La noche de un mesero y una mesera en una discoteca atendiendo y lidiando con los clientes
testimonios de:
Karen Hurtado y Deivid GutiĂŠrrez
Por: Geraldine Rojas PĂŠrez
Uno de los oficios en el que más se vive de cerca la rumba es el de ser mesara o mesero de bar ya que son las personas que más comparten he interactúan con los clientes algunas veces por medio de las señas por el alto volumen de la música.
Son las cuatro de la tarde y Karen Hurtado se empieza a preparar para ir a su trabajo, alista su maleta y empieza a maquillarse pues en su trabajo le exigen una impecable presentación personal, al igual que a Deivid Gutiérrez.
Karen llega a su lugar de trabajo y comienza a organizar las mesas, a limpiar y recoger mientras tanto Deivid va lavando los baños que la noche anterior se llevaron la peor parte de la rumba pues alguna chica bajo el efecto del alcohol terminó vomitando. .
Karen Hurtado
Deivid Gutiérrez Para Gutiérrez un venezolano de apenas 22 años esta es la peor parte de su trabajo “a mí no me da nada limpiar, pero es que limpiarles las cochinadas a los demás 'chamos' ‘uff’ eso si me cuesta” dice esto mientras va regando límpido en el suelo y sobre la taza.
Y es que uno creería que esta labor es sencilla pero no se trata solo de servir y llevar, también se debe limpiar y recoger todo lo que las personas en medio de la rumba y el festejo hacen.
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Habiendo terminado de hacer el aseo tanto Karen como Cristian empiezan a preparar los insumos que llevan las michelas, que son el zumo de limón, a picar el mango, partir limones y naranjas. Son casi las 6: 35 p.m. y empiezan a llegar los demás compañeros de trabajo el dj, los bartender y el cajero que es quien administra la discoteca.
El Administrador Julio Avendaño les trae la comida a todos y les reparte, hoy le cogió un poco el tarde entonces tendrán que comer contra el reloj pues en unos minutos se empieza a llenar el establecimiento.
Deivid come rápido y se aparta de la mesa pues le entra una llamada, al parecer no son buenas noticias pues su cara refleja preocupación, sale del establecimiento y al preguntarle qué le ocurría agachó la cabeza y pasó saliva, pero rápidamente se compone y enciende un cigarrillo mientras explica “Es mi madre ella ha estado enferma de un tiempo para acá y me da rabia ‘vale’ porque estoy muy lejos de ella”.
Mientras esto ocurre Karen empieza a recibir a los primeros clientes, un grupo de chicas muy arregladas y con cara de que este día la rumba va hasta las cuatro de la mañana. Hurtado las recibe con una gran sonrisa y les ofrece la oferta del día. "Buenas noches bienvenidas, ¿qué se van a tomar? el día de hoy les ofrecemos la cerveza a $3.500 y se le michela gratis"
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Haciendo el pedido de una de las mesas Por su parte Gutiérrez saca su preocupación e impotencia fumando un cigarrillo, Avendaño el administrador le dice que “este pilas ya está llegando la gente, no se demore”. Él se apresura y atiende el llamado de su jefe e ingresa rápidamente a recibir a los demás clientes.
Ya son las 8: 45 de la noche y el trabajo ha estado bastante movido, cada uno estรก a cargo de cuatro mesas, pero pasa algo que ellos no esperan que suceda un cliente muy รกvido se prepara para irse sin antes haber cancelado, inmediatamente Karen lo nota y avisa al chico que estรก encargado de la seguridad, este se acerca y le dice que se debe dirigir a la caja para que cancele su cuenta.
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Durante la rumba se debe estar atento y servicial con los clientes
Karen afirma que se debe estar atentos con “esas situaciones porque si el cliente se escapa o se va sin pagar la cuenta nos descuentan eso a los meseros”. Por otro lado, en una de las mesas que son responsabilidad de Deivid hay un hombre que esta borracho cada vez se pone más pesado y empieza a llamarlo por cualquier cosa. Al preguntarle al mesero qué hace en estas situaciones solo sonríe y asegura que “la paciencia en estos casos es la mejor aliada”.
A las 9 de la noche el establecimiento empieza a llenarse, es la hora pico para ellos porque hay mĂĄs personas y deben estar pendientes de todo.
Durante la rumba ellos tienen prohibido recibir trago de los clientes y bailar con ellos de ser asĂ deberĂĄn pagar una multa y al tercer llamado de atenciĂłn serĂĄ suspendido o despedido dependiendo de la gravedad del asunto.
Siendo más de media noche el cansancio empieza a notarse en Karen y Deivid ya sus ojos reflejan la exhaustiva noche que han vivido, pero esto no es sinónimo de que deban bajar la guardia, ellos siguen con su mismo entusiasmo atendiendo y brindando el mejor servicio a los clientes.
Finalizando la rumba ellos deben sacar a las personas y explicarles que ya deben ir cerrando para empezar a recoger las botellas de aguardiente, cerveza y comenzar a hacer el inventario de licores, tragos, vasos y hasta del papel higiénico que está en ambos baños.
Van terminando a las 4: 45 reciben su pago y piden un taxi se dirigen a sus hogares un poco cansados, pero con la satisfacción de haber cumplido con su labor y esto se refleja en las propinas que reciben.
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