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JUAN CARLOS BEAMIN

Juan Carlos Beamin (33 años) responde todo con una sonrisa. Al hacer repaso de su vida personal y profesional, se alegra con los recuerdos que emanan de esta conversación, de lo que ha vivido desde su niñez y cómo ello fue forjando su carrera como astrónomo, siempre de la mano con la divulgación de la ciencia, convirtiéndose en una pieza fundamental en su desarrollo.

“A mi me encanta compartir con la gente, de hecho, me gusta más que la investigación y es por eso que no me veía en un trabajo full time como investigador”, nos cuenta de entrada, al hablar de su labor como coordinador científico del Centro de Comunicación de las Ciencias de la Universidad Autónoma.

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De hecho, comenta que previo a su llegada a dicha casa de estudios, manifestó a quienes lo entrevistaban para un puesto laboral, casi como una declaración de principios, lo siguiente: “yo estoy buscando un trabajo, en el cual quiero hacer clases, pero quiero tener tiempo para investigar y no quiero que me tapen con cosas rutinarias de la academia. Si puedo optar a hacer divulgación científica, para mí es súper importante”, rememora de aquel día.

La belleza de mirar las estrellas

Pero vayamos unos años atrás. Antes de insertarse en el mundo científico, Juan Carlos disfrutaba en su niñez con mirar el cielo y asombrarse con lo que veía pasar sobre sus ojos. Su papá fue una de sus grandes inspiraciones, “yo creo que fue una motivación súper fuerte el tema de salir a mirar las estrellas con mi papá y crear esos lazos en torno a algo como la naturaleza”.

Cuenta que hasta el día de hoy aún disfruta las cosas simples, “mi esposa siempre se ríe y la gente que me conoce de cerca, siempre se ríen de mi por eso, porqué yo siempre ando pensando en cosas súper pequeñas o disfrutando de fenómenos naturales súper sencillos”, y complementa con una anécdota, “el otro día acá (Santiago) estaba lloviendo, ha estado lloviendo mucho y vimos muy cerca la cordillera y verla nevada es increíble. Entonces yo salí muerto de frío a mirar la cordillera un rato, porqué son cosas que me encantan y disfruto con cosas súper chicas, porqué sé que hay un montón de ciencia atrás y eso me sigue fascinando igual que siempre”.

Para el investigador, la formación educacional que tuvo con sus docentes lo marcó de sobremanera, “soy súper agradecido de haber tenido la suerte de haber contado con uno o dos profesores que te estimulan a plantearte desafíos, metas y simplemente explorar”. Dice que esas conversaciones y prácticamente charlas motivacionales, le alentaron a seguir en el área de las ciencias y no decantarse en una carrera como Ingeniería Comercial.

A pesar que le fue bastante bien en su formación académica y profesional, Juan Carlos es claro en afirmar que “las ciencias no son para superdotados, en ningún caso. Yo creo que cualquier persona, que le interese y que le ponga esfuerzo, puede lograrlo”. Por lo mismo aconseja a los estudiantes que desean seguir una carrera científica y no necesariamente destacan en el colegio, a que mantengan sus sueños, “el talento no es todo. Es importante, pero tú requieres de esfuerzo, requieres estudiar, requieres prepararte y seguir. En ese sentido, si le gusta la astronomía y raya con la astronomía, la química la biología o la botánica, debe seguir, con una pizca de talento y mucho esfuerzo”.

Astronomía para todos

Juan Carlos se graduó como doctor en astrofísica en la Universidad Católica y ha estado ligado bastante a la disciplina. Pero lo que le apasiona es la divulgación de este conocimiento, tratando de acercarlo de la forma más sencilla posible.

Es por eso que acepta invitaciones para hablar con grandes y chicos de la materia; da charlas en diversas partes del país; incluso hace un año sacó un libro titulado “Astronomía ilustrada, sol, tierra, luna eclipse” que de forma simple explica cómo

Yo creo que fue una motivación súper fuerte el tema de salir a mirar las estrellas con mi papá y crear esos lazos en torno a algo como la naturaleza”.

se formó el universo, nuestra tierra y su satélite; y además tiene un podcast científico llamado “La Raíz de la Ciencia”, donde habla constantemente de estas temáticas a sus seguidores por redes sociales, todo ello sumado a su labor en la Universidad Autónoma. “A mí me gusta mucho mi trabajo y trabajar en esto, piensa que conozco un montón de personas, colaboro con un montón de instituciones”, nos confiesa el joven científico nacional.

Pero claro, no es una tarea fácil el divulgar la ciencia. No todos los investigadores e investigadoras pueden hacerlo. El Dr. Beamin afirma que “es una transición. Hablar y escribir papers y comunicarlo a las personas, son dos mundos súper distintos, requiere hartas habilidades que no te las enseñan en la academia, que no enseñan en la universidad y que hay que ir aprendiéndolas a pulso”.

Como consejo, el astrofísico menciona las técnicas que han aplicado con el Centro de Comunicación de las Ciencias y que tienen como objetivo, “nunca sacrificar el contenido”. Por lo mismo, indica que “la ciencia la experimentamos todos, la ciencia la vivimos todos, y, por lo tanto, la podemos entender todos y simplemente hay que traducir el lenguaje”.

“Entonces sacarle las jergas y quedarnos con lo esencial, eso es lo que tratamos de hacer y ahí está el arte en esa traducción de mensajes complejos a mensajes más sencillos, pero que tengan el mismo contenido, el mismo sustento”, es parte de su “receta” para llegar todas las personas, sin exclusión.

Finalmente, Juan Carlos Beamin hace una reflexión de todo lo que desarrolla y ha logrado en su vida personal y profesional, “es un gusto para mi poder hacer esto, tener un pequeño impacto, poder apoyar distintas iniciativas locales, regionales o a nivel nacional; es como un trabajo de ensueño en ese sentido, de poder acercar la ciencia y mantenerme en contacto constante, con gente que le interesa, que está en esta misma cruzada, entonces para mí la verdad es un gusto estar acá”.

La ciencia la experimentamos todos, la ciencia la vivimos todos, y, por lo tanto, la podemos entender todos y simplemente hay que traducir el lenguaje”.

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