público en la provincia de Guipúzcoa es de 56.

Estos hechos concretos no son más que una m uestra de la confianza que nos concede el pueblo guipuzcoano, al que tra ta m o s de servir solucionando sus problemas y atendiendo sus necesidades. E n nu e stra actividad tra tam o s de llegar siempre al hom bre y queremos dis­ tinguirnos precisamente por esto. N uestra atención quiere ser la más personal, la más agradable y la más simpática. Nuestros créditos y nuestras obras sociales se piensan y proyectan para el hombre y se estudian y resuelven en función del mismo. En la línea de moderni­ dad que viene siguiendo la Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián, adecuaremos nuevas fórmulas y nuevas técnicas para prestar cada vez un servicio más completo. Creemos que de esta m anera, sirviendo al hombre, servimos tam bién al progreso y al desarrollo de nuestra provincia. Por lo que a Rentería se refiere, fue la sexta sucursal de la Caja de Ahorros Municipal, y la segunda en la provincia. El incremento que fue adquiriendo la oficina, coincidente con el crecimiento demográfico y el desarrollo económico y social de la villa, hizo necesario que en 1969 se abriese una nueva, ésta localizada en el Barrio de Galzaraborda, con la cual son dos, en estos momentos, las sucursales de la Caja en Rentería. La participación de la Caja en las iniciativas de sus h a b ita n te s ha sido, d u ran te estos veinticinco años, amplia y variada. Vamos a resumirla considerando, fundam entalm ente, los capítulos de créditos y obras sociales.

69


A 740 asciende el número de créditos vigentes en esa fecha y que van cumpliendo su regular período de am or­ tización, concedidos por la Sucursal de Rentería. Su importe rebasa los 150 millones de pesetas, de los cuales 109 millones corresponden a créditos p a ra compra de vivienda, 25 millones a la industria y 16 millones al comercio y otras atenciones. Queremos, tam bién, m en­ cionar los siete créditos al honor, por suma total de 400.000 pesetas, concedidos a estudiantes renterianos p a ra financiar los gastos de sus respectivas carreras universitarias. E stas cifras indican bien claro el tipo de necesidades hacia el que se han canalizado con preferencia estos créditos. H an sido la vivienda y la industria los sectores que h an requerido una m ayor dem anda de crédito. La primera, consecuencia del crecimiento demográfico de R entería, y la segunda, como exponente de su tradición industrial. Sabido es el carácter netam ente provincial que tie­ nen todas las Obras Sociales de la Caja de Ahorros Muni­ cipal de San Sebastián. Sin perjuicio de esto, y como realizaciones físicamente localizadas en el pueblo, R en­ tería dispone de un Centro de Formación F am iliar y Social instalado en el Barrio de Galzaraborda. Con él, como con todos estos Centros, se persigue el perfecciona­ miento y la promoción cultural y social de la m ujer casada que vive en ambientes obreros. Ciento doce m u ­ jeres han asistido d u ran te este curso a las clases que en ellos se desarrollan, habiendo pasado por sus aulas, desde su inauguración en 1968, más de 250 señoras. Los frutos obtenidos son muy positivos y han cristalizado ya en una serie de actividades concretas en beneficio del pueblo. E n el aspecto de la educación de los niños subnorm a­ les, se encuentran muy a d e lantadas las gestiones enca­ m inadas a d otar a R entería de un Centro de Educación de Subnormales acogido al P a tro n a to San Miguel, Obra Social de esta Caja de Ahorros Municipal, en el que sean atendidos y reciban formación especial los deficientes m entales de la villa y sus alrededores. Tam bién ha colaborado la Caja con los Centros Culturales, Benéficos, Docentes, Deportivos y Recrea­ tivos del pueblo, habiéndose distribuido en los cinco últimos años en estos fines, 800.000 pesetas. No podemos tampoco dejar de citar la labor callada y desinteresada, pero muy efectiva, de los miembros del Consejo Local de la Sucursal de Rentería, compuesto por vecinos m uy vinculados y plenam ente integrados en su vida, que con su esfuerzo y dedicación han coope­ rado de forma elicaz al desarrollo de nuestra Caja en esta e ntrañable villa de Rentería. Y pa ra term inar sólo nos queda sumarnos al pueblo en sus fiestas patronales y esperar y desear que nuestra Institución siga figurando en la van g u a rd ia de la partici­ pación en sus iniciativas e inquietudes, sabiendo que de esta forma ayudam os a su bienestar y prosperidad.

70


GURE ALK ATEEN E S K U B ID E T A E G IN B E H A R R A K J. A. LOIDI E z d a k it gau rk o a lk a te e n eskubide ta e g in b e h arrak n o rain o iriste n d irá n , b a in a honela a ito rtz e n zuen gure a n tsin a k o lege b a te k : « P o r c u a n to los A lcaldes ordinarios de la p rovincia tie n e n y ejercen de tiem p o inm em orial, jurisdicción civil y crim in al, a lta y b a ja , m ero y m ix to im perio, en la p rim era in sta n c ia de to d a s las causas de los vecinos y m o radores de su ju risd icció n ...» . (T ítulo I I I , cap ítu lo V) (7-2-1588). B a d iru d i h o n ta z , gure a n tsin a k o a lk a te a k , h e rri-ja u n tx o h a u n d i x a m a rra k zirala. H o ri d ala ta , edo h o b eto esan, h o n ta z iñ o rk z a la n tz a rik izan ez zezan, b a d a -e z p a d a k o a n ere, h o n a b este h a u :

71


«L a ejecución de los m a n d a m ie n to s de la P ro v in cia y de los A lcaldes ordinarios y de la H e rm a n d a d de ella, se h a reconocido siem pre m u y n ecesaria y conveniente al bien p úblico, y b u e n a ad m in istra c ió n de la ju stic ia ; y p o rq u e nin g u n o se d e sm an d e en desobediencias y d esacato s... de aq u í en a d e la n te c u alq u ier p ersona, p o r p o d ero sa que sea... q u e to m a re las c a rta s... e m a n ­ d am ien to s... de los A lcald es... y au n les in ju ria re n en sus p erso n as... que solo p o r ello, sea d e sterra d o de la P ro v in c ia p o r dos años»... (T ítu lo I I I , cap ítu lo X X I I ) 10-1-1484). E ta h a u guzia g u tx i izan ez b a litz bezela: «Q ue... los A lcaldes ord in ario s que al p rese n te son y que en a d e la n te fu eren en las ciud ad es, villas y lu ­ gares de G uipúzcoa, conozcan (tam b ién ) en... to d a s las causas p erten ecien tes a los cinco casos (R obos, fuerzas, fuegos, ta la s y co rtas y asechanzas p a ra h erir o m a ta r, o h irieren o m a ta re n en cam inos m o n ­ tes e yerm os fu era de las villas cercadas y en tre no •*vecinos de u n lu g ar, o de noche...) ... que conocían los siete A lcaldes de la S a n ta H e rm a n d ad » . (T ítu ­ lo I I I , c ap ítu lo X X X I) (13-12-1688). G ure a lk ateen eskubide h o riek ik u sita ez d a h a rritz ek o A ita L a rra m e n d i bere «C orografía de G uipúzcoa»’n honela ia rd u te a : «Todos los alcaldes, cad a uno en su villa y ju risd ic ­ ción, a n d a n con v a ra le v a n ta d a , tie n e n asiento p re e­ m in en te en los tem p lo s, a d m in istra n ju stic ia en au diencias verb ales por sí solos, y en las o tra s por asesor, y de su elección, y les to ca p o r fuero en p r i­ m era in sta n c ia las causas civiles y crim inales de su ju risd icció n . P re n d e n , encarcelan, m u lta n , castig an , d e stie rra n los d elin cu en tes, según el proceso». «A lkate» d alak o izen itsu si h a u , a ra b ia ta rre n iz k u n tz a tik , beren «al cadi» d a la k o tik h a r tu a degu e u sk ald u n o k . E ta beren iz k u n tz a n «epailea» ta « ja u rla ria » , « a g in taria » , esan n ai ornen du. E ta gure a lk a te a k ere, beren h erri ta h e rrita rre n eragilleak, lege-egilleak ez ezik, epailleak ere izan b e h a r zu ten ziur aski. B e ra k z u ten , b eraz, b eren gain in d a r g aitza b a in a , b a ita ere, Ja u n g o ik o a re n a u rre a n eta b eren h e rrita rre n a u rre a n , e ra n tz u n b e h a r g ogorra. E ra n tz u n h o n ta z ari zan noski A ita F rancisco V ictor A riztim u ñ o , A ra n tz a z u k o P ra n tz is k o ta rra (1798-1873), jo a n dan gizaldiko erd iald era gure h erri h a u e ta n b a rre n a o ju k a, b e ra k zion bezela, Isai ig arlearen a n tz e ra . « E x a lta vocem tu a m ü ... O tseguizu, ez issildu: tro m p e ta b a te n era n eguizu d e a d a r e ta a d itc e ra em an (...) nere erriari bere b e c a tu a c...» . H o n a, z a tik a g aurkoz, egunen b a te a n osorik a rg ita ra tu nai n u k e a n , bere eskuz id a tz ita k o h a m a r o rrialdeko serm oi b a te a n diona: «A lferric oraingo c ris ta u a i ipiñico zaie beguien a u rre a n gure R eligioaren s a n tid a d e a , Ja u n g o ico a re n leguea edo a m a r m a n d a m e n tu a c , e ta Jesu cristo ren E v an g elio a, e ta esango zaie Religio, legue e ta E v a n ­ gelio oriezaz conform e vici b e a r d uela. G ogorra da, eranzungo due, itz eguiteco m o d u ori, gogorra da

72

d o c trin a ori, e ta guciaz esca n d a liz atce n d irá...». «...A lferric esango zaie ez b a ca rric p ro jim o guciac, b a ita ere etsaiac a m a tu b e a r d irala, gaitz eg u iten dig u n ari, g orroto d ig u n a ri on eguin b e a r diogula, in ju ria c b a rc a tu b e a r d itu g u la ; e sca n d alitzatcen d irá E vangelioco d o c trin a onezaz e ta gogorra dala, dioe, m a n d a m e n tu ori ecin cu m p litu lite q u ea la...» . «A lferric esango zaio, tr a ta n te edo com ercian te b a ti, g aizto a d ala tr a tu ori, tr a tu o rre ta n ira b ac i d u a n gucia la p u rre ta g arb i b a t d a la ...; gogorra d a, esango du com ercian te orrec d o c trin a ori, e ta E lizaco ja q u in su e ta Teologo guciac b añ o obeto d aq u iela berac cer e ta ñola eguin b e a r d an tra tu a ...» . «...A lferric d a esatea oraingo c rista u ascori, R eligioac, E v an g elio ac e ta Ja u n g o ic o a re n legueac a g u in tc en digula g arb iac iz a te a p e n sa m e n tu , itz , e ta o b re ta n , ez escandaloric edo ejem plo gaiztoric e m a tea . B erac escan d alizatcen dirá d o c trin a onezaz, desprecio andi b a t eg u iten due, e ta desprecio a u déla m e d ian te, secreto an edo beren b a c a rd a d e a n b era c jaq u in g o due ñola d a b iltz a n , b e in tz a t p u b lico an e cu sten d añ a d a, e sc a n d alizatce n dirala Religio e ta E v a n g elio a ren sa n tid a d e a z beren conversacio e ta itz eguiteco m odu ciquin e ta ich u sia q u in ; e ta ez au b a c a rric, baicic p lazan , calean, vide p u b lic o e ta n dem o stracio eta q u iñ a d a deso n esto ak eg u ite ra • a tre v itc e n d ira la ...; de b rac ete nesca m u tillac d ijo acela...; u ju eta a ja Ja u n g o ic o a ren m in istro ari...» . «...A lferric esango zaie oraingo crista u a i s a n tu a dala gure R eligioa, sa n tu a c S a c ra m e n tu a c , sa n tu a c bere M isterioac, santuac' g ure E liza sa n ta c celebratcen d itu e n funcioac... ¿ N orc ecusi du E rri o n e ta n b e rta n R eligioaren sa n tid a d e a ren c o n tra e m a te n d irán escandaloac becelacoric ? ?N orc ecusi d u Elizaco funcio b ita rte a n o s ta tu , c a n ta jo c u a n , p e lo ta n e ta b este d iv ersio etan em ate n d a n becelaco e sc an d a lo ric? ... « E ta , ¿ ñ o r izango d a responsable Ja u n g o ic o a re n T rib u n a le a n escandalo oiegatic ? E rric o A utorid adeac...». E ta , ñ o r zan, gald etzen d e t nik, gure h e rrie ta n , «errico a u to rid a d e a » ? A lk a te a ü ... E z al zioten b ad a esan: «...que los A lcaldes o rd in ario s de la P ro v in c ia h a y a n ju risd icció n p a ra conocer, e lib ra r to d a s, e cualesq u ier cuestiones, e d eb ates, q u ier civiles, q u ier crim inales que se m ovieren, e se d e n u n cia re n ...» . (T ítu lo I I I , c ap ítu lo X IX ) (20-3-1357). «E se d e n u n c iare n » . H ona hem en A ita A riztim u ñ o -ren s a la k e ta g a la n ta k . E n tz u n al zitu e n ord u k o a lk a te a k ? E gin al zuen ezer d ea b ru k eri horiek zuzentzeko ? B aiezkoan nago. G ure lege b e ra k zioten: «Q ue los A lcaldes ordinarios, cada uno en su ju ris ­ dicción te n g a n cargo de escu d riñ a r y h acer pesquisa a costa de los concejos... que te n g a n m u ch a diligencia, so pena de cada cien m il m a ra v e d ís...» . (T ítulo X L I, ca p ítu lo II) (1527). E ta ez d e t e n tz u n sek u lan gure h erriko k a la te b a te k ehun m illa «m arav ed í» iñoiz o rd a in d u d u en ik ...


I

ENLAS MONTAÑAS ALTAS Por RAMON MUGICA Media hora antes de sufrir el fatal accidente, mientras cruzaba el nevero en que luego se hundiría, fue tomada esta foto de Maite.

H a y rumores que no acaban más que en murmullos. Cuando éstos van cogiendo fuerza, quedan entre uno o dos y mueren en un silencio tácito; pero a veces v an corriendo de boca en boca, de grupo en grupo y estallan como una bomba, term inan siendo noticia, ya con la alegría desbordante y fulgurante de un fogonazo o con la crueldad am arga y fatal de la explosión, nefasta, que produce heridas hondas en el alma. La noticia escueta que conmovió a Rentería: Maite Ugalde se nos había quedado pa ra siempre en la m on­ tañ a ... ...Luego vinieron las largas horas de espera... La noche iba cayendo lenta y brumosa, el camino subía lleno de sombras, de olorosa hierba, de canciones, de ilusiones anhelos y recuerdos... De pronto, un coche negro subió por la em pinada cuesta. Sus focos oscilantes parecían los ojos de un m onstruo ebrio que avanzaba tam baleante portando en sus brazos la delicada carga; sus ruidos trepidantes rompieron los silencios, los murmullos, e irrumpió entre todos hollando las esperanzas m uertas, Yo la había visto muchas veces. Alma m añanera, con su atuendo m ontañero, con su m oclrla cargada de ilusiones. Alta, erguida, con la frente despejada, con sus cabellos negros y ojos de azabache y mirada limpia... Ahora la contem plaba tendida e inmóvil, con el rostro sereno, con sus ojos cerrados para siempre. Parecía la doncella a quien, como en las leyendas, el abismo la había atraído hacia sí, la había hecho su presa, la había arrancado la vida, allá muy lejos... en las m ontañas altas.

73


Fotografía original del montañero renteriano JESUS HOSPITALER, que obtuvo el prim er premio en el "S alón de Primavera" del C. D. Navarra, de Pamplona, el pasado mes de mayo. Este concurso es, quizá, el más importante de los que se celebran en España dedicado a la fotografía de montaña.

ESCALANDO Por «URDABURU» Son las seis de la m añana cuando me despierto en el pequeño refugio. Al abrir la v e n ta n a oigo un ¡ay! acom ­ pañado de un «taco». Es que he pisado a un m ontañero de los muchos que están durmiendo en el suelo. Cosa lógica y normal cuando en un refugio en el que hay diez literas, aquel día de agosto pernoctábam os tre in ta y ocho personas. Un verdadero record. El día. se presenta espléndido y rápidam ente des­ pierto a mi compañero. E n 1111 voleo nos vestimos y cuando bajam os lo hacemos con las botas en la mano, pensando que en caso de pisar a otro, le haremos menos daño. P a ra empezar, desayunam os fuerte. Luego, con prisa, elegimos el m aterial, y cargando un pequeño morral con agua y comida de pared, nos ponemos en camino. E n

74

seguida nos encontram os rem ontando la dura pendiente de cascajo que nos lleva a la base de la pared. Afición, pasión, am or propio... Envueltos en aquel gran silencio nos encordamos y sin pensarlo dos veces mi compañero ataca el primer largo. Le sigo, y cuando llego donde él, prosigo yo en cabeza por una especie de chi­ menea descompuesta. Así, largo tras largo avanzam os, seguimos subiendo, continuando otra vez con esa lucha que más que con la roca, es contra nuestra fuerza física y, a veces, contra el miedo. Sigue mi compañero y por 1111 resalte de roca le veo desaparecer. Me encuentro solo entre el cielo y la tierra, solam ente unido por una cuerda que es como 1111 vínculo fraternal que me liga con mi amigo. Veo que la cuerda 110 corre. —¿Q ué sucede?— pregunto. — Estoy en un mal paso— me contesta. Agarro más fuerte la cuerda por si hay 1111 posible «vuelo». Al poco noto cómo la cuerda se arra stra muy


lentam ente y ¡ya está! La cuerda ahora pasa rápida por mis manos y mi hombro. ¡Por fin!, ahora le veo. In te n ta llegar a u na plataform a de reunión. La superación es bru ta l pero llega a esa reunión. Desde allí tensa la cuerda y voy hacia él. Me anim a, lanza gritos de alegría y e n to n a —sin que venga a cuento— , el «Dos gardenias para ti». Aunque la voz de Machín la im ita m uy bien, está aporreando cruelmente el pentagram a. Cuando llego, lo primero es un trago de agua y media docena de dátiles. Luego mediamos algunas palabras sobre los dos siguientes largos, los más fáciles de la escalada, e inicio el primero de ellos que empieza con un extraplom o en libre de pocos agarres aunque seguros. Cuando domino este trozo, que no respeta la ley de la gravedad, miro debajo de mis pies y experim ento una e x tra ñ a sensación abism al que se pierde en el fondo de la canal, trescientos metros más abajo. lie llegado a una pequeña e incómoda plataform a y aviso a mi compañero que ya puede subir. E s él quien continúa el siguiente largo, descompuesto, y que term ina con otro extraplom o. Tam bién salva éste y hace una nueva reunión que es la novena de la jornada. Desde allí ya volvemos a subir unidos trepando a la vez por terreno fácil. La verticalidad ha desaparecido y por fin pisamos la cumbre. Un apretón de manos sella el final de la conquista y el principio de una larga tu m b a d a en la cima, acari­ ciados por la suave brisa del atardecer y gozando de aquellas perspectivas que compensan de los malos ratos y las penalidades de un difícil «largo» o de una incómoda reunión. Es la compensación del m ontañero, el triunfo de cada cumbre, basado en una v o lu n ta d que sabe su je ta r los nervios y en las energías de un cuerpo que sabe sufrir. Cuando nos incorporamos p a ra iniciar el descenso, recordando que aún nos quedan algunos rápeles p a ra volver a la base de la m o ntaña, percibimos la presencia de un águila que revolotea sobre nosotros, quizá asom­ b rad a ante la osadía de quienes invadimos sus dominios.

75


B b o t c -b e c o e -b a m O

[LíEflRIKfflAfK

EUSKAL POESIAZ ZENBAIT AGERPEN ETA KONPARAZIO X A B IE R LETE

•YMfOLAS O R M f lE T X E E

'O H íY E

EUSKStDWffilC

Poesía, histo ria n zehar, lite ra tu r gene roeta n za h a rre n e ta ko a da. Z ib iliza zio zah arre ta tik hasi, aintzin ako G rezia kla sik otik pasa, Erdi A r o k o po e sia erlijio so , g u d a tia r eta p r o fa n o a ikusta tu, eta, azkenik, re n a z im e n tu tik ho nu ntz po e sia m o d e r n o a k ib ili du e n bidea kontuan ha rtu on d o re n , ga rb i a d ie razi liteke po esiak, eta lite ra tura k orokorki, g a r a ie a n g a raieko f u n tz io a rtis tik o eta gizartets u bat bete d u e la ; eta fu n tz io hori, m oldakizun eta kon tra ja rtz e askore n erdian, gutxi gora behera gizarte a re n alda keta soziale i lo tu rik joan déla. H ó r re la izanik, ga ur p o e s ia r i bu ruz guk eduki ditzazkegun iritziak ezin litezke, iñ u n d ik ere, n o b e d a d e hutsa izan. Hala ere, ho rre k ez du esan nahi p o e s ia r e n itxura eta egiteak r e p etiz io hutsa diren ik . Hain zuzen, guk bizi d u gu n eta Euskal He rria k bizi duen ga rai h isto rik o a oso berezia da. H ó rr e la izan ik, orain a rte ra in o k o h is to ria re n o n d o re n a k ga ur be rrit xura tze n diren bezala, po esiaren b e te b e h a r eta m olda ketek ere g a ra ia ri doakion aidea hartzen du te, eta eg inkizun h o rre n x e h e ta s u n a k t e o ria n eta praktikan á rg itz e n d irá . Hori h ó rrela gerta tzen denez gero, po esia eta a rte a ri bu ruz ik 'js m o ld e d e s b e rd in eta askotan k o n tra d ik to r io r ik egon lite ke. Eta, g a rbiago esateko, badago. Euskal H a rrik o p o e s ia g a u rk o tia rra , h e m e re tz ig a rre n m e n de aren bukaeratik orain arte egin dena, berezi xam arra izan da. Gure herria ren h isto ria ere berezia izan den bezala. G ure histo ria , Europako kon testoan , h is to r ia atze ra tua izan den bezala, gure lite ra tu ra ere lite ra tu ra atzeratua izan da. Frantziako e r re bo luzioa re kin hasi eta k arlis ta g e r ra te e ta n nabari diren gure h e rria re n na h a s m e n d u eta h u ts u n e po litik oak, gutxi go ra ba hera he m eretz igarren m endearen bukaeran, ab e rtz a le ta s u n a re n sortzearekin hasten dirá ga inditzen. Horrekin batera, euskal lite r a tu r a b e rr ia b e re itxura p ro pioa hartzen hasten da, eta naiz itx ura hori, fo rm a eta gai aldetik, ora in d ik ahula izan, ezin uka lite ke h e lb u ru p o litik o zehatz b a t edukitzeak garai hartako lite ra tu ra re n itx ura tz a ileei ba tasun eta lanerako go go burruka tza ile be ha rrezk o bat eman ziela. H u ra benetako pizkunde ed o b e rbizkund ea izan zen. Naiz eta ga rai hartako p ro d u z io a al de asko tatik b e g ira tu ta k ritik a g a rr i eta akasdun izan, ez dezagun iñoiz ahaztu ge roa go ho b e a g o tu eta n a h a s ik o ziren e s p re s io e n le he n u rra ts a izan zela. M o g im e n d u hura, h o b e re n e k eta askeenek ere be rb iz ku n d e tza t zeduka ten. Honela zion, ad ib idez, X a b ie r Lizardik bere po em a ba te a n : Izotz-on doko eguzki ne gu a re n p a r re ole rk a ria k n o iz p ait iri g o ratzarre . Emeki duk itxaroz piztu g a rai la rre u d a b e rri la m ie k la rre o n batzarre. eta p o em a berean, a u r re r a g o : Izotzak esta li zuen gu re Euskal Erria m intzo ozenak zabaldu be rbizkun b e rr ia ; itzal-zoko ndo etan , lo re, izotz bitxia ba iñan are n ga iñ e tik ja un tze n eguzkia.


G a rb i età oso o n d o a d ie ra z ia dago, «m intzo ozen» h o ri ab ert z ale tas un sortu b e r r ia r e n m in tzo a dela. Età m in tz o h o r r e k zabaltzen duen «b erb iz kun de berria», b e r b iz k u n d e po litiko età k u ltu rala; kultu ra h o rre n b a rr u a n lite r a t u r a età p o e s ia sartuz. Baina gu re b e rb iz k u n d e hori, h is to r ia o b je tib o tik be giratuta, b e ra n d u tia rra zen be zala, lite ra tu r a età po esia ere nahiko beran d u tia r r a k ziren. Esate baterako, he m e re tzig a rre n m endean età o g e ig a rre n a re n h a s ie ran Europako lite ra tu ra n g e rta tu ta k o m og im en du età erak, Euskal H e rrian ia zeharo ezezagunak ge nitu en . M o g lm e n d u haien pa reko rik ez zen hem en gertatu. G a u r p o e s ia ri bu ruz ari g e r a n e z ge ro, oso be raziki ikusi behar ge nitu zke a ipa tu ta ko d e n b o r a ld i harta n Europako nazio bu rg e s au rrera tu e ta n gerta tutako p o e s ia -fo rm a be rriak. B au d e la ire baten e rro m a n tiz is m o o n d o r e n a ; M a lla rm e k martxan ja rrita k o «m o de rnism oa» deitu zen jo era . H o rren o n d o re n , Paul V alé ry, Eliot, J u a n Ram ón Jim é n e z età h o r re la k o e k e ra b ilita k o s in b o lis m o h e rts ia , etabar... Espainian, esa te baterako, m o d e rn is m o a Frantziako m o ld e e ta tik hartu età eragin z ue na Ruben D a río izan zen, età gutxi go ra be he ra p o e s ia -m o ld e h o r r i ja rr a it u z em a n zen, bai ta ere, ezagutzera, Espain ia ko « g e n e ra c ió n de l 27» de itu a izan zen poeta sail fa m a tu a (G a rcia -L o rca , Rafael A lb e r t i, Luis C e rn u d a , J o rg e G uillé n, etabar). A z k e n h a u e n poesia, k u ltu ra klasikoz oso o m itu a età im a gin ez h e rts ia izan zen sarrita n. Hala ere b e re n moldeetatik, garai harta ko e rre a lita te h e rrik o i bati era ntzun estetiko ba lio tsu bat em ate n saiatu egin ziren, età, n e u r r i au nd i batean, na hi h o ri o n d o bete zuten. Hala ere, hau gu zti hau, izen età «ismo» horie k, ho r zeh ar zer gerta tu zen are n e x e np lu tz a t e ra b ili ditugu. Euskal H e rriko poesia martxan j a r r ib e r r i hartan aip a tu ta ko m o g im e n d u h o rie n pa reko rik ez zen g e rta tu. H u ts u n e horiek, beste h u ts u n e asko bezala, ez dira eu skera ren berezko akats, e s p a b ila tu batzuek uste izan ohi dutenez, gu re he rria re n h is to ria re n pareko ah ulezia p a s a k o rra baizik. D e s m o ldatze histo riko a k , a le g ia . Nola nahi de la ere, ord u k o e u s k a l p o e s ia n gauza onik egin zen. G arai hartako poeta h o b e r e n e n artean be gira tu ta , h o r ikusten du gu X a b ie r Lizardi bat. L iz a rd ire n poesia, nahiz lirik oa , fu n ts e a n e rr e a lis ta da. Liz ard iren li rik a fin a, e rre a lita te a re n deskrib iz io in p r e s io n is ta baten ze rb itzu ra dago. B e re po es ia in p r e s io n is ta ta n k erak o a zen, n a tu ra le z a r i età m aita sun ezko s e n tim e n d u e i doazkien gaietan beintzat. B e re m e ta fo ra età im a gm ak abera ts età u g ariak izanik, ia beti e r r e a lita t e giz a rte ts u o ro k o r bati lo tu rik da ude (bere azken d e n b o re ta ko p o e s ie ta n , zer e s a n ik ez). Baina handik a u r r e r a Europan, età Euskal H e rria n ere bai, gauzak aldatuz jo an dira. A ld a k u n tz a horie k gu re h e rr ia r e n heziketarekin zer ik u ste rik badute, età badu te ik u s te ro r ik lite ra tu ra età po esiak azken b e r r o g e ta m a r re n bat urte ha ueta n s u fritu età gozatu ditu en kontradizio ekin . Izan ere, E uropako Iehen ge ria te na gu sia re n o n d o re n , ora in arte aipatu d itu g u n jo k a b id e età e sko la lite r a r io ho rie n aurka, ed o ho rie n a u rrea n be intz at, beste egite mota bat oso bereziki n a b a rm end u zen po esian, età m olde e r a b e r r it u h o ri poesia e r r e a lis ta r e n a izan zen. Poesia e rre a lis ta ez da o g e igarre n mendeko as m akiz una; hala ere a rr a z o i soziai età b u r r u k a oso sakonak zirela m ed io (le h e n b izik o estadu s o z ia lis ta re n eraik itzea, etabar), garai hartan b e r rir o piztu zen. E rre a lis m o hori defìn izio po litik o aldetik azken m ug e ta ra e ra m an ta , z e n b a it tokitan età zen b a it urtez « e r re a lis m o sozialista » d e itu a izan da; età jo k a b id e b e rri horrek, po esiaren be te b e h a r h e rrik o i età b u rru k a la ria k aipa-

tzeaz ga in e ra , s o z ia lis m o a re n a p o lo jia ed o la u d o r io a egitea bere h e lb u r u t z a t hartu zuen. P oe sia ren jo e ra h o rre n età lehen aip a tu ta koe n arteko eztabaida età is ka nb illak o ra in d ik o r a in g o gerta kizun età anekd ota ditu gu. Età e u s kaldun ok, gutxi bada ere, g e ure p o e s ia re k in iska nb illa ho rie ta n sartu eg iten gera, jo e r a età bidè zuzen zehatzak arkitu nahiaz. Zala ntzik gabe, ge rla osteko e u s kaldun p o e s ia orain urte ba tzuetatik h o n u n tz aldatzen ha sia zen. Funtsik ga beko es ka pism o lirik oak (no la bait de itz e a rre n ) alde batera utziz, eu skal poesian geure he rri z a p a ld u a re n p ro b le m a tik a era biltzeko nahia nabaitzen da (Salbato re M itxelen aren po esian, esate baterako). Beste alde batetik, Jo n M ira nde ren ja rd u n a k adie razten duenez, euskal p o e s ia ) poliki bada ere, h e r ts id u ra m ora l età e rlijio s o e ta tik lib r a tu z zijoan Baina n e u rri au nd i batean gai età f o r m a a ld e tik aldakuntza hori erro tu zuena G a b rie l A r e s t i izan zen. Gauza ja kiñezkoa, da e t a e s a n b e h a r rik e z dago, orain urte batzuk a u r r e t i k « H a r r i t a Herri» lib u r u a k sortuta ko arra kasta. L ibu ru ha rtan, hain zuzen, lehen aipatu ta ko e r r e a lis m o b u rru k a la ri baten le hen urra ts a k agertu ziren. A r e s t ir e n ik u s m o ld e po litiko a k ; bere b e rtso g in tz a askea; be re jo k a b id e ik o n o kla s ta età era berean mito b e r rie n m itifik atz ailea; bere b e rts o la rie n g a n d ik a k o m olde età ne urria k... o s a g a rri guzti h o rie k oso g a rra n tz its u a k izan ziren, e g ile are n izena hedatuz, po esia m ota hori era b e rr i baten a in tz in d a ritz a t ha rtu a izateko. P o e sig in tza h o r r e k zen b a it po eten ga n in flu e n tz ia izan zuen; gazteengan, batez ere. Hala ere, h o ri guztia m o m e n tu baten konkretatzen den p o e s ig in tz a bat da. Beste «gintzak» be zala, ez da de fìn itibo a ez età ere ja r ra i liteken bidè ba karra . Z e rg a tik? B eh ar bada, p o esiaga na ko ne re ik u s m o ld e a ald a tu z doa, età gure he rria re n erre a lita te a bera ere bai, aldatzen a ri da; aldatzen età ge ro ta ge hiago konplikatzen. O rain urte batzuetako h a uste be ha rrezk o harek irikitasun o n u r a g a rr i bat eka rri du, bain a beste alde batetik ga uzak b e g ira tu ta ga ur egun ja r r a ip id e zehatzik ez da nabaitzen. Urte hauek, zalantza askore n erdia n, bideak urra tu z età ate ra bidea k billatzen ib iltzekoak dira, età g a in e ra ga ur eguneko kon tra dizio politik oak ere o ra in d ik zalantzan da go en e s p r e s io b e re zia g o bat arkitu be ha rko du te. Gauza asko ri b u ru z gald egin liteke età p o e s ia r i b u r u z ere bai. Poesia, nere ustez, erre a lita te a itxuratzeko età refìguratzeko era bat da. Baina erre a lita te a itxura tzea ez da b e re a la erre a lita te ho rre k ematen ed o p re sen ta tze n dizkigun era età azaleko fe n o m enoak kontatzea. Errealitate a itxuratzea, hain zuzen erre alita te h o r iin t e r p r e ta tz e a e r e bada; e t à in te r p re ta tz e hortan e rre alita teare n datoak beren f u n ts e z k o lo tu ra età arra z o ie kin aztertu b e h a r dira. Gauzak hó rre la begiratuta, p o e s ia re n a h a lm e n a antzutu be ste r ik ez dugu egiten bere ala ko b e te b e h a r «sozio lo jik o» batzuen f u n tz io r a jartz en badugu. Ira ku rle batek po e s ia ira kurtzea n ez ditu po e sia horta n be re eg un e ro ko bizitzaren f ig u r a età im agin a soilak arkitu be har. Poesia irakurtzerakoan, ordea, e rre a lita te b e rritx u ra tu bat arkitu behar du ira kurle ak ; e rre a lita te zabal sakon età a b e ra s tu a g o bat. Beste poesiak berriz , n a tu r a lis m o edo p a n fle to hutsa den h orrek, ge hienetan oso gutxi ba lio du. H o rre k ez du esan nahi nik p o esiaren in plikazio g izartetsua k iñ u n d ik ere gutxie sten edo ukatzen ditu d a n ik ; in plikazio h o rie n m un du a, a rra zoi età xehetasunak sakondu egin b e h a r di re la esan baizik. Età gai honek beste p ro b le m a ba tera g a r a m a z k i: f o rm a r e n pro b le m a ra , alegia. A r t e gai gu ztietan bezala, po esian ere f o rm a re n pro b le m a k o s o g a r ra n tz its u a k dira. Izan ere po e s ia bat eskribitzen

77


ed o konposatzen denean, hitz batzuek aukeratu eta era b ili behar dirá. Hitz horie k eta hitz ho rie n ord en az io pla stik oak id eia edo se n tip e ne n m am ia argitzen dute, eta, era berean, ideia, se n tip e n edo ikusmen hura be ra itxuratzen la gundu. Izan ere, gure b a rrua n dagoen m aterial h o ri ez da ga itasu n poetik o ra heltzen, era po etik o batean adie razia edo o s a tu a gertatzen ez den bita rte an. Ho rrek ez du esan nahi bat z erb ait e s p resa tze n hasten denean esan be ha r duen h o rre n ja be ez denik (ho ri irr a z io n a lk e r ia hutsa litzake); h o rre k esan nahi d u e ñ a hauxe da: la nb ro artea n dagoen lehen id eia era gikor hori, e s p r e s io a r e n bitartez eta e s p re s io berau osatuz doan arabera, hura ere osatzen eta f o r m a re n b ita rte z k onkretatzen jo aten déla. Horregatik , poesía egiterakoan id eia eta s e n t ip e n e n m un du ab e ra ts eta zabal bat eduki b e h a r da (ahalik eta zab alena). Baina b e h a r da, hortaz ga in e ra , kezka guzti horie k e s p re sa tze ko a h alm en poetikoa, eta ahalm en hori ez da berezkoa b a karrik : iru d im e n a , se n sib ilita te a , etabar, e s p re s io a r e n teknika batzuekin m oldatzen eta m enpe ratzen dirá, eta teknik a ho rie ta n poeta ba tentzat g a r r a n tz its u e n a hiz kun tz a ren ja kitea , da. P o e s ia rl bu ruz gauza asko esan eta de fin izio asko em an liteke. Poesía m ailu bada, gauzak izentatzeko era bat ere bada. Eta ga in e ra , m ailu a t r e s n a denez ge ro, zertan e ra b ili ongi jakin be h a r da. Poesiak, beste gauza batzuen artean, g a u r eta hem en bi ba ldin tza ho rie k sinte tiz atu be h a r dítu. Batetik, b u rru k a ra k o tr e s n a Izan be h a r du, hori p o sib le den n e u rria n . Besteti, berriz , gizaerre alita te zabal eta nahasía ren e s p re s io izan be h a r du; eta errealitate h o ri eta bere e s p r e s io a ezin litezke gai eta f o r m a a lde tik bi d e fin izio xínplekin d o gm a tik ok i h e rts i. G a u r egun Euskal H e rrian egiten ari den po esía ¡a o s o rik gazte e n eskuetan dago. Iratzeder, Goíkoetxea eta ho rre la ko beste po eta eta gizon he ld u bakan batzuetatík aparte, esan liteke euskal poesía b e rria gazte je n d e a k eskribítzen duela. H o ri h ó r re la izanik, poeta ha uek ora in d ík beren lana hasi be s te rik ez du te egin. la gehíeneí liburu bakar bat baizik ez zaie argítaratu. H ó rre la , Joxe A z u r m e n d i, Ibón S ara s ola, Jo x a n to n A r z e , A m a y a Lasa, Míkel Lasa, G andiaga, G orka T rin tx e rp e , D a n ie l L a n d a rt eta besteei. L e h e ne ngo lib u r u a re n zaí dagoen poeta in te r e s g a r r ir ik ere ez da faltatzen. A d ib id e z , Joan M ari Lekuona, Martin Garín, etabar. (Noízko O ts a la rre n poesien arg íta ra tze a ...?) Horie tatík asko ren le hen lib u r u a oso in te re s g a rria izan da, bai f o r m a ed o baí gai aldetik. Joxe A z u r m e n d ir e n «Hitz berdeak» b ild u m a ; A r z e r e n «Isturitzetik T o lo s a n barru»; S arasolaren «Poem agin tza»; M ik e l Lasaren poesía fin, sakon eta landua... ho rie k guztiak oso lan g a rra n tz its u a k izan dirá ga urko eta etorkizuneko eu skal po esiaren itxura, berezítasun eta jo e ra k ag ertzen eta taxu tze n ha steko. Hala ere, ho rre la ko lan bat d e n b o ra re n zehar, a rg itara tu z eta ira kurríz osatu be ha r da. Poesía, eta lite ra tu ra orokorkí, ez da b¡ egunean am aitzen eta hesten den egínkizuna; urteetan zeh ar osatutako obra batek ba karrik argitu lezazke egite baten molde eta b e re z ita s u n , akats eta balíoak. A ld e ho rta tik gauzak begiratuta, lite ra tu ra b e rriz tatu baten le ­ hen urrats ak b e sterik ez dirá eman ora in d ik eta azka rreg i da gauzak de fin itu eta klasifikatzeko. D e n b o ra d e n b o ra ri, eta hu ra izane.": da te s tig u r ik ho be rena . Hala ere, ezin uka euskal po es iak inoiz ba in o itxura hobea pre s en ta tze n du enik. Hori oso o n u ra g a r ria da, baina ira kurle ek ere he m e n d ik a u rre ra era ntzun beharko du te. Eta era ntzun guztie tan onena, asko eta sakon ira kurtzea da. lr a k u r le r ik gabeko lite ra tu ra gauza trix te x a m a rra baita.

78

ISILTASUN A XABIER LETE is ilik daude harriak ¡s il-is ilik udazken guzia. is ilik g a rrasirik iatzenak is ilik arrano goitarra eta zezenaren m ar rúa... lehen paradisuko zelai zabal haietan kan tari zebiltzen libertatearen semeak, polborazko loreak eskuetan età kazkezurrean fantasia m ug arik gabeak. baina otsoak pasa zirenean gero pasa ziran azeri eta zakur am orratuak. paradisu desiatu hartako zelaietan xim e ldu ziran loreak età legortu belar gozoak belar gozoen zuztar usai eta landareak... is ilik daude harriak is ilik haizea etxe eta kaleak, ¡s il-is ilik daude berriro gauza g u ztia k udazkenean.


N UESTRO M EDIO A M B IE N T E Por ARCELUMENDI

E sto s ú ltim o s tiem p o s estam o s asistien d o a u n a to m a de conciencia p o r p a rte del m u n d o , a n te los p ro b lem as de índole a m b ie n ta l q ue se e stá n p re se n ta n d o y cu yas principales causas son la polución atm o sférica, la c o n tam in ació n del agua de los ríos y de los m ares, la ta la m asiva de bosques, e tc é te ra , causas que a fectan en g ran m a n e ra a los países fu e rte m e n te in d u stria liz a d o s. T a m b ié n no so tro s en estas ú ltim as d écad as venim os pad ecien d o de los m ism os prob lem as que su fren los países desarro llad o s. T enem os u n a fu e rte co n cen tració n in d u stria l y u rb a n a que obliga a que n u e stro aire esté viciado por los hum o s, n u estro s ríos y re g a ta s estén co rrom pidos por los desperdicios in d u stria le s y u rb an o s, y n u estro s cam pos in v a ­ didos p o r b a su ra s, plástico s, etc. P o r o tro lado, n u estro s herm osos bosques v an d esap arecien d o le n ta m e n te , d ando

paso a plan tacio n es de pinos que, a u n q u e sea a largo plazo, em p o b recerán el suelo de n u estro s m ontes. N u e stra atm ó sfera, o sea el aire que todos los días re s­ piram os, se está d e terio ra n d o . P a ra co m p robarlo, b a s ta con que ascendam os a alguno de los m ontes que nos ro d ean , com o P e ñ a de A ya, M unanier, Jaiz k ib el, S an M arcos, etc. D esde estas a ta la y a s podrem os o b serv a r cóm o to d o n u es­ tro casco u rb a n o suele e sta r cu b ie rto p o r u n a niebla o n eblina, incluso los días en que h a y v ien to su r, que es cu an d o el a m b ien te se e n c u e n tra m ás lim pio. E sta s nieblas se d e ja n se n tir sobre todo en in v iern o , y la m ay o ría e stá n p ro d u cid as por hum os y v apores que las in d u stria s a rro ja n por sus chim eneas día y noche. A sim ism o, la v id a veg etal de algunas zonas d e n tro del m ism o casco urb an o se en c u e n tra en dificultad. Si dam os u n a ojead a por el B arrio de C apuchinos podrem os v e r que los árboles que se e n c u e n tra n ju n to al tú n el, en la esq uina de la c a rre te ra , e stá n c o m p le tam en te secos, y ta m b ié n se puede v e r que a los arb u sto s les está pasan d o lo m ism o. C uando la vid a v egetal está en peligro de ex tin ció n en esta zona, creem os que la v id a h u m a n a está corriendo algún peligro. Del río O y arzu n , ¿ qué podem os decir que a n te rio rm e n te no se h a y a h ab lado o escrito ? Sigue co n v ertid o en u n a cloaca, y en época de estiaje fastid ián d o n o s con sus p ú trid o s olores. Su cauce es un a u té n tic o m u estrario de b a su ra s y d esp erd i­ cios y a las re g a ta s que desem bocan en este río, poco a poco, les está pasan d o lo m ism o; un ejem plo lo tenem os en la re g a ta de A rram en d i.

79


T o d as estas calam id ad es de estos tiem p o s m odernos que estam o s padeciendo, hacen que sin tam o s v e rd a d e ra ansia p o r el d isfru te de los dones que la n a tu ra le z a nos ha dado y que en las ciu d ad es d efin itiv a m e n te hem os p erdido. P o r ello no es de e x tra ñ a r que los dom ingos y días festivos h ay a u n a v e rd a d e ra in v asió n de p ersonas que, escapándose del p u eb lo , se d e sp a rra m a n por n u estro s cam pos y m ontes. F a ­ cilitad o esto por u n a creciente m o torización y la a p e rtu ra de nuevos cam inos y p ista s forestales, hace que lugares que an te s era n so lam en te accesibles a pie y cam in an d o un buen tre ch o , hoy, al d e ja r de serlo, se h a y a n c o n v ertid o en zonas de recreo y esp arcim ien to , ta l com o los alrededores de A ld u ra, Z aria y U rd a b u ru , donde p u ed en c o n tarse por cientos las p ersonas que e n tre sus bosques y p ra d e ra s bu scan la paz y el sosiego que en el pueblo no e n c u e n tra n . E s ta in v asió n c iu d a d a n a en n u estro s m edios ru rales, p e r­ fe cta m e n te explicable, tien e, sin em b arg o , el in co n veniente de que desp laza a estos sitios los m ales de n u e stra civilización in d u s tria l, lo cual no debem os co n sen tir. D ebem os h acer lo posible p o r n u e stra p a rte p a ra que estos bellos lugares no lleguen a c o n v ertirse ta m b ié n en b asu rero s. P o r ello, desde aq u í pedim os a to d o s los a m a n te s de la N a tu ra le z a que dis­ f ru ta n de estos p a ra je s, p rim e ra m e n te, que cu an d o a b a n d o ­ nen el lu g ar don d e h a n p asad o u n b u en día, reco jan los desperdicios y b a su ra s, sin d ejarlo s esparcidos p o r los suelos; y segundo, que se a b ste n g a n de encen d er fuegos y fo gatas, so­ b re to d o en v eran o o cu an d o el cam po e stá seco, pues todos sabem os las consecuencias que esto suele a c a rrea r. T am b ién rogam o s que se resp eten los árboles, los m a n a n tia le s, las cercas, las señalizaciones; en u n a p a la b ra , que seam os ciu ­ d a d a n o s conscientes de n u estro s deberes. E n R e n te ría to d a v ía poseem os u n a zona ru ra l y forestal en la que todos podem os recrearm o s y esp arcirnos. P o r ello, pen san d o en el fu tu ro de esta zo n ^ y en su m ejor conser­

80

vación, por m ediación de estas líneas sugerim os la petición de que en la p a rte de térm in o m unicipal cuya cuenca h id ro ­ gráfica v ie rte al río A ñarbe, se su sp en d a la ta la de bosques, ta la ésta que en estos m om entos no produce g ran provecho, m enos aún cu an d o en esta zona se está c o n stru y e n d o un em balse p ara el ab astecim ien to de agua a n u e stra co m arca, ya que todos sabem os que estas m asivas explotaciones fo­ restales tra e n consigo la dism inución del cau d al de los m an a n tia les, por la desecación y erosión p ro d u cid a en el te rre n o . Creemos que en esto el A y u n ta m ie n to de R e n te ría d ebería ap licar la m ism a política seguida por el de San S eb a stiá n respecto de su finca de A rtik u tz a , y con este sistem a, c o n v e rtir estos p ara je s en lo que p o d ría ser u n m aravillosos p a rq u e , a la vez que u na reserv a de la n a tu r a ­ leza, u n lu g ar bello p a ra que los re n terian o s p u e d a n d isfru ta r de sus en cantos. E n cu a n to a n u e stro casco u rb an o , creem os que ta m b ié n es hora de to m a r determ in acio n es. M edidas que si en algún caso v an a p e rju d ic a r a alguien, a la larg a nos beneficiarían a todos. E s hora de que em pecem os a p e n sar seriam e n te en la construcción de estaciones d e p u rad o ras de n u e stra s aguas. Las p o tab les y las residuales que se v ie rten . H a y que b u sc a r el m edio de c o n tro la r prim ero y de su p rim ir después, en lo qtie sea posible, los hum os que las in d u stria s lib rem en te ex p u lsan a n u e stra atm ó sfera. D ebem os tr a b a ja r por a u m e n ta r las zonas verdes y de ja rd in e s, p rá c tic a m e n te in e x isten te s a h o ra , sin o lv id ar la co n strucción de zonas d e p o rtiv a s, y a que, bien m irado, en este aspecto nos encon­ tram o s peor que hace cin cu e n ta años. E n u n a p a la b ra , em pecem os a planificar seriam en te el fu tu ro de n u estro pueblo en estos aspectos ta n im p o rta n te s a c tu a lm e n te , y a que la im provisación y el ru tin a rio seguir sobre lo trillad o , el «siem pre se h a hecho así», hace tiem p o que dejó de d a r buenos resu ltad o s.


A Ñ A R B E (G. B.) X A B IE R Gure A N D O N I (G. B .), berak eratutciko «E REIN TZA» antzerki faldeare kin,beste errenderiar ospetsu baten omenaldian. M 1T X E L E N A 'tar KOLDO Euskallzaindiko arlu izan zanekoan ( 1961'garrenean ).

,

Agur Añarbe, Aurten Epaillaren 4’an, KORTA’tar ANDONI, mundu ontatik betirako joan zitzaigun. Ixillik età apal bere bizitzan izan oi zan bezela. Askorentzat izen onek ez du ezer esango, bañan neretzat eta Errenderiar euskaldunentzat asko esan nai du. Euskaldun sutsua, Errenderiarra gogoz età egitez, bere erriaren ain maitalea, bere idatz la neta n Errenderiko muga dan baserriaren izena artu zuan ezaugarri i)ezela. Erri maitale eta euskaldun bezela lan asko egiña du Errenderi ta Euskalerriaren alde. «OARSO» aldizkari onetan euskal idazle bezela bere laguntza beti izan genduan. Bear bearrezkoa izan zan urteetan. batez ere; euskal idazleen bearra arkitzen genduanean, «Añarbe»’ren luma beti gertu. Bere idatz lanetan euskera xamur eta errikoiean, erriko gerlaera zar eta berriak azaldurik. Errikoi età oroigarriak bere lanak. Beste askoren artean, ona batzuek: 1961’go urtean «Gertaera zarrak», 1880 garren urtean Errenderiar Pelotarieri gertatuak (Ganix Elissatek eta Bengoetxeak egindako apustuaren gain); 1962’an «Euskal Kultura eta Errenderi» gai arturik, gure erriko goraberak sakonki azalduaz; 1963 garrenean «Txirritarekin izketan» egindako lana oso atsegiña izan zan. Onela zioten bere itzak: «Ñola ordea galdetuko du norbaitek? Gaur gauz arrigarri asko gertatzen dira; ain aurreratuak bizi gera «Telestar» tramankuluaren bitartez, izketa aldi auxe izan degu. (Zeruan abotz bat entzuten da). Txirrita, zure galdez dira Errenderi aldetik» onela asten zuan bere lana eta elkar izketa sakon bat izan zuan Txirrita zanarekin.

Azkenik, joan zan urtean, gaixo zegoela jakin arren, beregana joan giñan laguntza eske eta aldizkari onentzat bere azken lana «JAUTARKOL G. B.» izan zan. Bertan azaldu zigun bertsolari eta olerkariari izandu zion ederrespen berezia. «Jautarkol» eta «Xenpelar izan, bai ziran bere goi maillenetakoak, bera bezela Errenderiarrak bai ziran. Bere idatz lanak oso ezagunak izan ziran Euskal gaietan «ZERUKO ARGIA» asterokoan erriko bear eta goraberak argi ta txukun azalduaz. Euskaldun egintza guztietan bear bearrezkoa izaten genduan bere laguntza. «Xenpelar'en» eriotzaren eun urte betetzerakoan egin ziran omenaldietan, baita ere «Ayalde» Errenderiar zanaren gogoangarritzat eratu ziran jai aldietan, prest egon zan bere iritziak azaltzeko. Antzerki lanean—Errenderin ain aztuta arkitzen zan denboran—«Ereintzako» antzerki taldea eratu eta jarrai araztea bere gain artu zuan. Antzerki zalea izanik—antzeslari yayoa bere gazte denboran antzeslari erakusle ona benetan, bañan lan au ere, bere bizia izan zan antzekoa, gordean egiña, antzerki lekuan, xirrinda tartean antzeslarieri gorde lekutik erakutsiaz. Naiz gordean età ixillean lan egin, bere illetak ondo adierazi zuten jende askok ezagutzen zuala; eleiz bete betean berari agur egiten azken abesti otoietan, sendoki abestuaz «BETI BETIKO ZORIONA ILLERI ARREN EMAN JAUNA». Euskaldun eta kristau bezela zintzo jokatu zenduan zure bizitz guztian eta argatik zure oroipena gugaz beti izango degu «OARSO» aldizkari onetan. —• AGUR AÑARBE. MUNDU ONTATIK JUN ZERA IXIL IXILLIK, ZU ILTZEAKIN, UTSUNE AUNDI BAT GURE ARTEAN UTZIRIK. OROITU ZA ITE ZERU GOI ORTAN, JAINKOARI ESKATURIK, ZUK UTZITAKO IKASKIZUNAK, EZ DEIZTELA GALDU IÑONDIK. — IXILTASUNEZ LAN EGITEA, EMEN DA GAUZ EDERRENA. JARRI ZENDUEN ORLA IZATEKO ZURE GORPUTZEN ALMENA ON EGITEAK BETI OMEN DU SARIRIK BEREZIENA EMAN ZAIZOU ARGATIK, JAUNA, BETI BE­ TIKO ATSEDENA.

81


ENRIQUE ELIZECHEA ARRIETA Por JOSE A N TO N IO ZAVALA, S. J

Era A lcalde Goicoechea cuando en Rentería se consiguió celebrar la fiesta de la «Poesía Vasca». Su gallarda figura se aprecia claramente en esta foto en que va al final de la comitiva que escoltan los «Chicos de Ireneo». Y también a su lado se ve a A lberto Elorza, el durante tantos años im prescindible A lb e rto «el del A yunta­ miento». Delante, los hombres que hicieron posib le'aqu ella imborrable jornada para Rentería: Barrenechea, Olacíregui, Otegui y su maestro Enrique Elizechea.

Don Enrique Elizechea A r r ie t a nació en R entería el día 4 de j ulio de 1873 y m u r ió en 1947. Fue m ie m b ro del A y u n t a m ie n t o de su villa natal d u r a n te los p e río d o s 1906-1909, 1909-1910, 1910-1912, 1912-1914, 1916-1918 y 1918-1920, s ie n d o s e g u n d o te n ie n te de alcald e en el p rim e ro de e llo s , y p rim e r te n ie n te de a lca ld e en el seg un do , tercero, cua rto y últim o. Cre o, p o r tan to , que a nadie le pa re ce rá mal si le ha ce­ m os sitio en este n ú m e ro de la revista O A R S O de d ic a d o a los alcald es. No estoy p r e p a r a d o para d e c ir nada acerca de su biografía. La dejo, pues, de la do, p o r a h o ra al m en os. Sólo p re te n d o da r a c o n o c e r un a de sus faceta s, la de poeta y e s c rito r e u sk érico. Pero no será sin o un esbozo. Para ha cer algo c o m p le to y ac a ba do haría falta un la rgo t ra b a jo previo, del qu e no p u e d o o c u p a rm e ahora. Me lim itaré, pues, a s e ñ a la r a lg u n a s d e s ú s p r o d u c c io n e s en v erso y en p ro s a y a p r e s e n ta r a lg u n a m u e s tra de ella s. Fue más f e c u n d o c om o poeta que co m o p ro s ista . He aquí los títu lo s de las poesías que he p o d id o t e n e r a m a n o : A n to n io Okendo, Z akur gaixua!, M u tilz a rra k , Astokeriak, K ris to bal K olon , O rdikeria, Prasku eta M ariyan eztaiak, O stira l Santu, Eriotza, Arkakusoa, Txalupa baten m ariñeldiari, A rrantzalian b izim o dua, Juan U rb ieta -ri, E rn a n i-ri, A urtxu an otoitzak, Reina Regente eta K arpio-ren m a riñ e ld ia ri, Euskal frantzesai agurra, P azingilleak, A m atxori, Gerra ta pakia, Ama B irjiñ a Arantzazukoari, O ri griña!, O roitza, M aiatzia n Ama B irjiñ a ri, Tanbolinteruan bizim odua, Neskazarrak, Karabineroak, O lloak eta arrautzak, Jauregi da n b o lin te ru a ri, M u t il pizkorra!, Igarkizunak, Am agiarreba eta suia, Karidadea, U rte

82

askuan, B i g e zu rti, P ro p o situ firm ea, Gertaera bat, Santa M aría M agdalenari, Itxasoan, Ama B irjiñ a G uadalupekoari, O rd i kontuak, Santo Tomas eguna D onostian. B u e na pa rte de estas poesías se p u b lic a r o n en la revista Ibaizabal, de Bilbao, en 1902 y 1903; es de c ir, d u r a n te los dos años qu e alcanzó de vid a dicha revista. O tra s poesías se pu b lic a ro n en Euskal-Erria y Baserritarra, a m b a s de San S eb as tiá n. C re o que se podrían e n c o n tr a r ba stantes más en los p e r ió d ic o s y dem ás revista s de la época, pero eso llevaría m uch as h o ras . La t itu la d a A n to n io Okendo la c o m p u s o en 1894, da to que nos revela la t e m p ra n a edad a la que em p ezó : ve in tiú n años. La d e d ic a d a a las neskazarras a rm ó en Re ntería una gran t r e ­ m olin a . Le co n te s tó nada m en os que la s o b rin a de X enpela r, J oxe pa A n t o n i A r a m b e r r i P e tria ren a, s o lte ron a. N in g u n o de los do s estaba para dar su brazo a to r c e r y se e n zarza ron en una larga po lém ic a. Quizás habría qu e ll a m a rla d is c u s ió n e n tre v e c in o s p a san do po r B ilb a o ; es de cir, p o r la re d a c c ió n de la revista Ibaizabal. Esta fue la qu e hizo e n tre ta n to el agosto, po rq u e , d u r a n te a q u e lla sem a na s, s u s n ú m e ro s se v en dieron en Rentería co m o el agua. Pero no lle g ó la s a n g r e al río, y to d o s irvió para que a m b os se hicie ra n más a m ig o s q u e antes. C u a n d o lle g a b a su c u m p le a ñ o s , Enriqu e, de sde su Fonda Elizechea, c o n v id aba a su a n ta g o n is ta en viá n d o le una c a z u e lita con algún s a b r o s o gu is o . Y la s o b rin a de X e n p e la r se la devolvía con una e strofa de a g r a d e c im ie n to . Si lo p e n s a m o s un poco, es to d o un e je m p lo : las d is c u s io n e s an tes d e bieran s e r v ir para ha cer a m ig o s que para c o n v e n c e r a nadie.


Dos, po r lo m e n o s , de sus poesías las c o m p u s o pa ra los C a r ­ navales. Una es la titu la d a P azingilleak (los c a ld e re ro s ), un os cal­ d e re r o s que, n a tu ra lm e n te , venían de Hungría. La otra, Prasku eta M ariyan eztaiak, la e s c r ib ió pa ra una ca rro za del C írculo Liberal. T e r m in a b a fo r m u la n d o este de seo a los recién ca s a d o s : Bukatzera n iju a t'o rra esan egiya, nere naia ez det usté dala geiegiya: osasunakin b iz i t'a z i fam iliya, lib e ra l beltzez bete dedien erriya. (Voy a t e r m l n a r d ic ie n d o lo qu e sie nto, y no creo que a nadie le p a re zca ex ce s iv o : que viváis con salud y crié is una h e r m o s a fam ilia , a fin de qu e el pueblo se lle n e de «negros» lib era le s.) Este ejem plo ya no nos p a re ce tan positiv o, p o rq u e hay m o m e n ­ to s —y el Carnaval es un o de e llo s —en qu e debe n d a rs e va c a c io ­ nes a la política. En los J u e g o s F lo ra le s de Irún, en 1903, le fu e c o n c e d id o un p re m io de c in c u e n ta pe setas p o r su poesía Euskal frantzesaiagurra, y otro de v e in tic in c o po r Gerra ta pakla. A m b a s fu e ro n e le g a n te ­ m ente p u b lic a d a s en p lie g os s u e lto s po r la lito grafía de V ic to ria n o Iraola, que fue a su vez uno de los m e jo re s h u m o ris ta s vascos de su tie m p o . R e p r o d u c im o s el p lie g o de Gerra ta pakla, p o rq u e el e je m p la r qu e p o s e e m o s está e n r iq u e c id o con la he rm osa firm a del autor, y de dica d o , p re c is a m e n te , a la so b rin a de X e n pe la r.

S a lta a la vis ta qu e, ta n to en sus poesías co m o en su pro sa, lo p o p u la r p r e d o m in a en los t e m a s de Elizechea. El le n g u a je es a s im is m o po pu la r, s e n c illo y auténtic o , con a lg u n o s to q u e s del p u r is m o de t u r n o . Nos q u e d a situ a r a Elizechea d e n tr o de su g e n e ra ció n de e s c r i­ to re s . P e rte n e c ie ro n a e lla : el ya c ita d o Iraola, Ramón y Pepe A r t o la , Soroa, S án che z Irure, A g u l r r e , Ju a n Ig n a cio Uranga, G am boa, G ue lb e nzu , U rru zuno , B e rro a, Ram os A z c á r a te , M oco roa, Elias G o rostid i, C asal O tegui, A r z a c , A r r e s e , Serafín Baroja, A n tía , Jo s é Z a p ira in , L ó p e z A le n , A lz a g a , ll l a r r a m e n d L . Estoy se g u ro de h a be rm e o lv id a d o a v a rio s de ello s, pe ro r e p ito qu e no p re te n d o ha c er nada exh au stivo. A esta g e ne ració n hay qu e e n c u a d ra r la e n tre do s a c o n te c i­ m ie ntos claves en la h isto ria del país: tie n e po r d e la n te el fin de la se g u n d a g u e rra ca rlis ta , con el r e s u r g ir v a sc ó filo que brotó e n ­ to n c e s com o c o m p e n s a c ió n a la pé rd id a de los F u e r o s ; y, po r detrás, el m o vim ie n to sab in la n o, q u e los alcan za d e m a s ia d o m a d u ro s . P rescindo, en este m om e nto, de e n ju ic ia r su ca lid a d literaria, bastante d e sig ual de u n o s a otros. Pero no vacilo en a fir m a r qu e los t e n e m o s d e m a s ia d o o lv id a d o s ; sob re todo, tr a t á n d o s e , co m o digo, de to d a una g e n e r a c ió n . Nos co n v e n d ría h a c e r un bre ve examen de c o n c ie n c ia : ge n e ­ ración de la p o s t g u e r r a c a r lis ta ; ge ne ra c ió n s a b in ia n a ; y hoy t o d o s so m o s c o n s c ie n te s de que ha na cid o otra nueva g e n e r a ­ ción... En lo que los vascos no c a m b ia m o s nu nca es en ig n o r a r a los q u e nos p r e c e d ie r o n .

Su p ro d u c c ió n en pro sa es m e n o s extensa, pe ro más h e te ro ­ génea. Escribió va rio s c u e n to s : Sagardúa, p u b lic a d o en esta m is m a revista Rentería en 1929; Iru lapurrak, que vio la luz en la revista Baserritarra, de San S ebastiá n, el día 4-1-1908; y - o t r o s dos, Iru anaiak eta ja kin tsu a y San M a rtiñ e n m irariya, qu e ig n o r a m o s si fu e ro n alguna vez p u b lic a d o s , pu es han lle g a d o a nu e stra s m anos en hojas m a n u s c rita s . Estos cuentos no tienen a rg u m e n to o rig in a l; éste pe rte ne ce al acervo, un iv e rsal y e n orm e , de la cuentística p o pu la r. S e g u r a ­ mente, los oyó de la b io s de algún baserritarra. El que le g u s ta ra n tanto que lleg a ra a c o n fia rlo s al papel, pu ede in d ic a r qu e tuv o Elizechea a lg u n o s bro te s de fo lklo rista , v oc a ció n que, p o r d e s ­ gracia , no sig uió . El c ue nto San M a rtiñ e n m irariya lo da c o m o s u c e d id o en A ra ñ o . Pero creo que es c o n o c id o en casi to d o el país. Recue rdo haberlo leído en un lib rito de c ue ntos de la zona v a sc o fra n c e sa , p u b li­ c ado p o r La ffitte. O tro s de sus t ra b a jo s en pro sa se t it u la n : B urnarrikeria, M en diyen diabetatzean gañean itz la bu r batzuk y Baserrlko bizim odua, qu e es el más exte nso de t o d o s .

SAN MARTIÑEN MIRARIYA G ip uzkoa eta N a pa rru ako m ug an arkitzen da t o n to r batian e r r i txiki bat, zeñean zan oitu ra, egun jakiñ batzuetan, eliz ara olatak era m atia , eta e rre zatzen zituen ill-otoitza edo e r re s p o n s u a k g a tik txan pon batzuek e rr e to r e ja u n a r i em a tia. Ja u n g o ik o a k daki noiz ezkero go rd e tze n zuten e r r i artako je n d ia k oitu ra ori zin tzo tas un a u n d ie n a re k in , ba ña gerta tu zan, etxadi e d o f a m ili batek eziñ zuelako, ed o s e g u rk ik o ap aizarekin z e r b a it iz andu zuela ko, o itu ra antziñako ura urratz ia. Jakiña dan bezela, m u n d u ta rra k emateko baña artzeko g riñ a ge ia go degu, aztuaz alako esa e ra zar ura, zeñak d i o n : «jakiteko artzen ikasi zazu e maten». A la , la ste r fa m ili a rre k be re antzeko batzuek iz a n d u zituen, eta olatak asi ziran m erm a tze n, eta e rr e s p o n t s u a k len em ate n zituzten d ir u a k urritz e n.

Fue, además, asid u o y fie l c o r r e s p o n s a l de Rentería en la re­ vista Idiazabal.

A u r r e n aldetik, apaiz ja unak, naiz ez on d o id u r it u je n d e aien asi-ald iya, etzion eman a rre ta (1) a u n d ir ik beren k o n d u ta ri (2) baña la rri-x a m a rtu zan agudo, ik u s irik b e ste asko asi zirala aiek im ita tzen (3), eta gero eta olata gu txia g o zijuazela, eta e r r e s p o n t s o gutxia go erre zatu-a zit zen zizkatela, a in b e s te r a ñ o no n, egun

O tro de sus tra b a jo s en prosa, el tit u la d o M e n d iz-M e n d i, es el relato de una cam ina ta que hizo, con un g ru p o de am igo s, de sd e Rentería a Goizueta y vuelta. Es no table su hond o s e n tim ie n to del pais aje .

(1) (2) (3)

Corregido arreta por batió. A ñadido antes de kondutari: kidande edo. Corregido aiek imitatzen por aien pausu beretan.

83


batian bild u zituen bere etxean ad iskid e urku en ak età g a r b i-g a rb i esan zien zer gerta tzen zan eliz an. J akiña dan bezela, denak m in tz atu ziran usa riy o zarra a u ts i zuten je n d e aien kon tra età e rre to re a re n alde, età batek bat età be stia k bestia , e rg ai batian azald u ziran m illa m odu je n d ia le n g o e ra ra ja rri-ara zte ko. Baña guztien artian au kera tu zan apaizan g o g a m e n a (4) on en txu a bezela, zeñak esan zuen, iz a n ik San M artin e rri artako patroia, be ra re n bita rte z egiñ bear zala m ira ri bat, je n d e a k le n g o oitu re ta n ja rra itu zezan, età itz gutxitan a g ertu zien noia egiñ b e a r zan ori.

«Baña badira, doaka be z, je n d e b u r u - g o g o r batzuek, zeñak, s in is t u r ik n o n b a it o n u n tz ekartzen d ira n lim o s n a o r ie k ne re tz a t di rala, aditu edo p e n s a tu gabe eliza dala etxe ba t be zela, zeñean beti da z e r b a ite n be arra, asi ziran o itu ra zar età e d e r o ri g a lt zen ; b e ria la bire ztu ziran b e s te je n d e batzuek bidè oke r orre ta ra, a inbe s te ra ñ o non, a s e r r e t u r i k San M artin je n d e oien fed e -fa lta re kin , età ik u s irik etze ude fa eliza età be re a lda reak len egoten ziran be ziñ apaiñ, argi età ga rbi, s a m in d u zaio be re b a rr e n a età iges egin du.

A d is k id e denak ontzat artu z uten a p a iza re n g o g o k a ia (5) età a rra ts artan bertan, e r r ik o je n d e a lotan zegon b ita rte an , jo an ziran apaiza età be re la gu nak elizara, artu zuten San M artin , era m an ik erriyan beko aldian dago n b a s e rr i M a r t z e n e k o -b o rd a ¡zena d u e n e ra età an g o rd e zuten baba tartia n , ale bat ortzetan ja r rita .

« M a rtz e n e k o -b o rd a re n baratzan baba ta rtia n to p a tu dute, età, zuek zeren be giyekin ik u si d e zuten bezela, ale bat ortzetan daukala —San M artin g iz a r a ju a !—, a d itz e ra em ate n d ig u la garbi aski o r r e k in , g o se a k da uka gu la , età jate n ematia nai d u e la , au da, le n g o oitu ra zarre ta n je n d ia k ja r r a itz ia nai duela, e k a rria z len bezela olatak età e r r e z a tu -a z ir ik e r r e s p o n ts u a k .

U rre n g o goizean, elizako k anpantxuan la rrita s u n e z k o otsa en tzunik, je n d e guzia je ik i zan oietik età jo an zan pre saka eliz ara zer gertatzen ote zan ja kitera, età an atsekabe a u n d ia re k in ikusi zuten utsik z e g o a la San M artin e g oten zan tokia.

«Nik uste ja rra itu naiko d u rik da u d e n San M a r tiñ e k

Erri txiki artako je n d e guzia elizan bildu zala ikusi zuenian, azald u zan apaiza, età itz egiñ zuen esanaz sa m in ta s u n au nd ie n bat zeukala San M artin do a tsu a k, a in b e s te eu.nki (6) igarota ko lekutik alde egiñ z u e n ia n .

M od u orre ta n segitu zuen izketan, età j e n d ia r e n be gietatìk ixurtzen z ira n m alkua k a d it zera em an z io te n ia n ad itzalle guztien biotzak zeu de la a b oztua ren egun be ro e n e ta n m an te ka egoten dan beziñ be guñ, esan zu e n :

A g e r r e r a z i zien ga uz b e a rra zala billa tzen s aiatz ea le n b a ile n età le n g o tokira ekartzea arkitzen bazuten, età e rr e g u tu zion bere en tzulleari, batzuek ara età bestia k onera, jo an ziteztela ba se rrizb a s e rri, zelaiz-zelaiz, b a soz-b aso età m e n d iz -m e n d i, iya n o n b a it to p a tz e n ote zuten.

— O raiñ nai d e t nik ziñ etan d e n a k agin tzia San M artiñ i e k a rrik o diozu te la len bezela b e a r d u e n g u z ia ,j o a n e z d e d i ñ e m e n d ik iñ o r a baba ja te ra .

B eria la ustu zan eliza età asi zan je n d e a apaizan e s a n a kunplitzen . Ezta esan b e a rrik au ta bere la gu nak etzira la jo an bezperan s an tua g o rd e zuten baratz alde artara , baizik a n dik urru n. Eguardi aldian o s te rà kanpantxuan otsa k bild u -a z i zituen elizan je n d e on aiek, età... o!... zer po za naba itu zuten be re n ba rre n e ta n , ik u s irik santu m a ita g a rriy a le n g o tokiyan z e g o a la ! Ig o rik e rre to re a ku lp ito ra asi zan izketan, esk e rrak em anik le n e n g o J a u n g o ik o a r i San M artin topatzeko ditxa eman zielako, età gero itz d o ntsu età n e g a rti ederki m olda tu ta koa kin esan zien d u dik gabe je n d e a re n g o g o r ta s u n a k ob lig a tu zua la iges egit era santu maita tia: « A n tz iñ e ta k o d e n b o r e ta tik dakiztyten bezela, oitu ra da g u re San M artiñ onari olatak ekartzekua, età bere eliza m aite ari, e rre z a tzen diran e rre s p o n ts u a g a tik , txa n p o n batzuek emate kua. (4) (5) (6)

84

C orregido gogomena por gogoratzea. Corregido gogokaia por iruridea. A ñad id o: eunki (siglo).

det, ne re kristabak, bidè zuzenian dabiltzan oriek du te la a u rr e ra ere o rla beria n, età o k e r bidean galoiek ere, za b a ld u rik begiyak, b iu r tu k o d i rala zuzen era egiñ d u e n m ir a r i iz u g a r ri o r r e n bitartez.»

— Bai, ja u n a , bai! — oju au nd i età luze batekiñ e ra ntz un zioten en tzule denak batian, eta a u r r e r a tu r ik a m o na xar bat kulpito a re n in g u r u r a , g a ld e tz e n d u : — A p a iz a y au na : babaz g a ñe ra, yakirik yango ote du San M a rt i­ ñek? Z erg a tik y u s tu -yu s tu aste on etan ili degù t x e r r i bat, età on do pozik eka rri nioke yak i-pu sk a bat itzuli yoan ez de d iñ b e rriz elizatik. — Ez, an dretx ua, ez; e s ka rrik asko. A s k i da zuek e liza k be retzat eskatzen ditu e n yakiak ekartzea, au da, len be zela olatak eta e rre s po n ts o -d iru a , eta San M artiñ ek b e a r d u b e n yakia nik nere p a trikeratik e r o s ik o diot. Ez da go esan be a rrik a n dik a u r re r a olatak eta e r re s p o n ts o d iru a k ge itzen jo an zira la eg un etik egun era, eta g e ro ra ja kin d u bazan ere e rre to re a re n egitekoa izandu zala San M artiñ en igesa, etzuten je n d e a k s in is tu nai izan; bein tzat, len beziñ zuzen g o rd e tzen du te o ra in d ik ere oitura zar ura, ne re begiakin orain b e rriro ikusi d e tan be zela.

A z a ld e a : A r a n o n ’ n gerta tua da e rre n k a ra oietan izkribatua dagona. A i t o n a batek kontatu zidan oraiñ b e r r ir o ango b a s e rri batian, baie zta tu az bein ta bi aldiz egiya dala gerta era ori.


c j - j e.ö-.

fcfií

2k>l

19 0 3

Euskal-itz jostaldien Batzarrea (Euskal-íesten

C»es*R*a

X X II

garren

urte a

ta

O g e i ta bost p e z e ta k o a ld e e ra eta b ite z a rra Ir u ii- e n ir a b a z ita k o m o ld a e ra .

E g u n dona i g a r o n u e n m e n d i e ta n , ik u sirik j a r r ita b e r e n to n to r r e t a D , e d e rt a s u n a u n d í a k atze-aurrietan erri, baso, ba se rri, soro, z e la y e ta n , b a t e a n b u k a tz e k o i n g u r u denotati. J e c h i nitz an, p e n a k i n , m en d itik k a le ra s a r t u b a n it z bezela k a r tz e l a ba te ra ; a f a ld u t a o n d o r e n j o a n n i tz a n oyera, ra end iko n e k e a y e k a n ch e n u tz i t z e ra , obeto e sa te k o deskansatutzera. S a rtu n itzan oyean e t a a r t u l u ak , ( k a n t a b e a r r i k ez d u g iz o n n e k a t u a k ) . B erriz d itu t ik u sten nik le n g o lekua k , ¡ b a il a ! .. . .¡ez z ori g a is to z len beze la ku a k, b a iz ik ordu g u c h iy a n a rru n t m udatuak í B e g ir a k a j a r t z e n n a iz e z k e r-e s k u y e ra , le n b iz i u r r u t i r a t a gero u r r e i a , e ta i k u s ir ik a n b e t í g a u z a bera, ¡sartu z a n n a ig a b e bafc nere biotzera !................ zer ikusi n itu e n n u a e sa te r a .L etiag o k o ba se rri p o lita k , c h u r ia k , a g e r t z e n d i r a o r a iñ s u a k i n erri ak; a n ez d ago b e sterik, p a r e t e ro ria k , a u r c h o g a b e a r k it z e n d ir a a ta r ia k , 1‘ a n d ik a ld e g i ñ d u t e chori kan ta ria k . D e s a g e r t u dirade lengo sa g a stia k .. . . ¿ n on d i r a eche a u r r e k o í n c h a u r , g e r e z i a k ?............. N oizpait e to rririk a n j a u n k a lt e ta r ia k , b e r e k i u z it u z te la s o l d a d u ta l d i a k , p u rra k a tu z itu zto n a iz k o r a z g u z t i a k . Z e la y e ta n ez d a go

a r to t a g a r i r i k , ez ere s o r u e t a n b e la r c h o b e r d e rik , b a r a t z p o litn k d a u d e oso i g a r t u r i k , eche o ndo a n ez da a g e r i m e ta rik , ez e tà len bezela p a g o t a pillàrik . M e n d i t i k a n e r ri r a jechi n i tz a n ia n .. . .

¡ura k uadrua ja r ri zitzaidan a urrian ! . . . . . urne chiki gaSuak amcD magalian, andre denak n eg arra begien ertzian, t ‘ aiton amonak pena aundien evdian. G ero d itu t ikusten g i z o n a k , ez z a r r a k , izandu ziradenak pizk o rrak , azkarrak. . . . ¡b a tz uek. . . .ank a -m o tz ak! ib e s tia k . . e l b a r r a k ! ¡zerk e r a k a r r i d i tu o r la k o n e g a r r a k ! . . . — A i t o n z a r b a t c k dio: ¡g e rra k , gazte, g e r r a k ! G u em e n b izi g i ß a n g u z t i a k p a k ia n , g e r r a z ik i n a u s o r t n z u t e n b i ta r t ia n ; ¡oraift ! . . . la n d r i a k ez du s e n a rr i k echian ! . . . . ¡ g u ra s o a k s o m e rik ez d u b a z t e r r i a n ! . . . . ¡senideak t i r o k a e l k a r r e n a r ti a n ! . . . B a t z u e k n a i z u te l a e rrege paratu, . . . . b e s t i a k . . . e tz ira la a rrekin kontentu, t a . . . ¡gizon a z k a r r e n a k ili t a l u r p e r a t u ! . . . . ¡bestiak s e k u l a k o oso e l b a r r i t u ! . . . ¡mendi, kale, baserri, g u z t i a k o n d a tu ! A lb isti d e n a k d i r a chit neg arg arriy ak , o n d a tu t a g e l d i t u d ir a d e e r riy a k ; t o k i d e n e t a n dira fegiiì p ik a r d i y a k , k a lt e a u n d i y a d u t e m a i z te r - n a g u s iy a k , s e k u la k o l u r j o - ta g e r a d e g u z iy à k . ¡B etiko g a l d u d i t u t

n e re l a u s e m e a k ! . . . . B ati g a l d e t z e u diot: ¡ o t r i . . . e rro d i z k a t e — ¿em en ez d a g e r r i k ? bore bi c c h e a k ! . . . . ota e r a n t z u t e n dit: ¡um eak a i t i k g;>be ! . . . . — E z ore b e a rrik . ¡a la rg u n a n d r e a k ! . . . . ¡Ez di'gu, ez, g eiago ¡ a r r a s a t u a k oso egifi n a i n e g a r r i k ! , ¡ezta i k n s i berak m e n d i ta k a l e a k ! ............ ¡orra g e r r a k e k a r r i dakartzkin okerrik ! . . . d i t u n mo8edeak ! ........... ¿alda p a k i a b a ñ o ................................................ g a u z o b e a g o r i k ? ................................................ E m e n bizi g e r a d e P e n a t u r i k jo a n n i tz a n g u z t i a k p a k ia n , oso u r r u t i r a ........... aserrerik&n g a b e N o i z p a i t a l l e g a t z s n n a iz k a n p o t a echian, d ie rr i b o rr i r à , ab erats e ta pobre t a j a r t z e n n a iz e n ia n ba ta su n a undiyan, b e r a r i b e g ira , e ziñ ikusi.y ik an ez d a g u r e a r t i a n . . . . k a l i e t a r a o r a i ñ ............ g ero b a s e r r i r a .............. orlako h e n ta ja r ik , a ts e g i ñ b a t s a r t u z an ¿ bada g e r r a t i a n ? b io tz a n erd ira . G e r r a ez d u t e so rtz e n Z u aitz e d erre z m e n d i gizon paketsuak, denak estaliak, b a i z i k a n b a r re n g a is to f r u t ‘ a rb o le n a d a r r a k e^a s e t a t s u a k , f r u t a k i n b e tia k , z eñ a k , m u g i - a z i r i k z e l a i a b e k a r to a , itz a l d a u d e n su a k, g a i i a b e stia k , u z te n d i t u z t e n denen berde zorag arriyak barren ak sutunk, soro, b e la rd ia k , e^a a^ e g u z i a k churi ta p o z g arriak g e ro e r r a u s t u a k ................ a n g o basorriak. E s n a t u n itz a n , bada E r r i y a n ari d ira n e g o n lo z o rru a n , l a n ia n j e n d i a k ; ............ ta berela berso au ots a u n d i y a d a u k a t e zan n e r e g o g u a n , e k in t z a t e g i a k , (S e n p e la r b erso lari k e b e ltz a d a r io te zan a n a m u n d u a n ) b e r c n c h im i n ia k , “g e r r a zaleai s a r t u gauzaz k a rg atu rik an baia b a t b u r u a n karro ta gurdiak, ta a s p e r t u k o dira igarotzen zituzten s o g u r u orduaD,, . . . . . errik o k a l i a k . P e n a k e ta n e g a r r a k (H z o n b a t z u e k d a b il t z d e n ari k a lt i a k , i a r r e z p a sia tz e n , b e ste rik a n ez d a k a r f a b ri k a k o n e k e a k íñ oiz g e r r a t i a k ; ala a z tu - a z te n ; lan a ta z o r io n a be s t e a k b a r a t z c h u a k d a k a r tz k i p a k i a k landarez apaintzen, ori d a n a i d u e n a e tn a k u m e a k b e r e n J a u n g o i k o m a i t ia k . . . . echeak c h u k u n tzen ¡ichi z a i z k a g u n bada e ta neSka t n u t i l l a k g e r r a r i a ti a k ! k a li a n j o s t a t z e n . E t à izan dedilla I k u s t e n d i t u t gero pa k ia g u r e k i n , pozez b e te r ik a n , z o r io n e k u a k izan la n g i l l e - n a g u s i y a k g a i t e z e n b e rek in ; d e n a k b a tu r i k a n ; ez d e z a g u la so rtu n a g u s i j a k ez d u te g e r rik iñ o r e k in , aunditasunikan, ¡ pa k ia , bai, pakia! ayekin jarduntzeko m u n d u g u z ia k in , ez ere l o t s i k a n ............ g o i ta l c h a tu d e z a g u n o r r e k la ja n i n d u e n e rri a u o rrek in . c h it a la itu rik a u .

ENKi k e e l i z e c h e a .

V. Iraola-ren aaoldizkidan. 85


RENTERIA, LAMAS ANTIGUAVILLA GUIPUZCOANA Por José M.a BUSCA ISUSI Q uiz ás algún le c to r c re e r á qu e este título es algo así c om o una esp e c ie de t r iu n f a li s m o h is tó rico , d e p o rte este del tr iu n fa li s m o que está en boga e n tre n o s o tro s , y que yo q u ie r o d a r un poco de coba h is tó ric a a los h a b ita n te s de Rentería. Nada de eso. Hay bases h is tó r ic a s más que s u fic ie n te s para ha cer tal a firm a c ió n . Las e s ta c io n e s p r e h is tó r ic a s en G u ip ú z c o a no son m uch as. Rentería tie n e una de las e sta c io n e s de más a n tig u o c o n o c id a s : A it z b ita r t e . La histo ria de A it z b ita r t e es com o la de m u c h o s m o n u m e n ­ to s g u ip u z c o a n o s , bastantes, d e sgra c ia d am e nte. S o m o s unos a rlotes de c u e r p o entero. C o m o te n e m o s m uch as cosa s qu e no dan d ine ro, hay qu e h a cerlas p ro d u c ir, y así las cue vas de A it z b ita r t e f u e ro n a lq u ila d a s para ha cer con ellas una «cham piñ o nera ». El de s tro zo qu e se hizo en ella fue, desde un pu nto de vista t é c ­ nico, h o rr o r o s o . Un dato más a a ñ a d ir a n u e s tra v erg üe nza. A lg o p a re c id o pasó con el do lm e n de Egilaz y con ta n to s d ó lm e n e s do n d e creíam os que estaban los te s o r o s de los ge ntiles, c re ye n d o qu e aq u e lla p o bre gente, sim p le s pastores, tenían e n o rm e s ca n ­ t id a d e s de oro. M e n o s mal que do n J o s é M ig u e l de B a ra nd ia rá n, a quie n D ios nos lo gu ard e p o r m u c h o s años, ha re c o g id o to d o lo qu e se ha salvado, y en una p u b lic a c ió n titu la d a s im p le m e n te « A itzb itarte» ha de ja do base cie ntífica para f u t u r a s in vestig acio ne s. A llí, en A itz b ita r te , vivieron los p rim e r o s «e rre n d e ria rra s» hace unos... Parece qu e los p r im e ro s restos c o r re s p o n d e n a re n te ria n o s que viv ieron hace un os 35 mil años. Esta e d a d c o r r e s p o n d e al Paleolítico medio, y el h o m b re había avanzado m uch o. T odavía había a rm a s de piedra, u t e n s ilio s de madera , pe ro a p a re c ie ro n los m o rte ro s y la c erám ic a. Serían h o m b r e s q u e p o r s u pro xim id ad al mar— no hay qu e olv id a r que Rente­ ría fue pu erto de m ar hasta hace muy p o c o — ten drían una a lim e n ­ tac ió n m e jo r que los que vivían más al in te rio r. Tenía n m o rte ro s para m o le r y p o r eso es de s u p o n e r que t e n ­ drían «aya» o gachas de t r ig o u o tro cereal. Para las de maíz t e n ­ drían que e s p e r a r 34.500 años. No estarían mal de c om ida . La bahía de Pasaje s, no po lu ta e n to n c e s , sería un m agnífic o viv e ro de m a r is c o s , co m o lo ha sid o hasta hace poco. T end rían huevos, miel, pe sc a d o s , y q u e s o s y c a rn e s de las m ag nífic as ovejas que se cria rían en los m onte s in­ m ed ia to s . Por s u p u e s to qu e habría una m agnífic a caza. Les debió t o c a r a los re n te r ia n o s qu e deja ron las prim e ra s h u ella s en A it z b i t a r t e un clim a muy rig u ro so , y po r eso la cueva era un a v iv ie n d a muy adecuada. P or los re s to s hu m a n o s, p a rec e qu e pu ed en e s tim a rs e com o h o m b r e s de N e an dertha l. H o m b r e s rud os, t o s c o s , qu e vivieron p o r la E uro p a de en to n ce s. El r e n te ria n o de hace 35 mil años, N e a n d e rth a l, era pequ eñ o, c o m o de un m etro c in c u e n ta de altu ra, brazos c o r to s y una mano in te rm e d ia en tre la del h o m b re actual y la del m on o. Era un c a b e ­ zorro, con un a gran testa. Este vivió en A it z b ita r t e hasta qu e lle g a ­

86

ron los g u a p o s C ro -M a g n o n e s , con cara s pa re cid a s a las actuales. Los C r o - M a g n o n e s era n una raza magnífica, casi giga ntes y una cabeza a m p lia y p ro p o rc io n a d a . Los C ro -M a g n o n e s d e s a p a r e c ie ­ ron tam bién , y sólo q u e d a ro n en Europa, en el País V asco, po r lo que sin de m a sia d o o rg u llo y con bastante certeza p u d ié ra ­ m os c o n s id e r a r n o s d e s c e n d ie n te s de aquella raza. El tra ta d is ta de Re ntería Goñi G ala rraga, m uy d o c u m e n ta d o en el tem a, pone a los C ro -M a g n o n e s en A it z b ita r t e en el P a le o ­ lítico s u p e r i o r en tre los 35 mil y los 8 mil años an tes de Cristo . No soy m alic io so, pe ro me f g u r o los ojos que pondrían las bellas de N e an dertha l c ua nd o llega ron los m o cito s de Cro -M agn on . Una cosa de mi t ie m p o de e s tu d ia n te me r e c u e r d a esto. De c óm o las cria da s de San Sebastiá n solían ir a b a ila r a Rentería en el tranvía b lan c o.Y es qu e la exo ga m ia o c ru c e de razas ha c o n ­ t r ib u id o a la e v o lu ció n de la h u m a n id a d más de lo que la qente cree. De s p u é s vivieron o tro s pu eb lo s, y sob re to d o los rom a no s de ja ron m uch as cosa s entre no sotros. Creo que nos sacaron de la p r e h is to ria con el arado, el m olin o m ec á nico y la in flu e n c ia in te le ctu al. Lo de A r d i t u r r i sólo es un e p is o d io que bien pued e s e r i n c lu id o en la h is to ria de Rentería. No v am os a m e te rn o s en los líos qu e la más v ie ja entid ad guip u zcoa na ha t e n id o con Oyarzun, Pasajes, San S eb a s tiá n y su p r o d ig io s o d e s a rr o llo e c o n ó m ic o e in d u stria l. Para mi m o d o de v er las cosas, así co m o Suiza es una pe qu eñ a Europa, Rentería es una pe queña G u ip ú zco a f o r e s ta l, ag rícola, m a rin e ra , in d u s tria l y sob re to d o t r a b a ja d o ra en extremo. Su alto nivel de vida es una d e m o s tra c ió n de lo qu e digo. S ue lo p r e s u m ir de ha be r dado orige n al slo gan «U na ciu dad llam ad a Guipúzcoa», y su deriv a do «Guip úzcoa, nu estra ciu dad», en un artículo p u b lic a d o en la p re n sa d o n o s tia r ra , y Rentería es una d e m o s tra c ió n del slo gan. P rác tica m e n te , ya no hay e s p a ­ cio s m u e rto s entre San Sebastiá n e Irún, ni t a m p o c o en tre Irún y el límite del d e p a rta m e n to de Landas, que está un poco más allá de Bayona. N u estra de n sid a d de po blac ió n está a ras europeo, co m o a h ora es m oda decir, y Rentería es una de las a g r u p a c io ­ nes vascas qu e en 35 mil años de tra b a jo in in t e r r u m p id o , más ha c o n t rib u id o a ello. In d u s tria variada, c o m o es la g u ip u z c o a n a : te jid o s , hierros, papel, levaduras, herram ie ntas... y, có m o no, un m agnífic o sitio para c o m e r. No está ad m itid a la pro pa g a n d a g ra tu it a en esta revista, pero ustedes ya saben a qu é me refiero, y d ó nd e adem ás está la m e jo r bodega de G u ip ú z c o a de vin os. Me ha g u sta d o e s c r ib ir este artículo po r m uch as razones. Llevo varios años ha cié ndolo , pero esta con exión con nu estra p re h is to ria me en canta. S o m o s p re h is to ria los vascos, pero p r e h is to ria viva. Mi afic ión a la p re h is to r ia me llevó a d o r m ir en noche de p le n ilu n io al dolm en de A rt e k o s a ro , en Urb asa, quizá el mayor de nu e s tro país; allí a p r e n d í m ucho. Los g e n tile s me dije ro n m uch as cosa s n u e s tra s, de antes y de ah ora.


SU M ARIO S A L U T A C I O N ....................................................................................................................................................... .... 3 . I N F O R M A C I O N M U N I C I P A L ..................................................................................................................... .... 4 '« S A N JO SE D E C A L A S A N Z » , P R E M I O L I T E R A R I O I N F A N T I L ......................................... .... 9 v L A C E N A , por Adolfo Leibar ..............................................................................................................................10 ' E R R I K O A G I N T A R I A K E TA D A N T Z A K , Lekuona'tar M anuel'ek .................................................13 * E N T O R N O A L A Y E R Y E L A N T E A Y E R D E R E N T E R IA , por Esteban Los S a n to s..

17

- F O T O G R A F I A D E U N A L C A L D E , por Santiago Aizarna .............................................................. ....19 ■- A L K A T E S O IN U A , Leiz ........................................................................................................................................22 . R E N T E R I A Y SU M U SIC A , por Isidoro Echeverría ................................................................................23 a O N E L A K O A K Z I R A N , por Fernando Artola («Bordari») .................................................................. ....26 » L A R E N T E R I A R O M A N T I C A , por V. Cobreros Uranga................................................................. ....28 x LAS C O R P O R A C I O N E S M U N IC I P A L E S E N R E N T E R I A E N EL SIG L O X X ................ ....30

<B O T IC A Z A R R A , por Shanti de Oarso...........................................................................................................41 JO SE D E A R T E C H E , por Boni Otegui....................................................................................................... ....43 U N R E T O A N U E S T R O PU E B L O , por M iguel .......................................................................................45 R E C U E R D O , por R. Mágica ........................................................................................................................... ....47 R E N T E R I A D E P O R T IV A , por Rafael Bandrés ...................................................................................... ....48 « J A U T A R K O L » , JauregVtar Koldobika ...................................................................................................... ....57'J_ E LLOS F U E R O N PE R S O N A JE S , por A. P. F ...................................................................................... ... 52 G O IK O K A L E , por David María Tellechea ................................................................................................. 54 R E N T E R I A Y EL M A R , por Ignacio Tellechea ldigoras .................................................................. ... 56 R E N T E R I A A Y E R , por A. de E ...................................................................................................................... 58 A V U E L T A S C O N E L ESTILO, por Miguel Pelay Orozco ................................................................. 60 E L C E R T A M E N N A C I O N A L DE C I N E A M A T E U R ......................................................................... 63 P E D R O C O R O S T O L A , por Anthon Obeso ................................................................................................... 65 « O R O I P E N A K » , Sabin Olascoaga..................................................................................................................... 67 V E IN T IC I N C O A Ñ O S D E A C T U A C IO N D E L A C A JA D E A H O R R O S M U N IC IP A L E N R E N T E R I A ........................................................................................................................................... ... 69 G U R E A L K A T E E N E S K U B I D E T A E G 1 N B E H A R R A K , J. A. L o id i ........................................ 71 E N LAS M O N T A Ñ A S ALTAS, por Ramón M ágica ........................................................................... ... 73 E S C A L A N D O , por « Urdaburu» .......................................................................................................................... 74 E U S K A L P O E S IA Z Z E N B A I T A G E R P E N ETA K O N P A R A Z I O , Xabier L e te .................... ...76 N U E S T R O M E D IO A M B I E N T E , por Arcelumendi ................................................................................. 79 A Ñ A R B E (G. B.), por Xabier .............................................................................................................................. 81 E N R I Q U E E L I Z E C H E A A R R I E T A (1873-1947)................................................................................... ...82 R E N T E R I A , LA MAS A N T I G U A V ILLA G U 1 P U Z C O A N A , por José M * Busca Isusi.. 86

In d . G ráf. V alverde, S. A. - G ral. M o la, 27 - S an S ebastián

D ep ó sito legal: S. S. - 358 - 72


Relación de aportaciones de entidades y empresas de Guipúzcoa que han financiado y han hecho posible la realización de esta revista: C A J A D E A H O R R O S M U N I C I P A L D E S A N S E B A S T I A N .. C A J A D E A H O R R O S P R O V I N C I A L D E G U I P U Z C O A ............. C A J A L A B O R A L P O P U L A R .................................................................... B A N C O G U I P U Z C O A N O , S . A ................................................................. B A N C O S A N S E B A S T I A N , S . A ............................................................ B A N C O B I L B A O , S . A ................................................................................... B A N C O V I Z C A Y A , S . A ................................................................................

40.000 p ese tas 40.000 p es e ta s 40.000 p esetas 40.000 p esetas 40.000 pesetas 15.000 p esetas 5.500 p esetas

A P O R T A C IO N E S DE 5.000 P E S E T A S P R O D U C T O S A IS L A N T E S N I E S S E N Y C I A . , S . R. C. F A B R IL L A N E R A , S. A. REAL C O M P A Ñ IA A S T U R IA N A DE M IN A S G. E C H E V A R R I A Y C I A . , S . en C. IN D U S T R IA S E S P A Ñ O L A S , S. A. E S M A L T E R IA G U IP U Z C O A N A H I J O S D E J. L. U R A N G A V I C T O R I O L U Z U R IA G A , S. A. T R A N S P O R T E S S A N JOSE CANTERAS ARRUABARRENA M O N T A J E S E L E C T R IC O S L A U R A K C O O P E R A T IV A M OLXER GAETXE

M IG U E L E L O R ZA U R R U Z O LA , S. A. ALEJANDRO ALZOLA IN M O B IL IA R IA B A Z T A N LA F A N D E R IA , S. A. IN M O B IL IA R IA U R D A B U R U C O N S T R U C C IO N E S A R E IZ A G A C O N S T R U C C IO N E S O Y A R B ID E C O N S T R U C C IO N E S IM A O Y A C O N S T R U C C IO N E S SA R EZ, S. A. IR A G O R R I Y E C H E V E R R IA M IC H E L E N A Y L E C U O N A E D IC O N , S. A. PAPELES P IN T A D O S Y

M O Q U E T E R IA IZ T IE T A

Dirección: B O N IFA C IO O T E G U I Asesoramiento y coordinación: J A IM E C O B R E R O S E STEBA N LOS SA NTOS A N T O N I O OBESO Ilustraciones de: A. V A L V E R D E ( « A Y A L D E » ) R. A R R U E U T R IL L A J. A L B E R D I J. A. SO TA S. E C H E V E R R IA Fotografías de: F. S C H N E I D O F E R J. M. M U G I C A FO TO L L O R JE SU S H O S P IT A L E R ZARRANZ I. Z A P IR A IN E. F I G U R S K I M. E R R I O N D O I. D E A R T E C H E HERMANOS OTEGUI



v

i n d u s t r i a G r รก f ic a V a lv e r d e . S . A . G ra l. M o la . 2 7 - S. S e b a s tiรก n * 1 9 7 2


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.