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Eutanasia… ¿Cuándo es el momento?
Definitivamente hacer el papel de Dios en la tierra con respecto a decidir sobre una vida, es muy difícil y duro. Saber con certeza que se está haciendo lo correcto, genera dudas y remordimiento
M.V. Erick Espinosa
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Gente Animalia
La eutanasia se define como: Acto de provocar intencionadamente la muerte de una persona (o animal) que padece una enfermedad incurable para evitar que sufra.
Sin embargo siempre asalta la duda sobre si ciertamente la condición es incurable, si el diagnóstico es correcto y si el tratamiento es el adecuado. Como cualquier duelo y sus etapas (negación, rabia, negociación, depresión y aceptación), la negación no sólo es la primera, sino muchas veces, la más difícil de pasar.
Si bien es cierto que muchas veces se han practicado eutanasias a pacientes que no tenían el criterio, ya sea por un mal diagnóstico y consecuente mal tratamiento, u otras veces sólo por criterios económicos, la eutanasia cómo procedimiento está orientado a evitar el dolor, la agonía y el sufrimiento en animales que tienen una condición incurable, progresiva, depauperante y dolorosa. Ejemplos comunes son las fases avanzadas de cáncer, insuficiencia renal, insuficiencia cardíaca, los politraumatismos, la tetraplegia, la falla orgánica múltiple, entre otros. Este tipo de condiciones aunque tienen tratamiento, sus formas avanzadas implican una pésima calidad de vida para el paciente y su propietario y cualquier esfuerzo terapéutico más que curar o enlentecer la enfermedad, lo que hace es prolongar una agonía, alargar el dolor y sufrimiento.
La eutanasia aunque siempre es una decisión difícil, es un procedimiento que debe ser realizado incluso antes de las etapas terminales de cualquier enfermedad, ya que como lo dice su definición es para evitar el sufrimiento. ¿Cómo saber que se hace lo correcto?… lo primero es estar apoyado por buenos profesionales veterinarios. En caso de dudas, es perfectamente razonable pedir segundas y terceras opiniones. Es indispensable realizarle todos los exámenes necesarios al paciente para confirmar los diagnósticos. Haber implementado todas las opciones terapéuticas descritas para el tratamiento de la enfermedad. Sin embargo y antes de nosotros tomar cualquier decisión, son las mismas mascotas quienes deciden entregarse y abandonarse, cosa esta que manifiestan con cambios de ánimo como no interaccionando con sus dueños y medioambiente, no se paran, no comen, algunas veces se quejan, otras veces y de forma impredecible, se tornan agresivos.
La mayoría de las veces simplemente lo piden a gritos con su mirada de entrega. Esto último es particularmente elocuente y hay que tener muy cerrado el corazón para no darse cuenta de que más bien son ellos, los que nos piden que aliviemos su sufrimiento.
Nunca es fácil decidir sobre una vida, pero la eutanasia definitivamente es una alternativa muy humana cuando se ejecuta con sólidos criterios técnicos, emocionales y económicos orientados a terminar con el dolor y sufrimiento de nuestra adorada e incondicional mascota.