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CIUDAnES ==^ CASTELLANAS
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Dos aspectos interiores de la magnifica catedral de León gas, umbrosas, infinitas, que parecen perder- tación rica y frondosa de las cercanías, nos dan si como Toledo tiene, en medio de su tacise en el Misterio... Los chopos normandos y la impresión de hallarnos en Asturias. ¡Yo no olturnidad eclesiástica y de su empaque mililos esbeltos álamos orlan las carreteras que vidaré jamás que, cuando era niño, la visión de tar, vestigios ^ visos de ciudad andaluza, ciñen á León, como otras tantas bandas de glo- estas alamedas próximas al tren, las ramas de por las reminiscencias árabes que en ella queria que le rodearan el pecho noble y adusto de los álamos que casi sacudían nuestras pueriles dan—iglesias mudejares y patios que se dirían cabezas asomadas á la ventanilla, me regocijaba matrona encanecida en el hogar... antesalas de un harén—, así León nos parece un Estas alamedas, la sonoridad del río, la vege- el alma, como dándome la idea de hallarme en puente de tránsito entre Castilla y Asturias, un la tierra idolatrada, en momento de transición el encantado país de entre la hosquedad de los sueños, en la dulce la estepa castellana y y amorosa Asturias!... la jugosa y verde miPero luego he rectimosidad norteña... ficado esta visión inA un lado,las secas fantil cuando en León llanuras de Falencia, !ie residido. frías en invierno, vent o s a s en primavera, León, p o r dentro, cálidas en verano; al es una ciudad plena é otro lado, las vegas integralmente castellafloridas y los prados na; castellana, en su verdes, y los regatos aspecto adusto y secantarines, y los valles v e r o ; castellana, en hondos, y las carretesus caserones nobiliaras grises de lluvia, y rios; castellana, en la los maizales lustrosos, crudeza de su invierno y los hórreos ingenuos y en la esplendidez de de mi adorada Astusu cielo azul; castellarias... na, en su clima y en su aspecto, en el sol que Aquende, el Pajares, dora sus edificios veel inmenso océano de tustos; castellana, en la llanura ondulante de el carácter recio y entrigales q u e salpican tero de sus hombres y de roja vida las amapoen el alma romántica y las; allende, la dulzura liermética de sus mude montañas cubiertas jeres; castellana, en su de vegetación y de alespirita todo, y castedeinas blancas sobre llana, s o b e r a n a de los verdes cuadros de Castilla, en la magnilas tierras de labor, ficencia de su catedral, y más lejos, tras las que pone' una nota de montañas a z u l e s y arte supremo sobre la blancas, el mar que tristeza sórdida de las brama y ruge con su a n g o s t a s - callejuelas incansable o r q u e s t a l que la circundan... • polifónico... Hay ya en los alrededores de León, seAndrés GONZÁLEZ-BLANCO gún se llega de Castilla, unas alamedas larVegamlán, pintoresco lugar de las cercanías de Vegacervera (Le6n) FOTS. SOLLMANN
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