Elogio de la literatura Argentina Noé Jitrik ¿Cuál es la idea de mujer que subyace en la producción literaria Argentina, si es que puede reconocerse una, o por el contrario, varias o ninguna? Hay varios planos desde los que se puede enfrentar una pregunta tan general como esta. Uno de los planos es la realidad social, la situación de la mujer en una determinada sociedad, la lucha feminista, por decirlo de alguna manera, para situar las cosas en un nivel adecuado, de tal manera que todas las rémoras sociales en cuanto a la situación de la mujer puedan ser superadas. Esta lucha no esta termina, esto continúa en todos los órdenes, desde el orden más elemental doméstico hasta el orden superior, político, llamémoslo simbólico. De lo doméstico a lo simbólico es un abanico de situaciones que permanentemente se viven enfrentando, que no han terminado con ciertas conquistas, que sin embargo se han obtenido en ese aspecto. Por ejemplo, los temas sociales de tanta importancia como el aborto, siguen estando presente como una presión candente. Candente porque gran parte de la sociedad no lo entiende y otra parte, lucha por tener alguna claridad sobre esta cuestión. Ese es un aspecto. Yo no me puedo meter completamente en este tema, aquí se necesitarían escuchar más voces que vengan del psicoanálisis, la política, la economía, la antropología, la sociología, etcétera y yo no soy experto en ninguna de estas disciplinas, por esto me limito a este plano para responder. El otro registro es más concerniente a lo literario. En lo literario los términos no son exactamente los mismos o no se expresa esto de la misma manera. En parte aparentemente sí, en la medida en que cierta cantidad de obras literarias de la literatura Argentina y de la mundial expresan o representan este tipo de conflictos. Entonces, se podría pensar que en la literatura esta situación que describí antes muy someramente aparece representada de dos maneras. Una poniendo sobre el tapete el aspecto crítico de la cuestión y la otra manera es descriptiva que puede ser inerte o activa, desde el punto de vista del mensaje que se pueda obtener. Esto es formulado por plumas masculinas o femeninas, especialmente femeninas. La literatura escrita por mujeres es la que más expresa esta cuestión, en alguna medida como proyección de un interés personal sobre esta cuestión, algo así como “yo padezco de ese asunto”. Pero en eso no se agota la discusión, porque la literatura con independencia de aquello que sostiene o defiende, es otra cosa, está en un nivel diferente que trasciende aquello que se dice. En ese sentido,
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por ejemplo, se podría hablar de lo femenino no en el plano de la representación de la problemática a la que he aludido, sino en el plano de ciertos rasgos que serían propios de un modo femenino de manejar el lenguaje en ciertos tipos de problemas, por oposición a un modo masculino de manejarse en el lenguaje. El enfoque es la actitud respecto del tema, lo que digo y esto es un problema, es que existen rasgos diferentes en la prosa, en la manera de escribir de mujeres y hombres. Es probable que así sea, en la medida en que algunos creemos que escribir tiene que ver con la corporalidad, que no se escribe fuera de la corporalidad. Escribir no es solo transmitir ideas, sino realizar una operación que tiene que ver con el cuerpo. Es ese sentido, si los cuerpos son diferentes, es probable que la escritura también sea diferente, pero esto también es discutible o se ha discutido. Por ejemplo, hay escritores hombres en los cuales se descubren ciertos rasgos que serían más propios de la escritura de mujeres. En la escritura de mujeres, para dar un ejemplo sencillo, habría una mayor detención en el detalle, un rasgo de escritura. El punto es este: probablemente si la escritura es una actividad que compromete al cuerpo, los cuerpos son diferentes, las escrituras podrán llegar a ser diferentes. Esto es bastante fuerte como idea y en otros aspectos tiene una expresión muy clara, por ejemplo, en ciertas pinturas japonesas los pintores pintan de pie la tela que esta en el suelo y manejan el pincel desde una distancia muy grande. Esa posición física genera una diferencia en el trazo, no es lo mismo pintar desde arriba que desde abajo. Tan sencillo como esto, resulta una escritura diferente. Volviendo al tema, los rasgos que se detectan en la escritura femenina como el detalle, cierta manera de adjetivar, ciertas inflexiones que son muy frecuentes y reconocibles, también se encuentran en escrituras masculinas. El ejemplo mas claro de esto es la obra de Marcel Proust que podría ser vista, en ese sentido, como una escritura femenina. Esto es una manera de plantear el problema más allá de la representación que esta muy condicionada. Es decir, los problemas de la mujer son expresados fundamentalmente por mujeres que escriben pero aparecen también en ciertas formulaciones de hombres. La manera masculina de presentar a las mujeres es mas ambigua, a veces es denigratoria otras es exaltatoria, cuando Sarmiento hace la descripción de su madre es una exaltación de la mujer porque traza toda una línea. Pero si uno habla de literatura tiene que ir más allá de eso y tiene que ver con que produce esta cosa que se está escribiendo, aparezcan mujeres con la clasificación “a” o con la 2
clasificación “z”, en definitiva, es la manera de lectura que queda. Uno no sabe muy bien porque algo lo queda, pero si algo le queda es porque el hecho literario trasciende lo que se está expresando directamente, eso es lo que pasa con la poesía. La poesía nos toma, nos agarra, algo queda de la poesía en nosotros, pero no necesariamente lo que el poeta dice. Sino el modo en que lo dice, lo que trasciende, lo que brilla. Nos queda la poesía misma, la literatura misma, sea lo que fuese lo que están diciendo. La interpretación de una obra viene mucho después, es un acto intelectual que todos podemos hacer pero en un momento posterior.
¿Contenido y forma están integrados? Nosotros recibimos una cosa compacta, no importa si el contenido es ese, no sirve para nada determinarlo porque es evidente. Por ejemplo, leemos una tragedia de Shakespeare, lo que sería el contenido es que Mary que era un tipo muy ambicioso manejado por su mujer, eso esta ahí, no es necesario romperse la cabeza para verlo. Pero al final a nosotros lo que creo que nos toca es el sentido de la tragedia Y la tragedia es algo que trasciende las ambiciones de Mary La tragedia es como una estructura nuestra respecto del mundo. La tragedia es una dimensión que nos permite interpretar nuestro propio destino, que esta siempre amenazado, porque podemos vivir placidamente estamos contentos con nosotros mismos, pero nos acecha el tiempo, la muerte y la tragedia es eso. Shakespeare nos trae eso, entonces hablar de contenido es bajar, es disminuir el valor que tiene eso.
¿La literatura trasciende la anécdota?
Sí, el contenido, la anécdota o el tema es aquello que implica una cierta inteligencia del escritor, que descubre situaciones que le permiten arrancar. Tengo necesidades de relatar y relatar es un gesto comunicativo. El modo en que se expresa y organiza lo que quiero relatar va dando forma al texto y ese texto como lectores nos produce algo. En una segunda instancia a partir de esa producción podemos interpretar y la culminación de esa interpretación es la crítica. La crítica es el nivel superior de esa interpretación, después que el lector admite que le ha pasado algo, que lo ha impresionado. Y esa impresión es tanto mas fuerte cuanto toca más situaciones básicas del ser humano, por eso el ejemplo de Shakespeare, toca la tragedia y eso es algo que nos toca como humanos, forma parte de nosotros mismos. 3
En una entrevista proponías leer un texto como música, ¿Podes ampliar sobre eso? Si, a mi en lo personal me interesa mucho, hay dos maneras de entender esto, por ejemplo, hacer textos que hablan que hablan de música y que al hablar de música quieren establecer alguna relación con la situación que se vive, por ejemplo una novela de Alejo Carpentier “Los pasos perdidos”
donde hay un concierto de Bethoven
entonces Bethoven parece tener que ver con lo que esta contando, esa es una manera, pero otras maneras de hacerlo son
por medio de organizaciones que se pueden
reconocer como análogas a las organizaciones musicales, cité antes a Proust todo el desarrollo Pruosiano es equivalente a un tempo largo. Los modos de la música permitirían entender modos de la escritura y eso funciona en cierta literatura quizás en todas porque por ejemplo una literatura, expansiva, morosa, descriptiva con sus variantes y sus cambios uno podría entenderla a la manera de la organización romántica de la música, pero serían por un lado maneras de leer desde una sensibilidad particular, previa, si uno tiene la música por delante puede proyectarla en un texto y ver que un texto esta organizado a la manera de la música. Por otro lado al escribir esto también puede estar funcionando, yo he escrito una novela inédita, en la que el primer capítulo es una aproximación a la figura de Juman, porque justamente Juman no sólo era un gran compositor sino también era crítico de la música y escribía. De manera que en él se juntaban todas estas problemáticas, en este librerato, esta figura de Juman se proyecta sobre todo lo que voy a contar después y tengo la impresión de que lo que estoy contando es equivalente a una sonata, puede ser que me equivoque, puede ser que sea algo que yo estoy deseando que ocurra. Pero también esto lo veo en otros textos y no solamente por la musicalidad de la poesía, que responde a estéticas determinadas. Hay una línea poética que ha sido denominada simbolismo a fin del siglo XIX, tenía una consigna que emitió un poeta llamado Baudelaire decía “música ante todo” y él por medio de la apelación a determinados sonidos y un predominio de vocales respecto de consonantes o ciertas consonantes líquidas y ciertas repeticiones le daba a esto una configuración equivalente a la música, pero por el lado del sonido no por el lado de la estructura como he dicho antes. Es un tema muy complejo porque las artes son todas vecinas, no se puede ostentar ignorancia de un arte respecto de las otras. Hay 4
artistas, sobre todos los artistas clásicos que se jactan de no saber nada, ni de poesía, ni de música, ni de pensamiento, ni de nada, pintan como instintivamente, así lo pretenden, puede ser que ocurra me parece que es una posición puramente ideológica y no es una posición real, porque en la realidad uno vive atravesado por todos estos discursos. En la relación cultural plena hay intersecciones. La literatura no puede prescindir de la música no en el sentido de hacer necesariamente como en el simbolismo poesías musicales, la poesía contemporánea no es musical pero tiene música en otro sentido, tiene música en su organización, en algo más mental.
¿Es posible que la producción artística, en particular la literaria se piense que como un instrumento de intervención política? También en esto hay dos modos, por el lado de la expresión pareciera que la literatura tiene que ser política, decir lo político y por otro lado no es necesario que diga lo político para ser política, porque ningún acto humano esta fuera de la cuidad, todo acto humano tiene una significación política. El poeta ruso Maiakovsky en plena revolución soviética decía “el comunismo se ve en la manera de comer” es decir, el modo de comer es político. Hay una posibilidad de entender la politicidad en expresiones literarias que no dicen una palabra de orden político pero que poseen una politicidad en la medida que generan algún cambio en la mente, en la actitud de que quién lo recibe. Por ejemplo tenemos un escritor argentino que parece tan alejado de lo político que en algún momento se lo tomó un broma, que fue Macedonio Fernández, uno de los motivos por los que se lo tomó en broma es que un día presentó su candidatura a presidente, hizo un papelito que decía Macedonia presidente que puso en un volumen de Schopenhauer y lo depositó en una biblioteca de Villa Lugano. Más allá del chiste, lo que estaba haciendo y que nadie entendía tenía un valor político muy fuerte porque rompía con determinados aspectos de un sistema literario que forma parte del sistema global, el sistema global parece homogéneo y lo que se llama política es un nivel del sistema global pero esta sostenido por otros subsistemas, entonces si se violenta el sistema literario, el sistema global se modifica también y por lo tanto el político inclusive. Es una lugar común en la actualidad, la falta de credibilidad en lo político, en el discurso de los políticos, es una realidad que cuando un político habla nos entra por acá y nos sale por allá y no creemos en su discurso sino en el acto político. ¿A qué se 5
debe la falta de credibilidad en lo político? se debe a que el discurso de esa índole no tiene un sustento propio, no tiene congruencia como discurso en sí mismo, esta muy sometido a otras instancias y no tiene autonomía. Lo que tenemos que considerar son hechos y no formulaciones. La politicidad está en todas las manifestaciones y en esta falta de credibilidad de los discursos políticos también hay politicidad pero por la negativa, mientras que en un poema hay politicidad implícita por la positiva, por ejemplo en Italia en la época del Fascismo se produjo otro movimiento poético llamado el Hermetismo, eran los poetas herméticos, son poemas de muy difícil acceso, es una estética de encierro, de la no expresividad, etcétera, para mucha gente eso era elitista por decirlo así. Pero si se lo compara este silencio de los poemas herméticos con las vociferaciones de Mussolini, entonces hay que reconocer que ahí había un fuerte contenido político. Pero esa poesía era como un enfrentamiento a una política perversa de griterío. La politicidad esta en toda literatura independientemente de si se manifiesta o no se manifiesta. Incluso en algunas que se manifiesta se puede pensar que es una anulación de lo político por exceso de manifestación, de ahí esa expresión de lo políticamente correcto, lo políticamente correcto es lo que se dice, es aquel quiere quedar bien con todos, eso se ha ido devaluando tanto que será políticamente correcto pero no me pasa nada con eso. Mientras que si me salgo de lo políticamente correcto y me voy donde no se menciona la palabra política, probablemente sienta más la política como ruptura, transgresión, enfrentamiento, drama, así que si la literatura es siempre política porque todos los actos humanos lo son. Solo que no lo son en esa categoría de lo político como discurso particular que corresponde a la manifestación de problemas que son considerados políticos y propios de los políticos. Esto también tiene que ver con el campo intelectual, en el que los intelectuales piensan que el vincularse con lo que son las posiciones políticas es un deber moral, puede ser que si, pero eso lleva a una despersonalización en la medida en que produce algo que se llama adhesión y en la que lo que cada uno pueda producir en este terreno como enfrentamiento se ve neutralizado porque está adhiriendo a alguien que aparentemente lo está haciendo, que es un político profesional. En la medida en que yo creo que x es el hombre que me va a salvar, ya me liberé, ya no tengo ninguna responsabilidad en lo que está sucediendo y esa responsabilidad se ejecuta en cada campo particular que tiene ese relieve, que tiene esa proyección.
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¿A quién consideras que en determinados momentos en la producción literaria no vio cosas que estaban a la vista?
Es muy difícil dar ejemplos en este sentido, más si lo unimos con la respuesta anterior, por ejemplo, si pensamos en Macedonio Fernández el veía cosas que nadie veía, en sus textos se supone que no solo veía eso, sino mucho mas. En la poesía surrealista hay una frase de Breton que decía “el lirismo es una forma de la protesta para la poesía”. Hay que pensar en eso, la tendencia era que el poeta lírico no veía nada de lo que habría que haber visto. Pero Breton parecía formular otra cosa, si el lirismo es una forma de la protesta el poeta lírico que no veía nada estaba viendo. El tema como me formulé hoy es un poco mas crudo, el que se relaciona con la literatura entendida como obra como texto para leer y se refiere mas a la respuesta que se puede tener respecto de lo que pasa alrededor. En realidad es una reflexión mas bien ética, no es que al ver lo que esta pasando alrededor de uno, uno necesariamente pueda hacer algo, será ético pero no moralista. Lo ético es percibir lo que esta junto a uno, es el darse cuenta de algo que uno esta percibiendo. La expresión “tener que ver” no implica ese modo de involucramiento que se da en el orden persona y político. Ejemplo de esto es lo que paso en la dictadura Argentina que la gente decía “yo no tengo nada que ver” “por algo habrá sido” “algo habrán hecho”. Ese nada que ver era como una obsesión, de la cual se podría hacer una ópera. Tengo que ver, siempre hay algo que ver. Pero la expresión no es suficiente, ese ver es un recurso lingüístico-verbal para algo que es más importante que el ver y es el entender.
¿Cómo relacionar la música con la prosa?
En la prosa el proceso es mas lento, en el sentido que las distinciones genéricas decían que lo inherente a la poesía no podía infectar la prosa durante siglos. Una cosa era una narración y otra cosa era la poesía. A la poesía se la confinaba en relación a la música y en la prosa se suponía que lo poético no tenía que intervenir. Pero en el proceso literario, sobretodo a finales del siglo XIX, principios del siglo XX, hubo contaminaciones. El tipo de prosa de relato fue pidiendo de prestado a otras manifestaciones verbales distintos tipos de elementos, uno de ellos es la poesía. Entonces encontramos que en las narraciones hay fragmentos que se parecen mucho a lo 7
propio de la poesía. Pero ver las cosas así es algo reducido, en este sentido: cuando se inicia una narración y se produce una narración que es una actitud que tiene naturalmente su vehículo en el lenguaje, eso convierte a la narración en todo tipo de estructuras verbales. Se diría que se convierte en narrativo un pedazo de la guía de teléfono si entra en una narración, con más razón un pedazo de poesía si entra en la narración, eso se llama contextualizar. Lo mismo ocurre en la poesía, la poesía puede ser de tipo prosístico pero en el formato, en la actitud poética se convierte en poético. A la inversa, en la narración cualquier fragmento de otra naturaleza se convierte en narrativo, tanto lo poético como lo descriptivo. Por ejemplo, en la prosa de Juan José Saer interviene tanto una experiencia de poesía como una experiencia de lo cotidiano. Es decir, que la narración moderna invita a ser interferida o integrada por fragmentos que vienen de distinto tipos de discursos. Toda la prosa contemporánea es así, hay de todo y ese todo configura un nuevo modo de escritura narrativa. Lo musical esta en otra parte, no esta en la reproducción de sonidos agradables parecidos a la música que sería el resiento de la poesía simbolista. La música está en la estructuración, en los tiempos, en el tempo que es una palabra propia de la música. Otro ejemplo de lo musical en un texto es la obra “El otoño del patriarca” de García Márquez, en ese libro en particular hay un residuo de ese movimiento literario latinoamericano que es el modernismo. No es lo mismo la prosa de Gabriel García Márquez que la de los argentinos. De pronto en un texto se necesita indirectamente estar diciendo algo más, ilustrando algo mas, por ejemplo en Cien años de soledad no era necesario invocar al cantante de Ballenatos lo trae por que precisamente algo quiere decirnos acerca del carácter musical propio de su prosa, que sería una musicalidad mas caribeña. El riesgo de lo que yo estoy diciendo es que trate de ver en todas partes esta relación.
Desgrabación: Romina Esnoz
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