Si leer te apasiona Esta revista te enamora Hecha por: Kevin Celi, Miquel Panadés, Núria Vives, Ivan Jarana y Eric Mallafré
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ÍNDICE Acrósticos
3-5
Historias de suspense
6-8
El conde Lucanor
9-12
Romanceros
13-16
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ACRÓSTICOS Eric Empezaba yo un día largo, Retrasando todos mis adelantos. Importantes son las tareas Cuando las leas.
Kevin Kevin es mi nombre Ecuador mi país Vivo con Inmensa Felicidad Nunca con enfado
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Iván Imagina que puedes volar, Vuela sin parar A donde quieras podrás llegar Nadie te podrá parar.
Núria Noche oscura, donde la luna brilla, Única en todo el cielo, ella ilumina Risueña y bonita, las calles alumbra Intentando convencernos, de su tacto y su cordura Aunque a algunos atormenta; buenas noches luna.
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Miquel Mucho llevas Intentando un acróstico hacer Queriendo que me quedase bien Un buen tiempo me pasé El resultado, Lo leéis.
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HISTORIAS DE SUSPENSE El viaje de Pedro Un día tranquilo, el señor Pedro Martin pensaba en hacer un viaje a su país natal, España. Decidió hacer su viaje con su yate ya que le gustaba mucho navegar. Quería viajar a España para negociar con su traficante. El viaje lo haría el día siguiente porque aquel día tenía que preparar el equipaje y avisar a sus trabajadores para que fueran preparando el yate y reunir la comida necesaria. A las 8:30 salieron con su yate hacia España. Mientras viajaban, Pedro se sentó a tomar el sol en su silla muy cómoda. Como no había nada interesante que hacer, se durmió. Después de dos horas, el amo del yate pidió la comida a uno de los empleados, le pidió una carne muy selecta y como no le hizo lo que quería se enfadó de mucho porque Pedro era muy exigente. Después de una hora se fue a echar una siesta ya que estaba muy lleno. Al día siguiente, estaban a mitad del trayecto cuando se pará el motor. Como el dueño sabía que tardaría mucho en repararlo se puso a leer un libro. El libro, trataba sobre un viaje sin retorno. De repente el motor empezó a funcionar, el protagonista no se dio cuenta ya que estaba muy intrigada con la historia. De repente, explotó el yate y Pedro murió y sus restos flotaron por el mar junto a los restos del barco. Antes de que explotara el empleado se fugó del yate con una barca. Él se escapó a tiempo y pudo realizar su venganza contra Pedro que flotaba en alta mar con un libro a su lado.
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La boda del asesino Un psicópata de 35 años, ex drogadicto, es atormentado por los recuerdos de sus víctimas. Todo empezó cuando se enganchó a las drogas por culpa de los engaños que sufría y por las continuas burlas hacia su persona. Vivía con su mujer, joven y atractiva. Él, rico y famoso, se gastaba la mayor parte de su dinero en drogas y productos adictivos. Siempre que consumía droga se imaginaba una lista donde aparecían todas las personas que le habían mentido alguna vez o perjudicado durante su juventud. A todas las personas que le aparecían en la lista les mataba ese mismo día utilizando tan solo una navaja y una sierra mecánica. Las víctimas eran enterradas en un descampado donde no pasaba nadie y por la noche. Posteriormente, en la lista salió el nombre de los padres de su esposa. Él no dudó en matarlos. Planificó un plan inalcanzable para mentes de gente normal. Pero a su esposa no pudo engañarla. Ella se armó de valor y quiso ir a denunciarlo a la policía .Demasiado tarde. Su marido ideó un plan para matarla mientras salía de casa. Pero lo que definitivamente le llevó a abandonar las drogas y todas las substancias que tomaba fue el hecho de la aparición de su nombre en la lista. En ese momento abrió los ojos y se dio cuenta de la barbaridad que estaba haciendo cuando estaba drogado. Años después, solo se siente atormentado por las almas de sus víctimas. No le queda nada, tan solo el recuerdo de todos los asesinatos cometidos, todas las mujeres viudas y todos los hijos huérfanos que dejó… Padece alucinaciones continuas. Sueña que las almas de sus víctimas le visitan con sed de venganza. A punto de explotar, harto de todo, decide acabar con su propia vida. Usa una silla, una cuerda y un gancho para colgarse. Con un mecanismo muy trabajado, le pega un golpe a la silla, que se viene abajo. El cuerpo del asesino queda colgado mientras aun resuena su último grito ahogado por la habitación. Se despierta, sudado y agobiado. Tras unos segundos aturdido, se da cuenta que ese día era el día de su boda.
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LA CASA DEL SUEÑO Eran ya las diez de la noche, y sobre esa hora siempre me acostaba en la cama, aunque me ponía a leer un libro y no cerraba la luz hasta las diez y media. Era invierno y hacía muchísimo frío, por eso me acababa de comprar un nuevo edredón de color azul con tonos verde, muy calentito y de color favoritos. De hecho, ese día era el primer día que lo estrenaba. Leí mi libro tranquilamente y concentrándome en todos los detalles de la novela, Don Quijote de la mancha, era uno de mis libros preferidos. Me entretenía tanto leerlo, que cuando miré el reloj ya eran las once menos cuarto. Dejé el libro sobre la mesita de noche y apagué la luz. Poco a poco fui cerrando los ojos, hasta que me dormí. Entré en mi sueño. Como siempre me pasa cuando sueño, se ponen los bordes oscuros y borrosos. Estaba en una calle, la reconocía, peo no me acordaba donde ni cuando había estado en ella. Me sonaban también las tiendas, entré en una pero no había nadie. Era raro, entonces, ¿por qué estaba abierta?. No sé, pero seguí andando calle abajo, hasta entré en una casa, era grande y espaciosa, de colores claros. Tenía dos pisos que se juntaban con una escalera de madera oscura y resistente. Entré en la cocina, no había nadie, pero era todo muy raro, había un vaso de agua encima de la mesa acabado de usar. Pasé al despacho, y después a la sala de estar. Nada, no se oía nada, no se veía nada. Pasé a un dormitorio de invitados, la cama estaba desecha. Qué raro, era muy parecida a mi casa, todo puesto al mismo sitio, la misma decoración, todo era muy parecido, entonces pensé en ir a mi habitación. Subí las escaleras, donde lo primero que se ve es el baño, y seguidamente una habitación vacía, entonces fui a la mía, vi primero el armario abierto, el cual no me dejaba ver la cama, así que cerré la puerta, y me vi a mí en la cama, el edredón manchando de sangre, y tenía un cuchillo clavado en el costado izquierdo de la barriga. Estaba muerto. Me desperté sudando y vi a un hombre de pie al lado de mi cama.
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EL CONDE LUCANOR El Conde Lucanor se encuentra otra vez confuso y de esa manera acude a Patronio: -Patronio, hay un lugar lejos de aquí que me han dicho que si voy, puedo ganar una fortuna muy grande, pero, por otro lado, es un lugar muy peligroso, donde tendría que ir con cuidado, porque si no puedo perder la vida. Patronio se quedó pensando unos segundos, entonces, respondió: -Señor Conde, ahora os contaré una historia que relaciona las riquezas con la vida, es una historia que le pasó a Marco. El Conde, callado y atento escuchaba la historia. -Vera, señor Conde, Marco era un hombre de mediana altura, de unos treinta años, fuerte y valiente, pero también era muy cabezota. Estaba cruzando un río, y él llevaba dos bolsas llenas de monedas de oro, las cuales eran muy pesadas, y, por lo tanto, le costaba mucho cruzar el río. Estaba llegando casi a la mitad y el agua le cubría prácticamente todo el cuerpo. Un pastor que lo estaba viendo desde el otro lado del río, le dijo que soltara la carga para poder salvarse y seguir con vida, si no moriría ahogado. Marco, no hizo caso y siguió con la carga y al llegar a la mitad del río murió ahogado. El Conde se quedó pensando, mientras Patronio le dijo: -Señor Conde Lucanor, si vos queréis arriesgar vuestra vida por las riquezas, no os lo aconsejo. Como al Conde Lucanor agradó mucho el consejo de Patronio, lo siguió y le fue muy bien. Y finalmente unos versos como moraleja que dicen así: Si tu vida mucho aventuras, la riqueza poco te dura.
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Lo que le sucedió al alcalde Pedro Otra vez habló el conde Lucanor con Patronio, su consejero, tal que así: -Patronio, tengo un conocido que ha acudido a mi indeciso, no sabe si quedarse con lo que tiene, que de momento le va bien, o aspirar a mucho más, cosa que según la gente dice, le producirá dinero fácil y fama. Patronio respondió: -Señor conde Lucanor, lo mismo le ocurrió al alcalde Pedro que mucho aspiraba y acabo en nada. El conde Lucanor quiso que su consejero le contara la historia completa y así se hizo: -Señor conde –procedió Patronio–, en un pequeño pueblo de Castilla mandaba Pedro. Durante dos años lo hizo muy bien y todo eran premios y alabanzas para él, cuando de repente le llegó la oferta de ser gobernador de toda la región, cosa que le proporcionaría mucho más dinero y mucha más fama, pero dejaría abandonado su pueblo natal, donde tan orgullosos de él estaban. Mucho pensó el alcalde Pedro, que como era tan ambicioso, decidió arriesgarse y aceptar la jugosa oferta. Su pueblo se enfadó mucho con él ya que había prometido lealtad eterna con ellos. Tal era la presión para Pedro, que no le iban bien las cosas en su nuevo cargo como gobernador y le echaron. Entonces se dio cuenta de lo cómodo que estaba mandando en su pequeño pueblo de siempre, y quiso volver donde estaba, pero tal era el rencor hacia su persona, que no le dejaron volver y se quedó sin nada. Vos, señor conde Lucanor, aconsejadle a vuestro conocido que no arriesgue si no es absolutamente necesario. Al conde agradó mucho lo que dijo Patronio, le dijo a su conocido que lo hiciese así y le salió muy bien. Y como don Juan gustó de este ejemplo, lo mandó poner en este libro y escribió: Quién mucho abarca, Poco alcanza 10
Lo que le sucedió a un estudiante llamado Basilio -Casimiro, tengo una duda, no sé si estudiar para el próximo examen y hacer los deberes o no estudiar y hacer los deberes ya que no tengo tiempo, ¿Me podrías aconsejar? Casimiro le respondió, diciéndole: -Es mejor estudiar para el próximo examen y hacer todos los deberes que puedas, aunque no tengas tiempo porque si no te ocurrirá lo que le sucedió a Basilio. Víctor le pregunto a Casimiro: -¿Y qué le sucedió a Basilio? -Señor Víctor –dijo Casimiro- hubo un estudiante llamado Basilio, que confiaba mucho en sus compañeros cuando iba al colegio. Él, confiaba en no estudiar y además en no hacer los deberes porque sus compañeros siempre le dejarían copiar, pero lo que él no sabía, es qué le podría suceder. Un día citaron el examen para toda la clase y él faltó ya que había enfermado. Basilio se pensaba que no lo harían hacer el examen ya que faltarían muchos alumnos y por eso, estuvo tranquilo. Al día siguiente, él fue a clase sin haber estudiado ya que creía que no le pondrían el examen pero, la profesora le comunicó que ese día tenía que hacer el examen y entregar el dosier. Basilio, le preguntó si le podía entregar el dosier otro día ya que se lo había dejado en casa. La profesora, le dijo que se lo podría traer al día siguiente, pero que le bajaría medio punto. Seguidamente, le dio el examen y lo tuvo que hacer, sin protestar y Basilio, fue a hacerlo. Mientras iba a su sitio para coger las cosas, le pidió a sus compañeros que le ayudaran y todos se negaron porque tenían miedo que la profesora se diera cuenta y los suspendiese también a ellos. Durante el examen se puso muy nervioso ya que no había estudiado y no pudo contestar casi nada. Una vez acabada la clase la profesora le cogió el examen y se lo guardó. Después se puso más nervioso ya que no había respondido 11
nada e iba a suspender y también porque en casa no sabía cómo explicarlo lo que le había sucedido. Al acabar todas las clases, se le ocurrió pedirle a sus amigos todos los ejercicios que habían hecho durante todo el curso para poder sacar buena nota en el dosier y compensarlo por la mala nota que sacaría en el examen pero, ninguno de sus amigos le pudo dejar los deberes ya que todos le habían entregado a la profesora y ella aún no les había devuelto. Al día siguiente la profesora le pidió el dosier, pero él no se lo pudo entregar porque no lo había hecho y entonces la profesora le dijo que con la mala nota que tenía en el examen y con un 0 que tendría del dosier no le podría aprobar. Entonces, Basilio, decepcionado por confiar en sus amigos suspendió la asignatura y tuvo que repetir el curso. Usted Víctor, si queréis aprobar el examen y el dosier no hagáis lo que hizo Basilio, haced lo contrario. Lo que podríais hacer es, primero hacer todos los deberes de la asignatura para aprobar el dosier y segundo, estudiar para el examen aunque no tengáis mucho tiempo. A Víctor le gustó mucho el consejo que le dio Casimiro, siguió sus consejos y le salió muy bien. Y como le gustó mucho el consejo escribió estos versos:
No dejes para mañana, lo que puedas hacer hoy.
No confíes en nadie, y sé un buen estudiante
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ROMANCEROS El examen La clase de 3º A dispuestos a hacer un examen estaba, muchos de ellos no estudiaran ya que sus libros y sus apuntes en su taquilla quedaran.
La profesora entró por la puerta y los alumnos nerviosos estaban, ya que la mayoría acordaran de ayudarse para que aprobaran.
La profesora entregó el examen y los alumnos empezaran, muchos dijeron: -el examen difícil estaba y la profesora les dijo que se callaran.
Cuando un alumno preguntaba, los otros copiaban, 13
la profesora les miraba y seguidamente un cero les quedaran.
Al finalizar el examen, los alumnos con dudas quedaran, de si suspendieran o aprobaran, pero esperaban la mejor nota para que sus padres contentos quedaran.
A los que les quedaran un cero, a la profesora se quejaran y ella sin discusiones por la puerta los mandaba.
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El romance del estudiante Ya la mañana arrancaba con castellano empezaba. Felisa culturizaba a treinta chicos dormidos.
Matemáticas tocaba en la puerta Grecia estaba. Aburridos calculaban los volúmenes dichosos.
Ya Fina al caer estaba porque el timbre ya sonaba. A sintaxis nos mataba todos la hora miraban.
Por fin patio les tocaba ya saltaban y jugaban. El bocata se comían mientras otros estudiaban.
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Y sociales empezaba Núria silencio ordenaba, pero al ver que no callaban los deberes les dictaba.
Aún dos horas les faltaban plástica y tecnología. Ya María dibujaba los que mal se comportaban.
Tecno todos comenzaban mirando el reloj estaban. El fin del día llegaba ¡Hambrientos ya se alegraban!
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La clase de tercero A Los ni単os de tercero A con mucha ansia esperaban las vacaciones de este a単o porque cansados estaban. A mitades del verano todos los ni単os jugaban. Muchos se iban de viaje, otros estudiando se quedaban ya que durante el curso ellos no se lo curraban. Poco tiempo de verano a los ni単os les quedaba y por eso con ansias lo disfrutaban.
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