Valparaíso NO patrimonial …un Valparaíso a pie… http://goo.gl/vU7NGq
Este recorrido comienza en Plaza Wheelwright (conocida como Plaza Aduana), donde actualmente está la estatua del oficial naval estadounidense Guillermo Wheelwright (1798-1873), quien introdujo la Navegación a Vapor, el Telégrafo y el Ferrocarril en nuestro país. Sin distraernos podremos mirar en dirección hacia el cerro, donde divisaremos el inmueble donde funciona la Dirección Regional de Aduanas de Valparaíso, construido especialmente para esta función en 1854. Su estilo de edificación expresa la influencia de la fuerte corriente anglosajona. En él se encuentra una de las primeras bóvedas de seguridad que se instalaron en el país.
Dando la espalda al mar caminaremos hacia la calle Bustamante donde doblaremos a la izquierda y seguiremos hasta llegar a la Calle Márquez, aquí doblaremos hacia la derecha para encontrarnos con La Población Quebrada Márquez a cual es un conjunto arquitectónico ubicado en la quebrada entre los cerros Arrayán y Santo Domingo, en la ciudad de Valparaíso. Esta población se compone de cinco edificios de viviendas en bloque, inaugurados en 1949, que se encuentran relacionados con la topografía de la quebrada, lugar donde se delimitan las laderas de los cerros adyacentes. Fue declarada Monumento Nacional de Chile, en la categoría de Zona Típica, mediante el Decreto Exento n.º 605, art. 1°, del 31 de agosto de 2001.
Si bien es cierto, el sector donde esta ubicado tiene mala fama, pero tiene mas que ver con su pasado que con su presente. En aquellos tiempos en que los barcos norteamericanos y europeos, en especial los barcos militares y buques escuela de distintas latitudes del globo que fondeaban en este puerto, se quedaban días, a veces semanas, a veces meses, tiempos que fueron muy, muy buenos para la bohemia porteña, pero los marineros además de llenar los bares y restaurantes buscaban llenarse de lo que el mar les privaba por tanto tiempo, el placer de las mujeres. Es así como, naturalmente y como una peste, proliferaron las casas de remolienda o casa de visitas, nunca se les llamo como hoy en día los conocemos, tampoco nunca nadie les escucho una mala palabra, un garabato o grosería a estas trabajadoras del placer, tenían tema de conversación y mostraban cierta clase, verdaderas damas de compañía, de hecho cada marinero se juntaba casi exclusivamente con una y solo con una.
Una vez que hayamos recorrido este espacio volveremos a bajar por Calle Márquez y doblaremos por Almirante Riveros donde caminaremos hasta llegar a la Plaza Echaurren, corazón del nacimiento de Valparaíso, ciudad que nunca fue fundada, y es muy interesante al llegar nuestra intersección de Calle Márquez con Calle Almirante Riveros, por la vereda Poniente podrás ver la placa donde Nunca fue Fundado Valparaíso, dado que la historia nos ha dejado con ese manto de no poseer una acta de fundación.
Una vez que lleguemos a la Plaza Echaurren nos encontraremos inmediatamente con el Bar Liberty, el cual es el más antiguo del Puerto, fundado en 1897, está ubicado frente a la Plaza Echaurren, circuito que es parte del Casco Histórico de Valparaíso, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2003. Su ubicación no es casual. Y la explicación la entrega la periodista Nancy Astelli en su obra que describe el ambiente valpino: “La bohemia en Valparaíso ocurría en torno a bares, restaurantes, botes, salones bailables y prostíbulos. Estas son las fuentes que establecerán el registro de una cultura popular, generadora de textos y principalmente de creaciones musicales… Hasta esa fecha el núcleo principal se ubicaba en el Barrio del Puerto, sector de Quintil, entre las plazas Sotomayor y Guillermo Whellwright, siendo su eje central la Plaza Echaurren”
A pocos metros frente al Bar Liberty y en dirección al mar nos encontraremos con el Monumento al “Negro Farias”, escultura emplazada en el corazón de la plaza Echaurren, la cual busca personificar a este mítico personaje porteño, quién fuera el responsable de inmortalizar en un vinilo el himno popular de Valparaíso “La Joya del Pacífico”. Esta escultura emplazada en el corazón del barrio puerto, la cual es ajena a cualquier cuidado municipal, es característica del refrán popular “el pago de chile” el cual logra dar cuenta de que a mayor reconocimiento existe un mayor abandono, tal como se puede apreciar en una panorámica en 360° desde el lugar de emplazamiento a todas las estructuras de que rodean esta plaza y que si bien son el eje fundacional de una ciudad no fundada, han pasado lentamente al olvido de la ciudad.
Luego de conocer las inmediaciones de la Plaza Echaurren, seguiremos nuestro recorrido por la Calle Serrano, antigua calle “La Planchada”, la cual fue una de las calles más prestigiosas de la ciudad y donde vivían las familias más adineradas, entre ellas la familia Waddington. Lo atestiguan los sólidos edificios de dos y tres pisos, con fachadas de nobles dimensiones. Sorprenden las gruesas columnas que sostienen los balcones y la profusión de adornos artísticos notables que podemos observar mientras recorremos camino al número #543 de esta calle, donde tambien podremos apreciar como conviven el abandono de los vestigios de una antigua explosión, con la revitalización académica y ciudadana que se da en distintos edificios presentes.
Ahora frente al número #543, estamos frente al Palacio Rivera, donde viviera el exsenador Guillermo Rivera, y a la cual se puede acceder a través de unas magníficas escalinatas de ónix verde, únicas en la ciudad, es un palacio de estilo veneciano que fue terminado en 1875 por los arquitectos Ettore Petri, Arnaldo Barisson y Renato Schiavon, creadores del Palacio Baburizza, Casa Peraga, casa de la subida Artillería, Biblioteca Severín, entre otras muchas construcciones emblemáticas del Puerto. El Palacio tiene puertas talladas con el monograma G.R., iniciales de Guillermo Rivera. Sorprende el pasamano de la escalera, las balaustradas del segundo piso, las puertas finamente talladas. En sus inicios este palacio fue propiedad de Francisco Subercaseaux, luego fue adquirido por Guillermo Rivera, quien contrató en 1908 a los mismos arquitectos para terminarlo y redecorarlo.
Continuaremos nuestro recorrido por la calle Serrano rumbo a la plaza Sotomayor, donde si a estas alturas deseamos hacer un pequeño alto en nuestra caminata no debemos dejar de conocer el Bar La Playa, bar de aduaneros y navegantes. Se inauguró en 1908 aledaño al Muelle Prat y desde 1934 se ubica en calle Serrano 567. La cercanía al puerto condicionó su púbico. El local tenía fama de antro sexual, nunca fue un prostíbulo. Por las noches se hacían cenas bailables, donde las damas invitadas no eran precisamente esposas de los parroquianos, sino sus amantes. De día era el típico bar de puerto donde los varones pasaban las horas tomando y comiendo.
El Bar La Playa ha tenido varios dueños: primero españoles, luego italianos y en el año 90 un chileno sueco quien lo revivió, pues durante la dictadura militar perdió clientela. Esta vuelta fue coincidente con otra, la del Festival de Cine de Viña del Mar, suspendido desde el Golpe. Sucedió que muchos de sus asistentes –actores, directores, guionistas, cinéfilos y artistasfestejaron en el bar, coronándolo como nueva sede de la bohemia porteña. Por las noches, especialmente los fines de semana, La Playa se transforma en un lugar de carrete universitario. Son muchos los estudiantes de intercambio que llegan recomendados por otros extranjeros. Lo que les llama la atención es su aspecto anticuado y kitch: grandes espejos –dos de ellos solían ser del prostíbulo Los Siete Espejos, famoso en el Barrio Puerto de antaño-, altas puertas de madera con vidrio y bronce, una larga barra estilo inglés y, sobre todo, cuadros, muñecas, banderas, figuras, fotografías, botellas viejas y demás cachureos que se han ido acumulando.
Luego de nuestro descanso o de haber solo echado un vistazo continuaremos a la Plaza de la Justicia a un costado del Exedificio de la Intendencia Regional donde nos encontraremos con la Gran estatua de la Diosa Themis de 3,2 mt de altura que se encuentra albergada en las escalinatas frontales de la Corte de Apelaciones de ValparaĂso. Posee unos 90 cm de ancho y un peso aproximado de 1.500 kilos, no obstante se dice que es una pieza Ăşnica, que es parte de un botĂn de guerra, que fue donada por un gran latifundistas entre otras cuantos mitos que rodean esta estatua de la Diosa Themis que no posee los ojos vendados ni da cuenta de la balanza y la espada con la que debe administrar la justicia.
Si bien no es la clásica estatua que simboliza a la justicia, ciega y ecuánime. La escultura que reposa a un costado de la Corte de Apelaciones de Valparaíso representando a la diosa Themis, guardiana de la ley y el derecho divino. No está vendada, la balanza que tiene en sus manos esta desequilibrada y la espada invertida, es por eso que se le ha atribuido un sin número de mitos, es así como se cuenta que la estatua fue regalo de un influyente hombre de negocios y que nadie se atrevió a rechazar la ofrenda. Otra leyenda dice que la escultura fue mandada a hacer por el Virrey del Perú y llegó a Valparaíso como parte de la indemnización que cobró Chile por la guerra del Pacífico. Lo cierto es que la estatua fue traída desde Francia a fines del siglo XIX, donde fue diseñada por Albert Ernes Carrier Belleuse y comprada por catálogo a la Fundición Val d’Osne por Federico Echaurren, pero pagada por el Municipio de Valparaíso. Se instaló en el centro de la ahora inexistente plazuela de los tribunales el 20 de agosto de 1876, 3 años antes de la guerra del pacífico, para conmemorar el centenario del nacimiento de Bernardo O’Higgins. La intención del señor Echaurren era enseñorear y dale un tono aristocrático al puerto .
Con esto hemos llegado a el primer circuito de nuestras rutas de ValparaĂso NO Patrimonial y ahora si quieren continuar puede tomar un trole y asĂ viajar por el resto de la ciudad.