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REGRESA
En 1971, en el Kingston Mines Theatre de Chicago se estrenó el musical Vaselina (Grease) y un año después debutó en Nueva York. Para 1973, Julissa y su entonces esposo Benny Ibarra estelarizaron la obra en México, y en 1984 ella la produjo con el grupo Timbiriche como protagonista.
Hoy, 39 años después, Mariana Garza, Benny Ibarra, Alix Bauer, Erik Rubín y Diego Schoening, sin Sasha Sökol ni Paulina Rubio, vuelven a escena para revivir la gran época del Rock and Roll, aquella de las crinolinas, las chamarras de cuero y el pelo envaselinado de los años 50.
Timbiriche está de regreso para contar las peripecias de jóvenes rebeldes en la Preparatoria Nacional. Bajo la dirección de Mauricio García Lozano y la producción de Alejandro Gou y Erik Rubín, el musical de Jim Jacobs y Warren Casey, se estrenará el 13 de julio en el Centro Cultural Teatro 1, el mismo recinto donde la presentaron originalmente, aunque en aquel entonces eran los Televiteatros.
En entrevista con Quién, en el Bolerama Coyoacán, cinco de sus protagonistas recordaron la experiencia de aquella infancia entrada a la adolescencia, de cuando tenían 12 y 13 años y jugaban a hacer teatro. ¿Qué sucedía tras bambalinas? ¿Cuáles fueron los romances, sus travesuras, los pleitos y los excesos? Nos lo contaron TODO.
Sin filtros, Benny dijo que Eduardo Capetillo fue el más pesado de todo el elenco, mientras que para Mariana, Luis Enrique Guzmán era el que más molestaba a todos y Diego el más enojón.
Les preguntamos con quién se besaron y Mariana respondió que con Capetillo, su novio oficial en aquel entonces, aunque él nunca fue exclusivo de ella (ya lo ha dicho), de ahí que le dedicó la canción “Besos de ceniza”.
“Hice casting y ya después me quedé con la noviecita oficial. Pasé por varias y terminé con Julie Álvarez, las otras chicas eran del coro”, comentó Diego, en tanto que Erik reveló que Rosy Sandoval, del ensamble, fue su novia. “Me estoy enterando”, dijo Mariana, y aún hay más porque Alix confesó que en los ensayos se dio besos con Luis Enrique Guzmán.
“Fuertes declaraciones. En mi vida me hubiera imaginando eso”, exclamó sorprendida Mariana, para luego escuchar la confesión de Benny: “Mi novia oficial era Sashita hermosa pero luego me cambiaban a Sandy a cada rato y entonces me tenía que dar besos con las otras: Thalía, por ejemplo, o Stephanie Salas... mi profesión me lo demandaba”, explicó entre risas mientras que Alix lo justificaba diciendo que tenían que hacerles casting para ver si había química entre ellos.
Y es que los teatros tienen ciertos recovecos que funcionaban como escondites para el elenco. En una de esas paredes, “la más asquerosa”, dice Mariana, pegaban chicles que mascaban antes de salir a escena para mejorar su dicción. “Nos bañábamos después de cada función y escondíamos las toallas, era el paso de la muerte”, recordó Erik al narrar las travesuras que se hacían. “Salíamos en pelotas del baño al camerino, enfrente de las mamás”, acotó Diego.
Luego se escondían los micrófonos u otros objetos de sus personajes, también inundaron los baños del teatro al jugar con bolitas de papel mojado. Una vez, Luis Enrique se colocó unas esposas con Eduardo, pero minutos después tenían que salir a escena y no hallaban cómo quitárselas. “Era de ‘córrele para un lado o para el otro’ y se jalaban para poder bailar”, contó Diego. Finalmente, el mago Chen Kai los liberó con una llave maestra. El castigo fueron dos semanas de “vacaciones” para el hijo de Silvia Pinal.
Entre el sinfín de peleas que hubo, Erik recuerda una memorable con José Antonio ‘Tato’ Noriega. “Ya me tenía hasta el gorro y me lo desconté, pero él también me descontó. En el segundo acto salimos los dos con el ojo morado. Nos hacíamos bullying; incluso me molestaba por ser uno de los nuevos y la única manera de pararlo fue a golpes”. En una ocasión, dijo, “me dejaron encuerado (Diego y Benny) en un pasillo de Los Ángeles. El reto era ver quién iba a la máquina de refrescos desnudo. Otras veces, tomábamos una sábana y nos la amarrábamos de capa, la llenábamos de loción y le prendíamos fuego; después había que correr”.
Aunque en la canción “La banda Timbiriche”, Benny menciona la frase “De los seis yo soy el jefe”, lo cierto es que Mariana, por su madurez a tan temprana a edad, era la verdadera jefa del grupo. “Además, era la más alta, nos sacaba una cabeza. Ella siempre tenía otra información y nos fue enseñando poco a poco”, destacó Benny. “Siempre fue la más responsable. Cuando teníamos que hacer una entrevista y estábamos echando relajo, ella ponía el orden”, dijo Alix.
“LOS EXCESOS, LOS OSOS Y LO COMPLICADO DE SER TIMBIRICHE”
Siendo adolescentes, ir a la discoteca se convertía en uno de sus pasatiempos favoritos y varias veces visitaron el legendario Baby’O Acapulco. “Si hubiera placa de representaciones, Erik y yo tendríamos como mil 100... nos poníamos unas (borracheras) hasta el vómito y la inconsciencia”, platicó Diego. “Nos la amanecíamos porque las mejores fiestas de Acapulco eran ahí, además, tuvimos la fortuna de que, siendo muy jóvenes nos dejaban entrar, lo cual era muy divertido, nos hicimos amigos del dueño”, subrayó Erik mientras que Benny recordó cuando en el Bulldog Café, otro antro, a Erik le dieron el poder de ‘firmar’ los drinks. “Hasta que un día le dijeron: ‘¿firmaste 75 ‘París de noche’?’’, y hasta ahí acabó su autoridad”. Así como probaron el alcohol, también lo hicieron con sustancias ilícitas como las drogas, aunque ya más grandes, en la época de los 90, y Erik fue uno de ellos. “Sí que probé, que utilicé y que me unté”, apuntó el cantante al admitir que en su momento fue de los más rebeldes del grupo junto con Sasha y Paulina, mientras que el resto eran muy tranquilos.
De los peores osos que les tocó hacer, Diego recuerda la vez que llevaban semanas de gira y él no había podido lavar sus calzones en el hotel. “Estábamos en Mazatlán y, ni modo, tuve que salir a la francesa, me puse los pantalones de ‘Tú y yo somos uno mismo’, esos que son pañalotes”, dijo. “Se le veía el back y el front”, reveló Alix.
Erik es quien más tardaba en aprenderse las coreografías, lo mismo que Benny, por eso decidieron tocar instrumentos para no bailar. En la versión 2023 de Vaselina habrá nuevos bailes y no han tenido que repasar los temas porque los tienen intactos en su memoria, incluso, se saben los parlamentos de los demás.
El público conocerá una cara distinta de los personajes de la obra porque se busca dar un tratamiento más profundo a la historia que también estelarizan María León, Andrea Legarreta, Leonardo de Lozanne, Yahir, Alejandro Ibarra, Luis Rodríguez “El Guana”, Angélica Vale, Lupita Sandoval y Verónica Jaspeado.
“Nadie había tenido las agallas de decir que la hiciéramos de nuevo hasta que llegó la oportunidad. No estaba entre mis planes, pero cuando el llamado de Timbiriche llega, hay que obedecerlo”, apuntó Benny. Después de Vaselina, el grupo volverá a los escenarios musicales para hacer la gira del adiós; también se prevé una bioserie y el lanzamiento de un libro. ¿Se incorporarán Sasha, Thalía, Paulina u otro exintegrante de Timbiriche? No lo saben; la invitación se les extendió, pero la decisión es solo de ellos.
“En 1984 no se había hecho Vaselina con niños y hoy volvemos a una edad que no tienen los personajes, somos un ejemplo al abordar nuestros 50 años para decir que estamos en el mejor momento de nuestra vida”, resaltó Mariana. “Hay quienes dicen: ‘ya están rucos’, pero tenemos mayor agilidad, más resistencia y más ganas de hacer las cosas”,
Diego..