Cuaderno de oracion almeria 2015 rev 2

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CUADERNO DE ORACIÓN

“Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso” (Mateo 11,29)


Vacaciones en Familia 2015 Cuaderno de Oración

INDICE I.

LA PALABRA DEL SR. OBISPO

II.

INTRODUCCIÓN

III.

DIEZ CONSEJOS PARA VIVIR LA FÉ

IV.

LITURGIA DE LAS HORAS

V.

SANTO ROSARIO

VI.

CORONILLA DIVINA MISERICORDIA

VII. EXAMEN DE CONCIENCIA VIII. CANCIONERO


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TIEMPO PARA CONTEMPLAR El verano ha llegado y hemos comenzado unos meses marcados por el descanso, aunque lo de tomarse vacaciones no sea para todos. No obstante cesan las actividades académicas, se estacionan los negocios y esperan las administraciones al nuevo curso. Todos quisiéramos coger fuerzas y si podemos holgar, aún mejor. Pero no deberíamos olvidar nunca nuestra condición. Cada cristiano sabe bien que nunca está solo, que Dios nos acompaña, que se presta a un trato personal y amoroso con cada uno. Tengamos la valentía y la audacia de invitar a todos a acogerlo, por muy verano que sea, porque la sed de la persona no tiene vacación. Siempre queremos aparcar los problemas para encontrar más paz, pero los deseos insatisfechos afloran a cada paso sin poderlos acallar. No nos costará mucho descubrir en nuestra convivencia las urgencias de los que nos rodean, sus búsquedas y sus padecimientos. Nuestra esperanza, cargada de la presencia de Dios, puede iluminar, sin duda, con la alegría del amor del Señor el ámbito de nuestras relaciones. No privemos a nadie del regalo de la vida nueva que nos da Cristo. Nuestras palabras y nuestras obras pueden socorrer y orientar todas las necesidades y ofrecer una comunicación abierta con Dios. Nos atrae especialmente la naturaleza; aún más en este tiempo, disfrutando del mar o la montaña de mil maneras, haciendo turismo o deporte. La contemplación de la creación ha sido siempre un motivo de profundo encuentro con el Creador, y de acción de gracias. El Papa Francisco inicia su nueva encíclica con la alabanza franciscana: Laudato Si. La lectura reposada de esta orientación magisterial nos emplaza a cuidar la naturaleza con gratitud y humildad, pero sobre todo a dejar el centro a Dios, que pone todo a nuestro servicio. La pérdida de sentido del hombre endiosado que nos aparta del Creador origina una crisis antropológica que idolatra el progreso, y encerrados en la voluntad irracional del poder, maltrata a la persona hasta anularla. Esta “mirada divina” sobre la tierra y las personas, ver el mundo con los ojos de Dios Creador, la tierra como el ambiente que hay que custodiar y el jardín que hay que cultivar, nos adentra en la solidaridad que existe entre todas las criaturas por el hecho de que todas tienen el mismo Creador (cf. Catecismo I.C. 344). Hagamos este verano verdadero examen de conciencia, como nos pide el Papa, pues nos invita a orientar la vida a la luz de nuestra relación con el Señor, pero no solo fijándonos en como vivir la comunión con Dios, con los otros y con uno mismo, sino incluyendo una nueva dimensión; también con todas las criaturas y la naturaleza. Con esta armonía llena de gratitud y respeto favoreceremos a todos con una visión más clara de las cosas y una mano tendida a cuantos nos rodena. + Rafael Zornoza Boy


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INTRODUCCIÓN


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INTRODUCCIÓN En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.» ( Mateo 11,28-30)

Unas palabras que seguramente todos estamos deseosos de escuchar de vez en cuando. Y es que algo que llevamos siempre en nuestra maleta es la experiencia del cansancio y de los agobios que nos rondan con frecuencia. En esta época de vacaciones, y a lo largo de estos días me he encontrado en varias ocasiones haciendo la misma pregunta a gente conocida: ¿Tú cómo descansas? ¿Qué es lo que te descansa? También nosotros podemos hacernos esta pregunta. Jesús se presenta a nosotros como aquel que alivia nuestros cansancios. Pero hay una condición: aprender de Él que es manso y humilde; he aquí el secreto para poder encontrar el descanso en Él. Y es que la humildad significa tocar nuestro humus, nuestra verdad; significa ponernos en contacto con el fondo de lo que somos para descubrir allí al Dios siempre disponible, siempre presente. ¡El Reino de Dios está dentro de nosotros! Cuánto nos liberaría y nos descansaría estar un poco más en contacto con esa gratuidad del Reino que se nos regala cada día, porque como dice Madeleine Delbrêl “nuestro gran dolor es pasar entre los hombres como personas agobiadas, serias maltratadas. Es no extender por nuestro rincón del mundo entre el trabajo, la prisa y la fatiga, la naturalidad de la eternidad.” Nos falta vivir un poco más esa “naturalidad de la eternidad” de que habla M. Delbrêl, que no es otra cosa que acudir a esa fuente escondida que nos regala su agua y riega nuestra sequía; dejarla fluir en nosotros. Pero para eso hay que parar y hay que escuchar el rumor del agua que puede llevarnos a esa fuente.


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CONSEJOS PARA VIVIR LAFE


DIEZ CONSEJO PARA VIVIR LA FE 1. VIVIR LA MISA: para vivir un encuentro personal con Dios, de modo inmediato, sobre todo EL DOMINGO, día del Señor, refuerza fe: habla Dios en su Palabra, se reza el Credo, las oraciones y la música sagrada, la homilía, orar con todos, recibir la Comunión formando parte de una comunidad de fe. 2. CONFESARSE: El sacramento de la penitencia nos reconcilia con Olas, celebra su misericordia, nos da luz para vivir como discípulo de Jesús, nos aparta del mal, nos devuelve la gracia perdida. Nos llama a volver a Dios, a expresar el dolor por el mal que hemos hecho, y abre nuestra vida a la fuerza de la gracia sanadora de Dios. Perdona las heridas del pasado y fuerza para el futuro. 3. LEER LA BIBLIA A DIARIO: ofrece la Palabra de Dios que nos habla y narra la salvación de los hombres. Lo más sencillo es empezar por los Evangelios del Nuevo Testamento, escuchar a Jesús, conocerle mejor. 4. REZAR EL ROSARIO, para invocar y amar a la Virgen, nuestra madre, mediadora nuestra y poderosa intercesora. Es la primera cristiana, espejo de las bienaventuranzas cumplidas y de la vida evangélica, modelo y ejemplo para crecer en la humildad, la paciencia, la justicia, la misericordia, la transparencia y la libertad. Estrella en la noche, regazo y hogar para vivir en el gozo de la fe. 5. LEER EL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA, que desde hace 20 años recoge en un solo volumen los dogmas de fe, de la doctrina moral, de la oración y de los sacramentos de la Iglesia Católica, y sirve como un verdadero recurso para crecer en la comprensión de la fe. Es la síntesis ordenada y completa de la fe, para comprenderla, explicarla, orar, vivir mejor. Se puede comenzar por el Compendio del Catecismo, más breve y conciso. 6. PARTICIPAR EN LOS GRUPOS DE ENCUENTRO Y RENOVACION DE LA FE,para provocar la experiencia de encuentro personal con Dios y conocerle mejor, y para que nadie se sienta un extraño dentro de la Iglesia. Es una gran experiencia, pero muy fácil de hacer. Pueden tener lugar en casa particulares preferentemente, f en parroquias, colegios, hermandades, movimientos, etc, No hace falta más que invitar a amigos y conocidos. 7. PARTICIPAR EN LA PARROQUIA, convivir con amigos cristianos en la Iglesia ayuda a vivir la Fe, porque la Iglesia es comunidad donde se aporta y se recibe, se vive en relación para orar juntos, para expresar ayuda y afecto, para construir unidos y dar ejemplo. La fe no puede limitarse al estudio reflexión. En la vida parroquial descubrimos formas de servir a los demás, de colaborar, de ayudar a los necesitados. 8. AYUDAR A LOS NECESITADOS, porque en el pobre, en el marginado, y en el vulnerable, se encuentra Cristo personalmente. La caridad nos hace profundizar en la fe, nos hace transmitir la esperanza, comprender la cruz y la salvación del Señor.


9. LEER LOS DOCUMENTOS DEL CONCILIO VATICANO II. Supone una gracia para la Iglesia para llevar adelante su trabajo de renovación en las celebraciones litúrgicas, en el papel de los laicos, la presencia de los cristianos en el mundo, en el ecumenismo y en el diálogo interreligioso. 10. CONOCER A LOS SANTOS, para aprender de ellos y pedir su intercesión ante Dios. Leer la Biblia de algunos, ayuda a ver que es posible ser amigo de Dios y vivir a su lado. Te dará ideas para ser mejor y superar con fe las dificultades. Ejemplos validos de cómo vivir una vida cristiana, a través de diferentes formas como la docencia, el trabajo misionero, la caridad, o la oración, y tratando de agradecer a Dios e las acciones y decisiones de común de la vida cotidiana. +Rafael, Obispo de Cádiz y Ceuta


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LITURGIA DE LAS HORAS


7 de Agosto: San Cayetano (Patrono del Pan y del Trabajo) San Cayetano bendito: lo que tú más deseabas: la conversión de los que somos tan pecadores, es un favor inmenso que no hemos logrado conseguir, pero que tú con tu intercesión nos puedes obtener. Pídele a Dios que nos logremos convertir. Dichoso el que Confía en Dios (Salmo 83). Este santo, muy popular entre los comerciantes y ganaderos porque los protege de muchos males, nació en 1480 en Vicenza, cerca de Venecia, Italia. A los 33 años fue ordenado sacerdote. El respeto que tenía por la Santa Misa era tan grande, que entre su ordenación sacerdotal y su primera misa pasaron tres meses, tiempo que dedicó a prepararse lo mejor posible a la santa celebración. Viendo que el estado de relaajación de los católicos era sumamente grande y escandaloso, se propuso fundar una comunidad de sacerdotes que se dedicaran a llevar una vida lo más santa posible y a enfervorizar a los fieles. Y fundó los Padres Teatinos y asociaciones llamadas "Montes de piedad" (Montepíos) que se dedicaban a prestar dinero a gentes muy pobres con bajísimos intereses. Los ratos libres los dedicaba, donde quiera que estuviera, a atender a los enfermos en los hospitales, especialmente a los más abandonados y repugnantes. Murió el 7 de agosto del año 1547, en Nápoles, a la edad de 67 años, desgastado de tanto trabajar por conseguir la santificación de las almas. Vísperas V/. -Dios mío, ven en mi auxilio. R/. -Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya Himno El dolor extendido por tu cuerpo, sometida tu alma como un lago, vas a morir y mueres por nosotros ante el Padre que acepta perdonándonos.

Gracias por tu palabra que está viva, y aquí la van diciendo nuestros labios; gracias porque eres Dios y hablas a Dios de nuestras soledades, nuestros bandos.

Cristo, gracias aún, gracias, que aún duele tu agonía en el mundo, en tus hermanos. Que hay hambre, ese resumen de injusticias; que hay hombre en el que estás crucificado.

Que no existan verdugos, que no insistan; rezas hoy con nosotros que rezamos. Porque existen las víctimas, el llanto. Amén.

Salmo 114: Acción de gracias Ant: Arranca, Señor, mi alma de la muerte, mis pies de la caída. Amo al Señor, porque escucha mi voz suplicante, porque inclina su oído hacia mí el día que lo invoco.

Me envolvían redes de muerte, me alcanzaron los lazos del abismo, caí en tristeza y angustia. Invoqué el nombre del Señor: «Señor, salva mi vida.»


El Señor es benigno y justo, nuestro Dios es compasivo; el Señor guarda a los sencillos: estando yo sin fuerzas, me salvó. Alma mía, recobra tu calma, que el Señor fue bueno contigo: arrancó mi alma de la muerte, mis ojos de las lágrimas, mis pies de la caída.

Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Arranca, Señor, mi alma de la muerte, mis pies de la caída. Salmo 120: El guardián del pueblo Ant: El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. No permitirá que resbale tu pie, tu guardián no duerme; no duerme ni reposa el guardián de Israel. El Señor te guarda a su sombra, está a tu derecha;

de día el sol no te hará daño, ni la luna de noche. El Señor te guarda de todo mal, Él guarda tu alma; el Señor guarda tus entradas y salidas, ahora y por siempre. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. Apocalipsis 15, 3-4: Himno de adoración Ant: Justos y verdaderos son tus caminos, ¡oh Rey de los siglos! Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente, justos y verdaderos tus caminos, ¡oh Rey de los siglos! ¿Quién no temerá, Señor, y glorificará tu nombre? Porque tú solo eres santo,

porque vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, porque tus juicios se hicieron manifiestos. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Justos y verdaderos son tus caminos, ¡oh Rey de los siglos!


Lectura (1Co 2,7-10a) Enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra gloria. Ninguno de los príncipes de este mundo la ha conocido; pues, si la hubiesen conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria. Sino, como está escrito: «Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que le aman.» Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu. V/. Cristo murió por nuestros pecados, para conducirnos a Dios. R/. Cristo murió por nuestros pecados, para conducirnos a Dios. V/. Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida. R/. para conducirnos a Dios. V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo R/. Cristo murió por nuestros pecados, para conducirnos a Dios. Cántico Ev. Ant: Acuérdate de tu misericordia, Señor, como lo habías prometido a nuestros padres. † Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.

derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, Auxilia a Israel, su siervo, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por acordándose de la misericordia mí: -como lo había prometido a nuestros padressu nombre es santo, en favor de Abrahán y su descendencia por y su misericordia llega a sus fieles siempre. de generación en generación. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo Él hace proezas con su brazo: como era en el principio, ahora y siempre, dispersa a los soberbios de corazón, por los siglos de los siglos. Amén. Ant: Acuérdate de tu misericordia, Señor, como lo habías prometido a nuestros padres. Preces Bendigamos ahora al Señor Jesús, que en su vida mortal escuchó siempre con bondad las súplicas de los que acudían a él y con amor secaba las lágrimas de los que lloraban, y digámosle también nosotros: R/.Señor, ten piedad de tu pueblo. - Señor Jesucristo, tú que consolaste a los tristes y deprimidos, pon ahora tus ojos en las lágrimas de los pobres. R/. - Escucha los gemidos de los agonizantes y envíales tus ángeles para que los alivien y conforten. R/. - Que los emigrantes sientan tu providencia en su destierro, que puedan regresar a su patria y


que un día alcancen también la eterna. R/. - Que los pecadores se ablanden a tu amor, y se reconcilien contigo y con tu Iglesia. R/. - Perdona las faltas de los que han muerto y dales la plenitud de tu salvación. R/. Con el gozo que nos da el saber que somos hijos de Dios, digamos con plena confianza: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Final Dios nuestro que, de una manera admirable, has manifestado tu sabiduría escondida, con el escándalo de la cruz, concédenos contemplar con tal plenitud de fe la gloria de la pasión de tu Hijo que siempre nos gloriemos confiadamente en la cruz de Jesucristo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.


8 de Agosto: Santo Domingo de Guzmán Era todavía estudiante cuando se le nombró canónigo de la Catedral de Osma. El santo vivía en comunidad, bajo la regla de San Agustín. Cuando Diego de Acevedo fue elegido Obispo de Osma hacia el año 1201, le sucedió en el cargo de prior del capítulo. El obispo y Domingo fueron a Roma a pedir a Inocencio III que los enviase a predicar el Evangelio a los cumanos en Rusia. El Papa los exhortó para que consagraran sus esfuerzos a luchar dentro de la cristiandad por desarraigar la herejía. En 1206, el día de la fiesta de Santa María Magdalena, Domingo fundó en Prouille un convento con nueve monjas a las que había convertido de la herejía. Hasta entonces había portado el hábito de los Canónigos Regulares de San Agustín y observado su regla. Pero, deseaba reavivar el espíritu apóstolico, para eso proyectaba fundar un grupo de religiosos, que no serían necesariamente sacerdotes ni se dedicarían exclusivamente a la contemplación, como los monjes, sino que unirían a la contemplación el estudio de las ciencias sagradas y la práctica de los ministerios pastorales. Pocos meses más tarde, Santo Domingo acompañó al obispo al cuarto Concilio de Letrán. Hacia 1215, Inocencio III aprobó el convento de religiosas en Prouille y, verbalmente, la nueva fundación. Finalmente la nueva comunidad y sus constituciones fue aprobada por Honorio III, en el año de 1216. Gregorio IX firmó el decreto de canonización de su amigo, Santo Domingo en 1234. Fue el fundador de la Congregación de los Dominicos.

Laudes V/. -Señor, Ábreme los labios. R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza. Salmo 94: Invitación a la alabanza divina Ant: Venid, adoremos a Cristo, Pastor supremo. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos.

Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.

-se repite la antífona -se repite la antífona Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos.

Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras.

-se repite la antífona

-se repite la antífona


Durante cuarenta años aquella generación me asqueó, y dije: "Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso."»

-se repite la antífona Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Himno

Cristo, cabeza, rey de los pastores, el pueblo entero, madrugando a fiesta, canta a la gloria de tu sacerdote himnos sagrados.

Él fue pastor y forma del rebaño, luz para el ciego, báculo del pobre, padre común, presencia providente, todo de todos.

Con abundancia de sagrado crisma, la unción profunda de tu Santo Espíritu le armó guerrero y le nombró en la Iglesia jefe del pueblo.

Tú que coronas sus merecimientos, danos la gracia de imitar su vida, y al fin, sumisos a su magisterio, danos su gloria. Amén.

Salmo 91: Alabanza del Dios creador Ant: Por la mañana proclamamos, Señor, tu misericordia y de noche tu fidelidad. Es bueno dar gracias al Señor y tocar para tu nombre, oh Altísimo, proclamar por la mañana tu misericordia y de noche tu fidelidad, con arpas de diez cuerdas y laúdes, sobre arpegios de cítaras.

Porque tus enemigos, Señor, perecerán, los malhechores serán dispersados; pero a mí me das la fuerza de un búfalo y me unges con aceite nuevo. Mis ojos despreciarán a mis enemigos, mis oídos escucharán su derrota.

Tus acciones, Señor, son mi alegría, y mi júbilo, las obras de tus manos. ¡Qué magníficas son tus obras, Señor, qué profundos tus designios! El ignorante no los entiende ni el necio se da cuenta.

El justo crecerá como una palmera, se alzará como un cedro del Líbano: plantado en la casa del Señor, crecerá en los atrios de nuestro Dios;

Aunque germinen como hierba los malvados y florezcan los malhechores, serán destruidos para siempre. Tú, en cambio, Señor, eres excelso por los siglos.

en la vejez seguirá dando fruto y estará lozano y frondoso, para proclamar que el Señor es justo, que en mi Roca no existe la maldad. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Por la mañana proclamamos, Señor, tu misericordia y de noche tu fidelidad.


Deuteronomio 32,1-12: Beneficios de Dios para con su pueblo Ant: Dad gloria a nuestro Dios. Escuchad, cielos, y hablaré; oye, tierra, los dichos de mi boca; descienda como lluvia mi doctrina, destile como rocío mi palabra, como llovizna sobre la hierba, como orvallo sobre el césped. Voy a proclamar el nombre del Señor: dad gloria a nuestro Dios. Él es la Roca, sus obras son perfectas, sus caminos son justos, es un Dios fiel, sin maldad; es justo y recto. Hijos degenerados, se portaron mal con él, generación malvada y pervertida. ¿Así le pagas al Señor, pueblo necio e insensato? ¿No es él tu padre y tu creador, el que te hizo y te constituyó? Acuérdate de los días remotos, considera las edades pretéritas, pregunta a tu padre y te lo contará, a tus ancianos y te lo dirán:

Cuando el Altísimo daba a cada pueblo su heredad y distribuía a los hijos de Adán, trazando las fronteras de las naciones, según el número de los hijos de Dios, la porción del Señor fue su pueblo, Jacob fue el lote de su heredad. Lo encontró en una tierra desierta, en una soledad poblada de aullidos: lo rodeó cuidando de él, lo guardó como a las niñas de sus ojos. Como el águila incita a su nidada, revolando sobre los polluelos, así extendió sus alas, los tomó y los llevó sobre sus plumas. El Señor solo los condujo, no hubo dioses extraños con él. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Dad gloria a nuestro Dios. Salmo 8: Las maravillas de la creación Ant: ¡Qué admirable es tu nombre, Señor, en toda la tierra! Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra! Ensalzaste tu majestad sobre los cielos. De la boca de los niños de pecho has sacado una alabanza contra tus enemigos, para reprimir al adversario y al rebelde. Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado, ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,

el ser humano, para darle poder? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies: rebaños de ovejas y toros, y hasta las bestias del campo, las aves del cielo, los peces del mar, que trazan sendas por el mar.


Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre, en toda la tierra!

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: ¡Qué admirable es tu nombre, Señor, en toda la tierra! Lectura (Hb 13,7-9a) Acordaos de vuestros dirigentes, que os anunciaron la palabra de Dios; fijaos en el desenlace de su vida e imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre. No os dejéis arrastrar por doctrinas complicadas y extrañas. V/. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas. R/. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas. V/. Ni de día ni de noche dejarán de anunciar el nombre del Señor. R/. He colocado centinelas. V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo R/. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas. Cántico Ev. Ant: No seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. † Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo, por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia,

en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: No seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.


Preces Demos gracias a Cristo, el buen Pastor que entregó la vida por sus ovejas, y supliquémosle, diciendo: R/. Apacienta a tu pueblo, Señor - Señor Jesucristo, que en los santos pastores nos has revelado tu misericordia y tu amor, haz que por ellos continúe llegando a nosotros tu acción misericordiosa. R/. - Señor Jesucristo, que a través de los santos pastores sigues siendo el único pastor de tu pueblo, no dejes de guiarnos siempre por medio de ellos. R/. - Señor Jesucristo, que por medio de los santos pastores eres el médico de los cuerpos y de las almas, haz que nunca falten a tu Iglesia los ministros que nos guíen por las sendas de una vida santa. R/. - Señor Jesucristo que has adoctrinado a la Iglesia con la prudencia y el amor de los santos, haz que, guiados por nuestros pastores, progresemos en la santidad. R/. Con la confianza que nos da nuestra fe, acudamos ahora al Padre, diciendo, como nos enseñó Cristo: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Final Te pedimos, Señor, que santo Domingo de Guzmán, insigne predicador de tu palabra, ayude a tu Iglesia con sus enseñanzas y sus méritos, e interceda también con bondad por nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.


9 de Agosto: Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein) Edith Stein nació en Breslau, Alemania, (hoy Broklaw, Polonia) el 12 de octubre de 1891. Fue la última de 11 hermanos de una familia judía devota. Fue una estudiante brillante. En 1916, culminó su tesis y obtuvo el Doctorado en Filosofía con el grado de summa cum laude. En la Primera Guerra Mundial, Edith se enroló de voluntaria para trabajar en hospitales militares. Tras retornar de la experiencia de la guerra, retomó su vida de estudiante. La lectura de la vida de Santa Teresa de Jesús, terminó completando la obra que Dios había iniciado en ella: su conversión al catolicismo. El 1 de enero de 1922 recibió el bautismo. Trabajó 8 años como profesora de alemán y dividía su día entre el trabajo y la oración. Edith continuó sus escritos y traducciones de filosofía y asumió el compromiso de dar conferencias. En el transcurso de sus conferencias, frecuentemente abordaba el papel y significado de la mujer en la vida contemporánea. Una lectura de sus textos revela claramente su oposición radical al feminismo y su fuerte compromiso al reconocimiento y desarrollo de la mujer, así como al valor de la madurez de la vida cristiana en la mujer como una respuesta para el mundo. En 1931, Edith deja la escuela para dedicarse a tiempo completo a la escritura y publicación de sus trabajos. En 1932, aceptó la cátedra en la Universidad de Münster, pero un año después le dijeron que debería dejar su puesto por su antecedente judío. El 14 de octubre de 1933, a la edad de 42 años, Edith Stein ingresa al convento carmelita en Cologne tomando el nombre de Teresa Benedicta. En el convento, Edith continuó sus estudios y escritos. El domingo 2 de agosto de 1942, los oficiales de la S.S. fueron al convento y se la llevaron junto con su hermana Rosa. En medio de la noche, del 7 de agosto de 1942, los prisioneros de Westerbork, incluyendo a Edith Stein, fueron llevados a los trenes y deportados a Auschwitz. Allí murió el 9 de Agosto de 1942.

Laudes V/. -Señor, Ábreme los labios. R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza. Salmo 94: Invitación a la alabanza divina Ant: Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva. Aleluya. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos.

son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos. -se repite la antífona

-se repite la antífona Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra,

Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo,


el rebaño que él guía.

Durante cuarenta años aquella generación me asqueó, y dije: "Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso."»

-se repite la antífona Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras. -se repite la antífona

-se repite la antífona Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno Cristo, alegría del mundo, resplandor de la gloria del Padre. ¡Bendita la mañana que anuncia tu esplendor al universo! En el día primero, tu resurrección alegraba el corazón del Padre. En el día primero, vio que todas las cosas eran buenas porque participaban de tu gloria.

tu resurrección y se alegra con claridad de Pascua. Se levanta la tierra como un joven discípulo en tu busca, sabiendo que el sepulcro está vacío. En la clara mañana, tu sagrada luz se difunde como una gracia nueva. Que nosotros vivamos como hijos de luz y no pequemos contra la claridad de tu presencia.

La mañana celebra Salmo 92: Gloria del Dios creador Ant: El Señor es admirable en el cielo. Aleluya. El Señor reina, vestido de majestad, el Señor, vestido y ceñido de poder: así está firme el orbe y no vacila.

pero más que la voz de aguas caudalosas, más potente que el oleaje del mar, más potente en el cielo es el Señor.

Tu trono está firme desde siempre, y tú eres eterno.

Tus mandatos son fieles y seguros; la santidad es el adorno de tu casa, Señor, por días sin término.

Levantan los ríos, Señor, levantan los ríos su voz, levantan los ríos su fragor;

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: El Señor es admirable en el cielo. Aleluya.


Daniel 3,57-88.56: Toda la creación alabe al Señor Ant: Eres alabado, Señor, y ensalzado por los siglos. Aleluya. Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid al Señor; cielos, bendecid al Señor. Aguas del espacio, bendecid al Señor; ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor; astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor; vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor; fríos y heladas, bendecid al Señor.

cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor; mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor; aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor; siervos del Señor, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor; témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor; santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor; noche y día, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor; rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo, ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendiga la tierra al Señor, ensálcelo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo, alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor; Ant: Eres alabado, Señor, y ensalzado por los siglos. Aleluya. Salmo 148: Alabanza del Dios creador Ant: Alabad al Señor en el cielo. Aleluya. Alabad al Señor en el cielo, alabad al Señor en lo alto.

Alabadlo, sol y luna; alabadlo, estrellas lucientes.

Alabadlo, todos sus ángeles; alabadlo, todos sus ejércitos.

Alabadlo, espacios celestes y aguas que cuelgan en el cielo.


Alaben el nombre del Señor, porque él lo mandó, y existieron.

Reyes y pueblos del orbe, príncipes y jefes del mundo,

Les dió consistencia perpetua y una ley que no pasará.

los jóvenes y también las doncellas, los viejos junto con los niños,

Alabad al Señor en la tierra, cetáceos y abismos del mar,

alaben el nombre del Señor, el único nombre sublime.

rayos, granizo, nieve y bruma, viento huracanado que cumple sus órdenes,

Su majestad sobre el cielo y la tierra; él acrece el vigor de su pueblo.

montes y todas las sierras, árboles frutales y cedros,

Alabanza de todos sus fieles, de Israel, su pueblo escogido.

fieras y animales domésticos, reptiles y pájaros que vuelan.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Alabad al Señor en el cielo. Aleluya. Lectura (Ez 37,12b -14) Así dice el Señor: «Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel. Y, cuando abra vuestros sepulcros y os saque de vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis que yo soy el Señor. Os infundiré mi espíritu, y viviréis; os colocaré en vuestra tierra, y sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo hago». Oráculo del Señor. V/. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. R/. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. V/. Tú que estás sentado a la derecha del Padre. R/. Ten piedad de nosotros. V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo R/. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. Cántico Ev. Ant: El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo. † Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo, por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre


Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo. Preces Invoquemos a Dios Padre, que, por mediación de su Hijo, envió el Espíritu Santo, para que con su luz santísima penetrara las almas de sus fieles, y digámosle: R/. Ilumina, Señor, a tu pueblo. - Te bendecimos, Señor, a ti que eres nuestra luz, y te pedimos que este domingo que ahora comenzamos transcurra todo él consagrado a tu alabanza. R/. - Tú que, por la resurrección de tu Hijo, quisiste iluminar el mundo, haz que tu Iglesia difunda entre todos los hombres la alegría pascual. R/. - Tú que por el Espíritu de la verdad, adoctrinaste a los discípulos de tu Hijo, envía este mismo Espíritu a tu Iglesia para que permanezca siempre fiel a ti. R/. - Tú que eres luz para todos los hombres, acuérdate de los que viven aún en las tinieblas y abre los ojos de su mente para que te reconozcan a ti, único Dios verdadero. R/. Por Jesús hemos sido hechos hijos de Dios; por esto, nos atrevemos a decir: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Final Dios todopoderoso y eterno, a quien podemos llamar Padre, aumenta en nuestros corazones el espíritu filial, para que merezcamos alcanzar la herencia prometida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.


10 de Agosto: San Lorenzo, diacono y Mártir San Lorenzo uno de los siete diáconos de la Iglesia de Roma, cargo de gran responsabilidad, ya que consistía en el cuidado de los bienes de la Iglesia y la distribución de limosnas a los pobres. El año 257, el emperador Valeriano publicó el edicto de persecución contra los cristianos y, al año siguiente, fue arrestado y decapitado el Papa san Sixto II, San Lorenzo le siguió en el martirio cuatro días después. Según las tradiciones cuando el Papa San Sixto se dirigía al sitio de la ejecución, San Lorenzo iba junto a él y lloraba. "¿A dónde vas sin tu diácono, padre mío?", le preguntaba. El Pontífice respondió: "No pienses que te abandono, hijo mío, pues dentro de tres días me seguirás". San Agustín dice que el gran deseo que tenía San Lorenzo de unirse a Cristo, le hizo olvidar las exigencias de la tortura. También afirma que Dios obró muchos milagros en Roma por intercesión de San Lorenzo. Este santo ha sido, desde el siglo IV, uno de los mártires más venerados y su nombre aparece en el canon de la misa. Constantino erigió la primera capilla en el sitio que ocupa actualmente la iglesia de San Lorenzo extra muros, que es la quinta basílica patriarcal de Roma.

Laudes V/. -Señor, Ábreme los labios. R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza. Salmo 94: Invitación a la alabanza divina Ant: Venid, adoremos al Señor, rey de los mártires. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. -se repite la antífona Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos. -se repite la antífona Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo,

el rebaño que él guía. -se repite la antífona Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras. -se repite la antífona Durante cuarenta años aquella generación me asqueó, y dije: "Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso."» -se repite la antífona


Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo

como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno «Quien entrega su vida por amor, la gana para siempre», dice el Señor.

Mirad cómo se derrama mi sangre por cada herida.

Aquí el bautismo proclama su voz de gloria y de muerte. Aquí la unción se hace fuerte contra el cuchillo y la llama.

Si Cristo fue mi comida, dejadme ser pan y vino en el lagar y en el molino donde me arrancan la vida.

Salmo 62,2-9: El alma sedienta de Dios Ant: Mi alma está unida a ti, porque mi cuerpo ha sido quemado por ti, Dios mío. Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. Me saciaré como de enjundia y de manteca,

y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti y velando medito en ti, porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo; mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Mi alma está unida a ti, porque mi cuerpo ha sido quemado por ti, Dios mío. Daniel 3,57-88.56: Toda la creación alabe al Señor Ant: El Señor ha enviado a su ángel y me ha librado del fuego, y no me he quemado. Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos.

Sol y luna, bendecid al Señor; astros del cielo, bendecid al Señor.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor; cielos, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor; vientos todos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor; ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor; fríos y heladas, bendecid al Señor.


Rocíos y nevadas, bendecid al Señor; témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor; noche y día, bendecid al Señor.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor bendiga Israel al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor; rayos y nubes, bendecid al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor; siervos del Señor, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor, ensálcelo con himnos por los siglos.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor; santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Montes y cumbres, bendecid al Señor; cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos. Manantiales, bendecid al Señor; mares y ríos, bendecid al Señor. Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo, Cetáceos y peces, bendecid al Señor; ensalcémoslo con himnos por los siglos. aves del cielo, bendecid al Señor. Bendito el Señor en la bóveda del cielo, alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. Ant: El Señor ha enviado a su ángel y me ha librado del fuego, y no me he quemado. Salmo 149: Alegría de los santos Ant: San Lorenzo oraba, diciendo: «Te doy gracias, Señor, porque me abres las puertas de tu reino.» Cantad al Señor un cántico nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; que se alegre Israel por su Creador, los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas, cantadle con tambores y cítaras; porque el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria y canten jubilosos en filas: con vítores a Dios en la boca

y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos y aplicar el castigo a las naciones, sujetando a los reyes con argollas, a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada es un honor para todos sus fieles. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: San Lorenzo oraba, diciendo: «Te doy gracias, Señor, porque me abres las puertas de tu reino.»


Lectura (2Co 1,3-5) ¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios del consuelo! Él nos alienta en nuestras luchas hasta el punto de poder nosotros alentar a los demás en cualquier lucha, repartiendo con ellos el ánimo que nosotros recibimos de Dios. Si los sufrimientos de Cristo rebosan sobre nosotros, gracias a Cristo rebosa en proporción nuestro ánimo. V/. El Señor es mi fuerza y mi energía. R/. El Señor es mi fuerza y mi energía. V/. Él es mi salvación. R/. Y mi energía. V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo R/. El Señor es mi fuerza y mi energía. Cántico Ev. Ant: Hijo mío, no tengas miedo, porque yo estoy contigo; cuando pases por el fuego, las llamas no te harán daño, ni tan siquiera olerás a humo. † Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo, por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia,

en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Hijo mío, no tengas miedo, porque yo estoy contigo; cuando pases por el fuego, las llamas no te harán daño, ni tan siquiera olerás a humo.


Preces Celebremos, amados hermanos, a nuestro Salvador, el testigo fiel, y, al recordar hoy a los santos mártires que murieron a causa de la palabra de Dios, aclamémoslo, diciendo: R/. Nos has comprado, Señor, con tu sangre - Por la intercesión de los santos mártires, que entregaron libremente su vida como testimonio de la fe, concédenos, Señor, la verdadera libertad de espíritu. R/. - Por la intercesión de los santos mártires, que proclamaron la fe hasta derramar su sangre, concédenos, Señor, la integridad y la constancia de la fe. R/. - Por la intercesión de los santos mártires, que, soportando la cruz, siguieron tus pasos, concédenos, Señor, soportar con generosidad las contrariedades de la vida. R/. - Por la intercesión de los santos mártires, que lavaron su manto en la sangre del Cordero, concédenos, Señor, vencer las obras del mundo y de la carne. R/. Llenos de alegría por nuestra condición de hijos de Dios, digamos confiadamente: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Final Señor Dios nuestro, encendido en tu amor, san Lorenzo se mantuvo fiel a tu servicio y alcanzó la gloria en el martirio; concédenos, por su intercesión, amar lo que él amó y practicar sinceramente lo que nos enseñó. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.


11 de Agosto: Santa Clara, Virgen Fundadora de las Clarisas Cuando Clara tenía 18 años, San Francisco predicó en Asís los sermones cuaresmales en la Iglesia de San Jorge. San Francisco la alentó en su deseo de dejarlo todo por Cristo. El día de Ramos de 1212, Clara huyó de su casa y se dirigió al pueblo de Porciúncula, que distaba dos kilómetros de donde vivía San Francisco con su comunidad. Ahí cambió Clara sus finos vestidos por un hábito de penitente. San Francisco le cortó el cabello, le consiguió alojamiento provisional para Clara en el claustro de las benedictinas de San Pablo, cerca de Bastia. Los parientes de Clara ya habían planeado para ella un matrimonio y en cuanto supieron lo que había pasado, decidieron sacarla del convento. Se cuenta que Clara se aferró con tal fuerza al altar, que desgarró los manteles cuando la arrancaron de ahí. La joven se descubrió la cabeza para que viesen sus cabellos cortados y dijo a sus amigos que Dios la había llamado a su servicio y que ella estaba dispuesta a responder. Al poco tiempo, fue a reunirse con Clara su hermana Inés, lo cual desencadenó una nueva persecución familiar. Más tarde, San Francisco trasladó a Clara e Inés a una casa contigua a la iglesia de San Damián, en las afueras de Asís, y nombró superiora a Clara. Al cabo de algunos años, había ya varios conventos de las clarisas en Italia, Francia y Alemania. La Beata Inés fundó una orden en Praga, donde tomó el hábito. Santa Clara y sus religiosas no usaban calzado y dormían en el suelo, no comían carne nunca y sólo hablaban cuando era necesario o por caridad. Santa Clara imitó a la perfección el espíritu de pobreza de San Francisco. Gregorio IX acabó por conceder a las clarisas, en 1228, el "Privilegium Paupertatis" para que nadie pudiese obligarlas a tener posesiones. Además, Santa Clara como verdadera intérprete del espíritu y tradición franciscanos, redactó por su cuenta una regla que los refleja con fidelidad y que prohíbe toda forma de propiedad individual o común. Inocencio IV no aprobó esta regla sino dos días antes de la muerte de la santa. Santa Clara murió el día de la fiesta de San Lorenzo, a los 60 años de edad.

Laudes V/. -Señor, Ábreme los labios. R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza. Salmo 94: Invitación a la alabanza divina Ant: Venid, adoremos al Señor, rey de las vírgenes. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. -se repite la antífona Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo,

la tierra firme que modelaron sus manos. -se repite la antífona Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. -se repite la antífona


Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras.

"Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso."» -se repite la antífona

-se repite la antífona Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Durante cuarenta años aquella generación me asqueó, y dije:

Himno Nos apremia el amor, vírgenes santas; vosotras, que seguisteis su camino, guiadnos por las sendas de las almas que hicieron de su amar amor divino. Esperasteis en vela a vuestro Esposo en la noche fugaz de vuestra vida, cuando llamó a la puerta, vuestro gozo fue contemplar su gloria sin medida. Vuestra fe y vuestro amor fue fuego ardiente que mantuvo la llama en la tardanza,

vuestra antorcha encendida fielmente ha colmado de luz vuestra esperanza. Pues gozáis ya las nupcias que el Cordero con la Iglesia de Dios ha celebrado, no dejéis que se apague nuestro fuego en la pereza y sueño del pecado. Demos gracias a Dios y, humildemente, pidamos al Señor que su llamada nos encuentre en vigilia permanente, despiertos en la fe y en veste blanca. Amén.

Salmo 84: Nuestra salvación está cerca Ant: Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo. Señor, has sido bueno con tu tierra, has restaurado la suerte de Jacob, has perdonado la culpa de tu pueblo, has sepultado todos sus pecados, has reprimido tu cólera, has frenado el incendio de tu ira. Restáuranos, Dios Salvador nuestro; cesa en tu rencor contra nosotros. ¿Vas a estar siempre enojado, o a prolongar tu ira de edad en edad? ¿No vas a devolvernos la vida, para que tu pueblo se alegre contigo? Muéstranos, Señor, tu misericordia, y danos tu salvación.

Voy a escuchar lo que dice el Señor: «Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos y a los que se convierten de corazón.» La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará en nuestra tierra; la misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; La fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo; el Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará ante él, la salvación seguirá sus pasos.


Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Ant: Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo. Isaías 26,1-4.7-9.12: Himno después de la victoria sobre el enemigo Ant: Mi alma te ansía de noche, Señor; mi espíritu madruga por ti. Tenemos una ciudad fuerte, ha puesto para salvarla murallas y baluartes: Abrid las puertas para que entre un pueblo justo, que observa la lealtad; su ánimo está firme y mantiene la paz, porque confía en ti. Confiad siempre en el Señor, porque el Señor es la Roca perpetua. La senda del justo es recta. Tú allanas el sendero del justo; en la senda de tus juicios, Señor, te esperamos,

ansiando tu nombre y tu recuerdo. Mi alma te ansía de noche, mi espíritu en mi interior madruga por ti, porque tus juicios son luz de la tierra, y aprenden justicia los habitantes del orbe. Señor, tú nos darás la paz, porque todas nuestras empresas nos las realizas tú. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Mi alma te ansía de noche, Señor; mi espíritu madruga por ti. Salmo 66: Que todos los pueblos alaben al Señor Ant: Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros. El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación.

Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor, nuestro Dios. Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe.

Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros.


Lectura (Ct 8,7) Las aguas torrenciales no podrán apagar el amor, ni anegarlo los ríos. Si alguien quisiera comprar el amor con todas las riquezas de su casa, se haría despreciable. V/. Oigo en mi corazón: Buscad mi rostro. R/. Oigo en mi corazón: Buscad mi rostro. V/. Tu rostro buscaré, Señor. R/. Buscad mi rostro. V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo R/. Oigo en mi corazón: Buscad mi rostro. Cántico Ev. Ant: Ésta es la virgen prudente que, unida a Cristo, resplandece como el sol en el reino celestial.

† Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo, por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia,

en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Ésta es la virgen prudente que, unida a Cristo, resplandece como el sol en el reino celestial.

Preces Glorifiquemos a Cristo, esposo y corona de las vírgenes, y supliquémosle diciendo: R/. Jesús, corona de las vírgenes, escúchanos - Oh Cristo, a quien las vírgenes amaron como a su único esposo, concédenos que nada nos aparte de tu amor. R/. - Tú que coronaste a María como reina de las vírgenes, concédenos, por su intercesión, servirte siempre con pureza de corazón. R/.


- Por intercesión de las santas vírgenes, que te sirvieron siempre con fidelidad, para alcanzar la santidad de cuerpo y alma, ayúdanos, Señor, a que los bienes de este mundo que pasa no nos separen de tu amor eterno. R/. - Señor Jesús, esposo que has de venir y a quien las vírgenes prudentes esperaban, concédenos vivir en vela, esperando tu retorno glorioso. R/. - Por intercesión de santa N., que fue virgen sensata y una de las prudentes, concédenos, Señor, la verdadera sabiduría y la pureza de costumbres. R/. Ya que deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que a todos llegue el reino de su Hijo: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Final Oh Dios, que infundiste en santa Clara un profundo amor a la pobreza evangélica, concédenos, por su intercesión, que, siguiendo a Cristo en la pobreza de espíritu, merezcamos llegar a contemplarte en tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.


12 de Agosto: Beato Karl Leisner Nació en 1915, se crió en Kleve y de estudiante de bachillerato ingresó en el Movimiento Juvenil Católico. En dicho Movimiento, además de disfrutar de la comunidad con los jóvenes y de poder realizar largos viajes, adquiere conocimientos de las Sagradas Escrituras y sobre todo de la Eucaristía. En su diario escribe: “Cristo, Tú eres mi pasión”. En 1939 es ordenado diácono y en pocos meses debería recibir las sagradas órdenes, pero la Divina Providencia designa otra cosa. Es detenido por la Gestapo e internado en el campo de concentración de Dachau en el que con gran peligro para todos los participantes, el moribundo diácono, Karl Leisner, es ordenado sacerdote por el obispo Gabriel Piguet, recluso francés. El nuevo sacerdote celebra su primera y única Santa Misa el día de San Esteban, en el año 1944. El 4 de mayo de 1945 es puesto en libertad y fallece el 12 de agosto. La última inscripción de su diario reza: “Bendice, Oh Altísimo también a mis enemigos”.

Laudes V/. -Señor, Ábreme los labios. R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza. Salmo 94: Invitación a la alabanza divina Ant: Adoremos al Señor, creador nuestro. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. -se repite la antífona Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos. -se repite la antífona Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.

-se repite la antífona Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras. -se repite la antífona Durante cuarenta años aquella generación me asqueó, y dije: "Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso."» -se repite la antífona Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


Himno Siempre es hora de la gracia, ¡despierte el alma dormida! Los cangilones del sueño van hurtando el agua viva en la noria de las horas, de las noches y los días. Peldaños de eternidad me ofrece el tiempo en su huida, si, ascendiendo paso a paso, lleno mis manos vacías. Sólo el tiempo se redime, quitándole su malicia.

Como una sombra se esfuman del hombre vano los días, pero uno solo ante Dios cuenta mil años de espigas. «Tus años no morirán», leo en la Sagrada Biblia: lo bueno y noble perdura eternizado en la dicha. Sembraré, mientras es tiempo, aunque me cueste fatigas. Al Padre, al Hijo, al Espíritu alabe toda mi vida: el rosario de las horas, de las noches y los días. Amén.

Salmo 85: Oración de un pobre ante las adversidades Ant: Alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti, Señor. Inclina tu oído, Señor, escúchame, que soy un pobre desamparado; protege mi vida, que soy un fiel tuyo; salva a tu siervo, que confía en ti. Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor, que a ti te estoy llamando todo el día; alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti;

Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad; mantén mi corazón entero en el temor de tu nombre. Te alabaré de todo corazón, Dios mío; daré gloria a tu nombre por siempre, por tu gran piedad para conmigo, porque me salvaste del abismo profundo.

porque tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan. Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí, Señor, escucha mi oración, una banda de insolentes atenta contra mi vida, atiende a la voz de mi súplica. sin tenerte en cuenta a ti. En el día del peligro te llamo, y tú me escuchas. No tienes igual entre los dioses, Señor, ni hay obras como las tuyas. Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor; bendecirán tu nombre: «Grande eres tú, y haces maravillas; tú eres el único Dios.»

Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad y leal, mírame, ten compasión de mí. Da fuerza a tu siervo, salva al hijo de tu esclava; dame una señal propicia, que la vean mis adversarios y se avergüencen, porque tú, Señor, me ayudas y consuelas.


Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Ant: Alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti, Señor. Isaías 33, 13-16: Dios juzgará con justicia Ant: Dichoso el hombre que camina por sendas de justicia y habla con rectitud. Los lejanos, escuchad lo que he hecho; los cercanos, reconoced mi fuerza. Temen en Sión los pecadores, y un temblor agarra a los perversos: "¿Quién de nosotros habitará un fuego devorador, quién de nosotros habitará una hoguera perpetua?" El que procede con justicia y habla con rectitud

y rehúsa el lucro de la opresión, el que sacude la mano rechazando el soborno y tapa su oído a propuestas sanguinarias, el que cierra los ojos para no ver la maldad: ése habitará en lo alto, tendrá su alcázar en un picacho rocoso, con abasto de pan y provisión de agua. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Dichoso el hombre que camina por sendas de justicia y habla con rectitud. Salmo 97: El Señor, juez vencedor Ant: Aclamad al Rey y Señor. Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad:

suenen los instrumentos: con clarines y al son de trompetas, aclamad al Rey y Señor. Retumbe el mar y cuanto contiene, la tierra y cuantos la habitan; aplaudan los ríos, aclamen los montes al Señor, que llega para regir la tierra. Regirá el orbe con justicia y los pueblos con rectitud. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

tañed la cítara para el Señor, Ant: Aclamad al Rey y Señor.


Lectura (Jb 1,21; 2,10b) Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré a él. El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, bendito sea el nombre del Señor. Si aceptamos de Dios los bienes, ¿no vamos a aceptar los males?. V/. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos. R/. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos. V/. Dame vida con tu palabra. R/. mi corazón a tus preceptos. V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo R/. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos. Cántico Ev. Ant: Ten misericordia de nosotros, Señor, y recuerda tu santa alianza. † Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo, por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia,

en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Ten misericordia de nosotros, Señor, y recuerda tu santa alianza. Preces Invoquemos a Cristo, que se entregó a sí mismo por la Iglesia, y le da alimento y calor, diciendo: R/. Mira, Señor, a tu Iglesia. - Bendito seas, Señor, Pastor de la Iglesia, que nos vuelves a dar hoy la luz y la vida; haz que sepamos agradecerte este magnífico don. R/.


- Mira con amor a tu grey, que has congregado en tu nombre; haz que no se pierda ni uno solo de los que el Padre te ha dado. R/. - Guía a tu Iglesia por el camino de tus mandatos, y haz que el Espíritu Santo la conserve en la fidelidad. R/. - Que tus fieles, Señor, cobren nueva vida, participando en la mesa de tu pan y de tu palabra, para que, con la fuerza de este alimento, te sigan con alegría. R/. Concluyamos nuestra oración diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro Maestro: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Final Señor Dios, infunde en nuestras almas la claridad de tu luz, y, pues con tu sabiduría nos has creado y con tu providencia nos gobiernas, haz que nuestro vivir y nuestro obrar estén del todo consagrados a ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.


13 de Agosto: San Estanislao de Kostka, Seminarista Era hijo de un rico senador de Polonia, y nació en el año de 1550. A los 14 años, fue admitido en un colegio jesuita, donde se educó. Durante esta misma época, su padre lo hospedó en la casa de un calvinista protestante, el cual trataba mal a los católicos que eran fervorosos. Ante la negativa de su padre de responder a la vocación de sacerdote, Estanislao decidió huir. Quiso hacerse jesuita en su país, pero los padres de esa comunidad no lo aceptaron por no ganarse de enemigo a su padre. Entonces emprendió una caminata de 500 kilómetros. Primero a Alemania, donde fue recibido amablemente por el superior regional de los jesuitas, San Pedro Canisio, y luego, hasta Roma, donde el superior general San Francisco de Borja lo recibió con especial afecto. Al principio, se dedicó a oficios humildes y domésticos, tarea que hizo con muy buena voluntad y alegría a pesar de que, por venir de familia adinerada, no estaba habituado a este tipo de trabajos. Fue admitido en el noviciado, donde pasó sólo nueve meses. Su amor a Jesús Sacramentedo era tan fuerte, que cuando entraba al templo su rostro se enrojecía y resplandecía. Y durante la misa o después de comulgar era frecuentemente arrebatado en éxtasis, sin darse cuenta de lo sucedía a su alrededor. El 15 de agosto de 1568, cuando sólo tenía 18 años, falleció. Por intercesión de San Estanislao se obtuvieron numerosos milagros, y el Santo Padre lo canonizó y lo declaró patrono de los novicios y de los que se preparan al sacerdocio.

Laudes V/. -Señor, Ábreme los labios. R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza. Salmo 94: Invitación a la alabanza divina Ant: Venid, adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos.

Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.

-se repite la antífona -se repite la antífona Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos.

Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras.

-se repite la antífona

-se repite la antífona


Durante cuarenta años aquella generación me asqueó, y dije: "Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso."»

-se repite la antífona Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Himno

Autor del cielo y el suelo, que, por dejarlas más claras, las grandes aguas separas, pones un límite al hielo.

danos tu gracia, piadoso, para que el viejo pecado no lleve al hombre engañado a sucumbir a su acoso.

Tú que das cauce al riachuelo y alzas la nube a la altura, tú que en cristal de frescura sueltas las aguas del río sobre las tierras de estío, sanando su quemadura,

Hazle en la fe luminoso, alegre en la austeridad, y hágale tu claridad salir de sus vanidades; dale, Verdad de verdades, el amor a tu verdad. Amén.

Salmo 86: Himno a Jerusalén, madre de todos los pueblos Ant: ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios! Él la ha cimentado sobre el monte santo; y el Señor prefiere las puertas de Sión a todas las moradas de Jacob.

Se dirá de Sión: «Uno por uno todos han nacido en ella; el Altísimo en persona la ha fundado.»

¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios! «Contaré a Egipto y a Babilonia entre mis fieles; filisteos, tirios y etíopes han nacido allí.»

El Señor escribirá en el registro de los pueblos: «Este ha nacido allí.» Y cantarán mientras danzan: «Todas mis fuentes están en ti.» Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios! Isaías 40, 10-17: El buen pastor es el Dios altísimo y sapientísimo Ant: El Señor llega con poder, y su recompensa lo precede. Mirad, el Señor Dios llega con poder, y su brazo manda. Mirad, viene con él su salario, y su recompensa lo precede.

Como un pastor que apacienta el rebaño, su brazo lo reúne, toma en brazos los corderos y hace recostar a las madres.


¿Quién ha medido a puñados el mar o mensurado a palmos el cielo, o a cuartillos el polvo de la tierra? ¿Quién ha pesado en la balanza los montes y en la báscula las colinas? ¿Quién ha medido el aliento del Señor? ¿Quién le ha sugerido su proyecto? ¿Con quién se aconsejó para entenderlo, para que le enseñara el camino exacto, para que le enseñara el saber y le sugiriese el método inteligente?

Mirad, las naciones son gotas de un cubo y valen lo que el polvillo de balanza. Mirad, las islas pesan lo que un grano, el Líbano no basta para leña, sus fieras no bastan para el holocausto. En su presencia, las naciones todas como si no existieran, valen para él nada y vacío. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: El Señor llega con poder, y su recompensa lo precede. Salmo 98: Santo es el Señor, nuestro Dios Ant: Ensalzad al Señor, Dios nuestro, postraos ante el estrado de sus pies. El Señor reina, tiemblen las naciones; sentado sobre querubines, vacile la tierra. El Señor es grande en Sión, encumbrado sobre todos los pueblos. Reconozcan tu nombre, grande y terrible: Él es santo. Reinas con poder y amas la justicia, tú has establecido la rectitud; tú administras la justicia y el derecho, tú actúas en Jacob. Ensalzad al Señor, Dios nuestro, postraos ante el estrado de sus pies: Él es santo.

Moisés y Aarón con sus sacerdotes, Samuel con los que invocan su nombre, invocaban al Señor, y él respondía. Dios les hablaba desde la columna de nube; oyeron sus mandatos y la ley que les dio. Señor, Dios nuestro, tú les respondías, tú eras para ellos un Dios de perdón, y un Dios vengador de sus maldades. Ensalzad al Señor, Dios nuestro; postraos ante su monte santo: Santo es el Señor, nuestro Dios. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Ensalzad al Señor, Dios nuestro, postraos ante el estrado de sus pies. Lectura (1P 4,10-11) Que cada uno, con el don que ha recibido, se ponga al servicio de los demás, como buenos administradores de la múltiple gracia de Dios. El que toma la palabra, que hable palabra de Dios. El que se dedica al servicio que lo haga en virtud del encargo recibido de Dios. Así, Dios será glorificado en todo, por medio de Jesucristo.


V/. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor. R/. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor. V/. Guardaré tus leyes. R/. Respóndeme, Señor. V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo R/. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor. Cántico Ev. Ant: Sirvamos al Señor con santidad, y nos librará de nuestros enemigos. † Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo, por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia,

en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Sirvamos al Señor con santidad, y nos librará de nuestros enemigos. Preces Demos gracias al Señor, que dirige y guía con amor a su pueblo, y digámosle: R/. Gloria a ti, Señor, por los siglos. - Padre clementísimo, te alabamos por tu amor, porque de manera admirable nos creaste, y más admirablemente aún nos redimiste. R/. - Al comenzar este nuevo día, pon en nuestros corazones el anhelo de servirte, para que te glorifiquemos en todos nuestros pensamientos y acciones. - Purifica nuestros corazones de todo mal deseo, y haz que estemos siempre atentos a tu voluntad. R/. - Danos un corazón abierto a las necesidades de nuestros hermanos, para que a nadie falte la ayuda de nuestro amor. R/.


Acudamos ahora a nuestro Padre celestial, diciendo: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Final Dios todopoderoso y eterno: a los pueblos que viven en tiniebla y en sombra de muerte, ilumínalos con tu luz, ya que con ella nos ha visitado el Sol que nace de lo alto, Jesucristo, nuestro Señor. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.


Vacaciones en Familia 2015 Cuaderno de Oraci贸n

SANTO ROSARIO


SANTO ROSARIO "El origen histórico del rosario se remonta a la Edad Media, una época en la que las oraciones normales eran los salmos. Pero por entonces muchas personas no sabían leer, lo que les impedía participar en los salmos bíblicos. Por eso se buscó un salterio para ellas, y se halló en la oración a María con los misterios de la vida de Jesucristo ensartados a modo de perlas de un collar. Afectan al que reza de una forma meditativa, en la que la repetición tranquiliza el alma, y aferrarse a la palabra, sobre todo a la figura de María y a las imágenes de Cristo que pasan ante uno mientras tanto, sosiega y libera el alma y le concede la visión de Dios. De hecho, el rosario nos integra en ese saber primitivo en el que la repetición forma parte de la oración, de la meditación, en el que la repetición significa una forma de adentrarse en el ritmo del sosiego. Lo que importa no es tanto seguir con esfuerzo cada palabra de manera racional, sino todo lo contrario: dejarse llevar por la calma de la repetición, por lo cadencioso. Máxime teniendo en cuenta que no se trata de palabras vacías. Traen a mis ojos y a mi alma grandes imágenes y visiones y, sobre todo, la figura de María, y a través de ella la de Jesús. Esas personas de las que hablábamos tenían que trabajar duramente. Al rezar, no podían emprender además grandes rutas intelectuales. Al contrario, necesitaban una oración que las tranquilizase, que las distrajera, que volviera a arrancarlas de sus preocupaciones y les mostrara el consuelo redentor. Creo que esa experiencia primitiva de la historia de las religiones, la de la repetición, del ritmo, de la palabra común, del coro que me lleva y se eleva y llena el espacio, que no me atormenta sino que me tranquiliza, consuela y libera; esa experiencia primitiva se ha cristianizado aquí por entero en el contexto mariano y en la aparición de la figura de Cristo al hacer rezar a las personas con enorme sencillez, enterándose al mismo tiempo del rezo, trascendiendo el ámbito intelectual al adentrarse el alma en las palabras. Lo rezo (el rosario) con gran sencillez, igual que lo hacían mis padres. A los dos les encantaba el rosario. Y mucho más a medida que envejecían. Cuanto más envejece uno, menos esfuerzos intelectuales se pueden hacer, y más se necesita un refugio interno y adentrarse en la oración de la Iglesia. Así que yo lo rezo tal como lo rezaban ellos". Palabras del Cardenal Ratzinger -ahora Papa Benedicto XVI ¿Cómo se reza el santo rosario? 1º Nos hacemos la señal de la Cruz: “Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios Nuestro. En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”. Nos ponemos en presencia de Dios y para que la oración llegue al Cielo, pedimos humildemente perdón al Señor por nuestras faltas (silencio...) y decimos: 2º “Pésame, Dios mío, y me arrepiento de todo corazón por haberos ofendido – Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí – pero mucho más me pesa – porque pecando


ofendí a un Dios tan bueno – y tan grande como Vos. – Antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente no pecar más – y evitar todas las ocasiones próximas de pecado. Amén”. 3º Decimos: En el primer misterio contemplamos... (nombramos el misterio que corresponde al día (*) 4º Rezamos: 1 Padrenuestro: “Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre – venga a nosotros tu Reino – hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén”. 10 Avemarías: “Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres, - y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. – Santa María, Madre de Dios, - ruega por nosotros pecadores – ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén”. 1 Gloria: “Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo – como era en un principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén”. Finalizamos el misterio diciendo: “Oh Jesús mío, perdona nuestras culpas, presérvanos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu misericordia”. 5º Continuamos rezando de la misma forma el 2º, 3º, 4º y 5º misterio. Al final del Santo Rosario podemos decir la siguiente oración: : “Padre, líbranos de todo mal – con tu Santa Sabiduría, Señor, sálvanos de todo pecado. En nombre de todos cuantos te queremos, Señor, llévanos por el camino del bien. Amén”. (Esta oración la enseñó María del Rosario de San Nicolás, y Ella promete que: “El que reza esta oración nueve días seguidos, acompañada con un Rosario, le concederé una gracia especial”) Podemos agregar al final una Salve a la Virgen, un Bendita sea tu pureza, un Padre nuestro y tres Ave Marías para ganar las santas indulgencias y por las intenciones del Santo Padre. Y si tenemos tiempo le hacemos un regalo a la Virgen rezando las Letanías Lauretanas SALVE Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María! V. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios. R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.


LETANIAS LAURETANAS Señor, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros. Cristo, óyenos. Cristo, escúchanos. Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros. Dios Hijo Redentor del mundo, Dios Espíritu Santo, Santa Trinidad, un solo Dios, Santa María, ruega por nosotros. Santa Madre de Dios, Santa Virgen de las vírgenes, Madre de Cristo, Madre de la Iglesia, Madre de la divina gracia, Madre purísima, Madre castísima, Madre virginal, Madre sin mancha, Madre inmaculada, Madre amable, Madre admirable, Madre del buen consejo, Madre del Creador, Madre del Salvador, Virgen prudentísima, Virgen digna de veneración, Virgen digna de alabanza, Virgen poderosa, Virgen clemente, Virgen fiel, Espejo de justicia, Sede de la sabiduría, Causa de nuestra alegría, Vaso espiritual, Vaso de honor, Vaso insigne de devoción, Rosa mística, Torre de David, Torre de marfil, Casa de oro,

Arca de la alianza, Puerta del cielo, Estrella de la mañana, Salud de los enfermos, Refugio de los pecadores, Consuelo de los afligidos, Auxilio de los cristianos, Reina de los ángeles, Reina de los patriarcas, Reina de los profetas, Reina de los apóstoles, Reina de los mártires, Reina de los confesores, Reina de las vírgenes, Reina de todos los santos, Reina concebida sin pecado original, Reina asunta a los cielos, Reina del sacratísimo Rosario, Reina de la paz, Reina de la familia, Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor. Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor. Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros. V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. R. para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Oremos: Concédenos, Señor y Dios nuestro, que podamos gozar de la salud del alma y del cuerpo, y por la intercesión de la Santísima Virgen María, líbranos de las tristezas de este mundo y danos la eterna alegría. Por Cristo nuestro Señor. Amén.


(*) MISTERIOS GOZOSOS: (se rezan los lunes y sábados) 1º La Anunciación del Ángel a la Virgen María y la Encarnación del Hijo de Dios: El Arcángel Gabriel se presenta ante la Virgen María y le anuncia que será la Madre de Jesús. “María dijo entonces: Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en Mí lo que has dicho”. (Lc. 1, 38) – Por este misterio pedimos a la Santísima Virgen aprender a ser humildes y obedientes a la Palabra de Dios. 2º La visita de María Santísima a su prima Santa Isabel: “En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá”. (Lc. 1, 39), a ver a su prima Isabel. Imitemos a la Virgen María y aprendamos a sacrificarnos con alegría, en bien de nuestro prójimo. – Pidamos la verdadera caridad cristiana. 3º El nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo en el portal de Belén: “Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre”. (Lc. 2, 6-7) – Pidamos a la Santísima Virgen, el desprendimiento de todo lo terreno. 4º La presentación del Niño Jesús en el Templo: “Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al Niño a Jerusalén, para presentarlo al Señor”. (Lc. 2, 22) – Pidamos a la Santísima Virgen la virtud de la obediencia. 5º El Niño Jesús, perdido y hallado en el Templo: Jesús se ha perdido. Tiene doce años. Acongojada y afanosamente la Virgen lo busca con resignación. “Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley”. (Lc. 2, 46) – Pidamos a María gran resignación cristiana ante la voluntad de Dios. (*) MISTERIOS LUMINOSOS: (se rezan los jueves) 1º El Bautismo de Jesús en el río Jordán: “Apenas fue bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se le abrieron los cielos, y vio al Espíritu de Dios descender como una paloma y dirigirse hacia Él. Y se oyó una voz del cielo que decía: Éste es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección”. (Mt. 3, 16-17) – Pidamos a la Santísima Virgen, vivir nuestro Bautismo con fidelidad a Cristo Jesús. 2º La autorrevelación de Jesús en las Bodas de Caná: “Y como faltaba vino la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. Jesús le respondió: ¿qué tenemos que ver nosotros?. Mi hora no ha llegado todavía. Pero su madre dijo a los sirvientes: Hagan todo lo que Él les diga... Éste fue el primero de los signos de Jesús y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en Él”. (Jn. 2, 3-5, 11) – Pidamos a María Santísima, saber corresponder al Señor. 3º El anuncio de Jesús sobre el Reino de Dios y su invitación a la conversión: “Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: El Tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia”. (Mc. 1, 14-15) – Pidamos al Señor, nos envíe su Espíritu, para lograr una real conversión. 4º La Transfiguración de Jesús en el Monte Tabor: “Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se volvieron de una blancura deslumbrante... Desde la nube se oyó entonces


una Voz que decía: Éste es mi Hijo, el Elegido, escúchenlo”. (Lc. 9, 29 y 35) – Pidamos a la Santísima Virgen, reconocer en nuestros hermanos, el rostro de Jesús. 5º Jesús instituye la Eucaristía: “Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo: Tomen y coman esto es mi Cuerpo. Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó diciendo: Beban todos de ella, porque ésta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos para la remisión de los pecados”. (Mt. 26, 2628) – Pidamos a María Santísima, ser dignos depositarios del Cuerpo y de la Sangre de Jesús. (*) MISTERIOS DOLOROSOS: (se rezan los martes y viernes) 1º La oración de Jesús en el Huerto de los Olivos: La noche antes de su muerte en la Cruz, Jesús, que siendo Dios sabía que lo iban a crucificar, sube al Monte de los Olivos a rezar. “Y adelantándose un poco, cayó con el rostro en tierra, orando así: “Padre mío, si es posible, que pase lejos de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”. (Mt. 26, 39) – Pidamos a la Santísima Virgen, aprender a orar. 2º La Flagelación de Nuestro Señor: “Pilatos mandó entonces azotar a Jesús”. (Jn. 19, 1) – Pidamos a la Santísima Virgen, aprender a sufrir. 3º La Coronación de espinas: Los soldados tejieron una corona de espinas y se la pusieron sobre la cabeza. Lo revistieron con un manto rojo, y acercándose, le decían: “¡Salud, rey de los judíos!”, y lo abofeteaban. (Jn. 19, 2-3) – Pidamos a la Virgen, aprender a aceptar pacientemente las humillaciones. 4º Jesús con la Cruz a cuestas camino al Calvario: Jesús, cargando sobre sí la cruz, salió de la ciudad para dirigirse al lugar llamado “del Cráneo”, en hebreo “Gólgota”. (Jn. 19, 17) – Pidamos a la Virgen, aprender a aceptar y amar nuestra cruz. 5º La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo: “Cuando llegaron al lugar llamado “del Cráneo”, lo crucificaron”. (Lc. 23, 33). Era alrededor del mediodía. El sol se eclipsó y la oscuridad cubrió toda la tierra hasta las tres de la tarde: el velo del Templo se rasgó por el medio. Jesús, con un grito, exclamó: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Y diciendo esto, expiró. (Lc. 23, 44-46) – Pidamos a la Santísima Virgen llegar al último momento de nuestra vida, habiendo cumplido bien nuestra misión aquí en la tierra. (*) MISTERIOS GLORIOSOS: (se rezan los miércoles y domingos) 1º La Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo: Al entrar al sepulcro, vieron a un joven sentado a la derecha, vestido con una túnica blanca. Ellas quedaron sorprendidas, pero él les dijo: “No teman. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el Crucificado. Ha resucitado, no está aquí. (Mc. 16, 5-6) – Si por el pecado hubiéramos muerto a la gracia, pidamos a la Virgen María resucitar con Cristo, por medio de una sincera confesión. 2º La Ascensión de Nuestro Señor a los cielos: “Ustedes son testigos de todo esto. Y Yo les enviaré lo que mi Padre les ha prometido. Permanezcan en la ciudad, hasta que sean revestidos con la fuerza que viene de lo alto”. Después Jesús los llevó hasta las proximidades de Betania y, elevando sus manos, los bendijo. Mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al


cielo”. (Lc. 24, 48-51) – Pidamos a la Santísima Virgen ascender diariamente en nuestra vida espiritual. 3º La venida del Espíritu Santo sobre María Santísima y sobre los Apóstoles: “Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De pronto, vino del cielo un ruido semejante a una ráfaga de viento que resonó en toda la casa donde se encontraban. Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo”. (Hechos 2, 1-4) – Pidamos a la Santísima Virgen que el Espíritu Santo nos ilumine para cumplir siempre la voluntad de Dios. 4º La Asunción de María Santísima a los cielos: “Finalmente, la Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de culpa original, terminado el decurso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial (Lumen Gentium Cap. VIII 59) – Pedimos a Dios, vivir como lo hizo María aquí en la tierra, con sencillez y humildad, para alcanzar una santa muerte. 5º La Coronación de María Santísima como Reina y Señora de todo lo creado: “...Y ensalzada por el Señor como Reina universal con el fin de que se asemejase de forma más plena a su Hijo, Señor de los señores y vencedor del pecado y de la muerte”. (Lumen Gentium Cap. VIII 59) – Pidamos a Dios la verdadera y filial devoción a María y la gracia de imitar fielmente sus virtudes, para alcanzar el cielo.


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CORONILLA DIVINA MISERICORDIA


CORONILLA DINIVA MISERICORDIA Se reza con un rosario común. Cada día reza un Padrenuestro, Avemaría y Credo, y luego con las cuentas del Santo Rosario: Reza 5 decenas. Comienza cada decena así: “Padre Eterno, yo te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación por nuestros pecados y los del mundo entero”. Sigue e implora al Padre Eterno 10 veces, en cada decena: “Por su dolorosa Pasión, ten Misericordia de nosotros y del mundo entero”. Al final, repite 3 veces: “Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten Misericordia de nosotros y del mundo entero”. Y después, es bueno terminar con una Salve a la Virgen.


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EXAMEN DECONCIENCIA


Un hecho innegable: cometemos errores Todos tenemos muchas cosas buenas..., pero al mismo tiempo la presencia del mal en nuestra vida es un hecho: somos limitados, tenemos una cierta inclinación al mal y defectos; y como consecuencia de esto nos equivocamos, cometemos errores y pecados. Esto es evidente y Dios lo sabe. Por nuestra parte, sería tonto negarlo. En realidad... peor que tonto..., San Juan dice que “si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, fiel y justo es El para perdnar nuestros pecados y purificarnos de toda injusticia. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos mentiroso y su palabra no está en nosotros” (1 Jn 1,9-10). Condiciones para una buena Confesión El Señor nos ama muchísimo y perdona nuestros pecados si nos arrepentimos y nos confesamos. ¡Que no te dé vergüenza confesarte! Recuerda que es Dios quien perdona tus pecados. Pasos para una buena confesión: 1. Examen de conciencia: pide luz para tener conocimiento de los pecados. Recuerda que la gravedad del pecado consiste en el desprecio del amor de Dios. Reconoce tus ofensas desde tu última confesión. 2. Dolor de los pecados: el pecado es una falta al amor de Ojos, Nos debe doler haberla cometido porque entristecemos a nuestro mejor Amigo. 3. Propósito de enmienda: Poner todo lo que esté de nuestra parte para no volver a ofender a nuestro Dios, porque es nuestro buen Padre. 4. Decir los pecados al sacerdote: esto es importante. porque Jesús encargó que, en su Nombre, y representándolo a Él. el sacerdote perdonara nuestros pecados. 5. Cumplir la penitencia: debemos escuchar los consejos que el sacerdote nos diga y cumplir con la penitencia que nos mande, pues es para reparar el mal que hemos cometido. Al final de la confesión, Jesús te persona a través del sacerdote. En este momento, recuperas la vida de gracia, la amistad con Dios y tienes más fuerza para combatír la tentación, aquello que te separa de Dios, y ser mejor hijo suyo. Guía para el examen de conciencia Para facilitar el examen de conciencia, lle despacio y medita cada pregunta en la presencia de Dios. ¿Cuanto tiempo hace que me confesé la última vez? ¿Cumplí completamente la penitencia que me impuso el sacerdote? ¿Que se me olvidó o que pecados graves callé en confesiones anteriores?


1º Mandamiento: AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS ¿Me acuesto o me levanto sin rezar? ¿Me avergüenzo de aparecer creyente ante los demás? ¿He creído en supersticiones, por ejemplo: amuletos, brujas, lectura de naipes o espiritistas? ¿Hago las cosas rectamente para la gloria de Dios, o para que me vean los demás? ¿Pongo diligencia en todo lo que se refiere al Señor, o me excuso con el “no me apetece”, “no me gusta”, “estoy muy ocupado”...? 2º Mandamiento: NO TOMARÁS EL NOMBRE DE DIOS EN VANO ¿Alabo al Señor y le doy gracias por sus beneficios? ¿Venero y rezo a la Virgen, a los Ángeles y a los Santos?¿He dicho el Nombre de Dios sin respeto y por cualquier tontería? ¿He tenido alguna conversación o chistes contra Dios, María, la Iglesia, los Santos, los sacerdotes, las cosas sagradas....? ¿He dicho alguna palabrota o insulto con el nombre de Dios? ¿He jurado por Dios sin necesidad? 3º Mandamiento: SANTIFICARÁS LAS FIESTAS ¿Procuro comulgar cada vez mejor, con el corazón más limpio? ¿Comulgo con frecuencia para ser más amigo de Jesús y recibir su fuerza para no ofenderle? ¿He asistido a Misa los domingos y fiestas de guardar? ¿He callado algún pecado importante en la confesión por vergüenza? 4º Mandamiento: HONRARÁS A TU PADRE Y A TU MADRE ¿He sido obediente, respeto y cariñoso con mis padres y/o superiores? ¿Les he respetado y obedecido? ¿En casa, he sido alegre y servicial, o, más bien, he sido egoísta? ¿Me ha costado aceptar consejos de los demás, por orgullo? ¿Adopto, por sistema, una postura de contestación ante todo lo que me mandan? ¿He dado algún disgusto grande en casa? ¿Me enfado, discuto, me peleo con mis hermanos? ¿He pedido perdón cuando me he potado mal? ¿He sabido perdonar? 5º Mandamiento: NO MATARÁS ¿He deseado que a otros les vaya mal? ¿He peleado? ¿He dicho groserías? ¿tengo resentimientos contra alguna persona y no le quiero perdonar? ¿No rezo por los que me han tratado mal? ¿Me he burlado de alguien? ¿He puesto sobrenombres? ¿He tratado con dureza? ¿He dicho palabras ofensivas? ¿He hablado mal de otras personas? ¿He contado lo malo que han hecho o lo que dicen de ellos? ¿He escandalizado? (o sea, ¿he enseñado lo molo o los que no lo saben?) ¿Cuantas veces? ¿Me he aprovechado de los más débiles para golpearlos o humillarlos? 6º Mandamiento: NO COMETERÁS ACTOS IMPUROS ¿He consentido pensamientos o deseos impuros? ¿He mirado películas impuras, o revistas pornográficas o escenas impuras por televisión? ¿He dicho o celebrado chistes malos? ¿He hecho acciones Impuras conmigo mismo o con algunas personas? ¿rengo alguna amistad que me hace pecar? 7º Mandamiento: NO ROBARÁS ¿He cogido algo que no era mío (en el cole, dinero de mis padres, en alguna tienda...) ¿Lo he devuelto? ¿Malgasto mi dinero en caprichos? ¿Doy limosna (a los pobres, en la colecta de la Misa...)? ¿Estudio todo lo que puedo? ¿Hago siempre los deberes o a veces soy perezoso y comodón? ¿rengo envidia? ¿Aprovecho y atiendo en las clases (el cole, en la catequesis, en la academia…) o molesto y distraigo a mis compañeros?¿Tengo envidia de otros?


8º Mandamiento: NO DIRÁS FALSOS TESTIMONIOS NI MENTIRÁS ¿He dicho mentiras? ¿He criticado? ¿He descubierto o revelado secretos sobre los demás? ¿He acusado falsamente a otros? ¿He criticado o hablado mal de otros? ¿He dicho a otros algún secreto que me habían confiado? He hecho trampas en los exámenes? 9º Mandamiento: NO CONSENTIRÁS PENSAMIENTOS NI DESEOS IMPUROS ¿He mirado al prójimo de manera impura? 10º Mandamiento: NO CODICIARÁS LOS BIENES AJENOS ¿He deseado los bienes ajenos? ¿He sido envidioso? ¿He sido avaro? ¿He comido más de lo que necesito? ¿He sido orgulloso? Acto de contrición Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén.


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CANCIONERO


Acercaos a la mesa Acercaos a la mesa, en que Cristo se nos da por amor. Ofrezcamos lo que somos que Jesús nos va a transformar en Él. ¡Qué admirable el intercambio, en que Cristo nos libera del mal! Vengamos a su presencia, a vestirnos de su divinidad. Padre te damos las gracias por tu hijo Jesús nuestro Señor, por el Espíritu Santo, haznos dignos de recibir tu don. Ave María (Verbum Panis) Madre de la espera y mujer de la esperanza. Ora pro nobis Madre de sonrisa y mujer de los silencios. Ora pro nobis Madre de frontera y mujer apasionada. Ora pro nobis. Madre del descanso y mujer de los caminos. Ora pro nobis. Madre del respiro y mujer de los desiertos. Ora pro nobis. Madre del ocaso y mujer de los recuerdos. Ora pro nobis. Madre del presente y mujer de los retornos. Ora pro nobis. Madre del amor y mujer de la ternura. Ora pro nobis Cordero de Dios (Taulé) En presencia de mi Santo Dios (Renovación Carismática) En presencia de mi santo Dios, Yo me inclino a adorar. Él conoce lo más hondo de mí y me acoge con su amor. En presencia de mi santo Dios, mi pobreza está ante Él. Con su gracia Él renueva mi ser y en mi alma solo hay paz.

En presencia de mi santo Dios, yo le adoro en su altar. Es su nombre gloria, honra y poder, majestad y santidad. En presencia de tu gloria, mi Dios, yo proclamo tu poder. Mis coronas hoy arrojo ante ti, ante el trono de mi Rey.

Y grito: ¡Santo, Santo, Santo Dios! Y grito… (Bis)… si yo he cambiado Eterno, justo y fiel. fue en presencia de mi Santo Dios. Y grito: ¡Santo, Santo, Santo Dios! Resplandece tu poder. Si yo cambié fue en presencia de mi Santo Dios. ¡Gloria! (Martín Valverde) ¡Gloria, gloria! ¡Gloria, gloria! ¡A Jesús, el Señor, al Cordero de Dios, Al nombre sobre todo nombre!


Kyrie eleison Kyrie eleison; Kyrie eleison. Christe eleison; Christe eleison. Kyrie eleison; Kyrie eleison. Majestad Majestad, adora a su majestad. A Jesús sea honra gloria y poder. Majestad, reino y autoridad. Luz y esplendor, manda a su pueblo. A él cantad.

Aclamad y proclamad el nombre de Cristo. Magnificad, glorificad, a Cristo el Rey. Majestad, adora a su majestad. Cristo murió, resucitó y de reyes es Rey.

Nadie me ha mirado así Nadie me ha mirado así, sin fijarse en mi miseria Nadie me ha mirado así, nadie jamás, nadie jamás. Nadie me ha buscado así, nadie dio por mí su vida Nadie me ha buscado así, nadie jamás, nadie jamás. Oh, mi Dios, Tú has borrado mi pecado y de mi debilidad Tú te has enamorado Oh, nadie me ha mirado así. (bis)


¡Oh Jesús, Tú eres mi Luz! Oh Jesús, Tú eres mi Luz, ¡Aleluya, Aleluya! Oh Jesús, Tú eres mi Luz, Tú eres mi Luz, aleluya. Tú el Camino, Tú la Verdad, Cristo, Tú eres la Vida.

Caminando detrás de ti, te seguiré por siempre. Si camino en la oscuridad, lámpara es tu Palabra, Por las sendas de la Verdad, iré donde Tú vayas.

Todo es de mi Cristo Todo es de mi Cristo Por Él y para Él. (x2) A Él sea la gloria (x3). Por siempre. Amén.


Vamos con gozo (Renovación carismática)

Vamos con gozo el Padre nos llama, ven en Espíritu y en verdad. Vamos cantando y dándole gracias. Todo ha hecho nuevo nuestro Salvador.


Ven Amor de Dios

Ven Amor de Dios. Inunda mi alma. Ven a mĂ­, con fuerza y poder. Ven Amor de Dios



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