Escrito por: por: Escrito PaulaAlarcón Alarcón Hoyos Hoyos Paula Daniela Mosquera Mosquera Camacho Camacho Daniela Marina Familia Familia Orjuela Orjuela Parra Parra Marina María Camila Camila María
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Dedicado a las hermanas Castillo Ballena “El amor nos llevara lejos�
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Hace un tiempo no muy lejano, en un lugar no muy lejos de aquí, en un planeta un poco más grande que este, conocí un hermoso mundo llamado Colombia. Si me preguntan los colores, era un mundo de más o menos tres mil cuatrocientos veintiocho colores, o un poquito más, no recuerdo bien. Era un planeta donde podías ver el sol y la luna, sólo cuando las grandes nubes así lo querían, donde el clima no era uno, eran muchos climas. A veces hacía frío y otras tantas calor, mucho calor. Lo bueno de esto es que uno se levantaba y veía paisajes hermosos, con ríos, ciénagas, árboles, montañas, y caminos de piedra, muchos caminos de piedra. En esos caminos, siempre se encontraban animales de todos los que se puedan imaginar: perros,
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vacas, caballos, gatos, iguanas, micos, pájaros, cisnes, búhos, patos, peces, y por ahí otros mil más. La gente de este planeta vivía feliz, amaba el lugar, compartía noches de fiesta y días repletos de amor, bailaba, cantaba y saltaba y le encantaba trabajar. Se dedicaban a pescar, y a sembrar la comida en la tierra, logrando así que todas las personas del mundo pudieran tener comida en su plato. Estos a veces peleaban, pero es normal, ¿no?, todos hemos peleado alguna vez. Cuando peleaban lo solucionaban dialogando o visitando a alguien que les ayudara a resolver su problema. Allí mismo, habitaba un brujo muy grande, su piel era verde y tanto su pelo como su corazón eran muy, muy negros. Los que lo
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han visto de cerca, cuentan que carga palos de madera grises en su espalda y que juega a dispararle a la gente. Aunque se desconoce su edad real, dicen los abuelos que tiene alrededor de 60 años. Él sufre mucho porque está muy enfermo y su enfermedad no fue atendida a tiempo, por lo que cada día que pasa se siente peor, su corazón cada vez está más oscuro. Este brujo no está sólo, ha ido enfermando a otras personas, contagiándolos de tristeza y de rabia. Lo que les voy a contar, es la historia de cómo este brujo quiso enfermar a tres lindas niñas y cómo ellas fueron salvadas, porque en un mundo tan hermoso como este, a pesar de lo malo, hay mucho por hacer. En la pequeña vereda ´La Secreta’ ubicada al norte de este hermoso mundo, nacieron tres hermosas niñas el mismo día: Esperanza, Luz y María, hijas de la misma mujer, quien había trabajado durante toda su vida la tierra donde nació. Estaba casada con un hombre que también se dedicaba a trabajar la tierra y entre otras cosas a cultivar café. Además de las trillizas, ellos tuvieron cuatro
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hijos, que jugaban por los campos y pescaban en el río, sintiéndose felices de haber nacido en este lugar. Pero no todo era tranquilidad, allí también vivían algunas personas enfermas por el brujo, que eran llamadas “Pupos”; ellos les hacían mucho daño a los habitantes de la vereda y sentían mucho dolor en su corazón. Cuando las trillizas apenas tenían apenas tres años, más o menos 50 pupos entraron sin permiso a las casas de los pobladores, se acostaron en sus camas, cocinaron en sus cocinas, y las personas que intentaban detenerlos eran contagiadas y en algunos casos enviadas al cielo.
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Buscando por todos lados a quien contagiar, entraron a la casa de las trillizas, sacaron a sus padres y a su hermano mayor y los mandaron al cielo. Mientras esto sucedía las trillizas miraban por la ventana llenando su corazón de dolor por lo que había sucedido. Los días pasaron y Los Pupos decidieron sacar a las trillizas y a sus hermanos de la casa en donde vivían, los obligaron a irse, sin saber a dónde. Después de mucho pensarlo, ellos decidieron irse a otro pueblecito de este mundo llamado La Dorada. Allí vivieron por siete años donde tuvieron que trabajar muy duro para poder vivir. Durante este tiempo su corazón se fue llenando de dolor, ya que habían sido contagiadas por la enfermedad y
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tenían mucho miedo de convertirse poco a poco en seres parecidos al brujo. Como una prueba de valentía María, Esperanza y Luz decidieron volver a la vereda, buscando recuperar su casa y la tierra en donde sus padres habían trabajado por tanto tiempo. Al ver que seguía invadida por extraños, se llenaron aún más de dolor y se sentaron a llorar debajo de un árbol en el que se quedaron dormidas; de repente, al despertar se encontraron con una hermosa sorpresa: ¡una pequeña mujer con alas estaba a su lado! - ¿Con alas? Si, Era una hermosa mujer con unas hermosísimas alas, que se presentó como un hada madrina. Les dijo que tenía el antídoto para curar sus corazones del contagio, este era llamado L-1448 y les contó que aprendiendo a utilizarlo, podrían ser ayudadas por el gran médico, quien les mostraría los derechos que les pertenecían desde que fueron contagiadas. Las niñas muy confundidas, no comprendían de qué derechos hablaba el hada, así que se sentaron frente al árbol y le pidieron al hada que les explicara de qué se trataba y cómo funcionaba este
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antídoto. Con su varita mágica, el hada hizo aparecer un tablero, donde escribió muy grande los cuatro derechos que las niñas leyeron con atención: Verdad; Justicia, Reparación y Garantías de no repetición. El hada les explicó, que todas las personas del mundo que habían sufrido por culpa del brujo y sus aliados, tenían derecho a que el gran médico les garantizara el cumplimiento de estos cuatro derechos, que podrían aliviar el dolor en su corazón. Les contó también que el L-1448, era sólo el ingrediente sin cocinar, así que hacía falta algo más para revolverlo y poder utilizarlo. Con su varita, hizo aparecer una olla muy grande en la que ellas, con mucho amor, debían depositar todos los ingredientes. Una vez hubiesen ido a alguna de las oficinas del gran médico a contar lo que les había pasado, solo así podrían curarse. Allí, una de las personas que trabajaba para el médico, iba a poner el caso en una lista donde estaban otros casos de contagio, esta lista era llamada RUV. Luego de esto, ellas tendrían que pasar por algunos exámenes de rigor, contar todo lo que les habían hecho Los Pupos, con el fin
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de sanar su corazón, y poder entregarles el líquido que completaría el antídoto. Las niñas muy felices por lo que habían escuchado, le agradecieron al hada y se despidieron de ella con un fuerte abrazo. Corrieron por los caminos de piedra llenos de animales mientras se dirigían a la oficina del gran médico, siguiendo los pasos que el hada les había dicho. Finalmente, llegaron a la oficina del gran médico, en donde contaron lo que les habían hecho los Pupos. Luego, a María, Esperanza y Luz les fue brindado el líquido para completar el antídoto y un terreno a cada una para reconstruir su casa en la misma vereda de donde habían sido sacadas por los aliados del brujo. El hada y el médico les consiguieron un lugar en la escuela más cercana, les pusieron pequeñas personitas que las iban a cuidar
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y las iban a ayudar a terminar de sanarse. Después de hablar con el doctor sentían que sus rostros ya no estaban tristes y ¡Plop! se dieron cuenta de lo que significa la felicidad: amor, tranquilidad y armonía. El hada, apareció mientras caminaban de regreso a su vereda y les aseguró que aunque siempre iban a recordar lo sucedido, ya no sufrirían más dolor en sus corazones. Les dio un costal lleno de ingredientes L-1448 y les hizo prometer que ayudarían a todas las personas que pudieran a salvar su corazón, llevando el antídoto y dándole a conocer al mundo que tenían derecho a la verdad, la justicia, a la reparación y las garantías de no repetición. Les dijo que todos unidos podían lograr que el brujo dejara de contagiar personas de tristeza y rabia en un mundo tan hermoso y lleno de cosas por entregar como este.
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Escrito por: Paula Alarcón Hoyos Daniela Mosquera Camacho Marina Familia Orjuela Parra María Camila Ilustrado y diseñado: Sebastian Romero y Felipe Guerrero
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