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Rosa Llamas OPINIÓ LA LIBERTAD COMO LUJO
El lujo como fenómeno ha sido la musa que ha inspirado los escritos de numerosos pensadores a lo largo de la historia, desde filósofos a antropólogos; hasta músicos a historiadores, e investigadores sociales. El instinto suntuario puede ser retratado como una constante antropológica, una pasión común a todas las eras y civilizaciones. Sin embargo, la noción del lujo ha ido mutando a lo largo de la historia. Se trata de un concepto dinámico cuyo significado y rasgos característicos varían, dependiendo de la época histórica. Mientras que en unas épocas se adoraba la idea de lujo, en otras, fue denigrada y perseguida. Con el objetivo de explorar la idea del lujo como fenómeno complejo y polisémico en la sociedad de consumo actual, se llevó a cabo una investigación cualitativa, mediante entrevistas en profundidad, donde participantes de Estocolmo, Berlín, Londres, y Madrid compartieron sus ideas sobre el significado del lujo, a nivel personal. Según los resultados de la investigación, una de las nociones de lujo más prominentes en la sociedad actual es la libertad. Si bien la libertad ha sido generalmente considerada como una necesidad básica, y no como un lujo, algunos autores consideran la libertad como privilegio.
Otto von Bismarck sostiene que la libertad es un lujo que no todo el mundo puede permitirse, mientras que Martin Luther King afirma que la libertad siempre ha sido cara. En el contexto de la sociedad de consumo, Enzensberger considera que el lujo del futuro no estará relacionado con lo superfluo, sino con lo necesario.
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Profundizando sobre la libertad como lujo en la sociedad actual, podemos distinguir dos tipos de libertad como lujo: liberación (liberarse de) y licencia (libertad para). La liberación de presión laboral, de rutinas de trabajo, de restricciones económicas y de normas sociales se enmarcan dentro del primer tipo. Utilizar el tiempo sin limitaciones físicas, económicas o sociales es considerado como un lujo. También lo es el hecho de liberarse de restricciones a la hora de comprar y consumir/utilizar bienes y servicios. Por otro lado, la licencia o libertad de elección también es considerada como un lujo. Libertad para hacer, tener o ser. En un sistema donde prima la eficiencia, tanto en el tiempo libre como en el trabajo, dedicar tiempo a no hacer nada, simplemente “a ser”, se percibe como lujo. Asimismo, también se considera un lujo el hecho de contar con autonomía para poder realizar actividades significativas y gratificantes. La posibilidad de aprender o de dedicar tiempo a actividades creativas o a retos intelectuales, así como dedicar tiempo al desarrollo personal o a marcar una diferencia en la sociedad se consideran lujos. Esta visión de la libertad como lujo está en línea con lo expuesto por Enzensberger, quien considera que la persona que tiene una vida lujosa es aquella que siempre tiene el tiempo para hacer lo que desea y puede decidir qué hacer, dónde y con quién.
La noción de la libertad como lujo está relacionada con un movimiento denominado “simplicidad voluntaria”, que ha surgido como consecuencia de la espiral trabajar (ganar) – consumir (gastar), impulsada por la sociedad de consumo. La búsqueda de tiempo libre es la razón por la que muchos individuos han elegido voluntariamente una filosofía de vida basada en la simplicidad, encontrando satisfacción en aspectos no materiales de la vida. Para quienes apuestan por la simplicidad voluntaria, ser los dueños de su tiempo es la máxima prioridad. Así, se liberan de la autoridad (jefes, sociedad o instituciones), decidiendo cómo usar su tiempo y qué consumir. Este estilo de vida apuesta por consumir menos y valora el consumo modesto frente al consumo ostentoso. La simplicidad voluntaria se define como una forma de vida externamente simple, pero internamente enriquecedora.
Cada vez son más las personas que se cuestionan si el verdadero lujo reside en algo con alto valor económico o si, por el contrario, el auténtico lujo está relacionado con el privilegio que supone tener libertad, vivir una vida sin limitaciones, contar con relaciones auténticas o causar un impacto positivo; en definitiva, tener una vida con sentido.
DRA. ROSA LLAMAS Experta
en comportament del consumidor i investigació qualitativa
Professora de l’Euncet Business School