Revista La linterna - edición 1°

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Arte y escritura

ARTE Y ESCRITURA

Octubre, 2017

vigilada Vigilada Mineducación

LA L NTERNA

Octubre, 2017

mineducación

Octubre, 2017

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facultad de creación y comunicación / programa de artes plásticas

Programa Plásticas, Universidad Programa ArtesArtes Plásticas, Universidad El BosqueEl Bosque

La La Linterna Linterna «Los pensamientos mueren en elenmomento en que laslos palabras los encarnan». «Los pensamientos mueren en el momento que las palabras encarnan». —Arthur —Arthur Schopenhauer Schopenhauer

«Las palabras mueren en cuanto alumbran el pensamiento». —Lev S. Vygotsky «Las palabras mueren en cuanto alumbran el pensamiento». —Lev S. Vygotsky ¿Qué es arte? ¿Qué es poesía? ¿Cómo hacer arte con palabras? ¿Está la escritura adentro de nosotros, represada? ¿atrás, como si fuerahacer un rastro? delante de ¿Está nosotros la ¿Qué es arte? ¿Qué es poesía? ¿Cómo arte ¿está con palabras? la yesencontramos si iluminamos con ella la oscuridad impenetrable de lo desconocido? La critura adentro de nosotros, represada? ¿la dejamos atrás, como un rastro? Linterna es un espacio para experimentar con el lenguaje escrito, para iluminar la oscu¿está delante de nosotros y la encontramos si iluminamos con ella la oscuLa ridad de lo desconocido? Lay Linterna esdel unprograma espaciode para expeLinternaimpenetrable son ejercicios escogidos por estudiantes profesores Artes Plásrimentar con el lenguaje escrito, para iluminar oscuridad que nos ronda ticas de la Universidad El Bosque. En este primer númerola hay cuentos, poemas, canciones y prosas de estudiantes varios semestres. Se trata de un comienzo modesto de pocas en estado de infinita de posibilidad. Los experimentos que están en La Linterna páginas y pocos textos, pero está a crecery en tamaño y frecuencia, para compartir son ejercicios escogidos por abierto estudiantes profesores del programa de Artes ese exquisito mecanismo que cifra en palabras el juego, el diálogo, el pensamiento, la Plásticas de la Universidad El Bosque. En este primer número hay cuentos, curiosidad, el desconcierto, el asombro, la intuición y la valentía…

poemas, canciones y ensayos de estudiantes de varios semestres. Se trata de un comienzo modesto de pocas páginas y pocos textos, pero está abierto a crecer en tamaño y frecuencia, para compartir ese exquisito mecanismo Canto fúnebre que cifra en palabras el juego, el diálogo, el pensamiento, la curiosidad, el asombro, la intuición, la valentía…

Hace rato he querido narrar esta historia. Fue algo que sucedió cuando solo tenía diez años, por supuesto es verdad, aunque cualquiera ha de dudar, y hasta yo mismo lo hago. Caminaba una tarde por mi conjunto residencial, que para entonces estaba rodeado Cantoverdes fúnebre de rejas y árboles frondosos con muchos y algunos matices amarillos. Las ramas

por juan sebastián riveros

olor del pasto recién podado. Pronto me encontré escuchando el canto de un pájaro, lo

Hace rato he querido narrar esta historia. Fue algo que sucedió cuando solo De pequeño tenía un carácter bondadoso y, he de admitir, era muy inocente. Y aquetenía diez años; por supuesto es verdad, aunque cualquiera ha de dudar, y lla ave me parecía lo más hermoso que jamás había visto. Tenía pico naranja y plumas hasta yo mismo lo hago. azules, cafés, amarillas y hasta moradas. Mientras batía sus alas de forma elegante

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Caminaba una tarde por mi conjunto residencial, que para entonces estaba rodeado de rejas y árboles frondosos con muchos verdes y algunos matices amarillos. Las ramas tocaban los edificios y del césped en el suelo, siempre cuidado, me llegaba el peculiar olor del pasto recién podado. Pronto me encontré escuchando el canto de un pájaro, lo busqué, corrí de un lado a otro hasta que por fin lo encontré. De pequeño tenía un carácter bondadoso y, he de admitir, era muy inocente. Y aquella ave me parecía lo más hermoso que jamás había visto. Tenía pico naranja y plumas azules, cafés, amarillas y hasta moradas. Mientras batía sus alas de forma elegante (formando una arcoíris) y su pico cantaba una hermosa sonata, mis pequeños brazos se estiraban para alcanzar tan gloriosa avecilla, mis dedos se extendían hacia la altura y mis pies comenzaron a escalar. Antes de poder alcanzar alguna de sus patas, el animal siente mi presencia, pero no huye, tal vez ha notado mi puro corazón. Logro atraparla suavemente y la tomo entre mis manos, la sombra que daba el árbol formaba un claro oscuro sobre el pequeño pájaro que movía la cabeza con curiosidad. Empecé a apretar mis manos. Las alas del ave se agitan con desespero, el pánico ilumina sus ojos, rojos, inyectados de sangre. Estoy seguro de que lo escuché: ¿por qué tengo que morir?, preguntaba. Yo no tenía la respuesta, no sabía qué contestarle. Algunas lágrimas salían de mis ojos mientras que los del animal se llenaban de negro. Su cuerpo rechazaba la presión con movimientos casi endemoniados, pero pronto cesó, cada vez con menos fuerza se fue apagando. Hizo una última pregunta: ¿te gustó mi canto? Le contesté con una trágica sonrisa: como nada en el mundo.

El olvido por crhistian roa ramírez Olvidada la ceniza que descansa en la parrilla que acumula telaraña olvidada la parrilla junto a la silla sin dueña olvidada la silla de cuatro patas que le faltan dos olvidado el tiempo de los recuerdos desapercibidos Olvidada la moneda en el bolsillo del pantalón viejo olvidado el queso añejo olvidado el viejo olvidada mi mirada en el reflejo Olvidada la palabra dicha al viento el recuerdo del momento la sonrisa fingida la caricia cansada 2


Me olvido de mí para no olvidarme de ti ni de la calle, ni de las rejas que empujamos con tu cuerpo y mi cuerpo

La mogolla por natalia garcía vanegas Vuelvo al sueño No quiero despertar, no quiero despertar suaves mis lanas, mis transversales, mis motas, mis estampados N E G R O No escucho, no veo, no siento aún late, sigo viva importante saberlo No quiero despertar, no quiero despertar La boca del estómago GRRRRRRRRR Mis padres desayunan cereal con leche, perdón, granola con leche Sentada en el cuero acolchonado mi mente se dispone a enrollar células corta – enrolla corta – enrolla corta – enrolla Ahora pega – suelta pega – suelta pega – suelta ¿Dónde está la mogolla? Arriba abro las puertas de madera 3


de puntitas extiendo el brazo No, esa no era Panadería Don José dice la bolsa Extiendo el brazo Sí, esa era

La muerte de un niño por josé david padilla Como las palmadas que nos dieron de niños y el abrazo de perdón que le seguía así llego a ti te veo y te abrazo corro y te abrazo, corro a abrazar el recuerdo de ese abrazo. Sí, siempre te he esperado en cada distinto recipiente como buscando un recuerdo como el que desea el mismo sabor que alguna vez probó y nunca pudo olvidar, aunque no muy seguro de recordarlo bien. Como esa vez que de niño me perdí y buscaba el camino a casa entre lluvia y llanto que se hacía lluvia y se confundía con el agua que caía del cielo y toda la ciudad lloró, mientras yo inundaba las calles, los andenes y nos hicimos uno, me volví lluvia me volví cielo, me volví agua me volví todo fundido en un gris profundo. Como en la parada de buses: la gente que mira esperando que nadie los mire, pero queriendo que alguien los encuentre. Las noches suelen ser muy amarillas por el parpadeo de los postes y el temblar de las voces, casi siempre en susurros nocturnos que gritan lo que desean con miedo a que los escuchen, miedo de escucharse ellos mismos. Como cuando se acaba la calle que me recuerda a ti, las salidas a cine sin salir de nosotros 4


el momento en que nos hicimos uno sin mirar otra película que la que me contabas tú, con ojos llenos de ilusión, la historia que yo me creía cada día. Podía pagarte la boleta, podía pagarte el cielo y entrar a escondidas por mis fachas. Podía esconderme en la parte oscura donde siempre te llamaba justo en el momento en que te aburrías de tanto blanco. Podía llamarte mía porque nunca fuiste de nadie. ¿Extrañará esas tardes de recordarnos en la cama? el espacio blanco donde todo sucedía. sentir la respiración olor eterno, las manos que nos dibujamos, que de paso nos crearon. Y el sonido de los besos, tan calientes, pero tan húmedos, como un chocolate bajo la lluvia, con sabor a dos. Como ahora yo, como buscándote en otras formas, como buscándome cuando te busco para ver si aún me recuerdo bien. Recuerdo el olor que nunca me incomodó cuando éramos niños. Antes de los gritos, de los dramas, de las partidas, antes de marcarnos la piel, de compartir esa rosa en el brazo izquierdo sin saberlo bien, antes de pintarnos de negro, antes de Argentina, antes de París. Pero —como con esa palmada que nos dieron a todos cuando éramos niños— despertamos, sabemos que ya pasamos y que nunca me leerás, que ya no me sabes a recuerdo sino a sueño, que ya no sé si son tres, ocho o más años, que el abrazo por el que aún corro se me escapa, que se me olvidó a qué hueles y cómo te sientes, el sabor del chocolate, el sentido de las películas, que ya no pagaría ninguna boleta por nadie, que te fuiste y no me llevaste, y yo también me fui y te dejé. Así que hoy vienen a buscarte. Di que no estás, como yo dije que no estaba. Juguemos este último juego, en el que nos escondemos, pero no nos buscamos. Aunque nos busquen otros. 5


Juguemos. Yo soy tu juego y tu mi jugador, juguemos y olvidémonos, juguemos a olvidarnos antes de que el tiempo se acabe porque todavía lo busco, para pedirle volver atrás, pero se niega, me mira y se niega con una sonrisa infantil. Y entonces es ahí cuando entiendo a Cortázar —el amor solo puede acabar con la muerte, la muerte de un niño—.

La presa y el trofeo del viento conquistador por maría josé pulido Las figuras contra la luz del fuego, oscuras al recortarse en su claridad. El viento entre la copa de los árboles es la mejor música, abre ventanas y tiende escaleras; praderas de flores, inclinadas, rizadas por la brisa suave, que se vuelve para mirarlas. El cuerpo de Eli se aproxima, se enlaza, como si estuviera flotando. Nuestras cabezas se unen, se amoldan. Aspiro hondamente el olor a café, saboreo el cuello de whisky, apenas lo rozo, lo idolatro, quisiera meterme bajo su piel. Estoy loca, estoy borracha, alucino. No se precisa de palabras, las miradas bastan. Rodeo su espalda. Pero las fuerzas no nos sostienen ¿dónde están las amarras? Todo se convierte en lucha entre el viento olor a café y el agua de limón, en las lágrimas del cielo, la noche solitaria nos asalta, hasta que, vencidas, nos volvemos hermosas nubes, la presa y trofeo del viento conquistador. 6


Masa rubicunda de proclividad mórbida por maría josé pulido Mutilada, mi corazón extirpado del pecho, removido con mis dedos para dártelo, una masa rubicunda de proclividad mórbida. Hago entrega de otros órganos menores: glándulas, hígado, pulmones, intestino y otras vísceras. Ofrezco estos regalos tan peculiares. Sé que no suponen demasiado comparados con los que me has hecho. He oído que estos órganos solo sobreviven unas horas fuera del cuerpo; pero llegaré pronto si los recibes. Pase lo que pase, será cosa mía y de mi corazón.

La silla del parque por maría alejandra parra Un poco despintada y descascarada, en el parque hay una silla. Todo empieza en la mañana a las 5:00 a. m. cuando el vigilante prende la radio para escuchar las noticias. A las 7:00 a. m. un anciano sale a caminar y se inclina sobre la silla. A las 9:00 a. m. un obrero llega a desayunar. A las 10:00 a. m. una madre amarra los zapatos a su hijo. A las 11:00 a. m. un cartero organiza su ruta. A medio día una señora con bolsas de mercado se sienta un rato a descansar. A las 2:00 p. m. un hombre, al que llaman loco, se recuesta a calentarse bajo el sol. A las 3 en punto un joven dibujante espera a una joven. A las 3:40 el joven escribe una carta y se va porque la joven nunca llegó. A las 4:00 p. m. salen dos niños del colegio y derraman helado sobre la silla. Ven al “loco” pasar y se van corriendo. A las 5:30 un perro llega y lame el helado. A las 6:00 p. m. llega la joven. A las 6:15 vuelve el cartero, le entrega una carta. Empieza a llover. La carta cae sobre la silla, la lluvia borra la tinta, la joven se va.

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Lo incognoscible por luisa avendaño Ha pasado mucho tiempo desde que nos juntamos a ver a los demás hacer cosas que no entendíamos, cuando veíamos una lógica en lo que los demás llamarían un sinsentido. Tal vez no teníamos sentido, tal vez inventábamos una nueva lógica, una absurda. Éramos absurdos, segmentados, impares, sin comas o tal vez solo vacíos, tal vez éramos el espacio entre una letra y otra, hablábamos, pero solo salían serpientes que se enredaban y peleaban entre ellas, que despedían fuego y ácido en letras cursivas, letras al revés, muchos peros, pero sin una excusa. Éramos un paréntesis sin nada adentro. Yo te incomprendía y en mi silencio y en el tuyo, en lo que llamaría incognoscible, encontré una forma de hablarte, porque cuando hablábamos el ruido era ensordecedor. Los tímpanos se volvían líquido y los sonidos parecían llorar. A veces estabas tan cerca que sentía que atravesabas mis vacíos. Pero poco a poco empezamos a ver sentido en los sinsentidos, tú ya me veías y yo ya te veía, empezamos a hablar el lenguaje que los demás hablaban, encontramos excusas para esos peros, aprendimos a usar espejos para leer letras al revés, domamos las serpientes, les quitamos el fuego y el ácido. Pusimos comas hasta donde no iban. Me entendiste, y yo a ti. Ahora estaba en un lugar conocido con un desconocido, miraba cosas que ahora ya entendía, que ya veía.

Desgraciado de mí por luisa fernanda gallo Desgraciado de mí viéndole con sus hilitos de oro en la coronilla, con sus caracoles a los lados de la cabeza. Sus uvas mojadas me miran con ternura mientras me muestra sus pedacitos de luna con una sonrisa. Desgraciado de mí, que no puedo dejar de admirarla, sus melocotones en mitades ocupan la mitad de su cara. Desgraciado de mí, pues cuando crezca seré yo el que la sostenga entre mis manos cansadas, y oprimirá con desinterés mi corazón.

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N°1 por nicolás ordóñez Así fue, así fuimos andamos, nos vamos, no estamos. Las noches son largas, ocupo otros tiempos, son largas porque almorcé el gallo que cantó. Recorrí el campo, tan largo, tan amplio Solo, solo con mis piernas cansadas, mis nudillos destrozados, mis pasos lentos y torpes. El horizonte parece estar más lejos cada día, la luna brilla sobre mi cabeza, pero como siempre, no calienta. No amanece y sigo caminando, paso tras paso, me salen callos. Largo, largo el camino, eterno, eternamente corto, desparece a lo lejos y parece tan poco, pero no llego, nunca llego. Paré para descansar mis rodillas, tal vez la luz de la luna tarda en llegar. Esperé, soñé que se sentía igual al sol, pero al poco tiempo despertaba otra vez congelado en el suelo.

N°2 Destapé mi cajita de vino, su dulce olor me transportó a sitios que no conocía y me senté solito en la sala de mi casa. Miraba sin mirar la pantalla de mi televisor, negra, muerta, como aquel recuerdo que lentamente se va entre la niebla. Con los ojos rojos y la boca seca, yo, con mis propios labios, bebí. El dulce y amargo sabor inundó mi boca. Belcebú vio mi llanto y me dio una cura, una cura líquida. Sonreí de noche y olvidé de día. Bebí la pócima de las mentiras y ahora no sé cuál fue peor. Yo, solo, sentado en el vino tinto sofá de mi casa, con los demás asientos vacíos. Vacíos porque allí hubo alguien, vacíos porque está su huella, su recuerdo, están las marcas redondas de sus nalgas hundidas en los algodones. Perdido, perdido de nuevo, estoy herido y me vuelvo un equívoco sabio.

Envie su participación a: amlopezo@unbosque.edu.co

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A veces no sé si llorar o cagarme de la risa por daniel rangel Voz 1: A veces no sé si llorar o cagarme de la risa A veces no sé si lo que veo es real o es mentira A veces prefiero callar que decir tonterías A veces prefiero decir tonterías que callar A veces pienso que pienso demasiado A veces siento que desperdicio el tiempo A veces veo más luces que sombras A veces creo que no sé qué es lo que quiero A veces escucho más ruido que sonido A veces solo quiero gritar A veces solo quiero escapar A veces solo quiero olvidar A veces solo camino A veces me resisto A veces me rindo A veces caigo A veces escupo A veces vomito A veces cago A veces A veces A veces A veces A veces no sé si escribo por deseo o por desespero Voz 2: Oiga, deje de escribir y ponga atención

Tengo una erección – Got a Salmon On, Sarah Lucas, 1997 por paula andrea ruiz monsalve Ocres y orines tras su espalda, un aire en el que prevalece el olor a mujer (qué osadía cargar con un aroma). Un cuerpo que pareciera nunca desligarse de lo que es o, más bien, de lo que la sociedad lo llevó a ser. Una belleza que no es una imagen cliché, sino una realidad, su realidad. Tensión, casi una masturbación, un símbolo que oscila entre dos sitios, siendo solo uno, y ella carga con esto. Es chistoso, pues hasta el nombre de la artista oscila entre el género. Pero en cuanto a Got a Salmon On, aunque su símbolo foco sea el gran pescado que carga en el hombro, hay otros atributos que le dan fuerza a la imagen, como el carácter de su mirada y, por supuesto, 10


su vestuario, que nos remite a un pescador. Sin embargo, es una mujer. Los estereotipos, en una sociedad que se supone más “abierta”, siguen vigentes. ¿Acaso es una etiqueta de ingredientes con la que todos debemos cargar? El mundo ya está lo suficientemente revuelto para seguir con tantos estigmatismos. Tomar la decisión de hablar sobre género (una de tantas etiquetas) es un esfuerzo absurdo. Al final siempre terminamos entrando y saliendo de diferentes grupos; la forma en que pensamos, actuamos, vestimos, todo nos lleva a un grupo, y querer evitarlo solo termina llevándonos a otro grupo más. El problema no son las etiquetas, el problema es no aceptar la variedad, la diversidad, los matices.

Pensamiento como acción de libre multiplicidad y acto reiterativo del modelo de repetición en la existencia por sergio quiroga Pensar. Pensar mientras se está pensando. Pensar mientras se está pensando en pensar. Pensar mientras se está pensando en pensar por más de un día. Pensar mientras se está pensando en pensar por más de un día, durante un pensamiento más extenso. Pensar mientras se está pensando en pensar por más de un día, durante un pensamiento más extenso, que se extiende a lo largo de una semana. Pensar mientras se está pensando en pensar por más de un día, durante un pensamiento más extenso, que se extiende a lo largo de una semana y que recae en pensar la extensión de un pensamiento. Pensar mientras se está pensando en pensar por más de un día, durante un pensamiento más extenso, que se extiende a lo largo de una semana y que recae en pensar la extensión de un pensamiento que, sin importar su duración, sigue siendo un pensamiento. Pensar mientras se está pensando en pensar por más de un día, durante un pensamiento más extenso, que se extiende a lo largo de una semana y que recae en pensar la extensión de un pensamiento que, sin importar su duración, sigue siendo un pensamiento, un pensamiento que ya rodea un mes completo pensando sobre el acto de pensar. Pensar mientras se está pensando en pensar por más de un día, durante 11


un pensamiento más extenso, que se extiende a lo largo de una semana y que recae en pensar la extensión de un pensamiento que, sin importar su duración, sigue siendo un pensamiento, un pensamiento que ya rodea un mes completo pensando sobre el acto de pensar. Pensar que el pensamiento tiene un límite. Pensar mientras se está pensando en pensar por más de un día, durante un pensamiento más extenso, que se extiende a lo largo de una semana y que recae en pensar la extensión de un pensamiento que, sin importar su duración, sigue siendo un pensamiento, un pensamiento que ya rodea un mes completo pensando sobre el acto de pensar. Pensar que el pensamiento tiene un límite. Pensar que un pensamiento es una definición del pensar. Pensar mientras se está pensando en pensar por más de un día, durante un pensamiento más extenso, que se extiende a lo largo de una semana y que recae en pensar la extensión de un pensamiento que, sin importar su duración, sigue siendo un pensamiento, un pensamiento que ya rodea un mes completo pensando sobre el acto de pensar. Pensar que el pensamiento tiene un límite. Pensar que un pensamiento es una definición del pensar, dudar del pensamiento y de si estar pensado al momento de pensar un pensamiento es pensar de otra manera.

Equilibrado, destierro de la identidad propia, destrucción del tiempo Prefacio por sergio quiroga El mundo no está aquí, el mundo está allá, desprendiéndose de lo real, se desplaza lentamente fuera de lo premeditado, se destruye y a su vez retorna al olvido, y aunque hace unos días recordaba mi rostro, hoy ya me es desconocido; hay tanto en él que desconozco. Soy un bote lluvioso, ando contra la marea, desprecio cuanta vida pasa por mí y luego llueve, ando por mediterráneo, a cántaros se cae todo, hay niebla y nuevamente veo mi rostro, pero con la sensación de extrañeza en el gesto borroso. Desprecio por el tiempo, al nivel de no detenerse a pensar qué se pensó y mucho menos en qué se pensará, pues no hay nada allá, no hubo nada acá, el sentimiento no trasciende, el sentimiento nunca fue, hay un equilibrio, hay una represión, una opresión del estado de la mente en el tiempo. Hay que aprender a vivir con ello, la distancia no es más que una medida. Por más lejos que se intente ver, no hay nada a lo lejos, y mucho menos hay algo que mirar atrás. Las metáforas acá no sirven, pero si se entrecierra los ojos es fácil reconocer un bote, un rayón y de nuevo una nueva cara cada mañana frente al espejo. 12


Línea por sergio quiroga Como contenedora de un espacio Como delimitadora de un objeto Como la forma que recorre un lugar Como la percepción de la existencia de un algo Como el límite que hay entre dos manos Como los brazos que cuelgan a lo largo del cuerpo Como cada secuencia de la que no somos conscientes Como un segundero que apunta una y otra vez Como trazado imaginario que se entrecruza al mirar Como la composición de un espacio Como la definición física que agrupa dos seres Como la estructura de un círculo Como la diferenciación más etérea de dos o más Como linealidad al caminar hacia un punto fijo Como la distancia que divide un objeto de otro

POIESIS: La potencia de crear por pinkpanda ¡Un artista! ¿Qué es un artista? ¿Es quien muestra una obra en una galería? ¿El arte es un objeto creado en soledad por una persona junto a su genio creativo*? Para algunos el artista es quien realiza una actividad: “La profesión de los artistas es hacer repetidamente lo mismo, y en cada ocasión cambiar su discurso” (Lésper, 2017). ¿Y las otras posibilidades del arte que trascienden la producción de objetos? Las escuelas de arte enseñan las técnicas y los argumentos, y muestran a personas solitarias, interesadas en crear obras a partir de un interés común, de los patrones establecidos de la academia o de circuitos del arte. Pero ¿crear obras es solo hacer pintura, grabado, escultura? Crear según la RAE: 1. tr. Producir algo de la nada. Dios creó cielos y tierra. 2. tr. Establecer, fundar, introducir por vez primera algo; hacerlo nacer o darle vida, en sentido figurado. Crear una industria, un género literario, un sistema filosófico, un orden polí- tico, necesidades, derechos, abusos. 3. tr. Instituir un nuevo empleo o dignidad. Crear el oficio de condestable. 13


4. tr. Hacer, por elección o nombramiento, a alguien lo que antes no era. U. especialmente referido a dignidades muy elevadas, por lo común eclesiásticas y vitalicias. Fue creado papa. Será creado cardenal. 5. tr. desus. criar (nutrir))

¿Realmente el artista tiene que convertirse en mercenario realizador de obras para poder participar en los concursos y convocatorias del circuito artístico? ¿Los estudiantes están formándose para todos los ámbitos del circuito del arte, o solo se les está enseñando a generar argumentos y crear objetos en solitario? Hoy se confunde arte con comunicación: “se le suma ideología y resulta propaganda, se le suma mercado y deviene publicidad, se le añade función y se torna diseño, se traduce en dinero y cuaja en negocio. Pero la fuerza del arte no está en comunicar, está en su incomunicación” (Ospina, 2015). Parece que importa más el ego de artista que el esfuerzo colectivo. Prima la individualización, el poder y la autonomía. Sin embargo, vivimos en un espacio conjunto, bajo unas normas comunes. ¿Por qué el artista llega a alienarse de los otros? Un artista también puede vivir en la colaboración, en la interdependencia. Catalogar nuestra sociedad como “Líquida” es un planteamiento del filósofo y sociólogo Zygmunt Bauman (Bauman, 2005). Este enfoque señala que no tenemos solidez en diversos aspectos de nuestra vida, somos una sociedad líquida que se moldea en su envase y genera un desperdicio constante por la no permanencia de los otros, incluyendo objetos, trabajos y relaciones. Aún sin grandes nombres de artistas el arte podría intervenir de manera tangible en los problemas sociales, y los artistas, como masa participativa, pueden trabajar desde la interdependencia, como personas multidisciplinares, capaces de andar por diversos caminos como sujetos colaborativos y, aún en su incomunicación, capaces de entender al otro. * Genio creativo: musa o iluminación. Como la inspiración, no siempre está, pero es muy útil cuándo se quiere crear algo. referencias bibliográficas Lésper, A. (26 de agosto de 2017). Autohomenaje: http://www.avelinalesper.com/ Ospina, L. (3 de junio de 2015). Artistas y antiartistas: http://lucasospina.blogs- pot. com.co/2015/06/artistas-y-antiartistas.html?view=magazine Bauman, Z. (2005). Amor Líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. Buenos Aires: Fondo de cultura económica. Lésper, A. (23 de abril de 2017). Crítica del arte: http://www.avelinalesper.com/ search/ label/cr%C3%ADtica%20de%20arte 14


Nadie mira al cielo por mariana ortiz María y Ana no son dos, son una. Mariana vive en las líneas telefónicas, en los cables de la luz. Ella vive haciendo equilibrismo entre poste y poste. Se sienta con las palomas en línea recta, justo a las cinco de la tarde, para ubicar a algún transeúnte desubicado y atacar con su banda alada los hombros derechos de aquellos que no han tenido un buen día. Como hoy o como ayer, porque siempre hay tiempo para un mal día. ¡Buena suerte mañana!, grita, pero al parecer nadie cree en la suerte, porque nunca miran para arriba cuando les gritan, ni cuando los cagan. Nunca miran al cielo para nada. Vivir en un cable no es sinónimo de vivir en las nubes. Ojalá fuera así, pero es lo más alto que puede llegar. Si no ocurriera de ese modo, no la podrían ir a ver sus amigos, los de la compañía de luz, que suben a arreglar los cortos que ella causa en la manzana. A veces se demoran más de seis horas en subir, porque en los edificios prenden los generadores de energía de emergencia. Como si ver a sus amigos no fuera una emergencia. Mientras espera trenza los cobres sueltos y los envuelve en cinta aislante, porque hay días, como hoy, en que no llegan. Como otros días, en realidad. ¿Es que acaso nunca miran al cielo para nada? Ella lo mira porque no puede vivir en él, pero puede estar cerca de él, o en medio. Al menos eso cree. Mariana no mira al techo cuando se va a la cama: primero, porque no tiene cama, y segundo, porque ¿qué sentido tiene mirar al techo si no hay una ventana que dé al cielo? Mejor que no haya ventana. Seguramente la vista sería la de las tablas de otra cama. Ella es la primera en el mundo en levantarse. De lo contrario, no entrarían llamadas a las casas a las cuatro y media de la mañana. Es un gallo que no hace kikiriki, hace reconexiones. Y si no es ella, entonces quién apaga las luces de los postes a la madrugada. Es más, ¿quién deja las zapatillas colgadas en los cables? No son los vagabundos, ni los drogadictos, ni muchos menos los drogadictos vagabundos, ¡es ella!, “soy yo”. Mariana es la que hace esas maromas, equilibrista y malabarista en el circo de las líneas paralelas y divisorias. Se puede decir que está parada en medio de la vida. Entre el suelo y el cielo, ni muy acá, ni muy allá. ¿Cuál es la verdadera razón para que alguien viva en las líneas telefónicas, en los cables de la luz, entre poste y poste haciendo equilibrismo, si nadie nunca mira para cielo? Pero mientras deja sus zapatillas, hace reconexiones, cree en la buena suerte y corta esos cables con alicates, piensa y lo piensa todos los días: “me gusta el cielo y las líneas paralelas porque, como siempre, ninguna nunca se toca”. Esa, sin embargo, no es la verdadera razón. Eso solo es una idea, pero María y Ana, Mariana, está parada en medio de la vida. 15


Texto reflejo por sergio quiroga

Texto reflejo por sergio quiroga

De derecha a izquierda :i:lnnt:im:i2 ,orrnnnoo bsbifoub ,bsbioifqiífum nóioos:i1 ,nóioos bsbifouniv ,bnbifo:i1 :i:ln:i:linn:i:lni ,ouni:lnoo

contrario, semejante multiplicidad, dualidad acción, reacción realidad, virtualidad continuo, intermitente

,2oms:s:nfq2:ib 20n ,20m:ibn:i:lx:i 20¼ oiqo1q o:ln:iimivom sbso :ib onn:io 2omo2 ,nóioo:i1ib wiupfouo s :ibn:ii:lx:i :i2 :iup no2 2:ibsbilsfuoi:lmq 2nf :iup ,i2s o:lnn:I :ib nóioq:iowq nf :ib fo:ln:imsbnúl :i:lmq ,2Biqo1q 2:inoi2n:i:lx:i 2n:lnn:I 2s2:i :ib snu ,20msoifqi:1Ium 20n ,20msoifqub 20n ,2omst:ifb1 20n ,20mi:l:iq:i1 :ib folU:lsn bsbifidi20qmi nf ,obi:lwvni owq orb:iwb ,:i:ln:imsoitsmo:lun n:lo:ifb1 :i2 ,fo:i1 20mswbi2noo :iup of :ib onsfq fo n:i suni:lnooúb sion:i:12ix:i s:12:i 2:iuq .w:ln:i:linn:i:lni ni2 fo:i1 nu :ib nóionúl n:i 6:12:i

Nos extendemos, nos desplazamos, somos centro de cada movimiento propio que se extiende a cualquier dirección, tanto así, que las particularidades son parte fundamental de la percepción de una de esas tantas extensiones propias, nos reflejamos, nos duplicamos, nos multiplicamos, la imposibilidad natural de repetimos, reflectar automáticamente, derecho pero invertido, en el plano de lo que consideramos real, pues esta existencia discontinua está en función de un real sin intermitencias.

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Facultad de Creación y Comunicación Programa de Programa de Artes Plásticas

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