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Pastor Mezquida, José “José Pastor”

PastOr mEZquida, José

“JOSÉ PASTOR”

Matador de toros y posteriormente, novillero, nacido en Oliva (Valencia), el 15 de diciembre de 1903 en el seno de una familia de labradores. Siendo adolescente vio una corrida de toros en Gandía con unos amigos y desde entonces no pensó en otra cosa más que en ser torero. En 1920, su padre, viendo que el campo no era lo que su hijo quería como medio de vida, lo envió a Barcelona a vivir a casa de su hermano Vicente con la esperanza de que encontrara el trabajo que le satisficiera. Sin embargo, el joven José, apenas estuvo un mes en casa de su hermano, porque no encontrando trabajo y no queriendo ser gravoso, se fue de la casa sin despedirse y encontró trabajo cuidando de unas vacas lecheras en un convento de los Jesuitas de Sarriá. Aún no llevaba un mes, cuando el joven José fue a ver al prior del convento y le dijo que dejaba el puesto, ya que si había aceptado el trabajo era porque necesitaba ganar doce duros para poder llegar a Zaragoza. El prior, enterado de cuáles eran sus propósitos se compadeció del chico, saco el dinero y le entregó las 60 pesetas haciéndole ver que aunque no se las había ganado aún, era licito que cumpliera con sus ilusiones, y lo bendijo para que no le ocurriera nada. No lo pensó más el chico y aquel mismo día partió para Zaragoza donde según le habían dicho había toros durante todo el verano y otoño en los pueblos de la provincia. Llegado a la capital del Ebro, pronto hizo amistad con otros aficionados que le ayudaron a gastar el dinero que tenía. José Pastor pasó entonces todo tipo de calamidades, durmiendo en la calle y pasando hambre, hasta que encontró trabajo en una fundición donde estuvo hasta que llegó el verano y empezaron las capeas y las novilladas en los pueblos. Y con el verano llegó su bautismo de sangre. Una vaca toreada le dio una grave cornada en un muslo en una capea en la localidad de Casetas (Zaragoza) en agosto de 1921. Trasladado al hospital de Santa Engracia de Zaragoza, allí fue identificado y avisaron a su desconsolada familia que no sabía de él desde que salió de casa. Una vez dado de alta, sus padres lo llevaron de vuelta al pueblo donde de nuevo lo dedicaron a las labores agrícolas. Poco tiempo estuvo en el pueblo, porque en 1922 lo llamaron a quintas y fue destinado a Melilla, donde poco después, a causa de una enfermedad, fue dado por inútil y devuelto a su casa. Tampoco esta vez estuvo mucho en la casa paterna, porque con el tiempo se había acentuado en él la decisión de ser torero y en vista de lo cual, los padres, tuvieron que transigir no sin pocas lágrimas, y de nuevo

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escribieron a su hijo Vicente para que se hiciera cargo de su hermano y lo ayudase en lo que pudiese. Y efectivamente, su hermano Vicente fue decisivo en su carrera taurina, porque movió todas sus influencias a su alcance, habló con amistades, y entre unos y otros, surtió efecto y el joven pudo vestirse de luces el 31 de agosto de 1924 en un festejo nocturno con otros cinco noveles, a un morucho por coleta. José Pastor intervino en el último de la corrida, pero fue el triunfador, siendo muy ovacionado por sus lances y muletazos, que tuvieron su premio al concederle la presidencia una oreja de su oponente. Esa oreja le sirvió para ser repetido en otro festejo nocturno con el mismo resultado, sacándolo a hombros los entusiastas aficionados que ya vislumbraban en él a una futura figura del toreo. Para finalizar la temporada, la empresa organizó otra novillada de “seis para seis”, en la que, por supuesto José Pastor estuvo incluido no defraudando a sus seguidores, porque de nuevo cortó una oreja. En 1925 su nombre sonaba en el ambiente taurino. Ya no era un indocumentado, y el que fuera torero y por aquella época empresario francés Pierre Pouly, lo contrató para torear en Marsella el Domingo de Resurrección junto a Gil Tovar y Canario. Triunfó Pastor, y Pierre Pouly lo contrató para torear en Arles el día siguiente. Desde entonces su hermano siempre estuvo a su lado haciendo de consejero, apoderado y administrador. Aquella temporada toreó en Vinaróz, Vich y Figueras, acrecentándose su fama de torero valiente tras cada corrida. En Figueras toreó el 4 de mayo del citado año 1925 en una corrida con seis toros de Antonio Pérez-Tabernero, los dos primeros para el rejoneador Alfonso Reyes, y los cuatro restantes para Torquito I y Chicuelo. José Pastor fue contratado como sobresaliente con la obligación de matar los toros del rejoneador. Sin embargo, aquella tarde, Pastor toreó colosalmente con capote, muleta y estuvo acertadísimo con el estoque, siendo continuamente ovacionado, de tal modo que le concedieron una oreja. Impresionado quedó el empresario, Sr. Musolas, que se interesó por el chico y en 1925 ya toreó en Barcelona 3 novilladas con picadores, siendo Gandía una de las plazas de sus grandes triunfos. Sin embargo, en 1926 solamente pudo torear 4 corridas a causa de una crisis económica que sufrió su hermano, que repercutió profesionalmente en él de forma negativa, hasta el punto de tener que buscarse un trabajo para poder subsistir. En 1927 se hizo cargo de su apoderamiento el conocido taurino D. Carlos Gómez Velasco, incorporándose su hermano de nuevo al equipo cuando hubo solventado su situación económica. Así pues, iniciada la temporada de 1927 toreó en Gandía con Aldeano e Ivarito, y como quedó muy bien, la empresa lo repitió a los quin-

ce días con Ivarito y Vicente Barrera. Luego toreó en Mallorca con Julio Mendoza y Vicente Barrera, donde también lo repitieron por su éxito obtenido. Hizo un nuevo paseíllo en Gandía, y el día 29 de junio toreó en Barcelona, junto a Fernandez Prieto y Lorenzo Franco en la lidia de ganado de García de la Peña. Triunfo grande el que alcanzó, y de nuevo repitió en Barcelona. Luego toreó en Zaragoza una corrida de Villarreal que llevaba cuatro meses en los corrales porque no hubo nadie que quisiese torearla por estar pasados de edad y de peso, aparte de tener un trapío exagerado. José Pastor la pasaportó cortando una oreja a uno de los morlacos. Tras todos estos éxitos continuados, se anunció su presentación en Madrid para el 14 de agosto de dicha temporada de 1927 alternando en la lidia de novillos de Juan González Nandín, con Juan Mazquiarán “Fortuna Chico”, que no pasó de voluntarioso; y Manuel Díaz “Torerito de Málaga”, que resultó cogido con una grave cornada en el muslo. Pastor “cumplió bien en el tercero y toreó muy bien al natural, mató de media muy buena, gran ovación y oreja. Al sexto lo toreó de cerca y le sacó algún muletazo bueno, mató de media y entera; ovación”. Repitió paseíllo en la misma plaza el inmediato jueves, 8 de septiembre, mano a mano con Alfonso Gómez “Finito de Valladolid”, alternado en la lidia de seis toros, cuatro de los hijos de Andrés Sánchez “Coquilla”; el primero un sobrero de Juan Terrones, y el sexto, de los hijos de Victoriano Angoso. “Pastor, en el segundo estuvo muy bien con el capote, de muleta empezó bien pero la faena fue a menos, mató de pinchazo, estocada haciendo guardia y descabello. En el cuarto estuvo valiente y expuesto, mató de estocada saliendo con una cornada grave en el muslo, pasó a la enfermería y le concedieron la oreja. Entre los subalternos “El Boni” y Carrato. Hubo lleno de “no hay billetes”. Aquella cornada muy cerca de la ingle le hizo perder varios contratos, no pudiendo volver a torear hasta el 6 de noviembre, que se presentó con José Sacristán Fuentes y Perez Soto en la monumental de Barcelona con toros grandes y cornalones de Parladé. En 1928 toreó tres tarde en la plaza de Madrid, los días 12 de abril, jueves, con José Iglesias y José García “Maera”; 21 de junio, con Julio García “Palmeño y José García “Maera”; y el 29 de julio con Eladio Amorós y Miguel Olza “Vaquerín”. Además, toreó en dicha temporada en plazas tan importantes como Sevilla, Barcelona, Almería, Valencia y Granada, con importantes triunfos en todas ellas. En Granada, toreó en la plaza vieja de “El Triunfo” el Domingo de la Octava, el último festejo del ciclo ferial, una novillada con picadores. Tres cuartos de entrada en la plaza. Se lidiaron novillos de Moreno Santamaría que fueron muy bravos, por lo que

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fueron aplaudidos en el arrastre. Los toreros en esa ocasión eran los que estaban de moda y toreaban en todas las ferias: José Pastor, Paquito Perlacia y Pedro Carreño, que causaron muy buena impresión en el público a pesar de no cortar trofeos. Por aquella época se estaba construyendo la Monumental granadina que se inauguró el día de la Virgen de las Angustias, último domingo de septiembre. Terminó la temporada con 39 corridas. No toreó de novillero la temporada de 1929 en Madrid antes de tomar la alternativa en Barcelona a principios de la temporada, el 17 de marzo, de manos de Antonio Márquez con Joaquín Rodríguez “Cagancho” de testigo y toros de Aleas. El de la alternativa fue “Brujito”, negro, marcado con el número 77, que por causas que desconocemos se lidió con el nombre de “Raposo”. El toricantano quedó bien en corrida de tanta responsabilidad con petición de oreja en su primer toro y dio dos vueltas al ruedo, una por cada toro de su lote. Había llegado a la alternativa después de haber tenido una prometedora carrera novilleril, toreando con todas las figuras del escalafón de su categoría: Vicente Barrera, Caraqueño, de Gandía; con Félix Rodríguez, Villalta, Niño de la Palma, Cagancho, Antonio Márquez, etc. Respecto a la alternativa, estaba previsto que la tomase en Valencia el 7 de octubre, pero toreando en Lorca, un toro de Esteban Hernández le dio una cornada en la pantorrilla, por lo que no pudo cumplir el compromiso, despidiendo la temporada en Ondara. Este fue el motivo por el que se doctoró en Barcelona, máxime teniendo en cuenta sus dos triunfales actuaciones en aquella plaza con toros de Villarroel la primera, y con los Murube después. Sin embargo, por problemas de salud no toreó más que 8 corridas de toros, una de ellas la de su confirmación de alternativa en Madrid, el 12 de mayo, 5ª corrida del abono, con toros de Félix Moreno Ardanuy, alternando con Nicanor Villalta que le revalidó su doctorado barcelonés ante Martín Agüero que testificó el acto. “Pastor se mostró bastante nervioso en el toro de la confirmación, hubo desarmes y poco lucimiento. Mató de media y silencio. En el sexto trasteó por bajo sin hacerse con el toro, mal con la espada y dos avisos”. En la temporada de 1930 no mejoraron sus circunstancias profesionales a causa de una enfermedad que ya arrastraba desde hacía años. Por tal motivo no superó la docena de corridas, y “Tuve que apartarme de los toros, en pleno triunfo, debido a un dolor de ciática, que me impedía todo movimiento. Volví de nuevo a los ruedos, pero había estado cuatro años sin torear. Actué en la feria de Valencia, con Félix Rodríguez y Marcial Lalanda. Luego, en 1934, me marché con otros diestros españoles, contratado a Lima. Empezó la guerra en nuestra Patria, yo continué actuando por

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