Su historia y su futuro
ISRAEL SU HISTORIA Y SU FUTURO Autor: Rafael Román Caraballo Barreto Diseño y Diagramación: C. Rizzo D.
Sincelejo, Sucre - Colombia/2016
DEDICATORIA
Su historia y su futuro
Este libro lo dedico con mucho cariño, amor y respeto a todos los israelitas y cristianos del mundo, sin ningún distingo; de igual forma va dirigido a todos los que les encanta la investigación y la lectura. A todos ellos, muchas gracias por visitar este portal, leer o bajar este libro.
El Autor Rafael Ramón Caraballo Barreto
Rafael Román Caraballo Barreto
Israel, su historia y su futuro
Rafael Román Caraballo Barreto
Israel, su historia y su futuro
PRÓLOGO Esta obra tiene por esencia, instruir y alertar a los cristianos de todo el mundo con la verdad de lo que enseña la Santa Biblia, para que a través de estos saberes puedan ver y estar apercibidos de las pruebas que le faltan por pasar al pueblo judío antes de que Cristo haga su retorno, para enjuiciar a los vivos y a los muertos; y así transformar y levantar a sus fieles escogidos para llevarlos a reinar en el reino milenial. Además, este libro contiene grandes revelaciones de lo que va a suceder de ahora en adelante en el pueblo judío y esclarecido a través de los temas siguientes: Historia del pueblo de Israel, la Batalla de Gog, Recuperación de las tierras prometidas, Retorno de Ismael y la Construcción del nuevo templo.
EL PUEBLO DE ISRAEL Las raíces históricas más profundas de este pueblo están basadas en el Abran bíblico y su descendencia, todo esto lo vamos a estudiar a través de un orden sucesivo como sigue a continuación: PROSAPIA DE ABRAM
NOTA El resto de los acontecimientos, por los cuales ha de pasar el pueblo de Israel hasta que el Mesías venga a restablecer el reino davídico; lo podrán ver y apreciar en el libro del “Anticristo en el fin de los tiempos”.
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Abran pertenecía al linaje semítico, como lo podemos comprobar en el libro de Génesis y su nacimiento en Ur de los caldeos. Abran tomó por mujer a una joven llamada Sarai, la cual le salió estéril; esta joven era su hermanastra, pero no sabemos su ascendencia materna, porque estos pueblos primitivos no registraban la genealogía de sus hijas, sino la de los hijos varones.
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Textos que confirman lo antes dicho: Los descendientes de Sem 10
Éstos fueron los descendientes de Sem. Dos años después del diluvio, cuando 11 Sem tenía cien años, nació su hijo Arfaxad. Después de esto, Sem vivió quinientos años más, y tuvo otros hijos e hijas. 12 Arfaxad tenía treinta y cinco años cuando nació su hijo Sélah.13 Después de esto, Arfaxad vivió cuatrocientos tres años más, y tuvo otros hijos e hijas. 14 15 Sélah tenía treinta años cuando nació su hijo Éber. Después de esto, Sélah vivió cuatrocientos tres años más, y tuvo otros hijos e hijas. 16 17 Éber tenía treinta y cuatro años cuando nació su hijo Péleg. Después de esto, Éber vivió cuatrocientos treinta años más, y tuvo otros hijos e hijas. 18 Péleg tenía treinta años cuando nació su hijo Reú. 19 Después de esto, Péleg vivió doscientos nueve años más, y tuvo otros hijos e hijas. 20 21 Reú tenía treinta y dos años cuando nació su hijo Serug. Después de esto, Reú vivió doscientos siete años más, y tuvo otros hijos e hijas. 22 23 Serug tenía treinta años cuando nació su hijo Nahor. Después de esto, Serug vivió doscientos años más, y tuvo otros hijos e hijas. 24 Nahor tenía veintinueve años cuando nació su hijo Térah. 25 Después de esto, Nahor vivió ciento diecinueve años más, y tuvo otros hijos e hijas. 26 Térah tenía ya setenta años cuando nacieron sus hijos Abram, Nahor y Harán. Los descendientes de Térah 27
Éstos son los descendientes de Térah, que fue el padre de Abram, Nahor y Harán. Harán, el padre de Lot, 28
murió en Ur de Caldea, antes que su padre Térah. Murió en el mismo lugar donde había nacido. 29
SALE ABRAN DE UR Taré, el padre de Abran salió de Ur de los caldeos con rumbo hacia la tierra de Canaán, llevando consigo a su hijo Abran, su nuera Sarai y su nieto Lot, pero al llegar a Harán se quedaron por varios años hasta la muerte de Taré. 31
Térah salió de Ur de los caldeos para ir a la tierra de Canaán, y se llevó con él a su hijo Abram, a su nieto Lot y a su nuera Sarai. Sin embargo, cuando llegaron 32 a la ciudad de Harán, se quedaron a vivir allí. Y Térah murió en Harán a la edad de doscientos cinco años.
PREDESTINACIÓN Y PROMESAS DE DIOS SON PARA ABRAN
Abram se casó con Sarai, y Nahor se casó con Milcá, que era hija de Harán y
hermana de Iscá. 30Sarai no podía tener hijos porque era estéril.
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Las sagradas escrituras relatan que Abran fue escogido por Dios para formar a través de él un pueblo, por el cual fueron benditas todas la familias de la tierra. En este llamado Abran ya tenía 75 años; Dios también le prometió toda la tierra de Canan, en esa
promesa los linderos eran desde el río de Egipto hasta el río Grande (mar mediterráneo) y por el norte hasta el Eúfrates. 6
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Gn. 12.1-9. Un día el Señor le dijo a Abram: «Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu 2 padre, para ir a la tierra que yo te voy a mostrar. Con tus descendientes voy a formar una gran nación; voy a bendecirte y hacerte famoso, y serás una 3 bendición para otros. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; por medio de ti bendeciré a todas las familias del mundo.» 4
Abram salió de Harán tal como el Señor se lo había ordenado. Tenía setenta y 5 cinco años cuando salió de allá para ir a la tierra de Canaán. Con él se llevó a su esposa Sarai y a su sobrino Lot, y también todas las cosas que tenían y la gente que habían adquirido en Harán. Cuando llegaron a Canaán, 6 Abram atravesó toda esa región hasta llegar a Siquem, donde está la encina sagrada de Moré. Los 7 cananeos vivían entonces en aquella región. Allí el Señor se le apareció y le dijo: «Esta tierra se la voy a dar a tu descendencia.» Entonces Abram construyó un altar en honor del Señor, porque allí se le había 8 aparecido. Luego se fue a la región montañosa que está al este de la ciudad de Betel, y allí puso su campamento. Betel quedaba al oeste de donde él había acampado, y la ciudad de Ai al este. En ese lugar Abram construyó otro altar e invocó el nombre del 9 Señor. Después siguió su camino, poco a poco, hacia la región del Négueb. Gn. 13.14-18. 14
DIOS LE PROMETE UN HIJO
Después que Lot se fue, el Señor le dijo a Abram:
«Desde el lugar donde estás, mira bien al norte y al sur, al este y al oeste; 15 yo te 16 daré toda la tierra que ves, y para siempre será tuya y de tus descendientes. Yo haré que ellos sean tantos como el polvo de la tierra. Así como no es posible contar los granitos de polvo, tampoco será posible contar tus descendientes. 17
¡Levántate, recorre esta tierra a lo largo y a lo ancho, porque yo te la voy a dar!»
Dios le prometió a Abran un hijo, pero también le profetizó que su descendencia sería esclava en otra nación, pero que después de cuatrocientos años de opresión les llegaría la emancipación y ellos regresarían nuevamente a su tierra.
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Así pues, Abram levantó su campamento y se fue a vivir al bosque de encinas de un hombre llamado Mamré, cerca de la ciudad de Hebrón. Allí construyó un altar en honor del Señor.
Gn. 15.1-16. Después de esto, el Señor le habló a Abram en una visión y le dijo:
Gn. 15.17-21. 17
Cuando ya era de noche y todo estaba oscuro, apareció un horno que echaba humo y una antorcha encendida que pasaba por en medio de los animales partidos. 18Aquel mismo día el Señor hizo una alianza con Abram y le dijo:
—No tengas miedo, Abram, porque yo soy tu protector. Tu recompensa va a ser muy grande. 2-3
Pero Abram le contestó:
—Esta tierra se la daré a tus descendientes, desde el río de Egipto hasta el río 19 grande, el Éufrates. Es decir, la tierra de los quenitas, los quenizitas, los 20 cadmoneos, los hititas, los ferezeos, los refaítas, 21 los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.
—Señor y Dios, ¿de qué me sirve que me des recompensa, si tú bien sabes que no tengo hijos? Como no me has dado ningún hijo, el heredero de todo lo que tengo va a ser Eliézer de Damasco, uno de mis criados.
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El Señor le contestó:
—Tu heredero va a ser tu propio hijo, y no un extraño. 5
Entonces el Señor llevó a Abram afuera, y le dijo:
—Mira bien el cielo, y cuenta las estrellas, si es que puedes contarlas. Pues bien, así será el número de tus descendientes. 6
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Abram creyó al Señor, y por eso el Señor lo aceptó como justo y le dijo:
—Yo soy el Señor; yo te saqué de Ur de los caldeos para darte esta tierra como herencia. 8
—Pero, Señor y Dios, ¿cómo podré estar seguro de que voy a heredar esta tierra? —contestó Abram. 9
NACIMIENTO DE ISMAEL
Y Dios le dijo:
—Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, de tres años cada uno, y también una tórtola y un pichón de paloma. 10
Abram trajo todos estos animales a Dios, los partió por la mitad y puso una 11 mitad frente a otra; pero no partió las aves. Y los buitres bajaban sobre los cuerpos de los animales muertos, pero Abram los espantaba. 12 Cuando empezaba a anochecer, Abram se quedó profundamente dormido. De pronto lo rodeó una gran oscuridad y sintió mucho miedo. 13Entonces el Señor le dijo: —Debes saber que tus descendientes vivirán en un país extranjero, y que allí serán esclavos, y que serán maltratados durante cuatrocientos años. 14 Pero yo también castigaré a la nación que va a hacerlos esclavos, y después tus descendientes saldrán libres y dueños de grandes riquezas. 15 Por lo que a ti toca, morirás en paz cuando ya seas muy anciano, y así te reunirás con tus antepasados. 16 Después de cuatro generaciones, tus descendientes regresarán a este lugar, porque todavía no ha llegado al colmo la maldad de los amorreos.
Cuando ya Abran tenía 86 años tuvo su primer hijo Ismael, pero este no vino por la promesa que Dios le había hecho, sino por petición de su esposa Sarai. Gn. 16.1-16. Sarai no podía darle hijos a su esposo Abram, pero tenía una esclava egipcia que se llamaba Agar. 2Entonces le dijo a Abram: —Mira, el Señor no me ha permitido tener hijos, pero te ruego que te unas a mi esclava Agar, pues tal vez tendré hijos por medio de ella. 3
Abram aceptó lo que Sarai le dijo, y entonces ella tomó a Agar la egipcia y se la dio como mujer a Abram, cuando ya hacía diez años que estaban viviendo en Canaán. 4 Abram se unió a Agar, la cual quedó embarazada; pero cuando se dio 5 cuenta de su estado comenzó a mirar a su señora con desprecio. Entonces Sarai le dijo a Abram: —¡Tú tienes la culpa de que Agar me desprecie! Yo misma te la di por mujer, y ahora que va a tener un hijo se cree más que yo. Que el Señor diga quién tiene la culpa, si tú o yo. 6
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Y Abram le contestó:
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—Mira, tu esclava está en tus manos; haz con ella lo que mejor te parezca. 7
Entonces Sarai comenzó a maltratarla tanto, que Agar huyó. Pero un ángel del Señor la encontró en el desierto, junto al manantial que está en el camino de 8 Sur, y le preguntó: —Agar, esclava de Sarai, ¿de dónde vienes, y a dónde vas?
PEREGRINACIONES DE ABRAN
—Estoy huyendo de mi señora Sarai —contestó ella. 9
Entonces el ángel del Señor le dijo:
—Regresa al lado de tu señora, y obedécela en todo. 10
Además el ángel del Señor le dijo:
«Aumentaré tanto tus descendientes, que nadie los podrá contar. 11
Estás encinta y tendrás un hijo, y le pondrás por nombre Ismael, porque el Señor escuchó tu aflicción.
Cuando Abran ya estaba en la tierra de Canaán, hubo una gran hambre en dicha región, esto lo obligó a emigrar a Egipto, y como Sarai era una mujer muy hermosa, él por temor a los egipcios le pidió a ella que dijera que era su hermana, esto dio la ocasión para que el faraón la llevara a su palacio. Otro caso similar sucedió con el rey de los filisteos Abimelec, donde Abran dijo que Sara era su mujer. Gn. 12:10-20.
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Será arisco como un potro salvaje; luchará contra todos, y todos contra él; pero él afirmará su casa aunque sus hermanos se opongan.»
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Como Agar había hablado con el Señor, le llamó «el Dios que ve», pues se decía: «Dios me ha visto y todavía estoy viva.» 14 También por eso el pozo se llama: «Pozo del que vive y me ve». Este pozo está entre Cadés y Béred.
Por aquel entonces hubo una gran escasez de alimentos en toda aquella región, y Abram se fue a vivir a Egipto durante algún tiempo, pues no había nada de comer en el lugar donde vivía. 11 Cuando ya estaba llegando a Egipto, Abram le dijo a su esposa Sarai: «Mira, yo sé bien que tú eres una mujer 12 hermosa, y que cuando los egipcios te vean, van a decir: “Esta mujer es la esposa de ese hombre.” Entonces a mí me matarán, y a ti te dejarán con vida para quedarse contigo. 13 Por eso, para que me vaya bien y no me maten por causa tuya, diles por favor que eres mi hermana.»
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Y Agar le dio un hijo a Abram, y él lo llamó Ismael. 16 Abram tenía ochenta y seis años cuando Ismael nació.
Cuando Abram llegó a Egipto, los egipcios vieron que Sarai era muy 15 hermosa. También la vieron los funcionarios del faraón, rey de Egipto, y le fueron a decir que aquella mujer era muy hermosa. Entonces la llevaron al palacio del faraón. 16
Por causa de Sarai, el faraón trató muy bien a Abram. Le regaló ovejas, vacas, 17 esclavos, esclavas, asnos y camellos. Pero también por causa de Sarai, el Señor castigó al faraón y a su familia con grandes plagas. 18 Por eso el faraón mandó llamar a Abram, y le dijo: «¿Por qué me has hecho esto? ¿Por qué no me 19 dijiste que esta mujer es tu esposa? Tú dijiste que era tu hermana, y yo pude 20 haberla tomado por esposa. Anda, aquí la tienes. ¡Tómala y vete!» Entonces el faraón ordenó a sus hombres que hicieran salir de Egipto a Abram, junto con
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Gn. 20:1-18.
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Abraham salió del lugar donde estaba y se fue a la región del Négueb, y se quedó a vivir en la ciudad de Guerar, entre Cadés y Sur. 2 Estando allí, decía que Sara, su esposa, era su hermana. Entonces Abimélec, el rey de Guerar, mandó traer a Sara para hacerla su mujer; 3 pero aquella noche Abimélec tuvo un sueño, en el que Dios le dijo: «Vas a morir, porque la mujer que has tomado es casada.»
—Lo que le he dado a tu hermano vale mil monedas de plata, y eso va a servir para defender tu buena fama delante de todos los que están contigo. Nadie podrá hablar mal de ti.
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Sin embargo, como él no la había tocado, le contestó: «Mi Señor, ¿acaso 5 piensas matar a quien no ha hecho nada malo? Abraham mismo me dijo que la mujer es su hermana, y ella también afirmó que él es su hermano, así que yo hice todo esto de buena fe. No he hecho nada malo.» 6
Y Dios le contestó en el sueño: «Yo sé muy bien que lo hiciste de buena fe. Por 7 eso no te dejé tocarla, para que no pecaras contra mí. Pero ahora, devuélvele su esposa a ese hombre, porque él es profeta y rogará por ti para que vivas; pero si no se la devuelves, tú y los tuyos ciertamente morirán.» 8
Al día siguiente por la mañana, Abimélec se levantó y llamó a sus siervos, y les 9 contó todo lo que había soñado. Al oírlo, ellos tuvieron mucho miedo. Después Abimélec llamó a Abraham y le dijo: —¡Mira lo que nos has hecho! ¿En qué te he ofendido, para que hayas traído un 10 pecado tan grande sobre mí y sobre mi gente? Esas cosas no se hacen. ¿Qué estabas pensando cuando hiciste todo esto? 11
Así le habló Abimélec a Abraham, y Abraham contestó:
A Sara le dijo:
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Entonces Abraham oró a Dios, y Dios les devolvió la salud a Abimélec y a su 18 esposa. También sanó a sus siervas, para que pudieran tener hijos, pues por causa de Sara, el Señor había hecho que ninguna mujer de la casa de Abimélec pudiera tener hijos. Gn. 13:1-13. Cuando Abram salió de Egipto, con su esposa y con todo lo que tenía, regresó a 2 la región del Négueb. Su sobrino Lot se fue con ellos. Abram era muy rico, pues 3 tenía oro, plata y muchos animales. Del Négueb regresó poco a poco, hasta llegar al pueblo de Betel, y de ahí se fue al lugar donde había acampado primero, entre Betel y Ai. 4 Ése era el lugar donde antes había construido un altar, y allí invocó el nombre del Señor. 5
Lot también era muy rico, pues, al igual que su tío Abram, tenía muchas ovejas 6 y vacas, y gente que acampaba con él; pero el lugar donde estaban no bastaba 7 para alimentar a tantos animales. Ya no podían vivir juntos, pues los que cuidaban el ganado de Abram se peleaban con los que cuidaban el ganado de Lot. Además, en aquel tiempo, los cananeos y ferezeos todavía vivían allí. 8 Así que un día Abram le dijo a Lot: «Tú y yo somos parientes, así que no está bien 9 que haya pleitos entre nosotros, ni entre tus pastores y los míos. Ahí está toda la tierra, para que escojas. Por favor, sepárate de mí. Si tú te vas al norte, yo me voy al sur, y si tú te vas al sur, yo me voy al norte.» 10
—Yo pensé que en este lugar no tenían ningún respeto a Dios, y que me matarían por causa de mi esposa. 12 Pero es cierto que ella es mi hermana: es hija de mi padre, aunque no de mi madre; por eso pude casarme con ella. 13
Cuando Dios me dio la orden de salir de la casa de mi padre, le pedí a ella que, en cada lugar a donde llegáramos, dijera que yo era su hermano. 14
Entonces Abimélec le devolvió a Abraham su esposa Sara. Además le regaló ovejas, vacas, esclavos y esclavas, 15y le dijo:
Lot miró por todo el valle del río Jordán y vio que, hasta el pueblecito de Sóar, el valle tenía bastante agua y era como un gran jardín. Se parecía a Egipto. (Esto era así antes de que el Señor destruyera las ciudades de Sodoma y Gomorra.) 11 Entonces Lot escogió todo el valle del Jordán, y se fue al oriente del lugar donde estaban. De esta manera, Abram y Lot se separaron. 12 Abram se quedó en Canaán, y Lot se fue a vivir a las ciudades del valle, cerca de la 13 ciudad de Sodoma, donde toda la gente era muy mala y cometía horribles pecados contra el Señor.
—Mira, ahí tienes mi país; escoge el lugar que más te guste para vivir.
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Entonces David mandó a Tamar a la casa, y le dijo:
—Ve, por favor, a casa de tu hermano Amnón, y prepárale algo de comer. 8
NOTA: Ciertamente, Sara era hermanastra de Abraham pero esta clase de matrimonio en la antigüedad eran permitidos; pero más tarde la ley los prohibió por considerarlos verdaderos incestos, como sucedió con el caso de Amón y Tamar.
Tamar fue a casa de su hermano Amnón, que estaba acostado. Y tomó ella harina, y la amasó, y allí mismo preparó las tortas y las coció; 9 luego tomó la sartén y le sirvió las tortas; pero Amnón no quiso comer, y ordenó que salieran todos los que allí estaban. 10 Cuando ya todos habían salido, Amnón le dijo a Tamar: —Trae la comida a mi habitación, y sírveme tú misma. Tamar tomó las tortas que había hecho y se las llevó a su hermano Amnón a su habitación, 11pero cuando se las acercó para que comiera, él la sujetó y le dijo: —Ven, hermana mía, acuéstate conmigo. 12
Ella le respondió:
2 de Sam. 13:1-17. Absalón, hijo de David, tenía una hermana muy hermosa, llamada Tamar. Y 2 sucedió que Amnón, hijo también de David, se enamoró de ella, a tal grado que acabó por enfermarse de angustia, pues como su hermana Tamar no había tenido aún relaciones con ningún hombre, él encontraba muy difícil hacerle 3 algo. Pero Amnón tenía un amigo muy astuto, llamado Jonadab, que era hijo de Simá, hermano de David. 4Un día Jonadab le preguntó:
—No, hermano mío, no me deshonres, porque esto no se hace en Israel. ¡No cometas tal infamia! 13 ¿A dónde podría ir yo con mi vergüenza? Y por lo que a ti toca, serías considerado en Israel como un necio. Te ruego que hables con el rey, que él no se opondrá a que yo sea tuya. Lv.18:6-19. 6
—¿Qué te pasa, príncipe? ¿Por qué estás cada día más desmejorado? ¿No me lo vas a contar?
»Ningún hombre debe acercarse a una mujer de su propia familia para tener relaciones sexuales con ella. Yo soy el Señor. 7
Amnón le respondió:
»No deshonres a tu padre teniendo relaciones sexuales con tu madre; además, ella es tu madre y no debes hacerlo.
—Es que estoy enamorado de Tamar, la hermana de mi hermano Absalón. Entonces Jonadab le aconsejó:
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»No deshonres a tu padre teniendo relaciones sexuales con su mujer.
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—Métete en la cama y hazte el enfermo. Y cuando vaya a verte tu padre, dile que, por favor, mande a tu hermana Tamar para que te dé de comer y prepare alguna comida allí mismo, para que tú la veas y comas lo que ella te dé.
»No tengas relaciones sexuales con tu hermana. Ya sea tu hermana por parte de padre o por parte de madre; ya sea que haya nacido en la casa o fuera de ella, no debes tener relaciones sexuales con ella.
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Amnón se metió en la cama y se hizo el enfermo. Y cuando el rey fue a verlo, Amnón le dijo:
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»No te deshonres a ti mismo teniendo relaciones sexuales con tu nieta, sea por parte de tu hijo o de tu hija. No debes tener relaciones con ella.
—¡Por favor! Que venga mi hermana Tamar y haga aquí mismo un par de tortas, y que ella misma me sirva.
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»No tengas relaciones con la hija de la mujer de tu padre. Ha sido engendrada por tu padre, y es tu hermana. No debes tener relaciones con ella.
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»No tengas relaciones sexuales con la hermana de tu padre; es de la misma sangre que tu padre. 13
»No tengas relaciones sexuales con la hermana de tu madre; es de la misma sangre que tu madre. 14
»No deshonres a tu tío teniendo relaciones sexuales con su mujer, pues es tu tía. 15
»No tengas relaciones sexuales con tu nuera, pues es la mujer de tu hijo; no debes tener relaciones sexuales con ella. 16
»No deshonres a tu hermano teniendo relaciones sexuales con su mujer.
DIOS LE REITERA A ABRAN SU PACTO
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»No tengas relaciones sexuales con una mujer y con la hija de esa mujer, ni tomes a su nieta, ya sea por parte de su hijo o de su hija, para tener también relaciones sexuales con ella. Esa es una conducta depravada, pues son de la misma sangre. 18
»No tomes como mujer a la hermana de tu esposa, ni tengas relaciones sexuales con ella mientras tu esposa viva, para no crear enemistad entre ellas. 19
»No tengas relaciones sexuales con una mujer en su período de menstruación.
Cuando Abraham tenía 99 años Dios le confirma su alianza y le promete hacer de él un padre de muchedumbres y de descendientes; también le recordó que todas las tierras prometidas él se las dará en heredad perpetua y, por señal para distinguirlos de los demás pueblos, la circuncisión del prepucio; aquí también le cambió el nombre de Abran por el de Abraham y el de Sarai por el de Sara. Gn. 17:1-27. Cuando Abram tenía noventa y nueve años, el Señor se le apareció y le dijo: 2
—Yo soy el Dios todopoderoso; vive una vida sin tacha delante de mí, y yo haré una alianza contigo: haré que tengas muchísimos descendientes. 3
Entonces Abram se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, mientras Dios seguía diciéndole: 4
—Ésta es la alianza que hago contigo: Tú serás el padre de muchas naciones, 5 y ya no vas a llamarte Abram. Desde ahora te llamarás Abraham, porque te voy a hacer padre de muchas naciones. 6 Haré que tus descendientes sean muy 7 numerosos; de ti saldrán reyes y naciones. La alianza que hago contigo, y que haré con todos tus descendientes en el futuro, es que yo seré siempre tu Dios y el 8 Dios de ellos. A ti y a ellos les daré toda la tierra de Canaán, donde ahora vives, como su herencia para siempre; y yo seré su Dios.
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Además, Dios le dijo a Abraham: 10
—Pero tú, cumple con mi alianza tú y todos tus descendientes. Ésta es la alianza que hago con ustedes y que deberán cumplir también todos tus descendientes: todos los hombres entre ustedes deberán ser circuncidados. 11 Deberán cortarse ustedes la carne de su prepucio, y eso servirá como señal de 12 la alianza que hay entre ustedes y yo. De hoy en adelante, todo varón entre ustedes deberá ser circuncidado a los ocho días de nacido, lo mismo el niño que nazca en casa que el esclavo comprado por dinero a cualquier extranjero. 13 Tanto el uno como el otro deberá ser circuncidado sin falta. Así mi alianza 14 quedará señalada en la carne de ustedes como una alianza para toda la vida. Pero el que no sea circuncidado deberá ser eliminado de entre ustedes, por no haber respetado mi alianza. 15
También Dios le dijo a Abraham:
—Tu esposa Sarai ya no se va a llamar así. De ahora en adelante se llamará Sara. 16 La voy a bendecir, y te daré un hijo por medio de ella. Sí, voy a bendecirla. Ella será la madre de muchas naciones, y sus descendientes serán reyes de pueblos.
PROMESA DEL NACIMIENTO DE ISSAC
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Abraham se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, y se rió, mientras pensaba: «¿Acaso un hombre de cien años puede ser padre? ¿Y acaso Sara va a 18 tener un hijo a los noventa años?» Entonces le dijo a Dios: —¡Ojalá Ismael pueda vivir con tu bendición! 19
Y Dios le contestó:
—Lo que yo he dicho es que tu esposa Sara te dará un hijo, y tú le pondrás por nombre Isaac. Con él confirmaré mi alianza, la cual mantendré para siempre con sus descendientes. 20 En cuanto a Ismael, también te he oído, y voy a bendecirlo; haré que tenga muchos hijos y que aumente su descendencia. Ismael será el padre de doce jefes importantes, y haré de él una nación muy grande. 21 Pero mi alianza la mantendré con Isaac, el hijo que Sara te va a dar dentro de un año, por estos días. 22
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Cuando Dios terminó de hablar con Abraham, se fue de allí. Ese mismo día Abraham circuncidó a su hijo Ismael, y circuncidó también a todos los siervos nacidos en su casa y a los que había comprado con su dinero. Todos los hombres que vivían en su casa y le servían, fueron circuncidados, tal como Dios 24-25 se lo había ordenado. Abraham tenía noventa y nueve años, y su hijo Ismael trece, cuando se les circuncidó la carne del prepucio. 26 Abraham y su hijo Ismael recibieron el rito de la circuncisión aquel mismo día, 27 junto con todos los hombres de su casa, lo mismo los siervos nacidos en su casa que los que habían sido comprados por dinero a los extranjeros.
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En el texto anterior vimos que Dios le profetizó a Abran que Sara le daría un hijo, por el cual se cumpliría lo pactado y le reitera su promesa; por ese tiempo ya Abraham había cumplido sus cien años. Gn. 18: 1-15. El Señor se le apareció a Abraham en el bosque de encinas de Mamré, mientras Abraham estaba sentado a la entrada de su tienda de campaña, como a mediodía. 2 Abraham levantó la vista y vio que tres hombres estaban de pie frente a él. Al verlos, se levantó rápidamente a recibirlos, se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, 3y dijo: 4
—Mi señor, por favor le suplico que no se vaya en seguida. Si a usted le parece bien, voy a pedir un poco de agua para que se laven los pies y luego descansen 5 un rato bajo la sombra del árbol. Ya que han pasado por donde vive este servidor suyo, les voy a traer algo de comer para que repongan sus fuerzas antes de seguir su camino. —Bueno, está bien —contestaron ellos. 6
Abraham entró en su tienda de campaña y le dijo a Sara:
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—¡Rápido! Toma unos veinte kilos de la mejor harina y haz unos panes. 7
Luego Abraham corrió a donde estaba el ganado, escogió el mejor de los becerros, y se lo dio a uno de sus sirvientes, quien lo preparó inmediatamente para la comida. 8 Además del becerro, Abraham les ofreció cuajada y leche, y estuvo atento a servirles mientras ellos comían debajo del árbol. 9
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a los ocho días de nacido, tal como Dios se lo había ordenado. Abraham tenía 6 cien años cuando Isaac nació. Entonces Sara pensó: «Dios me ha hecho reír, y 7 todos los que sepan que he tenido un hijo, se reirán conmigo. ¿Quién le hubiera dicho a Abraham que yo llegaría a darle hijos? Sin embargo, le he dado un hijo a pesar de que él ya está viejo.» Agar e Ismael son echados de la casa de Abraham
Al terminar de comer, los visitantes le preguntaron a Abraham: 8
El niño Isaac creció y lo destetaron. El día en que fue destetado, Abraham hizo 9 una gran fiesta. Pero Sara vio que el hijo que Agar la egipcia le había dado a 10 Abraham, se burlaba de Isaac. Entonces fue a decirle a Abraham: «¡Que se vayan esa esclava y su hijo! Mi hijo Isaac no tiene por qué compartir su herencia con el hijo de esa esclava.»
—¿Dónde está tu esposa Sara? —Allí, en la tienda de campaña —respondió él. 10
Entonces uno de ellos dijo: 11
—El año próximo volveré a visitarte, y para entonces tu esposa Sara tendrá un hijo. Mientras tanto, Sara estaba escuchando toda la conversación a espaldas de Abraham, a la entrada de la tienda. 11 Abraham y Sara ya eran muy ancianos, y Sara había dejado de tener sus periodos de menstruación. 12 Por eso Sara no pudo aguantar la risa, y pensó: «¿Cómo voy a tener este gusto, ahora que mi 13 esposo y yo estamos tan viejos?» Pero el Señor le dijo a Abraham: —¿Por qué se ríe Sara? ¿No cree que puede tener un hijo a pesar de su edad?
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¿Hay acaso algo tan difícil que el Señor no pueda hacerlo? El año próximo volveré a visitarte, y para entonces Sara tendrá un hijo. 15
Al escuchar esto, Sara tuvo miedo y quiso negar. Por eso dijo:
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Esto le dolió mucho a Abraham, porque se trataba de un hijo suyo. Pero Dios le dijo: «No te preocupes por el muchacho ni por tu esclava. Haz todo lo 13 que Sara te pida, porque tu descendencia vendrá por medio de Isaac. En cuanto al hijo de la esclava, yo haré que también de él salga una gran nación, porque es hijo tuyo.» 14
Al día siguiente, muy temprano, Abraham le dio a Agar pan y un cuero con agua; se lo puso todo sobre la espalda, le entregó al niño Ismael y la despidió. Ella se fue, y estuvo caminando sin rumbo por el desierto de Beerseba. 15 Cuando se acabó el agua que había en el cuero, dejó al niño debajo de un arbusto 16 y fue a sentarse a cierta distancia de allí, pues no quería verlo morir. Cuando ella se sentó, el niño comenzó a llorar. 17
Dios oyó que el muchacho lloraba; y desde el cielo el ángel de Dios llamó a Agar y le dijo: «¿Qué te pasa, Agar? No tengas miedo, porque Dios ha oído el llanto del muchacho ahí donde está. 18 Anda, ve a buscar al niño, y no lo sueltes de la mano, pues yo haré que de él salga una gran nación.»
—Yo no me estaba riendo. Pero el Señor le contestó: —Yo sé que te reíste. Gn. 21:1-7. De acuerdo con su promesa, el Señor prestó atención a Sara y cumplió lo que le 2 había dicho, así que ella quedó embarazada y le dio un hijo a Abraham cuando 3 él ya era muy anciano. El niño nació en el tiempo que Dios le había dicho. El nombre que Abraham le puso al hijo que Sara le dio, fue Isaac; 4 y lo circuncidó
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Rafael Román Caraballo Barreto
Israel, su historia y su futuro
Rafael Román Caraballo Barreto
Israel, su historia y su futuro
Cuando se acabó el agua que había en el cuero, dejó al niño debajo de un arbusto 16 y fue a sentarse a cierta distancia de allí, pues no quería verlo morir. Cuando ella se sentó, el niño comenzó a llorar. 17
Dios oyó que el muchacho lloraba; y desde el cielo el ángel de Dios llamó a Agar y le dijo: «¿Qué te pasa, Agar? No tengas miedo, porque Dios ha oído el llanto del muchacho ahí donde está. 18 Anda, ve a buscar al niño, y no lo sueltes de la mano, pues yo haré que de él salga una gran nación.» 19
Entonces Dios hizo que Agar viera un pozo de agua. Ella fue y llenó de agua el cuero, y dio de beber a Ismael. 20-21 Dios ayudó al muchacho, el cual creció y vivió en el desierto de Parán, y llegó a ser un buen tirador de arco. Más tarde su madre lo casó con una mujer egipcia.
PROMESA Y PROFECÍA PARA ISMAEL
Gn.16:10-12. 10
Cuando Isaac, el hijo de la promesa fue destetado; Agar y su hijo Ismael fueron echados de la casa de Abraham por petición de Sara, esto porque el muchacho se burlaba de Isaac. Pero Dios le prometió a Abraham y a Agar que él haría de Ismael una gran nación (hoy las naciones árabes).
Además el ángel del Señor le dijo:
«Aumentaré tanto tus descendientes, que nadie los podrá contar. 11
Estás encinta y tendrás un hijo, y le pondrás por nombre Ismael, porque el Señor escuchó tu aflicción. 12
Será arisco como un potro salvaje; luchará contra todos, y todos contra él; pero él afirmará su casa aunque sus hermanos se opongan.»
Gn. 21:8-21. Agar e Ismael son echados de la casa de Abraham 8
El niño Isaac creció y lo destetaron. El día en que fue destetado, Abraham hizo 9 una gran fiesta. Pero Sara vio que el hijo que Agar la egipcia le había dado a Abraham, se burlaba de Isaac. 10 Entonces fue a decirle a Abraham: «¡Que se vayan esa esclava y su hijo! Mi hijo Isaac no tiene por qué compartir su herencia con el hijo de esa esclava.» 11
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Esto le dolió mucho a Abraham, porque se trataba de un hijo suyo. Pero Dios le dijo: «No te preocupes por el muchacho ni por tu esclava. Haz todo lo que 13 Sara te pida, porque tu descendencia vendrá por medio de Isaac. En cuanto al hijo de la esclava, yo haré que también de él salga una gran nación, porque es hijo tuyo.» 14
Al día siguiente, muy temprano, Abraham le dio a Agar pan y un cuero con agua; se lo puso todo sobre la espalda, le entregó al niño Ismael y la despidió. Ella se fue, y estuvo caminando sin rumbo por el desierto de Beerseba. 15
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Israel, su historia y su futuro
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Israel, su historia y su futuro
—Quédense aquí con el asno. El muchacho y yo seguiremos adelante, adoraremos a Dios, y luego regresaremos. 6
Abraham tomó la leña para el holocausto y la puso sobre los hombros de 7 Isaac; luego tomó el cuchillo y el fuego, y se fueron los dos juntos. Poco después Isaac le dijo a Abraham: —¡Padre! —¿Qué quieres, hijo? —le contestó Abraham. —Mira —dijo Isaac—, tenemos la leña y el fuego, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto? 8
—Dios se encargará de que haya un cordero para el holocausto, hijito —respondió su padre. 9
DIOS PROBÓ LA FE DE ABRAHAM
Y siguieron caminando juntos. Cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, Abraham construyó un altar y preparó la leña; luego ató a su hijo Isaac y lo puso en el altar, sobre la leña; 10 pero en el momento de tomar el cuchillo para 11 sacrificar a su hijo, el ángel del Señor lo llamó desde el cielo: —¡Abraham! ¡Abraham! —Aquí estoy —contestó él.
Cuando ya Isaac estaba grande, Dios le ordenó a Abraham que fuera al monte Moriah y le ofreciera en sacrifico a su hijo Isaac en un acto de abnegación, Abraham después de esto se quedó viviendo en Berseba.
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El ángel le dijo:
—No le hagas ningún daño al muchacho, porque ya sé que tienes temor de Dios, pues no te negaste a darme tu único hijo. 13
Gn. 22:1-19. Después de algún tiempo, Dios puso a prueba la fe de Abraham. Lo llamó por su nombre, y él contestó: —Aquí estoy. 2
Abraham se fijó, y vio un carnero que estaba enredado por los cuernos entre las ramas de un arbusto; entonces fue, tomó el carnero y lo ofreció en 14 holocausto, en lugar de su hijo. Después Abraham le puso este nombre a aquel lugar: «El Señor da lo necesario.» Por eso todavía se dice: «En el cerro, el Señor da lo necesario.» 15
Y Dios le dijo:
—Toma a Isaac, tu único hijo, al que tanto amas, y vete a la tierra de Moria. Una vez allá, ofrécelo en holocausto sobre el cerro que yo te señalaré. 3
Al día siguiente, muy temprano, Abraham se levantó y ensilló su asno; cortó leña para el holocausto y se fue al lugar que Dios le había dicho, junto con su 4 hijo Isaac y dos de sus siervos. Al tercer día, Abraham alcanzó a ver el lugar 5 desde lejos. Entonces les dijo a sus siervos:
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El ángel del Señor llamó a Abraham desde el cielo por segunda vez, y le dijo:
—El Señor ha dicho: “Puesto que has hecho esto y no me has negado a tu único hijo, juro por mí mismo 17que te bendeciré mucho. Haré que tu descendencia sea tan numerosa como las estrellas del cielo y como la arena que hay a la orilla del 18 mar. Además, ellos siempre vencerán a sus enemigos, y todas las naciones del mundo serán bendecidas por medio de ellos, porque me has obedecido.” 19
Abraham regresó al lugar donde se habían quedado sus siervos. Después todos juntos se fueron a Beerseba, donde Abraham se quedó a vivir.
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Israel, su historia y su futuro
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Israel, su historia y su futuro
—Si de veras quieren que yo entierre aquí a mi esposa, por favor pídanle de mi parte a Efrón, el hijo de Sóhar, 9 que me venda la cueva de Macpelá, que está en la orilla de sus terrenos. Yo le pagaré el precio total de la cueva, y así seré dueño de un sepulcro en este lugar. 10
Como Efrón el hitita estaba allí entre ellos, le contestó a Abraham de manera que pudieran escucharlo sus paisanos y también todos los que pasaban por la entrada de la ciudad: 11
—¡No, señor mío, por favor! Yo le regalo el terreno, y la cueva que está en el terreno. Mis paisanos son testigos de que yo se lo regalo. Entierre usted a su esposa.
MUERTE DE SARA
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Cuando Sara tenía ciento veintisiete años, falleció en la ciudad de Hebrón y fue sepultada en la cueva de Macpela, al oriente de Mamre o Hebrón. Después de la muerte de Sara, Abraham se preocupó por buscar una buena mujer para su hijo Isaac, y envió a su criado a la ciudad de su hermano Nacer, en la región de Mesopotamia, para que de su parentela le trajera una esposa, el criado fue con esa misión y de allá le trajo una hermosa muchacha (joven). Gn. 23.1-20. Sara vivió ciento veintisiete años, 2 y murió en Quiriat-arbá, o sea la ciudad de Hebrón, en la tierra de Canaán. Abraham lloró por la muerte de Sara y le 3 guardó luto. Luego salió de donde estaba el cadáver de Sara y fue a decirles a los hititas de aquel lugar: 4
—Aunque soy un extranjero entre ustedes, véndanme un sepulcro para enterrar a mi esposa. 5
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Pero Abraham volvió a hacer una reverencia a los habitantes del lugar y le contestó a Efrón delante de todos:
Y los hititas le contestaron:
—¡Por favor, escúcheme usted! Le ruego que acepte el dinero por el terreno, y después enterraré allí a mi esposa. 14
Entonces Efrón le contestó:
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—Escúcheme, señor mío: el terreno vale cuatrocientas monedas de plata. Por esa cantidad no vamos a discutir, así que entierre usted a su esposa. 16
Abraham aceptó pagar la cantidad que Efrón había mencionado en presencia de los hititas, y le pagó en plata contante y sonante. 17 De esta manera el terreno de Efrón que estaba en Macpelá, al oriente de Mamré, es decir, el terreno con la cueva y todos los árboles que estaban dentro del terreno, 18 pasaron a ser propiedad de Abraham. De ello fueron testigos los hititas y todos los que pasaban por la entrada de la ciudad. 19
Después de esto Abraham enterró a Sara en la cueva que estaba en el terreno de Macpelá, al oriente de Mamré, lugar que también es conocido con el nombre de Hebrón, y que está en Canaán. 20 Así quedó en posesión del terreno y de la cueva que allí había, la cual los hititas le vendieron para sepultura. Gn.24.1-67. 2
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—¡Por favor, señor, escúchenos! Usted es entre nosotros un escogido de Dios. Entierre a su esposa en el mejor de nuestros sepulcros, pues ninguno de nosotros le negará su sepulcro para eso. 7
Entonces Abraham se puso de pie, hizo una reverencia ante los hititas, y les dijo:
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Abraham era ya muy viejo, y el Señor lo había bendecido en todo. Un día llamó al más viejo de sus siervos, el que estaba a cargo de todo lo suyo, y le dijo: —Pon tu mano debajo de mi muslo, 3 y júrame por el Señor, el Dios del cielo y de la tierra, que no dejarás que mi hijo Isaac se case con una mujer de esta tierra 4 de Canaán, donde yo vivo, sino que irás a mi tierra y escogerás una esposa para él entre las mujeres de mi familia.
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Israel, su historia y su futuro 5
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El siervo le contestó:
—Pero si la mujer no quiere venir conmigo, ¿qué hago? ¿Debo entonces llevar a su hijo a la tierra de donde usted salió? 6
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Israel, su historia y su futuro
había hecho que le fuera bien en su viaje. Cuando los camellos terminaron de beber, el hombre tomó un anillo de oro que pesaba como seis gramos, y se lo puso a ella en la nariz. También le dio dos brazaletes de oro que pesaban más de cien gramos, 23y le dijo: —Dígame por favor de quién es usted hija, y si hay lugar en la casa de su padre donde mis hombres y yo podamos pasar la noche.
Abraham le dijo: 7
—¡No, no lleves allá a mi hijo! El Señor, el Dios del cielo, que me sacó de la casa de mi padre y de la tierra de mis parientes y me prometió dar esta tierra a mis descendientes, también enviará su ángel delante de ti para que traigas de allá una esposa para mi hijo. 8 Si la mujer no quiere venir contigo, quedarás libre de este compromiso, pero ¡de ninguna manera lleves allá a mi hijo!
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Y ella contestó:
—Soy hija de Betuel, el hijo de Milcá y de Nahor. 25 En nuestra casa hay lugar para que usted pase la noche, y también suficiente paja y comida para los camellos.
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Entonces el siervo puso la mano bajo el muslo de su amo Abraham, y le juró 10 que haría lo que le había pedido. Después escogió regalos entre lo mejor que su amo tenía, tomó diez de sus camellos y se fue a la ciudad de Nahor, en 11 Mesopotamia. Cuando el siervo llegó a las afueras de la ciudad, ya empezaba a oscurecer. A esa hora las mujeres van a sacar agua. El siervo hizo descansar a 12 los camellos junto a un pozo de agua, y comenzó a orar: «Señor y Dios de mi amo Abraham, haz que hoy me vaya bien, y muéstrate bondadoso con mi amo. 13 Voy a quedarme aquí, junto al pozo, mientras las muchachas de este lugar 14 vienen a sacar agua. Permite que la muchacha a la que yo le diga: “Por favor, baje usted su cántaro para que yo beba”, y que me conteste: “Beba usted, y también les daré agua a sus camellos”, que sea ella la que tú has escogido para tu siervo Isaac. Así podré estar seguro de que has sido bondadoso con mi amo.» 15 Todavía no había terminado de orar, cuando vio que una muchacha venía con su cántaro al hombro. Era Rebeca, la hija de Betuel. Betuel era hijo de Milcá y 16 de Nahor, el hermano de Abraham. Rebeca era muy hermosa, y además virgen; ningún hombre la había tocado. Bajó al pozo, llenó su cántaro, y ya regresaba 17cuando el siervo corrió a alcanzarla y le dijo:
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Entonces el siervo se arrodilló y adoró al Señor, diciendo: «¡Bendito sea el Señor, el Dios de mi amo Abraham, pues ha sido fiel y bondadoso con mi amo, y me ha dirigido en el camino a la casa de sus parientes!» 28
Rebeca fue corriendo a la casa de su madre, a contar todo lo que le había pasado. 29 Tenía ella un hermano llamado Labán, el cual corrió al pozo a buscar al hombre, 30 pues había visto el anillo y los brazaletes que su hermana llevaba en los brazos, y le había oído contar lo que el hombre le había dicho. Labán se acercó al siervo de Abraham, que todavía estaba con los camellos 31 junto al pozo, y le dijo: —Venga usted, bendito del Señor. ¡Cómo va usted a quedarse aquí afuera, si ya he preparado la casa y un lugar para los camellos! 32
Entonces el siervo fue a la casa. Allí Labán descargó los camellos y les dio de comer, y luego trajo agua para que el siervo y sus compañeros se lavaran los pies.
—Por favor, déjeme usted beber un poco de agua de su cántaro. 33 18
Cuando le sirvieron de comer, el siervo de Abraham dijo:
—Beba usted, señor —contestó ella. —Yo no podría comer antes de haber dicho lo que tengo que decir.
Y en seguida bajó su cántaro, lo sostuvo entre las manos y le dio de beber. Cuando el siervo terminó de beber, Rebeca le dijo:
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—También voy a sacar agua para sus camellos, para que beban toda la que quieran.
—Hable usted —dijo Labán. 34
El siervo dijo:
Rápidamente vació su cántaro en el bebedero y corrió varias veces al pozo, hasta que sacó agua para todos los camellos. 21 Mientras tanto el siervo la miraba sin decir nada, pues quería estar seguro de que el Señor
—Yo soy siervo de Abraham. 35 El Señor ha bendecido mucho a mi amo y lo ha hecho rico: le ha dado ovejas, vacas, oro y plata, siervos, siervas, camellos y asnos. 36 Además, Sara, su esposa, le dio un hijo cuando ya era muy anciana, y mi amo le ha dejado a su hijo todo lo que tiene. 37 Mi amo me hizo jurar, y me
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Israel, su historia y su futuro 56
Pero el siervo les dijo:
dijo: “No dejes que mi hijo se case con una mujer de esta tierra de Canaán, donde yo vivo. 38 Antes bien, ve a la familia de mi padre, y busca entre las 39 mujeres de mi clan una esposa para él.” Y yo le dije: “Mi señor, ¿y si la mujer 40 no quiere venir conmigo?” Entonces él me contestó: “Yo he andado en el camino del Señor, y él enviará su ángel contigo, para que te vaya bien en tu viaje y tomes una esposa para mi hijo de entre las mujeres de mi familia, es decir, de la familia de mi padre. 41 Sólo en caso de que mis parientes no quieran darte la muchacha, quedarás libre del juramento que me has hecho.”
—Vamos a llamar a la muchacha, a ver qué dice ella.
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»Así fue como hoy llegué al pozo, y en oración le dije al Señor, el Dios de mi amo Abraham: “Si de veras vas a hacer que me vaya bien en este viaje, 43 te ruego que ahora que estoy junto al pozo, pase esto: que la muchacha que venga por agua y a la que yo le diga: Por favor, déjeme usted beber un poco de agua de 44 su cántaro, y que me conteste: Beba usted, y también sacaré agua para sus camellos, que sea ésta la mujer que tú, Señor, has escogido para el hijo de mi 45 amo.” Todavía no terminaba yo de hacer esta oración, cuando vi que Rebeca venía con su cántaro al hombro. Bajó al pozo a sacar agua, y le dije: “Deme 46 usted agua, por favor.” Ella bajó en seguida su cántaro, y me dijo: “Beba usted, y también les daré de beber a sus camellos.” Y ella me dio agua, y también a mis camellos. 47 Luego le pregunté: “¿De quién es usted hija?” y ella me contestó: “Soy hija de Betuel, el hijo de Nahor y de Milcá.” Entonces le puse un anillo en la nariz y dos brazaletes en los brazos, 48 y me arrodillé y adoré al Señor; alabé al Señor, el Dios de mi amo Abraham, por haberme traído por el camino correcto para tomar la hija del pariente de mi amo para su hijo. 49Ahora pues, díganme si van a ser buenos y sinceros con mi amo, y si no, díganmelo también, para que yo sepa lo que debo hacer.» 50
Entonces Labán y Betuel le contestaron:
—Todo esto viene del Señor, y nosotros no podemos decirle a usted que sí o que no. 51 Mire usted, aquí está Rebeca; tómela y váyase. Que sea la esposa del hijo de su amo, tal como el Señor lo ha dispuesto. 52
Cuando el siervo de Abraham oyó esas palabras, se arrodilló delante del 53 Señor hasta tocar el suelo con la frente. Luego sacó varios objetos de oro y plata, y vestidos, y se los dio a Rebeca. También a su hermano y a su madre les 54 hizo regalos. Después él y sus compañeros comieron y bebieron, y pasaron allí la noche. Al día siguiente, cuando se levantaron, el siervo dijo: —Déjenme regresar a la casa de mi amo. 55
Pero el hermano y la madre de Rebeca le dijeron:
—No me detengan más. Dios ha hecho que mi viaje haya salido bien, así que déjenme regresar a la casa de mi amo. 57
Entonces ellos contestaron:
Llamaron a Rebeca y le preguntaron:
—¿Quieres irte con este hombre? —Sí —contestó ella. 59
Entonces dejaron ir a Rebeca y a la mujer que la había cuidado siempre, y 60 también al siervo de Abraham y a sus compañeros. Y bendijeron a Rebeca de esta manera: «Oh, hermana nuestra, ¡que seas madre de muchos millones! ¡Que tus descendientes conquisten las ciudades de sus enemigos!» 61
Entonces Rebeca y sus siervas montaron en los camellos y siguieron al siervo de Abraham. Fue así como el siervo tomó a Rebeca y se fue de allí. 62
Isaac había vuelto del pozo llamado «El que vive y me ve», pues vivía en la 63 región del Négueb. Había salido a dar un paseo al anochecer. En esto vio que unos camellos se acercaban. 64 Por su parte, Rebeca también miró y, al ver a 65 Isaac, se bajó del camello y le preguntó al siervo: —¿Quién es ese hombre que viene por el campo hacia nosotros? —Es mi amo —contestó el siervo. Entonces ella tomó su velo y se cubrió la cara. 66
El siervo le contó a Isaac todo lo que había hecho. 67 Luego Isaac llevó a Rebeca a la tienda de campaña de su madre Sara, y se casó con ella. Isaac amó mucho a Rebeca, y así se consoló de la muerte de su madre.
—Que se quede la muchacha con nosotros todavía unos diez días, y después podrá irse con usted.
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HIJOS DE ISAAC
NUEVO MATRIMONIO Y MUERTE DE ABRAHAM
Cuando Isaac tenía 40 años le trajeron por esposa a Rebeca, pero ella era igual que su suegra, Sara era estéril. Su esposo, Isaac, oró a Dios para que le concediera el privilegio de concebir en su vientre; así fue que ella dio a luz los dos gemelos: Jacob y Esaú.
Pasados los días del duelo de Abraham por su esposa Sara, buscó una nueva mujer llamada Cetura, con ella tuvo seis hijos los cuales formaron las tribus árabes del oriente; 38 años después de haber muerto Sara, murió el patriarca Abraham a la edad de ciento setenta y cinco años; sus hijos Isaac, Ismael y los hijos de Cetura lo sepultaron en la cueva de Macpela.
Estos textos también refieren que la mano de Jacob, que era el menor, venía trabada al talón de su hermano mayor, por dicha razón le pusieron por nombre Jacob; nombre que significa tramposo o suplantador, pero se ha usado más el de suplantador. Como estas dos criaturas antes de nacer luchaban en el vientre de su madre, Rebeca fue a consultar a Jehová, y este le profetizó y le hizo saber lo que ocurriría y lo que iría a suceder en porvenir.
Gn. 25.1-11.
GN. 25.19-26 2
Abraham tuvo otra esposa, que se llamaba Queturá. Sus hijos con ella fueron Zimrán, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súah. 3 Jocsán fue el padre de Sebá y Dedán. Los descendientes de Dedán fueron los asureos, los letuseos y los 4 leumeos. Los hijos de Madián fueron Efá, Éfer, Hanoc, Abidá y Eldaá. Todos estos fueron descendientes de Queturá. 5 Isaac heredó todo lo que Abraham 6 tenía. A los hijos de sus otras mujeres, Abraham solamente les hizo regalos, y cuando todavía vivía los separó de su hijo Isaac, enviándolos a la región del oriente. Muerte y sepultura de Abraham 7
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Abraham vivió ciento setenta y cinco años en total, y murió de muerte natural, cuando ya era muy anciano. Y fue a reunirse con sus antepasados. 9 Sus hijos Isaac e Ismael lo sepultaron en la cueva de Macpelá, que está al oriente de 10 Mamré, en el terreno de Efrón, el hijo de Sóhar el hitita. Este terreno era el que Abraham había comprado a los hititas. Allí fue sepultado Abraham, junto a 11 su esposa Sara. Después que Abraham murió, Dios bendijo a Isaac, que se había quedado a vivir junto al pozo «El que vive y me ve».
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Nacimiento de Jacob y Esaú 19
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Ésta es la historia de Isaac, el hijo de Abraham. Isaac tenía cuarenta años cuando se casó con Rebeca, que era hija de Betuel y hermana de Labán, los arameos que vivían en Padán-aram. 21 Rebeca no podía tener hijos, así que Isaac le rogó al Señor por ella. Y el Señor oyó su oración y Rebeca quedó 22 embarazada. Pero como los mellizos se peleaban dentro de su vientre, ella pensó: «Si esto va a ser así, ¿para qué seguir viviendo?» Entonces fue a consultar el caso con el Señor, 23y él le contestó: «En tu vientre hay dos naciones, dos pueblos que están en lucha desde antes de nacer. Uno será más fuerte que el otro, y el mayor estará sujeto al menor.» 24
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Llegó al fin el día en que Rebeca tenía que dar a luz, y tuvo mellizos. El primero que nació era pelirrojo, todo cubierto de vello, y lo llamaron Esaú. 26 Luego nació su hermano, agarrado al talón de Esaú con una mano, y por eso lo llamaron Jacob. Isaac tenía sesenta años cuando Rebeca los dio a luz.
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Israel, su historia y su futuro
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Israel, su historia y su futuro
La ley no anula la promesa 15
INTERLUDIO
Hermanos, voy a hablarles en términos humanos: Cuando un hombre hace un pacto y lo respalda con su firma, nadie puede anularlo ni agregarle nada. 16 Ahora bien, Dios hizo sus promesas a Abraham y a su descendencia. La Escritura no habla de «descendencias», en plural, sino en singular; dice: «y a tu descendencia», la cual es Cristo. 17 Lo que digo es esto: Dios hizo una alianza con Abraham, y la confirmó. Por eso, la ley de Moisés, que vino cuatrocientos treinta años después, no puede anular aquella alianza y dejar sin valor la 18 promesa de Dios. Pues si lo que Dios prometió darnos dependiera de la ley de Moisés, ya no sería una promesa; pero el hecho es que Dios prometió a Abraham dárselo gratuitamente. G1.4.21-31.
Recordemos que Dios le había prometido a su siervo Abraham, que en él serían benditas todas las familias de la tierra, promesa elusiva a Cristo, como lo aclara más el apóstol Pablo cuando escribió a los gálatas, y como también se lo dilucidó a los cristianos romanos. G1.3.6-18. Dios reconoció a Abraham como justo por su fe 6
Así también, Abraham creyó a Dios, y Dios le tuvo esto en cuenta y lo reconoció como justo. 7 Por lo tanto, ustedes deben saber que los verdaderos 8 descendientes de Abraham son los que tienen fe. La Escritura, viendo de antemano que también entre los no judíos iba Dios a reconocer como justos a los que tuvieran fe, había anunciado a Abraham esta buena noticia: «Todas las naciones serán bendecidas por medio de ti.» 9 De manera que los que creen son bendecidos junto con Abraham, que también creyó.
Lo que simbolizan Agar y Sara 21
Díganme una cosa, ustedes, los que quieren someterse a la ley: ¿Acaso no 22 han escuchado lo que la ley dice? Pues dice que Abraham tuvo dos hijos: uno de una esclava, y el otro de su propia esposa, que era libre. 23 El hijo de la esclava nació de modo puramente humano; pero el hijo de la libre nació para 24 que se cumpliera lo que Dios había prometido. Esto tiene un sentido simbólico; las dos mujeres representan dos alianzas: una es la del monte Sinaí, y está representada por Agar, que fue la madre del que habría de ser esclavo. 25 Pues Agar representa el monte Sinaí, en Arabia, que corresponde a la actual Jerusalén, ya que esta ciudad está sometida a esclavitud junto con sus hijos. 26 Pero la Jerusalén celestial es libre, y nosotros somos hijos suyos. 27 Porque la Escritura dice: «Alégrate, mujer estéril, tú que no tienes hijos; grita de alegría, tú que no conoces los dolores de parto. Porque la mujer que fue abandonada tendrá más hijos que la mujer que tiene esposo.»
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Quienes ponen su confianza en la ley están bajo maldición, porque la Escritura dice: «Maldito sea el que no cumple fielmente todo lo que está escrito en el libro de la ley.» 11 Por tanto, está claro que nadie es reconocido como justo 12 en virtud de la ley; pues la Escritura dice: «El justo por la fe vivirá.» Pero la ley no se basa en la fe, sino que dice: «El que cumpla la ley, vivirá por ella.» 13
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Hermanos, ustedes son como Isaac: son los hijos que Dios había prometido.
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Pero así como en aquel tiempo el hijo que nació de modo puramente humano 30 perseguía al hijo que nació por obra del Espíritu, así sucede también ahora.
Cristo nos rescató de la maldición de la ley haciéndose maldición por causa nuestra, porque la Escritura dice: «Maldito todo el que muere colgado de un 14 madero.» Esto sucedió para que la bendición que Dios prometió a Abraham alcance también, por medio de Cristo Jesús, a los no judíos; y para que por medio de la fe recibamos todos el Espíritu que Dios ha prometido.
Pero ¿qué dice la Escritura? Pues dice: «Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque el hijo de la esclava no puede compartir la herencia con el 31 hijo de la libre.» De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.
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Ro.9.1-33. Como creyente que soy en Cristo, estoy diciendo la verdad, no miento. Además, mi conciencia, guiada por el Espíritu Santo, me asegura que esto es verdad: 2 tengo una gran tristeza y en mi corazón hay un dolor continuo, 3 pues hasta quisiera estar yo mismo bajo maldición, separado de Cristo, si así pudiera 4 favorecer a mis hermanos, los de mi propia raza. Son descendientes de Israel, y Dios los adoptó como hijos. Dios estuvo entre ellos con su presencia gloriosa, y les dio las alianzas, la ley de Moisés, el culto y 5 las promesas. Son descendientes de nuestros antepasados; y de su raza, en cuanto a lo humano, vino el Mesías, el cual es Dios sobre todas las cosas, alabado por siempre. Amén. 6
Pero no es que las promesas de Dios a Israel hayan perdido su validez; más bien es que no todos los descendientes de Israel son verdadero pueblo de Israel. 7 No todos los descendientes de Abraham son verdaderamente sus hijos, sino 8 que Dios le había dicho: «Tu descendencia vendrá por medio de Isaac.» Esto nos da a entender que nadie es hijo de Dios solamente por pertenecer a cierta raza; al contrario, sólo a quienes son hijos en cumplimiento de la promesa de 9 Dios, se les considera verdaderos descendientes. Porque ésta es la promesa que Dios hizo a Abraham: «Por este tiempo volveré, y Sara tendrá un hijo.» 10
Pero me dirás: «Siendo así, ¿de qué puede Dios culpar al hombre, si nadie puede oponerse a su voluntad?» 20 Y tú, hombre, ¿quién eres para pedirle cuentas a Dios? ¿Acaso la olla de barro le dirá al que la hizo: «Por qué me hiciste así?» 21 El alfarero tiene el derecho de hacer lo que quiera con el barro, y del mismo barro puede hacer una olla para uso especial y otra para uso común. 22
Dios, queriendo dar un ejemplo de castigo y mostrar su poder, soportó con 23 mucha paciencia a aquellos que merecían el castigo e iban a la perdición. Al mismo tiempo quiso dar a conocer en nosotros la grandeza de su gloria, pues 24 nos tuvo compasión y nos preparó de antemano para tener parte en ella. Así que Dios nos llamó, a unos de entre los judíos y a otros de entre los no judíos. 25 Como se dice en el libro de Oseas: «A los que no eran mi pueblo, los llamaré mi pueblo; a la que no era amada, la llamaré mi amada. 26 Y en el mismo lugar donde se les dijo: “Ustedes no son mi pueblo”, serán llamados hijos del Dios viviente.» 27
En cuanto a los israelitas, Isaías dijo: «Aunque los descendientes de Israel sean tan numerosos como la arena del mar, solamente un resto de ellos alcanzará la salvación, 28 porque muy pronto el Señor cumplirá plenamente su 29 palabra en todo el mundo.» Como el mismo Isaías había dicho antes: «Si el Señor todopoderoso no nos hubiera dejado descendencia, ahora mismo estaríamos como Sodoma y Gomorra.»
Pero eso no es todo. Los dos hijos de Rebeca eran de un mismo padre, nuestro antepasado Isaac, 11-13 y antes que ellos nacieran, cuando aún no habían hecho nada, ni bueno ni malo, Dios anunció a Rebeca: «El mayor será siervo del menor.» Lo cual también está de acuerdo con la Escritura que dice: «Amé a Jacob y aborrecí a Esaú.» Así quedó confirmado el derecho que Dios tiene de escoger, de acuerdo con su propósito, a los que quiere llamar, sin tomar en cuenta lo que hayan hecho.
¿Qué diremos a esto? Que, por medio de la fe, Dios ha hecho justos a los 31 paganos, que no buscaban la justicia. En cambio, los israelitas, que querían 32 basar su justicia en la ley, no lo lograron. ¿Por qué? Porque no se basaban en la fe, sino en sus propios hechos. Por eso tropezaron con la «piedra de 33 tropiezo» que se menciona en la Escritura:
Autonomía de Dios
«Yo pongo en Sión una roca, una piedra con la cual tropezarán; el que confíe en ella, no quedará defraudado.»
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¿Diremos por eso que Dios es injusto? ¡Claro que no! 15 Porque Dios dijo a Moisés: «Tendré misericordia de quien yo quiera, y tendré compasión también de quien yo quiera.» 16 Así pues, no depende de que el hombre quiera o 17 se esfuerce, sino de que Dios tenga compasión. Pues en la Escritura Dios le dice al rey de Egipto: «Te hice rey precisamente para mostrar en ti mi poder y para darme a conocer en toda la tierra.» 18 De manera que Dios tiene compasión de quien él quiere tenerla, y también le endurece el corazón a quien él quiere endurecérselo.
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Israel, su historia y su futuro 37
Entonces Isaac le contestó:
—Mira, yo le he dado a Jacob autoridad sobre ti; le he dado por siervos a todos sus parientes, y le he deseado que tenga mucho trigo y mucho vino. ¿Qué puedo hacer ahora por ti, hijo mío? 38
Esaú insistió:
—¿No puedes dar más que una sola bendición, padre mío? ¡Bendíceme también a mí! Y volvió a llorar a gritos. 39
PROFECÍAS PARALELAS Si observamos la profecía que Dios le profirió a Rebeca con relación a sus dos hijos, es similar con la de Isaac para con su hijo Esaú.
Entonces Isaac le dijo:
«Vivirás lejos de las tierras fértiles y de la lluvia que cae del cielo. 40 Tendrás que defenderte con tu espada y serás siervo de tu hermano; pero cuando te hagas fuerte, te librarás de él.»
Gn.25.22,23. 22
Pero como los mellizos se peleaban dentro de su vientre, ella pensó: «Si esto va a ser así, ¿para qué seguir viviendo?» Entonces fue a consultar el caso con 23 el Señor, y él le contestó: «En tu vientre hay dos naciones, dos pueblos que están en lucha desde antes de nacer. Uno será más fuerte que el otro, y el mayor estará sujeto al menor.» Gn. 27.35-40. 35
Pero Isaac le contestó:
—Ya vino tu hermano, y me engañó, y se llevó la bendición que era para ti. 36
—¡Con razón le pusieron por nombre Jacob! —dijo Esaú—. ¡Ya van dos veces que me hace trampa! Primero me quitó mis derechos de hijo mayor, y ahora me ha quitado la bendición que me tocaba. ¿No has guardado ninguna otra bendición para mí?
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—Primero dame a cambio tus derechos de hijo mayor —contestó Jacob.
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Entonces Esaú dijo:
—Como puedes ver, me estoy muriendo de hambre, de manera que los derechos de hijo mayor no me sirven de nada. 33
—Júramelo ahora mismo —insistió Jacob. 34
JACOB COMPRA LA PRIMOGENITURA
Esaú se lo juró, y así le cedió a Jacob sus derechos de hijo mayor. Entonces Jacob le dio a Esaú pan y guiso de lentejas. Cuando Esaú terminó de comer y beber, se levantó y se fue, sin dar ninguna importancia a sus derechos de hijo mayor. Dt. 21.15-17. Derechos del hijo mayor
En la antigüedad el hijo primogénito o mayor tenía las facultades de estar por encima de los demás hermanos: Ocupar el primer puesto en las ausencias del padre o ser el jefe o cabeza de familia después de la muerte de éste; también le correspondía una doble porción de la herencia de los bienes familiares; estos fueron los derechos que Esaú vendió a su hermano por un plato de guiso de lentejas.
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»Si un hombre tiene dos mujeres, y ama a una y a la otra no, pero las dos le dan hijos y el hijo mayor es de la mujer a la que no ama, 16 cuando llegue el día en que ese hombre reparta sus bienes entre sus hijos, no podrá tratar como hijo mayor al de la mujer que ama, pues perjudicaría al hijo de la mujer aborrecida, que es realmente el mayor. 17 Tendrá que reconocer a éste como su hijo mayor y darle una doble parte de los bienes que le correspondan, porque él es el primer fruto de su fuerza y tiene todos los derechos de hijo mayor.
Gn.25.27-34. Esaú vende sus derechos de hijo mayor 27
Los niños crecieron. Esaú llegó a ser un hombre del campo y muy buen cazador; Jacob, por el contrario, era un hombre tranquilo, y le agradaba 28 quedarse en el campamento. Isaac quería más a Esaú, porque le gustaba comer de lo que él cazaba, pero Rebeca prefería a Jacob. 29
Un día en que Jacob estaba cocinando, Esaú regresó muy cansado del campo 30y le dijo: —Por favor, dame un poco de ese guiso rojo que tienes ahí, porque me muero de hambre. (Por eso a Esaú también se le conoce como Edom.)
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—Mira, oí que tu padre estaba hablando con tu hermano Esaú, y que le decía: “Caza algún animal, prepara un guisado sabroso para que yo lo coma, y te 8 daré mi bendición delante del Señor antes de morir.” Así que, hijo mío, 9 escucha bien lo que te voy a decir: Ve a donde está el rebaño, y tráeme dos de los mejores cabritos; voy a prepararle a tu padre un guisado sabroso, como a 10 él le gusta. Tú se lo vas a llevar para que lo coma, y así te dará a ti su bendición antes de morir. 11
Pero Jacob le dijo a su madre:
—Mi hermano tiene mucho pelo en el cuerpo, y yo no. 12 Si mi padre llega a tocarme y me reconoce, va a pensar que me estoy burlando de él; entonces haré que me maldiga en lugar de que me bendiga.
TRETA DE JACOB PARA CONSEGUIR LA BENDICIÓN
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Como ya Jacob había conseguido los privilegios de la primogenitura de manos de su hermano Esaú, por juramento que este le hizo. Un juramento en la antigüedad era irrevocable en cualquier trato o acuerdo; a Jacob, ahora, sólo le faltaba la bendición del hijo primogénito ¿Pero cómo conseguirla? Pues con la complicidad de su madre e ingeniosidad, logrando convencer a Jacob para que engañe a su padre y, así, obtener la bendición que sólo le correspondía al hijo mayor. Gn. 27.1-29
Pero su madre le contestó:
—Hijo mío, que esa maldición recaiga sobre mí. Tú haz lo que te digo y tráeme esos cabritos. 14
Jacob fue por los cabritos y se los trajo a su madre. Ella preparó entonces un guisado sabroso, como a Isaac le gustaba, 15 sacó la mejor ropa de Esaú, su hijo 16 mayor, que estaba guardada en la casa, y se la puso a Jacob, su hijo menor. Luego, con la piel de los cabritos, le cubrió a Jacob los brazos y la parte del 17 cuello donde no tenía pelo, y le dio el guisado y el pan que había preparado. 18
Entonces Jacob entró donde estaba su padre, y le dijo:
—¡Padre!
Isaac estaba ya muy viejo, y se había quedado ciego. Un día llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo:
—Aquí estoy. ¿Cuál de mis hijos eres tú? —preguntó Isaac. 19
—Soy Esaú, tu hijo mayor —contestó Jacob—. Ya hice lo que me dijiste. Levántate, por favor; siéntate y come del animal que he cazado, y dame tu bendición.
—¡Hijo mío! —Dime, padre —contestó Esaú.
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—Ya ves que estoy muy viejo —dijo Isaac—, y un día de éstos me puedo morir. Por eso quiero que vayas al monte con tu arco y tus flechas para cazar algún 4 animal. Prepara luego un guisado sabroso, como a mí me gusta, y tráelo para que yo lo coma. Entonces te daré mi bendición antes de morir. 5
Pero Rebeca estaba oyendo lo que Isaac le decía a Esaú. Por eso, en 6 cuanto éste se fue al monte a cazar algo para su padre, ella dijo a Jacob, su hijo menor:
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Entonces Isaac le preguntó:
—¿Cómo pudiste encontrarlo tan pronto, hijo mío? —El Señor tu Dios me ayudó a encontrarlo —respondió Jacob. 21
Pero Isaac le dijo:
—Acércate y déjame tocarte, a ver si de veras eres mi hijo Esaú.
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Jacob se acercó para que su padre lo tocara. Entonces Isaac dijo: «La voz es la de Jacob, pero los brazos son los de Esaú.» 23 Así que no lo reconoció, porque sus brazos tenían mucho pelo, como los de su hermano Esaú. Pero cuando iba a darle su bendición, 24volvió a preguntarle: —¿De veras eres mi hijo Esaú? —Sí, yo soy Esaú —respondió Jacob. 25
Entonces su padre le dijo:
—Sírveme, hijo mío, para que coma yo de lo que cazaste, y entonces te daré mi bendición.
ESAÚ LOGRA UNA BENDICIÓN INFERIOR
Jacob le sirvió de comer a su padre, y también le trajo vino. Isaac comió y bebió, 26y luego le dijo: —Acércate, hijo, y dame un beso. 27
Cuando Jacob se acercó para besarlo, Isaac le olió la ropa. Entonces lo bendijo con estas palabras: «Sí, este olor es de mi hijo. Es como el olor de un campo bendecido por el Señor. 28
Aclaremos, que para los antiguos israelitas era de suma importancia y de mucha seriedad la bendición; ellos consideraban que una vez proferida no podía ser revocada ni transferida a otra persona; razón por la cual se observa la preocupación de Isaac y la angustia de Esaú; pero a pesar de todo obtuvo una bendición aunque inferior. Gn. 27.39-40.
Que Dios te dé la lluvia del cielo, las mejores cosechas de la tierra, mucho trigo y mucho vino.
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Que mucha gente te sirva; que las naciones se arrodillen delante de ti. Gobierna a tus propios hermanos; ¡que se arrodillen delante de ti! Los que te maldigan serán malditos, y los que te bendigan serán benditos.»
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Entonces Isaac le dijo:
«Vivirás lejos de las tierras fértiles y de la lluvia que cae del cielo. 40 Tendrás que defenderte con tu espada y serás siervo de tu hermano; pero cuando te hagas fuerte, te librarás de él.»
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Israel, su historia y su futuro 16
Cuando Jacob despertó de su sueño, pensó: «En verdad el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía.» 17 Tuvo mucho miedo, y pensó: «Este lugar es muy sagrado. Aquí está la casa de Dios; ¡es la puerta del cielo!» 18
Al día siguiente Jacob se levantó muy temprano, tomó la piedra que había usado como almohada, la puso de pie como un pilar, y la consagró derramando aceite sobre ella. 19 En ese lugar había antes una ciudad que se llamaba Luz, pero Jacob le cambió el nombre y le puso Betel. 20
Allí Jacob hizo esta promesa: «Si Dios me acompaña y me cuida en este viaje que estoy haciendo, si me da qué comer y con qué vestirme, 21 y si regreso sano y 22 salvo a la casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios. Esta piedra que he puesto como pilar, será casa de Dios; y siempre te daré, oh Dios, la décima parte de todo lo que tú me des.»
DIOS BENDICE A JACOB Cuando Jacob huía de la presencia de su hermano, Dios en sueño le bendice con la promesa de estar con él en donde quiera que vaya, esta es la bendición y la protección de Dios de estar siempre con él; Dios también le transfirió la misma promesa de Abraham y de Isaac su padre. Gn.28.10-22. Dios se aparece a Jacob en Betel 10
Jacob salió de Beerseba y tomó el camino de Harán. 11 Llegó a cierto lugar y allí se quedó a pasar la noche, porque el sol ya se había puesto. Tomó como almohada una de las piedras que había en el lugar, y se acostó a dormir. 12 Allí tuvo un sueño, en el que veía una escalera que estaba apoyada en la tierra y llegaba hasta el cielo, y por la cual los ángeles de Dios subían y 13 bajaban. También veía que el Señor estaba de pie junto a él, y que le decía: «Yo soy el Señor, el Dios de tu abuelo Abraham y de tu padre Isaac. A ti y a tus descendientes les daré la tierra en donde estás acostado. 14 Ellos llegarán a ser tantos como el polvo de la tierra, y se extenderán al norte y al sur, al este y al oeste, y todas las familias del mundo serán bendecidas por medio de ti y 15 de tus descendientes. Yo estoy contigo; voy a cuidarte por dondequiera que vayas, y te haré volver a esta tierra. No voy a abandonarte sin cumplir lo que te he prometido.»
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Israel, su historia y su futuro 28 (29)
Entonces el hombre le dijo:
—Ya no te llamarás Jacob. Tu nombre será Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. 29 (30)
—Ahora dime cómo te llamas tú —preguntó Jacob.
Pero el hombre contestó: —¿Para qué me preguntas mi nombre?
DIOS LE CAMBIA EL NOMBRE A JACOB
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Luego el hombre lo bendijo allí mismo. Y Jacob llamó a aquel lugar Penuel, porque dijo: «He visto a Dios cara a cara, y sin embargo todavía estoy vivo.» 31 (32)
Después de 20 años de estar trabajando con su suegro Labán, Jacob resolvió huir de su lado para regresar a su tierra, tal como Dios le había prometido; y una noche un ángel luchó con él durante toda la noche, el ángel, al ver que no podía, le hirió en el muslo y después procedió a cambiarle el nombre de suplantador por el de Israel (el que lucha con Dios).
Ya Jacob estaba pasando de Penuel cuando el sol salió; pero debido a su cadera, iba cojeando. 32(33)Por eso hasta el día de hoy los descendientes de Israel no comen el tendón que está en la coyuntura de la cadera, porque Jacob fue golpeado en esa parte.
Gn.32.22-32. Jacob lucha con un ángel 22 (23)
Aquella misma noche Jacob se levantó, tomó a sus dos esposas, sus dos 23 (24) esclavas y sus once hijos, y los hizo cruzar el vado del río Jaboc, junto con 24 (25) todo lo que tenía. Cuando Jacob se quedó solo, un hombre luchó con él 25 (26) hasta que amaneció; pero como el hombre vio que no podía vencer a Jacob, lo golpeó en la coyuntura de la cadera, y esa parte se le zafó a Jacob mientras 26 (27) luchaba con él. Entonces el hombre le dijo: —Suéltame, porque ya está amaneciendo. —Si no me bendices, no te soltaré —contestó Jacob. 27 (28)
—¿Cómo te llamas? —preguntó aquel hombre.
—Me llamo Jacob —respondió él.
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Israel, su historia y su futuro
—Fuimos a ver a su hermano Esaú, y ya viene él mismo para recibirlo a usted, acompañado de cuatrocientos hombres. 7 (8)
ASTUCIA DE JACOB
Al oír esto, Jacob tuvo mucho miedo y se quedó muy preocupado. Dividió entonces en dos grupos la gente que estaba con él, y también las ovejas, vacas y 8 (9) camellos, pues pensó: «Si Esaú viene contra un grupo y lo ataca, el otro 9 (10) grupo podrá escapar.» Luego comenzó a orar: «Señor, Dios de mi abuelo Abraham y de mi padre Isaac, que me dijiste que regresara a mi tierra y a mis 10 (11) parientes, y que harías que me fuera bien: no merezco la bondad y fidelidad con que me has tratado. Yo crucé este río Jordán sin llevar nada más que mi bastón, y ahora he llegado a tener dos campamentos. 11(12)¡Por favor, sálvame de las manos de mi hermano Esaú! Tengo miedo de que venga a atacarme y mate a las mujeres y a los niños. 12 (13) Tú has dicho claramente que harás que me vaya bien, y que mis descendientes serán tan numerosos como los granitos de arena del mar, que no se pueden contar.» 13 (14)
Cuando Jacob regresaba con toda su familia y sus bienes que traía de Padán-aram, como él sabía que su hermano lo odiaba, resolvió poner en práctica una estrategia para ganarse la buena voluntad y simpatía de su hermano Esaú; hay que tener presente que Jacob era un hombre muy astuto y recursivo. Gn.32.1-21.
Aquella noche Jacob durmió allí, y de lo que tenía a la mano escogió 14 (15) regalos para su hermano Esaú: doscientas cabras, veinte chivos, 15 (16) doscientas ovejas, veinte carneros, treinta camellas recién paridas, con sus crías, cuarenta vacas, diez novillos, veinte asnas y diez asnos. 16 (17) Luego les entregó a sus siervos cada manada por separado, y les dijo: —Adelántense, y guarden alguna distancia entre manada y manada. 17 (18)
Al primero que envió, le ordenó:
—Cuando te encuentre mi hermano Esaú, y te pregunte quién es tu amo, a dónde vas y de quién son los animales que llevas, 18 (19) contéstale: “Es un regalo para usted, mi señor Esaú, de parte de Jacob, su servidor. Por cierto que él mismo viene detrás de nosotros.”
Jacob y Esaú se encuentran (2)
Jacob siguió su camino, y unos ángeles de Dios le salieron al encuentro. 2 (3) Cuando Jacob los vio, dijo: «Éste es un ejército de Dios.» Por eso llamó Mahanaim a aquel lugar. 3 (4)
Jacob envió unos mensajeros a la tierra de Seír, que es la región de Edom, 4 (5) para anunciarle su llegada a su hermano Esaú, y les dio este mensaje: «Díganle a mi hermano Esaú: “Su hermano Jacob se pone a sus órdenes, y le manda a decir: He vivido con Labán todo este tiempo, 5 (6) y tengo vacas, asnos, ovejas, esclavos y esclavas. Envío este mensaje a mi señor, esperando ganarme su buena voluntad.”» 6 (7)
Cuando los mensajeros regresaron, le dijeron a Jacob:
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También al segundo que envió, y al tercero, y a todos los que llevaban las manadas, les dijo: —Cuando encuentren a Esaú, díganle lo mismo, 20(21)y díganle también: “Jacob, su servidor, viene detrás de nosotros.” Y es que Jacob pensaba: «Voy a calmar su enojo con los regalos que le envío por delante, y luego lo veré personalmente. Tal vez así me recibirá bien.» 21(22) Así, pues, los regalos se fueron antes, y él se quedó a pasar la noche en su campamento.
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Gn.33.1-20. Jacob y Esaú se reconcilian Cuando Jacob vio que Esaú venía acompañado de cuatrocientos hombres, 2 repartió a los niños entre Lía, Raquel y las dos esclavas. Colocó primero a las esclavas con sus hijos, luego a Lía con sus hijos, y por último a Raquel y José. 3 Luego se adelantó a ellos, y se inclinó hasta tocar el suelo con la frente siete 4 veces, hasta que estuvo cerca de su hermano. Pero Esaú corrió a su encuentro 5 y, echándole los brazos al cuello, lo abrazó y lo besó. Los dos lloraron. Después Esaú se fijó en las mujeres y en los niños, y preguntó: —Y éstos, ¿quiénes son?
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—Querido hermano, tú sabes que los niños son débiles, y que debo pensar en las ovejas y en las vacas con cría; si se les cansa, en un solo día pueden morir 14 todas las ovejas. Es mejor que tú te adelantes a este servidor tuyo; yo iré poco a poco, al paso de los animales que van delante de mí, y al paso de los niños, hasta reunirme contigo en Seír. 15
—Bueno —dijo Esaú—, permíteme dejarte algunos hombres de los que vienen conmigo. Pero Jacob contestó: —¡No, por favor! ¿Para qué te molestas? 16
—Son los hijos que Dios le ha dado a tu servidor —dijo Jacob. 6
Entonces las esclavas y sus hijos se acercaron y se inclinaron hasta tocar el suelo con la frente; 7 luego se acercaron Lía y sus hijos, y se inclinaron de la misma manera, y por último se acercaron José y Raquel, y también se inclinaron. 8De pronto Esaú preguntó:
Ese mismo día, Esaú regresó a Seír. 17 Jacob, en cambio, se fue a Sucot, y allí hizo una casa para él y unas enramadas para sus animales. Por eso, a aquel lugar lo llamó Sucot. 18
Cuando Jacob vino de Padán-aram, llegó sano y salvo a Canaán y acampó frente a la ciudad de Siquem. 19 Por cien monedas compró un terreno a los hijos de Hamor, el padre de Siquem, y allí puso su campamento. 20 Después construyó un altar, y lo llamó El-elohé-israel.
—¿Qué piensas hacer con todas esas manadas que he venido encontrando? —Ganarme tu buena voluntad —respondió Jacob. 9
—No, hermano mío; yo tengo suficiente. Quédate con lo que es tuyo —dijo Esaú. 10
Pero Jacob insistió:
—No, por favor. Si me he ganado tu buena voluntad, acepta este regalo, pues verte en persona es como ver a Dios mismo, ya que tú me has recibido muy 11 bien. Te ruego que aceptes el regalo que te he traído, pues Dios me ha hecho rico, y nada me falta. Tanto insistió Jacob, que al fin Esaú aceptó el regalo; 12pero dijo: —Bueno, vámonos de aquí. Yo iré delante de ti. 13
Y Jacob respondió:
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HISTORIA DE JOSÉ Según el relato que se encuentra en el libro de Génesis, José nació en Mesopotamia como lo que pudimos ver en el relato anterior, y como lo podemos confirmar en el texto siguiente:
JOSÉ EL HIJO PREDILECTO DE JACOB
Gn. 30.22-34. 22
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Pero Dios se acordó de Raquel; oyó su oración y le permitió tener hijos. Cuando tuvo el primero, dijo: «Dios me ha quitado la vergüenza de no tener 24 hijos. Ojalá me permita tener otro.» Por eso lo llamó José. Trampas entre Jacob y Labán 25
Después que Raquel dio a luz a José, Jacob dijo a Labán: —Déjame regresar 26 a mi propia tierra. Dame mis hijos y mis mujeres, pues por ellas he trabajado contigo, y déjame ir. Tú bien sabes cómo he trabajado para ti. 27
Pero Labán le contestó: —Por favor, quédate conmigo. He sabido por adivinación que el Señor me ha bendecido por medio de ti. 28 Dime cuánto quieres ganar, y te lo pagaré.
Para Jacob, José era su hijo preferido por cuanto le había tenido en su vejez y con la mujer que él más amaba; por esa razón buscó protegerlo en el encuentro con su hermano Esaú; y cuando grande le hizo vestidos elegantes que lo distinguían de sus demás hermanos, los cuales usaban trajes menos costosos; esto despertó encono y rechazo; ellos en sus corazones lo despreciaban y tenían poco trato amable con él. Gn. 37.1-4.
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Entonces Jacob le dijo: —Tú bien sabes cómo he trabajado para ti y cómo he 30 cuidado tus animales; lo poco que tenías antes que yo viniera, ha aumentado enormemente, pues desde que llegué, el Señor te ha bendecido; pero, ¿cuándo voy a comenzar a trabajar para mi propia familia? 31
José y sus hermanos
—¿Cuánto quieres que te pague? —insistió Labán.
—No me pagues nada —respondió Jacob—. Volveré a cuidar tus ovejas, si 32 aceptas lo que te voy a proponer: déjame pasar hoy por entre tu rebaño, para apartar todos los corderitos negros y todos los cabritos manchados y 33 moteados. Ellos serán mi salario. Así, cuando más adelante vengas a ver lo que he ganado, tendrás la prueba de mi honradez: pues si en mi rebaño hay cabras que no sean manchadas o moteadas, o corderos que no sean negros, será que te los he robado. 34
Jacob se quedó a vivir en Canaán, donde su padre había vivido por algún 2 tiempo. Ésta es la historia de la familia de Jacob.
Cuando José era un muchacho de diecisiete años, cuidaba las ovejas junto con sus hermanos, los hijos de Bilhá y de Zilpá, que eran las concubinas de su padre. Y José llevaba a su padre quejas de la mala conducta de sus hermanos. 3
Israel quería a José más que a sus otros hijos, porque había nacido cuando él 4 ya era viejo. Por eso le hizo una túnica muy elegante. Pero al darse cuenta sus hermanos de que su padre lo quería más que a todos ellos, llegaron a odiarlo y ni siquiera lo saludaban.
—Está bien, acepto lo que propones —dijo Labán.
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SE AGRAVA MÁS LA SITUACIÓN PARA JOSÉ
A JOSÉ LO VENDEN SUS HERMANOS
Después José tuvo dos sueños y se los contó a sus hermanos y a su padre; esto hizo que el odio que sus hermanos sentían, se incrementara aún más en contra de él.
Como sus hermanos estaban llenos de celos y envidias, buscaban tal vez la ocasión de cómo deshacerse del joven José, hasta que se presentó la ocasión, esto fue un día que su padre le envió para que visitara a sus hermanos en el campo de pastoreo; cuando lo vieron llegar maquinaron un plan perverso y dijeron en forma despectiva y burlesca: ¡Allí viene el soñador¡, primero intentaron asesinarlo, pero Dios tenía preparado a Rubén, el hijo mayor de Jacob y Lea, para salvarlo de ese macabro plan, pero sus hermanos observaron que Rubén se había ausentado del lugar; y aprovecharon en ese momento el paso de los comerciantes ismaelitas para vender como esclavo a José.
Gn. 37.1-4. Jacob se quedó a vivir en Canaán, donde su padre había vivido por algún 2 tiempo. Ésta es la historia de la familia de Jacob. José y sus hermanos Cuando José era un muchacho de diecisiete años, cuidaba las ovejas junto con sus hermanos, los hijos de Bilhá y de Zilpá, que eran las concubinas de su padre. Y José llevaba a su padre quejas de la mala conducta de sus hermanos. 3
Israel quería a José más que a sus otros hijos, porque había nacido cuando él ya era viejo. Por eso le hizo una túnica muy elegante. 4 Pero al darse cuenta sus hermanos de que su padre lo quería más que a todos ellos, llegaron a odiarlo y ni siquiera lo saludaban.
Gn.37.12-36. José es vendido por sus hermanos 12
Un día los hermanos de José fueron a Siquem, buscando pastos para las 13 ovejas de su padre. Entonces Israel le dijo a José: —Mira, tus hermanos están en Siquem cuidando las ovejas. Quiero que vayas a verlos.
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—Iré con mucho gusto —contestó José.
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vendieron a los ismaelitas por veinte monedas de plata. Así se llevaron a José a Egipto.
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—Bueno —dijo Israel—, ve y fíjate cómo están tus hermanos y las ovejas, y regresa luego a traerme la noticia. Israel mandó a José desde el valle de Hebrón, y cuando José llegó a Siquem, se perdió por el campo. Entonces un hombre lo encontró y le preguntó:
29
Cuando Rubén regresó al pozo y no encontró a José allí adentro, rasgó su ropa en señal de dolor. 30Luego volvió a donde estaban sus hermanos, y les dijo:
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—¡El muchacho ya no está! ¿Ahora qué voy a hacer? 31
Entonces ellos tomaron la túnica de José y la mancharon con la sangre de un 32 cabrito que mataron; luego se la mandaron a su padre, con este mensaje:
—¿Qué andas buscando? 16
—Ando buscando a mis hermanos —respondió José—. ¿Podría usted decirme dónde están cuidando las ovejas? 17
«Encontramos esto. Fíjate bien si es o no la túnica de tu hijo.» 33
—Ya se fueron de aquí —dijo el hombre—. Les oí decir que se iban a Dotán.
José fue en busca de sus hermanos y los encontró en Dotán. 18 Ellos lo vieron 19 venir a lo lejos, y antes de que se acercara hicieron planes para matarlo. Se dijeron unos a otros:
En cuanto Jacob la reconoció, dijo: «¡Sí, es la túnica de mi hijo! Algún animal salvaje lo hizo pedazos y se lo comió.» 34 Entonces Jacob rasgó su ropa y se vistió de luto, y por mucho tiempo lloró la muerte de su hijo. 35 Todos sus hijos y sus hijas trataban de consolarlo, pero él no quería que lo consolaran; al contrario, lloraba por su hijo y decía: «Guardaré luto por mi hijo, hasta que vaya a reunirme con él entre los muertos.»
20
—¡Miren, ahí viene el de los sueños! Vengan, vamos a matarlo; luego lo echaremos a un pozo y diremos que un animal salvaje se lo comió. ¡Y vamos a ver qué pasa con sus sueños! 21
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En Egipto, los madianitas vendieron a José a un hombre llamado Potifar, que era funcionario del faraón, el rey de Egipto, y capitán de su guardia.
Cuando Rubén oyó esto, quiso librarlo de sus hermanos, y dijo: 22
—No lo matemos. No derramen sangre. Échenlo a este pozo que está en el desierto, pero no le pongan la mano encima. 23
Rubén dijo esto porque quería poner a salvo a José y devolvérselo a su padre; pero cuando José llegó a donde estaban sus hermanos, ellos le quitaron la túnica que llevaba puesta, 24 lo agarraron y lo echaron al pozo, que estaba vacío 25 y seco. Después se sentaron a comer. En esto, vieron venir una caravana de ismaelitas que venían de Galaad y que 26 traían en sus camellos perfumes, bálsamo y mirra, para llevarlos a Egipto. Entonces Judá les dijo a sus hermanos: —¿Qué ganamos con matar a nuestro hermano, y después tratar de ocultar su 27 muerte? Es mejor que lo vendamos a los ismaelitas y no que lo matemos, porque después de todo es nuestro hermano. Sus hermanos estuvieron de acuerdo con él, 28 y cuando los comerciantes madianitas pasaron por allí, los hermanos de José lo sacaron del pozo y lo
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mayordomo de su casa, y dejó a su cargo todo lo que tenía. Desde el día en que Potifar dejó a José a cargo de su casa y de todo lo suyo, el Señor bendijo a 6 Potifar, tanto en su casa como en el campo. Con José al cuidado de todo lo que tenía, Potifar ya no se preocupaba mas que de comer. 7
José era muy bien parecido y causaba buena impresión, así que después de algún tiempo la esposa de su amo se fijó en él, y un día le dijo: —Acuéstate conmigo. 8
JOSÉ EN EGIPTO Allá en Egipto fue comprado por Potifar, capitán de la guardia del faraón, éste observó que era un joven muy obediente, inteligente, diligente y honesto en todo, razón por la cual le nombró mayordomo de sus bienes; pero también la esposa de Potifar se había dado cuenta que José era joven muy agraciado, y se despertó en ella un amor obsesivo hacia él, por eso a diario lo acosaba para que hiciera el amor con ella y así convertirlo en su amante; pero este hombre no era presa fácil para cualquier mujer, pues él tenía bien enraizado los principios de la ética moral y lealtad; también sabía que quebrantar esos principios sería su fracaso total.
Pero José no quiso, y le contestó:
—Mire usted, mi amo ha dejado a mi cargo todo lo que tiene, y estando yo aquí, no tiene de qué preocuparse. 9 En esta casa nadie es más que yo; mi amo no me ha negado nada, sino sólo a usted, pues es su esposa; así que, ¿cómo podría yo hacer algo tan malo, y pecar contra Dios? 10
Y aunque ella insistía con José todos los días para que se acostara con ella 11 y estuviera a su lado, él no le hacía caso. Pero un día José entró en la casa para hacer su trabajo y, como no había nadie allí, 12 ella lo agarró de la ropa y le dijo: —Acuéstate conmigo.
Gn.39.1-12. Cuando José fue llevado a Egipto, un egipcio llamado Potifar lo compró a los ismaelitas que lo habían llevado allá. Potifar era funcionario del faraón y 2 capitán de su guardia. Pero el Señor estaba con José, y le fue muy bien mientras vivía en la casa de su amo egipcio. 3 Su amo se dio cuenta de que el 4 Señor estaba con José, y que por eso a José le iba bien en todo. Esto hizo que José se ganara la simpatía de su amo, que lo nombró su ayudante personal y
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ODIO PASIONAL Como José rehusó tener coito con ella, esta le tuvo en poco y todo el amor que sentía por él se transformó en un odio pasional y preparó una intriga contra el joven; y cuando llega el esposo ella relata su maquinación; con el objetivo de que Potifar le despreciara, le odiara y se deshiciera de él lo más rápido posible para así no verlo jamás; pero el amor de Dios y su misericordia, estaban con él y le protegía de todo complot. Gn.39.13-23. 13
Cuando ella vio que al salir le había dejado la ropa en sus manos, 14 llamó a los siervos de la casa y les dijo: —Miren, mi esposo nos trajo un hebreo que ahora se burla de nosotros. Entró a verme y quería acostarse conmigo, pero yo grité muy fuerte; 15 y cuando me oyó gritar con todas mis fuerzas, salió corriendo y hasta dejó aquí su ropa. 16
Luego, ella guardó la ropa de José hasta que su amo llegó a la casa. Entonces le contó lo mismo, y dijo:
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—El esclavo hebreo que nos trajiste entró en mi cuarto y quiso deshonrarme, 19 pero cuando grité con todas mis fuerzas, salió corriendo y dejó su ropa aquí. Así me trató tu esclavo. El amo de José se enojó mucho al oír lo que su esposa le estaba contando, 20 así que agarró a José y ordenó que lo metieran en la cárcel, donde estaban los presos del rey. Pero aun en la cárcel 21 el Señor siguió estando con José y mostrándole su bondad, pues hizo que se ganara la simpatía del jefe de la cárcel, 22 el cual dejó todos los presos a su cargo. José era el que daba las 23 órdenes para todo lo que allí se hacía, y el jefe de la cárcel no tenía que revisar nada de lo que estaba a cargo de José, porque el Señor estaba con él y hacía que todo le saliera bien.
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JOSÉ INTÉRPRETE DE SUEÑOS Estando en la cárcel, desde sus compañeros de presidio tuvieron sueños en una misma noche, y José en el nombre de Dios e inspirado por él les declaró su significado, con este hecho Dios lo estaba preparando para que más adelante se presentara ante el faraón. Gn.40.1-23. José interpreta dos sueños Después de esto, el copero, o sea el encargado de servirle vino al rey, y 2 también el panadero, ofendieron a su amo, el rey de Egipto. El faraón, o sea el rey, se enojó contra estos dos funcionarios, el jefe de los coperos y el jefe de los panaderos, 3 y los mandó presos a la casa del capitán de la guardia, donde 4 estaba la cárcel. Era el mismo lugar donde José estaba preso. El capitán de la guardia encargó a José que atendiera a estos funcionarios, y ellos pasaron mucho tiempo en la cárcel. 5
Una noche los dos presos, el copero y el panadero, tuvieron cada uno un sueño, y cada sueño tenía su propio significado. 6 Por la mañana, cuando José vino a verlos, los encontró muy preocupados; 7así que les preguntó: —¿Por qué tienen hoy tan mala cara?
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—Tuvimos un sueño y no hay quien nos explique lo que quiere decir —contestaron ellos. —¿Y acaso no es Dios quien da las interpretaciones? —preguntó José—. Vamos, cuéntenme lo que soñaron. 9
Entonces el jefe de los coperos le contó su sueño a José con estas palabras:
—En mi sueño veía una vid, 10 que tenía tres ramas. Y la vid retoñaba y echaba 11 flores, y las flores se convertían en racimos de uvas maduras. Yo tenía la copa del faraón en la mano, y tomaba las uvas y las exprimía en la copa. Luego, yo mismo ponía la copa en manos del faraón. 12
Y José le dijo: 13
—El sueño de usted quiere decir esto: las tres ramas son tres días, y dentro de tres días el faraón revisará el caso de usted y lo pondrá de nuevo en su trabajo, y 14 usted volverá a darle la copa al faraón, tal como antes lo hacía. Cuando esto suceda, acuérdese usted de mí, y por favor háblele de mí al faraón para que me 15 saque de este lugar. ¡Compadézcase de mí! A mí me robaron de la tierra de los hebreos, y no merezco estar en la cárcel porque no he hecho nada malo. 16
Cuando el jefe de los panaderos vio que José había dado una interpretación favorable, le dijo: —Por mi parte, yo soñé que tenía tres canastillos de pan blanco sobre mi 17 cabeza. El canastillo de arriba tenía un gran surtido de pasteles para el faraón, pero las aves venían a comer del canastillo que estaba sobre mi cabeza. 18 Entonces José le contestó: 19
—El sueño de usted quiere decir esto: los tres canastillos son tres días, y dentro de tres días el faraón revisará el caso de usted y hará que lo cuelguen de un árbol, y las aves se comerán su carne. 20
Al tercer día era el cumpleaños del faraón, y él hizo una gran fiesta para todos sus funcionarios. Delante de sus invitados, el faraón mandó sacar de la cárcel al jefe de los coperos y al jefe de los panaderos. 21 Al copero lo puso de nuevo en su trabajo, y él volvió a darle la copa al faraón, como antes; 22 pero al panadero 23 lo mandó ahorcar, tal como José lo había interpretado. Sin embargo, el copero no volvió a acordarse de José.
JOSÉ ANTE EL FARAÓN Dos años después que José había interpretado los sueños a sus dos compañeros de cárcel, el faraón tuvo dos sueños consecutivos que le turbaron mucho el ánimo, causándole una angustia porque ni los sabios ni los magos de su reino pudieron indicarle qué significaban sus sueños, cuando el copero lo vio muy deprimido se acordó de José y se lo comunicó al rey. El rey, apela a José para ver si este es capaz de descifrar el misterio que le tenía al borde de la depresión. José, con la inspiración divina le dio al faraón su oportuna interpretación; el rey quedó satisfecho por la clarividencia de sus interpretaciones, e inmediatamente sintió que todos sus temores se desvanecieron y llegó a su alma el optimismo. El faraón, vio que José era un hombre inteligente, sabio y virtuoso; de inmediato el faraón le derogó el castigo que estaba purgando y le otorgó doble ministerio: Gobernador y Ministro de Agricultura de todo el país de Egipto. Con el correr de los días, el faraón se sentía tan contento con José que le escogió como esposa a Asenat, hija del sacerdote Potifera. Gn.cap.41. José interpreta los sueños del faraón Pasaron dos años. Un día, el faraón soñó que estaba de pie a la orilla del río Nilo, 2 y que del río salían siete vacas hermosas y gordas, que comían hierba 3 entre los juncos. Detrás de ellas, siete vacas feas y flacas salieron del río y se
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pusieron en la orilla, cerca de las otras. Luego, estas vacas feas y flacas se comieron a las siete vacas hermosas y gordas. El faraón se despertó, 5 pero se volvió a dormir y tuvo otro sueño: veía que siete 6 espigas de trigo llenas y hermosas crecían en un solo tallo. Detrás de ellas 7 salieron otras siete espigas, secas y quemadas por el viento del este, y estas espigas secas se comieron a las siete espigas gruesas y llenas. El faraón se despertó, y se dio cuenta de que era un sueño. 8 Pero al día siguiente por la mañana estaba muy preocupado, y ordenó que vinieran todos los adivinos y sabios de Egipto. El faraón les contó sus sueños, pero 9 ninguno de ellos pudo decirle lo que significaban. Entonces el jefe de los coperos le dijo al faraón: 10
—Ahora me acuerdo de lo mal que me he portado. Cuando Su Majestad se enojó con el jefe de los panaderos y con este servidor suyo, nos mandó a los 11 dos a la cárcel del capitán de la guardia. Una noche, el jefe de los panaderos tuvo un sueño y yo tuve otro, y cada sueño tenía su propio significado. 12 En ese lugar estaba con nosotros un joven hebreo, que era esclavo del capitán de la guardia. Le contamos nuestros sueños y él los interpretó, y nos dijo su significado. 13 ¡Y todo pasó tal como él nos lo había dicho! Yo volví de nuevo a mi trabajo, y el otro fue ahorcado. 14
Entonces el faraón mandó llamar a José, y lo sacaron inmediatamente de la cárcel. José se cortó el pelo, se cambió de ropa y se presentó delante del 15 faraón. Y el faraón le dijo: —He tenido un sueño y no hay quien pueda interpretarlo, pero he sabido que cuando tú oyes un sueño lo puedes interpretar.
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siete espigas, secas, delgadas y quemadas por el viento del este. Estas espigas secas se comieron a las siete espigas hermosas. Yo les conté esto a los adivinos, pero ninguno de ellos pudo decirme su significado.» 25
Entonces José le contestó al faraón:
—Los dos sueños que tuvo Su Majestad, son uno solo. Dios le ha anunciado a 26 usted lo que él va a hacer. Las siete vacas hermosas son siete años, lo mismo que las siete espigas hermosas. Es el mismo sueño. 27 Las siete vacas flacas y feas que salieron detrás de las otras, también son siete años; lo mismo que las siete espigas secas y quemadas por el viento del este. Éstos serán siete años de escasez. 28 Es tal como se lo he dicho: Dios le ha anunciado a Su Majestad lo que él va a hacer. 29 Van a venir siete años de mucha abundancia en todo Egipto, 30 y después vendrán siete años de gran escasez. Nadie se acordará de la abundancia que hubo en Egipto, porque la escasez arruinará al país. 31 Será tan grande la escasez, que no quedarán señales de la abundancia que antes hubo. 32 Su Majestad tuvo el mismo sueño dos veces, porque Dios está decidido a hacer esto, y lo va a hacer muy pronto. 33
»Por lo tanto, sería bueno que Su Majestad buscara un hombre inteligente 34 y sabio, para que se haga cargo del país. Haga Su Majestad lo siguiente: nombre Su Majestad gobernadores que vayan por todo el país y recojan la quinta parte de todas las cosechas de Egipto, durante los siete años de abundancia. 35Que junten todo el trigo de los buenos años que vienen; que lo pongan en un lugar bajo el control de Su Majestad, y que lo guarden en las 36 ciudades para alimentar a la gente. Así el trigo quedará guardado para el país, para que la gente no muera de hambre durante los siete años de escasez que habrá en Egipto.
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—Eso no depende de mí —contestó José—; pero Dios le dará a Su Majestad una contestación para su bien. 17
José gobernador de Egipto 37
El plan les pareció bien al faraón y a sus funcionarios, faraón les dijo:
El faraón le dijo a José:
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así que el
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—En mi sueño, yo estaba de pie a la orilla del río Nilo, y del río salieron siete vacas gordas y hermosas, que comían hierba entre los juncos. 19 Detrás de ellas salieron otras siete vacas, muy feas y flacas. ¡Jamás había visto yo vacas tan feas en todo Egipto! 20 Estas vacas flacas y feas se comieron a las primeras siete 21 vacas gordas; pero aunque ya se las habían comido, nadie podría haberse dado cuenta, porque seguían tan flacas como antes.
—¿Podremos encontrar otro hombre como éste, que tenga el espíritu de Dios? 39
Y a José le dijo:
»Me desperté, 22 pero después tuve otro sueño en el que siete espigas de trigo, llenas y hermosas, crecían en un mismo tallo. 23 Detrás de ellas crecían otras
—No hay nadie más inteligente y sabio que tú, pues Dios te ha hecho saber todo esto. 40 Tú te harás cargo de mi palacio, y todo mi pueblo obedecerá tus órdenes. Sólo yo seré más que tú, porque soy el rey. 41 Mira, yo te nombro gobernador de todo el país de Egipto.
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Al decir esto, el faraón se quitó de la mano el anillo que tenía su sello oficial y se lo puso a José. Luego ordenó que lo vistieran con ropas de lino muy fino y que 43 le pusieran un collar de oro en el cuello. Después lo hizo subir en el carro que siempre iba después del suyo, y ordenó que gritaran delante de él: «¡Abran paso!» Así fue como José quedó al frente de todo el país de Egipto. 44
Luego el faraón le dijo:
—Aunque yo soy el faraón, nadie en todo Egipto moverá un dedo sin tu permiso. 45
El faraón le puso a José el nombre egipcio de Safenat-panéah, y lo casó con Asenat, la hija de Potifera, sacerdote de la ciudad de On. Así quedó José al frente de Egipto. 46 José tenía treinta años cuando lo llevaron ante el faraón, el rey de Egipto. 47
José se despidió del faraón y comenzó a viajar por todo Egipto. La tierra produjo muchísimo durante los siete años de abundancia, 48 y José recogió todo el trigo que hubo en el país durante esos siete años; lo guardó en las ciudades, dejando en cada ciudad el trigo recogido en los campos vecinos. 49 José recogió trigo como si fuera arena del mar. Era tanto el trigo, que dejó de medirlo, pues no se podía llevar la cuenta. 50
Antes de que empezaran los años de escasez, José tuvo dos hijos con su esposa Asenat. 51 Al primero lo llamó Manasés, porque dijo: «Dios me ha hecho olvidar 52 todos mis sufrimientos y a todos mis parientes.» Al segundo lo llamó Efraín, porque dijo: «Dios me ha hecho tener hijos en el país donde he sufrido.» 53
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Pasaron los siete años de abundancia que hubo en Egipto, y comenzaron los siete años de escasez, tal como José lo había dicho. Hubo hambre en todos 55 los países, menos en Egipto, pues allí había qué comer; y cuando los habitantes de Egipto comenzaron a tener hambre, fueron a pedirle trigo al faraón. Entonces el faraón les dijo a todos los egipcios: «Vayan a ver a José, y hagan lo que él les diga.» 56
Cuando el hambre se extendió por todo el país, José abrió todos los graneros donde había trigo, para venderlo a los egipcios; pues el hambre era cada vez 57 peor. Y venían de todos los países a Egipto, a comprarle trigo a José, pues en ningún país había qué comer.
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LOS HERMANOS DE JOSÉ DESCIENDEN A EGIPTO La hambruna era tan fuerte en Egipto y en todas las naciones vecinas que desde la tierra de Canaán, Jacob envió a 10 de sus hijos para que fueran a buscar alimentos para así poder conservar la vida de toda su familia; cuando los hijos de Jacob llegaron a Egipto, José, de inmediato reconoció a sus hermanos, y cuando los vio inclinarse ante él, se acordó de los sueños que él había tenido y que les había contado, esto hacía como unos 20 años atrás, y aunque en aquel tiempo no lo aceptaron ni tampoco lo creyeron, ahora eso era una realidad palpable, resolvió ponerlos a prueba para saber cómo estaban todavía en su conducta; para eso, primero les dice que sólo regresará a casa de su padre uno de ellos y los demás quedarán presos. Después de tenerlos 3 días en la cárcel, José cambia de parecer, a padre eso sería un golpe muy duro y podía provocarle una muerte repentina al ver regresar a uno de sus hijos y saber que los demás quedaron detenidos en Egipto; resolvió entonces dejar sólo uno y les advirtió, que podían regresar cuando trajeran al hermano menor con ellos. 70
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Gn.cap.42. Cuando Jacob supo que en Egipto había trigo, les dijo a sus hijos: «¿Qué hacen ahí, mirándose unos a otros? 2 Me han dicho que en Egipto hay trigo. Vayan allá y compren trigo para nosotros, para que podamos seguir viviendo.» 3
Entonces diez de los hermanos de José fueron a Egipto a comprar trigo; 4 pero Jacob no dejó ir a Benjamín, el hermano de José, porque pensó que podría pasarle algo malo. 5 Los hijos de Israel fueron entre otros que también iban a comprar, porque en toda la tierra de Canaán había hambre.
Que vaya uno de ustedes a traerlo. Los demás se quedarán presos. Vamos a ver si es cierto lo que han dicho, y si no es cierto, es que son espías. ¡Lo juro por el faraón! 17
—¡Ustedes!, ¿de dónde vienen?
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Ellos aceptaron, pero se decían el uno al otro: —Verdaderamente nos portamos muy mal con nuestro hermano, pues no le hicimos caso cuando nos rogaba que le tuviéramos compasión, aunque veíamos que estaba afligido. Por eso ahora nos ha venido esta aflicción. 22
—Venimos de Canaán, a comprar trigo —contestaron ellos. 8
Aunque José reconoció a sus hermanos, ellos no lo reconocieron a él. 9 Entonces José se acordó de los sueños que había tenido acerca de ellos, y les dijo: —Ustedes son espías. Sólo vienen a ver cuáles son los puntos débiles del país. 10
—¡No, señor! —contestaron ellos—. Nosotros sus servidores hemos venido a 11 comprar trigo. Todos nosotros somos hijos del mismo padre. Somos gente honrada. Nunca hemos sido espías.
José los tuvo presos a todos ellos durante tres días, 18pero al tercer día les dijo:
—Yo tengo temor de Dios. Hagan esto y se les perdonará la vida: si son de veras honrados, dejen en la cárcel a uno de sus hermanos, y los demás vayan y lleven trigo para que coman sus familias. 20 Tráiganme luego a su hermano menor, y veremos si han dicho la verdad. Si no, morirán.
6
José era el gobernador del país, y el que vendía trigo a la gente que llegaba de todas partes. Cuando sus hermanos se presentaron ante él, se inclinaron hasta 7 tocar el suelo con la frente. José reconoció a sus hermanos en cuanto los vio; pero hizo como que no los conocía, y les preguntó en forma brusca:
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Y Rubén les contestó:
—Yo les dije que no le hicieran daño al muchacho; pero no me hicieron caso, y ahora tenemos que responder por su muerte. 23
Ellos no sabían que José les entendía, porque él había estado hablándoles por medio de un intérprete. 24 José se apartó de ellos y se puso a llorar. Cuando regresó a donde ellos estaban y pudo hablarles, apartó a Simeón y, a la vista de 25 ellos, hizo que lo ataran. Después ordenó que les llenaran de trigo sus costales, que le devolvieran a cada uno su dinero, poniéndolo dentro de cada 26 costal, y que les dieran comida para el camino. Así se hizo. Entonces ellos cargaron el trigo en sus asnos, y se fueron de allí.
12
—No es cierto —insistió José—. Ustedes vienen a ver cuáles son los puntos débiles del país. 13
Pero ellos contestaron:
—Los servidores de usted somos doce hermanos, hijos del mismo padre, y vivimos en Canaán. Nuestro hermano menor se ha quedado con nuestro padre, y el otro ya no está con nosotros. 14
Sin embargo, José volvió a decirles:
27
Cuando llegaron al lugar donde iban a pasar la noche, uno de ellos abrió su costal para darle de comer a su asno, y vio que su dinero estaba allí, en la boca del costal. 28Entonces les dijo a sus hermanos: —¡Miren, me devolvieron mi dinero! ¡Aquí está, en mi costal! Todos ellos se asustaron mucho, y temblando de miedo se decían el uno al otro: —¿Qué es lo que Dios nos ha hecho?
15
—¡Tal como dije! Ustedes son espías, y con esto vamos a probarlo: les juro 16 por el faraón que no saldrán de aquí hasta que venga su hermano menor.
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Cuando llegaron a Canaán, le contaron a su padre Jacob todo lo que les había pasado, y le dijeron:
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—El hombre que gobierna en aquel país nos habló en forma muy brusca, y 31 nos acusó de haber ido a su país como espías. Pero nosotros le dijimos que éramos gente honrada y que nunca habíamos sido espías; 32 que éramos doce hermanos, hijos del mismo padre; que uno ya no estaba con nosotros, y que el 33 menor se había quedado contigo en Canaán. Entonces él nos dijo: “Con esto voy a ver si ustedes son de veras honrados. Dejen aquí conmigo a uno de sus 34 hermanos y vayan a llevar un poco de trigo para sus familias, pero tráiganme a su hermano menor. Así podré estar seguro de que ustedes son gente honrada y no espías; entonces dejaré libre a su otro hermano y ustedes podrán andar libremente por este país.” 35
En el momento de vaciar sus costales, los hermanos de José vieron que en cada costal había una bolsita con el dinero de cada uno de ellos. Al ver las 36 bolsitas con el dinero, tanto ellos como su padre se asustaron. Entonces Jacob les dijo: —Ustedes me están dejando sin hijos. José ya no está con nosotros, Simeón tampoco, ¡y ahora me van a quitar a Benjamín! ¡Y siempre el perjudicado soy yo! 37
Entonces Rubén le dijo a su padre:
—Deja a Benjamín a mi cuidado, y yo te lo devolveré. Si no te lo devuelvo, puedes matar a mis dos hijos. 38
Pero Jacob contestó:
—Mi hijo no irá con ustedes. Su hermano José ha muerto y sólo queda él. Si le pasa algo malo en el viaje que van a hacer, ustedes tendrán la culpa de que este viejo se muera de tristeza.
REGRESAN CON BENJAMÍN Cuando en la casa de Israel se les terminó el trigo que habían traído de Egipto, Israel le pide a sus hijos que vuelvan a Egipto a comprar alimentos, pero como él no quería ir con ellos por temor a que su hijo Benjamín le ocurriera algo fatal, entonces no querían ir; pero dos razones muy poderosas hicieron que Israel accediera: Su hijo Simeón que estaba preso en Egipto y el hambre que arreciaba cada día más. Gn.cap.42. Cuando Jacob supo que en Egipto había trigo, les dijo a sus hijos: «¿Qué hacen 2 ahí, mirándose unos a otros? Me han dicho que en Egipto hay trigo. Vayan allá y compren trigo para nosotros, para que podamos seguir viviendo.» 3
Entonces diez de los hermanos de José fueron a Egipto a comprar trigo; 4 pero Jacob no dejó ir a Benjamín, el hermano de José, porque pensó que podría 5 pasarle algo malo. Los hijos de Israel fueron entre otros que también iban a comprar, porque en toda la tierra de Canaán había hambre. 6
José era el gobernador del país, y el que vendía trigo a la gente que llegaba de todas partes. Cuando sus hermanos se presentaron ante él, se inclinaron hasta tocar el suelo con la frente. 7 José reconoció a sus hermanos en cuanto los vio; pero hizo como que no los conocía, y les preguntó en forma brusca:
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—¡Ustedes!, ¿de dónde vienen?
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—Venimos de Canaán, a comprar trigo —contestaron ellos.
—Yo les dije que no le hicieran daño al muchacho; pero no me hicieron caso, y ahora tenemos que responder por su muerte.
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Y Rubén les contestó:
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Aunque José reconoció a sus hermanos, ellos no lo reconocieron a él. Entonces José se acordó de los sueños que había tenido acerca de ellos, y les dijo: —Ustedes son espías. Sólo vienen a ver cuáles son los puntos débiles del país. 10
—¡No, señor! —contestaron ellos—. Nosotros sus servidores hemos venido a 11 comprar trigo. Todos nosotros somos hijos del mismo padre. Somos gente honrada. Nunca hemos sido espías.
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Ellos no sabían que José les entendía, porque él había estado hablándoles por medio de un intérprete. 24 José se apartó de ellos y se puso a llorar. Cuando regresó a donde ellos estaban y pudo hablarles, apartó a Simeón y, a la vista de ellos, hizo que lo ataran. 25 Después ordenó que les llenaran de trigo sus costales, que le devolvieran a cada uno su dinero, poniéndolo dentro de cada 26 costal, y que les dieran comida para el camino. Así se hizo. Entonces ellos cargaron el trigo en sus asnos, y se fueron de allí.
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—No es cierto —insistió José—. Ustedes vienen a ver cuáles son los puntos débiles del país. 13
Pero ellos contestaron:
—Los servidores de usted somos doce hermanos, hijos del mismo padre, y vivimos en Canaán. Nuestro hermano menor se ha quedado con nuestro padre, y el otro ya no está con nosotros. 14
Cuando llegaron al lugar donde iban a pasar la noche, uno de ellos abrió su costal para darle de comer a su asno, y vio que su dinero estaba allí, en la boca del costal. 28Entonces les dijo a sus hermanos: —¡Miren, me devolvieron mi dinero! ¡Aquí está, en mi costal! Todos ellos se asustaron mucho, y temblando de miedo se decían el uno al otro: —¿Qué es lo que Dios nos ha hecho?
Sin embargo, José volvió a decirles:
—¡Tal como dije! Ustedes son espías, 15 y con esto vamos a probarlo: les juro 16 por el faraón que no saldrán de aquí hasta que venga su hermano menor. Que vaya uno de ustedes a traerlo. Los demás se quedarán presos. Vamos a ver si es cierto lo que han dicho, y si no es cierto, es que son espías. ¡Lo juro por el faraón! 17
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José los tuvo presos a todos ellos durante tres días, pero al tercer día les dijo:
—Yo tengo temor de Dios. Hagan esto y se les perdonará la vida: 19 si son de veras honrados, dejen en la cárcel a uno de sus hermanos, y los demás vayan y lleven trigo para que coman sus familias. 20 Tráiganme luego a su hermano menor, y veremos si han dicho la verdad. Si no, morirán. Ellos aceptaron, 21pero se decían el uno al otro:
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Cuando llegaron a Canaán, le contaron a su padre Jacob todo lo que les había pasado, y le dijeron: 30
—El hombre que gobierna en aquel país nos habló en forma muy brusca, y nos acusó de haber ido a su país como espías. 31 Pero nosotros le dijimos que éramos gente honrada y que nunca habíamos sido espías; 32que éramos doce hermanos, hijos del mismo padre; que uno ya no estaba con nosotros, y que el menor se había quedado contigo en Canaán. 33 Entonces él nos dijo: “Con esto voy a ver si ustedes son de veras honrados. Dejen aquí conmigo a uno de sus hermanos y vayan a llevar un poco de trigo para sus familias, 34 pero tráiganme a su hermano menor. Así podré estar seguro de que ustedes son gente honrada y no espías; entonces dejaré libre a su otro hermano y ustedes podrán andar libremente por este país.” 35
—Verdaderamente nos portamos muy mal con nuestro hermano, pues no le hicimos caso cuando nos rogaba que le tuviéramos compasión, aunque veíamos que estaba afligido. Por eso ahora nos ha venido esta aflicción.
En el momento de vaciar sus costales, los hermanos de José vieron que en cada costal había una bolsita con el dinero de cada uno de ellos. Al ver las bolsitas con el dinero, tanto ellos como su padre se asustaron. 36 Entonces Jacob les dijo:
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Israel, su historia y su futuro
Rafael Román Caraballo Barreto
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—Ustedes me están dejando sin hijos. José ya no está con nosotros, Simeón tampoco, ¡y ahora me van a quitar a Benjamín! ¡Y siempre el perjudicado soy yo! 37
Entonces Rubén le dijo a su padre:
—Deja a Benjamín a mi cuidado, y yo te lo devolveré. Si no te lo devuelvo, puedes matar a mis dos hijos. 38
Pero Jacob contestó:
—Mi hijo no irá con ustedes. Su hermano José ha muerto y sólo queda él. Si le pasa algo malo en el viaje que van a hacer, ustedes tendrán la culpa de que este viejo se muera de tristeza.
TRETA DE JOSÉ
José, antes de darse a conocer en presencia de sus hermanos, echa mano a una estrategia, para la cual prepararía el instante propicio y así revelarse ante todos ellos, su táctica tenía doble intención; lograr también que sus corazones fueran redargüidos por su mala índole, es decir, que sus conductas indolentes se transformaran en sentimientos más humanos. José era un hombre que tenía un alma noble y sensible, por eso cuando escuchó la intersección melodramática que hizo su hermano Judá, sus sentimientos se conmovieron y en medio de llantos se da a conocer a sus hermanos, los cuales quedaron atónitos (sorprendidos) y perplejos (confundidos); ellos no podían creer lo que estaban viendo y escuchando, pues, esto para sus mentes era algo utópico (ilusorio e imposible). Gn.44.1-34. Después de esto José le ordenó a su mayordomo: —Llena los costales de estos hombres con todo el trigo que puedan llevar, y pon el dinero de cada uno de ellos en la boca de su costal. 2 Pon también mi copa de plata en la boca del costal del hermano menor, junto con el dinero que pagó por su trigo.
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Israel, su historia y su futuro 3
El mayordomo hizo lo que José le ordenó. Con los primeros rayos del sol, José permitió que sus hermanos se fueran con sus asnos. 4 Todavía no estaban muy lejos de la ciudad, cuando José le dijo a su mayordomo: —Ve a perseguir a esos hombres, y diles cuando los alcances: “¿Por qué han 5 pagado bien con mal? ¿Por qué han robado la copa de plata que mi amo usa para beber y para adivinar? ¡Han hecho muy mal!” 6
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Cuando el mayordomo los alcanzó, les repitió las mismas palabras, y ellos le contestaron: —¿Por qué nos habla usted de ese modo? ¡Jamás haríamos semejante cosa!8 Si regresamos desde Canaán a devolver el dinero que encontramos en la boca de nuestros costales, ¿cómo íbamos a robar plata ni oro de la casa de su amo?9 ¡Que muera cualquiera de estos servidores suyos al que se le encuentre la copa, y hasta nosotros seremos sus esclavos! 10
Entonces el mayordomo dijo:
—Se hará como ustedes dicen, pero sólo el que tenga la copa será mi esclavo; los demás quedarán libres de culpa. 11
Cada uno de ellos bajó rápidamente su costal hasta el suelo, y lo abrió. 12 El mayordomo buscó en cada costal, comenzando por el del hermano mayor hasta 13 el del hermano menor, y encontró la copa en el costal de Benjamín. Entonces ellos rasgaron su ropa en señal de dolor. Después cada uno echó la carga sobre 14 su asno, y regresaron a la ciudad. Cuando Judá y sus hermanos llegaron a la casa de José, todavía estaba él allí. Entonces se inclinaron delante de él hasta 15 tocar el suelo con la frente, mientras José les decía: —¿Qué es lo que han hecho? ¿No saben que un hombre como yo sabe adivinar? Judá contestó:
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—¿Qué podemos responderle a usted? ¿Cómo podemos probar nuestra inocencia? Dios nos ha encontrado en pecado. Aquí nos tiene usted; somos sus esclavos, junto con el que tenía la copa. 17
—Yo le ruego a usted, señor, que me permita decirle algo en secreto. Por favor, 19 no se enoje conmigo, pues usted es como si fuera el mismo faraón. Usted nos 20 preguntó si teníamos padre o algún otro hermano, y nosotros le contestamos que teníamos un padre anciano y un hermano todavía muy joven, que nació cuando nuestro padre ya era anciano. También le dijimos que nuestro padre lo quiere mucho, pues es el único hijo que le queda de la misma madre, porque su 21 otro hermano murió. Entonces usted nos pidió que lo trajéramos, porque 22 quería conocerlo. Nosotros le dijimos que el muchacho no podía dejar a su padre, porque si lo dejaba, su padre moriría. 23 Pero usted nos dijo que si él no venía con nosotros, no volvería a recibirnos. 24
»Cuando regresamos junto a mi padre, le contamos todo lo que usted nos dijo.
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Entonces nuestro padre nos ordenó: “Regresen a comprar un poco de trigo”; 26 pero nosotros le dijimos: “No podemos ir, a menos que nuestro hermano menor vaya con nosotros; porque si él no nos acompaña, no podremos ver a ese señor.” 27
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Y mi padre nos dijo: “Ustedes saben que mi esposa me dio dos hijos; uno de ellos se fue de mi lado, y desde entonces no lo he visto. Estoy seguro de que 29 un animal salvaje lo despedazó. Si se llevan también a mi otro hijo de mi lado, y le pasa algo malo, ustedes tendrán la culpa de que este viejo se muera de tristeza.” 30
»Así que la vida de mi padre está tan unida a la vida del muchacho que, si el muchacho no va con nosotros cuando yo regrese, 31 nuestro padre morirá al no verlo. Así nosotros tendremos la culpa de que nuestro anciano padre se muera 32 de tristeza. Yo le dije a mi padre que me haría responsable del muchacho, y también le dije: “Si no te lo devuelvo, seré el culpable delante de ti para toda la 33 vida.” Por eso yo le ruego a usted que me permita quedarme como su esclavo, 34 en lugar del muchacho. Deje usted que él se vaya con sus hermanos. Porque, ¿cómo voy a regresar junto a mi padre, si el muchacho no va conmigo? No quiero ver el mal que sufriría mi padre.
Pero José dijo:
—De ninguna manera. Sólo aquel que tenía la copa será mi esclavo. Los otros pueden regresar tranquilos a la casa de su padre. Nadie los molestará. Judá ruega por Benjamín. 18
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Entonces Judá se acercó a José y le dijo:
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Gn. 45.1-15. José se da a conocer a sus hermanos José ya no pudo contenerse delante de todos los que estaban a su servicio, y gritó: «¡Salgan todos de aquí!» Así que ninguno de sus siervos estaba allí con José cuando él se dio a conocer a sus hermanos.
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Entonces se puso a llorar tan fuerte que todos los egipcios lo supieron, y la noticia llegó hasta el palacio del faraón. 3José les dijo a sus hermanos: —Yo soy José. ¿Vive mi padre todavía? 4
Ellos estaban tan asustados de estar delante de él, que no podían contestarle.
ORDEN DEL FARAÓN
Pero José les dijo: —Por favor, acérquense a mí. Cuando ellos se acercaron, él les dijo: —Yo soy su hermano José, el que ustedes vendieron a Egipto; 5 pero, por favor, no se aflijan ni se enojen con ustedes mismos por haberme vendido, pues Dios me mandó antes que a ustedes para salvar vidas. 6 Ya van dos años de hambre en el país, y todavía durante cinco años más no se cosechará nada, aunque se siembre. 7 Pero Dios me envió antes que a ustedes para hacer que les queden descendientes sobre la tierra, y para salvarles la vida de una manera extraordinaria. 8 Así que fue Dios quien me mandó a este lugar, y no ustedes; él me ha puesto como consejero del faraón y amo de toda su casa, y como 9 gobernador de todo Egipto. Vayan pronto a donde está mi padre, y díganle: “Así dice tu hijo José: Dios me ha puesto como señor de todo Egipto. Ven a 10 verme. No tardes. Vivirás en la región de Gosen, junto con tus hijos y nietos, y con todos tus animales y todo lo que tienes. Así estarás cerca de mí. 11 Aquí les daré alimentos a ti y a tu familia, y a todos los que están contigo, para que no les falte nada; pues todavía habrá hambre durante cinco años más.” 12 Mi hermano 13 Benjamín y ustedes son testigos de que yo mismo he dicho esto. Cuéntenle a mi padre acerca de toda mi autoridad en Egipto, y de todo lo que han visto aquí. ¡Pronto, vayan a traer a mi padre! 14
José abrazó a su hermano Benjamín, y comenzó a llorar. También Benjamín lloró abrazado a José. 15 Luego José besó a todos sus hermanos, y lloró al abrazarlos. Después de esto, sus hermanos se atrevieron a hablarle.
La noticia de que los hermanos de José lo habían vendido llegó hasta la casa del faraón, éste agradó al faraón y a todos sus siervos; la euforia fue tal que el faraón dio la orden para que José mandara a buscar a toda su familia y bienes de Jacob. Gn.45.16-28. 16
Por el palacio del faraón corrió la noticia de que los hermanos de José habían 17 llegado, y el faraón se alegró junto con sus funcionarios. Y le dijo el faraón a 18 José: —Di a tus hermanos que carguen sus animales y regresen a Canaán, y que me traigan a su padre y a sus familias. Yo les daré lo mejor de la tierra de Egipto, y comerán de lo mejor que el país produce. 19 Ordénales que de aquí, de Egipto, lleven carretas para traer a sus mujeres y niños, y también al padre de 20 ustedes. Que vengan y que no se preocupen por lo que tienen ahora, porque lo mejor de todo Egipto será de ellos. 21
Los hijos de Israel lo hicieron así. José les dio las carretas que el faraón había 22 ordenado, y alimentos para el camino; también les dio ropa nueva para cambiarse, pero a Benjamín le dio trescientas monedas de plata y cinco mudas de ropa. 23 A su padre le mandó diez asnos cargados con lo mejor que había en Egipto, otros diez asnos cargados de trigo, y pan y comida para que su padre 24 comiera en el camino. Cuando José se despidió de sus hermanos, les dijo: —No vayan peleando por el camino. Ellos se fueron. 25 Salieron de Egipto y llegaron a Canaán, donde vivía su padre 26 Jacob. Cuando le contaron a Jacob que José vivía todavía, y que él era el que gobernaba en todo Egipto, no supo qué hacer o qué decir, pues no podía creer lo 27 que le estaban diciendo. Pero cuando ellos le contaron todo lo que José les había dicho, y cuando vio las carretas que José había mandado para llevarlo, se entusiasmó muchísimo. 28 Entonces dijo: «¡Me basta saber que mi hijo José vive todavía! Iré a verlo antes de morir.»
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Gn.46.1-32. Jacob en Egipto Israel se puso en camino con todo lo que tenía. Cuando llegó a Beerseba, 2 ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac. Esa noche Dios habló con Israel en una visión, llamándolo por su nombre, Jacob. Y él contestó: —Aquí estoy. 3
DIOS ALIENTA A ISRAEL Vimos que cuando los hijos de Israel le dieron las buenas noticias éste estaba escéptico, pero cuando vio la caravana egipcia lo creyó; Jacob, a pesar de su gran alegría porque iría a ver a su hijo José, sintió un gran temor de ir a Egipto, posiblemente vino a su memoria la profecía que Dios le había dicho a su padre Abraham en el pasado; lo más seguro fue que esa misma noche Dios se le apareció en sueños y lo animó para que no tuviera miedo de bajar hasta Egipto, y para fortalecerlo aún más le dio promesas esperanzadoras para su descendencia; y cuando él iba rumbo a la tierra de Gosén su alma estaba ansiosa por ver a su hijo amado, y le envió a avisarle con su hijo Judá para que viniera pronto a su encuentro.
—Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No tengas miedo de ir a Egipto, porque allí haré de tus descendientes una gran nación. 4 Iré contigo a Egipto, y yo mismo sacaré de allí a tus descendientes. Además, cuando mueras, José estará a tu lado. 5
Después Jacob se fue de Beerseba. Los hijos de Israel pusieron a su padre, y a los hijos y mujeres de ellos, en las carretas que el faraón había enviado para llevarlos. 6 Jacob y todos los suyos se fueron a Egipto, y se llevaron sus vacas y 7 ovejas y todo lo que habían llegado a tener en Canaán. Todos sus hijos, hijas, nietos y nietas, se fueron con él. 8
Éstos son los nombres de los israelitas que fueron a Egipto; es decir, Jacob y sus descendientes: Rubén, el hijo mayor de Jacob. 9 Los hijos de Rubén: Hanoc, Falú, Hesrón y Carmí. 10
Los hijos de Simeón: Jemuel, Jamín, Óhad, Jaquín, Sóhar y Saúl, que era hijo de una mujer cananea. 11
Los hijos de Leví: Guersón, Quehat y Merarí.
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Los hijos de Judá: Er, Onán, Selá, Fares y Zérah. (Er y Onán habían muerto en Canaán.) Los hijos de Fares fueron Hesrón y Hamul.
Gn.15.13-16;46.1-32. 13
Entonces Dios dijo:
Entonces el Señor le dijo:
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Los hijos de Isacar: Tolá, Puvá, Job y Simrón.
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Los hijos de Zabulón: Séred, Elón y Jahleel.
—Debes saber que tus descendientes vivirán en un país extranjero, y que allí serán esclavos, y que serán maltratados durante cuatrocientos años. 14 Pero yo también castigaré a la nación que va a hacerlos esclavos, y después tus descendientes saldrán libres y dueños de grandes riquezas. 15 Por lo que a ti toca, morirás en paz cuando ya seas muy anciano, y así te reunirás con tus antepasados. 16 Después de cuatro generaciones, tus descendientes regresarán a este lugar, porque todavía no ha llegado al colmo la maldad de los amorreos.
Éstos fueron los hijos que Lía le dio a Jacob cuando estaban en Padán-aram, además de su hija Dina. Todos sus descendientes fueron treinta y tres personas, contando hombres y mujeres.
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Los hijos de Gad: Sefón, Haguí, Esbón, Suní, Erí, Arodí y Arelí. Los hijos de Aser: Imná, Isvá, Isví, Beriá y la hermana de ellos, que se llamaba Sérah. Los hijos de Beriá fueron Héber y Malquiel. 18 Éstos fueron los hijos que Zilpá le dio a Jacob. Ella era la esclava que Labán le regaló a su hija Lía, y sus descendientes fueron dieciséis personas en total. 19
Los hijos de Raquel, la esposa de Jacob: José y Benjamín. 20 Los hijos que José tuvo con Asenat fueron Manasés y Efraín, que nacieron en Egipto. Asenat era hija de Potifera, sacerdote de On. 21 Los hijos de Benjamín fueron Bela, Béquer, 22 Asbel, Guerá, Naamán, Ehi, Ros, Mupim, Hupim y Ard. Éstos fueron los descendientes de Raquel y Jacob, catorce personas en total. 23
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El hijo de Dan: Husim. Los hijos de Neftalí: Jahseel, Guní, Jezer y Silem. Éstos fueron los hijos que Bilhá le dio a Jacob. Ella era la esclava que Labán le regaló a su hija Raquel, y sus descendientes fueron siete personas en total.
JOSÉ INFORMA AL FARAÓN
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Todas las personas que llegaron con Jacob a Egipto, y que eran de su misma sangre, fueron sesenta y seis, sin contar las esposas de sus hijos.27 Los hijos de José fueron dos, que nacieron en Egipto. Así que a Egipto llegaron setenta personas de la familia de Jacob. 28
Jacob envió antes a Judá a ver a José, para que viniera a recibirlo a la región de Gosen. Cuando llegaron a Gosen, 29 José ordenó que prepararan su carro para ir a recibir a su padre. Cuando se presentó delante de su padre, lo abrazó y estuvo llorando largo rato sobre su hombro. 30Entonces Israel le dijo a José: —Después de verte personalmente y encontrarte vivo todavía, ¡ya puedo morirme! 31
José les dijo a sus hermanos y a la familia de su padre:
—Voy a ver al faraón, para darle la noticia. Le diré que mis hermanos y los parientes de mi padre, que vivían en Canaán, han venido a quedarse conmigo; 32 y que han traído sus ovejas y vacas y todo lo que tenían, porque su trabajo es cuidar ovejas y criar ganado.
Después que José visitó a su padre y de haberse regocijado con él en la tierra de Gosén; descendió a la casa del faraón con una delegación de 5 hermanos para darle la noticia y a la vez presentarles juntamente su padre al monarca. Durante los cinco años siguientes el verano se intensificó y no hubo cosecha en Egipto, y las gentes de todo el país se les agotó el dinero y se vieron en la penosa necesidad de truecar por pan sus ganados, sus tierras y aceptar la imposición de un tributo. Gn.47.1-26. José fue a darle la noticia al faraón. Le dijo que su padre y sus hermanos habían llegado de Canaán, y que ya estaban en la región de Gosen con sus ovejas y vacas y todo lo que tenían. 2 Escogió a cinco de sus hermanos y se los 3 presentó al faraón, para que los conociera. Entonces el faraón preguntó a los hermanos de José: —¿A qué se dedican ustedes? Y ellos le contestaron:
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—Los servidores de Su Majestad somos pastores de ovejas, igual que nuestros 4 antepasados. Hemos venido para quedarnos en este país, porque hay mucha hambre en Canaán y no hay pasto para nuestras ovejas. Por favor, permita Su Majestad que nos quedemos a vivir en la región de Gosen.
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Los egipcios llevaron sus caballos, ovejas, vacas y asnos a José, y a cambio de 18 ellos José les dio trigo durante todo ese año. Pero pasó el año, y al año siguiente fueron a decirle a José:
—Tu padre y tus hermanos han venido a reunirse contigo. 6 La tierra de Egipto está a su disposición. Dales la región de Gosen, que es lo mejor del país, para que se queden a vivir allí. Y si sabes que entre ellos hay hombres capaces, ponlos a cargo de mi ganado.
—No podemos negarle a usted que ya no tenemos dinero; además, nuestros animales ya son suyos. Ya no tenemos otra cosa que darle, a no ser nuestras 19 tierras y nuestros propios cuerpos. Cómprenos usted a nosotros y a nuestras tierras, a cambio de trigo. Seremos esclavos del faraón y trabajaremos nuestras tierras para él, con tal de que usted nos dé semilla para que podamos vivir y para que la tierra no se eche a perder. ¿Por qué tiene usted que dejarnos morir, junto con nuestras tierras?
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Entonces el faraón le dijo a José:
José llevó también a su padre Jacob para presentárselo al faraón. Jacob 8 saludó con mucho respeto al faraón, y el faraón le preguntó: —¿Cuántos años tienes ya? 9
Y Jacob le contestó:
—Ya tengo ciento treinta años de ir de un lado a otro. Han sido pocos y malos años, pues todavía no he alcanzado a vivir lo que vivieron mis antepasados. 10
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Después Jacob se despidió del faraón y salió de allí. Y José les dio terrenos en la mejor región de Egipto, para que vivieran allí, tal como el faraón había ordenado. Así su padre y sus hermanos llegaron a tener terrenos en la región de Ramsés. 12 Además, José les daba alimentos a todos sus familiares, según las necesidades de cada familia.
Entonces José compró todas las tierras de Egipto para el faraón, pues los egipcios vendieron sus terrenos, obligados por el hambre. Así la tierra pasó a 21 poder del faraón, y los egipcios fueron hechos esclavos en todo el país de 22 Egipto. Los únicos terrenos que José no compró fueron los de los sacerdotes, porque el faraón les daba cierta cantidad de trigo; así que no tuvieron que vender sus terrenos, porque comían de lo que el faraón les daba. 23
Luego José dijo a la gente:
—Ahora ustedes y sus terrenos son del faraón, pues yo los he comprado para él. 24 Aquí tienen semilla para sembrar la tierra, pero deberán darle al faraón la quinta parte de las cosechas; las otras cuatro partes serán para que siembren la tierra y para que coman ustedes, sus hijos y todos los que viven con ustedes. 25
Y ellos contestaron:
—Usted es muy bondadoso con nosotros, pues nos ha salvado la vida. ¡Seremos esclavos del faraón!
Política agraria de José 13
En ninguna parte del país había trigo, y el hambre aumentaba más y más. 14 Tanto en Egipto como en Canaán la gente se moría de hambre. José recogió todo el dinero que los de Egipto y los de Canaán le habían pagado por el trigo 15 comprado, y lo guardó en el palacio del faraón. Cuando ya no había dinero ni en Egipto ni en Canaán, los egipcios fueron a decirle a José:
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Así José puso por ley que en toda la tierra de Egipto se diera al faraón la quinta parte de las cosechas. Esta ley todavía existe; pero los sacerdotes no tienen que pagar nada, porque sus tierras nunca llegaron a ser del faraón.
—¡Denos usted de comer! No es justo que nos deje morir de hambre, sólo porque ya no tenemos dinero. 16
Y José les contestó:
—Si ya no tienen dinero, traigan sus animales y se los cambiaré por trigo.
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Gn. 9.8-17. 8
ISRAEL JURAMENTA A JOSÉ En la antigüedad era costumbre hacer pactos juramentados, y para que esto fuera irrevocable e imborrable en la mente del juramentado, se hacían ciertos actos materiales, palpables y visibles: Menhiraaes, majanos y contactos físicos; por eso Jacob le ordenó a su hijo José que le colocara la mano debajo del muslo para que así este acuerdo quedara indeleble y sellado en la mente de su hijo. Esta clase de actos ceremoniales se pueden ver en los pactos de Dios con Noé; con Abraham; Abraham y Abimelec; Abraham y su criado; Jacob con Dios; Labán con Jacob, etc. Gn. 47.27-31
Dios también les dijo a Noé y a sus hijos: 9 «Miren, yo voy a establecer mi 10 alianza con ustedes y con sus descendientes, y con todos los animales que están con ustedes y que salieron de la barca: aves y animales domésticos y 11 salvajes, y con todos los animales del mundo. Mi alianza con ustedes no cambiará: no volveré a destruir a los hombres y animales con un diluvio. Ya no 12 volverá a haber otro diluvio que destruya la tierra. Ésta es la señal de la alianza que para siempre hago con ustedes y con todos los animales: 13 he puesto mi arco iris en las nubes, y servirá como señal de la alianza que hago con 14 la tierra. Cuando yo haga venir nubes sobre la tierra, mi arco iris aparecerá entre ellas. 15 Entonces me acordaré de la alianza que he hecho con ustedes y con todos los animales, y ya no volverá a haber ningún diluvio que los destruya. 16 Cuando el arco iris esté entre las nubes, yo lo veré y me acordaré de la alianza que he hecho para siempre con todo hombre y todo animal que hay en el mundo. 17 Ésta es la señal de la alianza que yo he establecido con todo hombre y animal aquí en la tierra.» Así habló Dios con Noé. Gn. 17.1-14. La circuncisión como señal de la alianza Cuando Abram tenía noventa y nueve años, el Señor se le apareció y le dijo: —Yo soy el Dios todopoderoso; vive una vida sin tacha delante de mí, 2 y yo haré una alianza contigo: haré que tengas muchísimos descendientes. 3
Entonces Abram se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, mientras Dios seguía diciéndole:
La última voluntad de Jacob 27
Los israelitas se quedaron a vivir en Egipto. Tomaron posesión de la región de 28 Gosen, y allí llegaron a ser muy numerosos. Jacob vivió diecisiete años en Egipto, y llegó a la edad de ciento cuarenta y siete años. 29
Un día Israel sintió que ya pronto iba a morir. Entonces mandó llamar a su hijo José para decirle: —Si de veras quieres hacerme un favor, pon tu mano debajo de mi muslo y 30 júrame que harás lo que te voy a pedir. ¡Por favor, no me entierres en Egipto! Cuando yo vaya a descansar junto con mis antepasados, sácame de Egipto y entiérrame en el sepulcro de ellos.
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—Ésta es la alianza que hago contigo: Tú serás el padre de muchas naciones, y ya no vas a llamarte Abram. Desde ahora te llamarás Abraham, porque te voy a hacer padre de muchas naciones. 6 Haré que tus descendientes sean muy 7 numerosos; de ti saldrán reyes y naciones. La alianza que hago contigo, y que haré con todos tus descendientes en el futuro, es que yo seré siempre tu Dios y el 8 Dios de ellos. A ti y a ellos les daré toda la tierra de Canaán, donde ahora vives, como su herencia para siempre; y yo seré su Dios. 9
Además, Dios le dijo a Abraham: 10
—Así lo haré —contestó José. 31
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—¡Júramelo! —insistió su padre.
José se lo juró, y entonces Israel se inclinó sobre la cabecera de su cama.
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—Pero tú, cumple con mi alianza tú y todos tus descendientes. Ésta es la alianza que hago con ustedes y que deberán cumplir también todos tus 11 descendientes: todos los hombres entre ustedes deberán ser circuncidados. Deberán cortarse ustedes la carne de su prepucio, y eso servirá como señal de
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la alianza que hay entre ustedes y yo. De hoy en adelante, todo varón entre ustedes deberá ser circuncidado a los ocho días de nacido, lo mismo el niño que 13 nazca en casa que el esclavo comprado por dinero a cualquier extranjero. Tanto el uno como el otro deberá ser circuncidado sin falta. Así mi alianza 14 quedará señalada en la carne de ustedes como una alianza para toda la vida. Pero el que no sea circuncidado deberá ser eliminado de entre ustedes, por no haber respetado mi alianza.
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Israel, su historia y su futuro 32
Una vez hecho el trato en Beerseba, Abimélec y Ficol regresaron al país de los filisteos. 33 Allí, en Beerseba, Abraham plantó un árbol, un tamarisco, e invocó 34 el nombre del Señor, el Dios eterno. Durante mucho tiempo, Abraham vivió en el país de los filisteos. Gn. 24.1-9 Abraham busca esposa para Isaac 2
Abraham era ya muy viejo, y el Señor lo había bendecido en todo. Un día llamó al más viejo de sus siervos, el que estaba a cargo de todo lo suyo, y le dijo:
Gn. 21.22-34 Abraham y Abimélec hacen un pacto 22
Más o menos por ese tiempo, Abimélec fue a hablar con Abraham. Lo acompañaba Ficol, el jefe de su ejército. Y Abimélec dijo a Abraham: 23
—Pon tu mano debajo de mi muslo, 3 y júrame por el Señor, el Dios del cielo y de la tierra, que no dejarás que mi hijo Isaac se case con una mujer de esta tierra 4 de Canaán, donde yo vivo, sino que irás a mi tierra y escogerás una esposa para él entre las mujeres de mi familia.
—Vemos que Dios te ayuda en todo lo que haces. Por lo tanto, júrame por Dios, en este mismo lugar, que no nos harás mal ni a mí ni a mis hijos ni a mis descendientes. Júrame que me tratarás con la misma bondad con que yo te he tratado, y que harás lo mismo con la gente de este país donde ahora vives.
—Pero si la mujer no quiere venir conmigo, ¿qué hago? ¿Debo entonces llevar a su hijo a la tierra de donde usted salió?
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—Te lo juro —contestó Abraham.
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El siervo le contestó:
Abraham le dijo:
—Hasta hoy no he sabido nada de este asunto, pues tú no me lo habías dicho. Yo no sé quién ha podido hacer eso.
—¡No, no lleves allá a mi hijo! 7 El Señor, el Dios del cielo, que me sacó de la casa de mi padre y de la tierra de mis parientes y me prometió dar esta tierra a mis descendientes, también enviará su ángel delante de ti para que traigas de 8 allá una esposa para mi hijo. Si la mujer no quiere venir contigo, quedarás libre de este compromiso, pero ¡de ninguna manera lleves allá a mi hijo!
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Pero Abraham le llamó la atención a Abimélec acerca de un pozo de agua que los siervos de éste le habían quitado. 26Y Abimélec le contestó:
Entonces Abraham tomó ovejas y vacas, y se las dio a Abimélec; y aquel 28 mismo día los dos hicieron un trato. Pero Abraham apartó siete ovejas de su 29 rebaño, por lo que Abimélec le preguntó:
Entonces el siervo puso la mano bajo el muslo de su amo Abraham, y le juró que haría lo que le había pedido. Gn. 28.16-22
—¿Para qué has apartado estas siete ovejas? 30
Y Abraham contestó:
—Para que estas siete ovejas que yo te entrego sirvan como prueba de que yo hice este pozo.
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Cuando Jacob despertó de su sueño, pensó: «En verdad el Señor está en este 17 lugar, y yo no lo sabía.» Tuvo mucho miedo, y pensó: «Este lugar es muy sagrado. Aquí está la casa de Dios; ¡es la puerta del cielo!» 18
Por esta razón ese lugar se llamó Beerseba, pues allí los dos hicieron un juramento.
Al día siguiente Jacob se levantó muy temprano, tomó la piedra que había usado como almohada, la puso de pie como un pilar, y la consagró derramando 19 aceite sobre ella. En ese lugar había antes una ciudad que se llamaba Luz, pero Jacob le cambió el nombre y le puso Betel.
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Allí Jacob hizo esta promesa: «Si Dios me acompaña y me cuida en este viaje que estoy haciendo, si me da qué comer y con qué vestirme, 21 y si regreso sano y 22 salvo a la casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios. Esta piedra que he puesto como pilar, será casa de Dios; y siempre te daré, oh Dios, la décima parte de todo lo que tú me des.» Gn.31.33-43. 33
Labán entró en la tienda de campaña de Jacob, luego en la de Lía y también en la de las dos esclavas, pero no encontró los ídolos. Cuando salió de la tienda de campaña de Lía y entró en la de Raquel, 34 ella tomó los ídolos, los puso dentro de la montura del camello, y se sentó sobre ellos. Labán estuvo buscando por toda la tienda, pero no los encontró. 35Entonces Raquel le dijo:
RECORDERI DE LAS PROMESAS
—Padre, no te enojes si no me levanto delante de ti, pero es que hoy tengo mi período de menstruación. Como Labán anduvo buscando los ídolos y no los encontró, 36 Jacob se enojó y le reclamó a Labán con estas palabras: —¿Qué falta cometí? ¿Cuál es mi pecado, que con tantas ansias me has 37 perseguido? Has registrado todas mis cosas, ¿y qué has encontrado de las cosas de tu casa? ¡Ponlo aquí, delante de tus parientes y de los míos, para que 38 ellos digan quién de los dos tiene la razón! Durante estos veinte años que trabajé contigo, nunca abortaron tus ovejas ni tus cabras; nunca me comí un 39 solo carnero de tus rebaños; nunca te traje los animales que las fieras mataban, sino que yo pagaba esa pérdida; si de día o de noche robaban 40 ganado, tú me lo cobrabas. De día me moría de calor; de noche me moría de 41 frío, ¡y hasta el sueño se me iba! Veinte años he estado en tu casa, y esto es lo que me tocó: por tus dos hijas trabajé catorce años a tu servicio; por tus 42 animales trabajé seis años; y continuamente me cambiabas mi salario. De no haber estado conmigo el Dios de Abraham, el Dios que adoraba mi padre Isaac, estoy seguro que me habrías mandado con las manos vacías. Pero Dios vio mi tristeza y el resultado de mi trabajo, y anoche te reprendió. Jacob y Labán hacen un pacto 43
Cuando Israel estaba muy anciano y al borde de la muerte, se reunieron alrededor todos sus hijos, él le recordó a su hijo José las promesas que Dios les había otorgado, también bendijo a sus 2 nietos: Efraín y Amanasés, a quienes les profetizó el retorno del pueblo de Israel a la tierra de Canaán; y a cada uno de sus hijos les dio su bendición profética, pronosticándoles cual sería el carácter y prosperidad en el porvenir de sus descendientes; en esos momentos Israel presintió que esos eran sus últimos minutos de su existencia y procedió a bendecir a cada uno de sus hijos y les hizo saber su último deseo: Que lo inhumaran en la tierra de Canaán en la cueva que está en el campo de Efrón el ateo. Gn.caps.48;
Entonces Labán le contestó a Jacob:
Jacob bendice a Efraín y a Manasés
—Las hijas son mis hijas; los nietos son mis nietos; las ovejas son mis ovejas; ¡todo lo que aquí ves es mío! Sin embargo, ¿qué les puedo hacer ahora a mis 44 hijas, o a los hijos que ellas han tenido? Por eso, ven; tú y yo vamos a hacer un pacto, que va a servir como testimonio entre nosotros dos.
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Poco tiempo después le dijeron a José que su padre estaba enfermo. Entonces José fue a verlo, y llevó a sus dos hijos, Manasés y Efraín. 2 Cuando dieron aviso a Jacob de que su hijo José había llegado a verlo, hizo un esfuerzo y se sentó en la cama. 3Y le dijo a José:
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—El Dios todopoderoso se me apareció en la ciudad de Luz, en la tierra de Canaán, y me bendijo 4 con estas palabras: “Mira, yo haré que tengas muchos hijos, y que tus descendientes lleguen a formar un conjunto de naciones. Además, a tu descendencia le daré esta tierra. Será de ellos para siempre.”5 Ahora bien, tus hijos Efraín y Manasés, que te nacieron aquí en Egipto antes de que yo viniera a reunirme contigo en este país, me pertenecen a mí. Ellos son 6 tan míos como lo son Rubén y Simeón. Los hijos que tengas después de ellos te pertenecerán a ti y, por ser hermanos de Efraín y Manasés, tendrán parte en su 7 herencia. Cuando yo regresaba de Padán-aram, se me murió tu madre Raquel en Canaán, poco antes de llegar a Efrata; y la enterré allí, en el camino de Efrata, que ahora es Belén. 8
De pronto Israel se fijó en los hijos de José, y preguntó:
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Israel, su historia y su futuro
Que lleguen a tener muchos hijos y sean grandes multitudes en el mundo.» 17
Pero a José le pareció mal que su padre pusiera la mano derecha sobre la cabeza de Efraín, así que tomó la mano de su padre para quitarla de la cabeza 18 de Efraín y ponerla sobre la de Manasés, mientras le decía: —¡No, padre, así no! Éste es el mayor. Pon tu mano derecha sobre su cabeza. 19
Pero su padre no quiso hacerlo, y contestó:
—¡Ya lo sé, hijo, ya lo sé! También él llegará a ser una nación muy importante. Sin embargo, su hermano menor será más importante que él, y sus descendientes llegarán a formar muchas naciones.
—Y éstos, ¿quiénes son?
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—El pueblo de Israel usará el nombre de ustedes para las bendiciones, y dirán: “Que Dios haga contigo como hizo con Efraín y Manasés.”
—Son los hijos que Dios me ha dado aquí en Egipto —contestó José.
Entonces su padre le dijo: —Por favor, acércalos más a mí, para que les dé mi bendición. 10
Israel era ya muy viejo y le fallaba la vista. No podía ver muy bien, así que 11 José acercó los niños a su padre, y él los besó y abrazó. Luego le dijo a José: —Ya no esperaba volver a verte y, sin embargo, Dios me ha dejado ver también a tus hijos. 12
José quitó a los niños de las rodillas de su padre, y se inclinó hasta tocar el suelo con la frente. 13 Luego tomó a los dos, a Efraín con la mano derecha y a Manasés con la izquierda, y los acercó a su padre. Así Efraín quedó a la izquierda de Israel y Manasés a su derecha. 14 Pero al extender Israel sus manos, las cruzó y puso la mano derecha sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y la mano izquierda sobre la cabeza de Manasés, aunque él era el mayor. 15 Entonces bendijo a José de esta manera: «Que el Dios a quien obedecieron Abraham e Isaac, mis padres, el Dios que me ha cuidado desde el día en que nací, 16 el ángel que me libra de todo mal, bendiga a estos muchachos. Que por medio de ellos se recuerde mi nombre y el nombre de mis padres, Abraham e Isaac.
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Ese mismo día Jacob los bendijo con estas palabras:
Así puso Israel a Efraín antes de Manasés. 21Luego le dijo a José: —Mira, yo voy a morir; pero Dios estará con ustedes y los hará regresar a la 22 tierra de sus antepasados. A ti te he dado más que a tus hermanos: te doy Siquem, que les quité a los amorreos luchando contra ellos. Gn. Cap. 49. Últimas palabras de Jacob Jacob llamó a sus hijos y les dijo: «Acérquense y les diré lo que les va a pasar en el futuro: 2
»Acérquense para oír, hijos de Jacob, escuchen a su padre Israel. 3 »Tú, Rubén, eres mi hijo mayor, mi fuerza y primer fruto de mi vigor, el primero en honor y en poder. 4 Pero ya no serás el primero, porque eres como un torrente incontenible: pues deshonraste mi cama al acostarte con mi concubina. 5 »Simeón y Leví son hermanos; sus armas son instrumentos de violencia.
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¡Jamás quiero estar presente en el lugar de sus reuniones! Pues cuando estaban enojados mataron gentes, y por puro capricho les rompieron las patas a los toros. 7 ¡Maldito, sí, maldito sea su enojo tan salvaje! ¡Yo los dispersaré por completo en todo el pueblo de Israel! 8 »Judá, tus hermanos te alabarán. Tomarás por el cuello a tus enemigos, y tus propios hermanos te harán reverencias. 9 ¡Tú, Judá, hijo mío! Eres como un cachorro de león cuando deja de devorar a su víctima: se agacha, se echa en el suelo, como si fuera un león grande. ¿Y quién se atreverá a molestarlo? 10 Nadie le quitará el poder a Judá ni el cetro que tiene en las manos, hasta que venga el dueño del cetro, a quien los pueblos obedecerán. 11 El que amarra su burrito a las viñas, el que lava toda su ropa con vino, ¡con el jugo de las uvas! 12 Sus ojos son más oscuros que el vino; sus dientes, más blancos que la leche. 13 »Zabulón vivirá a la orilla del mar, en donde habrá puertos para barcos. Sus fronteras llegarán hasta Sidón. 14 »Isacar es un animal de carga que descansa en sus establos. 15 Cuando vio que el país era bueno y agradable para descansar, dobló su espalda para llevar carga, y sin protestar se hizo esclavo. 16 »Dan gobernará a su propia gente como una de las tribus de Israel. 17 Dan será igual a una víbora que está junto al camino, que muerde los talones del caballo y hace caer al jinete. 18 »¡Oh, Señor, espero que me salves! 19 »A Gad lo atacará un ejército,
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pero después él lo perseguirá. »Aser tendrá abundancia de pan; dará comidas dignas de reyes. 21 »Neftalí es como una gacela que anda libre y que tiene hermosas crías. 22 »José es como una planta junto al agua, que produce mucho fruto y sus ramas trepan sobre el muro. 23 Los arqueros lo odian, le tiran flechas y siempre lo están molestando; 24 pero José tiene brazos fuertes y mantiene firme su arco; ¡gracias al Dios poderoso de Jacob!, ¡gracias al nombre del Pastor, el protector de Israel!, 25 ¡gracias al Dios de tu padre, que te ayudará; al Dios todopoderoso, que te bendecirá! ¡Con bendiciones del alto cielo! ¡Con las bendiciones del mar profundo! ¡Con bendiciones de los pechos y del vientre! 26 Tu padre te bendijo más de lo que mis padres me bendijeron. Hasta el fin de los montes eternos, estas bendiciones estarán sobre la cabeza de José, que fue escogido entre sus hermanos. 27 »Benjamín es un lobo feroz, que en la mañana se come a su víctima y en la tarde reparte las sobras.» 28 Éstas son las doce tribus de Israel, y esto es lo que su padre dijo a sus hijos al darle a cada uno su bendición. 20
Muerte de Jacob 29
Un día, Jacob dio esta orden a sus hijos: «Ya me falta poco para morir. Entiérrenme junto a mis antepasados en la cueva que está en el terreno de Efrón el hitita, 30 allá en la tierra de Canaán; es decir, la cueva que está en Macpelá, frente a Mamré, la que Abraham compró junto con el mismo terreno de Efrón, 31 para que fuera el sepulcro de la familia. Allí enterraron a Abraham y a su esposa Sara, a Isaac y a su esposa Rebeca, y allí también enterré a Lía.32 El terreno y la cueva que allí está fueron comprados a los hititas.» 33
Cuando Jacob terminó de dar estas instrucciones a sus hijos, volvió a acostarse y murió.
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Gn. Cap. 50. vrs.1-14. 2
Entonces José se abrazó al cuerpo de su padre, y llorando lo besó. Después ordenó a los médicos que estaban a su servicio que embalsamaran el cuerpo de 3 su padre Israel, y así lo hicieron. Tardaron cuarenta días en embalsamarlo, porque ése es el tiempo que se necesita para hacerlo. 4
Los egipcios guardaron luto por Israel durante setenta días, y después de los días de luto, José habló con los del palacio del faraón y les dijo: —Si me he ganado el aprecio de ustedes, háganme el favor de decirle al 5 faraón que cuando mi padre estaba por morir, me hizo jurarle que yo lo enterraría en el sepulcro que él mismo se preparó, y que está en la tierra de Canaán. Así que yo le ruego me permita ir a enterrar a mi padre; una vez que lo haya enterrado, regresaré. 6
Y el faraón contestó:
—Ve a enterrar a tu padre, tal como él te lo pidió. 7
José fue a enterrar a su padre, y lo acompañaron todos los funcionarios que 8 tenían autoridad en el palacio del faraón y en Egipto, la propia familia de Jacob, la de José, y sus hermanos. En la tierra de Gosen dejaron solamente a 9 los niños y los animales. También gente con carretas y de a caballo acompañó a José, así que era muchísima gente. 10 Cuando llegaron a Goren-ha-atad, que está al oriente del río Jordán, tuvieron una solemne ceremonia luctuosa. Allí José guardó luto por su padre durante siete días.
TEMOR DE LOS HERMANOS DE JOSÉ Como los hermanos de José en el pasado lo habían odiado a tal grado, que intentaron hasta quitarle la vida, y fuera de eso lo vendieron como esclavo para que se lo llevaran a otra nación lejos de sus padres; ahora al morir su padre y al encontrarse todos ellos en tierra ajena y siendo José muy pudiente en dicha tierra, es obvio que ahora sus hermanos sientan un temor por sus vidas y libertad, tanto de ellos como la de sus familiares, pero ellos sabían cómo él amaba a su padre, también se habían dado cuenta que él era de un alma noble y sensible; ellos aprovecharon de estas cualidades innatas de José y se imaginaron un relato que despertara estos sentimientos en su hermano, para asi implorar y conseguir el perdón de malas acciones cometidas en el pasado contra de él.
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Cuando los cananeos que vivían en esa región vieron la ceremonia, dijeron: «Los egipcios tienen un entierro muy solemne.» Por eso llamaron AbelMisraim a aquel lugar que está al oriente del Jordán. 12
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Los hijos de Jacob hicieron con su padre todo lo que él les había pedido, pues lo llevaron a Canaán y lo enterraron en la cueva del terreno de Macpelá, que Abraham le había comprado a Efrón el hitita para que fuera el sepulcro de la 14 familia. Este terreno y la cueva están al oriente de Mamré. Después de haber sepultado a su padre, José regresó a Egipto junto con sus hermanos y con todos los que lo habían acompañado.
Gn.50.22-26. Muerte de José 22
José y la familia de su padre siguieron viviendo en Egipto. José vivió ciento diez años, 23 y llegó a ver a los bisnietos de Efraín. También alcanzó a recibir como miembros de la familia a los hijos de su nieto Maquir, que era hijo de Manasés. 24
Un día José les dijo a sus hermanos: «Me falta poco para morir, pero Dios vendrá a ayudarlos, y los sacará de este país para llevarlos a la tierra que les prometió a Abraham, Isaac y Jacob.» 25 Entonces hizo que los hijos de Israel le juraran, y les dijo: «En verdad, Dios vendrá a ayudarlos. Cuando eso suceda, ustedes deben llevarse de aquí mis restos.» 26
José murió en Egipto a la edad de ciento diez años, y su cuerpo fue embalsamado y puesto en un ataúd.
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Ex. 2.1-10. Nacimiento de Moisés 2
Un hombre de la tribu de Leví se casó con una mujer de la misma tribu, la cual quedó embarazada y tuvo un hijo. Al ver ella que el niño era hermoso, lo 3 escondió durante tres meses; pero, no pudiendo tenerlo escondido por más tiempo, tomó un canastillo de junco, le tapó todas las rendijas con asfalto natural y brea, para que no le entrara agua, y luego puso al niño dentro del canastillo y lo dejó entre los juncos a la orilla del río Nilo; 4 además le dijo a una hermana del niño que se quedara a cierta distancia, y que estuviera al tanto de lo que pasara con él. 5
Más tarde, la hija del faraón bajó a bañarse al río y, mientras sus sirvientas se paseaban por la orilla, vio el canastillo entre los juncos. Entonces mandó a una de sus esclavas que se lo trajera. 6 Al abrir el canastillo y ver que allí dentro había un niño llorando, la hija del faraón sintió compasión de él y dijo:
NACIMIENTO DE MOISÉS
—Éste es un niño hebreo. 7
Cuando ya habían pasado más de 400 años de haber muerto José, Dios prepara el nacimiento del caudillo que utilizaría para la emancipación del pueblo israelita; ya que la tiranía y esclavitud a que le tenía sometido el imperio Egipcio estaba llegando a su fin, según el tiempo determinado por la profecía dicha por Dios a Abraham, pues hasta ese momento habían transcurrido más de 600 años de dicha profecía.
—¿Le parece a usted bien que llame a una nodriza hebrea, para que le dé el pecho a este niño? 8
—Ve por ella —contestó la hija del faraón.
Entonces la muchacha fue por la madre del niño, 9y la hija del faraón le dijo: —Toma a este niño y críamelo, y yo te pagaré por tu trabajo. La madre del niño se lo llevó y lo crió, 10 y ya grande se lo entregó a la hija del faraón, la cual lo adoptó como hijo suyo y lo llamó Moisés, pues dijo:
Gn.15.13-16. 13
Entonces la hermana del niño propuso a la hija del faraón:
Entonces el Señor le dijo:
—Yo lo saqué del agua.
—Debes saber que tus descendientes vivirán en un país extranjero, y que allí serán esclavos, y que serán maltratados durante cuatrocientos años. 14 Pero yo también castigaré a la nación que va a hacerlos esclavos, y después tus 15 descendientes saldrán libres y dueños de grandes riquezas. Por lo que a ti toca, morirás en paz cuando ya seas muy anciano, y así te reunirás con tus 16 antepasados. Después de cuatro generaciones, tus descendientes regresarán a este lugar, porque todavía no ha llegado al colmo la maldad de los amorreos.
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lados y, al no ver a nadie por allí, mató al egipcio y lo enterró en la arena. Al día siguiente volvió a salir, y vio que dos hebreos se estaban peleando. Entonces preguntó al que maltrataba al otro: —¿Por qué golpeas a uno de tu propia raza? 14
Y aquel hebreo le contestó:
—¿Y quién te ha puesto a ti como jefe y juez entre nosotros? ¿Acaso piensas matarme, como mataste al egipcio?
MOISÉS HUYE DE EGIPTO
Al oír esto, Moisés tuvo miedo, pues se dio cuenta de que ya se había descubierto la muerte del egipcio. 15 En efecto, en cuanto el faraón supo que Moisés había dado muerte a un egipcio, lo mandó buscar para matarlo; pero Moisés huyó y se fue a vivir a la región de Madián. Allí se sentó cerca de un pozo. 16
Moisés había sido criado en la corte y educado en las mejores instituciones del imperio; pero un día, siendo ya un adulto, sintió un gran deseo de visitar a sus hermanos y ver como estaban pasando; cuando él llegó y empezó a ver la dura servidumbre y el maltrato a que eran sometidos los hebreos, se le despertó el amor por sus hermanos y sintió un gran celo patriótico a tal grado, que cuando vio a un egipcio maltratar a uno de ellos subió en ira y, no pudiendo contenerse, le dio muerte y secretamente lo enterró; pero como el asunto fue descubierto ante el faraón, el cual vio a Moisés como una persona no grata, pensó que en un futuro inmediato este sería un peligro para la estabilidad del imperio; razón por la cual el faraón huye del país a tierra de Madian.
Reuel, sacerdote de Madián, tenía siete hijas. Aquel día, ellas habían ido al pozo a sacar agua para llenar los bebederos y dar de beber a las ovejas de su padre, 17 pero unos pastores vinieron y las echaron de allí. Entonces Moisés se levantó a defenderlas, y dio de beber a las ovejas. 18 Cuando ellas volvieron a donde estaba su padre, él les preguntó: —¿Cómo es que hoy regresaron tan pronto? 19
Y ellas contestaron:
—Un egipcio nos defendió de los pastores, luego sacó el agua por nosotras, y les dio de beber a las ovejas. 20
Entonces Reuel les dijo:
—¿Y dónde está ese hombre? ¿Por qué lo dejaron solo? ¡Vayan a llamarlo para que venga a comer! 21
Ex.2.11-22.
Y así Moisés aceptó quedarse a vivir en la casa de Reuel. Después Reuel le dio a su hija Séfora como esposa, 22 y ella tuvo un hijo al que Moisés llamó Guersón, porque dijo: «Soy un extranjero en tierra extraña.»
Moisés huye de Egipto
Hch.7.17-29. 17
Cuando Moisés era ya hombre, salió un día a visitar a sus hermanos de raza y se dio cuenta de que sus trabajos eran muy duros. De pronto vio que un egipcio 12 estaba golpeando a uno de sus hermanos hebreos. Entonces miró bien a todos
»Cuando ya se acercaba el tiempo en que había de cumplirse la promesa hecha por Dios a Abraham, el pueblo de Israel había crecido en Egipto y se había hecho numeroso; 18 y por entonces comenzó a gobernar en Egipto un
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rey que no había conocido a José. Este rey engañó a nuestro pueblo y maltrató a nuestros antepasados; los obligó a abandonar y dejar morir a sus 20 hijos recién nacidos. En aquel tiempo nació Moisés. Fue un niño extraordinariamente hermoso, y 21 sus padres lo criaron en su casa durante tres meses. Cuando tuvieron que abandonarlo, la hija del faraón lo recogió y lo crió como si fuera su propio hijo. 22 De esa manera Moisés fue instruido en la sabiduría de los egipcios, y fue un hombre poderoso en palabras y en hechos. 23
»A la edad de cuarenta años, Moisés decidió visitar a los israelitas, que eran 24 su propio pueblo. Pero al ver que un egipcio maltrataba a uno de ellos, Moisés salió en su defensa, y lo vengó matando al egipcio. 25 Y es que Moisés pensaba que sus hermanos los israelitas se darían cuenta de que por medio de él Dios 26 iba a libertarlos; pero ellos no se dieron cuenta. Al día siguiente, Moisés encontró a dos israelitas que se estaban peleando y, queriendo ponerlos en paz, 27 les dijo: “Ustedes son hermanos; ¿por qué se maltratan el uno al otro?” Entonces el que maltrataba a su compañero empujó a Moisés, y le dijo: 28 “¿Quién te ha puesto a ti como jefe y juez entre nosotros? ¿Acaso quieres 29 matarme, como mataste ayer al egipcio?” Al oír esto, Moisés huyó y se fue a la tierra de Madián. Allí vivió como extranjero, y tuvo dos hijos.
LLAMAMIENTO DE MOISÉS Después de muerto el rey de Egipto, el que buscó a Moisés para darle muerte, Dios escuchó el clamor de su pueblo y se acordó de su pacto con Abraham-Isaac y Jacob. Éx.2.23-25. 23
Con el correr del tiempo, el rey de Egipto murió. Los israelitas, sin embargo, seguían quejándose y lamentando su esclavitud. Entonces Dios escuchó sus 24 lamentos y atendió sus quejas, acordándose de la alianza que había hecho con Abraham, Isaac y Jacob. 25Los vio Dios, y se dio cuenta de su condición. Éx. 3.1-22. Dios llama a Moisés Moisés cuidaba las ovejas de su suegro Jetró, que era sacerdote de Madián, y un día las llevó a través del desierto y llegó hasta el monte de Dios, que se llama 2 Horeb. Allí el ángel del Señor se le apareció en una llama de fuego, en medio de una zarza. Moisés se fijó bien y se dio cuenta de que la zarza ardía con el fuego, pero no se consumía. 3 Entonces pensó: «¡Qué cosa tan extraña! Voy a ver por qué no se consume la zarza.»
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Cuando el Señor vio que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza:
—¡Moisés! ¡Moisés!
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Y Dios le contestó:
—YO SOY EL QUE SOY. Y dirás a los israelitas: “YO SOY me ha enviado a ustedes.”
—Aquí estoy —contestó Moisés. 15 5
—No te acerques. Y descálzate, porque el lugar donde estás es sagrado. 6
Además, Dios le dijo a Moisés:
Entonces Dios le dijo:
Y añadió:
—Yo soy el Dios de tus antepasados. Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. 7
Moisés se cubrió la cara, pues tuvo miedo de mirar a Dios, pero el Señor siguió diciendo: —Claramente he visto cómo sufre mi pueblo que está en Egipto. Los he oído quejarse por culpa de sus capataces, y sé muy bien lo que sufren. 8 Por eso he bajado, para salvarlos del poder de los egipcios; voy a sacarlos de ese país y a llevarlos a una tierra grande y buena, donde la leche y la miel corren como el agua. Es el país donde viven los cananeos, los hititas, los amorreos, los 9 ferezeos, los heveos y los jebuseos. Mira, he escuchado las quejas de los israelitas, y he visto también que los egipcios los maltratan mucho. 10 Por lo tanto, ponte en camino, que te voy a enviar ante el faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, a los israelitas. 11
Éx. 4.1-17.
Entonces Moisés le dijo a Dios:
—¿Y quién soy yo para presentarme ante el faraón y sacar de Egipto a los israelitas? 12
—Ellos no me creerán, ni tampoco me harán caso —contestó Moisés—. Al contrario, me dirán: “El Señor no se te ha aparecido.” 2
Y Dios le contestó:
—Yo estaré contigo, y ésta es la señal de que yo mismo te envío: cuando hayas sacado de Egipto a mi pueblo, todos ustedes me adorarán en este monte. 13
—Di también a los israelitas: “El Señor, el Dios de los antepasados de ustedes, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me ha enviado a ustedes.” Éste es mi nombre eterno; éste es mi nombre por todos los siglos. 16 Anda, reúne a los ancianos de Israel y diles: “El Señor, el Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo que ha puesto su 17 atención en ustedes, y que ha visto el trato que les dan en Egipto. También me dijo que los va a librar de los sufrimientos en Egipto, y que los va a llevar al país de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos; a una tierra donde la leche y la miel corren como el agua.” 18 Los ancianos te harán caso; entonces tú irás con ellos a ver al rey de Egipto, y le dirás: “El Señor, el Dios de los hebreos, ha salido a nuestro encuentro. Por lo tanto, déjanos ir al desierto, a una distancia de tres días de camino, a ofrecer sacrificios al Señor nuestro 19 Dios.” Sin embargo, yo sé muy bien que el rey de Egipto no los dejará salir, si no es por la fuerza. 20 Por lo tanto, yo mostraré mi poder y heriré de muerte a los egipcios con todas las cosas asombrosas que haré en su país; después de eso el faraón los dejará salir. 21 Además, yo haré que los israelitas se ganen la buena voluntad de los egipcios, de modo que cuando salgan no se vayan con las 22 manos vacías. Cada mujer pedirá a su vecina, o a cualquier otra mujer que viva con ella, que le dé objetos de plata y de oro, y vestidos, con los que ustedes vestirán a sus hijos e hijas, despojando así a los egipcios de todo lo que tengan.
Pero Moisés le respondió:
—El problema es que si yo voy y les digo a los israelitas: “El Dios de sus antepasados me ha enviado a ustedes”, ellos me van a preguntar: “¿Cómo se llama?” Y entonces, ¿qué les voy a decir?
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—¿Qué es lo que tienes en la mano? —preguntó el Señor.
—Un bastón —contestó Moisés. 3
—Arrójalo al suelo —ordenó el Señor.
Moisés lo arrojó al suelo y, en ese mismo instante, el bastón se convirtió en una serpiente. Moisés echó a correr para alejarse de ella, 4pero el Señor le dijo: —Extiende la mano y agárrala de la cola.
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Moisés extendió la mano y, al agarrarla, la serpiente se convirtió otra vez en bastón. 5
—Esto es para que crean que se te ha aparecido el Señor, Dios de tus 6 antepasados, Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob —dijo el Señor—. Y ahora, mete tu mano en el pecho. Moisés metió su mano en el pecho y, al sacarla, vio que estaba enferma de lepra y blanca como la nieve. 7Entonces Dios le dijo: —Vuelve a meter tu mano en el pecho. Moisés lo hizo así y, al sacar la mano de nuevo, ya estaba tan sana como todo su cuerpo. 8Luego el Señor le dijo: —Si con la primera señal no te creen ni te hacen caso, entonces te creerán con 9 la segunda; pero si no te creen ni te hacen caso con ninguna de estas dos señales, saca agua del río y derrámala sobre el suelo. En cuanto el agua que saques del río caiga al suelo, se convertirá en sangre.
PACTO DE DIOS CON ABRAHAM, ISAAC Y JACOB
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—¡Ay, Señor! —respondió Moisés—. Yo no tengo facilidad de palabra, y esto no es sólo de ayer ni de ahora que estás hablando con este siervo tuyo, sino de tiempo atrás. Siempre que hablo, se me traba la lengua. 11
Pero el Señor le contestó:
—¿Y quién le ha dado la boca al hombre? ¿Quién si no yo lo hace mudo, sordo, 12 ciego, o que pueda ver? Así que, anda, que yo estaré contigo cuando hables, y te enseñaré lo que debes decir. 13
Moisés insistió:
—¡Ay, Señor, por favor, envía a alguna otra persona! 14
Entonces el Señor se enojó con Moisés, y le dijo:
—¡Pues ahí está tu hermano Aarón, el levita! Yo sé que él habla muy bien. 15 Además él viene a tu encuentro, y se va a alegrar mucho de verte. Habla con él, y explícale todo lo que tiene que decir; yo, por mi parte, estaré con él 16 y contigo cuando hablen, y les daré instrucciones de lo que deben hacer. Tú le hablarás a Aarón como si fuera yo mismo, y Aarón a su vez le 17 comunicará al pueblo lo que le digas tú. Llévate este bastón, porque con él harás cosas asombrosas.
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El pacto que Dios hizo con Abraham, Isaac y Jacob, estaba basado en 3 promesa fundamentales e irrevocables, primero: hacer de ellos una descendencia numerosa; segundo, darles en posesión a su descendencia las tierras en que Abraham, Isaac y Jacob vivieran como extranjeros; tercero, bendecirá a través de ellos al pueblo de Israel y a la humanidad entera. Esta bendición consiste en que a través del pueblo de Dios (los israelitas) vendría Cristo, para redimir del pecado a toda la humanidad, y al final de los tiempos hacer que la maldición del pecado que recayó en toda la especie humana y afectó también a toda la naturaleza terrestre, sea destruida para siempre y recuperar así la felicidad eterna. Gn. 12.1-3. Un día el Señor le dijo a Abram: «Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu 2 padre, para ir a la tierra que yo te voy a mostrar. Con tus descendientes voy a formar una gran nación; voy a bendecirte y hacerte famoso, y serás una 3 bendición para otros. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; por medio de ti bendeciré a todas las familias del mundo.»
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Gn.13.14-18. 13
donde toda la gente era muy mala y cometía horribles pecados contra el Señor. 14
Después que Lot se fue, el Señor le dijo a Abram: «Desde el lugar donde estás, 15 mira bien al norte y al sur, al este y al oeste; yo te daré toda la tierra que ves, y para siempre será tuya y de tus descendientes. 16 Yo haré que ellos sean tantos como el polvo de la tierra. Así como no es posible contar los granitos de polvo, tampoco será posible contar tus descendientes.17 ¡Levántate, recorre esta tierra a lo largo y a lo ancho, porque yo te la voy a dar!» 18
Así pues, Abram levantó su campamento y se fue a vivir al bosque de encinas de un hombre llamado Mamré, cerca de la ciudad de Hebrón. Allí construyó un altar en honor del Señor. Gn. 22.15-18. 15
El ángel del Señor llamó a Abraham desde el cielo por segunda vez, 16y le dijo:
—El Señor ha dicho: “Puesto que has hecho esto y no me has negado a tu único 17 hijo, juro por mí mismo que te bendeciré mucho. Haré que tu descendencia sea tan numerosa como las estrellas del cielo y como la arena que hay a la orilla del mar. Además, ellos siempre vencerán a sus enemigos,18 y todas las naciones del mundo serán bendecidas por medio de ellos, porque me has obedecido.”
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Israel, su historia y su futuro 7
Entonces Isaac se quedó en Guerar, y cuando los que vivían en ese lugar le preguntaron en cuanto a Rebeca, Isaac tuvo miedo de decir que era su esposa y les dijo que era su hermana. Era tan hermosa Rebeca, que Isaac pensó que los hombres del lugar lo matarían por causa de ella. Gn. 28.10-15. Dios se aparece a Jacob en Betel 10
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Jacob salió de Beerseba y tomó el camino de Harán. Llegó a cierto lugar y allí se quedó a pasar la noche, porque el sol ya se había puesto. Tomó como almohada una de las piedras que había en el lugar, y se acostó a dormir. 12 Allí tuvo un sueño, en el que veía una escalera que estaba apoyada en la tierra y 13 llegaba hasta el cielo, y por la cual los ángeles de Dios subían y bajaban. También veía que el Señor estaba de pie junto a él, y que le decía: «Yo soy el Señor, el Dios de tu abuelo Abraham y de tu padre Isaac. A ti y a tus descendientes les daré la tierra en donde estás acostado. 14 Ellos llegarán a ser tantos como el polvo de la tierra, y se extenderán al norte y al sur, al este y al oeste, y todas las familias del mundo serán bendecidas por medio de ti y de 15 tus descendientes. Yo estoy contigo; voy a cuidarte por dondequiera que vayas, y te haré volver a esta tierra. No voy a abandonarte sin cumplir lo que te he prometido.»
Gn. 26.1-6. Isaac se va a Guerar En ese tiempo hubo una gran escasez de alimentos en toda aquella región, además de la que hubo cuando Abraham aún vivía. Por eso Isaac se fue a Guerar, donde vivía Abimélec, rey de los filisteos. 2 Allí el Señor se le apareció y le dijo: «No vayas a Egipto. Quédate donde yo te diga, 3 y por ahora sigue viviendo en este país. Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tus descendientes les voy a dar todas estas tierras. Así cumpliré la promesa que 4 le hice a tu padre Abraham. Haré que tus descendientes sean tantos como las estrellas del cielo, y les daré todas estas tierras. Además, todas las naciones de la tierra serán bendecidas por medio de tus descendientes, 5 porque Abraham me obedeció y cumplió mis órdenes, mis mandamientos, mis leyes y mis enseñanzas.»
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Israel, su historia y su futuro
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Israel, su historia y su futuro
del árbol que está en medio del jardín. Dios nos ha dicho que no debemos comer ni tocar el fruto de ese árbol, porque si lo hacemos, moriremos. 4
Pero la serpiente le dijo a la mujer:
—No es cierto. No morirán. 5 Dios sabe muy bien que cuando ustedes coman del fruto de ese árbol podrán saber lo que es bueno y lo que es malo, y que entonces serán como Dios. 6
SEREMOS LIBRES DE LA MALDICIÓN
La mujer vio que el fruto del árbol era hermoso, y le dieron ganas de comerlo y de llegar a tener entendimiento. Así que cortó uno de los frutos y se lo comió. Luego le dio a su esposo, y él también comió. 7 En ese momento se les abrieron los ojos, y los dos se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entonces cosieron hojas de higuera y se cubrieron con ellas. 8
Como ya dijimos, que toda la naturaleza y la raza humana, desde el momento en que Adán y Eva desobedecieron todo, quedó bajo maldición pero Dios de antemano tenía preparado a su hijo amado para derrotar esa maldición y traer la felicidad. Esta felicidad la empezaremos a disfrutar con la segunda venida de Cristo; con la resurrección y fundación del milenio; la segunda y última parte, cuando todos los redimidos pasaremos a un cielo y tierra nueva en los cuales no habrá límite de tiempo, allí estará (la nueva Jerusalén celestial), y viviremos ante la presencia de Dios y de Cristo por todos los siglos de los siglos.
El hombre y su mujer escucharon que Dios el Señor andaba por el jardín a la hora en que sopla el viento de la tarde, y corrieron a esconderse de él entre los 9 árboles del jardín. Pero Dios el Señor llamó al hombre y le preguntó: —¿Dónde estás? 10
El hombre contestó:
—Escuché que andabas por el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo; por eso me escondí. 11
Entonces Dios le preguntó:
—¿Y quién te ha dicho que estás desnudo? ¿Acaso has comido del fruto del árbol del que te dije que no comieras? 12
El hombre contestó:
—La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo comí.
Esto la vamos a ver con más claridad cuando estudiemos más adelante los temas del milenio y el fin del mundo.
—¿Por qué lo hiciste?
Gn.3.1-19
Y ella respondió:
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Entonces Dios el Señor le preguntó a la mujer:
—La serpiente me engañó, y por eso comí del fruto.
Adán y Eva desobedecen a Dios
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La serpiente era más astuta que todos los animales salvajes que Dios el Señor había creado, y le preguntó a la mujer:
Entonces Dios el Señor dijo a la serpiente:
—¿Así que Dios les ha dicho que no coman del fruto de ningún árbol del jardín? Y la mujer le contestó: —Podemos comer del fruto de cualquier árbol, 3 menos
—Por esto que has hecho, maldita serás entre todos los demás animales. De 15 hoy en adelante caminarás arrastrándote y comerás tierra. Haré que tú y la mujer sean enemigas, lo mismo que tu descendencia y su descendencia. Su descendencia te aplastará la cabeza, y tú le morderás el talón.
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Israel, su historia y su futuro 16
A la mujer le dijo:
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Israel, su historia y su futuro
Rom.8.18-27.
—Aumentaré tus dolores cuando tengas hijos, y con dolor los darás a luz. Pero tu deseo te llevará a tu marido, y él tendrá autoridad sobre ti.
La esperanza de la gloria 18
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Al hombre le dijo:
—Como le hiciste caso a tu mujer y comiste del fruto del árbol del que te dije que no comieras, ahora la tierra va a estar bajo maldición por tu culpa; con 18 duro trabajo la harás producir tu alimento durante toda tu vida. La tierra te 19 dará espinos y cardos, y tendrás que comer plantas silvestres. Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste formado, pues tierra eres y en tierra te convertirás. Gn. 4.10-12. 4
. También Abel llevó al Señor las primeras y mejores crías de sus ovejas. El Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda, 5 pero no miró así a Caín ni a su 6 ofrenda, por lo que Caín se enojó muchísimo y puso muy mala cara. Entonces 7 el Señor le dijo: «¿Por qué te enojas y pones tan mala cara? Si hicieras lo bueno, podrías levantar la cara; pero como no lo haces, el pecado está esperando el momento de dominarte. Sin embargo, tú puedes dominarlo a él.» 8
Un día, Caín invitó a su hermano Abel a dar un paseo, y cuando los dos estaban ya en el campo, Caín atacó a su hermano Abel y lo mató. 9 Entonces el Señor le preguntó a Caín:
Considero que los sufrimientos del tiempo presente no son nada si los 19 comparamos con la gloria que habremos de ver después. La creación espera con gran impaciencia el momento en que se manifieste claramente que somos 20 hijos de Dios. Porque la creación perdió su verdadera finalidad, no por su propia voluntad, sino porque Dios así lo había dispuesto; pero le quedaba 21 siempre la esperanza de ser liberada de la esclavitud y la destrucción, para alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. 22 Sabemos que hasta ahora 23 la creación entera se queja y sufre como una mujer con dolores de parto. Y no sólo ella sufre, sino también nosotros, que ya tenemos el Espíritu como anticipo de lo que vamos a recibir. Sufrimos profundamente, esperando el momento de ser adoptados como hijos de Dios, con lo cual serán liberados nuestros cuerpos. 24 Con esa esperanza hemos sido salvados. Sólo que esperar lo que ya se está viendo no es esperanza, pues, ¿quién espera lo que ya está viendo?25 Pero si lo que esperamos es algo que todavía no vemos, tenemos que esperarlo sufriendo con firmeza. 26
De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Porque no sabemos orar como es debido, pero el Espíritu mismo ruega a Dios por nosotros, con gemidos que no pueden expresarse con palabras. 27 Y Dios, que examina los corazones, sabe qué es lo que el Espíritu quiere decir, porque el Espíritu ruega, conforme a la voluntad de Dios, por los del pueblo santo. 2 de Cor. 5.1-10.
—¿Dónde está tu hermano Abel? Y Caín contestó: —No lo sé. ¿Acaso es mi obligación cuidar de él? 10
El Señor le dijo:
—¿Por qué has hecho esto? La sangre de tu hermano, que has derramado en la tierra, me pide a gritos que yo haga justicia. 11 Por eso, quedarás maldito y expulsado de la tierra que se ha bebido la sangre de tu hermano, a quien tú mataste. 12 Aunque trabajes la tierra, no volverá a darte sus frutos. Andarás vagando por el mundo, sin poder descansar jamás.
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Nosotros somos como una casa terrenal, como una tienda de campaña no permanente; pero sabemos que si esta tienda se destruye, Dios nos tiene preparada en el cielo una casa eterna, que no ha sido hecha por manos humanas. 2 Por eso suspiramos mientras vivimos en esta casa actual, pues 3 quisiéramos mudarnos ya a nuestra casa celestial; así, aunque seamos 4 despojados de este vestido, no quedaremos desnudos. Mientras vivimos en esta tienda suspiramos afligidos, pues no quisiéramos ser despojados, sino más bien 5 ser revestidos de tal modo que lo mortal quede absorbido por la nueva vida. Y Dios es quien nos ha impulsado a esto, pues nos ha dado el Espíritu Santo como garantía de lo que hemos de recibir. 6
Por eso tenemos siempre confianza. Sabemos que mientras vivamos en este cuerpo estaremos como en el destierro, lejos del Señor. 7 Ahora no podemos 8 verlo, sino que vivimos sostenidos por la fe; pero tenemos confianza, y quisiéramos más bien desterrarnos de este cuerpo para ir a vivir con el Señor.9 Por eso procuramos agradar siempre al Señor, ya sea que sigamos viviendo
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Israel, su historia y su futuro 10
aquí o que tengamos que irnos. Porque todos tenemos que presentarnos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo que le corresponda, según lo bueno o lo malo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo. Fil.3.17-21.
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cielo. Los cuerpos de la tierra son como aquel hombre hecho de tierra; y los del cielo son como aquel que es del cielo. 49 Así como nos parecemos al hombre 50 hecho de tierra, así también nos pareceremos a aquel que es del cielo. Quiero decirles, hermanos, que lo puramente material no puede tener parte en el reino de Dios, y que lo corruptible no puede tener parte en lo incorruptible. 51
Somos ciudadanos del cielo 17
Hermanos, sigan mi ejemplo y fíjense también en los que viven según el 18 ejemplo que nosotros les hemos dado a ustedes. Ya les he dicho muchas veces, y ahora se lo repito con lágrimas, que hay muchos que están viviendo como 19 enemigos de la cruz de Cristo, y su fin es la perdición. Su dios son sus propios apetitos, y sienten orgullo de lo que debería darles vergüenza. Sólo piensan en las cosas de este mundo. 20 En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, y 21 estamos esperando que del cielo venga el Salvador, el Señor Jesucristo, que cambiará nuestro cuerpo miserable para que sea como su propio cuerpo glorioso. Y lo hará por medio del poder que tiene para dominar todas las cosas.
Pero quiero que conozcan el designio secreto de Dios: No todos moriremos, 52 pero todos seremos transformados en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, cuando suene el último toque de trompeta. Porque sonará la trompeta, y los muertos serán resucitados para no volver a morir. Y nosotros seremos transformados. 53 Pues nuestra naturaleza corruptible se revestirá de lo 54 incorruptible, y nuestro cuerpo mortal se revestirá de inmortalidad. Y cuando nuestra naturaleza corruptible se haya revestido de lo incorruptible, y cuando nuestro cuerpo mortal se haya revestido de inmortalidad, se cumplirá lo que 55 dice la Escritura: «La muerte ha sido devorada por la victoria. ¿Dónde está, 56 oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?» El aguijón de la 57 muerte es el pecado, y el pecado ejerce su poder por la ley. ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!
1 de Cor. 15.35-58 58
Por lo tanto, mis queridos hermanos, sigan firmes y constantes, trabajando siempre más y más en la obra del Señor; porque ustedes saben que no es en vano el trabajo que hacen en unión con el Señor.
Cómo resucitarán los muertos 35
Tal vez alguno preguntará: «¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Qué clase de 36 cuerpo tendrán?» ¡Vaya pregunta tonta! Cuando se siembra, la semilla tiene que morir para que tome vida la planta. 37 Lo que se siembra no es la planta que 38 ha de brotar, sino el simple grano, sea de trigo o de otra cosa. Después Dios le da la forma que él quiere, y a cada semilla le da el cuerpo que le corresponde. 39 No todos los cuerpos son iguales; uno es el cuerpo del hombre, otro el de los 40 animales, otro el de las aves y otro el de los peces. Del mismo modo, hay cuerpos celestes y cuerpos terrestres; pero una es la hermosura de los cuerpos 41 celestes y otra la hermosura de los cuerpos terrestres. El brillo del sol es diferente del brillo de la luna y del brillo de las estrellas; y aun entre las estrellas, el brillo de una es diferente del de otra. 42
Lo mismo pasa con la resurrección de los muertos. Lo que se entierra es 43 corruptible; lo que resucita es incorruptible. Lo que se entierra es despreciable; lo que resucita es glorioso. Lo que se entierra es débil; lo que 44 resucita es fuerte. Lo que se entierra es un cuerpo material; lo que resucita es un cuerpo espiritual. Si hay cuerpo material, también hay cuerpo espiritual. 45
Así dice la Escritura: «El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser 46 viviente»; pero el último Adán se convirtió en espíritu que da vida. Sin embargo, lo espiritual no es primero, sino lo material; después lo espiritual.47 El primer hombre, hecho de tierra, era de la tierra; el segundo hombre es del
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Israel, su historia y su futuro
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Israel, su historia y su futuro
—Cuando llegues a Egipto, pon toda tu atención en hacer ante el faraón las maravillas que te he dado el poder de realizar. Yo, por mi parte, voy a hacer que 22 él se ponga terco y que no deje salir a los israelitas. Entonces le dirás al 23 faraón: “Así dice el Señor: Israel es mi hijo mayor. Ya te he dicho que dejes salir a mi hijo, para que vaya a adorarme; pero como no has querido dejarlo salir, yo voy a matar a tu hijo mayor.” 24
Durante el camino, en el lugar donde Moisés y su familia iban a pasar la noche, el Señor salió al encuentro de Moisés y quiso matarlo. 25 Entonces Séfora tomó un cuchillo de piedra y le cortó el prepucio a su hijo; luego, tocando con el prepucio del niño los pies de Moisés, le dijo: «En verdad, tú eres para mí un esposo de sangre.» 26
REGRESO DE MOISÉS A EGIPTO
Entonces el Señor dejó ir a Moisés. Y Séfora dijo que Moisés era un esposo de sangre debido a la circuncisión. 27
Después de habérsele aparecido Dios a Moisés en la zarza, y de haberle dado la misión de sacar a su pueblo del yugo de la esclavitud del imperio egipcio; Moisés le comunicó todo esto a su suegro Jetro y partió con su mujer y sus hijos hacia Egipto.
Mientras tanto, el Señor le había dicho a Aarón: «Ve al desierto a encontrarte con Moisés.» Y Aarón fue y encontró a Moisés en el monte de Dios. Allí lo 28 saludó con un beso. Entonces Moisés le contó a Aarón todas las cosas que el Señor le había ordenado decir, y también las grandes maravillas que le mandaba hacer. 29 Luego fueron los dos a reunir a los ancianos de Israel, 30 y Aarón les contó todo lo que el Señor había dicho a Moisés, haciendo además ante la gente las maravillas que Dios le había ordenado hacer. 31
La gente quedó convencida. Y al saber que el Señor había puesto su atención en ellos y que había visto cómo sufrían, se inclinaron en actitud de adoración.
Ex.4.18-31. Moisés regresa a Egipto 18
Moisés volvió a casa de su suegro Jetró, y le dijo:
—Tengo que regresar a Egipto, donde están mis hermanos de raza. Quiero ver si todavía viven. —Anda, que te vaya bien —contestó Jetró. 19
Cuando Moisés estaba aún en la región de Madián, el Señor le dijo:
—Regresa a Egipto, porque ya han muerto todos los que querían matarte. 20
Moisés tomó entonces a su esposa y a su hijo, los montó en un asno y 21 regresó a Egipto. En la mano llevaba el bastón de Dios. Después el Señor le dijo a Moisés:
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Pero el faraón contestó:
—¿Y quién es “el Señor”, para que yo le obedezca y deje ir a los israelitas? Ni conozco al Señor, ni tampoco voy a dejar ir a los israelitas. 3
Entonces ellos dijeron:
—El Dios de los hebreos ha venido a nuestro encuentro; así que vamos a ir al desierto, a una distancia de tres días de camino, para ofrecer sacrificios al Señor nuestro Dios, no sea que nos haga morir por una peste o a filo de espada. 4
Pero el rey de Egipto les dijo:
—Moisés y Aarón, ¿por qué distraen a la gente de su trabajo? ¡Vayan a seguir trabajando! 5
MOISÉS Y AARON ANTE EL MONARCA EGIPCIO
—Ahora que hay tantos israelitas en el país, ¿van ustedes a hacer que dejen de trabajar? 6
Moisés y Aarón le comunicaron al monarca, que Dios les ordenaba dejara ir a su pueblo a celebrarle una fiesta en el desierto, a lo cual él replicó que no conocía a ese Dios para que le obedeciera, además pensaba que esto era una argucia para poderse escapar del país y se opone a esa idea de una forma muy tenaz; razón por la cual, después de esto la situación del pueblo hebreo empeoró, y los jefes del pueblo se quejaron contra Moisés y Aarón de ser los responsables de esta nueva opresión contra ellos.
También les dijo el faraón:
Ese mismo día el faraón ordenó a los capataces y jefes de grupo:
7
—Ya no les den paja a los israelitas para que hagan adobes, como se ha estado 8 haciendo; ¡que vayan ellos mismos a recoger la paja! Pero exíjanles la misma cantidad de adobes que han hecho hasta ahora. ¡Ni un solo adobe menos! Son unos holgazanes, y por eso gritan: “¡Vayamos a ofrecer sacrificios a nuestro 9 Dios!” Hagan trabajar más duro a esa gente; manténganlos ocupados, para que no hagan caso de mentiras. 10
Los capataces y jefes de grupo salieron y fueron a decir a la gente:
—El faraón ha dado órdenes de que ya no se les dé paja. 11 Ahora ustedes mismos tendrán que ir a recogerla en donde la encuentren. Pero no por eso se les va a rebajar la cantidad de adobes que tienen fijada.
Ex. 5.1-21. 12
Después de esto, Moisés y Aarón fueron a decirle al faraón:
Los israelitas se dispersaron por todo Egipto, en busca de rastrojo, para 13-14 usarlo como paja. Todos los días los capataces del faraón les exigían la misma cantidad de adobes que hacían cuando se les daba paja, y además golpeaban a los jefes de grupo israelitas, y les decían:
—Así ha dicho el Señor, el Dios de Israel: “Deja ir a mi pueblo al desierto, para que haga allí una fiesta en mi honor.”
—¿Cómo es que ni ayer ni hoy completaron ustedes la misma cantidad de adobes que antes hacían?
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Moisés y Aarón hablan con el faraón
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Israel, su historia y su futuro
Los jefes de grupo israelitas fueron a quejarse ante el faraón, y le dijeron: 16
—¿Por qué trata así Su Majestad a estos siervos suyos? Ya no se nos da paja y, sin embargo, se nos exige que hagamos adobes, y además se nos golpea. ¡La culpa es de la gente de Su Majestad! 17
Pero el faraón contestó:
—¡Ustedes no son otra cosa que unos holgazanes! Por eso andan diciendo: “Vayamos a ofrecer sacrificios al Señor.” 18 ¡Váyanse a trabajar! Y aunque no se les dará ya paja, aun así tendrán que entregar la misma cantidad de adobes. 19
Los jefes de grupo israelitas se vieron en aprietos cuando se les dijo que no 20 debían reducir la producción diaria de adobes. Al salir de su entrevista con el faraón, se encontraron con Moisés y Aarón, que los estaban esperando, 21y les dijeron: —Que el Señor mire lo que ustedes han hecho y los castigue. Porque ustedes tienen la culpa de que el faraón y sus funcionarios nos miren mal. Ustedes mismos les han puesto la espada en la mano para que nos maten.
SEGUNDA COMISIÓN ANTE EL FARAÓN Cuando Moisés vio lo que estaba ocurriendo con el pueblo, fue a consultar a Dios el por qué de esas cosas, a lo que Dios le responde: que su mano se va a agravar contra el faraón, entonces él los echará de su tierra; además Dios le ordenó a Moisés que fuera nuevamente y le dijera al rey de Egipto que deje ir de su territorio a los hijos de Israel. Ex.5.22,23. La oración de Moisés 22
Entonces Moisés dijo al Señor en oración: 23
—Señor, ¿por qué tratas mal a este pueblo? ¿Para qué me enviaste? Desde que vine a hablar con el faraón en tu nombre, él ha maltratado aún más a tu pueblo, y tú no has hecho nada para salvarlo. Ex. 6.1-13. Y el Señor le contestó: —Ahora verás lo que voy a hacer con el faraón, porque sólo por la fuerza los dejará salir de su país; es más, él mismo les dirá que se vayan.
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El Señor hizo que los egipcios fueran muy amables con los israelitas. Además, los funcionarios del faraón consideraban a Moisés como un hombre extraordinario, y lo mismo pensaban todos en Egipto.
Dios vuelve a llamar a Moisés: 2
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Israel, su historia y su futuro
Dios se dirigió a Moisés y le dijo: 3
—Yo soy EL SEÑOR. Me manifesté a Abraham, Isaac y Jacob con el nombre de Dios todopoderoso, pero no me di a conocer a ellos con mi verdadero nombre: EL SEÑOR. 4 Hice además una alianza con ellos, y me comprometí a darles la tierra de Canaán, o sea la región en la que vivieron como extranjeros por algún 5 tiempo. Y ahora que he sabido que los israelitas sufren, y que los egipcios los obligan a trabajar, me he acordado de mi alianza. 6 Por lo tanto, ve a decir a los israelitas que yo, el Señor, voy a librarlos de su esclavitud y de los duros trabajos a que han sido sometidos por los egipcios. Desplegaré mi poder y los salvaré con grandes actos de justicia; 7 los tomaré a ustedes como pueblo mío, y yo seré su Dios. Así sabrán que yo soy el Señor su Dios, que los libró de los 8 duros trabajos a que habían sido sometidos por los egipcios. Los llevaré al país que prometí dar a Abraham, Isaac y Jacob, y que les daré a ustedes en propiedad. Yo soy el Señor. 9
Moisés les repitió esto a los israelitas, pero ellos no le hicieron caso, pues estaban muy desanimados por lo duro de su esclavitud. 10 Entonces el Señor le dijo a Moisés:
4
Moisés dijo al faraón:
—Así ha dicho el Señor: “A la medianoche pasaré por todo Egipto, 5 y morirá el hijo mayor de cada familia egipcia, desde el hijo mayor del faraón que ocupa el trono, hasta el hijo mayor de la esclava que trabaja en el molino. También 6 morirán todas las primeras crías de los animales. En todo Egipto habrá gritos de dolor, como nunca los ha habido ni los volverá a haber.” 7 Y para que sepan ustedes que el Señor hace diferencia entre egipcios e israelitas, ni siquiera le ladrarán los perros a ningún hombre o animal de los israelitas. 8 Entonces vendrán a verme todos estos funcionarios tuyos, y de rodillas me pedirán: “Váyanse, tú y toda la gente que te sigue.” Antes de eso, no me iré. 9
Y muy enojado, Moisés salió de la presencia del faraón. Después, el Señor le dijo a Moisés: —El faraón no les va a hacer caso a ustedes, y así serán más las maravillas que yo haré en Egipto. 10
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—Ve a decirle al faraón que deje salir de Egipto a los israelitas.
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Moisés y Aarón hicieron todas estas maravillas delante del faraón, pero como el Señor lo había hecho ponerse terco, el faraón no dejó salir de Egipto a los israelitas.
Pero Moisés le contestó al Señor:
—Ni siquiera los israelitas me hacen caso; ¿y cómo me va a hacer caso el faraón, si yo soy tan torpe para hablar? 13
Entonces el Señor mandó a Moisés y Aarón que dijeran a los israelitas y al faraón, que tenían órdenes precisas de sacar de Egipto a los israelitas. Ex. 11.1-10. Anuncio de la muerte de los hijos mayores El Señor le dijo a Moisés: —Todavía voy a traer otra plaga sobre el faraón y los egipcios. Después de esto, el faraón no sólo va a dejar que ustedes salgan, sino que él mismo los va a echar de aquí. 2 Pero ahora diles a los israelitas, hombres y mujeres, que pidan a sus vecinos y vecinas objetos de oro y plata.
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Pero los magos egipcios hicieron lo mismo por medio de sus artes mágicas, así que el faraón se puso terco y no les hizo caso a Moisés y Aarón, tal como el 23 Señor lo había dicho. El faraón regresó a su palacio sin darle importancia a 24 este asunto, y todos los egipcios tuvieron que hacer pozos en las orillas del río para sacar agua limpia, pues el agua del río no se podía beber.
DIOS SE DA A CONOCER AL FARAÓN Como el corazón del faraón se había endurecido por la incredulidad y además se había ufanado por causa del cargo que estaba ejerciendo, ahora el poder de Dios va a arreciar contra el rey a través de 9 plagas, para así hacer doblegar su incredulidad y su soberbia.
Ex. cap. 8. 1 (7.26)
el Señor le dijo a Moisés:
—Ve a ver al faraón, y dile: “Así dice el Señor: Deja ir a mi pueblo, para que me 2 (7.27) 3 (7.28) adore. Porque si tú no lo dejas ir, yo castigaré con ranas a todo tu país. El río hervirá de ranas, las cuales saldrán y se meterán en tu palacio, en el lugar donde duermes, sobre tu cama, en las casas de tus funcionarios y de tu 4 (7.29) gente, en tus hornos y en donde amasan tu pan. Las ranas saltarán sobre ti, sobre tus funcionarios y sobre toda tu gente.” 5 (1)
El Señor le dijo a Moisés:
Ex.7.14-24; La plaga de sangre
—Dile a Aarón que extienda su bastón sobre los ríos, arroyos y lagunas, para que de allí salgan ranas y llenen el país de Egipto.
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Después el Señor le dijo a Moisés:
—El faraón se ha puesto terco y no quiere dejar salir a los israelitas. 15 Pero mañana temprano irás a verlo, cuando él baje al río. Espéralo en la orilla, y lleva contigo el bastón que se convirtió en serpiente. 16Allí le dirás: “El Señor, el Dios de los hebreos, me ha enviado a decirte: Deja ir a mi pueblo, para que me adore en el desierto. Pero hasta ahora no has hecho caso. 17 Por lo tanto, el Señor ha dicho: Ahora vas a saber que yo soy el Señor. Cuando yo golpee el agua del río con este bastón que tengo en la mano, el agua se convertirá en sangre. 18 Los peces morirán, y el río apestará tanto que los egipcios tendrán 19 asco de beber de esa agua. Además, el Señor le dijo a Moisés: —Dile a Aarón que tome su bastón y que extienda su brazo sobre los ríos, arroyos, lagunas y depósitos de agua de Egipto; sobre todo lo que tenga agua, para que se convierta en sangre. ¡Así habrá sangre hasta en los recipientes de madera y de piedra! 20
Aarón lo extendió sobre las aguas de Egipto, y todo el país se llenó de las 7 (3) ranas que salieron de allí. Sin embargo, los magos hicieron lo mismo por medio de sus artes mágicas, y también trajeron ranas sobre el 8 territorio egipcio. (4)
Entonces el faraón mandó llamar a Moisés y Aarón, y les dijo:
—Pídanle al Señor que nos quite las ranas a mí y a mi gente, y dejaré que tu gente vaya a ofrecer sacrificios al Señor. 9 (5)
Moisés le contestó al faraón:
—Dime cuándo quieres que yo le pida por ti, por tus funcionarios y por tu gente, para que las ranas se alejen de ti y de tu palacio, y se queden sólo en el río. 10 (6)
—Mañana mismo —dijo el faraón.
Y Moisés contestó:
Moisés y Aarón hicieron lo que el Señor les había ordenado. Aarón levantó su bastón y golpeó el agua del río a la vista del faraón y de sus funcionarios, y 21 toda el agua se convirtió en sangre. Los peces murieron, y el río mismo apestaba tanto que los egipcios no podían beber agua de él. ¡Había sangre por todo Egipto!
Las ranas se irán de tu palacio y se quedarán solamente en el río. Ya no te molestarán ni a ti, ni a tus funcionarios, ni a tu gente.
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—Así se hará, para que sepas que no hay nadie como el Señor nuestro Dios.
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Moisés y Aarón salieron del palacio del faraón. Después Moisés pidió al Señor que alejara las ranas que había enviado sobre el faraón. 13 (9) El Señor hizo lo que Moisés le pedía, y murieron las ranas que había en casas, patios y campos. 14 (10) La gente recogía las ranas muertas y las amontonaba, y por todas 15 (11) partes olía mal. Sin embargo, en cuanto el faraón se vio libre de su problema, se puso terco y no les hizo caso a Moisés y Aarón, tal como el Señor lo había dicho. La plaga de mosquitos
26 (22)
Debemos ir al desierto, a tres días de camino, y ofrecer allí sacrificios al Señor nuestro Dios, tal como él nos lo ordene.
El Señor le dijo a Moisés:
—Dile a Aarón que extienda su bastón y que golpee con él el polvo de la tierra, para que se convierta en mosquitos en todo Egipto.
Y Moisés contestó:
—No estaría bien hacerlo así, porque los animales que ofrecemos al Señor nuestro Dios son sagrados para los egipcios. Si los egipcios nos vieran sacrificar los animales que ellos adoran, estoy seguro de que nos matarían a pedradas.27(23)
28 (24) 16 (12)
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Israel, su historia y su futuro
Entonces el faraón dijo:
—Los dejaré ir al desierto para que ofrezcan sacrificios al Señor su Dios, con la condición de que no se vayan demasiado lejos. Y pídanle también por mí. 29 (25)
Y Moisés contestó:
17 (13)
Así lo hicieron. Aarón extendió su bastón y golpeó el polvo del suelo, y todo el polvo de Egipto se convirtió en mosquitos que atacaban a hombres y 18 (14) animales. Los magos trataron también de producir mosquitos por medio de sus artes mágicas, pero no pudieron. Mientras tanto, los mosquitos atacaban a 19 (15) hombres y animales. Entonces los magos le dijeron al faraón:
—En cuanto yo salga de aquí, le pediré al Señor que mañana se alejen los tábanos de ti, de tus funcionarios y de tu pueblo, siempre y cuando no sigas engañándonos ni impidiendo que los israelitas vayan a ofrecer sacrificios al Señor. 30 (26)
—¡Aquí está la mano de Dios! Pero el faraón se puso terco y no les hizo caso, tal como el Señor lo había dicho. La plaga de tábanos 20 (16)
31 (27)
En cuanto Moisés salió del palacio del faraón, oró al Señor, y el Señor hizo lo que Moisés le pidió: los tábanos se alejaron del faraón, de sus 32 (28) funcionarios y de su gente. Pero el faraón volvió a ponerse terco, y no dejó ir a los israelitas. Ex. cap. 9.
El Señor le dijo a Moisés:
La plaga en el ganado
—El faraón va a ir mañana temprano al río, así que levántate de madrugada y ve a decirle: “Así ha dicho el Señor: Deja ir a mi pueblo, para que me adore.21(17) Porque si tú no lo dejas ir, yo enviaré tábanos sobre ti, sobre tus funcionarios y tu gente, y sobre tus casas. Se llenarán de tábanos las casas de los egipcios, y 22 (18) hasta el suelo mismo. Pero cuando eso suceda, haré una excepción con la región de Gosen, donde vive mi pueblo. Allí no habrá un solo tábano. Así sabrás 23 (19) que yo, el Señor, estoy en este país. Haré distinción entre mi pueblo y el tuyo. Esto tendrá lugar mañana.”
Entonces el Señor le dijo a Moisés: —Ve a ver al faraón, y dile: “Así dice el Señor, el Dios de los hebreos: Deja ir a 2 mi pueblo, para que me adore. Si no los dejas ir, sino que los sigues deteniendo, 3 el Señor descargará su poder sobre tus ganados que están en el campo, y habrá una peste muy grave. Morirán los caballos, los asnos, los camellos, las vacas y las ovejas. 4 Pero el Señor hará distinción entre los ganados de Israel y los de Egipto, para que no muera ningún animal de los israelitas.” 5
24 (20)
Así lo hizo el Señor, y una espesa nube de tábanos invadió el palacio del faraón, las casas de sus funcionarios y todo el territorio egipcio. Los tábanos dejaron el país completamente arruinado.
Además el Señor puso un plazo, y dijo:
—Yo haré esto mañana. 6
25 (21)
Entonces el faraón mandó llamar a Moisés y Aarón, y les dijo:
—Vayan a ofrecer sacrificios a su Dios, pero sin salir del país.
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Al día siguiente, el Señor lo hizo. Todo el ganado egipcio murió, pero del 7 ganado israelita no murió ni un solo animal. El faraón mandó a ver el ganado de Israel, y resultó que ningún animal había muerto. Sin embargo, se puso terco y no dejó ir a los israelitas.
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La plaga de llagas 8
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Israel, su historia y su futuro
Entonces el Señor les dijo a Moisés y Aarón:
—Tomen puñados de ceniza de un horno, y que arroje Moisés la ceniza hacia 9 arriba, en presencia del faraón. La ceniza se convertirá en polvo y se extenderá por todo el país, produciendo llagas en todos los hombres y animales de Egipto. 10
Moisés y Aarón tomaron ceniza de un horno y fueron a ver al faraón. Allí Moisés arrojó la ceniza hacia arriba, y tanto hombres como animales quedaron 11 cubiertos de llagas. Los magos no pudieron hacerle frente a Moisés, porque ellos, lo mismo que todos los egipcios, estaban cubiertos de llagas. 12 Pero el Señor hizo que el faraón se pusiera terco y que no les hiciera caso a Moisés y Aarón, tal como el Señor le había dicho a Moisés. La plaga de granizo
granizada tan fuerte. El granizo destrozó todo lo que había en el territorio egipcio: destruyó hombres y animales, y todas las plantas del campo, y desgajó 26 además todos los árboles del país. A pesar de eso, en la tierra de Gosen, donde vivían los israelitas, no cayó un solo granizo. 27
Entonces el faraón mandó llamar a Moisés y Aarón, y les dijo:
—Reconozco que he pecado. La culpa es mía y de mi pueblo, y no del Señor.28 Demasiados truenos y granizo hemos tenido ya, así que no voy a detenerlos más. Pídan ustedes al Señor por nosotros, y yo los dejaré ir. 29
Y Moisés le contestó:
—Tan pronto como yo salga de la ciudad, levantaré mis manos en oración al Señor. Entonces dejará de granizar y no habrá más truenos, para que sepas que la tierra es del Señor. 30 Pero yo sé bien que ni tú ni tus funcionarios tienen todavía temor de Dios el Señor. 31
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Entonces el Señor le dijo a Moisés:
—Levántate mañana temprano, y ve a decirle al faraón: “Así ha dicho el Señor, 14 el Dios de los hebreos: Deja ir a mi pueblo, para que me adore; porque esta vez voy a enviar todas mis plagas contra ti, y contra tus funcionarios y tu gente, 15 para que sepas que no hay otro como yo en toda la tierra. Yo podría haberte mostrado mi poder castigándote a ti y a tu pueblo con una plaga, y ya habrías 16 desaparecido de la tierra; pero te he dejado vivir para que veas mi poder, y para darme a conocer en toda la tierra. 17 A pesar de eso, tú sigues oponiéndote 18 a mi pueblo y no lo dejas ir. ¡Pues bien! Mañana a esta hora haré que caiga una fuerte granizada, como no ha caído otra igual en toda la historia de Egipto. 19 Así que manda poner en lugar seguro tu ganado y todo lo que tienes en el campo, porque el granizo, al caer, matará a todos los hombres y animales que estén al aire libre y no bajo techo.” 20
Los sembrados de lino y de cebada quedaron destrozados, pues la cebada 32 estaba ya en espiga y el lino estaba en flor. Pero al trigo y al centeno no les pasó nada porque brotan más tarde. 33
Cuando Moisés salió de la ciudad, después de haber estado con el faraón, levantó sus manos al Señor en oración. Inmediatamente dejó de granizar y de llover, y no hubo más truenos. 34 Pero en cuanto el faraón vio que ya no llovía, ni granizaba, ni había truenos, volvió a pecar. Y no sólo él se puso terco, sino también sus funcionarios. 35 El faraón se puso terco y no dejó ir a los israelitas, tal como el Señor lo había dicho antes por medio de Moisés. Ex. cap. 10. La plaga de langostas El Señor le dijo a Moisés:
Algunos funcionarios del faraón tuvieron miedo de la advertencia del Señor, 21 y pusieron a sus esclavos y animales bajo techo; pero hubo otros que no la 22 tomaron en serio, y los dejaron al aire libre. Entonces el Señor le dijo a Moisés:
—Ve a ver al faraón, pues yo he hecho que él y sus funcionarios se pongan 2 tercos para mostrarles las grandes maravillas que yo puedo hacer, y para que tú les cuentes a tus hijos y nietos la forma en que me burlé de los egipcios, y las grandes maravillas que hice entre ellos. Así sabrán ustedes que yo soy el Señor.
—Levanta tu brazo hacia el cielo, para que en todo Egipto caiga granizo sobre hombres y animales, y sobre las plantas de los campos egipcios.
3
Moisés y Aarón fueron a ver al faraón, y le dijeron:
Moisés levantó su brazo hacia el cielo, y el Señor envió truenos, rayos y granizo sobre la tierra. Hizo que granizara en todo Egipto, 24 y el granizo y los rayos caían sin parar. En toda la historia de Egipto jamás había caído una
—Así dice el Señor, el Dios de los hebreos: “¿Hasta cuándo te negarás a 4 humillarte delante de mí? Deja ir a mi pueblo, para que me adore; porque si te sigues oponiendo a dejarlo ir, mañana haré que vengan langostas sobre tu país, 5 las cuales cubrirán la tierra en tal cantidad que no se podrá ver el suelo. Se
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comerán lo poco que haya quedado después del granizo, y se comerán también todos los árboles del campo. 6 Llenarán tus palacios, y las casas de tus funcionarios, y las casas de todos los egipcios. ¡Será algo como nunca vieron tus padres ni tus abuelos desde sus días hasta los nuestros!” Al terminar de hablar, Moisés dio media vuelta y salió del palacio del faraón.7 Entonces los funcionarios del faraón dijeron: —¿Hasta cuándo nos va a causar problemas este hombre? Deje Su Majestad que esa gente vaya a adorar a su Dios, el Señor. ¿Todavía no se da cuenta Su Majestad de que Egipto está arruinado? 8
El faraón mandó llamar otra vez a Moisés y Aarón, y les dijo:
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El faraón mandó llamar inmediatamente a Moisés y Aarón, y les dijo: 17
—He pecado contra el Señor su Dios, y contra ustedes, pero les ruego que tan sólo esta vez perdonen mi pecado, y que oren por mí al Señor su Dios, para que por lo menos aleje de mí esta plaga mortal. 18
En cuanto Moisés salió del palacio del faraón, oró al Señor. 19 Entonces el Señor cambió el rumbo del viento, y lo convirtió en un fuerte viento del oeste que se llevó las langostas y las echó en el Mar Rojo. No quedó en todo Egipto una sola langosta. 20 Pero el Señor hizo que el faraón se pusiera terco y que no dejara ir a los israelitas. La plaga de la oscuridad 21
Entonces el Señor le dijo a Moisés:
—Vayan a adorar al Señor su Dios. Pero antes díganme quiénes van a ir. 9
—Extiende tu brazo hacia el cielo, para que en todo Egipto haya una oscuridad tan espesa que hasta se pueda tocar.
Moisés contestó:
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—Tenemos que ir con nuestros niños y ancianos, hijos e hijas, y con nuestras ovejas y vacas, pues para nosotros es una gran fiesta del Señor.
Moisés levantó su brazo hacia el cielo y hubo una oscuridad tan grande en 23 todo Egipto que, durante tres días, nadie podía ver a su vecino ni moverse de su lugar. En cambio, en todas las casas de los israelitas había luz. 24
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Pero el faraón les dijo:
—¡Claramente se ven sus malas intenciones! ¿Y ustedes creen que el Señor los 11 va a acompañar, y que voy a dejar que ustedes y sus niños se vayan? Pues no va a ser así. Vayan ustedes, los hombres adultos, a adorar al Señor, ya que eso es lo que quieren. 12
Y el faraón ordenó que los echaran de su presencia. Pero el Señor le dijo a Moisés: —Extiende tu brazo sobre Egipto, para que vengan las langostas y acaben con todas las plantas del país y con todo lo que quedó después del granizo. 13
Moisés extendió su brazo sobre Egipto, y el Señor hizo venir un viento del este que sopló sobre el país todo el día y toda la noche. Al día siguiente, el 14 viento del este había traído las langostas, las cuales invadieron todo el país. Nunca antes hubo, ni habrá después, tantas langostas como en aquel día,15 pues cubrieron la tierra en tal cantidad que no se podía ver el suelo, y se comieron todas las plantas y toda la fruta que había quedado en los árboles después del granizo. No quedó nada verde en ningún lugar de Egipto: ni en el campo ni en los árboles.
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Entonces el faraón mandó llamar a Moisés, y le dijo:
—Vayan a adorar al Señor, y llévense también a sus hijos; pero dejen aquí sus ovejas y sus vacas. 25
Pero Moisés contestó:
—Al contrario, tú mismo nos vas a dar los animales que vamos a sacrificar y 26 quemar en honor del Señor nuestro Dios. Además, nuestros ganados irán con nosotros. Ni un solo animal debe quedarse, porque tenemos que escoger algunos de ellos para rendir culto al Señor. Mientras no lleguemos allá, no sabremos qué vamos a necesitar para adorar al Señor. 27
Pero el Señor hizo que el faraón se pusiera terco y que no los dejara ir. Además el faraón le dijo a Moisés:
28
—Vete de aquí, y cuídate bien de no venir a verme otra vez, porque el día que vuelvas a presentarte ante mí, morirás. 29
Y Moisés contestó:
—Bien dicho. No volveré a verte.
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Israel, su historia y su futuro
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Israel, su historia y su futuro 3
El Señor hizo que los egipcios fueran muy amables con los israelitas. Además, los funcionarios del faraón consideraban a Moisés como un hombre extraordinario, y lo mismo pensaban todos en Egipto. 4
Moisés dijo al faraón:
—Así ha dicho el Señor: “A la medianoche pasaré por todo Egipto, 5 y morirá el hijo mayor de cada familia egipcia, desde el hijo mayor del faraón que ocupa el trono, hasta el hijo mayor de la esclava que trabaja en el molino. También 6 morirán todas las primeras crías de los animales. En todo Egipto habrá gritos de dolor, como nunca los ha habido ni los volverá a haber.” 7 Y para que sepan ustedes que el Señor hace diferencia entre egipcios e israelitas, ni siquiera le ladrarán los perros a ningún hombre o animal de los israelitas. 8 Entonces vendrán a verme todos estos funcionarios tuyos, y de rodillas me pedirán:
DIOS SE DA A CONOCER AL FARAÓN Después de todas estas cosas o tragedias, los sentimientos y el carácter del faraón se hicieron más severos, y sintió una gran repugnancia por la presencia de Moisés, a lo cual le ordenó alejarse de su presencia y le advirtió que si volvía a verlo mandaría asesinar, en esta condición de amenaza de muerte, Dios le dice a Moisés que anuncie a todo el país de Egipto la muerte de todo hijo mayor como de los humanos y de animales, que todo esto traería como efecto un gran clamor en toda la tierra de Egipto y también para que se cumpliera la profecía que Dios le había hecho a su siervo Abraham. Dios le comunicó a Moisés la orden de que el pueblo pidiera cada uno a su vecino alhajas de oro, plata y vestidos. Ex.11.1-10. Anuncio de la muerte de los hijos mayores El Señor le dijo a Moisés:
“Váyanse, tú y toda la gente que te sigue.” Antes de eso, no me iré. Y muy enojado, Moisés salió de la presencia del faraón. 9 Después, el Señor le dijo a Moisés: —El faraón no les va a hacer caso a ustedes, y así serán más las maravillas que yo haré en Egipto. 10
Moisés y Aarón hicieron todas estas maravillas delante del faraón, pero como el Señor lo había hecho ponerse terco, el faraón no dejó salir de Egipto a los israelitas. Ex.12.29-36. La muerte de los hijos mayores 29
A medianoche el Señor hirió de muerte al hijo mayor de cada familia egipcia, lo mismo al hijo mayor del faraón que ocupaba el trono, que al hijo mayor del que estaba preso en la cárcel, y también a las primeras crías de los animales.30 El faraón, sus funcionarios, y todos los egipcios, se levantaron esa noche, y hubo grandes gritos de dolor en todo Egipto. No había una sola casa donde no hubiera algún muerto. 31 Esa misma noche el faraón mandó llamar a Moisés y Aarón, y les dijo: —Váyanse, apártense de mi gente, ustedes y los israelitas. Vayan a adorar al 32 Señor, tal como dijeron. Llévense también sus ovejas y vacas, como querían, y váyanse. Y rueguen a Dios por mí. 33
—Todavía voy a traer otra plaga sobre el faraón y los egipcios. Después de esto, el faraón no sólo va a dejar que ustedes salgan, sino que él mismo los va a echar de aquí. 2 Pero ahora diles a los israelitas, hombres y mujeres, que pidan a sus vecinos y vecinas objetos de oro y plata.
Los egipcios apuraron a los israelitas para que se fueran pronto de su país, 34 pues pensaban que todos iban a morir. Los israelitas sacaron la masa, todavía sin levadura, y con artesa y todo la envolvieron en sus ropas y se la echaron al 35 hombro. Además, siguiendo las órdenes de Moisés, les pidieron a los egipcios objetos de oro y plata, y vestidos. 36 El Señor hizo que los egipcios dieran de
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buena gana todo lo que los israelitas pedían, y así los israelitas despojaron a los egipcios. Gn.15. Dios hace una alianza con Abram Después de esto, el Señor le habló a Abram en una visión y le dijo:
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Israel, su historia y su futuro
—Debes saber que tus descendientes vivirán en un país extranjero, y que allí serán esclavos, y que serán maltratados durante cuatrocientos años. 14 Pero yo también castigaré a la nación que va a hacerlos esclavos, y después tus descendientes saldrán libres y dueños de grandes riquezas. 15 Por lo que a ti toca, morirás en paz cuando ya seas muy anciano, y así te reunirás con tus 16 antepasados. Después de cuatro generaciones, tus descendientes regresarán a este lugar, porque todavía no ha llegado al colmo la maldad de los amorreos. 17
—No tengas miedo, Abram, porque yo soy tu protector. Tu recompensa va a ser muy grande. 2-3
Pero Abram le contestó:
Cuando ya era de noche y todo estaba oscuro, apareció un horno que echaba humo y una antorcha encendida que pasaba por en medio de los animales 18 partidos. Aquel mismo día el Señor hizo una alianza con Abram y le dijo:
—Señor y Dios, ¿de qué me sirve que me des recompensa, si tú bien sabes que no tengo hijos? Como no me has dado ningún hijo, el heredero de todo lo que tengo va a ser Eliézer de Damasco, uno de mis criados.
—Esta tierra se la daré a tus descendientes, desde el río de Egipto hasta el río 19 grande, el Éufrates. Es decir, la tierra de los quenitas, los quenizitas, los 20 cadmoneos, los hititas, los ferezeos, los refaítas, 21 los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.
4
Gn.13.
El Señor le contestó:
—Tu heredero va a ser tu propio hijo, y no un extraño. 5
Entonces el Señor llevó a Abram afuera, y le dijo:
—Mira bien el cielo, y cuenta las estrellas, si es que puedes contarlas. Pues bien, así será el número de tus descendientes. 6
Abram creyó al Señor, y por eso el Señor lo aceptó como justo 7y le dijo:
Abram y Lot se separan Cuando Abram salió de Egipto, con su esposa y con todo lo que tenía, regresó a la región del Négueb. Su sobrino Lot se fue con ellos. 2Abram era muy rico, pues 3 tenía oro, plata y muchos animales. Del Négueb regresó poco a poco, hasta llegar al pueblo de Betel, y de ahí se fue al lugar donde había acampado 4 primero, entre Betel y Ai. Ése era el lugar donde antes había construido un altar, y allí invocó el nombre del Señor. 5
—Yo soy el Señor; yo te saqué de Ur de los caldeos para darte esta tierra como herencia. 8
—Pero, Señor y Dios, ¿cómo podré estar seguro de que voy a heredar esta tierra? —contestó Abram. 9
Y Dios le dijo:
—Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, de tres años cada uno, y también una tórtola y un pichón de paloma. 10
Abram trajo todos estos animales a Dios, los partió por la mitad y puso una mitad frente a otra; pero no partió las aves. 11 Y los buitres bajaban sobre los 12 cuerpos de los animales muertos, pero Abram los espantaba. Cuando empezaba a anochecer, Abram se quedó profundamente dormido. De pronto lo 13 rodeó una gran oscuridad y sintió mucho miedo. Entonces el Señor le dijo:
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Lot también era muy rico, pues, al igual que su tío Abram, tenía muchas ovejas 6 y vacas, y gente que acampaba con él; pero el lugar donde estaban no bastaba para alimentar a tantos animales. Ya no podían vivir juntos, 7 pues los que cuidaban el ganado de Abram se peleaban con los que cuidaban el ganado de Lot. Además, en aquel tiempo, los cananeos y ferezeos todavía vivían allí.8 Así que un día Abram le dijo a Lot: «Tú y yo somos parientes, así que no está bien que haya pleitos entre nosotros, ni entre tus pastores y los míos. 9Ahí está toda la tierra, para que escojas. Por favor, sepárate de mí. Si tú te vas al norte, yo me voy al sur, y si tú te vas al sur, yo me voy al norte.» 10
Lot miró por todo el valle del río Jordán y vio que, hasta el pueblecito de Sóar, el valle tenía bastante agua y era como un gran jardín. Se parecía a Egipto. (Esto era así antes de que el Señor destruyera las ciudades de Sodoma y 11 Gomorra.) Entonces Lot escogió todo el valle del Jordán, y se fue al oriente del lugar donde estaban. De esta manera, Abram y Lot se separaron. 12 Abram se quedó en Canaán, y Lot se fue a vivir a las ciudades del valle, cerca de la ciudad de Sodoma, 13 donde toda la gente era muy mala y cometía horribles pecados contra el Señor.
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Israel, su historia y su futuro 14
Después que Lot se fue, el Señor le dijo a Abram: «Desde el lugar donde estás, 15 mira bien al norte y al sur, al este y al oeste; yo te daré toda la tierra que ves, y para siempre será tuya y de tus descendientes. 16 Yo haré que ellos sean tantos como el polvo de la tierra. Así como no es posible contar los granitos de polvo, tampoco será posible contar tus descendientes.17 ¡Levántate, recorre esta tierra a lo largo y a lo ancho, porque yo te la voy a dar!»
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Israel, su historia y su futuro 13
Pero un hombre que había escapado con vida vino a contarle todo esto a Abram el hebreo, que vivía en el bosque de encinas de Mamré el amorreo. Mamré era hermano de Escol y de Aner, y ellos estaban de parte de Abram. 14
Gn.14.
Cuando Abram supo que su sobrino estaba prisionero, juntó a los criados de confianza que habían nacido en su casa, que eran trescientos dieciocho hombres en total, y salió con ellos a perseguir a los reyes hasta el pueblo de Dan. 15 Por la noche, Abram y su gente atacaron por sorpresa a los reyes y 16 los persiguieron hasta Hobá, que está al norte de la ciudad de Damasco, y les quitaron todo lo que se habían llevado. Así Abram libertó a su sobrino Lot, y recobró todo lo que era de su sobrino. También libertó a las mujeres y demás gente.
Abram libera a Lot
Melquisedec bendice a Abram
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Así pues, Abram levantó su campamento y se fue a vivir al bosque de encinas de un hombre llamado Mamré, cerca de la ciudad de Hebrón. Allí construyó un altar en honor del Señor.
En aquel tiempo Amrafel era rey de Sinar, Arioc era rey de Elasar, 2 Quedorlaómer era rey de Elam, y Tidal era rey de Goím. Éstos estuvieron en guerra contra Bera, rey de Sodoma, contra Birsá, rey de Gomorra, contra Sinab, rey de Admá, contra Seméber, rey de Seboím, y contra el rey de Bela, pueblo que también se llama Sóar. 3 Estos cinco últimos juntaron sus ejércitos en el valle de Sidim, donde está el Mar Muerto. 4 El rey Quedorlaómer los había dominado durante doce años, pero a los trece años los cinco reyes 5 decidieron luchar contra él. Al año siguiente, Quedorlaómer y los reyes que estaban de su parte fueron a la región de Astarot Carnaim, y allí derrotaron a los refaítas; luego derrotaron a los zuzitas en Ham, a los emitas los derrotaron en Savé-quiriataim, 6 y a los horeos los derrotaron en los montes de Seír y los persiguieron hasta El-parán, que está junto al desierto. 7 Al regresar Quedorlaómer y los que estaban con él, llegaron a En-mispat, que también se llama Cadés. Y destruyeron todo lo que encontraron a su paso en la región de los amalecitas, y también hicieron lo mismo con los amorreos, que vivían en la región de Hasesón-tamar. 8-9
Entonces los reyes de Sodoma, Gomorra, Admá, Seboím y Bela fueron al valle de Sidim. Allí estos cinco reyes pelearon contra Quedorlaómer, Tidal, Amrafel y 10 Arioc, que eran los cuatro reyes de Elam, Goím, Sinar y Elasar. En todo el valle de Sidim había muchos pozos de asfalto natural, y cuando los reyes de Sodoma y Gomorra quisieron escapar de la batalla, fueron a caer en los pozos. Los otros reyes escaparon a los montes.
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Cuando Abram regresó, después de haber derrotado a Quedorlaómer y a los reyes que estaban de su parte, el rey de Sodoma salió a recibirlo al valle de 18 Savé, que es el Valle del Rey. También Melquisedec, que era rey de Salem y sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino 19 y bendijo a Abram con estas palabras: «Que te bendiga el Dios altísimo, creador del cielo y de la tierra; 20 y alabado sea el Dios altísimo que te hizo vencer a tus enemigos.» Entonces Abram le dio a Melquisedec la décima parte de lo que había 21 recobrado. Luego el rey de Sodoma le dijo a Abram: —Dame las personas y quédate con las cosas. 22
Pero Abram le contestó:
—Le he jurado al Señor, al Dios altísimo que hizo el cielo y la tierra, 23 que no voy a tomar nada de lo que es tuyo, ni siquiera un hilo o una correa para mis 24 sandalias, para que nunca digas que tú fuiste el que me hizo rico. Yo no quiero nada para mí, excepto lo que ya comieron los criados. En cuanto a los hombres que me acompañaron, es decir, Aner, Escol y Mamré, ellos tomarán su parte.
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Los vencedores se llevaron entonces todos los alimentos y cosas de valor que 12 había en Sodoma y Gomorra, y se fueron de allí. Como en Sodoma vivía Lot, el sobrino de Abram, también se lo llevaron prisionero junto con todo lo que tenía.
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Israel, su historia y su futuro
INSTITUCIÓN DE LA PASCUA La Pascua o fiesta de los panes sin levadura, fue establecida por Dios unos días antes de sacar su pueblo Israel de la esclavitud egipcia; esta celebración iniciaba el día 14 hasta el día 21 del mes de Abib o Nisán, porque el 14 de ese mes fue cuando Dios sacó a su pueblo de Egipto; también les ordenó que fuera el primer mes en el calendario hebreo; este festejo es a perpetuidad y conmemorativo a la salida de los israelitas de Egipto; la asistencia y participación de los varones era obligatoria; el cordero para el sacrificio debería tener de antelación 4 días de ayuno; alegóricamente la Pascua era un tipo alusivo al sacrificio de Cristo, esto es, el sacrificio expiatorio de Cristo por toda la humanidad, y por el cual el pecador que acepte esta realidad en su vida es liberado de la esclavitud del pecado y viene a ser hijo de Dios y heredero de la vida eterna. Ex. 12.1-28.
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Israel, su historia y su futuro
familia es demasiado pequeña para comerse todo el animal, entonces el dueño de la casa y su vecino más cercano lo comerán juntos, repartiéndoselo según el 5 número de personas que haya y la cantidad que cada uno pueda comer. El animal deberá ser de un año, macho y sin defecto, y podrá ser un cordero o un 6 cabrito. Lo guardarán hasta el catorce de este mes, y ese día todos y cada uno 7 en Israel lo matarán al atardecer. Tomarán luego la sangre del animal y la untarán por todo el marco de la puerta de la casa donde coman el animal.8 Esa noche comerán la carne asada al fuego, con hierbas amargas y pan sin levadura. 9 No coman ni un solo pedazo crudo o hervido. Todo el animal, lo 10 mismo la cabeza que las patas y las entrañas, tiene que ser asado al fuego, y no deben dejar nada para el día siguiente. Si algo se queda, deberán 11 quemarlo. Ya vestidos y calzados, y con el bastón en la mano, coman de prisa el animal, porque es la Pascua del Señor. 12 Esa noche yo pasaré por todo Egipto, y heriré de muerte al hijo mayor de cada familia egipcia y a las primeras crías de sus animales, y dictaré sentencia contra todos los dioses de Egipto. Yo, el Señor, lo he dicho. 13
»”La sangre les servirá para que ustedes señalen las casas donde se encuentren. Y así, cuando yo hiera de muerte a los egipcios, ninguno de ustedes 14 morirá, pues veré la sangre y pasaré de largo. Éste es un día que ustedes deberán recordar y celebrar con una gran fiesta en honor del Señor. Lo 15 celebrarán como una ley permanente que pasará de padres a hijos. Comerán pan sin levadura durante siete días; por lo tanto, desde el primer día no deberá haber levadura en sus casas. Cualquiera que coma pan con levadura durante 16 estos siete días, será eliminado del pueblo de Israel. Tanto el primer día como el séptimo deberán dedicarlos a una reunión santa. Esos días no se trabajará, a 17 no ser para preparar la comida de cada persona. La fiesta de los panes sin levadura es un día que ustedes deberán celebrar, porque en ese mismo día los saqué de Egipto a todos ustedes. Lo celebrarán como una ley permanente que pasará de padres a hijos. 18 Comerán pan sin levadura desde la tarde del día 19 catorce del primer mes hasta la tarde del día veintiuno del mismo mes. No deberá haber levadura en sus casas durante siete días, porque cualquiera que coma pan con levadura será eliminado de la comunidad israelita, tanto si es 20 extranjero como si es del país. Por lo tanto, no coman nada que tenga levadura. Dondequiera que ustedes vivan, deberán comer pan sin levadura.”» 21
«Este mes será para ustedes el principal, el primer mes del año. Díganle a toda la comunidad israelita lo siguiente: “El día diez de este mes, cada uno de 4 ustedes tomará un cordero o un cabrito por familia, uno por cada casa. Y si la
Moisés mandó llamar a todos los ancianos israelitas y les dijo: «Vayan y tomen un cordero o un cabrito para sus familias, y mátenlo para celebrar la 22 Pascua. La sangre debe quedar en una palangana; tomen después un manojo de ramas de hisopo, mójenlo en la sangre, y unten la sangre por todo el marco de la puerta de la casa. Ninguno de ustedes debe salir de su casa antes del 23 amanecer. Cuando el Señor pase para herir de muerte a los egipcios, verá la sangre por todo el marco de la puerta, y pasará de largo por esa casa. Así el 24 Señor no dejará que el destructor entre en las casas de ustedes. Esta orden la
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La Pascua El Señor habló en Egipto con Moisés y Aarón, y les dijo: 2
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—¿Cómo puede éste darnos a comer su propia carne?respetarán ustedes y sus descendientes, como una ley eterna. 25 Cuando ustedes hayan entrado ya en la tierra que el Señor les va a dar, tal como lo ha prometido, deberán seguir celebrando esta ceremonia. 26 Y cuando sus hijos les pregunten: “¿Qué 27 significa esta ceremonia?”, ustedes deberán contestar: “Este animal se sacrifica en la Pascua, en honor del Señor. Cuando él hirió de muerte a los egipcios, pasó de largo por las casas de los israelitas que vivían en Egipto, y así salvó a nuestras familias.”» 28
Entonces los israelitas se inclinaron en actitud de adoración, y luego fueron e hicieron todo tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés y Aarón. Lc. 22.7-22.
Estaba ya cerca la fiesta en que se come el pan sin levadura, o sea la fiesta de la Pascua. 2 Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley, que tenían miedo de la gente, buscaban la manera de matar a Jesús. 3
Entonces Satanás entró en Judas, uno de los doce discípulos, al que llamaban 4 Iscariote. Éste fue a ver a los jefes de los sacerdotes y a los oficiales del templo, y habló con ellos sobre cómo entregarles a Jesús. 5 Ellos se alegraron y 6 prometieron darle dinero a Judas. Y él aceptó y comenzó a buscar un momento oportuno, en que no hubiera gente, para entregarles a Jesús. La Cena del Señor 7
Llegó el día de la fiesta en que se comía el pan sin levadura, cuando se sacrificaba el cordero de Pascua. 8Jesús envió a Pedro y a Juan, diciendo: —Vayan a prepararnos la cena de Pascua. Ellos le preguntaron:
Ellos fueron y lo encontraron todo como Jesús se lo había dicho, y prepararon la cena de Pascua. 14
Cuando llegó la hora, Jesús y los apóstoles se sentaron a la mesa. 15 Jesús les dijo: —¡Cuánto he querido celebrar con ustedes esta cena de Pascua antes de mi muerte! 16 Porque les digo que no la celebraré de nuevo hasta que se cumpla en el reino de Dios. 17
Entonces tomó en sus manos una copa y, habiendo dado gracias a Dios, dijo:
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Después tomó el pan en sus manos y, habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se lo dio a ellos, diciendo: —Esto es mi cuerpo, entregado a muerte en favor de ustedes. Hagan esto en memoria de mí. 20
Lo mismo hizo con la copa después de la cena, diciendo:
—Esta copa es la nueva alianza confirmada con mi sangre, la cual es 21 derramada en favor de ustedes. Pero ahora la mano del que me va a traicionar está aquí, con la mía, sobre la mesa. 22 Pues el Hijo del hombre ha de recorrer el camino que se le ha señalado, pero ¡ay de aquel que lo traiciona! 23
Entonces comenzaron a preguntarse unos a otros quién sería el traidor.
Jn. 6.47-58. 47
—¿Dónde quieres que la preparemos? 10
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—Tomen esto y repártanlo entre ustedes; 18 porque les digo que no volveré a beber del producto de la vid, hasta que venga el reino de Dios.
Conspiración para arrestar a Jesús
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Jesús les contestó:
—Cuando entren ustedes en la ciudad, encontrarán a un hombre que lleva un 11 cántaro de agua. Síganlo hasta la casa donde entre, y digan al dueño de la casa: “El Maestro pregunta: ¿Cuál es el cuarto donde voy a comer con mis 12 discípulos la cena de Pascua?” Él les mostrará en el piso alto un cuarto grande y arreglado para la cena. Preparen allí lo necesario.
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Les aseguro que quien cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan que da vida. Los antepasados de ustedes comieron el maná en el desierto, y a pesar de ello murieron; 50 pero yo hablo del pan que baja del cielo; quien come de él, no muere. 51 Yo soy ese pan vivo que ha bajado del cielo; el que come de este pan, vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi propia carne. Lo daré por la vida del mundo.» 52
Los judíos se pusieron a discutir unos con otros:
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Jesús les dijo:
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—Les aseguro que si ustedes no comen la carne del Hijo del hombre y beben su 54 sangre, no tendrán vida. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo lo resucitaré en el día último. 55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi 57 sangre, vive unido a mí, y yo vivo unido a él. El Padre, que me ha enviado, tiene vida, y yo vivo por él; de la misma manera, el que se alimenta de mí, vivirá 58 por mí. Hablo del pan que ha bajado del cielo. Este pan no es como el maná que comieron los antepasados de ustedes, que a pesar de haberlo comido murieron; el que come de este pan, vivirá para siempre. G1.3.6-19.
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Lo que digo es esto: Dios hizo una alianza con Abraham, y la confirmó. Por eso, la ley de Moisés, que vino cuatrocientos treinta años después, no puede anular aquella alianza y dejar sin valor la promesa de Dios. 18
Pues si lo que Dios prometió darnos dependiera de la ley de Moisés, ya no sería una promesa; pero el hecho es que Dios prometió a Abraham dárselo gratuitamente. 19
Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue dada después, para poner de manifiesto la desobediencia de los hombres, hasta que viniera esa «descendencia» a quien se le había hecho la promesa. La ley fue proclamada por medio de ángeles, y Moisés sirvió de intermediario.
Dios reconoció a Abraham como justo por su fe 20
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Así también, Abraham creyó a Dios, y Dios le tuvo esto en cuenta y lo 7 reconoció como justo. Por lo tanto, ustedes deben saber que los verdaderos descendientes de Abraham son los que tienen fe. 8 La Escritura, viendo de antemano que también entre los no judíos iba Dios a reconocer como justos a los que tuvieran fe, había anunciado a Abraham esta buena noticia: «Todas las 9 naciones serán bendecidas por medio de ti.» De manera que los que creen son bendecidos junto con Abraham, que también creyó.
Pero no hay necesidad de intermediario cuando se trata de una sola persona, y Dios es uno solo.
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Quienes ponen su confianza en la ley están bajo maldición, porque la Escritura dice: «Maldito sea el que no cumple fielmente todo lo que está escrito 11 en el libro de la ley.» Por tanto, está claro que nadie es reconocido como justo en virtud de la ley; pues la Escritura dice: «El justo por la fe vivirá.»12 Pero la ley no se basa en la fe, sino que dice: «El que cumpla la ley, vivirá por ella.» 13
Cristo nos rescató de la maldición de la ley haciéndose maldición por causa nuestra, porque la Escritura dice: «Maldito todo el que muere colgado de un madero.» 14 Esto sucedió para que la bendición que Dios prometió a Abraham alcance también, por medio de Cristo Jesús, a los no judíos; y para que por medio de la fe recibamos todos el Espíritu que Dios ha prometido. La ley no anula la promesa 15
Hermanos, voy a hablarles en términos humanos: Cuando un hombre hace un pacto y lo respalda con su firma, nadie puede anularlo ni agregarle nada. 16
Ahora bien, Dios hizo sus promesas a Abraham y a su descendencia. La Escritura no habla de «descendencias», en plural, sino en singular; dice: «y a tu descendencia», la cual es Cristo.
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habían tenido tiempo de preparar comida, pues los egipcios los habían echado de su país, hicieron tortas sin levadura con la masa que habían sacado de Egipto, la cual estaba sin fermentar. 40
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Los israelitas habían vivido en Egipto cuatrocientos treinta años, y el mismo día en que se cumplieron los cuatrocientos treinta años, todos los ejércitos del Señor salieron de aquel país. 42 Esa noche el Señor estuvo vigilante para sacarlos de Egipto. Esa es la noche del Señor, la noche en que, en su honor, los israelitas también deberán estar vigilantes, generación tras generación. Dt. 16.1-6. Fiestas anuales
LIBRES DE LA ESCLAVITUD EGIPCIA Al día siguiente de haber muerto en Egipto todo hijo mayor, los egipcios se apresuraron en hacer que los israelitas salieran cuanto antes de su territorio y no pasaran otra noche más con ellos; fue tanto el acoso de los egipcios, que los israelitas no tuvieron tiempo de preparar alimentos para el viaje y por el desespero de que éstos salieran pronto; todo lo que ellos les pidieron se los entregaban sin reparo alguno y les echaron a la puesta del sol. Ex.12.33-42.
»Cuando llegue el mes de Abib, cumplan con la celebración de la Pascua en honor del Señor su Dios, porque fue en una noche de ese mes cuando el Señor su Dios los sacó de Egipto. 2
»Durante la Pascua ofrecerán vacas y ovejas en sacrificio al Señor su Dios, en el lugar que él haya escogido como residencia de su nombre. 3
»El animal sacrificado lo comerán con pan sin levadura. Durante siete días comerán pan sin levadura, que es el pan del sufrimiento, pues tuvieron que salir de Egipto muy aprisa; así, mientras ustedes vivan, se acordarán del día en que salieron de Egipto. 4 En estos siete días no deberá haber levadura en todo el territorio de ustedes, y de la carne que se ofrece en sacrificio la tarde del primer día no debe quedar nada para la mañana siguiente. 5 No deben ofrecer el 6 sacrificio de la Pascua en cualquier ciudad de las que el Señor su Dios les da, sino únicamente en el lugar que él escoja como residencia de su nombre, y deben ofrecerlo por la tarde, al ponerse el sol, que es la hora en que ustedes salieron de Egipto.
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Los egipcios apuraron a los israelitas para que se fueran pronto de su país, 34 pues pensaban que todos iban a morir. Los israelitas sacaron la masa, todavía sin levadura, y con artesa y todo la envolvieron en sus ropas y se la 35 echaron al hombro. Además, siguiendo las órdenes de Moisés, les pidieron a los egipcios objetos de oro y plata, y vestidos. 36 El Señor hizo que los egipcios dieran de buena gana todo lo que los israelitas pedían, y así los israelitas despojaron a los egipcios. Los israelitas salen de Egipto 37
Los israelitas salieron de Ramsés a Sucot. Sin contar mujeres y niños, eran como seiscientos mil hombres de a pie, en edad militar. 38 Con ellos se fue 39 muchísima gente de toda clase, además de muchas ovejas y vacas. Como no
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Los israelitas lo hicieron así. Mientras tanto, el rey de Egipto recibió aviso de que los israelitas se habían escapado. Entonces el rey y sus funcionarios cambiaron de parecer en cuanto a ellos, y se dijeron: «¿Pero cómo pudimos permitir que los israelitas se fueran y dejaran de trabajar para nosotros?» 6
En seguida el faraón ordenó que prepararan su carro de combate, y se llevó a su ejército. 7 Tomó seiscientos de los mejores carros, además de todos los 8 carros de Egipto, que llevaban cada uno un oficial. El Señor hizo que el faraón se pusiera terco y persiguiera a los israelitas, aun cuando ellos habían salido ya con gran poder. 9
DIOS JUEGA AL OPRESOR Dios le había dicho a Abraham siglos atrás, que su descendencia sería esclava y oprimida en una nación y que después de esos 400 años él juzgaría a dicha nación y los haría libres de la mano del tirano; ahora después de haberles sacado de Egipto, Dios le ordena a Moisés para que le diga al pueblo que regresen y acampen entre Megdol y el Mar Rojo, esto era para darle la impresión al faraón de que el pueblo estaba acorralado por el desierto, y sin saber el faraón que esto era un señuelo táctico de parte de Dios, para así tomar venganza por su pueblo e inmortalizar sus proezas.
Los egipcios con todo su ejército, con carros y caballería, salieron a perseguir a los israelitas, y los alcanzaron a la orilla del mar, junto a Pi-hahirot y frente a 10 Baal-sefón, donde estaban acampados. Cuando los israelitas se dieron cuenta de que el faraón y los egipcios se acercaban, tuvieron mucho miedo y pidieron 11 ayuda al Señor. Y a Moisés le dijeron: —¿Acaso no había sepulcros en Egipto, que nos sacaste de allá para hacernos morir en el desierto? ¿Por qué nos has hecho esto? ¿Por qué nos sacaste de Egipto? 12 Esto es precisamente lo que te decíamos en Egipto: “Déjanos trabajar para los egipcios. ¡Más nos vale ser esclavos de ellos que morir en el desierto!” 13
Pero Moisés les contestó:
—No tengan miedo. Manténganse firmes y fíjense en lo que el Señor va a hacer hoy para salvarlos, porque nunca más volverán a ver a los egipcios que hoy 14 ven. Ustedes no se preocupen, que el Señor va a pelear por ustedes. 15
Entonces el Señor le dijo a Moisés:
—¿Por qué me pides ayuda? ¡Ordena a los israelitas que sigan adelante! 16 Y tú, levanta tu bastón, extiende tu brazo y parte el mar en dos, para que los 17 israelitas lo crucen en seco. Yo voy a hacer que los egipcios se pongan tercos y los persigan; entonces mostraré mi poder en el faraón y en todo su ejército, y en 18 sus carros y caballería. Cuando haya mostrado mi poder en el faraón, y en sus carros y caballería, los egipcios sabrán que yo soy el Señor.
Ex.14.1-31. Los israelitas cruzan el Mar Rojo El Señor se dirigió a Moisés y le dijo: 2
«Di a los israelitas que regresen y acampen frente a Pi-hahirot, entre Migdol y el mar, frente a Baal-sefón. Que pongan sus campamentos enfrente de este lugar, junto al mar. 3 Así el faraón pensará: “Los israelitas no saben a dónde ir. 4 Andan perdidos en el desierto.” Pero yo voy a hacer que el faraón se ponga terco y los persiga; entonces mostraré mi poder en él y en todo su ejército, y los egipcios sabrán que yo soy el Señor.»
En ese momento el ángel de Dios y la columna de nube, que marchaban al frente de los israelitas, cambiaron de lugar y se pusieron detrás de ellos. 20 Así la columna de nube quedó entre el ejército egipcio y los israelitas; para los egipcios era una nube oscura, pero a los israelitas los alumbraba. Por eso los egipcios no pudieron alcanzar a los israelitas en toda la noche.
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Moisés extendió su brazo sobre el mar, y el Señor envió un fuerte viento del este que sopló durante toda la noche y partió el mar en dos. Así el Señor 22 convirtió el mar en tierra seca, y por tierra seca lo cruzaron los israelitas, entre dos murallas de agua, una a la derecha y otra a la izquierda. 23
Toda la caballería y los carros del faraón entraron detrás de ellos, y los persiguieron hasta la mitad del mar; 24 pero a la madrugada el Señor miró de tal manera al ejército de los egipcios, desde la columna de fuego y de nube, que provocó un gran desorden entre ellos; 25 descompuso además las ruedas de sus carros, de modo que apenas podían avanzar. Entonces los egipcios dijeron: —Huyamos de los israelitas, pues el Señor pelea a favor de ellos y contra nosotros. 26
Pero el Señor le dijo a Moisés:
DIOS GUÍA A SU PUEBLO
—Extiende tu brazo sobre el mar, para que el agua regrese y caiga sobre los egipcios, y sobre sus carros y caballería. 27
Moisés extendió su brazo sobre el mar y, al amanecer, el agua volvió a su cauce normal. Cuando los egipcios trataron de huir, se toparon con el mar, y así 28 el Señor los hundió en él. Al volver el agua a su cauce normal, cubrió los carros y la caballería, y todo el ejército que había entrado en el mar para 29 perseguir a los israelitas. Ni un solo soldado del faraón quedó vivo. Sin embargo, los israelitas cruzaron el mar por tierra seca, entre dos murallas de agua, una a la derecha y otra a la izquierda.
Después que el faraón echó de su tierra al pueblo de Israel, Dios se encargó de guiarlos, protegerlos y entrenarles para que así pudieran estar aptos para entrar a la tierra prometida. Ex. 13.17-32. 13
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En aquel día el Señor salvó a los israelitas del poder de los egipcios, y los 31 israelitas vieron los cadáveres de los egipcios a la orilla del mar. Al ver los israelitas el gran poder que el Señor había desplegado contra Egipto, mostraron reverencia ante el Señor y tuvieron confianza en él y en su siervo Moisés.
En el caso de la primera cría de una asna, deberán dar un cordero o un cabrito como rescate por el asno, pero si no dan el cordero, entonces le romperán el cuello al asno. También deberán dar una ofrenda como rescate por cada hijo mayor, 14
NOTA: Aclaramos que este hecho anterior, en sentido figurado es un prototipo que representa lo que Dios hará en el futuro a sus enemigos: A Gog juntamente con todos sus aliados; al Anticristo y al falso profeta y todos sus seguidores e igual suerte le ocurrirá, Satanás con todo su séquito y los de las naciones que él va a lograr engañar al final del mundo. Aquí queremos informarles a todos nuestros hermanos y amigos lectores que todo esto la vamos a ver más adelante en este libro, y como es obvio, en su momento oportuno.
y cuando el día de mañana sus hijos les pregunten: “¿Qué quiere decir esto?”, les responderán: “El Señor nos sacó con gran poder de Egipto, donde vivíamos como esclavos. 15
Cuando el faraón se puso terco en no dejarnos salir, el Señor hirió de muerte al hijo mayor de cada familia egipcia y a todas las primeras crías de sus animales; por eso le ofrecemos al Señor todos los machos que nacen primero, y damos una ofrenda como rescate por nuestro hijo mayor. 16
Por lo tanto, como si tuvieran una marca en el brazo o en la frente, esta ceremonia les hará recordar a ustedes que el Señor nos sacó de Egipto con gran poder.”»
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La columna de nube y de fuego 17
Cuando el faraón dejó salir al pueblo israelita, Dios no los llevó por el camino que va al país de los filisteos, que era el más directo, pues pensó que los israelitas no querrían pelear cuando tuvieran que hacerlo, y que preferirían regresar a Egipto. 18
Por eso les hizo dar un rodeo por el camino del desierto que lleva al Mar Rojo.
Los israelitas salieron de Egipto formados como un ejército. 19
Moisés se llevó consigo los restos de José, pues José había hecho que los hijos de Israel le prometieran hacerlo así. Les había dicho: «En verdad, Dios vendrá a ayudarlos; y cuando eso suceda, ustedes deben llevarse mis restos de aquí.» 20
Los israelitas salieron de Sucot y acamparon en Etam, donde comienza el desierto.
PACTO DE DIOS CON ISRAEL EN EL SINAÍ
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De día, el Señor los acompañaba en una columna de nube, para señalarles el camino; y de noche, en una columna de fuego, para alumbrarlos. Así pudieron viajar día y noche. 22
La columna de nube siempre iba delante de ellos durante el día, y la columna de fuego durante la noche.
Israel acampó frente al monte y allí fue ratificado el pacto que Dios había hecho con sus antepasados, a los 3 meses de haber salido de Egipto, en esta misma fecha llegaron al desierto de la península del Sinaí, que está situada entre los 2 brazos de la extremidad meridional del mar rojo; también recibieron el decálogo (los 10 mandamientos). Ex. 19.1-25. Los israelitas llegan al Sinaí Los israelitas llegaron al desierto del Sinaí al tercer mes de haber salido de Egipto. 2 Después de salir de Refidim, llegaron al desierto del Sinaí y 3 acamparon allí mismo, frente al monte. Allí Moisés subió a encontrarse con Dios, pues el Señor lo llamó desde el monte y le dijo: —Anúnciales estas mismas palabras a los descendientes de Jacob, a los 4 israelitas: “Ustedes han visto lo que yo hice con los egipcios, y cómo los he traído a ustedes a donde yo estoy, como si vinieran sobre las alas de un águila.5 Así que, si ustedes me obedecen en todo y cumplen mi alianza, serán mi pueblo
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preferido entre todos los pueblos, pues toda la tierra me pertenece. Ustedes me serán un reino de sacerdotes, un pueblo consagrado a mí.” Diles todo esto a los israelitas.
—Baja y adviértele a la gente que no pase del límite ni trate de verme, no sea que muchos de ellos caigan muertos. 22 Aun los sacerdotes, que pueden acercarse a mí, deberán purificarse, no sea que yo haga destrozos entre ellos.
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—Haremos todo lo que el Señor ha ordenado.
—El pueblo no se atreverá a subir a este monte Sinaí, pues tú nos ordenaste ponerle un límite y declararlo sagrado.
Moisés fue y llamó a los ancianos del pueblo, y les expuso todo lo que el Señor 8 le había ordenado. Entonces los israelitas contestaron a una voz:
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Moisés llevó entonces al Señor la respuesta del pueblo, y el Señor le dijo:
Moisés le contestó al Señor:
Pero el Señor le dijo:
—Mira, voy a presentarme ante ti en medio de una nube espesa, para que la gente me oiga hablar contigo y así tengan siempre confianza en ti.
—Anda, baja; después subirás con Aarón. Pero los sacerdotes y el pueblo no deben pasar del límite para subir a donde yo estoy, no sea que yo haga destrozos entre ellos.
Moisés le repitió al Señor la respuesta del pueblo, 10y el Señor le dijo:
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—Ve y prepara al pueblo hoy y mañana para que me rinda culto. Deben lavarse la ropa 11 y prepararse para pasado mañana, porque pasado mañana bajaré yo, 12 el Señor, al monte Sinaí, a la vista de todo el pueblo. Pon límites alrededor del monte para que la gente no pase, y diles que respeten el monte y que no suban a él ni se acerquen a sus alrededores, porque todo el que se acerque será condenado a muerte. 13 Pero nadie debe ponerle la mano encima, sino que tendrán que matarlo a pedradas o a flechazos. No importa si es un hombre o un animal, no se le deberá dejar con vida. La gente podrá subir al monte sólo cuando se oiga el toque del cuerno de carnero. 14
Moisés bajó del monte a preparar al pueblo para que rindiera culto a Dios. La gente se lavó la ropa, 15y Moisés les dijo: —Prepárense para pasado mañana, y mientras tanto no tengan relaciones sexuales. 16
Al amanecer del tercer día hubo relámpagos y truenos, y una espesa nube se posó sobre el monte. Un fuerte sonido de trompetas hizo que todos en el 17 campamento temblaran de miedo. Entonces Moisés llevó al pueblo fuera del campamento para encontrarse con Dios, y se detuvieron al pie del monte.18 Todo el monte Sinaí echaba humo debido a que el Señor había bajado a él en medio de fuego. El humo subía como de un horno, y todo el monte temblaba 19 violentamente. El sonido de trompetas fue haciéndose cada vez más fuerte; Moisés hablaba, y Dios le contestaba con voz de trueno.
Moisés bajó y repitió esto a los israelitas.
Ex. 20.1-17. Los diez mandamientos Dios habló, y dijo todas estas palabras: 2
«Yo soy el Señor tu Dios, que te sacó de Egipto, donde eras esclavo.
3
»No tengas otros dioses aparte de mí.
4
»No te hagas ningún ídolo ni figura de lo que hay arriba en el cielo, ni de lo que 5 hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en el mar debajo de la tierra. No te inclines delante de ellos ni les rindas culto, porque yo soy el Señor tu Dios, Dios celoso que castiga la maldad de los padres que me odian, en sus hijos, nietos y bisnietos; 6 pero que trato con amor por mil generaciones a los que me aman y cumplen mis mandamientos. 7
»No hagas mal uso del nombre del Señor tu Dios, pues él no dejará sin castigo al que use mal su nombre. 8
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El Señor bajó a la parte más alta del monte Sinaí, y le pidió a Moisés que 21 subiera a ese mismo lugar. Moisés subió, y el Señor le dijo:
»Acuérdate del sábado, para consagrarlo al Señor. Trabaja seis días y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, 10 pero el séptimo día es de reposo consagrado al Señor tu Dios. No hagas ningún trabajo en ese día, ni tampoco tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni el extranjero que 11 viva contigo. Porque el Señor hizo en seis días el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y descansó el día séptimo. Por eso el Señor bendijo el sábado y lo declaró día sagrado.
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»Honra a tu padre y a tu madre, para que vivas una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios. 13
»No mates.
14
»No cometas adulterio.
15
»No robes.
16
»No digas mentiras en perjuicio de tu prójimo.
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»”Ten en cuenta el sábado para consagrarlo al Señor, tal como el Señor tu Dios te lo ha ordenado. 13 Trabaja seis días y haz en ellos todo lo que tengas que 14 hacer, pero el séptimo día es día de reposo consagrado al Señor tu Dios. No hagas ningún trabajo en ese día, ni tampoco tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu buey, ni tu asno, ni ninguno de tus animales, ni el extranjero que vive en tus ciudades, para que tu esclavo y tu esclava descansen igual que tú. 15 Recuerda que también tú fuiste esclavo en Egipto, y que el Señor tu Dios te sacó de allí desplegando gran poder. Por eso el Señor tu Dios te ordena respetar el día Sábado. 16
17
»No codicies la casa de tu prójimo: no codicies su mujer, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que le pertenezca.»
»”Honra a tu padre y a tu madre, tal como el Señor tu Dios te lo ha ordenado, para que vivas una larga vida y te vaya bien en la tierra que te da el Señor tu Dios.
Dt.5.1-21.
17
»”No mates.
Los Diez Mandamientos
18
»”No cometas adulterio.
Moisés reunió a todo el pueblo de Israel y les dijo:
19
»”No robes.
«Escuchen, israelitas, las leyes y decretos que hoy voy a comunicarles. Apréndanlos bien, y pónganlos en práctica.
20
»”No digas mentiras en perjuicio de tu prójimo.
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3
»El Señor nuestro Dios hizo una alianza con nosotros en el monte Horeb. No la hizo solamente con nuestros antepasados, sino también con todos nosotros, los que hoy estamos aquí reunidos. 4 El Señor habló con ustedes en el monte, cara a cara, de en medio del fuego. 5 Yo estaba entonces entre el Señor y ustedes, para comunicarles la palabra del Señor, ya que ustedes tenían miedo del fuego y no subieron al monte. Y el Señor dijo: 6
»“Yo soy el Señor tu Dios, que te sacó de Egipto, donde eras esclavo.
7
»”No tengas otros dioses aparte de mí.
21
»”No codicies la mujer de tu prójimo. No ambiciones la casa de tu prójimo, ni su campo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que le pertenezca.”
8
»”No te hagas ningún ídolo ni figura de lo que hay arriba en el cielo, ni de lo 9 que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en el mar debajo de la tierra. No te inclines delante de ellos ni les rindas culto, porque yo soy el Señor tu Dios, Dios celoso que castiga la maldad de los padres que me odian, en sus hijos, nietos y bisnietos, 10 pero que trato con amor por mil generaciones a los que me aman y cumplen mis mandamientos. 11
»”No hagas mal uso del nombre del Señor tu Dios, pues él no dejará sin castigo al que use mal su nombre.
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En Silo, Jos.18.1,2. Los territorios de las otras tribus Toda la comunidad israelita se reunió en Siló, para establecer allí la tienda del encuentro con Dios. Ya para entonces la tierra había sido conquistada,2 aunque todavía quedaban siete tribus israelitas a las que no se les había dado su parte. En Nob. 1 de Sam. 21. 1-5. David huye de Saúl (2)
ERECCIÓN DEL TABERNÁCULO
David se dirigió a Nob, a ver al sacerdote Ahimélec, que sorprendido salió a su encuentro y le dijo: —¿Cómo es que vienes solo, sin que nadie te acompañe? 2 (3)
El tabernáculo fue la tienda o santuario de adoración de los hebreos, este fue constituido por Dios en el desierto, en el día primero del mes primero del segundo año de haber salido de Egipto; y construido bajo la dirección de Moisés, este tabernáculo duró desde el tiempo de la peregrinación por el desierto hasta la construcción del templo de Salomón, el cual fue su substituto en Jerusalén. El tabernáculo primero fue ambulatorio por el desierto y, en segundo lugar, cuando ya tomaron posesión de la tierra prometida estuvo en 5 lugares diferentes: En Gilgal, Jos.4.19-24.
David le contestó:
—El rey me ha ordenado atender un asunto, y me ha dicho que nadie debía saber para qué me ha enviado ni cuáles son las órdenes que traigo. En cuanto a los hombres bajo mis órdenes, los he citado en cierto lugar. 3 (4) A propósito, ¿qué provisiones tienes a mano? Dame cinco panes o lo que encuentres. 4 (5)
Y el sacerdote le contestó:
—El pan que tengo a mano no es pan común y corriente, sino que está consagrado. Pero te lo daré, si tus hombres se han mantenido alejados de las mujeres. 5 (6)
David le respondió con firmeza:
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—Como siempre que salimos a campaña, hemos estado alejados de las mujeres. Y aunque éste es un viaje ordinario, ya mis hombres estaban limpios cuando salimos, así que con más razón lo han de estar ahora.
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En Gabaón, 1. de Cron.16.37-39.
pasaba al norte de Bet-hoglá, para terminar en la bahía norte del Mar Muerto, donde desemboca el río Jordán. Ésta era la frontera sur. El río Jordán era la frontera del este. Éstas eran las fronteras del territorio que se repartió entre los clanes de la tribu de Benjamín.
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Las ciudades que les tocaron a los clanes de la tribu de Benjamín fueron, por 22 23 una parte: Jericó, Bet-hoglá, Émec-quesís, Bet-arabá, Semaraim, Betel, 24 Avim, Pará, Ofrá, Quefar-haamoní, Ofní y Gueba, o sea doce ciudades con sus aldeas.
Así pues, David dejó allí delante del arca de la alianza del Señor a Asaf y sus 38 colegas para que sirvieran continuamente según se necesitara cada día. También dejó a Obed-edom y sus colegas, sesenta y ocho personas, con Obededom, hijo de Jedutún, y Hosá, como porteros. 39 Y a Sadoc y a sus colegas sacerdotes los dejó ante la tienda del Señor, en el santuario de Gabaón.
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Y por último, en Jerusalén, 1 de Cron. 15.1-3.
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travesaños, llevados sobre los hombros, según lo había mandado Moisés por orden del Señor.
David traslada el arca del Señor a Jerusalén Ex.40.2,17. David hizo que le construyeran casas en la Ciudad de David, y preparó también 2 un lugar para el arca de Dios en una tienda de campaña que levantó. Entonces ordenó: «Nadie, fuera de los levitas, debe llevar el arca de Dios, porque el Señor los ha escogido a ellos para que lleven el arca del Señor y para que estén siempre a su servicio.»
Consagración del santuario El Señor se dirigió a Moisés y le dijo: 2
3
Luego reunió a todo Israel en Jerusalén para trasladar el arca del Señor al lugar que le había preparado.
«El día primero del mes primero debes instalar el santuario, la tienda del encuentro con Dios. 3
4
Pon allí dentro el arca de la alianza, y cúbrela con el velo.
También reunió a los descendientes de Aarón y a los levitas. 4
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De los descendientes de Quehat se juntaron ciento veinte: Uriel, el jefe, y sus parientes.
Pon también dentro la mesa y el candelabro. Arregla bien la mesa y colócale al candelabro sus lámparas. 5
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De los descendientes de Merarí, doscientos veinte: Asaías, el jefe, y sus parientes.
Pon el altar de oro para el incienso delante del arca de la alianza, y cuelga la cortina de la entrada del santuario. 6
7
De los descendientes de Guersón, ciento treinta: Joel, el jefe, y sus parientes.
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De los descendientes de Elisafán, doscientos: Semaías, el jefe, y sus parientes.
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De los descendientes de Hebrón, ochenta: Eliel, el jefe, y sus parientes.
Pon luego el altar de los holocaustos a la entrada del santuario, la tienda del encuentro. 7
Pon después la palangana entre la tienda del encuentro y el altar, y llénala de agua. 8
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Instala entonces el patio alrededor, y cuelga la cortina de la entrada del patio.
De los descendientes de Uziel, ciento doce: Aminadab, el jefe, y sus parientes. Ex.40.17.
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Luego llamó David a Sadoc y a Abiatar, los sacerdotes, y a los levitas Uriel, Asaías, Joel, Semaías, Eliel y Aminadab,
. 17 Y así, al comenzar el segundo año después de la salida de Egipto, el día primero del mes primero, fue instalado el santuario.
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y les dijo: «Ustedes, que son los jefes de las familias de los levitas, purifíquense ritualmente junto con sus parientes, para que puedan trasladar el arca del Señor, Dios de Israel, al lugar que le he preparado; 13
pues como la primera vez no lo hicieron ustedes, el Señor nuestro Dios les quitó la vida a algunos de nosotros, porque no lo consultamos como era debido.» 14
Entonces los sacerdotes y levitas se purificaron ritualmente para poder trasladar el arca del Señor, Dios de Israel. 15 Lo hicieron sirviéndose de los
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»Yo viviré entre ustedes, y no los rechazaré; constantemente andaré entre ustedes, y seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo. 13 Yo soy el Señor su Dios, que los sacó de Egipto para que no siguieran siendo esclavos de ellos; yo rompí el yugo que pesaba sobre ustedes, y los hice andar con la frente en alto. Dt.7. 1-6. Advertencias contra la idolatría
Dios le advirtió a su pueblo, que no debía involucrarse en la idolatría y les aclaró el segundo y tercer mandamiento; con nuevos detalles les hizo ver los beneficios que esto les traería si ellos los acataban; además les mandó a destruir a las siete naciones idólatras de su alrededor, y les prohibió hacer cualquier alianza con ellos, ya fuera de ayuda mutua, comercial o de emparentamiento.
»El Señor, el Dios de ustedes, los va a hacer entrar en el país del cual han de tomar posesión, y echará de la presencia de ustedes a siete naciones más grandes y poderosas que ustedes: los hititas, los gergeseos, los amorreos, los cananeos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos. 2 Cuando el Señor su Dios haya hecho caer a estas naciones en poder de ustedes, y ustedes las hayan derrotado, deberán destinarlas a la destrucción y no hacer con ellas ningún pacto ni tenerles compasión. 3 Tampoco deberán ustedes emparentar con ellas, 4 ni casar a sus hijos e hijas con las jóvenes y los muchachos de esa gente, porque ellos harán que los hijos de ustedes se aparten del Señor y adoren a otros dioses; entonces la ira del Señor se encenderá contra ustedes y los destruirá en un abrir y cerrar de ojos. 5 Lo que tienen que hacer es derribar los altares paganos de ellos, destruir por completo las piedras y los troncos a los que ellos 6 rinden culto, y quemar sus ídolos. Porque ustedes son un pueblo apartado especialmente para el Señor su Dios; el Señor los ha elegido de entre todos los pueblos de la tierra, para que ustedes le sean un pueblo especial.
Lv.26.1-13.
Ex.34.11-17.
ADVERTENCIA CONTRA LA IDOLATRÍA
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»Cumplan lo que les he ordenado hoy, y yo arrojaré de la presencia de ustedes a los amorreos, cananeos, hititas, ferezeos, heveos y jebuseos.
Bendiciones a los obedientes »No se hagan ídolos ni imágenes; no levanten en su país piedras sagradas ni piedras grabadas; no se inclinen ante ellas, porque yo soy el Señor su Dios.2 Respeten mis sábados; tengan reverencia por mi santuario: yo soy el Señor. 3
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»No hagan ningún pacto con los que viven en el país al que van a entrar, para que no los hagan caer en sus redes. 13 Al contrario, derriben sus altares y destrocen por completo sus piedras y troncos sagrados.
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»Si siguen mis leyes, y cumplen mis mandamientos y los practican, yo les 5 enviaré la lluvia a su tiempo, y la tierra y los árboles del campo darán su fruto; tendrán trigo hasta la cosecha de las uvas, y uvas hasta el tiempo de la siembra; 6 comerán pan hasta quedar satisfechos, y gozarán de tranquilidad en el país. Les daré bienestar en el país, y dormirán sin sobresaltos, pues yo libraré al país 7 de animales feroces y de guerras. Ustedes harán huir a sus enemigos, y ellos caerán a filo de espada ante ustedes; 8 cinco de ustedes harán huir a cien, y cien de ustedes harán huir a diez mil; sus enemigos caerán ante ustedes a filo de 9 espada. Los miraré a ustedes con buenos ojos, y los haré crecer en número, y mantendré con ustedes mi alianza. 10 Comerán del trigo almacenado en años anteriores, y hasta tendrán que desalojarlo para almacenar el trigo nuevo.
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»No adoren a ningún otro dios, porque el Señor es celoso. Su nombre es Dios celoso. 15
»No hagan ningún pacto con los que viven en esa tierra, no sea que cuando ellos se rebajen a adorar a sus dioses y les presenten ofrendas, los inviten a 16 ustedes y ustedes coman también de esas ofrendas, o casen ellos a sus hijas con los hijos de ustedes, y cuando ellas cometan inmoralidades al adorar a sus dioses, hagan que los hijos de ustedes también se rebajen a adorarlos. 17
»Jamás se hagan ustedes ídolos de metal fundido.
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Is.57:1-13. Los hombres honrados mueren y nadie se preocupa; los hombres buenos desaparecen, y nadie entiende que al morir se ven libres de los males 2 y entran en la paz. Habían seguido un camino recto y ahora descansan en sus tumbas. Contra los cultos idolátricos 3
Acérquense ustedes, hijos de hechicera, nacidos de un adúltero y una prostituta: 4 ¿De quién se burlan ustedes? ¿A quién le hacen gestos de desprecio? ¿A quién le enseñan la lengua? Ustedes son hijos de pecado, gente mentirosa; 5 debajo de los robles y de todo árbol frondoso se entregan a actos inmorales, y sacrifican niños junto a los arroyos, en las grietas de las rocas. 6
«Israel, tú prefieres dar culto a las piedras lisas del arroyo, pues allí tienes un lugar destinado para ti. A ellas les has derramado ofrendas de vino, les has ofrecido cereales. ¿Y después de todo esto voy a sentirme contento? 7 En un monte alto y empinado pusiste tu cama, y allá también has subido a ofrecer sacrificios. 8 Detrás de la puerta de tu casa pusiste tus ídolos obscenos. Te olvidaste de mí, te desnudaste y te acostaste en tu ancha cama; hiciste tratos con los hombres con quienes querías acostarte, y mirabas al ídolo. 9
»Corriste hacia el dios Mélec llevando aceite y gran cantidad de perfumes; enviaste mensajeros hasta muy lejos, los hiciste bajar hasta el reino de la muerte. 10 Te cansaste de tantos viajes,
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pero no reconociste que todo era inútil. Tenías a la mano el sustento, y por eso no te cansabas. 11
»¿Quiénes son esos dioses que tú temías y honrabas, para que me fueras infiel y me olvidaras por completo? Cuando tú no me honrabas, yo callaba y disimulaba. 12 Pero voy a denunciar tu conducta, que tú crees tan perfecta. 13 Cuando grites pidiendo auxilio, tus ídolos no te ayudarán ni te librarán. A todos ellos se los llevará el viento; un soplo los hará desaparecer. En cambio, el que confía en mí habitará en el país y vivirá en mi monte santo.»
¿Por qué Dios les hizo esta serie de prohibiciones si ya ellos le conocían a él? Porque Dios sabía que la manera del pensar humano es voluble y fácil de manipular, esto es, la mente humana, otro que tenga una verbosidad muy sutil muy artificiosa puede torcer o hacer cambiar de opinión a cualquiera: Satanás lo hizo con Eva y Adán, los políticos lo hacen para ganar adeptos, los estafadores y delincuentes lo hacen con sus víctimas, los sicólogos con sus pacientes, el temor de presentimiento del apóstol Pablo, etc. Gn.3.1-6. Adán y Eva desobedecen a Dios La serpiente era más astuta que todos los animales salvajes que Dios el Señor había creado, y le preguntó a la mujer: —¿Así que Dios les ha dicho que no coman del fruto de ningún árbol del jardín? Y la mujer le contestó:
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—Podemos comer del fruto de cualquier árbol, 3 menos del árbol que está en medio del jardín. Dios nos ha dicho que no debemos comer ni tocar el fruto de ese árbol, porque si lo hacemos, moriremos.
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Pero la serpiente le dijo a la mujer:
—No es cierto. No morirán. 5 Dios sabe muy bien que cuando ustedes coman del fruto de ese árbol podrán saber lo que es bueno y lo que es malo, y que entonces serán como Dios.
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—Por esto que has hecho, maldita serás entre todos los demás animales. De hoy en adelante caminarás arrastrándote y comerás tierra. 15 Haré que tú y la mujer sean enemigas, lo mismo que tu descendencia y su descendencia. Su descendencia te aplastará la cabeza, y tú le morderás el talón. 16
A la mujer le dijo:
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La mujer vio que el fruto del árbol era hermoso, y le dieron ganas de comerlo y de llegar a tener entendimiento. Así que cortó uno de los frutos y se lo comió. Luego le dio a su esposo, y él también comió. 7 En ese momento se les abrieron los ojos, y los dos se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entonces cosieron hojas de higuera y se cubrieron con ellas. 8
El hombre y su mujer escucharon que Dios el Señor andaba por el jardín a la hora en que sopla el viento de la tarde, y corrieron a esconderse de él entre los 9 árboles del jardín. Pero Dios el Señor llamó al hombre y le preguntó: —¿Dónde estás? 10
El hombre contestó:
Entonces Dios le preguntó:
—¿Y quién te ha dicho que estás desnudo? ¿Acaso has comido del fruto del árbol del que te dije que no comieras? 12
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Al hombre le dijo:
—Como le hiciste caso a tu mujer y comiste del fruto del árbol del que te dije que no comieras, ahora la tierra va a estar bajo maldición por tu culpa; con 18 duro trabajo la harás producir tu alimento durante toda tu vida. La tierra te 19 dará espinos y cardos, y tendrás que comer plantas silvestres. Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste formado, pues tierra eres y en tierra te convertirás. 2 de Cor.11.1-3.
—Escuché que andabas por el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo; por eso me escondí. 11
—Aumentaré tus dolores cuando tengas hijos, y con dolor los darás a luz. Pero tu deseo te llevará a tu marido, y él tendrá autoridad sobre ti.
El desinterés de Pablo ¡Ojalá me soportaran ustedes un poco de locura! Como quiera que sea, sopórtenme. 2Porque el celo que siento por ustedes es un celo que viene de Dios. Yo los he comprometido en casamiento con un solo esposo, Cristo, y quiero presentarlos ante él puros como una virgen. 3 Pero temo que, así como la serpiente engañó con su astucia a Eva, también ustedes se dejen engañar, y que sus pensamientos se aparten de la actitud sincera y pura hacia Cristo.
El hombre contestó:
—La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo comí. 13
Entonces Dios el Señor le preguntó a la mujer:
—¿Por qué lo hiciste? Y ella respondió: —La serpiente me engañó, y por eso comí del fruto. 14
Entonces Dios el Señor dijo a la serpiente:
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porque nuestro Dios ya no está con nosotros?” Pero cuando llegue ese momento, yo me apartaré de ellos aún más, por todo el mal que habrán hecho y por haber adorado a otros dioses. 19
PROFECÍA DE LA PROSTITUCIÓN DE ISRAEL
»Ahora pues, escriban este cántico y enséñenselo a los israelitas, para que lo 20 canten y me sirva de testimonio contra ellos. Porque cuando yo los haya hecho entrar en la tierra que bajo juramento prometí a sus antepasados, tierra donde la leche y la miel corren como el agua, y cuando hayan comido hasta estar satisfechos y engordar, entonces se irán tras otros dioses y los adorarán, y a mí 21 me despreciarán y romperán mi alianza. Pero cuando les vengan muchos males y aflicciones, entonces este cántico será un testimonio contra ellos, pues sus descendientes lo recordarán y lo cantarán; porque ya desde antes de hacerlos entrar en el país que les he prometido, sé muy bien hacia dónde se inclinan sus pensamientos.» 22
Aquel mismo día escribió Moisés el cántico, e hizo que los israelitas lo aprendieran.
Dios, en la presencia de Moisés, pronosticó que Israel al entrar en la tierra de la promisión se iría a corromper, porque ellos serían seducidos por la belleza de las mujeres, les advirtió que esto les costaría muy caro y tendrían que pasar por muchas angustias y tribulaciones, todo esto sería por apostatar y desobedecer su palabra.
A Josué, hijo de Nun, el Señor le dio la siguiente orden:
«Ten valor y firmeza, porque tú eres quien hará entrar a los israelitas en el país que les he prometido, y yo estaré a tu lado.» 24
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Cuando Moisés terminó de escribir estas leyes en un libro, dijo a los levitas encargados de llevar el arca de la alianza del Señor: 26
«Tomen este libro de la ley y pónganlo al lado del arca de la alianza del Señor 27 su Dios, para que esté allí como testimonio contra ustedes. Porque yo sé que ustedes son un pueblo rebelde y testarudo; y si hoy, que todavía vivo entre ustedes, se han rebelado contra el Señor, ¿qué será después de mi muerte? 28
Dt.31.14-29. Últimas instrucciones del Señor a Moisés 14
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Luego el Señor dijo a Moisés:
«Mira, ya se va acercando la hora de tu muerte; así que llama a Josué, y preséntense los dos en la tienda del encuentro, para que yo le dé mis órdenes.» 15
Moisés y Josué fueron a la tienda del encuentro, y allí se les apareció el Señor en una columna de nube, la cual se colocó sobre la entrada de la tienda.16 Entonces el Señor dijo a Moisés:
Traigan aquí a todos los ancianos y jefes de sus tribus, para que yo les hable de 29 estas cosas y ponga al cielo y a la tierra como testigos contra ellos. Porque yo sé que después de mi muerte se van a corromper y van a dejar el camino que les he ordenado seguir; y sé también que en el futuro les sobrevendrá la desgracia, por hacer lo malo a los ojos del Señor y provocar con ello su enojo.» Dt.8.11-20. Advertencias de no olvidarse de Dios
«Ya pronto vas a morir, y este pueblo se va a corromper con los dioses del país extranjero que va a ocupar; entonces me abandonará y romperá la alianza que he hecho con él. 17 Pero mi furor se encenderá contra ellos, y los abandonaré; no me preocuparé de ellos para nada, y serán tantos los males y aflicciones que les vendrán, que finalmente dirán: “¿No será que estamos sufriendo estos males
»Tengan cuidado de no olvidarse del Señor su Dios. No dejen de cumplir sus 12 mandamientos, decretos y leyes que les he ordenado hoy. Cuando hayan 13 comido y estén satisfechos, y vivan en las buenas casas que hayan construido,
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y vean que sus vacas y ovejas han aumentado, lo mismo que su oro y su plata y 14 todas sus propiedades, no se llenen de orgullo ni se olviden del Señor su Dios, que los sacó de Egipto, donde eran esclavos; 15 que los hizo marchar por el grande y terrible desierto, lleno de serpientes venenosas y escorpiones, y donde no había agua. Pero él sacó agua de una dura roca y les dio de beber,16 y en el desierto los alimentó con maná, comida que los antepasados de ustedes no habían conocido, para humillarlos y ponerlos a prueba, y para bien de ustedes al fin de cuentas. 17
»No se les ocurra pensar: “Toda esta riqueza la hemos ganado con nuestro propio esfuerzo.” 18 Deben acordarse del Señor su Dios, ya que ha sido él quien les ha dado las fuerzas para adquirirla, cumpliendo así con ustedes la alianza que antes había hecho con los antepasados de ustedes.
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»Cuando bajé del monte, el cual estaba ardiendo, traía yo en mis manos las dos tablas de la alianza. 16 Pero al ver que ustedes habían pecado contra el Señor, y que se habían hecho un becerro de metal fundido, abandonando así el camino que el Señor les había ordenado seguir, 17 arrojé las dos tablas que traía 18 en las manos, y las hice pedazos delante de ustedes. Después me arrodillé delante del Señor y, tal como ya lo había hecho antes, estuve cuarenta días y cuarenta noches sin comer ni beber nada, por causa del pecado que ustedes 19 habían cometido, con lo que ofendieron al Señor y provocaron su ira. Yo estaba asustado del enojo y furor que el Señor manifestó contra ustedes, hasta 20 el punto de querer destruirlos; pero una vez más el Señor me escuchó. También estaba el Señor muy enojado contra Aarón, y quería destruirlo, pero 21 yo intervine en favor de él; luego agarré el becerro que ustedes se habían hecho y con el cual pecaron, y lo arrojé al fuego, y después de molerlo hasta convertirlo en polvo, lo eché al arroyo que baja del monte.
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»Pero si se olvidan ustedes del Señor su Dios, y se van tras otros dioses y les rinden culto, yo les aseguro desde ahora que ustedes serán destruidos por 20 completo. De la misma manera que el Señor destruirá a las naciones que ustedes encuentren a su paso, así también ustedes serán destruidos por haber desobedecido al Señor su Dios. Dt.9.7-29. Rebelión de Israel en el monte Horeb 7
»Nunca deben ustedes olvidar que han contrariado al Señor su Dios en el desierto. Desde que salieron de Egipto y hasta que llegaron a este lugar, siempre le han sido rebeldes. 8 Ya en el monte Horeb hicieron enojar al Señor, y 9 tanto se enojó él contra ustedes que estuvo a punto de destruirlos. Yo subí al monte para recoger las tablas de piedra, las tablas de la alianza que el Señor había hecho con ustedes, y me quedé allí cuarenta días y cuarenta noches sin comer ni beber. 10 El Señor me dio entonces las dos tablas de piedra, escritas por él mismo, que contenían todas las palabras que él les había dicho en el monte, de en medio del fuego, el día en que todos nos reunimos. 11 Pasados esos cuarenta días y cuarenta noches, el Señor me dio las dos tablas de piedra, las 12 tablas de la alianza, y me dijo: “Anda, baja pronto de aquí, porque el pueblo que sacaste de Egipto se ha descarriado. Muy pronto han dejado de cumplir lo que yo les ordené, y se han hecho un ídolo de metal fundido.” 13
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»También en Taberá, en Masá y en Quibrot-hataavá, provocaron ustedes la ira del Señor. 23 Y cuando el Señor les ordenó partir de Cadés-barnea para ir a tomar posesión del país que él les había dado, también se opusieron a su mandato y no tuvieron fe en él ni quisieron obedecerlo. 24 ¡Desde que yo los 25 conozco, ustedes han sido rebeldes al Señor! Como el Señor había amenazado con destruirlos, yo me quedé arrodillado delante del Señor durante cuarenta 26 días y cuarenta noches, y con ruegos le dije: “Señor, no destruyas a este pueblo, que es tuyo, que tú liberaste con tu grandeza y sacaste de Egipto con gran poder. 27 Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob. No tengas en 28 cuenta la terquedad de este pueblo, ni su maldad y pecado, para que no se diga en el país del que nos sacaste: El Señor no pudo hacerlos entrar en el país que les había prometido, y como los odiaba, los hizo salir de aquí para hacerlos morir en el desierto. 29 Pero ellos son tu pueblo, son tuyos; tú los sacaste de Egipto con gran despliegue de poder.” Ex.32.7-35. Entonces el Señor le dijo a Moisés: —Anda, baja, porque tu pueblo, el que sacaste de Egipto, se ha echado a perder. Muy pronto se han apartado del camino que yo les ordené seguir. Se han hecho un becerro de oro fundido, y lo están adorando y presentándole ofrendas; y dicen: “¡Israel, éste es tu dios, que te sacó de Egipto!” 8
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Además, el Señor le dijo a Moisés:
»El Señor también me dijo: “Ya he visto que este pueblo es muy terco. Quítate de mi camino, que voy a destruirlos y a borrar de la tierra su memoria; pero de ti haré una nación más fuerte y numerosa que ellos.”
—Me he fijado en esta gente, y me he dado cuenta de que son muy tercos. ¡Ahora déjame en paz, que estoy ardiendo de enojo y voy a acabar con ellos! Pero de ti voy a hacer una gran nación.
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Moisés, sin embargo, trató de calmar al Señor su Dios con estas palabras:
—Señor, ¿por qué vas a arder de enojo contra tu pueblo, el que tú mismo 12 sacaste de Egipto con gran despliegue de poder? ¿Cómo vas a dejar que digan los egipcios: “Dios los sacó con la mala intención de matarlos en las montañas, para borrarlos de la superficie de la tierra”? Deja ya de arder de enojo; renuncia a la idea de hacer daño a tu pueblo. 13 Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo y les dijiste: “Haré que los descendientes de ustedes sean tan numerosos como las estrellas del cielo, y toda esta tierra que les he prometido a ustedes se la daré como su herencia para siempre.” 14
El Señor renunció a la idea que había expresado de hacer daño a su 15 pueblo. Entonces Moisés se dispuso a bajar del monte, trayendo en sus manos las dos tablas de la ley, las cuales estaban escritas por los dos lados. 16 Dios mismo había hecho las tablas, y Dios mismo había grabado lo que estaba escrito en ellas. 17
Cuando Josué escuchó los gritos de la gente, le dijo a Moisés:
—Se oyen gritos de guerra en el campamento. 18
Pero Moisés contestó:
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Moisés se fijó en que el pueblo estaba desenfrenado y expuesto a las burlas de sus enemigos, pues Aarón no lo había controlado, 26 así que se puso de pie a la entrada del campamento y dijo: —Los que estén de parte del Señor, júntense conmigo. Y todos los levitas se le unieron. 27Entonces Moisés les dijo: —Así dice el Señor, el Dios de Israel: “Tome cada uno de ustedes la espada, regresen al campamento, y vayan de puerta en puerta, matando cada uno de ustedes a su hermano, amigo o vecino.” 28
Los levitas cumplieron las órdenes de Moisés, y ese día murieron como tres 29 mil hombres. Entonces Moisés dijo: —Hoy reciben ustedes plena autoridad ante el Señor, por haberse opuesto unos a su hijo y otros a su hermano. Así que hoy el Señor los bendice. 30
Al día siguiente, Moisés dijo a la gente:
—Ustedes han cometido un gran pecado. Ahora voy a tener que subir a donde está el Señor, a ver si consigo que los perdone. 31
Y así Moisés volvió a donde estaba el Señor, y le dijo: 32
—No son cantos alegres de victoria, ni son cantos tristes de derrota; son otros cantos los que escucho.
—Realmente el pueblo cometió un gran pecado al hacerse un dios de oro. Yo te ruego que los perdones; pero si no los perdonas, ¡borra mi nombre del libro que has escrito! 33
Pero el Señor le contestó:
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En cuanto Moisés se acercó al campamento y vio el becerro y los bailes, ardió de enojo y arrojó de sus manos las tablas, haciéndolas pedazos al pie del monte; 20 en seguida agarró el becerro y lo arrojó al fuego, luego lo molió hasta hacerlo polvo, y el polvo lo roció sobre el agua; entonces hizo que los israelitas 21 bebieran de aquella agua. Y le dijo a Aarón:
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—Sólo borraré de mi libro al que peque contra mí. Así que, anda, lleva al pueblo al lugar que te dije. Mi ángel te guiará. Y cuando llegue el día del castigo, yo los castigaré por su pecado. 35
Y el Señor envió una plaga sobre el pueblo por haber adorado al becerro que Aarón les hizo.
—¿Qué te hizo este pueblo, que le has hecho cometer un pecado tan grande? Jue. 2.11-23. 22
Y Aarón contestó:
Los israelitas abandonan al Señor
—Señor mío, no te enojes conmigo. Tú bien sabes que a esta gente le gusta hacer lo malo. 23 Ellos me dijeron: “Haznos un dios que nos guíe, porque no 24 sabemos qué pudo haberle pasado a este Moisés que nos sacó de Egipto.” Yo les contesté: “El que tenga oro, que lo aparte.” Ellos me dieron el oro, yo lo eché en el fuego, ¡y salió este becerro!
Pero los hechos de los israelitas fueron malos a los ojos del Señor, pues 12 empezaron a adorar a las diferentes representaciones de Baal. Dejaron al Señor, el Dios de sus antepasados que los había sacado de Egipto, y se entregaron a adorar a los dioses de la gente que vivía alrededor, provocando así el enojo del Señor. 13 Dejaron al Señor por adorar a Baal y a las diferentes
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representaciones de Astarté, y por eso el Señor se enojó contra Israel e hizo que los ladrones los despojaran de lo que tenían, y que sus enemigos de los 15 alrededores los derrotaran sin que ellos pudieran hacerles frente. Cada vez que ellos marchaban a la batalla, el Señor se ponía en su contra y les iba mal, según él mismo se lo había anunciado. Sin embargo, aunque el Señor puso a los israelitas en aprietos, 16 también hizo 17 surgir caudillos que los libraran de quienes los despojaban. Pero los israelitas no hicieron caso a estos caudillos, sino que fueron infieles al Señor y adoraron a otros dioses. Sus antepasados habían obedecido los mandamientos del Señor; pero ellos no siguieron su ejemplo. 18 Cada vez que el Señor hacía surgir un caudillo, también lo ayudaba, y durante la vida del caudillo libraba a los israelitas del poder de sus enemigos, pues sentía compasión de ellos al oírlos gemir por causa de la opresión que sufrían. 19 Pero cuando el caudillo moría, ellos volvían a corromperse, y llegaban a ser peores que sus padres, sirviendo y adorando a otros dioses. No abandonaban sus malas prácticas, ni 20 su terca conducta. Por eso el Señor se enfureció contra Israel, y dijo: «Esta gente rompe la alianza que yo hice con sus antepasados, y no quiere 21 obedecerme. Por lo tanto, no volveré a desalojar ante ellos a ninguno de los pueblos que Josué no desalojó antes de morir.» 22 Con esto el Señor quería ver si los israelitas seguirían el camino del Señor, como antes lo habían seguido sus 23 antepasados, o no. Por eso el Señor no desalojó en seguida a las naciones que no había entregado en manos de Josué, sino que les permitió quedarse.
LO QUE DIOS EXIGE Lo que Dios pide y desea de su pueblo Israel y de todos los cristianos, es que le temamos, que le amemos, que le sirvamos de todo corazón, que no seamos sólo oidores sino hacedores de su Palabra; esto es, que estemos atento a sus mandamientos y a sus principios y los pongamos en práctica todos los días de nuestra vida.
Jue. 3.1-6. Los pueblos que se quedaron en Canaán Estos son los pueblos que el Señor dejó en la región para poner a prueba a los israelitas que aún no habían nacido cuando se luchó por conquistar Canaán.2 El Señor los dejó para que aprendieran a pelear los que nunca habían estado en el campo de batalla. 3 Quedaron los cinco jefes filisteos, todos los cananeos, los sidonios y los heveos que vivían en los montes del Líbano, desde el monte de Baal-hermón hasta el paso de Hamat. 4 Con ellos el Señor quiso poner a prueba a los israelitas, para ver si obedecían los mandamientos que él había dado a los 5 antepasados de ellos por medio de Moisés. Y así los israelitas empezaron a vivir entre los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos, 6 y los hijos y las hijas de los israelitas se casaron con los hijos y las hijas de aquellos pueblos, y adoraron a sus dioses.
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Dt.10.12-22. Lo que Dios exige 12
»Y ahora, israelitas, ¿qué pide de ustedes el Señor su Dios? Solamente que lo honren y sigan todos sus caminos; que lo amen y lo adoren con todo su 13 corazón y con toda su alma, y que cumplan sus mandamientos y sus leyes, 14 para que les vaya bien. Tengan en cuenta que del Señor su Dios son los cielos 15 y lo más alto de los cielos, la tierra y todo lo que hay en ella. Sin embargo, el Señor prefirió a los antepasados de ustedes y los amó, y después escogió a los descendientes de ellos, que son ustedes, de entre todos los demás pueblos, tal como se puede ver hoy. 16
»Pongan en su corazón la marca de la alianza, y no sigan siendo tercos,17 porque el Señor su Dios es el Dios de dioses y el Señor de señores; él es el Dios soberano, poderoso y terrible, que no hace distinciones ni se deja comprar con regalos; 18 que hace justicia al huérfano y a la viuda, y que ama y da alimento y 19 vestido al extranjero que vive entre ustedes. Ustedes, pues, amen al extranjero, porque también ustedes fueron extranjeros en Egipto.
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»Honren al Señor su Dios, y adórenlo sólo a él; séanle fieles, y cuando tengan que hacer un juramento, háganlo en su nombre. 21 Porque él es el motivo de la alabanza de ustedes; él es su Dios, que ha hecho por ustedes estas cosas grandes y maravillosas que han visto. 22 Cuando los antepasados de ustedes llegaron a Egipto, eran sólo setenta personas, pero ahora el Señor su Dios los ha hecho aumentar en número como las estrellas del cielo. Dt. 30.10-20.
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Israel, su historia y su futuro
Fortaleza en las pruebas 2
Hermanos míos, ustedes deben tenerse por muy dichosos cuando se vean sometidos a pruebas de toda clase. 3 Pues ya saben que cuando su fe es puesta a 4 prueba, ustedes aprenden a soportar con fortaleza el sufrimiento. Pero procuren que esa fortaleza los lleve a la perfección, a la madurez plena, sin que les falte nada. 5
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si es que obedecen al Señor su Dios y cumplen sus mandamientos y leyes escritos en este libro de la ley, y se vuelven a él con todo su corazón y con toda su alma. 11
»Este mandamiento que hoy les doy no es demasiado difícil para ustedes, ni está fuera de su alcance. 12 No está en el cielo, para que se diga: “¿Quién puede subir al cielo por nosotros, para que nos lo traiga y nos lo dé a conocer, y lo pongamos en práctica?” 13 Tampoco está del otro lado del mar, para que se diga: “¿Quién cruzará el mar por nosotros, para que nos lo traiga y nos lo 14 dé a conocer, y lo pongamos en práctica?” Al contrario, el mandamiento está muy cerca de ustedes; está en sus labios y en su pensamiento, para que puedan cumplirlo. 15
»Miren, hoy les doy a elegir entre la vida y el bien, por un lado, y la muerte y el 16 mal, por el otro. Si obedecen lo que hoy les ordeno, y aman al Señor su Dios, y siguen sus caminos, y cumplen sus mandamientos, leyes y decretos, vivirán y tendrán muchos hijos, y el Señor su Dios los bendecirá en el país que van a ocupar. 17 Pero si no hacen caso de todo esto, sino que se dejan arrastrar por 18 otros dioses para rendirles culto y arrodillarse ante ellos, en este mismo momento les advierto que morirán sin falta, y que no estarán mucho tiempo en 19 el país que van a conquistar después de haber cruzado el Jordán. En este día pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ustedes, de que les he dado a elegir entre la vida y la muerte, y entre la bendición y la maldición. Escojan, 20 pues, la vida, para que vivan ustedes y sus descendientes; amen al Señor su Dios, obedézcanlo y séanle fieles, porque de ello depende la vida de ustedes y el que vivan muchos años en el país que el Señor juró dar a Abraham, Isaac y Jacob, antepasados de ustedes.» Stg.1.19-27.
Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará; 6 pues Dios da a todos sin limitación y sin hacer reproche alguno. Pero tiene que pedir con fe, sin dudar nada; porque el que duda es como una ola del mar, 7 que el viento lleva de un lado a otro. Quien es así, no crea que va a recibir 8 nada del Señor, porque hoy piensa una cosa y mañana otra, y no es constante en su conducta. 9
El hermano de condición humilde debe sentirse orgulloso de ser enaltecido 10 por Dios; y el rico de ser humillado. Porque el rico es como la flor de la hierba, que no permanece. 11 Cuando el sol sale y calienta con fuerza, la hierba se seca, su flor se cae y su belleza se pierde. Así también, el rico desaparecerá en medio de sus negocios. 12
Dichoso el hombre que soporta la prueba con fortaleza, porque al salir aprobado recibirá como premio la vida, que es la corona que Dios ha 13 prometido a los que lo aman. Cuando alguno se sienta tentado a hacer lo malo, no piense que es tentado por Dios, porque Dios ni siente la tentación de 14 hacer lo malo, ni tienta a nadie para que lo haga. Al contrario, uno es tentado por sus propios malos deseos, que lo atraen y lo seducen. 15 De estos malos deseos nace el pecado; y del pecado, cuando llega a su completo desarrollo, nace la muerte. 16
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Queridos hermanos míos, no se engañen: todo lo bueno y perfecto que se nos da, viene de arriba, de Dios, que creó los astros del cielo. Dios es siempre el 18 mismo: en él no hay variaciones ni oscurecimientos. Él, porque así lo quiso, nos dio vida mediante el mensaje de la verdad, para que seamos los primeros frutos de su creación. Necesidad de poner en práctica el mensaje 19
Recuerden esto, queridos hermanos: todos ustedes deben estar listos para escuchar; en cambio deben ser lentos para hablar y para enojarse.
Saludo Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, saluda a las doce tribus de Israel esparcidas por todo el mundo.
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Es el Dios de la verdad, en él no hay injusticia; ¡él es justo y verdadero! 5 »Gente malvada y perversa, que ha ofendido a Dios, que son indignos de ser sus hijos: 6 ¿Así es como le pagan al Señor? Pueblo necio y sin sabiduría, ¿no es él tu padre, tu creador? ¡Él te creó y te dio el ser! 7
CÁNTICO DE MOISÉS Dios, a través de su santo Espíritu, inspiró en Moisés un cántico profético que traza la historia de su pueblo hasta el final de nuestra era cristiana; en este cántico hay anhelo de Dios, de que proclamemos y engrandezcamos su nombre y hagamos un reconocimiento de su amor, su misericordia, su justicia y su rectitud para con sus escogidos. Dt.32.1-43. «Escucha, cielo, que voy a hablar; atiende, tierra, a mis palabras. 2
»Mi enseñanza caerá como la lluvia, mi discurso será como el rocío, como llovizna sobre la hierba, como gotas de agua sobre el pasto. 3
»Proclamaré el nombre del Señor:
¡reconozcan la grandeza del Dios nuestro! 4
Él es nuestro protector; sus obras son perfectas, sus acciones son justas.
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»Vuelve atrás la mirada, piensa en los tiempos pasados; pide a tu padre que te lo diga, y a los ancianos que te lo cuenten: 8 Hubo una vez en que el Altísimo hizo reparto de hombres y naciones, y fijó las fronteras de los pueblos. Pero tomó en cuenta a los israelitas, 9 pues la herencia del Señor, la gente suya, es el pueblo de Jacob. 10 Los encontró por el desierto, por tierras secas y azotadas por el viento; los envolvió en sus brazos, los instruyó y los cuidó como a la niña de sus ojos. 11 Como águila que revolotea sobre el nido y anima a sus polluelos a volar, así el Señor extendió sus alas y, tomándolos, los llevó a cuestas. 12
»El Señor los guió, y nadie más; ¡ningún dios extraño tuvo que ayudarlo! 13 Los llevó en marcha triunfal por las regiones altas del país, los alimentó con los frutos del campo, de la roca les dio a beber miel y del duro pedernal les dio aceite; 14 de sus ganados tuvieron leche y cuajada, y comieron lo mejor de los corderos, carneros de Basán y machos cabríos;
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comieron el mejor grano de trigo y bebieron el vino, la sangre de las uvas. 15 »Pero engordó Jesurún, y dio coces (tanto engordó que brillaba de gordo), y abandonó a Dios, su creador; despreció a su protector y salvador. 16 Provocaron los celos y la ira de Dios al adorar ídolos repugnantes; 17 ofrecieron sacrificios a demonios, a dioses falsos que nunca antes conocieron; dioses nuevos, recién llegados, a los que jamás sus padres dieron culto. 18
»Olvidaste, Israel, a tu padre y protector; olvidaste al Dios que te dio la vida. 19 Y Dios se enojó al ver esto, y rechazó a sus hijos y a sus hijas; 20 y dijo: “Voy a volverles la espalda, ¡y a ver en qué van a parar! Realmente son gente malvada, hijos en los que no se puede confiar. 21 Me provocan a celos con un dios que no es dios, me irritan con sus dioses ilusorios; ¡pues yo los provocaré a celos con un pueblo que no es pueblo, los haré enojar con un pueblo que no quiere entender! 22 Mi furor se ha encendido como un fuego, y arderá hasta las regiones más profundas; consumirá la tierra y sus frutos, pondrá fuego a las bases de los montes. 23 Sobre ellos lanzaré todos los males, contra ellos lanzaré todas mis flechas; 24 morirán de hambre y de fiebre; una amarga peste los destruirá; mandaré contra ellos fieras salvajes y serpientes venenosas. 25
En las calles caerán sus hijos a filo de espada, y en las casas reinará el espanto; morirán muchachos y muchachas,
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ancianos y niños de pecho. 26 »”Yo había pensado dispersarlos y borrar de la tierra su memoria, 27 pero no quise soportar las burlas del enemigo; no quise que se jactaran mis adversarios y que dijeran: No fue el Señor quien hizo esto; lo hicimos nosotros con nuestro poder.” 28
»Israel es un pueblo que ha perdido el juicio; ¡no tiene entendimiento! 29 Si fueran sabios, lo entenderían; comprenderían en qué van a parar. 30 ¿Cómo es que uno solo hizo huir a mil? ¿Y cómo es que dos pusieron en fuga a diez mil? ¡Tan sólo porque el Señor, su protector, decidió entregarlos al enemigo! 31
»Bien saben nuestros enemigos que su protector no puede compararse al nuestro. 32 Ellos son cual viñedos corruptos, descendientes de Sodoma y de Gomorra, que producen uvas amargas y venenosas; 33 su vino es veneno de víboras, ¡veneno mortal de serpientes! 34 »“Todo esto me lo estoy reservando; lo estoy guardando como un tesoro, 35 para el día en que me vengue y les dé su merecido, para cuando llegue el momento de su caída. Ya está cerca el día de su destrucción, ¡ya se les acerca la hora!” 36
»El Señor saldrá en defensa de su pueblo cuando vea que le faltan las fuerzas; el Señor se compadecerá de sus siervos cuando vea que ya no quedan ni débiles ni fuertes. 37 Entonces les dirá: “¿Dónde están sus dioses, esos protectores en los que confiaban, 38 esos que comían la grasa de sus sacrificios y bebían el vino que les ofrecían?
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¡Que se levanten a ayudarlos! ¡Que vengan a protegerlos! 39 Yo soy el único Dios; no hay otros dioses fuera de mí. Yo doy la vida, y la quito; yo causo la herida, y la curo. ¡No hay quien se libre de mi poder! 40 Levanto mi mano al cielo, y juro por mi eternidad 41 que cuando afile mi brillante espada y comience a impartir justicia, me vengaré de mis enemigos. ¡Daré su merecido a los que me odian! 42 Empaparé en sangre mis flechas, y mi espada acabará con ellos; ¡sangre de heridos y de prisioneros!, ¡de los jefes enemigos, de largas melenas!” 43
»¡Alégrense, naciones, con el pueblo de Dios! ¡Él vengará la muerte de sus siervos, tomará venganza de sus enemigos y perdonará a su país y a su pueblo!»
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INICIA LA MONARQUÍA EN ISRAEL Como el pueblo se estaba dando cuenta, que la justicia estaba en las manos de los hijos de Samuel se había pervertido; los principales del pueblo le pidieron a Samuel, que por favor les nombrara un rey así como lo tenían las demás naciones vecinas; a Samuel no le agradó la propuesta y consultó a Dios, y Dios le respondió que escuchara esa petición y además que él le mostraría el candidato para dicho cargo, y le dijo Samuel que le comunicara al pueblo que este rey los metería en guerras con las naciones vecinas y también los oprimiría; ellos en su testarudez no quisieron darle crédito a lo dicho por Samuel, y más bien se obstinaron en exigir un rey. 1de Sam. Caps. 8,9 y 10. Israel quiere tener rey Al hacerse viejo, Samuel nombró caudillos de Israel a sus hijos. 2 Su primer hijo, que se llamaba Joel, y su segundo hijo, Abías, gobernaban en Beerseba. 3 Sin embargo, los hijos no se comportaron como su padre, sino que se 4 volvieron ambiciosos, y se dejaron sobornar, y no obraron con justicia. Entonces se reunieron todos los ancianos de Israel y fueron a entrevistarse con Samuel en Ramá, 5 para decirle: «Tú ya eres un anciano, y tus hijos no se portan como tú; por lo tanto, nombra un rey que nos gobierne, como es costumbre en todas las naciones.»
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Samuel, disgustado porque le pedían que nombrara un rey para que los 7 gobernara, se dirigió en oración al Señor; pero el Señor le respondió: «Atiende cualquier petición que el pueblo te haga, pues no es a ti a quien rechazan, sino a mí, para que yo no reine sobre ellos. 8 Desde el día en que los saqué de Egipto, hasta el presente, han hecho conmigo lo mismo que ahora te hacen a ti, pues me han abandonado para rendir culto a otros dioses. 9 Así pues, atiende su petición; pero antes adviérteles seriamente de todos los privilegios que sobre ellos tendrá el rey que los gobierne.»
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1de Sam. Cap. 9 Encuentro de Saúl con Samuel En la tribu de Benjamín había un hombre llamado Quis, que era hijo de Abiel y nieto de Seror; su bisabuelo había sido Becorat, hijo de Afíah. Quis, hombre 2 muy respetado, tenía un hijo, joven y bien parecido, que se llamaba Saúl. No había otro israelita tan bien parecido como él, pues en estatura ninguno le pasaba del hombro.
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Entonces Samuel comunicó la respuesta del Señor al pueblo que le pedía un rey. 11Les dijo: —Esto es lo que les espera con el rey que los va a gobernar: Llamará a filas a los hijos de ustedes, y a unos los destinará a los carros de combate, a otros a la caballería y a otros a su guardia personal. 12 A unos los nombrará jefes de mil soldados, y a otros jefes de cincuenta. A algunos de ustedes los pondrá a arar sus tierras y recoger sus cosechas, o a fabricar sus armas y el material de sus 13 carros de combate. Y tomará también a su servicio a las hijas de ustedes, para 14 que sean sus perfumistas, cocineras y panaderas. Se apoderará de las mejores tierras y de los mejores viñedos y olivares de ustedes, y los entregará a sus 15 funcionarios. Les quitará la décima parte de sus cereales y viñedos, y la entregará a los funcionarios y oficiales de su corte. 16 También les quitará a ustedes sus criados y criadas, y sus mejores bueyes y asnos, y los hará trabajar para él. 17 Se apropiará, además, de la décima parte de sus rebaños, y hasta ustedes mismos tendrán que servirle. 18 Y el día en que se quejen por causa del rey que hayan escogido, el Señor no les hará caso. 19
Pero el pueblo, sin tomar en cuenta la advertencia de Samuel, respondió:
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—Prepárate y ve a buscar las asnas. Llévate a uno de los criados. 4
Saúl se fue, atravesó la región montañosa de Efraín y pasó por la región de Salisá; pero no encontró las asnas. Pasó también por la región de Saalim y por la de Benjamín, y tampoco las halló. 5 Al llegar a la región de Suf, dijo Saúl al criado que lo acompañaba: —Vamos a regresar, pues mi padre debe de estar ya más preocupado por nosotros que por las asnas. 6
—No importa. Queremos tener rey, para ser como las otras naciones, y para que reine sobre nosotros y nos gobierne y dirija en la guerra.
—En esta ciudad hay un profeta a quien todos respetan, porque todo lo que anuncia sucede sin falta. Vamos allá, y quizá él nos indique el camino que debemos seguir. —Vamos, pues —contestó Saúl—. Pero, ¿qué le llevaremos a ese hombre? Ya ni siquiera nos queda pan en las alforjas. No tenemos nada que ofrecerle al profeta. 8
Después de escuchar Samuel las palabras del pueblo, se las repitió al Señor, y el Señor le respondió:
El criado le contestó:
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Un día, a Quis se le perdieron sus asnas. Entonces le dijo a su hijo Saúl:
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—Atiende su petición y nómbrales un rey.
El criado respondió:
—Tengo en mi poder una pequeña moneda de plata. Se la daremos al profeta para que nos indique el camino. 9
Entonces Samuel ordenó a los israelitas que regresaran, cada uno a la ciudad de donde venía.
(Antiguamente, cuando algún israelita quería consultar a Dios, decía: «Vamos a ver al vidente»; pues al que ahora se le llama «profeta», antes se le llamaba «vidente».) 10
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—De acuerdo —dijo Saúl—. Vamos allá.
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Los dos se dirigieron a la ciudad donde vivía el profeta, y cuando iban subiendo la cuesta, en dirección a la ciudad, se encontraron con unas muchachas que iban a sacar agua y les preguntaron:
Entonces Samuel tomó a Saúl y a su criado, los llevó al salón y les ofreció el 23 lugar principal entre los presentes, que eran unas treinta personas. Luego Samuel dijo al cocinero:
—¿Es aquí dónde podemos encontrar al vidente?
—Trae la ración de carne que te entregué y que te dije que apartaras.
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Inmediatamente el cocinero sacó una pierna entera y se la sirvió a Saúl. Y Samuel le dijo:
Ellas les respondieron:
—Sí, pero se encuentra más adelante. Dense prisa, pues ha venido a la ciudad 13 porque hoy se celebra el sacrificio en el santuario. En cuanto lleguen ustedes allí, búsquenlo, antes de que se vaya al santuario para la comida. La gente no comerá hasta que él llegue, pues él tiene que bendecir el sacrificio, después de lo cual comerán los invitados. Por eso, vayan ahora, porque en este momento lo encontrarán.
—Ahí tienes lo que estaba apartado para ti. Sírvete y come, porque yo la había apartado para ti en esta ocasión en que invité al pueblo. Saúl comió con Samuel aquel día. 25 Y cuando bajaron del santuario a la ciudad, prepararon una cama en la azotea para Saúl, 26 y Saúl se acostó. Al día siguiente, Samuel llamó a Saúl en la azotea y le dijo:
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Ellos continuaron subiendo, rumbo a la ciudad. Y precisamente cuando iban llegando a ella, Samuel salía en dirección contraria, para ir al santuario.
—Levántate, y sigue tu viaje. 27
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El día anterior a la llegada de Saúl, el Señor había hecho la siguiente 16 revelación a Samuel: «Mañana, a esta misma hora, te mandaré un hombre de la región de Benjamín, a quien deberás consagrar como gobernante de mi pueblo Israel. Él lo librará del dominio de los filisteos, porque me he compadecido de mi pueblo cuando sus quejas han llegado hasta mí.» 17
Cuando Samuel vio a Saúl, el Señor le dijo: «Ahí tienes al hombre de quien te hablé. Éste gobernará a mi pueblo.» 18
Estando ya en la entrada del pueblo, Saúl se acercó a Samuel y le dijo:
Saúl se levantó. Después salieron él y Samuel a la calle, y cuando bajaban hacia las afueras de la ciudad, Samuel le dijo a Saúl: —Manda al criado que se adelante, y tú espera un poco, que tengo que comunicarte lo que Dios me ha dicho. 1de Sam. Cap.10. Samuel consagra a Saúl rey de Israel Entonces Samuel tomó un recipiente con aceite y, derramándolo sobre la cabeza de Saúl, lo besó y le dijo:
—Por favor, indíqueme usted dónde está la casa del vidente.
—¡Pero si yo soy de la tribu de Benjamín, la más pequeña de las tribus de Israel! Además, mi familia es la más insignificante de todas las familias de la tribu de Benjamín. ¿Por qué me dices todo eso?
—El Señor te consagra hoy gobernante de Israel, su pueblo. Tú lo gobernarás y lo librarás de los enemigos que lo rodean. Y ésta será la prueba de que el Señor te ha declarado gobernante de su pueblo: 2 Ahora que te separas de mí, encontrarás dos hombres cerca de la tumba de Raquel, en Selsah, en el territorio de Benjamín. Ellos te dirán que ya se han encontrado las asnas que buscabas, y que tu padre ya no está preocupado por ellas sino por ustedes, y se pregunta qué puede hacer por ti. 3 Más adelante, cuando llegues a la encina de Tabor, saldrán a tu encuentro tres hombres que suben a Betel para adorar a 4 Dios. Uno llevará tres chivos, otro tres panes, y el tercero un cuero de vino. Te 5 saludarán y te ofrecerán dos panes. Acéptalos. Después llegarás a Guibeá de Dios, donde hay una guarnición filistea. Al entrar en la ciudad, te encontrarás con un grupo de profetas en trance, que bajan del santuario. Delante de ellos
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—Yo soy el vidente —respondió Samuel—. Sube delante de mí al santuario, y come hoy conmigo allí. Mañana temprano te contestaré todo lo que me quieras 20 preguntar, y luego te dejaré marchar. En cuanto a las asnas que se te perdieron hace tres días, no te preocupes por ellas porque ya las han encontrado. Además, todo lo más deseable de Israel será para ti y para tu familia. 21
Saúl respondió:
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irá gente tocando salterios, panderos, flautas y arpas. Entonces el espíritu del Señor se apoderará de ti, y caerás en trance como ellos, y te transformarás en otro hombre. 7 Cuando te ocurran estas cosas, haz lo que creas conveniente, que Dios te ayudará. 8 Y adelántate a Guilgal, donde yo me reuniré contigo más tarde para ofrecer holocaustos y sacrificios de reconciliación. Espera allí siete días, hasta que yo llegue y te indique lo que tienes que hacer. 9
Tan pronto como Saúl se despidió de Samuel para irse, Dios le cambió el corazón; y aquel mismo día se cumplieron todas las señales. 10 Después, cuando Saúl y su criado llegaron a Guibeá, el grupo de profetas en trance les salió al encuentro. Entonces el espíritu de Dios se apoderó de Saúl, y éste cayó en trance profético, como ellos. 11 Pero todos los que lo conocían de antes, al verlo caer en trance junto con los profetas, se decían unos a otros: «¿Qué le ha pasado al hijo de Quis? ¿También Saúl es uno de los profetas?» 12
Uno de allí añadió: «¿Y quién es el padre de ellos?» De ahí viene el refrán: «¿También Saúl es uno de los profetas?» 13
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todos sus problemas y aflicciones, y lo han rechazado al pedir que les ponga un rey que los gobierne. Por lo tanto, preséntense ahora delante del Señor por tribus y por clanes. 20
Luego ordenó Samuel que se acercaran todas las tribus de Israel, y la suerte cayó sobre la tribu de Benjamín. 21 A continuación ordenó que se acercaran los de la tribu de Benjamín, y la suerte cayó sobre el clan de Matrí, y de ella la 22 suerte cayó sobre Saúl, hijo de Quis. Pero lo buscaron y no lo encontraron, por lo que consultaron otra vez al Señor, para saber si Saúl se encontraba allí. Y el Señor respondió que Saúl ya estaba allí, y que se había escondido entre el 23 equipaje. Entonces corrieron a sacarlo de su escondite. Y cuando Saúl se 24 presentó ante el pueblo, se vio que ningún israelita le pasaba del hombro. Samuel preguntó a todos: —¿Ya vieron al que el Señor ha escogido como rey? ¡No hay un solo israelita que pueda compararse con él! —¡Viva el rey! —respondieron los israelitas.
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Pasado el trance profético, Saúl llegó a su casa. Y su tío les preguntó a él y a su criado: —¿A dónde fueron? Saúl respondió:
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En seguida Samuel expuso al pueblo las leyes del reino, y las escribió en un libro que depositó en el santuario del Señor. Después Samuel ordenó a todos que volvieran a sus casas. 26 También Saúl se fue a su casa, en Guibeá, y Dios influyó en el ánimo de varios valientes para que lo acompañaran. 27 Pero no faltaron malas lenguas, que dijeron: «¿Y éste es el que va a salvarnos?» Y lo menospreciaron y no le rindieron honores; pero Saúl se hizo el desentendido.
—A buscar las asnas. Pero viendo que no aparecían, fuimos a ver a Samuel. 15
El tío de Saúl contestó:
—¿Y qué les dijo Samuel? Cuéntamelo, por favor. 16
Saúl respondió a su tío:
—Nos dijo claramente que ya habían encontrado las asnas. Pero Saúl no le mencionó nada del asunto del reino, del cual le había hablado 17 Samuel. Después llamó Samuel a los israelitas, para adorar al Señor en 18 Mispá; allí les dijo: —El Señor, Dios de Israel, dice: “Yo saqué de Egipto a ustedes los israelitas, y los libré del poder de los egipcios y de todos los reinos que los 19 oprimían.” Pero ahora ustedes desprecian a su Dios, que los ha librado de
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—¡Apártense! ¡Salgan de en medio de los amalecitas, para que no los destruya a ustedes junto con ellos; pues ustedes se portaron bien con los israelitas cuando venían de Egipto! Los quenitas se apartaron de los amalecitas. 7 Entonces Saúl atacó a los amalecitas desde Havilá hasta la entrada de Sur, que está en la frontera de 8 Egipto, y los derrotó; tomó prisionero a Agag, su rey, y mató a filo de espada 9 a todo su ejército. Sin embargo, Saúl y su ejército dejaron con vida a Agag, y no mataron las mejores ovejas, ni los toros, ni los becerros más gordos, ni los carneros, ni destruyeron las cosas de valor, aunque sí destruyeron todo lo que era inútil y de poco valor. 10
SAÚL ES DESECHADO POR DIOS Dios le dio una misión a Saúl para que destruyera a los amalecitas, él fue y destruyó prácticamente todo pero perdonó lo mejor del ganado y la vida del rey Agag de Amalec; como a Dios no le agrada la desobediencia, determinó que la casa de Saúl no tuviera continuidad en el trono de Israel, y así lo desechó.
Luego el Señor le habló a Samuel, y le dijo:
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—Me pesa haber hecho rey a Saúl, porque se ha apartado de mí y no ha cumplido mis órdenes. Samuel se quedó muy molesto, y durante toda la noche estuvo rogando al Señor. A la mañana siguiente madrugó para ir al encuentro de Saúl, pero le avisaron que éste se había ido a Carmel, que allí se había levantado un monumento, y 13 que luego, dando un rodeo, había continuado hacia Guilgal. Entonces Samuel fue a donde estaba Saúl, el cual le dijo: 12
—El Señor te bendiga. Ya he cumplido la orden del Señor. 14
1 de Sam.cap.15.
—¿Qué significan entonces esos balidos de ovejas y esos bramidos de toros que estoy escuchando? —respondió Samuel.
El Señor rechaza a Saúl
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—Los han traído de Amalec —contestó Saúl—, porque la gente ha conservado las mejores ovejas y los mejores toros para ofrecerlos en sacrificio al Señor tu Dios. Pero hemos destruido lo demás.
Un día, Samuel dijo a Saúl: —El Señor me envió para consagrarte como rey de Israel, su pueblo. Por lo tanto, escucha lo que el Señor te quiere decir. 2 Así dice el Señor todopoderoso: “Voy a castigar a los amalecitas por lo que le hicieron a Israel, pues se interpusieron en su camino cuando venía de Egipto. 3 Por lo tanto, ve y atácalos; destrúyelos junto con todas sus posesiones, y no les tengas compasión. Mata hombres y mujeres, niños y recién nacidos, y también toros y ovejas, camellos y asnos.” 4
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—¡Calla, que te voy a comunicar lo que el Señor me dijo anoche! —le interrumpió Samuel. —Habla —respondió Saúl. 17
Y Samuel le dijo:
Saúl mandó llamar al pueblo y le pasó revista en Telaím. Eran doscientos mil 5 hombres de infantería y diez mil hombres de Judá. Después Saúl se dirigió a la capital de Amalec y tomó posiciones junto al arroyo, 6y dijo a los quenitas:
—¿No te considerabas tú de poca importancia? Sin embargo, has llegado a ser 18 el jefe de las tribus israelitas, y el Señor te ha consagrado como rey de Israel. Ahora bien, si el Señor te envió con la orden estricta de destruir a esos
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pecadores amalecitas, y de atacarlos hasta acabar con ellos, ¿por qué desobedeciste sus órdenes y te lanzaste sobre lo que se le quitó al enemigo, actuando mal a los ojos del Señor?
—Yo he pecado —repitió Saúl—. Pero te ruego que ante los ancianos de Israel y ante todo el pueblo me sigas respetando como rey. Así que vuelve conmigo para adorar al Señor tu Dios.
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Samuel volvió entonces con Saúl, y éste adoró al Señor. ordenó:
Saúl contestó:
—Yo obedecí las órdenes del Señor, y cumplí la misión que él me encomendó: he traído prisionero a Agag, rey de Amalec, y he destruido a los amalecitas. 21 Pero la tropa se quedó con ovejas y toros, lo mejor de lo que estaba destinado a la destrucción, para sacrificarlos en honor del Señor tu Dios en Guilgal. 22
Luego Samuel
—Traigan ante mí a Agag, rey de Amalec. Agag se presentó muy tranquilo ante Samuel, pensando que ya había pasado el 33 peligro de una muerte amarga. Pero Samuel le dijo:
Entonces Samuel dijo:
«Más le agrada al Señor que se le obedezca, y no que se le ofrezcan sacrificios y holocaustos; vale más obedecerlo y prestarle atención que ofrecerle sacrificios y grasa de carneros. 23 Tanto peca el que se rebela contra él como el que practica la adivinación; semejante a quien adora a los ídolos es aquel que lo desobedece. Y como tú has rechazado sus mandatos, ahora él te rechaza como rey.» 24
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—Con tu espada dejaste sin hijos a muchas mujeres. Pues igual que ellas quedará tu madre. 34
Y sin más, Samuel lo descuartizó en Guilgal, ante el Señor. Después se fue a Ramá, y Saúl regresó a su casa, en Guibeá de Saúl. 35Y Samuel nunca más volvió a ver a Saúl, aunque le causó mucha tristeza que el Señor se hubiera arrepentido de haber hecho a Saúl rey de Israel.
Entonces Saúl dijo a Samuel:
—Sí, he pecado, pues pasé por alto la orden del Señor y tus instrucciones, porque tuve miedo de la gente y atendí su petición. 25 Pero yo te ruego que perdones mi pecado y que regreses conmigo para adorar al Señor. 26
—No voy a regresar contigo —le respondió Samuel—, porque tú has rechazado el mandato del Señor, y ahora él te rechaza como rey de Israel. 27
Samuel se volvió para marcharse, pero Saúl lo agarró por el borde de su capa 28 y se la desgarró. Entonces Samuel le dijo a Saúl: —De esta misma manera, el Señor ha desgarrado hoy de ti el reino de Israel. Te lo ha quitado para entregárselo a un compatriota tuyo, que es mejor que tú. 29 Porque Dios, que es la gloria de Israel, no miente ni se arrepiente, pues no es un simple hombre para arrepentirse.
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Samuel hizo lo que el Señor le mandó. Y cuando llegó a Belén, los ancianos de la ciudad salieron a recibirle con cierto temor, y le preguntaron: —¿Vienes en son de paz? 5
—Así es —respondió Samuel—. Vengo a ofrecer un sacrificio al Señor. Purifíquense y acompáñenme a participar en el sacrificio. Luego Samuel purificó a Jesé y a sus hijos, y los invitó al sacrificio. 6 Cuando ellos llegaron, Samuel vio a Eliab y pensó: «Con toda seguridad éste es el hombre que el Señor ha escogido como rey.»
DIOS ELIGE A DAVID
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Pero el Señor le dijo: «No te fijes en su apariencia ni en su elevada estatura, pues yo lo he rechazado. No se trata de lo que el hombre ve; pues el hombre se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.»
Como acabamos de ver, el primer rey de Israel fue por petición humana y pasado algunos años de ese reinado, Dios desecha a Saúl por desobediente y elige a David como su sucesor; Dios le dio órdenes al profeta Samuel para que le ungiera al joven David de Belén de Judá. Y después de la muerte de Saúl, David fue ungido por los hombres de la ciudad de Hebrón para confirmarlo como rey de Judá.
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Entonces Jesé llamó a Abinadab, y se lo presentó a Samuel; pero Samuel comentó: —Tampoco a éste ha escogido el Señor. 9
Luego le presentó Jesé a Samá; pero Samuel dijo:
—Tampoco ha escogido a éste. 10
Jesé presentó a Samuel siete de sus hijos, pero Samuel tuvo que decirle que a ninguno de ellos lo había elegido el Señor. 11Finalmente le preguntó:
1 de Sam.16.1-13. David es consagrado rey
—¿No tienes más hijos? El Señor dijo a Samuel: —¿Hasta cuándo vas a estar triste por causa de Saúl? Ya no quiero que él siga siendo rey de Israel. Anda, llena de aceite tu cuerno, que quiero que vayas a la casa de Jesé, el de Belén, porque ya escogí como rey a uno de sus hijos.
—Falta el más pequeño, que es el que cuida el rebaño —respondió Jesé. —Manda a buscarlo —dijo Samuel—, porque no comenzaremos la ceremonia hasta que él llegue.
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—¿Y cómo haré para ir? —respondió Samuel—. ¡Si Saúl llega a saberlo, me matará! El Señor le contestó:
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Jesé lo mandó llamar. Y el chico era de piel sonrosada, agradable y bien parecido. Entonces el Señor dijo a Samuel:
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—Toma una ternera y di que vas a ofrecérmela en sacrificio. Después invita a Jesé al sacrificio, y yo te diré lo que debes hacer. Consagra como rey a quien yo te diga.
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—Éste es. Así que levántate y conságralo como rey.
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En seguida Samuel tomó el recipiente con aceite, y en presencia de sus hermanos consagró como rey al joven, que se llamaba David. A partir de aquel momento, el espíritu del Señor se apoderó de él. Después Samuel se despidió y se fue a Ramá. 2 de Sam.2-17. David es proclamado rey de Judá Después de esto, David consultó al Señor y le dijo: —¿Debo ir a alguna de las ciudades de Judá? El Señor le contestó:
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comenzó a reinar en Israel, tenía cuarenta años, y reinó durante dos años. Pero la tribu de Judá reconocía como rey a David, 11 así que David fue rey de Judá durante siete años y seis meses, y la capital de su reino fue Hebrón. 12
Abner salió entonces de Mahanaim a Gabaón, al frente de las tropas de Is13 bóset. Por su parte Joab, hijo de Seruiá, y las tropas de David, salieron de Hebrón y se encontraron con ellos junto al depósito de agua de Gabaón. Los dos ejércitos tomaron posiciones, unos a un lado del depósito y otros al lado 14 opuesto. Entonces Abner le propuso a Joab: —Que salgan a luchar los jóvenes delante de todos nosotros. —De acuerdo —contestó Joab. 15
Así pues, para luchar por parte de Benjamín y de Is-bóset, hijo de Saúl, pasaron al frente doce jóvenes soldados, y otros doce por parte de las tropas de David. 16 Cada cual agarró a su contrario por la cabeza y le clavó la espada en el costado, de modo que cayeron todos muertos a la vez. Por eso aquel lugar, que está en Gabaón, fue llamado Helcat-hasurim. 17 El combate fue muy duro aquel día, y Abner y las tropas de Israel fueron derrotados por los soldados de David.
—Sí, debes ir. Entonces David preguntó: —¿A dónde debo ir? Y el Señor respondió:
PACTO DE DIOS CON DAVID
—A Hebrón. 2
David fue allá con sus dos mujeres: Ahinóam, la del pueblo de Jezreel, y Abigail, la viuda de Nabal, el de Carmel. 3 También se llevó a sus compañeros, con sus respectivas familias, y se establecieron en las ciudades 4 de Hebrón. Llegaron después los hombres de Judá, y consagraron allí a David como rey de Judá.
David era un hombre que amaba y obedecía la Palabra de Dios, ¡Jehová estaba agradado con él! Por eso toda su benevolencia se la hace manifiesta a su siervo y le promete que su nombre será de una gran reputación, no sólo en Israel sino en el mundo entero; le prometió que en su trono no le faltaría el sucesor, y además que su imperio sería el más grande de todos los imperios de sobre toda la tierra, y que este llegaría hasta el fin del mundo.
Cuando le contaron a David que los de Jabés de Galaad eran los que habían 5 enterrado a Saúl, envió David unos mensajeros a decirles: «Que el Señor los bendiga por tratar con tanta bondad a Saúl, su señor, dándole sepultura. 6 Y que el Señor los trate a ustedes con bondad y fidelidad. Yo, por mi parte, los trataré 7 bien a ustedes por esto que han hecho. Pero ahora, cobren ustedes ánimo y valor, pues aunque ha muerto Saúl, su señor, la tribu de Judá me ha consagrado para que yo sea su rey.»
2 de Sam.7.1-29.
Israel y Judá, en guerra
Dios promete bendecir a David
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Pero Abner, hijo de Ner, jefe del ejército de Saúl, tomó a Is-bóset, el hijo de Saúl, y lo llevó a Mahanaim, 9 donde lo consagró como rey de Galaad, de 10 Guesurí, de Jezreel, de Efraín, de Benjamín y de todo Israel. Cuando Is-bóset
Cuando el rey David estuvo ya instalado en su palacio, y el Señor le había concedido la paz con todos sus enemigos de alrededor, 2 le dijo a Natán, el profeta:
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—Como puedes ver, yo habito en un palacio de cedro, mientras que el arca de Dios habita bajo simples cortinas. 3
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pueblo, al que rescataste de Egipto, a las demás naciones y a sus dioses, porque tú has determinado que Israel sea tu pueblo para siempre, y que tú, Señor, serás su Dios.
Y Natán le contestó: 25
—Pues haz todo lo que te has propuesto, porque cuentas con el apoyo del Señor. 4
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Pero aquella misma noche, el Señor se dirigió a Natán y le dijo: «Ve y habla con mi siervo David, y comunícale que yo, el Señor, he dicho: “No serás tú 6 quien me construya un templo para que habite en él. Desde el día en que saqué de Egipto a los israelitas, hasta el presente, nunca he habitado en templos, sino 7 que he andado en simples tiendas de campaña. En todo el tiempo que anduve con ellos, jamás le pedí a ninguno de sus caudillos, a quienes puse para que gobernaran a mi pueblo Israel, que me construyera un templo de madera de 8 cedro.” Por lo tanto, dile a mi siervo David que yo, el Señor todopoderoso, le digo: “Yo te saqué del redil, y te quité de andar tras el rebaño, para que fueras 9 el jefe de mi pueblo Israel; te he acompañado por dondequiera que has ido, he acabado con todos los enemigos que se te enfrentaron, y te he dado gran fama, 10 como la que tienen los hombres importantes de este mundo. Además he preparado un lugar para mi pueblo Israel, y allí los he instalado para que vivan en un sitio propio, donde nadie los moleste ni los malhechores los opriman 11 como al principio, cuando puse caudillos que gobernaran a mi pueblo Israel. Yo haré que te veas libre de todos tus enemigos. Y te hago saber que te daré 12 descendientes, y que cuando tu vida llegue a su fin y mueras, yo estableceré a uno de tus descendientes y lo confirmaré en el reino. 13 Él me construirá un 14 templo, y yo afirmaré su reino para siempre. Yo le seré un padre, y él me será un hijo. Y cuando cometa una falta, yo lo castigaré y lo azotaré como todo 15 padre lo hace con su hijo, pero no le retiraré mi bondad como se la retiré a 16 Saúl, al cual quité para ponerte a ti en su lugar. Tu dinastía y tu reino estarán para siempre seguros bajo mi protección, y también tu trono quedará establecido para siempre.”»
»Así pues, Señor y Dios, mantén para siempre la promesa que has hecho a tu 26 siervo y a su dinastía, y cumple lo que has dicho. ¡Que tu nombre sea siempre engrandecido, y se diga que el Señor todopoderoso es el Dios de Israel! ¡Que la 27 dinastía de David, tu siervo, se mantenga firme con tu protección! Tú, Señor todopoderoso, me has hecho saber que vas a establecer mi dinastía; por eso yo, 28 aunque soy tu siervo, me atrevo a hacerte esta súplica. Tú, Señor, eres Dios, y tus palabras son verdaderas, y has prometido a tu siervo tanta bondad; 29 dígnate, pues, bendecir la dinastía de tu siervo para que permanezca siempre bajo tu protección. Tú, Señor Dios, lo has prometido, y con tu bendición la dinastía de tu siervo será bendita para siempre.» 1 de Re.2.1-4. Últimas órdenes de David La muerte de David se acercaba por momentos, así que David ordenó a su hijo 2 Salomón: «Voy a emprender el último viaje, como todo el mundo. Ten valor y 3 pórtate como un hombre. Cumple las ordenanzas del Señor tu Dios, haciendo su voluntad y cumpliendo sus leyes, mandamientos, decretos y mandatos, según están escritos en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y dondequiera que vayas. 4 También para que el Señor confirme la promesa que me hizo, de que si mis hijos cuidaban su conducta y se conducían con verdad delante de él, con todo su corazón y toda su alma, nunca faltaría en mi familia quien ocupara el trono de Israel. Sal.89.3,4,19-37. 3 (4)
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Natán le contó todo esto a David, exactamente como lo había visto y oído. Entonces el rey David entró para hablar delante del Señor, y dijo: «Señor, 19 ¿quién soy yo y qué es mi familia para que me hayas hecho llegar hasta aquí? ¡Y tan poca cosa te ha parecido esto, Señor, que hasta has hablado del porvenir de la dinastía de tu siervo! ¡Ningún hombre actúa como tú, Señor! 20 ¿Qué más 21 te puedo decir, Señor, si tú conoces a este siervo tuyo? Todas estas maravillas las has hecho, según lo prometiste y lo quisiste, para que yo las conociera; 22 por lo tanto, Señor mío, ¡qué grandeza la tuya! Porque no hay nadie como tú, ni existe otro dios aparte de ti, según todo lo que nosotros mismos hemos oído. 23 En cuanto a Israel, tu pueblo, ¡no hay otro como él, pues es nación única en la tierra! Tú, oh Dios, lo libertaste para que fuera tu pueblo, y lo hiciste famoso haciendo por él cosas grandes y maravillosas. Tú arrojaste de delante de tu
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Hiciste una alianza con David; prometiste a tu siervo escogido: 4 (5) «Haré que tus descendientes reinen siempre en tu lugar.» Sal.89.19-37. 19 (20)
En otro tiempo hablaste en una visión, y dijiste a tus siervos fieles: «He escogido a un valiente de mi pueblo, lo he puesto en alto y lo he ayudado. 20 (21) ¡He encontrado a mi siervo David!
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Con mi aceite sagrado lo he designado rey, 21 (22) y nunca le faltará mi ayuda. Con mi poder lo fortaleceré, 22 (23) y no lo atacarán sus enemigos ni lo vencerán los malvados. 23 (24) Aplastaré a sus enemigos; ¡los quitaré de su vista! ¡Destrozaré a los que lo odian! 24 (25) Él contará con mi amor y fidelidad, y por mí aumentará su poder. 25 (26) Afirmaré su poder y dominio desde el Mediterráneo hasta el Éufrates. 26 (27) Él me dirá: “Tú eres mi Padre; eres mi Dios, que me salva y me protege.” 27 (28) Y yo le daré los derechos de hijo mayor, por encima de los reyes del mundo. 28 (29) Mi amor por él será constante, y mi alianza con él será firme.
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Si tus hijos cumplen con mi alianza y con los mandatos que voy a enseñarles, también los hijos de ellos ocuparán tu trono para siempre.» 13 ¡El Señor ha escogido el monte Sión! ¡Lo ha elegido para vivir allí! 14 «Éste es el monte donde siempre quiero estar; en él viviré, porque así me agradó. 15 Bendeciré mucho sus alimentos y saciaré el hambre de sus pobres. 16 Revestiré de salvación a sus sacerdotes y haré que griten de alegría los que le son fieles. 17 Allí haré que renazca el poder de David. Ya he preparado una lámpara para el rey que he escogido. 18 A sus enemigos los llenaré de vergüenza, pero a él lo cubriré de esplendor.» Jr.33.14-22.
29 (30)
Sus descendientes reinarán en su lugar siempre, mientras el cielo exista. 30 (31) »Pero si ellos abandonan mi enseñanza y no viven de acuerdo con mis mandatos, 31 (32) si faltan a mis leyes y no obedecen mis mandamientos, 32 (33) castigaré su rebelión y maldad con golpes de vara; 33 (34) pero no dejaré de amar a David, ni faltaré a mi fidelidad hacia él. 34 (35) No romperé mi alianza ni faltaré a mi palabra. 35 (36) Una vez le he jurado por mi santidad, y no le mentiré: 36 (37) sus descendientes reinarán en su lugar, siempre, mientras el sol exista. 37 (38) ¡Siempre firmes, como la luna! ¡Siempre firmes, mientras el cielo exista!»
14
El Señor afirma: «Llegará el día en que cumpliré las promesas de bendición 15 que hice al pueblo de Israel y de Judá. Cuando llegue ese tiempo y ese día, haré que David tenga un descendiente legítimo, que establecerá la justicia y la rectitud en el país. 16 En aquel tiempo Judá estará a salvo y Jerusalén vivirá 17 segura. Éste es el nombre con que la llamarán: “El Señor es nuestra victoria.” Yo, el Señor, digo: Nunca faltará un descendiente de David que ocupe el trono 18 de Israel, ni faltarán jamás sacerdotes descendientes de Leví que todos los días me ofrezcan holocaustos, quemen ofrendas de cereales en mi honor y me dediquen otros sacrificios.» 19
El Señor se dirigió a Jeremías, y le dijo: 20 «Yo, el Señor, digo: Es imposible que deje de cumplirse la alianza que he hecho con el día y con la noche, de manera que el día y la noche dejen de llegar a su debido tiempo. 21 Del mismo modo, es imposible que deje de cumplirse mi alianza con mi siervo David, y que deje de haber un descendiente suyo que reine en su trono, o que deje de cumplirse mi 22 alianza con mis ministros los sacerdotes descendientes de Leví. Y a los descendientes de mi siervo David, y a mis ministros, los descendientes de Leví, los haré tan numerosos como las estrellas del cielo y los granos de arena del mar, que nadie puede contar.»
Sal.89.132.11-18. 11
El Señor hizo a David un firme juramento, juramento del que no va a desdecirse: 12 «Pondré en tu trono a uno de tus descendientes.
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PROMESAS PARA LA RESTAURACIÓN FUTURA DE ISRAEL Estas promesas de restauración para Israel es un proceso bastante largo a través de toda la historia; esto empezó a tener su cumplimiento cuando Israel, aparte de ellos, regresaron del exilio babilónico, y después cuando Israel se estableció como estado en el año 1948; este proceso continuará hasta la batalla de Gog, e incluso, las tierras que por promesa de Dios les pertenecen y que hoy están en manos de otras naciones, pasarán en forma definitiva a ser de ellos; pero su cumplimiento total y fiel será después de la derrota del Anticristo en la batalla de “Armagedón” y después de esta batalla el reino de la casa de David será confirmado, y no sólo para la nación israelita, sino que tendrá el control y el dominio del mundo entero durante mil años.
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corazón y con toda su alma, ustedes y los hijos de ustedes, como yo se lo ordeno 3 ahora, entonces el Señor su Dios cambiará la suerte de ustedes y les tendrá compasión. Los reunirá otra vez de entre los países donde antes los arrojó, 4 y aunque los desterrados de ustedes estén esparcidos por los lugares más lejanos 5 del mundo, de allá los hará venir el Señor su Dios, y hasta allá irá a buscarlos. El Señor los hará volver de nuevo al país que los antepasados de ustedes ocuparon, y ustedes volverán a ocuparlo; los hará prosperar y les dará más hijos que a sus antepasados. 6 Pondrá la marca de la alianza en el corazón de ustedes y en el de sus descendientes, para que lo amen con todo su corazón y 7 con toda su alma, a fin de que tengan vida. El Señor su Dios hará caer todas estas maldiciones sobre los enemigos de ustedes y sobre los que los persiguieron con odio, 8 y ustedes se volverán al Señor y lo obedecerán, y pondrán en práctica todos los mandamientos que yo les ordeno hoy. 9 Entonces el Señor les hará prosperar en todo lo que hagan, y en hijos, en crías de ganado y en cosechas; sí, el Señor su Dios volverá a complacerse en hacerles bien, 10 como antes se complacía en hacerlo a los antepasados de ustedes, si es que obedecen al Señor su Dios y cumplen sus mandamientos y leyes escritos en este libro de la ley, y se vuelven a él con todo su corazón y con toda su alma. 11
»Este mandamiento que hoy les doy no es demasiado difícil para ustedes, ni 12 está fuera de su alcance. No está en el cielo, para que se diga: “¿Quién puede subir al cielo por nosotros, para que nos lo traiga y nos lo dé a conocer, y lo pongamos en práctica?” 13 Tampoco está del otro lado del mar, para que se diga: “¿Quién cruzará el mar por nosotros, para que nos lo traiga y nos lo 14 dé a conocer, y lo pongamos en práctica?” Al contrario, el mandamiento está muy cerca de ustedes; está en sus labios y en su pensamiento, para que puedan cumplirlo. 15
»Cuando les sobrevenga a ustedes todo lo que les he anunciado, la bendición y la maldición que les he dado a elegir, y reflexionen sobre ellas en las naciones donde el Señor su Dios los arroje, 2 si se vuelven al Señor y lo obedecen de todo
»Miren, hoy les doy a elegir entre la vida y el bien, por un lado, y la muerte y el mal, por el otro. 16 Si obedecen lo que hoy les ordeno, y aman al Señor su Dios, y siguen sus caminos, y cumplen sus mandamientos, leyes y decretos, vivirán y tendrán muchos hijos, y el Señor su Dios los bendecirá en el país que van a ocupar. 17 Pero si no hacen caso de todo esto, sino que se dejan arrastrar por otros dioses para rendirles culto y arrodillarse ante ellos, 18 en este mismo momento les advierto que morirán sin falta, y que no estarán mucho tiempo en 19 el país que van a conquistar después de haber cruzado el Jordán. En este día pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ustedes, de que les he dado a elegir entre la vida y la muerte, y entre la bendición y la maldición. Escojan, pues, la vida, para que vivan ustedes y sus descendientes; 20 amen al Señor su Dios, obedézcanlo y séanle fieles, porque de ello depende la vida de ustedes y el que vivan muchos años en el país que el Señor juró dar a Abraham, Isaac y Jacob, antepasados de ustedes.»
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Más adelante vamos a ver todo esto. Dt.cap.30. Condiciones para la restauración y la bendición
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naciones. Pero en todos los pueblos a donde ellos llegaban, ofendían mi santo nombre, pues la gente decía: “Éstos son el pueblo del Señor, pero tuvieron que 21 salir de su país.” Entonces me dolió ver que, por culpa de Israel, mi santo nombre era profanado en cada nación adonde ellos llegaban.
Ez.cap.36. Futura prosperidad de Israel »Y tú, hombre, habla en nombre mío a las montañas de Israel, y diles que 2 escuchen mi palabra. Yo, el Señor, digo: Los enemigos de Israel se creen dueños ya de las montañas eternas. 3 Pues bien, habla en mi nombre y diles: “Esto dice el Señor: De todas partes las atacan a ustedes y las destruyen; todos los pueblos extranjeros se han apoderado de ustedes, y la gente las trata con 4 burla y desprecio. Por lo tanto, montañas de Israel, escuchen el mensaje del Señor a las montañas, colinas, ríos y valles; a las ruinas despobladas y a las ciudades desiertas de Israel, que han sido saqueadas por los pueblos vecinos y que han sido objeto de burla por parte de ellos. 5 Esto dice el Señor: Mis palabras van encendidas de enojo contra los otros pueblos, y en especial contra todo Edom, porque con gran alegría se apoderaron de mi tierra y con profundo desprecio saquearon sus campos.” 6
»Habla en mi nombre acerca de la tierra de Israel, y di: “Esto dice el Señor a las montañas, colinas, ríos y valles: Yo tengo palabras de ira y furor, por los insultos que han sufrido ustedes de parte de las naciones extranjeras. 7 Por lo tanto yo, el Señor, juro que los pueblos vecinos de ustedes se verán cubiertos de 8 vergüenza. Ustedes, en cambio, montañas de Israel, estarán cubiertas de árboles grandes y con mucho fruto para mi pueblo Israel, que ya está a punto de 9 10 regresar. Yo las voy a proteger, y haré que sean cultivadas y sembradas. Haré que aumente mucho el pueblo de Israel que vive allí. Las ciudades se llenarán 11 de habitantes, y las ruinas serán reconstruidas. Haré que aumenten en ustedes los hombres y los animales, y que se hagan muy numerosos. Habrá tantos habitantes como antes, y ustedes estarán mejor que en el pasado. Entonces 12 reconocerán que yo soy el Señor. Haré que mi pueblo camine sobre ustedes, montañas de Israel, y que tomen ellos posesión de ustedes como dueños, y ustedes no volverán a dejarlos sin hijos. 13
»”Yo, el Señor, digo: A ustedes, montañas, las acusan de comerse a la gente y de dejar sin hijos a su pueblo. 14 Pues bien, ustedes no volverán a comerse a la 15 gente ni a dejar sin hijos a su pueblo. Yo, el Señor, lo afirmo. No permitiré que oigan de nuevo los insultos de las naciones extranjeras; no recibirán más ofensas de esos pueblos, porque ustedes no volverán a dejar sin hijos a su pueblo. Yo, el Señor, lo afirmo.”» 16
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El Señor se dirigió a mí, y me dijo: «Cuando los israelitas vivían en su tierra, la profanaron con sus malas acciones. Su manera de vivir era para mí algo 18 sucio y repugnante. Entonces descargué mi ira sobre ellos por los asesinatos que cometieron en el país y por la manera en que lo profanaron adorando a los ídolos, 19y en castigo de sus malas acciones los dispersé entre los demás países y
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»Por eso, dile al pueblo de Israel: “Esto dice el Señor: Lo que voy a realizar no es por causa de ustedes, israelitas, sino por mi santo nombre, que ustedes 23 han ofendido entre las naciones a donde han ido. Yo voy a mostrar ante las naciones la santidad de mi gran nombre, que ustedes han ofendido entre ellas; cuando yo lo haga, ellas reconocerán que yo soy el Señor. Yo, el Señor, lo afirmo. 24 Yo los sacaré a ustedes de todas esas naciones y países; los reuniré y 25 los haré volver a su tierra. Los lavaré con agua pura, los limpiaré de todas sus impurezas, los purificaré del contacto con sus ídolos; 26 pondré en ustedes un corazón nuevo y un espíritu nuevo. Quitaré de ustedes ese corazón duro como 27 la piedra y les pondré un corazón dócil. Pondré en ustedes mi espíritu, y haré 28 que cumplan mis leyes y decretos; vivirán en el país que di a sus padres, y 29 serán mi pueblo y yo seré su Dios. Los libraré de todo lo que les manche. Haré que el trigo abunde, y no volveré a enviarles hambre. 30 Haré también que los árboles y los campos den más fruto, para que ustedes no vuelvan a pasar vergüenza delante de las otras naciones por causa del hambre.31 Y cuando se acuerden de su mala conducta y de sus malas acciones, sentirán vergüenza de 32 ustedes mismos por sus pecados y malas acciones. Yo, el Señor, lo afirmo: Sepan, israelitas, que no hago esto porque ustedes lo merezcan; sientan vergüenza y confusión por su conducta. 33
»”Yo, el Señor, digo: Cuando yo los purifique de todos sus pecados, haré que vivan en sus ciudades y que reconstruyan las ruinas. 34 La tierra que había quedado desierta, en vez de quedar desierta será cultivada a la vista de todos 35 los que pasan. Y se dirá: Esta tierra, que había quedado desierta, ahora se parece al jardín de Edén; las ciudades que habían sido destruidas, arrasadas y 36 dejadas en ruinas, ahora son unas fortalezas y están habitadas. Entonces los pueblos vecinos que queden con vida reconocerán que yo, el Señor, reconstruyo lo destruido y vuelvo a sembrar lo arrasado. Yo, el Señor, lo he dicho, y lo realizaré. 37
»”Yo, el Señor, digo: Aún haré algo más. Concederé al pueblo de Israel lo que me pida que haga por ellos; multiplicaré su gente como un rebaño. 38 Las ciudades en ruinas se llenarán de tanta gente, que se parecerán a las ovejas que en las fiestas se llevan a Jerusalén para ofrecerlas en sacrificio. Entonces reconocerán que yo soy el Señor.”»
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escogido a mi hijo Salomón para que se siente en el trono del dominio del Señor sobre Israel. 6 El Señor también me dijo: “Tu hijo Salomón será quien construya mi templo y mis atrios, porque lo he escogido como hijo, y yo seré un padre para él, 7 y afirmaré su reino para siempre, si él sigue esforzándose en cumplir mis mandamientos y disposiciones como hasta el día de hoy.” 8
SALOMÓN SUCEDE A DAVID
»Ahora pues, en presencia de todo Israel, de esta asamblea del Señor, y de nuestro Dios que nos escucha, guarden con empeño todos los mandamientos del Señor, el Dios de ustedes, para que este hermoso país continúe siendo propiedad de ustedes y luego puedan dejárselo para siempre en herencia a sus hijos. 9 Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre y sírvele de todo corazón y con buena disposición, porque el Señor examina todas las conciencias y distingue cualquier intención y pensamiento. Así que, si tú lo buscas, él permitirá que lo encuentres; pero si te apartas de él, te rechazará 10 de una vez para siempre. Ten ahora presente que el Señor te ha escogido para que construyas un edificio que será su santuario. Por tanto, ¡ánimo y manos a la obra!» 11
Siendo ya David de edad avanzada, nombró como sucesor a su hijo Salomón y le dio todos los planos para la construcción del templo, y también le hizo muchas recomendaciones. 1 de Cro.cap.28.
Entonces David entregó a su hijo Salomón el plano del vestíbulo del templo, de sus edificios, de los almacenes, de las salas del piso alto, de los cuartos interiores y del Lugar santísimo. 12 Además le dio el proyecto de todo lo que tenía en mente para los atrios del templo y los cuartos que debían estar alrededor, los tesoros y los depósitos para las ofrendas sagradas, 13 y también los cuartos para los turnos de los sacerdotes y los levitas y para todos los servicios del templo, lo mismo que para todos los objetos del culto en el templo. 14
Salomón sucede a David David reunió en Jerusalén a todas las autoridades de Israel: los jefes de las tribus, los jefes de las divisiones militares al servicio del rey, los comandantes de batallones y jefes de compañías, los administradores de todas las tierras y ganados del rey y de sus hijos, los personajes más importantes y todos los militares notables. 2
También le dio oro y plata en cantidad suficiente para todos los objetos de oro 15 y plata que se iban a usar en el culto; para los candelabros y sus lámparas, tanto los de oro como los de plata, le dio conforme al peso que debía tener cada uno de ellos; 16 y lo mismo hizo para cada una de las mesas, tanto las de oro 17 como las de plata, donde debía ponerse en hileras el pan consagrado. Le dio además oro para los tenedores, los tazones y las jarras, así como oro y plata 18 suficiente para las copas de uno u otro metal, según el peso de cada una. También le entregó suficiente cantidad de oro refinado para el altar del incienso, e igualmente le dio oro para la construcción del carro, es decir, de los seres alados que con las alas extendidas cubren el arca de la alianza del Señor.
Entonces David se puso de pie y dijo: «Escúchenme, hermanos y pueblo mío: Yo tenía el propósito de construir un lugar donde el arca de la alianza del Señor estuviera permanentemente y que fuera el sitio donde nuestro Dios pusiera su 3 trono, y había hecho preparativos para construirlo. Pero Dios me dijo: “No eres tú quien va a construirme un templo, porque eres un guerrero y has 4 derramado sangre.” Sin embargo, el Señor, Dios de Israel, me escogió entre toda mi familia para hacerme rey de Israel por siempre. Pues él escogió la tribu de Judá como tribu gobernante; de la tribu de Judá escogió a mi familia; y de 5 entre mis hermanos me escogió a mí para ser rey sobre todo Israel. Y ahora, entre todos mis hijos, pues son muchos los que el Señor me ha dado, el Señor ha
Entonces dijo David a Salomón: «¡Ten valor y firmeza, y pon manos a la obra! ¡No te desanimes ni tengas miedo, porque el Señor mi Dios estará contigo! Él no te dejará ni te abandonará hasta que se acabe toda la obra para el servicio
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Todo esto estaba en un escrito redactado por revelación del Señor a David, en el que se explicaban todos los trabajos que había que hacer de acuerdo con el plano. 20
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del templo. Aquí están los turnos de los sacerdotes y levitas dispuestos para el servicio en el templo; para todos los trabajos tendrás también la ayuda de toda clase de voluntarios, expertos en todo tipo de servicio; y los jefes y todo el pueblo estarán a tus órdenes.»
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Adonías y todos sus invitados acababan de comer cuando oyeron el ruido. Al oír Joab el sonido del cuerno, comentó: —¿Por qué habrá tanto alboroto en la ciudad? 42
1 de R.1.28-53.
Mientras él hablaba, llegó Jonatán, el hijo del sacerdote Abiatar. Adonías le dijo:
David declara a Salomón sucesor suyo 28
El rey David ordenó entonces que llamaran a Betsabé. Al llegar Betsabé ante el rey, se quedó de pie delante de él. 29 El rey hizo entonces el siguiente juramento: —Juro por el Señor, que me ha librado de toda angustia, 30 que lo que te juré por el Señor, el Dios de Israel, te lo cumpliré hoy mismo: tu hijo Salomón subirá al trono en mi lugar y reinará después de mí. 31
Betsabé se inclinó ante el rey hasta tocar el suelo con la frente, y exclamó:
—¡Viva para siempre mi señor, el rey David! 32
Luego el rey David ordenó que llamaran al sacerdote Sadoc, al profeta Natán 33 y a Benaías, hijo de Joiadá. Cuando éstos se presentaron ante el rey, él les dijo: —Háganse acompañar de los funcionarios del reino, monten a mi hijo 34 Salomón en mi mula y llévenlo a Guihón; y en cuanto el sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo consagren como rey de Israel, toquen el cuerno de carnero y 35 griten: “¡Viva el rey Salomón!” Luego sírvanle de escolta, para que venga y se siente en mi trono y reine en mi lugar, pues he dispuesto que él sea el jefe de Israel y de Judá. 36
Benaías, el hijo de Joiadá, respondió al rey:
—Entra, pues tú eres un hombre importante y debes traer buenas noticias. 43
Jonatán respondió a Adonías:
—Al contrario. David, nuestro señor y rey, ha hecho rey a Salomón, 44 y ha ordenado que el sacerdote Sadoc y el profeta Natán, así como Benaías, hijo de Joiadá, y los quereteos y los peleteos, acompañen a Salomón; y ellos lo han montado en la mula del rey. 45 Además, el sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo han consagrado como rey en Guihón, y han regresado de allí muy contentos. Por eso está alborotada la ciudad, y ése es el ruido que ustedes han escuchado. 46 47 Además, Salomón ya ha tomado posesión del trono, y los funcionarios del rey David han ido a felicitarlo y a desearle que Dios haga prosperar a Salomón y extienda su dominio más que el suyo. Incluso el propio rey David se inclinó en 48 su cama para adorar a Dios, y dijo: “Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, que ha permitido hoy que un descendiente mío suba al trono, y que yo lo vea.” 49
Los invitados de Adonías se pusieron a temblar; luego se levantaron todos, y 50 cada uno se fue por su lado. Adonías, por su parte, por miedo a Salomón se levantó y se fue al santuario, y allí buscó refugio agarrándose a los cuernos del 51 altar. Alguien fue a decirle a Salomón: —Adonías tiene miedo de Su Majestad, y se ha refugiado en el altar. Pide que Su Majestad le jure ahora mismo que no lo va a matar. 52
Salomón respondió:
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—¡Amén, y que así lo ordene el Señor, el Dios de Su Majestad! Y del mismo modo que el Señor ha estado con Su Majestad, así esté con Salomón, y haga que su reino sea mayor aún que el de Su Majestad, mi señor David.
—Si se porta como un hombre de bien, no caerá al suelo ni un pelo de su cabeza; pero si se descubre alguna maldad en él, morirá.
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Luego el sacerdote Sadoc, el profeta Natán, Benaías, hijo de Joiadá, y los quereteos y los peleteos, fueron y montaron a Salomón en la mula del rey David, 39 y lo llevaron a Guihón. Allí el sacerdote Sadoc tomó del santuario el cuerno con el aceite y consagró como rey a Salomón. A continuación tocaron el cuerno 40 de carnero, y todo el pueblo gritó: «¡Viva el rey Salomón!» Luego todos lo siguieron, tocando flautas. Era tal su alegría que parecía que la tierra se partía en dos por causa de sus voces.
En seguida Salomón mandó que lo retiraran del altar. Luego Adonías fue y se inclinó ante el rey Salomón, y éste le ordenó que se fuera a su casa.
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PACTO DE DIOS CON SALOMÓN Dios le advirtió a Salomón, que si el pueblo se apartaba del mal camino de la rebelión y la apostasía, y si él andaba como anduvo su padre David, Dios le daría todas las bendiciones que le había prometido en sus antepasados y si no les enviaría muchos males y los esparciría a otras naciones y serían de burla y escarnio en dichas naciones. 2 de Cr.7.11-22. Dios hace una alianza con Salomón 11
Cuando Salomón terminó con éxito el templo del Señor, el palacio real y todo lo que se propuso hacer en ellos, 12 se le apareció de noche el Señor y le dijo: «He escuchado tu oración, y he escogido este sitio como templo para los sacrificios. 13 Así que, si mando una sequía y hago que no llueva, u ordeno a las langostas que destruyan los campos, o envío una peste sobre mi pueblo, 14 y si mi pueblo, el pueblo que lleva mi nombre, se humilla, ora, me busca y deja su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré sus pecados y devolveré la prosperidad a su país. 15 De ahora en adelante escucharé con atención las oraciones que se hagan en este lugar, 16 porque he escogido y consagrado este templo como residencia perpetua de mi nombre. Siempre lo cuidaré y lo tendré presente. 17 Ahora bien, si tú te comportas en mi presencia como lo hizo David, tu padre, poniendo en práctica todo lo que te he ordenado y obedeciendo mis leyes y decretos, 18 yo confirmaré tu reinado según lo pactado con David, tu padre, cuando le dije que nunca faltaría un descendiente suyo que gobernara a Israel. 19 Pero si ustedes se apartan de mí, y no cumplen las leyes y los mandamientos que les he dado, sino que sirven y adoran a otros dioses, 20 los arrancaré a ustedes de la tierra que les he dado, arrojaré de mi presencia el templo que he consagrado y haré que sean motivo de burla constante entre todas las naciones. 21 Y este templo, que era tan glorioso, será convertido en un montón de ruinas, y todo el que pase junto a él se asombrará y preguntará por qué actuó el Señor así con este país y con este templo. 22 Y le responderán que fue porque abandonaron al Señor, el Dios de sus antepasados, que los sacó de Egipto, y porque se aferraron a adorar y servir a otros dioses; que por eso hizo venir sobre ellos tan grande mal.»
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APOSTASÍA DE SALOMÓN Como Salomón no se conformó con las varias mujeres que tenía del pueblo de Israel, sino que buscó más mujeres en las naciones vecinas, hasta llegar tener setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas, todo este harén de mujeres lo apartaron de los caminos que Dios le había indicado; él por complacer a esa mujeres se dejó inducir hacia la apostasía contra Dios y cayó en la idolatría; estas cosas hicieron que Dios se enojara contra él y le pronosticó que dividiría el reino, pero que por amor a su siervo David lo haría cuando estuviera gobernando un hijo suyo y le dejaría sólo una tribu. 1 de R. 11.1-13. Salomón se vuelve idólatra Además de la hija del faraón, el rey Salomón amó a muchas mujeres 2 extranjeras: moabitas, amonitas, edomitas, sidonias e hititas; es decir, mujeres de las naciones con las que el Señor había prohibido a los israelitas establecer relaciones matrimoniales porque seguramente harían que sus corazones se desviaran hacia sus dioses. Pero Salomón, enamorado, se unió 3 con ellas. Tuvo setecientas esposas de rango real y trescientas concubinas, 4 las cuales desviaron su corazón. Cuando Salomón ya era anciano, sus mujeres hicieron que su corazón se desviara hacia otros dioses, pues no se había entregado por completo al Señor su Dios, como lo había hecho David,
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su padre. Salomón rindió culto a Astarté, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo repugnante de los amonitas. 6 Así pues, los hechos de Salomón fueron malos a los ojos del Señor, pues no siguió fielmente al Señor, como lo había hecho David, su padre. 7
Por aquel tiempo, Salomón construyó, en el monte que está al oriente de Jerusalén, un santuario a Quemós, ídolo repugnante de Moab, y a Moloc, ídolo repugnante de los amonitas. 8
Lo mismo hizo para todas sus mujeres extranjeras, las cuales ofrecían incienso y sacrificios a sus dioses. 9
El Señor, Dios de Israel, se enojó con Salomón, porque su corazón se había apartado de él, que se le había aparecido dos veces 10
y que le había ordenado no rendir culto a otros dioses. Sin embargo, él no hizo caso de lo que el Señor le había ordenado.
DIVISIÓN DEL REINO DE ISRAEL
11
Por lo tanto, el Señor le dijo a Salomón: «Ya que te has comportado así, y no has cumplido la alianza y las leyes que te ordené, voy a quitarte el reino y a dárselo a uno de los que te sirven. 12
Sin embargo, por consideración a David, tu padre, no lo haré mientras vivas; pero se lo quitaré a tu hijo. 13
Aunque no le quitaré todo el reino: le dejaré una tribu, por consideración a tu padre y a Jerusalén, la ciudad que he escogido.»
Dios le había advertido a Salomón, que por haberse apartado de sus caminos él le dividiría el reino; ahora, para que se cumpliera la palabra que Dios había dicho a Salomón, él mandó al profeta Ahías para que le dijera a Jeroboam, siervo de Salomón, que él lo había escogido para que fuera rey sobre diez tribus de Israel cuando él rompiera el reino; además, Dios hizo que entre Roboam hijo de Salomón y el pueblo, hubiera una gran discrepancia; todo esto para que se cumpliera lo profetizado. 1 de R. 11.29-40; 29
Por aquel entonces, un día en que Jeroboam salió de Jerusalén, se encontró en el camino con el profeta Ahías, el de Siló, que iba cubierto con una capa nueva. 30 Los dos estaban solos en el campo, y tomando Ahías la capa nueva que llevaba 31 puesta, la rasgó en doce pedazos y dijo a Jeroboam: «Toma para ti diez pedazos, porque el Señor, Dios de Israel, te dice: “Voy a quitarle el reino a Salomón, y a darte a ti diez tribus. 32 A Salomón le dejaré sólo una tribu, por consideración a mi siervo David y a Jerusalén, la ciudad que he escogido entre
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todas las ciudades de las tribus de Israel. Porque Salomón me ha rechazado, y se ha puesto a adorar a Astarté, diosa de los sidonios; a Quemós, dios de los moabitas; y a Milcom, dios de los amonitas. Sus hechos no han sido buenos a mis ojos, y no ha cumplido mis leyes y decretos como lo hizo David, su padre. 34 Sin embargo, no le quitaré todo el reino, sino que lo mantendré como gobernante mientras viva, por consideración a mi siervo David, a quien escogí, 35 y quien cumplió mis mandamientos y mis leyes. Pero le quitaré el reino a su 36 hijo, y te lo entregaré a ti; es decir, diez tribus. Sólo dejaré una tribu a su hijo, para que la lámpara de David, mi siervo, se mantenga siempre encendida ante 37 mí en Jerusalén, la ciudad que escogí como residencia de mi nombre. Yo te 38 tomaré a ti, para que reines sobre todo lo que quieras y seas el rey de Israel. Y si obedeces todo lo que yo te mande y tus hechos son rectos a mis ojos, y si cumples mis leyes y mandamientos, como lo hizo David, mi siervo, yo estaré contigo y estableceré firmemente tu dinastía, como establecí la de David; y te 39 entregaré Israel. En cuanto a la descendencia de David, la castigaré por este motivo, pero no para siempre.”» 40
Por causa de esto, Salomón procuró matar a Jeroboam; pero Jeroboam huyó a Egipto, donde reinaba Sisac, y allí se quedó hasta la muerte de Salomón.
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Ellos le dijeron:
—Si hoy te pones al servicio de este pueblo y les respondes con buenas palabras, ellos te servirán siempre. 8
Pero Roboam no hizo caso del consejo de los ancianos, sino que consultó a los 9 muchachos que se habían criado con él y que estaban a su servicio, preguntándoles: —¿Qué me aconsejan ustedes que responda yo a esta gente que me ha pedido que aligere el yugo que mi padre les impuso? 10
Aquellos jóvenes, que se habían criado con él, le respondieron:
—A esta gente que te ha pedido que aligeres el yugo que tu padre les impuso, 11 debes responderle lo siguiente: “Si mi padre fue duro, yo lo soy mucho más; si él les impuso un yugo pesado, yo lo haré más pesado todavía; y si él los azotaba con correas, yo los azotaré con látigos de puntas de hierro.” 12
1 de R. 12.1-24. División del reino 2
Roboam fue a Siquem, porque todo Israel había ido allá para proclamarlo rey. Pero lo supo Jeroboam, hijo de Nabat, que estaba todavía en Egipto, adonde había huido del rey Salomón y donde se había quedado a vivir. 3 Cuando lo mandaron llamar, Jeroboam y todo el pueblo de Israel fueron a hablar con Roboam, y le dijeron: 4
—Tu padre fue muy duro con nosotros; ahora alivia tú la dura servidumbre y el pesado yugo que él nos impuso, y te serviremos. 5
Roboam les contestó:
—Váyanse, y vuelvan a verme dentro de tres días. 6
La gente se fue, y entonces el rey Roboam consultó a los ancianos que habían servido a Salomón, su padre, cuando éste vivía. Les preguntó: —¿Qué me aconsejan ustedes que responda yo a esta gente?
Al tercer día volvió Jeroboam a presentarse con todo el pueblo ante Roboam, como el rey les había dicho. 13 Pero el rey les contestó duramente, sin hacer caso del consejo que le habían dado los ancianos, 14 y les repitió lo que le habían aconsejado los muchachos: que si su padre les había impuesto un yugo pesado, él les impondría uno más pesado todavía, y que si su padre los había azotado 15 con correas, él los azotaría con látigos de puntas de hierro. El rey, pues, no hizo caso del pueblo, porque el Señor había dispuesto que sucediera así para que se cumpliera lo que el Señor había prometido a Jeroboam, hijo de Nabat, 16 por medio de Ahías, el de Siló. Cuando todo el pueblo de Israel vio que el rey no le había hecho caso, le respondió de este modo: «¡No tenemos nada que ver con David! ¡Ninguna herencia compartimos con el hijo de Jesé! ¡A sus casas, israelitas! ¡Y David que cuide de su familia!» Al momento, los israelitas se fueron a sus casas. 17
En cuanto a los israelitas que vivían en las ciudades de Judá, Roboam siguió reinando sobre ellos. 18
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Y cuando Roboam envió a Adoram, que era el encargado del trabajo
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obligatorio, todo Israel lo mató a pedradas. Entonces el rey Roboam subió rápidamente a su carro y huyó a Jerusalén. 19
De este modo se rebeló Israel contra la dinastía de David hasta el día de hoy.
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Al enterarse los de Israel de que Jeroboam había vuelto, lo mandaron llamar para que se presentara ante la comunidad, y lo proclamaron rey de todo Israel, sin quedar nadie que siguiera fiel a la dinastía de David, aparte de la tribu de Judá. 21
Cuando Roboam llegó a Jerusalén, juntó ciento ochenta mil soldados escogidos de todas las familias de Judá y de la tribu de Benjamín, para luchar contra Israel y recuperar su reino. 22
REBELIONES CONTINUAS DE ISRAEL
Pero Dios habló a Semaías, hombre de Dios, y le ordenó:
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«Di a Roboam, hijo de Salomón y rey de Judá, a todas las familias de Judá y de Benjamín, y al resto del pueblo, 24
que les ordeno que no luchen contra sus hermanos israelitas. Que se vuelvan todos a sus casas, porque así lo he dispuesto.» Al oír ellos lo que el Señor les decía, regresaron, como les ordenaba el Señor.
Las desobediencias e inclinaciones a la idolatría del pueblo de Israel, empezaron a verse desde que venían en el desierto; y después que tomaron posesión de la tierra prometida, esto se hizo más evidente en una forma progresiva. Dt. 9.7-29. Rebelión de Israel en el monte Horeb 7
»Nunca deben ustedes olvidar que han contrariado al Señor su Dios en el desierto. Desde que salieron de Egipto y hasta que llegaron a este lugar, 8 siempre le han sido rebeldes. Ya en el monte Horeb hicieron enojar al Señor, y tanto se enojó él contra ustedes que estuvo a punto de destruirlos. 9 Yo subí al monte para recoger las tablas de piedra, las tablas de la alianza que el Señor había hecho con ustedes, y me quedé allí cuarenta días y cuarenta noches sin comer ni beber. 10 El Señor me dio entonces las dos tablas de piedra, escritas por él mismo, que contenían todas las palabras que él les había dicho en el monte, de en medio del fuego, el día en que todos nos reunimos. 11 Pasados esos cuarenta días y cuarenta noches, el Señor me dio las dos tablas de piedra, las tablas de la alianza, 12 y me dijo: “Anda, baja pronto de aquí, porque el pueblo que sacaste de Egipto se ha descarriado. Muy pronto han dejado de cumplir lo que yo les ordené, y se han hecho un ídolo de metal fundido.” 13
14
»El Señor también me dijo: “Ya he visto que este pueblo es muy terco. Quítate de mi camino, que voy a destruirlos y a borrar de la tierra su memoria; pero de ti haré una nación más fuerte y numerosa que ellos.”
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»Cuando bajé del monte, el cual estaba ardiendo, traía yo en mis manos las dos tablas de la alianza. 16 Pero al ver que ustedes habían pecado contra el Señor, y que se habían hecho un becerro de metal fundido, abandonando así el camino que el Señor les había ordenado seguir,17 arrojé las dos tablas que traía 18 en las manos, y las hice pedazos delante de ustedes. Después me arrodillé delante del Señor y, tal como ya lo había hecho antes, estuve cuarenta días y cuarenta noches sin comer ni beber nada, por causa del pecado que ustedes 19 habían cometido, con lo que ofendieron al Señor y provocaron su ira. Yo estaba asustado del enojo y furor que el Señor manifestó contra ustedes, hasta 20 el punto de querer destruirlos; pero una vez más el Señor me escuchó. También estaba el Señor muy enojado contra Aarón, y quería destruirlo, pero 21 yo intervine en favor de él; luego agarré el becerro que ustedes se habían hecho y con el cual pecaron, y lo arrojé al fuego, y después de molerlo hasta convertirlo en polvo, lo eché al arroyo que baja del monte. 22
»También en Taberá, en Masá y en Quibrot-hataavá, provocaron ustedes la 23 ira del Señor. Y cuando el Señor les ordenó partir de Cadés-barnea para ir a tomar posesión del país que él les había dado, también se opusieron a su 24 mandato y no tuvieron fe en él ni quisieron obedecerlo. ¡Desde que yo los 25 conozco, ustedes han sido rebeldes al Señor! Como el Señor había amenazado con destruirlos, yo me quedé arrodillado delante del Señor durante cuarenta 26 días y cuarenta noches, y con ruegos le dije: “Señor, no destruyas a este pueblo, que es tuyo, que tú liberaste con tu grandeza y sacaste de Egipto con 27 gran poder. Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob. No tengas en cuenta la terquedad de este pueblo, ni su maldad y pecado, 28 para que no se diga en el país del que nos sacaste: El Señor no pudo hacerlos entrar en el país que les había prometido, y como los odiaba, los hizo salir de aquí para hacerlos 29 morir en el desierto. Pero ellos son tu pueblo, son tuyos; tú los sacaste de Egipto con gran despliegue de poder.” Jue.2.11-23. Los israelitas abandonan al Señor 11
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Sin embargo, aunque el Señor puso a los israelitas en aprietos, también hizo surgir caudillos que los libraran de quienes los despojaban. 17 Pero los israelitas no hicieron caso a estos caudillos, sino que fueron infieles al Señor y adoraron a otros dioses. Sus antepasados habían obedecido los mandamientos 18 del Señor; pero ellos no siguieron su ejemplo. Cada vez que el Señor hacía surgir un caudillo, también lo ayudaba, y durante la vida del caudillo libraba a los israelitas del poder de sus enemigos, pues sentía compasión de ellos al oírlos gemir por causa de la opresión que sufrían. 19 Pero cuando el caudillo moría, ellos volvían a corromperse, y llegaban a ser peores que sus padres, sirviendo y adorando a otros dioses. No abandonaban sus malas prácticas, ni su terca conducta. 20 Por eso el Señor se enfureció contra Israel, y dijo: «Esta gente rompe la alianza que yo hice con sus antepasados, y no quiere 21 obedecerme. Por lo tanto, no volveré a desalojar ante ellos a ninguno de los 22 pueblos que Josué no desalojó antes de morir.» Con esto el Señor quería ver si los israelitas seguirían el camino del Señor, como antes lo habían seguido sus antepasados, o no. 23 Por eso el Señor no desalojó en seguida a las naciones que no había entregado en manos de Josué, sino que les permitió quedarse 1de R.11.4-13. 4
Cuando Salomón ya era anciano, sus mujeres hicieron que su corazón se desviara hacia otros dioses, pues no se había entregado por completo al Señor 5 su Dios, como lo había hecho David, su padre. Salomón rindió culto a Astarté, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo repugnante de los amonitas. 6 Así pues, los hechos de Salomón fueron malos a los ojos del Señor, pues no siguió fielmente al Señor, como lo había hecho David, su padre. 7
Por aquel tiempo, Salomón construyó, en el monte que está al oriente de Jerusalén, un santuario a Quemós, ídolo repugnante de Moab, y a Moloc, ídolo repugnante de los amonitas. 8 Lo mismo hizo para todas sus mujeres 9 extranjeras, las cuales ofrecían incienso y sacrificios a sus dioses. El Señor, Dios de Israel, se enojó con Salomón, porque su corazón se había apartado de él, que se le había aparecido dos veces 10 y que le había ordenado no rendir culto a otros dioses. Sin embargo, él no hizo caso de lo que el Señor le había 11 ordenado. Por lo tanto, el Señor le dijo a Salomón: «Ya que te has comportado así, y no has cumplido la alianza y las leyes que te ordené, voy a quitarte el reino 12 y a dárselo a uno de los que te sirven. Sin embargo, por consideración a David, tu padre, no lo haré mientras vivas; pero se lo quitaré a tu hijo. 13 Aunque no le quitaré todo el reino: le dejaré una tribu, por consideración a tu padre y a Jerusalén, la ciudad que he escogido.»
Pero los hechos de los israelitas fueron malos a los ojos del Señor, pues 12 empezaron a adorar a las diferentes representaciones de Baal. Dejaron al Señor, el Dios de sus antepasados que los había sacado de Egipto, y se entregaron a adorar a los dioses de la gente que vivía alrededor, provocando así el enojo del Señor. 13 Dejaron al Señor por adorar a Baal y a las diferentes 14 representaciones de Astarté, y por eso el Señor se enojó contra Israel e hizo que los ladrones los despojaran de lo que tenían, y que sus enemigos de los 15 alrededores los derrotaran sin que ellos pudieran hacerles frente. Cada vez que ellos marchaban a la batalla, el Señor se ponía en su contra y les iba mal, según él mismo se lo había anunciado.
Jeroboam reconstruyó la ciudad de Siquem, que está en los montes de Efraín, y se estableció en ella. Luego reconstruyó también Penuel. 26 Pero pensó: «La
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1 de R.12.25-33. Jeroboam implanta la idolatría 25
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dinastía de David puede recuperar el reino, si esta gente va a Jerusalén para ofrecer sacrificios en el templo del Señor. Volverán a sentir afecto por Roboam, rey de Judá, y entonces me matarán y se volverán a Roboam, rey de Judá.» 28
Después de haber consultado el asunto, hizo el rey dos becerros de oro, y dijo al pueblo: «Ustedes, israelitas, ya han ido bastante a Jerusalén. Aquí tienen a sus dioses, que los sacaron de Egipto.» 29 Entonces puso uno en Betel y el otro en 30 Dan. Y esto fue causa de que Israel pecara, pues la gente iba a Betel y a Dan para adorarlos. 31 Construyó también santuarios en lugares altos y nombró 32 sacerdotes a gente del pueblo, que no eran levitas. Además estableció una fiesta religiosa el día quince del mes octavo, como la fiesta que se celebraba en Judá, y él mismo ofreció sacrificios sobre el altar. Esto lo hizo en Betel, ofreciendo sacrificios a los becerros que había fabricado y nombrando sacerdotes para los santuarios paganos que había construido. 33 Así pues, el día quince del mes octavo, Jeroboam ofreció sacrificios sobre el altar que había construido en Betel. Éste era el mes de la fiesta que él inventó a su antojo, declarándola fiesta religiosa para los israelitas, el mismo mes en que subió al altar a quemar incienso. 2de Cr. 24.7. 7
Porque Atalía, que era la maldad misma, y sus seguidores, habían penetrado en el templo de Dios y habían tomado para el culto de sus ídolos todos los objetos del templo del Señor.
DIOS LE ENVIÓ PROFETAS PARA FRENAR SU LOCURA Pero Dios, por su amor y su infinita misericordia para con ellos, les mandó en distintas épocas a sus siervos los profetas, pero en su obsesión y obstinación no les hicieron caso, más bien a alguno de ellos le dieron muerte para silenciarlos, porque esto era muy fastidioso.
2 de Cr. 24.17-21. 7
Después de la muerte de Joiadá, llegaron los jefes de Judá y rindieron 18 homenaje al rey. Él se dejó aconsejar de ellos, y ellos abandonaron el templo del Señor, Dios de sus antepasados, y dieron culto a las representaciones de Aserá y a otros ídolos. Por este pecado el Señor se enojó contra Judá y Jerusalén. 19 Sin embargo, el Señor les envió profetas para hacer que se volvieran a él. Pero la gente no hizo caso a las amonestaciones de los profetas. 20
Entonces Zacarías, hijo del sacerdote Joiadá, fue poseído por el espíritu de Dios, se puso de pie en un lugar elevado y dijo al pueblo: «Dios dice: “¿Por qué no obedecen ustedes mis mandamientos? ¿Por qué se buscan ustedes mismos su desgracia? ¡Puesto que ustedes me han abandonado a mí, yo también los abandonaré a ustedes!”» 21
Pero ellos se pusieron de acuerdo contra él, y lo apedrearon por orden del rey en el atrio del templo del Señor.
1 de R.19.1-10, Elías huye a Horeb Ahab contó a Jezabel todo lo que Elías había hecho y cómo había degollado a todos los profetas de Baal. 2 Entonces Jezabel mandó un mensajero a decirle a Elías: «¡Si tú eres Elías, yo soy Jezabel! Y que los dioses me castiguen duramente, si mañana a esta hora no he hecho contigo lo mismo que tú hiciste con esos profetas.» 3
Elías se dio cuenta de que corría peligro, y para salvar su vida se fue a 4 Beerseba, que pertenece a Judá, y allí dejó a su criado. Luego él se fue hacia el desierto, y caminó durante un día, hasta que finalmente se sentó bajo una retama. Era tal su deseo de morirse, que dijo: «¡Basta ya, Señor! ¡Quítame la vida, pues yo no soy mejor que mis padres!» 5
Y se acostó allí, bajo la retama, y se quedó dormido. Pero un ángel llegó, y tocándolo le dijo: «Levántate y come.»
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Israel, su historia y su futuro
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6
Elías miró a su alrededor, y vio que cerca de su cabecera había una torta cocida sobre las brasas y una jarra de agua. Entonces se levantó, y comió y 7 bebió; después se volvió a acostar. Pero el ángel del Señor vino por segunda vez, y tocándolo le dijo: «Levántate y come, porque si no el viaje sería demasiado largo para ti.» 8
Elías se levantó, y comió y bebió. Y aquella comida le dio fuerzas para caminar cuarenta días y cuarenta noches hasta llegar a Horeb, el monte de Dios. 9 Al llegar, entró en una cueva, y allí pasó la noche. Pero el Señor se dirigió a él, y le dijo: «¿Qué haces aquí, Elías?»
12
¡Espántate, cielo, ante esto! ¡Ponte a temblar de horror! Yo, el Señor, lo afirmo. 13 »Mi pueblo ha cometido un doble pecado: me abandonaron a mí, fuente de agua viva, y se hicieron sus propias cisternas, pozos rotos que no conservan el agua. Jr. 2.20 -23
10
Él respondió: «He sentido mucho celo por ti, Señor, Dios todopoderoso, porque los israelitas han abandonado tu alianza y derrumbado tus altares, y a filo de espada han matado a tus profetas. Sólo yo he quedado, y me están buscando para quitarme la vida.» 2 de Cr. 24.18-21. 18
y ellos abandonaron el templo del Señor, Dios de sus antepasados, y dieron culto a las representaciones de Aserá y a otros ídolos. Por este pecado el Señor 19 se enojó contra Judá y Jerusalén. Sin embargo, el Señor les envió profetas para hacer que se volvieran a él. Pero la gente no hizo caso a las amonestaciones de los profetas.
Rebeldía de Israel 20
»Desde hace mucho te rebelaste contra mí, te negaste a obedecerme. Dijiste: “No quiero servir.” Sobre toda loma alta y bajo todo árbol frondoso te dedicaste a la prostitución. Jr. 2.30. 23
20
Entonces Zacarías, hijo del sacerdote Joiadá, fue poseído por el espíritu de Dios, se puso de pie en un lugar elevado y dijo al pueblo: «Dios dice: “¿Por qué no obedecen ustedes mis mandamientos? ¿Por qué se buscan ustedes mismos su desgracia? ¡Puesto que ustedes me han abandonado a mí, yo también los abandonaré a ustedes!”» 21
Pero ellos se pusieron de acuerdo contra él, y lo apedrearon por orden del rey en el atrio del templo del Señor. Jr.2.9-13 Proceso contra Israel 9
»Por eso, yo, el Señor, afirmo: Voy a entablar un proceso contra ustedes y sus nietos. 10 Vayan a las islas de occidente y observen; envíen a alguien a Quedar para que se fije bien, a ver si se ha dado el caso 11 de que una nación pagana haya cambiado a sus dioses. ¡Y eso que son dioses falsos! Pero mi pueblo me ha dejado a mí, que soy su gloria, por ídolos que no sirven para nada.
223
¿Cómo puedes decir: “No me he manchado ni he dado culto a dioses falsos”? Mira cuál fue tu conducta en el valle, fíjate en todo lo que has hecho tú, camella ligera de cascos que corre en todas direcciones; 24 asna salvaje que tira al monte y resopla jadeante de deseos. Cuando está en celo, nadie puede controlarla. Si un macho la busca, no tiene que cansarse: siempre la encuentra en época de celo. 25 »¡Israel, no lastimes tus pies corriendo descalza, no dejes que se te seque la garganta! Pero tú dijiste: “No, imposible; amo a los extraños y me voy con ellos.” Israel merece castigo 26 »Como el ladrón se avergüenza cuando lo descubren, así quedará avergonzado Israel, el pueblo, los reyes, los jefes, los sacerdotes y los profetas; 27 pues a un árbol le dicen: “Tú eres mi padre”, y a una piedra: “Tú eres mi madre.”
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A mí, en cambio, me dan la espalda y no la cara. Sin embargo, apenas se ven en peligro, me dicen: “¡Ven a salvarnos!” 28 Judá, ¿dónde están los dioses que te hiciste? ¡Tienes tantos dioses como ciudades! ¡Pues que vengan ellos, a ver si pueden salvarte cuando te llegue la desgracia! 29 ¿Qué alegan ustedes en mi contra, si todos ustedes me han sido rebeldes? Yo, el Señor, lo afirmo. 30 En vano castigué a los hijos de ustedes, pues no quisieron aprender la lección. Ustedes mismos, como leones feroces, asesinaron a sus profetas.
BENDICIONES DE LA OBEDIENCIA
»Como el ladrón se avergüenza cuando lo descubren, así quedará avergonzado Israel, el pueblo, los reyes, los jefes, los sacerdotes y los profetas.
Dios, a través de su palabra ofrece colmar de bienes y de muchos galardones a todo aquel que le ponga por obra, es decir, que todo el que diga o estudie su palabra y de todo corazón y sinceridad la ponga en práctica, o más claro, viva en obediencia a lo prescrito en las sagradas escrituras, Dios le garantiza que será prosperado en todo.
Jr. 26.20-24.
Lv.26.3-6.
20
3
Jr. 2. 26. Israel merece castigo 26
También el profeta Urías, hijo de Semaías, de la ciudad de Quiriat-jearim, habló en nombre del Señor contra esta ciudad y contra el país, del mismo 21 modo que Jeremías. El rey Joaquim, sus funcionarios y sus jefes oyeron lo que él dijo, y el rey quiso hacerlo matar. Pero cuando Urías se enteró, tuvo miedo y huyó a Egipto. 22 El rey Joaquim envió a Egipto a Elnatán, hijo de 23 Acbor, y a otros hombres, los cuales trajeron de Egipto a Urías y lo entregaron al rey Joaquim, quien mandó que lo mataran y que echaran su cadáver a la fosa común. 24
Ahicam, hijo de Safán, habló en favor de Jeremías, y esto hizo que no lo entregaran al pueblo para que lo mataran. Mt.23.37-39.
»Si siguen mis leyes, y cumplen mis mandamientos y los practican,
4
yo les enviaré la lluvia a su tiempo, y la tierra y los árboles del campo darán su fruto; 5
tendrán trigo hasta la cosecha de las uvas, y uvas hasta el tiempo de la siembra; comerán pan hasta quedar satisfechos, y gozarán de tranquilidad en el país. 6
Les daré bienestar en el país, y dormirán sin sobresaltos, pues yo libraré al país de animales feroces y de guerras. Dt. 28.1-14.
37
y serás motivo de horror, de refrán y de burla en todos los pueblos donde te lleve el Señor. 38 Sembrarás mucha semilla, pero recogerás poco fruto porque la 39 langosta lo devorará. Plantarás viñedos y los cuidarás, pero no beberás su vino ni recogerás sus uvas porque los gusanos acabarán con todo.
225
Bendiciones para los que obedecen »Si de veras obedeces al Señor tu Dios, y pones en práctica todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy, entonces el Señor te pondrá por encima de todos los pueblos de la tierra.
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2
Además, todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán por haber obedecido al Señor tu Dios. 3
Serás bendito en la ciudad y en el campo.
4
Serán benditos tus hijos y tus cosechas, y las crías de tus vacas, de tus ovejas y de todos tus animales. 5
Serán benditos tu cesta y el lugar donde amasas la harina,
6
y tú serás bendito en todo lo que hagas.
7
»El Señor pondrá en tus manos a tus enemigos cuando te ataquen. Avanzarán contra ti en formación ordenada, pero huirán de ti en completo desorden. 8
»El Señor enviará su bendición sobre tus graneros y sobre todo lo que hagas, y te hará vivir feliz en el país que va a darte.
PROFECÍAS DEL EXILIO DE ISRAEL Y DE JUDÁ
9
»Si cumples sus mandamientos y sigues sus caminos, el Señor tu Dios te mantendrá como pueblo consagrado a él, tal como te lo ha jurado. 10
Entonces todos los pueblos de la tierra verán que sobre ti se invoca el nombre del Señor, y te tendrán miedo. 11
El Señor te mostrará su bondad dándote muchos hijos, muchas crías de tus ganados y abundantes cosechas en la tierra que a tus antepasados juró que te daría. 12
Y te abrirá su rico tesoro, que es el cielo, para darle a tu tierra la lluvia que necesite; y hará prosperar todo tu trabajo. Podrás prestar a muchas naciones, pero tú no tendrás que pedir prestado a nadie.
Cuando se inició la monarquía en Israel, este era el nombre colectivo de las 12 tribus que fueron formadas por los descendientes de los 12 hijos de Jacob, a cada tribu se le dio el nombre de su antepasado. Más tarde, por tanta desobediencia en contra de Dios, él dividió la nación en dos reinos: El del norte conformado por 10 tribus llevó el nombre de Israel, y el del sur formado por las tribus de Judá y Benjamín llevó el nombre de Judá.
13
El Señor te pondrá en el primer lugar, y no en el último; siempre estarás por encima de los demás, y nunca por debajo, con tal de que atiendas a los mandamientos del Señor tu Dios, que yo te ordeno hoy, y los pongas en práctica, 14
sin apartarte de ellos por seguir a otros dioses y rendirles culto.
G.35.22-26. 22
Estando ya establecido Israel en ese lugar, Rubén fue y se acostó con Bilhá, que era concubina de su padre. Y cuando éste lo supo, se enojó muchísimo. Los hijos de Jacob Los hijos de Jacob fueron doce. 23 Los que tuvo con Lía fueron Rubén, su hijo 24 mayor; Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón. Los que tuvo con Raquel fueron 25 José y Benjamín. Los que tuvo con Bilhá, la esclava de Raquel, fueron Dan y Neftalí; 26 y los que tuvo con Zilpá, la esclava de Lía, fueron Gad y Aser. Éstos fueron los hijos de Jacob, que nacieron en Padán-aram.
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Jos.14.1-6. Josué reparte la tierra de Canaán Éstos son los territorios de Canaán que los israelitas recibieron como posesión, tal y como se los dieron el sacerdote Eleazar, Josué y los jefes de 2 clanes de las tribus israelitas. Los territorios se repartieron por sorteo entre las nueve tribus y media, como el Señor le había mandado a Moisés que lo 3 hiciera. Ya antes Moisés les había dado tierras al otro lado del Jordán a las tribus de Rubén y de Gad y a la media tribu de Manasés; pero a los levitas no 4 les dio tierras. Los descendientes de José formaban dos tribus, la de Manasés y la de Efraín, pero a los levitas no les tocó ninguna porción de tierra, sino solamente ciudades habitables, con campos para criar ganado y rebaños. 5 Los israelitas hicieron el reparto de la tierra tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés.
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A estos 2 reinos les envió varios profetas para advertirles que si ellos no se arrepentían y dejaban su mal camino, él les mandaría enemigos para que les hicieran la vida imposible y por último se los llevarían de su tierra en cautiverio; pero ellos en su testarudez y rebeldía no hicieron caso. 1deR.14. 14-16. 14
El territorio de Caleb
Después pondrá en Israel un rey que acabará con la dinastía de Jeroboam en su día. De ahora en adelante 15 el Señor va a sacudir a Israel como la corriente del río sacude las cañas. Lo arrancará de esta buena tierra que dio a sus antepasados, y lo arrojará más allá del río Éufrates, por haber hecho representaciones de Astarté, causando con ello la irritación del Señor. 16 El Señor entregará a Israel por los pecados que Jeroboam ha cometido y que ha hecho cometer a Israel.
6
Is.1.1-9.
Los descendientes de Judá fueron a Guilgal para hablar con Josué, y Caleb el quenezita, hijo de Jefuné, le dijo a Josué: «Acuérdate de lo que el Señor le dijo a su siervo Moisés en Cadés-barnea, en cuanto a ti y a mí.
Judá, nación pecadora Profecías que Isaías, hijo de Amós, recibió por revelación acerca de Judá y Jerusalén, durante los reinados de Ozías, Jotam, Ahaz y Ezequías en Judá.
1de R.11.11-13. 11
Por lo tanto, el Señor le dijo a Salomón: «Ya que te has comportado así, y no has cumplido la alianza y las leyes que te ordené, voy a quitarte el reino y a dárselo a uno de los que te sirven. 12 Sin embargo, por consideración a David, tu 13 padre, no lo haré mientras vivas; pero se lo quitaré a tu hijo. Aunque no le quitaré todo el reino: le dejaré una tribu, por consideración a tu padre y a Jerusalén, la ciudad que he escogido.» 1 de R.11.29-32. 29
Por aquel entonces, un día en que Jeroboam salió de Jerusalén, se encontró en el camino con el profeta Ahías, el de Siló, que iba cubierto con una capa 30 nueva. Los dos estaban solos en el campo, y tomando Ahías la capa nueva que llevaba puesta, la rasgó en doce pedazos 31 y dijo a Jeroboam: «Toma para ti diez pedazos, porque el Señor, Dios de Israel, te dice: “Voy a quitarle el reino a Salomón, y a darte a ti diez tribus. 32 A Salomón le dejaré sólo una tribu, por consideración a mi siervo David y a Jerusalén, la ciudad que he escogido entre todas las ciudades de las tribus de Israel.
229
Cielo y tierra, Escuchen lo que el Señor dice: «Crié hijos hasta que fueron grandes, pero ellos se rebelaron contra mí. 3 El buey reconoce a su dueño y el asno el establo de su amo; pero Israel, mi propio pueblo, no reconoce ni tiene entendimiento.» 4 ¡Ay, gente pecadora, pueblo cargado de maldad, descendencia de malhechores, hijos pervertidos! Se han alejado del Señor, se han apartado del Dios Santo de Israel, lo han abandonado. 5 Ustedes se empeñan en ser rebeldes, y en su cuerpo ya no hay donde castigarlos.
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Israel, su historia y su futuro
Tienen herida toda la cabeza, han perdido las fuerzas por completo. 6 De la punta del pie a la cabeza no hay nada sano en ustedes; todo es heridas, golpes, llagas abiertas; nadie se las ha curado ni vendado, ni les ha calmado los dolores con aceite. 7 Su país ha quedado hecho un desierto, y arden en llamas las ciudades. En la propia cara de ustedes los enemigos se comen lo que ustedes sembraron. Todo ha quedado hecho un desierto, como Sodoma cuando fue destruida. 8 Sión nada más ha quedado en pie, sola cual choza en medio de un viñedo, sola cual cobertizo en medio de un melonar, sola cual ciudad rodeada por el enemigo. 9 Si el Señor todopoderoso no hubiera dejado a unos cuantos de nosotros, ahora mismo estaríamos como Sodoma y Gomorra. Is.5.1-7.
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Israel, su historia y su futuro
qué pienso hacer con mi viñedo: voy a quitarle la cerca, para que lo destruyan; voy a agrietarle el muro, para que lo pisoteen; 6 voy a dejarlo abandonado. No lo podarán ni lo desyerbarán, y se llenará de espinos y maleza. Voy a ordenar a las nubes que no envíen su lluvia sobre él. 7 El viñedo del Señor todopoderoso, su sembrado preferido, es el país de Israel, el pueblo de Judá. El Señor esperaba de ellos respeto a su ley, y sólo encuentra asesinatos; esperaba justicia, y sólo escucha gritos de dolor. Is.9.8-21. Ira del Señor contra el reino de Israel 8 (7)
El viñedo, imagen de Judá Voy a entonar en nombre de mi mejor amigo el canto dedicado a su viñedo. Mi amigo tenía un viñedo en un terreno muy fértil. 2 Removió la tierra, la limpió de piedras y plantó cepas de la mejor calidad. En medio del sembrado levantó una torre y preparó también un lugar donde hacer el vino. Mi amigo esperaba del viñedo uvas dulces, pero las uvas que éste dio fueron agrias. 3 Ahora, habitantes de Jerusalén, gente de Judá, digan ustedes quién tiene la culpa, si mi viñedo o yo. 4 ¿Había algo más que hacerle a mi viñedo? ¿Hay algo que yo no le haya hecho? Yo esperaba que diera uvas dulces, ¿por qué, entonces, dio uvas agrias? 5 Pues bien, les voy a decir
231
El Señor ha enviado un mensaje a Israel, al pueblo de Jacob; 9 (8) todo el pueblo de Efraín, que vive en Samaria, lo ha entendido. Ellos dicen con orgullo y altanería: 10 (9) «Se han caído los ladrillos, pero vamos a construir con piedra. Han cortado las vigas de sicómoro, pero las vamos a cambiar por madera de cedro.» 11 (10) El Señor ha hecho venir terribles enemigos; él mismo les ha ordenado atacar. 12 (11) Por el oriente los sirios, por el occidente los filisteos. De un bocado se tragaron a Israel. Y, sin embargo, la ira del Señor no se ha calmado; él sigue amenazando todavía. 13 (12)
Pero el pueblo no se volvió a Dios, que lo castigaba; no buscó al Señor todopoderoso. 14 (13) Entonces el Señor trató al reino de Israel como quien corta a un animal la cola y la cabeza, como quien derriba palmeras y juncos por igual.
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Israel, su historia y su futuro
¡Todo esto en un solo día! 15 (14) (La cabeza representa a los ancianos y los jefes, la cola a los profetas que enseñan mentiras.) 16 (15) Los jefes han extraviado a este pueblo, y los que buscaban un guía se perdieron. 17 (16) Por eso el Señor no tuvo compasión de los jóvenes, ni misericordia de los huérfanos y las viudas. Porque el pueblo entero es impío y perverso y todos dicen disparates. Y sin embargo la ira del Señor no se ha calmado; él sigue amenazando todavía.
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Israel, su historia y su futuro 9
Para mí son iguales las ciudades de Calnó y de Carquemis, Hamat igual que Arpad, Samaria lo mismo que Damasco. 10 Me he encontrado naciones con muchos dioses, con más ídolos que los de Jerusalén y Samaria. 11 Pues bien, lo que hice con Samaria y sus dioses, ¿no seré capaz de hacerlo con Jerusalén y sus ídolos?”» 12 Cuando el Señor haya hecho todo lo que tiene que hacer en el monte Sión y en Jerusalén, castigará al rey de Asiria por esta obra de su orgullo, y por su altanería y arrogancia.
18 (17)
La maldad hace estragos como un incendio que devora espinos y matorrales y quema luego los árboles del bosque, y los lanza por los aires entre torbellinos de humo. 19-20 (18-19) Por la ira del Señor todopoderoso el país está incendiado, el fuego destruye al pueblo; se comen la carne de sus propios hijos y no tienen compasión de sus hermanos. Aquí hay uno que engulle y queda con hambre, allá hay otro que come y no se siente satisfecho. 21 (20) Manasés destruye a Efraín, Efraín a Manasés, y ambos se lanzan contra Judá. Y sin embargo la ira del Señor no se ha calmado; él sigue amenazando todavía. Is.10.5-12. Dios se vale de Asiria para el castigo
Is.28.14-22. 14
Escuchen, pues, la palabra del Señor, hombres insolentes que gobiernan este pueblo de Jerusalén. 15 Ustedes dicen: «Hemos hecho un pacto con la muerte, un contrato con el reino de los muertos, para que cuando venga la terrible calamidad, no nos alcance; hemos buscado refugio en las mentiras, protección en el engaño.» 16 Por eso, el Señor dice: «Voy a poner en Sión una piedra, una piedra escogida y muy valiosa, que será la piedra principal y servirá de fundamento. El que tenga confianza, podrá estar tranquilo. 17
5
«¡El rey de Asiria! Él es el palo con que yo en mi ira castigo, la vara que uso cuando me enojo. 6 Lo mando a atacar a un pueblo impío, a una nación que me ofende, para que la robe y le quite sus riquezas, para que la pisotee como al barro de las calles. 7 Pero el rey de Asiria no piensa así, ni es eso lo que él se propone. No piensa más que en destruir y en acabar con muchas naciones. 8 Dice: “Todos los reyes son jefes a mis órdenes.
233
En esa construcción usaré por plomada la justicia y por nivel la rectitud.» El refugio que ustedes habían buscado en las mentiras lo destruirá el granizo, y el agua arrasará su lugar de protección. 18 Su pacto con la muerte será anulado, y su contrato con el reino de los muertos quedará sin valor. Vendrá la terrible calamidad y a ustedes los aplastará. 19 Cada vez que venga, los arrastrará. Vendrá mañana tras mañana, de día y de noche. El sólo oír la noticia los hará temblar.
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Israel, su historia y su futuro 20
Será como acostarse en una cama estrecha y abrigarse con una manta corta. 21 El Señor actuará como en el monte Perasim, intervendrá como en el valle de Gabaón, para realizar su acción, por extraña que parezca, para llevar a cabo su obra, su obra misteriosa. 22 Así pues, ¡no más insolencia!, no sea que sus cadenas se les aprieten más; porque he oído que el Señor todopoderoso ha decretado la destrucción de todo el país. Is.32.9-14.
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Israel, su historia y su futuro 20
Salgan de Babilonia, huyan de los caldeos. Anuncien esta noticia con gritos de alegría, y denla a conocer hasta el extremo de la tierra. Digan: «¡El Señor ha libertado a Jacob su siervo!» 21 Aunque los hizo pasar por lugares desiertos, no tuvieron sed; él partió la roca e hizo brotar torrentes de agua. 22 Para los malos, en cambio, no hay bienestar. El Señor lo ha dicho. Ez.20.21-24.
Contra las mujeres frívolas
21
9
Y ustedes, mujeres despreocupadas, oigan lo que les voy a decir. Mujeres confiadas, escuchen mis palabras. 10 Ahora están confiadas, pero dentro de poco más de un año se estremecerán, porque se terminará la cosecha y no recogerán más uvas. 11 Ustedes que viven despreocupadas, tiemblen; ustedes que se sienten confiadas, estremézcanse, quítense esos vestidos y pónganse ropas ásperas en señal de dolor. 12 Hagan demostraciones de dolor por los campos risueños y los fértiles viñedos. 13 Espinos y matorrales crecerán en mi país, en toda casa alegre de la ciudad amiga de las diversiones. 14 El palacio estará abandonado; la ciudad, tan poblada, quedará desierta; las fortificaciones, abandonadas para siempre; allí vivirán contentos los asnos salvajes, y podrá comer el ganado. Is.48.18-25. 18
¡Ojalá hubieras hecho caso de mis órdenes! Tu bienestar iría creciendo como un río, tu prosperidad sería como las olas del mar, 19 tus descendientes serían numerosos, incontables como la arena del mar; yo nunca los hubiera destruido, ni los hubiera apartado de mi vista.»
235
»”Pero también los hijos de ellos se rebelaron contra mí. No obedecieron mis leyes, ni cumplieron ni practicaron mis mandamientos, que dan vida a quien los practica, y profanaron mis sábados. Pensé en descargar mi ira contra ellos y aniquilarlos allí, en el desierto, para calmar mi furor, 22 pero me contuve por honor a mi nombre, para no quedar mal a los ojos de las naciones que habían visto cómo los había sacado de Egipto. 23 En el desierto les juré que los iba a dispersar por todas las naciones del mundo, 24 porque no cumplieron mis mandamientos, rechazaron mis leyes, profanaron mis sábados y sólo tuvieron ojos para los ídolos de sus padres. Ez. 23.1-49. Samaria y Jerusalén, dos hermanas pecadoras 2
El Señor se dirigió a mí, y me dijo: «Había una vez dos mujeres, hijas de la misma madre. 3 Desde jóvenes, estas dos mujeres se entregaron a la prostitución; en Egipto dejaron que les manosearan los pechos, y perdieron su virginidad. 4 La mayor se llamaba Aholá (que representa a Samaria), y su hermana Oholibá (que representa a Jerusalén). Yo las tomé por esposas, y me dieron hijos e hijas. 5 Aholá me fue infiel y se apasionó por sus amantes, los 6 guerreros asirios, con sus uniformes de púrpura, todos ellos jefes y 7 gobernadores, jóvenes apuestos, jinetes montados en sus caballos, ¡lo más selecto de los asirios! Aholá se entregó a la prostitución con ellos, y hasta se 8 apasionó por todos sus ídolos y se rebajó adorándolos. Desde que estuvo en Egipto se volvió una prostituta, y jamás dejó de serlo. Desde que era joven, muchos se acostaron con ella y le quitaron su virginidad, convirtiéndola en una prostituta. 9 Por eso la entregué en manos de sus amantes, los asirios, por 10 quienes ella se había apasionado, y ellos la deshonraron; luego le quitaron a sus hijos e hijas, y a ella la mataron a filo de espada, ejecutando así la sentencia contra ella. Y su caso se hizo famoso entre las mujeres.
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Israel, su historia y su futuro 11
»Su hermana Oholibá vio esto, y sin embargo se entregó, más aún que su 12 hermana, a la pasión y la prostitución. También ella se apasionó por los asirios, todos ellos jefes y gobernadores, guerreros espléndidamente vestidos, jinetes montados a caballo, jóvenes apuestos. 13 Me di cuenta de que también 14-15 ella se había manchado, y que había seguido el ejemplo de su hermana. Pero ella fue aún más lejos en sus prostituciones: vio en las paredes imágenes de babilonios, grabadas y pintadas de rojo; todos ellos tenían aspecto de oficiales, a juzgar por sus cinturones y turbantes. 16 Al ver a estos babilonios, se apasionó por ellos y envió mensajeros a Babilonia; 17 y los babilonios vinieron y se acostaron con ella, y le hicieron el amor, manchándola con sus prostituciones. 18 Tanto la mancharon que al fin sintió asco de ellos. Entonces se entregó públicamente a la prostitución, mostrando su cuerpo desnudo, hasta que yo sentí asco de ella como antes lo había sentido de su hermana. 19 Pero se entregó más y más a la prostitución, recordando el tiempo de su juventud, cuando se 20 prostituyó en Egipto y se apasionó por sus amantes egipcios, que en sus impulsos sexuales se parecen a los asnos y los caballos.
Rafael Román Caraballo Barreto
Israel, su historia y su futuro 32
»Esto digo yo, el Señor: Beberás de la misma copa que tu hermana, una copa grande, ancha y profunda, llena de burla y desprecio, 33 llena de ruina y destrucción. Es la copa de tu hermana Samaria, con la que quedarás borracha y dolorida. 34 La beberás hasta el fondo, y luego la harás pedazos y te desgarrarás los pechos. Yo, el Señor, he hablado; yo he dado mi palabra. 35
»Por eso yo, el Señor, digo: Puesto que te has olvidado de mí y me has vuelto la espalda, tendrás que sufrir el castigo de tu libertinaje y de tus prostituciones.» 36
21
»Tú, Oholibá, sentías nostalgia del libertinaje de tu juventud, cuando los egipcios te manoseaban los pechos. 22 Por eso yo, el Señor, digo: Voy a hacer que esos amantes tuyos, de los que ahora sientes asco, se vuelvan tus enemigos. De todas partes voy a lanzar contra ti 23 a los babilonios y a los caldeos, a los de Pecod, Soa y Coa, y a todos los asirios; todos ellos jóvenes apuestos, jefes y gobernadores, oficiales y guerreros; todos ellos gente de a caballo. 24 Vendrán contra ti, con gran número de carros y de ejércitos; te rodearán por todas partes, armados y con cascos y escudos, y yo les daré el derecho de juzgarte, y ellos te juzgarán según sus leyes. 25 Yo descargaré sobre ti el furor de mi ira, y ellos te tratarán con crueldad; te cortarán la nariz y las orejas, y a los que aún queden vivos los matarán a filo de espada. Te arrebatarán a tus hijos y a tus hijas, y al fin caerás devorada por el fuego. 26 Te quitarán tus vestidos y se apoderarán de tus joyas. 27 Así pondré fin a tu libertinaje y a la prostitución a que te entregaste en Egipto, y no volverás a ver a los egipcios ni a acordarte de ellos. 28
»Esto digo yo, el Señor: Voy a dejar que caigas en poder de las naciones que odias, y por las que sientes asco. 29 Ellas te tratarán con odio, se adueñarán de lo que has ganado con tu trabajo y te dejarán completamente desnuda; quedará al descubierto tu cuerpo, el cual entregaste a la prostitución. Tu libertinaje y tu prostitución 30 son la causa de lo que hoy te pasa, pues te entregaste a la prostitución con esas naciones y te rebajaste adorando sus ídolos. 31 Seguiste los pasos de tu hermana; por eso te daré a beber la misma copa que le di a ella.
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El Señor me dijo: «Y tú, hombre, ¿quieres pronunciar la sentencia contra Aholá y Oholibá? Entonces échales en cara sus acciones detestables. 37Ellas me han sido infieles y tienen las manos manchadas de sangre. Me han sido infieles adorando a sus ídolos, y en honor de ellos han sacrificado en el fuego a sus propios hijos, los hijos que yo tuve con ellas. 38 Además, han hecho esto contra 39 mí: en un mismo día profanaron mi santo templo y deshonraron mis sábados. Y el mismo día que sacrificaron a sus hijos para honrar a sus ídolos, vinieron a mi santo templo y lo profanaron. ¡Esto es lo que han hecho, en mi propia casa! 40
»Enviaron mensajeros para hacer venir hombres de lejos, y ellos vinieron. Ellas dos se bañaron, se pintaron los ojos y se pusieron joyas para recibirlos;41 se sentaron en una cama lujosa, con la mesa ya servida, y en ella pusieron el incienso y el aceite consagrados a mi servicio. 42 Se escuchaban los gritos de una multitud haciendo fiesta; eran hombres venidos del desierto, que adornaban a las mujeres poniéndoles brazaletes en los brazos y hermosas coronas en la cabeza. 43 Yo me decía: “Ahora van a servirse de estas prostitutas gastadas por los adulterios. ¡Nada menos que con ellas! 44 Vienen a Aholá y a Oholibá, mujeres libertinas, como quien va a las prostitutas.” 45 Pero los hombres justos dictarán contra ellas la sentencia que merecen las adúlteras y las asesinas. Porque adúlteras son, y tienen las manos manchadas de sangre.» 46
Esto dice el Señor: «Que se reúna el pueblo contra ellas, que las haga sentir pánico y las robe; 47 que el pueblo entero las mate a pedradas y las atraviese con sus espadas; que mate a sus hijos e hijas y queme sus casas. 48 Yo haré que desaparezca del país esta conducta infame. Así todas las mujeres aprenderán la
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lección y no seguirán su ejemplo inmoral. En cuanto a esas dos, recibirán el castigo de su conducta inmoral y de sus pecados de idolatría. Y ustedes reconocerán que yo soy el Señor.»
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Señor; nadie pensará en ella ni se acordará más de ella; ya no hará falta ni se 17 hará una nueva. Yo, el Señor, doy mi palabra. Jerusalén será llamada entonces el trono del Señor; todas las naciones se reunirán allí para honrarme, y no volverán a seguir tercamente las malas inclinaciones de su corazón.
Jr.3.6-21. 18
»Cuando llegue ese día, Judá se unirá a Israel, y juntos regresarán del país del norte a la tierra que di como herencia a los antepasados de ustedes.
El Señor exhorta a Israel y a Judá al arrepentimiento 6
En tiempos del rey Josías me dijo el Señor: «¿Has visto lo que hizo la rebelde Israel? Fue y se dedicó a la prostitución sobre toda loma alta y bajo todo árbol 7 frondoso. Yo pensé que, aun después de todo lo que ella había hecho, volvería a mí; pero no volvió. Su hermana, la infiel Judá, vio esto; 8 y vio también que yo repudié a la rebelde Israel y que me divorcié de ella precisamente por el adulterio cometido. Pero Judá, la infiel hermana de Israel, no tuvo temor, sino que también ella fue y se dedicó a la prostitución. 9 Y lo hizo con tanta facilidad, que profanó el país. Me fue infiel adorando a las piedras y a los árboles. 10 Y después de todo esto, la infiel Judá tampoco volvió a mí de todo corazón, sino que me engañó. Yo, el Señor, lo afirmo.»
La idolatría de Israel 19
»Israel, yo decidí aceptarte como hijo y darte una tierra envidiable, el país más bello de todo el mundo. Yo pensé que me llamarías padre y que nunca te alejarías de mí. 20 Pero como una mujer que es infiel a su esposo, así ustedes me fueron infieles. Yo, el Señor, lo afirmo. 21
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El Señor me dijo: «La rebelde Israel es menos culpable que la infiel Judá. Ve y anuncia este mensaje mirando hacia el norte:
»Se oyen voces en las lomas desiertas: ¡son los israelitas, que lloran y piden compasión! Se desviaron del camino recto y se olvidaron de mí, el Señor su Dios.
»“El Señor afirma: ¡Vuelve a mí, rebelde Israel! No te recibiré de mal modo ni mantendré mi enojo por siempre, porque soy bondadoso. Yo, el Señor, doy mi palabra. 13 Reconoce tan sólo tu maldad, y que fuiste rebelde contra el Señor tu Dios; que corriste en busca de amores extraños debajo de todo árbol frondoso, y que no obedeciste mis órdenes. Yo, el Señor, lo afirmo.”» 14
El Señor afirma: «Regresen, hijos rebeldes, pues yo soy su dueño. Tomaré uno de cada ciudad y dos de cada clan, y los haré volver a Sión. 15 Les daré los gobernantes que a mí me agradan, y ellos los gobernarán a ustedes con sabiduría y entendimiento. 16 Y cuando ustedes hayan aumentado en el país y tengan ya muchos hijos, nadie volverá a hablar más del arca de la alianza del
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2 de R.15.27
Tercer exilio fue en el reinado de Oseas, último rey de Israel, esta última deportación de los del reino de Israel no hay una fecha exacta de este hecho, porque la historia profana indica que el rey que venció a Oseas, rey de Israel, fue Salmanasar V, y este empezó su reinado en el año 727 hasta el año 722 antes de Cristo.
EL CAUTIVERIO DE ISRAEL La deportación del reino de Israel por el imperio Asirio fue un proceso que ocurrió en 3 etapas o serie de invasiones, como sigue: En la primera se relata que los hijos de las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés fueron llevados cautivos por Pul o Tiglat-Pileser, rey de los asirios. 1 de Cr. 5.23-26. 3
Los descendientes de la media tribu de Manasés vivieron en la región que se extiende desde Basán hasta Baal-hermón, Senir y el monte Hermón, pues eran 24 muchos. Los jefes de sus familias fueron Éfer, Isí, Eliel, Azriel, Jeremías, Hodavías y Jahdiel, todos ellos soldados valientes, hombres famosos y jefes de 25 familia. Pero se rebelaron contra el Dios de sus antepasados y le fueron infieles adorando a los dioses de los pueblos que Dios había destruido y eliminado delante de ellos. 26 Por esta razón, el Dios de Israel incitó a Pul, rey de Asiria, es decir, a Tiglat-piléser, quien desterró a los rubenitas y gaditas y a la media tribu de Manasés; y los llevó a Halah, Habor, Hará y al río Gozán, donde están hasta el presente.
El segundo grupo de cautivos del reino de Israel fue llevado a Asiria, probablemente en el año 727 a de Cristo; bajo el reinado de Peka, y siendo aún rey de Asiria Tiglat-Pileser. 241
Por otro lado, según la cronología de los reyes que gobernaron en Israel y en Judá, que aparece registrada en la Biblia de estudio, como arando estas fechas con los textos de 2 R.17.16., en los cuales se reseña, que cuando Acaz llevaba 12 años en su reinado, empezó a reinar en Israel el rey Oseas en el año 724 a de C., en este caso el rey de Asiria Salamanasar V sitió a Samaria en el año 718 y la tomó en el año 716. Ahora, en los textos de 2 de R.18.9-12, señala que en el año o cuarto del reinado de Ezequías, rey de Judá (año 713 a d.C.), Salamanasar V, rey de los asirios, sitió a la ciudad de Samaria y la tomó a los 3 años (711 a d. C.). Reinado de Pécah en Israel 27
En el año cincuenta y dos del reinado de Azarías, rey de Judá, Pécah, hijo de 28 Remalías, comenzó a reinar sobre Israel, y reinó en Samaria veinte años. Pero sus hechos fueron malos a los ojos del Señor, pues no se apartó de los pecados con que Jeroboam, hijo de Nabat, hizo pecar a Israel. 29
En el tiempo en que Pécah era rey de Israel, llegó Tiglat-piléser, rey de Asiria, y conquistó Iión, Abel-bet-maacá, Janóah, Quedes, Hasor, Galaad, Galilea y toda la región de Neftalí, y a sus habitantes los llevó cautivos a Asiria.30 Entonces Oseas, hijo de Elá, conspiró contra Pécah, hijo de Remalías, y lo atacó y lo mató. De esa manera llegó a reinar en su lugar, en el año veinte del reinado de Jotam, hijo de Ozías.
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2 de R.17.1-6. Caída de Samaria y destierro de Israel En el año doce del reinado de Ahaz, rey de Judá, Oseas, hijo de Elá, comenzó a 2 reinar sobre Israel, y reinó nueve años en Samaria. Pero sus hechos fueron malos a los ojos del Señor, aunque no tanto como los de los reyes que hubo antes de él en Israel. 3
Salmanasar, rey de Asiria, atacó a Oseas, y éste fue hecho su siervo y tributario. 4 Pero descubrió Salmanasar que Oseas estaba conspirando contra él, y que había enviado unos agentes a So, rey de Egipto, además de que ya no le pagaba el tributo anual. Ordenó entonces Salmanasar que arrestaran a Oseas y lo pusieran en prisión; 5 luego invadió el país entero y atacó a Samaria, 6 manteniendo el ataque durante tres años. Finalmente, en el año nueve del reinado de Oseas, el rey de Asiria tomó Samaria, y a los israelitas los llevó cautivos a Asiria y los estableció en Halah, en la región del Habor, río de Gozán, y en las ciudades de los medos. 2 de R.18.9-12. Caída de Samaria
CAUSAS DEL CAUTIVERIO Fuera de todo lo que hemos dicho de las apostasías y rebeliones de Israel y de Judá, aquí reitero que ellos habían violado y pisoteado las leyes, ordenanzas, mandamientos, decretos, estatutos y los pactos que Dios había hecho o prescrito con sus antepasados.
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En el cuarto año del reinado de Ezequías, que era el séptimo del reinado de Oseas, hijo de Elá, rey de Israel, Salmanasar, rey de Asiria, rodeó la ciudad de 10 Samaria y la atacó, y al cabo de tres años la tomó. Era el año seis del reinado de Ezequías y el nueve del reinado de Oseas en Israel, cuando Samaria fue 11 tomada. El rey de Asiria desterró a los israelitas a Asiria y los estableció en 12 Halah, en la región del Habor, río de Gozán, y en las ciudades de los medos. Esto sucedió porque no obedecieron al Señor su Dios, sino que violaron su alianza y no hicieron caso de todo lo que Moisés, siervo del Señor, les había mandado, ni lo pusieron en práctica.
2 de R. 17.7-23. 7
Esto sucedió porque los israelitas habían pecado contra el Señor su Dios, que los hizo salir de Egipto y los libró del dominio del faraón, rey de Egipto, pues 8 adoraron a otros dioses y siguieron las prácticas de las naciones que el Señor había arrojado de la presencia de ellos, así como las establecidas por los reyes de Israel. 9
Además, los israelitas pronunciaron palabras impropias contra el Señor su Dios, y construyeron santuarios paganos en todas sus ciudades, lo mismo en las torres de vigilancia que en las ciudades fortificadas. 10 También levantaron piedras sagradas y representaciones de Aserá en cada colina y bajo todo árbol frondoso, 11 y conforme a las prácticas de las naciones que el Señor había desterrado de la presencia de ellos, quemaron incienso y cometieron acciones 12 malvadas, provocando así la ira del Señor. Adoraron ídolos, cosa que el Señor les había prohibido expresamente. 13
Ya por medio de todos los profetas y videntes, el Señor había advertido a los israelitas que se convirtieran de sus malos caminos y cumplieran los mandamientos y leyes de toda la enseñanza que él había dado a sus
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antepasados por medio de sus siervos los profetas. Pero ellos no hicieron caso, sino que fueron tan tercos como sus antepasados, los cuales no confiaron 15 en el Señor su Dios; despreciaron sus leyes, y la alianza que había hecho con sus antepasados, y los mandatos que les había dado. Además siguieron a dioses sin ningún valor, con lo que también ellos perdieron su valor, e imitaron a las 16 naciones que había a su alrededor, cosa que les había prohibido el Señor. Dejaron todos los mandamientos del Señor su Dios, y se hicieron dos becerros de bronce fundido y una representación de Aserá, y además adoraron a todos los astros del cielo y a Baal. 17 También hicieron quemar a sus hijos e hijas, practicaron la adivinación y los augurios, y se entregaron a hacer lo malo a los ojos del Señor, provocando así su ira. 18
Por lo tanto, el Señor se enfureció contra Israel y lo arrojó de su presencia, y no dejó más que a la tribu de Judá. 19 Pero tampoco Judá cumplió los mandamientos del Señor su Dios, sino que siguió las prácticas que los de Israel habían establecido. 20 Entonces el Señor rechazó a todos los descendientes de los israelitas y los humilló, entregándolos en manos de salteadores hasta arrojarlos de su presencia. 21 Separó de la dinastía de David a Israel, y los de Israel hicieron rey a Jeroboam, hijo de Nabat, quien hizo que los israelitas se apartaran del Señor y pecaran gravemente. 22 Así los de Israel cometieron los mismos pecados que había cometido Jeroboam, y no los abandonaron.23 Finalmente el Señor apartó de su presencia a Israel, como lo había anunciado por medio de todos los profetas, sus siervos, y así los de Israel fueron llevados cautivos a Asiria, donde están hasta el día de hoy.
REPOBLACIÓN DE SAMARIA Después del cautiverio de los israelitas, el rey Asirio Asarhaddón (681-669 a d. C.) llevó deportados a Samaria de otras regiones conquistadas para su colonización; estos colonos se casaron con los judíos que habían quedado en Samaria, razón por la cual los judíos que regresaron después del cautiverio a Judá, los miraban como mestizos y, todavía, en tiempos de Jesús los detestaban por considerarlos una mezcla y no los reconocían como judíos puros. 2 de R.17.24-41. Repoblación de Samaria 24
El rey de Asiria llevó gente de Babilonia, Cuta, Avá, Hamat y Sefarvaim, y la estableció en las ciudades de Samaria, en lugar de los israelitas. Así tomaron posesión de Samaria y vivieron en sus ciudades. 25 Pero como esta gente no rendía culto al Señor, cuando comenzaron a establecerse el Señor les mandó leones, los cuales mataron a algunos de ellos. 26 Fueron entonces a decirle al rey de Asiria: «La gente que has llevado a las ciudades de Samaria para que se establezca allí, no conoce la religión del dios de ese país y, por no conocerla, él les ha mandado leones, que los están matando.»
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Así pues, el rey de Asiria ordenó: «Envíen alguno de los sacerdotes que trajeron cautivos, para que vaya a vivir allí y les enseñe la religión del dios del país.»
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—Permitan ustedes que les ayudemos en la construcción, porque nosotros, como ustedes, también hemos recurrido a su Dios y le hemos ofrecido sacrificios desde el tiempo de Esarhadón, rey de Asiria, que nos trajo hasta aquí.
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Entonces uno de los sacerdotes que ellos habían desterrado de Samaria fue 29 y se estableció en Betel, y les enseñó a rendir culto al Señor. Pero cada nación se hizo su propio dios en la ciudad donde habitaba, y lo puso en los santuarios de los lugares altos que habían construido los samaritanos. 30 Los de Babilonia hicieron una representación de Sucot-benot; los de Cuta, una de 31 Nergal, y los de Hamat, una de Asimá. Los de Avá hicieron un Nibhaz y un Tartac, y los de Sefarvaim quemaban a sus hijos en el fuego como sacrificio a Adramélec y a Anamélec, sus dioses. 32 Además rendían culto al Señor, pero nombraron sacerdotes de entre ellos mismos para que prestaran servicio en 33 los santuarios paganos. Así que, aunque rendían culto al Señor, seguían adorando a sus propios dioses, según la costumbre de las naciones de donde habían sido desterrados. 34
Todavía hoy hacen lo mismo que antes hacían, pues no rinden culto al Señor ni actúan de acuerdo con sus leyes y decretos, ni según la enseñanza y los mandamientos que el Señor ordenó cumplir a los descendientes de Jacob, a quien dio el nombre de Israel. 35 Cuando el Señor hizo una alianza con ellos, les ordenó: «No rindan culto a otros dioses, ni los adoren ni les sirvan 36 ofreciéndoles sacrificios. Ríndanme culto a mí, el Señor su Dios, que los sacó de Egipto con gran despliegue de poder. Sólo a mí deben rendirme culto, y 37 adorarme y ofrecerme sacrificios. Además cumplan fielmente las leyes y decretos, y la enseñanza y mandamientos que les he dado por escrito, y no rindan culto a otros dioses. 38 No olviden la alianza que he hecho con ustedes, ni 39 rindan culto a otros dioses, sino sólo a mí, el Señor su Dios, y yo los libraré del dominio de sus enemigos.»
3
Pero Zorobabel, Josué y los otros jefes de familia israelitas les respondieron:
—No podemos reconstruir junto con ustedes el templo de nuestro Dios. Lo tenemos que reconstruir nosotros solos para el Señor, Dios de Israel, pues así nos lo ordenó Ciro, rey de Persia. Neh.4.1-5. Oración de Nehemías 4 (3.36)
Entonces yo oré: «Dios nuestro: escucha cómo se burlan de nosotros. Haz que sus ofensas se vuelvan contra ellos, y que caigan en poder del enemigo y sean llevados cautivos a otro país. 5 (3.37) No les perdones su maldad, ni borres de tu presencia su pecado, pues han insultado a los que están reconstruyendo la muralla.» Mt. 10.5-8. Jesús instruye y envía a los apóstoles 5
Jesús envió a estos doce con las siguientes instrucciones: «No vayan a las regiones de los paganos ni entren en los pueblos de Samaria; 6 vayan más bien a 7 las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Vayan y anuncien que el reino de los 8 cielos se ha acercado. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los leprosos y expulsen a los demonios. Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo.
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Sin embargo, esas naciones no hicieron caso, sino que siguieron con sus prácticas anteriores; y, a la vez que rendían culto al Señor, también seguían adorando a sus ídolos. Y sus descendientes hicieron lo mismo que sus antepasados, y hasta el día de hoy lo hacen así.
Jn.4.3-42. 3
Cuando Jesús lo supo, salió de Judea para volver a Galilea.
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Esd.4.1-3. Los enemigos obligan a interrumpir las obras Cuando los enemigos de Judá y de Benjamín supieron que los que habían vuelto del destierro estaban reconstruyendo el templo del Señor, Dios de Israel, 2 fueron a ver a Zorobabel y a Josué y a los jefes de familia, y les dijeron:
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En su viaje, tenía que pasar por la región de Samaria. 5 De modo que llegó a un pueblo de Samaria que se llamaba Sicar, cerca del terreno que Jacob había dado en herencia a su hijo José. 6 Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, cansado 7-8 del camino, se sentó junto al pozo. Era cerca del mediodía. Los discípulos habían ido al pueblo a comprar algo de comer. En eso, una mujer de Samaria llegó al pozo a sacar agua, y Jesús le dijo: —Dame un poco de agua.
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Pero como los judíos no tienen trato con los samaritanos, la mujer le respondió: —¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides agua a mí, que soy samaritana? 10 Jesús le contestó: —Si supieras lo que Dios da y quién es el que te está pidiendo agua, tú le pedirías a él, y él te daría agua viva. 11
La mujer le dijo:
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—Todos los que beben de esta agua, volverán a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré, nunca volverá a tener sed. Porque el agua que yo le daré se convertirá en él en manantial de agua que brotará dándole vida eterna. 15 La mujer le dijo: —Señor, dame de esa agua, para que no vuelva yo a tener sed ni tenga que venir aquí a sacar agua.
La mujer le dijo:
—Yo sé que va a venir el Mesías (es decir, el Cristo); y cuando él venga, nos lo explicará todo. 26
Jesús le contestó:
Jesús le contestó:
—Créeme, mujer, que llega la hora en que ustedes adorarán al Padre sin tener que venir a este monte ni ir a Jerusalén. 22 Ustedes no saben a quién adoran; pero nosotros sabemos a quién adoramos, pues la salvación viene de los judíos. 23 Pero llega la hora, y es ahora mismo, cuando los que de veras adoran al Padre lo harán de un modo verdadero, conforme al Espíritu de Dios. Pues el Padre quiere que así lo hagan los que lo adoran. 24 Dios es Espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo de un modo verdadero, conforme al Espíritu de Dios. 25
—Señor, ni siquiera tienes con qué sacar agua, y el pozo es muy hondo: ¿de dónde vas a darme agua viva? 12 Nuestro antepasado Jacob nos dejó este pozo, del que él mismo bebía y del que bebían también sus hijos y sus animales. ¿Acaso eres tú más que él?
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Israel, su historia y su futuro
Jesús le dijo:
—Ése soy yo, el mismo que habla contigo. 27
En esto llegaron sus discípulos, y se quedaron extrañados de que Jesús estuviera hablando con una mujer. Pero ninguno se atrevió a preguntarle qué quería, o de qué estaba conversando con ella. 28 La mujer dejó su cántaro y se fue al pueblo, donde dijo a la gente: 29
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—Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será éste el Mesías?
Jesús le dijo:
—Ve a llamar a tu marido y vuelve acá. 17
La mujer le contestó:
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—Maestro, come algo.
—No tengo marido.
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Jesús le dijo: —Bien dices que no tienes marido; 18 porque has tenido cinco maridos, y el que ahora tienes no es tu marido. Es cierto lo que has dicho. 19
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Entonces salieron del pueblo y fueron a donde estaba Jesús. Mientras tanto, los discípulos le rogaban:
Pero él les dijo:
—Yo tengo una comida, que ustedes no conocen. 33
Los discípulos comenzaron a preguntarse unos a otros:
Al oír esto, la mujer le dijo: —¿Será que le habrán traído algo de comer? 20
—Señor, ya veo que eres un profeta. Nuestros antepasados, los samaritanos, adoraron a Dios aquí, en este monte; pero ustedes los judíos dicen que Jerusalén es el lugar donde debemos adorarlo.
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Pero Jesús les dijo:
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—Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y terminar su trabajo.
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Ustedes dicen: “Todavía faltan cuatro meses para la cosecha”; pero yo les digo que se fijen en los sembrados, pues ya están maduros para la cosecha. 36
El que trabaja en la cosecha recibe su paga, y la cosecha que recoge es para vida eterna, para que tanto el que siembra como el que cosecha se alegren 37 38 juntamente. Pues bien dice el dicho, que “Unos siembran y otros cosechan.” Y yo los envié a ustedes a cosechar lo que no les costó ningún trabajo; otros fueron los que trabajaron, y ustedes son los que se han beneficiado del trabajo de ellos. 39
Muchos de los habitantes de aquel pueblo de Samaria creyeron en Jesús por lo 4 que les había asegurado la mujer: «Me ha dicho todo lo que he hecho.» 0
Así que, cuando los samaritanos llegaron, rogaron a Jesús que se quedara con ellos. Él se quedó allí dos días, 41
EL CAUTIVERIO DE JUDÁ
y muchos más creyeron al oír lo que él mismo decía.
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Y dijeron a la mujer: «Ahora creemos, no solamente por lo que tú nos dijiste, sino también porque nosotros mismos le hemos oído y sabemos que de veras es el Salvador del mundo.»
Fuera de varios profetas hemos visto que Dios les había enviado para evitarles el castigo, Dios puso en medio de ellos el profeta Jeremías, que había nacido probablemente en el año 650 a de. C. en una población de Judá llamada Anatot, este inició su ministerio en el año 627 a d. C., que era el año 13 del reinado de Josías, y continuó con su actividad profética bajo los reinados de los últimos 4 reyes de Judá: Joacaz, Joacim, Joaquín y Sedequías. Este cautiverio fue profetizado en varias épocas y el profeta Jeremías especificó que el de Babilonia duraría 70 años, les indicó que después de eso regresarían a su tierra. 2 de R.20.12-19. Ezequías recibe a los enviados de Babilonia 12
Por aquel tiempo, el rey Merodac-baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, oyó decir que Ezequías había estado enfermo, y por medio de unos mensajeros le envió cartas y un regalo. 13 Ezequías los atendió y les mostró su tesoro, la plata y el oro, los perfumes, el aceite fino y su depósito de armas, y
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—Vinieron de un país lejano; vinieron de Babilonia.
ustedes una y otra vez; pero ustedes no me han hecho caso. Y a pesar de que una y otra vez el Señor les ha enviado sus siervos los profetas, ustedes no han hecho caso, ni han querido prestar ninguna atención y obedecer. 5 Ellos les han dicho: “Dejen su mala conducta y sus malas acciones; así podrán vivir en la tierra que 6 el Señor les dio para siempre a ustedes y a sus antepasados. No sigan a otros dioses; no les den culto ni los adoren. No irriten al Señor adorando dioses 7 hechos por ustedes mismos, y él no les enviará ningún mal.” Y ahora, el Señor dice: “Ustedes no han querido hacerme caso; me irritan adorando dioses hechos por ustedes mismos, y esto será para su propio mal.”
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todo lo que se encontraba en sus depósitos. No hubo nada en su palacio ni en todo su reino que no les mostrara. 14 Entonces fue el profeta Isaías a ver al rey Ezequías y le preguntó: —¿De dónde vinieron esos hombres, y qué te dijeron? Ezequías respondió:
Isaías le preguntó:
—¿Y qué vieron en tu palacio? Ezequías contestó: —Vieron todo lo que hay en él. No hubo nada en mis depósitos que yo no les mostrara. 16
Isaías dijo entonces a Ezequías: 17
—Escucha este mensaje del Señor: “Van a venir días en que todo lo que hay en tu palacio y todo lo que juntaron tus antepasados hasta el día de hoy, será llevado a Babilonia. No quedará aquí nada. 18 Aun a algunos de tus propios descendientes se los llevarán a Babilonia, los castrarán y los pondrán como criados en el palacio del rey.”
»Por eso dice el Señor todopoderoso: “Ya que ustedes no han hecho caso a mis advertencias, 9 voy a llamar a todos los pueblos del norte y a mi servidor Nabucodonosor, rey de Babilonia, para que vengan y ataquen a este país, a todos sus habitantes y a todas las naciones vecinas. Los voy a destruir completamente. Los convertiré para siempre en ruinas, en algo que cause 10 terror y espanto. Voy a hacer que entre ellos no vuelvan a oírse cantos de fiesta y alegría, ni cantos de bodas, ni el sonido de las piedras de moler, ni que vuelva a verse la luz de las lámparas. 11 Todo este país quedará destruido y convertido en ruinas. Durante setenta años estas naciones estarán sometidas al rey de 12 Babilonia. Y cuando se completen los setenta años, pediré cuentas de sus pecados al rey de Babilonia y a su nación, el país de los caldeos, y lo destruiré para siempre. Yo, el Señor, lo afirmo. 13 Haré caer sobre ese país todo lo que he anunciado y está escrito en este libro: todo lo que Jeremías ha dicho en mi 14 nombre contra todas las naciones. Grandes naciones y reyes poderosos los someterán también a ellos. Así les daré el pago que merecen sus acciones.”»
Ezequías, pensando que al menos durante su vida habría paz y seguridad, respondió a Isaías:
En los días del rey Acaz, los judíos empezaron a ser exiliados: Los primeros cautivos fueron por los asirios.
—El mensaje que me has traído de parte del Señor es favorable.
2 de Cr.28.1-5.
Jr.25.1-14.
Reinado de Ahaz en Judá
El enemigo que viene del norte El año cuarto del reinado de Joaquim, hijo de Josías, en Judá, el Señor dirigió a Jeremías un mensaje acerca de todo el pueblo de Judá. Ése era el primer año del reinado de Nabucodonosor en Babilonia. 2 El profeta Jeremías comunicó el 3 mensaje a todo el pueblo de Judá y a los habitantes de Jerusalén. Dijo: «Desde el año trece del reinado de Josías, hijo de Amón, en Judá, hasta ahora, es decir, desde hace veintitrés años, el Señor se ha dirigido a mí, y yo les he hablado a
Ahaz tenía veinte años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén dieciséis años; pero sus hechos no fueron rectos a los ojos del Señor, como los de su 2 antepasado David, sino que siguió los pasos de los reyes de Israel, y también hizo estatuas de metal fundido que representaban a Baal, 3 quemó incienso en el valle de Ben-hinom e hizo quemar a sus hijos en sacrificio, conforme a las prácticas infames de las naciones que el Señor había arrojado de la presencia 4 de los israelitas. Además ofreció sacrificios y quemó incienso en los santuarios paganos, en las colinas y bajo todo árbol frondoso.
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Por ese motivo, el Señor su Dios lo entregó en manos del rey de Siria, y los sirios lo derrotaron y le hicieron gran número de prisioneros que se llevaron a Damasco. También lo entregó el Señor en manos del rey de Israel, que le causó una gran derrota. 2de R. 16.1-17. Reinado de Ahaz en Judá
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Israel, su historia y su futuro 14
En cuanto al altar de bronce que estaba frente al templo del Señor, Ahaz lo quitó de allí y lo puso al lado norte del altar, ya que ahora quedaba entre el 15 nuevo altar y el templo del Señor. Después ordenó al sacerdote Urías que en el altar grande quemara el holocausto de la mañana y la ofrenda de cereales de la tarde, así como el holocausto y la ofrenda de cereales del rey, y el holocausto y ofrendas de cereales y de vino del pueblo en general. También le dijo que rociara sobre ese altar toda la sangre de los holocaustos y los sacrificios, pero que el altar de bronce sería sólo para que él consultara al Señor. 16
En el año diecisiete del reinado de Pécah, hijo de Remalías, comenzó a reinar Ahaz, hijo de Jotam, rey de Judá. 2 Tenía veinte años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén dieciséis años; pero sus hechos no fueron rectos a los ojos del Señor su Dios, como los de su antepasado David, 3 sino que siguió los pasos de los reyes de Israel, pues hasta hizo quemar a su hijo en sacrificio, conforme a las prácticas infames de las naciones que el Señor había arrojado de la presencia de los israelitas. 4 Además ofreció sacrificios y quemó incienso en los santuarios en lugares altos, en las colinas y bajo todo árbol frondoso. 5
Por aquel tiempo, Resín, rey de Siria, y Pécah, hijo de Remalías, rey de Israel, se dirigieron a Jerusalén para atacarla. Y sitiaron a Ahaz, pero no pudieron 6 tomar la ciudad. Entonces el rey de Edom recuperó para Edom la ciudad de Elat; y los edomitas llegaron, y después de arrojar de Elat a los de Judá, se quedaron a vivir allí hasta el día de hoy. 7
Entonces Ahaz envió unos mensajeros a Tiglat-piléser, rey de Asiria, para que le dijeran de su parte: «Este servidor tuyo es como un hijo tuyo. Por lo tanto, ven y líbrame del rey de Siria y del rey de Israel, que me están atacando.» 8
Ahaz tomó, además, la plata y el oro que había en el templo del Señor y en los tesoros del palacio real, y los envió como regalo al rey de Asiria, 9 el cual atendió su petición y organizó un ataque contra Damasco, y la conquistó, después de lo cual desterró a sus habitantes a Quir y dio muerte a Resín. 10
Cuando el rey Ahaz fue a Damasco para encontrarse con Tiglat-piléser, rey de Asiria, vio el altar que allí había. Entonces envió al sacerdote Urías un plano exacto de la construcción del altar, 11 y Urías construyó un altar siguiendo todas las indicaciones que el rey Ahaz le había enviado desde Damasco, y lo tuvo listo para cuando el rey Ahaz regresó de Damasco. 12
Cuando el rey llegó de Damasco y vio el altar, se acercó y ofreció sobre él un holocausto; 13 lo quemó, al igual que su ofrenda de cereales, y derramó sobre el altar su ofrenda de vino, y roció sobre él la sangre de sus sacrificios de reconciliación.
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El sacerdote Urías hizo todo lo que el rey Ahaz le ordenó. Luego el rey Ahaz cortó los entrepaños de las bases y quitó la enorme pila para el agua de encima de los toros de bronce que la sostenían, y la colocó sobre un pavimento de piedra.
El segundo grupo de cautivos judíos fue por sus propios hermanos los israelitas, los del reino del norte, pero los nobles del pueblo rechazaron este cautiverio y los liberaron de inmediato. 2 de Cr.28.6-15. 6
En efecto, Pécah, hijo de Remalías, mató en Judá, en un solo día, ciento veinte mil hombres, todos ellos hombres de gran valor, por haber abandonado al 7 Señor, Dios de sus antepasados. Y Zicrí, un guerrero de Efraín, mató a Maaseías, hijo del rey, a Azricam, jefe de palacio, y a Elcaná, primer oficial del rey. 8 Además, los soldados de Israel hicieron prisioneras a doscientas mil personas de Judá, entre mujeres, niños y niñas, y se apoderaron de muchas cosas y se las llevaron a Samaria. 9
Había allí un profeta del Señor, llamado Oded, que salió al encuentro del ejército cuando entraba en Samaria, y les dijo: —El Señor, Dios de los antepasados de ustedes, se enojó con Judá, y por eso los ha entregado en manos de ustedes. Pero ustedes los han matado con un furor que ha llegado hasta el cielo. 10 Además, han decidido hacer de la gente de Judá y Jerusalén sus esclavos y esclavas. Pero, ¿acaso ustedes mismos no han pecado contra el Señor su Dios? 11 Por tanto, háganme caso y devuelvan los prisioneros que hicieron y que son sus hermanos, porque el Señor está muy enojado con ustedes. 12
Entonces Azarías hijo de Johanán, Berequías hijo de Mesilemot, Ezequías hijo de Salum, y Amasá hijo de Hadlai, que eran de los principales jefes de 13 Efraín, se pusieron frente a los que volvían de la guerra, y les dijeron:
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Israel, su historia y su futuro
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—No traigan aquí a los prisioneros, pues eso nos hará culpables ante el Señor. Lo que ustedes pretenden, sólo aumentará nuestros pecados y nuestras culpas, que ya son demasiados, y el Señor se enojará mucho con Israel.
Reinado de Joaquim en Judá
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Entonces los soldados soltaron a los prisioneros y dejaron las cosas que les habían quitado delante de los jefes y de todo el pueblo. 15 Luego, los hombres antes mencionados se hicieron cargo de los prisioneros, y de las mismas cosas que les habían quitado sacaron ropa para vestir a los que estaban desnudos, y los calzaron, les dieron de comer y de beber y les curaron las heridas, y llevaron montados en asnos a todos los inválidos hasta Jericó, la ciudad de las palmeras, y los dejaron con sus parientes. Después regresaron a Samaria.
El tercer grupo de los judíos fue llevado cautivo por los edomitas. 2 de Cr. 28.16-19. 16
Por aquel tiempo, el rey Ahaz envió una embajada al rey de Asiria para 17 pedirle ayuda, pues los de Edom habían realizado una nueva invasión, y habían derrotado a Judá, y se habían llevado algunos prisioneros. 18 Por otra parte, los filisteos habían saqueado las ciudades de la llanura y del Négueb pertenecientes a Judá; se habían apoderado de Bet-semes, Aialón y Guederot, y también de Socó, Timná y Guimzó con sus respectivas aldeas, y se habían instalado en ellas. 19 El Señor había querido humillar a Judá a causa de Ahaz, rey de Judá, pues él había promovido el desenfreno en Judá y había sido sumamente infiel al Señor.
Al comienzo del reinado del rey Joacim de Judá, el rey Nabuconodosor de Babilonia le hizo su siervo, pero al tercer año de ser vasallo se rebeló contra Nabuconodosor, éste vino y sitió la ciudad de Jerusalén y la tomó un gan número de prisioneros los cuales llevó a Babilonia, entre ellos iba Daniel y sus tres compañeros. Y en el quinto año del reinado de Joacim, éste mandó que le trajearan el rollo donde estaba la profecía de Jeremías para que se la leyeran, cuando él escuchó su lectura y observó el mal que se le avecinaba, cogió el rollo y lo destruyó en el fuego, por lo cual se encendió la ira de Dios contra el rey y su pueblo y le mandó bandas de ladrones para que los robaran y los destruyeran; al final de su reinado fue llevado cautivo juntamente con otro gran número de prisioneros, a Babilonia. 257
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2 de R.23.36,37.
Joaquim tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén 37 once años. Su madre se llamaba Zebudá, hija de Pedaías, y era de Rumá. Pero sus hechos fueron malos a los ojos del Señor, igual que los de sus antepasados. 2 de R.24.1-4. Durante el reinado de Joaquim, Nabucodonosor, rey de Babilonia, invadió el país, y Joaquim estuvo sometido a él durante tres años. Luego cambió de parecer y se rebeló contra él. 2 Pero el Señor mandó contra Joaquim bandas de ladrones caldeos, sirios, moabitas y amonitas. Las envió contra Judá, para que la destruyeran, conforme al anuncio que había hecho el Señor por medio de sus 3 siervos los profetas. Esto ocurrió con Judá porque el Señor así lo dispuso, para 4 apartarla de su presencia por todos los pecados que Manasés había cometido, y también por la sangre inocente que había derramado y con la cual había llenado Jerusalén. Por eso el Señor no quiso perdonar más. Dn.1.1-9. Durante el tercer año del reinado de Joaquim, rey de Judá, el rey Nabucodonosor de Babilonia llegó a Jerusalén y rodeó la ciudad con su ejército.2 El Señor dejó que Nabucodonosor capturara a Joaquim, y que también cayeran en su poder gran parte de los utensilios del templo de Dios. Nabucodonosor se llevó los prisioneros a Babilonia, y puso los utensilios sagrados en el tesoro del templo de sus dioses; 3 además, ordenó a Aspenaz, jefe del servicio de palacio, que de entre los israelitas de familia real y de familias distinguidas trajera 4 jóvenes bien parecidos, sin ningún defecto físico, cultos e inteligentes, entendidos en todos los campos del saber y aptos para servir en el palacio real. A ellos se les enseñaría el lenguaje y la literatura de los caldeos. 5 Nabucodonosor ordenó también que a esos jóvenes se les diera todos los días de los mismos alimentos y vinos que a él le servían, y que los educaran durante tres años, al cabo de los cuales quedarían a su servicio. Daniel y sus compañeros en el palacio del rey 6
Entre estos jóvenes estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de la tribu de Judá, 7 a quienes el jefe del servicio de palacio les cambió de nombre: a Daniel le puso Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abednegó.8 Pero Daniel se propuso no contaminarse con la comida y el vino del rey, y pidió al jefe del servicio de palacio que no le obligara a contaminarse con 9 tales alimentos. Por obra de Dios, el jefe del servicio de palacio vio con buenos ojos a Daniel,
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Israel, su historia y su futuro
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Jr.36.9-26. 9
El noveno mes del año quinto del gobierno de Joaquim, hijo de Josías, rey de Judá, se dispuso que, tanto los habitantes de Jerusalén como los que habían venido de otras ciudades de Judá, ayunaran ante el Señor. 10 Baruc fue al atrio superior del templo, a la entrada de la Puerta Nueva, y desde el cuarto de Guemarías, hijo de Safán el cronista, leyó a todo el pueblo el rollo donde estaban las palabras de Jeremías. Baruc lee el rollo ante los altos funcionarios 11
Micaías, hijo de Guemarías y nieto de Safán, oyó todo el mensaje del Señor 12 que Baruc leyó en el rollo, y fue al palacio real, al cuarto del cronista, donde estaban reunidos todos los altos funcionarios: Elisamá, el cronista; Delaías, hijo de Semaías; Elnatán, hijo de Acbor; Guemarías, hijo de Safán; Sedequías, hijo de Hananías, y otros funcionarios. 13 Micaías les contó todo lo que había 14 oído cuando Baruc leyó en el rollo delante del pueblo. Los funcionarios enviaron a Jehudí, que era hijo de Netanías, nieto de Selemías y bisnieto de Cusí, a decirle a Baruc que les llevara el rollo que había leído delante del 15 pueblo. Baruc tomó entonces el rollo y se presentó ante ellos, y ellos le dijeron: —Siéntate y léenos el rollo. 16
Baruc se lo leyó, y tan pronto como lo oyeron, llenos de miedo se volvieron unos a otros y dijeron: —Tenemos que informar de todo esto al rey. 17
Luego dijeron a Baruc:
—Cuéntanos cómo escribiste todo esto. 18
Baruc respondió:
—Jeremías personalmente me lo dictó todo, y yo lo escribí con tinta en el rollo. 19
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Entonces le dijeron a Baruc:
lectura, sintieron miedo ni dieron señales de dolor. Elnatán, Delaías y Guemarías rogaron al rey que no quemara el rollo, pero él no les hizo caso,26 sino que ordenó a Jerahmeel, príncipe de sangre real, a Seraías, hijo de Azriel, y a Selemías, hijo de Abdeel, que apresaran al profeta Jeremías y a su secretario Baruc. Pero el Señor los ocultó. 2de Cr.36.5-8. Reinado de Joaquim 5
Joaquim tenía veinticinco años, y reinó en Jerusalén once años. Pero sus 6 hechos fueron malos a los ojos del Señor su Dios. Nabucodonosor, rey de Babilonia, marchó contra él y lo sujetó con cadenas de bronce para llevárselo a Babilonia. 7 Nabucodonosor se llevó a Babilonia una parte de los utensilios del templo del Señor, y los puso en su templo de Babilonia. 8
El resto de la historia de Joaquim, con sus prácticas infames y lo que le ocurrió, está escrito en el libro de los reyes de Israel y de Judá. Y reinó en su lugar su hijo Joaquín.
El rey Joaquín fue el penúltimo rey de Judá y las Escrituras lo registran con tres nombres diferentes: Conías, Jeconías y como Joaquín; en los días de este rey, Dios le envió al profeta Jeremías para que le anunciara el mal que vendría, pero ni él, ni sus siervos, ni el pueblo quiso dar crédito a las palabras de Jehová, por eso tuvieron que sufrir el sexto exilio, que a su vez era el tercer grupo de cautivos que iban a Babilonia; este rey a pesar de ser muy joven y con sólo 3 meses de reinado, fue tomado prisionero, con su madre, sus oficiales, los artesanos, los principales de la ciudad y todos los poderosos.
—¡Pues tú y Jeremías vayan a esconderse, y que nadie sepa dónde están! El rey Joaquim quema el rollo
Jr.22.24-30.
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Mensaje de Dios al rey Jeconías
Los altos funcionarios dejaron el rollo en el cuarto de Elisamá, el cronista, y 21 fueron al palacio a informar de todo esto al rey. El rey mandó a Jehudí traer el rollo del cuarto de Elisamá, el cronista, y cuando Jehudí lo trajo, lo leyó 22 delante del rey y de todos los altos funcionarios que lo rodeaban. Como era el mes noveno, el rey se encontraba en su cuarto de invierno, ante un brasero encendido. 23 En cuanto Jehudí terminaba de leer tres o cuatro columnas, el rey las cortaba con un cuchillo y las echaba al fuego del brasero. Así lo hizo hasta quemar todo el rollo. 24 Ni el rey ni los altos funcionarios que oyeron toda la
El Señor ha dicho a Jeconías, hijo de Joaquim, rey de Judá: «Lo juro por mi vida: Aunque fueras un anillo de sellar puesto en mi mano derecha, te arrancaría de ahí 25 para entregarte a tus enemigos mortales, a los que tú tanto 26 temes. Te entregaré a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y a los caldeos. Y te arrojaré a ti y a tu madre a una tierra que no los vio nacer, y allá morirán los 27 dos.» Así que ellos no volverán a la tierra a la que tanto desearán volver.
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Exclamación del profeta 28
¿Es Jeconías una vasija rota e inútil, un trasto que nadie quiere? ¿Por qué son lanzados él y sus hijos a una tierra desconocida? 29 ¡Tierra, tierra, tierra; escucha la palabra del Señor!
CAUTIVERIO DURANTE EL REINADO DE SEDEQUÍAS
30
El Señor dice: «Anoten a este hombre en los registros como un hombre sin hijos, como un hombre que fracasó en la vida. Porque ninguno de sus descendientes llegará a ocupar el trono de David para reinar de nuevo en Judá.» 2 de R.24.8-17. Joaquín y su corte son desterrados a Babilonia 8
Joaquín tenía dieciocho años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén 9 tres meses. Su madre se llamaba Nehustá, hija de Elnatán, y era de Jerusalén. Pero sus hechos fueron malos a los ojos del Señor, igual que los de su padre. 10
En aquel tiempo, las tropas de Nabucodonosor, rey de Babilonia, marcharon contra Jerusalén y la rodearon para atacarla. 11 Durante el ataque a la ciudad, 12 llegó Nabucodonosor. Entonces Joaquín, rey de Judá, junto con su madre, sus oficiales, jefes y hombres de confianza, se rindieron al rey de Babilonia, quien los hizo prisioneros. Esto sucedió en el año ocho del reinado de Nabucodonosor. 13
Después Nabucodonosor sacó de allí todos los tesoros del templo del Señor y del palacio real y, tal como el Señor lo había anunciado, rompió todos los objetos de oro que Salomón, rey de Israel, había hecho para el templo del Señor. 14 Luego se llevó cautivos a todos los habitantes de Jerusalén, a todos los jefes y los mejores soldados, y a todos los artesanos y herreros, hasta completar diez mil prisioneros. No quedó nadie en el país, a excepción de la gente más pobre. 15
Nabucodonosor se llevó también cautivos a Joaquín y a su madre, a sus esposas, a sus oficiales, y a las personas más importantes del país. Los llevó 16 cautivos de Jerusalén a Babilonia. El total de prisioneros de renombre que el rey de Babilonia se llevó, fue de siete mil; y mil el de artesanos y herreros, 17 además de todos los hombres fuertes y aptos para la guerra. Luego el rey de Babilonia nombró rey a Matanías, en lugar de su sobrino Joaquín, y le cambió su nombre y le puso Sedequías.
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En el noveno año del rey Sedequías, vino Nabucodonosor con su ejército y sitió a Jerusalén por tres años y al cabo de estos la tomó a fuego y sus habitantes los llevó deportados a Babilonia; este último exilio del pueblo judío ocurrió por los años 586587 a d. C., esto según la cronología del gobierno de los reyes de Judá, porque de acuerdo al relato de Jeremías 52 y vs. 28-30 este último cautiverio sucedió en el año 582 a d. C.; esto puede ser un anacronismo cometido por los amanuenses de aquella época o por los traductores posteriores. 2 de R.25.1-21. 1
El día diez del mes décimo del año noveno del reinado de Sedequías, el rey Nabucodonosor marchó con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitió. 2 Acampó frente a ella, y a su alrededor construyó rampas para atacarla. La 3 ciudad estuvo sitiada hasta el año once del reinado de Sedequías. El día nueve del mes cuarto de ese año aumentó el hambre en la ciudad, y la gente no tenía ya nada que comer. 4 Entonces hicieron un boquete en las murallas de la ciudad, y aunque los caldeos la tenían sitiada, el rey y todos los soldados huyeron de la ciudad durante la noche. Salieron por la puerta situada entre las dos murallas, 5 por el camino de los jardines reales, y tomaron el camino del valle del Jordán. Pero los soldados caldeos persiguieron al rey Sedequías, y lo alcanzaron en la llanura de Jericó. Todo su ejército lo abandonó y se dispersó. 6 Los caldeos capturaron al rey y lo llevaron ante el rey de Babilonia, que estaba en Riblá, en el territorio de Hamat. Allí Nabucodonosor dictó sentencia contra Sedequías, 7 y en presencia de éste mandó degollar a sus hijos. En cuanto a Sedequías, mandó que le sacaran los ojos y que lo encadenaran para llevarlo a Babilonia.
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Destrucción del templo 8
El día siete del mes quinto del año diecinueve del reinado de Nabucodonosor, rey de Babilonia, Nebuzaradán, oficial del rey y comandante de la guardia real, llegó a Jerusalén 9 e incendió el templo, el palacio real y todas las casas de la 10 ciudad, especialmente las casas de todos los personajes notables, y el ejército 11 caldeo que lo acompañaba derribó las murallas que rodeaban Jerusalén. Luego Nebuzaradán llevó desterrados a Babilonia tanto a los que aún quedaban en la ciudad como a los que se habían puesto del lado del rey de 12 Babilonia, y al resto de los artesanos. Sólo dejó a algunos de entre la gente más pobre, para que cultivaran los viñedos y los campos.
También todos los jefes de Judá, los sacerdotes y el pueblo extremaron su infidelidad, siguiendo las prácticas infames de las naciones paganas y profanando el templo del Señor que él había escogido como su santuario en Jerusalén. 15 El Señor, Dios de sus antepasados, les envió constantes advertencias por medio de sus mensajeros, porque tenía compasión de su 16 pueblo y de su lugar de residencia. Pero ellos se rieron de los mensajeros de Dios, despreciaron sus avisos y se burlaron de sus profetas, hasta que la ira del Señor estalló contra su pueblo de modo que ya no hubo remedio. Destrucción del templo y destierro de Judá 17
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Los caldeos hicieron pedazos los objetos de bronce que había en el templo: las columnas, las bases y la enorme pila para el agua, y se llevaron todo el bronce a Babilonia. 14 También se llevaron los ceniceros, las palas, las despabiladeras, 15 los cucharones y todos los utensilios de bronce para el culto. Igualmente, el comandante de la guardia se llevó todos los objetos de oro y plata: los braseros y los tazones. 16 Por lo que se refiere a las dos columnas, la enorme pila para el agua y las bases que el rey Salomón había mandado hacer para el templo, su 17 peso no podía calcularse. Cada columna tenía más de ocho metros de altura, y en su parte superior tenía un capitel de bronce, de más de dos metros de altura, alrededor del cual había una rejilla toda de bronce, adornada con granadas. Las dos columnas eran iguales. Destierro del pueblo de Judá
Entonces el Señor hizo marchar contra ellos al rey de los caldeos, que pasó a cuchillo a sus jóvenes en el propio edificio del templo y no tuvo piedad de los jóvenes ni de las muchachas, de los ancianos ni de los inválidos. A todos los 18 entregó el Señor en sus manos. Todos los utensilios del templo de Dios, grandes y pequeños, y los tesoros del templo, del rey y de sus funcionarios, todo 19 se lo llevó el rey de los caldeos a Babilonia. Además quemaron el templo de Dios, derribaron la muralla de Jerusalén, prendieron fuego a sus palacios y destruyeron todo lo que había de valor. 20
Después desterró a Babilonia a los sobrevivientes de la matanza, donde se convirtieron en esclavos suyos y de sus hijos hasta que se estableció el imperio persa, 21 para que se cumpliera lo que Dios había dicho por medio del profeta Jeremías. Así el país debía disfrutar de su reposo; porque descansó todo el tiempo que estuvo en ruinas, hasta que pasaron setenta años.
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El comandante de la guardia apresó también a Seraías, sumo sacerdote, a Sofonías, sacerdote que le seguía en dignidad, y a los tres guardianes del umbral del templo. 19 De la gente de la ciudad apresó al oficial que mandaba las tropas, a cinco hombres del servicio personal del rey que se encontraron en la ciudad, al funcionario militar que reclutaba hombres para el ejército y a sesenta ciudadanos notables que estaban en la ciudad. 20-21 Nebuzaradán llevó a todos estos ante el rey de Babilonia, que estaba en Riblá, en el territorio de Hamat. Allí el rey de Babilonia mandó que los mataran. Así fue desterrado de su país el pueblo de Judá. 2 de Cr. 36.11-21. Reinado de Sedequías
Jr.39.1-10 . Caída de Jerusalén 39 En el mes décimo del año noveno del reinado de Sedequías en Judá, Nabucodonosor, rey de Babilonia, marchó con todo su ejército contra 2 Jerusalén, y la sitió. El día nueve del mes cuarto del año once del gobierno de Sedequías, el ejército enemigo entró en la ciudad, 3 y todos los oficiales del rey de Babilonia entraron y se instalaron en la puerta central. Eran Nergal-sarézer, Samgar-nebó, Sarsequim, alto funcionario de la corte, y otro Nergal-sarézer, también alto funcionario. 4
Sedequías tenía veintiún años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. 12 Pero sus hechos fueron malos a los ojos de su Dios. No se humilló ante el profeta Jeremías, que le hablaba de parte del Señor. 13 Además se rebeló contra el rey Nabucodonosor, quien le había hecho jurar por Dios que sería su aliado, y se empeñó tercamente en no volverse al Señor, Dios de Israel.
Cuando el rey Sedequías y sus soldados vieron lo que pasaba, huyeron de la ciudad. Salieron de noche por el camino de los jardines reales, por la puerta situada entre las dos murallas, y tomaron el camino del valle del Jordán. 5-6 Pero los soldados caldeos los persiguieron, y alcanzaron a Sedequías en la llanura de Jericó. Lo capturaron y lo llevaron ante el rey Nabucodonosor, que estaba en Riblá, en el territorio de Hamat. Allí Nabucodonosor dictó sentencia: hizo
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degollar a los hijos de Sedequías en presencia de este, y también a todos los nobles de Judá. 7 En cuanto a Sedequías, mandó que le sacaran los ojos y que lo encadenaran para llevarlo a Babilonia. 8
Los caldeos prendieron fuego al palacio real y a las casas de la ciudad, y 9 derribaron las murallas de Jerusalén. Por último, Nebuzaradán, comandante de la guardia real, llevó desterrados a Babilonia tanto a los habitantes de la ciudad que aún quedaban como a los que se habían pasado a los caldeos; en fin, a todo el pueblo. 10 Sólo dejó en el territorio de Judá a algunos de los más pobres, de los que no tenían nada, y ese día les dio viñedos y campos de cultivo. Jr.52.1-30. Reinado de Sedequías Sedequías tenía veintiún años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén 2 once años. Su madre se llamaba Hamutal, hija de Jeremías, y era de Libná. 3 Pero sus hechos fueron malos a los ojos del Señor, igual que los de Joaquim. Por eso el Señor se enojó con Jerusalén y con Judá, y los echó de su presencia. Caída de Jerusalén 4
Después Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia. El día diez del mes décimo del año noveno del reinado de Sedequías, el rey Nabucodonosor marchó con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitió. Acampó frente a ella, y a su alrededor construyó rampas para atacarla. 5 La ciudad estuvo sitiada 6 hasta el año once del reinado de Sedequías. El día nueve del mes cuarto de ese 7 año aumentó el hambre en la ciudad, y la gente no tenía ya nada que comer. Entonces hicieron un boquete en las murallas de la ciudad, y aunque los caldeos la tenían sitiada, el rey y todos los soldados huyeron de la ciudad durante la noche. Salieron por la puerta situada entre las dos murallas, por el 8 camino de los jardines reales, y tomaron el camino del valle del Jordán. Pero los soldados caldeos persiguieron al rey Sedequías, y lo alcanzaron en la llanura de Jericó. Todo su ejército lo abandonó y se dispersó. 9 Los caldeos capturaron al rey y lo llevaron ante el rey de Babilonia, que estaba en Riblá, en 10 el territorio de Hamat. Allí Nabucodonosor dictó sentencia contra Sedequías, 11 y en presencia de éste mandó degollar a sus hijos y a todos los nobles de Judá. En cuanto a Sedequías, mandó que le sacaran los ojos y que lo encadenaran para llevarlo a Babilonia, en donde estuvo preso hasta que murió. Destrucción del templo
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la ciudad, especialmente las casas de todos los personajes notables, y el ejército caldeo que lo acompañaba derribó las murallas que rodeaban a 15 Jerusalén. Luego Nebuzaradán llevó desterrados a Babilonia tanto a los que aún quedaban en la ciudad como a los que se habían puesto del lado del rey de 16 Babilonia, y al resto de los artesanos. Sólo dejó a algunos de entre la gente más pobre, para que cultivaran los viñedos y los campos. 17
Los caldeos hicieron pedazos los objetos de bronce que había en el templo: las columnas, las bases y la enorme pila para el agua, y se llevaron todo el bronce a 18 Babilonia. También se llevaron los ceniceros, las palas, las despabiladeras, los tazones, los cucharones y todos los utensilios de bronce para el culto. 19 Igualmente, el comandante de la guardia se llevó todos los objetos de oro y plata: las palanganas, los braseros, los tazones, los ceniceros, los candelabros, los cucharones y las copas para las ofrendas de vino. 20 Por lo que se refiere a las dos columnas, la enorme pila para el agua con los doce toros de bronce que la sostenían y las bases que el rey Salomón había mandado hacer para el templo, 21 su peso no podía calcularse. Cada columna tenía más de ocho metros de altura y como cinco metros y medio de circunferencia; eran huecas por dentro, 22 y el grosor del bronce era de siete centímetros. Cada columna tenía en su parte superior un capitel de bronce, de más de dos metros de altura, alrededor del cual había una rejilla toda de bronce, adornada con granadas. Las dos 23 columnas eran iguales. En la rejilla de cada capitel había cien granadas, de las cuales noventa y seis estaban a la vista. Los judíos llevados al destierro 24
El comandante de la guardia apresó también a Seraías, sumo sacerdote, a Sofonías, sacerdote que le seguía en dignidad, y a los tres guardianes del 25 umbral del templo. De la gente de la ciudad apresó al oficial que mandaba las tropas, a siete hombres del servicio personal del rey que se encontraron en la ciudad, al funcionario militar que reclutaba hombres para el ejército y a sesenta ciudadanos notables que estaban en la ciudad. 26-27 Nebuzaradán llevó a todos estos ante el rey de Babilonia, que estaba en Riblá, en el territorio de Hamat. Allí el rey de Babilonia mandó que los mataran. 28
Así pues, el pueblo de Judá fue desterrado de su país. El número de personas desterradas por Nabucodonosor fue el siguiente: el año séptimo de su reinado 29 desterró a tres mil veintitrés personas de Judá; el año dieciocho desterró a 30 ochocientas treinta y dos de Jerusalén; el año veintitrés, Nebuzaradán desterró a setecientas cuarenta y cinco de Judá, lo que dio un total de cuatro mil seiscientas personas desterradas.
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El día diez del mes quinto del año diecinueve del reinado de Nabucodonosor, rey de Babilonia, Nebuzaradán, ministro del rey y comandante de la guardia 13 real, llegó a Jerusalén e incendió el templo, el palacio real y todas las casas de
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además, ordenó a Aspenaz, jefe del servicio de palacio, que de entre los israelitas de familia real y de familias distinguidas trajera 4 jóvenes bien parecidos, sin ningún defecto físico, cultos e inteligentes, entendidos en todos los campos del saber y aptos para servir en el palacio real. A ellos se les 5 enseñaría el lenguaje y la literatura de los caldeos. Nabucodonosor ordenó también que a esos jóvenes se les diera todos los días de los mismos alimentos y vinos que a él le servían, y que los educaran durante tres años, al cabo de los cuales quedarían a su servicio. Daniel y sus compañeros en el palacio del rey
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Entre estos jóvenes estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de la tribu de Judá,
Este empezó a reinar en Babilonia como rey sucesor en el año 605 a. de J.C., ya que él venía ejerciendo este cargo como príncipe corregente, esto por tener su padre Nabopolaser II una edad muy avanzada y por padecer una enfermedad que lo aquejaba; lo cierto es que cuando él llevó los primeros cautivos de Jerusalén era el año 607 a. de J.C., razón por la cual, cuando él en su segundo año como rey legítimo tuvo los sueños, ya Daniel y sus compañeros habían terminado sus tres años de estudios en Babilonia.
Dn.2.1-13. El sueño del rey Nabucodonosor 2 Durante el segundo año de su reinado, Nabucodonosor tuvo varios sueños, y por causa de ellos llegó a estar tan preocupado que no podía dormir. 2 Entonces mandó llamar a magos, adivinos, hechiceros y sabios, para que le explicaran 3 aquellos sueños. Ellos fueron y se presentaron ante el rey, el cual les dijo: —He tenido un sueño y estoy muy preocupado tratando de comprenderlo. 4
Jr.25.1.
Y los sabios dijeron al rey, en arameo:
—¡Que viva Su Majestad para siempre! Cuente Su Majestad a estos servidores suyos lo que ha soñado, y nosotros le explicaremos lo que significa.
El enemigo que viene del norte El año cuarto del reinado de Joaquim, hijo de Josías, en Judá, el Señor dirigió a Jeremías un mensaje acerca de todo el pueblo de Judá. Ése era el primer año del reinado de Nabucodonosor en Babilonia. Jr.46.1,2
5
—Ésta es mi decisión —contestó el rey—: Si no me dicen ustedes qué es lo que soñé y lo que significa, serán hechos pedazos y sus casas serán convertidas en un montón de escombros. 6
Derrota de Egipto en Carquemis 2
El Señor habló al profeta Jeremías acerca de las naciones. Éste fue su mensaje acerca de Egipto, y en particular acerca del ejército del faraón Necao, rey de Egipto, que se hallaba en Carquemis, junto al río Éufrates, y a quien el rey Nabucodonosor.
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Pero si me dicen lo que soñé y lo que mi sueño significa, recibirán regalos de mi parte, y favores y grandes honores. Así pues, díganme qué fue lo que soñé, y explíquenme su significado. 7
Los sabios respondieron por segunda vez:
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—Cuéntenos Su Majestad lo que soñó, y nosotros le explicaremos el significado. 8
—Sé muy bien —contestó el rey— que ustedes quieren ganar tiempo, porque han oído mi decisión. 9
Por lo tanto, si no me dicen lo que soñé, todos ustedes sufrirán la misma sentencia, pues se han puesto de acuerdo para darme como respuesta mentiras y falsedades, en espera de que cambie la situación. Díganme, pues, el sueño, y así sabré que también pueden explicarme su significado. 10
—No hay nadie en el mundo —respondieron los sabios— que pueda decir lo que Su Majestad desea saber. Por otra parte, jamás ningún rey, por grande y poderoso que haya sido, ha pedido semejante cosa a ningún mago, adivino o sabio. 11
Lo que Su Majestad pide es tan difícil que no hay nadie que se lo pueda decir, a no ser los dioses; ¡pero ellos no viven entre los hombres! 12
Al oír esto, el rey se puso furioso y ordenó matar a todos los sabios de Babilonia. 13
Una vez publicada la orden, buscaron también a Daniel y a sus compañeros para quitarles la vida.
GOBERNANTES NEOBABILÓNICOS Dios, en su infinito poder y sabiduría dispuso que los reyes del imperio Neo-Babilónico, fuera de su fundador Nabopolasar II, de allí en adelante sólo fueran tres: Nabucodonosor, su hijo, Evil-Merodac y Nabónido, bisnieto de Nabopolasar y nieto de Nabucodonosor; este último rey la historia dice que padecía una enfermedad al igual que su bisnieto, por tal motivo su hijo Besasar fue su corregente hasta el año 539 a. de J.C. cuando murió, y el rey Ciro de Persia conquistó el reino. Jr.27.6,7. 6
Pues bien, yo he puesto todas estas tierras bajo el poder de mi servidor Nabucodonosor, rey de Babilonia, y hasta a los animales salvajes los he puesto 7 bajo su dominio. 2 de R. 25.27-30. Joaquín es libertado y recibe honores en Babilonia 27
El día veintisiete del mes doce del año treinta y siete del destierro del rey Joaquín de Judá, comenzó a reinar en Babilonia el rey Evil-merodac, el cual se mostró bondadoso con Joaquín y lo sacó de la cárcel, 28 lo trató bien y le dio preferencia sobre los otros reyes que estaban con él en Babilonia. 29 De esta manera, Joaquín pudo quitarse la ropa que usaba en la prisión y comer con el rey por el resto de su vida. 30 Además, durante toda su vida, Joaquín recibió una pensión diaria de parte del rey de Babilonia.
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Jr.52.31-34. Joaquín es libertado y recibe honores en Babilonia 31
El día veinticinco del mes doce del año treinta y siete del destierro del rey Joaquín de Judá, comenzó a reinar en Babilonia el rey Evil-merodac, el cual se mostró bondadoso con Joaquín y lo sacó de la cárcel, 32 lo trató bien y le dio preferencia sobre los otros reyes que estaban con él en Babilonia. 33 De esta manera, Joaquín pudo quitarse la ropa que usaba en la prisión y comer con el 34 rey por el resto de su vida. Además, durante toda su vida, hasta que murió, Joaquín recibió una pensión diaria de parte del rey de Babilonia. Dn.5.1-31. La escritura en la pared Belsasar, rey de Babilonia, invitó a un gran banquete a mil de las altas personalidades de la nación; y, durante la comida, el rey y sus invitados 2-3 bebieron mucho vino. Excitado por el vino, el rey Belsasar mandó traer las copas y tazones de oro y plata que su padre Nabucodonosor se había llevado del templo de Jerusalén. Las copas y tazones fueron traídos, y bebieron en ellos 4 el rey, sus mujeres, sus concubinas y todos los demás asistentes al banquete. Todos bebían vino y alababan a sus ídolos, hechos de oro, plata, bronce, hierro, madera y piedra. 5
En aquel momento apareció una mano de hombre que, a la luz de los candiles, comenzó a escribir con el dedo sobre la pared blanca de la sala. Al ver el rey la mano que escribía, 6 se puso pálido y, del miedo que le entró, comenzó a temblar 7 de pies a cabeza. Luego se puso a gritar y llamar a los adivinos, sabios y astrólogos de Babilonia, y les dijo: —El que lea lo que ahí está escrito, y me explique lo que quiere decir, será vestido con ropas de púrpura, llevará una cadena de oro en el cuello y ocupará el tercer lugar en el gobierno de mi reino. 8
Todos los sabios que estaban al servicio del rey entraron en la sala, pero nadie pudo entender el significado de lo escrito ni explicárselo al rey. 9 Entonces le entró tanto miedo al rey Belsasar, que su cara se puso completamente pálida. 10 Las personalidades del gobierno no sabían qué hacer, pero la reina madre, atraída por los gritos de su hijo el rey y de los grandes personajes invitados, entró en la sala del banquete y dijo:
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inteligencia y sabiduría como la de los dioses. Por eso el rey Nabucodonosor, padre de Su Majestad, nombró a ese hombre jefe de todos los magos, adivinos, 12 sabios y astrólogos de la nación, ya que en Daniel, a quien el rey puso el nombre de Beltsasar, había un espíritu extraordinario e inteligencia y ciencia para entender el significado de los sueños, explicar el sentido de las palabras misteriosas y resolver los asuntos complicados. Llame Su Majestad a Daniel, y él le dará a conocer el significado de lo que está escrito en la pared. 13
Daniel fue llevado ante el rey, y el rey le preguntó:
—¿Eres tú Daniel, uno de aquellos prisioneros judíos que mi padre, el rey 14 Nabucodonosor, trajo de Judea? Me han dicho que el espíritu de Dios está en ti, que tienes una mente clara, y que eres muy inteligente y sabio. 15 Pues bien, los hombres más sabios de la nación han estado aquí para leer esas palabras y 16 explicarme su significado, pero ni siquiera las entienden. Sin embargo, he oído decir que tú puedes aclarar dudas y resolver cuestiones difíciles. Si tú puedes leer esas palabras y decirme lo que significan, haré que seas vestido con ropas de púrpura, que te pongan una cadena de oro en el cuello y que ocupes el tercer lugar en el gobierno de mi reino. 17
Entonces Daniel le contestó:
—Quédese Su Majestad con sus regalos, y ofrézcale a otro el honor de estar en su palacio. Yo le explicaré de todos modos a Su Majestad lo que quieren decir las palabras escritas en la pared. 18
«El Dios altísimo dio el reino, y también grandeza, gloria y honor, a Nabucodonosor, padre de Su Majestad. 19
Por el poder que le dio, gente de todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetaban y temblaban ante él. Y él mataba o dejaba vivir a quien él quería; a unos los ponía en alto y a otros los humillaba. 20
Pero cuando se llenó de soberbia, y actuó terca y orgullosamente, se le quitó el poder y la gloria que tenía como rey. 21
Fue apartado de la gente y se convirtió en una especie de animal; vivió con los asnos salvajes, comió hierba como los bueyes y el rocío empapó su cuerpo, hasta que reconoció que el Dios altísimo tiene poder sobre todos los reinos humanos, y que él da la dirección del gobierno a quien él quiere. 22
—¡Que viva Su Majestad para siempre! Y no se preocupe ni se ponga pálido, 11 que en su reino hay un hombre guiado por el espíritu del Dios santo. Cuando el padre de Su Majestad era rey, ese hombre demostró tener una mente clara, e
Y ahora Su Majestad, Belsasar, que es hijo de aquél y que sabe lo que le pasó, tampoco ha vivido con humildad.
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Al contrario, Su Majestad se ha burlado del Señor del cielo mandando traerse a la mesa las copas y tazones del templo, y, junto con sus invitados, ha bebido vino en ellos y ha dado alabanza a dioses hechos de oro, plata, bronce, hierro, madera y piedra; dioses que no ven, ni oyen, ni saben nada. En cambio, no ha alabado al Dios en cuyas manos está la vida de Su Majestad y de quien depende todo lo que haga. 24
Por eso, él envió la mano que escribió esas palabras,
25
MENÉ, MENÉ, TEKEL y PARSÍN,
26
las cuales significan lo siguiente: MENÉ: Dios ha medido los días del reinado de Su Majestad, y le ha señalado su fin;
TEMPLOS EN JERUSALÉN
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TEKEL: Su Majestad ha sido pesado en la balanza, y pesa menos de lo debido; 28
PARSÍN: el reino de Su Majestad ha sido dividido, y será entregado a medos y persas.» 29
En seguida el rey Belsasar ordenó que vistieran a Daniel con ropas de púrpura y que le pusieran una cadena de oro en el cuello, y comunicó a todos que, desde ese mismo instante, Daniel ocuparía el tercer lugar en el gobierno el reino. 30
Aquella misma noche mataron a Belsasar, rey de los caldeos,
1 (6.1)
En Jerusalén hubieron tres templos diferentes, los cuales fueron construidos en épocas distintas; El de Salomón, el de Zorobabel y el de Herodes el Grande. EL TEMPLO DE SALOMÓN
3
y Darío de Media se apoderó del reino. Darío tenía entonces sesenta y dos años de edad.
Este primer templo fue construido por Salomón entre los años 966 hasta el año 959 a. de J.C.; este templo fue profanado y saqueado varias veces por sus propios gobernantes y, otras, por los reyes invasores y por último, fue saqueado y destruido, como lo vimos en un punto anterior, por el rey Nabucodonosor; al final del último rey del reino de Judá, Sedequías en el año 587 a. de J.C. 1 de R. 6:1,37-38. Salomón construye el templo Salomón comenzó la construcción del templo del Señor en el cuarto año de su reinado en Israel, en el mes de Ziv, que es el segundo mes del año, cuando hacía ya cuatrocientos ochenta años que los israelitas habían salido de Egipto.
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1 de R. 6:1,37-38. 37
En el cuarto año del reinado de Salomón, en el mes de Ziv, se echaron los cimientos del templo del Señor; 38 y en el año once de su reinado, en el mes de Bul, que es el octavo mes del año, se terminó el templo en todos sus detalles, según la totalidad del proyecto. En siete años lo construyó Salomón.
mensaje: «Hagamos tú y yo un pacto, como hicieron nuestros padres. Aquí te envío oro y plata como regalo. Rompe el pacto que tienes con Baasá, rey de Israel, y así me dejará en paz.» 2 de Cr.16:1-14. Pacto de Asá con Ben-hadad
1 Este templo fue saqueado en el reinado del rey Roboam, por Sisac rey de Egipto. 1 de R.14:25-26. 25
En el quinto año del reinado de Roboam, Sisac, rey de Egipto, fue y atacó a Jerusalén, 26 apoderándose de los tesoros del templo del Señor y del palacio real. Todo lo saqueó, y se llevó también todos los escudos de oro que había hecho Salomón. 2 de Cr.12:7-9. 7
Al ver el Señor que se habían humillado, le dijo a Semaías: «Por haberse humillado, no los destruiré, sino que voy a librarlos dentro de poco, y no utilizaré a Sisac para descargar mi ira sobre Jerusalén; 8 pero van a quedar sometidos a él, y se darán cuenta de la diferencia que hay entre servirme a mí y servir a los reyes de otras naciones.» 9
Sisac, rey de Egipto, atacó a Jerusalén y se apoderó de los tesoros del templo del Señor y del palacio real. Todo lo saqueó, y se llevó también los escudos de oro que había hecho Salomón.
2- En el gobierno de Asa, autosaqueo a favor de Ben-adad rey de Siria.
Pero en el año treinta y seis del reinado de Asá, el rey de Israel, Baasá, fue a atacar a Judá, y fortificó Ramá para cortarle toda comunicación al rey de Judá. 2 Entonces Asá sacó el oro y la plata de los tesoros del templo del Señor y del palacio real, y los envió a Ben-hadad, rey de Siria, que tenía su residencia en Damasco. También le envió este mensaje: 3 «Hagamos tú y yo un pacto, como hicieron nuestros padres. Aquí te envío oro y plata. Rompe el pacto que tienes con Baasá, rey de Israel, y así me dejará en paz.» 4
Ben-hadad aceptó la proposición del rey Asá, y envió a los jefes de sus tropas a atacar las ciudades de Israel. Así conquistaron Iión, Dan, Abel-maim y todas 5 las ciudades de Neftalí que servían de almacenes. Cuando Baasá lo supo, dejó de fortificar Ramá, suspendiendo sus trabajos. 6 Entonces el rey Asá tomó consigo a todo Judá, y se llevaron de Ramá las piedras y la madera que Baasá había usado para fortificarla, y con ellas fortificó Guebá y Mispá. 7
Por aquel tiempo fue el profeta Hananí a visitar a Asá, rey de Judá, y a decirle: «El ejército del rey de Siria se te ha escapado de las manos, porque te apoyaste 8 en el rey de Siria y no en el Señor tu Dios. ¿No formaban los etiopes y los libios un ejército sumamente poderoso, con muchísima caballería y carros de combate? Sin embargo, el Señor los entregó en tus manos porque te apoyaste en 9 él. Pues el Señor está atento a lo que ocurre en todo el mundo, para dar fuerza a los que confían sinceramente en él. ¡En esto has actuado como un tonto! Porque de ahora en adelante tendrás más guerras.» 10
Entonces Asá se enfureció de tal manera contra el profeta, que lo mandó encarcelar. También en ese tiempo trató brutalmente a algunos del pueblo.
1 de R.15:16-19. Muerte de Asá Pacto de Asá con Ben-hadad
11
Hubo guerra continuamente entre Asá y Baasá, rey de Israel. Y cuando Baasá fue a atacar a Judá, fortificó Ramá para cortarle toda comunicación al rey de Judá. 18 Entonces Asá tomó todo el oro y la plata que aún había en los tesoros del templo del Señor y del palacio real, y por medio de sus funcionarios los envió a Ben-hadad, rey de Siria, que era hijo de Tabrimón y nieto de Hezión, y tenía su residencia en Damasco. También le envió este
La historia de Asá, desde el principio hasta el fin, está escrita en el libro de los reyes de Judá y de Israel. 12 En el año treinta y nueve de su reinado, Asá enfermó gravemente de los pies; pero en su enfermedad no recurrió al Señor, sino a los médicos. 13 Murió en el año cuarenta y uno de su reinado, 14 y lo enterraron en el sepulcro que había mandado hacer en la Ciudad de David. Lo colocaron en una camilla llena de perfumes y de toda clase de sustancias aromáticas hábilmente preparadas. Luego encendieron en su honor una enorme hoguera.
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3- Semidestruido y saqueado por la reina Atalán y sus hijos.
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2 de Cr.24: 19-24. 19
2 de R.11:1-4.
Sin embargo, el Señor les envió profetas para hacer que se volvieran a él. Pero la gente no hizo caso a las amonestaciones de los profetas.
Atalía usurpa el trono
20
Cuando Atalía, madre de Ocozías, supo que su hijo había muerto, fue y eliminó 2 a toda la familia real. Pero Joseba, hija del rey Joram y hermana de Ocozías, apartó a Joás, hijo de Ocozías, de los otros hijos del rey a los que estaban matando, y lo escondió de Atalía, junto con su nodriza, en un dormitorio. Así 3 que no lo mataron, y Joás estuvo escondido con su nodriza en el templo del Señor durante seis años. Mientras tanto, Atalía gobernó el país. 4
Al séptimo año, Joiadá mandó llamar a los capitanes, y a los quereteos y los guardias, y los hizo entrar en el templo del Señor, donde él estaba. Allí hizo con ellos un pacto bajo juramento, y les mostró al príncipe Joás. 2 de Cr.24:6-7. 6
Entonces el rey llamó al sumo sacerdote Joiadá y le dijo: —¿Por qué no has procurado que los levitas traigan de Judá y Jerusalén la contribución que Moisés, el siervo del Señor, y la comunidad de Israel ordenaron recoger para la tienda de la alianza?
Entonces Zacarías, hijo del sacerdote Joiadá, fue poseído por el espíritu de Dios, se puso de pie en un lugar elevado y dijo al pueblo: «Dios dice: “¿Por qué no obedecen ustedes mis mandamientos? ¿Por qué se buscan ustedes mismos su desgracia? ¡Puesto que ustedes me han abandonado a mí, yo también los abandonaré a ustedes!”» 21
Pero ellos se pusieron de acuerdo contra él, y lo apedrearon por orden del rey en el atrio del templo del Señor. 22 El rey Joás olvidó la lealtad que Joiadá, el padre de Zacarías, le había demostrado, y mató a Zacarías, su hijo, quien en el momento de morir exclamó: «¡Que el Señor vea esto y pida cuentas por ello!» 23
En la primavera, el ejército sirio lanzó un ataque contra Joás, y después de avanzar hasta Judá y Jerusalén, exterminaron a todos los jefes de la nación, la 24 saquearon y enviaron todas las cosas al rey de Damasco. Sólo había llegado un pequeño destacamento del ejército sirio, pero el Señor entregó en manos de ellos un ejército muy numeroso, por haber abandonado al Señor, Dios de sus antepasados. Así Joás sufrió el castigo merecido.
5- Cuando reinaba en Judá el rey Amasías, fue saqueado por el rey Joás de Israel.
7
Porque Atalía, que era la maldad misma, y sus seguidores, habían penetrado en el templo de Dios y habían tomado para el culto de sus ídolos todos los objetos del templo del Señor.
4- En el reinado de Joás fue autosaqueado a favor de Hazael rey de Siria. 2 de R.12:17-18. 7 (18)
2 de R.14:11-14. 11
Sin embargo, Amasías no le hizo caso. Entonces Joás se puso en marcha para enfrentarse con Amasías, en Bet-semes, que está en territorio de Judá. 12 Y 13 Judá fue derrotado por Israel, y cada cual huyó a su casa. Joás, rey de Israel, hizo prisionero en Bet-semes a Amasías, rey de Judá, y luego se dirigió a Jerusalén, en cuyo muro abrió una brecha de ciento ochenta metros, desde la Puerta de Efraín hasta la Puerta de la Esquina. 14 Además se apoderó de todo el oro y la plata, y de todos los objetos que había en el templo del Señor y en los tesoros del palacio real. Y después de tomar a algunas personas como rehenes, regresó a Samaria.
En aquel tiempo, Hazael, rey de Siria, lanzó un ataque contra Gat y la tomó, 18 (19) y después se dirigió contra Jerusalén. Pero Joás, rey de Judá, tomó todos los objetos sagrados que habían dedicado al culto los reyes Josafat, Joram y Ocozías, antepasados suyos en el reino de Judá; tomó también los que él mismo había dedicado, más todo el oro que se encontró en los tesoros del templo y del palacio real, y todo junto lo envió a Hazael, y este dejó entonces de atacar a Jerusalén.
Entonces Joás se puso en marcha para enfrentarse con Amasías, en Bet22 semes, que está en territorio de Judá. Y Judá fue derrotado por Israel, y 23 cada cual huyó a su casa. Joás, rey de Israel, hizo prisionero en Bet-semes a
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2 de Cr.25:21-24. 21
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Amasías, rey de Judá, y luego lo llevó a Jerusalén, en cuyo muro abrió una brecha de ciento ochenta metros, desde la Puerta de Efraín hasta la Puerta 24 de la Esquina. Además se apoderó de todo el oro y la plata, y de todos los objetos que había en el templo de Dios a cargo de Obed-edom y en los tesoros del palacio real. Y después de tomar a algunas personas como rehenes, regresó a Samaria.
Por lo tanto, el rey de Asiria impuso a Ezequías, rey de Judá, un tributo de nueve 15 mil novecientos kilos de plata y novecientos noventa kilos de oro. Así que Ezequías le entregó toda la plata que encontró en el templo del Señor y en los 16 tesoros del palacio real. En aquella misma ocasión, Ezequías quitó del templo del Señor las puertas y sus marcos, que él mismo había cubierto de oro, y se las dio al rey de Asiria.
6- Bajo el reinado de Acaz; autosaqueo a favor de Tigliatpileser, rey de Asiria.
Is.36:1.
2 de R. 16:7-9.
En el año catorce del reinado de Ezequías, Senaquerib, rey de Asiria, atacó a todas las ciudades fortificadas de Judá y las tomó.
7
Entonces Ahaz envió unos mensajeros a Tiglat-piléser, rey de Asiria, para que le dijeran de su parte: «Este servidor tuyo es como un hijo tuyo. Por lo tanto, ven y líbrame del rey de Siria y del rey de Israel, que me están atacando.»
La invasión de Senaquerib
8- También en los días del rey Joacim y, en el gobierno de su hijo Joaquín, el rey Nabucodonosor de Babilonia lo saqueó.
8
Ahaz tomó, además, la plata y el oro que había en el templo del Señor y en los tesoros del palacio real, y los envió como regalo al rey de Asiria, 9 el cual atendió su petición y organizó un ataque contra Damasco, y la conquistó, después de lo cual desterró a sus habitantes a Quir y dio muerte a Resín. 2 de Cr.28:20-21. 20
Tiglat-piléser, rey de Asiria, se dirigió contra Ahaz, y en vez de apoyarlo, lo 21 puso en aprietos. Pues aunque Ahaz sacó las cosas de valor del templo del Señor, del palacio real y de las casas de los jefes para dárselas como tributo al rey de Asiria, no consiguió con eso ninguna ayuda.
7- En tiempos del rey Ezequías; autosaqueo a favor de Senaquerib rey de Asiria.
2 de R.24:10-13. 10
En aquel tiempo, las tropas de Nabucodonosor, rey de Babilonia, marcharon contra Jerusalén y la rodearon para atacarla. 11 Durante el ataque a la ciudad, 12 llegó Nabucodonosor. Entonces Joaquín, rey de Judá, junto con su madre, sus oficiales, jefes y hombres de confianza, se rindieron al rey de Babilonia, quien los hizo prisioneros. Esto sucedió en el año ocho del reinado de Nabucodonosor. 13
Después Nabucodonosor sacó de allí todos los tesoros del templo del Señor y del palacio real y, tal como el Señor lo había anunciado, rompió todos los objetos de oro que Salomón, rey de Israel, había hecho para el templo del Señor. 2 de Cr.36:5-10. Reinado de Joaquim
2 de R.18:13-16.
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Senaquerib invade Judá 13
Joaquim tenía veinticinco años, y reinó en Jerusalén once años. Pero sus 6 hechos fueron malos a los ojos del Señor su Dios. Nabucodonosor, rey de Babilonia, marchó contra él y lo sujetó con cadenas de bronce para llevárselo a 7 Babilonia. Nabucodonosor se llevó a Babilonia una parte de los utensilios del templo del Señor, y los puso en su templo de Babilonia.
En el año catorce del reinado de Ezequías, Senaquerib, rey de Asiria, atacó 14 a todas las ciudades fortificadas de Judá y las tomó. Entonces Ezequías, rey de Judá, envió un mensaje al rey de Asiria, que estaba en Laquis, en el que decía: «He cometido un error. Retírate de mi país y te pagaré el tributo que me impongas.»
El resto de la historia de Joaquim, con sus prácticas infames y lo que le ocurrió, está escrito en el libro de los reyes de Israel y de Judá. Y reinó en su lugar su hijo Joaquín.
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Israel, su historia y su futuro
Joaquín es desterrado a Babilonia 9
Joaquín tenía dieciocho años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén tres meses y diez días. Pero sus hechos fueron malos a los ojos del Señor. 10
En la primavera de aquel año, el rey Nabucodonosor mandó que lo llevaran a Babilonia, junto con los utensilios de más valor del templo del Señor, y nombró rey de Judá y Jerusalén a Sedequías, pariente de Joaquín. Is.43:26-28. 26
Si tienes algo contra mí, sometámoslo a juicio. Trae tus argumentos, a ver si sales inocente. 27
Tu primer antepasado pecó,
PROFETA DE LA DESTRUCCIÓN DEL TEMPLO DE SALOMÓN
tus maestros se rebelaron contra mí, tus gobernantes profanaron mi templo; por eso dejé que Israel, el pueblo de Jacob, fuera destruido e insultado. 28
Las profecías de la destrucción de este templo fueron proferidas por el profeta Isaías, por el profeta Jeremías y por el profeta Ezequiel. 2 de R.20:14-18. 14
Entonces fue el profeta Isaías a ver al rey Ezequías y le preguntó:
—¿De dónde vinieron esos hombres, y qué te dijeron? Ezequías respondió: —Vinieron de un país lejano; vinieron de Babilonia. 15
Isaías le preguntó:
—¿Y qué vieron en tu palacio? Ezequías contestó: —Vieron todo lo que hay en él. No hubo nada en mis depósitos que yo no les mostrara.
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Isaías dijo entonces a Ezequías: 17
—Escucha este mensaje del Señor: “Van a venir días en que todo lo que hay en tu palacio y todo lo que juntaron tus antepasados hasta el día de hoy, será llevado a Babilonia. No quedará aquí nada. 18 Aun a algunos de tus propios descendientes se los llevarán a Babilonia, los castrarán y los pondrán como criados en el palacio del rey.”
Luego oí que les decía a los otros hombres: «Vayan tras él a recorrer la ciudad y, comenzando por mi templo, maten sin ninguna compasión a ancianos, jóvenes, muchachas, niños y mujeres. Pero no toquen a nadie que tenga la señal.» Ellos, entonces, comenzaron por los ancianos que estaban delante del templo. 7
Después les dijo: «Vayan al templo, y profánenlo; y llenen de cadáveres sus atrios.»
Jr.7:1-15. 8
Jeremías predica en el templo El Señor se dirigió a Jeremías, y le dijo: 2 «Ponte a la entrada del templo del Señor y da a conocer allí este mensaje: Habitantes todos de Judá, que entran 3 por estas puertas a adorar al Señor, escuchen este mensaje del Señor todopoderoso, el Dios de Israel: “Mejoren su vida y sus obras, y yo los dejaré seguir viviendo en esta tierra. 4 No confíen en esos que los engañan diciendo: ¡Aquí está el templo del Señor, aquí está el templo del Señor! 5
»”Si mejoran su vida y sus obras y son justos los unos con los otros; 6 si no explotan a los extranjeros, a los huérfanos y a las viudas, ni matan a gente inocente en este lugar, ni dan culto a otros dioses, con lo que ustedes mismos se 7 perjudicarían, yo los dejaré seguir viviendo aquí, en la tierra que di para siempre a sus antepasados.
Ellos salieron y comenzaron a matar gente en la ciudad. Y mientras lo hacían, yo me quedé solo. Entonces me incliné hasta tocar el suelo con la frente, y lleno de dolor grité: «Señor, ¿vas a descargar tu ira sobre Jerusalén hasta destruir lo poco que queda de Israel?» 9
El Señor me respondió: «El pecado del pueblo de Israel y de Judá es muy grande. El país está lleno de crímenes; la ciudad está llena de injusticia. 10 Piensan que yo he abandonado al país y que no veo lo que hacen. Pues no voy a tener ninguna compasión de ellos, sino que les voy a pedir cuentas de su conducta.»
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»”Ustedes confían en palabras engañosas que no les sirven de nada. 9 Roban, matan, cometen adulterio, juran en falso, ofrecen incienso a Baal, dan culto a 10 dioses con los que ustedes nada tienen que ver, y después vienen a este templo que me está dedicado, a presentarse ante mí. Se creen que aquí están seguros; 11 creen que pueden seguir haciendo esas cosas que yo no soporto. ¿Acaso piensan que este templo que me está dedicado es una cueva de ladrones? Yo he visto todo eso. Yo, el Señor, lo afirmo. 12 Vayan a mi santuario en Siló, el primer lugar que escogí para residir, y vean lo que hice con él por la maldad de mi 13 pueblo Israel. Y aunque una y otra vez les he advertido acerca de su conducta, ustedes no han querido obedecerme, y ni siquiera me han respondido. Yo, el Señor, lo afirmo. 14 Por eso, lo mismo que hice con el santuario de Siló, lo voy a hacer con este templo dedicado a mí, el cual les di a ustedes y a sus antepasados 15 y en el que ustedes confían. Los arrojaré a ustedes de mi presencia como antes arrojé a sus hermanos, los descendientes de Efraín.” Ez.9:4-10. 4
y le dijo: «Recorre la ciudad de Jerusalén, y pon una señal en la frente de los que sientan tristeza y pesar por todas las cosas detestables que se hacen en ella.»
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Comienza la reconstrucción del templo 8
Zorobabel, hijo de Salatiel, y Josué, hijo de Josadac, junto con sus compañeros los sacerdotes y levitas, y con todos los desterrados que volvieron a Jerusalén, iniciaron la reconstrucción del templo de Dios en el mes segundo del segundo año de su llegada a Jerusalén, dejando la dirección de las obras en manos de los levitas mayores de veinte años. 9 Josué y sus hijos y hermanos formaron un solo grupo con Cadmiel y sus hijos, que eran descendientes de Judá, y con los descendientes e hijos y hermanos de Henadad, que eran levitas, para dirigir a los que trabajaban en el templo de Dios. 10
EL TEMPLO DE ZOROBABEL
Cuando los constructores echaron los cimientos del templo del Señor, los sacerdotes se pusieron de pie, vestidos para la ocasión y con trompetas. Los levitas descendientes de Asaf llevaban platillos para alabar al Señor, según lo ordenado por David, rey de Israel. 11 Unos cantaban alabanzas, y otros respondían: «Den gracias al Señor, porque él es bueno, porque su amor por Israel es eterno.» Y todo el pueblo gritaba de alegría y alababa al Señor, porque ya se había comenzado a reconstruir el templo del Señor. 12 Y muchos de los sacerdotes, levitas y jefes de familia, que eran ya ancianos y que habían visto el primer templo, lloraban en alta voz porque veían que se comenzaba a construir este nuevo templo. Al mismo tiempo, muchos otros gritaban de alegría. 13 Nadie podía distinguir entre los gritos de alegría y el llanto de la gente, pues gritaban tanto que desde muy lejos se oía el alboroto.
Todos los que regresaron con Zorobabel del cautiverio babilónico, dieron una gran ofrenda para la reconstrucción del nuevo templo y empezaron la obra en firme en el año 536 a. de C., y la concluyeron en el año 515 a. de C.; esto porque hubo mucha oposición por parte de los adversarios de los judíos.
Esd. capítulo 5.
Esd.2:68-70.
Reconstrucción del templo
Esd.3:7-13.
Los profetas Hageo y Zacarías hijo de Idó comunicaron a los judíos de Judá y Jerusalén los mensajes que habían recibido de parte de su Señor, el Dios de 2 Israel. Entonces Zorobabel, hijo de Salatiel, y Josué, hijo de Josadac, se pusieron a trabajar de nuevo en la reconstrucción del templo de Dios en Jerusalén, y los profetas de Dios estaban con ellos, para ayudarlos. 3-4 Pero Tatenai, que era gobernador de la provincia al oeste del río Éufrates, y Setarboznai y sus compañeros, fueron a decirles: «¿Quién les ha dado órdenes de reconstruir este templo y recubrirlo de madera? ¿Cómo se llaman las personas 5 que están reconstruyendo este edificio?» Sin embargo, Dios protegía a los dirigentes judíos, así que no les impidieron continuar hasta que se enviara un informe a Darío y se recibiera la respuesta.
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Algunos jefes de familia, al llegar al templo del Señor en Jerusalén, 69 entregaron donativos para reconstruir en su sitio el templo de Dios. Y dieron para el fondo de reconstrucción, conforme a sus posibilidades, cuatrocientos ochenta y ocho kilos de oro, dos mil setecientos cincuenta kilos de plata y cien túnicas sacerdotales. 70
Los sacerdotes, los levitas y algunos del pueblo se quedaron a vivir en Jerusalén, y los cantores, porteros y sirvientes del templo, y los demás israelitas, se quedaron en sus propias ciudades.
Luego dieron dinero a los albañiles y carpinteros, y comida, bebida y aceite a la gente de Tiro y Sidón, para que desde el Líbano llevaran por mar madera de cedro hasta Jope, según el permiso que les había dado Ciro, rey de Persia.
Ésta es una copia de la carta que Tatenai, gobernador de la provincia al oeste del Éufrates, y Setar-boznai y sus compañeros, los funcionarios del gobierno al 7-8 oeste del Éufrates, enviaron al rey Darío, la cual decía:
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«Deseando a Su Majestad salud y bienestar, le hacemos saber que hemos visitado la región de Judá y el templo del gran Dios, el cual está siendo reconstruido con grandes piedras labradas. Ahora están recubriendo de tablas 9 las paredes, pues trabajan aprisa y la obra avanza rápidamente. Preguntamos a los dirigentes judíos quién les había dado órdenes de reconstruir el templo y 10 recubrirlo de madera, y cómo se llamaban las personas que los dirigen, para poder anotar sus nombres y comunicarlos a Su Majestad. 11 Ellos nos respondieron que adoran al Dios del cielo y de la tierra, y que están reconstruyendo el templo que ya hace muchos años había sido totalmente 12 construido por un gran rey de Israel. Dijeron también que sus antepasados irritaron al Dios del cielo, y que él los había entregado en poder del rey Nabucodonosor de Babilonia, que era caldeo, y que fue quien destruyó aquel 13 templo y los desterró a Babilonia. Más tarde Ciro, en su primer año como rey de Babilonia, ordenó que el templo de Dios fuera reconstruido.
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Entonces el rey Darío dio la siguiente orden a Tatenai, gobernador de la provincia al oeste del río Éufrates, y a Setar-boznai y sus compañeros, los funcionarios de esa misma provincia: 7
«Retírense de Jerusalén y dejen que el gobernador de los judíos y sus 8 dirigentes se encarguen de reconstruir en su sitio el templo de Dios. Éstas son mis órdenes en cuanto a la manera de ayudar a los dirigentes judíos para que reconstruyan el templo de Dios: Que con los impuestos que el tesoro real recibe de la provincia al oeste del río Éufrates, se paguen puntualmente los gastos 9 para que no se interrumpan las obras. Y que diariamente y sin falta se entregue a los sacerdotes de Jerusalén, según sus indicaciones, todo lo que necesiten, sean becerros, carneros o corderos para los holocaustos al Dios del cielo; o bien trigo, sal, vino o aceite, 10 para que ofrezcan al Dios del cielo sacrificios agradables y rueguen también por la vida del rey y de sus hijos.
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»También nos dijeron que el rey Ciro sacó del templo de Babilonia los utensilios de oro y plata que Nabucodonosor había tomado del templo de Dios en Jerusalén y llevado al templo de Babilonia, y que se los entregó a un tal 15 Sesbasar, al cual había nombrado gobernador. Ciro ordenó a Sesbasar que recogiera aquellos utensilios y los devolviera al templo de Jerusalén, y que reconstruyera en el mismo sitio el templo de Dios. 16 Fue entonces cuando Sesbasar llegó y echó los cimientos del templo de Dios en Jerusalén; desde entonces se está reconstruyendo, pero no ha sido terminado todavía.
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»Ordeno también que si alguien desobedece esta orden, se arranque una viga de su propia casa y sea empalado en ella; y que su casa sea convertida en un montón de escombros. 12¡Y que el Dios que escogió a Jerusalén como residencia de su nombre, destruya a cualquier rey o nación que se atreva a causar dificultades o perjuicios al templo del Señor que está en Jerusalén! Yo, Darío, he dado esta orden. Cúmplase al pie de la letra.» Continuación y terminación de las obras
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»Ahora, pues, si le parece bien a Su Majestad, pedimos que se busque en los archivos reales de Babilonia y se averigüe si es cierto que el rey Ciro ordenó reconstruir el templo de Dios en Jerusalén, y que se nos comunique la decisión de Su Majestad sobre este asunto.» Esd. capítulo 6. Entonces el rey Darío ordenó buscar en los archivos donde se guardaban los documentos de valor en Babilonia; 2 y en el palacio de Ecbatana, que está en la provincia de Media, se encontró un libro en el que constaba la siguiente memoria: 3
«En el primer año de su reinado, el rey Ciro dictó esta orden:
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Entonces Tatenai, gobernador de la provincia al oeste del río Éufrates, y Setar-boznai y sus compañeros cumplieron al pie de la letra la orden dada por el rey Darío. 14 Así los dirigentes judíos pudieron continuar los trabajos de reconstrucción, de acuerdo con lo dicho por los profetas Hageo y Zacarías, hijo de Idó. Y la reconstrucción se terminó conforme a lo ordenado por el Dios de Israel, y según las órdenes de Ciro, Darío y Artajerjes, reyes de Persia. 15 El templo quedó terminado el día tres del mes de Adar, del año seis del gobierno de Darío, rey de Persia. 16
Los israelitas, los sacerdotes, los levitas y los demás que estuvieron 17 desterrados, celebraron con alegría la dedicación del templo de Dios. En aquella ocasión ofrecieron en sacrificio cien becerros, doscientos carneros y cuatrocientos corderos, y además doce chivos, uno por cada tribu israelita, 18 como ofrendas por el pecado de todo Israel. Luego pusieron a los sacerdotes en sus turnos correspondientes, y a los levitas en sus puestos, para el culto de Dios en Jerusalén, conforme a lo escrito en el libro de Moisés.
»“En relación con el templo de Dios en Jerusalén: Que se pongan los cimientos y se reconstruya el edificio, para que se ofrezcan allí sacrificios. Ha de tener veintisiete metros de alto por veintisiete de ancho; 4 además, tres hileras de grandes bloques de piedra y una de madera nueva. El tesoro real pagará los 5 gastos. En cuanto a los utensilios de oro y plata del templo de Dios, los cuales Nabucodonosor sacó del templo de Jerusalén y trajo a Babilonia, que se devuelvan y sean llevados a Jerusalén, y que sean colocados en el templo de Dios, que es su sitio.”»
Los que volvieron del destierro celebraron además la Pascua el día catorce del mes primero. 20 Los sacerdotes y los levitas se habían purificado ya, así que todos estaban ritualmente limpios. Entonces ofrecieron el sacrificio de la
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Pascua por todos los que habían estado desterrados, por sus compañeros los sacerdotes y por ellos mismos. 21 Todos los israelitas que volvieron del destierro participaron en la comida de la Pascua, junto con todos aquellos que se habían apartado de la corrupción de las naciones paganas y se unían a ellos en el culto 22 al Señor, Dios de Israel. Durante siete días celebraron con alegría la fiesta de los panes sin levadura, pues el Señor los había llenado de alegría al hacer que el rey de Persia los favoreciera y ayudara en la reconstrucción del templo de Dios, el Dios de Israel.
11 Por aquel tiempo aparecieron en Israel renegados que engañaron a muchos diciéndoles: «Hagamos un pacto con las naciones que nos rodean, porque desde que nos separamos de ellas nos han venido muchas calamidades.» 12 A algunos del pueblo les gustó esto, 13 y se animaron a ir al rey, y éste les dio autorización para seguir las costumbres paganas. 14 Construyeron un gimnasio en Jerusalén, como acostumbran los paganos; 15 se hicieron operaciones para ocultar la circuncisión, renegando así de la alianza sagrada; se unieron a los paganos y se vendieron para practicar el mal.
Este templo reconstruido por el gobernador Zorobabel fue saqueado y destruido por el rey Antioco IV Epífanes en el año 169 a. de C.; esto según lo relatado en Daniel y en el libro primero de los Macabeos.
Campaña de Egipto y saqueo del templo de Jerusalén
Dn.11:13-19. 13
El rey del norte volverá a organizar un ejército, más grande que el anterior, y después de algunos años volverá a atacar al sur con un ejército numeroso y perfectamente armado. 14
»”Cuando esto suceda, muchos se rebelarán contra el rey del sur. Entre ellos habrá algunos hombres malvados de Israel, tal como fue mostrado en la visión, 15 pero fracasarán. El rey del norte vendrá y construirá una rampa alrededor de una ciudad fortificada, y la conquistará. Ni los mejores soldados del sur podrán 16 detener el avance de las tropas enemigas. El invasor hará lo que se le antoje con los vencidos, sin que nadie pueda hacerle frente, y se quedará en la Tierra 17 de la Hermosura destruyendo todo lo que encuentre a su paso. Además, se preparará para apoderarse de todo el territorio del sur; para ello, hará una alianza con ese rey y le dará a su hija como esposa, con el fin de destruir su 18 reino, pero sus planes fracasarán. Después atacará a las ciudades de las costas, y muchas de ellas caerán en su poder; pero un general pondrá fin a esta 19 vergüenza, poniendo a su vez en vergüenza al rey del norte. Desde allí, el rey se retirará a las fortalezas de su país; pero tropezará con una dificultad que le costará la vida, y nunca más se volverá a saber de él.
16 Al ver Antíoco que su reino estaba firme, decidió apoderarse de Egipto para ser rey de los dos países. 17 Así pues, invadió a Egipto con un poderoso ejército, con carros, elefantes y una gran flota, 18 y atacó al rey Tolomeo, el cual retrocedió ante él y huyó dejando muchos muertos en el campo. 19 Antíoco ocupó las ciudades fortificadas de Egipto y saqueó el país. 20 Después de esta victoria sobre Egipto, en el año ciento cuarenta y tres, Antíoco se puso en marcha con un poderoso ejército contra Israel, y llegó a Jerusalén. 21 Entró con arrogancia en el santuario y se apoderó del altar de oro, del candelabro con todos sus accesorios, 22 de la mesa para los panes sagrados, de las copas, las tazas, los cucharones de oro, el velo y las coronas, y arrancó todo el enchapado de oro que adornaba la fachada del templo. 23 Se apoderó también de la plata, el oro, los utensilios preciosos y los tesoros escondidos, los cuales logró encontrar. 24 Con todas esas cosas se fue a su país. También mató a mucha gente y habló con grandísima insolencia. 25 En todo Israel hubo una gran tristeza; 26 los jefes y los ancianos lanzaban ayes de dolor, las muchachas y los jóvenes perdieron su vigor, desapareció la belleza de las mujeres. 27 Los recién casados entonaban lamentaciones, las novias guardaban luto, sentadas en sus alcobas. 28 La tierra entera se conmovió al ver la suerte de sus habitantes; todo el pueblo de Jacob se vio cubierto de deshonra.
1 de Mac.1: 10-64. Destrucción de Jerusalén Antíoco IV Epífanes. Se introducen costumbres paganas en Israel 10 De esa raíz salió un retoño, el malvado Antíoco Epífanes, hijo del rey Antíoco, que había estado como rehén en Roma y empezó a reinar el año ciento treinta y siete de la dominación griega.
29 Dos años más tarde, el rey envió a las ciudades de Judea a un funcionario encargado de cobrar los impuestos, el cual llegó a Jerusalén con un poderoso ejército; 30 con intención de engañar a los habitantes les habló en son de paz, y ellos le creyeron. Pero de repente se lanzó sobre la ciudad, descargó sobre ella
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un terrible golpe, matando a muchos israelitas, 31 y después de saquearla la incendió y destruyó las casas y la muralla que la rodeaba. 32 Sus hombres se llevaron cautivos a las mujeres y a los niños, y se apoderaron del ganado. 33 Alrededor de la Ciudad de David construyeron una muralla alta y fuerte, con torres fortificadas, y la convirtieron en ciudadela. 34 Pusieron en ella a paganos impíos y a judíos renegados, que se fortificaron allí. 35 Almacenaron armas y provisiones, y guardaron allí las cosas que habían robado en Jerusalén. Allí se pusieron al acecho. 36 Fue un peligro para el santuario y una constante amenaza para Israel. 37 Derramaron sangre inocente alrededor del santuario, y lo profanaron. 38 Por temor a ellos huyeron los habitantes de Jerusalén; la ciudad se convirtió en residencia de extranjeros, sus propios hijos llegaron a ser extraños en ella y tuvieron que abandonarla. 39 El templo quedó en ruinas y desierto, las fiestas se volvieron días de tristeza, los sábados fueron causa de vergüenza, y el honor de la ciudad se convirtió en ignominia. 40 Como fue de grande su gloria, así de grande fue su humillación. Su altivez quedó convertida en tristeza. Antíoco IV introduce cultos paganos
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de Judea se ofrecieran sacrificios. 52 Muchos judíos, traicionando la ley, acudieron a cumplir estas órdenes; con su perversa manera de proceder 53 obligaron a los verdaderos israelitas a esconderse en toda clase de refugios. 54 El día quince del mes de Quisleu del año ciento cuarenta y cinco, el rey cometió un horrible sacrilegio, pues construyó un altar pagano encima del altar de los holocaustos. Igualmente, se construyeron altares en las demás ciudades de Judea. 55 En las puertas de las casas y en las calles se ofrecía incienso. 56 Destrozaron y quemaron los libros de la ley que encontraron, 57 y si a alguien se le encontraba un libro de la alianza de Dios, o alguno simpatizaba con la ley, se le condenaba a muerte, según el decreto del rey. 58 Así, usando de la fuerza, procedía esa gente mes tras mes contra los israelitas que encontraban en las diversas ciudades. 59 El día veinticinco de cada mes se ofrecían sacrificios en el altar pagano que estaba sobre el altar de los holocaustos. 60 De acuerdo con el decreto, a las mujeres que habían hecho circuncidar a sus hijos, las mataron 61 con sus niños colgados del cuello, y mataron también a sus familiares y a los que habían hecho la circuncisión. 62 Sin embargo, hubo muchos israelitas que tuvieron la fuerza y el valor para negarse a comer alimentos impuros. 63 Prefirieron morir antes que profanarse comiendo tales alimentos y violar la alianza sagrada; y, en efecto, murieron. 64 Fueron días de terribles calamidades para Israel.
41 El rey publicó entonces en todo su reino un decreto que ordenaba a todos formar un solo pueblo, 42 abandonando cada uno sus costumbres propias. Todas las otras naciones obedecieron la orden del rey, 43 y aun muchos israelitas aceptaron la religión del rey, ofrecieron sacrificios a los ídolos y profanaron el sábado. 44 Por medio de mensajeros, el rey envió a Jerusalén y demás ciudades de Judea decretos que obligaban a seguir costumbres extrañas en el país 45 y que prohibían ofrecer holocaustos, sacrificios y ofrendas en el santuario, que hacían profanar el sábado, las fiestas, 46 el santuario y todo lo que era sagrado; 47 que mandaban construir altares, templos y capillas para el culto idolátrico, así como sacrificar cerdos y otros animales impuros, 48 dejar sin circuncidar a los niños y mancharse con toda clase de cosas impuras y profanas, 49 olvidando la ley y cambiando todos los mandamientos. 50 Aquel que no obedeciera las órdenes del rey, sería condenado a muerte. 51 Esta orden fue enviada por escrito a todo su reino; además, el rey nombró inspectores para todo el pueblo, y dio orden de que en cada una de las ciudades
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EL TEMPLO DE HERODES EL GRANDE Este templo fue construido por Herodes el Grande en el año 20 a. de C., este rey era el que gobernaba cuando Cristo nació; el señor Jesucristo vaticinó la destrucción de este templo, y su predicción se cumplió en el gobierno del emperador romano “Tito Flavio Vespaciano” en el año 70 d. de J.C.
TEMPLO PARA EL FUTURO
Dn.9,26. Jesús anuncia que el templo será destruido Jesús salió del templo, y ya se iba, cuando sus discípulos se acercaron y comenzaron a atraer su atención a los edificios del templo. 2Jesús les dijo: —¿Ven ustedes todo esto? Pues les aseguro que aquí no va a quedar ni una piedra sobre otra. Todo será destruido. Mt.24.1,2. Jesús anuncia que el templo será destruido 5
Algunos estaban hablando del templo, de la belleza de sus piedras y de las ofrendas votivas que lo adornaban. Jesús dijo:
Dios tiene preparado y diseñado para el futuro un nuevo templo, en el salmo 68 y vs. 29-35 está una alusión a dicho templo y en Ezequiel cps. 40 y 41 está la descripción majestuosa de ese templo, el cual tendrá su cumplimiento para su construcción, después de la derrota de Gog; observe que allí se habla de expiación y sacrificios por el pecado; en el milenio no va haber esta clase de sacrificios, porque allá los sacrificios serán en alabanza, por adoración y por acción de gracia.
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—Vendrán días en que de todo esto que ustedes están viendo no quedará ni una piedra sobre otra. Todo será destruido. Lc.21.5,6.
Más adelante vamos a confirmar esto. Sal. 68.29,35.
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Algunos estaban hablando del templo, de la belleza de sus piedras y de las ofrendas votivas que lo adornaban. Jesús dijo: 6
—Vendrán días en que de todo esto que ustedes están viendo no quedará ni una piedra sobre otra. Todo será destruido.
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Desde tu alto templo, en Jerusalén, adonde los reyes te traen regalos, 30 (31) reprende a Egipto, a esa bestia de los juncos, a esa manada de toros bravos y de becerros
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que en su afán de riquezas humillan a los pueblos; ¡dispersa a la gente que ama la guerra! 31 (32) De Egipto vendrán embajadores; Etiopía levantará sus manos a Dios. 32 (33) ¡Canten a Dios, reinos de la tierra, canten himnos al Señor, 33 (34) al que cabalga en los cielos, en los cielos eternos! Escuchen cómo resuena su voz, su voz poderosa. 34 (35) Reconozcan el poder de Dios: su majestad se extiende sobre Israel, su poder alcanza el cielo azul. 35 (36) Maravilloso es Dios en su santuario; el Dios de Israel da poder y fuerza a su pueblo. ¡Bendito sea Dios! Ez.cap.40
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vestíbulo medía cuatro metros. Había dos pilastras de un metro de grueso. (En cada lado de la entrada oriental había tres celdas, todas del mismo tamaño, y las pilastras que había a cada lado eran también del mismo tamaño.) 11
Luego el hombre midió la puerta de entrada: tenía cinco metros de ancho, y la 12 entrada seis metros y medio. Delante de cada celda había un pequeño muro que tenía medio metro de ancho por cada lado. Cada celda medía tres metros de 13 ancho por tres de largo. Luego midió el ancho total de la entrada, desde el fondo de una celda hasta el fondo de la celda de enfrente, pasando de una 14 puerta a la puerta de enfrente, y medía doce metros y medio. Luego midió el vestíbulo: diez metros. El edificio de entrada daba por todos lados al atrio. 15 El largo total, desde la parte exterior de la puerta hasta la parte interior del 16 vestíbulo, era de veinticinco metros. Las celdas, lo mismo que sus pilastras, tenían ventanas con rejas por dentro y alrededor del edificio de entrada. Igualmente, el vestíbulo tenía ventanas alrededor, por la parte de adentro. En las pilastras había grabados de palmeras. El atrio exterior 17
Visión del templo futuro El día diez del mes, que es el día de año nuevo, el Señor puso su mano sobre mí, y en una visión me trasladó a la tierra de Israel. Ya iban a cumplirse veinticinco años desde que habíamos sido llevados a Babilonia, y catorce años desde la toma de Jerusalén. En tierra de Israel, el Señor me puso sobre un monte muy alto; y desde allí, vi 3 hacia el sur, una serie de edificios que parecían una ciudad. El Señor me llevó allá, y vi un hombre que parecía de bronce. Estaba de pie a la puerta, y tenía en 4 la mano una cinta de lino y una regla para medir. Y aquel hombre me dijo: «Mira bien y escucha con cuidado; pon mucha atención a todo lo que te voy a mostrar, pues Dios te ha traído aquí para que yo te lo muestre. Luego, comunica al pueblo de Israel todo lo que veas.» La puerta oriental 5
El hombre me llevó después al atrio exterior. El atrio tenía un empedrado a su alrededor, y treinta cuartos daban a él. 18 Este empedrado, que era el más bajo, se extendía por los costados de los edificios de entrada, y su ancho era igual al largo de éstos. 19 El hombre midió la distancia que había desde el frente de la puerta de abajo hasta la parte de afuera de la puerta interior, y era de cincuenta metros. La puerta norte 20
También había una entrada que daba al norte del atrio exterior. El hombre la midió a lo largo y a lo ancho. 21Tenía también tres celdas a cada lado, y pilastras y vestíbulo de medidas iguales a las de la entrada oriental, es decir, de 22 veinticinco metros de largo por doce y medio metros de ancho. El vestíbulo, las ventanas y las palmeras eran del mismo tamaño que los de la entrada oriental. Aquí también se subía por una escalinata de siete escalones, y el vestíbulo quedaba por la parte de adentro. 23 Tanto al oriente como al norte, frente a la entrada exterior, había otra entrada que conducía al atrio interior. El hombre midió la distancia entre las dos entradas, y era de cincuenta metros.
Por fuera del templo había una muralla que lo rodeaba. La regla que el hombre tenía en la mano medía tres metros. Entonces midió el muro, y éste tenía 6 tres metros de ancho y tres de alto. Luego se fue a la entrada que daba al oriente, subió los escalones y midió el umbral de la puerta, el cual tenía tres metros de ancho. 7 Las celdas que había a cada lado de la entrada medían cada una tres metros de largo por tres de ancho, y entre celda y celda había una distancia de dos metros y medio. Luego estaba la puerta que daba al vestíbulo, el cual miraba hacia el templo. El umbral de esta puerta tenía tres metros de ancho. 8-9 El hombre midió el vestíbulo que daba entrada al templo, y el
Luego el hombre me llevó al sur, donde había una entrada, y midió las pilastras y el vestíbulo, que medían lo mismo que las otras. 25 El edificio de entrada, con su vestíbulo, tenía ventanas alrededor, como los otros. Medía en 26 total veinticinco metros de largo por doce y medio de ancho. Tenía también una escalinata de siete escalones, y el vestíbulo quedaba también en la parte interior. Las pilastras tenían también grabados de palmeras, una de cada
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La puerta sur 24
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lado. El atrio interior tenía también una puerta que daba hacia el sur. El hombre midió la distancia entre las dos puertas del lado sur, y era de cincuenta metros.
alrededor, había un borde de seis centímetros de ancho, sobre el que se colocaban la ofrenda de harina y los utensilios necesarios para matar los animales del holocausto.
El atrio interior: la puerta sur
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Luego me llevó por la entrada sur hacia el atrio interior. Midió la puerta del 29-30 sur, y tenía las mismas medidas de las puertas anteriores. Sus celdas, vestíbulo y pilastras eran del mismo tamaño que los otros. El edificio de entrada, con su vestíbulo también, tenía ventanas alrededor, y medía en total 31 veinticinco metros de largo por doce y medio de ancho. El vestíbulo daba hacia el atrio exterior. Las pilastras tenían grabados de palmeras. A esta puerta se subía por una escalinata de ocho escalones. El atrio interior: la puerta oriental
En el atrio interior, fuera de las puertas interiores, había dos cuartos, uno junto a la puerta interior norte, mirando hacia el sur, y otro junto a la puerta interior sur, mirando hacia el norte. 45
El hombre me dijo: «El cuarto que mira hacia el sur es para los sacerdotes que prestan servicio en el templo, 46 y el cuarto que mira hacia el norte es para los sacerdotes que prestan servicio en el altar. Son descendientes de Sadoc, y son los únicos levitas que pueden acercarse al Señor para servirle.» El atrio interior y el templo 47
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En seguida me llevó al atrio interior, por el lado de oriente, y midió la entrada, 33 la cual medía lo mismo que las otras. Sus celdas, pilastras y vestíbulo, eran también de iguales medidas que los otros. El edificio de entrada, con su vestíbulo, tenía ventanas alrededor, y medía veinticinco metros de largo por 34 doce y medio de ancho. El vestíbulo daba hacia el atrio exterior. Las pilastras tenían grabados de palmeras a cada lado. A esta puerta se subía por una escalinata de ocho escalones.
El hombre midió después el atrio interior, que era un cuadrado de cincuenta metros por lado. El altar estaba delante del templo. 48 El hombre me llevó al vestíbulo del templo y midió las pilastras del vestíbulo: cada una tenía dos metros y medio de grueso. La puerta tenía siete metros de ancho, y los soportes de la puerta del vestíbulo medían un metro y medio de ancho cada uno. 49 El vestíbulo medía diez metros de ancho por seis de profundidad, y se subía a él por una escalinata de diez escalones. Junto a cada pilastra había una columna. Ez.cap.41.
Luego aquel hombre me llevó a la entrada que daba al norte, y midió la 36 entrada, la cual medía lo mismo que las otras y tenía también celdas, pilastras, vestíbulo y ventanas alrededor. El edificio de entrada medía veinticinco metros de largo por doce y medio de ancho. 37 El vestíbulo daba hacia el atrio exterior. Las pilastras tenían grabados de palmeras a cada lado. A esta puerta se subía por una escalinata de ocho escalones.
En seguida el hombre me llevó al interior mismo del templo, y midió las 2 pilastras: ambas tenían tres metros de grueso. La puerta tenía cinco metros de ancho; sus soportes medían dos metros y medio de ancho cada uno. Luego midió la sala central, y tenía veinte metros de largo por diez de ancho.3 Después fue a la sala del fondo y midió las pilastras de la entrada, y cada una tenía un metro de grueso. La entrada tenía tres metros de ancho, y las pilastras de cada 4 lado medían tres metros y medio de grueso. Luego midió la sala del fondo, y medía diez metros por lado. Entonces me dijo: «Éste es el Lugar santísimo.»
Edificios junto a la puerta norte
Las celdas construidas junto al muro
El atrio interior: la puerta norte 35
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Había también un cuarto que se comunicaba con el vestíbulo de la entrada. Allí era donde se lavaba a los animales para el holocausto. 39 En el vestíbulo de la entrada había cuatro mesas, dos a cada lado, sobre las que mataban a los animales para el holocausto y para los sacrificios por el pecado o por la 40 culpa. Fuera del vestíbulo de la entrada norte había también dos mesas a 41 cada lado, de manera que había cuatro mesas dentro y cuatro mesas fuera del edificio de entrada: ocho mesas en total. Sobre ellas se mataba a los animales. 42-43 Las cuatro mesas para los animales que se quemaban eran de piedra de cantera; medían setenta y cinco centímetros de largo por setenta y cinco centímetros de ancho, y cincuenta centímetros de alto, y sobre ellas se colocaba la carne de las ofrendas. Por la parte interior del cuarto, a todo su
Luego el hombre midió la pared exterior del templo, y tenía tres metros de grueso. Alrededor del templo, y unidas al mismo, había celdas de dos metros de 6 profundidad. Estas celdas estaban una sobre otra, formando tres pisos, y en cada piso había treinta celdas. El muro del templo era más estrecho en cada piso, y sobre estos entrantes se apoyaban las vigas de las celdas, de modo que no quedaban empotradas en el muro. 7 Por fuera de las celdas que rodeaban el templo había una rampa que llegaba hasta la parte de arriba, y así se podía subir desde la planta baja al piso intermedio y al de arriba. 8 Yo vi que por todos lados el templo estaba sobre una base elevada, sobre la cual también estaban 9-10 construidas las celdas. Esta base tenía una altura de tres metros. La pared exterior de las celdas tenía dos metros y medio de grueso, y alrededor de todo el
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Israel, su historia y su futuro
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templo, entre las celdas que rodeaban el templo y los cuartos de los sacerdotes, había un espacio libre de diez metros de ancho.11 Las celdas se comunicaban con el espacio libre por medio de una puerta hacia el norte y otra hacia el sur. El espacio libre tenía a todo lo largo un muro de dos metros y medio de grueso. El edificio del oeste 12
Por el oeste, mirando hacia el patio cerrado, había un edificio que medía treinta y cinco metros de ancho por cuarenta y cinco de largo, con un muro de dos metros y medio de grueso. Medidas totales del templo. 13
El hombre midió el templo, y tenía en total cincuenta metros de largo. El ancho del patio cerrado, más el edificio y sus muros, también era de cincuenta 14 metros. La fachada del templo, más la parte del patio cerrado que daba al 15 oriente, medía cincuenta metros. Luego midió el largo del edificio que quedaba detrás del templo, frente al patio cerrado, más los muros de cada lado, y era de cincuenta metros.
DECRETO DEL REY CIRO
Detalles del templo 16-17
Las salas interiores del templo y el vestíbulo estaban recubiertos de madera. Las ventanas enrejadas y los marcos que había alrededor estaban recubiertos de madera por los tres lados. El espacio comprendido entre el piso y las ventanas, y la parte superior de la puerta, también estaban recubiertos. Las paredes del templo, por dentro y por fuera, 18 estaban cubiertas de grabados 19 alternados de seres alados y palmeras. Cada ser alado tenía dos caras; de un lado, una cara de hombre miraba a una palmera, y del otro, una cara de león 20 miraba a otra palmera. Así, alrededor de todo el templo había grabados de seres alados y palmeras, desde el piso hasta la parte superior de las puertas. En 21 la pared de la sala central, el marco de la puerta tenía los postes cuadrados.
Para que se cumpliera la profecía de Jeremías, Dios puso en el corazón del rey Ciro, una inquietud de regresar a los cautivos de Judá a Jerusalén, para que allá construyeran un templo a Jehová, por esa razón hizo pregonar de la palabra y por escrito en todo su reino ese decreto. Esd.1.1-4.
El altar de madera
El decreto de Ciro
Frente a la entrada del Lugar santísimo había algo que parecía 22 un altar de madera, que medía un metro por lado, y un metro y medio de alto. Tenía esquinas, y la base y sus lados eran de madera. El hombre me dijo: «Ésta es la mesa que está delante del Señor.»
Tanto la sala central como el Lugar santísimo tenían puertas dobles. Cada puerta tenía dos hojas que se abrían hacia la pared. 25 Las puertas de la sala central tenían grabados de seres alados y palmeras, iguales a los que había en los muros. En la fachada del vestíbulo, por la parte de afuera, había una verja de madera. 26 A cada lado del vestíbulo había ventanas enrejadas y grabados de palmeras. Las celdas unidas al templo también tenían verjas.
En el primer año del reinado de Ciro, rey de Persia, y para que se cumpliera la palabra del Señor anunciada por Jeremías, el Señor impulsó a Ciro a que en todo su reino promulgara, de palabra y por escrito, este decreto: 2 «Ciro, rey de Persia, declara lo siguiente: El Señor, Dios de los cielos, ha puesto en mis manos todos los reinos de la tierra, y me ha encargado que le construya un templo en Jerusalén, que está en la región de Judá. 3 Así que, a cualquiera de ustedes que pertenezca al pueblo del Señor, que Dios lo ayude, y vaya a Jerusalén, que está en Judá, a construir el templo del Señor, el Dios de 4 Israel, que es el Dios que habita en Jerusalén. Y a cualquiera de los sobrevivientes que emigre del lugar donde ahora vive, que le ayuden sus vecinos con plata, oro, bienes y ganado, además de donativos para el templo de Dios en Jerusalén.»
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Las puertas 23-24
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Israel, su historia y su futuro
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Israel, su historia y su futuro
De nuevo vendrás con panderetas a bailar alegremente. 5 Volverás a plantar viñedos en las colinas de Samaria, y los que planten viñas gozarán de sus frutos. 6 Porque vendrá un día en que los centinelas gritarán en las colinas de Efraín: “Vengan ustedes, vamos a Sión, al Señor nuestro Dios.”» 7
REGRESO DEL EXILIO Después del decreto de Ciro, los judíos empezaron a regresar a su patria añorada y anhelada, ellos traían gran cantidad de bienes en ganado, oro y plata, y también un gran número de criados o sirvientes.
El Señor dice:
«Canten de gozo y alegría por el pueblo de Jacob, la principal entre todas las naciones. Hagan oír sus alabanzas y digan: “El Señor salvó a su pueblo, lo que quedaba de Israel.” 8 Voy a hacerlos volver del país del norte, y a reunirlos del último rincón del mundo. Con ellos vendrán los ciegos y los cojos, las mujeres embarazadas y las que ya dieron a luz; ¡volverá una enorme multitud! 9 Vendrán orando y llorando. Yo los llevaré a corrientes de agua, por un camino llano, donde no tropiecen. Pues soy el padre de Israel, y Efraín es mi hijo mayor.
Jr.31.1-26. 10
Regreso de los israelitas a su patria El Señor afirma: «En ese tiempo yo seré el Dios de todas las tribus de Israel, y ellas serán mi pueblo.» 2
El Señor dice:
«En el desierto me mostré bondadoso con el pueblo que escapó de la muerte. Cuando Israel buscaba un lugar de descanso, 3 yo me aparecí a él de lejos. Yo te he amado con amor eterno; por eso te sigo tratando con bondad. 4 Te reconstruiré, Israel.
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»Naciones, escuchen la palabra del Señor y anuncien en las costas lejanas: “El Señor dispersó a Israel, pero lo reunirá y lo cuidará como cuida el pastor a sus ovejas.” 11 Porque el Señor rescató al pueblo de Jacob, lo libró de una nación más poderosa. 12 »Vendrán y cantarán de alegría en lo alto de Sión, se deleitarán con los beneficios del Señor: el trigo, el vino y el aceite, las ovejas y las reses. Serán como una huerta bien regada, y no volverán a perder las fuerzas. 13 Las muchachas bailarán alegremente, lo mismo que los jóvenes y los viejos.
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Yo les daré consuelo: convertiré su llanto en alegría, y les daré una alegría mayor que su dolor. 14 Haré que los sacerdotes coman los mejores alimentos y que mi pueblo disfrute en abundancia de mis bienes. Yo, el Señor, lo afirmo.» 15
El Señor dice:
«Se oye una voz en Ramá, de alguien que llora amargamente. Es Raquel, que llora por sus hijos, y no quiere ser consolada porque ya están muertos.» 16
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Israel, su historia y su futuro
Yo, el Señor, lo afirmo. 21 »Israel, marca con señales el camino, para que vuelvas a encontrarlo fácilmente; fíjate bien en el camino que anduviste. ¡Vuelve, pueblo de Israel, vuelve a tus ciudades! 22 ¿Hasta cuándo vas a ir de un lado a otro, como una hija descarriada? Yo, el Señor, he creado algo nuevo en este mundo: una mujer que corteja a un hombre.» Prosperidad futura de Israel 23
Pero el Señor le dice:
«Raquel, no llores más; ya no derrames tus lágrimas, pues tus penas tendrán su recompensa: tus hijos volverán del país enemigo. Yo, el Señor, lo afirmo. 17 Hay una esperanza para tu futuro: tus hijos volverán a su patria. Yo, el Señor, lo afirmo. 18 He oído al pueblo de Efraín quejarse amargamente: “Yo era como un novillo sin domar, pero tú me has domado; hazme volver a ti, pues tú eres el Señor, mi Dios. 19 Yo me aparté de ti, pero estoy arrepentido; he reconocido mi pecado y me doy golpes en el muslo; me siento avergonzado y humillado por los pecados de mi juventud.” 20
»El pueblo de Efraín es para mí un hijo amado; es el hijo que más quiero. Aun cuando lo reprendo, no dejo de acordarme de él; mi corazón se conmueve y siento por él gran compasión.
303
El Señor todopoderoso, el Dios de Israel, dice: «Cuando yo cambie la suerte de la gente de Judá, y ellos estén de nuevo en su tierra y en sus ciudades, dirán otra vez: “¡Que el Señor bendiga este monte santo donde habita la justicia!” 24 La gente de Judá y de sus ciudades, los agricultores y los pastores de rebaños vivirán ahí. 25 Pues daré de comer y de beber en abundancia a los que estén cansados y sin fuerzas.» 26
En esto me desperté y abrí los ojos. Mi sueño me agradó.
Ez.20.33-44. 33
Yo, el Señor, juro por mi vida que, con gran despliegue de poder y castigando 34 con ira, reinaré sobre ustedes. Yo los reuniré de entre los pueblos y naciones donde se encuentren dispersos, desplegando mi gran poder y castigando con 35-36 ira. Los llevaré al desierto de los pueblos, y cara a cara los llamaré a juicio, de la misma manera que llamé a juicio a sus padres en el desierto de Egipto. Yo, el Señor, lo afirmo. 37 Yo los examinaré a ustedes como un pastor que cuenta 38 sus ovejas, y haré que se sometan a la alianza. Separaré de ustedes a los rebeldes y revoltosos, y los sacaré de la tierra extranjera en que ahora están viviendo; pero ellos no entrarán en la tierra de Israel. Entonces reconocerán ustedes que yo soy el Señor. 39
»”Pueblo de Israel, esto dice el Señor: ¡Vayan a adorar a sus ídolos...! Pero después ustedes me obedecerán, y no volverán a profanar mi santo nombre 40 haciendo esas ofrendas y adorando a sus ídolos. Todo Israel me adorará en mi santo monte, en el monte elevado de Israel, situado en mi país. Yo, el Señor, lo afirmo. Allí los recibiré con gusto; allí les pediré que me hagan sus ofrendas, y que me traigan los primeros frutos de sus cosechas y todo lo que hayan de 41 consagrarme. Cuando yo los reúna de los países y naciones donde ahora están dispersos, y muestre mi santidad entre ustedes a la vista de todos los pueblos, entonces aceptaré sus ofrendas de olor agradable.
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»”Y cuando yo los haga entrar en Israel, en el país que había jurado dar a los antepasados de ustedes, entonces reconocerán que yo soy el Señor. 43 Allí se acordarán de todas las malas acciones con que se han profanado, y sentirán asco de ustedes mismos por la mucha maldad que han cometido. 44 Pueblo de Israel, cuando yo los trate a ustedes, no de acuerdo con su mala conducta y peores acciones, sino haciendo honor a mi nombre, entonces reconocerán que yo soy el Señor. Yo, el Señor, lo afirmo.”» Esd.1.5-11. Los israelitas vuelven a Jerusalén 5
Los jefes de las familias de Judá y Benjamín, y los sacerdotes y los levitas, o sea todos los que habían sido animados por Dios, se prepararon para ir a 6 Jerusalén y reconstruir el templo del Señor. Todos sus vecinos les ayudaron con plata, oro, bienes, ganado y objetos valiosos, además de toda clase de 7 ofrendas voluntarias. El rey Ciro, por su parte, hizo entrega de los utensilios del templo del Señor, que Nabucodonosor había sacado de Jerusalén y llevado 8 al templo de sus dioses. Ciro los devolvió por conducto de Mitrídates, el tesorero, quien después de contarlos los entregó a Sesbasar, gobernador de Judá. 9 La cuenta de los objetos fue la siguiente: treinta tazones de oro, mil 10 tazones de plata, veintinueve cuchillos, treinta tazas de oro, cuatrocientas diez tazas de plata de inferior calidad, y mil objetos más. 11 El total de objetos de oro y plata fue de cinco mil cuatrocientos. Todo esto lo llevó Sesbasar de vuelta a Jerusalén, al regresar de Babilonia con los desterrados. Esd.7.11-28. 11
Ésta es la copia de la carta que el rey Artajerjes entregó a Esdras, sacerdote y maestro instruido en todos los mandamientos y leyes del Señor para Israel: 12
«El emperador Artajerjes saluda a Esdras, sacerdote y maestro instruido en la ley del Dios del cielo. 13
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Israel, su historia y su futuro 18
Dios de ustedes, en Jerusalén. En cuanto al oro y la plata restantes, hagan tú y tus compañeros lo que les parezca mejor, conforme a la voluntad de Dios. 19 Pero los utensilios que se te han entregado para el culto en el templo de tu Dios, entrégalos tú mismo al Dios de Jerusalén. 20
»Cualquier otra cosa que debas proporcionar para el templo de tu Dios, 21 puedes conseguirla en los almacenes reales. Y yo, el rey Artajerjes, ordeno a todos los tesoreros al oeste del río Éufrates que, sin falta, entreguen a Esdras, sacerdote y maestro instruido en la ley del Dios del cielo, todo lo 22 que él pida, hasta tres mil trescientos kilos de plata, veintidós mil litros de trigo, dos mil doscientos litros de vino, dos mil doscientos litros de aceite y toda la sal que pida. 23
»Todo lo que pida el Dios del cielo para su templo, debe ser entregado rápidamente, para que no venga ningún castigo sobre los hijos del rey y sobre sus dominios. 24 Han de saber también que está prohibido imponer tributo, impuestos o derechos a cualquiera de los sacerdotes, levitas, cantores, porteros, sirvientes del templo o cualquier otra persona que sirva en el templo de Dios. 25
»En cuanto a ti, Esdras, de acuerdo con los conocimientos que tu Dios te ha dado, nombra jueces y gobernantes que hagan justicia a toda la gente de la provincia al oeste del río Éufrates, o sea, a todos los que conocen la ley de tu Dios; y a los que no la conozcan, enséñasela. 26 Y a todo el que no cumpla la ley de tu Dios y las leyes del rey, que se le condene inmediatamente a muerte, a destierro, al pago de una multa o a prisión.» Oración de Esdras 27
Entonces Esdras oró: «Bendito sea el Señor, Dios de nuestros padres, porque impulsó al rey a honrar el templo del Señor en Jerusalén, 28 y porque me demostró su bondad ante el rey y sus consejeros y los hombres más importantes de la corte, y me dio ánimo, pues con su ayuda pude reunir a los israelitas más importantes para que regresaran conmigo.»
»He ordenado que todo israelita que se encuentre en mi reino y que quiera 14 irse a Jerusalén contigo, pueda hacerlo, incluso si es levita o sacerdote. Porque el rey y sus siete consejeros te envían a estudiar la situación en Judá y 15 Jerusalén, conforme a la ley de tu Dios que tienes en la mano. Lleva contigo la plata y el oro que el rey y sus consejeros ofrecen voluntariamente al Dios de 16 Israel, que habita en Jerusalén, y toda la plata y el oro que puedas conseguir en toda la provincia de Babilonia, más los donativos que el pueblo y los 17 sacerdotes ofrezcan voluntariamente para el templo de Dios en Jerusalén. Con ese dinero deberás comprar becerros, carneros y corderos, junto con sus ofrendas de cereales y de vino, para ofrecerlos sobre el altar del templo del
La comunidad se componía de un total de cuarenta y dos mil trescientas sesenta personas, 65 sin contar sus esclavos y esclavas, que eran siete mil trescientas treinta y siete personas. Tenían también doscientos cantores y cantoras. 66 Tenían además setecientos treinta y seis caballos, doscientas cuarenta y cinco mulas, 67 cuatrocientos treinta y cinco camellos y seis mil setecientos veinte asnos.
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Esd.2.64-70. 64
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Algunos jefes de familia, al llegar al templo del Señor en Jerusalén, entregaron donativos para reconstruir en su sitio el templo de Dios. 69 Y dieron para el fondo de reconstrucción, conforme a sus posibilidades, cuatrocientos ochenta y ocho kilos de oro, dos mil setecientos cincuenta kilos de plata y cien túnicas sacerdotales. 70
Los sacerdotes, los levitas y algunos del pueblo se quedaron a vivir en Jerusalén, y los cantores, porteros y sirvientes del templo, y los demás israelitas, se quedaron en sus propias ciudades. Neh.7.66-73. 66
»La comunidad se componía de un total de cuarenta y dos mil trescientas sesenta personas, 67 sin contar sus esclavos y esclavas, que eran siete mil trescientas treinta y siete personas. Tenían también doscientos cuarenta y cinco cantores y cantoras. 68 Tenían además setecientos treinta y seis caballos, 69 (68b) doscientas cuarenta y cinco mulas, cuatrocientos treinta y cinco camellos y seis mil setecientos veinte asnos. 70 (69)
»Algunos jefes de familia entregaron donativos para la obra; el gobernador dio para la tesorería ocho kilos de oro, cincuenta tazones y 71 (70) quinientas treinta túnicas sacerdotales. Los jefes de familia dieron para la tesorería de la obra ciento sesenta kilos de oro y mil doscientos diez kilos de 72 (71) plata; y el resto del pueblo dio ciento sesenta kilos de oro, mil cien kilos de plata y sesenta y siete túnicas sacerdotales. 73 (72)
»Los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, la gente del pueblo, los sirvientes del templo y todo Israel se establecieron en sus poblaciones.»
PROMESAS FUTURAS PARA ISRAEL Queremos recordar a nuestros hermanos y amigos lectores de este libro, que estas promesas de Dios para con su pueblo son irrevocables, y no sólo para su pueblo Israel son esta promesas, sino PARA TODO aquel que en él cree y también en su hijo Jesucristo, ¡aleluya!; tenga en mente esto, a pesar de que ellos hayan violado, pisoteado sus leyes, decretos, y de haberlos castigado Dios con grandes azotes y calamidades, igual como ocurre con nosotros cuando tenemos que pasar por distintas pruebas, dificultades, cuando desobedecemos su Palabra, esto, para así purificarnos y limpiarnos de nuestros errores; Dios, en su bendita Palabra dice, que él es fiel e inmutable aunque el hombre sea infiel, también dice que sus promesas para con el hombre no tiene reversa, son irreversibles y no cambian, él dice que todo pasará menos el cumplimiento fiel de su sagrada Palabra; veamos algunas de esas promesas que Dios tiene para con los suyos. Gn. 15.1-20. Dios hace una alianza con Abram Después de esto, el Señor le habló a Abram en una visión y le dijo:
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—No tengas miedo, Abram, porque yo soy tu protector. Tu recompensa va a ser muy grande. 2-3
El Señor le contestó:
Entonces el Señor llevó a Abram afuera, y le dijo:
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Abram creyó al Señor, y por eso el Señor lo aceptó como justo y le dijo:
—Yo soy el Señor; yo te saqué de Ur de los caldeos para darte esta tierra como herencia. 8
—Pero, Señor y Dios, ¿cómo podré estar seguro de que voy a heredar esta tierra? —contestó Abram. 9
—Esta tierra se la daré a tus descendientes, desde el río de Egipto hasta el río grande, el Éufrates. 19 Es decir, la tierra de los quenitas, los quenizitas, los 20 21 cadmoneos, los hititas, los ferezeos, los refaítas, los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.
Dios se aparece a Jacob en Betel
—Mira bien el cielo, y cuenta las estrellas, si es que puedes contarlas. Pues bien, así será el número de tus descendientes. 6
Cuando ya era de noche y todo estaba oscuro, apareció un horno que echaba humo y una antorcha encendida que pasaba por en medio de los animales partidos. 18Aquel mismo día el Señor hizo una alianza con Abram y le dijo:
Gn.28.10-28.
—Tu heredero va a ser tu propio hijo, y no un extraño. 5
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Pero Abram le contestó:
—Señor y Dios, ¿de qué me sirve que me des recompensa, si tú bien sabes que no tengo hijos? Como no me has dado ningún hijo, el heredero de todo lo que tengo va a ser Eliézer de Damasco, uno de mis criados. 4
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Y Dios le dijo:
—Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, de tres años cada uno, y también una tórtola y un pichón de paloma. 10
Abram trajo todos estos animales a Dios, los partió por la mitad y puso una 11 mitad frente a otra; pero no partió las aves. Y los buitres bajaban sobre los cuerpos de los animales muertos, pero Abram los espantaba. 12 Cuando empezaba a anochecer, Abram se quedó profundamente dormido. De pronto lo 13 rodeó una gran oscuridad y sintió mucho miedo. Entonces el Señor le dijo:
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Jacob salió de Beerseba y tomó el camino de Harán. Llegó a cierto lugar y allí se quedó a pasar la noche, porque el sol ya se había puesto. Tomó como 12 almohada una de las piedras que había en el lugar, y se acostó a dormir. Allí tuvo un sueño, en el que veía una escalera que estaba apoyada en la tierra y llegaba hasta el cielo, y por la cual los ángeles de Dios subían y bajaban.13 También veía que el Señor estaba de pie junto a él, y que le decía: «Yo soy el Señor, el Dios de tu abuelo Abraham y de tu padre Isaac. A ti y a tus 14 descendientes les daré la tierra en donde estás acostado. Ellos llegarán a ser tantos como el polvo de la tierra, y se extenderán al norte y al sur, al este y al oeste, y todas las familias del mundo serán bendecidas por medio de ti y de tus descendientes. 15 Yo estoy contigo; voy a cuidarte por dondequiera que vayas, y te haré volver a esta tierra. No voy a abandonarte sin cumplir lo que te he prometido.» 16
Cuando Jacob despertó de su sueño, pensó: «En verdad el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía.» 17 Tuvo mucho miedo, y pensó: «Este lugar es muy sagrado. Aquí está la casa de Dios; ¡es la puerta del cielo!» 18
Al día siguiente Jacob se levantó muy temprano, tomó la piedra que había usado como almohada, la puso de pie como un pilar, y la consagró derramando 19 aceite sobre ella. En ese lugar había antes una ciudad que se llamaba Luz, pero Jacob le cambió el nombre y le puso Betel.
—Debes saber que tus descendientes vivirán en un país extranjero, y que allí serán esclavos, y que serán maltratados durante cuatrocientos años. 14 Pero yo también castigaré a la nación que va a hacerlos esclavos, y después tus descendientes saldrán libres y dueños de grandes riquezas. 15 Por lo que a ti toca, morirás en paz cuando ya seas muy anciano, y así te reunirás con tus antepasados. 16 Después de cuatro generaciones, tus descendientes regresarán a este lugar, porque todavía no ha llegado al colmo la maldad de los amorreos.
Allí Jacob hizo esta promesa: «Si Dios me acompaña y me cuida en este viaje que estoy haciendo, si me da qué comer y con qué vestirme, 21 y si regreso sano y 22 salvo a la casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios. Esta piedra que he puesto como pilar, será casa de Dios; y siempre te daré, oh Dios, la décima parte de todo lo que tú me des.»
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Israel, su historia y su futuro
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pues a ti y a tus hijos los libraré de ese país lejano donde están desterrados. Volverás a vivir en paz, tranquilo, sin que nadie te asuste.
Jos.21.43-45. El Señor es fiel 43
Así fue como el Señor les dio a los israelitas todo el territorio que les había prometido bajo juramento a sus antepasados, y ellos se establecieron y vivieron allí. 44 El Señor cumplió su promesa, y les dio paz en todo el territorio. Sus enemigos no pudieron hacerles frente, porque el Señor les dio la victoria sobre ellos. 45 Ni una sola palabra quedó sin cumplirse de todas las buenas promesas que el Señor había hecho a los israelitas. Jr.30.1-11. Promesas del Señor para el futuro
11
Yo, el Señor, afirmo que estoy contigo para salvarte. Destruiré a todas las naciones entre las cuales te dispersé. Pero a ti no te destruiré; sólo te castigaré como mereces: no te dejaré sin tu castigo.» Jr.18-24.
2
Éste es el mensaje que el Señor dirigió a Jeremías. Le dijo: «El Señor, el Dios de Israel, dice: Escribe en un libro todo lo que te he dicho, 3 porque viene el día en que cambiaré la suerte de mi pueblo Israel y Judá. Yo, el Señor, lo afirmo. Yo los haré volver a la tierra que di a sus padres como su propiedad.» 4
Éste es el mensaje del Señor acerca de Israel y de Judá. 5 El Señor dice:
«¡Se oyen gritos de terror, de miedo e intranquilidad! 6 Pregunten, a ver si es posible que un hombre dé a luz. ¿Por qué, pues, veo retorcerse a los hombres como si tuvieran dolores de parto? ¿Por qué se han puesto pálidos todos ellos? 7 ¡Se acerca un día terrible, un día como ningún otro! Será un tiempo de angustia para el pueblo de Jacob, pero yo los salvaré. 8
Yo, el Señor todopoderoso, afirmo:
Libraré a mi pueblo del yugo de la esclavitud, y no volverá a ser esclavo de extranjeros. 9
Y me servirá a mí, su Señor y Dios, y a David, a quien yo le pondré por rey.
Exclamación de Jeremías 18
Pero ¿quién asistió al concilio secreto del Señor?, ¿quién ha visto o escuchado su palabra?, ¿quién le ha prestado atención? 19 La ira del Señor es como una tormenta, como un viento huracanado que se agita sobre los malvados. 20 La ira del Señor no cesará hasta que él haya realizado sus propósitos. Vendrá el tiempo en que ustedes pensarán y entenderán estas cosas. Mensaje del Señor contra los falsos profetas 21
«Yo no envié a esos profetas, y ni siquiera les hablé, pero ellos salieron corriendo a hablar en mi nombre. 22 Si hubieran conocido mis secretos, habrían anunciado mi palabra a mi pueblo; lo habrían hecho apartarse de su mal camino y dejar sus malas acciones.» 23
El Señor salvará a su pueblo 10
»Yo, el Señor, afirmo:
El Señor afirma:
«Lejos o cerca, yo soy Dios. ¿Quién podrá esconderse de mi vista? Con mi presencia lleno el cielo y la tierra. Yo, el Señor, lo afirmo. 24
No temas, pueblo de Jacob, siervo mío; no tengas miedo, Israel,
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Jr.23.1-8. Esperanzas para el futuro El Señor afirma: «¡Ay de los pastores que dejan que mis ovejas se pierdan y dispersen!» 2
El Señor, el Dios de Israel, dice a los pastores que gobiernan a su pueblo: «Ustedes han dispersado mis ovejas, las han hecho huir y no las han cuidado. Pues bien, yo tendré buen cuidado de castigar sus malas acciones. Yo, el Señor, lo afirmo. 3Y yo mismo traeré el resto de mis ovejas de los países adonde las hice 4 huir, las reuniré y las haré volver a sus pastos, para que tengan muchas crías. Les pondré pastores que las cuiden, para que no tengan nada que temer ni falte ninguna de ellas. Yo, el Señor, lo afirmo.» 5
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Cuando Israel buscaba un lugar de descanso, 3 yo me aparecí a él de lejos. Yo te he amado con amor eterno; por eso te sigo tratando con bondad. 4 Te reconstruiré, Israel. De nuevo vendrás con panderetas a bailar alegremente. 5 Volverás a plantar viñedos en las colinas de Samaria, y los que planten viñas gozarán de sus frutos. 6 Porque vendrá un día en que los centinelas gritarán en las colinas de Efraín: “Vengan ustedes, vamos a Sión, al Señor nuestro Dios.”»
El Señor afirma: 7
«Vendrá un día en que haré que David tenga un descendiente legítimo, un rey que reine con sabiduría y que actúe con justicia y rectitud en el país. 6 Durante su reinado, Judá estará a salvo, y también Israel vivirá seguro. Éste es el nombre con que lo llamarán: “El Señor es nuestra victoria.”» 7
El Señor afirma: «Vendrán días en que ya no jurarán diciendo: “Por la vida 8 del Señor, que sacó a los israelitas de Egipto”, sino que jurarán diciendo: “Por la vida del Señor, que sacó a los descendientes de Israel, del país del norte y de todos los demás países por donde los había dispersado.” Y vivirán en su propia tierra.»
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Jr.31.1-14. Regreso de los israelitas a su patria El Señor afirma: «En ese tiempo yo seré el Dios de todas las tribus de Israel, y ellas serán mi pueblo.» 2
El Señor dice: «Canten de gozo y alegría por el pueblo de Jacob, la principal entre todas las naciones. Hagan oír sus alabanzas y digan: “El Señor salvó a su pueblo, lo que quedaba de Israel.” 8 Voy a hacerlos volver del país del norte, y a reunirlos del último rincón del mundo. Con ellos vendrán los ciegos y los cojos, las mujeres embarazadas y las que ya dieron a luz; ¡volverá una enorme multitud! 9 Vendrán orando y llorando. Yo los llevaré a corrientes de agua, por un camino llano, donde no tropiecen. Pues soy el padre de Israel, y Efraín es mi hijo mayor. »Naciones, escuchen la palabra del Señor y anuncien en las costas lejanas: “El Señor dispersó a Israel, pero lo reunirá y lo cuidará como cuida el pastor a sus ovejas.” 11 Porque el Señor rescató al pueblo de Jacob, lo libró de una nación más poderosa.
El Señor dice: 12
«En el desierto me mostré bondadoso con el pueblo que escapó de la muerte.
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»Vendrán y cantarán de alegría en lo alto de Sión, se deleitarán con los beneficios del Señor: el trigo, el vino y el aceite,
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las ovejas y las reses. Serán como una huerta bien regada, y no volverán a perder las fuerzas. 13 Las muchachas bailarán alegremente, lo mismo que los jóvenes y los viejos. Yo les daré consuelo: convertiré su llanto en alegría, y les daré una alegría mayor que su dolor. 14 Haré que los sacerdotes coman los mejores alimentos y que mi pueblo disfrute en abundancia de mis bienes. Yo, el Señor, lo afirmo.» Abd.15-18. 15
Lo mismo que hiciste con otros, se hará contigo: ¡recibirás tu merecido!
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Ez.36.1-38. Futura prosperidad de Israel »Y tú, hombre, habla en nombre mío a las montañas de Israel, y diles que 2 escuchen mi palabra. Yo, el Señor, digo: Los enemigos de Israel se creen dueños ya de las montañas eternas. 3 Pues bien, habla en mi nombre y diles: “Esto dice el Señor: De todas partes las atacan a ustedes y las destruyen; todos los pueblos extranjeros se han apoderado de ustedes, y la gente las trata con 4 burla y desprecio. Por lo tanto, montañas de Israel, escuchen el mensaje del Señor a las montañas, colinas, ríos y valles; a las ruinas despobladas y a las ciudades desiertas de Israel, que han sido saqueadas por los pueblos vecinos y que han sido objeto de burla por parte de ellos. 5 Esto dice el Señor: Mis palabras van encendidas de enojo contra los otros pueblos, y en especial contra todo Edom, porque con gran alegría se apoderaron de mi tierra y con profundo desprecio saquearon sus campos.” 6
La exaltación de Israel »Ya está cerca el día del Señor para todas las naciones. 16 Como fue de amarga la copa que ustedes bebieron en mi santo monte, así de amarga será la copa que las demás naciones beberán sorbo a sorbo; y desaparecerán por completo. 17 Pero el monte Sión será un lugar santo adonde algunos lograrán escapar. Los descendientes de Jacob recobrarán sus tierras; 18 los descendientes de Jacob y de José serán fuego y serán llama, y los de Esaú serán estopa que aquel fuego devorará completamente. ¡Ninguno de los de Esaú se salvará! Yo, el Señor, lo he dicho.» Rom.11.28,29.
»Habla en mi nombre acerca de la tierra de Israel, y di: “Esto dice el Señor a las montañas, colinas, ríos y valles: Yo tengo palabras de ira y furor, por los insultos que han sufrido ustedes de parte de las naciones extranjeras. 7 Por lo tanto yo, el Señor, juro que los pueblos vecinos de ustedes se verán cubiertos de 8 vergüenza. Ustedes, en cambio, montañas de Israel, estarán cubiertas de árboles grandes y con mucho fruto para mi pueblo Israel, que ya está a punto de 9 10 regresar. Yo las voy a proteger, y haré que sean cultivadas y sembradas. Haré que aumente mucho el pueblo de Israel que vive allí. Las ciudades se llenarán 11 de habitantes, y las ruinas serán reconstruidas. Haré que aumenten en ustedes los hombres y los animales, y que se hagan muy numerosos. Habrá tantos habitantes como antes, y ustedes estarán mejor que en el pasado. Entonces 12 reconocerán que yo soy el Señor. Haré que mi pueblo camine sobre ustedes, montañas de Israel, y que tomen ellos posesión de ustedes como dueños, y ustedes no volverán a dejarlos sin hijos. 13
»”Yo, el Señor, digo: A ustedes, montañas, las acusan de comerse a la gente y de dejar sin hijos a su pueblo. 14 Pues bien, ustedes no volverán a comerse a la 15 gente ni a dejar sin hijos a su pueblo. Yo, el Señor, lo afirmo. No permitiré que oigan de nuevo los insultos de las naciones extranjeras; no recibirán más ofensas de esos pueblos, porque ustedes no volverán a dejar sin hijos a su pueblo. Yo, el Señor, lo afirmo.”» 16
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En cuanto al evangelio, los judíos son tenidos por enemigos de Dios a fin de darles oportunidad a ustedes; pero Dios todavía los ama a ellos, porque escogió a sus antepasados.
El Señor se dirigió a mí, y me dijo: «Cuando los israelitas vivían en su tierra, la profanaron con sus malas acciones. Su manera de vivir era para mí algo 18 sucio y repugnante. Entonces descargué mi ira sobre ellos por los asesinatos que cometieron en el país y por la manera en que lo profanaron adorando a los ídolos, 19y en castigo de sus malas acciones los dispersé entre los demás países y
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naciones. Pero en todos los pueblos a donde ellos llegaban, ofendían mi santo nombre, pues la gente decía: “Éstos son el pueblo del Señor, pero tuvieron que 21 salir de su país.” Entonces me dolió ver que, por culpa de Israel, mi santo nombre era profanado en cada nación adonde ellos llegaban. 22
»Por eso, dile al pueblo de Israel: “Esto dice el Señor: Lo que voy a realizar no es por causa de ustedes, israelitas, sino por mi santo nombre, que ustedes 23 han ofendido entre las naciones a donde han ido. Yo voy a mostrar ante las naciones la santidad de mi gran nombre, que ustedes han ofendido entre ellas; cuando yo lo haga, ellas reconocerán que yo soy el Señor. Yo, el Señor, lo afirmo. 24 Yo los sacaré a ustedes de todas esas naciones y países; los reuniré y 25 los haré volver a su tierra. Los lavaré con agua pura, los limpiaré de todas sus impurezas, los purificaré del contacto con sus ídolos; 26 pondré en ustedes un corazón nuevo y un espíritu nuevo. Quitaré de ustedes ese corazón duro como 27 la piedra y les pondré un corazón dócil. Pondré en ustedes mi espíritu, y haré 28 que cumplan mis leyes y decretos; vivirán en el país que di a sus padres, y 29 serán mi pueblo y yo seré su Dios. Los libraré de todo lo que les manche. Haré que el trigo abunde, y no volveré a enviarles hambre. 30 Haré también que los árboles y los campos den más fruto, para que ustedes no vuelvan a pasar vergüenza delante de las otras naciones por causa del hambre.31 Y cuando se acuerden de su mala conducta y de sus malas acciones, sentirán vergüenza de 32 ustedes mismos por sus pecados y malas acciones. Yo, el Señor, lo afirmo: Sepan, israelitas, que no hago esto porque ustedes lo merezcan; sientan vergüenza y confusión por su conducta. 33
»”Yo, el Señor, digo: Cuando yo los purifique de todos sus pecados, haré que vivan en sus ciudades y que reconstruyan las ruinas. 34 La tierra que había quedado desierta, en vez de quedar desierta será cultivada a la vista de todos 35 los que pasan. Y se dirá: Esta tierra, que había quedado desierta, ahora se parece al jardín de Edén; las ciudades que habían sido destruidas, arrasadas y 36 dejadas en ruinas, ahora son unas fortalezas y están habitadas. Entonces los pueblos vecinos que queden con vida reconocerán que yo, el Señor, reconstruyo lo destruido y vuelvo a sembrar lo arrasado. Yo, el Señor, lo he dicho, y lo realizaré. 37
»”Yo, el Señor, digo: Aún haré algo más. Concederé al pueblo de Israel lo que me pida que haga por ellos; multiplicaré su gente como un rebaño. 38 Las ciudades en ruinas se llenarán de tanta gente, que se parecerán a las ovejas que en las fiestas se llevan a Jerusalén para ofrecerlas en sacrificio. Entonces reconocerán que yo soy el Señor.”»
LA BATALLA DE GOG Esta terrible batalla de invasión en contra de Israel hasta el momento en la historia no ha ocurrido, ha habido intentos para provocarla; personalmente creo que esta batalla está para suceder muy pronto ya que la antipatía de varias naciones aflora cada día más y más contra la nación israelita. Esta batalla fue profetizada por el profeta jeremías en el año 627 a. de J.C., y también fue pronosticada por el profeta Ezequiel y algunas otras referencias dispersadas en la Biblia. El profeta Ezequiel empezó su ministerio cuando estaba en el exilio en Babilonia, esto fue por los años 593-592 a. de C. cuando tuvo una visión de un gran simbolismo profético. Jr.1.1-19. Dichos y hechos de Jeremías, hijo de Hilquías. Jeremías pertenecía a una familia de sacerdotes que vivían en el pueblo de Anatot, en la región de la tribu de Benjamín. 2El Señor le habló a Jeremías cuando Josías, hijo de Amón, estaba
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en el año trece de su reinado en Judá. También le habló durante el tiempo en que Joaquim, hijo de Josías, era rey de Judá, y hasta que Sedequías, también hijo de Josías, cumplió once años como rey de Judá; es decir, hasta el quinto mes de aquel año, cuando los habitantes de Jerusalén fueron llevados al destierro. El Señor llama a Jeremías 4
El Señor se dirigió a mí, y me dijo:
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«Antes de darte la vida, ya te había yo escogido; antes de que nacieras, ya te había yo apartado; te había destinado a ser profeta de las naciones.» 6
Yo contesté:
«¡Ay, Señor! ¡Yo soy muy joven y no sé hablar!» 7
Pero el Señor me dijo:
«No digas que eres muy joven. Tú irás a donde yo te mande, y dirás lo que yo te ordene. 8 No tengas miedo de nadie, pues yo estaré contigo para protegerte. Yo, el Señor, doy mi palabra.» 9 Entonces el Señor extendió la mano, me tocó los labios y me dijo: 10
«Yo pongo mis palabras en tus labios. Hoy te doy plena autoridad sobre reinos y naciones, para arrancar y derribar, para destruir y demoler, y también para construir y plantar.» 11
El Señor se dirigió a mí, y me dijo:
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El Señor se dirigió a mí por segunda vez: «¿Qué es lo que ves?» —me preguntó. «Veo una olla hirviendo, a punto de derramarse desde el norte» —contesté. 14 Entonces el Señor me dijo: «Desde el norte va a derramarse la calamidad sobre todos los habitantes de este país. 15 Yo, el Señor, les aseguro que voy a llamar a todos los reinos del norte. Vendrán sus reyes y pondrán sus tronos a la entrada misma de Jerusalén, frente a todas las murallas que la rodean y frente a todas las ciudades de Judá. 16 Éste es el castigo que voy a decretar contra esos pecadores que me abandonaron, que quemaron incienso y adoraron a dioses extranjeros que ellos mismos hicieron. 17 Y tú, ármate de valor; ve y diles todo lo que yo te mande. No les tengas miedo, porque de otra manera yo te haré temblar delante de ellos. 18 Yo te pongo hoy como ciudad fortificada, como columna de hierro, como muralla de bronce, para que te enfrentes a todo el país de Judá: a sus reyes, jefes y sacerdotes, y al pueblo en general. 19 Ellos te harán la guerra, pero no te vencerán porque yo estaré contigo para protegerte. Yo, el Señor, doy mi palabra.» Jr.4.5-31. La invasión amenaza a Judá 5
»Anuncien esto en Jerusalén y en Judá, proclámenlo a son de trompeta por todo el país, grítenlo bien fuerte:
«Jeremías, ¿qué es lo que ves?» «Veo una rama de almendro» —contesté. 12 «Tienes razón —me dijo el Señor. En efecto, voy a estar atento a que mis palabras se cumplan.»
“¡Vamos! ¡A reunirse! ¡A las ciudades fortificadas!” 6 Levanten la bandera apuntando a Sión;
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¡busquen refugio, no se detengan! Porque voy a traer del norte gran calamidad y destrucción. 7 El león ya ha salido de su guarida, el que destruye las naciones está en marcha; ha salido de su patria para destruir tu país, para dejar desiertas y en ruinas tus ciudades. 8 Por eso, vístanse con ropas ásperas, lloren y giman de dolor, pues la ardiente ira del Señor no se ha apartado de nosotros.» 9
El Señor afirma: «Cuando llegue ese día, el rey y los jefes temblarán de miedo, los sacerdotes sentirán terror y los profetas quedarán espantados.»
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llegan malas noticias: 16
«Adviertan a las naciones y a Jerusalén que de un país lejano vienen enemigos lanzando gritos de guerra contra las ciudades de Judá. 17 Rodearán a Judá, como los que cuidan los campos, porque se rebeló contra el Señor. Yo, el Señor, lo afirmo. 18
»Tu conducta y tus acciones son la causa de lo que te ha sucedido; tu maldad te ha dado este amargo fruto y te hiere el corazón.» Dolor de Jeremías por su pueblo 19
Yo dije: «¡Ay, Señor, cómo has engañado a la gente de Jerusalén! Les prometiste paz, y lo que tienen es un cuchillo en el cuello.»
¡Me retuerzo de dolor! ¡El corazón me palpita con violencia! ¡Estoy inquieto, no puedo callarme! He escuchado un toque de trompeta, un griterío de guerra.
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Cuando llegue ese momento, se dirá al pueblo de Jerusalén: «Un viento caliente del desierto sopla en dirección de mi pueblo. No es la brisa que sirve para limpiar de paja el trigo; 12 el viento que yo haré venir será demasiado fuerte para eso, pues ahora voy a dictar sentencia contra ellos.» Los enemigos rodean a Israel 13
Miren, el enemigo avanza como una nube, sus carros de guerra parecen un huracán, sus caballos son más ligeros que las águilas. ¡Ay de nosotros, estamos perdidos! 14 Jerusalén, limpia del mal tu corazón y así te salvarás. ¿Hasta cuándo darás vueltas en tu cabeza a pensamientos perversos? 15 Desde Dan y las colinas de Efraín
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Llegan noticias de continuos desastres; todo el país está en ruinas. De repente han sido destruidos mis campamentos, han quedado deshechas mis tiendas de campaña. 21 ¿Cuánto tiempo aún veré en lo alto la bandera y escucharé el toque de la trompeta? 22 «Mi pueblo es estúpido, no me conoce —dice el Señor. Son hijos sin juicio, que no reflexionan. Les sobra talento para hacer el mal, pero no saben hacer el bien.» Jeremías ve la destrucción futura 23
Miré a la tierra, y era un desierto sin forma; miré al cielo, y no había luz. 24 Miré a los montes, y estaban temblando; todas las colinas se estremecían. 25 Miré y ya no había ningún hombre, y todas las aves se habían escapado. 26 Miré y vi los jardines convertidos en desierto,
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y todas las ciudades estaban en ruinas. La ira terrible del Señor había causado todo esto. 27
El Señor dice:
«Toda la tierra será arrasada, pero no la destruiré totalmente. 28 La tierra se llenará de tristeza y el cielo se pondrá de luto. He hablado, y no me arrepentiré; lo he resuelto, y no me volveré atrás. 29 Ante los gritos de los jinetes y de los arqueros, toda la gente sale corriendo; se esconden en los matorrales o trepan a los peñascos. Todas las ciudades quedan abandonadas; ya no hay nadie que viva en ellas. 30 Y tú, ciudad en ruinas, ¿para qué te vistes de púrpura?, ¿para qué te cubres con joyas de oro?, ¿para qué te pintas de negro los ojos? De nada sirve que te embellezcas, pues tus amantes te han rechazado y lo que buscan es tu muerte. 31 Oigo gritos de dolor, como de una mujer que da a luz a su primer hijo; son los gritos de Sión, que gime, extiende los brazos y dice: “¡Ay de mí! ¡Me van a matar los asesinos!”»
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sus gritos son como el estruendo del mar, y van montados a caballo. Están listos para la batalla contra Sión.» 24 En Jerusalén la gente dice: «Hemos oído la noticia, y el miedo nos ha dejado sin fuerzas; sentimos angustia y dolor, como una mujer de parto. 25 ¡No salgan al campo, no vayan por los caminos! ¡El enemigo está armado; hay terror por todas partes!» 26
¡Hija de mi pueblo, ponte ropas ásperas en señal de dolor; revuélcate en la ceniza, ponte de luto y llora amargamente, como cuando se muere un hijo único; porque el que nos va a destruir vendrá muy pronto contra nosotros! 27
El Señor me dijo: «Te encargo que pongas a prueba a mi pueblo. Examínalo, para ver cuál es su conducta.» 28
Todos ellos, Señor, son muy rebeldes; son gente chismosa y pervertida; no son más que bronce y hierro. Ez.24.1-14. Imagen de la olla
Jr.6.22-28.
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El día diez del mes décimo del año noveno, el Señor se dirigió a mí, y me dijo: «Anota esta fecha, la fecha de hoy, porque hoy el rey de Babilonia ha atacado Jerusalén. 3 Y recítale a este pueblo rebelde un poema que le sirva de ejemplo. Dile de mi parte:
Invasión desde el norte 22
El Señor dice:
«Desde lejanas tierras del norte se prepara a venir una nación poderosa. 23 Están armados de arcos y espadas; son crueles, no tienen compasión;
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»“Pon una olla al fuego y échale agua; 4 pon en ella pedazos de carne, buenos pedazos de pierna y de lomo, y también lo mejor de los huesos.
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Toma luego una de las mejores ovejas, y amontona leña debajo para que hierva bien, hasta que queden cocidos los huesos. 6 »”Porque el Señor dice: ¡Ay de la ciudad asesina! Es como una olla enmohecida, a la que el moho no se le quita. Saca tú, uno a uno, los pedazos de carne, hasta dejar la olla vacía. 7 La ciudad está llena de la sangre derramada; y derramada, no sobre la tierra para que el polvo la cubriera, sino sobre la roca desnuda. 8 Pues yo voy a dejar la sangre allí, sobre la roca desnuda, de manera que no se pueda cubrir, para que mi ira se encienda y se haga justicia. 9
»”Porque el Señor dice: ¡Ay de la ciudad asesina! Yo mismo voy a hacer una hoguera. 10 Y tú trae mucha leña, enciende el fuego y cuece bien la carne, hasta que se acabe el caldo y se quemen los huesos; 11 pon luego la olla vacía sobre el fuego, hasta que el cobre se ponga al rojo vivo y quede limpio de sus impurezas; ¡hasta que el moho desaparezca! 12 Sin embargo, tan enmohecido está que no se limpia ni con fuego.
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Ez.38.1-17 Gog, instrumento de Dios 2
El Señor se dirigió a mí, y me dijo: «Tú, hombre, vuélvete ahora hacia el país de Magog, y habla en mi nombre contra Gog, jefe supremo de Mésec y Tubal. 3 Dile: “Esto dice el Señor: Gog, jefe supremo de Mésec y Tubal, yo me declaro tu enemigo. 4 Te voy a hacer volver, te voy a poner ganchos en la boca, te voy a sacar a ti y a toda tu caballería, con sus jinetes de elegantes uniformes, ese 5 enorme ejército armado de espadas y escudos de diversas clases. Irán acompañados de gente de Persia, Etiopía y Libia, todos ellos con escudos y 6 cascos, y también de todos los soldados de Gómer y de Bet-togarmá, de lo más 7 lejano del norte, los numerosos pueblos aliados tuyos. Prepárate y ármate, tú y todos los ejércitos que están contigo; tómalos bajo tu mando. 8 Al cabo de muchos años vas a recibir la orden de invadir un país que estuvo en guerra, pero que ya se habrá restablecido; un pueblo que estuvo disperso entre muchas naciones y que había sido arrasado para siempre, pero que ya se habrá vuelto a reunir en los montes de Israel. Para entonces, ellos habrán regresado ya de muchos países, y estarán todos viviendo tranquilos.9 Llegarás tú, como un nubarrón, para cubrir el país, y lo invadirás como una tormenta con todos tus ejércitos y pueblos numerosos. 10
»”Yo, el Señor, digo: En ese tiempo se te ocurrirán planes malvados. 11 Vas a decir: Voy a invadir un país indefenso, de gente que vive tranquila y confiada, toda en ciudades sin murallas, sin puertas ni trancas. 12 Lo voy a saquear y robar; voy a atacar ciudades ya reconstruidas de un pueblo que se ha reunido de varias naciones, que tiene ganado y otras propiedades y que vive en el centro del mundo. 13 La gente de Sabá y Dedán, y los comerciantes de Tarsis y demás ciudades, te preguntarán: ¿Viniste a robar? ¿Reuniste tus ejércitos para saquear y apoderarte de la plata y del oro, del ganado y otras propiedades, y llevarte una enorme riqueza?” 14
»”Jerusalén, yo he querido limpiarte de la impureza de tu libertinaje, pero no 14 has quedado limpia. Sólo quedarás limpia cuando descargue mi ira sobre ti. Yo, el Señor, lo he dicho, y así será. Yo mismo voy a hacerlo, y no dejaré de cumplirlo; no tendré compasión ni me arrepentiré. Te castigaré por tu conducta y tus acciones. Yo, el Señor, lo afirmo.”»
»Pues, bien, habla en mi nombre a Gog, y dile: “Esto dice el Señor: Cuando mi pueblo Israel viva tranquilo, tú te pondrás en marcha 15 desde tu tierra, en lo más lejano del norte, acompañado de ejércitos fuertes y numerosos, y tropas de 16 caballería, y atacarás a mi pueblo Israel. Tú, Gog, cubrirás la tierra como un nubarrón. En esos últimos días te haré venir contra mi tierra, para que por medio de ti las demás naciones me reconozcan cuando yo demuestre mi santidad delante de ellos.
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»”Yo, el Señor, digo: Era a ti a quien yo me refería en tiempos pasados, cuando hablaba por medio de mis siervos los profetas de Israel; ellos anunciaron en aquel tiempo que yo te haría venir para que atacaras a Israel.” Ez.1.1-4.
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Toda ciudad habitada será destruida; el país quedará convertido en desierto. Entonces reconocerán ustedes que yo soy el Señor.”» 21
El Señor se dirigió a mí, y me dijo:
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«¿Qué quieren decir los israelitas con eso de “Pasan los días, y las visiones del profeta no se cumplen”?
Visión del trono de Dios
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Pues diles: “Esto dice el Señor: Yo voy a hacer que no se repitan más esas palabras en Israel.” Y diles también que ya está cerca el día en que se cumplirá todo lo anunciado en las visiones.
Yo, el sacerdote Ezequiel, hijo de Buzí, estaba un día a orillas del río Quebar, en Babilonia, entre los que habían sido llevados al destierro. En esto se abrió el cielo, y vi a Dios en una visión. Era el día cinco del mes cuarto del año treinta, cinco años después que el rey Joaquín había sido llevado al destierro. El Señor puso su mano sobre mí.
No volverá a haber entre los israelitas visiones falsas ni profecías que sean mentira,
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Entonces vi que del norte venía un viento huracanado; de una gran nube salía un fuego como de relámpagos, y en su derredor había un fuerte resplandor. En medio del fuego brillaba algo semejante al metal bruñido,
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porque yo, el Señor, voy a hablar, y lo que diga se cumplirá sin tardanza. Ustedes mismos lo verán, pueblo rebelde; yo hablaré y haré que se cumpla lo que diga. Yo, el Señor, doy mi palabra.» 26
NOTA:
El Señor se dirigió a mí, y me dijo:
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La profecía que fue predicha con relación al cautiverio en Babilonia, en el libro del profeta Ezequiel, se volverá a repetir por una dispersión, una escala inferior, en el tiempo de la invasión de Gog contra la nación de Israel.
«Los israelitas andan diciendo que tus visiones proféticas son de cumplimiento a largo plazo. 28
Por lo tanto, diles: “Esto dice el Señor: Mis palabras no tardarán en cumplirse; lo que he dicho se cumplirá. Yo, el Señor, doy mi palabra.”»
Esto también lo vamos a ver más adelante. Ez.12.17-28. Nuevo anuncio de castigo 17
El Señor se dirigió a mí una vez más, y me dijo:
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«Tú, hombre, tiembla de miedo al comer, y muéstrate angustiado al beber.
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Y diles a los habitantes del país y de Jerusalén, y a todos los israelitas: “Esto dice el Señor: Comerán su comida llenos de angustia, y tomarán sus bebidas llenos de miedo; el país quedará destruido y vacío, por causa de la violencia de sus habitantes.
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naciones: Mesec, Tubal, Persia, Cus, Fut, Gomar, Togarma y otros pueblos que posiblemente, por tener resentimientos históricos del pasado contra los judíos, se unirán a esta terrible irrupción contra el pueblo de Israel. Ez. 38:4-9. 4
ANALIZANDO LA PROFECÍA DE EZEQUIEL 38 y 39. Primeramente y para mayor claridad vamos a estudiar esta profecía en una forma detallada y franca: En Ez.38.1-3. Aquí, Dios a través del profeta se refiere a un país llamado “Magog”, vocablo que significa tierra o reino de las tinieblas (naciones que viven en completo obscurantismo con relación a los fundamentos bíblicos); de esa región ha de salir un personaje que hasta el momento es enigmático, pero que en su tiempo de manifestarse ante el mundo él será un príncipe con soberanía absoluta de ese conjunto de naciones designadas como Mesec y Tubal.
Te voy a hacer volver, te voy a poner ganchos en la boca, te voy a sacar a ti y a toda tu caballería, con sus jinetes de elegantes uniformes, ese enorme ejército armado de espadas y escudos de diversas clases. 5 Irán acompañados de gente 6 de Persia, Etiopía y Libia, todos ellos con escudos y cascos, y también de todos los soldados de Gómer y de Bet-togarmá, de lo más lejano del norte, los numerosos pueblos aliados tuyos.7 Prepárate y ármate, tú y todos los ejércitos 8 que están contigo; tómalos bajo tu mando. Al cabo de muchos años vas a recibir la orden de invadir un país que estuvo en guerra, pero que ya se habrá restablecido; un pueblo que estuvo disperso entre muchas naciones y que había sido arrasado para siempre, pero que ya se habrá vuelto a reunir en los montes de Israel. Para entonces, ellos habrán regresado ya de muchos países, y estarán todos viviendo tranquilos.9 Llegarás tú, como un nubarrón, para cubrir el país, y lo invadirás como una tormenta con todos tus ejércitos y pueblos numerosos.
Ez.38:1-3. Gog, instrumento de Dios El Señor se dirigió a mí, y me dijo: 2 «Tú, hombre, vuélvete ahora hacia el país 3 de Magog, y habla en mi nombre contra Gog, jefe supremo de Mésec y Tubal.
En los versículos 4-9 Dios reta a este personaje denominado Gog, él será un enemigo acérrimo del pueblo israelita y de Dios; él será el comandante en jefe que organizará en una gran invasión a las 7
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alborotan y se rebelan contra ti. Han hecho planes astutos en contra de tu pueblo, ¡en contra de tus protegidos! 4 (5) Han pensado venir a destruirnos para que dejemos de existir como nación, para que no vuelva a recordarse el nombre de Israel. 5 (6) Han hecho un pacto en contra tuya, han conspirado como un solo hombre: 6 (7) los campamentos de Edom y de Ismael, los descendientes de Agar y de Moab, 7 (8) Guebal, Amón y Amalec, los filisteos, los que viven en Tiro, 8 (9) y hasta los asirios se han unido a ellos, y son el brazo fuerte de los hijos de Lot. 3 (4)
OBJETIVO DE LA INVASIÓN Gog, con todas sus naciones fantoches y manipuladas por él, tendrá como firme propósito raer a Israel de sobre la faz de la tierra y de adueñarse de sus tierras, posesiones y bienes en ganado, y con ellos a la vez conseguir borrar de sobre toda la tierra el nombre de Dios de Cristo y de la nación israelita y, hacer de estos sólo un mito. Ez.38:10-12. 10
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»”Yo, el Señor, digo: En ese tiempo se te ocurrirán planes malvados. Vas a decir: Voy a invadir un país indefenso, de gente que vive tranquila y confiada, toda en ciudades sin murallas, sin puertas ni trancas. 12 Lo voy a saquear y robar; voy a atacar ciudades ya reconstruidas de un pueblo que se ha reunido de varias naciones, que tiene ganado y otras propiedades y que vive en el centro del mundo. Sal.83:1-8. Oración pidiendo la intervención de Dios (1)
Cántico y salmo de Asaf. Oh Dios, ¡no te quedes en silencio!, ¡no te quedes inmóvil y callado! 2 (3) Mira a tus enemigos, a los que te odian: (2)
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Cus, en hebreo Cush, según varios historiadores es Etiopía, estado que se encuentra ubicado al oriente de África, con una superficie de 1.237 Kilómetros2. Y sus vecinos son: Por el norte con el mar Rojo; por el Sur con Kenia; por el este con Somalia; por el Oeste con Sudán. Ellos también acompañarán a Gog. Núm. 12.1. María y Aarón critican a Moisés María y Aarón empezaron a hablar mal de Moisés, porque éste se había casado con una mujer etíope. Is.18.1-7. Profecía contra Etiopía
TRASFONDO HISTÓRICO DE ESTAS NACIONES Hagamos un análisis breve de estos 7 nombres y de su trasfondo etnológico: Persia, en hebreo Parás. Este fue un imperio fundado por Ciro cuando derrotó a Media y a Babilonia, y tuvo bajo su dominio a Asia desde el año 539 hasta el año 331 a. de C.; época cuando el imperio griego y bajo el mando de Alejandro Magno lo derrotó.
¡Ay del país donde resuena un zumbido de insectos, del país situado más allá de los ríos de Etiopía, 2 que envía sus embajadores por el Nilo, viajando por el agua en barcas de junco! Vayan, veloces mensajeros, a un pueblo de alta estatura y piel brillante, a una nación temida en todas partes, pueblo fuerte y altanero que vive en una tierra bañada por ríos. 3 Todos ustedes, habitantes del mundo, verán cuando se alce la señal en la montaña, y oirán cuando suene la trompeta. 4
Actualmente Persia es Irán y se encuentra ubicado en la meseta irania; esta república limita al norte con la U.R.S.S. y el mar caspio; al sur con el golfo pérsico; al este con Afganistán y Paquistán; al oeste con Irack y Turquía. Su superficie es de 1.648.000 kilómetros. 2; y según el versículo 5 de Ezequiel, 38 naciones acompañará de Gog en la incursión contra el pueblo de Israel. 333
El Señor me dijo:
«Desde mi lugar miro tranquilo, como la luz en un día de verano, como una nube de rocío en tiempo ardiente de cosecha. 5 Cuando pase la floración en los viñedos, y la flor se vuelva uva madura, pero antes del tiempo de la cosecha, podarán las ramas con cuchillos, las cortarán y las retirarán.
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Todo quedará abandonado en las montañas a las aves de rapiña y a los animales salvajes. Las aves pasarán allí el verano, y todos los animales salvajes se quedarán allí en el invierno.» 7 En ese tiempo traerán al Señor todopoderoso ofrendas de parte del pueblo de alta estatura y piel brillante, nación temida en todas partes, pueblo fuerte y altanero, que vive en una tierra bañada por ríos. Las traerán al monte Sión, donde se invoca el nombre del Señor todopoderoso. Jr.46.9,10. 9
»¡Que avance la caballería! ¡Adelante los carros! ¡Que se pongan en marcha los guerreros: los soldados de Etiopía y de Libia, armados de escudos; los soldados de Lidia, que manejan bien el arco! 10 Éste es el día del Señor todopoderoso, el día en que va a vengarse de sus enemigos. La espada herirá hasta saciarse, hasta emborracharse de sangre. Pues el Señor todopoderoso hará una matanza en el país del norte, junto al Éufrates.
La Biblia relata que Cus fue hijo de Cam y padre de Nimrod, también indica que en la antigüedad llevó este nombre una región que era rodeada y bañada en el Edén por el río Guihón. Gn.10.6-9. 6
Los hijos de Cam fueron Cus, Misraim, Fut y Canaán. 7 Los hijos de Cus fueron Sebá, Havilá, Sabtá, Raamá y Sabtecá. Los hijos de Raamá fueron Sebá y Dedán. 8 Cus fue el padre de Nimrod, el primer hombre poderoso de la tierra.9 Nimrod, por la voluntad del Señor, fue un gran cazador. De ahí viene el dicho: «Igual a Nimrod, que por la voluntad del Señor fue un gran cazador.»
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Gn.2.10-13. 10
11
En Edén nacía un río que regaba el jardín, y que de allí se dividía en cuatro. El primero se llamaba Pisón, que es el que da vuelta por toda la región de Havilá, donde hay oro. 12 El oro de esa región es fino, y también hay resina fina y piedra de ónice. 13 El segundo río se llamaba Guihón, y es el que da vuelta por toda la región de Cus.
FUT, en hebreo Put. En la Biblia se encuentra que este fue el tercer hijo de Cam, y algunos creen que los pueblos que habitan en la costa al sur del mar rojo son descendientes de Fut; también se ha dicho que ciertos investigadores de la palabra de Dios, en una versión antigua, que este nombre se refiere al actual estado de Libia, que se encuentra al norte de África entre el Mediterráneo, Túnez, Argelia, Níger, Chad, Sudán y Egipto; su capital es Trípoli; en el pasado los de Fut y los persas fueron soldados mercenarios al servicio de Tiro. Gn. 10.6. 6
Los hijos de Cam fueron Cus, Misraim, Fut y Canaán.
Ez.27.8-10. 8
Tus remeros eran hombres de Sidón y de Arvad, tus pilotos eran expertos hombres tuyos. 9 Hombres veteranos de Guebal reparaban tus daños hábilmente. Marineros de todas las naves del mar comerciaban con tus mercancías. 10 Hombres de Persia, Lidia y Libia servían de guerreros en tu ejército; te adornaban con sus escudos y sus cascos, y te daban esplendor.
Gomer, en la Biblia este aparece como hijo de Jafet y nieto de Noé, los historiadores dicen que de él salieron los pueblos cimerios que habitaron en la región del Cáucaso; que es una región montañosa de la URSS, que se extiende entre el mar Negro y el mar Caspio en la dirección norte de 336
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Israel; la historia relata que los cimerios en el Sur, año VII a. de C. invadieron a Lidia (antigua región del Asia Menor, a orillas del Egeo). Togarma. Su semántica es, áspera o abrupta, y en Génesis este aparece como nieto de Jafet e hijo de Gomer y bisnieto de Noé, estos descendientes de Jafet vivieron y poblaron las castas; a Togarma algunos la identificaron con Armenia, una región montañosa de Asia occidental que está dividida entre Irán, la URSS y Turkía.
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1 de Cr.1.17. 17
Hijos de Sem: Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram. Los hijos de Aram fueron Us, Hul, Guéter y Mas. 18
Arfaxad fue el padre de Sélah, y Sélah fue el padre de Éber.
19
Éber tuvo dos hijos: el primero se llamaba Péleg, porque en su tiempo la gente de la tierra se dividió. El hermano de Péleg se llamaba Joctán. 20
Joctán fue el padre de Almodad, Sélef, Hasar-mávet, Jérah,
21
Hadoram, Uzal, Diclá,
Gn. 10.3,5. 22
3
4
Los hijos de Gómer fueron Asquenaz, Rifat y Togarmá. Los hijos de Javán fueron Elisá, Tarsis, Quitim y Rodanim. 5 Éstos fueron los descendientes de Jafet que poblaron las costas, cada nación y clan en su propia tierra y con su propio idioma.
Obal, Abimael, Sebá, Joctán.
23
Ofir, Havilá y Jobab. Todos estos fueron hijos de
Sal.120.5. 5
En el libro de Ezequiel dice que Togarma mantenía con la ciudad de Tiro un intercambio comercial de equinos y mulos, ya que Tiro era el centro comercial del antiguo mundo y era de un gran lujo y belleza, en ella se hacía toda clase de negocios convirtiéndola en la ciudad más mercantil de su época.
¡Pobre de mí, que vivo como extranjero en Mésec, que he acampado entre las tiendas de Quedar! Ez.27.13. 13
También Grecia, Tubal y Mésec comerciaban contigo, ofreciéndote en pago esclavos y objetos de bronce.
Ez.27.14. 14
Los de Bet-togarmá te pagaban con caballos de trabajo y de montar, y con mulas.
Mesec, este también fue otro hijo de Jafet, llevó este nombre un hijo de Sem. En la antigüedad también llevó este nombre una región situada en el extremo norte de Asia Menor, en las cercanías del mar Negro.
Tubal. Este fue otro hijo de Jafet, como ya lo vimos en primera de Crónica, capítulo uno y versículo cinco; también en Génesis diez versículo dos.
En el pasado, tanto Mesec, Grecia y Tuball también tenían relaciones comerciales con la ciudad de Tiro, con ella negociaban objetos de bronce y esclavos.
En la antigüedad este nombre le correspondía a una región del Asia Menor que se encontraba al sur del mar Negro; según Ezequiel, Mesec y Tubal serán la coalición de naciones soberanas que pertenecerán a la región de Magog y que tendrán bajo su dominio a las naciones de Persia, Cus, Fut, Gomer, Togarma y otros pueblos que las sublevarán en contra de Israel.
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Ez.38.1-8. Gog, instrumento de Dios El Señor se dirigió a mí, y me dijo: 2
«Tú, hombre, vuélvete ahora hacia el país de Magog, y habla en mi nombre contra Gog, jefe supremo de Mésec y Tubal. 3
CENSURA CONTRA DE GOG
Dile: “Esto dice el Señor: Gog, jefe supremo de Mésec y Tubal, yo me declaro tu enemigo. 4
Te voy a hacer volver, te voy a poner ganchos en la boca, te voy a sacar a ti y a toda tu caballería, con sus jinetes de elegantes uniformes, ese enorme ejército armado de espadas y escudos de diversas clases. 5
Irán acompañados de gente de Persia, Etiopía y Libia, todos ellos con escudos y cascos, 6
y también de todos los soldados de Gómer y de Bet-togarmá, de lo más lejano del norte, los numerosos pueblos aliados tuyos. 7
Prepárate y ármate, tú y todos los ejércitos que están contigo; tómalos bajo tu mando.
Cuando Gog se esté preparando para esa invasión sin precedencia en la historia; los países de Sabá, Dedán y Tarsis, sus príncipes le reprocharán a Gog su mal proceder contra el pueblo de Israel. Ez.38.13-15. 13
La gente de Sabá y Dedán, y los comerciantes de Tarsis y demás ciudades, te preguntarán: ¿Viniste a robar? ¿Reuniste tus ejércitos para saquear y apoderarte de la plata y del oro, del ganado y otras propiedades, y llevarte una enorme riqueza?”
8
Al cabo de muchos años vas a recibir la orden de invadir un país que estuvo en guerra, pero que ya se habrá restablecido; un pueblo que estuvo disperso entre muchas naciones y que había sido arrasado para siempre, pero que ya se habrá vuelto a reunir en los montes de Israel. Para entonces, ellos habrán regresado ya de muchos países, y estarán todos viviendo tranquilos.
14
»Pues, bien, habla en mi nombre a Gog, y dile: “Esto dice el Señor: Cuando 15 mi pueblo Israel viva tranquilo, tú te pondrás en marcha desde tu tierra, en lo más lejano del norte, acompañado de ejércitos fuertes y numerosos, y tropas de caballería,
Sabá. En tiempos de Salomón este era un reino que estaba en la región del sudoeste de Arabia (hoy país del Yemen), y de él era oriunda la reina que visitó a Salomón. 1 de R. 10:1-13. La reina de Sabá visita a Salomón La reina de Sabá oyó hablar de la fama que Salomón había alcanzado para honra del Señor, y fue a Jerusalén para ponerlo a prueba con preguntas difíciles. Llegó rodeada de gran esplendor, con camellos cargados de perfumes y con gran cantidad de oro y piedras preciosas. Cuando llegó ante Salomón, le
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preguntó todo lo que tenía pensado, y Salomón respondió a todas sus preguntas. No hubo una sola pregunta de la cual no supiera la respuesta. 4 Al ver la reina de Sabá la sabiduría de Salomón, y el palacio que había construido, 5 los manjares de su mesa, los lugares que ocupaban sus oficiales, el porte y la ropa de sus criados, sus coperos, y los holocaustos que ofrecía en el templo, se 6 quedó tan asombrada que dijo al rey: «Lo que escuché en mi país acerca de tus hechos y de tu sabiduría, es verdad; 7 pero sólo he podido creerlo ahora que he venido y lo he visto con mis propios ojos. En realidad, no me habían contado ni la mitad, pues tu sabiduría y tus bienes son más de lo que yo había oído. 8 ¡Qué felices deben de ser tus esposas, y qué contentos han de sentirse estos servidores tuyos, que siempre están a tu lado escuchando tus sabias palabras! 9 ¡Bendito sea el Señor tu Dios, que te vio con agrado y te entregó el reino de Israel! ¡Por el amor que el Señor ha tenido siempre a Israel, te ha hecho rey para que gobiernes con rectitud y justicia!» 10
Luego entregó ella al rey tres mil novecientos sesenta kilos de oro, y gran cantidad de perfumes y piedras preciosas. Nunca llegó a Israel tal cantidad de perfumes como la que regaló la reina de Sabá al rey Salomón.
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sabiduría, pues tú sobrepasas lo que yo había oído. ¡Qué felices deben de ser tus esposas, y qué contentos han de sentirse esos servidores tuyos, que siempre 8 están a tu lado escuchando tus sabias palabras! ¡Bendito sea el Señor tu Dios, que te vio con agrado y te puso sobre su trono para que fueras su rey! ¡Por el amor que tu Dios tiene a Israel, y para consolidarlo para siempre, te ha hecho rey sobre ellos para que gobiernes con rectitud y justicia!» 9
Luego entregó ella al rey tres mil novecientos sesenta kilos de oro, y gran cantidad de perfumes y piedras preciosas. Nunca llegó a Israel tal cantidad de perfumes como la que regaló la reina de Sabá al rey Salomón. 10
Además, los hombres al servicio de Hiram y de Salomón que habían traído oro de Ofir, trajeron también de allá madera de sándalo y piedras preciosas.11 Con la madera de sándalo hizo el rey barandas para el templo del Señor y para el palacio real, y también arpas y salterios para los músicos. Nunca se había visto nada semejante en la tierra de Judá. 12Por su parte, el rey Salomón dio a la reina de Sabá todo lo que ella quiso pedirle, además de lo que ya le había dado a cambio de lo que ella le había traído. Después la reina regresó a su país acompañada de la gente a su servicio.
11
Además, la flota mercante de Hiram, que había traído oro de Ofir, trajo también de allá mucha madera de sándalo y piedras preciosas.12 Con la madera de sándalo hizo el rey barandas para el templo del Señor y para el palacio real, y también arpas y salterios para los músicos. Nunca había 13 llegado, ni se ha visto hasta hoy, tanta madera de sándalo. Por su parte, el rey Salomón dio a la reina de Sabá todo lo que ella quiso pedirle, además de lo que él personalmente le regaló. Después la reina regresó a su país acompañada de la gente a su servicio.
Dedan. En la versión griega este nombre corresponde al de una isla griega del mar Egeo, y cuya capital es Rodas; en el pasado Dedán fue nieto de Abraham y de Cetur, del cual salieron los pueblos asureos, leatuseos y los leumeos; estos formaron grandes tribus en Arabia.
2 de Cr. 9.1-12.
Gn.25.1-3.
La reina de Sabá visita a Salomón
Los descendientes de Abraham y Queturá
La reina de Sabá oyó hablar de la fama que Salomón había alcanzado, y fue a Jerusalén para ponerlo a prueba con preguntas difíciles. Llegó rodeada de gran esplendor, con camellos cargados de perfumes y con gran cantidad de oro y piedras preciosas. Cuando llegó ante Salomón, le preguntó todo lo que tenía pensado, 2 y Salomón respondió a todas sus preguntas. No hubo una sola 3 pregunta de la cual no supiera la repuesta. Al ver la reina de Sabá la sabiduría de Salomón, y el palacio que había construido, 4 los manjares de su mesa, los lugares que ocupaban sus oficiales, el porte y la ropa de sus criados, sus coperos y su ropa, y cómo subía al templo, se quedó tan asombrada 5 que dijo al rey: «Lo que escuché en mi país acerca de tus hechos y de tu sabiduría, es verdad; 6 pero sólo he podido creerlo ahora que he venido y lo he visto con mis propios ojos. En realidad, no me habían contado ni la mitad de tu gran
Abraham tuvo otra esposa, que se llamaba Queturá. Sus hijos con ella fueron Zimrán, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súah.
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Is.21.13-15. Profecía en el desierto 13
Profecía en el desierto: Caravanas de Dedán, que pasan la noche en los matorrales del desierto, 14 salgan al encuentro del que tiene sed y ofrézcanle agua. Habitantes del país de Temá,
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Sal.48.1-8.
con mulas. Gente de Rodas comerciaba contigo. Hacías negocios con numerosos países del mar, que te pagaban con marfil y ébano. 16 Edom hacía comercio contigo, gracias a tus muchos productos: a cambio de tus mercancías te traían piedras de granate, telas teñidas de púrpura, bordados, telas de lino, 17 corales y rubíes. Igualmente comerciaban contigo Judá e Israel, y te pagaban 18 con trigo de Minit, y con pasteles, miel, aceite y bálsamo. Damasco te compraba gran cantidad de productos y de riquezas; te pagaba con vino de 19 Helbón y lana de Sahar. Desde Uzal te traían vino, hierro forjado, canela y caña aromática, a cambio de tus mercancías. 20 Dedán hacía contigo comercio 21 de aparejos para montar. Arabia y todos los jefes de Quedar eran clientes tuyos: te pagaban con corderos, carneros y chivos. 22 Comerciantes de Sabá y Raamá eran clientes tuyos, y te pagaban con los mejores perfumes, con piedras preciosas y oro. 23 Contigo hacían negocios Harán, Cané, Edén y los comerciantes de Sabá, de Asiria y de toda Media; 24 te vendían telas finas, mantos de color púrpura, bordados, tapices de varios colores y fuertes cuerdas trenzadas. 25Las naves de Tarsis venían, una tras otra, trayéndote productos.
Grandeza de Sión, ciudad de Dios
Jon.1.1-3.
salgan al paso del que huye y ofrézcanle alimento. 15 Porque huyen de la espada, de la espada afilada, del arco listo para disparar y del furor de la batalla.
Tarsis. Esta era una ciudad muy comercial que estaba situada en las costas del mar Mediterráneo y tenía una flota mercante que le llevaba mercancías a Tiro y a otras ciudades; otros creían que esta se localizaba en la península Ibérica y por eso la creían uno de los extremos de la tierra.
(1)
Cántico. Salmo de los hijos de Coré.
(2)
¡El Señor es grande! ¡Nuestro Dios es digno de alabanza en su ciudad y en su santo monte! 2 (3) ¡Qué hermosa altura la del monte Sión, allá, en el extremo norte! ¡Es la alegría de toda la tierra! ¡Es la ciudad del gran Rey! 3 (4) Dios está en los palacios de Jerusalén; Dios se ha dado a conocer como un refugio seguro. 4 (5) Pues los reyes se reunieron y juntos avanzaron contra ella; 5 (6) pero al ver la ciudad se sorprendieron, se inquietaron y huyeron. 6 (7) El miedo se adueñó de ellos: se retorcían de dolor, como mujer de parto; 7 (8) como el viento del este, que destroza los barcos de Tarsis.
Jonás huye de Dios 2
El Señor se dirigió a Jonás, hijo de Amitai, y le dijo: «Anda, vete a la gran ciudad de Nínive y anuncia que voy a destruirla, porque hasta mí ha llegado la noticia de su maldad.» 3
Pero Jonás, en lugar de obedecer, trató de huir del Señor, y se fue al puerto de Jope, donde encontró un barco que estaba a punto de salir para Tarsis; entonces compró pasaje y se embarcó para ir allá.
Ez.27.12,25. 12
Era tanta tu riqueza, que Tarsis comerciaba contigo, y a cambio de tus mercancías te daba plata, hierro, estaño y plomo. 13 También Grecia, Tubal y Mésec comerciaban contigo, ofreciéndote en pago esclavos y objetos de bronce. 14 Los de Bet-togarmá te pagaban con caballos de trabajo y de montar, y
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no se ha apartado de nosotros.» El Señor afirma: «Cuando llegue ese día, el rey y los jefes temblarán de miedo, los sacerdotes sentirán terror y los profetas quedarán espantados.» 10 Yo dije: «¡Ay, Señor, cómo has engañado a la gente de Jerusalén! Les prometiste paz, y11 lo que tienen es un cuchillo en el cuello.» Cuando llegue ese momento, se dirá al pueblo de Jerusalén: «Un viento caliente del desierto sopla en dirección de mi pueblo. No es la brisa que sirve para limpiar de paja el trigo; 12 el viento que yo haré venir será demasiado fuerte para eso, pues ahora voy a dictar sentencia contra ellos.» 9
TIEMPO DE GRAN PÁNICO Cuando el pueblo israelita oiga que Gog se está preparando para desatar en contra de ellos una terrible y gigantesca ofensiva militar, que vendrá como un ciclón para destruir toda la nación israelita y borrarla de la faz de la tierra; en ese momento, en todos los habitantes de Israel habrá un gran terror y temblor como nunca antes habían sentido. También en ese tiempo vendrá la presencia de Dios y el lamento de la oración profética que se encuentra en los salmos. Jr. 4:5-12. La invasión amenaza a Judá »Anuncien esto en Jerusalén y en Judá, proclámenlo a son de trompeta por todo el país, grítenlo bien fuerte: “¡Vamos! ¡A reunirse! ¡A las ciudades fortificadas!” 6 Levanten la bandera apuntando a Sión; ¡busquen refugio, no se detengan! Porque voy a traer del norte gran calamidad y destrucción. 7 El león ya ha salido de su guarida, el que destruye las naciones está en marcha; ha salido de su patria para destruir tu país, para dejar desiertas y en ruinas tus ciudades. 8 Por eso, vístanse con ropas ásperas, lloren y giman de dolor, pues la ardiente ira del Señor 5
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Dolor ante la destrucción de Jerusalén (1a)
Salmo de Asaf.
(1b)
¡Oh Dios, los paganos han invadido tu propiedad! ¡Han profanado tu santo templo y han convertido en ruinas a Jerusalén! 2 ¡Han dejado los cadáveres de tus siervos, de los que te fueron fieles, para que sirvan de alimento a los buitres y a los animales salvajes! 3 Como agua han derramado su sangre por toda Jerusalén, y no hay quien los entierre. 4 Somos la burla de nuestros vecinos; el hazmerreír de cuantos nos rodean. 5 Oh Señor, ¿hasta cuándo estarás enojado? ¿Arderá siempre tu enojo como el fuego? 6 ¡Descarga tu furia sobre los reinos paganos que no te conocen ni te invocan! 7 Porque ellos devoraron a Jacob y convirtieron en ruinas el país. 8 No nos hagas pagar a nosotros
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por la maldad de nuestros antepasados; ¡que venga tu ternura pronto a nuestro encuentro, porque estamos abatidos! 9
Oh Dios, Salvador nuestro, ¡ayúdanos, líbranos y perdónanos, por la gloria de tu nombre! 10 No tienen por qué decir los paganos: «¿Dónde está su Dios?» ¡Permítenos ver vengada la muerte de tus siervos! ¡Que los paganos también lo sepan! 11 Atiende las quejas de los presos, y salva con tu gran poder a los sentenciados a muerte. 12
Oh Señor, véngate siete veces de nuestros vecinos por las ofensas que te han hecho; 13 y nosotros, que somos tu pueblo, que somos ovejas de tus prados, gracias te daremos siempre, ¡cantaremos tus alabanzas por todos los siglos! Sal. 83:1-18. Oración pidiendo la intervención de Dios (1)
Cántico y salmo de Asaf.
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Israel, su historia y su futuro 8 (9)
y hasta los asirios se han unido a ellos, y9 (10) son el brazo fuerte de los hijos de Lot. Haz con ellos como hiciste con Madián, como hiciste con Sísara, como hiciste con Jabín en el arroyo de Quisón, 10 (11)
que fueron destruidos en Endor, ¡que fueron convertidos en estiércol de la tierra! 11 (12) Haz con sus hombres importantes como hiciste con Oreb y con Zeeb; haz con todos sus jefes como hiciste con Zébah y con Salmuná, 12 (13)
que quisieron apropiarse de los pastizales de Dios. Dios mío, haz que rueden como zarzas, como hojas secas arrastradas por el viento; 14 (15) y así como el fuego quema el bosque y consume los montes con sus llamas, 15 (16) ¡así persíguelos con tus tormentas y espántalos con tus tempestades! 16 (17) ¡Avergüénzalos, Señor, para que recurran a ti! 17 (18) Que sean avergonzados para siempre; ¡que se avergüencen y mueran! 18 (19) ¡Que sepan que sólo tú eres el Señor, que sólo tú eres el Altísimo sobre toda la tierra! 13 (14)
Jr.1:14-16.
(2)
Oh Dios, ¡no te quedes en silencio!, ¡no te quedes inmóvil y callado! 2 (3) Mira a tus enemigos, a los que te odian: alborotan y se rebelan contra ti. 3 (4) Han hecho planes astutos en contra de tu pueblo, ¡en contra de tus protegidos! 4 (5) Han pensado venir a destruirnos para que dejemos de existir como nación, para que no vuelva a recordarse el nombre de Israel. 5 (6) Han hecho un pacto en contra tuya, han conspirado como un solo hombre: 6 (7) los campamentos de Edom y de Ismael, los descendientes de Agar y de Moab, 7 (8) Guebal, Amón y Amalec, los filisteos, los que viven en Tiro,
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14
Entonces el Señor me dijo: «Desde el norte va a derramarse la calamidad sobre todos los habitantes de este país. 15 Yo, el Señor, les aseguro que voy a llamar a todos los reinos del norte. Vendrán sus reyes y pondrán sus tronos a la entrada misma de Jerusalén, frente a todas las murallas que la rodean y frente a todas las ciudades de Judá. 16 Éste es el castigo que voy a decretar contra esos pecadores que me abandonaron, que quemaron incienso y adoraron a dioses extranjeros que ellos mismos hicieron.
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Jr.19;4:5-12. 4
Porque los israelitas me abandonaron y convirtieron este lugar en tierra extraña; en él ofrecieron incienso a otros dioses, que no conocían ni ellos ni sus antepasados ni los reyes de Judá, y lo llenaron de sangre de gente inocente. Jr.5-12. 5
Además construyeron altares para quemar a sus hijos en holocausto a Baal, 6 cosa que yo no les ordené ni les dije, y que ni siquiera me pasó por la mente. Por eso vendrán días en que este lugar ya no se llamará Tófet ni Valle de Ben7 hinom, sino Valle de la Matanza. Yo, el Señor, lo afirmo. En este lugar haré pedazos los planes de Judá y de Jerusalén. Haré que sus enemigos mortales los derroten y los maten, y que sus cadáveres sirvan de comida a las aves de rapiña 8 y a las fieras. Convertiré esta ciudad en un desierto, en algo que cause espanto. Todos los que pasen por ella se quedarán espantados y asombrados al ver su 9 completa destrucción. Haré que la gente se coma a sus propios hijos e hijas, y que se coman unos a otros a causa de la situación desesperada a que los someterán sus enemigos mortales durante el sitio de la ciudad.”
LA MANO DE DIOS EN CONTRA DE GOG
»Después de decir esto, haz pedazos el cántaro a la vista de los hombres que te 11 acompañan, y diles: “El Señor todopoderoso dice: Haré pedazos este pueblo y esta ciudad como quien hace pedazos un cántaro de barro, que ya no se puede reparar. La gente tendrá que enterrar a los muertos en Tófet, por no haber más lugar donde enterrarlos. 12 Así haré con esta ciudad y sus habitantes. La dejaré 13 en las mismas condiciones que a Tófet. Yo, el Señor, lo afirmo. Las casas de Jerusalén, los palacios de los reyes de Judá y las azoteas de las casas donde ofrecían incienso a todos los astros y derramaban ofrendas de vino a otros dioses, serán considerados impuros, lo mismo que Tófet.”»
A Gog le sucederá igual que al Faraón, cuando Dios liberó a su pueblo del poder de la esclavitud egipcia; pues la ira de Dios subirá en contra de Gog y contra todas la multitud de sus tropas; la profecía indica que será el mismo Dios que los hará reunir en los montes de Israel para quebrantarlos ante su pueblo escogido y ante el mundo entero que verá su funesta derrota; todo esto le sucederá por causa de su arrogancia y soberbia prepotente conque Gog se ufanará en contra de Israel.
Ez.38:14-17.
Is.14:24-27.
10
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»Pues, bien, habla en mi nombre a Gog, y dile: “Esto dice el Señor: Cuando mi pueblo Israel viva tranquilo, tú te pondrás en marcha 15 desde tu tierra, en lo más lejano del norte, acompañado de ejércitos fuertes y numerosos, y tropas de 16 caballería, y atacarás a mi pueblo Israel. Tú, Gog, cubrirás la tierra como un nubarrón. En esos últimos días te haré venir contra mi tierra, para que por medio de ti las demás naciones me reconozcan cuando yo demuestre mi santidad delante de ellos. 17
»”Yo, el Señor, digo: Era a ti a quien yo me refería en tiempos pasados, cuando hablaba por medio de mis siervos los profetas de Israel; ellos anunciaron en aquel tiempo que yo te haría venir para que atacaras a Israel.”
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Asiria será destruida 24
El Señor todopoderoso ha jurado: «Sin duda alguna, lo que yo he decidido, se hará; lo que yo he resuelto, se cumplirá. 25 Destruiré al pueblo asirio en mi país, lo aplastaré en mis montañas. Su yugo dejará de oprimir a mi pueblo, su tiranía no pesará más sobre sus hombros. 26 Ésta es mi decisión en cuanto a toda la tierra. Mi mano amenaza a todas las naciones.» 27 El Señor todopoderoso lo ha decidido,
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y nadie podrá oponérsele. Su mano está amenazando, y nadie lo hará cambiar de parecer.
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Israel, su historia y su futuro
Yo, el Dios Santo de Israel, soy tu redentor. Haré de ti un instrumento de trillar, nuevo y con buenos dientes; trillarás los montes, los harás polvo, convertirás en paja las colinas. 16 Los aventarás y el viento se los llevará; el huracán los desparramará. Entonces tú te alegrarás en el Señor, estarás orgulloso del Dios Santo de Israel. 15
Is.33:22-23. 22-23
Las cuerdas de esas naves no pueden sostener el mástil; la vela no se puede extender. Arrebataremos tantas riquezas a los enemigos, que hasta el ciego recibirá su parte y los lisiados se dedicarán al saqueo. Porque el Señor es nuestro juez, nuestro legislador y nuestro rey, y él nos salvará. Is.41:8-16. 8
«Escucha, Israel, pueblo de Jacob, mi siervo, a quien yo he elegido, pueblo descendiente de mi amigo Abraham: 9 Yo te saqué del extremo de la tierra, te llamé desde el rincón más alejado y te dije: “Tú eres mi siervo.” Yo te elegí y no te he rechazado. 10 No tengas miedo, pues yo estoy contigo; no temas, pues yo soy tu Dios. Yo te doy fuerzas, yo te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa. 11 Todos los que te odian quedarán avergonzados y humillados; los que luchan contra ti quedarán completamente exterminados. 12 Buscarás a tus enemigos y no los encontrarás; los que te hacen la guerra serán como si no existieran. 13 Porque yo, el Señor tu Dios, te he tomado de la mano; yo te he dicho: “No tengas miedo, yo te ayudo.”» 14 El Señor afirma: «Israel, pueblo de Jacob, por pequeño y débil que seas, no tengas miedo; yo te ayudo.
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Is.17:12-14. 12
¡Oigan el estruendo de pueblos numerosos, estruendo como el que produce el mar! Es el rugido que lanzan las naciones, como el rugido de aguas impetuosas. 13 Pero cuando Dios los reprende, salen huyendo lejos, como la paja que el viento se lleva por los montes o como el cardo que arrastra el huracán. 14 Por la tarde parecen terribles, pero antes del amanecer dejan de existir. En eso paran los que nos saquean, así terminan los que nos arruinan. Ez.32:3-10. 3
»”Esto dice el Señor: Aunque estés entre pueblos numerosos, echaré mi red 4 sobre ti y con ella te atraparé. Te arrastraré a tierra y te dejaré tendido en el suelo. Haré que todas las aves del cielo se paren sobre ti, y que se harten de tu carne todos los animales salvajes. 5 Con la carne podrida de tu cadáver llenaré 6 los montes y los valles. Empaparé el suelo con tu sangre, la cual llegará hasta 7 las montañas, y con ella se llenarán los cauces de los ríos. Cuando yo te destruya, haré que el cielo se oscurezca y se apaguen las estrellas; cubriré con nubes el sol, y la luna no brillará más. 8 Por causa tuya apagaré todas las luces que brillan en el cielo, y llenaré de oscuridad tu país. Yo, el Señor, lo afirmo. 9
»”Cuando las noticias de tu destrucción lleguen a países que no conocías, haré que se inquieten muchos pueblos. 10 Por causa tuya sembraré el terror en muchos pueblos; sus reyes se llenarán de pánico cuando yo esgrima mi espada delante de ellos. Cuando caigas, ellos temblarán de miedo por sus propias vidas.
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Israel, su historia y su futuro
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Israel, su historia y su futuro
9
habrán regresado ya de muchos países, y estarán todos viviendo tranquilos. Llegarás tú, como un nubarrón, para cubrir el país, y lo invadirás como una tormenta con todos tus ejércitos y pueblos numerosos.
Ez.35:1-15. Profecía contra el monte Seír 2
El Señor se dirigió a mí, y me dijo: «Vuélvete hacia el monte de Seír y habla en 3 mi nombre contra él. Dile: »“Esto dice el Señor: Yo me declaro tu enemigo, monte de Seír, y te voy a castigar dejándote desierto y en ruinas. 4 Voy a dejar destruidas tus ciudades, y tú quedarás convertido en un desierto. Entonces reconocerás que yo soy el Señor. 5
»”Tú has sido eterno enemigo de los israelitas, y les hiciste la guerra cuando ellos recibían el castigo final por sus pecados. 6 Pero yo, el Señor, juro por mi vida que te entregaré a la muerte, y la muerte te perseguirá. Eres culpable de muerte, y la muerte te perseguirá. 7 Te voy a dejar desierto y en ruinas, monte de 8 Seír, y no permitiré que nadie vuelva a pasar por ti. Haré que tus cerros y tus colinas, tus valles y tus ríos, queden llenos de los cadáveres de los que mueran 9 en la guerra. Te dejaré convertido para siempre en un desierto, y nadie vivirá en tus ciudades. Entonces reconocerán ustedes que yo soy el Señor.
10
»”Yo, el Señor, digo: En ese tiempo se te ocurrirán planes malvados. 11 Vas a decir: Voy a invadir un país indefenso, de gente que vive tranquila y confiada, toda en ciudades sin murallas, sin puertas ni trancas. 12 Lo voy a saquear y robar; voy a atacar ciudades ya reconstruidas de un pueblo que se ha reunido de varias naciones, que tiene ganado y otras propiedades y que vive en el centro del mundo. 13 La gente de Sabá y Dedán, y los comerciantes de Tarsis y demás ciudades, te preguntarán: ¿Viniste a robar? ¿Reuniste tus ejércitos para saquear y apoderarte de la plata y del oro, del ganado y otras propiedades, y llevarte una enorme riqueza?” 14
»Pues, bien, habla en mi nombre a Gog, y dile: “Esto dice el Señor: Cuando 15 mi pueblo Israel viva tranquilo, tú te pondrás en marcha desde tu tierra, en lo más lejano del norte, acompañado de ejércitos fuertes y numerosos, y tropas de caballería, 16 y atacarás a mi pueblo Israel. Tú, Gog, cubrirás la tierra como un nubarrón. En esos últimos días te haré venir contra mi tierra, para que por medio de ti las demás naciones me reconozcan cuando yo demuestre mi santidad delante de ellos. 17
»”Yo, el Señor, digo: Era a ti a quien yo me refería en tiempos pasados, cuando hablaba por medio de mis siervos los profetas de Israel; ellos anunciaron en aquel tiempo que yo te haría venir para que atacaras a Israel.”
10
»”Tú dijiste: El país de Israel, con sus dos reinos, será mío; yo seré su dueño, 11 a pesar de que el Señor viva allí. Pero yo, el Señor, juro por mi vida que voy a tratarte a ti con la misma ira, envidia y odio con que tú trataste a Israel. Cuando yo te castigue, ellos me reconocerán. 12 Entonces verás que yo, el Señor, había escuchado todos los insultos que lanzaste contra los montes de Israel. Tú dijiste: ¡Son un desierto; ahora los podemos devorar! 13 Abriste la boca desafiándome, y se te soltó la lengua contra mí. Yo lo escuché.
Castigo de Gog 18
»Yo, el Señor, afirmo: Cuando Gog invada a Israel, mi ira se encenderá terriblemente. J1.3:1-3,9-16. (4.1)
14
»”Pues esto digo yo, el Señor: Toda la tierra se va a alegrar cuando yo te destruya. 15 Tú te alegraste cuando fue destruido el país que Israel recibió en propiedad, pero lo mismo pasará contigo: quedarás hecho un desierto, monte de Seír, país de Edom. Entonces reconocerán que yo soy el Señor.” Ez.38:7-18. 7
Prepárate y ármate, tú y todos los ejércitos que están contigo; tómalos bajo tu 8 mando. Al cabo de muchos años vas a recibir la orden de invadir un país que estuvo en guerra, pero que ya se habrá restablecido; un pueblo que estuvo disperso entre muchas naciones y que había sido arrasado para siempre, pero que ya se habrá vuelto a reunir en los montes de Israel. Para entonces, ellos
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«Cuando llegue ese momento —dice el Señor—, haré que cambie la suerte de Judá y Jerusalén. 2 (4.2) Reuniré a todas las naciones, las llevaré al valle de Josafat y allí las juzgaré por lo que hicieron con mi pueblo Israel. Pues dispersaron a los israelitas por todo el mundo, y se repartieron mi país. 3 (4.3) Se repartieron mi pueblo echándolo a suertes, vendieron a los niños y a las niñas, y luego se gastaron el dinero en vino y prostitutas.
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18
espanto por los planes que el Señor todopoderoso tiene contra Egipto. En ese día habrá en Egipto cinco ciudades que hablarán hebreo y que jurarán fidelidad al Señor todopoderoso. Una de ellas se llamará Ciudad del Sol. Is.29:5-8. 5-6
EL PÁNICO SE INVERTIRÁ La angustia y el pavor que Gog con sus tropas le va a provocar al pueblo de Israel y al mundo cristiano, se les invertirá, porque habrá entre sus tropas mucha angustia, terror y discrepancias; todo eso será porque la mano de Dios arreciará en contra de ellos con lluvias impetuosas, grandes granizadas, tempestades eléctricas, terremotos violentos y pestes muy agónicas y severas en sus campamentos; esto traerá como efectos negativos dentro de sus cuadrillas: Sublevaciones y matanzas internas. Job 36:22-23. 22
Fíjate en el gran poder de Dios. Ningún maestro es comparable a él; 23 nadie puede decirle lo que tiene que hacer, ni echarle en cara el haber hecho mal. Is.19:16-18. 16
En ese día los egipcios parecerán mujeres; se llenarán de miedo y espanto 17 cuando vean que el Señor todopoderoso levanta su mano contra ellos. Los egipcios sentirán terror ante Judá; con sólo recordar su nombre se llenarán de
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Pero de repente, en un instante, el Señor todopoderoso castigará a tus enemigos con truenos, terremotos, gran estruendo, tormenta, tempestad e incendios destructores. Tus innumerables enemigos quedarán hechos polvo fino, tus muchos perseguidores serán arrastrados como paja. 7 Todos esos pueblos incontables que hacen la guerra a Ariel, todos los que lo combaten y atacan sus fortificaciones, los mismos que lo oprimen, serán como un sueño o una visión nocturna. 8 Será como cuando un hambriento sueña y cree que está comiendo, pero luego se despierta con el estómago vacío; o como cuando un sediento sueña y cree que está bebiendo, pero luego se despierta con sed y con la garganta reseca. Así sucederá con todos esos innumerables pueblos que atacan el monte Sión. Is.31:6-9. 6
Hijos de Israel, vuelvan a aquel a quien han ofendido tan gravemente. 7 Porque el día en que todos ustedes rechacen los ídolos de oro y de plata que han hecho con sus manos culpables, 8 Asiria caerá a filo de espada, pero no por un poder humano. La guerra hará huir a su gente, y a sus jóvenes guerreros los harán esclavos; 9 a causa del miedo, su rey saldrá corriendo y sus capitanes desertarán de su bandera. Esto lo afirma el Señor, que en Jerusalén tiene una hoguera para castigar a sus enemigos.
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Jr.25:15-17.
6
Castigo de las naciones
7
Ese día no hará frío ni habrá heladas.
Será un día único, conocido solamente por Dios. En él no se distinguirá el día de la noche, pues aun por la noche seguirá habiendo luz.
15
El Señor, el Dios de Israel, me dijo: «Mira esta copa llena del vino de mi ira. 16 Tómala y dásela a beber a todas las naciones a las que yo te envíe. Cuando beban de ella, comenzarán a vomitar y se pondrán como locos a causa de la guerra que les voy a enviar.»
Entonces saldrán de Jerusalén aguas frescas, que correrán en invierno y en verano, la mitad de ellas hacia el Mar Muerto y la otra mitad hacia el Mediterráneo.
17
Yo tomé la copa, de la mano del Señor, y se la di a beber a todas las naciones a las que el Señor me envió.
9
Ese día reinará el Señor en toda la tierra. El Señor será el único, y único será también su nombre.
Ez.38:18-25.
10
8
Todo el país quedará convertido en una llanura, desde Gueba hasta Rimón, al sur de Jerusalén. Jerusalén estará en alto, y será habitada en ese lugar, desde la Puerta de Benjamín hasta la Puerta del Ángulo (donde antes estuvo la Puerta Antigua) y desde la torre de Hananel hasta las prensas de aceite del rey.
Castigo de Gog 18
»Yo, el Señor, afirmo: Cuando Gog invada a Israel, mi ira se encenderá 19 terriblemente. En el ardor de mi ira juro que, en ese tiempo, habrá un fuerte 20 terremoto en Israel. Los peces del mar, las aves del cielo, las fieras salvajes y los reptiles temblarán delante de mí, lo mismo que todos los hombres de la tierra. Las montañas se derrumbarán, las rocas caerán y todas las murallas se vendrán abajo. 21-22 Yo haré venir sobre Gog toda clase de males que lo llenen de miedo. Lo castigaré con enfermedades y muerte violenta. Haré que caigan sobre él, sobre su ejército y sobre los numerosos pueblos que lo acompañan, lluvia a torrentes, granizo, fuego y azufre, y sus hombres se atacarán unos a otros con la espada. Yo, el Señor, lo afirmo. 23 Así demostraré a muchos pueblos mi grandeza y mi santidad. Yo me daré a conocer a ellos, y reconocerán que yo soy el Señor.
11
Sí, Jerusalén será habitada, y no volverá a ser destruida. Sus habitantes vivirán seguros. 12
Pero a las naciones que hayan luchado contra Jerusalén, el Señor las castigará duramente: a su gente se le pudrirá la carne en vida, y se le pudrirán los ojos en sus cuencas y la lengua en la boca. 13
Ese día el Señor los llenará de espanto. Cada cual agarrará de la mano a su compañero, y levantarán la mano unos contra otros. 14
Entonces luchará también Judá en Jerusalén, y arrebatarán a las naciones vecinas abundantes riquezas de plata, oro y ropas. 15
Zac.14:3-15. 3
Pero luego saldrá el Señor a luchar contra esas naciones, como cuando lucha en el día de la batalla.
El mismo castigo que ha de caer sobre la gente, caerá también sobre los caballos, los mulos, los camellos, los asnos y todas las bestias que los enemigos tengan en sus campamentos.
4
Ese día el Señor apoyará sus pies sobre el Monte de los Olivos, que está frente a Jerusalén, hacia el lado oriental. Y un gran valle, que correrá de oriente a occidente, dividirá en dos el Monte de los Olivos. Medio monte se moverá hacia el norte y el otro medio hacia el sur, 5
y ustedes huirán por ese valle que quedará entre los montes, el cual llegará hasta Asal, del otro lado. Huirán ustedes como antes huyeron sus antepasados a causa del terremoto que se produjo cuando el rey Ozías gobernaba en Judá. Y vendrá el Señor mi Dios acompañado de todos sus fieles.
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LA HUMILLACIÓN Y DERROTA DE GOG Como ya lo hemos visto, en el momento de más angustia en el pueblo de Israel, Dios los visitará y con su brazo poderoso y fuerte los liberará tal como él lo ha hecho en el pasado y como lo ha prometido en muchas promesas y como lo reitera en el libro del profeta Zacarías; Gog con sus tropas será quebrantado, humillado y destruido en los montes de Israel; los cuales quedarán llenos de cadáveres por esa hecatombe jamás vista ni oída en el mundo entero; estos cadáveres serán insepultables porque Dios ha dispuesto que esos cuerpos sean para alimento de las aves carroñeras de toda clase, de las de rapiña, de las fieras del campo y de los gusanos. Dt.32:34-43.
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y bebían el vino que les ofrecían? ¡Que se levanten a ayudarlos! ¡Que vengan a protegerlos! 39 Yo soy el único Dios; no hay otros dioses fuera de mí. Yo doy la vida, y la quito; yo causo la herida, y la curo. ¡No hay quien se libre de mi poder! 40 Levanto mi mano al cielo, y juro por mi eternidad 41 que cuando afile mi brillante espada y comience a impartir justicia, me vengaré de mis enemigos. ¡Daré su merecido a los que me odian! 42 Empaparé en sangre mis flechas, y mi espada acabará con ellos; ¡sangre de heridos y de prisioneros!, ¡de los jefes enemigos, de largas melenas!” Is.34:1-3 Castigo de Dios sobre Edom Acérquense, pueblos, a escuchar; naciones, presten atención. Que escuche la tierra y lo que hay en ella, el mundo y todo lo que él produce. 2 Porque el Señor está enojado con las naciones y con todos sus ejércitos, y los ha condenado a destrucción y muerte. 3 Los muertos serán abandonados, el mal olor se levantará de los cadáveres y ríos de sangre correrán por las montañas.
34
»“Todo esto me lo estoy reservando; lo estoy guardando como un tesoro, 35 para el día en que me vengue y les dé su merecido, para cuando llegue el momento de su caída. Ya está cerca el día de su destrucción, ¡ya se les acerca la hora!” 36 »El Señor saldrá en defensa de su pueblo cuando vea que le faltan las fuerzas; el Señor se compadecerá de sus siervos cuando vea que ya no quedan ni débiles ni fuertes. 37 Entonces les dirá: “¿Dónde están sus dioses, esos protectores en los que confiaban, 38 esos que comían la grasa de sus sacrificios
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Is. 66:14-18,24. 14
Cuando ustedes vean esto, su corazón se alegrará; su cuerpo se renovará como la hierba. El Señor dará a conocer su poder entre sus siervos, y su ira entre sus enemigos. 15 Porque el Señor llega en medio de fuego, sus carros parecen un torbellino; va a descargar el ardor de su ira y las llamas ardientes de su castigo. 16 Sí, el Señor va a hacer el juicio con fuego, va a juzgar a todo el mundo con su espada
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Israel, su historia y su futuro
y hará morir a muchos. 17-18 El Señor afirma: «Los que se consagran y purifican para el culto pagano en los jardines siguiendo a uno que va en medio, los que comen carne de cerdo, de rata o de otros animales impuros, serán exterminados de una sola vez, porque yo conozco sus acciones y sus pensamientos. »Entonces vendré yo mismo a reunir a todos los pueblos y naciones, y vendrán y verán mi gloria.
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Ez.32:3-8. 3
»”Esto dice el Señor: Aunque estés entre pueblos numerosos, echaré mi red sobre ti y con ella te atraparé. 4 Te arrastraré a tierra y te dejaré tendido en el suelo. Haré que todas las aves del cielo se paren sobre ti, y que se harten de tu 5 carne todos los animales salvajes. Con la carne podrida de tu cadáver llenaré 6 los montes y los valles. Empaparé el suelo con tu sangre, la cual llegará hasta 7 las montañas, y con ella se llenarán los cauces de los ríos. Cuando yo te destruya, haré que el cielo se oscurezca y se apaguen las estrellas; cubriré con 8 nubes el sol, y la luna no brillará más. Por causa tuya apagaré todas las luces que brillan en el cielo, y llenaré de oscuridad tu país. Yo, el Señor, lo afirmo. Ez.39:1-8.
Is. 66:24. Derrota de Gog 24
»Vendrán y verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí. Los gusanos que se los comen no morirán, y el fuego que los devora no se apagará. ¡Serán algo repugnante para toda la humanidad!» Jr.25:30-33. 30
»Tú, Jeremías, anúnciales en mi nombre todas esas cosas. Diles: »“El Señor lanza su voz de trueno desde lo alto, desde el santo lugar donde vive. Pues contra su rebaño grita como los que pisan las uvas, contra todos los habitantes de la tierra. 31 El estruendo llega hasta el extremo de la tierra, porque el Señor va a entablar un proceso contra las naciones, va a llamar a juicio a todos los mortales, a condenar a muerte a los malvados. El Señor lo afirma.”» 32 El Señor todopoderoso dice: «La calamidad va a llegar a una nación tras otra; una terrible tormenta se levanta desde el extremo de la tierra.» 33 Los que el Señor haga morir ese día, quedarán tendidos de un extremo a otro de la tierra. Nadie llorará por ellos, nadie recogerá sus cadáveres para enterrarlos; quedarán tendidos en el suelo como estiércol.
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»Y tú, hombre, habla en mi nombre contra Gog, y dile: “Esto dice el Señor: Gog, jefe supremo de Mésec y Tubal, yo me declaro tu enemigo. 2Te voy a hacer volver; paso a paso te voy a sacar de lo más lejano del norte y te voy a traer a las montañas de Israel. 3 Luego romperé el arco que llevas en la mano izquierda y haré caer las flechas que llevas en la derecha. 4 Y tú, con tus ejércitos y pueblos que te acompañan, caerás muerto en las montañas de Israel. Allí los entregaré a toda clase de aves de rapiña y de fieras salvajes, 5 para que se los coman. Quedarán tendidos en campo abierto. Yo, el Señor, he hablado. Yo he dado mi palabra. 6 Enviaré fuego sobre Magog y sobre los que viven tranquilos en los países del mar. Entonces reconocerán que yo soy el Señor. 7 Yo haré que mi santo nombre sea conocido de mi pueblo Israel, y no permitiré que siga siendo profanado. Y las naciones extranjeras sabrán que 8 yo, el Señor, muestro mi santidad en Israel. El día de que hablo va a llegar sin falta. Yo, el Señor, lo afirmo.” Ez.17-20. 17
El Señor me dijo: «Di a todas las aves y a todas las fieras que se reúnan de los alrededores y vengan a las montañas de Israel, al sacrificio que allí voy a hacer 18 para ellas. Podrán comer carne y beber sangre; se comerán la carne de los soldados y beberán la sangre de los gobernantes de la tierra, como si fuera de 19 carneros, corderos, chivos o gordos becerros de Basán. De ese sacrificio que voy a hacer para ellas, comerán grasa hasta enfermar y beberán sangre hasta 20 emborracharse. Les prepararé un banquete con la carne de los caballos y de los jinetes, de los soldados y de toda clase de guerreros, para que coman hasta llenarse. Yo, el Señor, lo afirmo.
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Israel, su historia y su futuro
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Israel, su historia y su futuro 4
«Entre los pueblos que me conocen puedo nombrar a Egipto y Babilonia, Filistea, Tiro y Etiopía; todos ellos nacieron en ti.» 5 De la ciudad de Sión dirán: «Éste y aquél nacieron en ella.» El Altísimo mismo la ha afirmado. 6 El Señor escribe en el libro donde constan los nombres de los pueblos: «Éste nació en ella.» 7 Y los que cantan y los que bailan dicen: «Mi hogar está en ti.»
EN ESE TIEMPO DIOS SERÁ GLORIFICADO Cuando el mundo oiga y vea la magnitud de estos hechos reconocerán que esto ha sido obra de la intervención de la mano Divina; y muchas vendas de la mente de la humanidad serán quitadas, y en el resto del mundo habrá un gran regocijo y el nombre de Dios será engrandecido en su pueblo y en el mundo entero; y por estos hechos, en ese tiempo será salvas varias naciones, en especial los sobrevivientes de las naciones, en especial los sobrevivientes de las naciones atacantes, pues Dios ha prometido que en ese tiempo él purificará el lenguaje de muchas naciones. Sal.87:1-7.
19
En ese día habrá un altar dedicado al Señor en pleno Egipto, y cerca de su 20 frontera se levantará una piedra en honor al Señor. Servirá de señal, para que se recuerde al Señor todopoderoso en el país de Egipto. Cuando griten al Señor pidiendo ayuda contra los que les oprimen, él les enviará un libertador, para que los defienda y los salve. 21 El Señor se dará a conocer a los egipcios, y ellos reconocerán al Señor, le darán culto y le ofrecerán sacrificios y ofrendas. 22 Harán promesas al Señor y las cumplirán. El Señor herirá a Egipto, pero después lo sanará. Ellos se volverán al Señor, y él se compadecerá de ellos y los sanará. 23
En ese día habrá un amplio camino desde Egipto hasta Asiria. Los asirios podrán llegar hasta Egipto y los egipcios hasta Asiria, y los egipcios y los asirios adorarán juntos al Señor. 24
En ese día Israel se colocará a la par con Egipto y Asiria, y será una bendición 25 en medio de la tierra. El Señor todopoderoso los bendecirá, diciendo: «Yo bendigo a Egipto, mi pueblo, a Asiria, obra de mis manos, y a Israel, mi propiedad.» Is.52:1-12
Alabanza a la ciudad de Dios (1a)
Is.19:19-25.
Salmo y cántico de los hijos de Coré.
(1b)
Los cimientos de la ciudad de Dios están sobre los montes santos. 2 El Señor ama las puertas de Sión más que a todas las casas de Jacob. 3 Ciudad de Dios, qué cosas tan hermosas se dicen de ti:
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Anuncio de liberación a Jerusalén Despierta, Sión, despierta, ármate de fuerza; Jerusalén, ciudad santa, vístete tu ropa más elegante, porque los paganos, gente impura, no volverán a entrar en ti. 2 Levántate, Jerusalén,
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Israel, su historia y su futuro
sacúdete el polvo, siéntate en el trono. Sión, joven prisionera, quítate ya el yugo del cuello.
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no tendrán que salir huyendo, porque el Señor, el Dios de Israel, los protegerá por todos lados. Is.66:19-21.
3
El Señor dice: «Ni un centavo recibí cuando ustedes fueron llevados como esclavos; pues ni un centavo daré ahora que yo los rescate. 4 Al principio mi pueblo fue a Egipto y vivió allí como extranjero; después Asiria lo oprimió sin motivo. 5 Y ahora, ¿qué es lo que veo? Sin motivo se han llevado mi pueblo a Babilonia. Quienes lo dominan, gritan orgullosos y me ofenden sin cesar. 6 Pero vendrá el día en que mi pueblo reconozca y sepa que yo, que le he hablado, soy el Señor.» 7
¡Qué hermoso es ver llegar por las colinas al que trae buenas noticias, al que trae noticias de paz, al que anuncia la liberación y dice a Sión: «Tu Dios es rey»! 8 ¡Escucha! Tus centinelas levantan la voz y a una dan gritos de triunfo, porque ven con sus propios ojos cómo vuelve el Señor a Sión. 9 ¡Estallen en gritos de triunfo, ruinas de Jerusalén, porque el Señor ha tenido compasión de su pueblo, ha liberado a Jerusalén! 10 El Señor ha mostrado su poder a la vista de todas las naciones. Por toda la tierra se sabrá que nuestro Dios nos ha salvado. 11 ¡Salgan, salgan ya de Babilonia, no toquen nada impuro, salgan ya de Babilonia! ¡Consérvense limpios los que transportan los utensilios del Señor! 12 Pero no tendrán que salir a toda prisa,
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19
Yo les daré una señal: dejaré que escapen algunos y los enviaré a las naciones: a Tarsis, a Libia, a Lidia, país donde saben manejar el arco, a Tubal, a Grecia y a los lejanos países del mar, que nunca han oído hablar de mí ni han visto mi gloria; ellos anunciarán mi gloria entre las naciones. 20 Harán venir de todas las naciones a todos los compatriotas de ustedes, a caballo, en carros, en literas, en mulas y en camellos. Serán una ofrenda para mí en Jerusalén, mi monte santo, como las ofrendas que traen los israelitas en vasos limpios a mi templo. Yo, el Señor, lo he dicho. Ez.39:21-25. Restauración de Israel 21
»Así mostraré mi gloria a las naciones extranjeras. Todas las naciones verán 22 cómo las he juzgado y castigado. De ese día en adelante, Israel reconocerá 23 que yo soy el Señor su Dios. Y las naciones extranjeras sabrán que los israelitas fueron al destierro por causa de sus pecados, porque me fueron infieles; y que yo les volví la espalda y dejé que los enemigos los vencieran y los 24 mataran a todos en la guerra. Yo los traté como merecían su impureza y rebeldía, y les volví la espalda. 25
»Por eso yo, el Señor, digo: Ahora voy a tener misericordia de todo el pueblo de Israel, de los descendientes de Jacob. Voy a hacer que cambie su suerte, para exigir que se dé honor a mi santo nombre.
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Israel, su historia y su futuro
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Israel, su historia y su futuro
Zac.14:16-21. 16
Después de esto, los sobrevivientes de los mismos pueblos que lucharon contra Jerusalén irán año tras año a adorar al Rey, al Señor todopoderoso, y a 17 celebrar la fiesta de las Enramadas. Y si alguna de las naciones de la tierra no va a Jerusalén a adorar al Rey, al Señor todopoderoso, la lluvia no caerá en sus tierras. 18 Y si los egipcios no van, el Señor los castigará, del mismo modo que a 19 cualquier otra nación que no vaya a celebrar la fiesta de las Enramadas. Ése será el castigo de Egipto y de todas las naciones que no vayan a celebrar la fiesta de las Enramadas. 20
Ese día, hasta los cascabeles de los caballos llevarán la inscripción «Consagrado al Señor». Y los calderos del templo serán entonces tan sagrados como los tazones que están delante del altar. 21 Todos los calderos, en Jerusalén y en Judá, estarán consagrados al Señor todopoderoso. Quienes vayan a hacer un sacrificio, los usarán, y cocerán en ellos la carne de los animales ofrecidos. Ese día ya no habrá más comerciantes en el templo del Señor todopoderoso. Sof.3:9-13. 9
»Cuando eso llegue, purificaré el lenguaje de los pueblos, para que todos me invoquen, para que todos a una me sirvan. 10 Del otro lado de los ríos de Etiopía, mi pueblo disperso vendrá suplicante a traerme ofrendas. 11 En aquel tiempo, pueblo mío, ya no te avergonzarás de ninguna de las acciones con que te rebelaste contra mí, pues entonces quitaré de ti a los altaneros y orgullosos, y nunca volverás a mostrar orgullo en mi santo monte. 12 Yo dejaré en ti gente humilde y sencilla, que pondrá su confianza en mi nombre. 13 Los sobrevivientes del pueblo de Israel no cometerán injusticias, ni dirán mentiras, ni llenarán de embustes su boca. Podrán alimentarse y descansar sin miedo alguno.»
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DESTRUCCIÓN DE ARMAS La palabra de Dios dice que el pueblo israelita saldrá a recoger las armas que trajearon sus enemigos para el ataque; y las quemarán, utilizándolas como leña durante 7 años; ese arsenal tan gigantesco quedará esparcido en el campo de batalla en una extensión de varios kilómetros. Ez.39:9-10. 9
»Los habitantes de las ciudades de Israel saldrán y quemarán sus armas, sus diversas clases de escudos, arcos, flechas, jabalinas y lanzas, y tendrán leña suficiente para hacer fuego durante siete años. 10
No tendrán necesidad de salir al campo a recoger leña, ni de cortarla en los bosques, porque todas esas armas les servirán de leña. Así ellos saquearán a quienes antes los habían saqueado, y despojarán a quienes antes los habían despojado. Yo, el Señor, lo afirmo.
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INHUMACIÓN DE HUESOS La nación israelita, juntamente con los hombres que tomarán a jornal o por contrato estarán dando sepultura durante 7 meses a la osamenta de sus enemigos, que quedará esparcida en una gran extensión de su territorio; esto será para limpiar de las impurezas de todos esos esqueletos que le estarán dando a su país un panorama macabro y muy asqueroso. Ez.39:11-16. Sepultura de Gog 11
»Por aquel tiempo daré a Gog un lugar en Israel, en el Valle de los Viajeros, frente al mar, para que lo sepulten. Ese lugar impedirá el paso, y allí enterrarán a Gog y a todo su ejército, y le pondrán el nombre de Valle del ejército de Gog. 12 13 Los israelitas necesitarán siete meses para enterrarlos y dejar limpio el país. Toda la gente estará ocupada enterrándolos, y será un honor para ellos. En ese 14 día yo me mostraré glorioso. Yo, el Señor, lo afirmo. Además, después de esos siete meses, se encargará a un grupo de personas que recorran y exploren el 15 país, y que entierren a los que hayan quedado en el suelo, para dejarlo limpio. Cuando alguna de estas personas, al recorrer el país, vea algún hueso humano, pondrá a su lado una señal hasta que los enterradores lo entierren en el Valle 16 del ejército de Gog. (También hay una ciudad llamada El Ejército.) Así dejarán limpio el país.»
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Israel, su historia y su futuro
CONVERSIÓN DE LOS JUDÍOS A DIOS En ese momento, cuando los judíos vean el gran poder de Dios manifestado al favor de ellos para liberarlos, muchos prejuicios y vendas se les empezará a quitar y reconocerán el amor a Dios y de su misericordia para con ellos, pues de una manera muy profunda reconocerán y se darán cuenta que humanamente era imposible haber podido sobrevivir a semejante ataque tan multitudinario e impetuoso; ellos se convertirán a Dios. Dt.13.3,4. 3 (4)
no le hagan caso. Porque el Señor su Dios quiere ponerlos a prueba para 4 (5) saber si ustedes lo aman con todo su corazón y con toda su alma. Sigan y honren sólo al Señor su Dios; cumplan sus mandamientos, escuchen su voz y ríndanle culto; vivan unidos a él.
Los israelitas también volverán a disfrutar nuevamente de las bendiciones de Dios como en tiempos pasados y, desde ese instante en adelante, Dios los limpiará de toda idolatría y jamás volverán a sus ídolos y consagrarán sus vidas a Dios; más a Cristo se convertirán después de la derrota del Anticristo. 370
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Esto también lo vamos a ver más adelante en este libro. Is.10.10,11. 10
Me he encontrado naciones con muchos dioses, con más ídolos que los de Jerusalén y Samaria. 11 Pues bien, lo que hice con Samaria y sus dioses, ¿no seré capaz de hacerlo con Jerusalén y sus ídolos?”»
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El Señor dice:
«Yo hago una alianza con ustedes y les prometo que mi poder y las enseñanzas que les he dado no se apartarán jamás de ustedes ni de sus descendientes por toda la eternidad.» Mig.5.10-15.
Is.17.7.8. 7
En ese día el hombre volverá sus ojos a su creador, al Dios Santo de Israel. 8 No volverá a mirar los altares ni otros objetos hechos por los hombres con sus propias manos. No se fijará más en esos troncos sagrados ni en esos altares donde queman incienso a los dioses. Is.27.6-9. En el futuro el pueblo de Jacob echará raíces, Israel retoñará y florecerá, y llenará el mundo con sus frutos. 7 Dios no ha castigado a Israel como castigó a sus opresores, ni ha dado muerte a Israel como dio muerte a sus asesinos. 8 Dios castigó a su pueblo mandándolo al destierro, lo expulsó con su soplo terrible, como cuando sopla el viento del este. 9 Pero perdonará el pecado de Jacob y bajo esta condición borrará sus faltas: que haga polvo todos sus altares paganos como si triturara la piedra de cal, y que no queden más troncos sagrados ni altares de incienso en honor de los dioses. Is.59.20,21. 20
Vendrá como redentor de Sión y de todos los descendientes de Jacob que se arrepientan de sus culpas. El Señor lo afirma.
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Fin de la guerra y la idolatría Esto afirma el Señor: «En aquel día mataré tus caballos y destruiré tus carros de guerra; 11 (10) convertiré en ruinas tus ciudades y derribaré todas tus fortalezas; 12 (11) acabaré con tus hechicerías y te dejaré sin adivinos; 13 (12) destruiré tus ídolos y piedras sagradas, para que no vuelvas a adorar jamás a los dioses que tú mismo hiciste. 14 (13) Arrancaré tus árboles sagrados y destruiré por completo tus ciudades. 15 (14) En mi furor, tomaré venganza de las naciones que no quisieron obedecerme.» 10 (9)
Os.2.14-23. Dios ama a su pueblo Israel »Yo la voy a enamorar: la llevaré al desierto y le hablaré al corazón. 15 (17) Luego le devolveré sus viñas, y convertiré el valle de Acor en puerta de esperanza para ella. Allí me responderá como en su juventud, como en el día en que salió de Egipto. 16 (18) Entonces me llamará “Marido mío”, en vez de llamarme “Baal mío”. Yo, el Señor, lo afirmo. 17 (19) Y quitaré de sus labios los nombres de los baales, 14 (16)
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y jamás volverán a mencionarse. 18 (20) »En aquel tiempo haré en favor de Israel una alianza con los animales salvajes, y con las aves y las serpientes; romperé y quitaré de este país el arco, la espada y la guerra, para que mi pueblo descanse tranquilo. 19 (21) Israel, yo te haré mi esposa para siempre, mi esposa legítima, conforme a la ley, porque te amo entrañablemente. 20 (22) Yo te haré mi esposa y te seré fiel, y tú entonces me conocerás como el Señor. 21 (23) Yo, el Señor, lo afirmo: En aquel tiempo yo responderé al cielo, y el cielo responderá a la tierra; 22 (24) la tierra responderá al trigo, al vino y al aceite, y ellos responderán a Jezreel. 23 (25) Plantaré a mi pueblo en la tierra exclusivamente para mí; tendré compasión de Lo-ruhama, y a Lo-amí le diré: “Tú eres mi pueblo”, y él me dirá: “¡Tú eres mi Dios!”» Os.14.4-8. El Señor promete nueva vida a Israel Dice el Señor: «Voy a curarlos de su rebeldía; voy a amarlos aunque no lo merezcan, pues ya se ha apartado de ellos mi ira. 5 (6) Voy a ser para Israel como el rocío, y él dará flores, como los lirios. Sus raíces serán tan firmes como el monte Líbano; 6 (7) sus ramas se extenderán hermosas como las ramas del olivo, y será su aroma como el de los cedros del Líbano. 7 (8) Israel vivirá de nuevo bajo mi protección; entonces crecerán como el trigo, florecerán como la vid y serán famosos como el vino del Líbano. 8 (9) Efraín dirá: “¿Qué me importan ya los ídolos?” 4 (5)
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¡Yo soy quien atiendo y cuido a mi pueblo! Yo soy como un pino siempre verde, y en mí encontrará mi pueblo su fruto.» Zac.13.1,2. »En aquel día se abrirá un manantial, para que en él puedan lavar sus pecados y su impureza los descendientes de David y los habitantes de Jerusalén. 2 Y en todo este país destruiré hasta los nombres de los ídolos, para que no sigan siendo invocados. Y también quitaré del país a los profetas y a todo espíritu impuro. Yo, el Señor, doy mi palabra. Ez.36 22-38. 22
»Por eso, dile al pueblo de Israel: “Esto dice el Señor: Lo que voy a realizar no es por causa de ustedes, israelitas, sino por mi santo nombre, que ustedes 23 han ofendido entre las naciones a donde han ido. Yo voy a mostrar ante las naciones la santidad de mi gran nombre, que ustedes han ofendido entre ellas; cuando yo lo haga, ellas reconocerán que yo soy el Señor. Yo, el Señor, lo afirmo. 24 Yo los sacaré a ustedes de todas esas naciones y países; los reuniré y 25 los haré volver a su tierra. Los lavaré con agua pura, los limpiaré de todas sus 26 impurezas, los purificaré del contacto con sus ídolos; pondré en ustedes un corazón nuevo y un espíritu nuevo. Quitaré de ustedes ese corazón duro como la piedra y les pondré un corazón dócil. 27 Pondré en ustedes mi espíritu, y haré que cumplan mis leyes y decretos; 28 vivirán en el país que di a sus padres, y 29 serán mi pueblo y yo seré su Dios. Los libraré de todo lo que les manche. Haré 30 que el trigo abunde, y no volveré a enviarles hambre. Haré también que los árboles y los campos den más fruto, para que ustedes no vuelvan a pasar vergüenza delante de las otras naciones por causa del hambre.31 Y cuando se acuerden de su mala conducta y de sus malas acciones, sentirán vergüenza de 32 ustedes mismos por sus pecados y malas acciones. Yo, el Señor, lo afirmo: Sepan, israelitas, que no hago esto porque ustedes lo merezcan; sientan vergüenza y confusión por su conducta. 33
»”Yo, el Señor, digo: Cuando yo los purifique de todos sus pecados, haré que 34 vivan en sus ciudades y que reconstruyan las ruinas. La tierra que había quedado desierta, en vez de quedar desierta será cultivada a la vista de todos 35 los que pasan. Y se dirá: Esta tierra, que había quedado desierta, ahora se parece al jardín de Edén; las ciudades que habían sido destruidas, arrasadas y dejadas en ruinas, ahora son unas fortalezas y están habitadas. 36 Entonces los pueblos vecinos que queden con vida reconocerán que yo, el Señor, reconstruyo lo destruido y vuelvo a sembrar lo arrasado. Yo, el Señor, lo he dicho, y lo realizaré.
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»”Yo, el Señor, digo: Aún haré algo más. Concederé al pueblo de Israel lo que me pida que haga por ellos; multiplicaré su gente como un rebaño. 38
Las ciudades en ruinas se llenarán de tanta gente, que se parecerán a las ovejas que en las fiestas se llevan a Jerusalén para ofrecerlas en sacrificio. Entonces reconocerán que yo soy el Señor.”» Is.30.18-26. Promesa de misericordia para el pueblo 18
Pero el Señor los espera, para tener compasión de ustedes; él está ansioso por mostrarles su amor, porque el Señor es un Dios de justicia. ¡Dichosos todos los que esperan en él! 19
Pueblo de Sión, que vives en Jerusalén: ya no llorarás más. El Señor tendrá compasión de ti al oír que gritas pidiendo ayuda, y apenas te oiga, te responderá. 20
Y aunque el Señor te dé el pan del sufrimiento y el agua de la aflicción, él, que es tu maestro, no se esconderá más; con tus propios ojos lo verás. 21
Y si te desvías a la derecha o a la izquierda, oirás una voz detrás de ti, que te dirá: «Por aquí es el camino, vayan por aquí.» 22
Y despreciarás como cosas impuras tus imágenes de plata y tus ídolos recubiertos de oro. Los rechazarás como algo impuro y los considerarás como basura. 23
El Señor te dará lluvia para la semilla que siembres en la tierra, y la tierra producirá trigo abundante y fértil. En ese día tu ganado tendrá lugar en abundancia para pastar.
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Is.29.22-24 22
Por eso, el Señor, el Dios de Israel, el que rescató a Abraham, dice: «De ahora en adelante Jacob no sentirá vergüenza, ni su rostro se enrojecerá, 23 porque cuando sus descendientes vean lo que he hecho en su pueblo, reconocerán mi santidad y me temerán a mí, el Dios Santo de Israel. 24 Los que estaban confundidos aprenderán a ser sabios, y los murmuradores aceptarán las enseñanzas.» Is.33:22-24. 22-23
Las cuerdas de esas naves no pueden sostener el mástil; la vela no se puede extender. Arrebataremos tantas riquezas a los enemigos, que hasta el ciego recibirá su parte y los lisiados se dedicarán al saqueo. Porque el Señor es nuestro juez, nuestro legislador y nuestro rey, y él nos salvará. 24 Ningún habitante dirá: «Estoy enfermo.» Dios perdonará los pecados a los habitantes de Sión.
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Hasta los bueyes y los burros que trabajan en tus campos tendrán para comer el mejor y más exquisito forraje. 25
Cuando llegue el día de la gran matanza y caigan las fortalezas, habrá ríos y torrentes de agua en todas las altas montañas y en las colinas elevadas. 26
El Señor curará y vendará las heridas de su pueblo. Entonces la luna alumbrará como el sol, y la luz del sol será siete veces más fuerte, como la luz de siete soles juntos.
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cuenten a las naciones las cosas que ha hecho, recuérdenles que él está por encima de todo. 5 Canten al Señor, porque ha hecho algo grandioso que debe conocerse en toda la tierra. 6 Den gritos de alegría, habitantes de Sión, porque el Dios Santo de Israel está en medio de ustedes con toda su grandeza.» Is.26.1-21. Canto de victoria En ese día se cantará este canto en la tierra de Judá:
CANTARÁN EN ACCIÓN DE GRACIAS Por ese tiempo el regocijo en el pueblo de Israel se desbordará, al ver ellos todas estas maravillas que Dios hará en su país; motivo por el cual sus corazones rebozarán de júbilo y en un gesto de euforia y gratitud cantarán en acción de gracias a Jehová Nisi. Is.12.1-6. Canto de acción de gracias En ese tiempo dirás: «Te doy gracias, Señor, porque aunque estuviste enojado conmigo, tu ira ya pasó y me has devuelto la paz. 2 Dios es quien me salva; tengo confianza, no temo. El Señor es mi refugio y mi fuerza, él es mi salvador.» 3 También ustedes podrán ir a beber con alegría en esa fuente de salvación, 4 y entonces dirán: «Den gracias e invoquen al Señor,
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«Tenemos una ciudad fuerte; para salvarnos, el Señor levantó murallas y fortificaciones. 2 Abran las puertas para que pase una nación justa que se mantiene fiel. 3 Señor, tú conservas en paz a los de carácter firme, porque confían en ti. 4 Confíen siempre en el Señor, porque él es refugio eterno. 5 Él hace caer a los orgullosos, y humilla a la ciudad soberbia derribándola hasta el suelo, 6 para que los humildes y los pobres la pisoteen con sus pies.» 7
El camino de los justos es recto; tú, Señor, haces llano su camino. 8 Nosotros también nos sentimos seguros en el camino señalado por tus leyes, Señor. Lo que nuestro corazón desea es pensar en ti. 9 De todo corazón suspiro por ti en la noche; desde lo profundo de mi ser te busco. Cuando tú juzgues la tierra, los hombres aprenderán lo que es justicia. 10 Aunque tengas compasión de los malos, ellos no aprenderán a ser rectos; son perversos en tierra de gente honrada
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y no tienen en cuenta la grandeza del Señor. 11 Señor, tienes el castigo preparado, pero ellos no quieren darse cuenta; cuando vean tu ardiente amor por tu pueblo, quedarán en ridículo. ¡Ojalá que el fuego de tu ira los devore! 12 Señor, tú nos concedes bienestar; eres tú, en verdad, quien realizas todas nuestras obras. 13 Señor y Dios nuestro, otros señores han sido nuestros amos, pero sólo a ti te reconocemos por Señor. 14 Ellos están muertos, no volverán a vivir; no son más que sombras, y no volverán a levantarse; pues los has castigado, los has destruido, has acabado con todo recuerdo de ellos. 15 Tú hiciste crecer la nación, Señor; la hiciste crecer para gloria tuya, extendiste todas las fronteras del país. 16 En la aflicción te buscamos, Señor, cuando nos corriges con un simple murmullo. 17 Delante de ti estábamos, Señor, como cuando a una mujer encinta se le acerca el momento del parto y se retuerce y grita de dolor. 18 Concebimos, sentimos los dolores del parto y dimos a luz, pero no era más que viento. No hemos traído la salvación al país, ni va a nacer gente que pueble el mundo. 19 Pero tus muertos sí volverán a vivir, sus cadáveres resucitarán. Los que duermen en la tierra se despertarán y darán gritos de alegría. Porque tú envías tu luz como rocío y los muertos volverán a nacer de la tierra.
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Porque el Señor va a salir de su palacio para castigar por sus pecados a los habitantes de la tierra, y la tierra no ocultará más sus víctimas sino que dejará ver los crímenes cometidos en ella. Zac.2.10-13. 10 (14)
El Señor afirma: «¡Canten de alegría, habitantes de Jerusalén, porque yo vengo a vivir entre ustedes!» 11 (15)
Cuando esto suceda, muchas naciones se unirán al Señor. Y él dirá: «También estas naciones serán pueblo mío. Y yo viviré entonces entre ustedes.» Así comprenderán ustedes que el Señor todopoderoso me ha enviado. 12 (16)
El Señor tomará nuevamente a Judá como su posesión especial en la tierra santa, y proclamará de nuevo a Jerusalén como su ciudad elegida. 13 (17)
¡Que todo el mundo guarde silencio ante el Señor, pues él viene a nosotros desde el santo lugar donde habita!
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Ve, pueblo mío, entra en tu casa y cierra las puertas detrás de ti. Escóndete un poco, hasta que pase la ira del Señor.
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entero; también los profetas señalan, que después de la batalla de Gog casi la totalidad del pueblo israelita regresará para tomar posesión de sus tierras, por lo cual habrá en Israel una gran alegría y el mundo los honrará. Is.11:11-16. Regreso triunfal de los desterrados En ese tiempo mostrará otra vez el Señor su poder reconquistando el resto de su pueblo, haciéndolo volver de Asiria y de Egipto, de Patros, de Etiopía, de Elam, de Sinar, de Hamat y de los países del mar. 12 Levantará una señal para las naciones y reunirá a los israelitas que estaban desterrados; juntará desde los cuatro puntos cardinales a la gente de Judá que estaba dispersa. 13 La envidia de Efraín terminará, y el rencor de Judá se calmará; Efraín no tendrá envidia de Judá, y Judá no sentirá rencor contra Efraín. 14 Los dos se lanzarán hacia el occidente contra los filisteos y les caerán por la espalda; juntos les quitarán las riquezas a las tribus de oriente. Su poder llegará hasta Edom y Moab, y dominarán a los amonitas. 15 El Señor les abrirá un camino por el Mar Rojo, extenderá su brazo sobre el río Éufrates, hará soplar un viento terrible que lo dividirá en siete brazos, y podrán cruzarlos sin quitarse las sandalias. 16 Cuando ese resto del pueblo del Señor vuelva de Asiria, encontrará un amplio camino, como Israel cuando salió de Egipto. 11
REGRESO DE LOS ISRAELITAS Aquí queremos resaltar que el regreso del pueblo judío e israelita a su tierra será similar a lo ocurrido en el cautiverio, este es, el exilio fue varias etapas, tanto los del reino del norte (Israel) como los del reino de Judá (el del sur); así también el retorno de ellos a su patria será en varias épocas; recuerde que estos regresos se iniciaron cuando una gran mayoría de los judíos vinieron del destierro babilónico; otro tanto ocurrirá antes de la irrupción de Gog en contra de Israel, esto lo podemos apreciar en las profecías de Isaías y de Ezequiel; otra caravana regresará después de la derrota de Gog y de ser recuperadas las tierras que por promesa de Dios les pertenecen, pero hasta el momento una parte de ellas están en manos de otras naciones; y los últimos en regresar será después de manifestarse el Anticristo y de ser derrotado en la batalla de Armagedón.
Is.27:12-13.
En esta última etapa será consolidado en su totalidad el reino de David; este reino gobernará y tendrá el control y dominio del mundo durante mil años: también en esa última etapa Israel no sólo habrán recuperado sus tierras después de la batalla de Gog sino que tendrá el control del gobierno en el mundo 381
12
En ese día el Señor actuará desde el Éufrates hasta el río de Egipto, como quien trilla las espigas; pero ustedes, israelitas, serán recogidos uno por uno. 13 En ese día se tocará la gran trompeta, y los que estaban perdidos en Asiria,
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lo mismo que los que estaban desterrados en Egipto, vendrán a adorar al Señor en Jerusalén, en el monte santo. Is.33:17. 17
De nuevo verás al rey en su esplendor; las fronteras del país llegarán hasta muy lejos. Is.35:1-10.
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Por ese camino volverán los libertados, 10 los que el Señor ha redimido; entrarán en Sión con cantos de alegría, y siempre vivirán alegres. Hallarán felicidad y dicha, y desaparecerán el llanto y el dolor. Is.66:20-23. 20
Regreso del pueblo a Sión Que se alegre el desierto, tierra seca; que se llene de alegría, que florezca, 2 que produzca flores como el lirio, que se llene de gozo y alegría. Dios lo va a hacer tan bello como el Líbano, tan fértil como el Carmelo y el valle de Sarón. Todos verán la gloria del Señor, la majestad de nuestro Dios. 3 Fortalezcan a los débiles, den valor a los cansados, 4 digan a los tímidos: «¡Ánimo, no tengan miedo! ¡Aquí está su Dios para salvarlos, y a sus enemigos los castigará como merecen!» 5 Entonces los ciegos verán y los sordos oirán; 6 los lisiados saltarán como venados y los mudos gritarán. En el desierto, tierra seca, brotará el agua a torrentes. 7 El desierto será un lago, la tierra seca se llenará de manantiales. Donde ahora viven los chacales, crecerán cañas y juncos. 8 Y habrá allí una calzada que se llamará «el camino sagrado». Los que no estén purificados no podrán pasar por él; los necios no andarán por él. 9 Allí no habrá leones ni se acercarán las fieras.
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Harán venir de todas las naciones a todos los compatriotas de ustedes, a caballo, en carros, en literas, en mulas y en camellos. Serán una ofrenda para mí en Jerusalén, mi monte santo, como las ofrendas que traen los israelitas en vasos limpios a mi templo. Yo, el Señor, lo he dicho. 21
»A algunos de ellos los elegiré para que sean sacerdotes y levitas. Yo, el Señor, lo he dicho.» 22
También afirma el Señor: «Así como el nuevo cielo y la nueva tierra que yo voy a crear durarán para siempre, así también durarán tus descendientes y tu nombre. 23 Y cada mes, en el día de la luna nueva, y cada semana, en el sábado, todos los hombres vendrán a postrarse delante de mí. Yo, el Señor, lo he dicho. Ez.34:11-22. El buen pastor 11 12 »Yo, el Señor, digo: Yo mismo voy a encargarme del cuidado de mi rebaño. Como el pastor que se preocupa por sus ovejas cuando están dispersas, así me preocuparé yo de mis ovejas; las rescataré de los lugares por donde se dispersaron en un día oscuro y de tormenta. 13 Las sacaré de los países extranjeros, las reuniré y las llevaré a su propia tierra. Las llevaré a comer a los 14 montes de Israel, y por los arroyos, y por todos los lugares habitados del país.
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Las llevaré a comer los mejores pastos, en los pastizales de las altas montañas 15 de Israel. Allí podrán descansar y comer los pastos más ricos. Yo mismo seré el pastor de mis ovejas, yo mismo las llevaré a descansar. Yo, el Señor, lo afirmo. 16 Buscaré a las ovejas perdidas, traeré a las extraviadas, vendaré a las que tengan alguna pata rota, ayudaré a las débiles, y cuidaré a las gordas y fuertes. Yo las cuidaré como es debido.
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Israel, su historia y su futuro 14
como agua. Entonces traeré del destierro a mi pueblo Israel. Reconstruirán las ciudades destruidas, y vivirán en ellas; plantarán viñedos, y beberán su vino; sembrarán huertos, y comerán sus frutos. 15 Pues los plantaré en su propia tierra, y nunca más volverán a ser arrancados de la tierra que les di.» Dios el Señor lo afirma. Abd.15-18.
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»Yo, el Señor, digo: Escuchen, ovejas mías: Voy a hacer justicia entre los corderos y los cabritos. 18 ¿No les basta con comerse el mejor pasto, sino que tienen que pisotear el que queda? Beben el agua clara, y la demás la enturbian 19 con las patas. Y mis ovejas tienen que comer el pasto que ustedes han pisoteado y beber el agua que ustedes han enturbiado. 20 Por eso yo, el Señor, les digo: Voy a hacer justicia entre las ovejas gordas y las flacas. 21 Ustedes han alejado a empujones a las débiles, las han atacado a cornadas y las han hecho 22 huir. Pero yo voy a salvar a mis ovejas. No dejaré que las sigan robando. Voy a hacer justicia entre las ovejas. Ez.39:25-29. 25
»Por eso yo, el Señor, digo: Ahora voy a tener misericordia de todo el pueblo de Israel, de los descendientes de Jacob. Voy a hacer que cambie su suerte, para exigir que se dé honor a mi santo nombre. 26-27 Yo los reuniré otra vez de las naciones extranjeras y de los países enemigos; entonces vivirán tranquilos en su propia tierra, sin que nadie los asuste. Así mostraré mi santidad, y muchas naciones podrán verla. Los israelitas soportarán su deshonra por haberme sido infieles. 28 Yo los envié al destierro entre naciones extranjeras, y yo los reuniré de nuevo en su tierra. No dejaré desterrado a ninguno. Entonces 29 reconocerán que yo soy el Señor su Dios. No volveré a darles la espalda, pues he derramado mi poder sobre el pueblo de Israel. Yo, el Señor, lo afirmo.» Am.9:11-15.
15
Lo mismo que hiciste con otros, se hará contigo: ¡recibirás tu merecido! La exaltación de Israel »Ya está cerca el día del Señor para todas las naciones. 16 Como fue de amarga la copa que ustedes bebieron en mi santo monte, así de amarga será la copa que las demás naciones beberán sorbo a sorbo; y desaparecerán por completo. 17 Pero el monte Sión será un lugar santo adonde algunos lograrán escapar. Los descendientes de Jacob recobrarán sus tierras; 18 los descendientes de Jacob y de José serán fuego y serán llama, y los de Esaú serán estopa que aquel fuego devorará completamente. ¡Ninguno de los de Esaú se salvará! Yo, el Señor, lo he dicho.» Sof.2:6-9
Restauración futura de Israel
6
11
»El día viene en que levantaré la caída choza de David. Taparé sus brechas, levantaré sus ruinas y la reconstruiré tal como fue en los tiempos pasados,12 para que lo que quede de Edom y de toda nación que me ha pertenecido vuelva a ser posesión de Israel.» El Señor ha dado su palabra, y la cumplirá. 13
«Vienen días en que todavía se estará cosechando el trigo cuando ya será tiempo de arar el campo, y en que aún no se habrá acabado de pisar las uvas cuando ya será tiempo de sembrar el trigo. Por montes y colinas correrá el vino
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El país que está a orillas del mar quedará convertido en pastizales donde se junten los pastores, y en corrales para los rebaños.» 7 Los sobrevivientes del pueblo de Judá tomarán posesión de ese país cuando el Señor su Dios venga en su ayuda y cambie la suerte de ellos.
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Israel, su historia y su futuro
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Israel, su historia y su futuro
Allí cuidarán de sus rebaños, y por las noches descansarán en las casas de Ascalón.
El regreso de los desterrados
8-9
«Yo te libraré entonces del mal que te amenace, de la vergüenza que pese sobre ti. 19 En aquel tiempo actuaré en contra de todos los que te oprimen. Ayudaré a la oveja que cojea y recogeré a la extraviada; convertiré en honor y fama, en toda la tierra, los desprecios que les hicieron. 20 En aquel tiempo los traeré a ustedes, los reuniré; haré que cambie su suerte, y les daré fama y honor entre todos los pueblos de la tierra. Yo, el Señor, lo he dicho.»
Dice el Señor:
Esto afirma el Señor todopoderoso, el Dios de Israel:
«He oído los insultos de los moabitas y las ofensas de los amonitas. Porque ellos han insultado a mi gente y se han engrandecido a costa de su territorio. Por eso, juro por mi vida que a Moab le pasará como a Sodoma y que los de Amón quedarán como Gomorra, convertidos en campo de espinos, en mina de sal, en un lugar de permanente soledad. Los sobrevivientes de mi pueblo los saquearán y se quedarán con sus tierras.» Sof.3:14-20. Canto de alegría por Jerusalén 14
¡Canta, ciudad de Sión! ¡Da voces de alegría, pueblo de Israel! ¡Alégrate, Jerusalén, alégrate de todo corazón! 15 El Señor ha retirado la sentencia contra ti y ha rechazado a tus enemigos. El Señor, el Rey de Israel, está en medio de ti: ya no tendrás que temer mal alguno. 16 En aquel tiempo se dirá a Jerusalén: «¡No tengas miedo, Sión, ni dejes que tus manos queden sin fuerzas!» 17 El Señor tu Dios está en medio de ti; ¡él es poderoso, y te salvará! El Señor estará contento de ti. Con su amor te dará nueva vida; en su alegría cantará 18 como en día de fiesta.
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Israel, su historia y su futuro 29
»En aquel tiempo no volverá a decirse: “Los padres comen uvas agrias y a los hijos se les destemplan los dientes.” 30 Porque será que a quien coma uvas agrias, a ése se le destemplarán los dientes. Cada cual morirá por su propio pecado.» 31
El Señor afirma: «Vendrá un día en que haré una nueva alianza con Israel y 32 con Judá. Esta alianza no será como la que hice con sus antepasados, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto; porque ellos quebrantaron mi 33 alianza, a pesar de que yo era su dueño. Yo, el Señor, lo afirmo. Ésta será la alianza que haré con Israel en aquel tiempo: Pondré mi ley en su corazón y la escribiré en su mente. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Yo, el Señor, lo 34 afirmo. Ya no será necesario que unos a otros, amigos y parientes, tengan que instruirse para que me conozcan, porque todos, desde el más grande hasta el más pequeño, me conocerán. Yo les perdonaré su maldad y no me acordaré más de sus pecados. Yo, el Señor, lo afirmo.» 35
NUEVA ALIANZA CON LOS ISRAELITAS Después del magno acontecimiento de la derrota de Gog y de retornar el pueblo judío, Dios hará una nueva alianza con su pueblo, la cual será para siempre. Jr.31:23-40. Prosperidad futura de Israel
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El Señor todopoderoso, el Dios de Israel, dice: «Cuando yo cambie la suerte de la gente de Judá, y ellos estén de nuevo en su tierra y en sus ciudades, dirán otra vez: “¡Que el Señor bendiga este monte santo donde habita la justicia!” 24 La gente de Judá y de sus ciudades, los agricultores y los pastores de rebaños vivirán ahí. 25 Pues daré de comer y de beber en abundancia a los que estén cansados y sin fuerzas.» 26
El Señor, que puso el sol para alumbrar de día y la luna y las estrellas para alumbrar de noche, que hace que el mar se agite y rujan sus olas, que tiene por nombre el Señor todopoderoso, dice: 36 «Si un día llegaran a fallar estas leyes que he establecido, ese día Israel dejaría de ser mi pueblo. Yo, el Señor, lo afirmo. 37 Si un día se llegara a medir el cielo y a explorar la tierra hasta sus cimientos, ese día yo rechazaría a Israel por todo lo que ha hecho. Yo, el Señor, lo afirmo.»
En esto me desperté y abrí los ojos. Mi sueño me agradó.
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El Señor afirma: «Vendrá un día en que mi ciudad será reconstruida, desde 39 la torre de Hananel hasta la Puerta del Ángulo. Los límites irán, en línea recta, desde allí hasta la colina de Gareb, y luego torcerán hacia Goá. 40 Todo el valle donde se entierra a los muertos y se tira la ceniza, y todos los campos que están encima del arroyo Cedrón hasta el ángulo de la Puerta de los Caballos, al oriente, me estarán consagrados, y todo esto no volverá jamás a ser derribado ni destruido.» Ez.11:14-21. Dios anuncia una nueva alianza
El Señor afirma: «Vendrá un día en que haré que hombres y animales abunden 28 en Israel y en Judá. Y así como estuve atento para arrancar, derribar, echar abajo, destruir y causar daños, así también estaré vigilante para construir y plantar. Yo, el Señor, lo afirmo.
El Señor se dirigió a mí, y me dijo: «La gente que vive en Jerusalén habla de los israelitas, tus compatriotas, y dice: “¡Ellos están lejos del Señor! A 16 nosotros, en cambio, nos dio el país para que seamos dueños de él.” Por eso
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Israel, su historia y su futuro
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diles: “Esto dice el Señor: Yo los desterré y los dispersé entre las naciones, entre países extraños, pero sólo por un corto tiempo. Ahora yo mismo seré un 17 santuario para ellos en los países adonde han ido.” Diles también: “Esto dice el Señor: Yo los haré volver de esos países y naciones adonde los he dispersado, 18 y los reuniré y les daré el país de Israel. Ellos volverán a su país y acabarán 19 con todas las prácticas odiosas y detestables que hay en él. Yo les quitaré ese corazón duro como la piedra, y les daré un nuevo corazón y un nuevo espíritu. 20 Entonces vivirán de acuerdo con mis leyes y decretos, y los pondrán en práctica. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios. 21 Pero a los que viven apegados a esas prácticas odiosas y detestables, les pediré cuentas de su conducta. Yo, el Señor, doy mi palabra.”» Ez.34:26-31. 26
UNIFICACIÓN DE LA NACIÓN
»Yo pondré a mis ovejas alrededor de mi monte santo, y las bendeciré; les enviaré lluvias de bendición en el tiempo oportuno. 27
Los árboles del campo darán su fruto, la tierra dará sus cosechas, y ellas vivirán tranquilas en su propia tierra. Cuando yo libere a mi pueblo de quienes lo han esclavizado, entonces reconocerán que yo soy el Señor. 28
Los pueblos extranjeros no volverán a apoderarse de ellos, ni las fieras volverán a devorarlos. Vivirán tranquilos, sin que nadie los asuste. 29
Les daré sembrados fértiles, y ellos no volverán a sufrir hambre ni las demás naciones volverán a burlarse de ellos.
En ese tiempo, en el pueblo judío e israelita habrá un gran despertar espiritual, un gran amor patriótico y empezará la unión de los dos reinos en uno solo; tal como fue profetizado por David, Isaías, Jeremías y Ezequiel. Sal.89:19-37. 19 (20)
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Entonces reconocerán que yo, el Señor su Dios, estoy con ellos, y que Israel es mi pueblo. Yo, el Señor, lo afirmo. 31
Ustedes son mis ovejas, las ovejas de mi prado. Yo soy su Dios. Yo, el Señor, lo afirmo.»
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En otro tiempo hablaste en una visión, y dijiste a tus siervos fieles: «He escogido a un valiente de mi pueblo, lo he puesto en alto y lo he ayudado. 20 (21) ¡He encontrado a mi siervo David! Con mi aceite sagrado lo he designado rey, 21 (22) y nunca le faltará mi ayuda. Con mi poder lo fortaleceré, 22 (23) y no lo atacarán sus enemigos ni lo vencerán los malvados. 23 (24) Aplastaré a sus enemigos; ¡los quitaré de su vista! ¡Destrozaré a los que lo odian! 24 (25) Él contará con mi amor y fidelidad, y por mí aumentará su poder. 25 (26) Afirmaré su poder y dominio desde el Mediterráneo hasta el Éufrates. 26 (27) Él me dirá: “Tú eres mi Padre;
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eres mi Dios, que me salva y me protege.” Y yo le daré los derechos de hijo mayor, por encima de los reyes del mundo. 28 (29) Mi amor por él será constante, y mi alianza con él será firme. 29 (30) Sus descendientes reinarán en su lugar siempre, mientras el cielo exista. 30 (31) »Pero si ellos abandonan mi enseñanza y no viven de acuerdo con mis mandatos, 31 (32) si faltan a mis leyes y no obedecen mis mandamientos, 32 (33) castigaré su rebelión y maldad con golpes de vara; 33 (34) pero no dejaré de amar a David, ni faltaré a mi fidelidad hacia él. 34 (35) No romperé mi alianza ni faltaré a mi palabra. 35 (36) Una vez le he jurado por mi santidad, y no le mentiré: 36 (37) sus descendientes reinarán en su lugar, siempre, mientras el sol exista. 37 (38) ¡Siempre firmes, como la luna! ¡Siempre firmes, mientras el cielo exista!» 27 (28)
Is.11:13. 13
La envidia de Efraín terminará, y el rencor de Judá se calmará; Efraín no tendrá envidia de Judá, y Judá no sentirá rencor contra Efraín. Is.47:13-23. 13
Has tenido consejeros en abundancia, hasta cansarte. ¡Pues que se presenten tus astrólogos, los que adivinan mirando las estrellas, los que te anuncian el futuro mes por mes, y que traten de salvarte! 14 Pero, mira, son iguales a la paja: el fuego los devora, no pueden salvarse de las llamas. Porque no es un fuego de brasas, para sentarse frente a él y calentarse.
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En eso pararon tus hechiceros, con los que tanto trato has tenido toda tu vida. Cada uno por su lado siguió su falso camino y no hay nadie que te salve. Is.49:1-26. El siervo del Señor, luz de las naciones Óiganme, países del mar, préstenme atención, naciones lejanas: El Señor me llamó desde antes de que yo naciera; pronunció mi nombre cuando aún estaba yo en el seno de mi madre. 2 Convirtió mi lengua en espada afilada, me escondió bajo el amparo de su mano, me convirtió en una flecha aguda y me guardó en su aljaba. 3 Me dijo: «Israel, tú eres mi siervo, en ti me mostraré glorioso.» 4 Y yo que había pensado: «He pasado trabajos en vano, he gastado mis fuerzas sin objeto, para nada.» En realidad mi causa está en manos del Señor, mi recompensa está en poder de mi Dios. 5 He recibido honor delante del Señor mi Dios, pues él ha sido mi fuerza. El Señor, que me formó desde el seno de mi madre para que fuera su siervo, para hacer que Israel, el pueblo de Jacob, se vuelva y se una a él, 6 dice así: «No basta que seas mi siervo sólo para restablecer las tribus de Jacob y hacer volver a los sobrevivientes de Israel; yo haré que seas la luz de las naciones, para que lleves mi salvación hasta las partes más lejanas de la tierra.» 7
El Señor, el redentor, el Dios Santo de Israel, dice al pueblo que ha sido totalmente despreciado,
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al que los otros pueblos aborrecen, al que ha sido esclavo de los tiranos: «Cuando los reyes y los príncipes te vean, se levantarán y se inclinarán delante de ti porque yo, el Señor, el Dios Santo de Israel, te elegí y cumplo mis promesas.» Anuncio de la reconstrucción de Jerusalén 8
El Señor dice: «Vino el momento de mostrar mi bondad, y te respondí; llegó el día de la salvación, y te ayudé. Yo te protegí para establecer por ti mi alianza con el pueblo, para reconstruir el país, para hacer que tomen posesión de las tierras arrasadas, 9 para decir a los presos: “Queden libres”, y a los que están en la oscuridad: “Déjense ver.” Junto a todos los caminos encontrarán pastos, y en cualquier monte desierto tendrán alimento para su ganado. 10 «No tendrán hambre ni sed, ni los molestará el sol ni el calor, porque yo los amo y los guío, y los llevaré a manantiales de agua. 11 Abriré un camino a través de las montañas y haré que se allanen los senderos.»
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yo no te olvidaré. 16 Yo te llevo grabada en mis manos, siempre tengo presentes tus murallas. 17 Los que te reconstruyen van más de prisa que los que te destruyeron; ya se han ido los que te arrasaron. 18 Levanta los ojos y mira alrededor, mira cómo se reúnen todos y vuelven hacia ti. «Yo, el Señor, juro por mi vida que todos ellos serán como joyas que te pondrás, como los adornos de una novia. 19 Tu país estaba en ruinas, destruido, arrasado; pero ahora tu territorio será pequeño para tus habitantes. Los que te destruyeron están lejos. 20 Los hijos que dabas por perdidos te dirán al oído: “Este país es demasiado pequeño para nosotros; haznos lugar para vivir.” 21 Y tú dirás en tu interior: “¿Quién me ha dado estos hijos? Yo no tenía hijos, ni podía tenerlos; estaba desterrada y apartada, ¿quién los crió? Me habían dejado sola, ¿de dónde vinieron?”» 22
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¡Miren! Vienen de muy lejos: unos del norte, otros de occidente, otros de la región de Asuán. 13 ¡Cielo, grita de alegría! ¡Tierra, llénate de gozo! ¡Montañas, lancen gritos de felicidad! Porque el Señor ha consolado a su pueblo, ha tenido compasión de él en su aflicción. 14 «Sión decía: “El Señor me abandonó, mi Dios se olvidó de mí.” 15 Pero ¿acaso una madre olvida o deja de amar a su propio hijo? Pues aunque ella lo olvide,
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El Señor dice: «Voy a dar órdenes a las naciones; voy a dar una señal a los pueblos para que traigan en brazos a tus hijos, y a tus hijas las traigan sobre los hombros. 23 Los reyes serán tus padres adoptivos, y las princesas tus niñeras. Se inclinarán hasta el suelo delante de ti, y lamerán el polvo de tus pies. Y reconocerás que yo soy el Señor, y que los que en mí confían no quedan defraudados.» 24
¿Se le puede arrebatar a un hombre fuerte lo que ha ganado en la batalla? ¿O puede un preso escapar de un tirano?
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El Señor afirma que sí:
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que van como palomas a sus palomares? Son barcos que vienen juntos, con las naves de Tarsis a la cabeza, trayendo de lejos a tus hijos, con su oro y su plata, en honor de tu Señor, el Dios Santo de Israel, quien te hizo gloriosa. 10 Gente extranjera reconstruirá tus murallas, y sus reyes te servirán; pues aunque en su ira el Señor te castigó, ahora en su bondad te ha tenido compasión. 11 Tus puertas estarán siempre abiertas; no se cerrarán de día ni de noche, para que puedan traerte las riquezas de las naciones y entren los reyes con su comitiva. 12 El país que no te sirva, perecerá; naciones enteras serán destruidas. 13 El Señor dice a Jerusalén: 9
«Al hombre fuerte le arrebatarán lo conquistado, y al tirano le quitarán lo ganado. Yo me enfrentaré con los que te buscan pleito; yo mismo salvaré a tus hijos. 26 Obligaré a tus opresores a comer su propia carne y a emborracharse con su sangre, como si fuera vino. Así toda la humanidad sabrá que yo, el Señor, soy tu salvador; que yo, el Poderoso de Jacob, soy tu redentor.» Is.60:1-22. La gloria de la nueva Jerusalén Levántate, Jerusalén, envuelta en resplandor, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor brilla sobre ti. 2 La oscuridad cubre la tierra, la noche envuelve a las naciones, pero el Señor brillará sobre ti y sobre ti aparecerá su gloria. 3 Las naciones vendrán hacia tu luz, los reyes vendrán hacia el resplandor de tu amanecer. 4 Levanta los ojos, y mira a tu alrededor: todos se reúnen y vienen hacia ti. Tus hijos vendrán desde lejos; tus hijas serán traídas en brazos. 5 Tú, al verlos, estarás radiante de alegría, tu corazón se llenará de gozo; te traerán los tesoros de los países del mar, te entregarán las riquezas de las naciones. 6 Te verás cubierta de caravanas de camellos que vienen de Madián y de Efá; vendrán todos los de Sabá, cargados de oro y de incienso, y proclamarán las acciones gloriosas del Señor. 7 Todos los rebaños de Quedar serán para ti; los carneros de Nebaiot estarán a tu servicio, para que los ofrezcas al Señor en su altar como ofrendas agradables, y él hará aún más bello su hermoso templo. 8 ¿Quiénes son esos que vuelan como nubes,
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«Las riquezas del Líbano vendrán a ti: pinos, abetos y cipreses, para embellecer mi templo, para dar gloria al lugar donde pongo mis pies. 14 Los hijos de los que te oprimieron vendrán a humillarse delante de ti, y todos los que te despreciaban se arrodillarán a tus pies y te llamarán “Ciudad del Señor”, “Sión del Dios Santo de Israel”. 15 Ya no estarás abandonada, odiada y sola, sino que yo te haré gloriosa eternamente, motivo de alegría para siempre. 16 Las naciones te darán sus mejores alimentos y los reyes te traerán sus riquezas; y reconocerás que yo, el Señor, soy tu salvador, que yo, el Poderoso de Jacob, soy tu redentor. 17
»En vez de bronce te daré oro, en vez de hierro, plata, en vez de madera, bronce, y en vez de piedras, hierro. Haré que la paz te gobierne y que la rectitud te dirija.
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En tu tierra no se volverá a oír el ruido de la violencia, ni volverá a haber destrucción y ruina en tu territorio, sino que llamarás a tus murallas “Salvación” y a tus puertas “Alabanza”.
diles: “Esto dice el Señor: Voy a tomar el palo de José, que está en manos de Efraín y de las demás tribus aliadas de Israel, y lo voy a juntar con el palo de 2 Judá para convertirlos en un solo palo en mi mano.”
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»Ya no necesitarás que el sol te alumbre de día, ni que la luna te alumbre de noche, porque yo, el Señor, seré tu luz eterna; yo, tu Dios, seré tu esplendor. 20 Tu sol no se ocultará jamás ni tu luna perderá su luz, porque yo, el Señor, seré tu luz eterna; tus días de luto se acabarán.
Ez.37.19-28. 19
Ten en tu mano, a la vista de ellos, los dos palos sobre los cuales escribiste.
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Luego diles: “Esto dice el Señor: Voy a sacar a los israelitas de entre las naciones a donde han ido a parar; los reuniré de todas partes y los haré volver a su tierra. 22
Haré de ellos una sola nación en este país, en los montes de Israel, y tendrán un solo rey. No volverán a estar divididos en dos naciones, ni separados en dos reinos.
21
»Todos los de tu pueblo serán gente honrada, serán dueños de su país por siempre, retoños de una planta que yo mismo he plantado, obra que he hecho con mis manos para mostrar mi gloria. 22 Este puñado tan pequeño se multiplicará por mil; este pequeño número será una gran nación. Yo soy el Señor, yo haré que se realice pronto, a su debido tiempo.»
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Tampoco volverán a mancharse adorando ídolos repugnantes ni cometiendo toda clase de pecados. Yo los libraré de todas las infidelidades que han cometido, y los limpiaré de sus pecados. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios. 24
Mi siervo David será el rey y único pastor de todos ellos, y ellos me obedecerán y cumplirán mis leyes y decretos. 25
Jr.33:14-16
Vivirán en el país que di a mi siervo Jacob, donde también vivieron sus antepasados. Allí vivirán siempre ellos y sus hijos y todos sus descendientes; y mi siervo David será siempre su jefe.
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El Señor afirma: «Llegará el día en que cumpliré las promesas de bendición que hice al pueblo de Israel y de Judá. 15 Cuando llegue ese tiempo y ese día, haré que David tenga un descendiente legítimo, que establecerá la justicia y la rectitud en el país. 16 En aquel tiempo Judá estará a salvo y Jerusalén vivirá segura. Éste es el nombre con que la llamarán: “El Señor es nuestra victoria.
Haré con ellos una alianza para asegurarles una vida tranquila. Será una alianza eterna. Haré que aumenten en número, y para siempre pondré mi santo templo en medio de ellos. 27
Viviré entre ellos, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
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Cuando mi santo templo esté para siempre en medio de ellos, las demás naciones reconocerán.
Jr.33:23-26. 23
El Señor se dirigió a Jeremías, y le dijo: 24 «¿No has notado que la gente dice que he rechazado a las dos familias que yo mismo había escogido, a Israel y Judá? ¡Por eso miran con desprecio a mi pueblo, y ya ni lo consideran una 25 nación! Pues yo, el Señor, digo: Yo, que he hecho una alianza con el día y con la noche, y que he fijado las leyes que gobiernan el cielo y la tierra,26 jamás rechazaré a los descendientes de Jacob y de David mi siervo, ni dejaré de sacar de entre ellos a quienes gobiernen a los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob. Porque yo tendré compasión de ellos y haré que cambie su suerte.»
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En tierra de Israel, el Señor me puso sobre un monte muy alto; y desde allí, vi hacia el sur, una serie de edificios que parecían una ciudad. 3 El Señor me llevó allá, y vi un hombre que parecía de bronce. Estaba de pie a la puerta, y tenía en la mano una cinta de lino y una regla para medir. 4 Y aquel hombre me dijo: «Mira bien y escucha con cuidado; pon mucha atención a todo lo que te voy a mostrar, pues Dios te ha traído aquí para que yo te lo muestre. Luego, comunica al pueblo de Israel todo lo que veas.» La puerta oriental 5
CONSTRUCCIÓN DEL NUEVO TEMPLO EN JERUSALÉN Después de la batalla de Gog y del regreso de los judíos e israelitas a su tierra, en Israel y en especial en una franja de tierra de 25 mil estadios de largo por 10 mil de ancho, será consagrada para las ciudades de los sacerdotes, allí también se construirá el templo que está profetizado y escrito en el libro de Ezequiel; según esa descripción este templo es diferente al construido por Salomón, al construido después del exilio bajo la dirección del gobernador Zorobabel y al construido por el rey Herodes el Grande.
Por fuera del templo había una muralla que lo rodeaba. La regla que el hombre tenía en la mano medía tres metros. Entonces midió el muro, y éste tenía tres metros de ancho y tres de alto. 6 Luego se fue a la entrada que daba al oriente, subió los escalones y midió el umbral de la puerta, el cual tenía tres metros de ancho. 7 Las celdas que había a cada lado de la entrada medían cada una tres metros de largo por tres de ancho, y entre celda y celda había una distancia de dos metros y medio. Luego estaba la puerta que daba al vestíbulo, el cual miraba hacia el templo. El umbral de esta puerta tenía tres metros de ancho. 8-9El hombre midió el vestíbulo que daba entrada al templo, y el vestíbulo medía cuatro metros. Había dos pilastras de un metro de grueso.10 (En cada lado de la entrada oriental había tres celdas, todas del mismo tamaño, y las pilastras que había a cada lado eran también del mismo tamaño.) 11
Viviré entre ellos, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. 28 Cuando mi santo templo esté para siempre en medio de ellos, las demás naciones reconocerán que yo he escogido a Israel como mi posesión sagrada.”»
Luego el hombre midió la puerta de entrada: tenía cinco metros de ancho, y la entrada seis metros y medio. 12 Delante de cada celda había un pequeño muro que tenía medio metro de ancho por cada lado. Cada celda medía tres metros de ancho por tres de largo. 13 Luego midió el ancho total de la entrada, desde el fondo de una celda hasta el fondo de la celda de enfrente, pasando de una puerta a la puerta de enfrente, y medía doce metros y medio. 14 Luego midió el vestíbulo: diez metros. El edificio de entrada daba por todos lados al atrio. 15 El largo total, desde la parte exterior de la puerta hasta la parte interior del vestíbulo, era de veinticinco metros. 16 Las celdas, lo mismo que sus pilastras, tenían ventanas con rejas por dentro y alrededor del edificio de entrada. Igualmente, el vestíbulo tenía ventanas alrededor, por la parte de adentro. En las pilastras había grabados de palmeras.
Ez. Capítulo 40.
El atrio exterior
Visión del templo futuro
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Ez.37:27-28. 27
El día diez del mes, que es el día de año nuevo, el Señor puso su mano sobre mí, y en una visión me trasladó a la tierra de Israel. Ya iban a cumplirse veinticinco años desde que habíamos sido llevados a Babilonia, y catorce años desde la toma de Jerusalén.
El hombre me llevó después al atrio exterior. El atrio tenía un empedrado a su alrededor, y treinta cuartos daban a él. 18 Este empedrado, que era el más bajo, se extendía por los costados de los edificios de entrada, y su ancho era igual al largo de éstos. 19El hombre midió la distancia que había desde el frente de la puerta de abajo hasta la parte de afuera de la puerta interior, y era de cincuenta metros.
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La puerta norte
El atrio interior: la puerta norte
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También había una entrada que daba al norte del atrio exterior. El hombre la midió a lo largo y a lo ancho. 21Tenía también tres celdas a cada lado, y pilastras y vestíbulo de medidas iguales a las de la entrada oriental, es decir, de 22 veinticinco metros de largo por doce y medio metros de ancho. El vestíbulo, las ventanas y las palmeras eran del mismo tamaño que los de la entrada oriental. Aquí también se subía por una escalinata de siete escalones, y el vestíbulo quedaba por la parte de adentro. 23 Tanto al oriente como al norte, frente a la entrada exterior, había otra entrada que conducía al atrio interior. El hombre midió la distancia entre las dos entradas, y era de cincuenta metros.
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Luego aquel hombre me llevó a la entrada que daba al norte, y midió la entrada, la cual medía lo mismo que las otras 36 y tenía también celdas, pilastras, vestíbulo y ventanas alrededor. El edificio de entrada medía 37 veinticinco metros de largo por doce y medio de ancho. El vestíbulo daba hacia el atrio exterior. Las pilastras tenían grabados de palmeras a cada lado. A esta puerta se subía por una escalinata de ocho escalones. Edificios junto a la puerta norte 38
La puerta sur 24
Luego el hombre me llevó al sur, donde había una entrada, y midió las 25 pilastras y el vestíbulo, que medían lo mismo que las otras. El edificio de entrada, con su vestíbulo, tenía ventanas alrededor, como los otros. Medía en total veinticinco metros de largo por doce y medio de ancho. 26 Tenía también una escalinata de siete escalones, y el vestíbulo quedaba también en la parte interior. Las pilastras tenían también grabados de palmeras, una de 27 cada lado. El atrio interior tenía también una puerta que daba hacia el sur. El hombre midió la distancia entre las dos puertas del lado sur, y era de cincuenta metros. El atrio interior: la puerta sur 28
Luego me llevó por la entrada sur hacia el atrio interior. Midió la puerta del 29-30 sur, y tenía las mismas medidas de las puertas anteriores. Sus celdas, vestíbulo y pilastras eran del mismo tamaño que los otros. El edificio de entrada, con su vestíbulo también, tenía ventanas alrededor, y medía en total 31 veinticinco metros de largo por doce y medio de ancho. El vestíbulo daba hacia el atrio exterior. Las pilastras tenían grabados de palmeras. A esta puerta se subía por una escalinata de ocho escalones. El atrio interior: la puerta oriental 32
Había también un cuarto que se comunicaba con el vestíbulo de la entrada. Allí era donde se lavaba a los animales para el holocausto. 39 En el vestíbulo de la entrada había cuatro mesas, dos a cada lado, sobre las que mataban a los animales para el holocausto y para los sacrificios por el pecado o por la 40 culpa. Fuera del vestíbulo de la entrada norte había también dos mesas a cada lado,41de manera que había cuatro mesas dentro y cuatro mesas fuera del edificio de entrada: ocho mesas en total. Sobre ellas se mataba a los animales. 42-43 Las cuatro mesas para los animales que se quemaban eran de piedra de cantera; medían setenta y cinco centímetros de largo por setenta y cinco centímetros de ancho, y cincuenta centímetros de alto, y sobre ellas se colocaba la carne de las ofrendas. Por la parte interior del cuarto, a todo su alrededor, había un borde de seis centímetros de ancho, sobre el que se colocaban la ofrenda de harina y los utensilios necesarios para matar los animales del holocausto. 44
En el atrio interior, fuera de las puertas interiores, había dos cuartos, uno junto a la puerta interior norte, mirando hacia el sur, y otro junto a la puerta interior sur, mirando hacia el norte. 45
El hombre me dijo: «El cuarto que mira hacia el sur es para los sacerdotes que 46 prestan servicio en el templo, y el cuarto que mira hacia el norte es para los sacerdotes que prestan servicio en el altar. Son descendientes de Sadoc, y son los únicos levitas que pueden acercarse al Señor para servirle.» El atrio interior y el templo
En seguida me llevó al atrio interior, por el lado de oriente, y midió la entrada, 33 la cual medía lo mismo que las otras. Sus celdas, pilastras y vestíbulo, eran también de iguales medidas que los otros. El edificio de entrada, con su vestíbulo, tenía ventanas alrededor, y medía veinticinco metros de largo por doce y medio de ancho. 34 El vestíbulo daba hacia el atrio exterior. Las pilastras tenían grabados de palmeras a cada lado. A esta puerta se subía por una escalinata de ocho escalones.
El hombre me llevó al vestíbulo del templo y midió las pilastras del vestíbulo: cada una tenía dos metros y medio de grueso. La puerta tenía siete metros de
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El hombre midió después el atrio interior, que era un cuadrado de cincuenta metros por lado. El altar estaba delante del templo. 48
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ancho, y los soportes de la puerta del vestíbulo medían un metro y medio de ancho cada uno.
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El edificio del oeste 12
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El vestíbulo medía diez metros de ancho por seis de profundidad, y se subía a él por una escalinata de diez escalones. Junto a cada pilastra había una columna.
Por el oeste, mirando hacia el patio cerrado, había un edificio que medía treinta y cinco metros de ancho por cuarenta y cinco de largo, con un muro de dos metros y medio de grueso. Medidas totales del templo
Ez. Capítulo 41. 13
En seguida el hombre me llevó al interior mismo del templo, y midió las pilastras: ambas tenían tres metros de grueso. 2 La puerta tenía cinco metros de ancho; sus soportes medían dos metros y medio de ancho cada uno. Luego midió la sala central, y tenía veinte metros de largo por diez de ancho.3 Después fue a la sala del fondo y midió las pilastras de la entrada, y cada una tenía un metro de grueso. La entrada tenía tres metros de ancho, y las pilastras de cada 4 lado medían tres metros y medio de grueso. Luego midió la sala del fondo, y medía diez metros por lado. Entonces me dijo: «Éste es el Lugar santísimo.» Las celdas construidas junto al muro 5
Luego el hombre midió la pared exterior del templo, y tenía tres metros de grueso. Alrededor del templo, y unidas al mismo, había celdas de dos metros de profundidad. 6
Estas celdas estaban una sobre otra, formando tres pisos, y en cada piso había treinta celdas. El muro del templo era más estrecho en cada piso, y sobre estos entrantes se apoyaban las vigas de las celdas, de modo que no quedaban empotradas en el muro.
El hombre midió el templo, y tenía en total cincuenta metros de largo. El ancho del patio cerrado, más el edificio y sus muros, también era de cincuenta 14 metros. La fachada del templo, más la parte del patio cerrado que daba al oriente, medía cincuenta metros. 15 Luego midió el largo del edificio que quedaba detrás del templo, frente al patio cerrado, más los muros de cada lado, y era de cincuenta metros. Detalles del templo Las salas interiores del templo y el vestíbulo 16-17 estaban recubiertos de madera. Las ventanas enrejadas y los marcos que había alrededor estaban recubiertos de madera por los tres lados. El espacio comprendido entre el piso y las ventanas, y la parte superior de la puerta, también estaban recubiertos. Las 18 paredes del templo, por dentro y por fuera, estaban cubiertas de grabados alternados de seres alados y palmeras. Cada ser alado tenía dos caras; 19 de un lado, una cara de hombre miraba a una palmera, y del otro, una cara de león 20 miraba a otra palmera. Así, alrededor de todo el templo había grabados de seres alados y palmeras, desde el piso hasta la parte superior de las puertas. En 21 la pared de la sala central, el marco de la puerta tenía los postes cuadrados.
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El altar de madera
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Frente a la entrada del Lugar santísimo había algo que parecía un altar de madera, que medía un metro por lado, y un metro y medio de alto. Tenía esquinas, y la base y sus lados eran de madera. El hombre me dijo: «Ésta es la mesa que está delante del Señor.»
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Las puertas
Por fuera de las celdas que rodeaban el templo había una rampa que llegaba hasta la parte de arriba, y así se podía subir desde la planta baja al piso intermedio y al de arriba. Yo vi que por todos lados el templo estaba sobre una base elevada, sobre la cual también estaban construidas las celdas. Esta base tenía una altura de tres metros. La pared exterior de las celdas tenía dos metros y medio de grueso, y alrededor de todo el templo, entre las celdas que rodeaban el templo y los cuartos de los sacerdotes, había un espacio libre de diez metros de ancho. 11
Las celdas se comunicaban con el espacio libre por medio de una puerta hacia el norte y otra hacia el sur. El espacio libre tenía a todo lo largo un muro de dos metros y medio de grueso.
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Tanto la sala central como el Lugar santísimo tenían puertas dobles. Cada 25 puerta tenía dos hojas que se abrían hacia la pared. Las puertas de la sala central tenían grabados de seres alados y palmeras, iguales a los que había en los muros. En la fachada del vestíbulo, por la parte de afuera, había una verja 26 de madera. A cada lado del vestíbulo había ventanas enrejadas y grabados de palmeras. Las celdas unidas al templo también tenían verjas.
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En el año 740 a. de C., Dios, por medio del profeta Isaías, y en el año 520 a. de C., también por medio del profeta Hageo, hizo una alusión a la esplendidez de ese nuevo templo. Is.60:7.13. 7
Todos los rebaños de Quedar serán para ti; los carneros de Nebaiot estarán a tu servicio, para que los ofrezcas al Señor en su altar como ofrendas agradables, y él hará aún más bello su hermoso templo. Is.60:13. 13
El Señor dice a Jerusalén: «Las riquezas del Líbano vendrán a ti: pinos, abetos y cipreses, para embellecer mi templo, para dar gloria al lugar donde pongo mis pies. Hag.2:5-9. 5
Tal como se lo prometí cuando salieron de Egipto, mi espíritu les acompaña. No tengan miedo. 6 Dentro de poco haré temblar el cielo y la tierra, el mar y la 7 tierra firme. Haré temblar a todas las naciones, y traerán sus riquezas, y mi 8 templo se llenará de gloria.» El Señor todopoderoso lo afirma: «Míos son la 9 plata y el oro. Este segundo templo será más hermoso que el primero. Entonces haré que haya paz en este lugar. Yo, el Señor todopoderoso, lo afirmo.»
TIERRAS CONSAGRADAS DESPUÉS DE LA BATALLA DE GOG En esa nueva organización el país de Israel será parcelado en 17 franjas paralelas que irán de occidente a oriente; una de esas franjas como ya dijimos que será de 25 mil estadios de largo por 10 mil de ancho, será para la construcción del templo y para las ciudades de los sacerdotes; otra igual será para las ciudades de los levitas; y una de 25 mil estadios de largo por 5 mil de ancho, será para la ciudad de Jerusalén, esta tres porciones de terreno formará un cuadrado de 25 mil estadios iguales por cada lado; y la hacienda o terreno reservado para el gobernador estará dividido en 2 extensiones rectangulares de 25 mil estadios de largo y la suma del ancho de estas 2 franjas será igual a la de una de las tribus. Y las tribus quedarán distribuidas así: Partiendo del sur hacia el norte de JudáRubén-Efraín-Manasés-Neftalí Aser y Dan; y del norte hacia el sur Benjamín-Simeón-Isacar-Zabulón- y Gad. NOTA: Este nuevo templo estará separado de la ciudad y tendrá 3 entradas y la ciudad tendrá 12 puertas para entrar y salir y cada puerta estará dedicada a cada tribu. Ez.43.6-12. 6
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El hombre se puso junto a mí, y oí que el Señor me hablaba desde el templo y me decía: «Éste es el lugar de mi trono, el lugar donde pongo mis pies; aquí viviré en medio de los israelitas para siempre. Ni ellos ni sus reyes volverán a
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deshonrar con sus infidelidades mi santo nombre: no volverán a construir 8 monumentos a sus reyes después de su muerte, o a construir sus palacios de manera que sus puertas queden junto a las puertas de mi templo, con sólo una pared de por medio. Ellos deshonraron mi santo nombre con acciones que yo 9 detesto; por eso me enojé con ellos y los hice morir. Que alejen ahora de mí sus infidelidades y los monumentos a sus reyes, y yo viviré en medio de ellos para 10 siempre. Y tú, hombre, cuéntales a los israelitas lo que viste del templo, y de 11 sus planos y medidas, para que se avergüencen de sus pecados. Y si se avergüenzan de todo lo que han hecho, explícales la forma del templo y lo que hay en él, las salidas y entradas, en fin, todo el plano, lo mismo que las leyes que deben cumplir. Dibújales todo esto para que tengan una idea clara del diseño y lo lleven a cabo. Escríbeles también todas las leyes para que puedan 12 cumplirlas. Ésta es la ley del templo: todo el terreno que rodea al templo sobre el monte será un lugar sumamente sagrado.» Ez.45.1-18 La porción de territorio consagrada al Señor »Cuando hagan el sorteo del territorio para dar a cada tribu su parte, deberán reservar una porción de terreno de doce kilómetros y medio de largo por diez de ancho, la cual estará consagrada al Señor. Todo ese terreno será terreno sagrado. 2 De allí se reservará para el templo un cuadrado de doscientos cincuenta metros por lado, rodeado por una franja de pastos de veinticinco 3 metros de ancho. En la parte reservada al Señor se señalará un terreno de doce kilómetros y medio de largo por cinco de ancho, que será la parte más sagrada: 4 ahí estará el templo. Esa parte del terreno estará destinada a los sacerdotes que sirven en el templo del Señor y que se acercan a él para servirle. Ahí tendrán lugar para sus casas. Será un lugar sagrado, reservado al templo. 5 Además, habrá otro terreno de doce kilómetros y medio de largo por cinco de ancho, reservado como propiedad de los levitas que sirven en el templo, para que tengan ciudades donde vivir. 6 Por último, para la ciudad deberá reservarse un terreno de doce kilómetros y medio de largo por dos y medio de ancho, junto a la porción sagrada. Este terreno pertenecerá a todo el pueblo de Israel.
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Normas para el gobernante 9
»Yo, el Señor, digo: ¡Basta ya, gobernantes de Israel! ¡No más violencia ni explotación! ¡Actúen con justicia y rectitud! ¡Dejen de robarle tierras a mi pueblo! Yo, el Señor, lo ordeno. 10
»Usen todos pesas y medidas exactas. 11 La medida para granos debe ser igual a la medida para líquidos. El homer de doscientos veinte litros servirá de patrón. Un bato de líquidos debe medir un décimo de homer, y un efa de granos igualmente un décimo de homer. 12
»Igualmente en cuanto a las medidas de peso: veinte geras hacen un siclode once gramos; sesenta siclos hacen una mina. 13
»Éstas son las ofrendas que deben hacer: Dividirán sus cosechas de trigo y de cebada en sesenta partes iguales, y ofrendarán una de ellas. 14 Igualmente, el aceite que obtengan lo dividirán en cien partes iguales, y ofrendarán una de ellas. 15 En cuanto a las ovejas, tomarán una por cada doscientas, de los mejores pastos de Israel. Esto será para las ofrendas de cereales, para el holocausto y para el sacrificio de reconciliación, que se ofrecen para el perdón de los pecados. Yo, el Señor, lo ordeno. 16
»Todos en el país están obligados a entregar esta ofrenda al gobernante de 17 Israel, el cual se encargará de dar los animales para los holocaustos, y lo necesario para las ofrendas de cereales y de vino en las lunas nuevas, en los sábados y en todas las fiestas de Israel. Deberá también presentar los sacrificios por el pecado, las ofrendas de cereales, los holocaustos y los sacrificios de reconciliación, para que se le perdonen los pecados a Israel. Fiesta de la Pascua 18
»Yo, el Señor, digo: El día primero del mes primero ofrecerán ustedes como sacrificio un becerro que no tenga ningún defecto, para purificar de pecado el templo. Ez.46.16-18
Parte reservada al gobernante Obligaciones del gobernante respecto de la tierra 7
»También habrá un terreno reservado para el gobernante. Una parte estará al oriente y otra al occidente, es decir, a uno y otro lado de la parte sagrada y del terreno reservado para la ciudad. De oriente a occidente, tendrá el mismo 8 largo que uno de los terrenos asignados a una de las tribus. Este terreno será propiedad del gobernante de Israel; así no volverán los gobernantes a oprimir a mi pueblo, sino que dejarán su territorio a los israelitas según sus tribus.
»Yo, el Señor, digo: Si el gobernante regala a uno de sus hijos parte del terreno que le pertenece, pasará a ser propiedad hereditaria de sus descendientes. 17 Pero si el gobernante regala parte de su terreno a uno de sus servidores, sólo será suya hasta el año de liberación, en el que volverá a ser propiedad del gobernante y quedará como herencia de sus hijos. 18 El gobernante no tiene
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derecho de despojar a nadie de su propiedad. Lo que dé a sus hijos como herencia, deberá dárselo de sus propiedades; así nadie se quedará sin su propiedad ni se dispersará mi pueblo.» Ez.47.21-23 21
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»Éste es el país que deben repartir entre las doce tribus de Israel. Será la herencia que les toque a ustedes, y también a los extranjeros que vivan con ustedes y que tengan hijos entre ustedes. Deberán considerarlos como si hubieran nacido en Israel. Cuando repartan la tierra entre las tribus de Israel, 23 a ellos también les tocará su parte. Los extranjeros recibirán su parte en el territorio de la tribu en que estén viviendo. Yo, el Señor, lo ordeno.
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sur medirá doce kilómetros y medio, y por el este y el oeste, cinco kilómetros. En 11 medio estará el templo del Señor. Este terreno estará reservado a los sacerdotes consagrados al Señor, descendientes de Sadoc, que se encargaron de mi servicio y no siguieron a los demás israelitas cuando éstos se apartaron 12 de mis caminos, como lo hicieron los levitas. Por eso, dentro de la porción consagrada al Señor, junto al terreno de los levitas, los sacerdotes tendrán un 13 terreno, que será la porción más sagrada. Junto al terreno de los sacerdotes, los levitas tendrán el suyo, el cual medirá doce kilómetros y medio de largo por cinco de ancho. La parte consagrada al Señor tendrá, pues, en total doce 14 kilómetros y medio de largo por diez de ancho. Ésta será la mejor porción del país. Ninguna parte de ella se podrá vender o cambiar o pasar a otra persona, pues está consagrada al Señor. 15
Ez.48.1-35. División del país entre las tribus »Ésta es la lista de las tribus: »Partiendo de la frontera norte, que va desde el Mediterráneo y pasa por Hetlón, la entrada de Hamat y Hasar-enán, al sur de los territorios de Damasco y Hamat, cada tribu recibirá una porción de territorio desde la frontera oriental hasta la occidental, en este orden: Dan Aser Neftalí Manasés Efraín Rubén Judá
»La porción restante, de doce kilómetros y medio de largo por dos y medio de ancho, no es sagrada. Allí podrá vivir la gente y allí estarán los pastizales para 16 el ganado. En medio estará la ciudad, que ocupará un cuadrado de dos mil doscientos cincuenta metros por lado. 17 Alrededor de la ciudad estarán los pastizales, los cuales tendrán ciento veinticinco metros de ancho en las cuatro 18 direcciones. A los lados de la ciudad queda un terreno junto a la porción consagrada al Señor, que tiene cinco kilómetros de largo por el oriente y otro tanto por el occidente. Este terreno se cultivará, y sus productos servirán para alimentar a la gente que trabaja en la ciudad. 19 Los que trabajen en la ciudad, cualquiera que sea la tribu israelita a que pertenezcan, cultivarán ese 20 terreno. Todo el terreno así reservado, formado por la porción consagrada al Señor más lo que pertenece a la ciudad, formará un cuadrado de doce kilómetros y medio por lado. El territorio para el gobernante 21-22
»En seguida vendrá el territorio que deberán reservar, y que se extiende también de oriente a occidente. De ancho medirá doce kilómetros y medio, y de largo medirá lo mismo que miden los otros territorios de oriente a occidente. En medio de él estará el templo.
»Al gobernante le tocará el resto de la franja de territorio que queda entre los territorios de Judá y de Benjamín; es decir, los terrenos situados a uno y otro lado de la porción reservada al Señor y del terreno de la ciudad. Medirá doce kilómetros y medio de ancho, y se extenderá por el oriente hasta la frontera oriental, y por el occidente hasta el mar. En el centro quedarán la porción reservada al Señor, con el templo, más la porción de los levitas y el terreno de la ciudad.
El territorio consagrado al Señor
El territorio de las otras tribus
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»La porción consagrada al Señor dentro de este territorio tendrá doce kilómetros y medio de largo por diez de ancho. 10 Dentro de esta porción habrá un terreno consagrado exclusivamente a los sacerdotes; por el norte y por el
»El territorio de las otras tribus sigue hacia el sur. Cada tribu recibirá una porción de territorio desde la frontera oriental hasta la occidental, en este orden:
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Benjamín Simeón Isacar Zabulón Gad 28
»Al sur del territorio de Gad, la frontera irá desde Tamar, pasando por el oasis de Meribá-cadés y el arroyo de Egipto, hasta el mar Mediterráneo. 29
»Éste es el país que recibirán como herencia las tribus de Israel, y de esa manera deberán ustedes repartirlo. Yo, el Señor, lo ordeno. Las puertas de Jerusalén
CONSAGRACIÓN DEL TEMPLO
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»La ciudad estará rodeada de una muralla, que medirá dos mil doscientos cincuenta metros por cada uno de sus cuatro lados. En cada lado de la muralla habrá tres puertas, cada una dedicada a una de las tribus de Israel, en este orden: Las puertas del norte: a Rubén, Judá y Leví; las del oriente: a José, Benjamín y Dan; las del sur: a Simeón, Isacar y Zabulón; las de occidente: a Gad, Aser y Neftalí. 35
La muralla medirá en total nueve mil metros de largo, y el nombre de la ciudad será en adelante: “El Señor está aquí”.»
Para la inauguración del templo ofrecerán el sacrificio de un cabrito, un becerro y un carnero durante 7 días, por el pecado; y del octavo día en adelante empezarán a ofrecer los holocaustos y los sacrificios de paz o reconciliación. Ez.43.13-27. El altar 13
Éstas eran las medidas del altar, usando las medidas de antes. Alrededor del altar había una zanja de medio metro de hondo y medio de ancho, la cual tenía por fuera, alrededor, un borde que se levantaba veinticinco centímetros. La 14 base del altar era así: desde el fondo de la zanja hasta el borde del cuerpo inferior, había un metro de alto. El cuerpo inferior sobresalía medio metro. El 15 cuerpo central medía dos metros de altura, y sobresalía también medio metro. El cuerpo superior, que es donde se queman los sacrificios, medía dos metros de 16 altura. Tenía cuatro cuernos, que salían hacia arriba. El cuerpo superior del 17 altar era cuadrado, de seis metros por lado. El cuerpo central también era cuadrado, de siete metros por lado. La zanja que había alrededor tenía medio metro de ancho, y el borde levantado tenía veinticinco centímetros de ancho. Los escalones para subir al altar daban hacia el oriente. 18
Luego el Señor me dijo: «Cuando llegue el momento de construir el altar, deberán cumplirse estas normas: Quemarán sobre el altar un animal, en holocausto, y rociarán el altar con la sangre.
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A los sacerdotes levitas descendientes de Sadoc, que son los que deben acercarse a mí para servirme, les darás un becerro para que lo ofrezcan como sacrificio por el pecado. Yo, el Señor, lo ordeno. 20
Luego tomarás un poco de su sangre y rociarás con ella los cuatro cuernos, las cuatro esquinas del cuerpo central y todo el borde levantado. Así lo purificarás por completo del pecado. 21
Luego tomarás el becerro ofrecido por el pecado, y lo quemarás fuera del templo, en el lugar destinado para ello. 22
Al día siguiente ofrecerás, en sacrificio por el pecado, un cabrito que no tenga ningún defecto, y los sacerdotes purificarán el altar de la misma manera que lo hicieron con el becerro. 23
RECOMENDACIONES ADMONITORIAS
Cuando termines estos ritos de purificación, tomarás un becerro y un carnero, ambos sin ningún defecto, 24
y me los ofrecerás. Que los sacerdotes los rocíen con sal y los quemen, como holocausto en mi honor. 25
Diariamente, durante siete días, deberás ofrecer un cabrito como sacrificio por el pecado, y también un becerro y un carnero, todos sin ningún defecto. 26
Diariamente, durante siete días, los sacerdotes deberán purificar por completo el altar, para dedicarlo al uso sagrado. 27
Así lo harán durante siete días, y del octavo en adelante empezarán a ofrecer los holocaustos y los sacrificios de reconciliación. Entonces yo los recibiré a ustedes con agrado. Yo, el Señor, doy mi palabra.»
El ángel le advirtió al profeta, que la entrada del templo quedará al lado oriental y deberá permanecer cerrada porque nadie podrá entrar por ella, ya que por ahí entró el Señor; sólo podrán entrar el gobernador para comer la cena sagrada en presencia del Señor; no entrará al templo ningún extranjero que no pertenezca al pacto santo; los sacerdotes que podrán celebrar los ritos sagrados en ese nuevo templo serán los descendientes de Sadoc, estos no podrán raparse la cabeza ni dejarse el cabello largo, no podrán casarse con viuda o divorciada, podrán hacerlo con una virgen o con la viuda de un sacerdote; los sacerdotes tendrán como misión instruir al pueblo y no podrán comer ningún animal que haya muerto por sí mismo o haya muerto destrozado por una fiera. Ez.44.1-31. Uso de la puerta oriental El hombre me volvió a llevar a la entrada exterior del templo que daba al oriente, la cual estaba cerrada.
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Allí el Señor me dijo: «Esta entrada quedará cerrada; no deberá abrirse. Nadie podrá entrar por ella, porque por ella ha entrado el Señor, el Dios de 3 Israel. Así pues, quedará cerrada. Sólo podrá entrar el gobernante, para sentarse a comer la comida sagrada en presencia del Señor. Deberá entrar por el vestíbulo de la puerta y salir por el mismo sitio.»
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o en el templo, no llevarán ropa de lana. Llevarán un turbante de lino en la cabeza, y calzones también de lino, y no se pondrán en la cintura nada que los 19 haga sudar. Y antes de salir al atrio exterior, donde está el pueblo, deberán quitarse la ropa que usaron para los servicios en el templo y dejarla en los cuartos del templo, y ponerse otra ropa, para que la santidad de la ropa no se trasmita al pueblo.
Quiénes pueden entrar en el templo 20
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El hombre me llevó después por la entrada del norte, frente al templo. Vi que la gloria del Señor había llenado el templo, y me incliné hasta tocar el suelo con la frente. 5 Entonces el Señor me dijo: «Tú, hombre, abre bien los ojos y escucha atentamente todo lo que te voy a decir acerca de las leyes y normas del templo. Fíjate bien en quiénes son los que pueden entrar en el templo y salir de él. 6
»Dile a ese pueblo rebelde de Israel: “Esto dice el Señor: Basta ya de acciones detestables, pueblo de Israel. 7 Ustedes profanan mi templo dejando entrar en él a extranjeros, a gente que no lleva la marca de mi alianza ni en su mente ni en su cuerpo; lo profanan ofreciéndome como alimento la grasa y la sangre de los 8 sacrificios y violando mi alianza con todas esas acciones detestables. Y no han cumplido mis ritos sagrados, sino que los han puesto en manos de extranjeros.” 9 »Por eso yo, el Señor, digo: No entrará en mi templo ningún extranjero que no lleve en su mente y en su cuerpo la marca de mi alianza; ni siquiera un extranjero que viva entre los israelitas. 10 Los levitas, que se alejaron de mí cuando Israel se apartó de mis caminos y me abandonó para adorar a los ídolos, deberán pagar por su pecado. 11 Podrán servir en mi templo como guardianes de las puertas, y en otros servicios del templo; ellos serán quienes maten los animales que se queman en holocausto y los que el pueblo presenta 12 como ofrenda; además, deberán estar listos para servir al pueblo. Ellos estuvieron al servicio de los israelitas para dirigir el culto a los ídolos, y así los hicieron pecar. Por eso, pagarán por su pecado. Yo, el Señor, lo afirmo. 13 No podrán estar a mi servicio como sacerdotes ni acercarse a mis cosas sagradas, ni menos aún a las más sagradas. Tendrán que cargar con su deshonra por las 14 cosas detestables que han cometido. Los pondré a cargo del servicio ordinario del templo, para que hagan todo lo que se deba hacer en él.
»No se raparán la cabeza, ni tampoco se dejarán el pelo largo; tan sólo se lo recortarán. 21 Ningún sacerdote debe beber vino cuando entre en el atrio 22 interior. No debe casarse con una viuda o divorciada, sino sólo con una israelita virgen o con la viuda de un sacerdote. 23
»Los sacerdotes deben enseñar a mi pueblo a distinguir entre lo santo y lo profano, y entre lo puro y lo impuro. 24 En los pleitos, ellos actuarán como jueces, y juzgarán según mis leyes. Cumplirán todas mis leyes y enseñanzas acerca de todas mis fiestas, y respetarán como días sagrados mis sábados. 25
»Nunca deberán tocar un cadáver, para no contaminarse, a menos que se trate del propio padre, la madre, un hijo, una hija, un hermano o una hermana no casada. 26 Si lo hacen, deberán purificarse, y después esperar aún siete días.27 Cuando vuelvan a entrar en el atrio interior del templo para cumplir su servicio, ofrecerán un sacrificio por el pecado. Yo, el Señor, lo ordeno. 28
»Yo seré la única posesión que reciban los sacerdotes como herencia. No se les dará ninguna propiedad en Israel. Yo soy su propiedad. 29 Podrán comer los cereales que los israelitas me ofrecen, y los animales de los sacrificios por el pecado y por la culpa. Igualmente, todo lo que los israelitas me consagren será 30 para ellos. Los sacerdotes recibirán también lo mejor de las primeras cosechas y de todas las ofrendas. Y cuando ustedes preparen la masa para el pan, lo mejor se lo darán a ellos. Así mi bendición descansará sobre las casas 31 de ustedes. Los sacerdotes no deberán comer ningún ave o animal que haya muerto por sí mismo, o que haya sido despedazado por una fiera.
Los sacerdotes 15
»Los sacerdotes levitas descendientes de Sadoc, que continuaron prestando servicio en mi templo cuando los israelitas se apartaron de mis caminos, sí podrán acercarse a mí para servirme. Ellos podrán presentarse ante mí para ofrecerme la grasa y la sangre de los sacrificios. Yo, el Señor, lo ordeno.16 Podrán también entrar en mi templo y acercarse a mi altar para servirme, y se encargarán de mi servicio. 17 Cuando entren por la puerta del atrio interior, deberán llevar puesta ropa de lino. Cuando estén de servicio en el atrio interior
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FECHAS PARA LOS SACRIFICIOS OFRENDAS PARA LOS SACRIFICIOS Cuando llegue ese día, todos los israelitas tendrán el deber de ofrendar una vez cada año para los holocautos y sacrificios de reconciliación y por el perdón de los pecados; ellos entregarán al gobernante un sesentavo de las cosecha de cereales, un centésimo de la producción del aceite y una oveja por cada doscientas. Ez. 45.13-17. 13
»Éstas son las ofrendas que deben hacer: Dividirán sus cosechas de trigo y de 14 cebada en sesenta partes iguales, y ofrendarán una de ellas. Igualmente, el aceite que obtengan lo dividirán en cien partes iguales, y ofrendarán una de 15 ellas. En cuanto a las ovejas, tomarán una por cada doscientas, de los mejores pastos de Israel. Esto será para las ofrendas de cereales, para el holocausto y para el sacrificio de reconciliación, que se ofrecen para el perdón de los pecados. Yo, el Señor, lo ordeno.
El primer día del primer mes de cada año, los sacerdotes ofrecerán un becerro sin defecto en un sacrificio ritual para purificación del templo, y el día 7 del mismo mes, se volverá a ofrecer otro sacrifico igual para descontaminar el templo; esto por si alguien haya cometido un pecado involuntario o sin darse cuenta; y desde el día 14 de ese mes se dará inicio a la fiesta de Pascua, la celebración durará 7 días, durante esos días comerán pan sin levadura y el gobernante entregará para los sacrificios de cada día 7 becerros, 7 carneros y un chivo, todos serán sin defecto y, por cada carnero, se ofrecerá una ofrenda de 20 litros de cereales y 3 litros y medio de aceite. La fiesta de las enramadas o tabernáculos, se celebrarán el día 15 del séptimo mes, en esta fiesta se ofrecerán los mismos sacrificios y ofrendas como los de la Pascua; en ese nuevo templo seguirán vigentes las celebraciones de los días sábados y los días de luna nueva; y todos los días por la mañana se ofrecerá en sacrificio de un cordero de un año y sin defecto.
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»Todos en el país están obligados a entregar esta ofrenda al gobernante de Israel, 17 el cual se encargará de dar los animales para los holocaustos, y lo necesario para las ofrendas de cereales y de vino en las lunas nuevas, en los sábados y en todas las fiestas de Israel. Deberá también presentar los sacrificios por el pecado, las ofrendas de cereales, los holocaustos y los sacrificios de reconciliación, para que se le perdonen los pecados a Israel.
Todas las naciones y los sobrevivientes de las naciones que vendrán en contra de Jerusán en la batalla de Gog, subirán cada año para adorar a Jehová.
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Ez. 45.18-25. Fiesta de la Pascua 18
»Yo, el Señor, digo: El día primero del mes primero ofrecerán ustedes como sacrificio un becerro que no tenga ningún defecto, para purificar de pecado el 19 templo. El sacerdote tomará un poco de sangre del animal ofrecido como sacrificio por el pecado, y la untará en los postes de las puertas del templo, en las cuatro esquinas del altar y en los postes de las puertas del atrio interior.20Lo mismo se hará el día siete del mes en favor de cualquiera que haya cometido un pecado involuntariamente o sin darse cuenta. Así se purificará el templo. 21 El día catorce del mes primero comenzarán ustedes a celebrar la fiesta de la Pascua, y durante siete días comerán pan sin levadura. 22 Ese día el gobernante ofrecerá un becerro como sacrificio por sus propios pecados y por los de todo 23 el pueblo, y en cada uno de los siete días que dura la fiesta presentará siete becerros y siete carneros, todos sin defecto, en holocausto al Señor. Además, 24 cada día ofrecerá un chivo como sacrificio por el pecado. Por cada becerro y por cada carnero se añadirá una ofrenda de veinte litros de cereales y tres litros y medio de aceite. Fiesta de las Enramadas 25
»También en la fiesta de las Enramadas, que se celebra el día quince del séptimo mes, el gobernante deberá ofrecer, durante siete días, iguales sacrificios por el pecado, quemar igual número de animales y hacer las mismas ofrendas de cereales y de aceite.
Ez. 46.1-15.
todos sin ningún defecto. Por cada carnero ofrecerá veinte litros de cereales, y por los corderos lo que quiera. Por cada veinte litros de cereales ofrecerá tres 6 litros y medio de aceite. El día de la luna nueva ofrecerá un becerro, seis corderos y un carnero, todos sin defecto. 7 Por cada becerro ofrecerá veinte litros de cereales, y otro tanto por cada carnero, y por los corderos lo que quiera. Y por cada veinte litros de cereales, tres litros y medio de aceite. 8
»Cuando el gobernante entre, deberá hacerlo por el vestíbulo de la puerta, y 9 saldrá por allí mismo. Y cuando en las fiestas el pueblo entre a adorar al Señor, deberá hacerlo así: los que entren por la puerta norte saldrán por la puerta sur, y los que entren por la puerta sur saldrán por la puerta norte. No volverán por la misma puerta por la que entraron, sino por la de enfrente. 10 El gobernante deberá entrar con el pueblo y salir también con él. 11 En las diversas fiestas se ofrecerán veinte litros de cereales por cada becerro, y otro tanto por cada carnero; por los corderos, lo que se quiera. Por cada veinte litros de cereales se ofrecerán, además, tres litros y medio de aceite. 12
»Cuando el gobernante haga una ofrenda voluntaria al Señor, como un animal para el holocausto o un sacrificio de reconciliación, se le abrirá la puerta oriental y ofrecerá su sacrificio de la misma manera que lo hace en los sábados. Una vez que haya salido, se cerrará la puerta. La ofrenda diaria 13
»Todos los días por la mañana se ofrecerá un cordero de un año, sin defecto, para ser quemado como sacrificio al Señor. 14 Igualmente, cada mañana se le hará al Señor una ofrenda de siete litros de cereales y un litro de aceite, que se 15 derramará sobre la harina. Este rito será obligatorio siempre. El sacrificio en que se quema el cordero, y la ofrenda de cereal y de aceite, se deberán presentar siempre por la mañana.
Deberes del gobernante y del pueblo en las fiestas Is.66.22-23. »Yo, el Señor, digo: La puerta oriental del atrio interior deberá estar cerrada durante los seis días de trabajo, y se abrirá el sábado y el día de luna nueva. 2 El gobernante entrará en el vestíbulo desde el atrio exterior, y se colocará junto a uno de los postes de la puerta. Entre tanto, los sacerdotes quemarán los animales del sacrificio y harán los sacrificios de reconciliación presentados por el gobernante, el cual se inclinará junto al umbral de la puerta, tocando el suelo con la frente, y luego saldrá. La puerta no volverá a cerrarse hasta el 3 atardecer. Los sábados y de luna nueva, el pueblo adorará delante del Señor, 4 frente a la misma puerta. Los animales que el gobernante debe presentar en el sábado para quemarlos como ofrenda al Señor son seis corderos y un carnero,
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También afirma el Señor: «Así como el nuevo cielo y la nueva tierra que yo voy a crear durarán para siempre, así también durarán tus descendientes y tu nombre. 23 Y cada mes, en el día de la luna nueva, y cada semana, en el sábado, todos los hombres vendrán a postrarse delante de mí. Yo, el Señor, lo he dicho.
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Zac. 14.16-21. 16
Después de esto, los sobrevivientes de los mismos pueblos que lucharon contra Jerusalén irán año tras año a adorar al Rey, al Señor todopoderoso, y a celebrar la fiesta de las Enramadas. 17
Y si alguna de las naciones de la tierra no va a Jerusalén a adorar al Rey, al Señor todopoderoso, la lluvia no caerá en sus tierras. 18
Y si los egipcios no van, el Señor los castigará, del mismo modo que a cualquier otra nación que no vaya a celebrar la fiesta de las Enramadas. 19
Ése será el castigo de Egipto y de todas las naciones que no vayan a celebrar la fiesta de las Enramadas.
DE LA CIUDAD DE JERUSALÉN Y DEL TEMPLO NACERÁN 2 RÍOS
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Ese día, hasta los cascabeles de los caballos llevarán la inscripción «Consagrado al Señor». Y los calderos del templo serán entonces tan sagrados como los tazones que están delante del altar. 21
Todos los calderos, en Jerusalén y en Judá, estarán consagrados al Señor todopoderoso. Quienes vayan a hacer un sacrificio, los usarán, y cocerán en ellos la carne de los animales ofrecidos. Ese día ya no habrá más comerciantes en el templo del Señor todopoderoso.
En ese tiempo, el templo de Jerusalén será construido estando en el interior un manantial, del cual nacerán 2 ríos: Uno de ellos irá al mar mediterráneo y el otro al mar Muerto, las aguas del mar Muerto se transformarán en aguas dulces y habrá una gran producción de peces tan grandes como jamás haya habido en el mar y en un río; y en las 2 orillas de este río y a todo lo largo de su curso, habrá abundancia de árboles frutales. Para este tiempo la geografía física del territorio cambiará considerablemente en Israel. Ez.47.1-12. El agua que brota del templo El hombre me hizo volver después a la entrada del templo. Entonces vi que por debajo de la puerta brotaba agua, y que corría hacia el oriente, hacia donde estaba orientado el templo. El agua bajaba por el lado derecho del templo, al lado sur del altar. 2 Luego me hizo salir del terreno del templo por la puerta
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norte, y me hizo dar la vuelta por fuera hasta la entrada exterior que miraba al oriente. Un pequeño chorro de agua brotaba por el lado sur de la entrada. 3 El hombre salió hacia el oriente con una cuerda en la mano, midió quinientos metros y me hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba a los tobillos. 4 Luego midió otros quinientos metros y me hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba entonces hasta las rodillas. Midió otros quinientos metros y me hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba ya a la cintura. 5 Midió otros quinientos metros y la corriente era ya un río que no pude atravesar; se había convertido en un río tan hondo que sólo se podía cruzar a nado. 6Entonces me dijo: «Fíjate bien en lo que has visto.»
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Futuro glorioso de Judá 17 (4.17)
«Ustedes reconocerán que yo, el Señor su Dios, vivo en Sión, mi santo monte. Jerusalén será una ciudad santa: jamás volverán a conquistarla los extranjeros. 18 (4.18) En aquel día, el vino y la leche correrán como agua por montes y colinas, y los arroyos de Judá llevarán agua en abundancia. De mi templo brotará un manantial que regará el valle de Sitim.
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Después me hizo volver por la orilla del río, y vi que en las dos orillas había muchos árboles. 8 Entonces me dijo: «Esta agua corre hacia la región oriental y llega hasta la cuenca del Jordán, de donde desembocará en el Mar Muerto. 9 Cuando llegue allá, el agua del mar se volverá dulce. En cualquier parte a donde llegue esta corriente, podrán vivir animales de todas clases y muchísimos peces. Porque el agua de este río convertirá el agua amarga en agua dulce, y habrá todo género de vida. 10 Desde En-gadi hasta En-eglaim habrá pescadores, y ahí pondrán a secar sus redes. Y habrá allí tanta abundancia y variedad de peces como en el mar Mediterráneo. 11 Pero en las ciénagas y pantanos no habrá agua dulce; allí quedará agua salada, que 12 servirá para sacar sal. En las dos orillas del río crecerá toda clase de árboles frutales. Sus hojas no se caerán nunca, ni dejarán de dar fruto jamás. Cada mes tendrán fruto, porque estarán regados con el agua que sale del templo. Los frutos servirán de alimento y las hojas de medicina. Sal. 46.4-7. 4 (5)
Un río alegra con sus brazos la ciudad de Dios, la más santa de las ciudades del Altísimo. 5 (6) Dios está en medio de ella, y la sostendrá; Dios la ayudará al comenzar el día. 6 (7) Las naciones rugen, los reinos tiemblan, la tierra se deshace cuando él deja oír su voz. 7 (8) ¡El Señor todopoderoso está con nosotros! ¡El Dios de Jacob es nuestro refugio! Joel 3.16-18. 16 (4.16)
Cuando el Señor hace oír su voz de trueno desde el monte Sión, en Jerusalén, el cielo y la tierra se ponen a temblar. Pero el Señor es un refugio protector para los israelitas, que son su pueblo.
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Is.35.1-10. Regreso del pueblo a Sión Que se alegre el desierto, tierra seca; que se llene de alegría, que florezca, 2 que produzca flores como el lirio, que se llene de gozo y alegría. Dios lo va a hacer tan bello como el Líbano, tan fértil como el Carmelo y el valle de Sarón. Todos verán la gloria del Señor, la majestad de nuestro Dios. 3 Fortalezcan a los débiles, den valor a los cansados, 4 digan a los tímidos: «¡Ánimo, no tengan miedo! ¡Aquí está su Dios para salvarlos, y a sus enemigos los castigará como merecen!» 5 Entonces los ciegos verán y los sordos oirán; 6 los lisiados saltarán como venados y los mudos gritarán. En el desierto, tierra seca, brotará el agua a torrentes. 7 El desierto será un lago, la tierra seca se llenará de manantiales. Donde ahora viven los chacales, crecerán cañas y juncos. 8 Y habrá allí una calzada
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que se llamará «el camino sagrado». Los que no estén purificados no podrán pasar por él; los necios no andarán por él. 9 Allí no habrá leones ni se acercarán las fieras. Por ese camino volverán los libertados, 10 los que el Señor ha redimido; entrarán en Sión con cantos de alegría, y siempre vivirán alegres. Hallarán felicidad y dicha, y desaparecerán el llanto y el dolor. Is.41.18-20. 18
Haré brotar ríos en los cerros desiertos y manantiales en medio de los valles; convertiré el desierto en ciénagas, haré brotar arroyos en la tierra seca. 19 En el desierto plantaré cedros, acacias, arrayanes y olivos; en la tierra seca haré crecer pinos juntamente con abetos y cipreses, 20 para que todo el mundo vea y sepa, y ponga atención y entienda que yo, el Señor, he hecho esto con mi poder, que yo, el Dios Santo de Israel, lo he creado.»
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ríos en la tierra estéril, para dar de beber a mi pueblo elegido, 21 el pueblo que he formado para que proclame mi alabanza. Is.44.1-5. Fidelidad del Señor, único Dios »Escúchame ahora, Israel, pueblo de Jacob, mi siervo, mi elegido. 2 Yo soy el Señor, tu creador, que te formó desde antes de nacer y que te ayuda. No temas, Jesurún, pueblo de Jacob, mi siervo, mi elegido, 3 porque voy a hacer que corra agua en el desierto, arroyos en la tierra seca. Yo daré nueva vida a tus descendientes, les enviaré mi bendición. 4 Y crecerán como hierba bien regada, como álamos a la orilla de los ríos. 5 Uno dirá: “Yo soy del Señor”, otro se llamará descendiente de Jacob, y otro se grabará en la mano: “Propiedad del Señor”, y añadirá el nombre de Israel al suyo propio.»
Is.43.18-21 18
Ahora dice el Señor a su pueblo: «Ya no recuerdes el ayer, no pienses más en cosas del pasado. 19 Yo voy a hacer algo nuevo, y verás que ahora mismo va a aparecer. Voy a abrir un camino en el desierto y ríos en la tierra estéril. 20 Me honrarán los animales salvajes, los chacales y los avestruces, porque hago brotar agua en el desierto,
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CAMPAÑAS PARA ANIQUILAR AL PUEBLO DE DIOS
PERORACIÓN Y CONCIENTIZACIÓN Quiero concluir esta parte del libro con una reflexión, para que meditemos en ella. Is. 46.8-13.
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Tengamos presente que Satanás, desde tiempos o épocas remotas del pasado, ha tratado de destruir al pueblo de Israel, él (Satanás) ha utilizado a grandes emperadores, líderes religiosos y gobernantes endemoniados que han tenido en mente este objetivo.
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»Recuerden esto, pecadores, no se hagan ilusiones, piénsenlo bien; 9 recuerden lo que ha pasado desde tiempos antiguos. Yo soy Dios, y no hay otro; soy Dios, y no hay nadie igual a mí. 10 Yo anuncio el fin desde el principio; anuncio el futuro desde mucho antes. Yo digo: Mis planes se realizarán; yo haré todo lo que me propongo. 11 He llamado a un hombre del oriente, que vendrá de lejos como un ave de rapiña y llevará a cabo mis planes. Lo he dicho y así lo haré, he hecho mi plan y lo cumpliré. 12 Escúchenme, gente obstinada, que piensan que la liberación está muy lejos: 13 Yo hago que se acerque mi acción liberadora; mi salvación no se demora, no está lejos. Yo daré a Sión la salvación, yo daré a Israel mi honor.
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¿Por qué este odio y celo en contra de este pueblo? Porque Lucifer sabe muy bien que Dios escogió a este pueblo para que a través de él naciera el salvador de la humanidad, y por él fueran benditas todas las familias del mundo, y también porque él sabe que el último imperio sobre toda la tierra será fundado a través de este pueblo. Veamos esos intentos de aniquilación contra Israel. Cuando Israel estaba en Egipto. Ex.1.7-22. 7
pero como los israelitas tenían muchos hijos, se multiplicaron de tal manera que llegaron a ser muy poderosos. El país estaba lleno de ellos.
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Más tarde hubo un nuevo rey en Egipto, que no había conocido a José, y que le 9 dijo a su pueblo: «Miren, el pueblo israelita es más numeroso y más poderoso 10 que nosotros; así que debemos tramar algo para impedir que sigan aumentando, porque puede ser que, en caso de guerra, se pongan de parte de nuestros enemigos para pelear contra nosotros y se vayan de este país.» 11
Por eso los egipcios pusieron capataces encargados de someter a los israelitas a trabajos muy duros. Les hicieron construir las ciudades de Pitón y Ramsés, que el faraón, rey de Egipto, usaba para almacenar provisiones.12 Pero mientras más los maltrataban, más aumentaban. Así que los egipcios les tenían mucho miedo. 13
Los egipcios esclavizaron cruelmente a los israelitas. 14 Les amargaron la vida sometiéndolos al rudo trabajo de preparar lodo y hacer adobes, y de atender a todos los trabajos del campo. En todo esto los israelitas eran tratados con crueldad. 15 Además, el rey de Egipto habló con Sifrá y Puá, que eran parteras de las hebreas, y les dijo: 16
—Cuando atiendan a las hebreas en sus partos, fíjense en el sexo del recién nacido. Si es niña, déjenla vivir, pero si es niño, ¡mátenlo! 17
Sin embargo, las parteras tuvieron temor de Dios y no hicieron lo que el rey de 18 Egipto les había ordenado, sino que dejaron vivir a los niños. Entonces el rey de Egipto las mandó llamar y les dijo:
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Est.3.1-15. Mardoqueo y Amam Algún tiempo después, el rey Asuero elevó a Amam, hijo de Hamedata, descendiente de Agag, al cargo de jefe de gobierno de la nación. 2 Todos los que servían al rey en su palacio, se ponían de rodillas e inclinaban la cabeza cuando Amam pasaba o cuando estaban delante de él, porque así lo había mandado el rey; pero Mardoqueo no quiso obedecer esta orden. 3
Entonces los funcionarios del rey preguntaron a Mardoqueo por qué no cumplía la orden dada por el rey. 4 Y todos los días le preguntaban lo mismo, pero él no les hacía caso. Entonces fueron a contárselo a Amam, para ver si 5 Mardoqueo sostendría sus palabras, pues ya les había dicho que era judío. Y cuando Amam comprobó que Mardoqueo no se arrodillaba ni inclinaba la cabeza cuando él pasaba, se llenó de indignación; 6 pero como ya le habían dicho de qué raza era Mardoqueo, le pareció que no bastaría con castigarlo sólo a él, y empezó a pensar en cómo acabar con todos los judíos que vivían en el reino de Asuero. Decreto para destruir a los judíos 7
El primer mes del año, o sea el mes de Nisán, en el año decimosegundo del reinado de Asuero, se echaron suertes en presencia de Amam para fijar el día y el mes en que convenía llevar a cabo su plan, y salió el día trece del mes doce, o 8 sea el mes de Adar. Entonces dijo Amam al rey Asuero:
—¿Por qué han dejado vivir a los niños? 19
—Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias —contestaron ellas—. Al contrario, son muy robustas y dan a luz antes de que nosotras lleguemos a atenderlas. 20-21
De esta manera el pueblo israelita seguía creciendo en número, y cada vez se hacía más poderoso. Además, como las parteras tuvieron temor de Dios, él 22 las favoreció y les concedió una familia numerosa. El faraón, por su parte, ordenó a todo su pueblo: «Echen al río a todos los niños hebreos que nazcan, pero a las niñas déjenlas vivir.»
Intento de Exterminio por el complot de Amán, en la época del rey Asuero de Persia.
—Entre todos los pueblos que componen las provincias del reino de Su Majestad, hay uno que vive separado de los demás; tiene leyes distintas de las de otros pueblos, y no cumple las órdenes de Su Majestad. No conviene a Su 9 Majestad que este pueblo siga viviendo en su reino. Por lo tanto, si a Su Majestad le parece bien, publíquese un decreto que ordene su exterminio, y yo por mi parte entregaré a los funcionarios de hacienda trescientos treinta mil kilos de plata para el tesoro real. 10
Entonces el rey se quitó su anillo y se lo dio a Amam, enemigo de los judíos, diciéndole:
—Puedes quedarte con la plata. En cuanto a ese pueblo, haz con él lo que mejor te parezca. 12
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El día trece del primer mes del año fueron llamados los secretarios del rey, los
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cuales escribieron las órdenes de Amam a los gobernadores regionales y provinciales y a las autoridades de cada nación. Estas órdenes fueron escritas en la escritura y la lengua propias de cada provincia y pueblo, y firmadas en nombre del rey Asuero y selladas con el sello real, 13 y enviadas luego por medio de correos a todas las provincias del reino. En ellas se ordenaba destruir por completo, y en un solo día, a todos los judíos, fueran jóvenes o viejos, niños o mujeres, y apoderarse de todos sus bienes. El día señalado era el trece del mes 14 doce, o sea el mes de Adar. La copia de este decreto fue publicada como ley y dada a conocer en todas las provincias y pueblos, a fin de que estuvieran 15 preparados para ese día. Los correos partieron inmediatamente por orden del rey, y el decreto fue publicado en la ciudadela de Susa. Y mientras el rey y Amam se sentaban a brindar, en Susa reinaba la confusión.
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—¡Miren! Veo los cielos abiertos, y al Hijo del hombre a la derecha de Dios. 57
Pero ellos se taparon los oídos, y dando fuertes gritos se lanzaron todos contra él. 58 Lo sacaron de la ciudad y lo apedrearon; los que hacían de testigos contra él dejaron sus ropas al cuidado de un joven llamado Saulo. 59
Mientras lo apedreaban, Esteban oró, diciendo: «Señor Jesús, recibe mi 60 espíritu.» Luego se puso de rodillas y gritó con voz fuerte: «¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado!» Habiendo dicho esto, murió. Hch. 13.48-52.
En la persecución de la iglesia primitiva por los emperadores romanos; la historia relata que hubo diez grandes persecuciones desde el gobierno de Nerón hasta Diocleciano; estas empezaron primeo por el celo y fanatismo religioso de los sacerdotes y después la abrazaron los emperadores, esto se encuentra en los libros de historia y en el libro de los Hechos de los apóstoles. 1 de Ts. 2.14,15. 14
Cuando ustedes, hermanos, sufrieron persecución a manos de sus paisanos, les pasó lo mismo que a las iglesias de Dios de los que pertenecen a Cristo Jesús en Judea, pues ellos también fueron perseguidos por sus paisanos los judíos. 15 Estos judíos mataron al Señor Jesús, como antes habían matado a los profetas, y nos echaron fuera a nosotros. No agradan a Dios, y están en contra de todos, Hch. 7.52-60. 52
¿A cuál de los profetas no maltrataron los antepasados de ustedes? Ellos mataron a quienes habían hablado de la venida de aquel que es justo, y ahora que este justo ya ha venido, ustedes lo traicionaron y lo mataron. 53 Ustedes, que recibieron la ley por medio de ángeles, no la obedecen.» Muerte de Esteban 54
Cuando oyeron estas cosas, se enfurecieron y rechinaron los dientes contra Esteban. 55 Pero él, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo y vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios. 56Entonces dijo:
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Al oír esto, los que no eran judíos se alegraron y comenzaron a decir que el mensaje del Señor era bueno; y creyeron todos los que estaban destinados a 49 tener vida eterna. Así se predicó el mensaje del Señor por toda aquella región. 50 Pero los judíos hablaron con algunas mujeres piadosas y honorables, y con los hombres importantes de la ciudad, y los incitaron a comenzar una persecución contra Pablo y Bernabé, para echarlos de la región. 51 Entonces éstos sacudieron el polvo de sus pies en señal de protesta contra aquella gente, 52 y se fueron a Iconio. Pero los creyentes estaban llenos de alegría y del Espíritu Santo.
Las Cruzadas que iniciaron en el año 1096 hasta el año 1270, estas fueron lideradas y apoyadas por los jefes de la iglesia romana y también por emperadores, en total fueron ocho campañas en las cuales callearon asesinadas muchas almas. La inquisición, esta también fue implantada por la iglesia romana de la poca (de la edad media y parte de los primeros años de los tiempos modernos), miles y miles de judíos y cristianos murieron en la pira, enjuiciados por los tribunales de dicha institución, en estos tribunales se violaba abiertamente la libertad de conciencia de los ciudadanos. HOLOCAUSTO NAZI, fue encabezado por el socialismo alemán en el gobierno de Adolfo Hitler, los investigadores de estos tiempos han encontrado que los hornos crematorios hacían entrar desnudos a las mujeres, niños y hombres, y al 434
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entrar al horno los rociaban con gasolina y cerradas las puertas para incinerarlos, dicen que en estas hogueras murieron más de diez millones de judíos y cristianos. En la irrupción de Gog contra Israel, para tratar de destruirlo, este será la antepenúltima agresión, ya que el penúltimo será en el gobierno Anticristo y el cual será uno de los más feroces; porque esta persecución será a nivel mundial y en la cual caerán varios millones, entre cristianos y judíos. El último intento de aniquilación será al final del mundo, cuando el mismo Satanás será el comandante Jefe que organizará a varias naciones en contra del imperio judío. Cabe la pena recordar, que en algunas de todas estas amenazas de exterminio, Dios ha tenido presente la oración de apelación y súplica del místico y salmista Asaf. Sal.83.1-18. Oración pidiendo la intervención de Dios (1)
Cántico y salmo de Asaf.
(2)
Oh Dios, ¡no te quedes en silencio!, ¡no te quedes inmóvil y callado! 2 (3) Mira a tus enemigos, a los que te odian: alborotan y se rebelan contra ti. 3 (4) Han hecho planes astutos en contra de tu pueblo, ¡en contra de tus protegidos! 4 (5) Han pensado venir a destruirnos para que dejemos de existir como nación, para que no vuelva a recordarse el nombre de Israel. 5 (6) Han hecho un pacto en contra tuya, han conspirado como un solo hombre: 6 (7) los campamentos de Edom y de Ismael, los descendientes de Agar y de Moab,
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Guebal, Amón y Amalec, los filisteos, los que viven en Tiro, 8 (9) y hasta los asirios se han unido a ellos, y son el brazo fuerte de los hijos de Lot. 9 (10) Haz con ellos como hiciste con Madián, como hiciste con Sísara, como hiciste con Jabín en el arroyo de Quisón, 10 (11) que fueron destruidos en Endor, ¡que fueron convertidos en estiércol de la tierra! 11 (12) Haz con sus hombres importantes como hiciste con Oreb y con Zeeb; haz con todos sus jefes como hiciste con Zébah y con Salmuná, 12 (13) que quisieron apropiarse de los pastizales de Dios. 13 (14) Dios mío, haz que rueden como zarzas, como hojas secas arrastradas por el viento; 14 (15) y así como el fuego quema el bosque y consume los montes con sus llamas, 15 (16) ¡así persíguelos con tus tormentas y espántalos con tus tempestades! 16 (17) ¡Avergüénzalos, Señor, para que recurran a ti! 17 (18) Que sean avergonzados para siempre; ¡que se avergüencen y mueran! 18 (19) ¡Que sepan que sólo tú eres el Señor, que sólo tú eres el Altísimo sobre toda la tierra! FIN
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CONTENIDO Prólogo.................................................................................................................. El pueblo de Israel................................................................................................. Sale Abran de Ur................................................................................................... Dios le promete un hijo......................................................................................... Nacimiento de Ismael............................................................................................ Peregrinaciones de Abran...................................................................................... Dios reitera a Abran su pacto................................................................................ Promesa del nacimiento de Isaac.......................................................................... Promesa y profecía para Ismael............................................................................. Dios probó la fe de Abran...................................................................................... Muerte de Sara....................................................................................................... Nuevo matrimonio y muerte de Abran.................................................................. Hijo de Isaac.......................................................................................................... Interludio............................................................................................................... Profecías paralelas................................................................................................. Jacob compra la primogenitura............................................................................. Treta de Jacob para conseguir la Bendición.......................................................... Esau logra una bendición inferior......................................................................... Dios bendice a Jacob............................................................................................. Dios le cambia el nombre a Jacob......................................................................... Astucia de Jacob.................................................................................................... Historia de José..................................................................................................... José el hijo predilecto de Jacob............................................................................. Se agrava más la situación para José..................................................................... A José lo venden sus hermanos............................................................................. José en Egipto........................................................................................................ Odio pasional......................................................................................................... José intérprete de sueños....................................................................................... José ante el faraón................................................................................................. Los hermanos de José descienden a Egipto........................................................... Regresan con Benjamín......................................................................................... Treta de José.......................................................................................................... Orden del faraón.................................................................................................... Dios alienta a Israel............................................................................................... José informa al Faraón..........................................................................................
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3 4 6 8 10 12 18 20 23 25 27 33 34 35 39 41 43 46 47 49 51 55 56 57 58 61 63 64 66 70 74 78 82 83 86
Israel juramenta josé.............................................................................................. Recorderi de las promesa...................................................................................... Temor de los hermanos de josé............................................................................. Nacimiento de Moisés........................................................................................... . Moisés huye de egipto........................................................................................... Llamamiento de Moisés........................................................................................ Pacto de Dios con Abraham, Isaac y Jacob........................................................... Seremos libre de la maldición............................................................................... Regreso de Moisés a Egipto.................................................................................. Moisés y Aaron ante el monarca egipcio.............................................................. Segunda comisión ante el faraón.......................................................................... Dios se da a conocer ante el faraón....................................................................... Dios se da a conocer al faraón............................................................................... Institución de la Pascua......................................................................................... Libres de la esclavitud egipcia.............................................................................. Dios juega al opresor............................................................................................. Dios juega al opresor............................................................................................. Pacto de Dios con Israel........................................................................................ Erección del tabernáculo....................................................................................... Advertencia contra la idolatría.............................................................................. Profecía de la corrupción de Israel........................................................................ Lo que Dios exige................................................................................................. Cánticos de Moisés............................................................................................... Inicia la monarquía en Israel................................................................................. Saúl es desechado por Dios................................................................................... Dios elige a David................................................................................................. Promesas para la restauración futura de Israel...................................................... Salomón sucede a David....................................................................................... Pacto de Dios con Salomón.................................................................................. Apostasía de Salomón........................................................................................... División del reino de Israel................................................................................... Rebeliones continuas de Israel.............................................................................. Dios le envió profetas para evitar su locura.......................................................... Bendiciones de la obediencia................................................................................ Profecías del exilio de Israel y de Judá.................................................................
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89 94 100 101 103 106 110 113 119 121 124 127 135 141 147 149 152 154 159 163 169 176 179 184 191 195 203 207 211 212 214 218 222 226 228
Cautiverio de Israel................................................................................................ Causas del cautiverio............................................................................................. Población de Samaria............................................................................................ El cautiverio de Judá............................................................................................. El cautiverio durante el reinado de Sedequías....................................................... El rey Nabucodonosor........................................................................................... Gobernantes neobabilónicos.................................................................................. Templo de Jerusalén.............................................................................................. Profeta de la destrucción del templo de Salomón................................................. El templo de Zorobabel......................................................................................... El templo de Herodes el Grande............................................................................ Templo para el futuro............................................................................................ decreto del rey Ciro............................................................................................... Regreso del exilio.................................................................................................. Promesas futura para Israel................................................................................... La batalla de Gog.................................................................................................. Analizando la Profecía de Ezequiel....................................................................... Objetivo de la invasión.......................................................................................... Trasfondo histórico de estas naciones................................................................... Censura contra de Gog.......................................................................................... Tiempo de gran pánico.......................................................................................... La mano de Dios en contra de Gog....................................................................... El pánico se invertirá............................................................................................. La humillación y derrota de Gog........................................................................... En ese tiempo Dios será glorificado...................................................................... Destrucción de armas............................................................................................ Inhumación de huesos........................................................................................... Conversión de judíos a Dios.................................................................................. Cantar en acción de gracias................................................................................... Regreso de los israelitas........................................................................................ Nueva alianza con los israelitas............................................................................. Unificación de la nación........................................................................................ Construcción del nuevo templo en jerusalén......................................................... Tierras consagradas después de la batalla Gog..................................................... Consagración del templo.......................................................................................
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Recomendaciones admonitorias............................................................................ Ofrendas para los sacrificios.................................................................................. Fechas para los sacrificios..................................................................................... De la ciudad de Jerusalén y del templo nacerán dos ríos...................................... Peroración y concientización................................................................................. Campaña para aniquilar el pueblo de Dios............................................................
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