De ilusión y oro. ¿Sueños cumplidos o ilusiones frustradas? Matadores de toros del siglo XXI (2001-2018)
Martín García, Alberto José “MARTÍN ANTEQUERA”
Matador de toros y posteriormente banderillero, nacido en Bobadilla (Málaga), el 11 de marzo de 1973, sin que en su familia hubiese antecedentes taurinos. “Yo descubrí la afición más o menos como todos, creo, yendo un día a una corrida de toros. A mí me parece que lo que nos engancha a todos, por lo que yo he hablado con los demás compañeros, es sobre todo la admiración que siente la gente por un torero. Eso es lo que te llama la atención y te hace intentar que el día de mañana tú seas una de esas personas que la gente admira. Un día fui a una corrida de toros, en la que curiosamente estaba el maestro Espartaco. Salió a hombros y formó un lío muy gordo. Me impactó mucho lo que vi y es lo que me hizo llegar a la conclusión de que el día de mañana yo quería ser como ellos”. Ese día tuvo la convicción de que quería ser torero y su primera lucha fue convencer a sus padres para que lo inscribiesen en una Escuela Taurina, que al cabo, fue la de Algeciras, de donde salió preparado para vestir su primer terno de luces, blanco y plata, en Algeciras (Cádiz), el 24 de junio de 1991 con Javier Conde, Santi Acevedo, Miguel Andana, Juan Antonio Berlanga y Alfonso Torralba, en la lidia de un eral por coleta de la ganadería del que fuera rejoneador Juan Jiménez Alarcón, de San Pedro de Alcántara (Málaga). Tras dos años toreando novilladas menores, debutó con piadores en Antequera (Málaga), el 30 de mayo de 1993, con novillos toros de Francisco Medina junto con Juan José Trujillo y Javier Conde como compañeros de cartel, que fue la única corrida que toreo dicho año. “Cuando la gente del toro y los aficionados se enteran de que empecé con caballos hace siete años, creen que soy un novillero muy placeado, y no es así. Yo estuve cuatro años parado porque tuve unos problemas personales que no vienen al caso. Reaparecí después en 1998 y ya empecé a torear por las plazas de tercera”. Él mismo lo explicó a la periodista Elena Palos en un entrevista: “Las escuelas dan un apoyo muy importante en los inicios pero después podríamos decir que te dejan un poco desamparado. En cuanto debutas con caballos ya prácticamente no se hacen responsables y ahí vienen los problemas. Si en los inicios como novillero sin caballos no tienes alguien que confíe en ti luego viene un parón muy grande. En mi caso, había toreado sin caballos durante dos temporadas y llegó el momento de debutar con picadores. Quizá yo no estaba lo suficientemente preparado para dar ese paso, pero había que darlo porque ya había toreado en bastantes ferias sin caballos y la gente, y uno 224