Enmimismamientos

Page 1

ENMIMISMAMIENTOS Fabricio Mejía





Que si alguna vez dediqué, y sé que lo hice, algo que no fue producido por mi, ofrezco disculpas a su autor, tenga este conciencia o no sobre su obra o sobre sí mismo. Espero no cometer de nuevo semejante cobardía.



Sobre Manos

- Hola ¿cómo estás? - Hola, es un gusto, yo… Hola, que bonitas manos tienes. - ¡Deténgase la luz! - ¿Qué ocurre? - Lo sabes bien. Juro que no estaba viendo sus manos al momento de saludarla, eso sería extraño, tampoco se suponía que habría nada especial en ella, era otra mujer. Ocurre que percibí algo particular en la manera en que nuestras manos se estrecharon, dentro de un sinnúmero de detalles, los más llamativos a mi juicio fueron la fuerza con que me abrazaron sus dedos, débil, rozando la desconfianza, visiblemente vulnerable y con enorme ternura, «delicada» si tuviese que definirla

7


en una palabra, y el ángulo en que colocó su mano, ignoraba la total verticalidad, distaba de lo masculino, más bien rozaba lo noble, jugaba horizontalmente pero sin mayor explicitud, muy femenino, eran manos familiarizadas con mimos y cuidados, pero a la vez eran «cercanas», y lo entrecomillo pues lo humilde me parece mucho decir, eran unas manos que no se colocaban sobre ninguna otra, excepto allí, al momento de saludar. - Que bonitas manos tienes. - No acabas de decir eso ¿verdad? - No lo sé ¿qué fue lo que dije? Que bonitas manos tienes. Te saludo con nostalgia desde que percibí los estímulos ya mencionados, no puedo decir que me alegra conocerte, no puedo tampoco decir que no lo hace, permíteme recordar. Tus manos y las mías no tienen prácticamente nada en común, ella y yo tampoco lo teníamos a simple vista. Vi con atención mis manos hace un par de horas, creo recordarlas lo suficiente como para describirlas a continuación, son delgadas en general, tienen algunas marcas de distintos tipos, pero no son por trabajar la tierra ni mucho menos, tal vez si esa fuese la causa no tendría que escribir sobre ellas ahora, son significativamente distintas la una a la otra, mis nudillos son fríos y escarpados, he fracturado mis dedos en varias ocasiones y las consecuencias de ello son visibles, aunque no demasiado, mis manos parecen un mecanismo artificial cuyo interior está casi expuesto, cada ligero movimiento desata una rápida reacción en cadena, fácil de apreciar, y los ductos por los que corre el líquido refrigerante parecen haber sido colocados casi al final, cercana la fecha de entrega, mis uñas no son una historia mayor, no cuido demasiado de ellas ni parecen querer decir mucho, cumplen sus funciones y poco más, «tus manos están diseñadas para que seas un

8


músico» me dicen desde chico, pero lo cierto es que no he tenido tiempo de convertirme en uno, «las desaprovechas» dicen, tal vez si. Lo que podría considerar atractivo en mis manos no es iniciativa o mérito único de ellas, sino algo de lo que puedo imaginar y elaborar con su ayuda, pero anda, nadie sabe eso a primera vista, y las pobres pierden su oportunidad para el primer impacto. Por otro lados las tuyas, y de antemano te ofrezco disculpas porque usaré las suyas para hablarte, son otra historia. No parecen algo artificial, aunque a su vez me hacen pensar que fueron construidas por hombres tratando de romper las limitaciones temporales de su propia especie, tus manos querida, como si ya pudiese quererte, se ven como una obra conclusa de Michelangelo Buonarroti, no quieres oír cuántas horas pasé teniendo experiencias estéticas con las suyas, es que… Para colocarlo en términos más secos, sus manos parecían no haber tocado nada jamás, y yo sentía que era su primer contacto, como si pudieses tocar la neblina en su origen. Sus manos eran el juguete más increíble que haya conocido, y perdóname, pero las tuyas son tan similares. - ¿Eso crees? - Eso creo - ¿Por qué lo dices? - Pues depende, dime ¿cuánto tiempo tienes? - Supongo que no tengo tiempo, jamás lo tendré ¿lo tienes tú? - ¿Siempre das la respuesta correcta? - No - Que hijo de puta, por un momento pensé que podría ser. - Lo siento, se sienten muy reales ¿verdad? - Están excelentemente construidas. - Gracias ¡avance la luz!

9


10


Lo Realmente Extraño

- Eso que «viviste» no fue «real», todo solucionado. - ¿A qué te refieres? - Bueno, no entremos en tecnicismos, hace mucho tiempo que definimos «realidad». - Así es, prosigue por favor. Así es, pero las definiciones, a pesar de pretender fracturar el universo queriendo controlarlo, son más que necesarias. Pensaba y pienso hasta la fecha que el «mundo» que vemos, y tal vez esté de acuerdo conmigo, no existe, y no porque en verdad «no exista», pues de algún modo está allí y de seguro seguirá allí con o sin usted, la cuestión es que es distinto «realmente». Debo confesar que no se me ha ocurrido hasta el momento manera alguna de ver una «realidad» tal y como es, pues a mi alcance tengo poco más que los instrumentos de fábrica y un par de manuales guardados en mi empaque original, pero utilizar otros instrumentos tampoco ha sido ni será, creo, la solución, pues terminarán dándome poco más que un

11


fragmento de su historia, otra interpretación que ofrecen a mis maneras de interpretar una «realidad», realidad que irónicamente poco parece tener que ver con ella misma. - Como verás, esos hechos que crees recordar, «realmente» no sucedieron, todo está bien, ustedes se aman, pero a la vez se odian, y eso es porque ni siquiera se conocen. Creíste por momentos saber siquiera su nombre, pero sabes bien que no tiene nombre alguno, como cualquiera de nosotros, nadie podría «tener» un nombre, en el sentido estricto de la palabra, así que, al no tener nombre alguno, mucho menos te tuvo a ti ni tú a ella, porque como dije, no se conocen, al tiempo que se conocen a la perfección. Están diseñados el uno para el otro, o quizá no, pero arrojados en un océano de sistemas de aleatoriedad, su «tiempo» llegó a su final después de una cantidad igualmente aleatoria de segundos, pero los segundos, al ser solo una medida creada por los hombres, basándose en los instrumentos que tenían a la mano, no existen para la «realidad», que puede medirse a sí misma con sus propios instrumentos, misma realidad para la que ustedes nunca existieron y a su vez existieron juntos indefinidamente a través del tiempo, y tiempo que, como elemento de la misma «realidad» es mucho más difícil de desenmascarar que algunos segundos, pero es igualmente probable que tampoco «exista». En otras palabras, puede que ustedes nunca hayan sucedido. - Esa es una salida fácil. - Es inmensamente más fácil plantearla que llevarla a cabo, y no es «la última de las salidas fáciles», pero en teoría no va nada mal. Ahora, puede llevarse a acciones más concretas y «reales». - ¿A qué quieres llegar? - A que con alterar un instrumento, podemos solucionar el embrollo. - Y como te conozco bien, a través del mismo… - Solo piénsalo por un instante.

12


La memoria como un instrumento, una capacidad, una cualidad para el desarrollo y vida del universo… No es importante, de momento me es útil el cuestionamiento acerca de lo que somos «realmente» ¿solo cuerpos? ¿Materia obedeciendo alguna especie de software? Y se me ocurren un par de cosas cuando primero pienso en aquello que nos hace ser como somos, puede que la memoria sea una de aquellas fronteras últimas y de preferencia «intocables», aspecto que puede obviarse pues me importa la sola posibilidad de tocarla, y si dicha posibilidad existe (y sé que existe), mi memoria ¿debería ser alterada? Aunque suena divertido, no me gusta resignarme a pensar que usted y yo «somos» poco más que una red de impulsos eléctricos, una increíble máquina orgánica, a nuestro juicio. Somos en parte un sinfín de procesos que sin interrupción forman nuestra identidad, «somos» esa identidad y en este momento nos comunicamos a través de los mismos impulsos eléctricos con los que también «somos». - Dentro de las variadas formas que podemos emplear para detener el tiempo, las que utilizaron ¿con qué podrían ser comparadas? - Eso depende, en ocasiones, actuó para conmigo como lo haría un impulso eléctrico relativamente alto aplicado en el claustrum de mi cerebro. - Y de ser así ¿por qué dudas? Diminutos fragmentos de tejido cerebral, unos cuantos miles de millones de células cerebrales ¿me engañan acaso? Siendo ellas quienes «producen» todo aquello que haya sentido alguna vez. - ¿Quién eres entonces? - Soy yo, sencillo. - Salidas fáciles. Si tienes una identidad ¿dónde se construyó? - Relativo, pero es mi memoria a lo que nos referimos. - Si hoy puedes hablarme de tu identidad es porque sabes de ella, y

13


«saber» viene unas cuantas fichas de dominó después de recordar. Ella está allí, exista o no para el universo, existe en efecto para ti y es parte de tu identidad, y sin tu memoria avanzaríamos velozmente a través del tiempo, pero estaríamos atascados en él, pues no tendrías identidad. Pero podríamos no deshacernos de todo. No creo que la memoria sea estable, en ningún momento. Al generar un recuerdo, este no queda guardado para siempre en una estantería, protegido de toda alteración, por el contrario, recordar algo es exponerlo a la conciencia de nuevo, a nosotros, y eso hace que, lo queramos o no, intervengamos dicho recuerdo. Delicada y vulnerable, como un recuerdo, porque a fin de cuentas es lo que es hoy. - En todos los casos, el evocarse, juntos, es exponerse a la actualización, de cualquier forma son vulnerables, elementos son desechados y agregados a ustedes, y en tu intento por plasmarse en una memoria de estado sólido, se alteran. No importa cuan rápido escribas, tu mente es más veloz que tus manos, cada palabra es la continuidad de un camino en direcciones opuestas, y los textos, en términos físicos, tienen un final ¿tenemos que esperar hasta entonces? - No quisiera finalizar una oración más. - He allí la diferencia, no finalices nada, para, no la expongas a más cambios. Las diferencias en un mismo recuerdo entre dos personas pueden ser impactantes, sobre todo si lo que siente uno de los personajes por el otro cambia. Nos escribimos mutuamente en arena, de la misma forma escribimos cualquier recuerdo, pero nosotros jamás debimos escribirnos. Al tratar de recordar detalles cometemos errores y nos construimos de nuevo, pero nada comparable a la manera en que recordamos emociones, mi estado de ánimo actual afecta la manera en que la recuerdo, manera distinta a la que vendrá la página siguiente, y en definitiva muy distinta a como lo hacía hace algún tiempo.

14


Al ver que aquello popularmente llamado «realidad» es en buena medida una elaboración propia (lo que no convierte lo «real» en falso sino en algo «realmente extraño») ¿qué podemos pedirle a cualquier semejante? ¿Qué le puedo pedir? Lo mismo que ellos a nosotros, supongo, solo una interpretación.

15


16


Ver Para Creer

- Gracias a Dios no sucedió algo peor. Pocas expresiones logran sacarme más de mis casillas, pero solo cuando se da una mezcla casi perfecta de ingredientes, no puedo soportar y la extrema curiosidad me vence, entonces me tomo el atrevimiento de abrir la boca. Trato de hacerlo con humildad y precaución, sin esperar «respuestas» sino tal vez una historia que me enriquezca o algo que me ayude a pensar. - Disculpe señora, si me permite ¿por qué agradece a Dios? - ¿Joven? - Si ¿me explicaría usted qué fue eso que hizo Dios? - ¿Dios? Evitó un desastre mayor. - Pero, si fue un desastre. - Si, pero pudo ser mucho peor. - Y Dios ¿por qué no solo evitó ello? ¿No cree que hubiese estado

17


mejor? - Así no interviene Dios hijo. - Entonces ¿de qué manera interviene? - Pudo ser mucho peor, pero Dios, que es todopoderoso, intervino y tuvo piedad, un día lo entenderás. - Todopoderoso… Si, yo esperaba que el día fuese hoy y usted me pudiese ayudar a entender un poco. - ¿Acaso no ves su obra? ¡Mira cuantas vidas se han salvado después de semejante tragedia! - Oh ¿es una cuestión de números? ¿Cómo funciona esa escala realmente? - ¡Muchos más pudieron perder sus vidas! - Pero, es que se debe tener en cuenta que la causa es un proceso natural del planeta. Claro que «pudo» ser mucho peor ¿por qué habría de ser ello un motivo de agradecimiento? Siempre «podría ser peor», pero creo que es irrelevante, pues fue lo que fue y no creo que pudiese ser de otra forma. - ¡Pudo ser mucho peor, pero Dios es muy grande! Y tú no ves su obra porque no estuviste allí. Bueno, en eso último estamos de acuerdo. He allí el punto de ruptura, cuando la situación te cierra las puertas, por lo menos al rápido pensamiento, y es mejor retirarte pues ya obtuviste cuanto fue posible de aquel universo, no sin antes regalarte una sutil estocada. - Oh, tal vez tenga usted razón, de haber vivido eso tan terrible de primera mano, de seguro pensaría distinto, ver para creer ¿no cree? - Por supuesto - Es usted muy amable.

18


19



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.