ESTADIO ALFREDO HARP HELÚ
Al calor de nuestro segundo aniversario Xavier M. Rodarte
D
os años han pasado desde aquel 23 de marzo de 2019, fecha en que la Ciudad de México acrecentó su valor patrimonial, social y turístico con la inauguración de un nuevo estadio de estándares internacionales, a la altura de la historia y tradición del dieciséis veces campeón de la Liga Mexicana de Beisbol: los Diablos Rojos del México. Más de tres años de construcción en un espacio proyectado por y para el deporte, como es la Ciudad Deportiva Magdalena Mixihuca, dio la bienvenida al que sería el primer estadio profesional en construirse en los últimos cincuenta años en la capital del país. Un proyecto que sumó el esfuerzo de alrededor de 250 empresas, que se tradujo en la creación de más de nueve mil empleos directos.
Con 730 días de operación, y siendo escenario de encuentros de la Liga Mexicana de Beisbol, la edición 87 del Juego de Estrellas de LMB, finales de la Olimpiada Comunitaria de la Ciudad de México y la Copa Juntos por México, además de preparativos para recibir su primer evento internacional en una serie de temporada regular de la Major League Baseball con los encuentros entre Padres de San Diego y Diamondbacks de Arizona; el aún joven Estadio Alfredo Harp Helú ha logrado estar presente en significativos momentos en la historia de la institución escarlata y del beisbol mexicano. La historia del Diamante de Fuego comienza tiempo atrás a la construcción del estadio, siendo los 78 años previos a su inauguración las bases que permitieron su verdadera materialización. El Estadio Alfredo
BOLETÍN DIGITAL DE LA FUNDACIÓN ALFREDO HARP HELÚ OAXACA • NÚMERO 04 • MARZO-ABRIL DE 2021 32