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La visión de Oskar Oskar Ruizesparza Página

Por: Roberto Valadez Pineda Fotografía: Oskar Ruizesparza

Oliver Godoy Dió la cara

No cabe duda que la afición taurina de Jalisco está deseosa, desde hace muchos años, de contar con un matador de toros de arte, que coloque una vez más a la tauromaquia tapatía en los primeros planes nacionales e internacionales.

El Maestro Manuel Capetillo fue un figurón del arte taurino jalisciense y en años recientes, hubo quienes intentaron colocarse entre los punteros de la baraja nacional pero por una u otra razón la falta de oportunidades fueron limitando su camino.

Alfredo Lomelì en su momento cuajó faenas importantes en el coso tapatío y se tenía la esperanza de que se convirtiera en un diestro de trascendencia, pero el camino fue complicado y con poca continuidad como para terminar de catapultarse hasta las alturas.

un poco la fiesta brava con su peculiar forma de interpretar el toreo, espectacular, vistoso para el público, pero lejos sin duda de convertirse en un torero con la fineza y calidad que busca la afición exigente de Guadalajara.

Oliver Godoy tomó un respiro en su carrera y se alejó de los ruedos ante el asombro de sus seguidores, reflexionó, evolucionó, maduró y ha regresado con la firme determinación de ser ese torero que requiere Jalisco, ese matador de toros de arte, de pellizco, de antología y el domingo anterior, en un primer intento por colocarse en un pedestal de oro, supo responder a toda las expectativas que había sembradas en él.

Ciertamente no fue una faena de alarido, pero poco a poco fue cuajando una faena con arte, con sentimiento, con técnica, esa que tiene de sobra, y que apoyada en el fondo de su arte ha dejado un grato sabor de boca pero una esperanza de que con continuidad, podrá ir evolucionando para ser la figura que necesita la baraja taurina de Jalisco. tendrá que trabajar mucho Godoy para escalar a esas alturas, pero ha demostrado el domingo anterior en la primera corrida de la temporada en la Plaza Nuevo Progreso, que viene con ganas, con arte en las venas y con determinación para concretar el camino que dejó en su momento trunco.

Citó de lejos a un toro clavado en la arena, quizás por esa falta de continuidad, pero luego en corto empezó a hilvanar una faena meritoria en su quinto de la tarde y luego de una gran estocada, fulminante y en buen sitio, se llevó la oreja por petición unánime de su público que salió con esa esperanza, de tener muy pronto una figura que saque la cara por Jalisco. Enhorabuena Oliver Godoy.

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