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FOTOS: CESAR-LA-ROSA-SGZWJ1NMQ8S-UNSPLASH / ISTOCK-182807427 / SHUTTERSTOCK_1202076556 / LIPSTICK: WWW.BOOTS.COM.
“THE OPPOSITE TO PATRIARCHY IS NOT MATRIARCHY BUT FRATERNITY. AND I THINK IT’S WOMEN WHO ARE GOING TO HAVE TO BREAK THIS SPIRAL OF POWER AND FIND THE TRICK OF COOPERATION”. “Germaine”, Universal Mother, 1994. Sinéad O’Connor por CAROLINA ALVAREZ
Hace unas semanas estaba viendo la nueva temporada de Euphoria y en una escena en la que hay una catarsis simultánea, durísima de dos personajes, sueltan un rolón de Sinéad O’Connor. La elección musical de ese gran momento no me sorprendió en lo absoluto. O’Connor siempre ha sido una figura polémica en el mundo de la música, si no la conoces, googlea “La cantante que rompió la foto del Papa”, y sabrás quién es. Pero eso es lo de menos. Cuando empezaba a escribir este artículo, vi ese capítulo y recordé que cuando estaba puberta, ella fue una de las primeras mujeres que recuerdo con un discurso feminista fuerte, hablaba abiertamente de acabar con el patriarcado. Si la conoces, sabrás que siempre se ha distinguido por estar rapada. En una entrevista con Dr. Phil hace mucho tiempo, contó que su mamá pensaba que el pelo rojo de su hermana era horrible y que el de ella era muy bonito (son irlandesas, el pelo rojo es muy común); entonces su mamá las presentaba como su hija fea y su hija bonita. Sinéad sufrió mucho acoso y abusos de pequeña porque su belleza llamaba la atención, entonces, se rapó: no quería ser bonita. Más adelante en las disqueras le aconsejaban que se dejara el pelo largo y usara falditas para verse “más atractiva”, a lo que se rehusó totalmente. Dijo que si iba a tener éxito sería porque era talentosa, no bonita. Si nos ponemos a investigar, descubriremos muchas personalidades como ella. Ahí tenemos a Alicia Keys, que en 2016 decidió rebelarse contra la “tiranía del maquillaje” de un día para otro. Alicia escribió en el (tristemente desaparecido) foro feminista que tenían Lena Dunham y Jenni Konner, Lenny Letter, una carta sobre cómo se había dado cuenta de que era adicta al maquillaje. Lo usaba desde los dieciséis años, le ponían kilos y capas cada que salía en la tele o le tomaban fotos. Al punto de que llegó a sentirse insegura sin él y no le gustaba cómo se veía en las fotos en las que no estaba perfectamente maquillada. Lo siguiente fue que en un acto de liberación total, decidió que la fotografiaran tal cual como había llegado del gym para las imágenes de su nuevo disco, donde apareció con una mascada en el pelo y sin una gota de maquillaje. “Me sentí realmente poderosa, fuerte, y honestamente me sentí más bella de lo que nunca me había sentido”, reconoció Keys en su carta. Ya las estoy oyendo (y me incluyo): “¡Claro! Si yo tuviera esa cara, no usaría nada tampoco”. Lo entiendo, pero creo que aquí lo importante del mensaje de Alicia es que tomó una decisión que la hizo sentir hermosa sin importar qué pensarían los demás. Su música no perdería mérito porque no tenía tres capas de máscara o no hubiera mucho Photoshop en su portada. Por otro lado tenemos a la fabulosa escritora y oradora nigeriana, Chimamanda Ngozi Adichie, quien es embajadora de la marca inglesa de belleza Boots. Adichie ha afirmado que preocuparnos por nuestra apariencia y ser feministas son conceptos que no deberían ser mutuamente excluyentes, “no debemos de moralizar el maquillaje”, expresó en una entrevista. La razón por la cual decidió ser parte de una campaña de belleza es para dar el mensaje de que las mujeres pueden ser fanáticas del lipstick y usarlo mientras se encargan de asuntos de suma importancia. Poderoso, ¿no? He visto discursos que llevan el ideal feminista y la crítica contra el patriarcado a la apariencia: dejarse crecer el vello corporal, amar sus cuerpos en todas las formas y colores, vestirse tan holgado y andrógino o tan apretado y sexy sin culpas, sin arrepentimientos, sin disculpas, sin explicaciones, sin pedir la opinión de nadie, y ser testigo de esto es INCRE-Í-BLE. Como todo, esa forma de abrazar la femineidad no es exclusiva de esta era. ¡Hola Coco Chanel, hola Katharine Hepburn, hola Frida Kahlo, hola Iris Apfel, hola feminismo radical de los setenta!, pero ¡qué época para estar vivas! A lo que voy es que querer usar un lipstick rojo, cuidarse la carita y amar las paletas de sombras no te hace más o menos feminista. El feminismo es creer en la igualdad de oportunidades, de ocupar los lugares que por derecho nos pertenecen, de aceptar nuestro ser femenino tal y como es. Solo tú sabes y decides qué es para ti ser mujer y cómo vivir tu femineidad. Con o sin maquillaje, delgada o llenita, con pantalón o minifalda, con pelo largo o rapada, tú pones tus reglas, pero siempre respetando, apoyando y abrazando a tus hermanas. Eso, SÍ que es una belleza.