Ficha didáctica
Las praxias
Prof. Adj. Lic. Susana Martínez Exploración de los Aspectos Intelectuales y Psicomotrices Área de Diagnóstico e Intervención Psicológica
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Praxia Es una función psicológica superior responsable de la capacidad de realizar movimientos intencionados, con una finalidad. Son acciones voluntarias ejercidas en el medio a través de nuestro cuerpo. Se definen entonces como: Acciones de complejidad variable, planificadas, con un fin determinado, aprendidas y concientes, que por repetición se automatizan. La mayoría de las acciones que se realizan son praxias. Implican una articulación del conocimiento con la capacidad de hacer en el conjunto: saber – hacer. Supone tres aspectos: - Reconocimiento del fin: en esta fase se subraya el aspecto vinculado al conocimiento de la acción que se quiere ejecutar. Refiere a la intencionalidad. - Planificación del orden sucesivo de acciones: posibilidad de planificar los movimientos necesarios para llegar a la finalidad deseada. - Ejecución de la acción: ejecución propiamente dicha de la acción. El desarrollo de las praxias depende de dos estructuras básicas: a) Desarrollo de la inteligencia: instauración de la función simbólica que permite la actividad representativa. El progreso de las estructuras cognitivas permite al sujeto desarrollar la capacidad de representar el cuerpo, el espacio, los desplazamientos, etc. Por ello la ficha didáctica anterior, dedicada al tema de las gnosias, hacía referencia a las distintas 2
etapas que es posible visualizar en el desarrollo del dibujo infantil. El DFH va a depender del grado de desarrollo cognitivo del niño. Etapas del dibujo que se reproducen tal cual en todas las culturas: preesquemática (célula y monigote), esquemática, realismo (intelectual y visual). b) Desarrollo del aparato osteo- neuro- articular: implica la indemnidad de todos estos sistemas, incluida la posibilidad de que la información recepcionada en la periferia llegue al cerebro y desde allí retorne para que la acción pueda ejecutarse. Este aspecto refiere a la capacidad de realizar el movimiento. La definición de la función establecida anteriormente subraya el aspecto de complejidad que la misma implica. Es necesario entonces, establecer algunas consideraciones: - Es muy difícil separar praxias de gnosias en general y en particular de la somatognosia. - Siempre involucra el espacio corpóreo o extracorpóreo, adquiriendo por tanto relevancia la noción de espacio. - La lateralización del esquema corporal, basada en una estructura corporal con una simetría bilateral con habilidades diferentes en cada hemicuerpo. - La noción de secuencia introduce un aspecto vinculado a la dimensión temporal (articulación de gestos). Clasificación de las praxias -
Praxia constructiva Praxia de la marcha Praxia del vestirse Praxia buco – linguo – facial Praxia de la escritura
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Cada una de las actividades descritas anteriormente requiere de la maduración de las estructuras que las sostienen pero implican también un aspecto de aprendizaje y automatización. La observación del desarrollo de estas adquisiciones en el desarrollo infantil es elocuente de la imbricación de lo madurativo con el aprendizaje. El niño aprende a caminar, a vestirse, a dibujar, a escribir y a hacer los movimientos necesarios para producir los sonidos de la lengua, más allá que sus genes contengan la potencialidad para que lo haga. El desarrollo de las praxias puede ser estudiado a partir de dos fuentes de información: 1) La anamnesis clínica: se debe indagar las adquisiciones anteriormente descritas en entrevistas semidirigidas. Allí es posible constatar la existencia de defasajes significativos en estos aprendizajes, intentando establecer eventualmente la causa del posible desvío (¿es un defasaje global del desarrollo?; ¿sólo involucra a una función?; ¿se debe más a la expresión de un comportamiento regresivo?; etc.) 2) Baterías de test específicos: para la exploración específica de diferentes tipos de praxias existen pruebas que permiten una exploración normalizada. Un test es una medida objetiva y tipificada de una muestra de conducta, en este caso de conductas que implican la función práxica. La exploración de la praxia constructiva es a menudo competencia de la evaluación psicológica. A continuación se describirán por lo tanto, las técnicas más utilizadas para la exploración de dicha función. En la medida que la misma tiene como finalidad la obtención de una construcción en el espacio las pruebas que la indagan son: a) Técnicas gráficas: - Dibujo - Copia de figuras 4
b) Técnicas de construcción: - Construcción con cubos y otras formas geométricas tridimensionales. - Construcción con varillas. - Ensamble de objetos. Técnicas gráficas Un modo de indagar las praxias es a través del estudio de los dibujos que realizan los niños. El dibujo espontáneo, o el obtenido a partir de consignas específicas (DFH, dibujo de la familia, dibujo de la casa – árbol – persona, etc.), si bien puede permitir un acercamiento a la función no suele ser suficiente. El dibujo infantil es el producto de una constelación compleja de factores diversos: inteligencia, vida afectiva, vivencias, estimulación ambiental. Estas técnicas no deben desestimarse porque aportan información valiosa como ya se expresara en ocasión de analizar el DFH, pero es necesario complementarlos con pruebas que supongan la copia de figuras. Dentro de este grupo se destacan: - El test de Bender: son nueve figuras geométricas que sucesivamente se van presentando al niño para que éste las reproduzca en una hoja en blanco. No se profundizará en ella pues forma parte del contenido programático de la asignatura “Exploración de los aspectos intelectuales y psicomotrices” de Tercer Ciclo. -
La Figura Compleja de Rey: existen dos protocolos de prueba, uno para niños menores de ocho años y otro para mayores de esa edad. Como su nombre lo indica se trata de una única figura de constitución compleja que el niño también debe reproducir. Tampoco se describirá aquí en tanto será vista en otras asignaturas.
- Copia de Figuras de Mendilaharsu: técnica desarrollada por el equipo neuropsicológico uruguayo dirigido por el 5
prestigioso neurólogo y psicoanalista Carlos Mendilaharsu, en la década del setenta en el Instituto de Neurología del Hospital de Clínicas. - Copia de Figuras tridimensionales: protocolo investigado por el equipo neuropsicológico dirigido por la también prestigiosa neuropediatra uruguaya Dra. Ma. Antonieta Rebollo. La evaluación en todas estas técnicas supone el estudio de las desviaciones que presenta la copia obtenida en relación al modelo presentado. De acuerdo a las diferentes edades, y por lo tanto a las etapas del desarrollo por las que va atravesando el niño, se espera determinada cantidad y calidad de desvíos que permiten obtener una edad madurativa que será luego comparada con la edad cronológica del niño. De ese modo se puede objetivar la magnitud de un posible defasaje. A continuación se exponen los resultados obtenidos en Montevideo con la Copia de Figuras de Mendilaharsu. Son cuatro figuras geométricas simples (círculo, cuadrado, triángulo y cruz) ya impresas en la hoja de prueba que el niño debe copiar. Específicamente se evita dar indicaciones en relación al lugar que ocupará la copia. Se aplicó el protocolo a una muestra de niños en edad preescolar y se identificaron dos aspectos que tenían relación directa con la edad cronológica del niño. Un aspecto estaba vinculado a donde ubicaban su reproducción en relación al modelo presentado y el otro, al logro de la figura geométrica propiamente dicha. Distribución espacial de las figuras A) Ocupación del modelo (2 – 3 años / 4 años): la reproducción del niño se ubica adentro del modelo presentado. B) Utilización del modelo (2 a, 6 meses – 3 a, 6 m /4 a, 6 m.): comienza a desprenderse del modelo, pero necesita apoyarse en él. Se pueden identificar tres comportamientos diferentes: 6
- Cercamiento: dibuja alrededor del modelo. - Superposición: realiza como un “repasado” de la figura. - Completamiento: se apoya en el modelo C) Desprendimiento del modelo (5 a, 8 m.): las reproducciones se independizan completamente de sus modelos respectivos. A partir de esta última etapa comienza la organización espacial propiamente dicha. En un primer momento las figuras se encuentras distribuidas arbitrariamente en la hoja, pasando luego a notarse la preocupación del niño para que adquieran un cierto orden, a menudo todas juntas al pie de la hoja. Finalmente, el desarrollo culmina con la ubicación de cada copia debajo de su respectivo modelo. Situación que en los estudios reseñados se ubicaba hacia los seis o siete años. Cabe destacar que han pasado varias décadas desde la realización de estas investigaciones y durante este tiempo han ocurrido cambios culturales significativos. Entre ellos, es de relevancia la universalización de la educación preescolar y su comienzo más temprano. Los niños en la actualidad se encuentran mucho más estimulados que en aquel momento por lo que es esperable cierto adelantamiento a las pautas descritas. Es necesario recordar la incidencia del aprendizaje en el desarrollo de las funciones de alta integración cortical, en este caso en las praxias. Debido a la inserción más temprana en el sistema educativo, el niño de hoy se encuentra mucho más estimulado en sus habilidades gráficas. A los cuatro años el uso de lápiz, hoja, el dibujo es una actividad cotidiana que ya no depende tanto del medio familiar, aunque este pueda todavía incidir mucho. La experiencia clínica así lo demuestra, al igual que como se veía en el DFH, donde el ingreso a la etapa esquemática se verifica hoy en día a edades más tempranas. Es imprescindible emprender nuevos estudios poblacionales de estas técnicas que permitan actualizar las pautas halladas en su momento. No obstante, en tanto esto no se haga, los resultados descritos anteriormente sirven de guía para establecer desvíos significativos de la norma. A título de ejemplo, 7
en un niño de seis años sería un indicador de alarma que aún no hubiera alcanzado la etapa de desprendimiento del modelo en esta técnica. En cuanto a la adquisición de las cuatro formas geométricas que componen el protocolo, la investigación descrita tomó como variable de análisis el tratamiento de los ángulos en cada una de las figuras. Las figuras están ordenadas de acuerdo a la dificultad creciente que presentan para su reproducción. Naturalmente que la primera figura lograda es la del círculo puesto que el primer trazo al que accede el niño es al dibujo de la curva. Luego surge la posibilidad de ir logrando los ángulos, adquisición que también sufre una evolución. El niño lo primero que logra es la línea curva y las figuras abiertas antes que las cerradas. Generalmente son trazos en espiral a los que paulatinamente podrá imprimir cambios de dirección en la medida que evoluciona su coordinación visomotriz. Esto permitirá dibujar ángulos. Adquisición de las figuras I a) Esbozo del ángulo recto (3 a. 4 m) I b) Esbozo del ángulo agudo (4 a. 4 m.) II a) Logro del ángulo recto (4 a. 4 m.) II b) Apogeo del ángulo recto (4 a. 7 m.) III a) Apogeo del ángulo agudo (5 a. 1 m) III b) Ubicación ordenada de las figuras en la hoja (6 a. 10 m.) Los investigadores utilizaron las denominaciones de: esbozo, logro, apogeo y contaminación para describir las fases por las que 8
pasaba la producción gráfica de los niños observados. El apogeo del ángulo recto implica que cuando el niño logra dominar el ángulo recto, luego lo aplica hasta en los lugares donde no va, dando lugar a la contaminación. Se llama apogeo y contaminación del ángulo recto: logra el ángulo recto y lo imprime a otras figuras. Lo mismo pasa con el ángulo agudo. El protocolo investigado por el equipo coordinado por la Dra. Ma. A. Rebollo es más complejo, incluyendo copia de figuras geométricas bidimensionales y tridimensionales abstractas (círculo, cruces, diferentes polígonos y cubos) y concretas (rancho, flor, bicicleta, mesa). Se agregan también pruebas de construcción con varillas y bloques a partir de tres modelos en el primer caso y de dos en el segundo. Desde el punto de vista metodológico, se trabajó con una muestra de niños con edades de cinco a once años que acudían a una escuela pública, aplicándose el protocolo a cincuenta niños pertenecientes a cada una de las franjas etarias. Este estudio mostró que el rendimiento en la copia de los diferentes modelos exhibe una mejoría notable a partir de los siete años. Los autores vinculan esta evolución con el ingreso al período de las operaciones concretas descrito por J. Piaget, demostrándose que la evolución de la praxia constructiva depende también del avance en la estructuración cognitiva. Otra conclusión importante fue constatar que la capacidad de representar la perspectiva se adquiere entre los nueve y diez años. Técnicas de construcción Pruebas de construcción con bloques y varillas: la última batería descrita incluye este tipo de técnicas. Se presenta un modelo impreso que el niño debe reproducir con varillas y bloques de maderas. Se estudia los errores presentes en la reproducción. La adquisición de la habilidad para lograr estas pruebas se da a edades más tempranas que la copia de figuras. La coordinación óculo – motriz, la prensión del lápiz, el manejo del plano proyectivo hacen de la copia una tarea más compleja. También se 9
constata un avance significativo de las reproducciones a partir de los siete años. Pruebas de construcción con cubos: la prueba paradigmática de este tipo es el subtest de “cubos” que integra la batería de inteligencia WISC III. Se trata de una serie de modelos con cuadrados de diferente diseño interno bicolor que debe ser reproducido con cubos. Estos cubos tienen dos caras rojas, dos caras blancas y dos caras bicolores que deben ser colocados de manera tal que reproduzcan adecuadamente el modelo presentado. La tarea está organizada de acuerdo al grado de dificultad creciente, de modo tal que los primeros modelos sólo requieren de cuatro cubos y del uso de las caras lisas. El grado de dificultad va a estar dado por la combinatoria de diseños y el número de cubos requeridos para la ejecución. También existe tiempo límite para la realización de la prueba y se adjudican puntajes adicionales por la rapidez con que se ejecuta correctamente la tarea. Pruebas de ensamble de objetos: también en el WISC III se encuentra una prueba de este tipo. Se trata del subtest de “composición de objetos” o rompecabezas incluido en la batería. En este caso se presentan una serie de piezas que el niño debe ensamblar para lograr los siguientes objetos: muñeca, auto, caballo, pelota y perfil. También la presentación de los estímulos sigue la regla de la dificultad creciente, contemplándose un tiempo límite para la ejecución y bonificación por rapidez. La experiencia clínica ha demostrada que esta prueba es mucho menos sensible que la anterior para la detección de alteraciones en la praxia constructiva.
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Referencias bibliográficas - Acevedo, S. Delfino, I. Sapriza, S. (1971) Distribución de las copias de dibujos: estudio sobre la integración en el niño y la desintegración en las lesiones focales de los hemisferios derecho e izquierdo en el adulto. Revista Acta Neurológica Latinoamericana Nro. 17 (pp. 97 – 108). - Mendilaharsu, C. Delfino, I. Sapriza, S. (1971) Evolución de la conducta de copia de las figuras geométricas en el niño. Su aplicación como prueba de maduración perceptivo – motriz. Revista Acta Neurológica Latinoamericana. - Rebollo, A. Cardús, S. (1973) Semiología del sistema nervioso del niño. Editorial Delta. Montevideo. - Santini, H. Cardús, S. Gerstle, E. Rebollo, A. (1971) Estudio de la evolución de las praxias en el niño. Apartado de Archivos de Pediatría del Uruguay. Vol. 42. Nro. 3 (pp. 140 – 146).
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