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Población y Desarrollo argonautas y caminantes Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015 ISSN 2221-7002 Edificio F1, 3ra. planta, MDD-UNAH, Ciudad Universitaria, Blvd. Suyapa, Tegucigalpa, M.D.C., Correo electrónico: maestriademografiasocial@yahoo.es mae.demografiasoc.cu@unah.edu.hn Sitio Web: www.mdd.unah.edu.hn twitter:Maedemografiahn facebook:maestriademografia

CONSEJO EDITORIAL Martha Lorena Suazo Matute Editora Marysabel Zelaya Ochoa Editora Adjunta Marcos Carías Chaverri Rolando Sierra Fonseca Raúl Hernández Castellón Marcelina Castillo Venerio

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE HONDURAS MAESTRÍA EN DEMOGRAFÍA Y DESARROLLO Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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304.6 Universidad Nacional Autónoma de Honduras Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes es una U38 Postgrado Latinoamericano en Trabajo Socia.por Maestría en revista anual de carácter académico editada la Maestría en Demografía Social. de la Universidad Nacional Autónoma Demografía y Desarrollo C.de H. Población Desarrollo: y Caminantes 2008 / Honduras. Su yobjetivo esArgonautas dar a conocer de forma permanen Universidadcientífica Nacional Autónoma de Honduras. Postgrado te la producción de los resultados de investigación en Latinoamericano en Trabajo Social. Maestría en Demografía temas relacionados con población y desarrollo. Socia.-- (Tegucigalpa): (Litografía López), (2009) 110 p.: Cuadros, fotos, gráficos. ISBN: 978-99926-724-1-9 1.- HONDURAS-DEMOGRAFÍA. 2.- DESARROLLO SOCIAL. 3.- MIGRACIÓN.

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Población y Desarrollo argonautas y caminantes

Índice Presentación........................................................................ 5 1. Factores sociodemográficos relacionados con el acceso a la justicia de la mujer víctima de violencia doméstica en Honduras, año 2012 Raúl Iván Chávez Baca............................................................... 9 2. La migración de retorno de migrantes mexicanos en el siglo XXI Ofelia Woo Morales, Alma Leticia Flores Ávila..................................... 23 3. Mortalidad hospitalaria y años de vida potencialmente perdidos en el Hospital San Felipe, año 2014 María Guadalupe Romero-A., Ingrid Carolina Garay-R............................. 39 4. Crisis laboral en la Región Metropolitana Guadalajara José María Parra Ruíz, Emilia Gámez Frías......................................... 49

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5. Situación sociodemográfica de las jefaturas de hogar femenina en Honduras Selgia Marina Paz Perdomo....................................................... 63 6. Relaciones de desigualdad de la mujer en Honduras Miguel Alonzo Macías............................................................ 77 7. Fragmentación y segregación urbana en el Distrito Central, Honduras Marysabel Zelaya Ochoa.......................................................... 85 8 Una demografía sentida: una nueva mirada en el sentir de los pueblos Alejandro Melgar Quiñonez....................................................... 99

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Presentación La Maestría en Demografía y Desarrollo de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras presenta el volumen 11 de la revista Población Desarrollo Argonautas y Caminantes. Estos once años han representado toda una experiencia de formación, aprendizaje y crecimiento, en donde como equipo de trabajo hemos superado limitaciones, e identificado las fortalezas y el potencial que ha alcanzado la revista. La experiencia a la vez ha permitido reflexionar que frente a los rápidos cambios que el mundo y la ciencia experimentan tenemos el compromiso de continuar bajo una mística de crecimiento y mejora continua. Parte de los cambios que se experimentan a nivel mundial están relacionados con temas de población y desarrollo. Los comportamientos poblacionales a nivel mundial, regional y nacional presentan variaciones y estas tienen impacto en todas las esferas de la vida humana. Analizar e interpretar la dinámica poblacional es la tarea de la Demografía, sin embargo, bajo un enfoque multidisciplinar permite desde otras ciencias enriquecer los aportes bajo una óptica propositiva, pues solo en la medida que puedan identificarse alternativas de solución al impacto que generan los cambios demográficos se estará haciendo aportes positivos a la sociedad. Esta nueva edición presenta 8 artículos, que se enfocan en tres líneas de investigación. Desde la perspectiva de género se presentan los artículos: Factores sociodemográficos relacionados con el acceso de la mujer víctima de violencia doméstica en Honduras por Raúl Baca Chávez; Situación sociodemográfica de la jefaturas femeninas en Honduras por Selgia Marina Paz y Relaciones de desigualdad de la mujer en Honduras por Miguel Alonzo Macias. Desde la dinámica demográfica se presentan los artículos: La migración de retorno de migrantes mexicanos en el siglo XXI de Ofelia Woo y Alma Leticia Flores Ávila, Mortalidad hospitalaria y años de vida potencialmente perdidos en el Hospital San Felipe años 2014, de Guadalupe Romero e Ingrid Garay, y Fragmentación y Segregación Urbana del Distrito Central de Marysabel Zelaya Ochoa, y una demografía sentida: una nueva mirada en el

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sentir de los pueblos de Alejandro Melgar. En el área de la economía: Crisis laboral en la Región Metropolitana Guadalajara de José María Parra y Emilia Gámez Frías. La revista genera un espacio en el que se pueden presentar y compartir los aportes realizados por investigadores sociales de diversas áreas, pues un aspecto esencial que no debe dejar de ser, en el contexto de la academia es la publicación del conocimiento pues de otra manera, la investigación se constituye en un ejercicio individual sin ningún efecto. Además los resultados de investigación publicados en la Revista Población y Desarrollo Argonautas y Caminantes constituyen un apoyo para la docencia, investigación y vinculación de la Universidad con la sociedad lo cual genera un aporte positivo para su posicionamiento. Un agradecimiento especial al docente de generaciones y artista hondureño Saúl Toro que en esta oportunidad apoyó la publicación del presente número, facilitando una muestra pictórica de su obra, la cual engalana cada uno de los artículos presentados.

Marysabel Zelaya Ochoa Editora Adjunta

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Factores sociodemográficos relacionados con el acceso a la justicia de la mujer

1 Factores sociodemográficos relacionados con el acceso a la justicia de la mujer víctima de violencia doméstica en Honduras, año 2012 Raúl Iván Chávez Baca* RESUMEN. La violencia contra las mujeres genera la principal demanda de acceso a la justicia para el Poder Judicial, debido a que el 57.9% de la población de mujeres vive en pareja, ya sea casada o en unión libre y por la cultura patriarcal imperante. Sin embargo, es un tema con poca trascendencia para el Poder Judicial, institución que le da mayor énfasis al acceso a la justicia a otros problemas sociales que al ser comparados con la problemática de violencia contra las mujeres son de inferior demanda de acceso. A partir de indicadores estadísticos se percibe una desigualdad en el acceso a la justicia en menoscabo de las mujeres de zonas rurales, ya que las que habitan las zonas urbanas gozan de un mejor servicio. La reducción de la fecundidad dentro de 15 años así como la transición demográfica y el aumento del nivel educativo de las mujeres indirectamente serán factores de aumento de la demanda de las mujeres de acceso a la justicia ya que estos factores generarán una mayor participación social y económica de las mujeres. Palabras claves: Justicia, patriarcado, género, Transición demográfica, Gobernabilidad. ABSTRACT. Main findings, it was found that violence against women generates the main demand of access to justice for the judiciary because 57.9% of the population of women living with friends either married or cohabiting and the prevailing patriarchal culture. However, it is a subject with little significance for the judiciary, an institution that gives greater emphasis to access to justice to other social problems when compared with the problem of violence against women is lower demand for access. It as determined the existence of an unequal access to justice to the detriment of women in rural areas, since those living in urban areas enjoy better service. The reduction of fertility in 15 years as well as the demographic transition and increased education of women will indirectly a factor of increased demand of women access to justice and that these factors generate greater social participation and economics of women. Keywords: justice, patriarchy, gender, demographic transition, governance.

I. Introducción En la construcción de la gobernabilidad, el acceso equitativo a la justicia de un país es un factor que necesita ser fortalecido. La solución de conflictos sociales mediante la aplicación del derecho a casos concretos, legitima al Estado ante sus ciudadanos impartiendo justicia, logrando a la vez confianza de la población en sus instituciones estatales y por ende estabilidad social. Además de requerir eficacia para solucionar conflictos, el acceso a la justicia requiere de la eficiencia en la distribución y manejo de sus recursos para alcanzar sus fines.

El acceso a la justicia en cualquier área del Derecho necesita información científica para la toma de decisiones acertadas y para el diseño de políticas estatales eficaces tendientes a mejorar este servicio. Sólo mediante el análisis científico de la información de una problemática social que requiere intervención estatal pueden diseñarse soluciones eficaces, siendo necesario además considerar los futuros escenarios en torno a la estructura y dinámica poblacional para prevenir eventuales problemas en el acceso a la justicia. En la toma de decisiones y diseño de políticas estatales sobre acceso a la justicia debe considerarse información

Recibido: 15 de julio 2015 / aceptado y versión final agosto 2015 * Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Abogado, M.Sc. en Demografía y Desarrollo, Esp. en Derecho Penal y Procesal Penal, Post título en Democracia y Gobernabilidad, Post título en Derechos Humanos y Mujeres: Teoría y Práctica, actual Juez del Tribunal de Sentencias del Departamento de Francisco Morazán. rchavezbaca@yahoo.com Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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Raúl Iván Chávez Baca

relevante sobre las condiciones en que se desenvuelven los grupos sociales más vulnerables. Las diferentes circunstancias culturales, económicas, demográficas, geográficas y sociales generan diferencias y desigualdades de acceso a los recursos y servicios, y sólo conociendo la información sobre estas circunstancias se pueden identificar los factores que obstaculizan a estos grupos, acceder a la justicia en igualdad de condiciones con el resto de la población. Este articulo surge a partir de una investigación de tesis de posgrado y su objetivo es describir los principales factores sociales, económicos, geográficos, estatales y demográficos que obstaculizan a la población del sexo femenino acceder a la justicia penal en Honduras, considerando la justicia como producto y servicio público que debe proporcionarse equitativamente, apreciándose la crisis de justicia como ineficiencia e insuficiencia de la oferta del servicio respecto a la demanda social del mismo, lo cual se manifiesta en el congestionamiento judicial, excesiva dilación de los trámites judiciales, elevado número de conflictos judicializados sin resolver y un servicio de justicia paulatinamente inaccesible para sectores sociales más débiles y pobres.

Como universo de investigación se consideró al total de población de mujeres del país durante el año dos mil doce. La población objeto de estudio son las mujeres que habitaban las zonas rurales y urbanas de los dieciocho departamentos durante el año 2012, de la cual se consideró como muestra las mujeres domiciliadas en cada uno de los departamentos que fueron entrevistadas mediante la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDESA) 2011-2012 para la cual se levantó una muestra probabilística estratificada por cada uno de los departamentos del país, correspondiendo a un universo de 22,757 mujeres encuestadas a nivel nacional, excluyéndose en la toma de la muestra los departamentos de Gracias a Dios e Islas de la Bahía. Con base en los datos del XVI Censo de Población y V de Vivienda 2001, así como en la proyección de población para el año 2011 realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y la función matemática exponencial, para efectos de herramienta de análisis y cálculo de tasas de jueces de acuerdo a las concentraciones poblacionales, se realizó una estimación de la población de mujeres por cada uno de los departamentos en el año dos mil doce (Mapa 1).

II. Metodología

Mapa 1.Honduras: estimación de población de mujeres, año

Se utilizó un diseño de investigación no experimental transeccional descriptivo con el cual se analizó la capacidad de las mujeres para acceder a un órgano judicial de acuerdo a indicadores de acceso a la justicia, construidos a partir de la oferta-demanda del servicio de acceso a la justicia. En relación a las variables utilizadas para alcanzar el objetivo del presente artículo, se utilizaron como fuentes de información cuantitativa la base de datos de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud 2011-2012 lo que corresponde a indicadores de estadística inferencial, así como la base de datos recopiladas por el Centro Electrónico de Documentación e Información Judicial de Honduras (CEDIJH) referente a los años 2011 y 2012, los cuales son datos de estadística descriptiva.

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2012 27066

27066

27066

189450

202579

154625

216871

866323

291720

47906

0 236610

69826

124719 164719 105340

267945 777548 223535 Estimación de població de Mujeres, año 2012

90218 240793

Departamentos_Nacionales

124720 - 202579

Mj2012 0 - 47506

202580 - 291720 291721 - 866323

47507 - 124719

Fuentes: Elaboración propia con base en estimación realizada por el INE


Factores sociodemográficos relacionados con el acceso a la justicia de la mujer

Para la oferta se consideró por departamento el número de órganos judiciales competentes en materia de violencia doméstica y en materia penal, así como el número de Jueces de Letras y de Paz competentes en violencia doméstica y en materia penal y el porcentaje de empleados clasificados por zonas de residencia. Para la demanda del servicio se consideró a nivel nacional las frecuencias de delitos en contra de las mujeres de violencia doméstica e intrafamiliar, así como las tasas de jueces competentes en violencia doméstica y materia penal por cada cien mil mujeres con lo cual se realizó un análisis de relación con las variables de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud 2011-2012 referentes a la problemática de la violencia contra las mujeres.

III. Discusión de resultados La violencia contra las mujeres genera un gran número de denuncias. Del 2008 al 2012 el Observatorio Estadístico del Ministerio Público registró a nivel nacional 121,270 denuncias relacionadas exclusivamente con la violencia contra la mujer, siendo el 2009, el año con más delitos denunciados debido a la extrema represión sufrida por el pueblo hondureño a causa del golpe de Estado que aumentó el irrespeto a los derechos humanos especialmente los de las mujeres por la desigualdad que estas tienen respecto al hombre, junto con las condiciones socioeconómicas y de inseguridad en el país (Ponce Mendoza, 2013). Se trata de una patología social en la cual las mujeres resultan ser las más vulnerables. La población hondureña es predominantemente femenina. En el 2013 la población fue de 8,555,072 habitantes, siendo los hombres el 49.25% y el 50.75% las mujeres, tendencia que se mantiene desde el 2001 ya que la población masculina disminuye y la femenina aumenta (Ponce Mendoza, 2013). Si se pretende realizar distribución eficiente de los recursos del poder judicial debe considerarse este factor de acuerdo a las problemáticas sociales que para los sexos generan diferenciadas demandas de acceso a la justicia.

El Estado ha sido indiferente en el problema de la violencia contra las mujeres. Para el Centro de Derechos de Mujeres (CDM, 2005) en lugares predominantemente violentos la ejercida contra las mujeres poco se visibiliza y es tolerada y distorsionada por la sociedad en conjunto, lo que se expresa en la forma en que se aborda políticamente y jurídicamente, y en las actividades realizadas para enfrentarla. El presupuesto asignado para Juzgados de Letras en Violencia Doméstica fue apenas del 1% del presupuesto judicial y menos de este porcentaje para la Unidad de Género del Poder Judicial (Dirección de Planificación y Presupuesto del Poder Judicial, enero-diciembre 2012). Esta actitud de indiferencia estatal es un efecto indirecto del predominio de una cultura patriarcal. Otro efecto de esta indiferencia es la falta de credibilidad en el Poder Judicial por parte de las mujeres víctimas de violencia doméstica. De acuerdo a los datos estadísticos de la encuesta ENDESA 2011-2012, muy pocas mujeres víctimas acuden en busca de ayuda ante un juzgado, lo cual se percibe tanto en zonas urbanas y rurales, siendo ligeramente superior la cifra de mujeres que buscan ayuda en un juzgado en las zonas urbanas (Cuadro 1). Esta falta de credibilidad en el Poder Judicial por parte de las víctimas de la violencia es un síntoma de la crisis de gobernabilidad por la que actualmente atraviesa el Estado Hondureño a consecuencia de la debilidad de sus instituciones. Cuadro 1. Honduras: mujeres que buscaron ayuda en un juzgado ante actos de violencia, año 2012, en porcentaje Área de residencia

No

Si

Urbano

97.18

2.82

Rural

97.47

2.53

Total

97.34

2.66

Fuente: Base de datos ENDESA 2011- 2012

De las pocas mujeres que buscan ayuda en un juzgado, la mayor demanda de acceso a la justicia en casos de violencia doméstica se localiza en las zonas urbanas. Predominantemente las denuncias se interponen en los juzgados ubicados en la región centro-norte del país Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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Raúl Iván Chávez Baca

conformada por los departamentos con mayor desarrollo urbano y concentración de población urbana de mujeres como: Cortés, Francisco Morazán, Atlántida y Comayagua, sumando estos departamentos un total de 13,730 casos de violencia doméstica, de un total a nivel nacional de 20,861 casos, es decir, el 66% de los casos (Mapa 2). A mayor concentración urbana de población de mujeres es de esperarse una mayor demanda de acceso a los juzgados por parte de las mujeres. Mapa 2. Honduras: casos de violencia doméstica denunciados por departamentos, año 2012 284

284

284

797 162

194

0

486

1218

443 464

5884

569

840 Casos de Violencia Doméstica, año 2012

277 761

Departamentos Nacionales casosvd 0 - 194 277 - 569

761 - 1028 1218 - 1469 5159 - 5884

Fuente: Elaboración propia con datos CEDIJ 2012

Existe la tendencia a ingresar a los juzgados más casos de violencia doméstica por sobre los delitos en contra de las mujeres. Las zonas urbanas son las que más reportan casos ingresados en ambas materias, en especial Francisco Morazán y Cortés departamenteos con mayor población de mujeres y que ofrecen mayor facilidad de acceso a los órganos judiciales. Los departamentos con los menores ingresos al sistema judicial de casos delictivos en contra de las mujeres son los que se encuentran en los extremos oriental, occidental y norte del territorio nacional (Ocotepeque, Islas de la Bahía y Gracias a Dios) en los extremos oriental, occidental y norte del territorio nacional: Ocotepeque, Islas de la Bahia y Gracias a Dios (Mapa 3). De lo anterior se infiere una posible pérdida de control estatal a mayor distancia entre territorios y sede de órganos estatales. 12

23

23

34

21

116

95 103

49

101

312

0

110

126

72 98

677

91

150 Delitos contra Mujeres por Departamento

55 150

Departamentos_Nacionales Delitos 0 - 34 35 - 72

73 - 169 170 - 312 313 - 677

Fuente: Elaboración propia a partir de datos CEDIJH 2012

1028

467

23

359

1469

5159

Mapa 3. Honduras: delitos contra las mujeres ingresados al proceso penal a nivel nacional, año 2012

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Al igual de lo que ocurre con la violencia doméstica, los delitos cometidos contra las mujeres que residen en áreas urbanas son los que predominantemente se enjuician. Los departamentos de Francisco Morazán y Cortés son a la vez los que reportan más casos de delitos de violencia contra las mujeres ingresados a los juzgados, con la diferencia que en relación a delitos;1 el departamento de Francisco Morazán duplica la cifra sobre Cortés, lo que podría relacionarse no sólo a una mayor incidencia delictiva contra las mujeres, sino con una mayor eficacia de la Fiscalía de la Mujer con sede en Francisco Morazán para dar seguimiento a estos delitos y a una mayor movilidad de la población de mujeres que habitan estos departamentos gracias a la ubicación de los órganos judiciales. Al considerar los casos enjuiciados en relación con la población de mujeres en cada departamento, existen desigualdades territoriales en la capacidad estatal para enjuiciar delitos cometidos contra las mujeres. Relacionado con la movilidad de las mujeres, de la totalidad de casos ingresados a los juzgados por delitos de violencia contra las mujeres entre la población de mujeres por 1. Para efectos de la investigación por delitos se entiende la sumatoria de frecuencias de casos ingresados a los Juzgados de once tipos de delitos cuyas víctimas predominantemente son las mujeres: Violación, Actos de Lujuria, estupro, incesto, explotación sexual, hostigamiento sexual, trata de personas, rapto, proxenetismo, violencia intrafamiliar y femicidios (lo que anteriormente se llamaban homicidios cuyas víctimas son mujeres y parricidios).


Factores sociodemográficos relacionados con el acceso a la justicia de la mujer

departamento, las mayores tasas de delitos judicializados contra las mujeres se encuentran en la zona central (Francisco Morazán), en los departamentos occidentales colindantes con Francisco Morazán (La Paz e Intibucá) y en los departamentos de la región sur-oriente colindantes como Valle, Choluteca y El Paraíso (Mapa 4). Se trata de una desigualdad que afecta principalmente a la zona norte-oriental del país.

Mapa 5. Honduras: tasa de denuncias por violencia doméstica por departamento por cada diez mil mujeres, año 2012 104.93 103.93

8.5

5.4 4.9

4.4

0

4.1

5.3 8

6.7

8.6

6.7 Tasa de delitos enjuiciados x 10,000 mujeres

6.1 7

18.14

32.2

75.67

54.02

37.58 Tasa de actos de violencia doméstica denunciados x 10,000 mujeres

30.7 31.6

Departamentos_Nacionales Tvidompc 0.0 18.14 - 26.89

30.70 - 42.07 51.48 - 75.67 104 - 93

3.2

4

4.4

0 51.48

23.2

Fuente: Elaboración propia con datos CEDIJH 2012

4.7

4.7

40.5

4

23.05 42.07

8.5

8.5

3.6

23.22

67.74

59.55

26.89

Mapa 4. Honduras: tasa de delitos judicializados contra las mujeres en cada departamento por cada diez mil mujeres, Año 2012

104.93

Departamentos_Nacionales Tdelpc 0.000000 3.2 - 4.1

4.4 - 5.4 6.1 - 7.0 8.0 - 8.7

Fuente: Elaboración propia con datos CEDIJH 2012

En cuanto a la tasa de actos de violencia doméstica denunciados por cada diez mil mujeres, se percibe que se trata de un índice de enjuiciamiento abrumadoramente superior por sobre la de los delitos contra las mujeres. Los mayores índices se perciben en la región centro y norte del país y se trata de departamentos fronterizos entre sí (Francisco Morazán, La Paz, Comayagua, Cortés y Atlántida). Un factor involucrado en este resultado es la tendencia de la población de mujeres en el país a vivir en pareja, lo que corresponde al 57.9% (ENDESA 20112012), lo que genera eventuales conflictos conyugales que en muchas ocasiones se convierten en actos subsumibles como violencia doméstica de acuerdo a la ley que rige esta materia (Mapa 5). Las principales zonas urbanas evidencian mayor índice de judicialización de actos de violencia doméstica,

obteniéndose en todos los departamentos un índice superior de violencia doméstica, sobre el índice de delitos de violencia contra las mujeres, con lo cual se comprueba que la principal demanda de acceso a la justicia de las mujeres para con el Poder Judicial en cuanto a la persecución y castigo de actos violentos contra las mujeres es a causa de violencia doméstica. Asimismo, existe una mayor probabilidad de enjuiciamiento de actos de violencia doméstica en las zonas urbanas y en los departamentos que colindan con estos principales centros urbanos gracias a una mayor movilidad, debido a la red de carreteras y a las actividades económicas de estas zonas. Al calcular la tasa de Jueces de Letras competentes en violencia doméstica mediante la división del número de jueces competentes entre la población de mujeres por departamento multiplicada por cien mil mujeres, se corrobora que los principales departamentos del norte del país tienen la menor cobertura de jueces a nivel nacional (Cortés y Atlántida), departamentos en los cuales se ubica la mayor parte de población, porque allí se ubican importantes zonas urbanas del país. Los departamentos con mayor cobertura para las mujeres se ubican en la región occidental en especial en los departamentos de Santa Bárbara y Lempira, así como Gracias a Dios debido

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Raúl Iván Chávez Baca

a que la densidad poblacional de mujeres es menor en estos departamentos en comparación con el resto del país (Mapa 6).

Mapa 7. Honduras: tasa de jueces de paz en violencia doméstica por cien mil mujeres en cada departamento, año 2012 11.1 11.1

Mapa 6. Honduras: tasa de jueces de letras en violencia doméstica por cien mil mujeres en cada departamento, año 2012

1.6

0

2.4

1.6

7.6 Tasa de Jueces de Paz comp. en VD x 100,000 mujeres

8.9

Departamentos_Nacionales

5.8

5.8

0.9 Tasa de Jueces de Letras comp. en VD x 100,000 mujeres

3.3 0.8

7.6 - 8.9 11.1 - 13.3 16.1 - 21.5

TJPVD2012 0.0 - 3.3

1

1.9

Departamentos_Nacionales TJLVD2012 0.0 - 0.5 0.8 - 1.1

1.3 - 1.9 2.1 - 2.5 3.3 - 3.7

Fuente: Elaboración Propia con Datos CEDIJ 2014

En cuanto al número de jueces de paz competentes en violencia doméstica por cada cien mil mujeres, los departamentos con menores coberturas se ubican en las regiones centro y norte (Francisco Morazán, Yoro, Atlántida y Cortés) los cuales constituyen las principales zonas urbanas del país que concentran la mayor parte de población de mujeres. Los departamentos con mayor cobertura se encuentran en las regiones occidental y oriental del país (Ocotepeque, Lempira, La Paz, Gracias a Dios e Islas de la Bahía), en los cuales (salvo el último) se encuentra asentada la mayor parte de la población rural de mujeres del país (Mapa 7). En cuanto al cálculo departamental de los jueces competentes en materia penal por cada cien mil mujeres, los departamentos con mayor cobertura judicial son: Atlántida (7.8) y Copán (12.1). Este último departamento tiene una incidencia de delitos inferior en comparación a departamentos urbanos con mayores concentraciones de población de mujeres como: Francisco Morazán y Cortés. Los departamentos de menor cobertura son: Ocotepeque 14

3.3

16.1

1.1

1.7

1.4

12.8

2.1

4

23.05

7.8

8.5 2.4

1.3

0.5

0.5

0

21.5

3.7

12.5

4

11.6

3.7

5.8

2.3

1.2 13.3

3.7

11.1

Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

Fuente: Elaboración Propia con datos CEDIJ 2014

(1.4), La Paz (1.9), Intibucá (1.6) y Cortés (1.3) pese a que este último departamento tiene una gran parte de la población de mujeres urbanas y una alta incidencia de delitos en contra de las mujeres (Mapa 8).

Mapa 8. Honduras: tasa de jueces competentes en delitos por cien mil mujeres en cada departamento, año 2012 11.1

11.1

11.1

2.1

4

4.4 12.1

3.9

7.8

1.3

0

3

4.2

1.4 4.2

1.6

4 1.9

2.7 Tasa de Jueces competentes en materia penal x 100,000 mujeres

8.9 3.7

Departamentos_Nacionales TJLD2012 0.0

2.4 - 3.3 3.7 - 4.4 7.8 - 12.1

1.3 -2.1

Fuente: Elaboración Propia con datos CEDIJH 2014

En Honduras el acceso a la justicia de las mujeres es un servicio distorsionado en cuanto a la oferta y la demanda. Pese a que los casos de violencia doméstica contra las mujeres son la principal demanda de acceso a


Factores sociodemográficos relacionados con el acceso a la justicia de la mujer

la justicia, sobre todas las demás materias jurídicas (Gráfico 1), paradójicamente el Poder Judicial de Honduras ofrece una mayor cobertura de juzgados competentes para estas materias jurídicas inferiores en su demanda en comparación a la violencia doméstica. En consecuencia, en detrimento de las necesidades propias de la población femenina en relación al acceso a la justicia no existe coherencia entre la oferta y la demanda de los servicios que brinda el Poder Judicial. En las últimas décadas el Poder Judicial de Honduras ha tenido mejoras. El Banco Mundial (BM; 2008) señala como sus fortalezas la duplicación de magistrados y jueces en aproximadamente 25 años, su proporción de jueces per cápita (10.1) está sobre el promedio regional latinoamericano (8.6), su porcentaje del presupuesto general de la república es arriba del promedio regional e internacional con el cual aumentó tanto el número de jueces, la prestación de servicios en el país, la remuneración de sus funcionarios, el uso de moderna tecnología y permitió mejoras en instalaciones físicas. Por tanto, las mejoras en

el acceso a la justicia han sido predominantemente de carácter cuantitativo. Sin embargo, este poder del Estado presenta varias debilidades. Banco Mundial (BM; 2008) menciona que maneja ineficientemente sus recursos, carece de adecuados sistemas de monitoreo, no utiliza recursos ya existentes como las estadísticas de desempeño, carece de una debida planificación institucional, sus estructuras y procesos ocasionan duplicación de esfuerzos, conflictos en la institución y en su relación con otras instituciones, las reformas en el Poder Judicial no redujeron la inherencia política en las operaciones de los órganos de justicia, lo que incluye al mecanismo de selección de funcionarios judiciales. Estas debilidades cualitativas en su gerenciamiento y administración repercuten negativamente en la calidad en el acceso de la ciudadanía a la justicia. Consecuencia de lo anterior es su bajo rendimiento. Su promedio de resolución de casos es 55%, siendo 90% el promedio en la mayoría de países del mundo. El promedio general de causas resueltas por juez está por debajo de los

Gráfico 1. Honduras: casos ingresados a nivel nacional en los órganos del poder judicial, año 2012, en porcentaje J. de Paz Violencia Doméstica

8,44

J. de Paz civil

5,90 11,81

J. de Paz penal J. de Letras contencioso Administrativo

0,48

J. de Letras Fiscal Administrativo

0,28

J. de Letras Inquilinato

0,24 2,80

J. de letras laboral J. de Letras Familia

11,40

J. de Letras civil

11,90 17,90

J. de Letras Violencia doméstica 4,10

J.de Letras niñez

11,20

J. de Letras penal 2,60

Tribunales de sentencias

4,80

Cortes de apelaciones Sala Laboral Sala Civil

0,87 0,22 3,24

Sala Penal

2,11

Sala Constitucional 0,00

2,00

4,00

6,00

8,00

10,00

12,00

14,00

16,00

16,00

Fuente: Elaboración propia a partir de datos Poder Judicial memoria anual 2012.

Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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Raúl Iván Chávez Baca

niveles internacionales, es muy pobre su nivel de productividad en la mayoría de materias y apenas llega a un nivel aceptable en las que ha tenido mayor productividad. La inherencia política aumenta la posibilidad de corrupción, obstaculiza la transparencia y reduce el acceso tanto a los juzgados como a la justicia en general (BM; 2008). Esta debilidad cuantitativa va incrementando con los años la mora de resolución de casos y a la vez dilata el tiempo de duración de los procesos. Un ejemplo de lo señalado es la reducción del rendimiento en los juzgados conocedores de Violencia Doméstica. De enero a octubre del 2006 el porcentaje de resolución para los Jueces de Paz fue de 56.7%, para los Juzgados de Letras mixtos fue 56.8% y para los Juzgados Especializados en Violencia Doméstica apenas fue un 23.8%, el más bajo en el Poder Judicial de Honduras. En el 2012 en los Jueces de Letras (mixtos y especializados) se redujo a 19.8% al resolver 2,831 de 14,272 casos ingresados2, en los Jueces de Paz fue de 65.8% al resolver 4,697 casos de 7,139 ingresados. A nivel nacional fue de 35.2% al resolver 7,528 casos de 21,411. La tendencia futura que se espera es un rendimiento inferior en los Juzgados competentes en Violencia Doméstica (Gráfico 2).

Una consecuencia del bajo porcentaje de resolución en los casos de violencia doméstica es la marcada tendencia de los Juzgados de Letras competentes para declarar caducadas por falta de tramitación la mayor parte de denuncias por violencia doméstica. Los Juzgados de Paz tienden a declarar con lugar más denuncias de violencia doméstica por sobre los Juzgados de Letras, por lo que resultan ser más eficaces los Juzgados de Paz para tramitar hasta el final los procesos por violencia doméstica que los juzgados especializados en esta materia a consecuencia del mayor número de Jueces de Paz los cuales se distribuyen por municipios (Gráfico 3). Gráfico 3. Honduras: resoluciones finales emitidas en denuncias por violencia doméstica, año 2012 12000

11441 10000 8000 6000 4000 2000

3874 2410

2442 421 823

0

Gráfico 2. Honduras: tasa de resolución de jueces por cada mil causas, Año 2012. 80 70

64,1

Con lugar

Sin lugar Juzgados de Letras

Caducados Juzgados de paz

Fuente: Elaboración propia con datos CEDIJH 2012

60 50 40 26,9

30 20 10

4,6

0 Jueces de Letras violencia doméstica

Jueces de paz violencia doméstica

Jueces comp. en delitos

Fuente: Elaboración propia con datos CEDIJH 2012.

2. Los totales de casos son la sumatoria de casos no resueltos y casos resueltos (declarados con lugar y declarados sin lugar) a partir de los datos del gráfico No.8 de resoluciones emitidas a nivel nacional en materia de violencia doméstica elaborada con datos del CEDIJH 2012. 16

Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

Además del escaso número de jueces destinados a conocer las causas de violencia doméstica, tanto la duración de los procesos en meses y a veces años, los honorarios profesionales, los costos de movilización generados por la localización de juzgados, oficinas del Ministerio Público, consejerías familiares y entidades estatales y no gubernamentales que proporcionan servicios jurídicos gratuitos, así como los tipos de ingresos y ocupaciones de la mujeres; explican el hecho de que la gran mayoría de casos que ingresan a los Juzgados de Letras son caducados por abandono del proceso por parte de la denunciante (53.44%), quiénes se ven imposibilitadas de continuar


Factores sociodemográficos relacionados con el acceso a la justicia de la mujer

con el proceso después de interponer la denuncia y de imponerse medidas de seguridad contra el agresor. Los ingresos de las mujeres son un factor incluyente o excluyente para el acceso a la justicia en caso de ser víctimas de violencia doméstica. Las mujeres con ingresos son las que interponen la mayoría de las denuncias por violencia doméstica a nivel nacional. De acuerdo al Gráfico 4, en el área urbana el 85.19% de las denunciantes tienen únicamente ingresos en efectivo y en el área rural un 72.03% corresponde a este tipo de ingreso, seguido por las mujeres que no reciben pago alguno por sus labores (14.75%). Este fenómeno excluyente se relaciona muy estrechamente con las diferentes actividades económicas que se desarrollan tanto en las zonas rurales y urbanas. En este contexto, se deduce que una de las condiciones esenciales para acceder a la justicia en materia de violencia doméstica en Honduras está relacionada con el tipo de ingresos de las mujeres, lo cual favorece predominantemente a las mujeres que habitan en las zonas urbanas ya que se trata de la población femenina que en su mayoría perciben ingresos en efectivo gracias a las actividades económicas de las zonas urbanas y a su mayor nivel educativo que les permite adquirir mayores ingresos, lo que a la vez explica el hecho anteriormente descrito de que las zonas urbanas tienen las mayores tasas de casos de violencia doméstica enjuiciados (Gráfico 4). Gráfico 4. Honduras: tipo de ingresos de las mujeres que denuncian actos de violencia doméstica por área de residencia, período 2011-2012 % 85.1

90,00 80,00

72.0

70,00 60,00 50,00 40,00 30,00 20,00 10,00

5.2

14.7

8.7

11.4 1.8

0.8

0,00 Urbano

Rural

No le pagan

Solo en efectivo

En efectivo y en especie

En especie solamente

Fuente: Elaboración propia con datos ENDESA 2011-2012.

El tipo de ingreso de las mujeres a la vez es un factor de impunidad en casos de violencia doméstica contra las mujeres. La mayoría habitan las áreas rurales (58.11%) en las cuales tiene mayor predominio el patriarcado, lo que genera mayor estratificación laboral por sexo mediante división sexual del trabajo reproductivo a consecuencia de las tasas de fecundidad superiores a la de las áreas urbanas. Por consiguiente, en el área rural las mujeres con ingresos en efectivo son una minoría, aunque este es el escenario en el cual se da un mayor número de casos de violencia doméstica en contra de las mujeres, pero de igual manera un mayor número de casos quedan impunes y en consecuencia son menores las tasas de enjuiciamiento de casos de violencia doméstica en el área rural. El problema de violencia de género tiene relación con el desarrollo económico de una comunidad y la satisfacción de necesidades de las personas, ya que la carencia de una ocupación que genere ingresos económicos por parte de las mujeres es el principal factor asociado con la comisión de actos de violencia doméstica. Se percibe a partir de los datos estadísticos que en las áreas urbanas y rurales las mujeres que más denuncian actos de agresión ante los juzgados conocedores de los casos de violencia doméstica son las que no tienen trabajo (37.52% en el área urbana y 52.61% en el área rural), de lo cual se infiere que un factor de vulnerabilidad de las mujeres ante actos de violencia es la condición de desocupación, lo cual es una condición predominante en el área rural (Gráfico 5). En el área urbana, las mujeres con ocupación que más denuncian actos de violencia doméstica son las que se dedican a las ventas (17.05%), las que están ocupadas en el sector de servicios (14.42%) y las profesionales, administrativas y técnicas (12.08%). Estos tres grupos representan el 43.55% y superan en conjunto a las mujeres denunciantes sin trabajo en las zonas urbanas (37.52%) de los casos (Gráfico 5). En el área rural, las mujeres con ocupación que más denuncian son las que se dedican a actividades agrícolas por cuenta propia (15.07%), y a las ventas (10.51%) y ambos grupos representan el 25.58% y no superan a las mujeres denunciantes (Gráfico 5). Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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Gráfico 5. Honduras: ocupación de las mujeres que denuncian actos de violencia doméstica por área de residencia, período 2011-2012

1,06%

4,65%

3,83%

Rural

7,68% 10,51%

0,70% 3,87%

1,58%

52,61%

6,80%

60,00% Urbano

15,07%

14,42%

5,61%

3,84%

0,00%

17,05% 60,00%

10,00%

12,08% 20,00%

30,00%

40,00%

50,00%

No sabe

Otra

Manuales no calificados

Manuales calificados

Servicios

Actividades domésticas

Agrícola por cuenta propia

Venta

Oficinistas

Profesionales/técnicos/administrativos

60,00%

No trabajó Fuente: Elaboración propia a partir de datos ENDESA 2011-2012

El Estado ha intentado evitar que la falta de recursos económicos sea obstáculo para acceder a la justicia en casos de violencia doméstica. En el artículo 4 de la Ley Contra la Violencia Doméstica (Congreso Nacional de la República; 1997) se establece que para interponer una denuncia e imponer medidas de seguridad no es necesaria la intervención de un profesional del derecho, salvo en el posterior desarrollo del proceso, estableciéndose además que tanto el Ministerio Público como los profesionales del derecho de consejerías de familia o cualquier institución estatal u organización no estatal deben suministrar los servicios legales oportunos a favor de las mujeres sin recursos económicos suficientes. Los honorarios profesionales en procesos de violencia doméstica son de los más bajos en cuantía. Tomando en cuenta la naturaleza de estos casos en el artículo 51 del Arancel del Profesional del Derecho (2004) se señala la cantidad de L. 3,000.00 como honorarios mínimos que devenga un profesional del derecho que representa a una 18

Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

víctima en un proceso por violencia doméstica si el juicio se abre a prueba, caso contrario los honorarios mínimos serán de L. 1500.00 y de existir apelación, se adiciona como mínimo el 25% de las anteriores tarifas (L. 375.00 y L. 750.00 lempiras respectivamente), cantidades que son ajustables al valor actual de la moneda en caso de una devaluación con respecto al dólar (Artículo 21). La participación de un profesional del derecho en la posterior tramitación de la denuncia y la ubicación en zonas urbanas de las entidades que suministran servicios jurídicos gratuitos se convierten en la práctica en obstáculos de acceso a la justicia para las mujeres de las zonas rurales. Considerando el salario mínimo vigente en el 2012, las mujeres con ingresos en efectivo de las zonas urbanas (85.19%) son las que cuentan con mayores probabilidades de pagar estos honorarios, teniendo menos probabilidades de pagarlos las mujeres de las zonas rurales, en especial las desocupadas (52.61%).


Factores sociodemográficos relacionados con el acceso a la justicia de la mujer

Asimismo, tanto las oficinas del Ministerio Público como las consejerías de familia, las entidades estatales y no gubernamentales encargadas de la problemática de género en el país se encuentran concentradas en las principales zonas urbanas, por lo que su acceso para las mujeres de zonas rurales implica una mayor dificultad por costos de movilización y en consecuencia se trata de un factor de desigualdad en detrimento de la mayor parte de la población de mujeres.

IV. Reflexión final Como expresión de una cultura patriarcal, en Honduras existe desigualdad para las mujeres en el acceso a la justicia al ser víctimas de actos violentos. Esta desigualdad se expresa cuantitativamente mediante una cobertura inadecuada de órganos judiciales que no considera la densidad poblacional de cada departamento ni las demandas y necesidades de los diferentes grupos poblacionales de mujeres. Esta desigualdad también es cualitativa, ya que contrario a lo que ocurre con las mujeres que habitan las zonas rurales, las mujeres que habitan los departamentos con mayor desarrollo urbano acceden a juzgados especializados en violencia doméstica con personal capacitado en la materia y con servicios de psicología y trabajo social. Tanto la región, el nivel educativo y los ingresos son factores que influyen en la demanda de acceso a la justicia de las mujeres como solución a problemas de violencia. Las mujeres de las zonas urbanas son las que más demandas de acceso a los juzgados tienen, pues, contrario a las mujeres rural las primeras son mas conocedoras y conscientes de sus derechos y sus actividades remuneradas como empleadas, profesionales, técnicas u obreras del sector público o privado les permite una mayor facilidad de asumir los costos de los procesos judiciales, situación que es muy diferenciada con las mujeres de habitan las zonas rurales. Se observa una tendencia en las zonas rurales a una mayor incidencia de actos de violencia doméstica ya que en esta región existen más mujeres viviendo en pareja y se

encuentra más arraigada la cultura patriarcal, las mujeres de zonas rurales acceden menos a los juzgados en comparación con las que habitan zonas urbanas, lo cual puede explicarse como consecuencia de su mayor dependencia económica a sus parejas, por su inferior nivel educativo en comparación con las mujeres que habitan las zonas urbanas, además sus inferiores ingresos no les permiten asumir los costos de los procesos judiciales. Se trata de un problema social que en su solución requiere de una inmediata intervención estatal tanto por razones de cumplimiento con el artículo 8.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos como para lograr un desarrollo humano sostenible que incluya a todas las mujeres y para el restablecimiento de la gobernabilidad democrática, ya que la ausencia de solución estatal a esta problemática que se incrementará con el tiempo gracias a los efectos de la transición demográfica provocará un mayor descrédito del poder judicial como institución y a la vez ocasionará una pérdida de hegemonía del Estado. Resulta urgente la mejora en la administración de los recursos del Poder Judicial y en su fortalecimiento como intervención estatal. Mediante los resultados expuestos en el presente artículo es evidente una deficiencia en la administración de los recursos judiciales tanto en su distribución a nivel nacional de acuerdo a la densidad de población y en sus demandas de acceso a la justicia, así como para reducir costos y en especial el exceso de tiempo promedio que se emplea en el desarrollo de un proceso por violencia doméstica hasta su final mediante sentencia. De continuar esta situación, se espera con el tiempo la percepción de la ciudadanía de una mayor debilidad institucional del Poder Judicial.

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La migración de retorno de migrantes mexicanos en el siglo XXI

2 La migración de retorno de migrantes mexicanos en el siglo XXI Ofelia Woo Morales*, Alma Leticia Flores Ávila** RESUMEN. La migración de mexicanos hacia Estados Unidos es añeja así como el retorno de los migrantes; sin embargo, es de reciente atención el estudio de lo que se considera el migrante retornado contemporáneo debido al volumen de la migración de retorno que aumentó considerablemente después de 2007, atribuido a la crisis económica de Estados Unidos y las políticas migratorias de ese país, que son cada vez más restrictivas. Se hace referencia por varios autores que el migrante que retorna en la actualidad es diferente que el de antaño. Por lo que interesa presentar en este artículo, con diversas escalas de análisis (nacional, regional, estatal, localidad), a dónde está llegando el migrante retornado y sus características sociodemográficas de acuerdo a la información del Censo de Población y Vivienda de 2010. Palabras Clave: Proceso migratorio, Migración de retorno, perfil del migrante retornado. ABSTRACT. The migration of Mexicans to the United States is as old as the return of migrants, however, it is recent the study of what has been considered the contemporary returned migrant since the significantly increased of the volume after 2007; this is attributed to the economic crisis in the United States and the recent immigration policies which are more restrictive. It is referred by several authors that the current return migrant is different than the olden days, for what is very important to us introduce this article with multiple scales analysis (national, regional, state and by location) where the return migrant is coming and their sociodemographic characteristics according to information from the Census of Population and Housing 2010. Keywords: Migration process, return migration, returning migrant profile.

I. Introducción México es un país de origen, tránsito, destino y retorno de migrantes. El proceso de migración de mexicanos hacia Estados Unidos tiene más de cien años y ha tenido importantes transformaciones a lo largo de ese tiempo, tanto en el perfil del migrante como en las características del patrón migratorio. De ser una migración predominantemente masculina, temporal, relacionada al mercado laboral agrícola de Estados Unidos, se transformó en una migración de mayor permanencia, motivada por factores económicos, sociales y culturales; ya no sólo emigran los hombres de áreas rurales para trabajar los campos agrícolas de Estados Unidos, también proceden de áreas urbanas incorporándose principalmente al sector de

servicios y construcción. Se ha registrado la emigración de mujeres y jóvenes, que lo hacen por razones laborales y/o proyectos individuales o familiares (Durand y Massey 2003, Arias y Woo 2004, Flores 2010, Castañeda 2014). En este artículo interesa destacar la heterogeneidad en las características de la población de retorno en el siglo XXI, al considerar migrante de retorno contemporáneo lo señalado por Rivera (2011), que de acuerdo a esa autora el proceso de retorno está relacionado a factores estructurales, dinámicas de mercados laborales internacionales y nacionales, así como las condiciones de los lugares de origen y destino. El migrante de retorno contemporáneo en México es diferente al que se había identificado en el siglo XX, predominantemente masculino. Su regreso estaba ca-

Recibido en mayo 2015 / Aceptado y versión final junio 2015 * Licenciada en Sociología, Maestría en Ciencias Sociales, Doctorado en Ciencias Sociales, Miembro del Sistema Nacional de Investigadores de México Profesora-Investigadora del Departamento de Estudios Socio Urbanos, e-mail ofewoo@yahoo.com ** Licenciada en Trabajo Social, Maestra en Ciencias Sociales, Doctora en Ciencias Sociales. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores de México. Profesora Investigadora Titular en la Universidad de Guadalajara, e-mail aleticia2003@yahoo.com.mx Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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Ofelia Woo Morales, Alma Leticia Flores

racterizado por las condiciones de oferta y demanda de mano de obra, o inclusive al éxito o fracaso del llamado sueño americano. México ha registrado un importante aumento en la migración de retorno desde el 2000 a la fecha. Asociada a las crisis económica (2001 y 2008) y a las políticas migratorias de Estados Unidos que cada vez son más restrictivas. Como ha sido ampliamente señalado por diversos autores, la migración de retorno está relacionada con el proceso de emigración; no es el acto de regresar, es una etapa más de la trayectoria del migrante (Cassarino 2004, Rivera 2011): “El retorno es parte de la dinámica de la emigración, es un elemento constitutivo que está presente en el lugar de origen y destino, una etapa más del ciclo migratorio” (Cassarino 2004, pag16). La población que ha retornado a principios de este siglo tiene características diferentes. Es una población más heterogénea, regresan hombres, mujeres, jóvenes, niños, familias (Escobar 2012, López y Mojica 2013). De ahí el interés en conocer cuáles son las características sociodemográficas e identificar si existe una relación entre los lugares de origen y el retorno. El artículo se estructura en tres apartados, se presenta de manera sucinta la revisión bibliográfica que da cuenta de la migración de retorno en diversas latitudes y en México; posteriormente está una nota metodológica sobre la base de datos utilizada para analizar las características sociodemográficas de los migrantes de retorno y por último una reflexión sobre los retos y oportunidades que puede enfrentar México respecto a la población que retorna al país. II. Los estudios sobre migración de retorno en diversas latitudes y en México La migración de retorno no es un fenómeno nuevo, ni el estudio de la misma. Con diversos acercamientos teóricos y metodológicos se ha explicado los motivos del retorno principalmente a partir de la segunda mitad del siglo XX, desde estudios de corte histórico, económico, 24

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sociológico, demográfico y político. Muchos de los cuales fueron realizados en el continente europeo en la década de los sesenta y posteriormente se extienden hacia otras latitudes así dan cuenta el estudio de Fernández (2010 pag 28). Algunos autores atribuyen el regreso como resultado de las dificultades por adaptarse al lugar de destino, o porque existen factores de atracción del país de origen, como King (1986), Durand (2004) o Fernández (2011). También existe el interés de saber si el migrante de retorno puede contribuir a su país, si pueden ser vehículo de desarrollo social (Cassarino 2004, Papail y Arroyo 2004, Rivera 2011, Nieto 2012). De tal manera que la migración de retorno se considera como una oportunidad de desarrollo para el país de origen del migrante, ya que puede desempeñar las capacidades, conocimientos y habilidades adquiridas en su trayectoria migratoria y laboral en el lugar de destino. Sin embargo, para autores como Nieto (2012) al estudiar la migración en una provincia de Perú hacia Italia, encontró que no todos los migrantes acumulan capital humano en su experiencia migratoria y en ocasiones pierden conocimientos. A lo que llama pérdida relativa y absoluta del capital humano inicial (Nieto 2012, pag 64-65). Por su parte, Schramm (2011) considera central las redes sociales para el éxito del retorno de los migrantes, como lo mostró en su estudio sobre los ecuatorianos en España. La magnitud de la migración de retorno, las características de la población y las condiciones internacionales y nacionales en la dinámica de los mercados laborales, dan pautas para acercandose al conocimiento de la inserción de los migrantes de retorno a su país de origen y sociedad que los acoge. 2.1 La migración de retorno en México contemporáneo Como se mencionó al inicio del artículo, la migración de mexicanos hacia Estados Unidos es añeja, compleja, dinámica y cambiante. Caracterizada desde el inicio como una migración masculina temporal y circular, el retorno


La migración de retorno de migrantes mexicanos en el siglo XXI

de los migrantes fue desde el inicio una etapa más de la trayectoria migratoria de los mexicanos. Gómez (2014) señala que entre 1908 y 1922 fue la primera etapa de retorno de migrantes de Estados Unidos a México, momentos determinados por los ciclos de la economía estadounidense principalmente en la Gran Depresión. Con la firma del Programa Bracero (1942-1964), -acuerdo binacional entre México y Estados Unidos-, se institucionalizó la migración temporal y circular que respondía a la demanda de mano de obra de la Unión Americana. Al cancelarse unilateralmente en 1964 dicho Programa, hubo un volumen importante de migrantes que retornaron pero también se había constituido una cultura migratoria en varias regiones del país. De tal manera que, a pesar del retorno y cancelación del programa, ya se reconocía que había millones de mexicanos residiendo en el país vecino a finales de los años setenta (Gómez, 2014). En la década de los años 80’s, con la aprobación de la Ley de Inmigración Immigration Reform and Control Act (IRCA-1986), se legalizaron casi 3 millones de migrantes lo que posibilitó nuevas características al proceso migratorio mexicano, con nuevos migrantes, reunificación familiar, procedentes tanto de pueblos como ciudades, así que el perfil del migrante había cambiado, ahora se reconocía la existencia de la migración femenina y familiar con un patrón migratorio de mayor permanencia en Estados Unidos. Sin embargo, la migración de retorno no se detuvo y se empieza a registrar oficialmente en diferentes encuestas principalmente a partir de la década de los noventa como: la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID), la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), y el Censo Nacional de Población y Vivienda (CPV). La ENADID se aplica en viviendas y las unidades de observación son las personas; la ENOE se levanta en hogares y el CPV en las viviendas. Ha llamado la atención en el ámbito académico y político el aumento de la migración de retorno en el nuevo milenio. La migración de retorno desde Estados Unidos a México tuvo su registro más alto en 2010; sin embargo, varios autores mencionan que los flujos de

retorno no tuvieron alteraciones significativas después de la crisis económica (Aldo, Ordáz y Li Ng 2012:243); Canales (2012) plantea que “el principal impacto de la crisis (económica) no está en tanto en un posible retorno masivo de mexicanos, como en una virtual desaceleración de flujo de entrada de mexicanos hacia Estados Unidos” (Canales 2012, pag 119), aunque reconoce que existen otros factores que ayudan a entender el retorno en los últimos años como el ambiente antinmigrante, freno del crecimiento de la migración. Por su parte García y Zamora (2014) mencionan que hay un descenso en la migración de retorno que podría estar relacionada a la reducción de la emigración mexicana (2014, pág 217); López y Mojica señalan que “el retorno y las salidas son dos caras de la misma moneda: la migración. En algunas etapas histórica una ha prevalecido sobre la otra o incluso se han equilibrado” (López y Mojica 2013, pág 8). No es que exista una contradicción sobre la estimación de la migración de retorno, la información responde a la muestra y población registrada. Lo que enfatiza Canales (2012) es que la proporción de la migración de retorno no ha variado considerablemente desde la década de los noventa. El punto de coincidencia de los autores referidos párrafo arriba, es que el volumen de la migración de retorno ha aumentado y nuestra hipótesis es que esta migración va continuar con diferentes comportamientos, de acuerdo a condiciones estructurales de México y Estados Unidos, pero también por los proyectos individuales y familiares de los migrantes. De ahí la relevancia de reconocer que se trata de una población heterogénea, de la cual debe estudiarse sus características sociodemográficas y económicas; debido a que puede tener impacto diferenciado en las localidades de asentamiento al regresar a México. Existen recientes estudios con diversas metodologías y fuentes estadísticas que están aportando al conocimiento del migrante que retorna en la actualidad a México. Se podría decir que son tres dimensiones de análisis que se han privilegiado: en conocer las características del migrante retornado a nivel nacional y en algunos estados de la república mexicana (García y Zamora 2014; Albo, Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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Ordáz y Li Ng 2012); la segunda, la vinculación que puede tener la migración de retorno con el desarrollo de las comunidades ya sea a través del capital financiero o capital humano (Papail y Arroyo 2004, Cobos, Giorguli y Alba 2010); y la tercera, el interés de analizar la inserción laboral del migrante en la sociedad de acogida (Anguiano, Cruz y Garbey 2013; Rivera 2011). Albo, Ordáz y Li Ng (2012) mencionan que la población de retornados se dirige principalmente a localidades rurales, aunque existe un ligero aumento en localidades urbanas de acuerdo a las estadísticas de la ENOE. En cambio García y Zamora (2014) encontraron que el lugar a donde se dirigen los migrantes retornados son localidades urbanas, principalmente de Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Sonora, Nuevo León, San Luis Potosí, Tamaulipas y Sinaloa; identificadas como regiones norte y tradicional (García y Zamora 2014:231), estos hallazgos responden al análisis de la Encuesta de la Migración Frontera Norte. En otros estudios se destaca la importancia de los migrantes de retorno en las comunidades de origen. Ya sea por la inversión económica que propiciaba que el migrante retornado cambiara de ser trabajador asalariado, a trabajador por cuenta propia, o por el capital humano adquirido en Estados Unidos (Papail y Arroyo 2004; Fernández 2011; García y Zamora 2014). De acuerdo a Albo, Ordáz y Li Ng (2012) los migrantes que retornan a localidades urbanas, 75% tarda 3 meses en emplearse y en menor proporción 64%. Si bien, se podría considerar que el tiempo para emplearse es relativamente corto, estudios como los de Anguiano, Cruz y Garbey (2013) encontraron que no existe una reinserción exitosa en el mercado laboral de los migrantes que regresaron a Veracruz. Rivera (2011) presenta resultados similares en una localidad del Estado de México, en la mayoría de los retornados no significó una movilidad ascendente. Por su parte García y Zamora (2014) encontraron una correspondencia en las ocupaciones realizadas en Estados Unidos y en México. El estudio de Cobos, Giorguli y Alba (2010) demuestran que en algunos casos la experiencia migratoria de los mexicanos 26

Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

no necesariamente acumula activos, de tal manera que “no todas las experiencias migratorias laborales en el extranjero contienen elementos de acumulación de activos que se traduzcan en una movilidad ascendente” (Cobos, Giorguli y Alba 2010, pág 270). Los recientes estudios sobre migración de retorno presentan la complejidad del análisis dependiendo del nivel de escala que se considera, a nivel nacional, estado o comunidad. De ahí la necesidad de conocer que características predominan a nivel nacional, regional y entidades federativas que registraron mayor volumen de migrantes de retorno. III. Metodología El Censo de Población y Vivienda es una de las fuentes de información más confiables en términos migratorios por su cobertura nacional, por entidad, municipio y tamaño de localidad. Lo que permite un acercamiento a la población objeto de estudio, que en nuestro caso son los migrantes de retorno y algunas de sus principales características demográficas y económicas. Para el censo de 2010 el instrumento de captación fueron dos cuestionarios: uno básico para obtener información sobre la vivienda, hogares y las personas, y otro dirigido a precisar algunos datos sobre las viviendas y las personas, que incluyó preguntas sobre la migración internacional en los últimos cinco años. El cuestionario base ofrece más información de los migrantes de retorno, los identifica al preguntar el lugar de residencia hace 5 años y lugar de nacimiento. Se denomina como migrante de retorno a las personas que señalaron durante la entrevista del CPV de 2010, haber nacido en México y radicaban en Estados Unidos hace cinco años, esta es la población objeto de estudio. Los casos ponderados fueron 825,609 a nivel nacional y la información se obtuvo hasta junio del año de aplicación. Las variables analizadas son: edad, sexo, estado civil, escolaridad, así como algunas de sus características económicas como ocupación e ingreso, inclusive interesa identificar el acceso al servicio de salud de la población de


La migración de retorno de migrantes mexicanos en el siglo XXI

retorno porque se parte del supuesto que este indicador es importante para el proceso de integración de la población que retorna a sus comunidades, además de la jefatura y condición de parentesco, la ocupación y la educación. La información se presenta en diferentes escalas, a nivel nacional, regional y estatal. La desagregación en estas escalas permite conocer las especificidades de la migración de retorno e identificar los posibles retos que enfrentará la población que regresa a la sociedad de asentamiento y cuáles pueden ser las agendas pendientes de políticas públicas para atender a las necesidades de los y las migrantes de retorno. ¿Por qué considerar la escala regional? Como se ha mencionado, en México se considera un país de emigrantes porque se registra que las personas proceden de casi todas las entidades federativas del país; sin embargo, esta movilización responde a procesos y contextos diferentes, de ahí que varios autores como Durand y Massey (2004) así como el Consejo Nacional de Población (CONAPO) han establecido una regionalización sobre los lugares de origen de los migrantes mexicanos que van a Estados Unidos, de tal manera que se articulan criterios geográficos y población migratoria. CONAPO (2012) subdivide al territorio mexicano en cuatro regiones: Tradicional, Norte, Centro y Sur-sureste (Mapa 1).

Mapa 1. Regiones migratorias de México

Región Norte

Región Norte

Región Sur-Sureste Región Sur-Sureste Región Tradicional Región Tradicional

Región Centro Región Centro 0

Elaboración propia con base en la clasificación hecha por CONAPO.

150 300

600 KM

• La Región Tradicional destaca por ser el origen principal de la corriente migratoria mexicana a Estados Unidos. Son nueve entidades del centro-occidente del país: Aguascalientes, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, San Luis Potosí y Zacatecas. Son los estados de migración más añeja, donde se estableció lo que algunos autores llaman cultura migratoria y redes consolidadas. • La Región Centro se distingue por un fuerte dinamismo migratorio, sobre todo a partir de la década de 1980. Se ubica el estado de Morelos, Querétaro, Tlaxcala, Puebla, Hidalgo, Distrito Federal y el Estado de México. Se destaca el aumento del flujo migratorio para el caso de Morelos y del estado de Hidalgo, donde la migración involucra a un número cada vez mayor de municipios y comunidades. • La Región Sur-sureste incluye a ocho entidades federativas: Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán. Esta región se distingue por su reciente incorporación a la migración hacia Estados Unidos, la cual inicia fundamentalmente a partir de la década de 1990, con excepción de Guerrero y Oaxaca, cuyos orígenes se remontan a los años cuarenta en el contexto del Programa Bracero. • La Región Norte ha tenido una participación significativa en la migración a Estados Unidos, seis de las ocho entidades que la componen tienen frontera con Estados Unidos: Baja California, Coahuila, Chihuahua, Nuevo León, Sonora y Tamaulipas. Incluye, además, dos estados que mantienen vínculos geográficos y migratorios con los estados fronterizos: Baja California Sur y Sinaloa. Un rasgo característico de esta región es la migración transfronteriza (commuters); es decir, personas que viven y/o trabajan en ambos lados de la frontera.Es además receptora de grandes flujos migratorios provenientes del interior del país y de aquellos migrantes mexicanos que son devueltos por las autoridades migratorias estadounidenses. En este artículo interesa presentar el volumen y características de la migración de retorno por regiones, destacando estados en los que se distinguen algunas variaRevista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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Ofelia Woo Morales, Alma Leticia Flores

bles, para ver su relación con las regiones y si son propias de la entidad federativa. Cabe señalar que al desagregar por tamaño de localidad se considera población urbana a la población que habita en localidades de 15,000 o más habitantes como ha sido establecido por el Instituto de Geografía Estadística e Informática (INEGI).

Cuadro 1. Migrantes de retorno por sexo y regiones migratorias Regiones Migratorias

Sexo

Tradicional

Centro

Sur-Sureste

16,4%

Norte

13,2%

Total

Hombre

28,2%

14,2%

72,0%

Mujer

10,0%

5,5%

4,6%

7,9%

28,0%

Total

38,2%

21,9%

17,8%

22,0%

100,0%

Fuente: Elaboración propia con base en el microdato de la base PERS del censo de población y Vivienda 2010, INEGI.

IV. Regiones y entidades principales de los migrantes internacionales retornados

Las principales entidades federativas con migrantes retornados fueron: Jalisco (8.7%), Michoacán (8.4%), Guanajuato (7.9%), que corresponden a la región tradicional; Estado de México (6.3%) a la región centro; y Veracruz (5.9%) de la región del sur-sureste. Les siguen Baja California (4.9%), Guerrero, Oaxaca, Puebla y Chihuahua (4.3%) respectivamente. Cabe destacar que cuando se observa la proporción de hombres y mujeres los porcentajes más elevados son para el estado de Jalisco, Michoacán, Guanajuato de la región tradicional, Chihuahua, Baja California, de la región norte, Estado de México región centro y Veracruz región sur-sureste (Gráfico 1).

La región que mayor proporción de migrantes de retorno registran es la región tradicional. Cabe destacar que no sólo se caracteriza por ser la emigración más añeja, sino también porque los estados que la comprenden son los que mayor volumen de migrantes hacia Estados Unidos registran, principalmente Jalisco, Michoacán, Guanajuato y Zacatecas. Le sigue casi con el mismo porcentaje, la Región Norte y Centro. Eso podría estar relacionado con el planteamiento de Canales (2012) de que existe una correspondencia del volumen de emigración con la población de retorno (Cuadro1). Gráfico 1. Migrantes de retorno por entidad y sexo en 2010 10,0% 9,0% 8,0% 7,0% 6,0% 5,0% 4,0% 3,0% 2,0% 1,0% 0,0%

Fuente: Elaboración propia con base en el micro-dato de la base PERS del Censo de Población y Vivienda 2010, INEGI

28

Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

Zacatecas

Yucatán

Tlaxcaba

Tamauilipas

Tabasco

Sonora

Sinaloa

San Luis Potosí

Querétaro

Total

Quintana Roo

Puebla

Oaxaca

Nuevo León

Nayarit

Morelos

México

Jalisco

Hidalgo

Michoacán de Ocampo

Mujer

Veracruz de Ignacio de la Llave

Hombre

Guerrero

Durango

Guanajuato

Distrito Federal

Colima

Coaulia de Zaragoza

Chiapas

Chihuahua

Campeche

Baja California Sur

Baja California

Aguascalientes

8,0%


La migración de retorno de migrantes mexicanos en el siglo XXI

García y Zamora (2014) señalan que existe una subestimación en el registro de las mujeres que retornan, pero también se ha demostrado que las mujeres prefieren permanecer en Estados Unidos a diferencia del hombre (Woo, 2007). De tal manera que existen diferencias de género tanto para emigrar como para retornar, más adelante se retoma el análisis de la diferencia por género a otras escalas. Las encuestas que captan los motivos de retorno son la ENOE y la EMIF, de acuerdo al análisis de estas bases de datos se han identificado diversos motivos para regresar tales como: trabajo, casamiento, unión, separación, reunificación familiar problemas de salud y deportación (Albo, Ordáz y Li Ng 2012; García y Zamora 2014).

estas localidades puede ayudar o inhibir las posibilidades de incorporarse al mercado laboral así como al acceso a la educación y salud, sin dejar de mencionar el impacto cultural tanto para el que regresa como para la comunidad que los recibe. Respecto a las entidades federativas se encontró que existe un predominio de retorno a localidades rurales en el caso de Veracruz (71.5%), Michoacán (66.4%) y Guanajuato (64.6%), es decir, a localidades menores a 15 mil habitantes (Cuadro 2). En Jalisco es diferente, prácticamente la mitad de dicha población migrante regresó a localidades menores de 15,000 habitantes (51,2%) y la otra mitad a localidades de más urbanización, con más 15 mil habitantes (48.8%). Situación similar para el Estado de México pero en localidades de mayor población, 48% regresó a localidades de 100,000 habitantes. Cabe mencionar que tanto en Jalisco como en el Estado de México se encuentran dos ciudades importantes: Guadalajara en Jalisco, que destaca por sus actividades comerciales, industriales, así como culturales; y Toluca como una de las principales ciudades industriales del Estado de México y del centro del país. Ambas ciudades siempre han tenido una importante atracción de población.

4.1 Tamaño de localidad y migración de retorno Respecto al tamaño de localidad, de acuerdo al CPV 2010, se encontró que a nivel nacional, la mayoría de los migrantes de retorno llegan a localidades menores de 15,000 habitantes con 53.4%; le sigue en importancia localidades mayores a 100 mil habitantes con 31.2%; y posteriormente las localidades de 15,000 a 99,999 con casi 16%. Conocer a dónde llegan los migrantes retornados es muy importante, se ha encontrado que el contexto de

Cuadro 2. Distribución migrantes de retorno por tamaño de localidad y entidad en 2010 Dentro de Nombre de la entidad federativa

Dentro de Tamaño de localidad

México

Michoacán de Ocampo

Veracruz de Ignacio de la Llave

24,0%

21,1%

100%

51,0%

27,4%

22,6%

41,0%

51,1%

38,4%

2 500 a 14 999 habitantes

13,6%

23,8%

16,5%

25,4%

20,4%

20,2%

14,3%

27,5%

13,8%

28,3%

16,0%

100%

15 000 a 99 999 habitantes

18,6%

24,3%

12,5%

19,8%

14,0%

18,5%

21,5%

30,9%

11,4%

24,1%

12,1%

100%

100 000 y más habitantes

16,8%

24,5%

48,5%

13,8%

14,4%

22,9%

15,7%

25,0%

35,7%

13,6%

10,0%

100%

Total

100%

100%

100%

100%

100%

100%

21,4%

23,4%

16,9%

22,5%

15,9%

100%

México

Menos de 2 500 habitantes

16,7%

Jalisco

Jalisco

Total

9,9%

Guanajuato

Veracruz de Ignacio de la Llave

Michoacán de Ocampo

Nombre de la entidad federativa

28,3%

Tamaño de localidad

Guanajuato

Nombre de la entidad federativa

Total

Fuente: Elaboración propia con base en el microdato de la base PERS del Censo de Población y Vivienda 2010, INEGI

Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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Ofelia Woo Morales, Alma Leticia Flores

4.2 La categoría sexo/género de la población de retorno El sexo es más que una variable, si se analiza con la categoría de género, es posible darse cuenta que poco se hace referencia a la diferencia que existe en la emigración y retorno de los hombres y las mujeres. De acuerdo al CPV del 2010, del total de retornados, 72% eran hombres y 28% eran mujeres. Se podría decir que es una migración de retorno selectiva por sexo, ya en otros estudios con diversas metodologías se ha encontrado que las mujeres tienen mayor propensión a permanecer por tiempo más prolongado o definitivo en Estados Unidos, ya que para ellas, las oportunidades laborales y de bienestar son mayores que en México (Woo, 2007). Esta condición de género les lleva a vivir la experiencia de migrar y de retornar de manera diferenciada a donde llegan. De acuerdo al CPV 2010, los hombres regresaron en mayor proporción a las localidades rurales (27.1%) y las mujeres lo hicieron más a las ciudades (Gráfica 2). El acceso a oportunidades para el bienestar social no sólo es diferente entre los hombres y las mujeres sino también en las oportunidades que pueden brindarles la localidad en donde llegan, para insertarse laboralmente así como otros factores y procesos de más complejidad a nivel estatal y regional, factores que pueden converger como la migración interna, pobreza, acceso a seguridad social y educación, articulación de redes sociales, entre otros elementos.

Gráfico 2. Migrantes de retorno por número de habitantes de localidad y sexo en 2010 100% 90% 80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0% Menos de 2,500 habitantes

2,500 a 14,999 habitantes

15,000 a 99,999 habitantes

Hombre

100,000 y mas habitantes

Mujer

Fuente: Elaboración propia con base en el micro-dato de la base PERS del Censo de Población y Vivienda 2010, INEGI

4.3 Edad de los migrantes retornados De acuerdo al CPV 2010, se encontró a nivel nacional, regional y los estados referidos en este artículo, que existe coincidencia con los estudios que citan una participación significativa de migrantes retornados en edad productiva. Con 69.4% en los rangos de edad de 21 a 40, y 20.7% de 41 a 60 años. Sin embargo, se considera importante destacar la población menor de 20 años con un porcentaje acumulado que oscila entre 8% en Guanajuato, hasta 11.7% Jalisco (Cuadro 3). Ya que se ha marcado la relevancia de la población en edad productiva, pero no se debe soslayar que el regreso de niños, jóvenes y adultos mayores presentarán diversas

Cuadro 3. Grupos de edad de la población migrante retornada en 2010

Nombre de la entidad federativa Jalisco

Estado de México

Michoacán

Veracruz

De 0 a 10 años

1,8%

3,5%

2,6%

2,9%

2,2%

2,6%

De 11 a 20 años

6,2%

8,2%

8,2%

6,7%

6,1%

7,1%

De 21 a 30 años

37,3%

32,4%

32,5%

36,0%

33,0%

34,4%

De 31 a 40 años

31,3%

32,3%

35,5%

30,2%

34,0%

32,4%

De 41 a 50 años

13,3%

12,7%

13,0%

12,6%

17,2%

13,6%

De 51 a 60 años

6,7%

5,4%

5,9%

7,1%

6,8%

6,4%

Más de 60 años

3,4%

5,5%

2,3%

4,5%

,8%

3,5%

100,0%

100,0%

100,0%

100,0%

100,0%

100,0%

Fuente: Elaboración propia con base en el micro-dato de la base PERS del Censo de Población y Vivienda 2010, INEGI.

30

Total

Guanajuato

Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015


La migración de retorno de migrantes mexicanos en el siglo XXI

necesidades para reinsertarse a la sociedad, tanto al sistema educativo como al sistema de salud, aspectos que se abordarán más adelante. 4.4 Escolaridad de los migrantes retornados La literatura se ha concentrado más sobre la selectividad educativa tanto del que emigra como del que regresa, tratando de vincularlo con el desarrollo de las localidades de origen y/o de retorno. A nivel nacional, respecto a la población que regresó de Estados Unidos, los mayores porcentajes se ubican en la educación básica, siendo el nivel primaria y secundaria los porcentajes más altos con 36.3% y 35.4% respectivamente. Con bachillerato 18 % y licenciatura 5.6% (Cuadro 4). Cuadro 4. Último Grado Aprobado en 2010 por sexo Ultimo grado aprobado pro sexo, 2010

Sexo Hombre

Ninguno

2,1%

Preescolar

Mujer

Total

,6%

2,7%

,6%

,5%

1,1%

Primaria

27,1%

9,2%

36,3%

Secundaria

26,1%

9,3%

35,4%

Preparatoria o bachillerato

12,3%

5,7%

18,0%

Licenciatura o profesional

3,3%

2,3%

5,6%

,4%

,2%

,6%

Posgrado No especificado

,2%

,1%

,3%

72,1%

27,9%

100,0%

Fuente: Elaboración propia con base en el micro-dato de la base PERS del Censo de Población y Vivienda 2010, INEGI.

Si bien existen muchas similitudes a nivel nacional y estatal, cuando se analiza por entidad federativa se encuentra que Jalisco (3.4%), Estado de México (3.2%) y Veracruz (3%) tienen mayor proporción de población con bachillerato. Los porcentajes más elevados en orden de importancia se encuentran en Guanajuato, Michoacán y Jalisco (Cuadro 5). No existe correspondencia en estos últimos niveles escolares en las variables a nivel nacional y estado. 4.5 Jefatura y parentesco de los migrantes que retornaron Otra de las características sociales que se analizó en las entidades con mayores porcentajes de migración de retorno, fue la jefatura y la relación parental que tenían otros miembros que retornaron respecto del jefe o jefa del hogar del migrante. De las cinco entidades, Veracruz y Guanajuato cuentan con un porcentaje más alto de jefes de hogar (88.2% y 84.1% respectivamente). Aunque predominaron los hombres, es más alta la proporción de mujeres jefas de hogar de estas entidades federativas, 23.3% y 21.3% respectivamente (Cuadro 6). En Veracruz (36.7%) y Guanajuato (40.1%) llegaron menos mujeres en condición de esposas; mientras que en Michoacán (46.6%) y Jalisco (45.2%) sucedió lo contrario, había más mujeres en condición de esposas.

Cuadro 5. Niveles de educación de los migrantes de retorno en 2010 por entidades Nombre de la entidad federativa Nivel Guanajuato Ninguno Preescolar Primaria

Jalisco

México

Michoacán de Ocampo

Veracruz de Ignacio de la Llave

Total

1,1%

,5%

,3%

1,1%

,5%

,3%

,2%

,2%

,3%

,2%

3,5% 1,2%

10,0%

9,7%

4,5%

10,6%

6,1%

40,7%

Secundaria

6,8%

7,6%

6,8%

6,9%

4,8%

32,9%

Preparatoria o bachillerato

2,4%

3,4%

3,2%

2,7%

3,0%

14,7%

Estudios técnicos o comerciales con primaria, secundario o bachillerato terminado

,2%

,7%

,6%

,3%

,2%

1,1%

Normal, Licenciatura o profesional

,5%

1,0%

,9%

,5%

1,0%

4,1%

Posgrado

,0%

,2%

,2%

,0%

,0%

,4%

No especificado

,0%

,1%

,0%

,0%

,0%

,2%

21,4%

23,4%

16,9%

22,5%

15,9%

100,0%

Fuente: Elaboración propia con base en el micro-dato de la base PERS del Censo de Población y Vivienda 2010, INEGI

Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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Ofelia Woo Morales, Alma Leticia Flores

Cuadro 6. Jefatura y parentescos de los migrantes retornados en 2010 Guanajuato

Jalisco

México

Michoacán de Ocampo

Veracruz de Ignacio de la Llave

Sexo

Sexo

Sexo

Sexo

Sexo

Hombre

Mujer

Hombre

Mujer

Hombre

Mujer

Hombre

Mujer

Hombre

Mujer

Jefa(e)

62,8%

21,3%

57,5%

17,2%

59,8%

14,5%

61,8%

17,5%

64,9%

23,3%

Esposa(o) o compañera(o)

2,3%

40,1%

2,0%

45,2%

2,2%

41,6%

1,8%

46,6%

1,8%

36,7%

Hija(o)

26,4%

26,9%

28,3%

24,7%

25,7%

30,1%

28,1%

23,4%

24,6%

24,6%

Nieta(o)

1,4%

1,9%

2,5%

2,3%

2,0%

3,5%

1,7%

2,8%

1,8%

3,5%

Nuera o yerno

2,8%

5,1%

3,0%

3,5%

4,0%

4,3%

2,4%

5,5%

3,1%

6,0%

Madre o padre

0,0%

0,8%

0,1%

1,1%

0,1%

0,8%

0,1%

0,7%

0,1%

0,4%

Suegra(o)

0,1%

0,1%

0,1%

0,2%

0,1%

1,0%

0,1%

0,3%

0,0%

0,3%

Otro parentesco

3,5%

3,7%

5,6%

4,8%

5,2%

2,8%

3,1%

2,8%

2,6%

4,1%

Sin parentesco

0,1%

0,1%

0,7%

0,8%

0,4%

0,0%

0,3%

0,1%

0,7%

1,1%

No especificado

0,5%

-

0,3%

0,2%

0,4%

1,3%

0,5%

0,3%

0,3%

0,0%

Totales

100%

100%

100%

100%

100%

100%

100 %

100%

100%

100%

Fuente: Elaboración propia con base en el micro-dato de la base PERS del Censo de Población y Vivienda 2010, INEGI

La condición de parentesco (nueras o yernos, así como de nietos) es una categoría que permite reflexionar sobre el migrante retornado y el perfil familiar de quienes regresaron. En Veracruz y Estado de México registraron los porcentajes más altos respecto de las otras entidades, 9.1% y 5.3% respectivamente (Cuadro 6). Algo similar sucede con aquellos que tienen un parentesco no lineal con el jefe o jefa de hogar. En Jalisco (10.4%) y Estado de México (8%) es más elevado el porcentaje de otros parentescos o no parentesco que los vincula a los jefes de hogar (Cuadro 6). La presencia de yernos, nueras, nietos y nietas, así como otros parentescos y no parentescos, dan indicios sobre la composición de las familias de quienes retornaron, y podrían estar reflejando una variabilidad del tipo de familias (extensas y compuestas). 4.6 Estado civil de los migrantes que retornaron Los estudios que se han realizado en la actualidad sobre migración de retorno destacan la participación de migrantes de retorno casados, condición que prevalece cuando se observa a nivel estatal; sin embargo, es interesante observar las diferencias de esta categoría por condición de unión. Destaca el caso de Veracruz en unión libre y el caso de Guanajuato, Michoacán y Jalisco pre32

Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

domina casado por lo civil y religiosamente (Ver Cuadro 7), eso podría responder a que estos últimos estados se han caracterizado por un predominio de cultura religiosa. También es interesante observar que el mayor porcentaje de migrantes de retorno solteros o solteras es para Jalisco con el 26.4% (Cuadro 7). 4.7 Atención médica de migrantes retornados Sobre la atención médica de los migrantes retornados de las cinco entidades federativas, la mayoría se atiende en los Sistemas de Salud Estatales. Cabe señalar el elevado porcentaje que se atienden en clínicas u hospitales privados los porcentajes mayores están en Michoacán (43%), Veracruz (39.2%) y Estado de México (39%) eso debe tomarse con cuidado, porque en México predominan servicios de atención médica a bajo costo en farmacias,1 se puede inferir que la población recurre a estos espacios de atención medica ante la falta de cobertura del sistema de salud en México. También es importante destacar el elevado porcentaje en algunas entidades federativas que declara que no se atiende, como son los casos de Guanajuato, Jalisco y Michoacán (Cuadro 8). 1. En México se prohibió la venta de antibióticos sin receta médica, las farmacias empezaron a poner consultorios que atendían médicos a bajo costo- (desde 30 hasta 50 pesos)


La migración de retorno de migrantes mexicanos en el siglo XXI

Cuadro 7. Distribución del estado civil por entidad para 2010 Nombre de la entidad federativa Estado Civil

Guanajuato

Jalisco

Estado de México

Michoacán

Veracruz

Total

Unión libre

14,7%

16,3%

25,1%

17,2%

32,6%

20,2%

Separada(o)

3,1%

4,3%

7,3%

4,1%

6,0%

4,8%

Divorciada(o)

2,1%

2,4%

1,4%

1,4%

2,4%

2,0%

Viuda(o)

1,3%

1,9%

1,3%

1,3%

,7%

1,4%

Casada(o) sólo por el civil

12,3%

13,7%

13,8%

16,6%

17,3%

14,7%

Casada(o) sólo religiosamente

1,3%

1,4%

2,4%

2,2%

4,1%

2,1%

Casada(o) civil y religiosamente

44,2%

33,5%

24,9%

37,0%

16,0%

32,4%

Soltera(o)

20,9%

26,4%

23,6%

20,0%

20,6%

22,4%

No especificado

,1%

,1%

,1%

,2%

,1%

,1%

Totales

100,0%

100,0%

100,0%

100,0%

100,0%

100,0%

Fuente: Elaboración propia con base en el micro-dato de la base PERS del Censo de Población y Vivienda 2010, INEGI

Cuadro 8. Atención médica de los migrantes de retorno para 2010 Dónde se atiende según lugar o institución Nombre de la entidad federativa Jalisco

Michoacán de Ocampo

Veracruz de Ignacio de la Llave

Total

Seguro Social (IMSS)

15,9%

31,0%

18,8%

19,1%

15,3%

100%

ISSSTE

13,1%

13,3%

15,1%

23,3%

35,2%

100%

ISSSTE estatal

12,6%

12,3%

72,6%

,8%

1,8%

100%

Pemex, Defensa o Marina

17,7%

4,7%

34,2%

1,8%

41,5%

100%

Centro de salud u Hospital de la SSA (Seguro Popular)

27,2%

23,3%

15,1%

20,3%

14,1%

100%

IMSS Oportunidades

2,3%

,5%

,1%

45,3%

51,8%

100%

Consultorio, clínica u hospital privado

17,2%

22,6%

17,6%

25,9%

16,7%

100%

Otro lugar

23,1%

20,0%

26,8%

16,5%

13,6%

100%

No se atiende

28,2%

23,7%

14,1%

22,2%

11,8%

100%

No especificado

39,3%

22,5%

7,1%

22,4%

8,6%

100%

21,4%

23,4%

16,9%

22,5%

15,9%

100%

Totales

México

Guanajuato

Lugar o institución de atención

Fuente: Elaboración propia con base en el microdato de la base PERS del Censo de Población y Vivienda 2010, INEGI

4.8 Ingreso de los migrantes que retornaron Agrupados los ingresos mensuales en salarios mínimos vigentes en 2010 (1,634 pesos para las cinco entidades), algunas variaciones importantes por entidad son: Guanajuato, Michoacán y Veracruz son las entidades que reportaron más porcentajes de población retornada sin ingresos (entre el 23% y el 25% de la población). Mientras Jalisco y Estado de México son las entidades cuya población retornada tienen los mayores porcentajes, 29.7% el primero y 22.3% el segundo ganaban más de 5 salarios mínimos (Cuadro 9). Veracruz (9.5%), Michoacán (8.9%) y Guanajuato (7.2%) son las entidades donde se presenta el mayor porcentaje de migrantes retornados que ganaban hasta un salario mínimo; de un salario hasta 3 salarios mínimos (Guanajuato 54%, Veracruz 31.2% y Michoacán 22.9%). En el caso de Jalisco y Estado de México la población que ganaba más de dos salarios mínimos era 68.7% y 54.5% respectivamente (Cuadro 9). Se puede decir que la desigualdad salarial está relacionada al contexto económico de las entidades federativas como es Jalisco y el Estado de México que tienen una economía más desarrollada; sin embargo, no deber perderse de vista que uno de los problemas principales que ha tenido México desde la década de los ochenta cuando cambia al modelo económico neoliberal, es la pérdida de poder adquisitivo del ingreso. Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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Ofelia Woo Morales, Alma Leticia Flores

Cuadro 9. Ingreso según salario mínimo mensual de los migrantes retornados en 2010 Dentro de Salarios mínimos

dentro de Nombre de la entidad federativa

Jalisco

Michoacán de Ocampo

Veracruz de Ignacio de la Llave

11,2%

23,8%

23,0%

100%

13,7%

9,4%

8,2%

13,6%

16,2%

12,3%

17,0%

13,8%

25,7%

22,1%

100%

7,2%

5,8%

6,2%

8,9%

9,5%

7,5%

Más 1 hasta 2 salarios mínimos

24,4%

15,3%

15,3%

21,5%

23,5%

100%

25,1%

16,1%

21,1%

22,9%

31,2%

23,0%

Más de 2 hasta 3 salarios mínimos

25,2%

22,1%

17,1%

21,9%

13,7%

100%

29,0%

26,0%

26,3%

26,2%

20,2%

25,7%

Más de 3 hasta 5 salarios mínimos

18,7%

29,8%

19,2%

21,0%

11,3%

100%

17,0%

27,5%

23,3%

19,7%

13,2%

20,3%

Más de 5 salarios mínimos

16,2%

29,7%

22,3%

16,8%

15,0%

100%

8,1%

15,2%

14,9%

8,7%

9,7%

11,2%

Totales

22,4%

21,9%

16,7%

21,6%

17,4%

100%

100%

100%

100%

100%

100%

100%

México

Guanajuato

16,8%

21,4%

México

25,0%

Jalisco

Sin ingresos Hasta 1 salario mínimo

Guanajuato

Veracruz de Ignacio de la Llave

Nombre de la entidad federativa

Total

Salarios mínimos

Michoacán de Ocampo

Nombre de la entidad federativa

Total

Fuente: Elaboración propia con base en el micro-dato de la base PERS del Censo de Población y Vivienda 2010, INEGI

V. Algunas reflexiones La migración de retorno considerada como parte del proceso migratorio está estrechamente relacionada a la dinámica de la emigración de mexicanos hacia Estados Unidos. Pero la intensidad y magnitud no es igual en todo el territorio de la República Mexicana, como se señaló previamente, existen procesos y contextos diferenciados que se han analizado por regiones y en algunos entidades federativas de México, coincidimos con López y Mojica (2013) que “el volumen de migración podría representar desafíos de política pública tener algún impacto social, económico, político y en general el reacomodo de la vida cotidiana en las localidades y regiones de la emigración… que deberían de ser atendidas por los tres niveles de gobierno” (López y Mojica 2012, pag 6). Si bien, la migración de retorno es parte del proceso migratorio se reconoce que el volumen aumentó considerablemente en los últimos años. De acuerdo al Programa Especial de Migración en el periodo de 2005-2010 volvieron al país 1.4 millones de personas, prácticamente el doble que el quinquenio 1995-2000 (García y Zamora 2014, pag 22); sin duda, es relevante conocer el perfil del migrante retornado contemporáneo. 34

Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

Se ha considerado que el sexo, edad y escolaridad son categorías que permiten identificar la selectividad del migrante. Se podría decir que retornan principalmente hombres, casados en edad productiva, con niveles de escolaridad básica; sin embargo, también están regresando mujeres, niños, jóvenes y ancianos, en algunas localidades en mayor proporción que en otras; por ejemplo, es más claro en el caso de las mujeres que regresan a localidades urbanas. Entonces la selectividad del migrante de retorno es necesario analizarla con cuidado. Se privilegia la posible vinculación del migrante retorno con el desarrollo de su comunidad o ciudad de origen, pero no sólo depende de las características sociodemográficas y económicas, también es necesario conocer los recursos que ha adquirido en su trayectoria migratoria. Se dice que los migrantes de retorno tienden a insertarse en corto plazo en el mercado laboral, y que más del 70% consiguen trabajo en tres meses Albo, Ordáz y Li Ng (2012); sin embargo, como se observó la mayoría cuenta con ingresos muy bajos con poca capacidad adquisitiva. De ahí la relevancia de la propuesta de Rivera (2011) de considerar las imbricaciones entre lo local, lo nacional y lo global en la constitución de los sujetos retornados contemporáneos.


La migración de retorno de migrantes mexicanos en el siglo XXI

La migración de retorno implica no sólo conocer quienes regresan y a dónde regresan, no es un asunto individual. Si se tiene la capacidad de insertarse a la economía y a la sociedad que lo recibe, sino, también las condiciones sociales, culturales, estructurales que le permitan hacerlo. ¿Se cuentan con programas de integración o reintegración económica, social y cultural? ¿Existe un sistema de educación y de salud adecuada para la población que retorna? aunque no fue el objetivo del documento responder a estas preguntas, se puede decir que existen retos mayores para que México se prepare para recibir y atender las necesidades del migrante retornado contemporáneo. Porque la migración de retorno es un proceso, la integración o reintegración a la sociedad de origen o de asentamiento presenta diferentes desafíos, para los y las migrantes, para la sociedad de acogida y para el gobierno mexicano.

VI. Bibliografía • • Albo Marquez Adolfo, Juan Luis Ordaz Díaz, Juan José Li Ng (2012) “Inserción laboral y características de los migrantes mexicanos de retorno 2005-2011. Comparación urbana-rural”. En El estado de la Migración. México ante los recientes desafíos de la migración internacional (Coordinadores) Telésforo Ramírez García y Manuel Ángel Castillo, México, CONAPO. • Anguiano María Eugenia, Rodolfo Cruz y Rosa María Garbey (2013). “Migración internacional de retorno: trayectorias y reinserción laboral de emigrantes veracruzanos”. En Revista Papeles de Población, No. 77, pp • Arias, Patricia y Ofelia Woo Morales (2004). “Migración de la zona metropolitana de Guadalajara hacia Estados Unidos”. En Revista Papeles de Población. Nueva Epoca, núm 42, año 10, octubre-diciembre, pp. 37-72 • Canales Alejandro I. (2012). “La migración mexicana frente a la crisis económica actual. Crónica de un retorno moderado”. En Revista Interdisciplinarda Mobilidade Humana, Brasilia, Ano XX, No. 39,

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Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

35


Ofelia Woo Morales, Alma Leticia Flores

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Revista Poblaciรณn y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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Revista Poblaciรณn y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015


Mortalidad hospitalaria y años de vida potencialmente perdidos en el Hospital San Felipe

3 Mortalidad hospitalaria y años de vida potencialmente perdidos en el Hospital San Felipe, año 2014 María Guadalupe Romero-A.*, Ingrid Carolina Garay-R.** RESUMEN. Honduras es un país de ingreso medio que se encuentra en el proceso de transición epidemiológica y una de las formas de constatarlo es a través de los datos de mortalidad hospitalaria basados en el registro de las causas de muerte en los certificados de defunción. Una de las metodologías de medición de la mortalidad hospitalaria es a través de los años de vida potencialmente perdidos propuesto desde 1978 como indicador de salud del estado de una población este indicador cuantifica las muertes prematuras y puede ser utilizado para determinar las prioridades en salud pública. El estudio es retrospectivo, transversal realizado en el Hospital San Felipe de la ciudad de Tegucigalpa, Honduras, centro nacional de referencia y centro nacional de cáncer del país, cuyos datos demuestran que a partir de la causa básica de muerte. El sexo femenino es el que cuantifica el mayor número de años de vida potencialmente perdidos ocasionados por tumores, las septicemias, las afecciones perinatales y las enfermedades del sistema circulatorio. En el caso de los hombres, la cuantificación de los años de vida potencialmente perdidos están relacionados con la diabetes no insulinodependientes, las enfermedades del sistema respiratorio y del aparato digestivo. Palabra claves: causa básica de muerte, muerte prematura, años de vida potencialmente perdidos. ABSTRACT. Honduras is a middle-income country that is in the process of epidemiological transition and one of the ways to verify this is through the hospital mortality data whose data are based on the registration of causes of death on death certificates. One of the methods of measurement of hospital mortality by years of potential life lost from 1978 proposed as an indicator of health status of a population, quantifies premature deaths, and can be used to determine the priorities in public health. It is a retrospective cross-sectional study conducted at the San Felipe Hospital in Tegucigalpa, Honduras, national reference center and national cancer center in the country, whose data show that from the underlying cause of death, the female is the quantifying the greatest number of years of potential life lost caused by tumors, sepsis, perinatal disorders and diseases of thecirculatory system. In the case of men, the quantification of the disability-adjusted life year are related to non-insulin dependent diabetes, diseases of the respiratory system and digestive system. Keywords: basic cause of death, premature death, disability-adjusted life year.

I. Introducción La medición y el análisis de la mortalidad, suscitan el interés de múltiples disciplinas o campos de acción, entre ellos, los sectores de la salud, la demografía, la seguridad social y las políticas sociales en general. Este amplio interés obedece a que la vida constituye el bien más preciado para todos y por ello se realiza el esfuerzo de evitar la muerte y disminuir en la mayor medida posible su incidencia individual y social. Se agrega que la mortalidad, es un indicador de la situación de salud y también de las condiciones de vida

de la población en una amplia variedad de aspectos (CEPAL, 2007). La estadística de causa de muerte sobre las enfermedades asociadas a la causa básica de defunción, constituyen una de las fuentes más importantes en el campo de la salud, así como una medición real del estado de salud de la población según sexo y edad. Analizando la evolución temporal en el número de defunciones se pueden valorar los resultados obtenidos por las políticas de salud y por las mejoras en los hábitos y estilos de vida de hombres y mujeres (INE, 2014). Las causas de la mortalidad hospitalaria dependen de las características del hospital, de su complejidad, la

Recibido en abril 2015 / Aceptado y version final en julio 2015 * Médico y Cirujano. Máster en Salud Pública, Máster en Administración de Servicios de Salud. PhD,mgromeroa@yahoo.com ** Ingeniera en Ciencias Ambientales. Máster en Ciencias, Tecnología y Gestión del Agua. PhD, icgaray@usal.es Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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María Guadalupe Romero-A., Ingrid C. Garay

importancia de cada uno de los servicios, la prevalencia de las enfermedades en el ingreso al hospital y la gravedad de las mismas. Existen diferencias entre los hospitales privados que atienden a pacientes con condiciones socioeconómicas generalmente similares y los públicos, donde existe mayor número de ingresos en los cuales los enfermos provienen de sectores con diferentes condiciones socioeconómicas y culturales. En el mundo, la prevalencia de enfermedades en los ingresos hospitalarios puede no coincidir con las de causas de mortalidad, tal es el caso de los hospitales que tienen maternidades, donde la mayor causa de ingresos es por nacimientos e influye poco sobre la mortalidad hospitalaria, por el contrario, las neoplasias son una de las causas prevalentes de mortalidad, especialmente en los países desarrollados aunque no de ingreso hospitalario. Es importante mencionar que la frecuencia de causas de muerte puede no estar relacionada con el número de ingresos por esas causas si no por la letalidad de las mismas (accidentes cerebrovasculares, estadios avanzados de neoplasias malignas, infecciones graves en inmunodeprimidos, insuficiencia coronaria) (Miceli, 2013). El presente trabajo realiza una revisión de las muertes hospitalarias acaecidas en el año 2014 en el Hospital San Felipe, hospital público de referencia nacional en el cual se realiza una descripción de la causa básica de muerte, las tasas netas y brutas de mortalidad por cada uno de los servicios y los años potenciales de vida perdidos por grandes grupos de causas de muerte. II. Aspectos conceptuales Se describen a continuación algunos conceptos que se utilizaron en el desarrollo de la investigación • Defunción Es el fallecimiento de toda persona viva independiente de todas las horas que haya vivido. • Causa de muerte Se entiende por causa de defunción, el conjunto 40

Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

de todas las enfermedades, estados morbosos o lesiones que produjeron la muerte o que contribuyeron a ella y las circunstancias del accidente o de la violencia que produjo dichas lesiones. • Causa básica de defunción Enfermedad o lesión que inició la cadena de acontecimientos patológicos que condujeron directamente a la muerte o las circunstancias del accidente o violencia que produjo la lesión fatal. De las cuatro causas de defunción que deben figurar y están informadas en el boletín estadístico se selecciona para ser codificada la que se denomina causa básica que generalmente coincide con la inicial o fundamental y solo en los casos dudosos se recurre para su determinación a las reglas de selección establecidas por la Organización Mundial de la Salud en su Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) (INE, 2014). • Clasificación internacional de enfermedades 10 Es un sistema de categorías a las cuales se les asignan entidades morbosas de acuerdo a criterios establecidos. Permite el registro sistemático, al análisis, la interpretación y la comparación de los datos de mortalidad y morbilidad recolectados en diferentes países o áreas y en diferentes épocas. La CIE-10 es un sistema de clasificación de ejes variables cuyo esquema debe servir a todos los propósitos epidemiológicos. Utiliza un código alfanumérico con una letra en la primera posición y números en la segunda, tercera y cuarta posición. El cuarto carácter sigue a un punto decimal, los códigos posibles van por lo tanto de A00.0 a Z99.9 (México.CEMECE, 2009). • Mortalidad Hospitalaria Bruta y Neta Expresa la calidad de la atención médica a nivel hospitalario e intenta discriminarla de la calidad de los servicios de atención ambulatoria. La mortalidad hospitalaria bruta o total expresa el riesgo de morir con respecto al total de egresos acontecidos, la mortalidad neta tiene idéntico propósito, pero circunscribiendo este riesgo a los ingresados de 48 horas o más. El cálculo se realiza a través del cociente del número de defunciones


Mortalidad hospitalaria y años de vida potencialmente perdidos en el Hospital San Felipe

hospitalarias totales (tasa bruta) de 48 horas y más de hospitalización (tasa neta) y el número total de egresos para un hospital y período dado multiplicado por 100. Suele desagregarse este indicador para los diferentes servicios o salas de atención. El tipo de indicador es: Tasa (Ministerio de Salud Pública, La Habana, Cuba, 2010). • Mortalidad prematura. Años potenciales de vida perdidos Son los años que una persona deja de vivir si fallece a una edad que no es la habitual de defunción fijada teóricamente para ese colectivo. Es una medida de la mortalidad que teóricamente se podría evitar (INE, 2014) (OPS B. E., 2003). Los años de vida potencialmente perdidos es una forma de medición de la carga de una enfermedad conceptualizándose así a la medida de pérdidas de salud que para una población representan las consecuencias mortales y no mortales de las diferentes enfermedades y lesiones. La carga de enfermedad atribuible a una enfermedad concreta se mide por un lado con su frecuencia y por otro lado, a partir de las consecuencias mortales y discapacitantes que origine (Velásquez V, USAID/PERÚ, & PRAES, 2006). Un objetivo principal del trabajo de salud pública es aumentar la esperanza de vida de las poblaciones en las mejores condiciones de salud posible. Los años potenciales de vida perdidos es una de las medidas del impacto relativo de varias enfermedades y problemas de salud en la sociedad que ilustran sobre las pérdidas que sufre la sociedad como consecuencia de la muerte de personas jóvenes o de fallecimientos prematuros. Se considera que una muerte es prematura cuando ocurre antes de cierta edad predeterminada que corresponde, por ejemplo a la esperanza de vida al nacer en una población estudiada. Considerar la edad a la cual mueren las personas y no solo el evento mismo de la muerte permite asignar un peso diferente a las muertes que ocurren a diferentes momentos de la vida (Marlow, 1995). El supuesto en el que se basan los años potenciales de vida perdidos es que cuando más “prematura” es la

muerte (más joven se muera), mayor es la perdida de vida. Este indicador tiene por objeto dar una visión amplia de la importancia relativa de las causas más relevantes de mortalidad prematura y su uso fundamental es en la planificación, investigación y definición de prioridades en salud (OPS B. E., 2003) (Martínez Sánchez, Ramos Aceitero, Alvarez Díaz, & Rojas Fernández, 2013). Los años de vida perdidos tratan de determinar cuántos años más deberían haber vivido las personas que fallecen (Arriaga, 1994). Se calculan a partir de la diferencia entre la edad de ocurrencia real de la muerte de un individuo y la edad teórica de defunción de éste (OPS, 1986). Esta edad teórica varía: el Center for Diseases Control en Atlanta, Estados Unidos (CDC), estableció una edad de defunción de 65 años para ambos sexos. Otros trabajos la escogieron de acuerdo a la expectativa de vida de cada país. Sin embargo, ambos métodos impiden la comparación de los datos en el contexto internacional. Debido a lo anterior, Murray (1994) decidió utilizar en el Estudio Global de Carga de Enfermedad (Global Bourden of Diseases), un límite único, proveniente de la Tabla de vida modelo West, nivel 26, modificada, que establece una edad teórica de defunción de 80 años para los hombres y de 82.5 años para las mujeres, esto ocurrió cuando esta era la máxima expectativa de vida en el mundo (Japón, 1990). III. Metodología Se trata de un estudio descriptivo, transversal, retrospectivo en el cual se recogió la información de las muertes acaecidas en el año 2014 en el Hospital San Felipe. Los datos fueron obtenidos de los expedientes de los pacientes que fallecieron en ese período, haciéndose revisión de la hoja de egreso, del certificado de defunción y de la epicrisis (resumen). Estos incluyeron: sexo, edad, procedencia, causa primaria de muerte (de acuerdo a Clasificación Internacional 10). Para el presente trabajo se tomó como dato base, la causa básica de muerte que aparece en la hoja de egreso. Con los datos se construyeron tablas de frecuencia de mortalidad para ambos sexos y por grupos de edad: menor Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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María Guadalupe Romero-A., Ingrid C. Garay

de 1 año; de 1-4 años; de 5-14 años; de 15-44 años; de 45-59 años; de 60 a 70 años y de 71 y más. Se realizaron cálculo de medidas de tendencia central y de desviación con el paquete SPSS versión 21. Para el cálculo de la mortalidad neta, se utilizó la fórmula: No. de fallecidos en el servicio o en el Hospital de + de 48 horas/ Total de egresos en el servicio o en el Hospital X 100 Para el cálculo de la Mortalidad Bruta, se utilizó la fórmula: No. de fallecidos en el servicio o en el Hospital/ Total de egresos en el servicio o en el hospital X 100 Para el cálculo de los APVP, la fórmula que se utilizó fue: L AVPP= S (L-Xi) x=0 Donde L= es el límite potencial de la vida (80.0 para hombres y 82.5 para mujeres). X= es la edad de defunción del sujeto. El uso de la esperanza de vida al nacer como valor límite de edad, se aplicó para el cálculo de los AVPP ajustándose al perfil poblacional del país para el año 2013. El problema que presenta esta aproximación al cálculo de los AVPP es la no comparabilidad con otras poblaciones que seguramente tienen esperanza de vida, diferentes. No se pueden comparar los AVPP entre dos o más situaciones a estudiar si el criterio de cálculo no es el mismo (OPS B. E., 2003). IV. Mortalidad en Hospital San Felipe, 2014 Se describen a continuación los principales hallazgos de la investigación en las variables procedencia del paciente, rangos de edad, causa de muerte según clasificación y tasa de muerte hospitalaria. 4.1 Mortalidad hospitalaria según lugar de procedencia, Hospital San Felipe, año 2014 El porcentaje más importante de defunciones proceden del departamento de Francisco Morazán, lo que se 42

Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

explica porque el hospital se encuentra en la ciudad de Tegucigalpa, que es la cabecera departamental y capital de la República de Honduras; ocupan el segundo lugar los departamentos de El Paraíso y de Comayagua que comparten el mismo porcentaje, los que se encuentran en el oriente y centro del país y los pacientes acceden al hospital por vías de acceso directo; en el tercer lugar, se encuentran los departamentos de Valle y Choluteca, que se encuentran en el sur del país y tienen vías de acceso directo y cercanos a Tegucigalpa (Cuadro1).

Cuadro 1: Hospital San Felipe: distribución de las defunciones según departamento de origen del paciente, año 2014 Casos

Porcentaje

Francisco Morazán

Departamento

84

70.5

El Paraíso

7

5.04

Comayagua

6

5.04

Santa Bárbara

4

3.36

Valle

4

3.36

Choluteca

4

3.36

Cortés

3

2.52

Colón

2

1.68

Olancho

2

1.68

Yoro

2

1.68

Gracias a Dios

1

0.84

1

0.84

120

100

Intibucá TOTAL

Fuente: Expedientes de la Unidad de Estadística. Año 2014.

4.2 Mortalidad hospitalaria según rangos de edad. Hospital San Felipe, año 2014 Entre los pacientes del Hospital San Felipe, la media de edad es de 55 años con 53 días para el grupo total de hombres y mujeres, con una desviación típica de 18.9 años para un total de 120 datos. El cuadro muestra que la media de edad es de 55.53 años con moda de 62 años, mediana de 57.50 años y desviación estándar de 18.90 años, por lo que los datos reflejan que los pacientes se encontraban en la etapa de adultez intermedia. En cuanto a la desviación estándar muestra la variabilidad con respecto a la media señalada (Cuadro 2).


Mortalidad hospitalaria y años de vida potencialmente perdidos en el Hospital San Felipe

Gráfico 1. Hospital San Felipe: media y desviación típica de la edad según mortalidad hospitalaria, año 2014 Histograma 20

Frecuencia

15

10

Cuadro 3. Hospital San Felipe: mortalidad hospitalaria por grupos de edad, año 2014 Grupo de edad

Casos

Porcentaje

Menor de 1 año

4

3.33

De 1-4 años

0

0

De 5- 14 años

0

0

De 15-44 años

25

21

De 45 -59 años

37

31.7

De 60 -70 años

27

23

De 71 y más años

25

21

TOTAL

120

100

Fuente: datos obtenidos de expedientes de pacientes. Unidad de Estadística de Hospital San Felipe. 5

0 0

20

Media = 55.53

40 EDAD

60

Desviación típica = 18.908

80

100

N = 120

Fuente: Expedientes de pacientes. Unidad de Estadística. Hospital San Felipe.

4.3 Mortalidad hospitalaria según sexo y causa de muerte Hospital San Felipe, año 2014 Al desagregar los datos según sexo se identifica que el mayor porcentaje de muertes se encuentra en el grupo de mujeres con el 63 por ciento de las muertes y el grupo de hombres representa el 37 por ciento de las muertes en el período observado (Gráfico 2).

Cuadro 2. Hospital San Felipe: estadísticos descriptivos de la variable edad, año 2014 Aspectos

Valores

Número de datos

120

Rango

95

Moda

62

Media

55.53

Mediana

57.50

Desviación Estándar

18.908

Fuente: expedientes de pacientes. Unidad de Estadística de Hospital San Felipe.

Al agrupar las edades, el mayor porcentaje se encuentra en el grupo de 45 a 59 años ocupando el segundo lugar el grupo de 15 a 44 años y el de 71 años y más. El mayor porcentaje de muertes se ubica entre los rangos de 45 a 70 años con el 71.7% de los casos (Cuadro3).

Gráfico 2. Hospital San Felipe: distribución de la mortalidad por sexo. Año 2014

37% 63%

Hombres

Mujeres

Fuente: Expedientes de la Unidad de Estadística. Año 2014.

Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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María Guadalupe Romero-A., Ingrid C. Garay

Se logra evidenciar que la causa básica de muerte más importante son los tumores 60.83%, ocupando el segundo lugar 13.33%, la septicemia y un tercer lugar las enfermedades del sistema circulatorio 7.5% (Cuadro 4). Cuadro 4. Hospital San Felipe: causa de mortalidad con clasificación internacional-10, Año 2014 Causa Tumores

CIE-10

Casos

Porcentaje

C07X-C859

73

60.83

A 419

16

13.33

Afecciones Perinatales

P051-P220

4

3.33

Diabetes No insulinode-

E110-E129

4

3.33

I00-I99

9

7.5

Septicemia

pendiente Enfermedad del Sistema Circulatorio Enfermedad del Sistema Respiratorio

J00-J99

Enfermedad del Sistema Digestivo

K00-K93

7 7

5.83 5.83

120

100

Fuente: datos de expedientes de Unidad de Estadística de Hospital San Felipe.

4.4 Tasa de mortalidad hospitalaria, Hospital San Felipe, año 2014 La tasa bruta de mortalidad en el período observado es de 0.78 (120/15,377) y expresa que del total de cien egresos, el riesgo de muerte es de menos del uno por ciento para el hospital en el período observado (Ver Cuadro 5). Cuadro 5. Tasa de mortalidad bruta del Hospital San Felipe Fallecidos

Oncología

72

Medicina Interna Maternidad Asilo de Inválidos Cirugías

Egresos

Tasa (%)

1744

46.82

40

980

26.01

4

9763

02.60

4

7

02.60

0

1401

0

Oftalmología

0

527

0

Pediatría

0

995

0

120

15377

0.78

Total Hospital

Fuente: Unidad de Estadística. Hospital San Felipe. 2014.

La tasa de mortalidad neta del Hospital San Felipe en el año 2014 es de 0.96 y expresa que del total de cien egresos (muertes) acaecidas a partir de ingresos realizados al hospital de más de 48 horas, el riesgo de muerte 44

Cuadro 6. Tasa neta por servicio Servicio

Fallecido

Egreso

Tasa (%)

Oncología

72

1,744

4.12

Medicina Interna

40

980

4.08

Maternidad

4

9,763

0.04

4

7

57.14

120

12,494*

0.96

Asilo De Inválidos Total

Total

Servicio

es de 1. A nivel de los servicios, el que presenta mayor tasa neta es el Asilo de Inválidos, ya que por tratarse de un asilo, la frecuencia de egresos en el mismo es poca y el comportamiento de este servicio, es diferente al del resto del hospital, ya que representa un proceso de permanencia a largo plazo. En relación a los otros servicios, el de oncología ocupa el primer lugar, presentando el mismo comportamiento el de medicina interna y el de maternidad en tercer lugar con menos del 1 por ciento.

Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

Fuente: Unidad de Estadística de Hospital San Felipe. 2014 *Incluye únicamente las muertes de los servicios en los que se registraron muertes.

V. Años de vida potencialmente perdidos tomando como base la esperanza de vida hasta el año 2013 La esperanza de vida es un indicador que resume las condiciones de mortalidad de una distribución amplia de personas con vidas que pueden ser de muy distinta duración. Representa el número promedio de los años que llegan a vivir una generación de personas que llegan a nacer en el mismo intervalo de tiempo. Es una medida general de la calidad de vida en un país y puede ser pensado como un indicador de la tasa de retorno potencial de la inversión en capital humano (http://celade.cepal. org/redatam/pryesp/cairo/WebHelp/Metalatina/esperanza_de_vida_al_nacer.htm). En el caso del Hospital San Felipe en la casuística que se presenta, los tumores representan la primera causa de carga de enfermedad siendo el sexo femenino, el más afectado. La razón de muerte prematura hombre- mujer de 2 veces más en las mujeres que en los hombres. La segunda causa de muerte es la septicemia y la razón hombre- mujeres por esta causa es similar en ambos sexos (Uno a uno).


Mortalidad hospitalaria y años de vida potencialmente perdidos en el Hospital San Felipe

Año de vida potencialmente perdidos (AVPP) tomando como base la esperanza de vida hasta el año 2013 Causa

Casos en

Esperanza de

mujeres

Vida

Tumores

45

76

Septicemia

8

Afecciones Perinatales

3

Diabetes no insulinodependiente Enfermedad del Sistema Circulatorio

AVPP

Casos en

Esperanza de

hombres

Vida

AVPP

1054

26

72

491

76

98

6

72

93

76

227

1

72

72

1

76

14

2

72

47

4

76

66

3

72

33

Enfermedad del Sistema Respiratorio

3

76

15

2

72

63

Enfermedad del Sistema Digestivo

2

76

42

4

72

65

Fuente: Unidad de Estadística de Hospital San Felipe. 2014

En las afecciones perinatales, la razón hombre- mujer es de 3 veces más en el sexo femenino que en el masculino. En la diabetes no insulinodependiente, la razón hombre-mujer es de 3 veces más en los hombres que en las mujeres. A nivel de las afecciones del sistema circulatorio, la razón hombre-mujer de 2 veces más en las mujeres que en los hombres. En las enfermedades del sistema respiratorio, la razón hombre- mujer es de 4 veces más en los hombres que en las mujeres. En las enfermedades del sistema digestivo, la razón hombre-mujer de 1.5 veces más en los hombres que en las mujeres. VI. Reflexión final Honduras ha mejorado los datos de salud con respecto a la esperanza de vida, de tal forma que, en el año 2013 la esperanza de vida en Honduras subió hasta llegar a 73,80 años. Ese año, la esperanza de vida de las mujeres fue de 76,22 años mayor que la de los hombres, que fue de 71,51 años (72). Es decir, se encuentra en la parte media del ranking de países por esperanza de vida (http://www. datosmacro.com/demografia/esperanza-vida/honduras). Aún con todos los esfuerzos que el país ha realizado en cuanto al proceso de mejora de las condiciones de salud, el estudio muestra que la carga de enfermedad producida por las enfermedades crónicas en la mortalidad de los pacientes hospitalizados que se atienden en el Hospital San Felipe, en el año 2014, es sumamente importante

tomando el hecho de que se trata de un hospital nacional de referencia para todo el país, ya que es sede del Centro Nacional de Cáncer, del Centro Nacional de Rehabilitación y del Centro Nacional de Oftalmología, contiene a su vez una sala de maternidad de referencia nacional que atiende a pacientes catalogadas de bajo riesgo y una consulta ambulatoria de atención de medicina especializada y de medicina general. De acuerdo al sistema actual, actúa en la red sanitaria, como captor de los casos que las otras instituciones tanto del sector público como del privado, envían a los diferentes centros de referencia señalados. Los datos denotan la importancia del acceso geográfico a la atención del mismo de tal forma que más de la mitad de las defunciones corresponden al departamento de Francisco Morazán, en cuya cabecera departamental, se encuentra ubicado el hospital. Todos los países de América Latina, incluyendo a Honduras, se encuentran afrontando un doble desafío, seguir disminuyendo las enfermedades de tipo infecciosa y parasitaria y abordar la creciente mortalidad por enfermedades no transmisibles. Las implicaciones en las acciones de políticas públicas de salud son muchas, por un lado, no es posible dejar de invertir en mejorar la salud de los niños, también es más que probable que por el creciente crecimiento de los adultos mayores se exijan acciones de diversa índole en términos de prevención, curación y cuidados (Di Cesare, 2011). Los grupos de edad más afectada para ambos sexos, es el que se encuentra en edad productiva destacándose como causa de muerte, los tumores, la diabetes, las enfermedades del aparato circulatorio, respiratorio y Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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María Guadalupe Romero-A., Ingrid C. Garay

digestivo y apareciendo en menor proporción, las enfermedades perinatales. La carga de enfermedades crónicas tiene serios efectos adversos en la calidad de vida de los individuos afectados, es causa de muertes prematuras, tiene efectos económicos importantes y subestimados en las familias, las comunidades y las sociedades en general (OMS, 2005). En las mujeres las primeras causas de AVPP, se encuentran en los tumores, las septicemias, las enfermedades perinatales y las enfermedades del sistema circulatorio. En los hombres, fue la diabetes no insulinodependiente, las enfermedades del sistema respiratorio y del sistema digestivo. En el caso del sexo femenino las principales causas de muerte analizadas aportaron la mayor cantidad de AVPP (1516 de las mujeres y 864 de los hombres). Es importante destacar que en las diferencias de género, las neoplasias juegan un rol clave para el perfil de mortalidad de las mujeres adultas, mucho más de lo que se observa en el caso de los hombres (Di Cesare, 2011). De acuerdo a datos suministrados por la CEPAL, al analizar la mortalidad en América Latina, en el caso de las mujeres, las causas más importantes de muerte se encuentran en las neoplasias y las enfermedades del aparato circulatorio (CEPAL, 2007), los datos que surgen de esta investigación están acordes con esta aseveración, sobre todo por el hecho de que las neoplasias en el grupo de mujeres evidenciado en este trabajo están relacionados con cáncer cervicouterino, por lo que la Organización Mundial de la Salud señala que: “… muchos países en desarrollo siguen viéndose afectados desproporcionadamente por la doble carga que supone la alta tasa de cánceres provocados por infecciones (como el cáncer cervicouterino)…” (http://www.who.int/mediacentre/ news/releases/2014/cancer-report-20140203/es/) , razón por la cual, las acciones de prevención deben duplicarse a nivel de micro, meso y macrogestión elaborando y operacionalizando políticas que trasciendan los datos presentados. La septicemia, es la segunda causa de carga de enfermedad en esta serie y en los últimos 30 años su morbi mortalidad no ha variado, incluso hay autores que insisten 46

Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

en afirmar que se ha incrementado a un ritmo de 7 a por ciento anual por diversos factores como son el aumento de expectativa de vida que deriva en un mayor número de procesos crónicos en la población, incremento en la realización de técnicas invasivas, estados de inmunosupresión por fármacos, enfermos tratados con quimioterapia, hace que el número de fallecimientos por esta razón se eleve e importantes estudios epidemiológicos han dejado clara la evidencia de que es responsable de más muertes que el infarto agudo de miocardio o el ictus (Gonzáles, 2003). De acuerdo a los datos presentados, los factores enunciados se encuentran en los pacientes que fallecieron en el Hospital San Felipe. Una mejor atención sanitaria, la detección temprana y el tratamiento oportuno son una alternativa eficaz para reducir las enfermedades no transmisibles. Muchas intervenciones sanitarias se consideran costo eficaces especialmente en comparación con los costosos procedimientos que suelen requerirse cuando la detección y el tratamiento se han retrasado o llegan en etapa avanzada de la enfermedad. Es preciso seguir fortaleciendo los sistemas de salud para ofrecer un conjunto eficaz, realista y asequible de intervenciones y servicios para las personas afectadas (OMS, Informe sobre la situación mundial de las enfermedades no transmisibles 2010. Resumen de orientación, 2010). Dado que la septicemia intrahospitalaria es una complicación en la que se conjugan diversos factores de riesgo que son susceptibles de prevención y control, las instituciones de salud deben establecer mecanismos eficientes de intervención que permitan la aplicación de medidas preventivas y correctivas encaminadas a la disminución de los factores de riesgo que inciden en la distribución y frecuencia de estas infecciones (Salud, 2010). En cuanto a las afecciones perinatales, se ha establecido que la mortalidad por esta causa depende de varios factores que no están confinados exclusivamente al área médica hospitalaria. La comunidad tiene un papel muy importante, se deben realizar programas de educación en general y en salud reproductiva, la descentralización de los sistemas de salud y asegurar una comunicación ade-


Mortalidad hospitalaria y años de vida potencialmente perdidos en el Hospital San Felipe

cuada entre los diferentes niveles y centros de atención médica, así como el fortalecimiento del cuidado prenatal a través de personal calificado y una mejor infraestructura (Murguía de Sierra, Lozano, & Santos, 2005). Desde que en el año de 1976, Rutsteinse preguntara al observar los datos de mortalidad de un hospital ante una muerte: “¿… por qué sucedió?...” se mantiene la necesidad de conocer las causas que desencadenaron la muerte en enfermedades que no debieran terminar fatalmente en ese momento. Analizar las características clínicas de los fallecidos así como las causas de muerte, permiten conocer no solo la estadística de mortalidad hospitalaria sino también lo más importante, la evolución de los datos y las medidas correctivas que se tienen que realizar así como su tendencia con el tiempo. Si es importante establecer el nivel de complejidad porque la afluencia de internados dependerá del peso de la composición de los distintos servicios en la institución, entre los que habrá algunos con mayor tecnología o profesionales con mayor valoración por parte de la población o por ser centro de valoración de determinada enfermedad (Miceli, 2013). Bajo este contexto, el Hospital San Felipe cumple con los criterios de ser una institución de referencia nacional y albergar en su interior al centro nacional de referencia oncológica del país.

• • • • •

• •

• VII. BIBLIOGRAFÍA • • Arriaga, E. (1994). Los años de vida perdidos: su utillización para medir el nivel y cambio de la mortalidad . • CEPAL. (2007). La mortalidad en América Latina: una trayectoria auspiciosa pero heterogénea. • Cuba, M. d. (2010). Indicadores Básicos para el análisis del Estado de Salud de la Población. Habana. • Demograficos/, h.-h.-c. (s.f.). • Di Cesare, M. (. (2011). El perfil epidemiologico de América Latina y el Caribe: desafíos, límites y acciones. Santiago de Chile. • Gonzáles, M. E. (2003). Relaciones entre mortalidad hospitalaria y sepsis durante 15 años. La Habana. • http://celade.cepal.org/redatam/pryesp/cairo/We-

• •

• •

bHelp/Metalatina/esperanza_de_vida_al_nacer.htm. (s.f.). http://datos.bancomundial.org/indicador/SP.DYN. LE00.IN/countries. (s.f.). http://www.datosmacro.com/demografia/esperanzavida/honduras. (s.f.). http://www.who.int/mediacentre/news/releases/2014/ cancer-report-20140203/es/. (s.f.). INE, D. s. (2014). Mujeres y hombres en España 2014. Marlow, A. (1995). Potential years of life: what ies demonimator? Journal of Epidemiology and Community Health. 1995; 49: 320-322. Martínez Sánchez, J., Ramos Aceitero, J., Alvarez Díaz, M., & Rojas Fernández, C. (2013). Cálculo de Años potenciales de vida perdidos (APVP) en Extremadura. Comparación de cuatro métodos . México.CEMECE, C. c. (2009). Material de consulta. Actualizaciones de CIE-10. México, D.F. Miceli, I. (2013). Análisis de la mortalidad hospitalaria. Editorial. Buenos Aíres: Medicina-Volumen 73.No. 2. 2013. Murguía de Sierra, M. T., Lozano, R., & Santos, J. I. (2005). Mortalidad perinatal por asfixia en México: problema prioritario de salud pública por resolver. México, D.F.: Boletín Médico del Hospital Infantil de México. OMS. (2005). Prevención de las enfermedades crónicas: una inversión vital. OMS. (2010). Informe sobre la situación mundial de las enfermedades no transmisibles 2010. Resumen de orientación. Ginebra. OPS. (1986). Años de vida potencial perdidos. Boletín epidemiológico. Boletín epidemiológico. 5(5): 3-6. OPS, B. E. (2003). Técnicas para la medición dek impacto de la mortalidad: Años potenciales de vida perdidos. Washington: Vol 24.No.2. Salud, S. D. (2010). Metodología para anáisis de mortalidad asociada a infección intrahospitalaria. Bogotá. Velásquez V, A., USAID/PERÚ, & PRAES. (2006). Guía metodológica para las estimaciones epidemiológicas del estudio de carga de enfermedad. USAID/Perú.

Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

47


48

Revista Poblaciรณn y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015


Crisis laboral en la región metropolitana Guadalajara

4 Crisis laboral en la región metropolitana Guadalajara José María Parra Ruíz*, Emilia Gámez Frías** RESUMEN. Con base en la información estadística disponible, se observa que desde 2014, la población de la región metropolitana Guadalajara (RMG)1 enfrenta la mayor crisis laboral del presente siglo. Al cabo de un año, poco más de 70 mil trabajadores, perdieron su empleo y 5 mil más pasaron a engrosar las filas del desempleo. Asimismo, se observa que un mayor número de trabajadores percibió un ingreso inferior al que se requiere para adquirir la canasta básica recomendable. Por lo tanto se considera que la pérdida de empleo, así como, los bajos niveles de ingreso que perciben los trabajadores de este territorio metropolitano, producto de la intensificación en el ritmo de acumulación de capital y los cambios laborales y fiscales, configuran una crisis laboral superior a la ocurrida en 2009 (año de crisis económica nacional, regional e internacional). Palabras Clave: Crisis laboral; Nivel de empleo; Nivel salarial. ABSTRACT. Based on the statistical information available, it appears that since 2014, the population of the Guadalajara metropolitan area (RMG) faces the greatest employment crisis of this century. After a year, just over 70 thousand workers lost their jobs and 5000 more were added to the unemployment lines. It also shows that a greater number of workers saw an income below that required to purchase the recommended basic food basket. Therefore we believe that the loss of employment as well as low levels of income earned by workers in this metropolitan area, due to the escalation in the rate of accumulation of capital and labor and tax changes, form a labor crisis than the one in 2009 (year of national, regional and international economic crisis). Keywords: Job crisis; Level of employment; salary level.

I. Introducción En el diagnóstico laboral a escala nacional y de las principales metrópolis de México, se asevera que la población ocupada enfrenta un mayor deterioro, en distintas formas y grados, en sus condiciones laborales. En los diferentes estudios, se ofrece como evidencia que dicho deterioro se observa en los bajos niveles de empleo (principalmente formal), así como, en la inestabilidad en el empleo, los bajos ingresos, falta de seguridad social y de prestaciones laborales, tanto en el sector formal como informal. Todo ello, como consecuencia de los magros resultados que expresa la economía nacional (conducida, aseveran, desde 1983, bajo la estrategia económica neoliberal) y la

falta de inversión pública y privada que permitan generar empleos suficientes, decentes o dignos (Calva y Salazar, 2012; Aguilar y Escamilla, 2000; Aguiar, 2014). Los estudios sobre el deterioro laboral2 en México, son de la mayor importancia (Sotelo, 2012) y constituyen un objeto de estudio para diversas y disímbolas perspectivas teórico-conceptuales-metodológicas, que ofrecen numerosas valoraciones sobre dicho objeto (Hualde y Guadarrama, 2012; Antunes, 2012; Alves, 2007; Gómez, 2007). Sin embargo, existe un cierto consenso respecto a que, en los últimos años, aumentó el deterioro laboral a escala nacional. El diagnóstico se ofrece, principalmente, para el mercado de trabajo, así como para el uso de la fuerza de trabajo.

Recibido en mayo 2015/ acepatado y versión final julio 2015 * Dr. En Ciencias Sociales por el COLEF,Profesor-Investigador, Departamento de Estudios Regionales-INESER, UDG. jparra@cucea.udg.mx. Línea de Investigación: Configuración socio-espacial de la fuerza de trabajo transnacional mexicana. Especialidad en Estudios Regionales. ** Maestra en Economía y Negocios por la Universidad de Guadalajara. Profesor-Investigador, Departamento de Estudios Regionales-INESER, Universidad de Guadalajara, emigamez@cucea.udg.mx, Línea de Investigación: Configuración socio-espacial de la fuerza de trabajo transnacional mexicana. Especialidad en Estudios Regionales. 1. La RMG la configuran los municipios de Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá, Tlajomulco de Zúñiga y El Salto, Jalisco. Para una explicación amplia véase (Parra y Gámez, 2006). 2. Sin embargo, Rojas y Salas (sf), consideran que a pesar de que en México existe una diversidad de estudios sobre la calidad de los empleos resultan insuficientes los correspondientes a la precariedad laboral. Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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José María Parra, Emilia Gamez Frías

Destacan estudios de los mercados de fuerza de trabajo metropolitanos tales como el de la RMG. En esta vertiente de estudios se compara la precariedad que registran Guadalajara, Ciudad de México y Monterrey. En los trabajos de García (2010, 2009); Rubio, (2010) y Gaxiola, (2012), se sostiene que la precariedad laboral en la metrópoli de Guadalajara se encuentra fuertemente arraigada en la estructura ocupacional al igual que en la ciudad de México. Sin embargo, se concluye que ambas metrópolis se encuentran por arriba del nivel de precariedad que registra Monterrey (Gaxiola, 2013). Esta valoración, se sustenta en el análisis de una serie de indicadores: integrales, conglomerados y componentes principales, tasas de crecimiento y de participación porcentual respecto a la estructura y dinámica del mercado de trabajo. Las dimensiones analizadas, principalmente para un año de referencia y en menor número para series de tiempo, son: comportamiento ocupacional, contratos de trabajo, prestaciones sociales, incorporación a las instituciones de salud, niveles salariales, jornada de trabajo, niveles de sindicalización, entre otros (García, 2009; Rubio, 2010). Gráfico 1. RMG: tasa de crecimiento de indicadores económicos, 2008-2014 % 25,4 30,0 21,8

25,0 20,0 15,0

11,3

10,0 5,0 0,0

5,0

4,2

2,3 201

2,5 2012

4,1 1,0 2008 -3,9

2009

6,2 1,7

2,2 2010

2013

0,9

2,1 2014

-4,1

5,0

-5,1

-10,0 PIB GDL

Productividad agregada

IED

Fuente: PIB: Indicadores Regionales de Actividad Banamex, Estimaciones de PIB elaboradas por el Departamento de Estudios Económicos. Productividad: Cálculo propio con base en INEGI, 2015 IED: Cálculo propio con base en Secretaría de Economía, 2015

50

Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

En esta trayectoria de estudios, se inscribe el presente trabajo. El argumento central es que la población de la RMG, experimenta, en 2014, un mayor deterioro en su nivel de ocupación y salarial en un contexto de exiguo y volátil de crecimiento económico, de aumento en la productividad agregada y en la inversión extranjera directa (Gráfico 1). II. Metodología Con el fin de ofrecer evidencia sobre tan adversa situación laboral en la RMG, se analiza el dinamismo que registra el nivel de empleo (en términos generales y, por rama de actividad económica), así como el nivel salarial (su comportamiento general y por rama de actividad económica) por cada uno de los cuatro segmentos de trabajadores que configuran la estructura ocupacional. Cabe señalar que el análisis de la información estadística: Encuesta Nacional del Empleo y la Ocupación (ENOE, segundo trimestre de cada año del periodo3), se fundamenta en la perspectiva teórica conceptual de la economía política y sociología del trabajo y en dos consideraciones institucionales (normativas: cambios fiscales y, cambios en la Ley Federal del Trabajo). La interrogante que guía el presente trabajo es ¿cuál es la situación que enfrentan los sujetos laborales en la RMG? Con el fin de ofrecer una respuesta a dicha interrogante, se dimensiona la crisis laboral que enfrentan los trabajadores de la RMG, en los distintos niveles y matices que ésta adquiere. Para cumplir con dicho propósito, el trabajo se divide además de esta introducción en tres apartados. En el primero, se analiza el nivel del empleo regional en términos generales, por posición en la ocupación y por rama de actividad económica. En el segundo, se analiza el nivel salarial de acuerdo a su comportamiento regional, por posición en la ocupación y por rama de actividad económica. Por último, en las consideraciones finales se enfatiza como el Estado mexicano en santa 3. Seleccionamos el segundo trimestre, de cada año, en razón de que resulta ser el que en menor medida se encuentra afectado por las fluctuaciones estacionales de la actividad económica; así como porque, en dicho trimestre, se utiliza una versión ampliada del Cuestionario ENOE.


Crisis laboral en la región metropolitana Guadalajara

alianza con la élite empresarial contravienen los postulados constitucionales y de toda ética de responsabilidad social al impulsar una serie de acciones que deterioran las condiciones laborales y de vida de la población al no proporcionar empleo suficiente y decente.

Gráfico 2. RMG: tasa de crecimiento anual de la ocupación según sexo, 2008-2014 10,0 8,0 6,0 4,0

III. Discusión de resultados

7,3 5,2

4,3

3,6

3,8

3,5 3,4

2,0

-1,4

0,0

3.1 Nivel de la Ocupación En 2014, la población de la Región Metropolitana Guadalajara (RMG) experimentó la mayor pérdida de empleos del presente siglo, y, también registra el mayor número de desempleados. El número de trabajadores ocupados disminuyó en poco más de 70 mil personas, de los cuales, el 72.6 por ciento fueron mujeres y el restante 27.4 por ciento son hombres. Esta pérdida supera en 49 por ciento, a la pérdida total de población ocupada en 2009 (año de crisis socioeconómica regional, nacional e internacional). En consecuencia, se configura una dinámica negativa del empleo: (-)3.9 por ciento (tasa superior en 1.2 puntos porcentuales al decremento ocupacional de 2009)4. Los primeros síntomas de dicha debacle se observan en el periodo 2011-2013, cuando la ocupación de manera consistente pierde dinamismo (Cuadro 1). Las mujeres registran una dinámica negativa superior a la de los hombres, lo cual constituye un factor explicativo sobre el comportamiento del empleo regional (Gráfico 2). Por otra parte, 5 mil, hombres y mujeres, se sumaron a las filas del desempleo en 2014. De esta forma la tasa de

-2,0

2008

2009

3,6

2,6

2010

-1,7

2011

-0,9

2012

-1,0 -0,8 2013

2014

-2,3 -2,7 -3,3

-4,0

-1,8

-3,9

-6,0

-6,7

-8,0 Hombres

Mujeres

Total

Fuente: Elaboración propia con base en INEGI, Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

desempleo se colocó en 5.4 por ciento (0.4 puntos porcentuales superior a la tasa de 2013). Este ligero incremento en la tasa de desempleo no se explica únicamente por el menor nivel de ocupación, sino principalmente, por el descenso que experimenta la población económicamente activa -3.4 por ciento (2.8 puntos porcentuales mayor que el descenso de la PEA en 2009)5 y, por la menor participación que registra la población en el mercado de trabajo, durante el periodo de estudio: 59.9 por ciento (Cuadro 1). Cabe señalar que desde 2009 la tasa de desempleo es superior al 5 por ciento. En suma, el año pasado la población de la RMG experimentó la mayor debacle en su nivel de ocupación de

Cuadro 1. RMG: tasa de crecimiento y de participación de la población en la actividad económica 2008

2009

2010

2011

2012

2013

2014

Tasa de Crecimiento: PEA

4.8

-0.6

4.0

2.3

1.5

0.7

-3.4

Tasa Crecimiento: Ocupación

5.2

-2.7

3.5

2.6

1.7

1.0

-3.9

Tasa de Desempleo

3.1

5.2

5.6

5.4

5.2

5.0

5.4

Tasa de Participación en el MT

64.6

62.5

62.8

63.5

63.5

63.0

59.9

Fuente: Elaboración propia con base en INEGI, Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

4. En 2008, el total de la población ocupada fue de 1 millón 725 mil 929; en 2009, 1 millón 678 mil 468; 2013: 1 millón 830 mil 384; en 2014, 1 millón 759 mil 665.

5. De acuerdo a la información agregada disponible, un factor que explica la disminución de la PEA, es que alrededor de 100 mil personas (principalmente mujeres), que en 2013, formaban parte de la PEA regional, se sumaron, al año siguiente, a la población no económicamente activa (PNEA). Se trata de hombres y mayormente de mujeres jóvenes que estudian o realizan labores en el hogar y que trabajaban por cuenta propia; así como de pensionados y jubilados. Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

51


José María Parra, Emilia Gamez Frías

los tres últimos quinquenios y, también, registró el mayor número de personas desempleadas desde 2010. Con la finalidad de matizar la debacle ocupacional, el análisis se centra en la dinámica que registran los sujetos sociales con empleo en dos de sus ámbitos: por posición en la ocupación y, por su posición en la actividad económica urbana. 3.1.1 Posición en la ocupación6 En este apartado se analiza cada uno de los segmentos de trabajadores que configuran la estructura ocupacional en tres cuestiones: participación porcentual que tienen en el universo de la población ocupada; total de empleos perdidos; y, tasa de crecimiento anual. Ello, con el fin de establecer una aproximación a conocer y explicar la crisis laboral en diferentes niveles. La población ocupada se estructura en cuatro segmentos de trabajadores: subordinados y remunerados7, empleadores8, por cuenta propia9 y no remunerados10. La participación de los trabajadores subordinados y remunerados, representa casi tres cuartas partes del total de trabajadores que cuentan con una ocupación en la RMG. Además de ser la mayor del periodo de estudio (73.9 por ciento en 2014), supera en 6 puntos porcentuales la participación de la fuerza de trabajo a escala nacional y en 1.1 puntos porcentuales la participación que éstos mismos adquieren en la ciudad de México. Dicha participación constituye un buen indicador acerca de la importancia que tiene la fuerza de trabajo en la economía de la RMG, así como, en el mercado de trabajo regional toda vez que 7.4 de cada 10 trabajadores son subordinados y remunerados. 6. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI), la posición en la ocupación es la “situación que distingue a la población ocupada según la relación de propiedad con el negocio, empresa o establecimiento, y las exigencias del mismo para que contrate o no a trabajadores a cambio de un pago o sólo reciba ayuda de ocupados sin pago”. 7. “Trabajador subordinado y remunerado, es la persona que trabaja (con o sin pago) para una unidad económica en la que depende de un patrón o un representante de él o de un trabajador por cuenta propia”. 8. “Empleador o patrón, es el trabajador independiente que emplea los servicios de uno o varios trabajadores a cambio de una remuneración económica en monetario o especie”. 9. “Por cuenta propia, es el ocupado que trabaja solo o con el apoyo de integrantes de su propio hogar o ajenos, pero sin el compromiso de pagarles por sus servicios”. 10. “Persona ocupada que no recibe ningún tipo de pago (monetario o en especie), por su ocupación. Aunque es susceptible de recibir algún tipo de prestaciones”. 52

Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

Por su parte, los empleadores o patrones, también en 2014, superan en 0.7 puntos porcentuales la participación que obtuvieron en 2013 (5.7 por cada 100 trabajadores son patrones), la que a su vez, resulta superior en 1.5 puntos porcentuales la participación que éstos registran a escala nacional. En contraste, para 2014, se encuentra la participación de los trabajadores por cuenta propia y la de los no remunerados. Ambos registran una contracción de 2.4 y 0.3 puntos porcentuales, respectivamente (Gráfico 3). Sin embargo, en 2014, 70 mil 719 personas que formaban parte de la población ocupada experimentan una pérdida de su empleo (4 por ciento con respecto al total de población ocupada en 2014). De acuerdo a la información estadística, la pérdida de empleo difiere entre cada uno de los segmentos de trabajadores que configuran la estructura ocupacional de la RMG. El segmento de trabajadores por cuenta propia reporta una pérdida de 38 mil 259 empleos (54.1 por ciento con respecto al total de personas que perdieron su ocupación en 2014); el de los trabajadores subordinados y remunerados pierden 26 mil 095 empleos (36.9 por ciento con respecto al total de pérdidas); y, el de no remunerados pierden 6 mil Gráfico 3. RMG: participación porcentual de los trabajadores por tipo de ocupación, 2007-2014 80,0 72,4 70,0

71,9

72,4

18,3

18,1

72,0

73,0

72,6

18,1

18,3

73,9

71,7

60,0 40,0 30,0 20,0

17,6

18,0

16,7 10,0 0,0

5,8

6,7

4,1

4,9

2007

2008

5,9

5,7 4,0 2009

5,8 4,2

3,7 2010

2011

Trabajadores subordinados y remunerados Trabajadores por cuenta propia

5,7 3,2 2012

5,2

5,7 3,7

4,0 2013

2014

Empleadores Trabajadores no remunerados

Fuente: Elaboración propia con base en INEGI, Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).


Crisis laboral en la región metropolitana Guadalajara

365 empleos (9 por ciento del total de pérdidas). Estas pérdidas no lograron ser compensadas por el incremento que experimentaron los empleadores o patrones (4 mil 634). Las pérdida de empleo que experimenta cada uno de los tres segmentos de trabajadores mencionados, así como, el incremento del número de patrones, es la consecuencia, por una parte, de aspectos estructurales (ritmo del proceso de acumulación: mayor productividad laboral en algunas ramas de actividad principalmente de la industria manufacturera; mayor inversión extranjera; menor capital variable; bajo ritmo de comercialización de bienes y servicios en el mercado interno, entre otros), por otra, de aspectos institucionales (como modificación, en 2012, de la ley federal del trabajo11 y, del régimen fiscal). Otro matiz en la pérdida de empleo, lo proporciona, la tasa de crecimiento anual que experimenta cada segmento de trabajadores. Como se observa en la gráfica 4, para 2014, los trabajadores por cuenta propia experimentan la mayor tasa de crecimiento negativa (12.2 por ciento), la que contrasta con la tasa de crecimiento positiva registrada durante el periodo 2009- 2013: entre 2.0 y 7.3 por ciento. Cabe señalar que, en 2009, solo este segmento de trabajadores registra un crecimiento de 7.3 por ciento. Se puede inferir que el trabajo por cuenta propia, representa una estrategia para enfrentar el mayor desempleo que generan las crisis económicas y el mayor ritmo de acumulación de capital, pero no, para enfrentar los cambios de régimen fiscal como ocurrió el año pasado. Por su parte los trabajadores no remunerados, también experimentan, en 2014, un crecimiento anual negativo de 9.4 por ciento. Cabe señalar que, durante el periodo analizado este segmento de trabajadores registra las mayores tasas de crecimiento y decrecimiento en su nivel de ocupación respecto al resto de segmentos de trabajadores. Su dinámica, con excepción de 2008, es inversamente proporcional a la ostentada por los restantes tres segmentos de trabajadores. 11. En los cambios de la ley federal del trabajo, destacan la flexibilización de la compra-venta de la fuerza de trabajo a través de la ampliación de los contratos a prueba y por periodo de aprendizaje; de la legalización de las agencias de colocación; del pago por hora y del abaratamiento de la indemnización por con concepto de despido y/o liquidación por cualquier causa que lo provoque.

En tercer término se encuentra la tasa de crecimiento negativa de la fuerza de trabajo o trabajadores subordinados y remunerados (-2.1 por ciento). A partir de 2012, sostiene una dinámica descendente y también un comportamiento en su dinámica muy parecido al segmento de trabajadores por cuenta propia. Cabe señalar que su comportamiento está ligado de manera directa al ritmo del proceso de acumulación de capital que impera en la industria manufacturera de la RMG en la medida que compran y despiden fuerza de trabajo en razón de los requerimientos de dicho proceso. Mención especial merece la dinámica del segmento de patrones. En 2014 registra un crecimiento positivo de 4.9 por ciento inferior al de 2008 (21.5 por ciento) y 2010 (6.7 por ciento) pero superior al resto de los años del periodo analizado (véase gráfico 4). Cabe señalar que el crecimiento del año pasado se asienta en buena medida en el incremento de los patrones del sector agropecuario (4 mil 098 nuevos empleadores), el cual dicho sea de paso no es objeto de análisis en el presente trabajo, incremento que a su vez se relaciona de manera directa con el cambio de régimen tributario que se gestó en 2014. Gráfico 4. RMG: tasa de crecimiento anual de los trabajadores según posición en la ocupación, 2008-2014 30,0 26,5 23,9 21,5

20,0

17,2 10,0 4,2 0,0

7,3

6,7 3,2 2,1 2,9 2,4 -0,5 2,1 0,0 4,2

-1,0 2008 2009 -2,5

2010 2011 -6,2

2012

4,9

2,1 0,3 2013

2014

-7,5

-10,0

-9,4 -12,2

-20,0

-20,4

-21,9

-30,0 Trabajadores subordinados y remunerados Trabajadores por cuenta propia

Empleadores Trabajadores no remunerados

Fuente: Elaboración propia con base en INEGI, Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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José María Parra, Emilia Gamez Frías

3.1.2 Nivel de ocupación según espacio de actividad económica Las actividades económicas urbanas son: industria de la construcción, industria manufacturera, comercio (al mayoreo y menudeo) y servicios. Del universo de trabajadores ocupados en la RMG, en 2014, solamente los de la industria de la construcción registraron un crecimiento en términos absolutos (14 mil 943), así como en términos relativos (12.8 por ciento). En contraste, las mayores pérdidas de empleo las experimentaron los trabajadores de la industria manufacturera (-9.4 por ciento), del comercio (-4.3 por ciento) y, de los servicios con -4.3 por ciento. La suma total de pérdidas de empleo por parte de estas tres industrias es de 92, 916 personas, cantidad que disminuye, como se mencionó anteriormente a 70,719 personas, por la compensación que produce la creación de empleos por parte, principalmente, de la industria de la construcción y, del sector agropecuario. Al correlacionar actividad económica con segmento de trabajadores, los resultados son los siguientes. La generación de empleo en la industria de la construcción permitió que los trabajadores: subordinados y remunerados registraran un crecimiento de 14 por ciento; por cuenta propia, 15.3 por ciento; no remunerados, 36 por ciento. Solamente los empleadores, experimentan una pérdida de 8.8 por ciento en su participación en dicha industria. Por otra parte, los empleadores o patrones, obtienen un crecimiento importante en la industria manufacturera (10.4 por ciento) y, en los servicios, de solo 1.1 por ciento lo cual significa generación de empleos. En contraste, los trabajadores no remunerados, experimentan en la industria manufacturera, la mayor pérdida de empleos con una tasa de crecimiento anual de 16.1 por ciento. En esta misma industria, los trabajadores: por cuenta propia registran un crecimiento negativo de 15.6 por ciento y, los subordinados y remunerados de 10 por ciento. En la actividad de servicios el mayor retroceso ocupacional, también corresponde a los trabajadores no remunerados con 23.9 por ciento (este segmento de tra-

54

Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

bajadores registra la mayor dinámica negativa y positiva en el conjunto de la actividad económica de la RMG). Por su parte los trabajadores por cuenta propia, también alcanzan una pérdida de 17.1 por ciento y por último, los trabajadores subordinados y remunerados una dinámica negativa de 1.1 por ciento. Mención especial merece la actividad comercial, toda vez que los cuatro segmentos de trabajadores obtuvieron pérdidas en la ocupación. La mayor pérdida corresponde a los trabajadores por cuenta propia con una tasa de 10.9 por ciento; remunerados y subordinados, -1.9 por ciento; empleadores y no remunerados, ambos, 0.4 por ciento (Gráfico 5). Las pérdidas de empleo, por sí mismas sugieren que con un menor número de trabajadores ocupados, se produjo una mayor riqueza como producto de la ampliación e intensificación del proceso de acumulación de capital. La acumulación presupone un incremento, por ejemplo, en la compra de materias primas y en la fuerza de trabajo. Estas compras se observan en las empresas de la industria manufacturera, maquiladora y de servicios de exportación (IMMEX). Las empresas IMMEX localizadas en los municipios de Guadalajara y Zapopan, representan el

Gráfico 5. RMG: tasa de crecimiento anual de los trabajadores ocupados según actividad económica, 2014 40,0 30,0 20,0 10,0 0,0 -10,0 -20,0 -30,0

Subordinados y remunerados Empleadores Por cuenta propia No remunerados Total

Construcción

Industria manufact.

Comercio

Servicios

14,0

10,0

-1,9

-1,1

-8,8 15,3 36,0 12,8

10,4 -15,6 16,1 -9,7

-0,4 -10,9 -0,4 -4,3

1,5 -17,1 -23,9 -4,3

Fuente: Elaboración propia con base en INEGI, Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).


Crisis laboral en la región metropolitana Guadalajara

60 por ciento del número total de dichas empresas establecidas en Jalisco, registran un incremento de materias primas nacionales, en 2014, del 18.9 y 2.7 por ciento, respectivamente. Asimismo, estas empresas pagaron un mayor monto de remuneraciones a su fuerza de trabajo en Guadalajara: 0.2 por ciento y, en Zapopan: 44.2 por ciento (INEGI, 2015a). Por su parte la generación de mayor riqueza, presupone el incremento de la productividad laboral en dichas plantas manufactureras mediante una mayor intensificación del trabajo, mayor inversión extranjera destinada a la apertura de nuevas empresas así como la destinada a la adquisición de tecnología, entre otros aspectos.

incremento en la precariedad laboral de los trabajadores ocupados en la RMG. • Poder Adquisitivo del Salario Mínimo en México El ingreso monetario, constituye una variable de primer orden para el proceso de reproducción de los trabajadores y de sus familias, así como, para el proceso de producción y reproducción del capital. Con respecto al primero, destacan las remuneraciones al trabajo. En México, las remuneraciones al trabajo han experimentado, desde 1995, un consistente deterioro: de un 35 por ciento de participación en el PIB en 1994, a un 27 por ciento en 2013 (CEPAL, 2014). Este consistente deterioro macroeconómico desde la perspectiva marxista “equivale a una elevación de la tasa de explotación (Husson, 2009). Por otra parte destaca el salario mínimo (SM). El SM nominal de 2014, respecto al de 1987 ha experimentado un incremento de 940 por ciento. En contraste, el precio nominal diario de la CAR registra, para los mismos años, un incremento de 4,773 por ciento. Lo que significa que el precio de los alimentos registra un aumento de más de 4 a 1 con respecto al incremento de los SM. Más aún, con el monto del SM diario, en 2014, solo se puede adquirir poco más de un tercio de la CAR. Esto significa que el SM real acumula, entre 1987 y 2014, una pérdida en su poder adquisitivo de 78.7 por ciento (Cuadro 2).

3.2 Nivel de ingresos En este apartado se analiza el nivel de ingresos con el fin de ofrecer evidencia, principalmente, sobre la pérdida del poder adquisitivo. Por una parte, se destaca la pérdida del poder adquisitivo del salario mínimo con respecto a la canasta alimenticia recomendable (CAR)12. Por otra, la pérdida del poder adquisitivo del salario que percibe cada segmento de la población que cuenta con un empleo respecto a la CAR. Ello, con el fin de matizar el deterioro que enfrentan los trabajadores ocupados según su posición en la estructura ocupacional. Sobre la base de dicha evidencia empírica, se infiere que se produce un

Cuadro 2. Precio de la canasta alimenticia recomendable y poder adquisitivo del salario mínimo diario en México, 1987-2014 Precio Diario de la CAR (pesos nominales)

Incremento Porcentual Acumulado del Precio de la CAR

Porcentaje de la CAR que se puede adquirir con 1 salario mínimo

Índice del Salario Mínimo Real

Poder Adquisitivo Acumulado

0.0

4.0

0.0

163.8

100.0

0.0

48.67

652.2

80.8

1946.3

60.2

36.8

-63.3

67.29

940.0

192.5

4773.0

35.0

21.3

-78.7

Año

Salario Mínimo Diario (precio nominal)

Incremento Porcentual del Salario Mínimo Nominal Diario

1987

6.47

2006 2014

Fuente: Tomado de CAM-UNAM, 2014, p. 2

12. La CAR, incluye 38 alimentos cuyos nutrientes son los mínimos necesarios para una familia de 3.5 miembros. Esta canasta fue elaborada por el Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán de la Secretaría de Salud y el Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM. Con base en los cálculos realizados por este Centro de Análisis, establece que para que un trabajador adquiera esta canasta, sin considerar gastos en vivienda, salud, transporte, educación, etc., debe percibir en promedio 3 salarios mínimos (Lozano et al, 2012). Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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José María Parra, Emilia Gamez Frías

3.2.1 Nivel salarial porsegmento de trabajadores En este sub-apartado se destacan los niveles salaria13 les que percibe cada segmento de trabajadores, los que a su vez, se contrastan con el precio de la canasta alimenticia recomendable (CAR). Ello, con el fin de establecer el número de trabajadores que, en 2014, perciben el nivel salarial suficiente para adquirir la canasta alimenticia recomendable para una familia de 3.5 miembros. De acuerdo con lo anterior, se configuran tres grupos de trabajadores: uno, los de nivel muy bajo-bajo: perciben entre 1 y 3 salarios mínimos insuficiente para obtener la CAR; dos, los de nivel medio: perciben más de 3 y hasta 5 salarios mínimos; los medio-altos: perciben más de 5 salarios mínimos. Los dos últimos grupos si obtienen los recursos económicos para comprar la referida canasta alimentaria recomendable.

En 2014, el 6.8 por ciento del total de trabajadores ocupados (118,971) obtuvo un ingreso de hasta un salario mínimo. Este nivel salarial lo perciben tres de los segmentos de trabajadores: 5.2 por ciento del total de trabajadores remunerados y subordinados; 1.4 por ciento del total de empleadores y, 17.1 por ciento del total de trabajadores por su cuenta (Cuadro 3). Asimismo, del total de trabajadores que perciben hasta un salario mínimo, el 51 por ciento labora en la rama de servicios; 36 por ciento en el comercio y 10 por ciento en la industria manufacturera. Por otra parte, destaca el 21.2 por ciento del total de la población ocupada que percibe más de uno y hasta 2 salarios mínimos: 1.3 puntos porcentuales inferior al registrado en 2013. Del total de trabajadores subordinados y remunerados, 22.9 por ciento percibe más de 1 y

Cuadro 3. RMG: Participación porcentual de los trabajadores por segmento según nivel salarial** Posición en la Ocupación

Hasta un salario mínimo

Más de 1 hasta 2 salarios mínimos

Más de 2 hasta 3 salarios mínimos

Más de 3 hasta 5 salarios mínimos

Más de 5 salarios mínimos

No recibe ingresos

2014 Total

6.8

21.2

30.1

22.7

9.2

Trabajadores subordinados y remunerados

5.2

22.9

34.7

22.9

8.7

Empleadores

1.4

8.6

15.9

34.5

27.3

17.1

22.9

21.3

22.9

6.8

Total

6.8

22.5

26.1

21.7

10.2

Trabajadores subordinados y remunerados

4.8

24.5

28.9

23.8

9.9

Empleadores

1.3

5.3

21.9

25.2

28.6

17.9

24.5

21.5

17.4

8.5

Trabajadores por cuenta propia

3.7

2013

Trabajadores por cuenta propia

** Sólo el 93 por ciento de trabajadores encuestados especificó su nivel salarial. Fuente: Elaboración propia con base en INEGI, Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

13. En México los salarios mínimos (SM) son determinados por una institución gubernamental: Comisión Nacional de Salarios Mínimos la cual es responsable de la contención salarial. En esta Comisión, participa el sector privado, las principales centrales de trabajadores y actores públicos que con base en la estimación de la inflación cada primero de enero, determinan el incremento del SM del año en curso. Asimismo, en la contención salarial incide la gran informalidad del mercado laboral en la RMG, el 44 por ciento del empleo total, en 2014, es informal y, también la falta de un seguro de desempleo, así como el ejército de reserva de fuerza de trabajo que lo configuran, principalmente, los desempleados, así como la población dispuesta a trabajar pero que no busca empleo. 56

Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

4.0

0.1


Crisis laboral en la región metropolitana Guadalajara

hasta 2 salarios mínimos; del total de empleadores el 8.6 por ciento percibe dicho ingreso y; el 22.9 por ciento del total de trabajadores por su cuenta perciben esta misma cantidad (Cuadro 3). Por su parte los trabajadores que obtienen más de 2 y hasta 3 salarios mínimos, representan casi un tercio del total de trabajadores ocupados en 2014: incremento de 4 puntos porcentuales respecto a la participación registrada un año antes. Del número total de subordinados y remunerados, 34.7 por ciento perciben dicho nivel salarial; del total de empleadores, 15.9 por ciento devengan este mismo nivel salarial y, 21.3 por ciento de los trabajadores por su cuenta (Cuadro 3). De este conjunto de trabajadores el 44 por ciento labora en los servicios; 23 por ciento en el comercio y otro 23 por ciento en la industria manufacturera; y, el 10 por ciento en la industria de la construcción, (INEGI, 2015a). En suma, del total de trabajadores con menos de 1 hasta 3 salarios mínimos, 48 por ciento labora en la rama de servicios; 26 por ciento en la rama de comercio y, 19 por ciento en la industria manufacturera. En cuarto término, destaca el 22.7 por ciento de los trabajadores que perciben más de 3 y hasta 5 salarios mínimos. Del total de subordinados y remunerados, el 22.9 por ciento percibe este nivel salarial; del total de empleadores, el 34.5 por ciento percibe este mismo nivel salarial y, el 17.4 por ciento también percibe esta cantidad (véase cuadro 2). Su ocupación se distribuye de la manera siguiente: servicios, 55 por ciento; comercio, 18 por ciento; industria manufacturera, 19 por ciento (INEGI, 2015a). Por último, se encuentra el 9.2 por ciento de trabajadores que perciben más de 5 salarios mínimos, ocupados en las mismas ramas de actividad y en las mismas proporciones que los trabajadores del anterior nivel salarial. La mayor proporción corresponde a los empleadores: 27.3 por ciento; los subordinados y remunerados: 8.7 por ciento y, por cuenta propia: 6.8 por ciento (véase cuadro 3). De acuerdo a todo lo anterior, el 58.1 por ciento del total de trabajadores ocupados en la RMG percibe entre menos de 1 hasta 3 salarios mínimos: 2.7 puntos porcentuales superior a la proporción registrada en 2013.

Esto significa que al cabo de un año, 2.7 por cada 10 trabajadores ocupados se sumaron a este nivel salarial. Por lo tanto, en 2014, 5.8 de cada 10 trabajadores no perciben, en promedio, el nivel salarial suficiente para comprar la CAR. En consecuencia, esta desvalorización salarial contribuye de manera importante a ampliar y profundizar las condiciones de precariedad laboral en la RMG, así como a incrementar la desigualdad salarial que contribuye de manera sustantiva al empobrecimiento de un mayor número de población. En contraste, se observa la participación de los trabajadores que perciben más de 3 y hasta 5 salarios mínimos 22.7 por ciento (un punto porcentual superior al registrado en 2013). Sin embargo, dicho punto porcentual, se supone, corresponde al mismo que pierden los trabajadores que perciben más de 5 salarios (Cuadro 3). Por lo anterior se infiere que el 1 por ciento, de este último segmento de trabajadores continúa laborando pero percibiendo un menor ingreso. Todo ello, constituye otra evidencia sobre el nivel de deterioro salarial que alcanza este conjunto de trabajadores que laboran en la RMG. No obstante lo anterior, se trata de casi un tercio de trabajadores, misma proporción que la registrada en 2013, que por el nivel salarial que perciben se encuentran en condiciones de poder adquirir la CAR. Sin embargo, los de hasta 5 salarios mínimos, nivel medio, se encuentran en desventaja frente a los del nivel medio-alto (más de 5 salarios mínimos) respecto al consumo de otros bienes y servicios. Esta contradicción entre aumento en el deterioro de las condiciones laborales y de vida para la mayoría de trabajadores ocupados y el estancamiento de un tercio de trabajadores que solventan sus necesidades mínimas y algo más, son el resultado del ritmo que impone el proceso de acumulación de capital en consonancia con las modificaciones a la ley laboral y al régimen fiscal vigente. Otro matiz sobre el nivel salarial, corresponde a la participación porcentual que registra cada segmento de trabajador ocupado. El 62.8 por ciento del total de trabajadores subordinados y remunerados, perciben entre 1 y 3 salarios mínimos, 4.6 puntos porcentuales más que los Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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registrados en 2013. Lo cual significa que para una mayor cantidad de fuerza de trabajo ocupada en la RMG, le resulta inaccesible la adquisición de la canasta alimenticia recomendable. En contraste, otro 22.9 por ciento del total de la misma fuerza de trabajo ocupada percibe más de 3 y hasta 5 salarios mínimos: un punto porcentual mayor a la proporción de 2013. Otro 9.2 por ciento del total de la fuerza de trabajo percibe más de 5 salarios mínimos. En suma, solamente una cuarta parte del total de la fuerza de trabajo se encuentra en condiciones de adquirir la CAR y algo más de bienes y servicios. En segundo término se ubican los empleadores. Por cada 100 patrones, 26 perciben entre 1 y 3 salarios mínimos. Ingreso insuficiente para adquirir la canasta alimenticia. Se trata de un conjunto de patrones que impulsan actividades de bajo nivel agregado, además que se ubican, principalmente, en micro establecimientos. En contraste, 34.5 por cada 100 empleadores perciben un ingreso de más de 3 y hasta 5 salarios mínimos. Cabe señalar que, 9.3 empleadores se sumaron, en 2014, a este nivel de ingresos. Por último, destaca el 27.3 por ciento de los empleadores que perciben más de 5 salarios mínimos. De acuerdo a lo anterior, 43.8 por cada 100 empleadores perciben ingresos suficientes para adquirir la susodicha canasta alimenticia. No obstante lo anterior, 10 empleadores menos dejaron de percibir dicho nivel de ingresos, toda vez que en 2013 sumaban 53.8. En tercer término destacan los trabajadores por cuenta propia. Por cada 100 trabajadores por cuenta propia 61.3 registran un nivel entre 1 y 3 salarios mínimos. Esto pone en evidencia que la actividad económica que desempeñan estos trabajadores, resulta escasamente calificada y poco remunerada sin contar con los recursos suficientes para adquirir la canasta alimenticia. En contraste, otro 22.9 por ciento de estos trabajadores percibe más de 3 y hasta 5 salarios mínimos. Esta participación representa un incremento de 5.5 puntos porcentuales respecto a 2013. Con base en la evidencia estadística ofrecida anteriormente, se matiza un persistente deterioro salarial que en amplitud (todos los segmentos de trabajadores y ramas de actividad económica enfrentan), profundidad 58

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(mayor número de trabajadores con un nivel salarial bajo) y dinamismo (véase gráfica 6) prevalece en el mercado de trabajo regional. Tan severo y dinámico resulta el deterioro salarial, que cada vez un mayor número de población ocupada (fuerza de trabajo, patrones, así como trabajadores por cuenta propia y no remunerados) no logran obtener los recursos económicos suficientes para adquirir la canasta alimenticia recomendable. A su vez, de manera contradictoria también persiste un grupo importante de población ocupada que se ubica en un nivel salarial medio y medio-alto. Lo cual resulta un indicador importante para observar cómo aumenta la población trabajadora con menores ingresos y disminuye la que obtiene ingresos salariales medios y altos. Asimismo, los magros ingresos salariales suscitan repercusiones negativas sobre el consumo privado el que a su vez impacta directamente en el PIB y en consecuencia sobre el conjunto de la actividad económica sobre todo del mercado nacional y regional. Es decir, la caída de los salarios en la RMG tiene distintas implicaciones que van desde el aumento a la pobreza hasta el estancamiento del mercado interno. Gráfico 6. RMG: Tasa de crecimiento anual del nivel salarial según segmento de trabajadores, 2014 80,0 60,0 40,0 20,0 0,0 -20,0 -40,0 Hasta Más de 1 Más de 2 Más de 3 Más de 5 hasta 2 hasta 3 hasta 5 salarios un salario salarios salarios salarios míminos mímino míminos míminos míminos

Total Trabajadores subordinados y remunerados

-4,4

-9,3

-10,9

0,3

-13,7

6,4

-8,4

17,2

-5,8

-13,1

Empleadores Por cuenta propia

14,8 -16,2

70,0 -17,9

-23,7 -12,9

43,5 -15,6

0,3 -29,6

No remunerados

No recibe ingresos

-9,8

-9,4

Fuente: Elaboración propia con base en INEGI, Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).


Crisis laboral en la región metropolitana Guadalajara

IV. Consideraciones finales En los postulados y el espíritu del artículo 123 constitucional de México, así como en los preceptos de toda ética de responsabilidad social se considera vital garantizar empleo para toda la población, así como una remuneración que permita al trabajador y a su familia reproducirse en condiciones decentes. Sin embargo, el Estado mexicano, conjunto de aparatos en sus tres niveles de gobierno, en santa alianza con el capital nacional y extranjero contravienen dichos postulados al impulsar, desde hace más de tres décadas, una serie de políticas que tienden a acentuar y agravar en extremo el deterioro laboral de todos los trabajadores en México. Como se puso en evidencia, la población trabajadora de la RMG enfrenta actualmente un deterioro laboral superior al que produjo la crisis económica a escala nacional, regional e internacional en 2009. Actualmente, se observa una mayor desigualdad laboral: Mayor pérdida de empleos versus Menor creación de empleo; Mayor número de trabajadores ocupados que perciben entre 1 y 3 SM vs. Menor número de trabajadores con ingresos de entre 3 y más de 5 salarios mínimos. Este deterioro que observamos en ambas dimensiones laborales, contravienen los postulados constitucionales, así como, los preceptos de toda ética de responsabilidad social, y tienden a configurar una crisis laboral para el mayor número de trabajadores regionales. Observable, de acuerdo a la evidencia ofrecida, en distintos niveles y matices para el conjunto de trabajadores de acuerdo a su posición en la estructura ocupacional, así como en la rama de actividad económica donde laboral o dejaron de laborar.. En contraste, se observa, aunque exiguo, un crecimiento económico que experimenta la RMG; acompañado por un aumento tanto en la productividad laboral agregada, como en la inversión extranjera directa. Indicios de un incremento, en algunas ramas económicas, principalmente de la industria manufacturera, en el ritmo de acumulación de capital. A su vez, este comportamiento económico, impulsado por un número reducido de empresas manufactureras (grandes y medianas) orientadas al mercado externo en consonancia con los cambios en

la LFT y el régimen fiscal, tiende a configurar la actual debacle laboral regional. En suma, el análisis del nivel del empleo y de los niveles salariales de los trabajadores de la RMG, en sus diferentes matices y dimensiones, permite dimensionar la crisis laboral que la gran mayoría de éstos enfrentan al producirles un mayor deterioro en sus condiciones de trabajo y vida. V. Bibliografía • Aguiar, Santiago (2014). “La flexiprecarización Innovación, clase obrera y nueva precariedad: avance de una investigación”, Cuadernos de Estudios del Trabajo, núm.14, www.estudiosdeltrabajo.clac, consultado: 17 de mayo 2014 • Aguilar Adrián e Irma Escamilla (2000). “Reestructuración Económica y mercado laboral metropolitano”, en Rocío Rosales Ortega (coordinadora), Globalización y regiones en México, UNAM-MA Porrúa. • Antunes, Ricardo (2012). Prefacio del texto de Adrián Sotelo Valencia, Los rumbos del Trabajo. Superexplotación y precariedad social en el siglo XXI, MA Porrúa-UNAM • Alves, Giovanni (2007). Dimensōes da reestrturação productiva. Ensaios de soiologís do trabalho, São Paulo, Editora Praxis. • BANAMEX (2015). Indicadores Regionales de Actividad. Estimaciones deL PIB elaboradas por el Departamento de Estudios Económicos. • Calva, José Luis y César Armando Salazar (2012). “Empleo digno y crecimiento económico” en José Luis Calva (coordinador), Empleo digno, distribución del ingreso y bienestar, Análisis Estratégico para el Desarrollo, Vol.11 Juan Pablos • CAM-UNAM (2014). “El Salario Mínimo en México: de la pobreza a la miseria. Pérdida del 78.66% del poder adquisitivo del salario”, Reporte de investigación 117. • CEPAL (2014). La participación del trabajo en el

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Situación sociodemográfica de las jefaturas de hogar femenina en Honduras

5 Situación sociodemográfica de las jefaturas de hogar femenina en Honduras Selgia Marina Paz Perdomo* RESUMEN. La jefatura de hogar femenina, pone de manifiesto una realidad que es adyacente a una cultura impregnada de inequidades y desigualdades de género. Es decir, descubre una sociedad que promueve y fortalece la estigmatización y la exclusión social, cerrando los espacios de oportunidades e invisibilizando las capacidades de las mujeres. Este artículo se presenta en el contexto de una sociedad hondureña que se manifiesta abierta pero que se constriñe en su realidad sociocultural, con un patrimonio jurídico patriarcal. Del mismo modo, dicha realidad social de inequidad se ve impactada en los demás miembros de la familia y por ende en la sociedad hondureña. La jefatura de hogar femenina, según los hallazgos del estudio, es un asidero de la pobreza en el país. Ya que dicha jefatura en su mayoría, es asumida por mujeres solas, con ingresos precarios, baja escolaridad y con edades mayores. La ausencia de activos humanos (educación, salud y trabajo) así como la carencia del activo social (núcleo familiar articulado, redes sociales, programas de apoyo etc) pone de manifiesto que son hogares vulnerables socialmente. Palabras clave: jefatura de hogar femenina, vulnerabilidad social, género, desarrollo humano, necesidades estratégicas de género. ABSTRACT. The female headship, reveals a reality that is adjacent to a culture imbued inequities and inequalities. That is, discover a society that promotes and reinforces the stigmatization and social exclusion, closing spaces obscuring opportunities and capabilities of women. This article is presented in the context of a Honduran society manifested open but is constrained in its socio-cultural reality, with a patriarchal legal heritage. Similarly, social reality of inequality that is impacted by other family members and therefore in Honduran society. Female heads of household, according to the study findings, a grip of poverty in the country. Since this head mostly is assumed by women with their precarious income and low education with ages. The absence of human assets (education, health and labor) and the lack of corporate assets (articulated household, social networks, support programs etc.) shows that are socially vulnerable households. Keywords: female headship, social vulnerability, gender, human development, strategic gender needs.

I. Introducción La jefatura de hogar femenina, se establece en la configuración sociodemográfica, como todos aquellos hogares que son liderados por mujeres y que representan hoy en día, no solo un volumen de población, sino también una demografía humana, que tiene profundos significados, además de una serie de necesidades propias. Esta situación implica un flujo que busca hacer visible el fenómeno, no sólo desde la demografía formal sino sobre todo desde la demografía social.

Este artículo busca identificar y caracterizar las variables que determinan la situación sociodemográfica1 de los hogares con jefatura femenina en Honduras; abre la brecha para ampliar la visión de la participación social de género y un sendero de conocimiento para investigadores, líderes políticos y organizaciones sociales que realizan acciones en pro de éste sector, así como a los/as personas que influyen en las toma de decisiones en el país. La situación sociodemográfica de los hogares liderados por mujeres en Honduras, es un fenómeno social

Recibido: julio de 2015/ aprobado y version final agosto de 2015 * Máster en Demografía y Desarrollo y docente de la carrera de Sociología de la UNAH, selgiapaz@yahoo.com.mx 1. Conjunto de características poblacionales como edad, sexo, ocupación, ingreso, escolaridad etc, que para éste estudio determinan las condiciones de vida de los hogares con Jefatura Femenina. Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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que está en continua evolución, con nuevos patrones de comportamiento propios de algunas de las características de la segunda transición socio-demográfica, que aún no se logra experimentar. En Honduras el fenómeno de la jefatura de hogar femenina alcanzó en el año 2013, el 32.8% a nivel nacional frente a un 67.2% de hogares liderados por hombres (INE,2013). Lo más alarmante del fenómeno, es que estos hogares femeninos se encuentran inmersos en situación de pobreza y con bajos niveles de escolaridad. Las mujeres jefas de hogar que hoy asumen ésta responsabilidad, se ven expuestas a atender cotidianamente las demandas del contexto que las expone a una situación de vulnerabilidad social2, al no existir en ellas las condiciones y capacidades para dar respuesta. Pone de manifiesto entonces, la precariedad de los escenarios sociales donde les toca jugar el rol de jefas de hogar (Equema 1). Esquema 1 La desigualdad social una realidad presente en las jefaturas de hogar femenina

II. Metodología El artículo se desarrolló en el contexto de la investigación de tesis de grado, previo a la opción del título de Máster en Demografía y Desarrollo; es un estudio descriptivo de corte transversal y de carácter cuantitativo tomando 2. Entendida, como la incapacidad de los hogares de responder a las oportunidades y demandas que ofrece la sociedad, el Estado y el mercado y que no les permite contrarrestar los efectos negativos para mejorar sus condiciones de vida. 64

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como base los datos arrojados por la Encuesta Permanente de Hogares de Propósitos Múltiples (EPHPM) del Instituto Nacional de Estadística de Honduras (INE, 2013). La unidad de análisis del estudio lo constituyen todas las mujeres que en contexto del levantamiento de los datos de la EPHPM, se identificaron como jefas de hogar, se seleccionaron para el estudio algunas variables sociales, económicas y demográficas, las cuales contextualizaron el análisis de los elementos estructurales. La población de mujeres jefas de hogar en 2013, fue representada por una población de 622,910 (32.8%) a nivel nacional. Se consideró cinco dominios identificados dentro de la encuesta: Distrito Central, San Pedro Sula, ciudades medianas, pequeñas y área rural. Las dos primeras ciudades, más importantes del país, poseen el mayor porcentaje poblacional. III. Género y demografía de la desigualdad social El valor social de la Demografía, confiere al investigador una visión más amplia de la realidad del objeto de estudio y la posibilidad de vincular el desarrollo como una alternativa para la transformación social; viendo en él, su capital humano y social. La estadística refleja una realidad, una condición o un comportamiento que pone de manifiesto la disyuntiva o la incertidumbre de las poblaciones como tal. Ambos enfoques demográficos: social y formal, amplían el horizonte del análisis. Desde el enfoque de la demografía de la desigualdad social que plantea Alejandro Canales, la categoría sociodemográfica, jefatura de hogar femenina busca identificar los factores estructurales determinantes de su situación, por la forma que adopta en la desigualdad social y que tienen su origen en los factores estructurales y no demográficos. En tal sentido, apunta que el análisis de los contextos estructurales e históricos, son los componentes claves de la desigualdad social, y no un simple conteo e identificación de variables (Canales, 2003, 70-72). Conlleva observar los cambios en la segmentación de la población y en los estratos de la desigualdad social (cla-


Situación sociodemográfica de las jefaturas de hogar femenina en Honduras

sificación y jerarquización de la sociedad); entonces, no solo es visibilizar la dinámica demográfica, sino estudiar las causas estructurales determinantes que se ven reflejadas en el comportamiento de cada una de las variables. En Honduras, el fenómeno de la jefatura de hogar, trasciende el esquema tradicional de aquellas formas de hogares que históricamente se vinieron gestando bajo normas culturales y religiosas; por ejemplo las familias nucleares y las extensas que hoy son reemplazadas por hogares monoparentales y monomarentales, liderados por un hombre o por una mujer, respectivamente. En el país existen 11898,966 hogares, de los cuales 622,910 son dirigidos por mujeres frente a 11276,056 por los hombres (INE, 2013). Es decir, el 32.8% de los hogares están siendo liderados por mujeres, en relación al 67.2% que tienen jefaturas de hogar masculina (Gráfico 1). Desde el punto de vista demográfico, el sexo es importante por la diferenciación que establece y por las acciones sociales que difieren en la condición y situación de ser hombre o mujer. La jefatura de hogar femenina como sujeto social se articula con otras variables: socio económicas, culturales y políticas, produciendo efectos o impactos en los escenarios sociales. Varias son las explicaciones teóricas que dan respuesta al fenómeno del incremento de la jefatura hogar femenina; la teoría feminista busca hacer visible las desigualGráfico 1. Honduras: jefaturas de hogar por sexo, año 2013 70

67,2

60 50 40 32,8

30 20 10 0 Mujer

Hombre

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EPHPM 2013, INE

dades sociales entre los sexos, siendo una de sus raíces, el patriarcado que ve sólo la supremacía del hombre. Es desde la identidad de género que se hace visible y se reafirma en los roles sociales de género, que permiten a hombres y mujeres identificarse socialmente como tal. Las teorías feminista sustentan y legitiman la lucha por la igualdad de género, describen que la armonía y la felicidad son más importantes que la producción, el poder y la propiedad, porque consideran que las personas son parte de una red humana de la cual todas y todos dependemos (Guifarro, 2008, pág 278). El género está estrechamente vinculado a los factores culturales, políticos, jurídicos y a los socioeconómicos que participan en los procesos de producción y reproducción de género, tales como las diferencias salariales, y la desigual distribución en las responsabilidades domésticas. Así como en los espacios de representación y participación en la toma de decisiones. Todo esto enmarcado en un simbolismo relacionado con el ser mujer (femenino) o ser hombre (masculino) es decir, lo qué se debe hacer y no se debe hacer (Molina, 2010 pág 4). La literatura sobre género, al referirse a los roles sociales enfatiza en aquellos papeles que culturalmente se les han asignado a hombres y mujeres. Esto significa desde una mirada patriarcal, que las mujeres son responsables del hogar y la crianza de los hijos, así como cuidar a su marido. Por lo tanto, las mujeres para ser valoradas socialmente deben casarse, tener hijos y asumir su responsabilidad como un mandato social. Por eso ser madre es tan importante y lo único para las mujeres, en cambio para los hombres no sentirán que ser padre es su razón de ser en la vida, las relaciones personales y familiares tienen importancia pero no tanto en comparación con las mujeres (Norma V, 2005 pág 49-50). La sociedad hondureña ve el fenómeno y lo asume como una norma. Tal como lo explica Marta Lamas: que la normatividad social encasilla a las personas y las suele poner en contradicción con sus deseos, y a veces incluso con sus talentos y potencialidades. En ese sentido, el género es, al mismo tiempo, un filtro a través del cual miramos e interpretamos al mundo, y una armadura, que Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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constriñe nuestros deseos y fija límites al desarrollo de nuestras vidas (Molina, 2010, pág 4). Existe un marco legal en el país que penaliza la paternidad irresponsable, pero no se aplica por el arraigo de patrones culturales de machismo, tanto desde los hombres como desde las mujeres como los mismos espacios institucionales que ante la falta de vigilancia al cumplimiento de la ley, visualizan el fenómeno como normal. El mismo Estado tiene la obligación de proteger a la infancia, tal como lo dicta el artículo 119 del capítulo IV de la Constitución de la Republica de Honduras (Constitución Nacional, 1982: pág. 56).

históricamente se les han excluido de las posibilidades de crecimiento intelectual y profesional. Finalmente, la situación sociodemográfica de los hogares liderados por mujeres, es un fenómeno que está creciendo y articulándose. Dicha problemática se sintetiza en el esquema 2. Así pues, las dinámicas sociales y demográficas se ven proyectadas en el aumento de la inequidad y desigualdad social, aspectos que incrementan la vulnerabilidad social de la población en estudio. Esquema 2. Situación sociodemográfica de las jefas de hogar en Honduras

IV. Las jefaturas de hogar femenina, una realidad latente Las mujeres son objeto del tiempo y el espacio, sus exigencias domésticas y altos niveles de responsabilidad les impiden asumir la vida con mayor libertad. Esta situación, les lleva a tener una visión cortoplacista del hogar, dado que se ven inmersas en un mundo de cotidianidad e inmediatez. Dicha realidad las obliga a ser trabajadoras por cuenta propia, como una alternativa flexible para el manejo de su tiempo, que las expone al riesgo de estar desprotegidas laboralmente tanto a ellas como a los demás miembros de la familia. Las mujeres jefas de hogar, son las personas a quien los demás miembros del hogar reconocen como tal, independientemente de la edad. Su calidad de jefa no está definida por el aporte que proporcione a la economía familiar (INE, 2013). Estas mujeres jefas de hogar, se han visto obligadas a visualizar el desarrollo enmarcado en el ámbito de lo doméstico. De manera que los mandatos sociales atribuidos a ellas, buscan cultural y socialmente reafirmar su identidad de género3 (ser madre y esposa). A las femeninas aún se les continúan tratando con una visión de pensamiento patriarcal. Las mujeres por su condición de género 3. Entendido el género como los roles sociales asignados a hombres y mujeres en una sociedad. 66

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4.1 Estado civil y edad y su impacto social y cultural El estado civil en una población, específicamente los casados y los que optan por una unión libre adquieren un nivel de importancia en los estudios sociodemográficos. Para los/as investigadores sociales, ambos escenarios generan elementos propios para profundizar en el análisis por ejemplo, sobre la importancia del matrimonio para el tejido social familiar, así como el impacto social de una separación o abandono. El estado civil y la edad, son variables demográficas complejas, dadas las particularidades de cada informante es difícil obtener la realidad en la respuesta; esto genera una dificultad metodológica que impide a la demografía como tal en un momento determinado, clasificar con objetividad a las subcategorías: casada, viuda, divorciada, separada, soltera y unión libre. Los factores sociales y culturales, desde los roles de género dan la pauta, con mayor énfasis en la cotidianidad de las mujeres.


Situación sociodemográfica de las jefaturas de hogar femenina en Honduras

La búsqueda por la identidad individual y social es una constante en todo ser humano; en este sentido, el Estado desde la misma ciudadanía busca fortalecerla. Todo individuo desde que nace adquiere un estado civil, que se va reafirmando y cambiando con el tiempo sea legal u opcional. Esta identidad adquiere otras categorías de carácter social, cuando el Estado determina desde un marco legal los criterios conyugales de relación. Este acto más que establecer un orden de legalidad, adquiere un nivel de compromiso, que da la pauta para la creación y consolidación de un nuevo tejido social familiar. Es necesario repensar el mismo concepto de familia con un marco jurídico social que amplié y reconozca las nuevas relaciones familiares, por ejemplo: las familias monomarentales y monoparentales. Y que además preserve los derechos y la dignidad de cada uno de los integrantes de la familia, promoviendo relaciones equitativas y justas. Frente a los cambios sociodemográficos y culturales es necesario la actualización y creación de nuevos debates teóricos que amplíen los marcos legislativos con políticas públicas incluyentes, que promuevan y garanticen la convivencia democrática y el desarrollo de las familias. Que una jefatura femenina, posea un estado civil ya sea soltera, casada o unida libremente, no sólo es producto de decisiones personales, sino también por el efecto de la pobreza y el impacto de los mismos modelos económicos que han generado una nueva reconfiguración en las estructuras sociales. En el caso específico de las jefaturas de hogar femenina en Honduras, la crisis del estado civil se ve expresada en los datos estadísticos; para el caso, la mayoría de las mujeres jefas de hogar están: solteras 39.7%, viudas 26.4% y 11.7% en unión libre (Gráfico 2). Las mujeres jefas de hogar mayoritariamente están solteras. El que existan datos significativos de mujeres jefas de hogar solteras y viudas, nos lleva a concluir que las esperanzas de apoyo de un conyugue es lejana, esto socialmente tiene un impacto de carga emocional y física que les toca asumir a ellas, que lideran sus hogares solas. Los factores psicosociales, influyen sobre los valores, actitudes y comportamientos de los individuos; según la

Gráfico 2. Honduras: estado civil de las jefaturas de hogar femenina, año 2013 40,0 39,7%

35,0 30,0 25,0

26,4%

20,0 15,0 10,0

10,4%

5,0 0

11,7%

10,2% 1,6%

Casada

Viuda

Divorciada

Separada

Soltera

Unión Libre

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EPHPM 2013, INE.

segunda transición sociodemográfica experimentada en los países europeos. Una de las primeras manifestaciones de cambios registrados en el área, son las nuevas propuestas de estructuras que ha adoptado la familia, desde el mismo cuestionamiento de la institución matrimonial. El reemplazo del matrimonio por uniones libres o consensuales ha provocado el celibato permanente o simplemente más prolongado. La unión conyugal sin hijos así como la paternidad/maternidad fuera de uniones estables, junto con el abandono del matrimonio se ha ido extendiendo. Otro fenómeno es la disminución del control social sobre la práctica de la sexualidad fuera de las uniones, lo mismo que sobre la estabilidad de la pareja conyugal (Quilodran, 2003, pág 13). Esta nueva situación, supone y también refuerza la existencia de posiciones más simétricas dentro de la pareja, así como la de roles más igualitarios entre el hombre y la mujer, a la vez que hace que las interrelaciones entre ellos estén basadas fundamentalmente en la negociación y consenso. Tradicionalmente, el estado civil, tenía el carácter de relación conyugal a partir de la mayoría de edad, sin embargo, éste evento ha adquirido en la actualidad una nueva dinámica dentro de las estructuras demográficas, especialmente en aquellas edades dependientes (menores de los 21 años); dado los marcos legales existentes no permiten su legalización. El impacto social de carecer de Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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una legislación más amplia, se ve reflejado en el aumento de la paternidad irresponsable y la legalización de los hijos por parte de padres menores de edad. De manera general se observa que los porcentajes más bajos se ubican en el rango de edad temprana, sin embargo, en los dos siguientes rangos se ubican los mayores porcentajes de mujeres jefes de hogar. Para el caso, el 83% está en rango de edad4 tardía y madura y 74% de las solteras y separadas también están en este rango respectivamente. Solo en el caso de las jefas de hogar viudas su mayor peso porcentual se ubica en los rangos de edad madura y mayor con 86.3% (Cuadro 1). El comportamiento en la dinámica de la edad temprana (15-29 años) es baja e irregular. El porcentaje más representativo es la unión libre con 18.9%, esto puede estar relacionado con el hecho que sobre todo a edades muy tempranas el marco legal del país limita establecer una relación formal, generando una pauta de inseguridad económica y social para las mujeres jóvenes. En tal sentido, se debería analizar este fenómeno desde los marcos legales del país, ya que la no inclusión legal de este sector puede incurrir a que se incremente la paternidad irresponsable. Así pues, las jefaturas de hogar femenina en Honduras son mujeres solas, según muestran los datos del estado civil y con mayor énfasis en edades tardías y maduras.

4.2 Ubicación geográfica El factor geográfico es determinante en la conformación de estas jefaturas de hogar, ya que en él confluyen otros elementos sociales, culturales y económicos que determinan otras dinámicas sociodemográficas y formas de tejido social, con sus propias particularidades de vida y de concebir el mundo.

Gráfico 3. Honduras: ubicación geográfica de las Jefaturas de Hogar por sexo, año 2013 80,0% 74,6

70,0%

67,2

60,0%

64,7

63,3

59,3

50,0% 40,7

40,0%

36,7

32,8

35,3

30,0%

25,4

20,0% 10,0% 0,0% Distrito Central

San Pedro Sula

Ciudades Medianas

Ciudades Pequeñas

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EPHPM 2013, INE

Cuadro 1. Honduras: estado civil y edad de las jefaturas de hogar femenina, año 2013 Estado Civil Edad

Casada

Viuda

Divorciada

Separada

Soltera

Unión Libre

% Temprana

6,0

0,8

0,0

4,2

12,7

18,9

Tardía

52,5

12,9

22,3

46,4

41,4

53,2

Madura

31,8

34,1

53,8

37,3

32,7

20,9

Mayor Total

9,7

52,2

23,8

12,1

13,1

6,9

100,0

100,0

100,0

100,0

100,0

100,0

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EPHPM 2013, INE

4. Edad temprana (15-29 años). Edad tardía (30-49). Edad madura (50-64) y la edad mayor de 65 años en adelante 68

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Rural


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4.3 Número de hijos Los hijos en edades dependientes generan situaciones de carga o presión en los hogares frente a un Estado y una sociedad que no tiene proyectos alternativos. En ese sentido, para una mujer jefa de hogar, la maternidad y el sostenimiento de su familia representa angustias, limitaciones y un compromiso que está sujeto a las presiones sociales y a las desavenencias de la vida. Las jefaturas de hogar femenina viven más el dilema de sobrevivir con sus hijos ya que ellas tienen que suplir todas las responsabilidades del hogar. Si se carece de un Estado sin voluntad política, precario y débil entonces el esfuerzo será mayor, ya que ellas llevan el peso social de velar por los hijos que son el futuro de este país y la reproducción de la vida social y económica.

Gráfico 4. Honduras: edad de los hijos de las jefaturas de hogar femenina, año 2013 250000 200000 150000 100000 50000

65-69

60-64

55-59

50-54

45-49

40-44

35-39

30-34

25-29

20-24

15-19

10-14

5-9

0-4

0

Fuente. Elaboración propia en base a datos de la EPHPM 2013, INE

4.4 Pobreza, vulnerabilidad social de las jefaturas de hogar femenina El fenómeno se amplia y se reafirma frente a las nuevas dinámicas sociales y económicas del mundo globalizado que ha promovido relaciones sociales distintas y desiguales. Tales dinámicas se explican por las competencias que impone el mercado, la carencia de un Estado que articule una estratégica de desarrollo sostenible frente una sociedad desarticulada, consumista y sumergida en la búsqueda por la sobrevivencia, que amplía los patrones

de inmediatez que impiden planificar el presente para así proyectar el futuro. De manera qué frente al panorama antes descrito, los hogares con jefatura femenina, están expuestos a la vulnerabilidad, mientras el entorno cultural y social no les favorezca para brindar respuesta. Las respuestas inmediatas recibidas por parte de sus conyugues fueron: abandono, olvido y violencia; lo que dio como producto que muchas mujeres se vieran forzadas a asumir solas los hogares. Según Busso la vulnerabilidad social produce, inseguridad permanente, paraliza, incapacita y desmotiva las posibilidades de pensar estratégicamente y actuar a futuro para lograr mejores niveles de bienestar (Busso, 2001, pág 13). Según los datos de la EPHPM de mayo 2013, el 52% de la población en general son mujeres. Un 32.8% son jefas de hogar (Gráfico 1), de este porcentaje el 65.6% viven en condiciones de pobreza, es decir, el 41.2% viven en la extrema pobreza y el 24.4% en pobreza relativa. Sólo el 34.4% no está en condiciones de pobreza (Gráfico 2). Los hogares liderados por hombres representaron el 67.2% ( Gráfico 1) y de este porcentaje, el 63.9% viven en condiciones de pobreza. Si se suman la pobreza extrema y la relativa se tiene una pobreza total; que da la pauta de lo difícil que es la situación de sobrevivencia diaria en muchos hogares hondureños, tanto liderados por hombres como por mujeres. En síntesis la pobreza en los hogares de Honduras en promedio es de 66.4% y el resto 33.6% son los hogares no pobres. La pobreza extrema, la pobreza relativa y los no pobres, tres escenarios con sus propios dilemas, tres condiciones que marcan a la sociedad hondureña, entre los que tienen y los que no, y los que luchan por mantenerse como los llamados “los nuevos pobres o pobres emergentes”. En este espacio de contrastes, las jefaturas de hogar femenina cobran vida, se interrelacionan, se desenvuelven y dan las pistas de una realidad que no puede ocultarse, donde los diferentes sectores indudablemente se encuentran diferenciados por la calidad de sus activos y de sus posibilidades de desarrollo.

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Gráfico 5. Honduras: pobreza de los hogares por sexo, año 2013 45% 40%

43.2%

41.2% 36%

35%

34.4% 30% 25% 20%

24.4% 20.7%

15% 10% 5% 0%

Hombre

Mujer

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EPHPM 2013, INE

La teoría de Género en el Desarrollo (GED) expone que es fundamental repensar el rol social de las mujeres. En este sentido, es necesario atender o priorizar sus necesidades estratégicas que les permitan trascender de una situación socioeconómica distinta, acompañadas de políticas de desarrollo incluyentes que les facilite una movilidad social ascendente. Según este enfoque teórico, las necesidades estratégicas son aquellas que son resueltas a largo plazo y comunes a todas las mujeres; al no atenderlas las ubica en desventaja, que se resume en falta de medios, baja escolaridad, pobreza, escasa participación en espacios laborales, sociales y sin credibilidad cuando asumen posiciones de liderazgo (Mosser,1996, pag 3). Si las mujeres que lideran hogares sumergidas en la pobreza no logran satisfacer y atender sus necesidades prácticas del hogar: abrigo, salud, alimentación y techo ni mucho menos las necesidades estratégicas, entonces, estos hogares, están expuestos a prolongar su situación socioeconómica y exponerse de forma constante al riesgo de la vulnerabilidad social. Las teorías son insuficientes y se agotan en la explicación del fenómeno de la pobreza, sin embargo, la realidad es objetiva, la pobreza está presente, a tal grado que fragmenta a la sociedad en diversos grupos: pobres extremos, pobres y no pobres. 70

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En el marco institucional, la pobreza se sigue midiendo bajo modelos metodológicos que no dan una respuesta objetiva de esa realidad; ya que la pobreza es multidimensional, pues alude también a diversas condiciones como: psicobiológicas (ilusiones, esperanzas, sueños, alegrías), sociales (educación salud, bienestar), culturales (normas valores, identidades, costumbres, tradiciones) y económicas (trabajo, ingreso, bienes, ahorros). La demografía de la pobreza desnuda entonces, una nueva realidad, con el incremento de las jefaturas de hogar femenina, donde la mayor parte es jefatura pobre y del área rural y a ellas se suman también un sector de jefaturas de hogar femenina no pobres. La pobreza como fenómeno social se ensancha aún más en los hogares liderados por mujeres. El enfoque de la demografía de la desigualdad planteado por Alejandro Canales, recobra vida en este análisis, cuando él convoca a reflexionar y no a cuantificar al sujeto de esas categorías. Este enfoque tiende más bien a identificar los factores estructurales determinantes que las ubica dentro de la vulnerabilidad demográfica, entendida por la forma que adopta en la desigualdad social, y que tienen su origen en los factores económicos, estructurales y demográficos. Conlleva entonces, observar los cambios en la segmentación de la población y en los estratos de la desigualdad social (Canales, 2003, pág 72). La pobreza no es exclusivamente un problema económico, también es político, por su origen socio histórico y de exclusión social que se origina en las relaciones de poder, por ello, no existe voluntad política para cerrar las brechas creadas por la desigualdad social. 4.5 El activo humano y social frente a la brecha de la desigualdad social La fortaleza fundamental que tiene una nación es su población y el eje transversal de esa fuerza es la educación. Desde el enfoque de la vulnerabilidad social, la educación es parte del activo humano, ya que agencia al individuo de herramientas o recursos que le posibilitan dar respuestas a las demandas del entorno. En este ámbito la educación y los modelos educativos surgen


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desde la misma visión de desarrollo que se tiene y que se quiere para la sociedad. Una de las premisas fundamentales del desarrollo es promover el cambio social a favor de un bienestar de vida. Y una de las alternativas para impulsar este tipo de desarrollo, es el paradigma del Desarrollo Humano Sostenible (DHS), que según Sierra (2001, pág 13), es la ampliación de las oportunidades y capacidades de los individuos a través de la formación de capital social, para suplir de la forma más equitativa posible las necesidades de las generaciones presentes, sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras. Los activos son esos elementos importantes para dar respuesta, Kaztman clasifica los activos de la manera siguiente: Activos humanos, como la cantidad y calidad de su fuerza de trabajo y el valor agregado en educación salud para sus miembros. Se encuentra en el acceso al empleo, autoempleo remunerado, actividades que a su vez constituyen fuentes adicionales de múltiples tipos de activos (Kaztman, 2000, pág 294-298) Es desde la educación como espacio institucionalizado, que las naciones ordenan el conocimiento a partir de procesos de enseñanza-aprendizaje, que según la educación liberadora deberían surgir desde el mismo espacio social y cultural, para brindar respuesta a las demandas que éstas requieren para alcanzar su desarrollo, tanto material, intelectual y cultural. La educación es la acumulación de experiencias que el ser humano ha ido sistematizando a lo largo del proceso histórico. Según Vigostky el ser humano es un ser histórico-social o, más concretamente, un ser históricocultural; que es moldeado por la cultura que él mismo crea (Lucci, 2006, pág 5). El individuo como sujeto social está determinado por el mundo de las relaciones sociales, en este sentido, la educación es un medio de interacción social, una forma de ensayo y error, en donde desde la misma realidad se aprehende y se desaprende (Lucci, 2006, pág 6-8). Los activos sociales, son activos intangibles basados en relaciones; se trata de atributos colectivos o comunitarios (Kaztman, 2000, pág 295).

Los mayores índices de pobreza están en los hogares con jefatura femenina de baja escolaridad. Sin nivel (61%), nivel primario (45.2%) y secundaria (21.9%). Sólo un bajo porcentaje de jefas de hogar en pobreza alcanza el nivel superior. Las jefaturas de hogar femenina no pobres son las que poseen mayores niveles de escolaridad. La brecha entre la pobreza y la educación se ve reflejada en el siguiente gráfico 3 del cual se puede deducir que a mayor escolaridad menor pobreza. Gráfico 6. Honduras: pobreza y escolaridad de las jefaturas de hogar femenina, año 2013 90.0%

84.7

80.0% 70.0% 61.0 60.0% 50.0% 45.2 40.0% 30.0%

28.4

23.5

26.4

20.0% 10.0%

21.9

25.2

15.5

10.1 5.2

0.0%

Su Nivel Extrema

Primaria

Secundaria Relativa

Superior No pobres

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EPHPM 2013, INE

El conocimiento es producto del desarrollo de habilidades y prácticas específicas, que al ser socializadas forman parte de un saber común, por ello, el conocimiento es una resultante del trabajo, que a su vez es parte de la génesis de la sociedad, ya que a través del trabajo el ser humano, transforma la naturaleza para satisfacer sus necesidades, crea conocimiento y a su vez, se transforma así mismo. La ausencia de espacios laborales y de salarios justos y dignos, constituyen uno de los mayores determinantes de desventajas socioeconómicas de los hogares femeninos, frente a una sola fuente de ingresos. La realidad es compleja frente a las demandas de alimentación, educación, Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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vestuario, recreación, salud que se ven afectadas o limitadas. El gráfico 4 da la pauta de las precarias condiciones socioeconómica de las jefaturas de hogar femenina, que no tienen acceso a salarios justos que les permitan tener solvencia y una calidad de vida para todos los miembros que conforman el núcleo familiar. Gráfico 4. Honduras: situación salarial de las jefaturas de hogar femenina, año 2013 0.5 1.2 1.5 0.4 Cero Salarios

13.9

Menos de 1 salario De 1-2 salarios De 2-3 salarios De 3-4 salarios De 4 y más salarios 78.9

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EPHPM 2013, INE

V. Reflexión final Qué significa entonces para un país subdesarrollado como Honduras exista un porcentaje muy alto de jefaturas de hogar femenina, en donde la mayoría están asumiendo solas la responsabilidad del hogar. En un contexto donde se arraigan los valores y principios tradicionales, heredados de una cultura patriarcal y liderados por una postura religiosa conservadora; que no dan la pauta para la apertura hacia un desarrollo humano. Donde se niega la igualdad y la equidad para las mujeres, un problema que redunda desde el Estado y la misma sociedad que invisibiliza el potencial humano y social de las mujeres. Entonces, es necesario, facilitar un entorno que no sea excluyente, ni sectario, en donde se comprenda desde el enfoque de equidad e igualdad de género el rol social de hombres y mujeres encaminados a la búsqueda del equilibrio. 72

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Que un hogar esté en condiciones de pobreza, significa que no tiene capacidad para dar respuestas a las demandas del entorno ya que se carece de los activos (humanos, sociales), que puedan darle viabilidad a un proyecto con calidad de vida. La inmediatez provocada por la cotidianidad de las pobreza en las jefaturas de hogar, ha llevado a las mujeres a que sólo se atiendan las necesidades prácticas y se dejen en un segundo plano las estratégicas, situación que condena a éstos hogares, a no alcanzar el desarrollo. Si la pobreza se prolonga en la línea del tiempo, entonces se convierte en un círculo que va trascendiendo generacionalmente. Por lo tanto, es necesario repensar el desarrollo desde las mujeres, agenciando sus activos para que sean ellas las que reaperturen los espacios sociales que promuevan el empoderamiento de las mujeres como sujetos sociales. Que las jefaturas de hogar femenina en Honduras posean bajos niveles de escolaridad y que algunas de ellas hayan alcanzado el nivel superior, frente a un mercado laboral que no valora ni estimula el conocimiento; hace reflexionar en la validez de la aseveración que afirma que la educación es un medio de movilidad social, frente a un panorama socioeconómico complejo y que demanda otras capacidades y habilidades inmersas en la edad, sexo, y el estado civil como determinantes para lograr la inclusión social. Si los modelos económicos como paradigmas de desarrollo y el Estado, no facilitan escenarios incluyentes con oportunidades de participación en la toma de decisiones, significa que la educación será solo un objeto, un paliativo de aprendizaje y no un sujeto de cambio que genere desarrollo. Por lo tanto, es necesario repensar en un modelo educativo cuyas características posibiliten un sujeto propositivo, consiente y más humano. En el universo de las jefaturas de hogar femenina existen diversas situaciones socioeconómicas. Es así como también están los hogares con jefatura femenina que tienen mejores condiciones y que a lo largo de este estudio se denominan como “No Pobres”. El dilema de éste sector, frente a contextos cambiantes que están agotando la condición humana y fragmentando las individuales, es cómo dar respuesta a los cambios, ante los cuales


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no es suficiente el nivel de escolaridad, ni los ingresos devengados, si sobre todo no se cuentan con los activos sociales y humanos que reproduzcan nuevas visiones de intercambio y sobrevivencia, en un mundo donde las respuestas son pocas y las mujeres tiene que cargar el peso de la vida, a través de esos roles asignados desigualmente y que no valoran las capacidades y potencialidades de las mujeres que buscan encontrar un equilibrio en una nueva reconfiguración social. Las nuevas reconceptualizaciones de la familia producto de las dinámicas demográficas son resultado del establecimiento de relaciones sociales que dan la pauta de que las sociedades están cambiando. Esto no significa que las sociedades continúen apostando por recuperar el papel social de la familia como componente del tejido social. El papel que desempeña el hombre y la mujer en el hogar es importante en la conducción de los hijos como espacio primario de socialización. Sin embargo, existe una brecha en las nuevas reconfiguraciones de la familia que está creando un gran impacto social. Mujeres que están asumiendo solas el hogar y que han renunciado al acompañamiento de una pareja, igualmente para los hombres, cuyo efecto de tal desarticulación se ve proyectado en los hijos y en ellos mismos. Es necesario develar la mirada tradicional que ha impuesto el patriarcado, en alguna medida es una de las causales de este desequilibrio social. El ser pobre tiene implícito que ya es vulnerable socialmente, estar vulnerable significa que ya se está en riesgo social. La importancia de los activos para brindar respuesta a la pobreza y la vulnerabilidad radica en la calidad de los mismos. Por ejemplo el activo humano (educación, ingresos), es un agenciador de respuesta ya que provee capacidades y habilidades para aprovechar las oportunidades. En este sentido, tener nivel de escolaridad alto posibilita mejores opciones laborales y de ingresos, esto incrementa la calidad de vida y la forma de reinventar el mundo para enfrentar las complejidades que demanda la sociedad actual. Solo resta fortalecer el activo social que posibilita las nuevas interacciones que promuevan la solidaridad como una estrategia humana con equilibrio para posibilitar un desarrollo más alcanza-

ble. Cabe preguntarse sobre los grandes retos que tiene la institucionalidad y la sociedad hondureña para contribuir a la disminución de la brecha de la desigualdad entre ambos sexos. El problema de la jefatura de hogar femenina en Honduras es multidimensional, complejo y muy poco se le ha abordado con carácter científico; tal es así que los sectores feministas y gubernamentales han desarrollado esfuerzos aislados que solo han sido un paliativo a la problemática. Es necesario estudiar el fenómeno con miras de impacto a largo plazo y desde una visión macro y multidisciplinaria con enfoque de género, en donde no solo se estudien las causas/ efectos, sino también sus articulaciones que en la actualidad se están generando. Qué significa entonces, que un hogar sea pobre y carente de activos humanos y sociales. Primero, que transitivamente los hijos también heredaran dicha condición y por ende sus familias están destinadas a una pauperización que traerá consecuencias nefasta en la sociedad. Como producto del estudio realizado se puede ver la poca o mínima participación que han tenido las jefaturas de hogar femenino en condiciones de pobreza, en la educación superior. Por lo tanto, la universidad como institución deberá de contribuir a crear una estrategia de apoyo a través de la extensión universitaria que promueva y estimule a estas mujeres jefas de hogar que producto de la resiliencia, se afanan por salir de una realidad que las confronta y las somete. Los hogares con altos niveles de pobreza, no solo la reproducen, sino que también son reproductores de relaciones sociales desiguales y de género, victimas notables del aislamiento social, producto de su crisis de identidad que las lleva a avergonzarse de su realidad y a conformarse. La marginalidad social se apropia del espíritu y lo consume en un aislamiento tal, hasta diseminarlo y comenzar a reproducir los esquemas de resentimiento y odios sociales que se traducen a su vez en vicios y prejuicios. Por lo tanto, es importante apostar por una pobreza con dignidad en donde se estimulen los sueños, metas, aspiraciones, alegrías y se dé un desacato al conformismo y a una falsa identidad impuesta por la desigualdad social. Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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A manera de reflexión final. Las mujeres, Jefas de Hogar son líderes de sus propios núcleos o familias y tienen bajo su ser la responsabilidad de educar y formar a sus hijos e hijas en beneficio de la sociedad a la cual, en alguna medida también se deben y compensan. Queda entonces el reto de esta sociedad y de las Jefaturas de Hogar Femenina que lejos de todas sus responsabilidades, también estén demandando participación y así puedan insertarse en la construcción de una nueva ciudadanía donde tengan representatividad y no sean solo un dato más, o una cifra estadística, cuando bien podrían ser el equilibrio del desarrollo humano y social de este país y un aporte sustancial para la humanidad. VI. Bibliografía • Busso, G. (2001). Seminario Internacional. Las diferentes expresiones de la vulnerabilidad social en América Latina y el Caribe. Vulnerabilidad social:nociones e implicancias de políticas para latinoamerica a inicios del siglo xxi. Del 20 al 21 de junio. Santiago, Chile. • Canales, A. (2003). La demografia latinoamericana en el marco de la postmodernidad. Revista latinoamericana de población. Nùmero 1-17. Recuperado de http://www.alapop.org/2009/Revista/Articulos/ Relap4-5_art3.pdf • Constitución de la Republica de Honduras. Decreto No 131 del 11 enero de 1982. Edición Quinta, Tegucigalpa Honduras. Guaymuras.

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Relaciones de desigualdad de la mujer en Honduras

6 Relaciones de desigualdad de la mujer en Honduras Miguel Alonzo Macías*

RESUMEN. Cuando se habla de desigualdad social, sobran las miradas y perspectivas desde las cuáles se puede abordar el tema. Este artículo hace una aproximación al tema, desde dos perspectivas: a) Desde las condiciones de desigualdad a la que se enfrenta la mujer en términos de acceso a medios de vida, y b) En términos formales, en lo relativo al nivel político y jurídico, que en cierto modo, no es más que la resonancia de las raíces androcéntricas sobre las que se constituye el Estado, desde y para los hombres. Para evitar caer en falsas concepciones, el artículo brinda un sucinto encuadre, sobre los elementos que están a la base de la desigualdad social en la que la mujer se constituye en una de las principales víctimas dentro del sistema patriarcal. El planteamiento de autoras como Rita Segato y Alda Facio contribuye a ese propósito. Palabras claves: Mujer, desigualdad social, Medio rural, acaparamiento de tierras, poder. ABSTRACT. When speaking about social inequality, there are several views and perspectives from which it’s plausible to approach the subject. This article addresses the topic from two perspectives: a) From the conditions of inequality which the women face in terms of access to living means and b) In formal terms, relative to the political and jurisdictional level, which in a way, is not more than the androcentric resonance of the foundations in which the State is built, from and for males. To avoid falling in false conceptions, the article provides a brief delimitation of the elements that are located in the very base of social inequality, where women turn out to be one of the main victims of a patriarchal system. The authors Rita Segato and Alda Facio, approach the subject in a manner that contributes to this purpose. Keywords: woman, social inequality, rural environment, land grabbing, empowerment.

I. Introducción Cuando se habla de desigualdad pareciera que nos situamos frente a un tema que no supone mayor justificación. El mundo de las desigualdades es algo que todos-as conocemos, e incluso, que muchas veces hemos justificado. Por ejemplo, más de alguna vez se ha escuchado el dicho popular que reza, que ni los dedos de la mano son iguales. Para muestra un botón, de lo que ya es una justificación natural, acerca de la existencia de las desigualdades. En ese mismo orden, se puede citar uno y mil ejemplos que han llevado a la sociedad a buscar y construir argumentos que justifican las distintitas formas en que se expresa la desigualdad. Desde una perspectiva de las Ciencias Sociales, este trabajo está dedicado a explorar el modo en que

se suscitan las distintas formas de desigualdad en Honduras. De modo concreto, en aquella que se constituye en el rostro de la desigualdad: la mujer. En ese sentido, más que explorar las formas de inequidad en un sentido amplio del término, el interés de este artículo, consiste en evidenciar las maneras en que la mujer, por su sola condición de mujer, ha sido doblemente relegada, constituyéndose en una muy buena representación de lo que son las desigualdades en la sociedad, y concretamente, en el ámbito hondureño, que es nuestro foco de estudio. Existen diversas formas de desigualdad que también se observan en la sociedad hondureña, que trascienden la visión dicotómica entre lo urbano y lo rural. Por ejemplo un momento de la historia se le denominó diferencias raciales, para referirse a la dominación de los blancos europeos sobre los indios encontrados en las Américas.

Recibido: julio de 2015 / Aceptado y version final agosto 2015 * Máster en Desarrollo Local UCA- Nicaragua. Doctorando en Cienicas Sociales y Humanas por la UCA-Nicaragua. Docentes del Deparatamenteo de Sociologia y de la Licenciatura en Desarrollo Local UNAH, E-mail: malonzo17@hotmail.com Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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Peor aún, de las formas de discriminación que llevaron al ser humano a usurpar la libertad de la raza negra, convirtiéndola en esclavos y fuerza bruta para llevar adelante las más duras tareas de muchas de las obras que se desarrollaron en el nuevo continente. Pero de igual modo, se conocen las formas de desigualdad más estructurales entre las economías desarrolladas y las llamadas tercermundistas; mismas que se cimentaron bajo un esquema de desigualdad y de dependencia, orientadas a no superar, en ningún momento, tales formas de dominación; mismas que nos advierten, del establecimiento de las raíces de las formas de dominación eurocéntricas. Es lo que Castro & Gosfrogel (2007), denominan como críticas al desarrollismo y formas eurocéntricas de conocimiento (pág 87). II. La desigualdad: Un problema de larga data Autoras como Rita Segato (2001) permiten un recorrido alrededor de temas centrales que presentan una base para la discusión sobre la desigualdad, misma que afecta, especialmente a la mujer, aunque como lo advierte Segato y más allá de los planteamientos del feminismo radical, supone trascender a esa “concepción binaria y simplista del poder, en la que el hombre es el dominador y la mujer la subordinada (pág. 277). Más adelante se señalará cuáles son esos aspectos, sin embargo, precisa conocer esas otras formas en que se manifiesta la desigualdad, especialmente en el medio rural; pero sobre todo, conviene aclarar qué se comprende conceptualmente por cada uno de los términos que nos ocupan. 2.1 La confusa distinción entre igualdad y equidad Alda Facio (2001), al abordar el tema de la igualdad y la equidad, menciona que hay una confusión conceptual, que no es más que el resultado del proceso de sustitución de igualdad por el de equidad. “La igualdad se ha entendido partiendo del hombre como modelo de lo humano y, por lo tanto, se ha creído que cuando se habla de igualdad entre hombres y mujeres de lo que se

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habla es de igualar las mujeres a los hombres”. Más allá de esa errónea concepción, Facio hace ver que se trata de “un derecho humano y por lo tanto una obligación legal a la que no se pueden sustraer los Estados” (Pág. 1). En realidad, en el caso de Latinoamérica, el tema se remonta a la IV Conferencia Mundial de la Mujer en Pekín (1995), en donde a partir de un análisis, las mujeres consideraron que mientras “la igualdad exigiría un trato idéntico para todas las personas, la equidad permitiría trato diferente para cada género dependiendo de sus necesidades”. Hecha esta matización conceptual, Facio indica que las mujeres “creyeron que si se hablaba de “equidad” en vez de “igualdad” quedaría claro que lo que se pretendía no era una igualdad formal y androcéntrica, sino una igualdad real ya que la experiencia les había demostrado que la igualdad garantizada en las leyes y constituciones, no había dado los frutos esperados”. En definitiva un uso adecuado de los términos permitirá cerrar la brecha en términos de relaciones y todos los demás ámbitos de la vida del ser humano. Más allá entonces de esta primera distinción conceptual, de la mano del planteamiento de Alda Facio, es importante distinguir que al estudiar las relaciones de desigualdad o inequidad, nos situamos frente a un problema o sistema histórico, cuyo resultado es obra del ser humano y no de la naturaleza. De ahí que el reconocimiento de esta realidad resulte fundamental para la construcción de los procesos sociales; en tanto, no prescindir de estas diferencias “por una parte da cuenta de la exclusión histórica que han vivido las mujeres al negárseles la posibilidad de registrar su historia y por otra, permite concebir la posibilidad de cambio en la situación de las mujeres” (Facio, 2011, pág 23) Finalmente, a modo de definir criterios para evitar la confusión, Facio propone tres ideas para un uso coherente entre ambos términos: a) El derecho a la igualdad implica el derecho a la no discriminación; b) La igualdad trae consigo obligaciones legales para los Estados y c) La igualdad implica trato idéntico o diferenciado entre hombres y mujeres (Facio, 2011, pág 23).


Relaciones de desigualdad de la mujer en Honduras

2.2 Con dimensiones estructurales y estructurantes Resulta curioso cómo la forma de concebir el mundo de la desigualdad como un hecho natural, ha servido para justificar no sólo las relaciones entre hombres y mujeres. Más allá de esta diferenciación que en cierto modo se constituye en la base estructural y estructurante de la desigualdad, es importante conocer como estas realidades afectan la dinámica social y económica del modo en que se ha organizado la sociedad. Joseph Stiglitz (2012) en su libro “El precio de la desigualdad” considera que se han creado argumentos orientados a justificar la desigualdad; pero más aún, que existen mecanismos y políticas orientadas a crear modos de acumulación que trascienden lo inimaginable. En términos de políticas, Stiglitz nos dice que: “Los apologistas de la desigualdad —y hay muchos— rebaten con el argumento de que dar más dinero a los de arriba beneficia a todo el mundo, en parte porque da lugar a un mayor crecimiento. Se trata de una idea denominada teoría económica del goteo. […]. Más adelante se demuestra que, aunque la economía de goteo hacia abajo no funciona, la economía de goteo hacia arriba sí puede funcionar: todo el mundo —incluso los de arriba— podrían beneficiarse dando más a los de abajo y a los de en medio” (pág 59). La concentración del poder, también lleva a la concentración de la riqueza. Las referencias sobre el tema son abundantes. Noan Chomsky desnuda esta realidad (1993), advirtiéndonos de cómo la concentración de la riqueza es extremadamente escandalosa. Parte de esas paradojas son las que Oxfam Internacional denuncia en un estudio en el que se indica que las élites ricas se reparten el poder político para manipular las reglas del juego económico, socavando la democracia y creando un mundo para unos pocos, en el que “el 1% de las familias del mundo posee casi la mitad (el 46%) de la riqueza mundial. Por su parte, la riqueza de la mitad más

pobre de la población es menor que la de las 85 personas más ricas del mundo” (pág 5). Parte de esas inequidades pueden resumirse en esta ilustrativa historia, narrada por Ha-Joon Chang (2012): “Un conductor de autobús de Nueva Delhi cobra en torno a 18 rupias por hora. Su homólogo de Estocolmo cobra una 130 coronas, lo cual, en el verano de 2009, equivalía a unas 870 rupias. Vaya, que el conductor sueco cobra casi cincuenta veces más que su colega indio” (pág. 49). Es evidente que los datos arriba señalados ponen en evidencia una realidad de inequidad, de distribución injusta o acaparamiento indiscriminado de la riqueza, que pareciera no dar cabida a la discusión teórica. Sin embargo, es relevante ir sobre la misma, a fin de conocer los postulados que están en la base de todas estas contradicciones. 2.3 Herencia con raíces coloniales Segato señala que los mecanismos que contribuyen a mantener las estructuras de opresión, se encuentran institucionalizados. Es desde el Estado, en su visión paternalista, quien tutela las acciones de los individuos en las comunidades, ejerciendo un rol interventor, el cual “debilita las autonomías, irrumpe en la vida institucional, rasga el tejido comunitario, genera dependencia, y ofrece con una mano la modernidad del discurso crítico igualitario, mientras con la otra ya introdujo los preceptos del individualismo y la modernidad instrumental de la razón liberal y capitalista” (2011, pag 289). Es decir, el Estado está lejos de ejercer un rol que contribuya no sólo a la emancipación de los pueblos, y por el contrario, desarrolla acciones que inciden en generar mecanismos de control que no ayudan a generar estructuras de participación, orientadas al fomento de relaciones más igualitarias, que se cimenten en la dependencia, ya sea de las comunidades, en relación al Estado, o bien, de las organizaciones, con respecto al mundo de la cooperación. Segato plantea dicha contradicción indicando que “es contradictorio afirmar el derecho a la autonomía, y simultáneamente Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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afirmar que el Estado produce las leyes que defenderán a los que se ven perjudicados dentro de esas propias autonomías” (pag 288). Esta realidad no es más que la expresión de un doble discurso promovido por el Estado. Por un lado, se arroga el derecho de defensa de los sectores más excluidos de la agenda pública , privilegiando dentro de ese discurso a aquellos que llama los sectores con menores oportunidades, estando dentro de estos, la mujer, la niñez, entre otros; y por otro lado, se constituye en cómplice ante la negación de derechos fundamentales como el de salvaguardar la vida de las personas y de los pueblos mediante el acceso a la salud, el derecho a la alimentación, a la educación, al trabajo; que paradójicamente enajena, pero se constituye en medio indispensable para garantizar los ingresos que genera la venta de la fuerza de trabajo. En todo esto, señala Segato, que pese a todos los marcos legales o “despliegues jurídicos” se puede advertir una especie de “barbarie creciente del género moderno” (Segato 2011, pág 287). Es claro entonces, que todo este conjunto de desigualdades sociales, cobran rostro y vida en la mujer, como víctima de un sistema que se personaliza en la acción directa de personas que hacen parte de la vida en el marco de un primer espacio social, como es la familia, pero también se expresa en el barrio, en la comunidad y en toda una nación. Como indica Julieta Paredes (2014), “aprender a violar y a violentar, la humanidad lo aprendió sobre el cuerpo de las mujeres”. Para concretar el conjunto de categorías que se presenta en detalle la forma en que esas desigualdades se expresan, partiendo de dos ámbitos concretos, la realidad de la mujer, y concretamente, de la mujer rural, con un espacial énfasis, de la que habita en la sociedad hondureña. A partir de ese sujeto y en ese contexto, del aquí y ahora.

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III. Algunos rostros de la desigualdad: aproximaciones al problema Tal como se ha señalado, existen distintas formas de evidenciar las desigualdades que se expresan dentro de una sociedad. La sola estructuración de la dinámica urbana y rural es una de ellas. Ya allí se encuentran marcadas diferencias que privilegian a unos con respecto a otros, mismas que tienen su raíz en una concepción dicotómica de la sociedad. Siendo ésta, una realidad compleja en su comprensión, y en concreto, en cómo se expresan esas distintas realidades desde el mundo de la mujer; indicando que lo que se presenta, no agota en modo alguno, todos los rostros de esa realidad. Es de advertir que cuando se piensa en la mujer rural hondureña, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (2013), éstas representan el 53.3% de la población rural (2,280,920); y la totalidad de las mujeres el 52% de la población nacional, para un total de 4,435,998 habitantes. Lo que se presenta enseguida, son expresiones de esa realidad. 3.1 Desigualdad jurídica Una de las primeras expresiones de la desigualdad se manifiesta en los marcos legales. Curiosamente Honduras cuenta con un rico compendio en materia legal. Ya en 1980 se dio la aprobación de la “Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer”, mediante Decreto Número 979. También se cuenta con el Instituto Nacional de la Mujer (INAM), creado bajo Decreto 232-98. Posteriormente se promulgó la Ley de Igualdad de Oportunidades para la Mujer (Decreto número 34-2000) y la Política Nacional de la Mujer Primer Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades (Decreto Número 015-2002).


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Actualmente se encuentra en vigencia el “II Plan de Igualdad y Equidad de Género” (período 2010-2022). Pese a todo el marco jurídico existente, los marcos legales se constituyen en papel mojado puesto que no se evidencia una sociedad en la que se perciban prácticas orientadas al fomento de la igualdad o la equidad, promovidas por y desde el Estado. Prueba de ello es que ese amplio marco jurídico no contempla acciones concretas que orienten a definir la participación real de la mujer, tanto en las instancias de toma de decisión, así como en el control de los medios de producción; mismas que se examinan a continuación, de forma separada. 3.1.1 Desigualdad política El rico marco legal con el que se cuenta en Honduras, tendría que reflejarse en cuotas de participación real de la mujer en la política y todo el entramado de instituciones del gobierno, tendientes a generar un Estado menos androcéntrico. De hecho, en el 2013, e l Congreso Nacional de Honduras aprobó una ley orientada a garantizar una cuota de participación de un 40% para las elecciones de 2013 y de un 50% para 2017. Los resultados, aún están lejos de esa realidad. Si se revisan los datos, el crecimiento es todavía lento y poco representativo. En las elecciones de 2001 el número de diputadas era de un 7%, con un sustantivo crecimiento en el 2005, que pasó a un 24%, sin embargo, en el 2013, el total de escaños ganados por mujeres sólo es de un 23.4%; es decir, que en lugar de aumentar, en las últimas dos elecciones decreció. Siguiendo los datos del Tribunal Supremo Electoral, pese a que el mayor número de votantes son mujeres, (51%) de un total de 5,4 millones de electores, en el nivel local se observan aún mucho más las desigualdades en el control de los espacios de poder. De un total de 298 alcaldías, en el 2001 las mujeres obtuvieron sólo un 9.1% en la elección del 2009, 5.7% en el 2013 un 3.7%, respectivamente. Como se puede observar, no sólo hay un decrecimiento, sino que además, el mismo es altamente preocupante, pues presenta una diferencia de 5.4% entre la elección del 2001 y las del 2013.

El testimonio de una diputada anónima, se vuelve en un fiel retrato de lo mucho por recorrer en esta materia: “Cuando ingresé como diputada, pedí formar parte de las comisiones de relaciones exteriores y economía por mi formación profesional, pero me mandaron a la comisión de género” - Diputada 3.1.2 Desigualdad en el acceso a los medios de vida De acuerdo a datos de la Plataforma Agraria de Honduras, para el 2014, alrededor de 700 campesinas enfrentan procesos judiciales, “acusadas por el único delito de exigir su derecho a la tierra”. Como se puede apreciar en el video El rostro femenino e infantil de la criminalización campesina; “las mujeres y sus hijos/as de la zona rural han sido víctimas de criminalización y persecución de las autoridades, recibiendo medidas sustitutivas a la prisión negándoles el derecho de volver a los predios, obligándoles a firmar en los juzgados cada 15 días”. Aunque la Ley de Modernización y Desarrollo del Sector Agrícola (1992) da pie a que las mujeres accedan a su derecho a la tierra, la misma sigue siendo controlada y destinada a los hombres. De hecho, la Ley de Reforma Agraria, que data de 1974 no contempló a la mujer como destinataria de los procesos de distribución de la tierra. Salvo en casos de fallecimiento del beneficiario, la mujer podía acceder a dicho derecho, en caso que el grupo cooperativo o empresa campesina, así lo estimara. Ligado a las restricciones de acceso directo a la tierra, no existe una política orientada al acceso al crédito por parte de la banca nacional (Banco Nacional de Desarrollo Agrícola), con lo cual, aunque se habilite el derecho legal a la tierra, al no poder acceder a programas de crédito agrícola, así como a mecanismos de asistencia técnica, a futuro están condenadas a perder la misma, puesto que la banca privada termina siendo el último recurso para acceder al mismo, una vez librados todos los obstáculos y trabas legales, que en la mayoría de los casos, son garantías prendarias, en donde la tierra se constituye en el único bien que puede respaldar dichas acciones. Para la Vía Campesina (2012), “el acaparamiento de tierras no es un fenómeno nuevo. Se parece al fenómeno Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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de la colonización, así como a la expansión de largas plantaciones de tierras de agricultura familiar sostenible desde varios siglos” (Pág.6). Y a renglón seguido, la pregunta, sobre qué es lo nuevo, entonces, sobre este problema. Y añade, “lo que es nuevo hoy en día es la ofensiva llevada a cabo por empresas y estados al adquirir, por largos periodos de tiempo, entre 30 y 99 años, largas extensiones de tierra arable fuera de sus límites territoriales para cultivar productos (generalmente) asignadas para la exportación.

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VI. A modo de conclusión

Como ha quedado evidenciado, existen múltiples factores que han llevado a acentuar los niveles de desigualdad social. En la mayoría de los casos, existen estadísticas que evidencian esa realidad. En otros casos, dado que los números hablan, las estadísticas no suelen mostrarse. El caso de Honduras no hace la excepción a esta realidad; en donde las desigualdades, golpea con mayor fuerza a la mujer. Estamos frente a un problema que plantea desafíos estructurales, a fin de emprender medidas que contribuyan al logro de la igualdad de la mujer en todos los campos de la vida de éstas. Frente a la pregunta de qué hacer para superar la brecha que existe en la propiedad de la tierra, así como en el implementar medidas tendientes a lograr una cuota de género electoral, real son tareas que sin duda van más allá de los marcos legales. Sin duda, la voluntad política de los gobiernos es un factor decisivo, sin embargo, el interés de la sociedad en su conjunto, alrededor de este y otros temas, se plantea como parte del gran desafío.

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VII. Bibliografía • Castro Gómez, S. & Grosfogel, R. (2007). Prólogo: Giro Descolonial, teoría crítica y pensamiento heterárquico. En Castro Gómez y Grosfogel (eds.). El giro colonial. Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. (pp. 9 -23) Bogotá: IESCO. • Chang, H-J (2012). 23 cosas que no te cuentan sobre 82

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Mortalidad infantil y el acceso al recurso humano de salud

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RESUMEN. Hasta la década de los setenta la fragmentación urbana en el Distrito Central no era tan evidente, la Plaza Central era considerada el centro; constituía el punto de origen apartir del cual de daba identidad y orientación a la ciudad. Era la zona de mayor jerarquía urbana, sede del poder político, económico, religioso y social. Sin embargo, con los cambios introducidos a partir de los ochenta la situación cambia, la ciudad deja de representar un espacio contínuo para dar lugar a una ciudad caracterizada por la fragmentación y segregación urbana. Palabras claves: segregación urbana, fragmentación, barrio cerrado, espacio público, exclusión social. ABSTRACT. In the Central District until the seventies decade the urban fragmentation was not so evident, Central Park was considered the center, constituted the point of origin and identity and orientation given to the city, was the area of greatest ​​ urban hierarchy, home of political, economic, religious and social. However, with the changes made since the eighties, the situation changes, the city cease to represents a continuous space to make way for a city characterized by fragmentation and urban segregation. Keywords: urban segregation, fragmentation, gated community, public space, and social exclusion.

I. Introducción Durante los últimos treinta años se observa como el proceso de urbanización que se desarrolla en el Distrito Central reviste características particulares que marcan un proceso de fragmentación y segregación urbana, el cual se manifiesta en la constitución de nuevas centralidades que giran en torno a la prestación de servicios comerciales y financieros y al surgimiento de barrios cerrados como nueva forma de segregación residencial. El creciente surgimiento de este tipo de urbanizaciones está ligado a diversas causas entre las que sobresalen la violencia e inseguridad que se vive en la capital y el deseo de una parte de la población de alcanzar un estatus social y un estilo de vida diferente al del resto de la población. Uno de los elementos que incide en el proceso de fragmentación y segregación urbana es el factor socioeconómico producto de ello se establecen notables diferencias entre las viviendas, acceso a servicios e infraes-

tructura básica y a los espacios públicos en los diferentes barrios y colonias. En este proceso la ciudad pierde su carácter abierto, heterogéneo y accesible para convertirse en una ciudad cerrada, amurallada, trancada e inaccesible en donde predomina la polarización social caracterizada por una demarcación física y simbólica del territorio que genera diversas expresiones de violencia y un progresivo deterioro de los espacios de convivencia social. El objetivo general de este artículo consiste en explicar el proceso de fragmentación y segregación urbana experimentado en el Distrito Central y su relación con los procesos de exclusión social. El artículo surge en el contexto de la investigación de tesis doctoral “La Crisis de los Espacios Públicos Urbanos en el Distrito Central, que fue apoyado como parte de un convenio de cooperación entre la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y el National Centre of Competence in Research (NCCR), North South, JACS-CCA iniciativa que para Centroamérica, México y El Caribe centró su interés en

Recibido: agosto de 2015/Aceptado y versión final en septiembre de 2015 * Phd. Ciencias Sociales con Orientación en Gestión del Desarrollo.Coordinadora de la Maestría en Demografía y Desarrollo de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. E-mail: marysabelzo@yahoo.com Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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la discusión de temas relacionados con una línea temática denominada formas de vida y territorio: exclusión social, fronteras internas, segregación, fragmentación e inseguridad.

II. Metodología El articulo parte de un enfoque descriptivo explicativo, se hizo uso de fuentes de información secundaria a nivel de textos y revistas científicas para identificar los enfoques teóricos conceptuales que permiten comprender diferentes ópticas bajo las cuales se explica el fenómeno social, además se desarrolló trabajo de campo que permitió identificar las formas de segregación y fragmentación urbana que ha sufrido el Distrito Central.

III. Enfoques teóricos 3.1 La fragmentación y segregación urbana La fragmentación es un proceso inherente a la conformación de la ciudad, esta se va construyendo como un mosaico en donde el suelo tiene diferentes usos y formas. En ese sentido, se distingue en el espacio del Distrito Central áreas residenciales, comerciales, industriales y recreativas, entre otras. Por una parte la fragmentación urbana se asocia a una ruptura, separación o distanciamiento social en la ciudad, estudiado básicamente a través de la idea de segregación. Esta aproximación considera que la actual dinámica urbana, desde el comportamiento del mercado de suelos, las iniciativas inmobiliarias, el surgimiento de estilos de vida, hasta las transformaciones en el mercado de trabajo, la polarización social, el aumento de la violencia y la inseguridad, lleva a una separación social en el espacio que se refleja en el surgimiento de barrios cerrados o similares (Link, F, 2008, pág 29, en Revista Ciudades nº 77). En general la ciudad va creando barreras cada vez más rígidas que muestran una fuerte separación entre quienes pueden adaptarse al nuevo contexto y quienes simplemente se quedan fuera de él.

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Estela Valdés (2007) en su ponencia Fragmentación y Segregación Urbana identifica dos líneas de análisis: por un lado, aquella que se halla ligada a procesos de desigualdad social y barreras materiales y/o inmateriales; por el otro, la que se relaciona con las discontinuidades en el proceso de expansión urbano respecto de la trama, producto de los procesos de metropolización. La primera línea de análisis reconoce autores como David Harvey, Prévót-Shapira y Vidal Rojas, entre otros. Para Harvey (1997), las ciudades en la actualidad han dejado de planificarse en su conjunto para sólo abocarse a diseñar partes de ellas como resultado de la especulación inmobiliaria y sin ningún tipo de previsión; advierte que, por un lado aparece la miseria y la corrupción; y por el otro, lugares hermosos de diseños arquitectónicos realizados por especialistas famosos pero cuyos habitantes no tienen idea sobre lo que sucede en los sectores más pobres de la ciudad (Harvey, 1997, pág 12). Prévot-Shapira (2000) considera que algunas ciudades latinoamericanas son representativas de un modelo de ciudad más disperso y menos jerárquico, que sustituye a la ciudad orgánica, esto es, la ciudad fragmentada y que involucra los siguientes componentes: a) espaciales, como la desconexión física y discontinuidades morfológicas; b) dimensiones sociales, como el repliegue comunitario y lógicas exclusivas; y c) políticas, tales como la dispersión de actores y autonomización de dispositivos de gestión y regulación urbana. De esta manera, la ciudad orgánica “ha estallado en múltiples unidades y ya no existe la unificación del conjunto” (Prévot-Shapira, 2000, pág 34-35). Para Vidal Rojas la fragmentación urbana es un proceso territorial que se construye a través de tres subprocesos: fragmentación social, fragmentación física y fragmentación simbólica y en cualquiera de los casos supone la independencia de las partes (fragmentos) en relación al todo (sistema urbano). La fragmentación física -entendida en términos físico -relacionales- puede ser definida “como la tendencia de la estructura de la ciudad hacia una pérdida de la coherencia y de cohesión del todo a


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causa de una disociación de las partes que la componen” (Vidal, R. 1997, pág 5). En la otra línea de análisis, se ubican autores como Borsdorf (2003), De Mattos (2001), y Ciccollella (2002). Según la mirada de Borsdorf (2003) de la ciudad polarizada, propia de los años de industrialización sustitutiva en América Latina, se pasa a la ciudad fragmentada de la actualidad. En el primer caso, la configuración de la ciudad hasta principio de los setenta mostró procesos espaciales ligados a las líneas ferroviarias y autopistas que reforzaron el crecimiento de algunos sectores; los grupos de mayores recursos se desplazaron hacia la periferia y aparecieron en algunas de las ciudades latinoamericanas, ya al final del período, los primeros centros comerciales -Shopping centres- y barrios de lujo (countries) con estilos importados de las ciudades estadounidenses. Sin embargo, en este período, la estructuración del espacio urbano responde todavía a la industrialización y a la presencia del Estado intervencionista en cuestiones relativas a la planificación, como así también a la fuerte migración rural (Borsdorf, 2003, pág 48). De Mattos (2001), comparte esta visión – al igual que otros autores – y afirma que las ciudades se constituyen como estructuras suburbanizadas y policéntricas con una tendencia a la “angelinización” como el ejemplo paradigmático (De Mattos, 2001, pág 3). Ciccollella considera que el modelo de la ciudad actual ha dejado de lado la ciudad compacta para dar lugar a otra más fragmentada, de crecimiento celular y a la que se denomina metrópolis expandida, postsocial, metápolis o ciudad difusa, tal alguno de los nombres con los que lo han denominado distintos autores (Ciccollella, P 2002, pág 204). Consecuencia directa de la fragmentación urbana es la segregación urbana. Castells (1999) la define como la tendencia a la organización del espacio en zonas de fuerte homogeneidad social interna y de fuerte disparidad social

entre ellas, entendiéndose esta disparidad no sólo en términos de diferencia, sino de jerarquía. En este sentido, la estratificación social origina también estratificación espacial que se traduce en áreas urbanas segregadas y ocupadas por grupos sociales semejantes viviendo en entornos morfológicos también semejantes (Estébanez, 1992, pág 574). En términos sociológicos, segregación significa la ausencia de interacción entre grupos sociales. En un sentido geográfico, significa desigualdad en la distribución de los grupos sociales en el espacio físico (Rodríguez Vignoli, 2001, pág 11). La manifestación tangible del fenómeno de segregación urbana se presenta en la segregación espacial residencial, entendida como el distanciamiento o separación de grupos poblacionales en el espacio urbano, este fenómeno se evidencia en la aglomeración geográfica de familias con características similares generalmente relacionadas con la condición étnica, origen migratorio o condición socioeconómica. En el caso del Distrito Central las desigualdades sociales de ingreso determina en gran medida la segregación residencial. La segregación residencial parece inherente a la vida urbana, pero en la actualidad pareciera tener mayor visibilidad. La principal razón por la cual la segregación residencial está en el tapete es por las adversidades que se le imputan cuando su raíz es socioeconómica, es decir, segregación residencial socioeconómica (SRS). A grandes rasgos, la SRS actúa como mecanismo de reproducción de las desigualdades socioeconómicas, de las cuales ella misma es una manifestación (Kaztman, 2001; Dureau et al., 2002). En términos estrictamente socio-económicos, los mecanismos de desigualdad social y desarrollo geográfico desigual va inferiorizando a personas, grupos y comunidades en integración e interdependencia con sus contextos vitales (Álvarez, H 2005, pág 5). La segregación residencial de tipo socio-económica es considerada para numerosos autores como una de las Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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dimensiones empíricas y teóricas más importantes de la exclusión social, en donde la pobreza confronta las sociedades e implica la división de la sociedad como resultado de las desigualdades sociales existentes. Esta situación está produciendo la reducción de los espacios de interacción entre los grupos socioeconómicos deteriorando la vida en comunidad a tal grado que priman acciones de violencia, inseguridad, temor y desconfianza hacia todos los que son diferentes en su condición social. La Escuela de Sociología Urbana de Chicago una de las primeras en abordar el estudio de la temática; la definió como una concentración de tipos de población dentro de un territorio dado y se aplicó al estudio de la distribución espacial de minorías étnicas en grandes ciudades de los EE.UU. (Mackenzie, 1925). La fragmentación urbana resulta del proceso de expansión, se va creando una ciudad dispersa que genera diferenciación del territorio y en muchas ocasiones desconexión entre los fragmentos. A la par de este proceso se genera la segregación urbana que implica la unión y diferenciación cultural y socioeconómica, basado en las fuerzas de producción y en la división social del trabajo que territorialmente son evidentes a través de características como el uso del suelo, los servicios, equipamiento y la infraestructura. Todo el proceso de segregación urbana genera asimismo una auto segregación que quizá en un primer momento este marcada por barreras físicas, tangibles que impiden el acceso a ciertos espacios y bienes, pero que con el tiempo también se marca por barreras mentales, intangibles que acentúan la desigualdad social y la exclusión.

IV. El Distrito Central y las nuevas formas de fragmentación y segregación urbana El Distrito Central, espacio geográfico en el que se ubica la capital de la república constituida por las ciudades de Tegucigalpa y Comayagüela atraviesa por crecientes transformaciones físicas, sociales y culturales que muestran una capital que está cambiando sin tener 88

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el norte, ni la brújula que dirija su camino, esto genera una problemática urbana que no ha sido abordada con la seriedad que merece. Originalmente, Tegucigalpa fue construida bajo los parámetros de la arquitectura colonial española que se desarrolló centralizando las funciones de la ciudad como organismo administrativo básico de la colonia. Dicha construcción se basó en las ordenanzas de Felipe II que contemplaba dentro del trazado de la ciudad la construcción de la Plaza Mayor, la Iglesia y el Cabildo alrededor de los cuales se levanta el resto de la ciudad. Los cambios experimentados por las ciudades coloniales son evidentes tanto en su morfología como en su funcionamiento institucional y en las relaciones sociales que se dan en su interior. A nivel de estructura se presentan cambios de uso del suelo que se manifiestan en la creciente transformación de la ciudad, de igual manera estos cambios físicos van acompañados de fenómenos sociales como la segregación espacial y residencial. Quizá hasta la década de los setenta la fragmentación urbana en el Distrito Central no era tan evidente, a partir de los ochenta se observan algunos cambios, para el caso inicia la construcción de bulevares, proyectos habitacionales en la periferia de la ciudad y los primeros centros comerciales que se presentan como un fragmento con sentido en el nuevo espacio urbano, alrededor de ellos poco a poco se van generando nuevas centralidades. Hacia los noventa se gesta la construcción de las sedes de los poderes del Estado fuera del centro histórico. Entre los ochenta y noventa se incrementa el crecimiento de cinturones de miseria dando lugar al surgimiento de colonias urbano marginales producto de procesos de recuperación de tierras. Se consolidará entonces la estructura de un modelo urbano descompensado por sus fuertes desequilibrios rotacionales especialmente en lo relacionado al acceso a servicios públicos y la consolidación de un modelo de ciudad desarticulado territorialmente con una fuerte fragmentación urbana en donde se fortalece la segregación urbana residencial. Hacia la primera década del siglo XXI el proceso de fragmentación urbana se ha consolidado por medio del


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surgimiento de urbanizaciones cerradas en distintas áreas de la capital que establecen un fuerte distanciamiento tangible e intangible con el resto de barrios y colonias capitalinas, estas nuevas urbanizaciones se presentan como soluciones individuales para aquellas familias que se encierran en sectores seguros de la capital en donde lo público ha sido desplazado por lo privado y lo colectivo por lo individual. Fortaleciendo este proceso, en el Distrito Central está en boga la construcción de centros comerciales de inversión privada, estos presentan un mundo irreal en comparación a la realidad socioeconómica de la ciudad, se desarrollan como un fragmento, como nuevos centros de la ciudad que se valen por sí mismo y que está desconectado del resto y de su realidad. 4.1 Las nuevas centralidades en el Distrito Central En la medida en que Tegucigalpa y Comayagüela ha crecido, se desarrollan procesos simultáneos que le dieron un nuevo aspecto a su trama urbana. Uno de estos procesos es el surgimiento de una policentralidad constituyendo un cambio notable sobre todo porque hace sólo 35 años todo giraba alrededor del centro fundacional. La categoría centralidad espacial hace referencia a la jerarquización o priorización que se realiza de un lugar específico. El lugar central de la ciudad se ha caracterizado por ser el espacio donde se encuentran las máximas expresiones sociales, económicas y culturales de la población. La policentralidad es entendía como un significativo aumento del número de funciones y actividades que habían estado localizadas en los centros tradicionales y que ahora se desplazan hacia nuevos lugares del territorio metropolitano (De Mattos, 2002, pag 26). Esta categoría de alguna manera es mediada por factores como acceso, distancia, pero también se tiene en cuenta las percepciones asociadas a las escalas de preferencia de la gente. En el caso de Tegucigalpa y Comayagüela se parte de una centralidad fundacional, que dio lugar a la acumula-

ción de servicios en las cercanías tales como: energía eléctrica, calles, avenidas, saneamiento, intercambio comercial y financiero, servicios educativos y de salud, entre otras. Con el tiempo se ha desarrollado una centralidad funcional marcada por la necesidad de integración en el marco de una ciudad segregada, dando lugar a nuevas centralidades que se ubican en lugares estratégicos de la capital generalmente construido desde el mundo de lo privado y teniendo como punto de partida los grandes centros comerciales. Un recorrido por las ciudades de Tegucigalpa y Comayagüela, permitió identificar las principales instituciones y servicios establecidos en distintas áreas de la capital y elaborar una representación gráfica. Básicamente se identifican 6 centralidades; se parte del Centro Histórico como centralidad fundacional, la zona del bulevar Morazán, la zona donde se ubica Casa Presidencial y Bulevar Suyapa, la zona de la Kennedy y Bulevar Fuerzas Armadas, la zona del Aeropuerto Toncontín y la zona del mercado Belén (Mapa 1). El proceso de crecimiento urbano del Distrito Central experimentado bajo los efectos de la globalización afianza el desarrollo de nuevas centralidades urbanas contribuyendo de manera directa con la acentuación de los procesos de fragmentación social y urbana lo que paulatinamente le niega a la población la posibilidad de encuentro y de intercambio generando una ruptura, separación o distanciamiento social en la ciudad que incide negativamente en la resolución de la problemática social que experimenta. 4.2 Segregación residencial y socioespacial en el Distrito Central En el Distrito Central la segregación residencial y espacial no se ha desarrollado siguiendo un patrón territorial, en otras palabras, esta se presenta de manera diseminada en la ciudad. Se puede encontrar colonias dirigidas a grupos poblacionales de alto poder adquisitivo a la par o muy cerca de barrios populares o colonias urbano marginales; esta situación da lugar a zonas homogéneas en un contexto heterogéneo en donde la interacción Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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Mapa 1. Distrito Central: nuevas centralidades urbanas

Fuente: Elaboración propia, trabajo de campo, Proyecto NCCR, LASUR PLATS UNAH.

entre los grupos sociales es muy limitada y en algunos casos casi nula. Evidencia de lo anterior es el caso del municipio del Distrito Central cuya característica fundamental ha sido el crecimiento desordenado, con un ordenamiento territorial casi ausente, aunque desde los años setenta se da el primer esfuerzo organizado institucionalmente para orientar la expansión y desarrollo urbano del Distrito Central a través de METROPLAN1. A partir de la década de los sesenta el Distrito Central experimenta un notable crecimiento poblacional urbano, se pasó de tener una población de 99,948 a 164,941, representando un crecimiento poblacional del 65%, es a partir de este periodo que se van generando cambios en la estructura de la ciudad principalmente en la distribución 1. METROPLAN: Plan de Desarrollo Metropolitano del Distrito Central 90

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del uso del suelo en donde el uso residencial presenta un gran peso (Cuadro 1). Durante el gobierno del Dr. Ramón Villeda Morales (1957-1963) se implementan políticas estatales de construcción de vivienda de interés social por medio del Instituto Nacional de la Vivienda (INVA), esta institución desarrolló proyectos habitacionales dirigidos a familias de obreros, los proyectos se ubicaron en zonas distantes del centro de la ciudad, hecho de una u otra manera dio lugar a la desconcentración del Centro Histórico iniciando el crecimiento de la ciudad hacia la periferia (Cuadro 2). Los espacios urbanos ubicados entre el Centro Histórico y las primeras colonias de interés social: Col. 21 de Octubre y Col. Kennedy poco a poco fueron ocupados por otros proyectos habitacionales. Para el caso entre la colonia 21 de Octubre y el Centro Histórico se


Fragmentación y segregación urbana en el DC

Cuadro 1. Distrito Central: población total por censo y tasas de crecimiento intercensal Censo

Población

1950

99,948

1961

164,941

1950-1961

4.6

1974

305,387

1961-1974

4.8

1988

585,686

1974-1988

4.6

2001

850,227

1988-2001

2.08

2013

Tasa crecimiento intercensal

2001-2013

Fuente. Manuel Flores Fonseca, 50 años de crecimiento demográfico Hondureño, 2003.

Cuadro 2. Distrito Central: colonias construidas por el INVA Colonia

Año de inicio

Nº de viviendas

21 de Octubre

1957

589

John F. Kennedy

1964

3,638

Las Brisas

1966

152

San José del Pedregal

1968

902

La Laguna

1962

170

15 de Septiembre

1977

97

San José de la Peña

1977

584

San José de la Vega

1978

611

Faldas de El Pedregal

1979

258

Hato de En medio

1980

2,108

El Sitio

1982

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aunque la diferenciación social fuese evidente no lo era la segregación residencial y espacial. Durante los ochenta con los cambios experimentados por la ciudad y más aún en los noventa la población se desplaza a sectores periféricos de la ciudad, algunos urbanizados, otros en condiciones de precariedad urbana. Es a finales de los noventa e inicios del siglo XXI que un porcentaje de la población capitalina decide establecer su residencia en los municipios cercanos al Distrito Central (Valle de Ángeles, Santa Lucía, Santa Ana, Ojojona) en donde puede gozar de la tranquilidad y las ventajas climáticas de la zona, pero de igual manera del acceso a servicios públicos de aceptable calidad. El valor del suelo en estas zonas ha aumentado dando lugar incluso a desarrollo de numerosas urbanizaciones cerradas. En el caso del Distrito Central la segregación residencial y socioespacial está fuertemente relacionada con los ingresos económicos, de ahí que se mencione el fenómeno de segregación residencial socioeconómica, en donde se distinguen la tendencia de un grupo a concentrarse en algunas áreas y la conformación de áreas socialmente homogéneas.

Fuente: Elsa Lily Caballero Zeitún, El Metroplan y la Política de Vivienda 1976-1984

construyeron colonias como la San Carlos, Las Minitas, Col Lara, entre las más relevantes, en estos vecindarios residían grupos sociales de alto poder adquisitivo por lo que esta zona llego a ser considerada como área selectas de la capital. En el caso de los espacios ubicados entre la Col. Kennedy y el Centro Histórico se construyeron las colonias Miraflores, El Hogar, Las Colinas, Miramontes todas financiadas con capital privado o por cooperativas de vivienda como FECOHVIL. Hasta los años setenta los patrones de segregación residencial y espacial no tenían la magnitud que manifiestan hoy en día, la ciudad se concentraba prácticamente alrededor del centro histórico, la plaza central y espacios adyacentes. La gente de diferentes grupos sociales compartía eventos culturales, políticos, sociales y la vida cotidiana en los mismos espacios públicos. En tal sentido,

3.3 Surgimiento de urbanizaciones cerradas en el Distrito Central Actualmente la empresa privada promueve la construcción de urbanizaciones cerradas como nuevo elemento dentro de la estructura urbana y un elemento transformador del espacio residencial que constituye expresión clara de exclusión residencial urbana. El surgimiento de urbanizaciones cerradas en la capital es un fenómeno relativamente reciente, sin embargo, los últimos años registran un importante aumento, este escenario está relacionado en alguna medida por la desregulación del mercado del suelo. Esta situación coincide con el esquema planteado por Harvey donde la globalización se asocia directamente con el dominio económico neoliberal e involucra una creciente desregulación de la economía y la actividad del sector público, factores que a nivel urbano se manifiestan en la liberalización del mercado del suelo y la especulación inmobiliaria (Borsdorf, Hidalgo, 2004, pag 28). Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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El incremento de urbanizaciones cerradas es un fenómeno urbano de gran crecimiento en el continente americano, se apoya en la fragmentación del territorio y en la especialización del uso del suelo pero también presenta una tendencia hacia el control de las relaciones en el espacio físico de las ciudades, presentándose como una nueva forma de privatización del espacio urbano. En el caso del DC han surgido urbanizaciones cerradas cuyos muros perimetrales crean fragmentos dentro de la ciudad, en algunos casos pequeñas ciudadelas que aíslan a la población, este fenómeno afecta considerablemente el uso de los espacios públicos y se va perdiendo el acceso a la libre circulación dentro de la ciudad. El origen de las urbanizaciones cerradas en el Distrito Central está ligado a diversas causas, entre las cuales se identifica en primera instancia la violencia e inseguridad

sobre todo porque en la última década se muestra un incremento en las estadísticas de criminalidad con serias repercusiones sobre la vida y la seguridad de los bienes de los ciudadanos. Según Caldeira, desde mediados de los años ochenta, el progreso de la criminalidad y del miedo ha servido para legitimar el modelo de segregación residencial que representa el barrio cerrado (Caldeira, 1996, pag 65).

Los Hidalgos

Según Angela Giglia, la privatización del espacio público no es únicamente una forma de protegerse frente a la inseguridad creciente, sino también una manera de diferenciarse del entorno para “distinguirse”, y mantener en el interior del espacio cerrado un modo de vida con características especifica (Giglia, A, 2002, pag 24). Otro aspecto a considerar en las urbanizaciones planificadas desde su origen como cerradas está relacionado con el tamaño. En el Distrito Central se observan urbanizaciones muy pequeñas como Quinta San Ignacio con 8 viviendas, hasta megaproyectos como Los Hidalgos, urbanización diseñada para construir más de 2000 viviendas distribuidas en 10 circuitos. Esta urbanización

Residencial Villa Las Hadas

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En aquellas urbanizaciones dirigidas a estratos medios-altos y altos se desarrollan las urbanizaciones de circuito cerrado caracterizados por estar rodeados o cercados por muros perimetrales contando con mecanismos de control las 24 horas, servicio que todos los y las vecinas pagan, generalmente estas urbanizaciones se ubican en la periferia de la ciudad adyacentes a las vías de acceso y en zonas de alta renta. Los nuevos emprendimientos urbanos en el Distrito Central se promocionan haciendo énfasis en la provisión de seguridad a sus residentes. En la actualidad las palabras cerrados, seguridad y vigilancia forman parte de la promoción de los nuevos conjuntos de viviendas que se construyen en la capital. Otro factor considerado en el mercado está relacionado con el deseo de la población de alcanzar un estatus social y un nivel de vida diferente y hasta exclusivo que le asignan a la población de estos conjuntos residenciales un carácter de distinción.


Fragmentación y segregación urbana en el DC

en inicio se concibió bajo el concepto de una pequeña ciudad, como un lugar del que sólo se necesita salir, para trasladarse a su trabajo, puesto que en su diseño se piensa contar con supermercado, centro comercial, iglesia, clubes privados, centros escolares y áreas verdes. Además la muralla que rodea la urbanización es típica de las antiguas ciudades medievales. Esta urbanización contempla viviendas dirigidas a distintos grupos e intereses. Se presentan desde apartamentos para solteros y parejas, viviendas de un solo nivel, dos niveles, hasta viviendas exclusivas con acceso a clubes privados, esto hace pensar en el nivel de exclusión que se verá relejado aun entre los mismos habitantes de la urbanización. Según Judd (1995) algunos estudios comparan las urbanizaciones cerradas con las ciudades amuralladas del mundo medieval, en donde las murallas se contraían para mantener a raya a las hordas (Judd, 1995, pag 155, 160). Más allá de aquellas urbanizaciones que desde su origen fueron concebidas como barrios cerrados, en el Distrito Central, los barrios y colonias capitalinas de todos los estratos sociales han ido cerrando sus vecindarios al libre tránsito de la población por medio del establecimiento de controles de seguridad, unos más efectivos que otros. Esta situación ha generado conflictos entre la ciudadanía a tal grado que la Asociación Metropolitana del Distrito Central por medio de la Unidad de Movilidad Urbana maneja el Proyecto Barrio Seguro y ha establecido un reglamento que regula la emisión de permisos y las condiciones bajo las cuales operaran este tipo de urbanizaciones, sin embargo, pese ello muchos barrios y colonias del DC han cerrado su acceso y operan en condiciones de ilegalidad. En este contexto se presenta en el Mapa 2 la ubicación de los barrios y colonias capitalinas que actualmente cuentan con el permiso autorizado por la Unidad de Movilidad Urbana de la AMDC. Cabe señalar que el 29% de los barrios y colonias de Distrito Central se manejan como barrios cerrados y la tendencia que se proyecta esta dirigida al crecimiento de esta modalidad.

La segregación residencial y socioespacial en el Distrito Central se traducen en cambios ostensibles en la organización y las formas de producción de espacio urbano que se manifiestan en la proliferación de grandes proyectos inmobiliarios conducidos por el capital privado en donde la característica primordial es la privatización del espacio urbano, que pasan a ser controlados por dispositivos de seguridad regulando y controlando el libre acceso, a la larga se genera una crisis de integración, se limita la solidaridad y como lo menciona Davis (2003) se va produciendo un apartheid urbano evidenciado en el hecho de que sólo determinados grupos sociales tienen acceso a los espacios más exclusivos de la ciudad, generando una creciente desigualdad social y consecuentemente exclusión social, en donde los más pobres son los más postergados frente a los procesos de desarrollo local y municipal. Las urbanizaciones cerradas buscan fomentar una sensación de comunidad, sin embargo, este hecho no funciona por inercia entre los residentes de estas urbanizaciones, en ocasiones el sentido de comunidad sólo está ligado al hecho de que pertenecen al mismo mercado inmobiliario. En otras palabras el pertenecer a la misma urbanización no implica asegurarse vínculos de buena vecindad entre que los que ahí viven. El fenómeno de la segregación espacial y residencial manifestado en el surgimiento de urbanizaciones cerradas ha redefinido la configuración de las ciudades de Tegucigalpa y Comayagüela una de estas consecuencias es evidente en la privatización de espacios en la ciudad y la pérdida de los espacios públicos. Las calles y avenidas que antes eran de acceso público en el Distrito Central en la actualidad está controlada en la mayor parte de los casos con plumas y portones metálicos o trancas que limitan el libre acceso de la población a estos espacios sobre todo en las urbanizaciones de clase media y media alta. Se ha considerado que las urbanizaciones cerradas violan el derecho constitucional a la libre circulación, al impedir la libre circulación (CYTED, 2002:482).

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Mapa 2. Barrios y colonias del Distrito Central legalmente cerrados autorizados por la Gerencia de Movilidad Urbana y Transporte AMDC 2015.

Estas formas de segregación ligadas a la distribución de las clases sociales en el territorio ha generado consecuencias en términos del tejido social y del proceso de segregación social urbana implícito en su desarrollo. Las urbanizaciones cerradas denotan un declive del espacio público urbano, de alguna manera el fraccionamiento y la desintegración de la ciudad. Desde la óptica externa la exclusión se hace más evidente, ya el muro o la barrera por si misma establece un símbolo de limite, separación y hasta aislamiento que refleja la diferencia de oportunidades entre la población de la ciudad, disminuyendo la posibilidad de interacción entre los diversos grupos sociales. 94

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En el contexto de las urbanizaciones cerradas se crea una doble óptica de exclusión que se refleja en la desconfianza hacia el otro. Los de adentro tienden a aumentar su miedo hacia el exterior, mientras que los de fuera pueden suponer una desconfianza discriminatoria de los que están adentro (CYTET, 2002, pág. 479). No puede dejarse de lado el hecho de que la segregación residencial además de violar la libre circulación de la población, viola el derecho de los y las ciudadanas a gozar del espacio público de la ciudad. De igual manera la segregación residencial actúa como un factor adicional de incremento de violencia: el mo-


Fragmentación y segregación urbana en el DC

vimiento de los pobres por la ciudad los convierte en posibles delincuentes o, al menos, sospechosos, porque su extraterritorialidad los delata (Carrión, 2003, pág. 59). Las urbanizaciones cerradas tienden a marcar segregación social y acentúan la condición de pobreza de aquellos que no tienen la posibilidad de acceder a ese tipo de urbanizaciones. Uno de los elementos que debe tomarse en cuenta en este apartado es la escasa y hasta nula reglamentación dirigida a la construcción de este tipo de complejos residenciales. La Alcaldía Municipal del Distrito Central a través de la Gerencia de Control de la Construcción considera un reglamento que contempla las Normas Transitorias de actualización de la Zonificación y Normas de Fraccionamientos, Obras y Usos del Suelo en el Distrito Central que carece de la definición de fraccionamiento, barrio cerrado u urbanización cerrada, coyuntura que limita la compresión de la reglamentación en relación al tema.

V. A manera de reflexión La fragmentación urbana es un fenómeno que incide no sólo en la morfología de la ciudad afectando su estructura y funcionamiento, también va un poco más allá puesto que de manera indirecta afecta las relaciones sociales que se establece entre los pobladores de una ciudad puesto que crea barreras tangibles e intangibles que fortalecen los problemas de exclusión social y territorial. El Distrito Central en este proceso de fragmentación y segregación urbana ha comenzado a cerrarse y los espacios públicos urbanos a privatizarse y por ende a perderse, los muros, portones, plumas establecen límites y fronteras entre la población, generando un aislamiento que fortalece los sentimientos de individualismo, en gran parte de las ocasiones ni siquiera conocemos a nuestros vecinos, mucho menos tenemos la oportunidad de compartir parte de nuestro tiempo con ellos. Con la fragmentación del espacio se genera la fragmentación de la comunidad y se limita las oportunidades de diálogo y consenso entre la población.

El proceso de globalización ligado a la diversificación de las actividades comerciales y productivas ha fortalecido la fragmentación y segregación urbana en el municipio del Distrito Central, si bien es cierto la ciudad ha comenzado a desarrollar un estilo arquitectónico moderno también se denota las grandes diferencias entre los fragmentos urbanos por un lado los que carecen de los servicios e infraestructura básica y por el otro los que gozan de estos servicios que ofrece el Estado y en donde se observa la inversión en infraestructura urbana que elevan a la vez el valor de sus bienes, generando una fuerte diferenciación e inequidad social. Se hace necesario que el Estado y las autoridades competentes visualicen este proceso puesto que silenciosamente está separando a la población hondureña produciendo la disolución de la identidad de la ciudad en su conjunto. La violencia e inseguridad indirectamente ha contribuido al proceso de fragmentación y segregación urbana, sin embargo, mas allá de toda la inversión que el Estado pueda hacer para combatirla es necesario revisar el problema desde sus orígenes estructurales pues solo en la medida que se identifiquen la raíz de este fenómeno podrá ser abordado de manera efectiva.

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Una demografía sentida: una nueva mirada en el sentir de los pueblos

8 Una demografía sentida: una nueva mirada en el sentir de los pueblos Alejandro Melgar Quiñonez* RESUMEN. Los lugares poblados se fundan y se mueven con la lógica de la sobrevivencia, en ellos se forman las primarias estructuras sociales que adicionadas de sentires y experiencias, doblan páginas de historia y adquieren identidad y una forma propia de ver el mundo y su entorno natural. Estas poblaciones cargadas de valores se resisten ante contextos de pobreza y desigualdad social y, hoy se ven sumergidos en una nueva vorágine que los mueve hacia latitudes más hostiles e indiferentes. Una nueva mirada que trasciende en la demografía social y que está configurando un nuevo rostro humano. Quizás el dilema fundamental del mundo actual, sea la indiferencia que está pesando sobre el ser humano y su angustia, ante la pérdida de valores y sentimientos de pertenencia cultural; frente a un mercado que impone lógicas laborales y de consumo que están moviendo poblaciones por rutas inciertas, en la búsqueda de mejores condiciones de vida. Por ello la demografía no puede limitarse únicamente a contar eventos o poblaciones sino también a dar una interpretación de las dinámicas poblacionales que tienen su propia naturaleza y desarrollo en este devenir histórico, donde el sentir de los pueblos esta capturado por una globalización deshumanizada. Palabras claves: población, tejido social, movilidad humana, dinamica demográfica. ABSTRAC. Overview populated places merge and move with the logic of survival, they are formed primary social structures that add-on of feelings and experiences, folded pages of history and acquire identity and a way of seeing the world and its natural environment. These values-laden populations resist in contexts of poverty and social inequality, and today are immersed in a new vortex that moves them towards latitudes more hostile and indifferent. A new look that transcends the social demographics and that is setting a new human face. Perhaps the fundamental dilemma of today’s world, the indifference that is weighing on the human being and his anguish, against the loss of values and feelings of cultural belonging; facing a market that imposes labor logics and consumption that are moving populations by routes uncertain, in search of better living conditions. For this reason the demographics cannot be limited only to have events or populations but also to give an interpretation of population dynamics that have their own nature and development in this historic evolution, where people feel this captured a dehumanized globalization. Keywords: population, social fabric, human mobility, demographic dynamics.

I. Pioneros o iniciadores Los lugares poblados surgieron con la certeza de quienes fundaron en ellos la esperanza de tener un espacio posible. Habitantes que sembraron en esas geografías las posibilidades de reproducir la vida y darle sustento y razón a sus aspiraciones. En ellos se fue consolidando un sentir que determino formas de vida y significados que surgieron como producto de una realidad inicial que fue la suma y la satisfacción de muchas necesidades: una vivienda, un solar y una ubicación con nombre propio. La mensura del área delimitada y constituida por su propio entorno natural, le otorgó un sentido propio a cada

lugar. Esto dio origen a una gama de dominios o divisiones políticas administrativas que se iniciaron como caseríos, aldeas, cabeceras municipales y departamentales hasta llegar a conformar las grandes ciudades. Los primeros pobladores y futuros ciudadanos1, se fueron aglutinando de forma dispersa; pero en el afán de superar sus condiciones existenciales, comenzaron a reducir las distancias humanas, a tal grado de lograr una cohesión social que tuvo como marco integrador, el apoyo mutuo y la solidaridad. 1.

Ser ciudadano no solo es reconocer los derechos por los aparatos del Estado a quienes nacieron en un territorio, sino también a las prácticas sociales y culturales que dan sentido de pertenencia y hace sentir diferentes a quienes poseen una misma lengua, semejantes formas de organizarse y satisfacer sus necesidades. (Canclini, Néstor; Consumidores y ciudadanos, 2009, pag 35)

Recibido: octubre de 2015/Aceptado y versión final en octubre de 2015 * Sociólogo guatemalteco con trabajos en diversos temas de investigación social y desarrollo, consultor independiente, alecantico@gmail.com Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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Este proceso dio origen a nuevas relaciones sociales que determinaron el sentido de pertenencia y arraigo hacia los bienes espirituales y materiales; lugares, hechos y situaciones tangibles e intangibles que constituyen el patrimonio vivo que les ha dado identidad cultural; una visión o bien una forma de ver el entorno humano y social. En aquellos remotos lugares, el tiempo paso y en la latitud de la memoria prevalecen aun los recuerdos de la tierra, los paisajes y las personas que colmaron de sujetos ancestrales el imaginario local. El tejido social se fue haciendo cada vez más fuerte y complejo, la división social del trabajo fue inevitable y necesaria para que las aspiraciones y el devenir marcaran el ritmo y la dinámica de una cotidianidad que lograba cada día superar la sobrevivencia. La ruralidad marcaba el paso de una vida social que lejos de toda lógica natural, generaba sustento y sosiego a sus habitantes. La maquinaria del mercado apenas se asomaba para tender sus redes de perversidad y agotar las posibilidades de aquellas comunidades que producían un modo de vida basado en la agricultura y la artesanía y otras actividades primarias. Hoy, en la distancia, los pueblos se ven en la vorágine de su historia ante las nuevas correlaciones económicas y sociales que están poniendo en riesgo la propia cultura. El impacto del orden mundial establecido está marcando nuevas líneas y nuevos propósitos. Las comunidades sometidas como objetos y victimas del consumo han tenido que migrar o sobrevivir ante las circunstancias impuestas por las desigualdades tanto sociales como territoriales, es decir, las que vienen con el tránsito de la pobreza y el subdesarrollo y que tuvieron origen en las relaciones sociales de producción impuestas durante la economía colonial y los nuevos desplazamientos espaciales como producto de los grandes emprendimientos económicos. Otro problema es la violencia organizada o la conflictividad impuesta que incide en una transición demográfica forzada que da la pauta a una nueva dinámica demográfica, ajena al crecimiento, en el ciclo natural de las poblaciones.

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II. El ensanchamiento de las fronteras Las crisis políticas y económicas, libradas en la región centroamericana como producto de los ajustes en los modelos de desarrollo y el expansionismo geopolítico de las transnacionales y del capital financiero a través de la globalización2 provocaron grandes cambios acompañados de crisis y desprendimientos poblacionales que configuraron y transformaron las sociedades. El primer desarraigo se dio en los hogares que tomaron distancia, rompiendo el tejido social familiar y comunitario Estas transformaciones, se pueden establecer a través de tres ejes temáticos críticos que están delimitando los cambios demográficos. Estos son resultantes de una composición demográfica que se expande o que se mueve a razón de una sociedad que se desarrolla en la opulencia por un lado y no retorna a la naturaleza ni le devuelve el privilegio de la vida y por el otro, una sociedad que vive soterrada en sus propias necesidades y que se mueve en busca de mejorar sus condiciones de vida. El primer eje; corresponde al crecimiento poblacional que ha diversificado la demanda y la oferta, situación que ha sido captada y concentrada por los intereses del mercado, cuyas directrices han provocado un consumo3 desmedido; sin sentido, ni contenido y que impone un ritmo de vida que no satisface necesidades sentidas sino creadas. El segundo eje: tiene relación con el calentamiento global que año con año se intensifica en mayor grado, provocando el agotamiento a la naturaleza y el incremento de los desastres llamados naturales que se manifiestan a través de largos periodos de lluvias o por extensas sequias que ponen en riesgo la agricultura de subsistencia, incrementan el área del corredor seco y el incremento de la hambruna. El tercer eje: corresponde a los grandes emprendi2. La globalización es una estrategia aplicada a los viejos problemas del capitalismo, nos referimos a sus perennes preocupaciones por crear nuevos mercados y consumidores (Quezada, Rodrigo; Globalización y deshumanización, 2006, pag 39) 3. El famoso informe sobre los límites del crecimiento, emitido por el club de Roma en 1972 advertía sobre aquellos peligros y en particular en un marco ideológico neomalthusiano sobre el agotamiento de los recursos naturales frente al crecimiento poblacional. (Mari, Eduardo; El ciclo de la tierra, 2000, pag 39)


Una demografía sentida: una nueva mirada en el sentir de los pueblos

mientos económicos impulsados a través de la agricultura que utiliza grandes extensiones de tierra para la producción de biocombustibles, poniendo en riesgo la soberanía y la seguridad alimentaria. Por otro lado la industria extractiva de la minería en cualquiera de sus formas que no solo está consumiendo el entorno natural como el agua, sino además está dejando a muchas comunidades sin tierra. En toda esta disparidad de situaciones y condiciones, existe un fuerte impacto sobre las culturas; formas de vida que se diseminan por los procesos de asimilación y comienzan a ser agredidas por la intolerancia de las fronteras. La migración en cadena toma auge y se levanta como una alternativa ante las necesidades materiales de una realidad que se debate entre el ser o tener. Estas nuevas formas de relaciones sociales de subsistencia están proponiendo también formas distintas de organización y sobrevivencia que están cambiando el rostro humano y social, extendiendo la geografía humana hacia nuevas fronteras culturales. Con el ensanchamiento de los modelos de desarrollo las poblaciones se vieron en la necesidad de trasladarse en busca de atributos y oportunidades que les abrieran el camino hacia otras alternativas: mejoras salariales y un mínimo de estabilidad. El binomio de la necesidad y la satisfacción, generaron una movilidad humana y poblacional fundada en el ascenso y en el deseo de superar sus condiciones de vida. En esa transición se dieron una serie de cambios que alteraron también el tejido humano y social. Poblaciones cargadas de experiencias, valores y símbolos que trascendían en la cotidianidad y en la visión de la vida, se vieron en la necesidad de renunciar a sus lugares de origen y fundar sociedades con una composición demográfica diferenciada por idiomas y dialectos que interactuaron y le dieron a estos espacios, un sentido y un carácter multicultural que creo nuevos escenarios de interculturalidad.4 4.

La Interculturalidad se refiere al escenario de convivencia o de interrelación, de diversas culturas; sentires, saberes y formas de ver el mundo. comparten una misma latitud y un momento histórico (Diccionario de sociología, Pratt, Henry, 2010, pag 158)

Hoy el sur sigue caminando por las viejas rutas, con rumbo hacia el hemisferio norte; la pobreza y el hambre buscan atravesar las fronteras e insertarse en las grandes ciudades colmadas de indiferencia. Una remesa llega hasta el auxilio de una familia, mientras el valor agregado en las cifras del capital financiero sigue en ascenso, gracias a los ajustes estructurales, los tratados de libre comercio y a las concesiones a las transnacionales.

III. Una nueva mirada, una nueva angustia El desplazamiento transfronterizo tiene un efecto psicosocial en el espacio interpersonal de las familias y comunidades. Nuevos patrones de consumo y de concebir la vida, están cambiando la naturaleza humana y social. El fenómeno de la transculturización está lacerando de forma perversa a los pueblos y su cultura e imponiendo una nueva visión que por una parte agrede los valores y las normas de estos y por otra trascienden con los nuevos patrones culturales que la globalización ha impuesto como estándares de vida y consumo. A qué obedece todo este trasiego de situaciones; será que la cosmovisión o las formas de ver la vida no tienen suficiente sustento y fortaleza para elevar y mantener la autonomía y la existencialidad y, así mismo estar a la altura de una época de cambios o bien, de un cambio de época. O será que la matriz del modelo de desarrollo neoliberal sigue socavando las viejas formas de pensamiento social, pero que en el fondo, prevalece la vieja tesis de la acumulación a largo plazo que se inició con la revolución industrial y que hoy se pone en boga en los imponentes corredores del mercado que se mueve por la línea de los grandes emprendimientos económicos y sus proyectos extractivos. Quizás aún no se tenga la certeza de una respuesta que divise en pretérito una salida, viendo las complejidades que conlleva esta situación, pero el germen de la contradicción establece una dialéctica que pone de manifiesto la existencia de una demografía cultural, diferenciada por desigualdades, que abren una nueva brecha en el horizonte de la angustia y el desasosiego de los migrantes. Porque, atravesar lugares, llegar a puntos Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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Alejandro Melgar Quiñonez

muertos y esconderse tras el cerrojo de una frontera no ha sido fácil. En Guatemala durante el conflicto armado interno muchas comunidades se movilizaron en busca de salvar la vida, años después retornaron pero ya no fueron los mismos, sus sueños y esperanzas se diluyeron en el silencio de una noche larga de fronteras con muros altos, cercos con alambres de púas y guardias con perros al asecho. Y bajo esa larga noche también perdieron la comunicación; la forma de sentir, hablar y de ser con el otro y la naturaleza. En Honduras se habla y se proponen megaproyectos, como las ciudades modelos, donde la modernidad tomara auge y se vestirá de gala con la nueva generación tecnológica, caracterizada por ser de punta o de vanguardia y que tiene como fin generar mayores y mejores satisfactores; según rezan los instrumentos mediáticos que alzan la voz por los grandes avances de la era digital, el silicón, la fibra óptica y los circuitos integrados. Sin embargo no hablan de las poblaciones o de las características que estas deben tener, para llenar los espacios habitacionales de estas ciudades que se pregonan como alternativas urbanas para una vida mejor. Por el contrario, se sienten los efectos de las comunidades locales que están siendo desplazadas de su territorialidad, física y cultural; sin respetar su patrimonio y su sentido de pertenencia Donde quedara entonces, el dominio o el lugar poblado de estas comunidades que hoy tienen una geografía y una razón para seguir existiendo. Con un patrimonio universal que lo conforman: idiomas, dialectos, normas, valores y significados manifiestos de una visión del mundo que se fundó en la cotidianidad y en los saberes ancestrales que entre otros se resisten a desaparecer de esta variedad humana que se confronta y, en el dilema de tener, tiene la tendencia a homogenizarse y negar su proceso socio histórico.

IV. El sentir de los pueblos una lección por aprender

y sus culturas están cambiando, nada permanece estable, nuevos escenarios económicos y sociales están provocando nuevas necesidades y la estrategia es permanecer o resistir en el sistema, pero el dilema es como controlar el crecimiento poblacional natural y el movimiento de población. Puede que la lectura de este fenómeno trascienda más allá de cualquier política de estado o de un modelo simplista de desarrollo. La verdad de los números es más que alarmante5 conlleva a una reflexión sobre el contexto y el entorno donde están moviéndose e identificándose estas poblaciones. Cada ser que se traslada de una latitud a otra, lleva consigo un libro de saberes y experiencias que cada comunidad va construyendo y grabando a lo largo de su devenir histórico. Sin embargo a pesar de toda la resistencia cultural, cada año existen menos dialectos e idiomas y esto constituye una pérdida en el acervo cultural universal, situación que está dejando como resultante un sentir de gramáticas congeladas y significados perdidos, víctimas de la indiferencia y la ignorancia. Pero el problema no termina ahí, la interacción con otros idiomas y culturas dominantes, está provocando el cierre en los ciclos de las identidades, es decir existen procesos de asimilación que están dejando en la rezaga a la cultura de cada pueblo. El dilema se cierne cuando los pueblos dejan de hablar su idioma porque con ello, se pierde un rastro de vida, conocimientos y saberes que alimentan la diversidad humana y social y que hoy está en peligro de extinción. En las comunidades indígenas del pueblo maya, hay jóvenes que reniegan de su cultura. Por ejemplo: prefieren aprender el idioma español antes que su idioma materno y, van a la escuela con el propósito leer y escribir, como herramientas suficientes para priorizar en el aprendizaje y práctica de otro idioma; el inglés. El problema es que estas nuevas generaciones están renunciando a su cultura; su base económica se está transformando y han aprendido que seguir sembrando la tierra es seguir viviendo en el

Las poblaciones crecen por su ciclo natural o bien por las dinámicas migratorias que las evocan. Las poblaciones

5. Los cálculos de los expertos aseguran que para el año 2020 la población mundial será de siete mil seiscientos millones de personas, un dato que debe ser tomado en cuenta por los diseñadores de políticas, ante este crecimiento poblacional (La Agenda Inconclusa, Andersen y Lorch, 2002,pag 57)

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Una demografía sentida: una nueva mirada en el sentir de los pueblos

ciclo de la pobreza; entonces sitúan sus sueños y expectativas al otro lado de la frontera norte. La dinámica demográfica sigue siendo un termómetro del movimiento de las poblaciones y sus activos. Estas poblaciones están conformando una nueva composición demográfica cultural que está provocando cambios y diferencias en la demografía y en el espíritu de los pueblos que trascienden o desaparecen por el miedo, el hambre o la transculturización6 que implica la adopción de otros valores y significados. El dilema que se perfila en el devenir lo constituye no solo la desigualdad manifiesta en la esperanza como indicador de vida, sino también, el bajo índice de bienestar que debería de incluir además, el derecho de ser, el derecho de soñar y el derecho a la alegría entre otros, para que no crezca el desencanto y se rompa el hilo de la memoria con la tierra y las comunidades que los vieron nacer y que las formas de ver y sentir la vida, sigan en la ruta de ser un patrimonio de la cultura universal, una diversidad humana y cultural manifiesta en cada expresión.

VI. A manera de conclusión • Nuevas correlaciones de fuerzas, variables y contextos se mueven en rededor de las comunidades; mientras la tecnología y el conocimiento crecen de forma exponencial, la humanidad apenas va superando su evolución social de forma lineal y quizás ahora, queda como tarea hacer una sistematización de los procesos sociohistórico que dieron origen a ese registro humano que hoy es conocimiento acumulado y que identifica y diferencia a una cultura.

• Un teorema elemental por demostrar, se establece como síntesis o resumen en esta configuración demográfica y cultural; la dinámica sociodemográfica tarde o temprano produce cambios en la base poblacional y provoca impactos en la conciencia y en la forma de ver la vida. Cambios que por su naturaleza y complejidad humana y social podrían modificar para siempre la demografía socio cultural. • En el nuevo escenario mundial, la demografía se está convirtiendo en el asidero de mayor importancia intelectual que está poniendo de manifiesto diversas situaciones humanas, socioeconómicas y cultuales; que requieren de nuevos paradigmas, ante una matemática de la incertidumbre que devela, que las poblaciones crecen, directamente proporcional a sus necesidades materiales e inversamente proporcional a sus posibilidades de desarrollo. • Se puede decir que la movilidad natural o forzada que se da a través de la migración, no solo mueve seres humanos necesitados de mejores condiciones de vida, sino también con ellos se mueven formas de pensar y de ver el mundo; patrimonios de vida que trascienden en la experiencia misma por superar la realidad y ser un tránsito hacia el desarrollo en un mundo más humano y fraternal, en donde redunden el derecho a la alegría, el derecho de ser y sobre todo el derecho y privilegio de vivir.

6. Transculturización o transculturación; que significa el paso de elementos de una cultura a la otra o bien la interpenetración de una cultura a otra y en procesos muchas veces forzados o violentos (Lugan, Jean, Elementos para el análisis de los sistemas sociales, 1995, pag 225-226) Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes, Vol. 11, 2015

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Instrucciones a los autores para la presentación de artículos en la Revista Población y Desarrollo: Argonautas y Caminantes -

El artículo debe ser inédito.

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Referirse a investigaciones o trabajos en temas de población y desarrollo o áreas afines.

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Mayoritariamente el análisis de los estudios deberá tener un sustento cuantitativo.

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La temática de los trabajos deberá ser vigente y de interés para el desarrollo.

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Todos los trabajos serán revisados y aprobados por el consejo editorial.

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La extensión de los trabajos/artículos debe considerar entre 10 y 15 páginas en letra Arial, No. 12, a espacio y medio.

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Los trabajos deben ser enviados en formato digital.

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La bibliografía debe ir en orden alfabético, y solamente se pueden incluir referencias a documentos que contengan información importante que haya sido citada o discutida en el texto.

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La estructura de los trabajos deberá contener al menos lo siguiente: • Resumen y palabras clave en español e inglés (150 a 200 palabras), introducción, metodología, discusión de resultados, conclusiones y bibliografía. • El documento debe contar con todas las referencias bibliográficas de acuerdo a la normativa APA versión 6. • Se deben escribir en el apartado de bibliografía, solo las fuentes citadas en el texto. • Las tablas y gráficos deberán tener fuente y estar enumerados • La ortografía debe estar cuidadosamente revisada.

Los trabajos enviados a la Revista serán sometidos a conformidad por el Consejo Editorial, lo que no implica compromiso de publicación.

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CONSEJO EDITORIAL DE LA REVISTA EDITORA FUNDADORA Martha Lorena Suazo Matute: Msc. en Trabajo Social con Orientación en Gestión del Desarrollo, Abogada, con estudios de Doctorado en Ciencias Sociales con Orientación en Gestión del Desarrollo. Decana de la Facultad de Ciencias Sociales UNAH. EDITORA ADJUNTA Marysabel Zelaya Ochoa: Phd. Ciencias Sociales con Orientación en Gestión del Desarrollo. Coordinadora de la Maestría en Demografía y Desarrollo de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. CONSEJO EDITORIAL Marcos Carías Chaverri: Msc. en Economía y Política Internacional, Centro de Investigación y Docencia Económica, México D.F., Gerente de Proyectos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Honduras. Rolando Sierra Fonseca: Msc. en Ciencias Sociales y Desarrollo con Mención en Doctrina y Ética Social, Universidad Gregoriana de Roma, Santiago de Chile, Msc. en Sociología con Mención en Estudios de la Cultura, Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Santiago de Chile. Raúl Hernández Castellón: Doctor en Ciencias Geográficas especializado en Demografía, Universidad Carolina de Praga Profesor Titular, Consultante e investigador titular, Centro de Estudios Demográficos Universidad de la Habana, Cuba. Marcelina Castillo Venerio: Msc. en Economía para el Desarrollo y Proyectos de Inversión, Universidad Centroamericana, Nicaragua; Msc. Administración y Gestión de Políticas Públicas; Universidad de Popeu Fabra, Barcelona España, con estudios de Doctorado en Ciencias Sociales con Orientación en Gestión del Desarrollo, Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Investigadora Independiente. ASUNTOS ADMINISTRATIVOS Y LOGÍSTICOS PM. Dania Concepción Rodríguez Lic. Héctor Alcides Figueroa Escobar Ing. Ana Carolina Paz Delgado Sr. Erick Norman Galindo DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN Hektor Varela IMPRESIÓN Tegucigalpa, MDC, Honduras Universidad Nacional Autónoma de Honduras Maestría en Demografía y Desarrollo Edificio F1, 3ra. planta, PBX (504) 2213-4928, Cel. 9988-4401 E-mail maestriademografiasocial@yahoo.es mae.demografiasoc.cu@unah.edu.hn www.mdd.unah.edu.hn twitter:Maedemografiahn facebook:maestriademografia PINTURAS La pinturas de este número fueron realizadas por Saúl Toro. 106

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