AZULEJOS PAS DE CALAIS La fabricación de azulejos es una práctica muy antigua, desde el antiguo Egipto se han realizado vidriados de ladrillos. Pero fue la cerámica islámica la que revolucionó las prácticas del oficio al inventar el esmalte al estaño, que permitió decorar con pigmentos de colores sobre bases blancas. Así los azulejos conquistaron en distintos grados los espacios estéticos, políticos y religiosos en todo el mundo islámico. Los llamados azulejos Pas de Calais eran fabricados en Desvres, Francia y exportados durante más de 40 años casi exclusivamente a los puertos de Montevideo y Argel. Marcaron en la arquitectura uruguaya de mediados y fines del S.XIX una estética que cubrió muros, mayormente internos,
cúpulas y aljibes en todo el país. En mucha menor medida en Argentina tam- bién se encuentran aplicados en lugares tan distantes entre sí como Cordoba, San Luis o Buenos Aires. Una de sus estampas paradigmáticas inspiró al escritor Manuel Mujica Lainez para escribir el cuento El Hombrecito del Azulejo. Cuento que cuya lectura obligada, por estar durante décadas en el currículum prescripto escolar argentino, instaló para siempre ese motivo en el imaginario colectivo de varias generaciones de personas.
Imágenes aptas para realizar transferencias directas sobre arcilla cruda para la confección de azulejos Este método artesanal, permite la transferencia de imágenes prediseñadas a la cerámica, con colorantes cerámicos -pigmentos u óxidos-, y que luego de ser horneados, se constituyen como parte de la pieza cerámica. Las imágenes provienen de distintas fuentes y han sido modificadas en función de la técnica de transferencia.