Revista expresión del sureste mexicano

Page 16

Nacional

Indagan sobre procedencia geográfica del guajolote en México

E

n una boda, un bautizo, en una primera comunión o el festejo de unos quince años y, por supuesto, en las celebraciones navideñas, el guajolote es un elemento de la gastronomía mexicana que no puede faltar en la mesa. Relleno, deshuesado, al horno, asado, miles son las recetas para poder preparar esta ave, la cual desde la época prehispánica ha protagonizado diversos manjares en ofrendas y rituales. También conocido como pavo, esta ave salió del continente en el siglo XVI y en ese lapso se convirtió en un elemento crucial de la alimentación cotidiana mundial, sobre todo procesada como fiambre en los refrigeradores de las tiendas pero, para llegar ahí, su historia no es lineal ni sencilla. En el texto El guajolote, una historia geográfica compleja, del número 963 del suplemento cultural El Tlacuache, el investigador de la representación en Morelos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Eduardo Corona Martínez, manifiesta que en México se produce y consume poco esta ave. En 2019 se calculaba que una persona comería cerca de kilo y medio, siendo el fin de año cuando se consume el 83 por ciento de la producción mexicana, sin embargo, no se cubre la demanda nacional y se importa lo que falta. En el escrito publicado en ese órgano de difusión del Centro INAH Morelos, el paleontólogo explica que si bien de esta ave se conocen dos géneros originarios de Norteamérica: el ocelado (Meleagris ocellata) y el norteño (Meleagris gallopavo), este último es el más conocido y el que ha alcanzado una distribución 16 Expres¡ón!

mundial gracias a sus intensas interacciones con los humanos, lo que ha dificultado desentrañar su distribución geográfica natural y su proceso de domesticación. El investigador comenta que desde el siglo XX, se estimó que en México existieron tres subespecies del guajolote norteño, dos de ellas consideradas relevantes: la mexicana, que ocupa el centronorte del país; la intermedia, en el noreste, y una tercera llamada gallopavo, ubicada en centro y sur del territorio nacional. La distribución del guajolote norteño, por su registro más antiguo, muestra que es una especie de filiación neártica, asociada a bosques templados, es decir, propia del Altiplano de México, misma que coincide con la de las subespecies mexicana e intermedia. “Pero considerando datos de campo del siglo XX, y combinándolos con los de las crónica de la Conquista, se planteó que la distribución de la subespecie de guajolote ‘gallopavo’, abarcó los estados de Michoacán, Guerrero, Estado de México, Distrito Federal, Puebla y Veracruz”. Aclaró que, de manera natural, esta especie no se encontraba en esa región, aunque existen registros prehispánicos de restos del ave, por tanto, no se puede determinar si las poblaciones del centro del país en esa época eran naturales o fueron domesticadas. Para tratar de analizar este tema, a partir de diversas bases de datos, el investigador del Centro INAH Morelos construyó un mapa que expresa los cambios en la distribución del ave con base


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.