Café con leche para todos Hace unos días, una buena amiga me invitó a tomar café y me comentó que a mi artículo de la semana pasada le cambiaría algunas cosas. “La crisis no va a acabar este año ni el que viene, tienes que poner los pies en la tierra”, me aconsejó. Le aseguré que para el próximo número lo tendría en cuenta, y cuando fue a pagar, pidió que le cobraran también dos “cafés pendientes”. Al parecer era una costumbre que comenzó en Nápoles hace tiempo y se ha retomado a causa de la crisis. Cualquier establecimiento de restauración puede sumarse a la iniciativa si coloca en un sitio visible del local el distintivo del proyecto. El cliente que quiera colaborar no solo paga su café, o lo que consuma, sino alguno más y a quien lo necesite, se lo sirven gratis. A pesar de que hace falta dosis de confianza en los implicados, en nuestro país un número considerable de cafeterías y establecimientos gastronómicos ya se han registrado en la web de “Cafés pendientes”, y hay uno en la zona de la Axarquía y otro, en Málaga. Pero este movimiento solidario que comenzó para combatir el frío parece que no acaba aquí y alguna frutería ha colgado el cartel de “fruta pendiente”. Ahora que llega la ola de calor a lo mejor se animan también con los helados. Una investigación realizada en EEUU por científicos de la Universidad de WisconsinMadison, que se llama “El entrenamiento en la compasión altera el altruismo y las respuestas neuronales al sufrimiento”, concluye que para lograr una sociedad con éxito es necesario el altruismo, y que la empatía y la compasión por el dolor ajeno pueden entrenarse como los músculos en un gimnasio. Proponer una asignatura en la escuela que verse sobre la solidaridad y estudiarla como se aprenden Matemáticas, suena utópico, sin duda, pero la sociedad está cambiando y cada vez son más las personas que se inclinan por ayudar al otro como en la iniciativa de “Cafés pendientes”.
“Si los ciudadanos practicasen entre sí la amistad, no tendrían necesidad de la justicia”, dijo Aristóteles. Ponernos en el lugar del otro y sentir que siempre hay alguien dispuesto a ayudarnos, creo que es esencial para ser felices; también lo es contar con un trabajo y cubrir las necesidades básicas. En este sentido las noticias sobre los índices de paro apuntan a que ha descendido por cuarto mes consecutivo, siendo el mejor junio para el desempleo desde el año 1996. Confío en que continúe evolucionando en esta línea después de agosto y se creen más puestos de trabajo. Sobrevivir en la escasez es una proeza, aunque todavía lo es más si no cuentas con alguien que te tienda una mano. Escuchar o leer mensajes como: quiero que entiendas que no estás sola, que estoy a tu lado siempre, o para eso estoy para que cuando te sientas triste, escucharte; no solo reconforta sino que animan a mirar al cielo, pero, eso sí, amigos, con los pies en el suelo.