En este tercer número Nueva Fuerza muestra cierta preocupación por las diferencias que, entre el hard-core punk y el metal, se desarrollan tan continuamente en Medellín, terminando muchas veces en conflictos dentro de los conciertos. La constante es que el enemigo no está dentro de la escena. En este sentido, esta edición se manifiesta en contra del Servicio Militar Obligatorio o la mala imagen que dichos actos producen en la mente de los demás, criticando como ejemplo de esto a la película Rodrigo D No Futuro, que comete el error de mezclar la violencia no-física de la música punk con la violencia armada de sicarios y “traquetos”, en una época donde los problemas de narcotráfico incrementaban para Medellín.